Revista Cuestiones de Género “Cuestiones de Género: De la Igualdad y la Diferencia”, Universidad de León Lic. María Belén Rosales Becaria de investigación de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC). Abstract: Desde el Observatorio de medios con perspectiva de género (Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata), nos abocamos al análisis sistemático de los medios, desde una perspectiva teórica anclada en la comunicación/cultura y desde un enfoque de género. Durante el ciclo 2011 trabajamos en el análisis de dos categorías que dialogan en la construcción del discurso público sobre la mujer: cuerpo y poder. Iniciamos así un trabajo exploratorio y descriptivo, que nos permitió dar cuenta de los significados presentes en los relatos periodísticos sobre el cuerpo de las mujeres, el cuerpo violentado, el cuerpo tratado, el cuerpo naturalizado, el cuerpo objetificado. Profundizamos la mirada en la articulación cuerpo/poder/violencia, a fin de indagar cómo aparece en la narrativa informativa el cuerpo de las mujeres víctimas en casos de feminicidios y violencia y cuáles son las construcciones de significado en la cobertura mediática de estos casos, sus características y las formas en que se presenta la violencia. El trabajo está orientado a dar a conocer los resultados del análisis de los discursos periodísticos en la cobertura mediática de casos de feminicidios y violencia contra las mujeres ocurridos en el país entre los meses de marzo a junio de 2011 en los diarios Perfil, Clarín, Página 12 y El Día. Asimismo el Observatorio de presenta los resultados del trabajo de análisis de la cobertura mediática del debate legislativo sobre la despenalización y legalización del aborto, que desarrolló durante el período 1 al 7 de noviembre de 2011. Los medios gráficos digitales analizados para este caso fueron: Perfil, Página/12, La Nación, El Día, Clarín, Hoy y El Argentino. Palabras clave: violencia, cuerpo, poder, discursos. Observatorio de medios, comunicación y género: cuerpo, poder y violencia en la construcción mediática de realidad A partir del 2009 desde el Centro de Extensión de Comunicación y Género nos abocamos a la realización de una experiencia: el “Observatorio de medios con perspectiva de género” que consiste en observar sistemáticamente los medios, desde una perspectiva teórica anclada en la comunicación/cultura y desde un enfoque de género (1). Esta actividad académica de investigación está orientada a construir una metodología de análisis de medios desde una perspectiva de género en la búsqueda de una ampliación epistemológica en el campo de los estudios de comunicación, pero que a su vez, contiene en sus orígenes un componente fuerte sentido político. En primer lugar está apuntado a promover un área de formación de comunicadoras y comunicadores especializados en la temática género/comunicación y a incidir desde la producción de conocimiento en la formulación de políticas universitarias desde una perspectiva de género. Comenzamos a desarrollar esta experiencia entendiendo, que en los medios de comunicación, la mujer sigue siendo interpelada preponderantemente como objeto del deseo masculino desde una lógica que mercantiliza su cuerpo, y aún la ancla a su rol reproductivo y doméstico como madre abnegada o como víctima. Estas imágenes tienden a presentarse como habitus de nuestra identidad, como la pauta básica para la construcción y estructuración de subjetividades, pero también como plataforma ideológica y simbólica que hace posible el sostenimiento del orden patriarcal, un orden excluyente por antonomasia. El observatorio como polo de producción de saberes en comunicación/género El Observatorio de medios con perspectiva de género (Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata), es un proceso de investigación permanente, que fracciona selecciones temporales de los contenidos producidos en los medios al fin de verificar y componer variables de análisis en torno a la articulación cuerpo/poder/violencia. El seguimiento de medios gráficos durante el período abril-julio de 2010 nos permitió profundizar en el modo en que el discurso informativo produce y reproduce significaciones sociales en torno a la mujer y lo femenino, eje sobre el cual anclamos con mayor profundidad la mirada en los medios. Al mirar desde una perspectiva de género, observamos cómo aparecen narradas las mujeres y encontramos como variables emergentes del análisis de casos la articulación entre cuerpo, belleza, poder, salud y violencia. En primer lugar, queda de manifiesto que la exigencia social y mediática de adaptarse a los modelos ideales corporales es mayor que la de los varones y se da una relación inapropiada entre belleza y salud, o lo que es lo mismo, traduciendo la belleza y la salud como dos términos equivalentes al éxito social. En los niveles de la procreación y el del erotismo, el cuerpo de las mujeres es un cuerpo "para los otros" y, por ello, se considera que las mujeres son expropiadas de su sexualidad, de su subjetividad y desde luego de su cuerpo. En el contexto publicitario, la salud del cuerpo es un bien de consumo que puede adquirirse, siempre y cuando las mujeres estén dispuestas a admitir como patológicas ciertas manifestaciones propias de la vida humana: el envejecimiento, los síntomas premenstruales, la menopausia, la obesidad etcétera, y puedan comprar una serie de remedios “pensados para mujeres”, produciéndose así un vínculo teórico perverso entre la feminidad y la enfermedad. Asimismo vemos como los discursos y las representaciones que se repiten y difunden en los medios sobre las mujeres en política están atravesadas por una serie de significaciones asociadas a la frivolidad, la belleza, los desbordes emocionales que repercuten en la toma de decisiones que contribuyen, consciente o inconscientemente, al mantenimiento de un orden que excluye simbólicamente a las mujeres y a “lo femenino” de la política. Ahora bien, este tratamiento mediático respecto del desarrollo de la mujer en puestos de decisión en el mundo de lo público tiene su correlato en el ámbito privado, que pasa a ser el refugio de lo irreductiblemente propio, la defensa de lo más íntimo: la intimidad del corazón, la riqueza de los propios pensamientos frente a las demandas “sociales” de homologación, conformación y alienación. Aspecto no privativo de lo privado en el cual Retomando a Hannah Arendt, “las cuatro paredes de la propiedad de uno ofrecen el único lugar seguro y oculto del mundo común público, no sólo de todo lo que ocurra en él sino también de su publicidad, de ser visto y oído, que promueve invisibilidad a las relaciones interpersonales y su gama de inequidades”. En el análisis de los artículos de prensa sobre violencia hacia la mujer y femicidios, la mirada lejos de estar dirigida a los procesos y a las relaciones de dominio que provocan las situaciones de violencia y que generalmente se invisibilizan, congela las imágenes de un estado de victimización. La violencia de género: estereotipos y mecanismos de ocultamiento Durante este periodo 2011 decidimos profundizar en dos categorías que dialogan en la construcción del discurso público sobre la mujer: cuerpo y poder (2). El trabajo estaba orientado a dar a conocer los resultados del análisis de la cobertura mediática de casos de feminicidios y casos de violencia contra las mujeres ocurridos en el país entre los meses de marzo a mayo de 2011 en los diarios Perfil, Clarín, Página 12 y El Día, donde se pudieron identificar los mitos y mecanismo de ocultamiento que desvirtúan el tratamiento de la violencia contra las mujeres, cuyos resultados arroja este informe trimestral. En este marco, nos abocamos la deconstrucción crítica de mitos y prejuicios que se reproducen en los artículos de prensa sobre esta temática, entendiendo que los medios -y en un sentido más amplio la cultura- refuerzan la violencia contra las mujeres como algo natural, en una reactualización permanente de imágenes, enfoques, explicaciones que legitiman la violencia. A partir del visionado de diarios digitales relevamos los siguientes mitos que sintetizamos en un camino hacia la desnaturalización de construcciones mediáticas que targiversan el tratamiento de la violencia de género: -Persistencia de referencias a móviles pasionales, de locura pasajera que causa el amor para explicar las posibles causas de los asesinatos de mujeres. El “crimen pasional” deviene del concepto jurídico “emoción violenta”, como atenuante del crimen. El acto violento “pasional” expresa la presunción de legitimidad de quien lo ejerce. Ejemplo: “Estaba quemado en un 80 por ciento. Investigan una pista pasional. Fue anticipo de online-911.” -Espectacularización de casos de feminicidios presentados con elementos de la narrativa romántica, como una tragedia o como hecho sangriento. Los criterios de noticiabilidad exigen siempre muerte y sangre, de allí que sea difícil encontrar en la página de los diarios noticias que den cuenta, por ejemplo, de casos de mujeres víctimas de violencia patrimonial, económica o simbólica -No se da cuenta del contexto, los procesos que desencadenan los actos de violencia y la misoginia estructural que habilita estas prácticas. Los medios lejos de dar cuenta de los resultados de procesos de violencia contra la mujer por motivos de género y la misoginia estructural que habilita estas prácticas, solo se limitan a hablar de asesinatos en una versión simplificada de los hechos, como si se trataran de casos aislados, sin conexión. -Recurrencia a la fórmula “confuso episodio” o “instancias poco claras”, se omite cualquier referencia para conocer las características de las situaciones donde las mujeres son sometidas a una situación de violencia. No se siguen los casos para establecer los motivos, las causas y consecuencias de los hechos. -Reticencia a acuñar el concepto femicidio o feminicidio en las crónicas periodísticas Sobre la importancia de la problemática. -La cobertura de los casos de asesinatos de mujeres se hace en general a modo de relato policial, ubicándolas en la sección policiales de los periódicos. Alrededor del 70% de las notas relevadas. -Trivialización del tema: se ubica a estos casos como hechos privados, domésticos, excepcionales, sin dar cuenta de la dimensión que adquiere el fenómeno y el impacto social que tiene. -Tratamiento periodístico es en general, breve, descontextualizado y ubicado en el plano doméstico, se habla de “discusión doméstica” o “pelea de pareja” Estereotipos en relación al “deber-ser” de la mujer y la pareja. -En los medios masivos de comunicación, “la mujer” -como categoría- sigue siendo interpelada preponderantemente como objeto del deseo masculino –es decir, “un cuerpo para otros”desde una lógica que mercantiliza su cuerpo, y aún la ancla a su rol reproductivo y doméstico como madre abnegada. -La mujer aún es representada en el rol de reproducción de la vida doméstica, la madre virtuosa y la esposa fiel y cuidadora, las conductas femeninas que transgreden estas pautas son condenadas social y mediáticamente. La culpabilidad de la mujer maltratada; -Estrategias discursivas que permean el cuestionamiento a la víctima dando paso a la justificación de los agresores -Construcciones discursivas que tienden a erotizar la escena y la actuación de estas mujeres, estrategia que tiende a trivializar el hecho y a instalar la idea de que han provocado su propia muerte. -La duda sobre la presunta infidelidad que puede dar origen a los crímenes contra las mujeres, aparece en los medios sin concesiones en lo que respecta al cuidado de difundir información que pueda perjudicar a la víctima y a su entorno. -Se relevaron algunas noticias que hacen referencia a denuncias efectuadas mujeres ante las instituciones y que dan cuenta de la deslegitimación pública e institucionalizada de las palabra de la mujer denunciante. - La mujer y la seducción como acción de riesgo peligro, como alguien que se buscó su trágico destino con su comportamiento y sus transgresiones -Énfasis en la presunta infidelidad de la víctima: estigmatización de la víctima con frases como “se vestía o bailaba muy provocativamente”, lo que implica deslizarse hacia la culpabilidad de la víctima que se convierte en “merecedora de la agresión”. Lo privado; -Recurrencia a expresiones como “pelea de pareja”, “violencia doméstica” -Se prioriza como fuentes directas a familiares de la víctima y vecinos, allí aparece el imaginario social sobre la imposibilidad de “meterse” en los asuntos de la vida íntima de la pareja -El imaginario sobre la imposibilidad de intervenir, recae en los modos en que la distinción público-privado ha incidido históricamente en la violencia como una cuestión privada, doméstica, casi inaccesible a la ley, la intervención del Estado o la ciudadanía. Sobre la identidad de la víctima; Las mujeres aparecen generalmente representadas como víctimas, despersonalizadas. La invisibilización de las historias de vida de las mujeres víctimas de la violencia, la omisión de los rasgos de identidad de las mismas no permite considerar que se trata de un sujeto con derechos, así el medio crea, perpetua y mantiene el estereotipo de la mujer víctima. Sobre los rasgos de identidad de la mujer víctima aparecen con mayor frecuencia los datos sobre su condición socio-económica “la mujer de un reconocido empresario”, su pertenencia a un grupo etáreo “la joven”, “la chica”, y su rol social “la madre” o “la estudiante”. En el caso Nora Dalmasso por ejemplo se favoreció la culpabilidad de la víctima en el énfasis puesto en su pertenencia de clase en relación con la “doble vida” que habría tenido. Los casos que permanecen en la agenda de los medios son los que tienen como víctimas a mujeres de clase social media-alta como resonante caso de Rosana Galiano o el de la joven estudiante de periodismo Marianela Rago Zapata, en general no se realiza un seguimiento de todos los casos y sus procesos judiciales. Esto último, contribuye a in-visibilizar la actuación del Estado ante los crímenes misóginos y la impunidad que los rodea, es decir, los acuña en una enorme tolerancia social. La mujer maltratada como “disfuncional” en lo social; Referencias de la personalidad de la mujer víctima como datos que llevarían a entender las causas de su asesinato: -Énfasis en los desbordes psicológicos de la víctima, tendencias a la depresión y al suicidio como mecanismo de ocultamiento de la agresión que le da muerte. Sentidos que refieren a la acción feticida • Propensión a exaltar la figura de los homicidas como si se tratara de “estrellas” reconocidas, ídolos. • En la cobertura de procesos judiciales se prioriza como fuentes a los presuntos asesinos, dando espacio a las más variadas estrategias de exculpación, apelando a elementos emocionales de la narrativa romántica que puede dar lugar al compadecimiento moral y social del presunto homicida El tratamiento mediático de la despenalización y legalización del aborto: abordaje desde la articulación comunicación/género El debate en Comisión del proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo había logrado una resolución favorable a la despenalización y legalización del aborto, el 1 de noviembre de 2011, instalándose como un hecho histórico que anuncia la continuidad del debate en el Congreso de la Nación el próximo año. Con el objetivo de generar una discusión teórica y de intervención en relación al tema, los/as integrantes del Observatorio organizaron un ciclo de Jornadas-Taller en el mes de noviembre de 2011 en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, tituladas respectivamente “El tratamiento mediático de la despenalización del aborto. Abordajes desde una perspectiva de género” y “Estrategias para el abordaje mediático de la despenalización del aborto desde una perspectiva de género”. En este marco, se conformó un equipo de trabajo integrado por graduados, estudiantes de grado y post-grado, docentes e investigadores que se propuso como objetivo desarrollar una estrategia comunicacional de cara al 2012, en la reapertura del debate legislativo en el Congreso. Con el propósito de generar un espacio de diálogo, intercambio de experiencias y saberes sobre el tratamiento mediático y comunicacional de la problemática, el Observatorio de Comunicación y Género, presentó los resultados del trabajo de análisis de la cobertura mediática del debate legislativo sobre la despenalización y legalización del aborto, que desarrolló durante el período 1 al 7 de noviembre de 2011. Los medios gráficos digitales analizados fueron: Perfil, Página/12, La Nación, El Día, Clarín, Hoy y El Argentino. Bajo el título: ¿Cómo se aborda en los medios la problemática del aborto?, el equipo de investigación divulgó en el marco de estos encuentros las conclusiones generales, resultado del análisis discursivo de los medios anteriormente citados. En una aproximación general, se destacó que: En los diarios La Nación, Perfil, Hoy, El Día y El Argentino no se publicaron cifras o estadísticas que den cuenta de la dimensión cuantitativa de la problemática. Estos mecanismos de ocultamiento impiden la discusión colectiva en torno a un tema que es de salud pública y derechos humanos. La ausencia de fuentes oficiales constituye un obstáculo para el abordaje de la problemática, si bien en los medios se reproducen datos estimativos (entre 460 mil y 600 mil mujeres recurren cada año al aborto clandestino), estos son provistos por ONGs y la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Resulta entonces, indispensable instalar la temática desde el conocimiento público de datos oficiales, para dar cuenta del impacto que este fenómeno tiene en la salud de las mujeres. El relato mediático, en general, se ancla en un discurso estructurado en el control sobre el cuerpo de las mujeres, que se constituye en terreno de debates públicos al que todos/as pueden tener acceso. El recurso discursivo de la “polémica”, como construcción semántica(se emplea a la vez como sustantivo “una polémica” y como adjetivo “debate polémico”), habilita la intervención de múltiples actores sociales en la discusión de una temática que se ubica en el plano de lo controversial, la disputa y el tabú, una cuestión que viene a irrumpir en la buena costumbre y una moral que se presenta en el plano de lo ontológico, del deber ser natural y no como una construcción de sentidos, en un campo donde se libra una batalla ideológica y en cierta mediada, descalificadora. La recurrencia a la utilización de fuentes de “expertos/as” se sostiene en la idea de los roles de experticia, como voces habilitadas/autorizadas para abordar la cuestión, desde una postura que parecería ser objetiva y ecuánime. Ahora bien, tal objetividad se diluye cuando las fuentes citadas representan solo algunas áreas y aspectos de la cuestión, de modo restringido tanto el discurso médico y el jurídico tienen la legitimidad y la habilitación de la palabra en los medios. Existe una preeminencia de un discurso naturalista donde la función de procreación y la maternidad aparecen como el símbolo ético positivo por excelencia. Tanto en la narrativa mediática como en el discurso médico bajo la categoría “muertes maternas” se hace referencia a la defunción de mujeres por abortos clandestinos e inseguros. Esta conceptualización aparece como una construcción semántica de los medios y del discurso público que se arraiga en el mito mujer = madre, y reduce el abordaje de la cuestión a parámetros de inteligibilidad sostenidos en el biologicismo como fundamento para entender la cuestión. En todos los medios analizados aparecen abordajes que plantean “las dos campanas del problema” bajo el reduccionismo “a favor y en contra de la vida”. Se identifican en actores concretos como la Iglesia Católica y los movimientos a favor de la despenalización y legalización del aborto. Desde esta posición no es posible entender la práctica del aborto como un asunto que concierne a la salud pública, a la igualdad social, a los derechos de las mujeres y a la profundización de la democracia. La aparente objetividad que se sostiene en el recurso de la teoría de las dos campanas diluye el debate sobre el impacto social de la problemática. En general, no se enmarcan los debates con los sectores religiosos más ortodoxos en el plano político, y no se los considera como agentes de lobby e intervención en este campo. Estos abordajes desvían el debate sobre este tema en el marco de los derechos humanos y se lo presenta como mero “intercambio de opiniones”. Comúnmente la periodicidad con que se aborda la temática está marcada por la instalación del tema en la agenda pública, tanto los debates en el plano legislativo como la repercusión y visibilidad pública de casos constituyen los elementos que motorizan la cobertura en los medios. Estas discontinuidades y fragmentación en el seguimiento del tema en la agenda mediática no permiten favorecer una sostenibilidad y profundización de la cuestión toda vez que el criterio de noticiabilidad se constituye en el fundamento único del tratamiento del tema en los medios. Conclusiones: Como comunicadores y comunicadoras aprendimos a partir de esta experiencia a mirar los fenómenos sociales desde un enfoque de género, vimos cómo este concepto se nos hizo presente como variable indispensable para entender la vida cotidiana, las posibilidades, las frustraciones y los límites que pueden ser franqueables si por lo menos somos conscientes de ellos. Así en la planificación y gestión de la comunicación, en la práctica periodística y en la formación de educadores la perspectiva de género es indispensable. En este punto, creemos necesario remarcar que por perspectiva de género entendemos a la construcción cultural de las sexualidades así como también los modos de vivirla. Entendemos al género en relación, es decir se aprende a ser mujer en marco de posibilidades y en marco de lo que no debe ser, según las normas social e históricamente impuestas. Es claro que no caemos en el cliché de equiparar género a mujer, sino que por razones de interés colectivo en la experiencia del Observatorio nos preocupamos por mirar a las mujeres como significante social, cultural y político y cómo aparecen representadas y narradas en los medios de comunicación masivos. A modo de conclusión de este artículo que es parte de una serie de trabajos que desde distintos enfoques buscan abordar la articulación género/comunicación, señalamos y declamamos la importancia que tiene la formación de periodistas con perspectiva de género. Sabemos del enorme potencial político y trasformador que tiene la palabra, no solamente la palabra pública, sino la palabra que se pronuncia, la palabra que se debate, la palabra que es posible ser dicha. Así es como apostamos desde este breve aporte a la necesidad de instalar en nuestro país la formación sistemática de profesionales desde una perspectiva de género que contribuyan planteos que por lo menos pongan en duda el modo hegemónico de decir el mundo. Notas: (1) El informe anual del período 2010 del "Observatorio de medios con perspectiva de género" (Centro de Extensión Comunicación y género) se presentó en el II Encuentro de comunicación, géneros y sexualidades en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social. UNLP (7 y 8 de septiembre de 2010) y en el conversatorio “Prácticas y experiencias de comunicación para el cambio social desde una perspectiva de género” en la 10° Conferencia Mundial de Radiodifusores Comunitarios “AMARC X”Asociación Mundial de Radios Comunitarias (8, 9 y 10 de Noviembre de 2010, La Plata). (2) El informe anual del período 2010 del "Observatorio de medios con perspectiva de género" (Centro de Extensión Comunicación y género) se presentó en el marco del COMCIS, Congreso de Comunicación y Ciencias Sociales, Tensiones y disputas en la producción de conocimiento para la transformación”, 30 de agosto de 2011, Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata