DEFINICIÓN DEL MUDÉJAR El término “mudéjar” fue acuñado por primera vez en 1859 por Amador Ríos durante su discurso de ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. A comienzos del siglo XI el fortalecimiento de la Europa cristiana coincide con la recuperación de los reinos cristianos peninsulares, frente al poderío del Califato de Córdoba que había logrado su esplendor durante el siglo X. La conquista de Toledo (1085) trasladaba la frontera cristiana hasta el Tajo e iniciaba un período en el que la expansión cristiana fue continua, logrando con la batalla de las Navas de Tolosa (1212) abrir las puertas de Andalucía. El progreso de la reconquista significó la incorporación a los territorios cristianos de comunidades islámicas y el consiguiente aporte de elementos artísticos y modos de vida de estos grupos. Debido a la escasez de mano de obra y a la despoblación de los territorios hacía poco conquistados, los dirigentes cristianos permitieron a los habitantes musulmanes de dichos territorios permanecer allí. Mudéjar es precisamente el arte realizado en la España cristiana a partir del siglo XII, bien por la mano de obra musulmana o bien por cristianos seducidos por la belleza del arte islámico. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL ESTILO MUDÉJAR a) Las iglesias poseen un tamaño reducido. b) A diferencia de las construcciones de los territorios cristianos del norte peninsular, elaboradas básicamente en sillares de piedra maciza, las construcciones mudéjar utilizan materiales como el ladrillo en los muros y pilares (los alarifes musulmanes poseían una extraordinaria destreza en el trabajo del ladrillo); la madera en las techumbres (como en el bellísimo artesonado de la sala del trono del Palacio de la Aljafería de Zaragoza); el yeso (ipsos en rumano) como elemento de base de la decoración. c) En la ornamentación hay una preferencia por los motivos geométricos (el arte musulmán dificulta o prohíbe los motivos figurativos humanos): Sebka: llamado panel de sebka, es un tipo de decoración de época almohade (a partir de mediados del siglo XII) consistente en una red de rombos, hechos de arcos entrelazados lobulados o mixtilíneos. Ajedrezados. Cerámicas vidriadas policromas. Estos azulejos esmaltados son típicos sobretodo del mudéjar aragonés. d) El estilo mudéjar se hace presente en iglesias, capillas, casas y palacios, fortificaciones o castillos y en murallas y puertas de acceso. En las casas y palacios el alfiz aparece en las portadas; las puertas se disponen desenfiladas impidiendo ver el patio; los patios se adornan con bellos arcos lobulados; en las casas señoriales no faltaban amplias salas de baño; en las fortificaciones una galería corrida corona los muros para permitir una más cómoda vigilancia y defensa a través de la barbacana (obra avanzada y aislada destinada para defender puertas o cabezas de puertas) con saeteras. e) Existencia de arquerías ciegas en los ábsides. ETAPAS CRONOLÓGICAS Y PRINCIPALES ÁREAS DE DIFUSIÓN El arte mudéjar no es un estilo artístico unitario, pues posee características peculiares en cada región. Desde el punto de vista cronológico se suelen distinguir tres etapas diferentes en el arte mudéjar: románico-mudéjar durante los siglos XI y XII; góticomudéjar entre los siglos XIII y XVI (básicamente durante el siglo XIII y XIV), y una tercera etapa que se prolonga hasta el siglo XIX, el llamado neomudéjar, que llega incluso a Latinoamérica. El mudéjar se consolidó durante el inicio de la segunda etapa, en el siglo XIII al inicio del gótico-mudéjar. Durante esta etapa, al llegar la reconquista a la submeseta sur y el levante, una de las razones básicas por la que se optó por contar con alarifes musulmanes y construir en estilo mudéjar fue la escasez de canterías de piedra en dichas zonas. El área de difusión del arte mudéjar comprende León, las dos Castillas y Aragón.Es un estilo esencialmente español, aunque también hay muestras aisladas en Francia, Portugal. En Canarias y Latinoamérica su presencia es mayor, aunque se desarrolla durante el siglo XIX con el llamado neomudéjar. El románico-mudéjar castellano-leonés Los restos más importantes de todo el período románico-mudéjar (siglos XI y XII) se encuentran en León y las dos Castillas. En Toledo se incorporan a los templos mozárabes algunas influencias musulmanas. La Iglesia del Cristo de la Vega de Toledo representa la fusión decidida del estilo románico (mantiene el ábside semicircular precedido de un tramo recto) con el mudéjar (en el exterior se desarrollan arquerías dobladas de influencia musulmana. En Castilla y León las mejores muestras se dan en Sahagún (León), en las iglesias de San Lorenzo y San Tirso, con ábsides abovedados y torres con arquerías dobladas. El gótico-mudéjar castellano-leonés Desde el siglo XIII el mudéjar cobra un gran desarrollo tanto por su continuidad en León y las dos Castillas como sobre todo por su extensión a los nuevos territorios incorporados a los reinos cristianos. En Castilla La Mancha Toledo sigue siendo el centro del mudejarismo, reuniendo en el interior de su recinto capillas, palacios, puertas y sinagogas pertenecientes a dicho estilo. En Castilla y León destacan San Pablo de Peñafiel con un notable ábside, la Iglesia Peregrina de Sahagún y algunas partes conservadas en el monasterio de las Huelgas. Entre los palacios sobresale el de Tordesillas, mandado construir por Alfonso XI a mediados del siglo XIV, que se adorna en su portada con el típico paño de sebka y sus redes de rombos de cuño almohade y un hermoso patio con arcos lobulados. El mudéjar andaluz La incorporación de Andalucía favoreció la islamización de gustos y costumbres. El influjo nazarí, procedente del reino de Granada, es patente en el Alcázar de Sevilla, el edificio más sobresaliente de arquitectura civil, hecho construir por Pedro I el Cruel a mediados del siglo XIV, y en donde destaca el gran Salón de Embajadores y su techumbre de madera. En Sevilla y Córdoba se encuentran varios edificios religiosos mudéjares que siguen modelos góticos pero que incorporan la decoración exterior almohade (red de rombos). En Córdoba tiene especial interés la Capilla Real de la Mezquita y la de San Pablo, ambas con bóvedas de crucería. En esta misma ciudad se erige en el siglo XIV una de las sinagogas más notables. El mudéjar aragonés En Aragón encontramos el cuarto foco básico del arte mudéjar. Presenta ciertas peculiaridades respecto a los otros tres antes señalados. Patentiza más claramente el influjo de artistas andaluces; la decoración es igualmente rica y profusa tanto en los exteriores como en los interiores; las paredes se recubren de fajas horizontales con variados temas decorativos geométricos y que en ocasiones se convierten en cerámicas vidriadas policromas. Lo más interesante del mudéjar aragonés son las torres de las parroquias, que al estar situadas junto a las murallas son al mismo tiempo campanarios –se asemejan a los alminares musulmanes- y puertas de acceso a la ciudad. De forma cuadrada son las torres de San Martín y El Salvador ambas en Teruel. En 1986 la UNESCO declaró al conjunto monumental mudéjar de la ciudad de Teruel como Patrimonio de la Humanidad por “ser un ejemplo excepcional de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico o tecnológico o paisaje que ilustra un periodo significativo en historia humana” (sic)