Asi puede un profesor prevenir el acoso escolar en su clase_

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Así puede un profesor prevenir el acoso escolar en su clase
Los expertos denuncian falta de percepción por parte de los maestros de lo que ocurre
en el aula.
Amanda, de 19 años, Jokin, de 14, Mónica, de 16... y así hasta una larga lista de
nombres de adolescentes con un denominador común: todos decidieron quitarse la vida
tras haber sido víctimas de acoso escolar. «Un niño no se suicida de un día para otro.
Emiten señales que los adultos que están en su esfera diaria, como pueden ser sus
padres o, en este caso, los profesores, deben saber leer», indica Juan Carlos Vilar,
presidente de la Fundación Gestiona. «Hay que actuar preventivamente. Las
consecuencias, en demasiadas ocasiones, son irremediables», advierte. Hay otro factor
común a todos estos casos de acoso, y es que todos ellos comenzaron en el colegio. «El
problema está en que en muchos de los casos, los profesores que había cerca de estos
pequeños nunca apreciaron que hubiera acoso escolar. O si lo detectaron, la dirección
del centro no consideró oportuno sancionar a los agresores o no informó a la Consejería
de Educación», añade este especialista. «Demasiadas veces tenemos que leer en los
medios de comunicación las siguientes frases: "nunca se apreció acoso escolar", o
"problemas ajenos al centro por completo"», recuerda.
Es indudable que para la Fundación Gestiona, «falta percepción por parte de los
maestros de lo que ocurre en el aula. Las peleas, los insultos... no son "cosas de niños"»,
remarcan. Para Irene López-Assor, psicóloga de esta organización, esta dificultad para
detectar las situaciones de acoso en sus fases preliminares es la causa de algunas de las
sentencias condenatorias a colegios por casos de acoso escolar que se están produciendo
en España. «Como responsables de los menores a su cargo durante las horas lectivas,
los colegios tienen la obligación y la posibilidad de combatir esta lacra social. Y para
ello necesitan nuevas herramientas que les ayuden a detectar y a prevenir este tipo de
situaciones», añade López Assor. «Es crucial que los profesores sepan cómo detectar
cualquier señal», insiste. Lo corrobora Abel González, profesor de criminología en la
UDIMA con una larga experiencia en el Plan Director de Mejora de la Convivencia y
Seguridad Escolar puesto en marcha por el Ministerio de Educación. «Es un imperativo
que los profesores sepan detectar cualquier señal que vean durante la estancia de los
niños en el centro escolar».
Ante la creciente preocupación social y del sector por este tema, la Fundación Gestiona
ha desarrollado una herramienta destinada a que sean los propios centros de enseñanza
los que puedan identificar síntomas y prevenir posibles casos de acoso en sus aulas,
basada en la información y sensibilización de toda la comunidad educativa: equipo
directivo del colegio, profesores y padres, con especial incidencia en el equipo docente,
que recibe formación específica para identificar y evitar el acoso. Estos serían algunos
de sus consejos a la hora de prevenir el acoso escolar en las primeras etapas:
1. Identificar los perfiles psicológicos que hay en el aula. Para ello López-Assor
recomienda a los maestros que observen y estudien los perfiles psicológicos de sus
alumnos a la hora de hacer grupos. «Es importante saber en qué clase nos manejamos,
haciéndonos las siguientes preguntas: ¿son niños fuertes?, ¿débiles?, ¿qué carga
emocional tienen? Nosotros lo sabemos mediante la realización de baterías de test y
jornadas de observación en las que analizamos los perfiles psicológicos de los alumnos
y de su grupo de pertenencia», explica esta terapeuta. En este sentido, desde la
Fundación sugieren que se cuelguen en clase carteles bien visibles con los valores de los
niños. «Son una excelente herramienta para subir la autoestima», propone.
2. Enseñar a los niños más pequeños a diferenciar lo que está bien de lo que está mal, y
a canalizar su ira. «Tienen que aprender a utilizar la inteligencia emocional a la hora de
resolver conflictos, y esto se puede enseñar en clase desde las edades más tempranas»,
recomienda López-Assor.
3. Fomentar la comunicación. «El enemigo número uno de la víctima de acoso es el
silencio. Pero si el niño aprende a expresar sus emociones y a comunicárselas a un
adulto o a una persona de su confianza, habremos ganado en parte la batalla», indica
esta psicóloga.
4. Ser conscientes de la gravedad tanto de los ataques intimidatorios como de los
psicológicos. «Debemos apartar la idea de que para que exista acoso los niños se tienen
que estar "matando en el patio". Se pueden producir agresiones durante la clase de
deporte mediante una patada o un cabezazo jugando al fútbol... En el patio se puede
despreciar, aislar, o ignorar a un compañero...». «Pero el peor acoso, el que más se
sufre, suele ser el psicológico», matiza esta experta. «Las burlas, el mote.... hoy hay que
tener mucho cuidado con esto», añade.
5. La identificación de los lugares «ciegos» en las instalaciones de la instalación escolar
sería otra de las recomendaciones de esta organización. «Nos referimos a los lugares
donde un niño puede aprovechar para agredir o intimidar a otro al que tenga "manía". Es
bien sabido que el bullying se puede presentar de diferentes formas y en distintos
lugares: dando un cabezazo durante el partido de la clase de deporte, o aislando e
ignorando en el pasillo o el patio al compañero», diferencia López-Assor
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