LEY DE MEDIDAS MINIMAS DE SEGURIDAD BANCARIA OBJETO. Articulo 1.- La presente ley tiene por objeto establecer las medidas mínimas de seguridad de carácter obligatorio que se deberán cumplir en los edificios en los que funcionen las entidades enumeradas en los Arts. 1º, 2º y 3º de la Ley 21.526, modificatorias y complementarias. MEDIDAS MINIMAS. Artículo 2.- Las medidas mínimas de seguridad que deberán adoptar las entidades enunciadas en el Art. 1 de la presente, son las siguientes: a) emplazar un área de protección con suficiente nivel de reserva en las líneas de cajas y cajeros automáticos que impida la visualización de terceros de la operación que se esté realizando; b) disponer un sistema de inhibidores o bloqueadores de señal que imposibiliten el uso de telefonía móvil en el interior del edificio de las mismas; c) contratar el servicio de un policía adicional de vigilancia que opere externamente a la puerta de entrada del edificio; d) instalar vidrio blindado y espejado o polarizado externo al edificio que impida la visualización al interior del mismo; e) disponer en el hall de entrada un sistema de pantallas de identificación de huellas dactilares y un sistema con puerta de ingreso y puerta cancel. AUTORIDAD DE APLICACIÓN. Artículo 3.- La autoridad de aplicación de la presente ley será el BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA, el cual dispondrá sobre la verificación del cumplimiento de las medidas mínimas de seguridad de carácter obligatorio establecidas y aplicará las sanciones que determine según lo regule su Carta Orgánica a quienes resulten responsables de su incumplimiento. PLAZO. Artículo 4.- El plazo de entrada en vigencia para aplicar las medidas mínimas de seguridad establecidas por la presente Ley será de tres (3) meses a partir de su promulgación. Artículo 5.- De forma. FUNDAMENTOS Señor Presidente: La modalidad delictiva denominada “salidera bancaria” ha venido aumentando exponencialmente durante los últimos años produciendo que las víctimas se multipliquen, como la violencia que padecen, la cual también se ha visto agravada. La mayoría de ellas son interceptadas en la vía pública por motocicletas o automóviles desde donde descienden los delincuentes, cómplices del entregador, para sustraerles el dinero que previamente con certeza saben que poseen. El delito no solo atenta contra la propiedad de las personas, sino también contra la integridad física de las mismas, ya que cuando ofrecen resistencia al arrebato son sometidas por la violencia, ocasionándosele hasta la muerte. Según la opinión de especialistas en seguridad, la “salidera bancaria” consta de dos momentos en lo que a su comisión se refiere: el delito comienza dentro del banco, donde una persona a la que se denomina “marcador” detecta a los clientes que retiran sumas importantes de dinero y advierte de esto a sus cómplices ubicados fuera de la entidad bancaria; el segundo momento se lleva a cabo a la salida del banco, cuando una o más personas, generalmente a bordo de una motocicleta o de un automóvil, abordan a quien ha sido “marcado”, y proceden a arrebatarle el dinero. A su vez el trabajo de marcador puede ser realizado por un empleado interno o personal de seguridad del banco, una tercera persona conocida de la victima – como familiares, amigos o compañeros de trabajo- o como generalmente sucede en este tipo de modalidad delictiva, se trata de una persona –falso cliente- que se encuentra en el interior del banco simulando realizar alguna operación bancaria, cuando en realidad, está observando los movimientos de las operaciones o transacciones que realizan los clientes, para luego señalar, identificando a quienes extraen sumas importantes de dinero. Se puede apreciar de esta forma, la magnitud y el alcance de este modus operandi para realizar el delito y esto se debe a las relativas e insuficientes condiciones de seguridad ofrecida a los clientes y que operan en beneficio del accionar de los delincuentes. Para las instituciones bancarias y las demás entidades financieras esto no supone responsabilidad alguna aunque las víctimas hayan sido previamente individualizadas dentro de sus recintos. A fin de intentar disminuir esta práctica delictiva, se propone a través de este proyecto de ley, medidas mínimas de seguridad, que deberán cumplir las entidades financieras en el interior de sus edificios, a fin de reducir la capacidad operativa de los denominados “marcadores” o entregadores. Dichas medidas están dirigidas a la seguridad preventiva a fin de contribuir que se evite la individualización del cliente para que luego no sea sorprendido con un atraco en la vía pública, contribuyendo de esta forma a la seguridad individual y personalísima de sus usuarios y clientes, lo cual redundará a su vez a proteger también sus propios intereses. Se propende así a ofrecer condiciones de seguridad, ya no bancaria, sino ciudadana. Por los argumentos expuestos, solicitamos a nuestros pares la aprobación del presente proyecto de ley.