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DELEGACIÓN DIOCESANA DE ENSEÑANZA
Arzobispado de Valladolid
Número 57
JUNIO, 2010
“Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe”
(Col 2,7)
Recuerdo estar despierto aquella madrugada y con la radio encendida. Era un secreto a
voces. Y aun así, fue emocionante oír, con sus propias palabras, que Madrid sería la
siguiente sede en albergar la Jornada Mundial de la Juventud en el 2.011. Tan solo un segundo
después se oyó la reacción del grupo de españoles, representantes de quienes no estábamos allí
pero cuyo anuncio nos alegraba igualmente.
¡Qué distinción! ¡Y qué responsabilidad!. Desde entonces, ando buscando respuestas a las
preguntas que me surgieron: ¿Qué tendrá España que hace que los papas la miren de esa manera? Si
nuestra tierra ya ha sido sede de una jornada en 1.989 ¿por qué otra vez aquí mientras que en
algunos continentes no se ha celebrado nunca? No creo que cuestiones así tengan soluciones fáciles.
Dos son las palabras que me sugieren: amor y preocupación. Preocupación por una juventud que se
encuentra desorientada en este mundo y que a veces rechaza, sin ni siquiera conocer antes, la
propuesta cristiana. Amor, doble, hacia esa misma juventud a quien quiere presentar el primer
AMOR: Jesús de Nazaret.
Nuestro representante, monseñor Rouco Varela, en nuestro nombre, aceptó al instante este
hermoso encargo. Pero este regalo no nos va a llegar sin más, esperándole sentado y envuelto con un
bonito papel. También hay que ganárselo. Es hora de ponerse a trabajar por él. Hay mucha labor que
realizar. Esta tarea es de todos y para todos. Porque todos podemos cumplir con alguna de las
tareas que se necesitan, dependiendo de nuestras posibilidades: albergar en nuestras casas a los
peregrinos los días anteriores a la estancia en Madrid, ser
voluntario, donar tiempo o dinero, rezar… Cada uno desde lo que
es: padre, madre, catequista, profesor… En cualquier caso, todos
podemos promocionar y dar a conocer este evento. Para eso es
también necesario que nosotros nos preocupemos por conocerlo en
profundidad.
Ese mismo día se comenzó a trabajar en la preparación de la
JMJ. En pocos días llegaron a nuestras diócesis las directrices
que marcarían todo el trabajo que algo así conlleva. A quien le
haya tocado preparar algo en alguna ocasión (una reunión, una
actividad con gente…) se podrá imaginar la inmensa tarea que hay
que realizar. Aunque parezca que queda mucho tiempo no es tanto
ya que hay una gran cantidad de asuntos a tener en cuenta.
Alguien en nuestra sociedad materialista, práctica,
empírica… se preguntará para qué vale una JMJ, tanta energía,
dinero, tiempo… Todo esfuerzo por acercar a Cristo a una sola
persona ya merece la pena.
Frente a los ataques que recibe la Iglesia, ante los que quisieran verla hundida en lo más
profundo del mar…, nuestro “jefe”, con valor, con ánimo y alegría sin desfallecer en ningún
momento, guiando esta gran nave nos convoca para acercarnos nuevamente a la buena noticia.
Porque Benedicto XVI nos convoca no para verle a él, sino para verle a Él. Sólo mirando al Papa
podremos ver detrás de él a Cristo.
Un abrazo de Jesús Santos San José [email protected]
LA FORMACIÓN RELIGIOSA EN LA ESCUELA
¿Por qué, para qué, cómo?
En la homilía de nuestro arzobispo, D. Ricardo, al comienzo de su ministerio
episcopal entre nosotros, recordaba a los padres, la importancia de la iniciación
cristiana de los hijos. Y, como una ayuda muy importante para su tarea,
subrayaba que la clase de religión, puede ser muy importante en su
responsabilidad de primordiales educadores.
Y es que “la formación religiosa, - afirma P. Chisvert, Delegado Episcopal de
Enseñanza de Urgel, (Vida Nueva nº 2700, pg.34),- es necesaria en la escuela.
Integrada en el currículo escolar colabora eficazmente en la educación de los
niños, adolescentes y jóvenes en la tarea de formar personas responsables,
conscientes, críticas y libres para que en un proceso continuado, logren llegar
con la máxima perfección personal, técnica, social y cultural a ser personas activas, buenos ciudadanos en el
mundo que les toca desarrollar su vida personal y social”.
La formación religiosa es una respuesta a las inquietudes de los padres que deseen una ayuda, que busquen
una oportunidad para que sus hijos aprendan aquello que da sentido y consistencia en la vida: aprender a
cuidar del mundo que Dios ha puesto en nuestras manos; vivir la solidaridad como un valor que se fundamenta en
el amor a nosotros y a los otros; entender nuestra cultura y tradiciones, (las propias y la de los que conviven con
nosotros desde otras culturas y tradiciones), valorando las raíces cristianas de las propias, y las llamadas que se nos
hacen desde las otras; acercarnos a los contenidos de la fe con rigor académico, sentido crítico y abiertos al
diálogo interdisciplinar.
Para realizar esta tarea, nosotros implicados como padres o educadores cristianos, tenemos un reto: buscar
el desarrollo, de manera plena de esta misión, -que P. Chivert expresa así-: “Debemos seguir cuidando con
optimismo evangélico a nuestros alumnos, sin caer en el peligro de cargar todas las culpas a la
Administración por el descenso de la opción de la ERE. Seamos empáticos y hagamos autocrítica de nuestra
acción.. Una buena forma de dignificar la asignatura y los educadores que la imparten, seguirá siendo su
formación; su presencia e implicación comprometida en los claustros del centro; su estabilidad laboral y
profesional; el buen acompañamiento; la creatividad en la presentación de nuestros contenidos de la ERE; la
aplicación de nuevas tecnologías como instrumento educativo, para hacer presente nuestra propuesta….”
Y para eso necesitamos:
*Estar cada día dispuestos a escuchar y aprender de los alumnos. El Señor
nos habla desde ellos. Dejarnos evangelizar por sus vidas que nos
cuestionan e interpelan y que hemos de tomarnos en serio, en medio de
la realidad conflictiva y contradictoria, pero también abierta a la
esperanza desde la que el Señor nos llama (G.S.1; Éxodo 3,7ss)
* Ser capaces, también nosotros, de superar, como Jesús, las tentaciones
y dificultades que desde la vida se nos plantean: dejarnos ganar por la
“provisionalidad” de nuestras condiciones laborales; el dejarnos llevar por la
costumbre, el acomodarnos, o tirar la toalla, claudicando, como se nos recuerda en Apocalipsis del amor primero
(Ap.2,4) ( Y cfr. Ap. 1 y 2.; Lucas 4, 1-13)
* Y, finalmente, porque la tarea educativa es comunitaria, necesitamos, tanto los padres como los
educadores, el encuentro de unos con otros, estar en contacto, vencer la tentación de recelos mutuos,
conocernos y reconocernos, compartir y estimularnos en esta forma de construir la escuela y la sociedad como
educadores cristianos.
Para los padres un camino son los Movimientos de AC; para los educadores, los de Profesores cristianos. ¡Y
están presentes en nuestra Diócesis!
Jesús Visa Hernando
Edita: Delegación Diocesana de Enseñanza
C/ San Juan de Dios, 5
Teléfono: 983. 217. 927
47003 Valladolid
www.archivalladolid.org
La polémica está servida…
Últimamente funciona el juego del equívoco en la cuestión sexual. Artistas como Lady Gaga
y Anthony Hegarty defienden el transgénero pansexual.
Atendiendo a los cánones sociológicos que estudian los comportamientos relevantes y
caracterizadores de las sociedades como grupo de individuos, su método nos va a permitir analizar,
desde una premisa intuitiva, algunas conductas que aunque en origen arrancan en el individuo,
gracias a su originalidad y transcurrido un tiempo, acaban cuajando socialmente acaparando adictos
ávidos de planteamientos novedosos con los que marcar la diferencia frente a unos usos comunes,
protagonizando una transformación de la idea original, en un fenómeno de masas.
Fijándonos en el entramado evolutivo de la persona acotado a la etapa prejuvenil aparecen
similitudes que sirven para entender el fenómeno del avance de la sociedad actual, de su manifiesta
inmadurez, subyugada por rupturas con cualquier planteamiento preexistente; espoleada por
individuos que pretenden justificar su modo de vida dotándole de un corpus doctrinal (ideología de
género, laicismo beligerante, ateismo sexual…) o por colectivos que con intereses ocultos de
perpetuarse “ad limitum” en el poder político, con grandes posibilidades mediáticas, persiguen alterar
las normas de relación, convivencia, el orden jurídico, las costumbres que durante siglos han
propiciado las mayores cotas de modernidad, prosperidad, orden y paz.
Son las constantes vitales de una sociedad particularmente porosa a los nuevos
planteamientos válidos sólo por su frentismo para con lo convencional.
Caracterizan a este intervalo evolutivo de adolescencia social las fuertes experiencias de
cambios, el descubrimiento de la interioridad social como cajas de resonancia de lo que ocurre sin
tener capacidad para interpretarlo. La tarea fundamental de este momento psicológico social
debería concluir encontrando la propia identidad, consiguiendo su independencia y autonomía
después de sucesivos intentos de ser la sociedad ella misma.
Este cliché se repite cuando, por ejemplo,
leemos que Noorie Maywlby logró que Australia
reconociera legalmente su género “neutro”. O que
Beatriz Preciado, filósofa y escritora de origen
burgalés y profesora de Historia Política de la
Universidad de París VIII, referente intelectual de
la Teoría “queer”, explica las claves de una
tendencia que suena a ciencia-ficción y que
muchos expertos califican de disparate. La citada
filósofa encarna el ataque de los neutros; pone en
alza el género neutro como contra-género que
ponga en cuestión la validez universal del binario.
Para ello es necesario modificar las instituciones educativas, sanitarias, legales que se vertebran por
este binarismo clásico.
Preciado se administra hormonas (testosterona) en gel y peina bigote para demostrar que las
estructuras de género son políticas. Se trata de subvertir el orden actual… Un elemento más a sumar
a ese proyecto de “ingeniería social”, Prada dixit, que persigue una transformación de la sociedad,
arrinconando por obsoletas, las estructuras, los pilares que fundamentan y justifican el actual elenco
de tradiciones, creencias, valores, leyes, usos y costumbres. El mundo de la fe, por ejemplo. “Y creó
Dios al hombre a su imagen; varón y hembra los creó”. Anacronismos de un mundo donde el valor de
la libertad del individuo se tensa cual asintota que no localiza ningún punto de encuentro que limite
su tendencia al infinito. Germen de una sociedad púber, quasi-adolescente obsesionada por la
búsqueda del no sabe qué. Resistencia a la asunción de una madurez evolutiva tutelada por lo
clásico. Preñez de sentimientos de inseguridad, desajustes generalizados, momentos de angustia y
preocupación por los resultados definitivos de los cambios iniciados. De conflictos frente a imaginarios
educadores sociales dispuestos a brindar apoyo y colaboración, que pese a la manifiesta contumacia
por lo novedoso, toda una civilización permanece sosteniendo los fundamentos existenciales gracias a
la sólida estructura social tejida durante siglos por las llamadas culturas clásicas y por unos
objetivados referentes cristianos.
FLAVIO
Bernardo Francisco de Hoyos
Bernardo de Jesús
“Hace Casi 300 años Dios mostró su corazón a un joven
que dedicó el resto de su vida a llevárselo a los demás”.
Bernardo Francisco de Hoyos, nace en Torrelobatón el 21
de Agosto de 1711, dentro de una familia cristiana de la
época (sobria y austera).
Sus padres le mandan a estudiar a Medina del Campo.
A los 10 años se fuga a Madrid, con el deseo de estudiar
en el Colegio Imperial. Viendo sus padres ese deseo y
sensibilidad por lo intelectual lo trasladan al Colegio de
los Jesuitas en Villagarcia de Campos.
Asimilando todo lo que sus profesores le transmitían y atraído por el ejemplo de los novicios, pronto solicitará el
ingreso en el noviciado. El 11 de julio de 1726, a sus 15 años, es admitido en el noviciado de los jesuitas.
El padre Manuel de Prado, escribiría: “en la vocación y admisión de Bernardo en la Compañía, hubo más de divino
que de humano”.
Hace sus primeros Votos el 12 de julio de 1728.
Estudia filosofía en Medina del Campo. En este tiempo Bernardo pasa por fuertes pruebas humanas y espirituales, a
la vez que recibe en varias ocasiones “gracias” muy especiales.
En otoño de 1731 llega a Valladolid (Colegio San Ambrosio) a estudiar Teología.
En abril de 1733, recibe una carta de su amigo y hermano jesuita A. Cardaveraz,
pidiéndole una información del libro “El culto al Sacratísimo Corazón de Jesús” escrito
por padre Gallifet.
La lectura de este libro le marcara para siempre.
El padre Gallifet, nos transmite en su libro la experiencia de Santa Margarita Mª de
Alacoque. Nos narra los “encuentros” de Jesús con esta religiosa francesa y como le va
revelando los misterios de su Corazón, -el amor por el ser humanoUna vez leído este libro, los acontecimientos se precipitan en Bernardo.
El 4 de mayo, el Señor le confiere la misión de su vida: “Quería por mi medio extender el
culto a su Corazón, para comunicar a muchos sus dones”.
El 5 de mayo, le muestra su corazón abrasado en amor….. por el género humano.
Y el 10 de Mayo, fiesta de San Miguel Arcángel, después de comulgar -cuenta Bernardo- sintió a su lado al Sto.
Arcángel, que le dijo como extender el culto al Corazón de Jesús, por toda España y más universalmente por toda la
Iglesia.
El14 de Mayo, día de la Ascensión, tiene la visión del Corazón de Jesús, rodeado de la Corana de Espinas y de la Cruz.
Tras esta experiencia Bernardo siente ansias de que este Corazón fuera conocido y amado, repetía: “ya en muchos
reinos está esta fiesta, pero aquí -España- no lo logramos aún.
Es aquí que Bernardo recibe estas palabras de Jesús, “Reinaré en España y con más veneración que en muchas otras
partes” –promesa referida a los países de la España de entonces que incluía a los países latinoamericanos y filipinas.
Bernardo siendo simplemente un estudiante de teología pone en marcha una revolución.
El 12 de Junio, celebrará personalmente la Fiesta del Corazón de Jesús.
Bernardo no cesa de propagar este culto, se gana a compañeros, superiores y personas notables de la Corte.
Publica un libro “Thesoro escondido en el Sacratíssimo Corazón de Jesús”.
El 21 de Octubre de 1734 Bernardo se acerca a comulgar llevando bajo su sotana un ejemplar de su libro “Thesoro
escondido….” presentándoselo a Dios. En este momento tuvo la visión del Corazón de Jesús, junto a su madre y de
todos aquellos santos que desde ese momento iban a ser sus protectores en esta empresa. Entre ellos están Ignacio de
Loyola, Francisco Javier, el padre San Claudio de La Colombier, Teresa de Jesús y Santa Margarita Mª de Alacoque.
Pensando en las personas que no saben leer, emprende la campaña de las “estampas”, repartiéndolas por doquier y
pidiendo a las religiosas el comulgar todos los primeros viernes de mes.
Se ordena el 2 de enero de 1735, en el Palacio Episcopal de Valladolid.
En junio organizará en la Capilla de la Congregación, la primera novena publica al Corazón
de Jesús.
Valladolid sufrirá una epidemia de tifus. Bernardo como muchos otros jesuitas, movido por la
caridad, se dedica a cuidar a los enfermos, así es como se contagio él mismo. Pronto le
indicaran la necesidad de guardar cama. Una semana después, el 29 de noviembre de 1735 a
los 24 años muere de esa enfermedad.
Los que le acompañaron en estos últimos días le oyeron decir en numerosas ocasiones “Que
bueno es habitar en el Corazón de Jesús”.
En 1936 se le reconoce un milagro claramente contrastado a una vecina de San Cristóbal de
Cuestas (Salamanca).
El 18 de abril de 2010 es Beatificado en la ciudad de Valladolid, ante el recién llegado
Arzobispo Mons. Ricardo Blázquez y bajo el mandato Pontificio de Benedicto XVI.
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