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REPÚBLICA ARGENTINA
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN
REUNIÓN DE LA COMISIÓN DE JUSTICIA Y ASUNTOS PENALES
Salón “Arturo Illia” — H. Senado de la Nación
Lunes 19 de diciembre de 2011
Presidencia del señor senador Guastavino
19/12/2011
Reunión de la Comisión de Justicia y Asuntos Penales
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En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el salón “Arturo
Illia” del H. Senado de la Nación, a las 14 y 22 del día lunes
19 de diciembre de 2011:
Sr. Presidente (Guastavino). – Buenos días, senadoras y senadores. Estamos con quórum, así
que vamos a iniciar la reunión de la Comisión de Justicia y Asuntos Penales. El objetivo es
tratar tres expedientes que vienen en revisión de la Cámara de Diputados: en primer lugar, el
CD-86/11, proyecto de ley en revisión sobre régimen penal tributario, ley 24.769 y
modificatorias, sanciones a la evasión del pago de tributos al Fisco Nacional y modificación al
Código Penal de la Nación; en segundo lugar, el CD-87/11, proyecto de ley en revisión sobre
modificación del Código Peal sobre prevención, investigación y sanción de actividades
delictivas con finalidad terrorista; y, en tercer lugar, el CD-88/11, proyecto de ley en revisión
sobre modificación del Código Penal, incorporando como delitos, junto al lavado de dinero,
aquellas conductas que afecten el orden económico y financiero.
Para estos dos últimos expedientes que he mencionado, hemos invitado al ministro de
Justicia y Derechos Humanos de la Nación, el doctor Julio Alak, que está un poco demorado
pero está viniendo; también contamos con la presencia del doctor Alejandro Vanoli, presidente
de la Comisión Nacional de Valores, a quien obviamente agradecemos por su presencia; y,
finalmente, está aquí el licenciado José Sbattella, que es presidente de la Unidad de
Información Financiera, a quien también agradecemos por haber asistido. Para los senadores y
para el Congreso es muy importante, para poder tratar distintos proyectos de ley, que vengan
los funcionarios a dar sus explicaciones y puedan evacuar cualquier tipo de duda o
interrogante que se quiera formular.
Para iniciar, mientras esperamos al ministro, le vamos a dar la palabra al doctor
Alejandro Vanoli, que va a referirse al proyecto de ley CD-87/11: proyecto de ley en revisión
sobre modificación del Código Peal sobre prevención, investigación y sanción de actividades
delictivas con finalidad terrorista.
Sr. Vanoli. – Muchas gracias; es un gran gusto estar presente en la reunión de la Comisión de
Justicia.
Quería en primer lugar hacer algunas consideraciones respecto de por qué nos parece
importante que la Argentina tenga una ley que combata e incorpore en el Código Penal una
serie de delitos económicos y financieros. Obviamente, después, cuando lo consideren
oportuno, quedo a disposición para todas las aclaraciones y preguntas que ustedes quieran
hacer sobre la ley y su articulado.
La Argentina está desarrollando un plan de acción con el Grupo de Acción Financiera
Internacional, que viene cumpliendo. En ese sentido, una de las cuestiones que han surgido del
GAFI es la necesidad de que la Argentina incorpore en el Código Penal una serie de
cuestiones que hoy son meramente posibles de ser sancionadas a nivel administrativo, pero no
delito que tiene que ver con cuestiones que en el mundo, tanto los países desarrollados como
los países en desarrollo están incorporando al Código Penal. Me estoy refiriendo a cinco
cuestiones que se están incorporando; básicamente, todo lo que es información privilegiada.
Esta es una cuestión que en la Argentina, en el pasado, y también en el mundo ha sido muy
reiterada: directores de empresas que se benefician usando información que no es pública en
su propio patrimonio.
En la Argentina ha habido un caso absolutamente paradigmático, que en su momento
no pudo ser sancionado como delito: el caso de la venta de Terrabusi a Nabisco. El señor
Gilberto Montagna compró acciones, siendo el titular de la entidad, conociendo que estaba
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negociando el paquete accionario, sabiendo que el precio iba a aumentar radicalmente. Esto no
era delito; en cualquier otro lugar del mundo esto hubiera implicado prisión. Lo único que
pudo hacer el órgano regulador en ese momento fue imponer una multa.
Otra cuestión que está incorporada es la manipulación de mercado. Esto tiene que ver
con generar mecanismos por los cuales artificialmente se alteren las cotizaciones en los
mercados financieros; o, por otro lado, que se haga un uso distorsionado de la información, o
se quiera inducir, por las razones que fuere, prácticas que tiendan a desestabilizar la economía
de un país. La Argentina ha conocido, en el pasado, muchas veces, cómo se ha intentando
desestabilizar a los mercados, cómo se han inducido situaciones de corridas, precisamente por
este tipo de cuestiones. Todos sabemos que en la economía y en las finanzas las expectativas
son esenciales y, entonces, muchas veces, quienes tienen intenciones subalternas pueden, en su
propio beneficio personal o con alguna finalidad, distorsionar estas cotizaciones. Esto tiene,
también, costos económicos y sociales muy serios.
Estos son los dos tipos que existen en el mundo y que el GAFI está solicitando que la
Argentina adopte. Y más allá de que el GAFI lo pida o no lo pida –es irrelevante–, es
importante, en mi opinión y creo en la del gobierno en general, que la Argentina tenga
estándares internacionales en todo lo que tiene que ver con el combate al crimen financiero.
Porque muchas veces el Código Penal es duro, o muchos piden que sea duro, para aquellos
delitos comunes o para aquellos que muchas veces incurren quienes no son poderosos; pero es
importante también que en la Argentina el crimen de guante blanco, los crímenes financieros
que tanto hemos visto en el mundo… Recordemos: el caso de Enron en Estados Unidos en
2001, todos los escándalos empresariales y contables en Europa y Estados Unidos y la
experiencia que hemos tenido en 2001 en la Argentina hacen necesario que para poder
prevenir estas cuestiones –que, nuevamente, al mundo le han costado trillones de dólares, han
costado desocupados y en la Argentina también ha generado crisis y mucho dolor–, para que
podamos defender la estabilidad y la estabilidad financiera, esto esté incluido y tenga sanción.
Porque una multa, que todos sabemos que teóricamente está en cabeza de las personas pero
muchas veces recae sobre la propia sociedad, no es un elemento disuasorio suficiente. Y es
importante que no haya impunidad, sobre todo de quienes debieran tener la mayor
responsabilidad de cumplir la ley, los más poderosos.
Hemos incorporado también tres tipos que no pide el GAFI, sino que ha sido un
proyecto sancionado por la Cámara de Diputados que con el Ministerio de Justicia hemos
elevado al Ejecutivo. Este incorpora tres tipos adicionales: el relativo a la sanción, a la
intermediación irregular, que tiene que ver básicamente con penalizar a los que hacen
intermediación financiera, no autorizada por el Banco Central o por la CNV. Me estoy
refiriendo a las “mesas de dinero”, las “cuevas” o a cualquier persona que opere
financieramente por fuera de la ley, con los riesgos que esto tiene para la estabilidad, con los
riesgos de estafas que se producen en perjuicio del público. Todos conocemos el shadow
banking o banca paralela y las distorsiones que ha generado. Entonces, es importante que esté
penado aquel que usa dinero del público, que hace operaciones monetarias y cambiarias sin
estar debidamente autorizado.
Luego, el cuarto tipo tiene que ver con la intermediación fraudulenta. Esto es, aquel
que sí tiene una patente –a diferencia de la tipología anterior– pero que, bueno, tiene
conductas contrarias a la transparencia –o delictivas– en el ejercicio de esta función de
intermediación.
Sucesivamente, la siguiente tipología que estamos incorporando al Código Penal tiene
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que ver con todos aquellos mecanismos de agravantes que existen para quienes tienen mayor
responsabilidad por su jerarquía o por su función, ya sean ejecutivos o funcionarios públicos.
Tiene que ver con penalizar el cohecho financiero, es decir, a quien se beneficia, a quien
obtiene un beneficio particular en detrimento del público inversor y del ahorrista.
En efecto, a lo largo de toda la discusión en la Cámara de Diputados, fueron
incorporadas una serie de sugerencias provenientes de los distintos bloques. Creo que con
modificaciones parciales, limitando, quizá, las penas máximas en algunos casos y precisando
las tipologías.
Recuerdo lo que fue y las condiciones en las que fue derogada la ley de subversión
económica en su momento. Entonces, es importante que la Argentina pueda alcanzar los
máximos estándares internacionales en un contexto en el que todo el mundo está avanzando
para penalizar severamente el crimen financiero.
Por otro lado, también queremos poder demostrar ante el GAFI que la Argentina tiene
un compromiso de todo nivel en avanzar, prevenir y combatir el lavado de dinero. Asimismo
queremos que el Estado y los argentinos tengamos todas las herramientas administrativas y
penales para prevenir y sancionar a quienes pretendan atentar contra la estabilidad financiera.
En ese sentido, creo que, recordando lo que fue nuestra historia, hubo, muchas veces,
prácticas financieras que han costado crisis, pesificación, corralitos y todo lo que implicó
riesgos para la democracia. Ya que muchos sectores, muchos especuladores –muchos sectores
concentrados–, pudieron impunemente atentar, no solamente contra la estabilidad financiera,
sino también, en algún punto, contra el propio sistema. Es importante que la Argentina pueda
darse este debate y pueda poner en consideración de todos ustedes una actualización, una
modernización, del Código Penal que ayude a que nuestro país esté a la altura –ya lo he
manifestado– de países desarrollados, pero también de muchos países en desarrollo. En el caso
latinoamericano, hablamos particularmente del Brasil, de Perú, por presentar algunos
antecedentes de países que cuentan con esta tipología en su Código Penal.
Entonces, creemos que sería este un avance muy importante a fin de que desde el
Estado podamos defender la estabilidad de los argentinos, y podamos lograr que los culpables
que después de tantos años, de tantas décadas de impunidad en la Argentina puedan estar en
condiciones de pagar cuando atentan contra el orden económico y financiero.
Sr. Presidente. – Gracias doctor.
Tiene la palabra el señor senador Naidenoff.
Sr. Naidenoff. – Señor presidente: al solo efecto de la organización del plenario de
comisiones deseo realizar una consulta: ¿escucharemos a los invitados? Si, con posterioridad
el dictamen se someterá para su firma o, en función de lo que se expone, nosotros, desde
nuestra bancada, podemos dejar sentada la posición del bloque.
Sr. Presidente. – Señor senador: la idea es que el doctor Vanoli realice su exposición sobre
este proyecto de ley en revisión. Entiendo que la mejor forma de proceder sería analizar esta
iniciativa, analizarla y, luego, continuar con la otra.
Sr. Naidenoff. – ¿Tengo entendido que está el titular de la UIF, no?
Entonces me gustaría escucharlo.
Sr. Presidente. – Porque él se referirá al segundo proyecto de ley CD-87/11.
Tiene la palabra el señor senador Pichetto.
Sr. Pichetto. – Ante la pregunta del señor senador Naidenoff, quiero manifestar que nos
parece importante dar una discusión y escuchar a los funcionarios que han venido. Se
encuentran aquí el titular de la UIF y también el doctor Vanoli; y también llegará el ministro de
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Justicia, por lo tanto, podremos hacer un debate conjunto con los señores senadores. Luego,
nuestra voluntad política es la de emitir dictamen de estas iniciativas que se votaron en la
Cámara de Diputados.
En efecto, la presencia de los funcionarios está también para clarificar las dudas o
cualquier observación de los señores senadores.
Sr. Presidente. – Por eso, lo escuchamos a Sbatella, a fin de que se refiera al otro proyecto y
después vamos a las preguntas y al debate.
Tiene la palabra el titular de la Unidad de Investigación Financiera, señor Sbatella.
Sr. Sbatella. – Buenas tardes a todos y a todas.
Agradezco la oportunidad de poder volver hacer un “racconto” que ya hicimos el año
pasado al momento en que se discutió la ley que penó el lavado como un delito autónomo.
Esto que se está discutiendo hoy es la continuidad de un plan de acción que en la
Argentina se impuso como obligación hacia adentro de su estructura legal y hacia afuera, por
obligaciones internacionales.
En ese esquema de adecuación de la legislación internacional está funcionando la Ley
de Lavado como delito autónomo en pleno y, además, está funcionando el sistema preventivo
que implica la regulación de todo un sistema de sujetos obligados por la ley a brindar
información.
Estas dos cuestiones, el delito autónomo de lavado y la punibilidad del autolavado, y la
aplicación de las reglamentaciones a los sujetos obligados, hicieron que la Argentina, en este
momento, pasara sin sanciones, en la lista de países que se encuentran bajo una auditoría
intensiva, las auditorías que finalizaron en 2009.
Desde el punto de vista internacional, estuvo en riesgo la membresía de la Argentina
dentro del grupo del GAFI en función de que la legislación que teníamos, si bien penaba el
lavado como encubrimiento y también generaba obligaciones para los sujetos obligados, no
había generado ni detenidos ni procesados, ni multas de sanción para los sujetos obligados.
Lo que les puedo decir, es que después de la decisión que la Presidenta tomó, a
principios de 2010, de poner a tono la estructura de cumplimiento de la legislación de lavado
en la Argentina, estamos con: cinco detenidos con condena, expropiación de bienes a
narcotraficantes, pertenecientes a bandas por un millón seiscientos mil dólares, embargos por
veinticinco millones, una situación de prevención que incluye una matriz de riesgo de 25 mil
sujetos inscriptos online, que reportar las operaciones sospechosas. Todo este sistema
permitió mantener la membrecía sin ninguna posibilidad real de que algunos sectores -los había
a nivel internacional- plantearan la posibilidad de que la Argentina fuera suspendida o
expulsada del G20.
– Ingresan en la sala el señor ministro de Justicia y Derechos
Humanos de la Nación, doctor Julio Alak y el señor jefe de
Gabinete del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la
Nación, subsecretario de Política Criminal, doctor Juan
Martín Mena.
Sr. Presidente. – Le damos la bienvenida al señor ministro de Justicia y Derechos Humanos
de la Nación, doctor Julio Alak, y al subsecretario de Política Criminal, doctor Juan Martín
Mena.
Lo pongo en autos: ya expuso el doctor Vanoli sobre el proyecto de ley y ahora estaba
exponiendo el licenciado Sbattella sobre el otro proyecto de ley que está en tratamiento.
Posteriormente, haremos el debate que corresponde.
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Sr. Sbattella. – Me voy a limitar a exponer el marco general que introduce estas
modificaciones, que serán más claramente explicadas por el señor ministro de Justicia y
Derechos Humanos de la Nación y el subsecretario de Política Criminal.
Se estaba dando el marco de qué es lo que faltaba a esta instrumentación del sistema
de antilavado en Argentina. Estamos cumpliendo, incluso sobrecumpliendo, este plan de
acción, en el que está incluida la posibilidad de sanción y de instrumentación del
financiamiento del terrorismo como un tema acorde con la legislación internacional. En ese
sentido, el proyecto que hoy se trata termina de armar un esquema de interpretación y
aplicación de la ley que nos pone a punto con la legislación internacional y sólo nos queda para
junio de 2004 mostrar las realizaciones que incluyen estas estadísticas que yo nombré respecto
de empezar a cumplir en el aspecto judicial todo lo que se ha hecho como modificaciones y
también iniciar lo que se llama la “abogacía de la ley”, que incluye todo el sistema de
participación de la Justicia en este plan. Es por eso que entre las resoluciones hay un
monitoreo que se hará de la aplicación de la ley, que es parte de las resoluciones que están
reconocidas a nivel internacional.
Quedo disponible después de la explicación de la ley y sus implicancias. Sí me
permitiría aclarar algunas cuestiones que hacen a las informaciones que han trascendido sobre
qué es y cómo se interpreta esta legislación internacional que claramente lo responderé
después de que realice su exposición el señor ministro.
Sr. Presidente. – Tiene la palabra el señor ministro de Justicia y Derechos Humanos de la
Nación, doctor Julio César Alak.
Sr. ministro Alak. – En primer lugar, deseo agradecerles por la invitación para poder
participar de esta reunión y les expreso que nos ponemos a disposición de ustedes para aclarar
cualquier aspecto que le pueda ser útil en cuanto al articulado de las normas que hemos
enviado en su momento a la Cámara de Diputados y que ahora está aquí a consideración de
este cuerpo.
Asimismo, queremos agradecerles especialmente por la posibilidad que nos dan de
participar para aclarar algunas cuestiones y escucharnos. Nos parece muy importante poder
analizar no sólo cómo ven ustedes esta iniciativa, sino también contarles por qué nosotros lo
estamos haciendo.
Por otros motivos de trabajo no pudimos llegar a horario y les pido disculpas. Pero sé
que el presidente de la Comisión de Valores ya estuvo desarrollando el aspecto de la Ley de
Manipulación de Mercado. Así que en general la damos ya por presentada al cuerpo y también
el titular de la UIF debe haber destacado algunos aspectos que hacen al terrorismo, a su
financiamiento y al funcionamiento de la UIF.
Para complementar lo que ellos han manifestado deseo reiterar algo conocido y es que
el delito a nivel local es mutable y a nivel internacional es más mutable aun, porque los
instrumentos para delinquir, especialmente lo vinculado al crimen organizado trasnacional se
sirven hoy y se utilizan tecnologías de punta, muchas de esas tecnologías que son inaccesibles
incluso para algunos países del mundo, son más desarrolladas. Por lo tanto, las mutaciones
que se dan en el campo del terrorismo son tan intensas y variadas que obliga a que los países
del mundo tengamos que ir ajustando la legislación en forma permanente para prevenir la
realización de actos terroristas en los diferentes países y para tener un esquema sancionatorio
lo más ajustado posible a las nuevas realidades. Por eso, consideramos que esta modificación
que se propone de terrorismo, quizás, no es la primera ni será la última por la mutación
constante que se da en el hecho terrorista a nivel mundial. Eso ha llevado a que las Naciones
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Unidas, como saben, no ha podido definir con precisión qué es terrorismo. Por lo tanto, si las
Naciones Unidas en todas sus convenciones no ha logrado precisar en forma exacta cómo
podemos calificar al hecho terrorista, a su organización, a su metodología, a su plan, a los
instrumentos de los que se vale, etcétera, es compresible que caracterizarlo a nivel de países
resulte sumamente difícil; no solamente al nuestro, sino a todos los países del mundo que han
intentado elaborar normas nacionales en aplicación de las convenciones internacionales.
En este proyecto de ley que envió la señora presidenta nos hemos inspirado
obviamente en la Convención Internacional de Naciones Unidas y Lucha contra el
Financiamiento del Terrorismo. Es decir, todo el contenido que forma parte de la estructura de
esta norma es reproducción de lo que expresa la Convención Internacional de Naciones
Unidas sobre el Terrorismo, que nuestro país adhirió con forma de ley, que este Congreso lo
sancionó en el año 2005.
En definitiva, esta ley no hace más que darle formato de redacción en el Código Penal
a lo que el Congreso ya incorporó hace seis años al aprobar la Convención de Naciones
Unidas de Lucha contra el Terrorismo.
Por otra parte, es lógico que esta norma genere algún nivel de discusión aun mayor en
nuestra comunidad nacional porque aparte de la dificultad que planteamos –lo plantea también
el mundo- respecto de cómo se puede definir “terrorismo”, tiene para nuestro país dos hechos
singulares que son producto de nuestra historia. El primero es el terrorismo de Estado, que es
una herencia de la década del ’70, en donde la palabra “terrorismo” en la Argentina se asemeja
en forma directa al terrorismo de Estado. Es decir, la utilización por parte de una dictadura de
los instrumentos del Estado para matar al pueblo. Por lo tanto, es lógico que tratar terrorismo
genere algunos niveles de reservas o de preocupaciones en las organizaciones vinculadas a los
derechos humanos, porque hay una relación mecánica con un pasado dolorosísimo. El otro
componente que dificulta la elaboración y sanción de una norma de esta naturaleza es una
herencia no del ’70 sino de 2000-2001, que fue una crisis institucional, política y económica.
Entró en crisis el sistema económico, el sistema institucional y los partidos políticos, y así
emergieron los movimientos sociales como una respuesta a las necesidades populares. Ese
otro componente hace que hoy también el hecho de tratar “terrorismo” genere preocupación
en los movimientos sociales como expresión de la Argentina de 2000, que están plenamente
vigentes como fuerza social.
No es fácil esta tarea. Por eso, consideramos que todas las observaciones que se han
hecho y las preocupaciones son legítimas, pero sí queremos resaltar que hemos sido
sumamente prudentes. En ese sentido, la señora presidenta de la Nación ha querido dejar
absolutamente en claro que esta adecuación de la norma sobre terrorismo de Argentina -esta
adecuación a los estándares internacionales mínimos que establece Naciones Unidas sobre el
terrorismo- no debe ser para criminalizar la protesta social y ella quiso expresamente que se
incluya en el texto como un eximente que no podrán considerarse actos de terrorismo aquellos
que se generen en el ejercicio de derechos humanos, sociales o garantías constitucionales e
incluso agregó “o en ocasión”. Es decir, aunque el fin de la protesta no pueda ser contemplado
como terrorismo, tampoco pueden ser contemplados como actos terroristas algunos hechos
que se ocasionen involuntariamente en esa protesta. Con lo cual, queda absolutamente salvada
la posibilidad de que un acto de los que prevé la reforma del Código Penal pueda ser
caracterizado como un acto terrorista por la Justicia.
Y si no fuera suficiente este paraguas, atento a que la Justicia es el único órgano que
puede interpretar el contenido de las normas, a nivel de interpretación judicial, de la actuación
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judicial y de la competencia judicial, se introdujo el hecho de la federalización de este delito.
Con lo cual, este delito no será solamente analizado por los miles de jueces que en las
diferentes provincias administran justicia, sino exclusivamente por la Justicia federal, quedando
así encuadrado en un nivel de juzgamiento mucho más acotado y menos sujeto a
interpretaciones que puedan resultar peligrosas.
Nosotros consideramos que de esta manera dejamos a salvo algún temor que pueda
existir a nivel de los organismos sociales o de Derechos humanos y, por otra parte, generamos
una adecuación a los estándares internacionales que nos exige también el Grupo de Acción
Financiera Internacional. Vale la pena reiterar que la Argentina es miembro fundador del
GAFI, siendo integrante del equipo central y uno de los 34 países que es miembro pleno. Por
lo tanto, es insostenible que pueda seguir teniendo esta suerte de laguna normativa, más allá de
que el Código Penal –como siempre lo sostuvimos en estos dos años– tiene elementos
suficientes para penalizar al terrorismo.
Evidentemente, hay una preocupación mundial en este tema. Todos los países del
mundo incluyeron la figura del terrorismo, en forma expresa, en su Código Penal; nosotros lo
teníamos para organizaciones terroristas internacionales, pero estaban excluidas las
organizaciones nacionales y el terrorista individual. Por lo tanto, con esto venimos a cubrir la
punibilidad de las organizaciones nacionales e individuales, y damos respuesta a uno de los
requerimientos que planteó el GAFI.
Nosotros hemos sido un país víctima del terrorismo, con los atentados a la Embajada
de Israel y a la AMIA, por lo que alguna laguna en nuestro Código Penal actual parecería que
no tiene relación con el pasado durísimo que nos ha tocado vivir. Por eso también hay una
suerte de sugerencia insistente en muchos sectores —muchos de ellos vinculados a la
comunidad que ha sido víctima de estos dolorosísimos hechos— para que el Código sea más
explícito en cuanto a la caracterización del terrorismo.
Me quise referir a este artículo, dado que algún nivel mayor de polémica ha levantado.
No quiero ser largo en mi exposición, porque el tiempo de ustedes es muy valioso y tienen
muchos temas para tratar. El tema del financiamiento, al igual que el de manipulación de
mercado, no ha merecido mayores disputas, así que les agradezco y, si necesitan aclarar algún
tema, estamos a su disposición.
Sr. Presidente. – Gracias, ministro.
Tiene la palabra el señor senador Cimadevilla.
Sr. Cimadevilla. – La primera pregunta está dirigida al bloque del oficialismo y, la segunda, al
señor ministro.
En este debate de la ley venida en revisión, dada la urgencia que el oficialismo ha
manifestado en otras comisiones con este paquete de leyes incluidas en este período, quisiera
saber si existirá la posibilidad de acordar reformas.
Sr. Presidente. – Le respondo, senador. La voluntad política del bloque es apoyar la ley tal
cual vino sancionada desde la Cámara de Diputados. Es claro que así ha sido manifestado y es
la voluntad política del bloque.
Sr. Cimadevilla. – Le hago pregunta al señor ministro. Los delitos que se pretenden
incorporar tienen como bien jurídico tutelado el orden económico y el orden financiero. Esos
bienes tienen particularidades muy diferentes a los otros delitos que están reglamentados en el
Código Penal. Se trata de sistemas de criminalidad que, por sus modalidades, requieren la
adecuación a un sistema penal particular.
Mi pregunta es: ¿realmente es conveniente seguir modificando el Código Penal o sería
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necesaria la sanción de algún régimen especial para este tipo de delitos? Porque si hay algo
que hemos logrado modificando un artículo todos los días es que hoy el Código Penal ha
perdido mucha coherencia. Precisamente, la incorporación de esta legislación a principios
generales lleva implícita la defensa de los que cometen el delito.
Sr. ministro Alak. – Nosotros estuvimos casi dos años discutiendo cómo introducir la
modificación que el GAFI pretendía sobre terrorismo, tratando de evitar una ley especial, que
es lo que han hecho otros países.
También es importante destacar que otros países de pensamiento progresista tuvieron
esta discusión durante mucho tiempo y, finalmente, terminaron modificando su Código Penal,
como lo hizo España, que dictó una ley especial; Brasil, en el gobierno del presidente Lula; y
Uruguay, en el gobierno del presidente Tabaré. Es decir que los tres últimos países que
aparecían como aliados nuestros en los debates y en las discusiones, sobre la necesidad de
decir que las normativas eran suficientes para combatir al terrorismo, finalmente terminaron
aceptando la modificación.
Nosotros evitamos que se haga por ley especial para defender un poco el objetivo que
plantea el señor senador Cimadevilla, con mucha razón, que es evitar que algunos digan que
este Código Penal, ya con tantas reformas que se le han introducido –algunas nobles y otras
sacadas de apuro, que han generado capítulos absolutamente desbalanceados en cuanto a las
penas–, no existe. Nosotros evitamos ir a una ley especial, que incluso iba a generar mucho
más debate en las organizaciones sociales, porque habría que detallar la acción, el plan, el
objetivo, qué tipo de armas hay, si convencionales, si químicas, etcétera. Entonces, el objetivo
es tener una legislación, no tan detallista y polémica, como para no seguir manipulando la
normativa penal por afuera del Código Penal.
Estoy convencido de que hace falta un nuevo proyecto de Código Penal, que ordene
todas las leyes dispersas y que le dé equilibrio a las sanciones penales que hoy aparecen
desequilibradas. No quiero citar casos, pero el caso Blumberg generó un disloque en el
Código, dándole a las penas niveles de sanción absolutamente desequilibradas, generando un
desequilibrio en el Código, hoy vigente.
Por lo tanto, creo que con una reforma integral del Código, muchas de las
anormalidades se sanearán. Igualmente, consideramos que esta normativa es buena. Para
nosotros, la idea del agravante genérico es legislar para el presente y para el futuro, porque
pueden aparecer nuevos delitos, como el delito informático, que es muy difícil preverlo hoy y
describirlo como acción en la parte especial. A través del agravante genérico quedaría
comprendido. Creo que es una buena reforma en un marco de reformas. Lo ideal es plasmarlo
en una reforma integral del Código Penal.
Sr. Cimadevilla. – Usted hacía referencia recién a las dificultades que tienen organismos,
como la Organización de las Naciones Unidas, para definir, por ejemplo, la palabra
“terrorismo”. Yo también observo con preocupación la ambigüedad con la que se definen en
estos proyectos algunas conductas que se pretenden punir. En el caso de información
privilegiada, por ejemplo, si bien la reforma del artículo 77 en algo la precisa, creemos que
todavía ese artículo, tal cual ha quedado redactado, no hace ninguna referencia concreta
respecto de cómo puede interpretarse este tipo de información privilegiada.
Entonces, ¿el Poder Ejecutivo cuando envió este proyecto en qué tipo de información
pensó? Lo pregunto porque nos puede servir para interpretar los alcances de la ley.
Sr. ministro Alak. – Como está presente el presidente de la Comisión Nacional de Valores,
voy a pedirle que le responda su inquietud con mayor precisión.
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Sr. Vanoli. – El artículo 1°, donde se establecen las definiciones, dice que comprende toda
información no disponible para el público, cuya divulgación podría tener significativa
influencia en el Mercado de Valores. Básicamente, tal cual funciona hoy por hoy a nivel
administrativo no a nivel penal, el régimen establece que las distintas sociedades que cotizan
en Bolsa están obligadas a remitir toda información que es relevante por un sistema
informático, que es la autopista de información financiera, y eso va directamente a la página
web de la Comisión Nacional de Valores. Con lo cual, en ese momento adquiere carácter
público.
Entonces, lo que entendemos que define como información reservada o privilegiada es
toda información que siendo no relevante no es pública. Entonces, en ese sentido, el hecho de
operar con información que no es pública es lo que, de alguna manera, estaría alcanzado por
esta tipificación penal.
Sr. Presidente. – Tiene la palabra el senador Cimadevilla.
Sr. Cimadevilla. – Cuando la ley en la reforma de los artículos 306 y 308 se refiere a valores
negociables, las conductas delictivas no queda claro si están destinadas o dirigidas a valores
negociables con oferta pública autorizada o también a los que tengan oferta privada.
Sr. Vanoli. – Nos basamos en la definición de valores negociables en términos que se podría
precisar.
Sr. Cimadevilla. – La pregunta es a los efectos de que podamos precisarlo para que nos sirva
para la interpretación del proyecto.
Sr. Vanoli. – Por supuesto; le agradezco su pregunta.
Nos basamos en términos de lo que es la definición de la Ley 17.811, que es la Ley de
Oferta Pública del año 68, modificada en 2001, que establece una serie de activos financieros,
básicamente acciones, bonos, que cotizan y son autorizados por la CNV.
Sr. Cimadevilla. – En el artículo 306, se hace referencia a la sociedad emisora. Mi pregunta
es si solamente comprende a las personas jurídicas o también a los fiduciarios que actúan en
nombre de otro.
Sr. Vanoli. – En sentido amplio; o sea, también el caso de los fideicomisos.
Sr. Cimadevilla. – ¿Aunque actúen en nombre otro?
Sr. Vanoli. – Sí.
Sr. Cimadevilla. – ¿Y por mandato de otro?
Sr. Vanoli. – Sí.
Sr. Presidente. – Tiene la palabra el senador Naidenoff.
Sr. Naidenoff. – Yo voy a hacer referencia al proyecto que tiende a ampliar el marco de la
figura del terrorismo y la financiación del terrorismo. La verdad es que el proyecto en sí es
necesario, pero polémico desde nuestra mirada. Me parece que proyectos de estas
características requieren un análisis mucho más profundo y pormenorizado por parte de este
cuerpo, fundamentalmente para escuchar otras voces. Y esto lo digo por diversos motivos.
En primer lugar, porque aquí se ha dicho que uno de los aspectos centrales que
tienden a la sanción de esta norma tiene que ver con el incumplimiento de la Argentina o,
mejor dicho, con la recomendación del Grupo de Acción Financiera Internacional ante
determinados parámetros. En verdad, en las evaluaciones del GAFI no se ha cuestionado para
nuestro país la falta de legislación, sino concretamente la omisión de la aplicación de las leyes
vigentes. También se cuestionó la impunidad, la falta de condenas y la falta de recursos por
parte de las agencias que tienen que ocuparse de promover y perseguir el lavado de dinero en
la Argentina. Me parece a mí que esto tenemos que dejarlo en claro.
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Se introducen modificaciones, se sustituyen y se derogan algunos artículos del Código
Penal, y se incorpora un artículo 41, que establece un mecanismo de agravantes pero para
cualquier tipo penal y se agrava con el doble del mínimo y del máximo de la pena vulnerando,
desde nuestra mirada, el principio de legalidad cuando en otras legislaciones, como, por
ejemplo, en las de Chile, se legisla para determinados delitos y no para todo el Código Penal.
Es decir –para que se entienda–, acá cualquier tipo penal, cualquier figura que se encuadra en
el contexto del Código Penal, se puede terminar encuadrando en la finalidad de aterrorizar. Me
parece que es un tipo muy amplio por lo que tiene que ver –como bien usted hacía referencia,
señor ministro– con la historia argentina de las actividades, del terrorismo de Estado y las
actividades terroristas en sí.
Señalo estas observaciones porque hay una decisión política que ha quedado en claro
del propio presidente de acompañar la aprobación del proyecto que ha sido aprobado por
Diputados así como viene, y creo que este es el momento de dejar sentadas nuestras
observaciones.
No comparto el criterio de que no se criminaliza la protesta social con este artículo,
muy por el contrario. Quizás, la idea del Poder Ejecutivo Nacional o de la propia presidenta
fue dejar salvada esta situación, pero, en realidad, el agregado del último párrafo, el artículo
41 quinquies, dice que “las agravantes previstas en este artículo no se aplicarán cuando el o los
hechos de que se traten tuvieren lugar en ocasión del ejercicio de derechos humanos y/o
sociales o de cualquier otro derecho constitucional”. Entonces, creo que con esto no escapa a
que se pueda criminalizar la protesta social.
¿Por qué lo digo? Porque hay fallos que han expresado que, por ejemplo, la ocupación
en la vía pública no es un derecho constitucional. Podemos estar de acuerdo, podemos estar en
desacuerdo, pero creo que las protestas sociales ocupando la vía pública fue un mecanismo de
participación, quizás con desapego a la ley, producto de determinadas circunstancias. Con este
artículo, nosotros estamos criminalizando la protesta social. Se dejan las puertas abiertas para
reprimir, repito, estas protestas.
También me quiero detener respecto de las atribuciones de la Unidad de Información
Financiera. Fíjense que la UIF en este proyecto, con esta sanción, puede tranquilamente
inmovilizar fondos o establecer el congelamiento administrativo mediante resolución fundada y
comunicar, previa decisión de congelar los fondos, inmediatamente esta decisión al juez.
Nosotros no compartimos este criterio. Para nosotros lo que se debe hacer es disponer un
embargo, del embargo correr vista y que resuelva el juez, y es el juez quien debe convalidar
en un plazo prudencial si esta medida cautelar puede o no ser prorrogada. Si el juez la
convalida, si la UIF la considera, establecer un plazo de extensión de la medida para casos
graves y complejos. Es decir que acá, prácticamente, estamos resolviendo y avanzando más
allá del órgano competente en la materia, que es el propio Poder Judicial. Nosotros
merecíamos un ámbito mayor de discusión porque el titular de la UIF había declarado que esta
ley permitiría caracterizar una corrida de moneda, con el ánimo de desestabilizar un gobierno y
voltearlo, como terrorismo. Esto me preocupa, porque escuché el mensaje de evasión de la
propia presidenta que este gobierno tuvo que soportar cinco corridas bancarias, bajo ese
parámetro, cualquier corrida es una actividad terrorista en la Argentina. La ley no lo aclara,
entonces uno queda supeditado a la interpretación final de un juez en el ámbito de la justicia
federal. Por eso, realmente, nadie quiere ser tremendista pero sabemos que estamos
ingresando en una etapa, no sé si complicada, pero de sintonía fina, como lo ha denominado la
presidenta. En el contexto de esa sintonía fina, de sincerar subsidios tarifas y salarios, también
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podemos ingresar en una etapa de confrontación natural que se da en política en la puja de
salarios. Cuando hablamos de puja de salarios, decisiones de gobierno y de protestas sociales
esta es una ley vaga e imprecisa que tiende, indefectiblemente, a criminalizar la protesta o
supeditar la criminalización a la decisión de un juez. Eso no lo compartimos. Por eso
queríamos dejar sentada nuestra posición.
Sr. ministro Alak. – Apunté algunos temas, de la multiplicidad de los que planteó y voy a
tratar de responder a algunos que pude registrar.
En cuanto a que una nueva norma de terrorismo no forma parte de los requerimientos
del GAFI. Si bien es cierto que el GAFI tiene recomendaciones, que son públicas, también
nosotros por la situación en la que se encuentra nuestro país, de seguimiento intensivo, es
decir, una revisión no anual —como el resto de los países—, sino una revisión trimestral para
entrar a una etapa de seguimiento intensivo se reitera el reclamo de un plan de acción. En ese
plan de acción, para que sea aprobado, se nos exigió expresamente que adecuemos la
normativa local tanto en lavado, que ya se hizo y esta Cámara lo aprobó como también en el
financiamiento del terrorismo, en terrorismo y en manipulación de mercado.
Es decir, forma parte del plan de acción que se presentó, que es público y se puede ver
y auditar. También forma parte de la normativa del GAFI que no es solamente la
recomendación, sino también los planes de acción, las directivas de seguimiento en los
procesos de seguimiento intensivo y también de las resoluciones de los Plenarios. Le
garantizo, senador, que en todos los plenarios a los que me ha tocado asistir lo he hecho para
defender al país y que es un tema unánime —de hasta hace meses de los países amigos como
España, Brasil y Uruguay— el reclamo de una nueva norma sobre terrorismo. No solamente
está en las actas del Congreso, sino también en las recomendaciones y el plan de acción del
país que nos hemos comprometido a cumplirlo antes de julio de 2012 y cuya primera
evaluación es en febrero de 2012, en la primera semana. Por eso también la necesidad de la
sanción de la norma, porque entrando el Congreso en receso nosotros necesitamos esta norma
para ir en febrero y decir que hemos dado respuesta a un nuevo requerimiento.
Cuando se habla de seguimiento intensivo, no estoy diciendo lista negro o lista gris ni
nada por el estilo: Argentina no está en lista gris ni negra, no ha habido una alerta
internacional por el caso argentino ni nada por el estilo. Es una suerte de seguimiento que
tuvieron muchísimos países, recomendaciones que el mismo GAFI le hace a todos los países,
incluso a Estados Unidos y muchas veces se divulgan las recomendaciones que se le hacen a la
Argentina y no se divulgan las que se le hacen a Estados Unidos o los países del G-7, por
ejemplo.
Por lo tanto, estamos convencidos de que es indispensable una ley sobre financiamiento
en la Argentina.
La permanencia en el GAFI parece una necesidad básica para ser parte del G-20 y hay
otros países a los que les interesa ser parte de ese grupo y les interesa que a la Argentina no le
vaya muy bien en el GAFI. Nosotros estamos haciendo todo el esfuerzo para que nos vaya
bien en el GAFI para que no haya ninguna discusión sobre la aparición de Argentina en el G20. Sin resignar nuestra soberanía porque a nosotros nos gusta que las leyes las hagan nuestros
legisladores y no especialistas de órganos internacionales que tienen sede en Washington o
París. Por eso es que muchas veces se confunde la defensa del interés nacional y de la
soberanía institucional argentina con la actitud de no querer legislar sobre temas centrales.
Nuestras instituciones han sido largas y eso puede explicar el seguimiento intensivo
porque no hemos ido a allanarnos con directrices que sabemos que no tienen en cuenta la
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historia de nuestro país. No solamente la historia reciente que hablan de los dramas, no tienen
en cuenta la historia de un país serio con legislación seria que ha sido pionero en la legislación
a nivel latinoamericano y que nos gusta que el Congreso sea el que legisle. Y no que legisle un
grupo de técnicos que no son argentinos. Las recomendaciones existen y tenemos que
cumplirlas.
En cuanto a la limitación de terrorismo, hemos pensado y analizado informalmente con
organizaciones de derechos humanos y sociales cuál es la mejor manera de evitar la
criminalización de la protesta social. Obviamente, nunca van a estar totalmente de acuerdo
porque tienen un compromiso con la historia es que nadie va a pedir que lo violen o lo olviden.
Pero del análisis en cuanto a limitación expresa a decir, por ejemplo, que esto que es
terrorismo y lo limitamos a muerte o lesiones graves, se consideró que la mejor limitación era
la de las garantías constitucionales, los derechos humanos y sociales. No digo que hubo un
consenso formal, porque no lo hubo. Es mas, sabíamos que iba a haber una posición crítica,
pero en las charlas informales consideramos que era más limitante la actual redacción. En
cuanto a congelamiento creo que, como decíamos al principio, los métodos tecnológicos de
transferencia de fondos van a una velocidad tan grande que, en este caso, si no disponemos de
congelamientos lo que podemos decidir es que los fondos que puedan provenir o devenir para
el financiamiento del terrorismo, desaparezca en segundos. Puede ser que mediante el
mecanismo clásico penal no lleguemos a tiempo para congelar o embargarlos. O sea que este
es un método excepcionalísimo que se pone a consideración inmediata de un juez. Si el juez
considera que no hay motivos para el congelamiento levantará esa cautelar administrativa.
Y lo último, en cuanto a la desestabilización, nosotros consideramos que la figura
penal específica para lo que sería una corrida bancaria, está en manipulación de mercado. Esa
es la figura penal específica. Las otras son consideraciones conceptuales. El primer
instrumento que el juez tiene a mano si ve que hay una acción penal en cuanto a una movida
de especulación financiera es especulación de mercado.
Por otro lado, está bien que la democracia se proteja de acciones que han sido
condenadas por militantes políticos de una circunscripción pero también han sido condenadas
por presidentes de la Nación. Si uno hace memoria desde Hipólito Yrigoyen, un presidente
popular y nacional, cuando fue destituido culpó a las manzanas del microcentro. Arturo Illia
dijo a mí me voltearon las “ocho manzanas” en clara alusión a la city porteña. Y ni hablar de
Raúl Alfonsín y las consideraciones que hizo sobre cómo las manipulaciones del sistema
financiero traban a la democracia.
Las palabras que pueda haber dicho la presidenta no hacen más que estar en línea con
lo que dijeron los presidentes de origen popular. Es bueno, entonces, que se proteja la
democracia y le diga a estos señores que, más allá de que tengan el control del sistema
económico y financiero hay un sistema que está por sobre ellos que es el sistema democrático.
Sr. Presidente. – Tiene la palabra el señor senador Naidenoff.
Sr. Naifdenoff. – Independientemente del relato pormenorizado que se ha hecho de la historia
argentina y de las ocho manzanas que rodean a las decisiones de poder y los finales de
gobierno; no comparto que a una corrida bancaria se la encuadre en el marco de una actividad
terrorista con la penalidad que está establecido. No lo comparto. Es mi visión
Sr. ministro Alak. – Por eso, señor senador, dije que la figura no hay que buscarla en esa ley,
sino en la de manipulación del mercado.
Me quedó clara su posición.
Sr. Naidenoff. – Pero lo dice la ley. La ley da lugar a ese tipo de interpretaciones. Lo quería
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decir y dejar sentado, nada más.
Sr. Presidente. – Tiene la palabra el señor senador Cimavedilla.
Sr. Cimadevilla. – En realidad, esta ley agrava genéricamente todos los delitos del Código
Penal. Creo que es un exceso en este sentido. Hay delitos del Código Penal que nunca van a
ser funcionales a la comisión de actos terroristas.
Hay una cosa que me preocupa, que es cómo queda redactado el artículo 41 de la ley.
Textualmente, dice: “cuando alguno de los delitos previstos en este Código hubiera sido
cometido con la finalidad de aterrorizar a la población u obligar a las autoridades públicas
nacionales o gobiernos extranjeros o agentes de una organización internacional a organizar un
acto o abstenerse de hacerlo, la escala se incrementará en el doble del mínimo y del máximo”.
Seguidamente, para mí acá está lo grave, dice: “los agravantes previstos en este artículo no se
aplicarán cuando el o los hechos de que se trate tuvieran lugar en ocasión del ejercicio de
derechos humanos y/o sociales”.
Estamos penalizando los derechos humanos y/o sociales. No es claro el artículo. Dice:
los agravantes no se aplicarán cuando el o los hechos de que se trate tuvieran lugar en ocasión
del ejercicio de derechos humanos. Quiero que me aclaren si el ejercicio de un derecho
humano va a pasar a constituir delito en la Argentina.
Sr. ministro Alak. – El subsecretario de Política Criminal del Ministerio que los agravantes se
aplican cuando se comete un delito en el ejercicio o en ocasión. El tipo penal no se aplica para
nada a hechos que no sean estrictamente hechos de terrorismo.
Sr. Naidenoff. – Es muy poco feliz la redacción del artículo.
Sr. ministro Alak. – No es un tipo penal abierto en este caso.
Sr. Mena. – Buenas tardes a todas y todos. Es efectivamente así. El agravante se aplica a
todos los delitos del Código Penal, que tienen que cumplir con la finalidad que está establecida
en el artículo 41 quintus.
Ahora bien, de ninguna manera se está criminalizando el ejercicio de los derechos.
Justamente, el agravante se aplica cuando se cometen delitos con determinada finalidad. Por
eso, en el tercer párrafo del artículo 41 quintus, que se especifica que cuando los hechos de
que se trate, que son los delitos que se cometen en ocasión, nunca pueden resultarlo si se está
ejerciendo un derecho social, humano u otro derecho constitucional. En el marco de una
protesta social, puede y, muy a menudo ocurre, que se comenten determinados delitos
menores.
– Se realizan manifestaciones fuera del alcance del micrófono.
Sr. Mena. – Pero, también, se cometen delitos en el marco de la protesta. Por ejemplo: el
corte de una ruta, que puede constituir delito según las circunstancias del caso; daños sobre la
propiedad, cuando se rompe una vidriera. Esos son delitos que se cometen en el ejercicio de
derechos.
Se especifica claramente, sin perjuicio de que ya lo prevé el Código Penal en su
artículo 34, que en ningún momento podrá aplicarse este agravante a aquellos delitos que se
cometan en ocasión del ejercicio de esos derechos.
Sr. Naidenoff. – Nos queda claro. Abre las puertas a la criminalización de la protesta social.
Sr. Mena. – De ninguna manera. Todo lo contrario.
Sr. ministro Alak. – Todo lo contrario. El tiempo lo dirá.
Sr. Presidente. – Tiene la palabra el señor senador Fuentes.
Sr. Fuentes. – Hemos tenido varios debates al respecto con los señores senadores del bloque
de la Unión Cívica Radical. En particular, el señor senador Cimadevilla es un hombre que
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agudiza en la lectura fina de los textos.
Creo que hay tres cuestiones acá que tenemos que tener en claro. La primera es que
coincidimos, lo plantó la última vez que estuvo el señor ministro, en la necesidad, sobre la base
de un plexo normativo que ha sufrido modificaciones continuas como consecuencias de
tratados internacionales, por ejemplo, donde derechos de base del common law generan
modificaciones a un derecho continental como el nuestro con todo un cuadro de tipicidades y
partes generales, la distorsión de esa herramienta, como un objeto político cultural
trasatlántico de un Código Penal.
Un Código Penal no se dicta de un día para el otro ni se cambia en meses. En una
dinámica del derecho, hay derechos que son de formación mucho más pétrea e inamovible en
el tiempo, aquellos que cosifican valores que se creen trascendentes, por eso en escala, los
bienes públicos tutelados y la proporcionalidad de las sanciones en esa escala; y hay derechos
que sobre la base de los desarrollos políticos particulares de los pueblos tienen dinámicas
distintas. El derecho laboral, en determinadas décadas, en función de las reivindicaciones
sociales y la legislación laboral, en una dinámica que supera ampliamente cualquier otro tipo
de derecho. El derecho administrativo, en una dinámica de plasmar derechos sociales por parte
de un Estado con mayor intervención.
Entonces, hay dinámicas desiguales del derecho. Esta es la primera cuestión
fundamental. Estamos de acuerdo y coincidimos con el señor ministro en la necesidad de la
serenidad de los debates del claustro y de las consultas de los trabajos, de comenzar con una
tarea que se plantee una reforma integral del Código Penal.
La segunda cuestión. Hoy no es una fecha graciosa o a olvidar. Hay aniversarios que
nos retrotraen a diez años atrás en un clima de convulsión, desesperanza y violencia, donde
delitos de esa naturaleza, que hoy se quieren tipificar, habían sido precisamente, por la
imposición del Fondo Monetario Internacional, dejados de lado. Creo que para los sectores
populares pasó muy desapercibido, porque esa carga de la palabra subversión que fue utilizada
de una manera perversa para vulnerar derechos y garantías, la subversión económica como un
elemento de desestabilización; nuestro pueblo lo ha sufrido de una manera trágica. Recuerdo
cuando estábamos hablando, que estaban los representantes de las asociaciones de bancos en
esta Comisión, y lo dije con todo respeto, en un momento dado de la discusión en un
intercambio algo fogoso plantee que si hubiera habido una clara legislación más de uno de los
señores hoy no estaba libre.
Entonces, primero, el recuerdo y la experiencia histórica donde en función de la
manipulación de las informaciones… Preguntémosle a la gente cuando los agarró el corralito,
a qué hombre vinculado a la información del poder le quedó atrapado algún dinerillo. Como
decía mi viejo: “quedamos pegados los giles”.
Y la tercera cuestión, creo que todos sabemos muy bien que el derecho como cosa del
desarrollo dialéctico, la norma tiene a su vez un contorno material, concreto, jurídico, lógico y
formal que es el resto del sistema jurídico. Entonces, no es simplemente una interpretación
sesgada u ocurrente y momentánea de una coma, sino que esa norma se va a desenvolver en
un plexo material donde hay garantías, derechos, jueces y procedimientos. Hace más a la
discusión y a la seriedad, no ponerse a rascar una coma, sino a ver en esa convocatoria que el
Ministerio está haciendo. Señores, es necesario avanzar en un ordenamiento y una
modificación de nuestro plexo normativo penal, sumarnos y aceptar esa propuesta.
Simplemente quería decir eso.
Sr. Presidente. – Tiene la palabra el señor senador Naidenoff.
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Sr. Naidenoff. – Uno puede compartir la idea de los criterios de subversión económica y la
especificidad en cuanto a la legislación. Pero, fíjese qué paradójico, señor senador, que
recordando esos hechos trágicos que tienen que ver con un final de gobierno que nos toca muy
de cerca, fundamentalmente, a los que somos parte de la Unión Cívica Radical, con esta ley, la
gente que se expresó, salió a la calle y protestó ante medidas que consideraban absolutamente
injustas, un juez de la República puede, tranquilamente, considerar esa propuesta social como
un acto terrorista, porque quedamos supeditados…
Esto ya es una cuestión subjetiva, de interpretación. Pero, bueno, deja abiertas las
puertas a que en definitiva un juez resuelva que la gente que se manifestó contra el corralito o
una propuesta social, pueda ser considerada una actividad terrorista.
Sr. Sbattella. – Refiriéndome a la posibilidad de interpretación de la legislación,
generacionalmente me tocaron dos momentos, que no eran las situaciones donde se
agudizaron las tensiones económicas, que fueron generadas cuando estaba gobernando el
radicalismo.
Yo tuve, quizás, la suerte de ver el balance de la DGI en 1989 cuando se hizo el
traspaso del gobierno de Alfonsín a Menem, era el director de la DGI de la nueva
administración durante el período de transición. Claramente, puede ver nombres y apellidos
como así también las empresas que dejaron de pagar impuestos en febrero de 1989 con una
decisión política y volvieron a pagarlos cuando arreglaron como grupo económico —
doscientos grupos, no más— con la estructura de administración de Menem en la recuperación
del compromiso de pago. Esa fue una decisión política de financiar al Estado, porque las
doscientas empresas más grandes ya en ese momento abarcaban el 50 por ciento de la
recaudación. Esto obligó a la administración radical a emitir —no estaba la convertibilidad— y
a remarcar. Eso fue un golpe de mercado.
Quiero terminar esto para que se entienda cuándo hay terrorismo y qué legislación se
podía haber aplicado. En ese momento, se podría haber aplicado subversión económica. Tuve
la suerte de poder hablar con Raúl Alfonsín y con Terragno, y me dijeron: podíamos aplicarla,
pero uno me dijo que los empresarios habían actuado en defensa propia, y el otro me dijo —lo
que dijo Pugliese—, les hablamos con el corazón y nos contestaron con el bolsillo. Eso es un
acto golpe de mercado que fue terrorismo económico.
El segundo acto también fue de terrorismo económico, que lo vivió el ex presidente
De la Rúa tuvo que ver con el vaciamiento, desde febrero de 2001 hasta diciembre, de todas
las arcas. Fue una decisión política donde era claro que los camiones de caudales se llevaban
los dólares de la Banca Internacional porque dijo que había respaldo. Eso obligó al Fondo
Monetario Internacional a pedir la derogación de la Ley de Subversión Económica, porque
iban presos todos. La votación de la derogación de la ley que resultó 34 a 34 —donde la
presidenta votó en contra de la derogación— implicó, desde el punto de vista de las sanciones
penales, la posibilidad de que toda la estructura gerencial que había hecho el vaciamiento no
quedara sancionada. Y el FMI, que no come vidrio cuando toma decisiones, da impunidad a
los gerentes que ellos habían favorecido en ese momento.
Como son dos antecedentes muy fuertes en la historia argentina, como dijo el senador
trajeron daños humanos y materiales muy fuertes. El agravamiento cuando se produce una
situación de ese tipo, cuando se jaquea un gobierno popular, cuando se vacían de dólares las
reservas por decisiones políticas de selectos grupos de gerenciadores, estaba en la Ley de
Subversión Económica en un nuevo capítulo en el Código que va a tener cuatro leyes. El
orden económico financiero tiene la Ley de Lavado, la Ley de Financiamiento de Terrorismo,
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la Ley Penal Tributaria y la Ley de Manipulación de Mercado. Ese Capítulo XIII del Código
reemplaza en alguna medida algo que en la Argentina que había quedado impune.
En la discusión de la Cámara de Diputados, el diputado Rossi cuando termino su
exposición dijo: ojo, acá se está discutiendo la incidencia que puede tener la protesta social y
se están olvidando que el agravamiento incluye situaciones muchos más graves para la
estructura institucional de la Argentina que la protesta social en la práctica, porque han
volteado gobiernos y han llevado a la anarquía en determinados momentos históricos a la
sociedad.
Queda, por supuesto, no a interpretación mía que soy un funcionario que aplica el
poder de policía de un organismo, sino a la de los jueces, quienes junto con la estructura
judicial de la Argentina van a tener la responsabilidad de acotar los límites de esta
interpretación. Pero quedamos de vuelta tomando decisiones con una legislación que había
desaparecido del Código.
Sr. Presidente. – Tiene la palabra el senador Cimadevilla.
Sr. Cimadevilla. – Quisiera volver al tema. En parte la exposición del funcionario trata de
eludir las preocupaciones que tenemos respecto al texto del artículo 41. Convengamos que
este proyecto de ley más allá de su necesidad…Lástima que ya se nos ha dicho por su parte
señor presidente que no se puede modificar ni una coma.
Con respecto de esta agravación genérica de todos delitos del Código Penal en los
actos de terrorismo le quiero preguntar de qué manera un adulterio, un estupro, una violación,
que también son delitos del Código Penal, pueden contribuir a un acto de terrorismo y tener
una pena agravada, porque están todos los delitos. Eso habla un poco de la ligereza con la que
se trabajado este proyecto.
Nos quedan, lo vuelvo a ratificar, muchísimas dudas respecto de los alcances que se le
puedan a dar al artículo 41. Es decir, pensamos y ratifico lo que dijo el presidente de mi
bloque, que nos ajeno a la intención del poder político la represión a la protesta social.
Sr. ministro Alak. – Yo reitero que no hay ninguna posibilidad de criminalizar la protesta
social con este artículo. Reitero, para los otros delitos del Código Penal está la parte especial
del Código que establece con precisión que ante cada conducta criminal o violación de un bien
jurídico protegido corresponde un tipo penal específico. Por lo tanto, nadie va a platear ir por
el agravante que plantea el artículo 41 para sancionar una estafa, un delito en fin de hurto o de
robo. De modo que existiendo los tipos penales para cualquier otro tipo de conducta que
obviamente no tenga finalidad terrorista se debe aplicar la conducta penal tipificada de la parte
especial del Código Penal.
Por último, quería hacer una defensa más de la Ley de Manipulación de Mercados.
Siempre hemos dicho, lamentablemente, que el Código Penal o el Derecho Penal eran para los
pobres, para sancionar a los pobres, para meter presos a los pobres. Los ricos siempre eluden
el derecho penal, eso forma parte de nuestra cultura histórica en cuanto a que siempre se ha
dicho en el hablar popular que el ladrón de guantes blancos nunca tiene sanción. Eso es parte
de la tradición argentina y de la insuficiencia de la ley penal.
Hago esta última reflexión en defensa de la ley de manipulación de mercado. Para los
pobres tenemos sanción penal para el hurto de bicicletas, pero la captación clandestina y
fraudulenta de ahorros públicos que genera una daño fenomenal a la sociedad, la manipulación
de valores negociables, el abuso de información privilegiada, el cohecho financiero no tienen
sanción penal. O sea, no hay sanción penal para los poderosos, hay sanción administrativa.
Estoy delitos hoy tienen sanción administrativa, tienen pena de multa, y un robo tiene pena de
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prisión. Por lo tanto, es hora de que se aplique la sanción penal a los poderosos y esta ley en
este sentido es absolutamente justa.
Sr. Cimadevilla. – Vuelvo a repetir lo que le dije al principio de esta charla. ¿Es lo más
apropiado seguir modificando el Código Penal y no una ley especial? Además veo la
ambigüedad que tiene la definición de algunos tipos penales, la ambigüedad que tiene la
redacción de algunos artículos frente al contexto político que hoy vive la Argentina. Usted
entienda nuestro reparo.
Sr. ministro Alak. – Totalmente. Para mí es un placer poder escuchar las observaciones.
Sr. Cimadevilla. – Entienda nuestro reparo frente a un gobierno, del que usted forma parte,
que tiene una visión de los hechos totalmente distinta a la que tengo yo y que además se ha
manejado en muchas situaciones con una autoridad muy férrea. No admite muchas veces el
disenso y este tipo de leyes con cuestiones imprecisas o ambiguas pueden en algún
funcionario, por allí, dar lugar a algún exceso. Esta es nuestra preocupación.
Sr. Presidente. – Como un aporte al rico debate, quiero señalar que dudar de que es posible
que este gobierno puede criminalizar la protesta es no conocer la propia historia de este
gobierno.
– Se realizan manifestaciones fuera del alcance del micrófono.
Sr. Presidente. – En qué cabeza se puede llegar a pensar que este gobierno va a trabajar en
eso. Además, el ministro y los funcionarios han sido sumamente claros en este tema.
Sin más asuntos que tratar damos por finalizada la reunión.
– Son las 15 y 41.
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