Proyecto de Ley de “Comercio Electrónico”

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ASAMBLEA LEGISLATIVA
DEPARTAMENTO DE SERVICIOS TÉCNICOS
INFORME TÉCNICO JURÍDICO
PROYECTO DE LEY
“ Ley de Comercio Electrónico ”
EXPEDIENTE N° 16.081
ST-104-2006 J.
Informe a cargo de
Lic. Gustavo Rivera Sibaja
Supervisado por:
Lic. Arcadio Rodríguez Gómez
Abril de 2006
INDICE
I. RESUMEN DEL PROYECTO ..................................................................................................................... 3
II. ASPECTOS DE FONDO ............................................................................................................................. 4
A.B.-
ANÁLISIS GENERAL ................................................................................................................................ 4
ANÁLISIS DEL ARTICULADO .................................................................................................................... 6
III. CUESTIONES DE FORMA ................................................................................................................... 15
IV. ASPECTOS DE PROCEDIMIENTO .................................................................................................... 15
V. CONSULTAS .............................................................................................................................................. 15
A.B.-
OBLIGATORIAS.- ........................................................................................................................................... 15
FACULTATIVAS.- .......................................................................................................................................... 15
VI. ANTECEDENTES NORMATIVOS ....................................................................................................... 16
VII. ANEXO.................................................................................................................................................... 17
2
INFORME JURÍDICO 1
PROYECTO DE LEY
“LEY DE COMERCIO ELECTRÓNICO”
EXP. 16.081
I. RESUMEN DEL PROYECTO
Esta iniciativa pretende “regular el régimen jurídico aplicable a la prestación de
servicios por internet” tal como se enuncia en su artículo 1º.
El Proyecto consta de 16 artículos distribuidos en 4 capítulos de la siguiente
forma:2
El Capítulo I denominado: “Disposiciones generales” define
el
ámbito
aplicación de la ley y enuncia el principio de libre prestación de servicios.
de
En el capítulo II: “De la contratación electrónica y telemática”, se regula sobre la
validez de este tipo de contratos y sus requisitos, sobre la jurisdicción aplicable, y
lo relativo a derecho de la competencia y protección del consumidor.
En el capítulo III, denominado: “Medios de control”, se imponen obligaciones a los
proveedores de acceso a internet y las compañías de tarjetas de crédito, para
contar con medios de bloquear servicios, o pagos, según sea el caso, ante
requerimiento de autoridad judicial y para brindar información útil a efectos de
identificación de eventuales infractores.
Finalmente se añade un capítulo IV, denominado: “Régimen de
responsabilidades”, en que se establece la responsabilidad, o irresponsabilidad,
según sea el caso de los prestadores de servicios electrónicos, de los
proveedores de acceso, por infracciones detectadas, entregando tanto al MEIC
como al MICYT la competencia de vigilar y supervisar la prestación de servicios
electrónicos.
1
2
Elaborado por el Lic. Gustavo Rivera Sibaja, y supervisado por el Lic. Arcadio Rodríguez Gómez.
Véase el índice del articulado en anexo al final de este informe.
3
II. ASPECTOS DE FONDO
a.-
Análisis general
La regulación de una materia novedosa y ligada a las nuevas tecnologías de la
sociedad de la información es un tema siempre difícil, en particular por la falta de
experiencia normativa en este campo, incluso a nivel del derecho comparado.
Es por los anteriores motivos, que esta asesoría respetuosamente sugiere se
sirvan considerar los siguientes aspectos en términos generales:
1. Convendría delimitar el ámbito de acción de la ley.
Por “comercio electrónico” puede entenderse dos cosas: Primero, lo que la
doctrina denomina “comercio electrónico indirecto”, que es simplemente “pedido
electrónico de bienes tangibles cuya entrega debe realizarse físicamente” 3, o sea
un tipo de contratación en que lo “electrónico” se reduce a la formalización del
contrato.
Considera esta asesoría, que para este tipo de comercio, bastaría ya con la
regulación existente en nuestro país referente al reconocimiento y equiparación
del valor jurídico de este tipo de contratos, la Ley de Certificados, Firmas Digitales
y Documentos Electrónicos. 4
Pero hay una segunda acepción mas restringida, del denominado “comercio
electrónico directo”, que es el “pedido electrónico o en línea, pago y entrega de
bienes intangibles” o más simplemente el comercio de bienes y servicios
digitalizados (acceso a bases de datos, periódicos, películas, programas de
computación, servicios profesionales en línea, etc).
Esta acepción más restringida es la que se usa internacionalmente 5, y la que
utiliza la Organización Mundial del Comercio.6
A este tipo de comercio, generalmente son difíciles de aplicar las reglas de la
contratación común, porque la virtualidad de la red, hacen inasibles conceptos
tradicionales como “domicilio”, “lugar de ejecución del contrato”, “lugar de
3
Definición tomada de la Comunicación de la Comisión Europea del 18 de abril de 1997, sobre la iniciativa
de Directiva para el sector de comercio electrónico: http://europa.eu.int/scadplus/leg/es/lvb/132101.htm
(visitada el 07 de marzo de 2006)
4
Ley Nº 8454 del 30 de agosto de 2005.
5
Así por ejemplo, la que utiliza el Tratado de Libre Comercio República Dominicana – Centroamérica –
Estados Unidos (RD-CAFTA) en su capítulo XIV, expediente 16.047)
6
Según la definición de la OMC, por comercio electrónico debe entenderse: “la producción, publicidad,
venta y distribución de productos a través de redes de telecomunicaciones”, véase: www.wto.org >temas
comerciales > comercio electrónico.
4
prestación del servicio”, “residencia” y otros referidos a la ubicación geográfica o al
momento temporal de perfeccionamiento de los contratos.
Por las características propias de la internet es que se hace necesario regular
especialmente con respecto a estos campos, lo cual nos lleva directamente a la
segunda observación general con respecto al análisis del proyecto.
2. La internet requiere una regulación especial
Lo anterior para poder determinar con precisión, aunque sea solo en virtud de un
criterio formal, los términos de la contratación común.
Por eso no basta, con solo equiparar los efectos de este tipo de contratación a los
de la legislación común, o remitir a ésta para regular sus aspectos, como hace la
iniciativa en términos muy amplios en el capítulo II.
Considera esta asesoría que conviene legislar específicamente tomando en
cuenta las particularidades propias de la internet.
3. Deber de registro y alcance de la jurisdicción nacional
En el Proyecto se renuncia a imponer a los proveedores de servicios de internet,
el deber de registrarse, a nuestro juicio basado en una confusión conceptual.
No se puede regular “el comercio electrónico por internet”, sino solo a los actores
nacionales que participan en este tipo de comercio. Reiteramos que como
determinar la nacionalidad de un actor de internet puede resultar incierto o
complicado, es que el registro formal se vuelve casi una necesidad indispensable,
sin la cual, se corre el riesgo de que la legislación se vuelva inefectiva en su etapa
de ejecución, por la incerteza de determinar con precisión quienes pueden
considerarse sus destinatarios obligados.
4. Internet y derecho internacional privado
Una última observación de carácter general, es que debería procurarse que la
legislación nacional fuera compatible en la medida de lo posible, con las reglas
propias del derecho internacional privado, sobre todo en los aspectos referidos a
los factores de conexión para determinar la jurisdicción nacional, a efectos de que
la misma no quede aislada y sea reconocida por el resto de ordenamientos
jurídicos, nada la internacionalidad esencial de la internet y por ende del comercio
electrónico.
Resumiendo, es criterio de esta asesoría, que es muy conveniente profundizar la
formulación y estructuración jurídica de esta iniciativa, para evitar que su
aprobación pueda ser inefectiva en la práctica.
5
b.-
Análisis del articulado
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 1.- Ámbito de aplicación
El Proyecto inicia exponiendo su objeto:
“Esta Ley regula el régimen jurídico aplicable a la prestación de servicios por
Internet...”
Aunque el enunciado es muy claro, conviene hacer importantes precisiones en
razón de la naturaleza misma de la Internet.
La red de redes, INTERNET, tiene como una de sus características principales el
de ser una red abierta y descentralizada. No hay una autoridad central
gubernativa o de otro tipo que rija su uso (aunque hay organizaciones
internacionales que dan cierto grado de institucionalización) sino que es una
mezcla de operadores privados y también públicos, que funciona a través del
mundo sin estar sometido particularmente a ningún derecho nacional.
Entonces, cuando se afirma que se pretende regular “el régimen jurídico aplicable
a la prestación de servicios por Internet”, hay que tener en cuenta que no se
puede pretender regular ni a organismos, ni a proveedores, ni a organizaciones, ni
a usuarios, ni eventualmente a nadie, que previamente y por razón de su
ubicación geográfica, no esté sometido a la jurisdicción del Estado costarricense,
que es hasta donde alcanza el ámbito espacial de aplicación de sus leyes
(principio de territorialidad)
De modo que la pretensión de regular por vía legal “la prestación de servicios por
Internet” solo puede ser referida a los sujetos, tanto personas físicas como
personas jurídicas, que de algún modo se encuentren sometidos o están bajo la
jurisdicción de nuestras leyes.
Dado que como es bien sabido, la participación de actores de INTERNET
costarricenses o sujetos a la legislación costarricense (proveedores de acceso, y
proveedores de servicios) es ínfima en comparación con la de la globalidad de la
red, debido no solo a nuestra reducida extensión territorial y población, sino
también al rezago tecnológico con respecto al mundo desarrollado que
padecemos, la aplicación o ámbito de cobertura de esta ley es muchísimo más
reducido que los actores “que prestan servicios en Internet”, debiendo ser limitado
tan solo a los que lo hacen a escala local. (en nuestro país)
Hay que observar además que el proyecto se titula “ley de comercio electrónico” y
que posteriormente este artículo que define el ámbito de aplicación lo restringe a
6
los servicios prestados por Internet, aunque posteriormente incluye conceptos
más amplios como comercio electrónico y telemático.
Se sugiere hacer concordar el título del proyecto con el ámbito que define este
artículo 1º por una adecuada técnica legislativa.
Finalmente debe tenerse en cuenta, que esta iniciativa de comercio electrónico,
de principio, y salvo norma expresa, es compatible y conviviría jurídicamente con
la ya existente Ley de Certificados, Firmas Digitales y Documentos Electrónicos
(Ley de Firma Digital), salvo disposición expresa en contrario, por lo que conviene
comparar sus alcances.
Según el artículo 1º de la Ley de Firma Digital, su ámbito de aplicación abarca
cualquier relación jurídica que involucre, certificados, firmas o documentos
electrónicos, en tanto esta iniciativa, sería menor, y solo referida dentro de ese
amplio ámbito a las que puedan considerarse comerciales o mercantiles.
Artículo 2.- Libre prestación
“La prestación electrónica de servicios no estará sujeta a autorización previa...”
En la exposición de motivos del Proyecto se argumenta esta decisión normativa
afirmando que dado precisamente la internacionalidad de los actores de Internet,
exigir autorización previa sería además de materialmente imposible, “superfluo e
ingenuo” y se afirma que esa es una diferencia fundamental con la legislación
española que le sirve de modelo.
Considera esta asesoría que en este caso se ha confundido “autorización previa”
con registro, que no es exactamente lo mismo, pues mientras lo primero significa
algún grado de discrecionalidad o incluso el nacimiento de un derecho nuevo a
favor del administrado, el registro por el contrario, significa una mera formalidad o
trámite.
El registro es importante, porque “nacionaliza” al proveedor de servicios, y por
ende lo somete a la jurisdicción del Estado.
“Un lugar de establecimiento del prestador de servicios es un elemento esencial
en la Ley, porque de él depende el ámbito de aplicación no sólo de esta Ley, sino
de todas las demás disposiciones del ordenamiento (...) que le sean de aplicación,
en función de la actividad que desarrollen. Asimismo, el lugar de establecimiento
del prestador determina la ley y las autoridades competentes para el control de su
7
cumplimiento, de acuerdo con el principio de aplicación de la ley del país de
origen...” 7
Ahora bien, precisamente por esas características propias de Internet, es que en
algunos casos la sola determinación de jurisdicción y derecho aplicable puede
resultar controvertida, o al menos no tan simple como con respecto a los contratos
tradicionales del derecho civil.
“.... El alcance transfronterizo de Internet, la particular facilidad de la
contratación entre ausentes con independencia de los vínculos territoriales
de los contratantes inherente a la contratación a través de la Red y la
deslocalización característica de las actividades en Internet, no sólo facilita
que la contratación entre proveedores de acceso o de servicios de Internet
y sus clientes pueda revestir carácter internacional (...), sino que también
determina que cuando concurre esa circunstancia, resulte especialmente
incierta la determinación de los tribunales competentes para resolver las
eventuales controversias, así como la concreción del régimen jurídico del
contrato.” 8
Frente a las dificultades tecnológicas que presenta la Internet, el recurso al
registro facilita un criterio formal, fácilmente determinable, para superar estas
cuestiones, que de otro modo quedan sin una regulación específica y clara, y por
ende se les resta su eficacia jurídica.
Bien es cierto que una legislación nacional no puede venir a pretender que
importantes actores de Internet vengan a registrarse en el país, pero sí al menos,
los nacionales, únicos en última instancia con respecto a los cuáles se tienen
posibilidades reales y eficaces de control.
CAPÍTULO II
DE LA CONTRATACIÓN ELECTRÓNICA Y TELEMÁTICA
Artículo 3.- Validez de los contratos electrónicos
Se homologan los contratos celebrados por medios electrónicos a los de la
legislación civil y comercial.
Esta disposición es similar al artículo 3º de la Ley de Firma Digital, que reconoce
“equivalencia funcional” a “cualquier manifestación con carácter representativo o
declarativo, expresada o transmitida por un medio electrónico o informático”.
7
De la exposición de motivos, Apartado II, a la Ley 34/2002 de 11 de julio, de servicios de la sociedad de la
información y de comercio electrónico, España (disponible en: www.igsap.map.es/cia/dispo/23633.htm
visitada el 7 de marzo de 2006)
8
MIGUEL ASENSIO. Pedro Alberto (de) Derecho Privado de Internet. 3ª edición. CIVITAS. Madrid,
2002. págs. 76 - 77
8
Nuevamente debe indicarse con relación al alto grado de internacionalidad de la
Internet, que esta disposición solo es válida, o al menos eficaz, para contratos que
de alguna forma puedan considerarse “nacionales”.
El Capítulo IV del Título Primero del Código Procesal Civil 9 (artículos 46 – 48)
regula precisamente los asuntos de la competencia ordinaria internacional de los
jueces costarricenses.
Son competentes los jueces costarricenses cuando el demandado está
domiciliado en el país, cuando el contrato deba ejecutarse o ha sido celebrado en
nuestro territorio, y obligatoriamente cuando se trate de derechos reales.
Domicilio, lugar de ejecución, y lugar de celebración del contrato, son conceptos
civilistas tradicionales que resultan en ocasiones evasivos con respecto a las
nuevas tecnologías, y en razón de lo cual se legisla con especialidad con respecto
a Internet.
Esta asesoría sugiere que en consecuencia se establezca un criterio formal para
fijar la nacionalidad de este tipo de contratos.
Aparte de lo anterior queda por fuera todo el tema de la protección al consumidor
por medios administrativos (no judiciales, en razón de su excesiva onerosidad en
tiempo y formalidades) en los casos en que haya algún elemento de
internacionalidad, lo cuál sería prácticamente imposible de regular a nivel
exclusivamente nacional.
Artículo 4.- Capacidad, legitimación y titularidad
Esta norma establece una presunción formal “iuris tantum” (la de la capacidad
para contratar)10 y una norma de fondo: la validez de transacciones hechas por un
tercero con consentimiento del titular.
Con respecto a ésta última esta asesoría observa que aunque es totalmente
factible legislar en ese sentido, esta disposición traería en la práctica problemas
probatorios de tal magnitud, que conviene replantear su sentido, y por el contrario
atenerse más bien en forma estricta a las reglas de personalidad y representación
del derecho civil.
Consideramos que aún mejor, sería conservar o incorporar la “presunción de
autoría y responsabilidad” con respecto al titular de certificados electrónicos, que
establece el artículo 10 de la Ley de Firma Digital.
9
Ley Nº 7130 del 16 de agosto de 1989.
Véase el Código Civil: “Artículo 628.- La capacidad para obligarse se presume siempre, mientras no se
prueben los hechos o circunstancias por los cuales niegue esa capacidad.”
10
9
Artículo 5.- Formalización
Simplemente se observa que la norma es omisa en fijar las condiciones de
formalización, pues se limita a definirlo como el contrato celebrado exclusivamente
por medios electrónicos.
Sin embargo, aspectos tan importantes como determinar el momento de la
aceptación (con o sin confirmación requerida, al momento o no de la entrega de
los datos personales de cobro) no quedan claramente definidos.
Establece un criterio formal para fijar uno de los factores de conexión: el lugar de
perfeccionamiento es el que escogen las partes, o en su defecto el domicilio de
quien recibe el servicio.
Artículo 6.- Consentimiento
La indeterminación en cuanto a las formalidades del consentimiento apuntadas en
el artículo anterior, reciben un tratamiento especial en esta norma.
Corresponderá por vía de interpretación fijar el contenido preciso de la expresión
“mecanismos tecnológicos que indubitablemente tengan esa finalidad” para
referirse a la validez del consentimiento expresado por medios electrónicos.
En criterio de esta asesoría, tal expresión no debe ser identificada solo con
mecanismos de certificados o de firma electrónica, sino básicamente con
cualquiera que sin lugar a dudas, dentro de lo que es la práctica normal, facilite la
contratación por estos medios.
Artículo 7.- Competencia y derechos del consumidor
Se incorporan importantes principios de defensa del consumidor, enumerando una
serie de obligaciones que deben cumplir los proveedores que estén sometidos a la
legislación costarricense. (no sería posible legislar con respecto a proveedores de
servicios de otros países)
Sin embargo se observa, que las obligaciones que se enuncian, no tienen una
correspondiente consecuencia jurídica asociada a su incumplimiento, razón por la
cual eventualmente podría perder eficacia operativa.
10
Artículo 8.- Prueba
Remite a las reglas del Código Procesal Civil 11, dentro de las cuales por tratarse
de registros, deberían ser incluidos o asimilados a los documentos e informes
(artículo 318 inciso 3º del CPC)
Por su parte, la actualmente vigente Ley de Firma Digital, establece en su artículo
4º la equivalencia probatoria a los medios físicos, de los documentos electrónicos.
Artículo 9.- Jurisdicción
En caso de controversias, la jurisdicción costarricense será competente si el
receptor o el prestador del servicio están domiciliados en Costa Rica.
Como se mencionó anteriormente, esta regla modifica o adiciona a las ya
contenidas en el artículo 46 del Código Procesal Civil, que no contempla “receptor
o prestador del servicio”, sino tan solo “demandado”.
En asuntos como éste es donde se echa de menos el registro formal de los
proveedores, al que sin embargo se ha renunciado de antemano (artículo 1º). Lo
anterior, porque dadas las condiciones de la Internet, es difícil establecer que se
debe entender por “domicilio” de un proveedor de servicios electrónicos, dado que
las empresas “virtuales” muy fácilmente pueden tener un domicilio distinto al de
sus representantes o propietarios con solo alojarla en un servidor o prestador de
servicios de otro país, donde además no tienen ninguna vinculación económica
efectiva.
Debe tomarse en cuenta además que a jurisdicción para controversias en casos
de sujetos fuera del territorio nacional solo tiene sentido para transacciones de
gran valor patrimonial, debido a los altos costos y formalidades de la jurisdicción
ordinaria, sin que se diga el de litigar por medio de la vía consular frente a partes
fuera del territorio nacional.
Considera esta asesoría que la amplitud en que se establece la jurisdicción
costarricense, incluso sobre prestadores de servicio fuera del territorio nacional,
constituye lo que en derecho internacional privado se denomina un “foro
exorbitante”, con pocas posibilidades de ser aceptado a nivel internacional para
efectos de reconocimiento y ejecución de sentencias nacionales.
Bien es cierto que cada legislador es libre de establecer sus propias normas de
competencia o de jurisdicción, sin embargo el hecho de fundamentar esa
11
Libro II: Proceso de Conocimiento, Capítulo II: Fase demostrativa. Artículos 316 y siguientes. Con la
vigencia del Código Procesal Civil se derogaron las disposiciones respecto a la prueba del Código Civil
(artículo Nº 8 de la Ley Nº 7130)
11
jurisdicción en criterios débiles de conexión (que es la característica de los
denominados foros exorbitantes) lleva aparejada una sanción indirecta por parte
de los demás Estados y es eventual denegación del reconocimiento de una
decisión fundada en estos criterios, por contravenir lo que es la práctica natural
entre Estados en esta materia.
El párrafo segundo es una norma prácticamente inefectiva: Si no se puede
determinar el domicilio del demandado (¿cómo podría aceptarse una demanda sin
conocer el domicilio del actor?) entonces la ejecución de una eventual sentencia
favorable, parece inviable.
Nuevamente nos enfrentamos en este caso a las particularidades del comercio
electrónico y de Internet en particular.
CAPÍTULO III
MEDIOS DE CONTROL
Artículo 10.Este artículo no tiene título.
Impone obligaciones a los proveedores de servicios de Internet 12 para controlar
los contenidos de la red y en defensa de los derechos de los consumidores.
En nuestro país, por disposición legal, existe un único proveedor monopólico de
acceso a Internet (RACSA 13), que es con respecto a quien aplicaría las
disposiciones relativas a medios de bloqueo.
Otras disposiciones de defensa del consumidor (brindar asesoría e información y
recepción de quejas) aplicarían solo con respecto a proveedores de servicios de
Internet asociados o conectados al proveedor monopólico del país, pues de otro
modo no se concibe como sería posible hacer cumplir estas disposiciones.
Artículo 11.Este artículo no tiene título.
Utiliza la expresión: “administradores nacionales de servicios de pago mediante
tarjetas de crédito, débito o afines...” Se hace la observación de que en nuestro
12
Conviene tener en cuenta en todo momento la diferencia entre proveedores de servicios de Internet , que
básicamente brindan el acceso tanto a los particulares como a las empresas que comercian a través de ella, y
los proveedores de servicios, todo aquel que ofrece bienes o servicios a través de algún sitio web.
13
En virtud de la Ley Nº 3293 del 18 de junio de 1964, Ley que traspasa telecomunicaciones al Instituto
Costarricense de Electricidad, y éste asocia Radiográfica Costarricense S.A.
12
país existe un Reglamento de Tarjetas de Crédito 14, que contiene toda una serie
de definiciones relativas a esa materia, a las cuáles sería recomendable remitir o
adoptar, para unificar los términos normativos.15
Impone la obligación a este tipo de compañías “nacionales” y en general “a
cualquier prestador de servicios de pago en línea” de contar con mecanismos para
suspender y retener pagos ante un requerimiento de autoridad judicial.
Esta norma obviamente solo tendría aplicación con respecto a contratos
relativamente grandes o valiosos, pues no es de esperar que nadie accione un
proceso judicial por el tipo de compras que son más comunes en la internet, que
generalmente son de escasa cuantía.
Además de lo anterior, se observan problemas de aplicación práctica. En la
mayoría de los casos en que se recurre a la actuación judicial, el pago muy
posiblemente ya estaría realizado, pues este tipo de transacciones si no son
automáticas, se hacen en muy corto tiempo, pues de lo contrario se generaría
problemas a los flujos comerciales.
Nuevamente se señala el problema de efectividad con el caso de proveedores de
servicios que no se encuentren sometidos a la legislación nacional, para los
cuales esta normativa no tiene un alcance real.
CAPÍTULO IV
RÉGIMEN DE RESPONSABILIDADES
Artículo 12.- Daños y perjuicios
Se enuncia el régimen de responsabilidad civil ordinaria que contempla nuestra
legislación común (artículo 1045 del Código Civil.16)
Artículo 13.- Operadores de redes y proveedores de acceso
Exonera de responsabilidad por los contenidos de la transmisión a los operadores
de redes y proveedores de acceso (en nuestro país únicamente RACSA), lo cual
tiene lógica dada la naturaleza estrictamente técnica del servicio prestado
14
Decreto Ejecutivo Nº 28712, del 26 de mayo de 2000. Publicado en la Gaceta Nº 122 del 26 de mayo del
2000.
15
En el artículo 2º del citado Decreto Ejecutivo, constan las definiciones. Entre ellas: “2. Compañía
miembro adquirente. Compañía procesadora de las transacciones realizadas por el tarjetahabiente a nivel
nacional o internacional y que se relaciona con la afiliación y pago a negocios afiliados.”
16
“Artículo 1045.- Todo aquel que por dolo, falta, negligencia, o imprudencia, causa a otro un daño, está
obligado a repararlo junto con los perjuicios:”
13
Artículo 14.- Deber de comunicación
Impone a los proveedores de servicio la obligación de comunicar a las autoridades
competentes las irregularidades cometidas por sus clientes en cuanto al contenido
de las informaciones transmitidas y el deber de brindar información que permita
identificar a los responsables con base en los acuerdos o contrato de
almacenamiento.
En la medida que estas acciones parecen comunes a las competencias de las
autoridades de investigación, y están contempladas en el Código Procesal Penal
(artículos 185 – 203) no ofrecen mayor problema, pues sólo serían la forma
específica de concretar esas potestades genéricas para estos casos.
Artículo 15.- Suspensión
El deber de suspender la prestación de servicio a solicitud de autoridad judicial o
administrativa competente esta asimismo contemplada dentro de las
competencias normales o comunes de esos entes.
Artículo 16.- Infracción y sanciones
Se designa al Ministerio de Ciencia y Tecnología, y al Ministerio de Economía
Industria y Comercio como autoridades administrativas competentes para vigilar,
controlar y sancionar las conductas que contravengan la prestación de servicios
por Internet.
La competencia del MEIC en cuanto destinada a impedir actos que afecten la libre
competencia o conductas lesivas a los derechos del consumidor están bastante
claras, no así las del MICYT, por lo que conviene aclarar o reformar este punto.
La Ley de Firma Digital entrega al MICYT la Administración del Sistema de
Certificación (de certificados digitales) en su artículo 23, por lo que se podría
especular que las competencias del MICYT en este asunto son referidas a
aspectos de seguridad y veracidad de las comunicaciones en este tipo de
contratación.
Pese a que mencionan sanciones, incluso administrativas, no se define ninguna
específica, por lo que habría que considerar que se refiere solo a las ya
actualmente existentes.17
El Capítulo V (artículos 26 y siguientes) de la Ley de Firma Digital está dedicado a regular “Sanciones”, si
bien éstas solo son aplicables respecto al sistema de certificación que se crea en dicha ley. Por su parte la Ley
de promoción de la competencia y defensa efectiva del consumidor (Nº 7472 de 20 de diciembre de 1994)
contiene sanciones (artículo 54) obviamente referidas a esta materia.
17
14
III. CUESTIONES DE FORMA
Los artículos 10 y 11, a diferencia de todo el resto, no están titulados.
sugieren en consecuencia los siguientes títulos:
Se
“Artículo 10.- Obligaciones de los proveedores de servicios de internet
Artículo 11.- Obligaciones de las compañías de tarjetas de crédito.”
IV. ASPECTOS DE PROCEDIMIENTO
Este proyecto no contiene aspectos o materias que califiquen especialmente la
votación, en consecuencia puede ser aprobado por la mayoría absoluta que
establece el artículo 119 de la Constitución Política.
De la misma forma, al no encontrarse en los casos de excepción que contempla el
artículo 124 párrafo 3º de la Constitución Política, esta iniciativa puede ser
delegada en una Comisión Legislativa con Potestad Plena.
V. CONSULTAS
a.- Obligatorias.
No tiene
b.- Facultativas.-

Radiográfica Costarricense Sociedad Anónima

Ministerio de Economía, Industria y Comercio. MEIC

Ministerio de Ciencia y Tecnología. MICYT

Compañías de tarjetas de crédito
15
VI. ANTECEDENTES NORMATIVOS

Ley de Certificados, Firmas Digitales y Documentos Electrónicos. Ley Nº
8454 del 30 de agosto de 2005

Ley de Promoción de la competencia y defensa efectiva del consumidor.
Ley Nº 7472 del 20 de diciembre de 1994

Código Procesal Civil, Ley Nº 7130 del 16 de agosto de 1989

Ley que traspasa telecomunicaciones al Instituto Costarricense de
Electricidad, y éste asocia Radiográfica Costarricense Sociedad Anónima.
Ley Nº 3293 de 18 de junio de 1964

Reglamento de Tarjetas de Crédito. Decreto Ejecutivo Nº 28712 de 26 de
mayo de 2000. Publicado en la Gaceta Nº 122 del 26 de mayo de 2000
16
VII. ANEXO
Índice del Articulado
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 1.Artículo 2.-
Ámbito de aplicación
Libre prestación
CAPÍTULO II
DE LA CONTRATACIÓN ELECTRÓNICA Y TELEMÁTICA
Artículo 3.Artículo 4.Artículo 5.Artículo 6.Artículo 7.Artículo 8.Artículo 9.-
Validez de los contratos electrónicos
Capacidad, legitimación y titularidad
Formalización
Consentimiento
Competencia y derechos del consumidor
Prueba
Jurisdicción
CAPÍTULO III
MEDIOS DE CONTROL
Artículo 10.Artículo 11.CAPÍTULO IV
RÉGIMEN DE RESPONSABILIDADES
Artículo 12.Artículo 13.Artículo 14.Artículo 15.Artículo 16.-
Daños y perjuicios
Operadores de redes y proveedores de acceso
Deber de comunicación
Suspensión
Infracción y sanciones
Marylén.27-04-2006
17
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