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REPÚBLICA ARGENTINA
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN
REUNIÓN DE LA COMISIÓN DE
ASUNTOS CONSTITUCIONALES
Salón Arturo U. Illia
5 de octubre de 2004
Presidencia de la señora senadora Fernández de Kirchner
— En Buenos Aires, en el Salón Arturo U. Illia del H. Senado de la
Nación, a las 17 y 30 del martes 5 de octubre de 2004:
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner). — Vamos a dar comienzo a la reunión del día de la
fecha. Como todos saben, estamos recogiendo opiniones sobre el tema que nos ocupa, que es
la reglamentación del derecho de acceso a la información, previsto en la reforma
constitucional de 1994.
Hoy nos visita el Defensor del Pueblo, licenciado Eduardo Mondino, que va a exponer
sobre este tema.
Como ustedes recordarán, habíamos solicitado a los señores senadores que enviaran
las modificaciones, propuestas e inclusiones a los proyectos que existen sobre la materia. Han
ingresado diez propuestas: nueve por escrito, de los señores senadores Conti, Oviedo, Paz,
Giri, Guinle, Bussi, Perceval, Jenefes y Müller. Y también estamos recibiendo la colaboración
de los asesores del senador Yoma, que están trabajando fuertemente en el proyecto de
despacho que vamos a someter a consideración de los señores senadores.
La mayoría de estas propuestas han ingresado entre ayer y hoy, de manera que no hace
mucho que contamos con ellas, que era el plazo que nos habíamos autoimpuesto en el seno
del plenario a los efectos de recepcionar todas las modificaciones, a fin de que durante
octubre podamos emitir un dictamen de comisión. De modo que se van cumpliendo los plazos
tal cual estaban previstos.
Con esta breve aclaración, vamos a dar inicio a la exposición del licenciado Eduardo
Mondino.
Sr. Mondino. — Muchas gracias, señora presidenta y señores senadores. Quiero agradecerles
la oportunidad que nos dan para poder opinar sobre una iniciativa de la trascendencia que
tiene el proyecto de ley de acceso a la información pública.
Seguramente, a través del debate que tuvo en la Cámara de Diputados, que aprobó el
proyecto que está a consideración del Honorable Senado, más todas las reuniones que han
tenido, ha habido un sinnúmero de apreciaciones de especialistas en Derecho Constitucional
que han abordado esta temática.
Yo simplemente quiero plantearles en forma breve cuál es la idea que desde nuestra
institución tenemos sobre este proyecto de ley que cuenta con la sanción de la Cámara de
Diputados; y luego explicitar cuál es, a nuestro entender, el rol que debería cumplir nuestra
institución, que de acuerdo con esta iniciativa sería el órgano de contralor o de aplicación.
En cuanto al proyecto de ley en sí mismo, creo que tiene una legitimación amplia,
tanto por la parte activa como por la parte pasiva. Para aquellos que deben requerir
información, los requisitos son mínimos, no requiere motivación. De modo que, ampliamente,
a cualquier ciudadano, se le abre la posibilidad de acceder a la información por la información
en sí misma, sin que tenga motivación para pedirla.
Con respecto a aquellos que son pasivos, la legitimación también es amplia. Debo
decirles que, sobre quienes el proyecto contempla que tienen la obligación de entregar la
información, solamente tengo algunas dudas en cuanto a quiénes son los actores privados que
el proyecto incluye y respecto de cuál es el límite al tipo de información que deberían proveer
en caso que les fuera requerido.
En ese sentido, por lo menos tengo dudas si aquellos que reciben aportes o subsidios
del Estado deben brindar sólo información por esos aportes o por esos subsidios o si son
pasibles de serles requerida toda otra información.
Esta es una cuestión acerca de la cual debo reconocer que tengo dudas tal como está
estructurado el texto del proyecto de ley. Tal vez una modificación o la propia reglamentación
de la ley podría resolver este aspecto. Por lo menos, a mí me deja cierta duda acerca de cuál es
ese límite con lo privado.
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Luego, cuando avanzamos en el proyecto, a nuestro entender el artículo 2° es central.
Después voy a explicitar cómo podemos colaborar o cómo el órgano de control —que en este
caso es la Defensoría— puede tener un rol respecto de este artículo. Ahí prácticamente se le
ordena a los órganos adecuar la organización de la información y sistematizarla, a fin de
contar con su disponibilidad.
Esto creo que es central a la hora de poder ejercer en la práctica el derecho de acceso a
la información. Debemos reconocer que hoy el Estado no ha sistematizado este aspecto; no se
ha caracterizado por ordenar la información.
Hoy, conseguir una información, acceder a la información —lo digo como
representante de un órgano que tiene acceso irrestricto a la información, por lo menos en lo
que hace al Poder Ejecutivo—, no es sólo tener el derecho a hacerlo sino a encontrarla.
Porque muchas veces, la información no está o no tiene la característica de sistematización, ya
que no está organizada. Es decir que a veces se hace bastante complejo.
Por eso, imagino la complejidad que puede resultar, para un ciudadano común,
encontrar una información, si es que previamente no hay una adecuación o si el Estado no se
prepara para poder brindarla. Porque, en última instancia —debemos decirlo— nuestro Estado
estaba preparado, pero no para dar información sino, muchas veces, para no entregar
información.
Luego, cuando avanzamos en el tipo de información, en ese artículo prácticamente se
describe todo lo que es la información que se va a dar. Creemos que los principios y los
plazos son razonables; están dentro de los términos que normalmente se usan. Es decir que los
plazos de quince a treinta días hábiles, a nuestro entender, generalmente son razonables para
el acceso a la información.
En cuanto a la denegatoria, creo que es importante que el proyecto prevea el acto
fundado, de manera que quien niega la información tenga que fundarlo. Creo que es un hecho
importante en este proyecto y también en cuanto a que el Estado siempre tiene la obligación
de fundar sus actos, a pesar de que en muchas situaciones hemos tenido que discutir este tema
de fundar los actos. En la Defensoría, más de una vez nos ha tocado tener que plantear
claramente la diferencia que hay entre la discrecionalidad y la arbitrariedad; y es sólo un paso.
Hay quienes creen que la discrecionalidad de que se dispone les puede dar privilegios
para dictar actos arbitrarios. Estas cuestiones no son poco comunes en muchos organismos del
Estado. Y a nosotros muchas veces nos ha tocado tener que plantear claramente esta
diferencia, en el sentido de que el Estado tiene la obligación de fundar sus actos. Creo que
ponerlo como un imperativo en la ley define claramente que va a tener que fundar una
denegatoria.
Luego, cuando avanzamos sobre el tema de las responsabilidades, le diría que en eso
creo que está bien definido cuáles serían las atinentes a los funcionarios públicos. Este aspecto
se podría complementar después con la tarea de control de la Defensoría, lo que podría ayudar
a definir claramente cuál sería la responsabilidad de aquellos privados que prestan acciones
delegadas por el Estado, de manera de ver cómo se puede colocar en ellos la responsabilidad.
En ese sentido, la ley en la cual se le otorgan facultades a la Defensoría da mayores
atribuciones, especialmente para el caso de aquellas empresas que prestan servicios públicos,
cuyos agentes pueden ser denunciados, según un artículo que tiene la norma mencionada.
En cuanto a las excepciones, creo que son las que están dentro de los parámetros de
otras leyes de acceso a la información. A nuestro entender, están acordes a estándares de otras
normas internacionales.
Con respecto a los requisitos de la clasificación, podríamos decir lo mismo. Puede que
algunos consideren que las prórrogas por diez años hagan de muy extensa aplicación a la
norma. De todas maneras, nos parece que está adecuado dentro de los marcos de una ley de
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acceso a la información.
El control judicial está. La información parcialmente reservada permite que algún
organismo pueda tener alguna parte que deba preservar. Muchas veces, por razones lógicas,
hay situaciones determinadas que obligan a cualquier organismo a reservar la identidad. Nos
ha tocado tener procesos de desarrollo de investigaciones que los hemos hecho con identidad
reservada por cuestiones de personas que lo requerían. Por lo tanto, esa información puede
estar vedada, pero ello no implica que todo el resto de la investigación o el expediente tenga
carácter reservado. Me parece adecuado lo propuesto en la iniciativa.
En términos generales, esta es la opinión que tenemos sobre la iniciativa. Creo que
está dentro de lo que se considera una ley de acceso a la información amplia, que va a permitir
el ejercicio del derecho de los ciudadanos.
Ahora, me voy a referir al rol que va a tener la Defensoría como organismo de control,
según dice el proyecto de ley. Creo que lo primero que hay que definir es que esta iniciativa lo
que hace es darle derechos a los ciudadanos. Considero que es obligación de todos los
organismos del Estado que los ciudadanos, como tales, ejerzan ese derecho, aunque a veces
son los que están en menores posibilidades, por una cuestión de infraestructura.
Creemos que el rol de la Defensoría no sólo tiene que ser el de hacer cumplir ese
derecho, tratar de que el ciudadano al cual se le niega este derecho, antes de la acción
judicial, pueda optar por la Defensoría como una instancia previa para que el organismo
cumpla; sino que consideramos que podemos cumplir el rol de ayudar a los ciudadanos a
conseguir la información. Es decir, poder contribuir a que el ciudadano pueda ejercer ese
derecho, orientándolo en el pedido de la información. Muchas veces no se trata de la
búsqueda de la información, sino de cómo encontrarla.
En estos diez años de aplicación, especialmente en los cinco años que llevo como
defensor, la Defensoría ha hecho de la búsqueda de información un ejercicio cotidiano. El
proceso de una queja o una actuación de oficio del defensor comienza con un pedido de
informes y la vista del expediente. Hay un conocimiento de cómo se puede buscar la
información, dónde hacerlo y qué tipo de información.
En ese sentido, considero que cumpliríamos un rol adecuado si contribuyéramos
también al ejercicio de este derecho por parte del ciudadano y no sólo cuando se le niega la
información sino cuando este la requiera. Así, contribuiríamos a que logre canalizar el pedido,
para poder conseguir la información que busca.
Puedo contar muchas anécdotas de lo que han sido procesos de investigación de la
Defensoría. Muchas veces nos ha costado entrar a un lugar a buscar información, al cual
podíamos acceder. Por la calidad del proceso se nos abrió la puerta. Pero nos encontrábamos
con una habitación llena de expedientes y nos decían: “Acá está la información”. Entonces, no
teníamos negado el acceso a la información, pero había que encontrarla dentro de ese
sinnúmero de expedientes o cuerpos.
Me parece que esa capacidad cotidiana que tiene la Defensoría, ya que forma parte de
una de sus funciones, sería un elemento que debería llevar adelante para contribuir en el
ejercicio del derecho de acceso a la información.
El otro artículo se refiere a una actuación de oficio, que ya de por sí la tenemos, o a
petición del interesado. El rol de poder interactuar antes de la acción judicial, nos parece que
es un elemento que se le da al ciudadano antes de judicializar un pedido de acceso a la
información. La decisión la va a tener quien lo quiera hacer, como lo puede hacer hoy con
cualquier otro tema. Puede canalizarlo por la Defensoría o hacerlo de manera individual.
Esos son los roles que considero que podemos cumplir: de control y de ayudar al
ejercicio pleno de este derecho. Si bien va a estar explicitado, creo que el derecho a la
información es básicamente un derecho de los ciudadanos. Y como derecho de los
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ciudadanos, los órganos del Estado, en este caso una institución como la nuestra, tenemos que
contribuir y ayudar a que ellos puedan ejercer operativamente ese derecho que está plasmado
en la norma.
Sra. Presidenta. — Quería hacerle una consulta referida a esta última caracterización con
respecto a que el recibir información es un derecho fundamentalmente de los ciudadanos.
Desde luego, la compartimos y la hemos manifestado en reiteradas oportunidades en el seno
de este plenario. También esto está contemplado en la parte dogmática de nuestra
Constitución.
Ahora bien, la consulta particular es con respecto a quiénes estarían obligados a
brindar información a un requerimiento de un ciudadano. Pareciera ser, en el contexto en el
que ha venido la sanción de la Cámara de Diputados, que es el Estado y de aquellas
organizaciones que encontrándose fuera de este, de alguna manera reciben algún subsidio.
Se suscitó una discusión, con la visita del titular de ADEPA, a raíz de si la publicidad
oficial que reciben los medios puede ser considerada similar a un subsidio.
Creo que en realidad sería sobre todas aquellas cuestiones que tienen carácter público.
Por ejemplo, el Estado es titular de asegurar el derecho a la información pública, a la salud,
etcétera. Todos sabemos que en nuestro país se produjeron los procesos de privatización. Si
bien se dice que los servicios públicos están privatizados, todos sabemos que está figura no
existe. Lo que existe es la figura de las concesiones, para el caso de los servicios públicos
comunes, y las licencias, que da el Comité Federal de Radiodifusión en materia de medios de
comunicación. En consecuencia, la titularidad sigue estando en cabeza del Estado; es este
quien a través de determinadas figuras jurídicas ha delegado sus atribuciones en terceros. Pero
esos terceros están ejerciendo derechos, en muchos casos de manera monopólica, respecto de
los cuales el ciudadano debería tener acceso a información.
¿Cuál es su opinión al respecto de este concepto? Me parece que la Cámara de
Diputados tiene un concepto absolutamente restrictivo de quiénes son los que están obligados
a brindar información a los ciudadanos.
Hoy, en un mundo donde el poder del Estado se ha reducido a la seguridad y a una
parte de la educación —hay otra que es subsidiaba por el Estado o directamente son
universidades habilitadas por este, con títulos reconocidos por el mismo Estado—, ¿cuál es su
opinión acerca de un criterio no tan restrictivo para el ciudadano en cuanto a quiénes estarían
obligados a brindar información en el caso de serles requerida?
Sr. Mondino. — En el caso de los servicios públicos, creo que está absolutamente claro que
tienen obligación de dar la información, salvo aquella que están dentro de las excepciones,
que tengan que ver con cuestiones de índole comercial o de confidencialidad.
Sra. Presidenta. — Estamos trabajando con relación a las excepciones; por eso el plenario de
esta comisión. Por ejemplo, la Comisión de Defensa Nacional, que preside la senadora
Perceval, está trabajando sobre el tema del secreto de Estado, que está vinculado a los
servicios de inteligencia y esencialmente a cuestiones de defensa. Serían los dos grandes ítem
en los cuales, como en cualquier país del mundo, hay una restricción al acceso a la
información.
Si una parte privada puede negar información por criterios comerciales, en los hechos
estaríamos frente a una denegatoria de esa información, porque bastaría por parte de la
requerida la caracterización de interés comercial para que no la brinde.
En función de las exposiciones que se hicieron acá, tengo la impresión de que hay un
criterio de amplitud total en cuanto a las obligaciones del Estado, pero hay un criterio
restrictivo casi total cuando las obligaciones no son del Estado sino de los privados. Por ahí es
una percepción equivocada. Pero pareciera que al Estado se le puede exigir absolutamente
todo y a los privados casi nada.
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Dado que hoy el ámbito de función del Estado está tan acotado, estaríamos ante un
acceso a la información bastante sui generis, por lo menos es lo que nos parece a quienes
hemos conformado la Convención Constituyente de 1994, que quisimos brindar precisamente
este derecho.
Por eso es importante que usted manifieste una opinión en su carácter de defensor del
pueblo.
Sr. Mondino. — En el artículo 1° está muy claramente definido con relación a los que tienen
licencias o concesiones por parte del Estado. Claramente se refiere a los que explotan un bien
de dominio público. Por lo tanto, están todos sujetos a brindar información. La legitimación
es amplia tanto para el Estado como para aquellos que tienen permiso, licencia, concesión. De
hecho, están obligados a brindar la información. Están sustituyendo al Estado en una función
que este les ha delegado. Por lo tanto, no hay ninguna razón por la cual no deban brindar
información.
Si un medio de prensa tiene o no una publicidad, bueno, creo que eso está dentro de
una relación comercial puntualmente. Ahora bien, la explotación de cualquier bien de
dominio público está claramente incluida. Por lo tanto, creo que están absolutamente
obligados a brindar información. En nuestro caso particular están absolutamente obligados a
brindarnos información. Incluso en el ejercicio de algunos procesos, nosotros hemos
conseguido, resguardando la confiabilidad, la confidencialidad, contratos entre empresas.
Ellos argumentaban que eran contrataciones privadas, y nosotros les decíamos que esa
relación entre ellos, aunque se trataba de privados, afectaba al costo del servicio público y,
por lo tanto, tenían que darnos lo que solicitábamos, lo que finalmente logramos a través de
una acción judicial.
Está absolutamente claro que cualquier prestador de un servicio delegado por el
Estado o con licencia del Estado, está obligado por esta norma.
Hay dos cosas que son distintas. La conversación era sobre el rol que puede jugar una
solicitada en un periódico. Otra cosa son los medios audiovisuales, que tienen licencias
también. Se trata de licencias del Estado. Son dos cuestiones distintas. Una cuestión es la
prensa escrita con su desarrollo, sobre lo cual puede haber otro tipo de discusión. Pero los
medios audiovisuales tienen licencia.
Sra. Presidenta. — La última parte del artículo 1° del proyecto de ley en revisión habla de
que sean titulares de un bien público. Si bien los diarios no tienen una licencia ni concesión
del Estado, en definitiva se trata de información pública, que es un bien que puede catalogarse
muy claramente como público. O sea, yo sostengo que el derecho a la información tutelado no
es el que ejerce el que escribe sino el que lee. El derecho a la libertad de prensa, etcétera. Es
bueno saber que la Defensoría del Pueblo comparte este mismo criterio.
Tiene la palabra la senadora Negre de Alonso.
Sra. Negre de Alonso. — Si no interpreté mal, cuando usted hablaba de las excepciones en
cuanto al secreto comercial, se refería a lo mejor a algún proceso de investigación objeto de
un patentamiento, dejando fuera todo lo demás. No sé si lo interpreté mal.
Sr. Mondino. — Claro, incluso algún proceso de desarrollo industrial. Hay servicios
monopólicos, hay servicios con competencia y otros con semi competencia prestados por una
delegación del Estado. Pero estamos hablando de un proceso de esas características. En
cualquier otro están obligados a entregar la información. La iniciativa es muy clara en ese
sentido.
Sra. Presidenta. —A partir de escucharlos, un criterio podría ser que la información no
coloque en estado de indefensión al que la está brindando; un estado de indefensión en
general, ya sea para el Estado, para las empresas. Por aquel principio de que nadie está
obligado a declarar contra sí mismo; aunque sería un absurdo llevarlo a ese plano, porque es
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un principio del derecho penal. La gran limitante del acceso a la información sería que nadie
está obligado a brindar una información que pueda ser aprovechada por otro, colocando al
Estado o a una empresa en un estado de indefensión. Me parece que sería un gran concepto.
Tiene la palabra la senadora Perceval.
Sra. Perceval. — Una pregunta empírica, no sobre el proyecto de ley.
¿La Defensoría recibe actualmente de los ciudadanos presentaciones por un ejercicio
defectuoso, irregular, arbitrario? ¿Y ocn qué frecuencia, si es que pudiera darse? ¿Es un tema
de reclamo de los ciudadanos?
Sr. Mondino. — ¿En cuanto a la información?
Sra. Perceval.- Sí, claro.
Sr. Mondino. — Hoy nosotros podemos requerir la información sin este proyecto de ley,
siempre y cuando un ciudadano lo pida, en función de que presente una queja en la cual tiene
vulnerado un derecho o denuncie una disfuncionalidad del Estado. Es decir, lo que no se
puede hacer hoy sin esta norma es pedir información por sí misma, que es el derecho que está
dando el proyecto de ley. Incluso, cuando la Defensoría requiere información, lo hace en
función de un procedimiento que ha comenzado por oficio o por queja de un determinado
supuesto de vulneración de un derecho. O sea, no puedo instar a un organismo que por sí —
con este proyecto de ley sí sería posible— me brinde una información si no está dentro de un
procedimiento, de una queja, de una investigación que hayamos iniciado de oficio o por una
denuncia.
Sra. Presidenta. — Tiene la palabra la senadora Giri.
Sra. Giri. — Coincido con todo lo planteado por la senadora Fernández de Kirchner, en
cuanto a instituciones que son de algún modo subsidiadas por el Estado, más allá de aquellas
que cumplen su rol de servicio público, de lo cual ya se ha expresado tanto la senadora como
el defensor del Pueblo de un modo muy preciso.
Lo que no me quedó claro es en qué parte ingresarían empresas o instituciones que son
subsidiadas por el Estado. Algunas por exención de impuestos y otras por subsidios directos.
Entonces, mi pregunta es si también sobre estas instituciones cabe el derecho de
acceso absoluto a la información.
Sr. Mondino. — Voy a dar mi opinión. Creo que cuando hay un subsidio directo, no hay
ninguna duda, la norma lo prevé. Ahora, cuando el Estado, de alguna manera, beneficia o
privilegia a un sector mediante una exención impositiva, son recursos que el Estado deja de
recibir. Por lo tanto...
Sra. Presidenta. — Técnicamente, la exención impositiva es un subsidio. Tiene que estar
cuantificado fiscalmente, inclusive, para saber a cuánto asciende el monto.
Sr. Mondino. — Deja de recibir un recurso fiscal. Por lo tanto, evidentemente, si bien desde
el punto de vista técnico es un mecanismo distinto al subsidio, es un subsidio en sí mismo. El
Estado deja de percibirlo.
Acá no está explicitado en estos términos. Está explicitado absolutamente el tema
subsidios y no hay ningún...
Sra. Giri. — Por ejemplo, las instituciones religiosas en general ¿entrarían en este contexto?
Sra. Presidenta. — Sí, porque son muchísimos los colegios confesionales que reciben el
subsidio para la educación, para el salario de los docentes.
Sra. Giri. — Y otras instituciones religiosas, que no sólo son los colegios, ¿no es cierto?
Sr. Mondino. — Sí. No me atrevería a...
Sra. Presidenta. — Bueno, no, claro, está la otra cuestión. No sé si la senadora, por ahí, se
refiere a la Iglesia Católica, que es el culto oficial, por Constitución. ¿A eso se refiere usted,
específicamente? Para hacer más clara y concreta la pregunta.
Sra. Giri. — La Iglesia Católica, de hecho, está inserta en esa pregunta, porque es el culto
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oficial. Pero además hay otras iglesias u otras instituciones religiosas...
Sra. Presidenta. — Esas serían ONGs que reciben subsidios. En realidad, la única iglesia
sostenida como culto oficial del Estado es la Iglesia Católica Apostólica Romana. El resto,
son ONGs que pueden recibir o no subsidios por parte del Estado.
Sra. Giri. — Yo lo pregunté, en general, porque hay otros institutos, como cultos
evangélicos, que también en algunas ocasiones reciben subsidios del Estado. Por eso hice la
pregunta de un modo global; va para todas las instituciones religiosas incluida la Iglesia
Católica.
Sra. Presidenta. — Tiene la palabra la senadora Negre de Alonso.
Sra. Negre de Alonso. — Creo que hay una diferencia. Respecto de la Iglesia Católica, es el
sostenimiento, y en el otro caso, son subsidios para fines determinados, que se dan en
situaciones determinadas: educación, construcción de templos, actividades...
Sra. Presidenta. — De cualquier manera, de plantearse el conflicto, no lo vamos a tener que
dirimir nosotros sino la Corte Suprema de Justicia, que es la que interpreta las leyes vigentes.
Pero es un ejercicio que uno está haciendo respecto de las situaciones que se pueden plantear.
Sra. Negre de Alonso. — Creo que el doctor Sabsay fue muy claro cuando vino a este
Senado a exponer al Senado sobre este tema. Yo le pregunté si la información tenía que ser
sobre el monto de dinero que el Estado le estaba dando o sobre la totalidad de los fondos que
la ONG tenía. Y él dijo: “Tiene que ser sobre la totalidad de los fondos.” Y puso como
ejemplo la fundación donde él trabaja, en la que todo el movimiento de sus fondos, como
recibe además aportes del Estado, está en Internet.
Sra. Presidenta. — Tiene la palabra el senador Yoma.
Sr. Yoma. — Evidentemente, como dice la presidenta, en algún momento habrá que hacer
una interpretación acerca de los alcances de esta norma y, obviamente, no nos va a
corresponder a nosotros.
Porque siendo estrictamente justos en lo que hace al texto del proyecto de ley, todas
las empresas radicadas en La Rioja, Catamarca, San Luis y San Juan, que tienen promoción
industrial, estarían sujetas a esta normativa. Entonces, no sé si ese habrá sido el espíritu de los
diputados, pero lo pusieron. Con lo cual, creo que en algún momento alguien va a tener que
interpretar y decir: “La norma constitucional...
Sra. Presidenta. — Le pide una interrupción la senadora Negre de Alonso.
Sr. Yoma. — Sí, con todo gusto.
Sra. Negre de Alonso. — En realidad, en la ley de radicación industrial está la obligación de
los estados nacional y provinciales de controlar que esos fondos, que forman parte de esas
exenciones impositivas, tengan el destino que la propia ley prevé: fuente de trabajo, mano de
obra, producción anual, etcétera. Así que ahí ya estaría ese derecho a la información.
Sr. Yoma. — No, ese es otro tema. Estamos hablando de la información del público, no del
derecho del Estado. Ya sé que el Estado no tiene el derecho sino el deber de ejercer el
contralor acerca de los proyectos aprobados y de que se respeten los beneficios acordados en
base a los planes de inversión.
Pero de lo que estamos hablando en este proyecto es del derecho del público de
acceder a los libros o a la vida interna de una empresa que recibe un subsidio indirecto del
Estado a través de un mecanismo impositivo, por ejemplo, que es lo que se estaba diciendo
acá.
Obviamente, no es el criterio. Como dijo bien la presidenta, no nos va a corresponder
a nosotros interpretar los alcances. En algún momento, algún organismo jurisdiccional
establecerá el marco, para no avanzar sobre leyes que tienen que ver con el secreto fiscal, el
secreto bancario, es decir, sobre determinadas cuestiones que están protegidas también por
otro tipo de normas. Pero, en principio, tal cual está redactada, la norma general creo que es
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tan extensa, tan amplia, que va a necesitar alguna precisión, aunque no por parte del Congreso
sino en el ámbito jurisdiccional.
Sra. Negre de Alonso. — Quería hacer una acotación. Porque la verdad es que lo que dijo el
senador Yoma me llevó a una reflexión.
Cuando él habla de que habría que acotar y determinar, y puso como ejemplo los
libros, fui inmediatamente a la ley de sociedades. Por ejemplo, en las sociedades de personas,
las personas acceden directamente a la información de la administración de las sociedades que
forman parte. Las sociedades de capitales lo hacen a través de los órganos determinados y se
aprueban a través de los balances.
O sea que esto que acaba de plantear el senador Yoma, que a mí no se me había
ocurrido hasta este momento, realmente es sumamente importante: cuál es el límite máximo y
hasta dónde llegamos, si por ejemplo estamos en el marco de una sociedad anónima.
Sra. Presidenta. — Creo que va a ser imposible, como lo es en cualquier ley, establecer una
casuística tal que pueda contemplar todos los casos que se pueden dar. Seguramente van a
quedar esferas de no reglamentación, de ambigüedad, como en todas las normas. No hay
ninguna ley que sea absolutamente perfecta y que dé cuenta de toda la casuística desde el
artículo primero hasta el final. Y en este caso, serán los órganos jurisdiccionales los
encargados de dilucidar, interpretar y, aplicando la ley, saber cuáles son los límites —o los no
límites— que pueda tener el ejercicio de este derecho.
Sr. Yoma. — Un poco apuntando a lo que usted decía, creo que no sería quizás incorrecto,
desde el punto de vista legislativo, subordinar la vigencia de la ley a la reglamentación por
parte del Poder Ejecutivo, con lo cual ahí, vía decreto reglamentario, se pueden precisar
bastante algunas de las normas que aparecen como muy genéricas en la norma.
Sra. Presidenta. — Tiene la palabra el senador Castillo.
Sr. Castillo. — De pronto hay persona privadas, que no van a tener subsidios del Estado y,
por lo tanto, no existiría derecho a solicitar información. Las que lo están recibiendo, sí
tendrían que brindarla.
Acá estamos proponiendo que la solicitud de ese derecho a la información tenga una
estrecha relación con el aporte que se realiza, si es este el derecho que se quiere tutelar. Si no,
no estamos haciendo una diferenciación entre sector privado que recibe subsidio y sector
privado que no recibe subsidio. Me parece que puede ser un camino si es que se quiere tomar
algún tipo de precisión.
Sra. Presidenta. — Le agradecemos la presencia al defensor del Pueblo.
Le pido a los miembros de la Comisión de Asuntos Constitucionales que no se retiren.
— Se retira el defensor del Pueblo.
Sra. Presidenta. —Para los senadores que no estaban presentes al comienzo de la reunión, les
informo quiénes han presentado propuestas sobre el proyecto de ley de derecho de acceso a la
información, que se encuentra en tratamiento. Ellos son los señores senadores Conti, Oviedo,
Paz, Giri, Guinle, Bussi, Perceval, Jenefes, Müller, Yoma, Castillo y Escudero. Hay más de
diez propuestas de modificación para el despacho que estimamos tener para fines de este mes.
Por otra parte, como hay solicitudes para la reglamentación de la Comisión de
Decretos de Necesidad y Urgencia, habría que conformar una subcomisión, que deberá
respetar las proporcionalidades que tienen los bloques. Hay seis proyectos de distintos señores
senadores y senadoras en el seno de la Comisión de Asuntos Constitucionales sobre el tema.
La subcomisión es un método que ya hemos utilizado en otras oportunidades, para comenzar a
analizar los proyectos que obran en este Senado.
La comisión tiene dos o tres temas muy fuertes. Uno de ellos es el juicio por jurados,
en donde somos comisión cabecera. Estuvo presente el señor ministro de Justicia por este
tema y hay una demanda social muy fuerte con respecto a esta figura. Así que se podría
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conformar otra subcomisión.
Lo único que les pido a ambas comisiones que se conformen es que actúen bajo la
coordinación de la secretaria administrativa de la Comisión de Asuntos Constitucionales, a los
efectos de no hacer un trabajo anárquico.
A su vez, los mismos senadores van a tener que participar de las consultas de acceso a
la información que es un compromiso que hemos tomado públicamente. Saben que a fines de
este período legislativo fenece el proyecto remitido por la Cámara Diputados, de manera que a
fin de mes estimo que vamos a estar en condiciones de emitir el dictamen.
Sr. Jenefes. — Deleguemos a la Presidencia la conformación de las subcomisiones.
— Asentimiento.
Sra. Presidenta. — Perfecto. Integro las subcomisiones en base a las proporcionalidades de
los bloques y les notifico directamente a los señores senadores.
También se distribuyeron a los señores senadores las recomendaciones de la SIP en
materia de acceso a la información. Espero que las hayan recibido.
Como no hay otros temas para considerar, queda levantada la reunión.
— Son las 18 y 14.
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