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REPÚBLICA ARGENTINA
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN
PLENARIO DE LAS COMISIONES DE
ASUNTOS CONSTITUCIONALES
SISTEMAS, MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN
ASUNTOS ADMINISTRATIVOS Y MUNICIPALES
DEFENSA NACIONAL
Salón Arturo U. Illia
8 de junio de 2004
Presidencia de la señora senadora Fernández de Kirchner
— En el Salón Arturo U. Illia del H. Senado de la Nación, a las 17 del
martes 8 de junio de 2004:
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner). — Antes de dar comienzo a este plenario de las
comisiones de Asuntos Constitucionales, de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de
Expresión, de Asuntos Administrativos y Municipales y de Defensa Nacional acerca del
proyecto de reglamentación del derecho constitucional de acceso a la información sancionado
en Diputados, esta Presidencia le comunica exclusivamente a los miembros de la Comisión de
Asuntos Constitucionales que con posterioridad a la realización del plenario, se circularizará
un proyecto del senador Jorge Yoma cuya preferencia se solicitó en la última sesión. Se trata
de un proyecto de resolución que versa sobre la creación de una comisión de homenaje con
motivo de 10E aniversario de la sanción de la reforma constitucional de Santa Fe de 1994. En
consecuencia, se circularizará el despacho de comisión consensuado a los efectos de que
tenga Orden del Día para la sesión de mañana, ya que se había solicitado preferencia.
Si no hay ninguna objeción, se considerará como notificados a todos los miembros de
la Comisión de Asuntos Administrativos.
—Luego de unos instantes:
Sra. Presidenta. — Transcurrida media hora, damos inicio a la reunión plenaria que hoy es
de carácter estrictamente informativo, la que tiene como objetivo requerir la opinión —a
propuesta del senador Yoma— de la doctora Alejandra Gils Carbó —fiscal general de la
Cámara de Apelaciones en lo Comercial— respecto de algunas objeciones que tenía en
relación a la sanción de Diputados.
Además, se encuentra presente el titular del CIPPEC, que es una ONG que solicitó —a
través de una comunicación en los medios— efectuar algunas observaciones vinculadas con el
proyecto que trataremos.
Comenzaremos la reunión con la palabra de la doctora Gils Carbó.
Sra. Gils Carbó. — Señora presidenta: en primer lugar, señalaré que el acceso a la
información pública es un derecho fundamental en un sistema republicano. Muchos piensan
que el grado de avance de un sistema democrático se mide por la posibilidad de los
ciudadanos de ejercer efectivamente el derecho de acceso a los documentos de la
administración pública. Por lo tanto, celebraremos la sanción definitiva de este proyecto de
ley ya que para la Argentina es una asignatura pendiente.
Hemos presentado algunas observaciones respecto de ciertos temas que nos parecieron
importantes. Principalmente, nos preocupa el tratamiento que se le da en el proyecto a la
protección de los datos personales. Para que ustedes se ubiquen, los remitiré a una de las
excepciones que contiene la norma en relación al derecho de acceso a la información. En el
artículo 7E inciso i) se dice que puede denegarse el derecho de acceso cuando se trate de
información referida a datos personales de carácter sensible en los términos de la ley 25.326
cuya publicidad constituya una vulneración al derecho a la intimidad, el honor, etcétera.
Estimamos que la redacción de este inciso modifica el sistema vigente de protección
de datos personales de la ley 25.326. Esta cuestión es muy importante, y para que ustedes
puedan comprenderla mejor se me ocurrió traerles el ejemplo de un caso judicial, el que les
mostrará el impacto que puede tener esta modificación en nuestros derechos. El caso judicial
se llama "Choice Point", respecto del cual actué como fiscal denunciante y ahora se tramita
ante el fiscal Comparatore, siendo el doctor Oyarbide el juez federal.
Los hechos de la causa son los siguientes: el 25 de setiembre de 2001, entre la empresa
americana Choice Point y el Departamento de Justicia del Gobierno de los Estados Unidos se
celebró un contrato según el cual esta empresa, por un precio de 11 millones de dólares, se
comprometió a proveer acceso —dialing and control internet access— a registros de datos
personales de ciudadanos norteamericanos y de países latinoamericanos, entre los cuales se
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encontraba la Argentina.
El contrato tiene una referencia ejemplificativa de los datos que se ofrecen, y algunos
conceptos les van a llamar la atención: nombre y apellido, número de identificación para la
seguridad social, domicilio, vecindario, información crediticia, archivos judiciales, bienes
registrables, inmuebles, naves y aeronaves, préstamos, investigaciones por sospechas de
fraude, registros de empresas aseguradoras, información médica, licencia de conducir y
military records, es decir, registros militares. Como anexo integrante de este contrato figura
una pricing schedule en donde se establecen los precios...
Sra. Presidenta. — Perdón, doctora. ¿A qué se refieren los registros militares?
Sra. Gils Carbó. — Sinceramente no lo sé. No sé a qué se refiere.
“Argentine citizen treinta dólares. Argentine ... quince dólares. Argentine telephone
quince dólares. Argentina exportaciones—importaciones, setenta y cinco dólares. Argentina
company details.”
La recopilación de los datos ofrecidos por la empresa Choice Point del gobierno de los
Estados Unidos no se puede llevar a cabo accediendo a registros públicos y de los particulares
en forma legal. Por eso es que hemos radicado la denuncia. No son datos legalmente
accesibles al público en forma masiva. Muchos de ellos son datos recogidos por particulares
que incumben a la privacidad de las personas.
Hay una idea que debiéramos tener en claro. Los registros públicos no son del público.
Son del Estado. Tienen diversos grados de confidencialidad. Hay registros que son de acceso
público irrestricto. Muchos otros que tienen datos de personas y su grado de publicidad es
diverso.
Un ejemplo muy claro para entenderlo es pensar en el Registro a la Propiedad. Este es
típicamente un registro público. Cualquier persona puede ir a requerir datos sobre inmuebles.
Para eso, presenta un formulario donde indica su identidad, quién es el solicitante y es
firmado por un profesional habilitado. Si cumple con todos los requisitos reglamentarios,
obtiene la información sobre las personas que necesite. Pero tener toda la base de datos
completa del Registro a la Propiedad está vedado por la Ley de Protección de Datos
Personales y por el decreto reglamentario. Este, en su artículo 11, dice que la transferencia de
volúmenes masivos de información sobre datos personales requiere la autorización del titular
del registro.
Ni siquiera el Estado, a partir de esa ley, puede utilizar indiscriminadamente la
información. Sólo pueden hacerlo en la medida de sus respectivas competencias y con un fin
legítimo.
La empresa Choice Point, también, ha recibido denuncias en otros países, como en
México, Nicaragua, Costa Rica.
Esta empresa ha dicho, en los medios, que esta información la recababa para el
gobierno de los Estados Unidos para la lucha contra el terrorismo internacional. Justamente, el
contrato está firmado trece días después del atentado a las Torres Gemelas. Esto no es cierto.
Si así fuera el gobierno de los Estados Unidos le hubiera solicitado la información al gobierno
argentino, quien no le hubiera negado esta información. La lucha contra el terrorismo
internacional por medios legítimos, también, es nuestra lucha. Hemos sufrido el flagelo del
terrorismo en el corazón de Buenos Aires con la voladura de la AMIA y de la Embajada de
Israel. El gobierno no se hubiera negado. Eso se llama colaboración internacional.
Pero, pagarle a una empresa para que se lleve datos al margen de la ley, se llama
espionaje. No lo digo yo solamente. Lo dice el Parlamento Europeo que, en el año 2000, creó
un comité para el estudio de Echelon. Este es un sistema de intercepción global de
comunicaciones operado por los países del Commonwelth: Estados Unidos, Reino Unido,
Canadá y Nueva Zelanda. Luego de haber determinado que se utilizaba para captar
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información sobre secretos industriales y que el enunciado propósito de no acceder a secretos
políticos y militares no estaba de ninguna manera garantizado; la Unión Europea decidió
adoptar medidas comunitarias para proteger su información, reglamentado cuál es la
información adecuada y pertinente que pueden suministrar los servicios de inteligencia por
razones de colaboración internacional, para que no se utilice, por ejemplo, para quebrar las
reglas de libre competencia.
Por eso es que hay que proteger nuestros datos. En la era de la información, el que
tiene la información, tiene el poder.
Cuando vienen potencias extranjeras o bancos internacionales ofreciéndonos dinero y
tecnología para crear registros únicos, les pido que no se olviden de Choice Point.
Todo este cuento es largo. Pero la solución es muy sencilla. Volviendo al texto legal,
con la simple supresión de dos palabras, vamos a mantener el sistema de protección vigente.
Donde se excluye del acceso a los datos de carácter sensible, debe decir, simplemente que “se
excluye del acceso a los datos personales protegidos por la Ley N° 25.326". (?)
Sra. Presidenta. — Disculpe la interrupción. Quería hacerle una pregunta. ¿La empresa
americana que usted menciona es la que compró la empresa argentina Veraz? ¿Tiene alguna
vinculación?
Sra. Gils Carbó. — No; no tiene ninguna vinculación.
Con sólo suprimir esa referencia a los datos sensibles en el artículo 7°, inciso e,
mantendríamos nuestro sistema legal vigente. En junio de 2002, el mismo nos ha valido una
declaración favorable de la Unión Europea, cuando su Comité Político declaró a la Argentina
país seguro para la transferencia de datos. A esa declaración se llegó luego del proceso de un
año de estudio de nuestra legislación sobre la materia. Este pronunciamiento, que no solo
mejora la imagen del país sino que beneficia su inserción en el mercado internacional, lo han
merecido solamente Suiza, Hungría, Canadá y, parcialmente, Australia y Estados Unidos.
Por eso, insisto en la modificación de este término. De acuerdo a nuestra Ley de
Protección de Datos, los datos sensibles son taxativos. Se refieren al origen étnico, religión,
afiliación político sindical, conducta sexual. Pero, todos los expertos están de acuerdo en que
la sumatoria de datos no sensibles torna sensible a la información si permite hacer una
radiografía de la persona. Incluso la Corte ha dicho que todo dato no sensible puede tornarse
sensible de acuerdo al uso que se le dé.
Con la reforma legal, también, se clausuraría la causa Choice Point, porque dejaría de
ser delito, si se puede acceder indiscriminadamente a los datos personales. La excepción al
derecho se refiere sólo a los datos sensibles. Puede venir esta empresa y llevarse nuestros
registros públicos para venderlos.
Quería solicitar esta modificación, presentándole a la señora senadora una nota
elevando este pedido.
Un tema menor, pero que también nos interesó, es el del reintegro de gastos. El
artículo 13 del proyecto dice textualmente: “Autorizase a los titulares de los órganos
alcanzados por la presente ley a establecer un régimen de reintegro de los gastos ocasionados
por la búsqueda y reproducción de la información requerida, así como a establecer
reducciones o excepciones en la percepción de aquéllos. A tales efectos deberá tenerse en
especial consideración los pedidos efectuados por instituciones sin fines de lucro.”
Busqué la palabra “reintegro” en el diccionario, para no equivocarme. Dice: “Acción
de reintegrar, restituir una cosa, recobrar enteramente lo que se había perdido”.
Si la idea del proyecto es que el Estado se hará cargo de los gastos de reproducción y
procurará su reintegro, me atrevo a decir que el costo administrativo del recupero será
superior a la suma que se obtenga. Y si la idea fue la de que nadie se llevará una fotocopia sin
pagarla, recomendaría que se exprese ese concepto más claramente porque el Estado no podrá
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hacerse cargo de esos gastos. Además, tampoco lo hacen los países avanzados.
En Estados Unidos, el solicitante se hace cargo de los costos de reproducción y de
parte de los gastos de búsqueda, y se establecen precios diferenciales si son con fines
comerciales o científicos. En Francia, el solicitante se hace cargo de los costos de
reproducción y no de los de personal. En Italia la consulta es gratuita, y el solicitante paga la
reproducción sin perjuicio del derecho de investigación y visado, y en España hay que pagar
copias, disquetes y el uso de la red.
Por lo tanto, considero que ni tratándose de entidades sin fines de lucro el Estado debe
soportar los gastos, porque no necesariamente pueden coincidir el interés de la entidad con el
interés general como para que los ciudadanos con sus impuestos deban pagar cualquier tipo de
búsqueda.
En el derecho comparado hay dos criterios respecto de esta cuestión: el del costo real
—que comprende gastos de funcionamiento creados por la aplicación de la ley y los gastos de
reproducción— y el costo directo, que engloba sólo los gastos de reproducción. Al respecto,
he presentado dos textos que admiten cualquiera de los dos sistemas. En uno se autoriza el
establecimiento —siguiendo la norma— de aranceles para cubrir los gastos de reproducción.
Y, en el otro, se establece que la consulta visual será gratuita pero se autorizan los aranceles,
con lo cual el que pide consulta visual no pagaría ningún gasto aunque al Estado sí se los
originaría, porque siempre tendrá que haber personal dedicado a la búsqueda y a la seguridad
de los datos ante la posibilidad de que puedan llevárselos.
La tercera y última objeción es en relación al artículo 1E, en el que se determina que el
acceso a la información pública comprende a cualquier órgano perteneciente al sector público
nacional, del Poder Legislativo de la Nación, de la Auditoría General de la Nación, de la
Defensoría del Pueblo de la Nación, del Poder Judicial de la Nación y del Ministerio Público
Nacional, en estos dos últimos casos en todo aquello relacionado con las actividades que
realicen en ejercicio de funciones administrativas.
Puedo hablar de lo que más conozco que es el Ministerio Público. Según la definición
de Gordillo, todo lo que no es judicial es administrativo. Por lo tanto, debo decir que existen
muchos datos de carácter sensible que forman parte de la información administrativa del
Ministerio Público, pues la actuación de los fiscales no se limita a la causa judicial. Antes de
hacer una denuncia hacen diligencias preliminares, tienen registros, comisiones de estudio de
ciertas modalidades delictivas, etcétera, por lo que abrir esta información al público no sólo
sería un riesgo para personas que tal vez sólo tengan el carácter de sospechosas, sino que
además se obstruirían investigaciones que aún no han formado una causa judicial.
Tengo resúmenes de cuarenta y nueve leyes, y sólo en un par encontré que el acceso a
la información alcance a otros organismos que no sean la Administración Pública nacional.
No puedo decir que las leí porque son resúmenes, pero tengo el libro de un catedrático
español que hizo una tesis sobre el tema comparando las leyes de cuatro países avanzados con
todas las demás. Este catedrático nos dice: tuvimos ocasión de comprobar en el derecho
comparado que es clara la exclusión de las asambleas legislativas así como de los órganos
judiciales.
En el caso de que haya buenas razones para mantener el acceso a la información de
estos organismos, les propongo la inclusión de una excepción más al derecho de acceso. En
realidad es un clásico de las legislaciones —está en casi todas— y se conoce como "las
necesidades de la acción administrativa o las investigaciones en curso". Esta excepción está
contenida, por ejemplo, en la ley de protección de datos personales.
En consecuencia, la nueva excepción tendría que decir lo siguiente: "la información
también puede ser denegada cuando de tal modo se pudieran obstaculizar actuaciones
administrativas en curso vinculadas a la investigación sobre cumplimiento de obligaciones
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tributarias o previsionales, el desarrollo de funciones de control de la salud y del medio
ambiente, la investigación de delitos penales y la verificación de infracciones administrativas.
La resolución que así lo disponga deberá ser fundada y notificada al afectado, que podrá
iniciar la acción de amparo ante la negativa", tal como dice el artículo 5E.
De esta manera, creo que se garantizaría adecuadamente el derecho de las personas al
acceso a la información y al reclamo judicial cuando estime que las razones en que se fundó la
negativa no son adecuadas. Respecto de esa última situación, la vía de amparo es rápida.
Para finalizar y salvo las observaciones que mencioné, nos parece que el proyecto
satisface las necesidades de la administración y de los administrados.
Sra. Presidenta. — Si ningún senador va a hacer uso de la palabra, pasamos a escuchar al
doctor Böhmer que es presidente de CIPPEC, una organización no gubernamental cuya
participación fue propuesta por la Comisión Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de
Expresión.
Sr. Böhmer. — Señora presidenta: agradezco a los miembros del Senado y a las
organizaciones y organismos que hicieron posible que estemos hoy aquí.
Considero que el pacto democrático que hemos jurado hace dos décadas se funda en
las deliberaciones, y que no puede haber deliberaciones sin información relevante. Y desde
ahí es que la sociedad civil, sus organizaciones y luego la Oficina Anticorrupción —a través
de un procedimiento participativo muy profundo y amplio—, elevaron a la Cámara de
Diputados un proyecto cuyo resultado está hoy ante ustedes.
En general, las organizaciones que formamos parte de la sociedad civil
conceptualizamos esta forma de ingresar al Estado como un derecho de la ciudadanía. Y es
indudablemente un derecho de la ciudadanía el contar con información relevante para tomar
buenas decisiones en términos democráticos. Y, en este sentido, quiero subrayar la función
del Estado.
Considero que la información no sólo es necesaria para nosotros —ciudadanos— sino
también para el Estado, a los efectos de llevar adelante políticas públicas razonables. En
definitiva, creo que el incentivo de una ley de acceso a la información le viene bien al Estado
nacional y a los estados provinciales. Simplemente, porque cuando a ustedes necesitan tener
buena información es difícil acceder a ella. No está organizada y no está disponible
rápidamente. Nosotros conocemos las dificultades que tanto desde el Congreso, como desde
el Poder Judicial, como del Poder Ejecutivo existen para tener información rápida y relevante
para tomar decisiones rápidas e informadas.
Por lo tanto, nos parece que no es sólo un pedido de la ciudadanía para controlar a los
funcionarios públicos. Tiene que ser una demanda de los funcionarios públicos también. Si
ustedes no tienen información rápida y relevante, tampoco pueden deliberar razonablemente.
En ese sentido yo quiero plantear la cuestión del acceso a la información como una
forma de fortalecer instituciones públicas, no solamente para fortalecer instituciones de la
sociedad civil. No es solamente un planteo para socavar la legitimidad de instituciones
públicas sino, al revés, para fortalecerla.
Quiero agregar algo que en mi calidad de abogado no puedo dejar pasar y es por eso
que es una suerte siempre no ser primero en hablar en los debates; tal vez me extienda dos
minutos más.
Cuando la Unión Europea hace una especie de examen de institucionalidad para que
ingresen a ella nuevos estados, tiene un límite, un umbral de institucionalidad mínimo que se
llama acerbo comunitario. Este umbral mínimo de institucionalidad tiene treinta y un
capítulos que van desde cuestiones de moneda hasta cuestiones de derechos humanos. Cuando
los países piden ingresar a la Unión Europea, esta hace una especie de examen y les dice qué
áreas de ese país todavía no tienen suficiente fortaleza institucional como para ingresar. Como
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ustedes saben los diez países que ingresaron hace poco a la Unión hace más de diez años que
están intentando hacerlo y trabajaron con mucha dedicación al fortalecimiento institucional.
Para ayudar a esos países a fortalecer sus instituciones la Unión tiene un sistema que
se llama “Sistema de proyectos de hermanamiento”, en el cual, estados de la Unión envían
funcionarios públicos a los futuros posibles miembros de la Unión a transferir
institucionalidad. Esos expertos de la Unión pasan uno o dos años en el país candidato hasta
que se quedan relativamente tranquilos de que esa institución está más o menos armada. En
todas las instituciones, claves para la institucionalidad de un país, la Unión Europea requiere
de esos países una oficina de acceso a la información.
Así que Europa no solamente nos va a mirar —yo diría— como competidores en el
mercado, para estar ellos seguros de que protegemos sus datos, sino también —y esto lo digo
porque surgió en el debate y sé que hay una preocupación en la Cámara al respecto— van a
mirar la fortaleza institucional de nuestro país.
Y la fortaleza institucional de nuestro país tiene que ver con la capacidad de las
instituciones de conseguir distribuir y tener a la mano información pública relevante para
tomar decisiones públicas informadas. Eso lo hacen con los países candidatos a la Unión,
seguramente lo van a hacer con cualquier país que quiera asociarse a ella en el futuro.
Dos cuestiones más. Respecto de la reproducción de información y reintegro de
gastos. Quiero recordar que el proyecto dice: “Autorízase a los titulares de los órganos
alcanzados por la presente ley a establecer un régimen de reintegro de los gastos”. Es
simplemente eso. Una autorización de los órganos que aplican la ley. Está a discreción de esos
órganos decir cuán caros son esos gastos, esa información y cuánto están dispuestos a hacer la
búsqueda y cuánto están dispuestos a gastar.
No es necesario recordarles a las señoras y señores senadores que los derechos tienen
costo. La existencia de este Congreso, el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo es costo, pero
obviamente la democracia siempre es más costosa que las dictaduras.
Respecto de la información por la que estaba preocupada la señora fiscal, el inciso h)
del artículo en cuestión que es el 7°, hace una excepción respecto de información preparada
por asesores jurídicos y abogados de la administración.
El punto es que esta ley recoge con claridad y con responsabilidad el principio general.
El juego de las instituciones republicanas después van a dar lugar a los casos. La sociedad
civil va a estar mirando, el Poder Judicial tiene control de constitucionalidad en nuestro país
y de las leyes, el Ejecutivo tiene la capacidad de llevar la política pública. Esto no es un
código, no necesita casuismo intenso, lo que necesita es, simplemente, lo que ustedes tienen
bajo sus ojos, un principio general absolutamente republicano, motivo de celebración para
nuestro país que espero que no quede afuera de las deliberaciones de ustedes durante este año.
Sra. Presidenta. — Le quiero hacer una pregunta. Usted hizo hincapié en que solamente el
Estado debiera dar información. En realidad el derecho que nosotros legislamos —y digo
nosotros porque yo fui convencional constituyente en el año 1994— tiene que ver con los
bancos de datos y registros públicos o de los privados que provean informes. Porque yo creo
que hoy un ciudadano —y que esto se refieren a los derechos de los ciudadanos— no
solamente puede ser perjudicado por el Estado, puede ser también perjudicado por el sector
privado. Es más, si nosotros analizamos la historia de los perjuicios que han sufrido los
ciudadanos vemos que hay una competencia entre lo público y lo privado para ver quién ha
perjudicado más a los ciudadanos. Me refiero a aquellos que no tienen ningún compromiso
con ningún sector público o privado sino que son, simplemente, hombres y mujeres que viven
de sus trabajos como lo hace la inmensa mayoría de los ciudadanos.
Porque usted hizo hincapié en que el Estado es el que debería dar datos. Yo creo que
además de que el Estado debería dar datos son todos aquellos sectores privados que también
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tienen vinculación con derechos de los ciudadanos. ¿Usted está de acuerdo con eso?
Sr. Böhmer. — Estoy de acuerdo, sí.
Sra. Presidenta. — Lo quiero aclarar porque siempre suele haber una idea subyacente como
que el único que puede perjudicar a los ciudadanos es el Estado o el Poder Público. Si uno
analiza la vida de los ciudadanos, puede corroborar que hay una verdadera competencia a ver
quién puede perjudicar más al ciudadano. Es más, muchas veces los sectores privados
instrumentando al Estado y a los funcionarios que en él anidan terminan perjudicándolo. Y si
se hace un análisis más fino de la historia de los países, sean naciones desarrolladas y sobre
todo países periféricos, observaremos que muchas veces somos privados ya sea en forma
directa o a través del Estado, terminan perjudicando los intereses de los ciudadanos.
Por eso creí que era importante hacer la distinción para no caer en esta cuestión de
demonización de lo público y sacralización de lo privado. ¿Usted coincide?
Sr. Böhmer. — Justamente y para subrayarlo un poco más lo que creo es que justamente,
dado que no hay distinción sobre quién es el dueño de la información pública, quiero insistir
en —tal vez en contra incluso de los intereses de la red de organizaciones a las que
represento— que en general, y haciendo un mea culpa de la sociedades civiles, insistimos
demasiado en esto como un derecho nuestro frente al Estado. Creo que esto es una
herramienta para el Estado para defender los derechos de los ciudadanos.
En la medida en que uno no haga esta distinción esta ley es una ley también de
fortalecimiento institucional. No solamente es una ley de derechos de los ciudadanos puestos
de la vereda de enfrente del Estado. Creo que, en este caso, Estado y ciudadanos tienen una
vez más los mismos intereses. Me parece fundamental subrayar esa otra cara de la moneda.
Sra. Presidenta.— Ah, bueno. Coincidimos, entonces.
¿Hay alguna otra cuestión?
Sr. Böhmer. — No.
Sra. Presidenta. — ¿Algún senador tiene alguna pregunta para formular?
Si no es así, la agradecemos al doctor Böhmer su presencia.
Informamos al resto de los miembros del plenario de las comisiones que el día 15 de
junio a esta misma hora están invitados, a exponer sobre su opinión acerca de la
reglamentación de este derecho, el titular de ADEPA el señor Lauro Laiño y también el
doctor Víctor Abramovich del Centro de Estudios Legales y Sociales.
Tiene la palabra el senador Eduardo Menem.
Sr. Menem. — No sé si está previsto, pero como en el proyecto se menciona al defensor del
pueblo como órgano de contralor de la ley, pienso que debería citárselo. Porque tengo mis
dudas respecto de algunas cuestiones que creo que él puede explicar perfectamente. En
consecuencia, pido que se cite al titular de la Defensoría del Pueblo.
Sra. Presidenta. — Hay una serie de reuniones previstas. No hay ningún inconveniente en
hacer otra específicamente para citar al defensor del pueblo para que exponga sobre el
proyecto. Hay una reunión prevista para el martes 22, así que, luego de realizada esa, bien
puede citárselo, tanto como a aquellos que los senadores y senadoras estimen conveniente.
Es un tema que involucra cuestiones muy importantes. Cuando discutimos esto en
Santa Fe se vio también, por cuestiones de intereses que jugaban en torno a las distintas
redacciones y a distintos proyectos que había con relación a la inclusión de este derecho. Lo
tengo muy presente. Así que creo que cuanto mejor debatamos y con mayor profundidad
obtendremos una norma que termine sirviendo a los ciudadanos en general y no, siendo una
frustración.
Así que la próxima reunión del plenario será el próximo martes a las 16 y 30, con los
titulares de ADEPA y del Centro de Estudios Legales y Sociales.
A continuación vamos a hacer circular un despacho del senador Yoma que tiene que
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ver —reitero— con el tema de la Convención Constituyente.
Queda levantada la reunión de comisión.
— Son las 17 y 42.
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