Jornadas SAM – CONAMET – AAS 2001, Septiembre de 2001 575-582 FRAGILIZACION DEL ADI: ENSAYO DE TRACCIÓN BAJO POTENCIAL ELECTROQUÍMICO CONTROLADO L. Masuda, R.E. Boerib, R.A. Martínezb, S. Simisona a División Corrosión - INTEMA – Fac. Ing. – Univ. Nac. de Mar del Plata División Metalurgia - INTEMA – Facultad de Ingeniería – Univ. Nac. de Mar del Plata Juan B. Justo 4302 – B7608FDQ Mar del Plata, email: [email protected] b RESUMEN La fundición esferoidal austemperizada (ADI) es un material con excelentes propiedades mecánicas, que combina alta resistencia mecánica con buena ductilidad, y elevadas tenacidad y resistencia al desgaste. El ADI experimenta una fragilización muy importante cuando se lo solicita cuasiestáticamente en contacto con agua. Como consecuencia de ello se producen considerables disminuciones en la tensión de rotura y en el alargamiento porcentual. Shibutani [1] y Komatsu [2] encuentran similitud entre este fenómeno y aquel encontrado en materiales que presentan fragilización por hidrógeno. El principal objetivo de este trabajo es investigar los mecanismos de degradación actuantes, a efectos de identificar las causas primarias de la pérdida de resistencia y ductilidad . Para ello se caracterizaron electroquímicamente muestras de ADI en soluciones acuosas que simularan las condiciones de aguas naturales, a efectos de identificar los valores críticos de potencial, para luego realizar ensayos de tracción a potencial electroquímico controlado, con el objeto de determinar si la pérdida de tenacidad es causada por corrosión bajo tensión o por fragilización por hidrógeno. Las superficies de fractura fueron observadas y caracterizadas mediante microscopía óptica y electrónica de barrido, a efectos de identificar los mecanismos de propagación de fisuras actuantes. Los resultados muestran que las características particulares de este fenómeno de fragilización, no concuerdan con las de fragilización por hidrógeno ni con corrosión bajo tensión. Palabras clave ADI, Fragilización por hidrógeno, Corrosión, Fractura INTRODUCCIÓN Recientemente, Shibutani et al.[1] y Komatsu et al.[2] simultáneamente reportaron haber identificado un fenómeno de fragilización que afecta al ADI cuando el material es ensayado a la tracción encontrándose en contacto con agua. Trabajos propios ponen en evidencia que las propiedades mecánicas de las ADI se ven severamente afectadas, llegando a disminuciones de hasta el 30% en la tensión de rotura, y hasta el 70% en el alargamiento a la rotura [3,4]. La baja de tenacidad se detecta también en los ensayos de fractura, observándose reducciones significativas en el valor de KIC. El fenómeno de fragilización no afecta a los resultados de ensayos dinámicos, observándose que la energía consumida en un ensayo de choque no disminuye al estar la muestra en contacto con agua. Adicionalmente, el efecto fragilizante actúa en forma casi instantánea, y no se acentúa al aumentar el tiempo de 575 Masud, Boeri, Martínez, Simison exposición al agua. El fenómeno se revierte completamente al secar la superficie de la muestra. Shibutani y Komatsu [1,2] sugieren que el mecanismo actuante es fragilización por hidrógeno. Sin embargo, la identificación de los mecanismos actuantes es aún insatisfactoria, y el fenómeno no está claramente explicado, ni suficientemente caracterizado. La fragilización por hidrógeno, junto con la corrosión bajo tensión y la fragilización por metal líquido, son mecanismos de fragilización asistida por el medio [5-7]. Esta denominación engloba a las fallas mecánicas frágiles, en las que un defecto propaga a valores de K aplicado mucho menor que el K crítico para ese material, y que resultan del efecto sinergético entre la existencia de tensiones de tracción estática y un medio corrosivo. En estos casos la corrosión generalizada es muy baja. Los mecanismos de ataque están todavía en discusión y por lo tanto es difícil predecir la ocurrencia de estos fenómenos en condiciones reales de operación, por lo que se los considera como las formas más perniciosas de corrosión. Los fenómenos de fragilización asistida por el medio son muy complejos y para su estudio se requiere un enfoque multidisciplinario que involucre la caracterización de las distintas variables que afectan el proceso, como por ejemplo, la velocidad de crecimiento de la fisura, la cinética de las reacciones electroquímicas, la presencia de microestructuras susceptibles, los micromecanismos de fractura, etc. La fragilización por hidrógeno involucra una fractura frágil causada por la penetración y difusión de hidrógeno atómico en la estructura cristalina de una aleación. El hidrógeno puede provenir de una reacción electroquímica del tipo ó H 2O + e − → H + OH − H + + e− → H (1) (2) en soluciones neutras y ácidas respectivamente. Antes de que dos átomos de hidrógeno se combinen sobre la superficie para formar la molécula de hidrógeno transcurre un cierto tiempo que depende de la cinética de recombinación sobre la superficie metálica. Debido a su pequeño tamaño, el átomo de hidrógeno puede ingresar a la red cristalina y provocar fragilización por hidrógeno. Las reacciones anteriores se aceleran en condiciones de aumento de la polarización catódica, como las que se presentan en la protección catódica y la electrodeposición de metales. El hidrógeno atómico también puede provenir de la descomposición de residuos orgánicos a altas temperaturas (grasas, aceites) o puede ser incorporado durante procesos de soldadura (electrodos celulósicos). Se observa que existe un tiempo de inducción y una tensión umbral para que se produzca la falla, que son proporcionales a la concentración de H. El aumento de la dureza o de la resistencia a la tracción de las aleaciones disminuye el tiempo de incubación y la tensión umbral. La fragilización por hidrógeno es muy común en aleaciones ferrosas (estructura cúbica centrada en el cuerpo) con una dureza superior a 22 HRc. Las aleaciones con estructuras cúbicas centradas en las caras (aceros inoxidables austeníticos, aleaciones de níquel, etc.) son más resistentes debido a su mayor ductilidad inherente y la menor difusividad de H, pero pueden hacerse susceptibles si son trabajadas en frío apreciablemente [5,6]. La corrosión bajo tensión es similar a la fragilización por hidrógeno, ya que ambos casos un medio corrosivo induce la fractura frágil de una aleación que es normalmente dúctil en un medio no corrosivo. Por el contrario, existen diferencias entre ambos procesos que 576 Jornadas SAM – CONAMET – AAS 2001, Septiembre de 2001 facilitan su identificación. Una de ellas es que la polarización catódica favorece la fragilización por hidrógeno pero inhibe o evita la corrosión bajo tensión, mientras que la polarización anódica tiene el efecto contrario en ambos casos. Hasta el momento no se han reportado resultados de ensayos electroquímicos de ADI en medios acuosos, los que son necesarios para dilucidar si el mecanismo de fragilización es afectado por los procesos corrosivos. Desde un punto de vista más general, sería muy útil contar con datos sobre la resistencia a la corrosión de estos materiales para asegurar una aplicación confiable en servicio. El principal objetivo de este trabajo es investigar los mecanismos de degradación actuantes, a efectos de identificar las causas primarias de la pérdida de resistencia y ductilidad. Para ello se caracterizarán electroquímicamente muestras de ADI en soluciones acuosas que simulen las condiciones de aguas naturales, a efectos de identificar los valores críticos de potencial, para luego realizar ensayos de tracción a potencial electroquímico controlado, con el objeto de determinar si la pérdida de tenacidad es causada por corrosión bajo tensión o por fragilización por hidrógeno. Las superficies de fractura serán caracterizadas mediante microscopía óptica y electrónica de barrido, a efectos de identificar los mecanismos de propagación de fisuras actuantes. METODOLOGÍA EXPERIMENTAL Las probetas utilizadas fueron extraídas de bloques “Y” de una pulgada [8], de una colada industrial producida en un horno de inducción de media frecuencia, cuya composición química se lista en la Tabla 1. El material presenta una nodularidad del 100% y 120 nod/mm2 de tamaño 5. C 3,20 Tabla 1. Composición química de la colada utilizada (% en peso) Mn Cu Ni Mg Mo P Si 0,20 1,00 0,68 0,03 0,09 0,03 3,30 S 0,01 Se trazaron curvas de polarización anódicas y catódicas potenciodinámicas (velocidad de barrido del potencial = 3.10-3 V/seg) utilizando un equipo Solartron SI 1280B y un electrodo de disco rotatorio. Se hicieron ensayos sin y con rotación (ω = 7 hz). Los electrodos de trabajo, fueron obtenidos a partir de discos de 5,9 mm de diámetro (Figura 1) montados dentro de soportes cilíndricos huecos de Grilon®. El contacto mediante el eje del electrodo rotatorio se hizo a través de una pieza cilíndrica con una rosca hembra. El contacto eléctrico del material bajo estudio se logró pegando la muestra a la cabeza metálica con resina conductora epoxy/plata. El espacio anular fue posteriormente rellenado con resina acrílica. Finalmente se torneó para que la superficie expuesta de la muestra quedara plana. Para tratar de simular las condiciones de agua de canilla, los ensayos se hicieron en una solución buffer CO3/HCO3 de pH = 8, a la que se adicionó una solución soporte 0,1M Na2CO3 para asegurar la conductividad. Las muestras fueron desbastadas con papel de SiC hasta granulometría 600, enjuagadas con agua destilada previo a la inmersión en el electrolito, y mantenidas al potencial de corrosión durante 40 minutos antes de trazar las curvas de polarización. Se mecanizaron probetas de tracción de 6,35mm de diámetro [9], las cuales fueron tratadas térmicamente, con el fin de obtener ADI de grado 2 [10]. 577 Masud, Boeri, Martínez, Simison Los ensayos de tracción en contacto con fluidos se realizaron empleando un dispositivo consistente en un tubo plástico que posee un tapón partido en el fondo, que se coloca rodeando la sección calibrada de las probetas de tracción, como se muestra en la Figura 2. El tubo puede llenarse con líquido, sumergiendo totalmente la longitud calibrada de la probeta. Para los ensayos bajo potencial se utilizó un contraelectrodo de platino, de 22 cm2 de área superficial y un electrodo de referencia de Cobre/Sulfato de Cobre. Las muestras estuvieron a potencial libre durante 30 minutos y fueron luego polarizadas al potencial seleccionado al comenzar el ensayo de tracción. Para estos ensayos se utilizó un potenciostato portátil marca Gamry Instruments Inc. Los valores de tensión de rotura reportados son el promedio de tres ensayos. Figura 1: Esquema del electrodo de disco rotatorio. Figura 2. Ensayo de tracción. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Relevamiento de curvas de polarización En la Figura 3 se muestran las curvas de polarización con y sin rotación. Puede observarse que la velocidad de rotación afecta fundamentalmente la curva catódica y el potencial de corrosión. Los potenciales de corrosión se mueven en dirección anódica, siendo de –0,722 ± 0,08 V (SCE) en la solución agitada y -0,592 ± 0,08 V(SCE) en condiciones estancas. Al igual que en el caso del hierro y los aceros, para el ADI la velocidad de corrosión en medios acuosos neutros o levemente alcalinos está controlada difusionalmente por la velocidad de reducción de oxígeno disuelto y aumenta con la velocidad de flujo[11]. A partir de los resultados de las curvas de polarización se seleccionaron dos valores de potencial para efectuar los ensayos de tracción. Se aplicó un potencial de - 1,45 V (SCE) para inducir condiciones catódicas, en las cuales se estimula la generación de hidrógeno sobre la superficie, y un potencial de -0,55 V (SCE) para inhibirla. 578 Jornadas SAM – CONAMET – AAS 2001, Septiembre de 2001 -0.2 -0.4 -0.6 E/V vs SCE -0.8 -1.0 -1.2 -1.4 -1.6 ______Con agitación ............Sin agitación -1.8 -2.0 -2.2 1E-5 1E-4 1E-3 i/A.cm 0.01 -2 Figura 3: Curvas de polarización en solución buffer pH =8 con y sin agitación (ω = 1.7 Hz). Ensayos bajo potencial La Tabla 2 muestra los resultados de los ensayos de tracción bajo potencial. Se listan, a modo de comparación, los resultados de ensayos en seco y en agua (pH=7) a potencial libre. Tabla 2. Intervalo de resultados de los ensayos de tracción en diferentes condiciones CONDICION R [Mpa ] Ecorr = - 0,69 - -0,72 V (SCE) 900 – 1000 Potencial Catódico= - 0,55 V (SCE) 900 – 1000 Potencial Anódico=- 1,45 V (SCE) 900 – 1000 Probeta en seco 1200 Probeta en agua a potencial libre 900 – 1000 σ Las Figuras 4 y 5 muestran las curvas corriente tiempo para los ensayos a potenciales de -0,55 V (SCE) y - 1,45 V (SCE) respectivamente. Las interrupciones finales corresponden al instante de fractura. En el caso del ensayo a potencial anódico se puede observar que, luego de un transitorio inicial, la corriente se mantiene aproximadamente constante durante el ensayo. Esto indica que no se están produciendo procesos de corrosión localizada en la superficie. La observación posterior de la superficie lateral de las probetas ensayadas corroboró que la corrosión es generalizada. El escaso cambio en las propiedades mecánicas del ADI al introducir tanto potenciales catódicos como anódicos, indica que el proceso de fragilización no es causado por hidrógeno ni por corrosión bajo tensión. 579 Masud, Boeri, Martínez, Simison 0.010 Potencial Anódico V=-0.55 Volts vs SCE -0.024 0.008 Potencial Catódico V=-1.45volts vs SCE -0.026 -0.028 -2 i/A.cm i/A.cm -2 0.006 0.004 -0.030 -0.032 -0.034 0.002 -0.036 -0.038 0.000 0 100 200 300 400 500 0 600 t/seg 100 200 300 400 500 t/seg Figura 4. Curvas corriente-tiempo para E= -0,55 V (SCE). Figura 5. Curvas corriente-tiempo para E= -1,45 V (SCE). Observación de las superficies de fractura Se ha reportado que la superficie de fractura de las muestras presenta un área plana y brillante que entra en contacto con su superficie lateral [3]. Sin embargo, no existe la certeza de que esta área constituya el lugar de comienzo de la fractura. En un intento por forzar a la fractura a comenzar en una posición determinada de la superficie de la probeta de tracción, se procedió a mojar, con la punta de un hisopo humedecido en agua, un punto de dicha superficie, mientras la probeta se encuentra sometida a una carga inferior a la de rotura en seco pero superior a la de rotura húmeda. Este procedimiento, que es una modificación de un método ya propuesto [12], causa la rotura instantánea de la probeta. La Figura 6 muestra el aspecto típico de la superficie de fractura. La flecha marca el punto en el cual se produjo el mojado local. A partir de dicho punto, se observa la presencia de una región aproximadamente circular, de mayor brillo y planitud que el resto de la superficie de fractura. Las Figuras 7 y 8 muestran el aspecto microscópico de la superficie de fractura en la zona plana. Se observa claramente la presencia de nódulos de grafito y cavidades semiesféricas resultantes de la remoción de nódulos. El mecanismo de fractura operante es clivaje, como se observa en la Figura 8. No existe ninguna característica diferenciable que permita identificar la dirección de propagación de la fisura. Esto es común en la fractura de ADI. La Figura 9 muestra el aspecto de la fractura en la zona rugosa. La disposición de los nódulos de grafito es similar a la observable en la Figura 5, aunque en este caso puede notarse el mayor grado de deformación plástica de la cavidad que aloja los nódulos. El mecanismo de fractura es predominantemente dúctil, ya que se observa una alta proporción de “dimples”. El método desarrollado para localizar la zona de contacto con agua, ha permitido determinar que la zona plana, diferenciable macroscópicamente por su mayor mayor brillo y planitud, identifica el sitio de comienzo de la fractura, que ocurre por clivaje. 580 Jornadas SAM – CONAMET – AAS 2001, Septiembre de 2001 50 micrones Figura 6: aspecto de fractura (x5). Figura 7: Superficie de fractura, zona plana. 25 micrones 25 micrones Figura 8: Superficie de fractura, zona plana. Figura 9: Superficie de fractura, zona dúctil. Los resultados obtenidos confirman las características ya descriptas en la literatura [3], donde se reporta que el contacto con agua causa un cambio en el modo de fractura, incrementándose la proporción de fractura por clivaje. Los resultados actuales sugieren que las áreas planas encontradas en las probetas ensayadas en inmersión total, identifican los sitios de iniciación de la fractura. Las características particulares de este fenómeno de fragilización, que no concuerdan con las de fragilización por hidrógeno ni con corrosión bajo tensión, hacen necesario ensayar una explicación particular. El contacto con agua produce un efecto prácticamente instantáneo, e induce fractura por clivaje. Es aparente que el contacto del agua con un defecto superficial preexistente, como los nódulos de grafito o interfases en la matriz, en presencia de un estado tensional, provoca que el defecto se torne crítico, induciendo su crecimiento rápido inestable. Se genera así una fisura que crece por clivaje, hasta que al alejarse suficientemente del iniciador, y del agua, pasa a crecer por un mecanismo preponderantemente dúctil. El mecanismo por el cual la sola presencia de un fluido, independientemente de su efecto corrosivo, genera el efecto descripto, es aún desconocida, y será motivo de investigaciones futuras. 581 Masud, Boeri, Martínez, Simison CONCLUSIONES ♦ Los resultados de los ensayos de tracción bajo potencial tanto anódicos como catódicos no mostraron variaciones significativas respecto de los ensayos a potencial libre. ♦ Los resultados sugieren que el fenómeno de fragilización no estaría causado por hidrógeno, ni por corrosión bajo tensión. ♦ La implementación de un nuevo procedimiento de ensayo permitió observar la alta velocidad del proceso y localizar la iniciación de la falla, que comienza por clivaje. ♦ Se propone que el contacto del agua con un defecto superficial preexistente, como los nódulos de grafito o interfases en la matriz, en presencia de un estado tensional, provoca que el defecto se torne crítico, induciendo su crecimiento rápido inestable. REFERENCIAS 1. Shibutani et. 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