Misericordia - El Rato Tonto

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El Madrid de “Misericordia” (Luciano G. Lorenzo)
1.- Sitúate en el Madrid actual. Haz una composición entre el Madrid descrito en la
obra y el actual.
En el Madrid de Misericordia, Galdós exalta cada barrio madrileño, destacando sus
distintas fisonomías y características, junto con las personas que los habitaban. Todo
Madrid está en nuestro autor. Nina recorre, con la mano tendida al transeúnte o haciendo de
lazarillo de Almudena, los tres distritos más miserables del Madrid de entonces: Hospital,
Inclusa y La Latina. La miseria se presenta topográficamente y Galdós selecciona las calles
para detallarnos dónde se hallan los habitantes más desgraciados de Madrid.
El escenario de Misericordia es Mesón de Paredes, la plaza del Ángel, la calle de
Toledo, el puente de Segovia, la calle de la Cabeza, el campo Nuevo, las Cambroneras, el
Pardo, etc., así como también los cafés y las tabernas, las fondas, las casas de dormir, las
tiendas y cajones comerciales de algunas plazas, las iglesias, etc. Galdós retrata la pobreza,
la mendicidad, la miseria del Madrid del siglo XIX, donde la mitad de la población
madrileña vivía en condiciones deplorables; el índice de mortalidad era uno de los más
altos de Europa.
Este paisaje urbano tiene tanta importancia como las figuras. Al comienzo del relato
hace una comparación: el templo en cuyas dos puertas piden limosna los mendigos, con las
dos caras que algunas personas hipócritamente muestran; está definiendo a una buena parte
de la sociedad expuesta en el relato. También es evidente el simbolismo de los nombre de
las calles en que vive doña Frasquita, que señalan la decadencia que supone cada cambio de
lugar.
El autor describe esa mendicidad que constituía un problema social fundamental en
la España del siglo XIX; la miseria como testimonio en el que se sustentaban muchas
gentes desposeídas de lo más elemental para poder vivir, amparadas sólo en la caridad. Se
nos muestra un Madrid finisecular lleno de mendigos. Analiza de manera brutal la situación
social y política de la Restauración.
La mendicidad que actualmente vemos en las calles de Madrid no es comparable a
la España de 1897, no está tan empobrecida. La sociedad española, y en especial, Madrid,
se ha caracterizado, a partir de 1975, por las grandes transformaciones que ha
experimentado. Las más destacables son las siguientes: modernización acelerada de las
costumbres y de los hábitos de consumo; grandes cambios en el mundo de la educación y
aumento de las actividades culturales. Todo ello sin olvidar la existencia de graves
problemas como el alto índice de paro, delincuencia e inseguridad ciudadana. Es una
sociedad que ha seguido una transición de una sociedad oprimida a una sociedad
democrática. Una sociedad cuya mendicidad viene caracterizada por la emigración, el
desempleo y la drogadicción.
2.- ¿Por qué el crítico nos dice que el Madrid de Galdós no es sólo el espacio limitado?
¿Realmente se puede afirmar que detrás está la visión de España? Si es así, razona la
respuesta.
Misericordia es el argumento de una desilusión ideológica, que había ido forjándose
como resultado del fracaso de los propósitos regeneracionistas efectuados por esa clase
media en la que Galdós había puesto sus esperanzas.
En la novela palpita la nueva actitud galdosiana y las opiniones de Galdós sobre el
devenir político- social de las décadas que anteceden a la fecha de elaboración de la novela
protagonizada por Benigna. Era un período de la historia nacional que no sólo podía ser
mostrado literariamente, sino que, a la vez, sugería y proporcionaba una explicación
análoga de la actualidad política. De ahí que prepare la defensa de una novela realista
española que responda a las exigencias del momento histórico y que, al mismo tiempo, sea
portavoz de la burguesía naciente y, a la vez, reflejo de los problemas que observa.
Pasado, presente y futuro son máximas que resaltará Galdós en su producción
literaria e histórica, pues para comprender la sociedad contemporánea hay que estudiar su
pasado. La presencia del ayer histórico en las conciencias, en las ciudades, en los pueblos,
originan con claridad las razones de un pasado que persiste para fragmentar el presente. Esa
es la historia que Galdós analiza: la sequedad del espíritu de perturba y detiene el progreso
de la ciencia.
En Misericordia, Benito Pérez Galdós nos narra con todo lujo de detalles la precaria
situación en la que viven la Benina, y su señora una rica burguesa arruinada tras la muerte
de su marido en el Madrid de final del siglo XIX; por lo tanto podemos enmarcar el
contenido de esta obra, cuya publicación se produjo el año 1897, dentro de la España de La
Restauración, periodo comprendido entre en 1875 y 1902.
Galdós analiza de manera despiadada la realidad social y política de la
Restauración, y deja bien clara su opinión sobre el incipiente capitalismo español. Se
atreve, incluso, a pronosticar lo que unos años después será “el desastre”. Galdós dirá, por
medio de don Romualdo una de las frases que resumen el presente y la terrible predicción
del futuro: “Podríamos creer que es nuestro país inmensa gusanera de pobre y que debemos
hacer de la nación un asilo sin fin, donde quepamos todos, desde el primero hasta el último.
Al paso que vamos, pronto seremos el más grande hospicio de Europa” (cap. XXXIII).
3.- Toda la sociedad madrileña está en Galdós según el texto. Comprueba este aserto.
Vete a la Historia de España, clasifica los estratos y pon a cada personaje en su sitio.
Haz lo mismo con la toponimia.
Cuatro estamentos recorren muchas de las páginas de Misericordia: la burguesía,
los trabajadores, la aristocracia decadente y la mendicidad.
La nueva estructura social que se fue configurando a lo largo del siglo XIX, daba a
las clases burguesas el papel de nuevas clases dirigentes; sector enriquecido en parte con la
desamortización, con intereses en grandes propiedades agrarias y en el negocio de la
expansión de la red ferroviaria. Esta alta burguesía perdió toda iniciativa empresarial y
tendió hacia modos de vida rentista buscando el ennoblecimiento y equiparación social con
la antigua aristocracia.
Las llamadas clases medias fueron un sector poco numeroso constituido por
pequeños comerciantes, empresarios industriales, abogados, etc., que ocuparon la cúspide
social de las ciudades, constituyendo los grupos en los que se apoyaban las alternativas
políticas liberal-progresistas.
La mayor parte de la población estaba constituida, en primer lugar por el
campesinado, y, en las zonas industrializadas, por el proletariado. Las familias obreras
vivían concentradas en callejas del casco antiguo o en barrios de la periferia. Había también
un sector de la población marginado: mendigos que iban de una ciudad a otra. La
mortalidad en las masas obreras era superior a la de las demás clases sociales, el número de
defunciones por cada mil habitantes era mayor en los distritos de Madrid donde
predominaban los pobres (Latina, Inclusa...), que en los barrios poblados por personas
ricas o clase media (Centro, Buenavista, barrio de Salamanca…). Los barrios de Madrid
donde preponderan los obreros carecen de limpieza, de higiene y de toca clase de
condiciones para ser habitados.
En 1897, cuando Galdós escribe Misericordia elige más lo malo que lo bueno de esa
clase media. Doña Paca y Frasquito Ponte son representantes de esa clase media, una
clase media que intenta conservar los privilegios sociales y el ritmo de vida que tuviera en
sus años de apogeo. Doña Paca y Ponte muestran claramente la decadencia de todo un
estrato social.
Doña Paca vive hacia el exterior sin darse cuenta que con ello están labrando su
propia destrucción y la destrucción de los que les rodean. La falta completa de voluntad y la
cobardía la ha llevado al fracaso, para conducirla después a la ingratitud y a la crueldad.
Ponte, al igual que doña Paca ha vivido siempre pensando en el qué dirán los demás y,
como ella, sólo él es el culpable de su situación, sin embargo, Ponte sabe dónde ha estado la
ayuda y la caridad, el sacrificio y el afecto: en Nina.
Si los dos personajes anteriores han pertenecido a una clase social determinada y
luchan por seguir con los privilegios que la misma ofrece, un tercero, don Carlos Moreno
y Trujillo, se encuentra en esa clase media. Este tiene dos obsesiones: la metódica
administración y la caridad. Una le lleva a la ridiculez, la otra a la hipocresía, pues hace
caridad con el producto de sus ilegales negocios.
Por su vinculación a esta clase media, don Romualdo, el clérigo testamentario,
Galdós escribe de él que “su hermosura se queda en la frialdad del mascarón escultórico”.
Galdós criticó a los clérigos y a la Iglesia de su tiempo, porque para él ni la Iglesia ni los
clérigos cumplían la misión que tenían encomendada o que voluntariamente habían elegido,
haciendo alusiones negativas al mundo de la clerecía, pero siempre desde el punto de vista
político- social. El novelista puso el dedo en la llaga al contemplar los fanatismos religiosos
como rompedores de la convivencia humana y describe, además, la falsa religiosidad que
afloraba en la sociedad madrileña.
Por la obra pasan la sopa de los conventos, la mendicidad, el desempleo, el
proletariado, el mundo de los gitanos, la prostitución: todos son ejemplos de miseria. El
principal propósito de Galdós fue sensibilizar al público ante problemas como la iglesia, el
carlismo, el fanatismo y la presunción de los militares.
En la obra se señala la aceptación del estado en que se encuentran los pobres y en
consecuencia, por la jerarquización a que están sometidos, como si de una sociedad
organizada y aceptada se tratara (antiguas, nuevas, lucha por la autoridad, etc.).
El carácter pluralizante del ciego Almudena, mezcla de tres culturas y tres
religiones, es el símbolo de la tolerancia, desde el punto de vista religioso, racial; siendo la
unión de tres religiones, las tres razas y las tres culturas que conformaron España: el
judaísmo, el mahometanismo y el cristianismo.
Nina es el trabajo, la fortaleza de carácter, la fuerza de voluntad, con gran virtud del
ahorro y gran humanidad. Mujer imaginativa, debe forjar mentira tras mentira para que
doña Paca no se sienta humillada con su mendicante criada. Frente a la cobardía de doña
Paca y lo que ella representa, Nina sabe enfrentarse a todo lo negativo, es un claro ejemplo
de optimismo.
4.- Esa miseria descrita en el fragmento nos anonada. ¿Cómo describirías, hoy, la
miseria?
La miseria es la falta de bienes y recursos que se caracteriza porque en ella el
hombre no es libre: sometido a una dinámica material inevitable y ciega que no puede
crecer. La miseria es una situación inhumana, porque impide la manifestación del espíritu.
Medir la pobreza no es sólo medir la renta per cápita sino el grado de liberación de las
distintas formas de miseria de las gentes de un país.
Pobreza y miseria no son lo mismo. El pobre no es miserable, puesto que en su
corto bienestar puede sentirse libre y serlo realmente. Por eso la pobreza puede ser vivida
como “soltura” respecto a las servidumbres de los bienes materiales. En ella no se dan las
ataduras, agobios o amenazas del que desea sobre todo poseer más.
El error consiste en la interpretación del bienestar, y respectivamente de la miseria,
como cosas esencialmente materiales, cuando en realidad la riqueza es mucho más: es aquel
conjunto de bienes que contribuyen a la felicidad humana. La miseria espiritual es propia
de la sociedad de consumo: una materialización de los fines de la actividad humana.
Espiritualización (Ricardo Gullón)
1.- El fragmento creo que es diáfano. Tres personajes son descritos en él: la Señora,
Benina y Almudena. La opinión del crítico posiblemente no se corresponda con tu
manera de pensar. ¿Llegarías a escribir lo mismo que R. Gullón sobre estos
personajes?
La novela gira en torno a Nina, motor primordial de todos los acontecimientos que
se manifiestan. Ella lucha y mendiga, y su sentido de la solidaridad le lleva a socorrer a
cuantos necesitados halla, contemplando cuánta mezquindad y falsedad había en la vida.
Benina es misericordiosa, caritativa, posee la virtud que inclina el ánimo a compadecer las
miserias ajenas y a tratar de aliviarlas.
Benina es poco habladora, resignada a lo que tiene, con mucha imaginación,
humilde, paciente. Casi alcanza los 60 años y es natural de Alcarria, y, al igual que la
mayoría de los personajes, aspira a una clase más privilegiada. Era muy limpia, ella se
convierte en símbolo de Jesucristo.
El resto de los personajes giran alrededor de ella. El espacio totalizador que ocupa
en la novela no es gratuito, puesto que ella es la que piensa y actúa siempre pensando en los
demás, y, a su alrededor descubrimos el resto de los personajes.
Al lado de Nina se alza la figura de Almudena, y apoyado en ella pasea también su
miseria por las calles de Madrid, que, desde su ceguera ve a Nina como su gran amor. El
amor que se da entre estos dos personajes viene marcado por el respeto que ambos se
profesan, por el diálogo continuo que existe, y es ahí donde Almudena inventa una mujer
única, cuya alma le irradia tranquilidad, amor. Es moreno cetrino, con barba rala, los ojos
eran como llagas, era de talla mediana, tenía las piernas torcidas y vestía con relativa
decencia.
Por otro lado, se encuentra la relación Benina- Doña Paca, libertad frente a los
convencionalismos. Doña Paca es la representante de una concepción de vida basada en
apariencias. Nacida en Ronda, es un triste personaje lleno de lástima por su ceguera y su
fragilidad. Muchas veces se ilusiona junto con Benina imaginando un mundo lleno de
justicia y felicidad. Está incluida en una clase media por su pobreza. Quiere a su criada
aunque luego abandone a Benina. Es viuda y tiene dos hijos: Antoñito y Obdulia.
2.- La relación entre Almudena- Benina es catalogada como sublime. Redacta tus
impresiones de estos dos personajes en el alfoz de la ciudad.
En esta novela, en la que no asoma un suceso próspero, una esperanza de dicha, sí
brota un amor que redime a estos pobres mendigos. Allí también acude Almudena,
enamorado de Benigna, la santa criada. El ciego se enamora espiritualmente, sin ver. Se
podría decir que es la exaltación del amor y de la caridad hacia el prójimo, por sí misma, el
bien por el bien. El ciego representa un sentimiento noble en este ambiente en que domina
la miseria, la vagancia viciosa e incluso criminal.
La relación Almudena – Benina, es una relación entre dos religiones distintas, la
hebrea y la cristiana, una relación donde no se da la intolerancia, sino donde predomina la
razón, el diálogo, la piedad. Por una parte, el personaje de Almudena nos dice que no hay
distinción de razas, ni de clase, ni de creencia, pero, sin embargo, la sociedad no podía
entender que dos religiones estuviesen bajo el nombre de Dios.
Benina ve en Almudena a una persona desamparada, necesitada de cariño y de
cuidados, es por ello que ella afirma quererle como a un hijo, profesándole un amor
fraternal. Sin embargo, el ciego ve en ella, desde el principio, el gran amor que andaba
buscando desde hacía tiempo; no desistía el apasionado marroquí en ganar la voluntad de
Nina, pero, al final de la novela comenta que: “Si no quierer tú casar migo, ser tú madra
mía, y yo niño tuyo bunito”. Con ello, expresa su resignación y su deseo de estar con
Benigna a cualquier precio.
3.- ¿Qué importancia tiene lo espiritual en el texto?
En Misericordia, destaca la figura y el viaje espiritual de Benina a través de las
vidas de las varias clases socioeconómicas de Madrid y España, haciendo una crítica de los
problemas sociales de la sociedad española de la segunda mitad del siglo XIX y más aún,
de la crisis social y de identidad y de espiritualidad de la época.
El camino de la mendicidad es, parar Benina, camino de santificación y la conduce a
un angelismo, dando su misericordia, viviendo, para garantizar la felicidad temporal a todos
los humanos a pesar de la muerte. Galdós ha creado un personaje con muchas virtudes, pero
con algunos defectos y viviendo en un tiempo y en un espacio muy concreto. De ahí la
importancia de lo espiritual: ella entrega sin posibilidad de obtener, al igual que el
cristianismo. Ella desde su posición marginada y alejada, tiene mucha más perspectiva para
ver la decadencia de la sociedad en la cual vive y recorre, además tiene un compañero
principal, Almudena, el cual es ciego, pero observador atento también de la espiritualidad
de la sociedad a través de su viaje por la ciudad.
4.- Almudena inventa físicamente a Benina. Relaciona belleza física y belleza
espiritual.
No hay verdadera belleza física, si ésta no es respaldada por la belleza espiritual;
porque la belleza del cuerpo resulta superficial y efímera, si no se combina con la del alma.
Todos hemos conocido personas que nos dejan al conocerlas y hablar con ellas, un
sentimiento de gran belleza y, sin embargo, al recordar su rostro y su figura nos damos
cuenta de que estaban muy lejos de corresponder al ideal moderno de belleza física. Pero
produjeron en nosotros la impresión de que eran muy bellas, por su forma de sonreír, por el
brillo de sus ojos, por la bondad de su actitud y el optimismo de sus palabras.
Así le ocurrió al ciego Almudena, pues la belleza interior de Benina le hizo verla
exteriormente hermosa.
El tiempo cronológico y el psicológico (J. Casalduero)
1.- Realidad e imaginación se hermanan. De otra forma no se puede contemplar
Misericordia. Si esto es así, ¿por qué el término espiritualista?
Galdós escribió fundamentalmente tres tipos de novelas cuyas constantes son: la
realidad colectiva deformada por la ideología (novelas abstractas), la ideología incorporada
a la realidad colectiva (novelas naturalistas) y, finalmente, la crisis de esa ideología y de esa
realidad colectiva con el paso a progresivas interiorizaciones individuales (La incógnita,
Realidad, Ángel Guerra, Nazarín, Torquemada, Misericordia, El abuelo, etc.). En esta
tercera etapa de su producción Galdós descubre en toda su complejidad al individuo en
plena rebeldía contra la sociedad, insatisfecho con las normas y valores de ésta, buscando
su propia ética. Su escepticismo y desencanto, cada vez más profundo, le llevó a creer sólo
en el individuo y en las soluciones individuales -amor, capacidad para el bien, caridad- pero
Galdós no se resignó nunca a abandonar la realidad social en sus novelas.
Galdós buscará desde entonces las irreductibles raíces de la personalidad humana y
descubre el dramático conflicto interior de los personajes individuales, hurgará en la
psicología y en las contradicciones de la personalidad humana (como el personaje de
Benigna).
A partir de ahora la obsesión de Galdós se cifra en la pregunta: ¿Cómo vivir? Ha
descubierto el yo, y ha descubierto que sus aspiraciones están muchas veces en pugna con
la sociedad, en contradicción con ella, que limita, que insatisface, que coarta al yo no en lo
que tiene de caprichoso, de dañino, sino en lo que tiene de más generoso. Así ocurre con
Benigna, por ejemplo.
En las novelas de este último periodo el individuo, el yo, intentará siempre
proyectar sus valores sobre la realidad. Pero a diferencia de las etapas anteriores, el héroe
espiritualista galdosiano sabe muchas veces que ese intento de “yoizar” la realidad le va a
costar golpes brutales o que resultará estéril (Benigna). El amor se convierte, así, en el
último recurso galdosiano para expresar la supremacía del “yo” sobre la sociedad.
Consecuentemente, el héroe naturalista, que se forma a si mismo y desea dominar la
realidad, da paso al espiritualista: con un claro paralelismo en D. Quijote, Cristo, etc., estos
personajes no luchan en nombre de principios políticos o sociales, sino que luchan consigo
mismos para purificarse mediante la aceptación de la realidad. Ello le conduce al dolor y,
por fin, al descubrimiento del espíritu y la felicidad individual. Se trata, evidentemente, de
una religión o una utopía, más que de un programa social; un reflejo del idealismo
irracionalista de la última etapa de Galdós. Benigna es el personaje que mejor encarna este
ideal galdosiano de amor y caridad: ella realiza de modo práctico el ideal del amor humano,
la fraternidad, viviendo del todo al margen de los preceptos sociales en un mundo de
valores éticos personales.
En todas estas novelas el conflicto entre yo y sociedad se funde con el de realidadimaginación. La imaginación se convierte en potencia individual frente a la realidad social:
la imaginación conduce a nuevas realidades personales, soñadas, imaginadas, inventadas.
La imaginación es, pues, libertad: los héroes espiritualistas se sienten libres porque
imaginan continuamente (imaginación entendida como mecanismo de reforma social,
nunca como escape de esa realidad). Benigna vuelve a encarnar el ideal de la imaginación:
ella es quien, mediante su imaginación, inventa la justicia, consigue el dinero necesario, lo
distribuye (inventándose un personaje -el cura don Romualdo- que acaba por convertirse en
real). Ni la observación realista ni la descripción naturalista bastan ya. Hay que contar con
lo irracional: amor, imaginación, libertad personal, etc., como única propuesta de futuro
social.
2.- Este texto tiene un encabezamiento referido al tiempo. ¿Qué importancia tiene éste
en Misericordia?
Tiempo cronológico.- En Misericordia, Benito Pérez Galdós nos narra con todo lujo
de detalles la precaria situación en la que viven la Benina, y su señora una rica burguesa
arruinada tras la muerte de su marido en el Madrid de final del siglo XIX; por lo tanto
podemos enmarcar el contenido de esta obra, cuya publicación se produjo el año 1897,
dentro de la España de La Restauración, periodo comprendido entre en 1875 y 1902.
El pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto (29 de Diciembre de
1974) puso fin a la república y preparó la restauración monárquica el la persona de Alfonso
XII, hijo de Isabel II. Pero la vuelta al trono de los Borbones estaba ya preparada gracias a
los esfuerzos de Antonio Canovas del Castillo, líder del partido alfonsino y verdadero
artífice de la Restauración. El futuro rey había hecho público previamente el Manifiesto de
Sandhurst (1 de Diciembre de 1874) proclama dirigida al país en la que el príncipe Alfonso
se comprometía a respetar los principios liberales.
Tiempo psicológico.- En Misericordia describe un Madrid al que nuestro escritor
llegó en 1862 con vocación de dramaturgo, convirtiéndose en uno de los novelistas que
mejor han sabido observarlo y describirlo.
Un Madrid que don Benito vio crecer, elegante y burgués al norte y al oeste y
miserable al sur; un Madrid frívolo y al mismo tiempo dramático, brillante y también
miserable; un Madrid protagonista de la decimonónica España y héroe y antihéroe,
simultáneamente, del mundo novelesco galdosiano.
Cuando Galdós escribe Misericordia elige más lo malo que lo bueno de esa clase
media; la ilusión por un positivo futuro español, teniendo como protagonista a esa clase, se
ha enfriado y las ideas de don Benito, con 54 años, ya no serán las mismas que cuando sólo
contaba con la mitad. Y es que en España habían sucedido muchas cosas en ese paréntesis.
La creación de la realidad (G. Correa)
1.- Recuerda al personaje Romualdo. Trata de cotejar el real y el imaginario. Benina,
como habrás observado, tiene necesidad de crear a ese personaje, ¿por qué crees que
lo inventa?
Gustavo Correa, describe en el texto el entrecruzamiento de planos de la realidad
soñada o inventada con los de la realidad concreta, y su fusión final con esta última
constituye, así, la característica particular del mundo novelesco de Misericordia. Con la
llegada de don Romualdo la fusión a que se refiere Correa se efectúa por completo.
Efectivamente, ante la miseria, doña Paca y Nina sueñan, crean idealmente unas
ilusiones que las hacen olvidar el hambre momentáneamente y las transporta a un mundo
donde la justicia y la felicidad no son sólo palabras vacías. Este mundo de ficción y
símbolo de la felicidad, bien volviendo al pasado como don Frasquito o creando un futuro
como doña Paca, tiene su máximo exponente en el imaginado clérigo don Romualdo,
inventado por Benina.
Nina ha creado a don Romualdo por necesidad, y al final Nina duda si los sueños
que las mentiras crean no serán tan reales como la misma concreta existencia. Ella sabe que
sólo un milagro puede sacarla de la mendicidad, por lo que acepta el proyecto del rey
Samdai. El milagro ha hecho realidad al menos el fin de los sueños, pero Nina vuelve a la
miseria porque el milagro conducirá al egoísmo por la débil voluntad de doña Paca, y la
ingratitud triunfa sobre los sacrificios. Realidad y ficción se complementan para conseguir
ese sueño tan lejano pero tan cerca.
2.- El sueño de Benina nos parece real; sin embargo, no lo es. ¿Quién lo impide?
3.- El mundo de Misericordia es cruel. ¿Tan difícil era encontrar soluciones
inmediatas? ¿Por qué no se hizo?
4.- Miseria colectiva y mundo de ficción. Ambos se aúnan, se necesitan. Benina vuelve
al mundo de los suyos. Su ejemplo, ¿sirve de enseñanza? Hoy día, ¿se necesitan Ninas?
¿Qué piensas al respecto?
Misericordia es una obra netamente moralizante, mostrándonos su didactismo,
pues, desde el principio, se impone la lección ofrecida por el novelista.
5.- ¿Se puede crear la realidad?
Los seres humanos tenemos la capacidad de construir nuestra realidad en la medida
en que empleamos conscientemente nuestras habilidades (inteligencia, destreza,
planificación, etc.). Al emplear estas cualidades nos percatamos de que lo que somos, en
cierta medida, es consecuencia de lo que hemos hecho por nosotros mismos, y de allí la
importancia de plantearnos que queremos ser.
En la medida que seamos capaces de concebir donde nos encontramos, aquí y ahora,
nos será más fácil especificar que queremos ser y adonde queremos llegar. Una vez hecho
esto, podemos emplear nuestra voluntad consciente para construir, mediante nuestras
acciones dirigidas a una meta preestablecida, la realidad que deseamos para nosotros
mismos; o podemos simplemente dejar que la vida transcurra como lo hace a ver donde nos
lleva.
El mundo está lleno de personas que eligen la segunda opción y viven lamentándose
de no ser ni tener lo que desean, mientras que cada día hay más personas que se inclinan
por la primera opción. En la medida que nos volvemos conscientes de nuestra capacidad de
construir la realidad que deseamos, nos damos cuenta que podemos hacer que las cosas
pasen (como le pasó a Benina).
Componente dialéctico (J. Rodríguez Puértolas)
1.- ¿Estás de acuerdo con este criterio? Si es así, ¿por qué no tratas de ampliarlo?
2.- Observa, también, el juicio que se ha hecho de Juliana. ¿También lo ves así? En el
fondo, ¿se arrepiente de su comportamiento al final de la novela?
El personaje de Benina es la encarnación de la generosidad sin más. Por su
espíritu abierto desde un punto de vista social (su generosidad la emplea en mantener a su
ama doña Paca, una burguesa venida a menos) y religioso (ayuda al moro Almudena sin
importarle mucho a qué religión pertenece) ella, mujer perteneciente al inframundo social,
representa los valores del pueblo español que deben modernizarse con el sentido de la
eficacia. Juliana, la nuera que aparece al final de la novela será esta administradora
eficiente que encuentra en Benina el sentido moral necesario. Se reconcilian así la Sociedad
y la Conciencia en el marco de la historia.
3.- El escrito habla de dialéctica social y dialéctica de realidad- ficción. Trata de
reflexionar sobre ambos términos.
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