CONGRESO CONAMET/SAM 2004 RELACIÓN ENTRE LA ESTABILIDAD DE LA FASE MARTENSÍTICA 2H Y LA TEMPERATURA DE DESCOMPOSICIÓN EN ALEACIONES DE Cu-Zn-Al P. Arneodo Larochette (1), A. M. Condó (2) y M. Ahlers (3) Centro Atómico Bariloche. S. C. de Bariloche - Río Negro – Argentina. (1), (2) CONICET (1) (2) e-mail: [email protected], [email protected] y (3) [email protected] RESUMEN Las aleaciones de Cu-Zn-Al presentan un diagrama de fases de equilibrio en cuya zona rica en cobre es gobernado fundamentalmente por la concentración electrónica e/a y la temperatura. En un rango de composiciones con e/a alrededor de 1.48 y a temperaturas elevadas es estable la fase β (cúbica centrada en el cuerpo), que puede ser retenida en forma metaestable si es enfriada rápidamente. En el caso particular de la aleación estudiada en este trabajo (con e/a=1.53), es necesario un templado en agua a temperatura ambiente desde 800ºC para evitar la descomposición en las fases de equilibrio. A partir de la fase β así obtenida se pueden inducir transformaciones martensíticas a otras fases metaestables, como por ejemplo la martensita hexagonal 2H. En este trabajo se estudió la transformación de la martensita 2H monocristalina a otras fases por medio de calorimetría. Se partió de martensita 2H con diferentes grados de estabilidad, obtenidos por medio de envejecimientos con diferentes cargas aplicadas. Se encontró que la martensita no se descompone en fases de equilibrio sino que primero retransforma a la fase β. Si la martensita 2H está poco estabilizada se observan dos transformaciones, una a la fase β alrededor de 100ºC y otra correspondiente a la descomposición de la fase β, que comienza a unos 260ºC (a una velocidad de calentamiento de 1ºC/min). Si está muy estabilizada ambas transformaciones se desplazan a temperaturas superiores a 320ºC. El estudio incluye la influencia de la velocidad de calentamiento sobre la temperatura de descomposición. Palabras Claves: Martensita 2H, descomposición, aleaciones Cu-Zn-Al. 1. INTRODUCCIÓN Las aleaciones de Cu-Zn-Al pertenecen al grupo de las aleaciones de Hume-Rothery, cuyo diagrama de fases de equilibrio está gobernado fundamentalmente por la densidad de electrones de conducción (el parámetro e/a) y la temperatura, en la zona rica en Cu (e/a ≤ 2). En la Figura 1 se presenta, a modo de ejemplo simplificado, el diagrama de fases estables de la aleación Cu-Zn [1]. Este diagrama tiene un aspecto similar al de la aleación de Cu-Zn-Al en estudio en cuanto al campo de estabilidad de la fase β (bcc), con la ventaja de que su análisis es mucho más sencillo. Dicha fase es estable a altas temperaturas en un rango bastante extendido de composiciones alrededor de e/a=1.48, que se reduce al disminuir la temperatura. La fase β puede ser retenida a temperatura ambiente en forma metaestable por medio de un templado. Si el enfriamiento se efectúa en forma lenta, se propicia la descomposición en las fases de equilibrio, con una cinética que depende del grado de apartamiento de la zona central del campo de la fase β y de la temperatura. En particular, para los estudios de la aleación con e/a=1.53 que se presentan en este artículo, es necesario realizar un templado desde 800ºC en agua a temperatura ambiente para retener la fase β. Esta fase es el punto de partida para una serie de transformaciones martensíticas que tienen como CONGRESO CONAMET/SAM 2004 resultado otras fases metaestables que pueden ser descriptas como apilamientos de planos compactos. El tipo de estructura martensítica que se forma depende también de la concentración electrónica del material. En el rango estudiado, y como resultado de una transformación espontánea inducida mediante una reducción en la temperatura, se forma la fase hexagonal 2H con distorsión ortorrómbica. Zn Cu Figura 1. Diagrama de fases estables de la aleación Cu-Zn en función del parámetro e/a y la temperatura. En la Figura 2 se presenta el diagrama de fases metaestables de las aleaciones de Cu-Zn-Al con e/a alrededor de 1.53 [2]. Se observa que, mediante la aplicación de una tensión mecánica, se puede inducir también la transformación a la fase 18R (apilamiento de 18 planos compactos) o a la fase 6R (fcc). La temperatura MS corresponde al comienzo de la transformación martensítica inducida por enfriamiento sin tensión aplicada (en este caso entre las fases β y 2H). Análogamente, se define la temperatura AS de comienzo de la retransformación (2H→β) durante un calentamiento posterior que por la histéresis de la transformación es mayor a MS. Tensión 6R 18R β 2H MS MS+25ºC Temperatura Figura 2. Diagrama esquemático tensión – temperatura de fases metaestables de una aleación Cu-Zn-Al con e/a alrededor de 1.53. A la temperatura MS se produce la transformación espontánea entre las fases β y 2H. En general, si la martensita es envejecida a una temperatura a la cual la difusión atómica es importante, se produce un reacomodamiento de los átomos hacia una configuración más estable. Este proceso se denomina estabilización de la martensita y puede ser evaluado experimentalmente, debido a que produce un aumento de la temperatura de retransformación AS. Por estudios previos [3-5] se sabe que bajo ciertas condiciones de envejecimiento la temperatura AS aumenta más de 300ºC. Para que esto ocurra es necesario realizar en envejecimiento bajo una carga aplicada superior a cierto valor σT1 [5]. La cota en AS está dada por una transformación que se observa en mediciones de dilatometría. Esta técnica, si bien es muy sensible ante variaciones producidas en el material, no permite discernir entre transformaciones martensíticas y de otro tipo. Por un lado, la reducción de la longitud de la muestra es similar a la medida durante una retransformación 2H→β. Por otro lado, mediante microscopía electrónica de transmisión (TEM) se observó que el material presenta un alto grado de descomposición luego de un calentamiento similar al realizado durante la medición de dilatometría [6]. Estos resultados indican que finalmente el material se descompone pero no permiten asegurar si la descomposición ocurre en la fase 2H ó en la fase β (luego de una retransformación 2H→β). Sólo en el segundo caso la temperatura a la cual se observa la transformación correspondería a la temperatura AS. Para discriminar entre estos posibles mecanismos, en este trabajo se presentan mediciones de calorimetría realizadas con martensita 2H con diferentes grados de estabilidad. También se efectuó un estudio preliminar de la influencia de la velocidad de calentamiento en estos experimentos. 2. MÉTODO EXPERIMENTAL Y RESULTADOS Se utilizó un monocristal de Cu-Zn-Al de composición Cu - 6.45 at.% Zn - 23.28 at.% Al, fabricado mediante la técnica de Bridgman a partir de metales de pureza igual o superior a 99.99%. La MS obtenida luego de un templado en agua a temperatura ambiente desde 800ºC era de alrededor de 0ºC, y la AS de aproximadamente 20ºC. De este monocristal se tornearon y cortaron dos muestras para ensayos mecánicos de tracción (B1 y B2). Estas muestras poseían una zona central cilíndrica, de aproximadamente 3 mm de diámetro y entre 16 y 21 mm de longitud, y extremos de mayor diámetro. Con cada una de ellas en primer lugar se indujo la martensita 2H mediante una transformación directa por tensión, a una temperatura de 15ºC. Luego se realizaron sendos tratamientos de envejecimiento bajo carga (128 MPa en el caso de B1 y 255 MPa en el de B2). El detalle de la secuencia experimental puede encontrarse en la referencia [4], donde la identificación de las muestras es la misma. Como consecuencia de estos tratamientos, y como también se presenta en [4], la temperatura de retransformación de la muestra B1 aumentó hasta cerca de 70ºC, mientras que en la medición de dilatometría correspondiente a la muestra Flujo de calor (mW) 15 10 5 0 -5 -10 15 Flujo de calor (mW) CONGRESO CONAMET/SAM 2004 B2 se observó una reducción abrupta de la longitud a una temperatura de alrededor de 330ºC. Estas mediciones fueron realizadas con muestras de aproximadamente 2 mm de longitud, cortadas de la parte central de B1 y B2. Para las mediciones de calorimetría del presente trabajo, otros cortes de 1 mm de longitud fueron realizados en las mismas muestras. De esta manera se obtuvieron discos de aproximadamente 30 mg de masa, que por simplicidad se seguirán denominando B1 y B2. Se torneó y cortó una referencia de Cu puro, con las mismas dimensiones que dichas muestras y por consiguiente de masa similar. Tanto las muestras como la referencia fueron pulidas en sus caras planas, para asegurar un buen contacto térmico, y colocadas dentro de cápsulas de aluminio. Las mediciones de calorimetría fueron realizadas en un calorímetro diferencial de barrido TA Instruments DSC 2910, a una velocidad de calentamiento de 1ºC/s (la misma que la utilizada en los experimentos de dilatometría de la referencia [4]) y bajo un flujo constante de argón. En las Figuras 3 y 4 se presentan los resultados obtenidos durante calentamientos hasta aproximadamente 440ºC con las muestras B1 y B2, respectivamente. 10 5 0 -5 -10 -15 0 50 100 150 200 250 300 350 400 450 Temperatura (ºC) Figura 4. Curva de calorimetría obtenida con la muestra B2, envejecida bajo una tensión de 255 MPa. Los picos correspondientes a la retransformación 2H→β y a la descomposición de la fase β se encuentran prácticamente superpuestos. Por último, se presenta un estudio preliminar de la influencia de la velocidad de calentamiento sobre la temperatura de descomposición de la fase β. A tal fin, se fabricó un nuevo monocristal de fase β (con la misma composición que el estudiado anteriormente) de donde se cortaron dos discos de 50 mg (muestras C1 y C2). También se fabricó una nueva referencia de Cu puro. Se realizaron dos mediciones, una a una velocidad de 2 ºC/s y otra a 0.1ºC/s. Las muestras C1 y C2 se mantuvieron en la fase β previamente al experimento, es decir, que no fue inducida la transformación a la fase 2H en ningún caso. En la Figura 5 se presentan los resultados obtenidos con estas muestras. -15 2ºC/s 100 150 200 250 300 350 400 450 Temperatura (ºC) Figura 3. Curva de calorimetría obtenida con la muestra B1, envejecida bajo una tensión de 128 MPa. El primer pico, que comienza a 71ºC, corresponde a la retransformación 2H→β y el segundo a la descomposición de la fase β. La curva de la Figura 3 presenta un primer pico endotérmico que comienza a una temperatura bien definida de 71ºC, y otro exotérmico que comienza alrededor de 260ºC. Existen varias razones, que serán analizadas más adelante, para suponer que el primer pico corresponde a la retransformación 2H→β y el segundo a la descomposición de la fase β. En la medición realizada con la muestra B2, con una martensita 2H más estabilizada, se puede apreciar que también existen dos picos, pero que ahora están prácticamente superpuestos. La temperatura del pico endotérmico aumentó hasta unos 320ºC, mientras que el exotérmico comienza alrededor de los 350ºC. 5 mW 50 Flujo de calor (mW) 0 0.1ºC/s 150 200 250 300 350 400 Temperatura (ºC) Figura 5. Medición de la temperatura de descomposición de la fase β a dos velocidades de calentamiento disitintas. Se puede apreciar que dicha temperatura es menor cuando el calentamiento es más lento CONGRESO CONAMET/SAM 2004 3. DISCUSIÓN 5. AGRADECIMIENTOS Se mencionó que el pico de menor temperatura de la Figura 3 corresponde a la retransformación de la fase 2H a la β. La forma irregular del mismo es un primer indicio de que efectivamente se trata de esa transformación martensítica; sin embargo, el resultado más contundente que refuerza esta hipótesis es que si la muestra es enfriada desde una temperatura inferior a la del segundo pico, se observa nuevamente la transformación a la fase 2H. Esto no podría ocurrir si la muestra se hubiera descompuesto en otras fases de equilibrio. De observaciones de TEM realizadas sobre muestras de fase β calentadas hasta temperaturas por encima de los 350ºC se sabe que esta fase se descompone. Este resultado permite asociar el pico que se observa a mayor temperatura en la Figura 3 con dicha descomposición. A Popi Gómez, Teresa Carrasco, Enrique Aburto y Pablo Riquelme por la ayuda en la preparación de las muestras y el apoyo en el laboratorio. PAL agradece el apoyo económico recibido de la Fundación Antorchas. Este trabajo fue financiado parcialmente por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina. Cuando la martensita 2H es más estable, como en el caso de la Figura 4, la retransformación ocurre a mayor temperatura. Se puede apreciar que esta retransformación comienza a una temperatura que es incluso mayor que la de descomposición de la fase β en la Figura 3; es decir, que la fase martensítica 2H no se descompone al menos hasta esa temperatura. El hecho de que los picos estén solapados implica que cada fracción de la muestra se descompone inmediatamente después de retransformar a la fase β. En la Figura 5 se presentan dos mediciones realizadas a diferentes velocidades de calentamiento: Cuando la velocidad es menor la descomposición comienza a temperaturas más bajas. Este es un resultado esperable, dado que a menor velocidad es mayor el tiempo en el que el material puede realizar el proceso de descomposición. Lo que resulta interesante de este fenómeno es que si se pudiera calentar la muestra a una velocidad aún mayor, probablemente se podría separar la decomposición de la retransformación 2H→β. Por las características del equipamiento utilizado no fue posible realizar este experimento. 4. CONCLUSIONES El resultado relevante de este trabajo es que se pudo determinar la naturaleza de las transformaciones de la martensita 2H observadas al aumentar la temperatura. En muestras con diferentes grados de estabilidad, la retransformación a la fase β precede a la descomposición de esta última. Este resultado es válido aún en los casos en que la temperatura de retransformación es mayor a la de descomposición de la fase β. Es posible entonces relacionar directamente la temperatura de retransformación (medida por dilatometría, por ejemplo) con el grado de estabilidad de la fase martensítica 2H. 6. REFERENCIAS [1] M. Hansen y K. Anderko, "Constitution of Binary Alloys", Ed. McGraw-Hill, Nueva York, 1958. [2] M. Ahlers y J. L. Pelegrina, Acta Metall. Mater. 40, 1992, p. 3213. [3] J. E. Bidaux y M. Ahlers, Journal de Physique IV, Colloque C4, 1991, p. 211. [4] P. Arneodo Larochette, A. M. Condó y M. Ahlers, Journal de Physique IV, 112, 2003, p. 515. [5] P. Arneodo Larochette, Tesis de doctorado, Universidad Nacional de Cuyo, Argentina, 2003. [6] A. M. Condó, P. Arneodo Larochette y M. Ahlers, “SAM/CONAMET”, 2003, p. 05-21.