celebración teresiana - Compañía de Santa Teresa de Jesús

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Celebración orante en torno a la fiesta del v centenario del nacimiento de
Santa Teresa
(Se ambienta la sala con la imagen de Sta. Teresa, la de Enrique de Ossó .Se puede también
tener unas raíces y tierra para que la gente las pueda tocar, observar… Se prepararán velas
para las personas que quieran participar en la celebración.)
Power sobre raíces
Después de la experiencia de haber tocado las raíces se escribe en un papel palabras o
sentimientos que nos ha sugerido el gesto de tocar, palpar y contemplar esas raíces. Música
de ambientación y silencio orante.
Queremos en este día celebrar nuestras raíces, raíces que tienen ya 500 años de vida,
y que tienen en nosotros nombre propio: Teresa de Jesús.
Acogemos en el silencio el sufrimiento y el dolor humano, nuestras realidades,
nuestros gozos y esperanzas.
silencio
Cantamos:
Nada te turbe…
En lo hondo Enrique puso su vida…
1. CON LA LÁMPARA DE LA FE EN LAS MANOS
Jesús en el evangelio pide a sus seguidores la fe. Sólo la confianza total en el Padre
hace posible lo que es imposible. Sólo la fe convierte en milagro las dificultades, el barro.
Sólo la fe puede cambiar la dureza del corazón. Sólo la fe puede cambiar….
Lectura de la Palabra: Marcos 11, 22-24
“Jesús les respondió: «Tened fe en Dios. Yo os aseguro que quien diga a este monte: "Quítate
y arrójate al mar" y no vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo
obtendrá. Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y
lo obtendréis”.
Música suave
Estamos llamados a confesar la fe con renovada convicción, con confianza y
esperanza. La fe crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se
comunica como experiencia de gracia y gozo. Nosotros escuchamos el testimonio creyente
de algunas personas que para nosotras son raíz:
(Se van leyendo los testimonios con distintas voces)
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Pablo: “Se dé quien me he fiado. Vivo de la fe en el hijo de Dios que me amó y se
entregó por mí”. (Gál. 2,20). (2 Tim. 1, 12)
María: “¡Fíat! ¡Hágase!”
Teresa de Jesús: “En Cristo he puesto mi confianza… En Él estriba mi firmeza, mi
seguridad, la prueba de mi verdad”
¡Oh Señor!, confieso vuestro gran poder. Si sois poderoso, como lo sois, ¿qué hay
imposible al que todo lo puede? Quered Vos, Señor mío, quered, que aunque soy
miserable, firmemente creo que podéis lo que queréis, y mientras mayores
maravillas oigo vuestras y considero que podéis hacer más, más se fortalece mi fe y
con mayor determinación creo que lo haréis Vos. ¿Y qué hay que maravillar de lo que
hace el Todopoderoso? Bien sabéis Vos, mi Dios, que entre todas mis miserias nunca
dejé de conocer vuestro gran poder y misericordia
Enrique de Ossó:¡Oh cuán grande es mi Jesús! ¡ Mi adorado Niño Jesús! Todas las
cosas tenemos en Jesús y todas ellas nos es Jesús. ¡Jesús mío y todas las cosas! O
amarte o morir.
Porque eres Jesús, eres Dios infinitamente bueno, sabio, justo, misericordia,
poderoso.
Porque eres Jesús, eres dechado de todas las virtudes, manso y humilde de corazón,
modesto, caritativo, obediente, justo en todo y santo.
Porque eres Jesús, eres mi padre, hermano, esposo, amigo, médico, maestro, guía,
verdad y vida de mi alma.
Porque eres Jesús, eres fuerte, admirable, príncipe de la paz, Ángel del gran consejo,
Padre del siglo futuro.
Porque eres Jesús, eres para mí el perdonador de todos mis pecados, la medicina de
todas mis enfermedades, la victoria de todas mis tentaciones, el premio eterno de mis
sentidos y de mi alma.
¡Oh Jesús mío y todas mis cosas! Tú sabes que te amo, porque lo sabes todo; ¡mas
cuán poco te amo mi Jesús y todas mis cosas! ¡todo amable, todo hermoso, todo deseable!
¡Oh Jesús mío y todas mis cosas! Grabad vuestro divino nombre en mi
entendimiento, en mi memoria, en mis labios, y sobre todo en mi corazón, para que no me
acuerde más que de Jesús, no hable más que de Jesús, ni ame más que a Jesús.
¿Oh Jesús mío y todas mis cosas! O amarte o morir; o mejor vivir y morir amándote
sobre todas las cosas, con todo mi corazón, con toda mi alma, con todas mis fuerzas.
No vaya yo de este mundo, Jesús mío, sin haberte amado, y hecho conocer y
amar cuanto me es posible. Aumenta mi amor, Jesús mío, y todas mis cosas.
Oye mis súplicas, Jesús mío; quisiera amarte como Tú mismo te amas a Ti y a tu Padre
celestial.
(En este momento invitamos a las personas a expresar su acción de fe y agradecimiento… al
tiempo que van encendiendo una vela y dejándola junto a la palabra, a la imagen de Teresa o
a la de Enrique)
Canto: Oh Señor, que vuestros caminos son suaves…
2. Enrique nos invita a mirar a TERESA : Considerada la magnanimidad de Teresa,
la anchura y grandeza de su castillo interior, nos toca hoy ahondar en sus cimientos,
adentrarnos en sus moradas secretas donde sobre piedra firme edifica y hace descansar sus
cimientos, este fundamento es la humildad, apoyo y sostén de toda virtud. Todas las obras
de Dios tienen humildes principios. (se puede
repartir si se quiere un mandala donde se marque bien el centro al que llegar o un laberinto
donde hay que “aventurarse” hasta llegar al centro)
Pausa de silencio
"¡Oh Señor de mi alma, y quién tuviera palabras para dar a entender qué dais a los que se
fían de Vos, y qué pierden los que llegan a este estado, y se quedan consigo
mismos! ¡Bendito seáis por siempre jamás!".
silencio, música de fondo.
Aún en momentos de crisis y abandono de la oración, Teresa descubre que Dios permanece
siempre fiel y su fe se va afianzando más y más en este Dios que la llama y la levanta.
- Teresa (mirando al Sagrario).
"Bendito seáis por siempre,
que aunque os dejaba yo a Vos,
no me dejasteis Vos a mí tan del todo,
que no me tornase a levantar,
con darme Vos siempre la mano.
Y muchas veces, Señor, no la quería,
ni quería entender cómo muchas veces
me llamabais de nuevo" (Vida 6,9).
Pausa de silencio, música de fondo.
“¡Oh Señor mío, cómo sois Vos el amigo verdadero; y como poderoso, cuando queréis
podéis, y nunca dejáis de querer si os quieren! ¡Alaben os todas las cosas, Señor del mundo!
¡Oh, quién diese voces por él, para decir cuán fiel sois a vuestros amigos! Todas las cosas
faltan; Vos Señor de todas ellas, nunca faltáis. Poco es lo que dejáis padecer a quien os ama.
¡Oh Señor mío!, ¡qué delicada y pulida y sabrosamente los sabéis tratar!"
3. ANUNCIAMOS LA ALEGRÍA DE LA FE QUE HEMOS CELEBRADO
Volvemos al camino de cada día gozosos y confiados a dar testimonio
- de Jesús, el Señor, que camina con nosotros.
- de la alegría del amor, respuesta a las búsquedas de sentido.
- de la fuerza de la fe ante las dificultades y oscuridades del camino.
Teresa siempre está pronta para darnos la mano y mucho más en este tiempo de
acercamiento a su obra su historia de 500 años de vida.
(Mientras se va cantando el himno del centenario(si lo hay) el todo por Jesús u otra canción
o danza de despedida, se invita a recoger en la imagen de Teresa y de Enrique una vela, el
mandala o laberinto que se han utilizado durante la oración , o un símbolo teresiano para
que nos acompañe)
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