CONGRESO CONAMET/SAM 2004 Comportamiento superelástico y fractura de una aleación Cu-11,8%pAl-0,5%pBe, en la perspectiva de su uso en disipadores de energía sísmica S. Montecinos(1,2), A. Sepúlveda(1), M. Moroni(1) y F. Lund(1,2) (1) Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Beauchef 850, Santiago, Chile, [email protected] (2) CIMAT, Av. Blanco Encalada 2008, Santiago, Chile RESUMEN Se presentan algunos resultados de la caracterización del comportamiento superelástico y a la fractura, de una aleación policristalina Cu-11,8%pAl-0,5%pBe. Ella fue sometida a ensayos de tracción monotónica y cíclica (a 1 Hz). Esta aleación fue provista por la empresa Trefimétaux, bajo la forma de alambres de 3 y 6 mm de diámetro. El objetivo de este trabajo es realizar una caracterización mecánica preliminar de tal aleación, teniendo en vista su eventual utilización en dispositivos de absorción de energía sísmica en estructuras civiles. Para los dos diámetros considerados se encontraron similares tendencias de comportamiento, si bien se detectaron algunas diferencias en los valores de las propiedades medidas. El material es superelástico dentro de un rango de deformación (de 2,3% para el alambre de 3 mm de diámetro y 3,1% para el alambre de 6 mm de diámetro). Se observó que al aumentar el tamaño de grano, el rango superelástico del material también es mayor. Al aumentar la deformación máxima aplicada, la temperatura de las probetas aumenta, y ocurre un cambio en la forma de los ciclos, aumentando el amortiguamiento (con valores de un 5% en el límite superelástico), y disminuyendo el parámetro K y la rigidez de los ciclos. En ensayos de tracción monotónica, el material presenta una fractura transgranular por un mecanismo mixto de clivaje y de microporos, elongación a la fractura mayor a un 15% y esfuerzo máximo (UTS) mayor que 5.000 kg/cm2. Palabras Claves: Aleaciones Cu-Al-Be; superelasticidad; memoria de forma; disipadores; fractura; histéresis. 1. INTRODUCCIÓN Una Aleación con Memoria de Forma (SMA) es un material que, en relación con la transformación de fase martensítica, puede exhibir el efecto de memoria de forma (SME) propiamente tal, o bien el efecto superelástico (SE) [1]. Este último efecto se obtiene con el material inicial en fase austenita (o fase beta) y mediante una aplicación de carga, pudiendo obtenerse importantes deformaciones recuperables al retirar la carga impuesta. La fase presente en una aleación a una temperatura de trabajo dada, depende de los tratamientos termomecánicos previos y de la composición de la aleación. En el SE, al aplicar un ciclo de carga-descarga se produce histéresis con disipación de energía mecánica [1]. Se ha encontrado el SE en aleaciones base Cu, a partir de sistemas basados en los binarios Cu-Zn y Cu-Al, con adiciones de elementos que modifiquen las temperaturas de cambios de fases y logren el refinamiento de grano. No obstante, muchas veces, las aplicaciones de las aleaciones en base cobre están limitadas por: (1) la baja ductilidad y conformabilidad de aleaciones policristalinas, debido al gran tamaño de grano frecuente en estas aleaciones (e.g., 1 mm), a la alta anisotropía elástica y a la precipitación de partículas frágiles de segunda fase; y (2) la metaestabilidad tanto de la austenita como de la martensita, lo que puede resultar en complicados efectos de envejecimiento y, por ello, en una baja confiabilidad en servicio[2]. El tamaño de grano de una aleación depende de la composición de la misma, y de los tratamientos térmicos y termomecánicos aplicados. Particularmente, las SMAs con tamaño de grano grande tienden a presentar fractura intergranular frágil, indeseable para muchas aplicaciones[1]. El tamaño de grano también afecta a las temperaturas de cambios de fases[1,3]. Si bien las aleaciones Cu-Zn-Al, Cu-Al-Ni y Cu-Al-Mn han sido las más estudiadas, particularmente como monocristales, las de Cu-Al-Be CONGRESO CONAMET/SAM 2004 son las de desarrollo más reciente y son únicas por su adaptabilidad para usos como actuadores tanto de baja como de alta temperatura[1]. Las SMAs Cu-Al-Be se basan en la composición binaria eutectoide Cu-11,8%p. Al con agregados de Be de hasta un 0,5%p., aproximadamente. El potencial tecnológico de la adición de Be resulta del drástico efecto de pequeñas adiciones de este elemento en el sistema Cu-Al, sobre la temperatura de transición martensítica, reduciéndola en forma drástica; lo anterior ocurre sin afectar prácticamente la temperatura eutectoide ni tampoco la temperatura de la transición ordendesorden (800K, aproximadamente) que afecta a la austenita durante su enfriamiento [4,5]. Por otra parte, para controlar los daños que se pueden producir en estructuras con ocasión de un sismo, se ha propuesto el uso de disipadores de energía, particularmente en las uniones vigacolumna[6] o como arriostramiento de marcos[7] en edificios altos y/o flexibles. Así, se procura no sólo evitar el colapso de las estructuras, de acuerdo a las normativas actuales, sino que también limitar el daño de éstas. Torra, Isalgue, Lovey y Sade[8] han estado estudiando en los últimos años la microestructura de aleaciones Cu-Al-Be superelásticas, y su estabilidad con la temperatura y esfuerzos cíclicos, en la perspectiva de aplicaciones en dispositivos amortiguadores de energía para Ingeniería Civil. Este trabajo se enmarca en una línea de investigación cuyo objetivo es evaluar aleaciones base cobre para su empleo en dispositivos de disipación de energía sísmica en estructuras civiles para así aprovechar particularmente dos características de estos materiales: la reversibilidad de elevadas deformaciones y la histéresis de los ciclos de cargadescarga. El material debe ser capaz de disipar a temperatura ambiente y en el rango de frecuencias entre 0,2 y 5 Hz., con una baja degradación en sus propiedades, una fracción importante de la energía sísmica que reciba, en repetidos ciclos de grandes deformaciones (mayores a un 2%); esto dentro del rango de comportamiento superelástico del material considerado. Para asegurar este comportamiento, aún debe desarrollarse un gran esfuerzo para producir aleaciones y dispositivos apropiados para estas aplicaciones en ingeniería civil estructural. El objetivo de este trabajo es realizar una caracterización mecánica preliminar de la aleación Cu-11,8%pAl-0,5%pBe, en vista a su utilización como dispositivos de energía sísmica en estructuras civiles. Esto en relación al tipo de fractura y comportamiento superelástico del material. 2. DESARROLLO EXPERIMENTAL El material utilizado para este estudio corresponde a una aleación Cu-11,8%pAl-0,5%pBe policristalina, desarrollada por la empresa Trefimetaux S.A. y obtenida bajo la forma de alambres de 3 y 6 mm de diámetro. En el primer caso se mantuvo la sección del alambre y a partir del alambre de 6 mm de diámetro se mecanizaron probetas con una sección útil de 3,5 mm de diámetro, y 120 mm de largo en ambos casos. Las probetas mecanizadas fueron betatizadas a 850ºC durante 2,5 y 4 min, respectivamente, con un posterior temple al agua, y luego sometidas a un envejecimiento convencional a 100ºC durante 1 h. Los ensayos mecánicos se realizaron a temperatura ambiente (24ºC). Mediante microscopía óptica se determinó el tamaño de grano del material a ser ensayado e identificó las fases presentes. Se realizaron ensayos de tracción monotónica a la fractura y cíclicos con control por deformación a 1 Hz, con series a deformación máxima creciente (con 5 ciclos por serie) y constante (con 10 ciclos por serie), en un equipo MTS en el Laboratorio Nacional de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas. Los ensayos de tracción monotónica fueron realizados sin extensómetro a una velocidad de la máquina de 96 mm/min, mientras que para los cíclicos sí se utilizó extensómetro. La temperatura de las probetas fue medida con una termocupla tipo K enrollada en la probeta y asegurada con elásticos a la misma. Se obtuvieron curvas de esfuerzo-deformación de ingeniería para cada uno de los ensayos realizados. Para el análisis fractográfico de las probetas, se utilizó microscopía electrónica de barrido (SEM). CONGRESO CONAMET/SAM 2004 RESULTADOS Y DISCUSIONES mixto de clivaje y de microporos, donde se observan algunas zonas facetadas y otras con hoyuelos. 3.1. Microscopía óptica El material a ser ensayado se encontró tenía una estructura austenítica, sin presencia de fase martensita. Después del tratamiento térmico, se encontraron tamaños de grano de 0,7 mm de diámetro para el alambre de 6 mm de diámetro, y de 0,5 mm para el alambre de 3 mm de diámetro. 3.2. Ensayos monotónicos a la fractura De los ensayos de tracción monotónica a la fractura a temperatura ambiente, la probeta proveniente del alambre de 3 mm se fracturó dentro de marcas, con un esfuerzo máximo de 5146,38 kg/cm2 y deformación máxima de 15,15 %. La velocidad de calentamiento en deformación fue de 2,26 ºC/s. La probeta proveniente del alambre de 6 mm de diámetro se fracturó muy cerca de los límites de la zona útil, con un esfuerzo máximo de 4586,15 kg/cm2 y una deformación máxima de 10,43 %. La velocidad de calentamiento en deformación fue de 3,6 ºC/s. Ver 2 Esfuerzo, S [kg/cm ] 6000 4000 2000 0 0 5 10 15 Deformación, e [%] 3 mm 20 6 mm figura 1. Figura 1. Curva esfuerzo-deformación para ensayo de tracción monotónica a la fractura para alambres de 3 y 6 mm de diámetro. Al medir la velocidad de calentamiento de las probetas en deformación se observa que esta es mayor al aumentar la sección útil del alambre, para una misma velocidad de deformación (impuesta por la máquina). Además se aprecia que este material posee una alta elongación (mayor a un 15%) y resistencia a la fractura (esfuerzo máximo mayor a 5000 kg/cm2). El relieve fractográfico, mostrado en la figura 2, reveló fractura transgranular por un mecanismo 25 kV x 500 50 μm Figura 2. Fractura transgranular del alambre de 3 mm de diámetro sometido a tracción monotónica. SEM. 3.3. Rango superelástico De los ensayos cíclicos a deformación máxima creciente, se observa que el material es superelástico dentro de un rango de deformación. Para el caso del alambre de 3 mm de diámetro, con un 2,3% de deformación máxima el material no presenta deformación remanente, mientras que para 2,6% de deformación máxima se obtiene una deformación remanente promedio de 0,032% (valor menor al error asociado al registro de datos del equipo de 0,05%). Para valores mayores se observa deformación remanente. De los ensayos a deformación máxima constante de 0,9, 2 y 2,3 % a 1 Hz, se corrobora que el material es superelástico a esas deformaciones, ver figura 3. Para las probetas provenientes del alambre de 6 mm de diámetro, con un 2,5% de deformación máxima el material no presenta deformación remanente, mientras que para un 3,1% se obtiene una deformación remanente promedio de 0,028% y para un 3,6% de 0,045%. Se puede estimar entonces que el rango de deformación para el cual el material tiene un comportamiento superelástico es de 2,3-2,6% para el alambre de 3 mm de diámetro, y de 3,1% para el alambre de 6 mm de diámetro. Relacionando estos resultados con el tamaño de grano del material, se observa que las probetas con un mayor tamaño de CONGRESO CONAMET/SAM 2004 S vs. E alambre 3 mm 4000 4000 3000 S (kg/cm2) 3000 S (kg/cm2) S vs. E alambre 6 mm 2000 1000 2000 1000 0 0 0 def. máxima 1 2,3% e (%) 2,6% 2 0 3 1 2 3 4 e (%) def. máxima 2,8% 2,5% 3,1% 3,6% Figura 3. Curvas esfuerzo-deformación obtenidas de ensayos de tracción cíclica en alambres de 3 y 6 mm de diámetro a 1 Hz. 3.4. Evolución de la temperatura 31 30 Temperatura, T [°C] grano (de 0,7 mm de diámetro en el alambre de 6 mm de diámetro) poseen un mayor rango de comportamiento superelástico, observando además, que las relaciones diámetro de la sección útil de la probeta respecto al diámetro de tamaño de grano, son similares (de 6 para el alambre de 6 mm de diámetro y de 5 para el alambre de 3 mm de diámetro). 29 28 27 26 25 24 Se analizó la evolución de la temperatura de las probetas durante los ensayos mecánicos. En ambos casos y al avanzar las series con deformación creciente (y, por ende, aumento de la velocidad del ensayo), el máximo de temperatura para cada serie presenta una tendencia creciente a partir de la temperatura ambiente (entre serie y serie se dejó pasar algunos segundos para que la probeta se enfriase completamente). En la figura 4 se muestra este comportamiento para una probeta de 3 mm de diámetro. Esto indicaría que al aumentar la deformación máxima impuesta, el material experimenta un mayor calentamiento, debido a que el trabajo mecánico impuesto es mayor, y a que la velocidad del ensayo también es mayor. A diferencia de esto, al avanzar las series con deformación constante, se observó que la temperatura máxima de los máximos se mantenía próxima a un valor constante. Cabe señalar que se empleó una frecuencia de captación de datos de temperatura que era próxima a la frecuencia de los ciclos mecánicos; para un adecuado seguimiento del fenómeno, habría sido deseable que la primera hubiese sido, por ejemplo, unas 10 veces mayor que la segunda. 23 0 200 400 600 800 Tiempo, t [s] Figura 4. Evolución de la temperatura de las probetas durante un ensayo de tracción cíclico a 1 Hz en series de 5 ciclos cada una con deformación máxima creciente, para una probeta de 3 mm de diámetro. 3.5. Evolución de la forma de los ciclos Para ambos alambres se pudo apreciar una variación en la forma de los ciclos al aumentar la deformación máxima impuesta, mientras que al realizar series a deformación constante los ciclos poseen formas muy similares. Se analizaron tres parámetros para estudiar la evolución de la forma de los ciclos en los ensayos cíclicos a deformación máxima creciente: - parámetro K, que corresponde a la pendiente de la parte elástica lineal de la curva de carga; - rigidez, que corresponde a la pendiente del ciclo total de carga-descarga; - amortiguamiento (B), que es un indicador de la energía disipada por el material, y se calcula mediante la siguiente fórmula: CONGRESO CONAMET/SAM 2004 2 Parámetro K, K [kg/cm ] 8000 6000 4000 2000 0 0 1 2 3 4 5 6 Deformación máxima, emáx [%] 6 mm 3 mm Figura 5. Variación de K respecto a la deformación máxima en ensayos de tracción cíclica a 1 Hz, para alambres de 3 y 6 mm de diámetro. El amortiguamiento presenta un comportamiento lineal creciente con pendientes positivas de alrededor de 1 (%B/%emáx) para ambos alambres, y valores de alrededor de 5% para las deformaciones límites del rango superelástico. Por otro lado, la rigidez posee un comportamiento desaceleradamente decreciente para ambos alambres. Esto indicaría que pese a que pese a que el alambre de 6 mm de diámetro posee una mayor deformación en el límite superelástico, el porcentaje de amortiguamiento 9000 6 7500 5 6000 4 4500 3 3000 2 1500 1 0 0 0 B (%) 6 mm 1 2 3 e máx (%) B (%) 3mm 4 Rigidez 6 mm 5 Rigidez 3 mm Figura 6. Curvas de amortiguamiento y rigidez obtenidas de curvas de esfuerzo-deformación en ensayos de tracción cíclica a 1 Hz en alambres de 6 y 3 mm de diámetro. 3. 10000 7 Rigidez (kg/cm2) En ambos alambres, se observó una tendencia decreciente lineal del parámetro K al aumentar la deformación máxima, a partir de 0,4% para el caso del alambre de 3 mm, y de un 1% para el alambre de 6 mm de diámetro. Para este último, la caída del valor K es menos drástica con una pendiente negativa de 963,18 kg/cm2, a comparación del alambre de 3 mm con una pendiente negativa de 2445,5 kg/cm2, ver figura 5. A diferencia de lo anterior, en los ensayos cíclicos con deformación máxima constante, el parámetro K se mantiene dentro de un rango de valores. Esto indicaría que K dependería fuertemente de la velocidad del ensayo (o deformación máxima aplicada a frecuencia constante), pudiendo esto producir cambios en la microestructura y/o propiedades del material. Al comparar los valores obtenidos de K del ensayo a deformación creciente, con aquellos obtenidos de los ensayos a deformación constante, éstos coinciden. Esto nos indicaría que el valor de K no dependería de la historia de la probeta, sólo de la deformación máxima impuesta (a frecuencia constante). (como indicador de la energía disipada por el material) es similar para ambos alambres. El comportamiento del amortiguamiento y rigidez para los alambres de 3 y 6 mm de diámetro, se puede observar en la figura 6. B (%) B (%) = 100 ⋅ área del ciclo / 2 ⋅ π ⋅ área total CONCLUSIONES Al medir la velocidad de calentamiento de las probetas en deformación, en ensayos de tracción monotónica a la fractura, se observa que ésta es mayor al aumentar la sección útil del alambre, para una misma velocidad de deformación (impuesta por la máquina). Además se aprecia que este material posee una alta elongación (mayor a un 15%) y resistencia a la fractura (esfuerzo máximo mayor a 5000 kg/cm2). El relieve fractográfico reveló fractura transgranular por un mecanismo mixto de clivaje y microhoyuelos. Al aumentar el tamaño de grano del material, su rango de deformación superelástica también aumenta. De los ensayos cíclicos a deformación máxima creciente, se observa que el material es superelástico dentro de un rango de deformación. Este rango es de 2,3-2,6% para el alambre de 3 mm de diámetro, y de 3,1% para el alambre de 6 mm de diámetro. Al avanzar las series en ensayos de tracción cíclica a deformación creciente, los máximos de temperatura presentan una tendencia creciente a partir de la temperatura ambiente, a diferencia del caso a deformación constante. Esto indicaría que al aumentar la deformación máxima impuesta, el material experimentaría un mayor calentamiento, debido a que CONGRESO CONAMET/SAM 2004 el trabajo mecánico impuesto es mayor, y a que la velocidad del ensayo también es mayor. Durante los ciclos de una serie (a la misma deformación), la temperatura máxima de los máximos experimenta una tendencia creciente con el avance de los ciclos. Esto sería coherente con el hecho de que el material durante la carga experimenta un aumento de la temperatura, producto del calor latente y la energía mecánica realizada, mientras que durante la descarga disminuiría la temperatura, producto del calor latente, siendo mayor la variación durante la carga. Ocurre una evolución en la forma de los ciclos esfuerzo-deformación al aumentar la deformación máxima impuesta. Esta evolución se analiza respecto a tres parámetros, en relación con el aumento de la deformación máxima aplicada: K (pendiente de la parte elástica lineal de la curva de carga) posee una tendencia decreciente lineal, dependiendo su valor sólo de la deformación máxima impuesta (a frecuencia constante) y no de la historia de la probeta; el amortiguamiento presenta un comportamiento lineal creciente y valores de alrededor de 5% para las deformaciones límites del rango superelástico, y la rigidez posee un comportamiento desaceleradamente decreciente. 4. REFERENCIAS [1] K. Otsuka, C.M. Wayman. and T. Tadaki , “Shape memory materials”, eds. K. Otsuka and C.M. Wayman, Cambridge University Press, Cambridge, 1998, pp. 5-27, 97-114. 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[7] S.T. De la Cruz, C. Taylor, and F. López-Almansa, “Testing of scaled models of buildings equipped with friction disipators”, Proceedings of the 8th World Seminar Isolation, Energy Dissipation and Active Vibration Control of Structures, Yerevan, Armenia, 2003, October 6-10,. [8] V.Torra, A.Isalgue, F.C.Lovey, F.Martorell, and M.Sade, “SMA and dampers in Civil Eng.: long time guaranteed behavior and diffusional phenomena”, Actas de Jornadas SAM/CONAMET/Simposio Materia 2003, 2003, 05-26. AGRADECIMIENTOS Los autores desean agradecer al Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT), Proyecto Nº 1030554, y al Centro para la Investigación Interdisciplinaria Avanzada en Ciencias de los Materiales (CIMAT) por el apoyo financiero, y al Ingeniero Gabriel Palma, del Ministerio de Obras Públicas, Chile, por las facilidades otorgadas para desarrollar esta investigación.