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“2015 - Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres”
REPÚBLICA ARGENTINA
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN
REUNIÓN DE LA COMISIÓN DE DEFENSA NACIONAL Y
REUNIONES PLENARIAS DE LAS COMISIONES DE DEFENSA NACIONAL Y DE
ASUNTOS ADMINISTRATIVOS Y MUNICIPALES
Y DE LAS COMISIONES DE DEFENSA NACIONAL Y DE PRESUPUESTO Y
HACIENDA
Salón Azul – H. Senado de la Nación
26 de mayo de 2015
Presidencia de los señores senadores José Miguel Ángel Mayans,
Alfredo Anselmo Martínez y Juan Manuel Abal Medina
"2014 -Año de Homenaje al Almirante Guillermo Brown, en el Bicentenario del Combate Naval de Montevideo"
13.3.2014
Reunión plenaria de las comisiones de Minería, Energía
y Combustibles y de Presupuesto y Hacienda
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PUBLICACIÓN DE LA DIR ECCIÓN GENERAL DE TAQUÍGRAFOS
Dirección General de Taquígrafos
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- En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el Salón Azul1
del H. Senado de la Nación, a las 17 y 15 del martes 26 de
mayo de 2015:
Sr. Presidente (Mayans).- Vamos a dar inicio a la reunión de la Comisión de Defensa
Nacional; también está presente el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda y la
Comisión de Asuntos Administrativos y Municipales.
En principio, vamos a tratar el proyecto de ley en revisión por el que se deroga la
declaración de “Sujetas a Privatización”, efectuada por Ley 24.045, de la Fábrica Militar de
Pólvoras y Explosivos de Azul, la Fábrica Militar Fray Luis Beltrán, la Fábrica Militar Río
Tercero y la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos Villa María. (CD.-97/14)
Es necesario tener en cuenta que estas fábricas que hacen a la producción para la
defensa nacional han sido declaradas “sujetas a privatización” y la intención es derogar este
artículo para que sigan dentro del marco del Ministerio de Defensa.
Nos acompaña el licenciado Oscar Rodríguez, que es el interventor de Fabricaciones
Militares. Estuvimos haciendo algunas consultas, en primer lugar, respecto del trabajo que
vienen realizando estas fábricas y su personal. Estamos hablando, prácticamente, de 2000
personas. En el caso de la Fábrica de Explosivos de Azul, estamos hablando de 250 personas;
en la de Beltrán, de 450 personas; en la de Río Tercero de 700 personas; en la de Villa María
de 450 personas y, después, está la administración central que cuenta con 200 personas.
Aproximadamente, son 2100 personas que trabajan en el ámbito del Ministerio de Defensa en
este tipo de acción, que es de interés, en este momento, del Ministerio de Defensa de la
Nación.
De alguna manera, nosotros también estuvimos consultando sobre lo que hace cada
fábrica. Por eso, está presente el licenciado para que nos actualice un poquito la información
y para que nosotros podamos darle dictamen favorable, así como ya le dio media sanción la
Cámara de Diputados, al proyecto central que estamos tratando. O sea, me gustaría que nos
comentara lo que se está haciendo en cada fábrica militar, qué se está produciendo, la
cantidad de personas que tiene y el objetivo central y estratégico para la defensa argentina y,
fundamentalmente, para la defensa nacional. Empezaríamos por la de Azul.
Sr. Rodríguez.- Buenas tardes a todos y todas.
Lo que se está haciendo hoy en Fabricaciones Militares está regido,
fundamentalmente, por el plan estratégico que está vigente en la empresa o en la institución,
que no es una empresa.
Ese plan estratégico contempla distintas unidades de negocio, cinco unidades
productivas, ocho capacidades técnicas o tecnológicas principales –que son las que tiene
Fabricaciones Militares–, una diversidad enorme de productos, algunos objetivos estratégicos
que van más allá de la gestión de cualquier empresa o de una institución privada, que tienen
que ver con objetivos de Estado u objetivos que son superiores a los que tendría cualquier
institución civil, así como contempla algunos valores o principios que la rigen.
Toda producción estratégica, militar, para la defensa, toda tecnología que se desarrolla
en el ámbito de la defensa, todo conocimiento que se genera en la defensa y todo recurso
humano que se especializa en las disciplinas, saberes y profesiones que requiere la profesión
para la defensa, como pueden ser ingenieros químicos, ingenieros industriales, ingenieros en
explosivos, en armamento, en automotor o químicos de distintas especializaciones, tienen en
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Se deja constancia de que los faltantes en la Versión Taquigráfica obedecen a problemas de audio durante la
reunión.
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todos los casos un uso en defensa de tipo dual. Esto es que todos esos saberes y capacidades,
la infraestructura, la tecnología y las producciones pueden ser utilizadas en la defensa y en el
ámbito civil.
Las invenciones e innovaciones en telecomunicaciones de los últimos cincuenta años,
creo que son el ejemplo más claro de la dualidad de cualquier cosa que se haga en materia de
defensa: radares, satélites, Internet, teléfonos celulares, cualquier tecnología de avanzada en la
que uno piense de los últimos cincuenta años surge en la órbita militar y, luego, va a la órbita
civil.
Lo mismo sucede con la producción. Si vamos al ejemplo más obvio, una munición
puede servir para las fuerzas policiales y de seguridad y para el tiro recreativo o la caza. Lo
mismo que un torno o una planta química. El ácido nítrico, que es uno de los productos que
se hace en Fabricaciones Militares sirve para hacer nitrocelulosa, que es utilizada para hacer
explosivos y pólvora; pero también sirve para muchísimos procesos productivos y
producciones. Por ejemplo, sirve para hacer fertilizantes o TDI, que es el principal insumo de
la goma espuma y, a su vez, es el principal insumo de los colchones. De hecho, el 70 por
ciento del ácido nítrico de Fabricaciones Militares, que es el único productor del país en la
materia, se destina a la producción de TDI.
Todo esto viene a colación porque el plan estratégico contempla, por supuesto, la
dualidad de las tecnologías y la producción para la defensa. Por tal motivo, hay una serie de
capacidades que, desde el punto de vista de la defensa, es importante desarrollar en la
Argentina para tener algunas capacidades tecnológicas que resultan críticas en lo que se llama
“sistema de armas”, que son importantes para la defensa nacional, en lo que conviene tener
cierto grado de autonomía, que de alguna manera es la filosofía que ya está establecida en la
ley 12.709, de creación de Fabricaciones Militares, que la elaboró, fundamentalmente, en
aquel momento, el general Savio, y que tiene el espíritu de la dualidad en materia de defensa,
de la autonomía y, también, de la complementación con la industria privada y con el resto del
aparato productivo. Todo eso, que eran espíritus originales, sigue estando.
Como decía, lo que sí hemos hecho ahora es reestructurarlo en cinco unidades de
negocios, tratando de que los recursos públicos, que son los que se usan para este tipo de
cosas, en instituciones públicas y en tecnologías estratégicas, por más que sean estratégicas –
porque creo que la defensa es indiscutiblemente algo estratégico y sobre eso no creo que haya
mucha discusión–, también tienen que utilizarse de la manera más eficaz, eficiente y
razonable posible.
Todos estos años estuvimos trabajando en redimensionar y reestructurar la
planificación estratégica de las capacidades productivas, en función de las necesidades
estratégicas del Estado y del país en materia de planificación de la defensa, pero también
pensando en estructuras productivas eficientes, dinámicas, ágiles y modernas, que usen la
capacidad instalada a pleno, etcétera, que no era la lógica con la que se habían armado hace
setenta años.
Hace setenta años se armó con una lógica en la que lo importante era que sobrara la
capacidad productiva en un escenario geopolítico diferente, con posibilidades de conflicto
más palpables o, al menos, con hipótesis de conflicto con países vecinos que eran parte de la
planificación en materia de defensa y con una organización industrial que estaba, de alguna
manera, atravesada por la industrialización por sustitución de importaciones; es decir, con una
lógica muy endogámica, cerrada y de integración vertical absoluta.
Hoy cambió la geopolítica, cambió la forma de planificar la defensa, porque se hace
por capacidades y no se hace por hipótesis de conflicto –claramente Sudamérica es una región
de paz, no tenemos conflictos ni planificamos una defensa en base a conflictos con países
vecinos– y la organización industrial también cambió. Hoy las funciones de producción –
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como decimos los economistas– son un poco más abiertas. Los procesos productivos tratan de
generar cadenas de valor, y esas cadenas de valor incluyen instituciones públicas,
instituciones privadas, pymes, grandes empresas, universidades, institutos tecnológicos y
demás.
Con esa lógica rearmamos el plan estratégico, pensando en cinco unidades de negocio
que den respuesta a las necesidades estratégicas en materia de defensa pero que también nos
permitan tener instituciones, organismos, dependencias y fábricas lo más eficiente posible.
Las unidades de negocio son cinco. Defensa y Seguridad, que incluye también la caza
y el tiro deportivo. Química y fertilizantes, que es la segunda unidad de negocio. Material de
transporte, que ahora se está reactivando fuertemente por la fabricación de los vagones de
carga. Minería, que tiene mucho que ver con los saberes específicos vinculados con los
explosivos, que también se relacionan mucho con la defensa. Y por último, la unidad que está
vinculada con energía o con material para la energía –energías renovables fundamentalmente–
, que está en proceso de desarrollo y estamos trabajando con YPF en desarrollar distintas
líneas de trabajo.
Estas cinco unidades de negocios se desarrollan principalmente en base a siete u ocho
capacidades, que es la capacidad en metal-mecánica pesada, en metal-mecánica fina o de
precisión, en química, en explosivos propiamente dicho, en propulsantes propiamente dicho,
en ingeniería. Son siete y dije seis, pero ya me la voy a acordar. Básicamente, son distintas
capacidades técnicas, distintas capacidades en términos de conocimiento, de especialización,
de formación profesional y tecnológica.
Eso se lleva adelante en cinco fábricas y en seis dependencias. Las cinco fábricas son
la fábrica militar de Azul, la fábrica militar de Fray Luis Beltrán, la fábrica militar de Villa
María, la fábrica militar de Río Tercero y la nueva fábrica militar de Jáchal, en San Juan, que
se inauguró el año pasado después de más de cincuenta años de no inaugurar una fábrica en
fabricaciones militares. Y tenemos también la sede central, donde se concentran
fundamentalmente las tareas de ingeniería y de planificación estratégica. Esto nos permite
fabricar numerosos productos en las distintas plantas de las distintas fábricas.
Tenemos alrededor de treinta plantas productivas en las cinco fábricas y alrededor de
500 edificios que hoy están destinados a producción de materia prima o almacenamiento de
productos terminados. Cada fábrica tiene un perfil estratégico determinado, tiene una utilidad
indiscutible y determinada para la defensa nacional y además tiene un perfil productivo.
Por ejemplo, en la fábrica de Azul, la especialización más fuerte es en explosivos de
distinto tipo. Estamos hablando de nitroglicerina y sus derivados; esto es nitroglicerina
gelamon, que es dinamita, y master mix, que es nitroglicerina en estado sólido y que se
utilizan fundamentalmente para la exportación. También se fábrica TNT. En el caso de TNT,
es la única fábrica del país que lo produce y en el caso de nitroglicerina y sus derivados,
también se hacen en la fábrica Villa María. Se fabrican los buster también, que son utilizados
para la explotación minera; de hecho, es uno de los iniciadores de la explosión.
Desde el punto de vista de la defensa, es la única fábrica que carga proyectiles de
grueso calibre. Allí se cargan los proyectiles de mortero de 80mm, de 120mm, proyectiles de
tanques de 105mm, como el tanque argentino mediano, proyectiles 155; es decir, se carga
todo lo que es proyectiles de grueso calibre. En esta fábrica hay alrededor de 250 empleados.
Creo que desde la defensa, el sentido más estratégico es la producción del TNT y la
carga del TNT en los proyectiles de grueso calibre; cosa que se hacía en alguna época, hasta
el año 1995, en la fábrica militar de Río Tercero y que después de ese entonces no se hizo
más.
Obviamente, sus usos más claros son en términos de defensa, porque carga proyectiles
que sólo se pueden usar en defensa, y en términos productivos, para darle sentido a toda esa
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unidad productiva y tratar de que esté al máximo de sus capacidades, tiene un trabajo muy
fuerte con la minería.
Fabricaciones Militares es la única empresa de capital nacional –en este caso del
Estado Nacional– que compite con las grandes multinacionales de producción de explosivos y
de explotación minera, que son grandes empresas de los Estados Unidos, de Chile, de
Canadá, que tienen un rol importante en la Argentina pero que no tienen ninguna competencia
dentro de las empresas de capital nacional. Fabricaciones Militares es la única que cumple ese
rol y con eso lo que hace es traccionar una cantidad de pymes nacionales, porque la política
que tenemos en materia de sustitución de importaciones y desarrollo de proveedores locales y
de apoyo a economías regionales es fuerte y suele ser más fuerte que la de las empresas
privadas. Esto en cuanto a la fábrica militar de Azul.
La segunda que es parecida a esta y que podemos mencionar es la fábrica militar de
Villa María. Esta fábrica también hace explosivos, también hace nitroglicerina, gelamon,
master mix y sipolex –que es un explosivo a base de ANFO–, pero es la única en el país con
expertiz, especialización, profesionales y tecnología para hacer distinto tipo de propulsantes.
Con esto me estoy refiriendo a la pólvora, que puede ser un propulsante cuando uno lo piensa
ya sea en una munición de bajo calibre, de grueso calibre o en un cohete que lleva motores,
que se hacen con pólvora monobásica –es decir, de un solo componente– o bibásica –es decir,
con un poco de nitroglicerina.
Esta es la única fábrica en el país que va a poder hacer propulsantes compuestos.
Había una sola fábrica en el país que hacía propulsante compuesto, que era la de Falda del
Carmen, en el proyecto Cóndor, pero no existe desde principios de los noventa en tal función.
Por lo tanto, desde el punto de vista estratégico hace algo insustituible que sirve para
las municiones de bajo calibre, para los proyectiles o las municiones de mediano y alto
calibre, y para todo lo que es cohetería y desarrollos en materia misilística.
Por supuesto que, como es el caso de la fábrica militar de Azul, esas capacidades
sirven para la industria y el mercado civil. Por ejemplo, la pólvora que se utiliza allí es la que
se usa para los cartuchos de caza, los 1270, típicos para cazar perdices, algo que es muy
común en las economías regionales. Esa pólvora sirve también para la 22mm, para la 9mm,
sirve para después venderla en las armerías en todo lo que son los distintos tipos de
actividades recreativas. Esta fábrica tiene alrededor de 450 empleados, entre 450 y 500
La tercera fábrica es la de Río Tercero, que es la más conocida –por buenos y por
malos motivos– y tiene dos capacidades. Una capacidad en materia de producción química y
una capacidad en materia de producción metal-mecánica pesada. En ambos casos tiene
capacidades –en algunos casos– únicas en el país.
En cuanto a la producción química, la única planta de ácido nítrico que hay en el país
está en Río Tercero. Como decía, el ácido nítrico tiene uso en muchísimas industrias civiles,
pero también se usa en la producción de pólvora y explosivos, que es insustituible. Tiene
también la producción de ácido sulfúrico, conjuntamente con otras cuatro plantas en el país.
Además, hay una planta de amoníaco que no estuvo funcionando en los últimos años, pero de
todos modos hay un proyecto para volver a instalar una y para darle el cierre del ciclo al polo
químico. Hay una pequeña planta de nitrato de amonio. El nitrato de amonio tiene uso
fundamentalmente en lo que es la producción de explosivos para uso civil, fundamentalmente
para la minería y también para fertilizantes.
Esas son las principales capacidades de la producción química en Río Tercero.
Después, por el otro lado, están las capacidades en materia metal- mecánica, que
también son únicas en algún tipo. Allí se hizo el mecanizado de la torreta del TAM, tanque
argentino mediano, en su momento, se hicieron unos cuantos cañones. Se hicieron hace poco
las estructuras de los radares 3D de largo alcance, los radares militares grandes, que son de
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acción no cooperativa. Se está trabajando ahora en la estructura de los nuevos radares
meteorológicos que desarrolló el INVAP, que ya hay uno instalado. Se trabajó también en los
radares secundarios. Se acaba de hacer el prototipo para la modernización de un cañón del
Ejército.
En definitiva, tienen capacidades metalmecánicas en instalaciones muy grandes, con
puentes grúa muy grandes, con ingenieros que saben manejar piezas grandes, con algunas
tecnologías, hay dos tornos grandes en el país de esas dimensiones como para mecanizar la
torreta del TAM 1 hasta ahí.
Entonces, todas estas capacidades que se usan para la defensa también se
complementan con proyectos que son estratégicos, pero que tienen destino en la industria o en
el mercado civil.
El más importante es un proyecto estratégico que viene de la mano del gobierno
nacional en la decisión de recuperar el transporte ferroviario y, puntualmente en este caso, el
transporte ferroviario de cargas. Estamos haciendo un proyecto de modernización y de
ampliación de la planta metalmecánica para hacer vagones de carga. Vamos a construir, en
base a un contrato vigente con el Ministerio de Transporte y con el Belgrano Cargas, más de
1000 vagones de carga en una planta que va a estar en el estado del arte tecnológico. Va a dar
empleo a más de 100 personas en forma directa y va a tener también las mejores tecnologías
en pintado, en granallado, etcétera; va a estar robotizado el soldado en todo lo que es la
captación y evacuación de los humos que surgen de las soldaduras. Es decir, desde el punto
de vista de la calidad del ambiente laboral del trabajador, de la productividad y desde lo
tecnológico, va a ser una planta única en la región.
Estamos en pleno proceso de inversión, pero también estamos ya con fabricación, con
un esquema un poco menos sistematizado, aunque industrial, y con el desarrollo, junto con el
Belgrano Cargas, de tres vagones específicos, preparados puntualmente para el sistema
ferroviario de cargas, para las vías, para la condición de multitrocha que tiene la Argentina –
el Belgrano Cargas maneja tres trochas distintas–, y para optimizar la capacidad de carga,
dadas las condiciones de nuestras vías. Así es que desarrollamos tres vagones: uno de ellos
está en producción y el otro cuenta con el prototipo. Son vagones cerealeros o vagones
plataforma, vagones tolva y vagones plataforma.
Como dije, en base a un trabajo que se hizo en profundidad con el usuario principal,
que es el Belgrano Cargas, o sea, el Ministerio de Transporte, se tiene como objetivo
optimizar la logística de carga en la Argentina, que es un sector estratégico que mejora de
manera significativa la competitividad del transporte de mercancías, que es muy importante
para las economías regionales, en algunos casos hasta el 70 por ciento, dependiendo de la
distancia y el volumen. Se hizo en un trabajo que apuntó a conseguir, con la menor inversión
y dadas las condiciones de nuestras vías, la mayor capacidad de carga en volumen y en peso
por el eje diferencial de los vagones. Esto se logró y tenemos desarrollados vagones que son,
sin duda, de lo más eficiente que puede tener hoy el sistema de cargas en la Argentina. Se van
a fabricar –en realidad, ya se están fabricando– en mayor escala en esta fábrica militar de Río
Tercero.
Quedan dos más, en la fábrica militar de Río Tercero hay…
Sr. Presidente (Mayans).- ¿Ahí están los 700?
Sr. Rodríguez.- Sí, es la fábrica más grande: hay alrededor de 700 personas trabajando en la
producción química y en la producción metalmecánica.
Una cuarta fábrica que aparece aquí, en el proyecto de ley, es la fábrica militar Fray
Luis Beltrán, que queda en la localidad que lleva ese nombre, apenas al norte de la ciudad de
Rosario. Es el lugar en el que se fabrican los armamentos, fundamentalmente proyectiles de
bajo y grueso calibre, cohetes y armas livianas. Allí se terminan de ensamblar y salen de la
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línea de producción ya listas para el cliente o el usuario. Ahí tenemos producción de
municiones de 22, alrededor de 20 millones de tiros por año, que es la mayor producción que
hay en el país, casi la única producción de 9mm, también alrededor de 20 millones de tiros
por año, que van casi exclusivamente a las fuerzas policiales y de seguridad, nacionales y
provinciales.
Producimos también proyectiles de mediano y grueso calibre, que son para las Fuerzas
Armadas, morteros, cohetes de 105, cohetes de 127. Y se hacen armas livianas,
principalmente pistolas. También se hacen chalecos antibalas. Después de un esfuerzo
mancomunado de distintas dependencias del gobierno nacional, incluyendo al Ministerio de
Industria, al INTI, al Ministerio de Seguridad, al Ministerio de Desarrollo Social,
cooperativas que son efectores sociales, pymes industriales, cámaras industriales, logramos
hacer un chaleco multiamenaza en la Argentina, que incluye antibalas y antipunzante, que
está en los mayores estándares de calidad y que se logró desarrollar íntegramente y producir
en esta fábrica, en estándares de seguridad a nivel internacional. La verdad es que es un
chaleco del que hoy hay entregados más de 10.000 a las fuerzas de seguridad nacionales y hay
11 convenios firmados para entregar a las fuerzas policiales y de seguridad provinciales; esto
las va a colocar en un nivel de seguridad totalmente diferente del que tenían con los chalecos
que venían usando.
Asimismo, tenemos otros proyectos como es la modernización del FAL, Fusil
Argentino Liviano, que también salió de esa fábrica en su momento, que tiene –como decía–
alrededor de 400 empleados.
En quinto lugar está la fábrica de Jáchal, que es una fábrica inaugurada el año pasado,
después de más de cincuenta años, y apunta justamente a darle mayor sustentabilidad y
razonabilidad a la inversión que el Estado nacional tenía en la producción de explosivos.
Básicamente, nosotros teníamos una relación de 5 a 1 entre la producción de explosivos de
alta potencia, como es la nitroglicerina y el TNT, versus los de baja potencia como son los
ANFOS o los que derivan del nitrato de amonio. Con la fábrica de Jáchal lo que logramos fue
invertir eso y aumentar por 10 la capacidad productiva –así lo hicimos el año pasado– de
explosivos y seguir creciendo en lo que se llama “servicios mineros”, que es lo que hacen las
grandes multinacionales en materia de explotación minera, que implica trabajar junto con las
empresas mineras en términos técnicos, de evaluación, de análisis y en términos productivos.
Esto le ha permitido que Fabricaciones Militares pueda crecer por cinco en términos
productivos en explosivos en los últimos años. A su vez, nos va a permitir que la enorme
capacidad que tenemos en la fábrica de Villa María y en la fábrica de Azul sea utilizada más
cerca del ciento por ciento de sus capacidades, que todo el crecimiento sea de empleo directo
y de producción, que la relación entre empleo directo y empleo indirecto siga cambiando
significativamente –como cambió hasta el momento– y que en el largo plazo tengamos
fábricas mucho más sustentables, competitivas y con los recursos públicos utilizados de la
manera más razonable.
Todo esto se está logrando con un plan estratégico que tiene muchísimas acciones.
Hay más de 100 proyectos de inversión que no voy a detallar, pero que, básicamente,
implicaron una inversión cercana a los 400 millones de pesos el año pasado; además,
implicaron, en los últimos años, un crecimiento de la facturación en cinco veces. Eso se logró
aumentando la planta de personal sólo en un 20 por ciento y una vez que maduren los
proyectos de inversión –que son decisiones y proyectos a largo plazo– sin duda vamos a tener
cinco fábricas con tecnología de avanzada, que no sólo son competitivas, dentro de los
estándares más elevados de productividad y modernas, sino también van a ser cada día más
seguras para los trabajadores; y esto para esta industria es muy importante.
Por último, lo único que queda es el área de ingeniería, que en esto es fundamental. La
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discusión estratégica en materia de capacidades en defensa claramente ha ido hacia la
cuestión tecnológica en los últimos cincuenta años, y dentro de la cuestión tecnológica hay
ciertas cuestiones vinculadas con la electrónica, con las telecomunicaciones, con los sensores,
con la propulsión que revisten un carácter fundamental.
La innovación en materia de desarrollo de productos es crítica y lo que hemos estado
haciendo en estos últimos años fue fortalecer esas capacidades técnicas, de ingeniería y de
desarrollo, que no se logra nunca dentro de una sola institución sino que tienen un carácter
sistémico. Es decir, esto se logra cooperando, coordinando y complementándose con parte de
la misma administración pública en otras áreas, con universidades, centros de educación y
centros tecnológicos, con el sector industrial, con otras instituciones públicas provinciales o
municipales y en general con todo el sistema científico tecnológico nacional. Eso es
básicamente lo que estamos haciendo.
Esto es un muy sucinto resumen de algunas cuestiones que están dentro del plan
estratégico de Fabricaciones Militares. Estamos convencidos de que son cuestiones que tienen
un contenido estratégico fundamental, que ese contenido estratégico fundamental necesita del
direccionamiento y la decisión política y estratégica por parte de Estado, que en ningún lugar
del mundo y tampoco en la Argentina es razonable que eso esté en manos privadas, que los
desafíos para el antes son muchísimos, pero que la sanción de esta ley sin duda sería un paso
más en reafirmar la recuperación de tecnología estratégica, de producción estratégica y la
recuperación de Fabricaciones Militares para la Defensa Nacional y para el beneficio de todos
nuestros ciudadanos.
Sr. Presidente (Mayans).- Tiene la palabra el senador Martínez.
Sr. Presidente (Martínez).- En primer lugar, quería adelantar que nosotros mañana a la
mañana tenemos reunión de bloque desde la Unión Cívica Radical y si bien coincidimos con
muchas de las cuestiones que se han planteado, la decisión final se va a tomar en ese marco.
En segundo término, agradezco el hecho de que usted, señor presidente de la Comisión de
Defensa, haya postergado una semana esta reunión para poder hacerla en conjunto.
Finalmente, quisiera hacer una consulta. En su momento, hace algunos años, había un
pool de desarrollo científico integrado por la CNEA, por el INVAP, por la gente del CEMIC
y también por el desarrollo tecnológico de las Fuerzas Armadas. Es decir, se había hecho un
pool para trabajar y exportar tecnología, cosa que había dado muy buen resultado. Entonces,
quería saber, aprovechando que el licenciado está presente –más allá de que no tiene nada que
ver con el proyecto de ley–, si se eso se estaba retomando como idea para poder avanzar en
ese tipo de situaciones, dado que hay una política clara de desarrollo tecnológico.
Sr. Rodríguez.- Conglomerados, pooles o esquemas de cooperación hay muchísimos. Lo que
hemos logrado en estos años fue recuperar algunas herramientas estratégicas que son
insustituibles.
Las empresas públicas o los organismos que funcionan como tal son insustituibles
como punta de lanza para generar ese tipo de iniciativas. Nosotros cooperamos todos los días
con el INVAP, con el Conicet, con la Universidad de San Martín tanto desde Fabricaciones
Militares como del CITEDEF, que es el Centro de Investigación y Desarrollo, y desde la
Dirección de Investigación y Desarrollo de la Fuerza. Además de ser el interventor de
Fabricaciones Militares, soy el secretario de Ciencia, Tecnología y Producción para la
Defensa, donde está agrupado el desarrollo estratégico de todo esto.
Hay muchísimas iniciativas, pero la lógica es que la punta de lanza lo vayan haciendo
los organismos públicos nacionales en general. Fabricaciones Militares lo hace con los
radares. INVAP viene con nosotros. Fadea lo hace con los aviones; de hecho, hay muchas
pymes que trabajan con Fadea. AR-SAT está con el tema satelital y lo hace con el satelital.
Más allá de tener a INVAP, que es una empresa pública pero provincial –rionegrina– que ha
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tenido un desarrollo espectacular y continuado en los últimos treinta años –mucho más
profundo en los últimos doce-, el Estado Nacional tiene herramientas a la hora de hacer la
negociación y la promoción comercial externa por todo lo que es el Ministerio de Relaciones
Exteriores y sus dependencias en todo el país, que incluye a las agregadurías militares,
agregadurías de defensa, que se conforma en un sistema que está al servicio de la exportación
de tecnología y desarrollo.
En eso nosotros lo que buscamos es que nuestras áreas –que puede ser YPF, que
puede ser AR-SAT, que puede ser CONEA, que puede ser CONAE, que puede ser
Fabricaciones Militares, que puede ser Fadea, que puede ser Tandanor– sean punta de lanza,
sean tractor, y lleven al resto del aparato científico, tecnológico y productivo de la mano o en
conjunto, como pasa también en otros países. Esto no es una gran innovación, sino que es
aplicar el sentido común a la planificación y a la ejecución de este tipo de cosas, de acuerdo
con lo que más o menos está probado en el mundo.
Sr. Presidente (Mayans).- Tiene la palabra el senador De Angelis.
Sr. De Angelis.- Quería hacer una pregunta.
Hace muchos años la fábrica militar proveía a las fábricas de maquinarias agrícolas de
elementos, como disco de siembra, rejas, arcos; es decir, había un montón. Y esto tenía un
por qué, y era que marcaba los precios para que las otras empresas no se abusaran. Después,
se dejaron de fabricar.
Así que quería saber si en el proyecto está la idea de seguir con ese tipo de industria o
no.
Sr. Rodríguez.- Yo no nombré los objetivos estratégicos de Fabricaciones Militares. Lo haré
rápidamente.
Es obvio que proveer las tecnologías y las producciones en materia de defensa y
seguridad es el primero, pero también hay otros. El desarrollo de la industria nacional es uno,
la sustitución de importaciones es otro, el desarrollo de economías regionales es otro, y jugar
un rol en términos de regulación económica es otro que tradicionalmente ha hecho, y ese es
uno de los que usted menciona.
Fabricaciones Militares llegó a tener catorce fábricas y catorce sociedades anónimas.
Era un empleador de unos cincuenta mil trabajadores y era el grupo industrial más importante
del país. Hoy son cuatro fábricas más uno; es decir, son cinco fábricas. Entonces, la estrategia
se orienta a cumplir ese rol donde el mercado está más concentrado o más ocupado por
grandes empresas extranjeras que aportan mucho al país pero que sus intereses pueden no ser
coincidentes exactamente en todo momento con lo que necesitamos nosotros.
En ese marco es que nos movemos, dadas nuestras capacidades actuales –qué tan lejos
o tan cerca está eso- y dado los sectores de mayor concentración o los sectores donde una
práctica anticompetitiva puede llegar a aparecer, pero siempre pensando en la lógica de
complementar a la industria privada.
En los últimos cincuenta años cambió mucho la organización industrial. La industria
de maquinaria agrícola en el país se convirtió en una de las más importantes del mundo. Hay
muchísimas pymes nacionales que son muy competitivas, que están en los estándares
internacionales, que la verdad que son muy interesantes, pero hoy estamos en un momento en
el que no les sobra trabajo. Y en ese tipo de productos que mencionó hay claramente muchas
pymes que lo pueden hacer.
Le aclaro que el espíritu y los objetivos estratégicos de Fabricaciones Militares no es
ni destruir a las pymes ni competir con las pymes, sino más bien desarrollarlas y
complementarlas. Si fuese un sector hiperconcentrado y las posibilidades están y es algo
razonable y dan los tiempos y dan los números, se puede hacer, pero meterse de lleno en un
producto nuevo implica ingeniería, capacidades y demás.
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Sr. Presidente (Mayans).- Tiene la palabra la senadora Montero.
Sra. Montero.- Me interesa el tema aeronáutico también como proyecto. Nosotros teníamos
tecnología de punta en esto. Creo que la terminamos transfiriendo a Brasil que ahora fabrica
el Embraer. En ese momento, exportamos muchos técnicos, muchas capacidades y muchos
recursos humanos muy preparados. La verdad es que la aeronáutica es el mundo de la escasez.
O sea, después de la Liability Act, que fue una ley sobre seguros que prácticamente aniquiló
muchas empresas aeronáuticas, las fabricaciones de aviones han quedado realmente muy
limitadas. Así que quería hacer una pregunta con respecto a eso. Me gustaría saber si hay un
proyecto de retomar o cómo está esa evaluación. Siguiendo un modelo que ya ahora Brasil
nos ha demostrado… Estamos importando sus aviones; tal vez, con muchos recursos
humanos argentinos en la fabricación de esos aviones.
Sr. Rodríguez.- Sin duda, la aeronáutica dentro de la Defensa ocupa un lugar especial, es una
industria de altísima tecnología, donde la Argentina –como bien decía– supo ser pionera. El
tercer avión a reacción del mundo, el Pulqui, fue fabricado en Córdoba. Nosotros
discontinuamos las políticas de Estado vinculadas con el desarrollo aeronáutico durante 20
años. Hoy en día, las estamos reconstruyendo y el retraso respecto de Brasil tiene que ver con
eso, sin duda es así.
A pesar de eso, nosotros poseemos una fábrica de aviones que tiene que ser el orgullo
de todos los argentinos y que es el orgullo de todos los cordobeses. Uno le menciona a
cualquier cordobés la fábrica de aviones y despierta fanatismos asombrosos. Se está haciendo
un trabajo muy importante de recuperación en una fábrica –insisto– que da envidia a nivel
regional. Sacando el caso de Embraer, que es una de las cinco empresas más importantes del
mundo, nuestra fábrica de aviones, sin duda, es la segunda en la región.
Cuando uno va a Córdoba, a la fábrica, y ve las capacidades que hay, los ingenieros,
los técnicos, las instalaciones, se queda asombrado. Hay pocas instalaciones así en el país.
Cuando fue privatizada la fábrica de aviones, a principios de los 90, se le vendieron
las acciones a la Lockheed Martin, de los Estados Unidos. Y la Lockheed Martin lo que hizo
fue responder a los intereses de su accionista, que era Lockheed Martin, que probablemente
en un tema tan estratégico vinculado con la Defensa tenía una influencia por parte del Estado
en el caso de los Estados Unidos también importante.
El resultado de eso fue que se desmanteló la fábrica en lo que tiene que ver con las
capacidades de ingeniería y de producción. Se convirtió en un muy buen taller de
mantenimiento. Es más, un taller de mantenimiento con capacidades únicas, un taller de
mantenimiento sobrecalificado. Se hizo un trabajo muy dañino en términos de capacidades en
lo que tenía que ver con el desarrollo, hasta en cosas que eran innecesarias, como cuestiones
vinculadas con planos, ingeniería, moldes, matrices, como se había hecho en el 55 con todos
los planos y las matrices del Pulqui que se destruyeron. En los 90, no digo que se hayan
destruido todas, pero sí que hubo una pérdida importante.
Lo que estamos haciendo en los últimos años es reconstruir eso y se ha avanzado
muchísimo en este sentido. Claramente, lo que se destruye en diez años, no se construye en
diez y menos en cinco, ya que la fábrica se recuperó en el año 2009. Hay algunos proyectos
que son muy interesantes y que nos pone en un lugar, no a la altura de Embraer, hay que ser
sincero y realista, pero sí en un lugar diferencial en la región.
El proyecto del avión Pampa III, que es el mismo Pampa de los 80, que es un proyecto
que se hizo con un joint venture, llamémosle, con ingeniería alemana, un avión de
avanzadísima en aquel momento, es un avión de entrenamiento avanzado que en su tipo está
dentro de los más interesantes del mundo. Y en esta versión está totalmente modernizado, con
la biónica de todos los sistemas de control, de navegación, las pantallas que uno ve cuando va
en avión, que era todo halógeno, ahora es todo digital, todos los sistemas de
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telecomunicación, etcétera. Se le ha puesto muchísima tecnología al avión. Esto se está
desarrollando en el marco de un contrato con el Ministerio de Defensa. Se están haciendo los
primeros 40. Además, deseo mencionar que existe interés por parte de otros países de la
región y fuera de la región. Eso nos permite hacer un avión a reacción de entrenamiento
avanzado. Digamos, las etapas de entrenamiento son tres: está el básico o primario, el
avanzado y, después, el de combate.
Dentro de lo que es el entrenamiento avanzado –que es la última etapa–, señalo que
cualquiera que sale de ese avión ya puede subirse a un Mirage o a un A4, a un avión de
combate. Es un avión que requiere de un gran conocimiento tecnológico, ya que tiene mucha
ingeniería metida adentro. Si bien se fabricó antes, por primera vez se va a hacer esta versión
que está en el estado del arte tecnológico y va a ser una producción industrial.
Muchas de nuestras fábricas, y especialmente en este tipo de productos de alto valor
agregado, tenían una lógica, digamos, poco industrial en el sentido de que la industria tiene, a
diferencia de lo que son los desarrollos por proyectos, la sistematicidad, la repetibilidad, la
intercambiabilidad de piezas, la estandarización y la homogeneización. Se fabricaron 109
Pucará en el país y es un avión también impresionante, pero no había dos Pucará iguales. Con
los Pampa pasó lo mismo. Entonces, lo que estamos haciendo ahora, que lleva mucho trabajo,
es armar una línea de producción. Es decir, pasar todo a sistemas digitales; esos softwares que
hacen que ahora uno vea todo en la pantalla antes de que pase, es decir, simula, modeliza el
mantenimiento y hace un montón de cosas; también genera una serie de herramentales que
permiten que del primero al último avión sean iguales y que si uno tiene que hacer una pieza,
esa pieza sea igual para todos los aviones. Esa es la lógica. Eso ya se hizo, prácticamente, en
Córdoba.
Lo otro que se está haciendo es restablecer la cadena de proveedores. Esto lleva
tiempo porque algunos son de afuera, la industria aeronáutica es muy demandante de
importaciones en todo el mundo. En Embraer, el 80 por ciento de cualquier avión es
importado, es así. Entonces, hay toda una logística de importaciones que es compleja, que
además cuando uno pone la plata recién a los 24, 30 o hasta 36 meses, se empiezan a entregar
los materiales. Si uno dice: “bueno, pongamos la línea, empecemos el avión”, pueden pasar
cuatro años hasta que sale el primer avión. En ese momento estamos.
Esperamos tener dos prototipos este año, son dos porque se conectan por estos
sistemas de telecomunicación modernos que se llaman “datalink”. Estamos saliendo a vender
en el mundo este avión y ya hay interés por parte de países de la región y del mundo. Es un
avión perfectamente competitivo con el homólogo italiano, que es el avión más parecido que
hay de este tipo, que es competidor. Se trata de un avión a reacción que tiene la mejor
tecnología del mundo. Además, estamos con una lógica después de ir sustituyendo lo que
pueda ser sustituible y que se pueda hacer en la Argentina. Mucha microelectrónica,
electrónica, telecomunicaciones, sistemas de navegación, hay mucho de todo eso. El 30 por
ciento de nuestros aviones ahora son computadoras y sensores. Estamos convencidos de que
mucho de eso se puede hacer en la Argentina, como del radar primario hoy estamos haciendo
el 70, 80 por ciento en nuestro país.
Además, hay un proyecto de modernización del avión Pucará, para tener un nuevo
avión Pucará, las células están, uno podría modernizarlo y tener un muy buen avión táctico de
bajo costo disponible.
Se está desarrollando un avión de entrenamiento básico, es otro proyecto de desarrollo
nuevo. Hoy en día, se están modernizando cinco Hércules de la Fuerza Aérea Argentina. El
primero se está haciendo en los Estados Unidos, los otros cuatro se van a hacer aquí, en la
Argentina. En este momento, hay 40 trabajadores de FAdeA capacitándose en los Estados
Unidos para poder hacer…
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- Se produce una interrupción en el audio.
Sr. Presidente (Mayans).- Si no hay más consideraciones, quisiera agradecer al licenciado
Santiago Rodríguez, que es el interventor de Fabricaciones Militares, por la explicación de lo
estratégico que son para el país, para la industria de la defensa nacional y para el desarrollo de
la industria nacional estas cuatro fábricas militares, que obviamente en la ley 24.045 estaban
sujetas a privatizaciones. Lo que nosotros hacemos es derogar eso y lo mantenemos dentro
del marco de empresas del Estado. Así que si no hay objeciones, vamos a proceder con la
firma del despacho.
Quiero agradecer también al senador Martínez por la propuesta de tratarlo mañana
sobre tablas, porque me parece que es un proyecto importante. Obviamente, esto lo habíamos
hablado la sesión anterior, así que si podemos hacerlo y los bloques acceden, dado que es un
tema de gran importancia, sería muy bueno. De todas maneras, hacemos circular el despacho.
Finalmente, quedan algunos temas pendientes que son reconocimientos y homenajes
propuestos por algunos senadores que los vamos a hacer circular para la firma.
Expediente C.D.-136/14, disponiendo reconocimiento a la actuación de grupos de
ciudadanos profesionales de la salud que actuaron en la Base Naval de Puerto Belgrano con
motivo de la Guerra del Atlántico Sur.
Expediente S.-700/14, del senador Basualdo, reconociendo la actuación de un grupos
de ciudadanos en la Guerra del Atlántico Sur por su valor en los vuelos de estrategia militar
en misiones de exploración recientemente desclasificados por la Fuerza Aérea Argentina.
Por último, Expediente S.-1954/14, del senador Basualdo, reconociendo en el general
Enrique Carlos Alberto Mosconi a la personalidad sobresaliente del Bicentenario en el marco
de las políticas petroleras.
Los demás proyectos son pedidos de informes de los señores senadores que han
reclamado a la Comisión de Defensa. Los asesores le han dado el visto, así que se va a correr
traslado al Poder Ejecutivo. Se trata de pedidos de informes de distintos temas que hacen al
interés de los senadores.
Agradecemos nuevamente la presencia del licenciado Santiago Rodríguez y damos
por finalizada la reunión. Muchas gracias.
- Son las 18 y 10.
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