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Reunión Plenaria
REPÚBLICA ARGENTINA
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN
REUNIÓN PLENARIA
DE LAS COMISIONES DE ECONOMÍA NACIONAL E INVERSIÓN
Y DE PRESUPUESTO Y HACIENDA
Salón Azul
20 de abril de 2005
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Reunión Plenaria
—En el Salón Azul del H. Senado de la Nación, a las 10 y 19 del miércoles
20 de abril de 2005:
Sr. Guinle. — Es un gusto recibir al licenciado Martín Redrado en esta reunión plenaria de las
comisiones de Economía Nacional e Inversión y de Presupuesto y Hacienda que presiden los
senadores Marín y Capitanich respectivamente, para que informe como presidente del Banco
Central de la República Argentina y conforme a la Carta Orgánica del mismo banco sobre la
política monetaria, cambiaria y financiera. Le damos la bienvenida y le cedemos la palabra.
Sr. Redradro. — Señor presidente provisional del Honorable Senado de la Nación, señor
presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda y señor presidente de la Comisión de
Economía Nacional e Inversión, señores senadores, señores presentes: cuando hace poco más de
seis meses este Senado confirmó mi designación como presidente del Banco Central, veíamos
que el país, desde el punto de vista económico, avanzaba hacia la totalidad de su plan social,
fiscal y monetario, como así también de sus planes institucionales. Por eso tomé un compromiso
que hoy vengo a reafirmar.
Anteriormente, el presidente del Banco Central venía una vez por año a hacer el informe
correspondiente al programa monetario. Pero nuestra sensación es que para un país que quiere
fortalecer las instituciones es necesario que esa comunicación fuera cada vez más asidua y, a la
vez, que el Banco Central se comunicara con la sociedad a través de sus informes que brindamos,
no una vez por año, sino de manera trimestral. Ese compromiso que tomé cuando me designaron
es el que estamos cumpliendo en este momento.
Quiero decir entonces que mi presentación va a estar dedicada a dos aspectos centrales
que referencian el trabajo del Banco Central: la estabilidad de la política monetaria y la
estabilidad en materia de política financiera.
El primer mensaje que quiero dejar es que las políticas monetaria y financiera muestran
los números más sólidos desde la salida de la crisis. Hemos dado la respuesta más profesional y
más sólida tanto en materia de política monetaria como así también en materia de política
financiera. Digo esto sin ninguna subjetividad y después de haber estado, como ustedes saben, las
últimos dos semanas en distintos foros internacionales. Esta es la evaluación que no sólo hacemos
los propios profesionales del Banco Central sino que hacen de nuestra tarea diversos organismos
multilaterales y organismos privados tanto en Oriente como en Europa y Estados Unidos.
Pero también lo digo porque es la primera vez desde la salida de la crisis que la política
monetaria se prueba bajo estrés. ¿Qué quiero decir con esto? Que por primera vez en este primer
trimestre hemos tenido algunos índices en materia de aumento de índices de precios que
preocupan al Banco Central y a la población. Todos sabemos los males que genera la inflación
sobre la distribución del ingreso, sobre el bienestar social de nuestra población y de ahí que esta
sea la primera oportunidad en la cual la política monetaria ha sido puesta a prueba bajo estas
nuevas condiciones que se han dado en nuestra economía.
Tal como lo preveíamos en el programa monetario que presentamos aquí el 1º de
diciembre, la política monetaria cambiaba su sesgo; el sesgo que había tenido en los años 2003 y
2004. ¿Qué quiero decir con que cambiaba el sesgo? Simplemente que se terminó la etapa fácil
de política monetaria en donde había una constante emisión de dinero. También se cumplió con
el objetivo central que fue retirar las cuasi monedas, ya sobre finales de 2002 y 2003, que tanto
perjuicio tenían en las economías provinciales. Esto se hizo porque la demanda de dinero
acompañaba y la salida de la crisis permitió una absorción por parte de la demanda de dinero
como nunca antes se había visto debido a la profundidad de la crisis de la República Argentina.
Esto también me lleva a alguna reflexión más técnica que quería compartir con ustedes
antes de darle curso a la estructura de mi presentación. Me refiero a los efectos y los rezagos que
tiene la política monetaria en materia de sus efectos sobre el nivel de precios y sobre la
estabilidad de precios en general. En la Argentina, probablemente por las experiencias fatídicas
que hemos tenido en materia de política económica, ha quedado mucho de ese concepto que uno
de los padres de la psicología social nos dejó sobre principios del siglo XX. Me refiero a Carl
Jung, quien hablaba —en contraposición al inconsciente personal de Frued— del inconsciente
colectivo: aquellas cosas que quedan marcadas en el inconsciente de una sociedad. Sin duda la
traumática década de los ochenta ha dejado en los argentinos esta visión tan clara que una política
fiscal irresponsable acompañada por una política monetaria poco prudente, generó que la emisión
monetaria se trasladara casi inmediatamente en inflación.
Es por esto que he visto en los últimos tiempos a quienes no hacen una diferenciación
correcta entre lo que ha pasado en la década de los ochenta y lo que está pasando en esta precisa
década.
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La Argentina presenta hoy no sólo en materia monetaria el frente más sólido que puede
haber presentado desde el comienzo de la crisis, sino que también lo hace en materia del conjunto
de políticas macro económicas. Me refiero principalmente a la política fiscal —que es el nuevo
ancla de política macro económica que tiene la República Argentina—, a un tipo de cambio
flexible que nos permite adaptarnos con mayor rapidez, a los shocks externos que podamos tener
—y vamos a analizar en un instante cuáles son los riesgos internacionales—, a una política
monetaria provincial y también a una búsqueda de mercados internacionales que haga que las
exportaciones y no el endeudamiento, como lo fue en la Argentina durante muchos años, la
fuente natural de financiamiento del crecimiento de la Argentina.
Por lo tanto, una cosa muy distinta es operativamente lo que ocurría en la década de los
‘80, cuando el Banco Central se daba vuelta, emitía pesos y se los trasladaba a la Tesorería para
que ésta pagara salarios o a proveedores. Eso sí era una inyección directa en la economía y tenía
un impacto directo en la demanda agregada que desequilibraba la producción de la demanda en
nuestro país. Es bien distinta la situación que ocurre hoy.
Hemos generado una recomposición de reservas. En los últimos doce meses hemos
alcanzado un nuevo récord y esto es otro de los números constantes y sonantes que venimos a
reportar y significa un balance del Banco Central con la mayor solidez que también ha tenido
después de la crisis. Como seguramente habrá preguntas sobre esto voy a dejar este tema para
debatirlo luego.
Claramente lo que los economistas llamamos mecanismos de transmisión de la política
monetaria hacen que haya una brecha entre los efectos que se toman en materia de política
monetaria como la absorción de agregados monetarios que está haciendo el Banco Central en el
último trimestre. Otros países, como ustedes saben, utilizan la tasa de interés como es el caso de
Chile, México, Brasil y Estados Unidos. Nosotros, por los instrumentos que nos ha dejado la
crisis, utilizamos agregados monetarios. La brecha que existe, y que todos los economistas
profesionales hoy aceptan, sean ortodoxos o heterodoxos, desde que se toma una política
monetaria hasta que esta tiene un efecto en la economía real, es de, por lo menos, doce meses.
Por eso he querido repartirle a los señores senadores un trabajo que ha hecho el Banco de
Inglaterra. Sin duda, no se lo puede tildar de un Banco Central heterodoxo. Este banco marca en
un trabajo de distintos economistas profesionales, precisamente, esto que estoy diciendo. El
efecto de una absorción monetaria o de la suba de la tasa de interés, por los mecanismos de
transmisión que tiene la política monetaria lleva, por lo menos, de doce a veinticuatro meses para
incidir sobre el nivel de precios y, de esta manera, sobre la economía real.
De ahí que me parece importante tener en claro que también desde el punto de vista
operativo el Banco Central cuando emite pesos lo está haciendo comprándole dólares al sistema
financiero. Lo hace a través de lo que se llama el mercado mayorista.
Como ustedes saben, a pesar del crecimiento vigoroso, uno de los compromisos que he
tomado en el Senado de la Nación ha sido que el crédito sea uno de los ejes de nuestra gestión.
También, desde el punto de vista de la solidez del sistema financiero, estamos teniendo un
crecimiento del crédito del 23 por ciento en el último trimestre. Sin embargo, todavía el mercado
de crédito en la República Argentina es del 8,5 por ciento del producto. Con esto quiero decir que
el Banco Central compra dólares al sistema financiero, para que éste termine volcándolo en más
crédito y se refleje en un exceso o no de liquidez sobre el mercado. Ven que es muy distinto lo
que pasa en la década de 2000 de lo que pasaba en la década de los 80, cuando teníamos un
Banco Central que se dedicaba a financiar al sector público.
Esta, quizás, es la principal diferencia que nos debe poner en la misma sintonía desde el
punto de vista del debate, del diálogo y de cuáles son los efectos o no de la política monetaria en
el corto plazo. He notado que algunos analistas directamente vinculan la compra de dólares con la
inflación. Sinceramente, esto no tiene el menor sustento técnico. No resiste el menor análisis
profesional. Por eso creo que sí en esto nos perjudica el famoso inconsciente colectivo que
permanece en muchos argentinos haciendo referencia a la década de los 80.
Quiero decirles que hoy, tanto desde el punto de vista fiscal como desde el monetario o
cambiario, la economía argentina presenta la mayor solidez de las últimas décadas.
Déjenme, entonces, presentar la estructura de lo que quiero comentar con ustedes, que es,
precisamente, este informe sobre la estabilidad monetaria que presenta la economía argentina,
aún en condiciones distintas de las que tuvimos en los años 2003 y 2004, las previsiones que
tomó el Banco Central cuando presentó el programa monetario que compartimos aquí el 1° de
diciembre de 2004, que no tuvo ninguna objeción de ninguna de las dos comisiones,
Voy a comenzar hablando de cuáles son los condicionantes internacionales que tiene la
Argentina. Luego, hablaré brevemente de la estructura macroeconómica que tiene nuestro país.
Por supuesto, después vamos a ingresar en los instrumentos de política monetaria que está
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utilizando el Banco Central, en cómo estamos analizando el proceso de aumento de precios de los
últimos meses y voy a terminar con la estabilidad del sistema bancario. Vuelvo a decir que este
muestra los números más sólidos desde que salimos de la crisis.
Comienzo diciendo que la economía argentina está yendo hacia una economía más
normalizada. Desde el punto de vista del crecimiento de producto interno bruto se puede
visualizar cómo, mes a mes, se ha ido recuperando fuertemente desde la caída de la producción
que tuvimos a partir de la crisis del año 2001. Sin duda, también, con la reestructuración de deuda
que ha concluido el gobierno nacional. Tendrá su finalización en la primera semana de mayo.
Esto muestra una economía de vitales signos de normalidad.
Cuando una economía ingresa en terrenos normales, cada una de las instituciones que
hacen a la formación de política económica debe actuar con un rol de absoluta normalidad. Por
eso decía que se ha terminado la etapa fácil de política monetaria, cuando sólo teniendo
agregados monetarios se podían cumplir tres objetivos a la vez: el de tener estabilidad monetaria,
reflejado en estabilidad en precios y bajísimas tasas de interés, junto con un tipo de cambio
competitivo. Claramente, con el ingreso de la economía argentina a la normalidad, cada una de
las instituciones que hacen a la política económica debe ocuparse de su rol primordial y
fundamental. Al Banco Central, como lo señala el artículo 3° de nuestra Carta Orgánica, le cabe
el rol de reservar el valor de nuestra moneda y, por lo tanto, concentrarse en los objetivos de
política monetaria y de tasas de interés.
Partimos de un contexto internacional que continua siendo favorable hacia nuestro país y
hacia los mercados emergentes.
-Se proyecta una transparencia.
Sr. Redrado.- En el presente gráfico podemos visualizar la economía mundial durante el año
2005. La primera barra corresponde al crecimiento mundial. La segunda barra a los Estados
Unidos quien sigue liderando el crecimiento mundial. Luego viene Europa. Y la cuarta barra se
refiere a la economía de Japón.
Déjenme decirles unas palabras sobre la economía internacional, sobre todo después de
haber compartido una gran cantidad de conversaciones en los últimos días con distintos colegas
alrededor del mundo.
El mundo está preocupado por los desbalances que tiene la economía mundial. En
particular, el déficit de cuenta corriente de los Estados Unidos. Este déficit es de seis puntos del
producto. Esto significa que los Estados Unidos para poder financiar su crecimiento está
tomando ahorros del resto del mundo para poder financiar ese desbalance. Obviamente, esta toma
de ahorros no la hace de manera compulsiva. El sudeste asiático tiene la mayor tasa de ahorro del
mundo, entre el 35 y el 40 por ciento. Esos ahorros se vuelcan a la compra de títulos del tesoro de
los Estados Unidos. Esto es, precisamente, lo que refleja ese desbalance. El ahorro de los países
emergentes, en particular del sudeste asiático, está financiando ese crecimiento de la cuenta
corriente. Lo que cualquier economista profesional señala es que esta situación no se puede
mantener indefinidamente en el tiempo.
Lo que todos sabemos es cómo se cura esto. Hay tres herramientas de política económica
que tienen que ponerse de manifiesto en los próximos tiempos. Primero: que los Estados Unidos
aumente su ahorro, tanto público como privado y para eso la política fiscal de ese país es central
en los próximos doce a veinticuatro meses.
Europa también tiene que realizar reformas estructurales, reformas impositivas y en sus
mercados de trabajo que permita darle mayor productividad, en particular, a la locomotora de la
economía europea que es, precisamente, la economía alemana. Y, en particular, el Sudeste
Asiático y Japón aportar lo suyo en materia de crecimiento del consumo interno, algo que ya está
ocurriendo.
Sin dudas el gran interrogante mundial es esta nueva aparición de esta potencia
económica que se va transformando también en potencia comercial y ahora también en potencia
financiera que es la irrupción de China en el mundo financiero internacional y el rol que puede
tener la apreciación de su moneda, precisamente, para que haya mayor absorción de bienes
importados en aquella economía y que no sea solamente la exportación y el superávit comercial
lo que haga precisamente que esa economía siga creciendo. Estas tres medidas: ajuste fiscal en
los Estados Unidos, reformas estructurales en Europa, revaluación o flotación del tipo de cambio
en China son fáciles de decir, difíciles de hacer.
Por lo tanto, lo que podemos decir es que si bien es cierto que hacia los próximos dos
años tenemos un sendero internacional favorable, la economía internacional no está exenta de
riesgos y si ustedes me preguntan en términos de riesgo de largo plazo, el principal que enfrenta
la economía mundial es cómo va a ir amortiguando estos desbalances.
Sin embargo, en el corto plazo los dos riesgos centrales que tienen en particular las
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economías emergentes son el crecimiento del precio del petróleo y la suba de la tasa de interés.
Un escenario distinto del que tuvimos en los años anteriores.
En particular la suba del precio del petróleo y también las distintas necesidades que hay,
hoy el mundo está reclamando, sus industrias están pidiendo una mayor producción de productos
petrolíferos livianos, de combustibles livianos, cuando el mundo tiene una producción mayor de
combustibles pesados, con mayor composición de sulfuro y justamente es lo contrario de lo que
necesitan las industrias del mundo para crecer. Necesitan combustibles livianos y necesitan
combustibles con una menor cantidad de sulfuros y esto lo que está generando es una fuerte
presión de demanda que nos permite proyectar que el precio del petróleo difícilmente caiga de
los niveles habituales o de lo que hemos visto en los últimos meses.
También podemos decir que en el último trimestre y esto también favorece a la economía
argentina, se ha consolidado una fuerte suba de los precios de la materias primas a nivel
internacional. Y eso está teniendo, en la economías más desarrolladas, un incipiente impacto
inflacionario. Si ustedes miran la economía de los Estados Unidos en particular, lo que se llama
la "inflación de base", verán que está creciendo a nivel de 0,1 o 0,2 por ciento mensual y esto, sin
duda, ha cambiado el sesgo de la política monetaria por parte de la Reserva Federal.
Si ustedes miran el último informe, las minutas del Comité de Política Monetaria, se
observa una creciente preocupación en los Estados Unidos por un incipiente aumento de la tasa
de inflación y de allí entonces que preveamos, como prevé el resto del mercado internacional, que
la tasa de fondos de la Reserva Federal probablemente hacia fin de año esté en un 4 por ciento
anual, hoy está en un 2,75. Es decir que va a haber una progresiva y gradual suba de tasas de
interés de entre unos 25 a 50 puntos básicos que se decidirán en las reuniones del Comité de
Política Monetaria que restan hacia fines de año.
-Se proyecta una transparencia.
Sr. Redrado.-Ustedes ven en la línea colorada la inflación de precios minoristas y lo más claro
en términos de gráficos es ver la tendencia. Ustedes ven que la línea colorada tiene tendencia
ascendente que tiene que ver, fundamentalmente, en la economía de los Estados Unidos con un
creciente paso del peso de materias primas, no sólo materias primas agropecuarias sino también
las industriales, en particular los metales que son tan importantes para aquella economía. Y
también en mucho menor medida lo que se llama el pass-trough, es decir, el efecto de la
devaluación sobre los precios internos, que aunque si bien es cierto ha sido poco, comienza a
mostrarse.
Con esto quiero decir que la devaluación del dólar ha sido muy fuerte en los últimos doce
meses. Pero, sin dudas, todavía no ha mostrado su efecto en los precios, y lo que se ha visto es
que los exportadores hacia los Estados Unidos han ido disminuyendo sus márgenes y esto les ha
provocado que esa disminución de márgenes está llegando a su fin y está poniendo mayores
presiones inflacionarias.
La región está más preparada. ¿Por qué está más preparada? Quizás por esto que yo
mencionaba al principio cuando hacía la comparación local de la Argentina de la década de los
80 con la presente década. Y también podemos decir lo mismo para el resto de América Latina.
El conjunto de políticas macroeconómicas y de superávit fiscal y de tipo de cambio flexible, de
extremada prudencia monetaria y también de una salida al mundo mucho más articulada,
financiando nuestro crecimiento a partir de nuestra propia capacidad productiva se nota,
precisamente en lo que se llama el spread o la diferencial que tienen los títulos soberanos de los
países emergentes y en particular de América Latina con respecto a los títulos del Tesoro y los
bonos del tesoro norteamericano.
Y como ven, ese spread, esa diferencia de la tasa de interés norteamericana con respecto a
la tasa implícita que pagan los bonos de América Latina y, en particular, de los mercados
emergentes como ustedes lo ven en la primera parte del gráfico muestra todo una tendencia
descendente. Eso quiere decir que las economía emergentes, que las economías latinoamericanas
son percibidas por el mundo con un nivel menor de riesgo del que tenían hasta hace un tiempo.
Y, sobre todo -hemos traído un gráfico pero quiero que me acompañen en este concepto-si
ustedes comparan lo que fue la suba de la tasa de interés en los años 94 y 95 junto también con la
diferencial de tasas de interés de los Estados Unidos con respecto a países emergentes, el cuadro
es totalmente diferente. A medida de que subía la tasa de interés en Estados Unidos también subía
el diferencial de tasas entre los países emergentes y los Estados Unidos.
Y en este momento es exactamente lo contrario. Sube la tasa de interés en los Estados
Unidos y baja esa diferencial. ¿Por qué ocurre eso? Porque se percibe que la región está mucho
más preparada para cualquier shock. Es decir, tiene capacidad de absorción para cualquier shock
y está claro que cualquier shock que pueda tener la economía mundial, visto los riesgos que
hemos señalado, vienen por un ajuste más rápido del tipo de cambio en los Estados Unidos,
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pueden venir por un ajuste más rápido de las tasas de interés o por un ajuste más rápido de los
precios del petróleo y de las materias primas. Tanto nuestro país como México, Brasil, Chile,
Perú y Venezuela presentan hoy estas características de una fuerte capacidad de reacción frente a
los cambios que se puedan dar en la economía mundial. Brevemente, vemos cómo después de la
caída que habían tenido sobre el final del año pasado los precios de las materias primas, y no sólo
de la materias primas que ustedes ven en colorado, la última parte de la curva que representa el
primer trimestre del año, una nueva suba, pero también lo vemos en las dos curvas tanto en las
materias primas industriales como también en las materias primas agrícolas como se muestran en
este crecimiento.
Vayamos entonces a ver cómo esto impacta en nuestro país.
En nuestro país continúa un fuerte crecimiento del consumo; crece el consumo, crece la
inversión. Eso permite un fuerte crecimiento del producto, que terminó en un 9 por ciento y en
guarismos muy altos en el primer trimestre, con más de un 8 por ciento.
Vemos también un crecimiento de la inversión, aunque más moderado al crecimiento que
vimos a la salida de la crisis. Precisamente, las curvas que pueden apreciar en el gráfico
corresponden a la tasa de crecimiento anual. Y ustedes ven que, de tasas de crecimiento del 40
por ciento, hoy la tasa de crecimiento está ubicándose entre un 15 y un 20 por ciento.
A esto me refería en el inicio de mi conversación con ustedes, en cuanto a cómo la
economía argentina va tendiendo a patrones más normales. Y, obviamente, un patrón de
inversión de entre un 15 y un 20 por ciento es un patrón mucho más normal.
Lo más importante para todos —éste es el fin de la política económica y, obviamente, la
contribución que puede hacer la política monetaria en materia de estabilidad— es que mejora el
empleo, es que mejoran las condiciones sociales en nuestro país. Sin duda todavía lejos de estar
en una situación que nos permita ser complacientes. Pero claramente hay una mejora, tanto una
baja en la situación de desempleo, en 12,1 por ciento, como también en la tasa de empleo, que
muestra asimismo el mayor guarismo de los últimos tres años.
Pero lo más importante también es que, con esta proyección, hacia fines de año vamos a
estar cerca de un dígito en materia de desempleo. Esto es algo también que yo les adelanté en mi
última presentación y algunos creyeron que estábamos haciendo solamente voluntarismo. Pero
claramente, con este ritmo de crecimiento del empleo vamos a estar muy cerca de un dígito
cuando comience el primer trimestre.
Asimismo resulta importante que los salarios reales van creciendo, sobre todo el del
sector privado y también el del nivel general. Y aquí sí quiero hacer una pequeña digresión,
porque mucho se discute hoy en términos de salarios e inflación. En lo que estamos de acuerdo es
en un concepto central: la realidad sectorial de la Argentina es muy diferente en los sectores de
bienes manufacturados respecto de los sectores de bienes como el área servicios.
Por lo tanto, lo que decimos es que sería perjudicial generar aumentos generalizados de
salarios. No porque los salarios generen inflación, sino porque en una economía normalizada
debemos ir a que cada sector, cada empresa, tiene que aumentar salarios de acuerdo a su
productividad, de acuerdo a lo que nosotros venimos señalando en nuestro informe de inflación:
el excedente bruto de producción. Y está claro que hay algunos sectores en la economía que
tienen un fenomenal excedente, sobre todo aquellos sectores que están en la exportación y que
tienen la capacidad de generar aumentos de salarios realmente muy importantes. Y hay otros
sectores que no tienen ninguna capacidad de generar aumentos de salario.
Por lo tanto, selectividad es una de las claves. Esto ya se ha dicho desde distintas áreas de
gobierno. Y desde nuestra posición profesional, el Banco Central viene a, precisamente, subrayar
que uno de los temas centrales que tenemos que trabajar juntos en los próximos meses, es el
componente de las expectativas, es ese componente psicológico del que hablé en un principio.
Y claramente, como lo vemos en las calles del día a día, las presiones salariales deben
dirigirse hacia aquellos sectores en donde trabajadores y empresarios, a nivel de empresa,
puedan encontrar juntos un camino que está dado por la mayor productividad, por el mayor
crecimiento. Y claramente ese crecimiento debe ser con justicia distributiva. Pero —como se ha
dicho muchas veces— no se puede distribuir cuando no se crece, y hay sectores en la Argentina
que todavía no han crecido.
Por lo tanto, generar aumentos generalizados de salario, sin duda nos llevaría a pisos en
materia de expectativa de inflación, lo que terminaría en aquellas famosas carreras de precios y
salarios. Y sabemos que los únicos que se perjudican con esas carreras de precios y salarios son
precisamente los asalariados.
Finalmente, la última parte de la presentación de los temas generales son los dos ejes que
señalo en materia de la capacidad de reacción de la economía argentina.
Cuando ustedes miran la economía de cualquier país, hay que mirar qué capacidad de
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generación de recursos tiene. Y las dos medidas más eficientes para mirar la generación de
recursos es, precisamente, el superávit fiscal: cuánto gasta el Estado, y también el superávit de
cuenta corriente, es decir, cómo se relacionan nuestras cuentas con el exterior.
En ese caso, lo que podemos decir es que tenemos superávit fiscal con un crecimiento
importante de la recaudación. Hemos visto en el primer trimestre un superávit que ha superado
las metas del primer trimestre del año pasado, con un récord de 4.224.000.000 y también un
récord comercial. A ustedes quizás les pueda preocupar que el superávit de cuenta corriente está
bajando, pero está bajando hacia niveles más consistentes. Porque cuando ustedes ven esa fuerte
suba en el año 2002 se debe a que lentamente reaccionaron las exportaciones, pero
fundamentalmente a una caída de las importaciones.
Hoy las importaciones están creciendo a un ritmo realmente muy vigoroso. Están
creciendo las expo y están creciendo las impo. Esto nos está permitiendo tener un superávit
proyectado en materia comercial que se traduce como el eje principal del superávit de cuenta
corriente, de 10.000.000.000 de dólares; es decir que el superávit de cuenta corriente va a ser de 2
puntos del producto, o un poquito más de 2 puntos del producto.
Lo que esto significa es que cuando se mira la economía argentina se ve que tiene solidez
desde el punto de vista de la capacidad de generación de recursos propios; esto es, no depende del
financiamiento internacional.
Por eso es que —para cerrar el capítulo de los riesgos internacionales y la economía
local— cuando uno mira la suba del precio del petróleo, si bien es cierto que la Argentina
produce más combustibles pesados que combustibles livianos, claramente tiene la capacidad de
autoabastecerse en materia petrolera. Y cuando uno mira los riesgos de tasa de interés, primero,
el haber cerrado la reestructuración de la deuda hace que prácticamente el 86 por ciento de la
deuda de la Argentina esté marcado a tasas fijas.
Por lo tanto, la suba de tasa de interés no tiene impacto. Pero, a la vez también, cuando
vemos la estructura productiva con estos dos números, con superávit fiscal y con superávit de
cuenta corriente, comprobamos que la Argentina tiene menos necesidad de tomar ahorro del resto
del mundo y de tener fuentes de financiamiento en base a su sistema financiero y en base a su
sistema productivo.
-Se proyecta una transparencia.
Sr. Redrado.-Vamos también a la reacción que hay en las exportaciones. Aquí habitualmente
también hay otro tema instalado en el inconsciente colectivo de los argentinos, en que sólo crecen
las exportaciones agrícolas.
Si ustedes miran la línea del medio del gráfico —que es la línea oscura—, corresponde a
las exportaciones de manufacturas de origen industrial. Algunos dicen: “Esto se debe solamente a
que Brasil crece”. Ése es también otro lugar común en que caen los analistas o muchos de
nuestros colegas. Y realmente las manufacturas de origen industrial están creciendo porque se ha
generado una política de apertura de mercados como nunca antes había visto la Argentina.
Hoy la diversificación de mercados que tienen nuestras exportaciones es la mayor de los
últimos veinte años, tomando otro índice que utilizamos los economistas, que es el índice de
Herfindal. Esto quiere decir que es la mayor dispersión; dispersión en el sentido de que no sólo
estamos exportando manufacturas de origen industrial a Brasil, como era la tradición, sino
también al resto de Sudamérica. Hemos firmado un acuerdo de libre comercio con la totalidad de
Sudamérica. Pero también exportamos a nuevos mercados, como Sudáfrica, la India, China. Es
decir que se da una diversificación mucho más grande. México juega un rol también mucho más
importante del que jugó durante muchas décadas.
Por lo tanto, lo que quiere decir esto es que la Argentina, a través de la capacidad de
colocación de su producto, está generando los dólares necesarios como para poder financiar su
propio crecimiento, sin depender —como lo hizo en las últimas décadas— del financiamiento
externo, del endeudamiento externo que, sin duda, fue uno de los grandes problemas que nos
llevó a la crisis de 2001.
-Se proyecta una transparencia.
Sr. Redrado.- Las finanzas públicas —vuelvo a reiterar—es también otro de los ejes que nos
hace mostrar una política realmente muy sólida, y esto nos permitiría entonces proyectar un
crecimiento para este año de entre el 6 y 6,5 por ciento. El Banco Central proyecta para el primer
trimestre de este año un crecimiento —ya confirmado en el día de ayer— de un 8,6 por ciento,
para el segundo proyecta un crecimiento de un 8 por ciento, para el tercero un crecimiento de un
6,2 por ciento y, para el cuarto, un 5 por ciento.
Lo que también vemos es que esta es una economía que, del 9 por ciento del crecimiento
que permitió esa recuperación, va a alcanzando niveles más sustentables de crecimiento —que
son alrededor del 5 ó 6 por ciento— y esto es lo que vamos a proyectar hacia adelante.
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Está claro que en el reacomodamiento de un crecimiento como el que venía de los últimos
dos años del 9 por ciento, hacia un crecimiento sostenible del 5 o del 6 por ciento, hay un proceso
de reacomodamiento en nuestra economía que tiene que ver con un actual aumento de la
demanda agregada que todavía no ha sido acompañado por un aumento de la oferta en distintos
sectores. En particular, hay algunos sectores que están al límite de capacidad instalada y que
claramente necesitan que haya —como lo ha habido— un crecimiento muy importante en la
inversión. Estimamos que la inversión va a crecer un 15 por ciento este año, con lo que se
ubicaría en 21 puntos del producto. Pero hay que decir con total claridad que para que la
Argentina tenga tasas de crecimiento del 9 por ciento se necesitaría que el ahorro nacional
estuviera en niveles del 35 por ciento, de manera tal de no caer en desequilibrios.
En la Argentina la tasa de ahorro y la tasa de inversión han crecido vigorosamente.
Recordemos que en lo más profundo de la crisis la tasa de inversión sobre producto estaba en un
12,5 por ciento. Hoy está en un 20 por ciento, estableciéndose en un 21 por ciento. Eso nos
muestra un crecimiento muy importante acompañado, por supuesto, del crecimiento del ahorro.
Lo que estamos pasando en ese trimestre entonces —y a esto se debe la aceleración de
precios que hemos visto— es que hay una adecuación en materia de la demanda agregada a la
oferta de la economía. Aquí también voy a hacer la mejor contribución porque, habitualmente,
desde distintos ámbitos se dice que lo que hay que hacer es precisamente no buscar un
reacomodamiento de la oferta. El Banco Central desde la contribución que le corresponde va a
trabajar sobre todo en herramientas microeconómicas, desde el punto de vista crediticio, que nos
permitan aumentar la oferta de bienes que tiene la República Argentina. El gran aporte o el
pequeño aporte que puede hacer en este caso, no la política monetaria ya que ésta hace a la
solidez y a la “predictibilidad”, tiene que ser precisamente por el crédito y del crédito hacia la
inversión con los mecanismos que necesitamos para que se amplíe la oferta de productos en
nuestro país.
Veamos entonces la anatomía de la evolución del índice de precios como lo toma el
INDEC, con el índice de precios al consumidor, pero después desagregándolo en tres
componentes centrales: los productos estacionales —aquellos que están sujetos a algún tipo de
condicionamiento ya sea por los tiempos de cosecha o producción—; un segundo bloque con los
productos que tienen precios regulados —llamados así porque hay un gran componente
impositivo o porque tiene la capacidad de fijar tarifas— y, de manera residual, lo que no es
estacional y lo que no es regulado que el INDEC llama “índice de precio al consumidor resto”.
Aquí vamos a hacer un desglose de qué es lo que ha ocurrido con respecto al índice de
precios al consumidor. En el cuadro gráfico que aparece en pantalla observamos claramente que
el índice de precios al consumidor en el primer trimestre es del 4 por ciento, habiendo subido
precios estacionales un 3,5 por ciento impulsado claramente por la estacionalidad del turismo que
ha subido un 5,4 por ciento. Otros productos que se consumen habitualmente en el período estival
han subido un 2,8 por ciento. Los precios regulados han subido, en promedio, un 1,9 por ciento.
La inflación llamada resto es la que ha subido un 4,6 por ciento y esta inflación es la que le
preocupa al Banco Central y a la población argentina.
Sin embargo, cuando desglosamos ese 4,6 por ciento de crecimiento vemos que hay tres
ítems que han sido los que mayor peso han tenido sobre ese índice y creo que es importante que
todos compartamos sobre bases sólidas qué es lo que ha ocurrido para después tomar las recetas
adecuadas.
Vean ustedes el aumento de carnes —un 8,5 por ciento—, el de productos lácteos —un
7,5 por ciento—, el de medicina prepaga —un 8,5 por ciento—, el de la escuela privada que
recibe algún tipo de subvención —un 7,8 por ciento— y, el de otros, es decir los que no van en
estos rubros, que han crecido un 3,3 por ciento. Si analizamos en los últimos doce meses este
último rubro de otros exceptuando carnes, lácteos, medicina prepaga y la escolaridad privada,
tenemos un índice de precios al consumidor resto de un 5,9 por ciento. Esto sin duda nos da una
inflación anualizada de un 5,9 por ciento, eliminando estos rubros que, sin duda, nos llevan
preocupación en materia de que algunos tienen componentes transitorios y otros muestran una
falta de dinamismo de la oferta para, precisamente, acompañar el vigoroso crecimiento de la
demanda que se ha dado en nuestro país.
Hay que decir que en el caso de carnes y lácteos, por buenas razones hay una
acortamiento de la oferta. Como dije anteriormente, están creciendo las manufacturas de origen
industrial y agropecuario y, claramente, el crecimiento en las importaciones de carne —que ha
crecido prácticamente un 50 por ciento en los últimos doce meses— y, en particular, en el área de
lácteos, que ha crecido un 100 por ciento en el mismo tiempo. Ese componente es por buenas
razones porque nuestros productos están ganando mercados internacionales. Sin duda, esto
también hace que la oferta —es decir, la inversión— tarde un tiempo en reaccionar para que las
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empresas vean este nuevo escenario y entonces aumenten su inversión en base a este nuevo
estadio de cosas.
En términos gráficos, lo que estamos viendo son los distintos componentes del índice de
precios al consumo y cómo viene cayendo. Estoy convencido de que el gobierno le ha dado un
fuerte golpe a las expectativas y, por lo tanto, sin querer trabajar aquí en materia de pronósticos,
estoy convencido de que ese fuerte golpe va a tener su correlato ya en el índice de precios al
consumo sobre fin de abril.
También lo que podemos decir es que empieza a cerrarse la brecha del producto. Este
empieza a llegar a sus niveles de lo que es con la capacidad instalada, el nivel de producto bruto
potencial. Esto lo que esta generando es, precisamente, la necesidad de que algunos sectores
amplíen su oferta en materia de inversión y allí es donde también el Banco Central puede
contribuir a este proceso, sobre todo, desde el punto de vista crediticio
Como decía al principio de mi presentación, lo que ha hecho el Banco Central previendo
—como lo dijimos el 1º de diciembre cuando estuvimos aquí— que esta etapa fácil de políticas
monetarias con distintos objetivos que se podían alcanzar con agregados monetarios había
concluido, fue ya a partir del 2 de enero tomar distintas medidas de política monetaria para
acompañar esta nueva etapa de política económica en nuestro país. En esta etapa de normalidad
está claro que cada uno debe comenzar a atender sus objetivos primordiales y que uno de los
objetivos centrales del gobierno es mantener un tipo de cambio competitivo. Pero esto no puede
ser hecho solamente con las herramientas que el Banco Central tiene a su disposición. De allí que
es en coordinación con el Ministerio de Economía que a partir del 2 de enero se puede observar
cómo parte del superávit fiscal se destina a la compra de divisas y cómo el Banco Nación, que es
el brazo ejecutor de las políticas de la Tesorería del gobierno nacional, comienza a ser el actor
más importante en materia de intervención en el mercado cambiario.
Decimos, entonces, que el objetivo primario del Banco Central es el cuidado y
mantenimiento de la política monetaria. Por lo tanto, su objetivo central, acompañando al resto de
la política económica, es el cumplimiento estricto de este programa monetario para llevarle a toda
la población la tranquilidad de un Banco Central profesionalmente independiente y coordinado
con el resto de las áreas del Poder Ejecutivo nacional.
Lo segundo que hicimos el 10 de enero, que quizás pasó desapercibido, fue movernos
hacia un sistema financiero que tuviera menos liquidez compulsiva y un mayor grado de
voluntariedad para que el crédito se expandiera hacia el sector privado que lo está necesitando
como engranaje de crecimiento.
También comenzamos una suba de la tasa de pases. Saben que los pases son mecanismos
de corto plazo por los cuales el Banco Central absorbe liquidez. Esto nos permite entrar en esta
fase de absorción que ha tenido el Banco Central y que ha posibilitado que en el primer trimestre
hayamos tenido, bajo estrés, una absorción de 2.275.000.000 de pesos, cuando medimos la
absorción que ha tenido base monetaria desde finales de diciembre hacia finales de marzo. Esto
significa que la base monetaria ha absorbido 4,6 por ciento del total. Y lo ha hecho a través de
distintos instrumentos, como han sido los pases. A pesar de que los pases se han disminuido
porque han disminuido las colocaciones del Banco Nación en el Banco Central de la República
Argentina. Esto significa que el superávit acumulado que tenía el Banco Nación se ha utilizado
para la compra de dólares. Por lo tanto, en lugar de tener pases colocados en el Banco Central,
ese dinero se ha utilizado para la compra de divisas.
Las últimas semanas hemos hecho una suba de la tasa de pases para ubicarla de manera
más realista en un corredor de 3,25 y de 3,75 por ciento. La tasa que paga el Banco Central para
las colocaciones de corto plazo es de 3,25 por ciento. La tasa a la cual el Banco Central le da
liquidez al sistema es de 3,75 por ciento. Esto, sin duda, ha llevado a una lenta corrección de
tasas de interés que son, todavía, tasas reales negativas.
Esto ha llevado a un movimiento en los otros instrumentos que tiene el Banco Central,
fundamentalmente, las letras y las notas. Todas han tenido un gradual reacomodamiento en
materia de tasas que nos ha permitido absorber una mayor cantidad de pesos. Algunos podrían
decir si realmente no ha sido un problema de la política monetaria, el hecho de que se haya
reflejado este fenómeno de aumentos de precios, ¿por qué es que se modifica el sesgo de la
política monetaria? Esto es similar a lo que dice un amigo economista. Cuando hay marea alta es
por el cambio de luna. Por lo tanto, algunos dirían que para bajar la marea tenemos que pegarle
un tiro a la luna. Lo mismo se traduce a la política monetaria. No es que creamos que hemos
tenido algo que ver con la marea. Lo que tenemos que generar es la escollera, que son los
mecanismos preventivos para no convalidar este fenómeno que está ocurriendo en el corto plazo.
Si alguien cree que es un fenómeno estrictamente monetario, tiene que referirse a lo que fue la
política monetaria antes de los últimos doce meses. Si vemos algún efecto monetario en el corto
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plazo, deberíamos referirnos al primer trimestre del año pasado en materia de cuál es el impacto
que tiene, a través de los mecanismos de transmisión, la política monetaria.
Quisiera desmitificar los dichos que corren. La mejor manera de hacerlo es a través de los
números concretos. Observen el volumen negociado en el mercado de cambio y el grado de
intervención que ha tenido el Banco Central. El promedio del primer trimestre del año es el más
bajo que se ha tenido desde que el Banco Central participa en el mercado cambiario.
La tercera herramienta que hemos puesto de manera creativa en materia de absorción
monetaria ha sido la cancelación de redescuentos que las entidades mantenían con el Banco
Central. Como saben es un fenómeno nuevo en materia financiera argentina. Habitualmente,
cuando se daban redescuentos, los mismos salían del Banco Central, pero nadie terminaba
pagándolos. Hoy estamos con una política estricta, no sólo de cumplimiento mensual de esos
pagos que las entidades tienen de redescuentos que se dieron durante el año 2002. Recordarán
que se llegaron a dar 20.000.000.000 de pesos frente a la crisis que tuvo el sistema financiero.
Hoy por hoy, no sólo se están pagando cuotas mensuales iguales y consecutivas, sino que
el Banco Central ideó un incentivo para que los bancos pudieran pre-cancelar esas deudas. Lo
innovador del sistema es que licitamos una prima, una suerte de seguro, que le permitiera a los
bancos que pre-cancelaran, si pagaban un seguro al Banco Central, tener la facilidad de volver a
obtener esa misma cantidad de pesos en tiempo, forma y en las mismas condiciones durante el
mismo período en el cual había sido otorgada esa facilidad. Esto quiere decir que si una
institución tenía una deuda con el Banco Central programada para pagos de cuarenta y ocho
meses, al pre-cancelar y pagarnos una prima, cancela esa deuda con el Banco Central, pero si en
algún momento necesita durante esos cuarenta y ocho meses tener un nuevo acceso a esta línea
de financiamiento, de manera automática, sin tener que esperar una resolución de directorio,
accede a ella en las mismas condiciones en que lo ha cancelado.
Esto nos ha permitido en dos licitaciones , la tercera va a llegar este día viernes, absorber
sobre fines de enero 1.100.000.000 de pesos y sobre fines de febrero, otros 1.100.000.000 de
pesos. Con lo cual este es un mecanismo que permite fortalecer el balance del Banco Central -que
sé que es una de las preocupaciones de los señores senadores-; también permite fortalecer al
sistema financiero y darnos, entonces, un nuevo instrumento de absorción monetaria sin costo
para el Banco Central.
Esto nos ha permitido seguir con una creciente acumulación de reservas. Como ustedes
saben también la literatura económica no nos da un nivel óptimo de reservas pero sí podemos
decir que la Argentina necesita seguir creciendo en sus reservas. Y si bien es cierto, como les
señalé que los últimos doce meses han sido récord en materia de acumulación de reservas, eso no
significa que la Argentina haya llegado al óptimo pero, sin dudas estamos en condiciones, sobre
todo cuando miramos a nuestros pares latinoamericanos, de mostrar cuando la Argentina se
exhibe en el mundo desde el punto de vista fiscal, monetario y también desde el punto de visa de
las reservas, una nueva muestra de solidez que damos a la población argentina en materia del
respaldo que tiene con el circulante, es decir, los pesos que todos tenemos en nuestros bolsillos
que es el principal pasivo que tiene el Banco Central con la sociedad. Por eso creemos que una
sana política de acumulación de reservas debe continuar.
Como decía, el resultado de este set o conjunto de instrumentos ha permitido que, a través
de los títulos del Banco Central —de los LEBAC, de los pases, de las notas del Banco y del
sector financiero—, hayamos absorbido estos 1.275.000.000 de pesos.
El sector público ha sido levemente contractivo, ustedes ven que "pases" es levemente
expansivo y eso se debe, fundamentalmente, a lo que señalé hace un instante, el comportamiento
del Banco Nación. Esa entidad ha redirigido sus esfuerzos a la compra de divisas en lugar de
colocar dinero en el Banco Central a 7 días.
Por supuesto, la monetización dentro del programa monetario que lleva el Banco Central
hace que sea la única fuente de emisión de dinero — reitero que esto es central para evaluar el
criterio profesional del Banco Central— y es precisamente la venta que hacen naturalmente los
exportadores de la liquidación de las exportaciones que realizan con el resto del mundo.
Esto nos ha permitido cumplir por séptimo trimestre con el programa monetario y este es
el principal compromiso que hemos tomado con ustedes, señores senadores, y con la sociedad
entera. Y ustedes ven cómo ha caído el estímulo monetario.
También quiero decir que la política de haber sacado pases del Banco Central por parte
del Banco Nación para comprar dólares, sin duda eso también ha tenido un efecto expansivo. Por
lo tanto, el esfuerzo que ha hecho el Banco Central ha sido doble si se tiene en cuenta que el
Banco Nación al cancelar pases con el Banco Central y utilizar estos fondos para intervenir en el
mercado cambiario sin duda está llevando a una visión más pura de lo que es la base monetaria.
Ustedes saben que ha habido una discusión -y sobre todo en su momento con organismos
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internacionales- de cuál es la definición precisa de la base monetaria. ¿Qué es la base monetaria?
Son los pasivos de corto plazo del Banco Central. El primer pasivo de corto plazo es el circulante
en poder del público. El principal pasivo que tiene el Banco Central con la sociedad son los
billetes y monedas que tiene precisamente la población. El segundo pasivo de corto plazo son los
depósitos de entidades financieras que tienen los bancos privados y los bancos nacionales con el
Banco Central. Esa es la definición que hemos utilizado aquí durante siete trimestres de base
monetaria o del primer agregado monetario.
Hay quienes dicen y no sin razón técnica que quizás hubo un agregado más preciso o un
concepto más preciso de base monetaria, debiera incluir el concepto de pases porque, ¿qué es un
pase? Es un pasivo monetario a 7 días que está tomando el Banco Central. Si bien es cierto que
ustedes ven un mecanismo de renovación constante, como ha ocurrido en el caso del Banco
Nación, para darles una idea el 2 de enero el Banco Central tenía pases —es decir, colocación de
entidades— por aproximadamente 9.200.000.000 de pesos. Hoy está promediando los
5.000.000.000 de pesos y fundamentalmente esta baja en pases se debe, precisamente, al
comportamiento del Banco Nación que ha utilizado ese superávit para estar presente en el
mercado cambiario.
Lo que quiero decir es que si ustedes lo miran desde el punto de vista quizás más puro,
desde el punto de vista técnico, es que el esfuerzo del Banco Central ha sido doble, porque no
sólo hemos absorbido naturalmente el primer concepto de agregado monetario que es circulante
más depósitos de las entidades sino que también hemos absorbido lo que ha sido el excedente de
la baja de pases; estos 4.000.000.000 adicionales y aún así nos ha permitido, con prudencia y
sobre todo con una respuesta profesional, haber cumplido con el programa monetario y haber
mostrado que se puede cumplir este programa habiendo dejado la etapa fácil de política
monetaria, como es la que se tuvo durante los años 2003 y 2004.
También crecen los préstamos al sector privado. Y esto es también, hablando de la salud
del sistema financiero, la segunda parte y final del mensaje que quiero dejar hoy a los senadores,
es que el compromiso que tomamos con ustedes sobre fines de septiembre es un compromiso que
se está cumpliendo. No sólo estamos cumpliendo con solidez y contundencia en materia de
estabilidad y predictibilidad de la política monetaria sino que también el gran desafío que este
directorio le planteó a su gestión para los próximos cinco años y medio es precisamente el
crecimiento del crédito, de un crédito genuino en pesos.
-Se proyecta una transparencia.
Sr. Redrado.- Acá vemos como todo el crédito hace que el sector privado esté creciendo de
manera vigorosa, que nos va a permitir que este año el crédito crezca a razón de un 25 por ciento.
Y por primera vez -y ahí falta reflejar el primer trimestre- las entidades han dejado de perder. Las
entidades por primera vez muestran en este trimestre finalizado en el mes de marzo una
rentabilidad sobre activos de un poco más del 1 por ciento y esto nos está mostrando que a pesar
de que no hubo un salvataje estatal las condiciones que se han creado en el sistema financiero han
llevado al proceso más sano de crecimiento que es al proceso de capitalización.
No sólo son los argentinos los que confían en su sistema financiero sino también en el
último trimestre podemos reportar que ha habido capitalizaciones de bancos extranjeros en
nuestro país por aproximadamente 500.000.000 de dólares. Por lo tanto de ahí el comentario que
les hacía al principio de lo que he recogido en estas últimas semanas en distintas conversaciones
y análisis que se han hecho en el mundo de la política monetaria y financiera de la Argentina.
Demuestra solidez, profesionalismo y esto se ve respaldado cuando la gente invierte su dinero.
Las palabras terminan donde empiezan los hechos concretos. Y el hecho concreto es que el
sistema financiero se está recapitalizando por voluntad de sus propios accionistas, no porque haya
ninguna política de forzar sino por el marco que hemos creado en el sistema financiero, el
crecimiento del crédito hacia la población, la mejora en la calidad de la cartera. Si vemos cómo
está cayendo la irregularidad en términos de los previsionamientos de la cartera incobrable o en
situación de stress, precisamente lo que estamos mostrando es que la incobrabilidad ha
disminuido notoriamente y esto tiene que ver fundamentalmente con un gran dinamismo que
tiene el sector privado.
Me gustaría también hacer una pausa en este gráfico, que es la notable reducción de la
exposición que tiene el sistema financiero hacia el sector público.
Este directorio está convencido de que la mejor manera de garantizar el rol independiente
desde el punto de vista profesional del Banco Central, es no generar incentivos como se
generaron en otros años para que tanto el Banco Central o el sistema financiero sirvan de
financiamiento artificial para el sector público.
Y aquí ustedes están viendo cómo estrictamente el total de activos del sector público con
respecto a los activos totales está llegando en promedio a casi un 40 por ciento, que es el límite
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que el Banco Central se ha propuesto y ha establecido —y no se va a mover ni un solo
centímetro—, para que el 1° de enero de 2006 el total del sistema financiero no tenga una
exposición mayor del 40 por ciento del total de los activos.
Como resultado de esta nueva realidad también ha mejorado la solvencia, sobre todo por
las nuevas capitalizaciones, a pesar de que ha aumentado —como dije— el repago de las
obligaciones con el Banco Central. Es decir, el sistema financiero está repagando sus deudas y
está mostrando, precisamente, mayor solidez en términos de solvencia.
Además estamos teniendo récord en materia de liquidez de los bancos. Primero, porque ha
habido un gran aumento de los depósitos, y esto demuestra una renovada confianza en la solidez
del sistema financiero, donde cada uno juega su rol.
Tenemos un sistema financiero mucho más realista del que tuvimos durante muchos años.
Un sistema financiero en pesos donde se cumple con las normas prudenciales; donde las noventa
entidades que hoy tiene el sistema financiero están adecuadamente supervisadas; donde estamos
creando los instrumentos para que los distintos riesgos del mercado puedan ser cubiertos a través
de mercados futuros, a través de poder emitir, sobre todo, títulos en pesos de más largo plazo.
Hemos puesto desde el Banco Central una cantidad de instrumentos que le permiten hoy a
las entidades tomar fondos a más largo plazo, y de esta manera poder prestar también hacia más
largo plazo. Y también entonces la renovada disposición del público permite tener —cuando
comparamos la década pasada con ésta, obviamente, cuando miramos pesos contra pesos— un
récord de depósitos de prácticamente 115.000.000.000 de pesos, lo que nos da una renovada
solidez hacia el sistema financiero.
Esta es entonces la síntesis que quiero dejar con ustedes. Un reporte de la mayor solidez
que ha tenido la política monetaria. Porque ahora sí está siendo probada bajo distintas
condiciones; no corre precisamente lo que fue la salida de la crisis, en donde la demanda de
dinero crecía indefinidamente. Este ha sido el primer trimestre en que la política monetaria fue
probada en distintas condiciones.
Y no sólo desde el punto de vista del análisis interno sino también externo y, sobre todo,
del análisis internacional que se hace de la política monetaria, el que hacen los organismos
multilaterales, las agencias y los analistas independientes del mundo —de Estados Unidos, de
Japón y de Europa—, todo esto muestra que la política monetaria tiene la mayor solidez, la
mayor respuesta profesional que haya tenido después de la salida de la crisis.
En materia de estabilidad financiera también estamos mostrando los primeros guarismos
positivos y el compromiso que este directorio tomó con todos ustedes, un incipiente crecimiento
del crédito que todavía en materia absoluta es pequeño, porque es de un 8,5 por ciento del
producto. Pero con este ritmo de crecimiento y también con medidas micro que nos permitan
trabajar sobre el crédito de largo plazo, con instrumentos de mercado que nos permitan llegar a
que haya mayor crédito para inversión, estoy convencido de que —con total modestia, con total
independencia y también con total coordinación— la política monetaria va a cumplir el rol que
merece. Y asimismo el rol que merece el Banco Centra, en esta nueva dimensión de
fortalecimiento institucional que está llevando a cabo.
Precisamente, con esta actividad que estamos llevando a cabo con ustedes, señores
senadores, es que damos paso a esta nueva normalidad, en donde el Banco Central informa,
principalmente a través del Senado de la Nación, precisamente como una recuperación de la
institucionalidad que tiene el Banco Central de la República Argentina.
Gracias y, por supuesto, estoy dispuesto a todas las preguntas que ustedes puedan tener.
Sr. Marín. — Gracias, señor presidente, por la información que nos ha brindado.
Tiene la palabra el señor senador Morales.
Sr. Morales. — En primer lugar, quiero agradecerle la presencia y el informe, que ha sido
bastante claro.
En verdad, en el bloque radical estábamos pensando ya invitarlo, un poco por la
preocupación que tenemos todos los argentinos, a partir de la inflación que se está produciendo, y
para preguntarle cuáles son las medidas que está adoptando el Banco Central. Pero nos parece
bien que se haya adelantado. Porque, es cierto, por ahí los informes venían anualmente, y nos
parece bien que trimestralmente las autoridades del Banco Central estén por acá para que
hablemos, intercambiemos ideas y especialmente nos saquemos algunas dudas.
Tengo varias preguntas y una preocupación.
En primer lugar, ¿cuál cree que será la inflación minorista de abril, considerando el
arrastre de marzo, y cómo sería el comportamiento de la inflación mayorista? ¿Cuál es su opinión
al respecto? ¿Cómo ve el tema?
Luego, inclusive confirmado por este cuadro, donde se plantea el séptimo trimestre
consecutivo de cumplimiento del programa monetario, en donde está la base monetaria promedio
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móvil de 30 días, y comparada con las bandas del programa monetario, entre el 5 por ciento y el 8
por ciento de inflación, medida en ese promedio móvil de treinta días. Vemos que estamos al
límite de la base monetaria con respecto al techo de la expectativa inflacionaria del programa
monetario. ¿Cómo va a seguir la cosa? ¿Qué van a hacer para el futuro? Porque estamos al límite.
Teóricamente, la base monetaria debiera estar un poco más baja. Y también atendiendo a la
cuestión de que la inflación interanual está superando el 9 por ciento, ya que estaría en el 9,1.
Entonces, ¿cuál sería la política del Banco Central para adelante? Y esto tiene que ver con
la primera pregunta,¿está previsto corregir la expectativa inflacionaria del programa monetario?
Porque el Ministerio de Economía, en el presupuesto, ha planteado una expectativa
inflacionaria del 7 al 10,5 por ciento, y nosotros vemos que más bien se va ajustando por ahí, con
un dólar a tres pesos.
Entonces, la pregunta es si va a haber ahí algún giro en cuanto a levantar la banda del 8 a
dos dígitos, o superar eso; es decir, ¿cuál es la expectativa?
Después, alguna decisión que está tomando la autoridad monetaria con respecto a medidas
para esterilizar la base monetaria con relación al tema de las tasas de interés.¿Hasta dónde va a
subir la tasa de interés? Es decir,¿qué expectativa tiene la autoridad monetaria en cuanto a la suba
de tasas de interés y cuál es el impacto que va a tener ello con relación al tema de la inversión?
Fue algo que en la última visita suya yo le había preguntado, con relación al tema de la
capacidad ociosa.
Inclusive, me parece que la inversión no está creciendo en función de las expectativas
que había el año pasado. ¿Cómo ve el tema para modificar la oferta y cómo está el tema de la
capacidad ociosa? Me gustaría saber también cuál es el impacto que va tener el incremento de la
tasa de interés con relación al tema de inversión y al crédito. ¿Cuál es la composición de ese
crecimiento de crédito?
Después hay vencimientos de LEBAC y NOBAC por 4.500.000.000 de pesos para los
próximos dos meses sumado a la liquidación de la cosecha gruesa, lo que implicaría la necesidad
de comprar dólares. ¿Qué es lo que va a hacer el Banco Central? ¿Va a renovar los vencimientos,
va a cancelar?, ¿cuáles van a ser las medidas?
Todo esto nos lleva a preguntar cuál es el costo de todas estas medidas de esterilización y
estos esfuerzos para mantener la base monetaria en los rangos que, como digo, están al límite
entre un 5 y 8 —ya llegando al 8 por ciento— y ya superada la inflación interanual.
Ya que el objetivo principal del Banco Central es preservar el valor de la moneda, la
evaluación que nosotros hacemos es una eventual baja del dólar y una revaluación del peso. El
dolar —que ha bajado internacionalmente— y el hecho de que nosotros tengamos la política de
mantenernos con una convertibilidad de hecho —manteniendo el dólar cerca de los tres pesos—
nos genera una devaluación de nuestra moneda respecto de otras como la de Brasil, Chile o del
euro. Quizá se pueda pensar en una baja sensible dejando que el dólar flote en un valor
aproximado a los 2,80 pesos, no sé cuál puede ser la estimación. Nosotros vemos que eso no pone
en riesgo la competitividad de la economía. Lo que pone en riesgo una baja del dólar es la
cuestión de la recaudación. Si eventualmente al sector agropecuario una baja del dólar le significa
un problema, el gobierno tiene una variable para ajustar que es el tema de las retenciones a la
exportación: bajando un poco las retenciones se mantiene la competitividad del sector
agropecuario.
Todas estas preguntas van en línea a que nosotros —y esta es la preocupación que
tenemos— pensamos en el gobierno como la autoridad política que quiere mantener el dólar para
tener una expectativa de incremento de ingresos y de recursos importantes en un año electoral,
para ir por las provincias haciendo esta obra allá y esta acá, a costo de que la autoridad monetaria
—el Banco Central— tome medidas de esterilización para sostener el dólar estando ya al límite
de la base monetaria. Nuestra preocupación es que el Ministerio de Economía —la autoridad
política— tenga una expectativa de mayores ingresos y que la decisión de mantener el dólar sea
por ese motivo cuando en verdad un dólar más bajo no pone en riesgo la competitividad de la
economía. Lo que le cuesta al Banco Central medidas de esterilización y a la gente en términos
de inflación. Y si cuesta en términos de inflación, cuesta en términos de pérdida de poder
adquisitivo del asalariado.
Pero esta preocupación desemboca, en definitiva, en una cuestión central que es la
independencia del Banco Central, que es lo que nosotros queremos preservar a toda costa. La
preocupación que tenemos en un año electoral es que es mucho esfuerzo mantener el dólar
devaluándose a nivel internacional, devaluándose nuestra moneda manteniéndose pegada al dólar
con relación a otras monedas, lo que significa un costo importante.
Por otro lado, quería saber cómo ve usted que funcione el tema de los acuerdos de precios
sectoriales. ¿Eso es efectivo o no? ¿Genera efectos positivos para planchar un poco alguna
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preocupación del índice inflacionario? Estaba viendo que ustedes han desagregado bastante bien
la composición del aumento de precios y, sin embargo, usted mismo decía que en el rubro
“otros”, donde está la carne y los lácteos —que no son estacionales—, la inflación subyacente, es
decir, los precios que no son estacionales, vienen mostrando una tendencia preocupante y me
parece que ahí está centrada la cuestión.
A su vez, me gustaría saber qué es lo que opina acerca de la inclusión de cláusulas de
indexación automática en la cuestión de las tarifas. Nos preocupa este tema ya que en el acuerdo
que posiblemente se trate esta tarde en la sesión, hay una cláusula que plantea la creación de un
índice de indexación automático que es el coeficiente de variación de costos.
En suma, creo que todos estos son elementos que contribuyen a que tal vez se nos escape
un poco la inflación y que la autoridad monetaria tenga que andar corriendo de aquí para allá para
que se planche la suba de precio.
Sr. Redrado. — Muy bien señor senador, en primer lugar déjeme decir que la independencia no
se declama, se practica. Y la mejor manera de practicarla es mirando la historia económica
argentina. Cuando uno mira también la historia de otros países semejantes a la Argentina es a los
límites del financiamiento del sector público. Lo que a mi juicio es el principal eje que divide y
puede contagiar a un Banco Central. Por eso hice mucho hincapié en su momento frente a ustedes
en materia de adelantos transitorios y, en esta oportunidad también, en materia de cómo el sector
público está bajando su exposición con el sistema financiero y cómo —quizá de manera inocente
o no— algunas de las normas que regían para nuestro sistema financiero generaban un sistema
más proclive a prestarle al sector público que al sector privado. Y le doy solamente una
normativa: cuando el requisito de capital mínimo para comprar títulos públicos es igual a cero, es
decir que los bancos no tenían que comprometer nada de su capital en materia de riesgos y sí
tenían que asignar un 8 por ciento cuando le presentaban al sector privado, desde el punto de
vista normativo y regulatorio, usted estaba sesgando al sistema financiero a que le prestara al
sector público.
Estos son los tipos de norma en donde creo que no hay margen para el error. Ahí es
blanco o negro y este directorio interpreta de esa manera a la independencia; no en la
declamación sino en la práctica.
Uno de los ejes de mi presentación, señor senador, ha sido un país que vuelve a la
normalidad. Por lo tanto, no le corresponde al Banco Central dar una opinión sobre el tipo de
cambio. Las herramientas de política económica las tiene el Ministerio de Economía. Quizás en
la época de anormalidad que tuvo la Argentina, se confundía a un Banco Central que miraba el
tipo de cambio, la tasa de interés y de inflación. En épocas de normalidad, no es tarea del Banco
Central. Está claro que es un objetivo del gobierno mantener un tipo de cambio competitivo. Por
lo tanto, se puede observar en la acción, y no sólo en la declamación, herramientas en la
Tesorería para poder trabajar en esa dirección. Por lo tanto, en un país que es normal, el
presidente del Banco Central no tiene que contestar sobre el tipo de cambio.
Se ha elegido, con el consenso de ustedes, que el camino que debe mantener la autoridad
monetaria es un programa monetario basado en crecimiento en rangos de base monetaria. Esto es
lo que viene cumpliéndose durante siete trimestres, con la aquiescencia de los señores senadores
cuando se presentó en tiempo y forma. Ese es el compromiso sobre el cual es responsable el
Banco Central. No es hablar sobre la tasa de cambio.
Lo que sí tenemos es un componente de esterilización de distintos instrumentos. Quiero
dejarles la tranquilidad de que hoy los costos de esterilización que tiene el Banco Central en
materia de LEBAC están en aproximadamente 750.000.000 de pesos anuales. En materia de
recaudación de los intereses que se reciben, saben que el programa Machine está refinanciado a
una cláusula de 3,5 por ciento más CER. Esto es que tanto esa cláusula más el interés que pagan
los bancos al Banco Central está en, aproximadamente, 700.000.000 de pesos por año. Por lo
cual, lo que pagamos en materia de intereses de LEBAC está casi calzado uno a uno con respecto
a los pagos que se reciben. Estas entidades aún van a continuar pagando las deudas al Banco
Central durante los próximos cien meses..
Déjenme darles un dato adicional que le da un margen de maniobras al Banco Central,
que es la rentabilidad de las reservas. Una de las políticas centrales es el fortalecimiento de esas
reservas. Si bien es cierto que tenemos como una parte negativa, que suben las tasas de interés en
el mundo, a pesar de que la Argentina está cubierta por tener el perfil de sus vencimientos a tasa
fija, con la suba de la tasa de interés también sube el rendimiento que tienen nuestras reservas.
Por lo tanto, en la Argentina en materia de suba de tasas de interés todavía son fuertemente
negativas, prácticamente está siguiendo la gradual suba de interés que hay en el resto del mundo,
partiendo de un nivel extremadamente negativo. La suba de tasas de interés que hay en el resto
del mundo nos permite prácticamente calzar con mayor rendimiento de nuestras reservas. Eso
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también es un flujo adicional que nos permite cauterizar, absorber este costo adicional que nos
preocupa a todos en materia de tener un balance sólido y no volver a aquel famoso déficit cuasi
fiscal donde solamente se mostraban las cifras de la Tesorería y el balance del Banco Central
demostraba enormes debilidades.
Las reservas están rindiendo aproximadamente 2,25 por ciento anual. Esto significa un
rendimiento de 700.000.000 de dólares por año. Esto nos da un gran margen de maniobra para la
esterilización que hace el Banco Central.
En materia de inversión, lo fundamental que está haciendo el Banco Central es crear
instrumentos de largo plazo. Lo que también está mejorando es el rendimiento del ahorro de la
población. Es difícil pedirle a la población que ahorre más si las tasas de interés son fuertemente
negativas. El Banco Central continúa comprometido con la banda que estableció en el programa
monetario.
Esto me lleva a otra de sus dudas que quise enfatizar. El Banco Central ha cumplido con
el programa monetario. Usted dice que está en el techo de la banda del programa monetario. Si no
hubiera un descenso de pases de aproximadamente 4.000.000.000 de pesos, el comportamiento
de la banda del Banco Central estaría en el límite medio o inferior. Por eso hice una pausa cuando
expliqué el destino actual del superávit acumulado que estaba en el Banco Nación y que antes se
colocaba en pases en el Banco Central y esos pases redituaban un interés anual que se hacía en
operaciones a 7 días.
Los pases estaban en 9.000.000.000 de pesos. Hoy están en 5.000.000.000 de pesos. Si
observan por qué han bajado esos 4.000.000.000 de pesos, ha sido en buena parte por los recursos
que ha volcado el Banco Nación. Esto es una decisión del Ministerio de Economía, no del Banco
Central. Por eso digo que la pregunta referida al tipo de cambio debe ser dirigida a la autoridad
económica que es quien conduce la política económica. Por lo tanto, esa disminución de
4.000.000.000 de pesos ha significado un aumento de la base monetaria.
Los pases que han dejado de estar en el Banco Central, se han utilizado para la compra de
dólares. No hay nada más genuino, señor senador, que la Tesorería decida utilizar los recursos
que ha ahorrado para comprar dólares y cumplir sus compromisos. Claramente, se puede ver
cómo hay pagos netos que se están haciendo a organismos financieros multilaterales, incluso
aquellos que podrían ser prorrogables. La Argentina viene cumpliendo con todos sus
compromisos, precisamente, utilizando el ahorro que ha tenido el sector público. No hay nada
más genuino desde el punto de vista del análisis económico.
Pero si no se hubiera producido la disminución de pases que ha habido de 4.000.000.000
de pesos, le puedo asegurar que la banda hubiera estado entre la mitad y la parte inferior del
rango que ha planteado el programa monetario. Ahí ha habido un fenómeno nuevo. Sin duda,
cuando uno mira los pases que tiene el Banco Nación, todavía hay 2.000.000.000 de pesos. Por lo
tanto, lo que podemos decir es que va a depender del comportamiento que tenga la Tesorería, si
utiliza el stock ahorrado, qué expansión va a haber o no de la base monetaria.
Lo que comprometo aquí, frente a ustedes, señores senadores, es que nuestra expectativa
de inflación en el segundo trimestre es sustancialmente menor de lo que se ha visto en el primer
trimestre. Como he dicho, cuando me han preguntado en el exterior, estoy convencido de que la
pauta monetaria de inflación juega su curso en el segundo trimestre de este año. Hay un
componente central, que no hemos analizado, que es el pago de impuestos que tiene la población
durante el mes de mayo. No se le puede escapar que ha habido ingresos impositivos que tendrían
que haber ingresado en el mes de diciembre y que han sido pospuestos para este trimestre.
Por lo tanto, no sólo hay que mirar al fenómeno monetario. También hay que analizar el
fenómeno fiscal. Estoy seguro de que allí va a haber vía a la excelente recaudación que estamos
viendo en todos los guarismos, a los récords que se van generando en materia de superávit y a la
recaudación que crece trimestre a trimestre a una razón de más del 20 por ciento por año.
Eso es lo que nos está mostrando que el segundo trimestre nos va a permitir dar un cumplimiento
fehaciente. Pero para comprometer el número final del año, ésto va a haber que analizarlo hacia
finales del segundo trimesre con números constantes y sonantes. En ese momentro podremos
aproximar el resultado de la recaudación, cuánto va a absorver la Tesorería por vía de la
recaudación y, además, cuánto de eso va a volcar al mercado cambiario.
Lo que les puedo asegurar es que el Directorio del Banco Central tiene el compromiso...
Sr. Morales.— Perdón, ¿es posible que modifiquen, entonces, la pauta inflacionaria del
programa monetario?
Sr. Redrado.— No.
Sr. Morales.— No entiendo...
Sr. Redrado.— No tenemos previsto hacer modificación alguna y, obviamente, hay un
componenete fiscal que tiene que entrar de manifieso en esto. Yo me comprometo a utilizar
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todos los instrumentos de política monetaria para poder, precisamente, cumplir con la expectativa
de inflación que hemos planteado. Pero sabemos que hay otras herramientas que están más allá
del programa monetario para cumplir con esta pauta de inflación.
Reitero, me comprometo frente a ustedes a utilizar todos los instrumentos, sabiendo
primero, como expliqué, que esta inflación -a nuestro juicio- no tiene características de
excedentes monetarios. Que si las tuviera deberían referirse a las políticas de hace un año o un
año y medio atrás. Pero, de todas maneras, es central en el corto plazo que el Banco Central actúe
sobre las expectativas y, por lo tanto, continúe con esta política de absorción que ha comenzado,
diciendo: "señores, previendo que en esta etapa de llevar objetivos múltiples debe concentrarse la
autoridad monetaria en seguir cumpliendo".
Por lo tanto, la política de absorción monetaria va a continuar. En términos de costos, creo
que le mencioné que el plafón que tiene el Banco Central en términos de su balance es muy
grande para poder utilizar distintos instrumentos de esterilización que en materia de inversión no
se está viendo que este muy gradual aumento de la tasa de interés haya tenido un impacto sobre la
inversión. Todo lo contrario, lo que esto está generando es que haya más depósitos y más ahorro
y, por lo tanto, que haya más masa de recursos que puedan ser prestados.
Es cierto, senador, que todavía en estos primeros meses estamos viendo más préstamos de
corto plazo, mucho para empresas; adelantos en cuenta corrientes; descuentos de cheques. Usted
recordará que alguna de las medidas micro que este Directorio del Banco Central lanzó fueron
para apoyar a las pequeñas y medianas empresas sacando todos los costos que tenía,
precisamente, descontar cheques a 90 o 120 días. Eso se ha eliminado; por lo tanto, hay una
bancarización muy importante de una gran cantidad de empresas pequeñas y medianas.
Y el Banco Central ya ha puesto instrumentos de mediano plazo en pesos para que baje la
tasa de interés porque precisamente lo que va a bajar es el riesgo de descalce que tiene el sistema.
Se sabe, como lo hemos comentado en otras oportunidades, que el principal problema que tiene el
sistema financiero son los plazos. Para subsanar eso hemos hecho un creciente trabajo —usted
nos va a ver más activos— en ampliar los plazos de fondeo, en generar los instrumentos que nos
permitan ampliar los plazos de fondeo para que pueda haber mayor crédito hacia la inversión.
En materia de lo que usted señala sobre acuerdos de precios, yo puedo decir, señor
senador, que contribuye. Contribuye desde el punto de vista central que es a las expectativas. Es
decir, que —aunque no voy a dar un pronóstico para la inflación de abril— nuestra expectativa es
que haya una importante reducción en comparación a lo que hemos visto en los guarismos del
primer trimestre. Esto es lo que nos muestran las primeras dos semanas, pero para poder llegar a
dar una cifra es importante ver todo el comportamiento del mes. Sí le puedo decir que en materia
de acuerdo de precios no son soluciones de fondo pero sí permiten quebrar este componente de
expectativas que sin duda tuvo el comportamiento de precios durante el primer trimestre.
En cuanto a la indexación, le señalaba al senador Capitanich que no era exactamente eso
lo que ustedes iban a discutir esta tarde. Así que en todo caso dejaría que él contestara esto en
particular. Pero, obviamente, senador, las indexaciones automáticas son malas para la economía.
Así como decimos que cualquier aumento generalizado, sin tener en cuenta la productividad, sin
tener en cuenta la realidad sectorial, le genera un piso a las expectativas, afirmamos que tanto el
Banco Central y este Directorio están en contra de cualquier mecanismo de indexación artificial.
Lo que sí creemos es que hacia largo plazo, para poder generar préstamos en pesos va a
haber que elegir algún índice en algún momento para precisamente poder prestar a largo plazo.
Esto lo hemos visto en algunas economías de la región que han utilizado algún mecanismo de
preservar el valor de la moneda en el tiempo, pero en realidad sólo lo deberíamos ver para
contratos de muy largo plazo, para préstamos de más allá de dos años y esto es lo que usted ha
visto con el último instrumento que puso el Banco Central en el día de ayer y que ha sido muy
exitoso en materia de absorción. Y es que esta nueva letra o nota del Banco Central a dos años,
ajustada con una tasa variable, como es la tasa BADLAR, nos ha permitido absorber casi
140.000.000 de un total de prácticamente 520.000.000 que absorbió el Banco Central en el día de
ayer.
Con esto no sé si me quedó alguna pregunta sin...
Sr. Morales.— Sólo el tema de la tasa de interés. Si va a seguir subiendo. Y si es así, ¿hasta qué
límite?
Además es cierto el tema de que el Banco de la Nación al actuar como lo hace provoca el
crecimiento de la base monetaria y, lógicamente, va a llevar al Banco Central a implementar
mayores medidas de absorción. Pero ¿hasta qué límite el crecimiento de la tasa de interés nos
puede generar una propensión a que inversiones financieras externas lleguen al país y eso genere
mayor crecimiento de la base monetaria? ¿Y hasta dónde tienen previsto el crecimiento de la tasa
de interés?
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Sr. Redrado.— Sería negativo que yo adelantara alguna cifra porque esto generaría cualquier
tipo de expectativas o de anticipación por parte de, sobre todo, aquellos participantes del
mercado.
Lo que puedo decir, señor senador, que la tasa de interés es fuertemente negativa. Usted
mire hoy la tasa de interés nominal que se paga en la Argentina y mire entonces, a partir de la
tasa nominal cuál es la tasa negativa en materia real. Si hay algún tipo de especulación de corto
plazo se ha hecho sobre los títulos que ajustan con CER y usted ha visto cómo en los últimos 90
días nosotros hemos alargado los plazos de depósitos con CER de 90 días a un año. Por lo tanto,
si usted pregunta en materia de especulaciones, es allí donde puede estar la especulación, pero de
todas maneras en términos de tasas de interés yo le que digo que el Banco Central va a
acompañar la política fiscal del segundo trimestre; allí va a estar la evaluación en materia de
inflación y continuará utilizando todos los instrumentos que le permitan actuar sobre todo, sobre
las expectativas. Reitero, en términos de nuestro impacto en precios, por lo que dije al principio
de mi presentación, hay que pensar que las medidas que tomamos hoy tienen un impacto que se
ve reflejado en materia de cantidad de dinero y exceso o no de liquidez en por lo menos 12
meses.
Pero vamos a continuar con el cumplimiento que tuvimos con ustedes de informar este
programa, con el cumplimiento de las expectativas de inflación que como usted señala bien en el
relevamiento hoy hay una inflación esperada mayor de la que prevé y quiere el Banco Central y
de la que estoy convencido que quiere también el Ministerio de Economía, la menor inflación
posible y, obviamente, vamos a aguardar los resultados que pueda tener precisamente la
recaudación. El comportamiento fiscal es clave para poder responderle a la totalidad de sus
inquietudes a nivel de tasas de interés, a nivel de absorción y a nivel de inflación que vamos a
tener.
Y por eso he dicho que la tasa de inflación se juega principalmente con el
comportamiento fiscal que exista en el segundo trimestre.
Sr. Capitanich. — Mi primera pregunta, vinculada al tema de Presupuesto y Hacienda es si,
efectivamente, se están cumpliendo de manera adecuada los parámetros fijados por la Carta
Orgánica respecto de los anticipos financieros al sector público.
La segunda es vinculada al tema de reservas internacionales. ¿Qué límites admitiría el
Banco Central de afectación de volumen de reservas internacionales en la hipótesis de cancelar
obligaciones con organismos multilaterales de crédito?
Porque, justamente, de sus múltiples exposiciones ya nos vamos quedando con ciertas
definiciones. Por ejemplo, en la exposición pasada el tema de la tasa de inflación subyacente para
Argentina promediaba el 4 o 5 por ciento. Estamos promediando el 40 por ciento del límite de
préstamos al sector privado; tenemos las metas de inflación. No podemos fijar tasa de interés. Y
en la exposición usted planteaba que el volumen de reservas internacionales es inferior al que
técnicamente sería admisible en virtud de la opinión de analistas internacionales.
Entonces, ¿cuál sería ese volumen de reservas adecuado para el país y qué nivel podemos
aceptar?
Sr. Redrado. — Primero, el comportamiento de adelantos transitorios realmente es excelente.
Esto, sin duda, no es captado por la mayoría de los analistas. Pero algo que ustedes señalaron
como una preocupación en la última reunión que tuvimos aquí, en el primer trimestre ha tenido
un comportamiento impecable. En el sentido de que no sólo se han cancelado. Ustedes saben que
los adelantos transitorios se dan por doce meses, y la Tesorería canceló los adelantos por esos
doce meses y todavía hoy está bien por debajo del límite que está planteado y que plantearon
ustedes, señores senadores, cuando aprobaron la Carta Orgánica del Banco Central y en particular
el artículo 20, con el límite del 12 por ciento de la base monetaria y el 10 por ciento de la
recaudación de los últimos doce meses.
Eso no se señala, pero justamente lo que hemos visto es un sector público buscando otras
fuentes de financiamiento, utilizando las diversas fuentes que tenía dentro de las distintas áreas
del sector público. Como dije, la Argentina va entrando en una normalidad y, por lo tanto, la
administración de la Tesorería se está haciendo en un país que claramente empieza a dar signos
vitales de mayor normalidad.
En cuanto al nivel óptimo de las reservas, señor senador, quiero decirle que no hay en la
literatura nadie que pueda señalar técnicamente cuál ese nivel. Usted puede decir que el nivel
óptimo de reservas puede ser contra los pasivos que tiene la Argentina en los próximos doce
meses. Alguien puede señalar que puede ser contra el pago de las importaciones que tiene que
hacer la Argentina en los próximos doce meses. Es decir, una cantidad de ratios que no nos da,
ninguno, una certidumbre de cuál es el nivel óptimo.
Lo que sí podemos decir es que este directorio aspira a tener un mayor nivel de reservas
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del que tiene en la actualidad. Esto fortalece, sin duda, la solvencia.
Primero, cuando analistas internacionales miran al país, alguno de los ratios que toman
es, precisamente, la relación reservas contra la deuda de corto plazo, para ver cuál es la última red
de contención que tiene la Argentina si se extinguieran sus fuentes de financiamiento.
Por lo tanto, estamos bien pero debemos seguir trabajando -como lo han hecho otros
bancos centrales de la región- en seguir reconstituyendo reservas.
En cuanto a nuestras obligaciones con organismos multilaterales, estas son en derechos
especiales de giro. Como usted sabe, eso refleja una canasta de monedas que incluye a las
principales monedas del mundo.
En lo que son pagos también, en los nuevos bonos que se emitirán a partir del mes de
mayo hay un gran cambio en esa composición. Y el más positivo es que de la exposición en pesos
hemos pasado, de un 3 por ciento de deuda en pesos, a tener un 37 por ciento de nuestra deuda
denominada en pesos, bajando nuestra exposición en dólares, en euros y también en yenes. Eso le
da mayor flexibilidad.
Hoy sí la composición en materia de reservas sigue teniendo un componente importante.
Más de las tres cuartas partes de las reservas están en dólares, una porción menor está en euros,
una porción menor está en yenes, otra porción menor está en libras esterlinas y, por último, una
porción en oro también. Esto nos permite tener una diversificación que también nos permite
contar con la liquidez para atender a los compromisos que tiene el sector público en el corto y en
el mediano plazo.
Sr. Rossi. — Está claro que una de las preocupaciones más fuertes que tiene el gobierno, y que
hoy está instalada en la sociedad de los argentinos, es precisamente el tema inflacionario.
Por encima de todas las consideraciones técnicas que, inclusive, han sido muy claras
desde el punto de vista de su explicación, la sensación que uno advierte en la sociedad es que los
índices de inflación admitidos por el gobierno no se compadecen con la realidad que se vive en la
vida cotidiana.
Si uno toma estos valores que hemos podido ver en el cuadro suyo y ve particularmente lo
que ocurre en algunas de nuestras provincias —soy de Córdoba—, ve el impacto que tienen
algunas de las pautas cotidianas de vida; léase los servicios públicos, con los aumentos de los
taxis, remises, boletos de transporte, el tema de la canasta familiar, el tema de los aumentos de los
alquileres -que ha sido muy fuerte en los últimos tiempos-, el tema inmobiliario, que inclusive no
sólo se traduce en la venta sino también en los alquileres. Todo esto indica que el poder
adquisitivo ha disminuido más de lo que marcan los reconocimientos por parte del gobierno.
Mi pregunta es si se trata de una sensación equivocada de la gente, que ha llevado
inclusive al gobierno a tomar determinada actitud, particularmente en algo en lo que yo
acompañé al presidente desde el punto de vista de su preocupación. Me refiero a lo que ocurrió
con Shell cuando dispuso un aumento de combustible. Seguramente él supuso positivamente o
con algún grado de predicción lo que iba a ocurrir a partir de ahí, y se lo ve plantado al presidente
como haciendo retrotraer una decisión, o por lo menos para que las otras petroleras no hicieran lo
mismo.
¿Será algo subjetivo de la gente, que lo interpreta así, y no es tan grave como lo siente?
¿O será que los índices del INDEC por ahí tienen composiciones de productos que no reflejan
toda la vida cotidiana de la gente? Desde la gente la sensación que tengo es que es mayor el
índice de inflación.
Sr. Redrado. — Señor senador: quien niegue la realidad y niegue la sensación de la gente sería
absolutamente necio. Y yo también acostumbro los fines de semana —los días sábados, en
particular— ir al supermercado, y ahí claramente encuentro las distintas diferencias y las
sensaciones.
La pregunta desde un punto de vista analítico es si estos fenómenos son transitorios o
permanentes.
Y claramente nosotros, o la gente, cuando ve que aumentan los precios, no sabe si esto va
a ser el comienzo de la fatídica historia que tuvo la Argentina o si van a ser fenómenos de una
vez y para siempre.
Como traté de explicar en este cuadro -que creo es realmente muy claro-, en los distintos
componentes de inflación hay algunas cosas que usted menciona, como es el precio de los
servicios, y es lo que los economistas llamamos “acomodamientos de precios relativos”. Esos
acomodamientos de los servicios tienen que ser de una vez, no tienen que ser permanentes; lo que
usted señala como taxis, como alquileres.
Es cierto que ha habido un aumento de la propiedad, y esto tiene que ver con otro de los
puntos que señalaba el senador Morales, en el sentido de que no se puede tener permanentemente
una tasa de interés negativa. Porque de lo contrario, todos los ahorros de la población se vuelcan
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solamente en comprar propiedades, y esto ha generado un fenómeno de aumento muy importante
en el precio del metro cuadrado en todo el país porque la gente ha visto que todavía el
rendimiento que puede tener comprar una propiedad y después alquilarla es mayor que
comparándolo con el de un plazo fijo. Entonces, esto también es una anomalía en términos de
tasa de interés en cuanto le estamos retribuyendo los depósitos a la población para que no se
genere este fenómeno.
Lo que yo le quiero transmitir a toda la población es la total tranquilidad, primero, de
cómo estamos observando este problema. Hay algunas fenómenos que son transitorios y hay
fenómenos que pegan directamente en el bolsillo y en la canasta familiar como lo han sido carnes
y lácteos. La respuesta es generar instrumentos que permitan ampliar la oferta de estos productos
ya que también se está dando este nuevo fenómeno de exportación. Como usted sabe, el precio
con el que usted vende un corte de carne en la Argentina es muy diferente al que vende la carne
en otros países, lo que genera una tendencia alcista. Lo mismo podemos decir que pasa con
productos lácteos. Entonces, lo que tenemos es una adecuación temporaria de una realidad en
donde la demanda ha crecido y sigue creciendo por vía del consumo y de la inversión, pero
tenemos que hacer que crezca más la inversión para poder acompañar este crecimiento de la
demanda.
El mensaje que podemos dar es que el Banco Central había previsto que este tipo de
reacomodamiento de precios por única vez se puede dar, que estamos llegando a una política
monetaria estrictamente prudente para lo que es esta realidad actual, que también la realidad
fiscal está trabajando en este sentido y se la va a ver en su plena potencia en el segundo trimestre.
Que también en otras áreas del gobierno se ha trabajado sobre las expectativas y entiendo yo que
los números de abril nos van a mostrar que esto que digo es cierto.
Por lo tanto, lo que podemos decirle a la población es un mensaje de tranquilidad y
prudencia. Hay que preocuparse pero no hay que pensar que estamos frente a un fenómeno
permanente. Para poder analizar con mayor profundidad cuánto va a ser ese impacto, obviamente
que la sensación de la gente es lo más importante. Dicen en algunos lugares que la percepción es
la realidad, y cualquier economista que tome decisiones solamente mirando los números de
INDEC es un economista tuerto porque no ve la realidad de la gente. Las miles de decisiones que
tomamos cada uno de nosotros en materia de cuánto gastamos, si nos subimos a un taxi o a un
subte, si nos vamos de vacaciones, etcétera, tiene que ver con lo que cada uno espera del futuro
de su salario y del futuro en materia de aumento de precios.
Por ello es muy importante esta sensación y todos los que tenemos algún nivel de
responsabilidad tomamos nota de esto y decimos que se está actuando sobre las causas.
Entendemos, por ahora, que es un fenómeno transitorio y no hay motivos estructurales, no hay
dispendio fiscal, no hay un Banco Central que esté actuando de manera poco prudente como para
poder pensar que estamos frente a un fenómeno permanente.
Sr. Morales. — Me gustaría hacerle una última pregunta sin intención de complicarlo con la
autoridad económica, es sólo para saber su opinión personal.
Cuando yo le pregunté por el tema del tipo de cambio, usted aclaró que eso lo define la
autoridad económica. Pero es un factor que nos está costando inflación desde nuestro punto de
vista. Ahora bien, usted como autoridad monetaria independiente, ¿qué opina con relación a esta
decisión de la autoridad económica? ¿Estamos bien encaminados o no? Entiendo que tal vez
coincida con la autoridad económica y no quiera contestar. (Risas)
Sr. Redrado. — Mi rol es hacer y no opinar. Si he sido durante mucho tiempo un economista
profesional, sigo siéndolo. Pero no es mi rol hoy ser un analista económico ni opinar sobre lo que
otros hacen. Más bien tendría que volver —y supongo que así lo haré luego de estos seis años de
mandato que ustedes han confirmado— a la actividad profesional. Reitero, mi rol no es opinar
sino hacer, con los instrumentos que tengo en la política monetaria.
Por lo tanto, voy a seguir haciendo y dando las respuestas profesionales que están bajo mi
responsabilidad para, precisamente, no ser complacientes con este fenómeno que está ocurriendo
y utilizar todas estas herramientas que tiene el directorio del Banco Central para que no tenga
ninguna base monetaria ni concesión en materia monetaria y nos permita decir que el Banco
Central está cumpliendo con su rol de independiente. El de cuidar un programa monetario, ser
responsable frente a este programa, rendir cuentas frente a la sociedad sobre este programa y ser
absolutamente responsable por sus acciones.
Sr. Morales. — Le digo que a mí me queda claro cuál es su opinión. (Risas)
Sr. Marín. — De todos modos, cuando venga el señor Ministro de Economía él nos evacuará
todas las dudas que tengamos. (Risas)
Bien, agradecemos a todos por su concurrencia, damos por terminada la presentación.
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— Son las 12 y 27.
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