una aproximación a la reforma constitucional de corea del norte de

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COREA DEL NORTE: UNA
CONSTITUCIONAL DEL 2009.
APROXIMACIÓN
A
LA
REFORMA
A lo largo del año 2009 Corea del Norte (RPDC) vio reformada su Constitución. Los
antecedentes de tal revisión no dejan de ser confusos. Las primeras noticias llegaron a
Occidente a través de Radio Free Asia en septiembre del 2009 en donde se afirmaba que
la Asamblea Suprema del Pueblo había revisado en su reunión de abril de ese año la
Constitución vigente, cuyo texto originario era el aprobado por la primera sesión de la
quinta legislatura de la Asamblea (diciembre de 1972), reformada en la novena
legislatura (abril de 1992) y enmendada en la décima legislatura (septiembre de 1998).
La importancia de la reforma de 2009, ya hecha publica en los medios de comunicación
de la RPDC hacia el exterior se centra en determinados cambios introducidos en la
política militar (“Songun”) y en la posición política del dirigente Kim Jong Il, no
nombrándolo directamente pero sí añadiendo un papel central en la dirección del país al
Presidente de la Comisión de Defensa Nacional. También ha habido un debate sobre la
introducción de determinadas referencias a los derechos humanos, si bien ello debe
aquilatarse, pues las traducciones llevadas a cabo en occidente –en concreto
inicialmente por Northeast Asia Matters- son relativamente erróneas, pues el nuevo
art.8 del texto constitucional se refiere a los “derechos humanos” de los obreros,
campesinos, militares, trabajadores intelectuales y demás sectores del pueblo
emancipados en la RPDC, lo que jurídicamente es un término distinto al de
simplemente “derechos humanos” como concepto general.
La nueva Constitución de la RPDC tiene 6 preceptos más que el texto anterior, pasando
de 166 a 172. En este documento de trabajo no pretendemos llevar a cabo un análisis
exhaustivo del mismo, sino simplemente referirnos a algunos cambios importantes que
merecerían un análisis más detallado, dentro de la inescrutable realidad política de
Corea del Norte.
Al respecto, sistemáticamente quisiéramos resaltar los siguientes aspectos:
1.- En primer lugar, el Preámbulo mantiene su configuración, al definir la RPDC en
base a la ideología y el liderazgo de Kim Il Sung, que aparece completamente presente
en los fundamentos constitucionales. Así, la RPDC es la patria socialista del Juche, “que
encarna la ideología y dirección del gran líder, camarada Kim Il Sung”, el cual es
descrito en el Preámbulo como eje central todo el texto. En ese mismo Preámbulo se
configura a Kim Il Sung como “perpetuo” Presidente –en versión inglesa del texto
constitucional según fuentes de la RPDC, “eternal President”.
2.- La modificación de algunos preceptos, como el art.8, ha dado pie a conjeturas en
Occidente, pero creemos que deben interpretarse adecuadamente en base a una correcta
traducción –como antes hemos ya indicado-, que a nuestro juicio es la que efectúa la
propia RPDC en sus órganos oficiales. En este sentido, al antiguo articulo 8 de la
Constitución vigente antes de la reforma se ha añadido que la defensa y protección por
parte del Estado de los intereses de los obreros, campesinos, intelectuales y otros
sectores del pueblo emancipados de la explotación y opresión, que son “dueños del
Estado y la sociedad” implica también el respeto y protección de “sus derechos
humanos”. En conclusión, la reforma se refiere a estos derechos en relación al colectivo
antes señalado en función de esa identidad (obreros, campesinos, etc.), pero no hay una
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referencia específica a tales derechos humanos en tanto en cuanto a ciudadanos o una
definición genérico del tipo español como “todos tienen derecho a….”, máxime cuando
en otros preceptos de la Constitución aparecen referencia a colectivos como “los
enemigos de clase” (art.162.2).
3.- Ha llamado la atención la supresión del término “comunismo”. Este aparecía en el
art.29 (“el socialismo y el comunismo se construyen con el trabajo creador de las
masas”) y art.40, que en cuanto a la cultura, la articulaba sobre la base del socialismo y
el comunismo. Actualmente, los arts.29 y 40 únicamente se refieren al “socialismo”,
habiendo desaparecido el anterior término. A nuestro juicio, la RPDC ha dado un paso
más en desmarcarse del concepto histórico del comunismo, para definir su propia
opción ideológica, fundamentalmente en base al “Juche” y a la política de “Songun”. La
política del país pivota pues sobre estos conceptos e incluso el concepto socialismo, a
nuestro entender, debe entenderse en parte superado, pues sólo puede interpretarse,
desde esta perspectiva, como la evolución a la que ha llegado el “Juche” (así, en el
Preámbulo se refiere a la RPDC como “la patria socialista del Juche”, en donde Kim Il
Sung creo “la inmortal idea Juche”, de tal manera que si bien define a Corea como
“patria socialista”, lo es en tanto en cuanto culmine “la causa revolucionaria del
Juche”).
4.- Finalmente, queremos resaltar los seis nuevos preceptos introducidos en la reforma
de 2009, eje central de la misma, que se reflejan en los arts. 100 a 105 de la
Constitución ahora vigente. En este sentido, el capítulo VI (“Órganos estatales”) se
estructuraba en diversas secciones (siete en total) –siguiendo nuestra terminología
constitucional-: la Asamblea Popular Suprema, el Comité de Defensa Nacional (sección
2ª), el Comité Permanente de la Asamblea Popular Suprema, el Consejo de Ministros,
las Asambleas Populares locales, los Comités Populares locales, la Fiscalía y los
Tribunales. El nuevo texto mantiene esta estructura mínima, añadiendo una nueva
sección, insertada en los artículos 100 a 105, en la nueva sección segunda; todas las
anteriores corren en un número, pues tras la Asamblea Popular Suprema ya no se sitúa
el Comité de Defensa Nacional –CDN- (antigua sección segunda, que ahora pasa a la
tercera) para incluirse en los referidos artículos como “órgano estatal” el “Presidente
del Comité de Defensa Nacional”.
Estos seis artículos deben interpretarse, a primera vista, como una clara definición del
papel presidencial de Kim Jong Il, por cuanto manteniéndose la Presidencia del país en
su padre, fallecido en 1994, como “Presidente eterno”, la reforma de 2009 atribuye al
Presidente del CDN el rango de “máximo dirigente de la RPDC”, cargo aquel que
ostenta Kim Jong Il. Lo que de facto era ya evidente, pues el art.111 anteriormente
otorgaba al Presidente de la CDN el mando y control de las fuerzas armadas y la
dirección de la defensa nacional, el nuevo precepto añade a Kim Jong Il dos
competencias: la dirección máxima de la República y además (art.102), lo previsto ya
en el antiguo artículo 111.
Por lo demás, el art.103 de la Constitución define claramente las funciones del
Presidente de la CDN como las atribuciones propias de un Jefe del Estado
presidencialista, que van desde la dirección de “todas las actividades del Estado”
además de las cuestiones referidas a la defensa nacional, y con una expresión
ciertamente contundente se afirma que el Presidente “imparte órdenes” (art.104).
Creemos por tanto que de iure se residencia en el Presidente de la CDN la función de
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Jefe de Estado, pese a que otros preceptos se mantienen vigentes, como que el
Presidente del Presidium de la Asamblea Popular Suprema “representa al Estado”
(art.117) o que el primer ministro representa al Gobierno de la RPDC (art.126).
Creemos, sin embargo, que un análisis más profundo nos debe llevar a implementar el
juego de poderes que se desprende de todo el Capítulo VI, partiendo de la base que
nadie pone en duda que constitucionalmente, ya de hecho antes, la Jefatura del Estado
recae en el Presidente de la CDN. Pero a nuestro juicio la definición que se hace de tal
Presidente como dirigente máximo de la RPDC, tiene alguna dificultad de encaje con
las funciones atribuidas al CDN (ahora en la sección tercera), que siguen siendo
fundamentalmente militares. Naturalmente ello sólo puede entenderse desde la óptica de
la política de “Songun”; por ello, una interpretación cohonestada de los arts.100 a 105
con los preceptos que regulan el CDN debe hacerse en base al art.109.1, según el cual
son deberes y atribuciones de aquélla “establecer las políticas principales del Estado
encaminadas a aplicar la línea revolucionaria de Songun”, por cuanto el resto de
subapartados (art.109.2 a 109.6) tienen una orientación militar o, cuanto menos, de
sometimiento a las órdenes del Presidente.
Es importante destacar al respecto, pues, que la nueva Constitución centra todo el poder
de la RPDC en el Presidente sin ningún tipo de ambigüedad. Muy remarcable son los
arts.109.3 y 109.6 de la Constitución.
En el primer caso, todo el CDN se subordina al Presidente, pues como tal Comisión
debe velar por el cumplimiento de las órdenes del Presidente; de ahí que el art.104
alcance su plena comprensión al afirmar que “el Presidente del CDN de la RPDC
imparte órdenes”; en el segundo, con toda claridad, se atribuye a la Comisión la
facultad de “anular las resoluciones y directivas de los órganos estatales
contradictorias a las órdenes del Presidente del CDN”.
Este precepto es constitucionalmente de una importancia máxima, pues implica otorgar
a Kim Jong Il, en cuanto Presidente del CDN todo el poder sobre el país, y establecer
que si cualquier resolución o directiva de cualquier órgano –el art.109.6 no fija ningún
límite- contradice una orden del Presidente, corresponde al CDN anularla. Competencia
anulatoria que se extiende a la Asamblea Popular Suprema, pues también debe derogar
“las resoluciones y directivas de los organismos estatales que contravengan (….) las
órdenes del Presidente del CDN” (art.116.6). Y dado que el Capítulo incluye entre sus
órganos desde la Asamblea a los Tribunales, podemos concluir que la nueva
Constitución jerarquiza el modelo político de la RPDC de tal manera que la
concentración de poder en el actual dirigente –o quien le suceda en el futuro- es
prácticamente absoluta. Es más, ello se plasma absolutamente al fijar el ámbito de
actuación de la Fiscalía en Corea del Norte, pues se atribuye a la misma, entre otros
“deberes” el de velar por si las resoluciones y directivas de los organismos estatales no
contravienen las órdenes del Presidente del CDN (art.156) y, si bien en cuanto al definir
los deberes de los tribunales de justicia no se hace una mención expresa a la CDN y su
Presidente, sí existe una reflexión genérica a la protección del poder y el régimen
socialista de la RPDC, es evidente que como tales Tribunales están claramente
engarzados con la estructura política del país, pues deben llevar “a cabo una lucha
activa contra los enemigos de clase y todos los infractores de la ley” (art.162.2) y, por
otro lado, responde el máximo Tribunal –el Supremo- ante la Asamblea Popular
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Suprema y el Presidium, quebrando la típica división de poderes propia de los países
occidentales.
Desde el punto de vista constitucional nos parece que debe analizarse con atención la
modificación de 2009 de la Constitución de la RPDC y señalar con atención la
articulación de los órganos de poder, por un lado el Presidente de la CDN y por otro los
restantes órganos instituidos en el Capítulo VI, porqué los eslabones de jerarquía,
interrelaciones y equilibrios conforman una muy interesante aproximación a una
estructura institucional ciertamente propia y singular de la RPDC, en donde tras el 2009,
la figura del Presidente de la CDN no puede ya cuestionarse y supone el afianzamiento
definitivo de liderazgo de Kim Jong Il y, en su caso, del sucesor al cargo, cuando ello
acontezca.
Xavier Boltaina Bosch
Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona
Julio de 2010.
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