El Programa de Pequeñas Donaciones del GEF:¡En busca de la pureza ambiental!

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El Programa de Pequeñas Donaciones del GEF:¡En busca de la pureza ambiental!
La cocina del comedor obrero de los 30 miembros
de la Cooperativa de Producción Agropecuaria
“Desembarco del Granma”, en el municipio de
Guisa, gran productor de café, ya no es un dragón
consumidor de madera y contaminador contumaz
del medio ambiente.
La vieja instalación de servicio gastronómico
aumentaba su trabajo en épocas de zafra
cafetalera en esa zona montañosa de la provincia oriental cubana de Granma: a sus clientes
habituales se incorporan en forma adicional otros 80 a 100 recolectores del grano. El
consumo de leña se elevaba a no menos de 15 metros cúbicos cada mes.
Pero los habitantes de la región de Victorino, en plena montaña de la Sierra Maestra, viven
entre árboles, aman y fomentan el bosque y se nutren con racionalidad de él. Para ellos, ese
consumo era escandalosamente desproporcionado y semejaba un puñal clavado
simbólicamente en sus pechos serranos.
Conocieron entonces de la posibilidad de acceder
a una gran cocina eficiente mediante el apoyo del
Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para
el Medio Ambiente Mundial (SGP/GEF), institución
internacional que en Cuba trabaja a través del
Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD).
Pero no sólo podía resolverse la cocina comunal.
También era posible sustituir cocinas a leña ineficientes en casas individuales. Y más aún: se
unían al paquete de cooperación acciones de reforestación y la creación de un vivero de
especies seleccionadas para surtir nuevas áreas boscosas: ¡todo un complejo de actividades
dirigidas a la protección del medio ambiente y a la reducción de emisiones de C02 a la
atmósfera!
El proyecto de cooperación es patrocinado por la Universidad de Granma, y a las acciones
antes mencionadas se une, en la misma zona, el apoyo del Programa de Pequeñas
Donaciones a la producción melífera con la creación de un vivero –el único en Cuba-- de
especies vegetales afines a las abejas, acciones de reforestación, instalación de nuevas
colmenas y dispositivos para castrar los panales, incluyendo vestuario de protección, e,
incluso, apoyo a la reparación de techos de viviendas de apicultores de la zona.
No se debe olvidar en este paquete de acciones la
capacitación técnica de los participantes. Fabio
Fajardo, coordinador del SGP/GEF en Cuba,
informa que se incluyen conocimientos sobre
reforestación, manejo de suelos, zootecnia
aplicada a la apicultura y la sensibilización sobre la
conservación y protección del medio ambiente y
los recursos naturales.
La cocina eficiente central ya trabaja a satisfacción de todos los involucrados. Están en
proceso de instalación otras 23 cocinas familiares en igual número de viviendas de
cooperativistas en zonas no electrificadas aún: El Frío y El Gigante.
Además del ahorro, otro hecho más importante aún resalta de inmediato: la mejor
aerodinámica de ese tipo de cocina reduce la exposición al calor y a las emanaciones tóxicas
del humo, que constituyen la cuarta causa de muertes femeninas en el mundo
subdesarrollado.
Míriam Almenares tiene 49 años y toda su vida ha
cocinado para muchas personas. Ella esta a cargo
de la elaboración de alimentos en la Cooperativa
donde fue reemplazada la vieja instalación. “Me va
muy bien con la nueva cocina: hay menos humo,
menos calor, cocino rápidamente y ya no lagrimeo
ni tengo coriza. Además, gasto mucha menos
leña”.
“En los últimos diez meses, --dice Dixán Fonseca,
Coordinador del PDHL/Cuba en el municipio de Guisa--, el ahorro de madera suma 110
metros cúbicos, equivalentes a un pequeño bosque con más de un centenar de árboles de
diez años de vida. Este ahorro debe incrementarse a medida que sean instaladas las nuevas
cocinas individuales en la zona”.
"Estoy muy, muy contenta”, dice Míriam, mientras trajina en su moderna cocina. “Ahora
todo es mucho más fácil y limpio: ¡qué vengan los comensales!”.
La quema de madera y combustibles fósiles –carbón, gas natural, petróleo-- origina la
diseminación de anhídrido carbónico, uno de los gases de efecto de invernadero que
participa en el calentamiento global y de otros componentes no menos hostiles al entorno.
A su vez, los árboles necesitan carbono para su
crecimiento y lo consiguen atrapando el C02 de la
atmósfera. Funcionan como un sumidero de
carbono – el carbon sink, como se conoce en
inglés-- y de hecho se convierten en un filtro
regenerador del ambiente.
De ahí la importancia de los bosques. Talarlos sin
reposición significa abrir las puertas a un mayor
calentamiento global y a trastornos del clima hostiles para los seres humanos.
Los primeros europeos que llegaron a Cuba, a partir de 1492, consignaban en sus diarios la
información de que se podía caminar en la Isla durante varios días y nunca ver el Sol.
La cobertura boscosa natural fue cediendo a medida que avanzaba la colonización de la Isla,
y sufrió un golpe mortal con el auge de la industria azucarera, en las primeras décadas del
siglo XX.
Para abrir paso a los sembrados de la caña de azúcar fueron devastados cientos de
kilómetros cuadrados de bosques cubanos. Es así que al comenzar 1959, la superficie
boscosa había caído a 14% de la superficie
nacional.
Las autoridades del Gobierno Revolucionario
emprendieron acciones de reforestación,
especialmente en las cuencas hidráulicas, laderas
de montañas y en otros lugares donde los árboles
podían apoyar la regeneración de suelos y
protección de mantos freáticos.
Es así que la cobertura forestal en Cuba alcanza ahora casi el 24% del territorio nacional y se
sigue trabajando en la reforestación.
Pub. 13 de Marzo / 2008
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