Dice un refrán que “la esperanza es lo último que se pierde”

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CLASE Nº 07.15
VOLVIENDO A LA FORTALEZA, RECUPERANDO AL ESPERANZA
Zacarías 9:12
Del 16.02.15 AL 22.02.15
INTRODUCCIÓN:
Dice un refrán que “la esperanza es lo último que se pierde” pero es mentira. Muchas veces es lo primero que
perdemos en las dificultades de la vida. En Zacarías 9:12 encontramos a Dios dando esperanza a un pueblo que
estaba cautivo y no tenía ni una pizca de esperanza en sus vidas y El les habla de volver a recuperarla, de volver al
lugar seguro. Nosotros vamos perdiendo pequeñas porciones de esperanza y necesitamos que el Señor nos ayude a
recuperarla, a volver a El, a creer del todo, a vivir creciendo en fe cada día:
1. LOS ASESINOS DE ESPERANZA:
A la esperanza la pueden matar las circunstancias, el enemigo, los que nos rodean (a veces sin querer) o hasta
nosotros mismos.
Hay veces en que nos alejamos de Dios o dejamos de confiar totalmente en El, vamos dejando que nuestra
esperanza se seque. La vida nos muestra una realidad que a veces nos asusta, el enemigo nos ataca, el mundo nos
tienta y podemos empezar a dudar. Algunos síntomas de pérdida de esperanza son:
a. Comenzamos a dudar de lo que Dios nos prometió
b. Nuestros sueños nos parecen lejanos e inalcanzables (o los dejamos de lado del todo).
c. Perdemos el sentido de propósito para nuestra vida (por qué estamos, para qué estamos acá)
2. TENEMOS QUE REANIMAR LA ESPERANZA EN NUESTRA VIDA:
En estos tiempos que vivimos necesitamos reavivar la expectativa, porque si no se nos hace más difícil vivir. No
hablamos de esperar ganar el Loto o la Quiniela Plus, sino de vivir una vida que sabe hacia dónde va.
a.¿Cómo es nuestra esperanza? Nuestra esperanza es firme y segura, porque está respaldada por Dios.
La esperanza es como el ancla de un barco, que le permite estar en el mismo lugar a pesar de los vientos y las
corrientes de las aguas. Nos permite estar seguros y firmes, para que no seamos llevados por vientos de duda e
incredulidad (Hebreos 6:18,19).¿Dónde tiene que estar anclada y afirmada nuestra esperanza? En la palabra de
Dios y en su presencia (a través de la oración diaria, alimentados de la Palabra como vimos hace semanas).
b. ¿Por qué a veces dudamos del cumplimiento de sus promesas?
Lo que nos pasa muchas veces, es comenzamos a creer lo que vemos (nuestras circunstancias), aquello que podemos
analizar con nuestros sentidos humanos y se genera desánimo. Tenemos que cambiar nuestra forma de mirar la
realidad (2º Co. 4:18). Cuando centramos nuestra vista en las cosas que se ven, comenzamos a ser prisioneros de
malos sentimientos: la angustia, la desesperanza, el dolor, el desanimo, el temor, los celos, los malos impulsos, las
dudas y la incredulidad.
3. TENEMOS QUE SER CAUTIVOS VOLUNTARIOS DE DIOS: 2º Corintios 10:5
En nuestra mente se libran batallas importantes por el control de los pensamientos. Yo decido voluntariamente
creerle a Dios, llevar mis pensamientos de duda o desesperanza a Jesús y mirar lo que El ve.
“Prisioneros de la esperanza”, significa que yo no me suelto de esa esperanza.
El caso de Abraham: Dios le habló a Abraham cuando ya era muy anciano y le dio la promesa (esperanza) de que le
daría un hijo y que de ese hijo iban a nacer miles de hijos. Pero su esposa era también avanzada en edad y además
(para completar la desesperanza) era estéril. (Leer Ro. 4:17 – 22).
El recibió una palabra de parte de Dios y aunque al principio dudó (cuanto tuvo un hijo con su esclava Agar) después
estuvo “plenamente convencido (vs.22) de que Dios era poderoso para hacer lo que le había prometido”.
¿Cuál fue la clave para que Abraham alcanzara la promesa?
Él no miro su condición, ni lo que podía hacer; sino que miro a Dios y creyó en lo que le había prometido.
¿Cuál es la clave para que alcancemos o recuperemos nuestra esperanza?
Debemos estar completamente convencidos de que Dios cumplirá aquello que nos ha prometido. Y no solo eso, sino
que nos dará su bendición en todos los aspectos de nuestra vida.
CONCLUSIÓN:
Nos cuesta estar sin dudar y permanecer firmes cuando las cosas nos sacuden. En esos momentos tenemos que
escuchar la voz de Dios que nos dice: “vuelvan a mí, que soy la Fortaleza”. El tiene el poder, el tiene la autoridad y lo
que declara siempre se cumple. Es un buen tiempo para traer a la memoria lo que Dios nos prometió y nos está
costando creer que va a cumplir. Hoy Dios quiere renovar Su Palabra en nosotros, para que disfrutemos un año lleno
de fe verdadera en El.
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