La risa

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LA RISA
¿De qué nos reímos?
¿Por qué hay personas que ríen más que otras?
¿Influye la edad, el sexo o la situación geográfica?
Durante años el ser humano ha buscado el porqué de la risa, del humor, de la felicidad.
La risa siempre ha estado presente en el hombre y no se han discutido sus efectos
positivos. Ahora surgen terapias como la risoterapia, que mediante la risa genera
estados de ánimo positivos que influyen en nuestro cuerpo y en nuestra mente.
El hombre y la mujer son los únicos animales que saben reír. Es un sentimiento humano y al
mismo tiempo irracional. En la historia de la Humanidad, estudiosos, filósofos, científicos, han
intentando buscar una explicación a este fenómeno. Nos reímos de lo que vemos, de lo que oímos,
por imágenes mentales, por el placer de un hecho, por gesticulaciones cómicas, ante las ocurrencias
de nuestros amigos o compañeros de trabajo, pero también nos reímos por algo necio o soez, por
preguntas y frases absurdas, por ironías inteligentes y divertidas, a veces de una forma crítica y -¿por
qué no?- muchas veces nos reímos de los demás, con crueldad, sobre todo cuando se resbalan o
tropiezan y dan con su cuerpo risueño en el asfalto. En este caso la risa es vergonzante, pero risa al
fin.
FILÓSOFOS
"Muchos son los rumbos y las rutas posibles en el mar de la risa, tantos...", apunta Emilio
Temprano, discípulo del antropólogo Julio Caro Baroja. En su libro El arte de la risa, nos cuenta que
Cicerón abordó este tema, si bien lo abandonó enseguida como una cuestión irresoluble. "Para
Hobbes -añade- la risa procede de la súbita concepción de nuestra superioridad". Kant piensa que es
una emoción nacida de la súbita reducción a nada de una inmensa expectativa. Goethe, en cambio,
considera que "lo risible proviene de un contraste moral, que de manera inofensiva es puesto en
relación con nuestros sentidos". ¿Se pueden encontrar los motivos o justificaciones racionales para
explicar algo tan irracional que tiene que ver con sentimientos y emociones?
Según la revista Muy Interesante, los científicos han conseguido ver y reproducir los cambios
cerebrales que se producen cuando nos reímos. "El escritor estadounidense Arthur Koestler, uno de
los especialistas en el tema, dice que el humor es la única forma de comunicación en la cual un
estímulo con un .alto nivel de complejidad produce una respuesta estereotipada y predecible a un
nivel fisiológico reflejo."
Cuando nos reímos se pone en funcionamiento el córtex prefrontal del cerebro,
particularmente el del hemisferio derecho, y se registra actividad en el lóbulo temporal. Esta
explicación científica no aclara sin embargo por qué hay personas que ríen más que otras. En Muy
Interesante, -publicación que ha abordado en varias ocasiones este tema-, se explica que los
neurólogos creen que ciertas lesiones en el córtex prefrontal pueden causar una incapacidad para
asimilar y crear metáforas y por tanto para entender situaciones o conversaciones graciosas. Vinod
Goel, de la Universidad de Alberdeen (EE.UU), y Ray Dolan, del Instituto de Neurología de
Londres (Gran Bretaña), han utilizado las técnicas de resonancia magnética funcional (IMR)
consiguiendo imágenes de los cambios de oxigenación de la sangre que acompañan una actividad
mental cuando se produce una reacción humorística.
Sin embargo, esto no ofrece respuesta a por qué hay personas que ríen más que otras. Para
José Elías, psicólogo, el ser humano es una combinación perfecta de herencia y de conducta,
depende en gran medida de cuáles son las posibilidades, las situaciones y las creencias, las
supersticiones, los pensamientos y las actitudes. En definitiva, para este experto en la risa, que
imparte un seminario sobre risoterapia -técnica de curación mediante la risa-, no es más feliz quien
más tiene ni quien menos desea. "Yo creo que reír, ser feliz, se consigue teniendo los logros
adecuados con los que una persona puede retroalimentarse. La felicidad no está en no querer nada ni
en querer tenerlo todo sino en tener adecuadamente tus proyectos en marcha y que lo vayas
consiguiendo", matiza.
AFRONTAR LA VIDA
La risa no deja de ser nuestra defensa ante la sociedad. Por eso, hay personas que ríen más
que otras.
"Hay mucha gente que se entera de la actualidad a través de nuestras páginas porque la
realidad, las noticias diarias, son suficientemente duras y el humor siempre nos aporta otro enfoque.
También tenemos un humor sociológico, costumbrista, el parado que vive todavía en casa, hay una
identificación con esos personajes", explica Maite Quiles, redactora jefe de la revista El Jueves. En
el fondo, añade Ellas, tiene que ver con la forma con la que nos enseñan a afrontar las situaciones,
los problemas, en definitiva, la vida. "Cuando estamos ante una circunstancia muy mala nos reímos
porque el ser humano tiene ese mecanismo en su sistema inmunológico, es su mecanismo de
defensa, por ejemplo, las personas que cuentan chistes en un velatorio. Lo que pasa es que la
sociedad nos hace muy estructurados, muy rígidos, la gran ventaja es ser libre y esto sólo se
consigue mediante la risa."
Situaciones dolorosas, largas y aburridas que, sin embargo, se convierten en placenteras y
llenas de sonrisas. Esto lo sabe bien Mariano, que desde el año 1978 realiza actividades lúdicas en el
Hospital del Niño Jesús de Madrid. "Cada vez los niños se hacen adultos antes, los videojuegos, la
sociedad... En el equipo de voluntarios que dirijo intentamos que los niños se rían, no como terapia,
sino como humanización. El niño se olvida de la enfermedad", explica.
Y el niño se olvida de su dolencia hasta tal punto que le apetece estar en el hospital, algo que
no es muy bien aceptado por los médicos. Cuenta Mariano, payaso profesional, que tuvieron a un
niño que le daban ataques epilépticos constantes. "Un día -explica- simuló que le daba uno y le
trajeron rápidamente al hospital. De repente nos preguntó, ¿quién actúa esta tarde? El padre, por
supuesto, le echó una bronca descomunal".
Jóvenes, mayores, hombres, mujeres ¿influye la edad o el sexo para reír? Basándose en su
experiencia, José Elías piensa que la juventud actual tiene mucho confort pero no es feliz porque
pretenden tenerlo todo sin esfuerzo, que las cosas surjan de la nada, y quieren sobre todo tener sus
necesidades cubiertas. "No tienen ilusión. Les veo reír cuando se están divirtiendo pero a mí me
interesa la risa en estado permanente que te permita que en cualquier momento te rías' de la
situación, aunque no lo expreses. Les falta ilusión, están desorientados y muchos de ellos
deprimidos", añade.
COMPRAR LA RISA
Tanto necesitamos reírnos que, a veces, compramos carcajadas. El Jueves es la revista que
más tiempo lleva en los quioscos españoles. El año que viene cumplirá 25 años. "Es una publicación
que tiene lectores muy jóvenes. A los 30 dejan de leerlo y nos dicen, ¡es que habéis cambiado! Yo
les pregunto ¿no será al revés, que los que habéis cambiado sois vosotros?", cuenta Maite Quiles,
redactora jefe en esta revista de humor.
Por la consulta del psicólogo José Elías pasa mucha gente mayor que aseguran que antes se
reían mucho y ahora han perdido la sonrisa, se han quedado solos y la tristeza se apodera de ellos.
"La situación depende de nosotros, una cosa es someterte a ello sin ninguna posibilidad de salir y
otra cosa es ver el lado positivo incluso en las situaciones cotidianas", maciza Elías. "Por ejemplo, si
tenemos que trabajar, ver cómo puedo estar mejor con los demás, con los compañeros, el lado
lúdico, profesional. Mejor así que si tengo que ver cómo pasa el tiempo. Estamos siempre en contra
de la corriente. El ser humano en vez de accionar, reacciona, pensamos mucho lo que vamos a
hacer", apostilla.
Un reciente sondeo realizado en Francia demostró que el 26 por ciento de los franceses ríen a
carcajadas dos o tres veces al día. El 30 por ciento son mujeres y el 22 por ciento hombres. "La
mujeres ríen más porque se han tenido que defender de muchas más cosas en la vida porque cuando
ésta es difícil es más fácil que salga ese mecanismo de defensa aunque ahora están adoptando
muchas posturas de los hombres", explica el psicólogo José Elías.
No es lo mismo el humor de un gallego que el de un castellano o el de un andaluz. Influye el
arraigo cultural, la costumbre, las connotaciones sociales. "Yo no creo que ría más un gallego que un
andaluz, el ser humano tiene que aprender por encima de regionalidades. Los latinos nos reímos
más, pero en definitiva es algo que tenemos que hacer nosotros. No sabemos afrontar la vida y no
sabemos ver muchas más posibilidades", apunta Elías. "La risa no se tiene que practicar cuando nos
vaya bien, que es lo que solemos hacer, sino cuando se está mal, como mecanismo, como terapia",
aconseja. "Hay que aprender a reírse de uno mismo por encima de regionalidades. Tenemos
limitaciones, no todas nuestras capacidades están al máximo. La vida es una tragicomedia, no
sabemos adónde vamos, qué hay después de la muerte, es creencia... pero no sabemos. Lo
importante es aprender a reírnos de esas situaciones y después reírnos con los demás porque tienen
los mismos problemas y ventajas que nosotros."
La sabiduría popular nos dice que vale la pena estar siempre triste para evitar que los
batacazos sean más fuertes, o cuanto más alto subas más vas a caer. "No seas payaso, reír es de
tontos." Algunas corrientes de la psicología tradicional nos advierten que ser alegre o reírse no nos
lleva a una situación muy buena porque se tiende a ser más descuidado. ."Reír concluye Elías- está
considerado un acto de negligencia, incluso por los psicólogos mismos. Seriedad y tristeza están
muy igualadas. No concebimos que una persona sea seria y se ría. ¿Qué es lo que tenemos que
buscar ser de mayores? Ser serios, responsables. La sociedad no está predispuesta a que la gente se
ría".
RISOTERAPIA
Ya en el siglo XV, e1 filósofo Luis
Vives; quien hizo observaciones muy
agudas sobre el significado de reír, nos
señala la buena incidencia de la risa en
la salud y nos habla de que las
impresiones inesperadas y repentinas
nos afectan más y nos hacen reír más
pronto y mayor tiempo.
Henrí de Móndeville; famoso
cirujano francés del siglo XIV, nos
advierte de "que el cirujano debe
ocuparse de regular todo el régimen de
vida de su paciente de modo que esté
dirigido a la alegría y a la felicidad".
La risa siempre ha estado presente en el
ser humano y no se han discutido sus
efectos positivos. La risoterapia es una
técnica de curación reciente que
mediante la risa consigue generar
estados anímicos que influyen en
nuestro cuerpo y nuestra mente. Las
investigaciones más recientes sobre esta
técnica complementaria se están
llevando a cabo en Suiza aunque los
pioneros en crear centros dedicados a la
risa han sido los americanos y los
canadienses.
La risa favorece la producción y
liberación de sustancias bioquímicas
como la dopamína, que nos eleva el
estado de ánimo; la serotonina, tipo de
endorfina con efectos calmantes y
analgésicos; o la adrenalina, que nos
permite estar más despiertos y
receptivos, proporcionando mayor,
creatividad.
EFECTOS BENEFICIOSOS DE LA RISA
La risa no es la panacea, ni la
felicidad, pero está muy emparentada con
ésta. Lo que parece fuera de toda duda es
que ayuda a sentirse mejor.
La risa incrementa la autoestima y la
confianza en uno mismo; evita la depresión
y la tristeza al forzar cambios emocionales
en la persona. Es también una fórmula
eficaz para eliminar pensamientos y
emociones negativos -es imposible reír y
pensar al mismo tiempo-, por lo que ayuda
a combatir las enfermedades
psicosomáticas. Alivia el insomnio al
producir una sana fatiga que el sueño
repara con facilidad, la hipertensión, al
aumentar el calibre dé los vasos sanguíneos
y reparar tos músculos lisos de las arterias,
reduce la presión arterial. Combate miedos
y fobias y la timidez, al facilitar la
comunicación entre las personas ayuda a
expresar emociones y favorece los lazos
afectivos. Asimismo alivia el sufrimiento y
sirve para descargar tensiones, potencia la
creatividad y la imaginación.
Por otro lado puede ejercer efectos
positivos contra enfermedades fisiológicas:
refuerza el sistema inmunológíco, facilita la
digestión, fortalece el corazón acelerando el
ritmo cardíaco, mejora la respiración, ya
que ta ventilación respiratoria llega al
máximo cuando reímos y aumenta la
actividad vital al incrementar la circulación
nerviosa. En definitiva, y como dice un
viejo proverbio chino: "Para estar sano,
hay que reírse al menos treinta veces al
día."
MARISA DOMÍNGUEZ
(Revista MUFACE) (Octubre 2001)
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