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Cicatrización de las Heridas
La aplicación de Laserterapia para favorecer el proceso de cicatrización de
heridas es una técnica que se viene realizando desde hace más de 30 años.
Son muy numerosos los estudios clínicos que han demostrado la eficacia de su
utilización en los procesos de cicatrización. La luz láser ha demostrado su
efectividad en la mejora de la curación de heridas abiertas, en la reducción del
dolor y en la disminución del riesgo de infección. La Laserterapia es empleada
en el tratamiento de úlceras de pie diabético, úlceras por presión, quemaduras
así como en heridas infectadas, traumáticas y post-quirúrgicas, que no
cicatrizan correctamente.
El láser actúa mediante un efecto fotoquímico
y no por efecto térmico, al ser absorbidos
los fotones de la luz láser en la
mitocondria de las células. La absorción de
dicha energía fotónica da lugar a la
estimulación del metabolismo celular.
Entre los efectos más significativos cabe
destacar la capacidad del láser de elevar la
disponibilidad de ATP mitocondrial, aumentar
la mitosis celular y la síntesis proteica y
estimular la capacidad de cicatrización del tejido conjuntivo.
La unión del efecto a nivel circulatorio con el efecto potenciador de la
producción de energía disponible en la célula se traduce en una aceleración del
tiempo de cicatrización y una mejora de la calidad del tejido de reparación.
Aceleración del proceso de cicatrización:
La luz láser estimula la producción de fibroblastos (los fibroblastos son los
bloques que forman el colágeno, predominante en la curación de heridas) del
tejido dañado. El colágenos es la proteína esencial requerida para reemplazar
el tejido viejo y curar heridas en los tejidos. Como resultado, la Laserterapia es
efectiva en heridas abiertas y quemaduras.
Reducción de la formación de tejido fibroso:
La laserterapia reduce la formación de tejido cicatrizal originado por daños en
los tejidos por cortes, quemaduras o cirugías, y que en numerosos casos acaba
siendo una fuente de dolor crónico.
Mejora de la actividad vascular:
La luz láser incrementa significativamente la formación de nuevos capilares en
el tejido dañado, acelerando el proceso de curación y reduciendo la formación
de tejido fibroso. Otros efectos positivos son la angiogénesis y vasodilatación.
Un mayor riego sanguíneo equivale a una curación más rápida y a un menor
dolor.
Aumento de la Actividad Metabólica:
La laserterapia aumenta la producción de enzimas, el aporte de oxígeno y la
carga de energía celular. Las células dañadas pueden regenerarse con mayor
rapidez.
Al pulsar sobre el texto en negrita se despliega un gráfico de la absorción de la
mitocondria.
Onicomicosis
La onicomicosis, o infección fúngica de las
uñas, es una patología que se manifiesta a
través de la pérdida de coloración y
engrosamiento de la uña, llegando en
ocasiones a producirse el astillamiento y
destrucción de la lámina ungueal. En la
mayoría de los casos está causada por
dermatofitos, pero también puede estar
ocasionada por levaduras (Cándida) y por
hongos no dermatofíticos (mohos).
Se calcula que en torno a entre el 5 y el 10%
de la población padece esta situación,
agravándose en el caso de pacientes
diabéticos y personas mayores.
Precisamente en estos casos, los
tratamientos por vía oral pueden estar
desaconsejados, y los tratamientos tópicos son lentos e incómodos.
El tratamiento de la onicomicosis es la última aportación a la medicina de la
terapia mediante láser. Se trata de un tratamiento rápido (4 sesiones de unos 6
minutos para una uña del dedo gordo del pie), seguro (no tiene efectos
secundarios y puedes ser aplicado en todos los pacientes) e indoloro (el
paciente percibe un calentamiento intenso que puede producir una molestia
transitoria) y a pesar de ser su utilización muy reciente los resultados obtenidos
hasta la fecha aseguran la eliminación del hongo en un porcentaje muy elevado
de casos.
La terapia se realiza por efecto térmico, ya que tanto el hongo como las
esporas son eliminadas en contacto con el calor, empleando el principio de la
fototermolisis selectiva, aprovechando las diferencias de absorción de la
energía del láser y conductividad térmica entre la infección fúngica y el tejido
circundante. La absorción de la luz por parte del hongo da lugar a su
conversión en calor. El hongo es sensible al calor por encima de los 55ºC, de
manera que la absorción de energía láser da lugar a un calentamiento
prolongado del micelio y genera un efecto fungicida. Sin embargo al calentar el
tejido dérmico por encima de los 40ºC puede provocar dolor y necrosis, de
modo que el formato deberá ser pulsado para favorecer la disipación del calor
por parte de los tejidos gracias su mayor conductividad térmica.
Para lograr el calentamiento será necesario emplear longitudes de onda que
sean muy absorbidas por el agua de los tejidos, de manera que la energía del
láser sea transformada en calor, y que a su vez no sean captadas por los
demás cromóforos del cuerpo (melanina y hemoglobina).
El K-Laser emplea un diodo de 970nm para dicho tratamiento, al ser un tipo de
luz con gran afinidad por el agua, con una muy baja absorción por la
hemoglobina.
Tratamiento del Dolor
La Laserterapia es una
modalidad de
tratamiento no
invasivo, seguro y
efectivo donde la luz se
emplea para aliviar el
dolor, reducir la
inflamación, y estimular
la cicatrización de
heridas y curación de
tejidos blandos.
El K-Laser es capaz de
emitir potencias de
hasta 20W, siendo el
láser terapéutico más
potente, logrando
aplicar potencia en
tejidos profundos y
eliminar el dolor.
El láser actúa
convirtiendo la luz en
energía fotoquímica,
dando lugar a un
correcto
funcionamiento celular que lleva a la desaparición de los síntomas (dolor).
El efecto biológico primario del láser viene de la estimulación de los
mecanismos de transporte celular en la mitocondria, membranas celulares y
tejido epitelial. Esta acción causa la liberación de químicos vasodilatadores, la
estimulación de la síntesis de DNA y RNA,el aumento de la producción de
enzimas, un incremento de la actividad del superóxido dismutasa,
normalización del pH del tejido, y un aumento de la producción de ATP.
El aumento de la vasodilatación (riego sanguíneo) y la mejora de la
microcirculación aumenta el aporte de nutrientes celulares, acelerando la
regeneración tisular (lo que significa una curación más rápida). Al mismo tiempo
se produce una reducción de la inflamación.
El láser se coloca en contacto con la piel de manera que la energía pueda
penetrar el tejido, donde interactúa con una serie de moléculas dando lugar a la
restauración del funcionamiento normal de la función celular. Este efecto
también estimula el proceso natural de curación del cuerpo. En resumen, la
energía de la luz se convierte en energía bioquímica.
Efecto Anti-inflamatorio:
La terapia láser tiene un efecto anti-edémico ya que provoca vasodilatación,
pero también al activar el sistema de drenaje linfático (drenando la zona
dolorida)
Efecto Antiálgico
Gracias a este efecto anti-inflamatorio, se reduce el edema y por lo tanto existe
menos dolor.
Como hemos dicho anteriormente, la laserterapia estimula la vasodilatación y el
drenaje linfático, lo que aumenta la reabsorción de los productos causantes del
dolor. El láser regula el bombeo de sodio-potasio (este bombeo mantiene el
potencial a través de la membrana de la célula nerviosa, llevando al bloqueo de
la transmisión de la señal del dolor)
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