17 12 2011 aguer

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17 de Diciembre de 2011
REFLEXIÓN TELEVISIVA DE MONS. HECTOR AGUER
“LOS NUEVOS POBRES DEL TERCER MILENIO”
“Hace unos días he leído una noticia que me ha dejado perplejo y quería
compartirla con ustedes: se refiere a la situación de los papás separados en Italia”.
“Está encabezada así: “No son mendigos que han robado la ropa que visten.
Son exactamente ellos, en saco y corbata, pero en la fila por una comida en la mesa
de Caritas. Los papás separados, los pobres del tercer milenio, invisibles para las
estadísticas, impotentes delante de la ley, un nivel de indigencia que en los últimos
años ha alcanzado cifras difíciles de creer”.
“Efectivamente, las cifras parecen difíciles de creer. Son proporcionadas por
una Asociación de Abogados Italianos que se dedica a atender cuestiones
matrimoniales”.
“Según esta estadística, hay en Italia dos millones doscientos mil papás
separados. Estoy hablando de varones. De ellos, ochocientos mil viven bajo el nivel
de pobreza y doscientos cincuenta mil disponen de menos de trescientos euros por
mes para mantenerse”.
“Siguen las cifras: en Roma hay noventa mil de estos papás que buscan
asistencia. Es decir que hablamos del 25%. O sea uno sobre cuatro. Y, en Milán,
cincuenta mil que buscan asistencia porque no tienen suficiente para vivir”.
“Otro dato explica que novecientos cincuenta mil padres separados pueden
ver a sus hijos solo una tarde por semana. Y esto ocurre porque alquilan un cuarto y
el chico no puede pasar la noche con ellos, no pueden estar juntos varios días. Y
ciento cincuenta mil son padres que han perdido todo contacto con los hijos”.
“Esto representa una situación, muy grave. No sé cuales son las cifras en la
Argentina y si alguien se ha ocupado de buscar estadísticamente qué pasa”.
“¿Qué nos sugiere todo esto? En primer lugar, que aquí se destaca cómo el
matrimonio y la familia, fundada sobre el matrimonio, tiene un valor económico.
Importa muchísimo no solo para la estabilidad económica de los contrayentes o de
los miembros de una familia, sino yo también para la sociedad entera. Tiene que ver
con el desarrollo de una sociedad, con la situación mejor de una sociedad”.
“Podemos decir entonces que existe un valor económico en el matrimonio y
en la familia”.
“Otro comentario que se me ocurre: estas cifras altísimas de separaciones
implican que hay una precariedad creciente en los vínculos, dificultades enormes
para conservar vínculos estables”.
“La estadística publicada se refiere a varones, pero también habría que
apuntar cuántas mamás separadas están en situación de pobreza, además de pasar
otra serie de situaciones conflictivas o de gravísima necesidad”.
“Esto nos remite a la precariedad de los vínculos. Podríamos decir que, hoy
día, como consecuencia de la legalización del divorcio, la perennidad del vínculo
matrimonial ha perdido importancia, ha perdido relieve, consistencia. Se contrae un
matrimonio que se puede deshacer y hay plena conciencia de esta situación. En
Italia, esta misma Asociación de Abogados apunta que dura 27 minutos el trámite
para obtener una separación, todo se puede hacer y deshacer muy rápidamente”.
“¿Qué remedio hay? ¿El remedio sería no casarse? Esto es lo que me parece
que está ocurriendo en muchas partes del mundo y concretamente en Argentina. Ya
que no va a durar, para qué casarse. Lo sabemos por lo que se constata en el
ámbito religioso, pero es sabido también que en el ámbito civil hay mucha gente que
prefiere convivir y no casarse”.
“Cuando el Papa Benedicto XVI, hace un tiempo, refiriéndose al problema del
divorcio dijo que era una plaga, surgieron una serie de impugnaciones y protestas,
como si hubiera pronunciado un insulto. En realidad no estaba acusando a las
personas que se separan o que se divorcian, que después de todo son víctimas de
una situación, la hayan provocado o no, sino que estaba señalando una realidad
social y cultural negativa. Se trata de algo que es deseable que no existiera”.
“Conclusión: es necesario una preparación para el matrimonio y la familia,
una educación específica. Pensamos en el futuro de la sociedad, de la sociedad
argentina y en el futuro del mundo, en el futuro de la humanidad”.
“Ahora tenemos en nuestras escuelas educación sexual. Pero ¿la educación
sexual prepara para evitar aquellos fracasos? ¿Prepara para evitar situaciones como
esta? Todo lo contrario: la educación sexual, tal como aparece en los planes
oficiales, supone información parcializada y cuidarse de las consecuencias naturales
de una sexualidad irresponsablemente ejercida. Ya sabemos que se entiende por
eso”.
“Nosotros postulamos una educación para el amor, la castidad, el matrimonio
y la familia. Allí se ubica entonces correctamente la dimensión sexual de la persona
humana”.
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