Arquidiócesis de Bogotá 99 SIGLAS DA DP EG EN GS NMI PE V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Documento de Aparecida, 2007. III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Documento de Puebla, 1979 Francisco, Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, 2013 Pablo VI, Exhortación Apostólica Evangelii nuntiandi, 1975 Concilio Vaticano II, Constitución Gaudium et Spes, 1965 Juan Pablo II, Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte, 2001 Arquidiócesis de Bogotá, Plan de Evangelización 2013-2022, mayo 19 de 2013 ORACIÓN POR EL PLAN DE EVANGELIZACIÓN Primera Etapa Dios Padre Nuestro te damos gracias porque, por medio de tu Hijo Jesucristo, sigues haciendo camino con nosotros y vas dando un nuevo rumbo a nuestra Arquidiócesis de Bogotá. Te pedimos que, bajo el impulso del Espíritu, salgamos a tu encuentro en nuestro mundo y como discípulos misioneros anunciemos a todos la alegría del Evangelio sirviendo misericordiosamente a los que sufren, para ser sal de la tierra y luz del mundo, fermento de una nueva sociedad. Amén. María, Estrella de la evangelización, ruega por nosotros © Arquidiócesis de Bogotá, 2014 PLAN DE EVANGELIZACIÓN Orientaciones Generales Texto: Vicaria de Evangelización. Arquidiócesis de Bogotá Fotografías: Archivo de la Arquidiócesis de Bogotá Juan Carlos Ramos Hendez Diseño, diagramación: Juan Carlos Ramos Hendez www.voxstudio.org Impresión: ISPA. Instituto San Pablo Apóstol www.ispaeducación.edu.co © Todos los derechos reservados. ¿CÓMO LEER ESTE DOCUMENTO? Al tener este documento en nuestras manos, sintámonos invitados por el Espíritu Santo a ponernos en camino y sumarnos a la puesta en marcha del Plan E. En efecto, este documento presenta los primeros pasos del esfuerzo que como Arquidiócesis de Bogotá estamos haciendo desde hace un par de años para acercarnos cada vez más a la Iglesia que Dios quiere y la región capital necesita. El documento contiene la explicitación de la primera etapa del Plan E llamada El Gran Giro que busca sensibilizarnos frente a un nuevo paradigma decididamente misionero para que impregne nuestro ser y nuestro quehacer como evangelizadores. Por lo tanto, este escrito aclara y concretiza lo expresado en el documento del Plan E y con seguridad su lectura permitirá obtener aún más provecho del anterior y nos ubicará en lo que nos corresponde vivir, durante estos primeros años, como bautizados de la Arquidiócesis. Esperamos que este documento sea un aporte para nuestra propia conversión de manera que podamos seguir siendo una Iglesia evangelizada y evangelizadora. A continuación algunas sugerencias para sacar mayor provecho de la lectura de este documento. A nivel personal: • Comenzar a leerlo sin afanes, tomando un tiempo cada día para leer uno o dos apartes del mismo. • Pedir al Señor fe y sabiduría para encontrar allí su voluntad para nuestra Arquidiócesis, y docilidad y esperanza para querer adherir siempre a su proyecto. • Tener a la mano el documento anterior a éste, titulado “Plan de Evangelización”. Es posible que allí se encuentren ampliaciones, precisiones o explicaciones pertinentes. Adicionalmente, revisar el Anexo No. 1 del presente documento, donde encontrará una síntesis del nuevo Plan de Evangelización. • Subrayar y tomar nota de las inquietudes, dudas, preguntas que se susciten a lo largo de la lectura del texto, así como de las posibles respuestas halladas en el documento del Plan E o en otras fuentes. Estas notas serán de gran utilidad para el trabajo posterior, en comunidad, con otros miembros del espacio eclesial al que pertenecemos. • Escuchar los llamados del espíritu para atender las invitaciones que allí se nos hacen. • Revisar la agenda personal para ir tomando nota de las actividades básicas en las que participaremos (fecha, lugar, etc.) y disponer los medios para hacerlo. A nivel Comunitario: • Proponer una fecha de encuentro con el grupo o comunidad (apostólica, de servicio, de trabajo parroquial, arciprestazgo, etc.). • Comenzar la reunión con la oración propuesta en el Itinerario de Oración del Discipulado Misionero, propuesto por la Arquidiócesis para fortalecer nuestra condición bautismal. • Distribuir previamente los capítulos entre los miembros (se pueden tomar 2 ó 3 capítulos en cada encuentro). • Definir una metodología para compartir y reflexionar sobre el contenido. Unos 3 encuentros pueden ser suficientes. • Las notas tomadas por cada uno en la lectura personal serán aquí de gran ayuda para, entre todos, sacar del documento el mayor provecho para nuestra participación en esta etapa del Plan E. Autodiagnóstico frente al paradigma misionero de Evangelización Una vez leído el documento, realizar el ejercicio de autoreflexión propuesto en el Anexo No. 3 para valorar su aproximación, conocimiento, comprensión y acogida del Plan E y así determinar las necesidades a trabajar y las actividades a desarrollar para alcanzar la meta de la Etapa del Gran Giro. Emprendamos este camino en actitud orante, para que a ejemplo de la Santísima Virgen, sigamos viviendo nuestro Plan E en humildad, confianza y con la esperanza de que el Señor está actuando y hace posible el cambio. «La conversión pastoral de nuestras comunidades exige que se pase de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera. Así será posible que “el único programa del Evangelio siga introduciéndose en la historia de cada comunidad eclesial” (NMI 12) con nuevo ardor misionero, haciendo que la Iglesia se manifieste como una madre que sale al encuentro, una casa acogedora, una escuela permanente de comunión misionera.» DA 370 El Papa Francisco se presentó por sorpresa en el comedor del Vaticano, tomó personalmente sus alimentos y se sentó en medio de un grupo de empleados con quienes compartió el almuerzo. 25.07.2014. «A la beata Madre Teresa le preguntaron una vez cuál sería, según ella, lo primero que se debería cambiar en la Iglesia. Su respuesta fue: Usted y yo.» Benedicto XVI CONT NIDO MENSAJE DEL SEÑOR ARZOBISPO DE BOGOTÁ 12 1. EL GRAN GIRO, PRIMERA ETAPA DE NUESTRO PLAN DE EVANGELIZACIÓN 17 2. ¿QUÉ ES LO QUE BUSCAMOS EN ESTA PRIMERA ETAPA DEL PLAN? 22 3. ¿POR QUÉ HABLAMOS DE LA NECESIDAD DE UN GRAN GIRO? 23 4. ¿CUÁL ES EL ESPÍRITU CON EL QUE QUEREMOS DAR EL GRAN GIRO? 27 5. ¿CUÁL ES EL NUEVO ESTILO O PARADIGMA EVANGELIZADOR QUE QUEREMOS ASUMIR? 34 6. ¿POR QUÉ ASUMIR ESTE NUEVO PARADIGMA MISIONERO? 53 7. ¿CÓMO VAMOS A EMPEZAR A TRABAJAR POR ESE GRAN GIRO? 55 8. Y ¿QUÉ HACER MIENTRAS LLEGA EL MOMENTO DE PARTICIPAR EN LAS ACTIVIDADES PROGRAMADAS? 67 9. MARÍA, ESTRELLA DE LA EVANGELIZACIÓN 70 ANEXO 1: SÍNTESIS DEL NUEVO PLAN DE EVANGELIZACIÓN DE LA ARQUIDIÓCESIS DE 72 BOGOTÁ (PLAN E) ANEXO 2: ACTIVIDADES BÁSICAS 78 ANEXO 3: AUTODIAGNÓSTICO FRENTE AL PARADIGMA MISIONERO DE EVANGELIZACIÓN DATOS DE CONTACTO 94 90 Cardenal Rubén Salazar Gómez Arzobispo de Bogotá Apreciados hermanos y amigos: Con esperanza y alegría hemos iniciado la primera etapa del itinerario que vamos a recorrer como miembros de la Arquidiócesis de Bogotá para relanzar nuestra tarea evangelizadora en las nuevas circunstancias que vive nuestra sociedad, y ponernos en camino hacia los ideales que discernimos como la voluntad del Señor Jesucristo para su Iglesia en esta región capital. Comenzamos este proceso con las gracias recibidas durante la celebración del jubileo por los 450 años de nuestra Arquidiócesis de Bogotá, y con la decisión de ser fieles a la voluntad del Señor Jesucristo que hemos discernido durante el proceso de construcción de nuestro Plan de Evangelización. Con sencillez y realismo reconocemos que este propósito de renovación comienza por el desafío de promover un re-encuentro de todos con la persona de Jesucristo, y de suscitar un cambio de mentalidad y de actitud entre todos los católicos, que nos lleve a un cambio en la manera de vivir la dimensión misionera de nuestro bautismo y de asumir nuestra tarea evangelizadora en estos nuevos tiempos. Nos reconocemos, por tanto, como una “comunidad de aprendizaje” que, unida a Jesucristo, está dispuesta a desaprender muchas cosas para poder re-comprender su identidad y su misión en las nuevas circunstancias que vive el mundo, viviendo un tiempo de conversión pastoral decididamente misionera, como nos lo ha propuesto el Papa Francisco y el documento de Aparecida. Los invito, entonces, queridos presbíteros y diáconos, consagrados y consagradas, laicos y laicas, miembros todos de esta Arquidiócesis, a trabajar juntos para dar este “Gran Giro” que nos hemos propuesto como comunidad eclesial; esforzándonos, con la ayuda del Espíritu Santo, por hacer nuestras las actitudes del Señor Jesucristo, primer evangelizador, particularmente las tres expresadas en el nuevo paradigma misionero y arquidiocesano de evangeli- Arquidiócesis de Bogotá 13 zación y que consideramos fundamentales para servir hoy al Reinado de Dios en medio de las circunstancias de desigualdades sociales, transición cultural y pluralismo en que vive nuestra ciudad y municipios, asumiendo más plenamente nuestra condición como comunidad evangelizada y evangelizadora, sacramento de salvación. En el presente documento, que les pido el favor de leer, profundizar y difundir, se han recogido las orientaciones generales para vivir esta primera etapa de nuestro Plan de Evangelización, el programa, los proyectos y actividades que vamos a realizar, de tal manera que podamos tener una visión de conjunto del proceso. Quiero agradecerles de corazón, una vez más, su oración, su compromiso, sus esfuerzos y su paciencia, durante el proceso de construcción del Plan; y exhortarlos a pedir al Señor el don de la esperanza para reconocer el valor de los pequeños cambios que debemos hacer para alcanzar las grandes transformaciones; el valor de la fidelidad en lo poco para llegar a ser fieles en lo mucho; la sabiduría para reconocer que nuestro futuro lo empezamos a construir desde las pequeñas decisiones que tomamos en nuestro presente en el cual ya está actuando el mismo Señor. Que Jesucristo nos haga partícipes de la fuerza de su Espíritu para que seamos auténticos evangelizadores en medio de la región capital y la Santísima Virgen María sea la estrella que guíe nuestro caminar, para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra y ninguna periferia se prive de su luz. + Rubén Salazar Gómez Cardenal Arzobispo de Bogotá 14 EL PROBLEMA FOCAL QUE BUSCAMOS SUPERAR La Arquidiócesis de Bogotá, como Pueblo de Dios que peregrina en medio de esta región capital, muestra una débil adhesión a la persona de Jesucristo y a su proyecto del Reino que le impide leer e interpretar, en las circunstancias actuales de pluriculturalidad, cambios permanentes e injusticias sociales, los signos de la presencia salvadora de Dios para ponerse a su servicio. Consecuentemente, a pesar de los esfuerzos evangelizadores, prevalece un modo de ser Iglesia caracterizado por una pastoral de conservación, sin ímpetu misionero, de simple gestión de prácticas religiosas, poca participación, activismo individualista y asistencialismo; así nuestra Iglesia continúa recorriendo un camino paralelo a la vida y preocupaciones de la gente. (PE 22) EL IDEAL QUE NOS UNE Y COMPROMETE La Arquidiócesis de Bogotá, como Pueblo de Dios que peregrina en medio de esta región capital, vive y celebra intensamente su adhesión a la persona de Jesucristo y a su proyecto del Reino, y la expresa en su vida de comunidad, mediante la participación dinámica y orgánica de todos sus miembros y la renovación constante de todos sus procesos de formación y estructuras de comunión y de servicio; consciente de su misión evangelizadora, como sal de la tierra y luz del mundo, con actitud dialogante, profética y propositiva, discierne y secunda la acción del Espíritu Santo para anunciar a Jesucristo en medio de la pluralidad cultural y participar en la construcción de una sociedad misericordiosa: más justa, reconciliada, solidaria y que cuida la creación. (PE 31) 16 Arquidiócesis de Bogotá 17 1. EL GRAN GIRO, PRIMERA ETAPA DE NUESTRO PLAN DE EVANGELIZACIÓN 1. Como católicos de la Arquidiócesis de Bogotá y presididos por nuestro arzobispo el Cardenal Rubén Salazar Gómez, hemos emprendido un camino de nueve años con el propósito de «promover en todos los miembros del pueblo de Dios, de la Arquidiócesis de Bogotá, un proceso de conversión personal y pastoral, decididamente misionera, por la apropiación y cultivo de la condición misionera inherente a todo bautizado y del nuevo paradigma de evangelización discernido y asumido por el Plan de Evangelización, de tal manera que se inicie un proceso de renovación tanto de la vida de comunión y participación en la arquidiócesis, como de sus procesos de evangelización» 1 . Esta gran tarea quiere ser el primer paso en la respuesta a lo que hemos reconocido como la voluntad de Dios hoy para nuestra Iglesia Particular y que hemos plasmado en nuestro Plan Arquidiocesano de Evangelización. 2. Se trata por tanto de promover un gran primer momento de conversión personal y de la comunidad eclesial arquidiocesana hacia un nuevo estilo de evangelización más misionero, en sintonía con lo que propuso el Documento de Aparecida al convocar a una Misión Continental 2 y como hoy lo está pidiendo el Papa Francisco para toda la Iglesia 3. Esta gran tarea quiere ser el primer paso en la respuesta a lo que hemos reconocido como la voluntad de Dios hoy para nuestra Iglesia Particular y que hemos plasmado en nuestro Plan Arquidiocesano de Evangelización. 3. Para llevar a cabo este objetivo, vemos la necesidad de trabajar en tres metas previas: dar “un giro” en nuestra manera de mirar, comprender y asumir la evangelización y 1. Cf. Plan de Evangelización (PE) 55 2. Cf. Documento de Aparecida (DA) 370 3. Cf. S.S. Francisco, Evangelii Gaudium (EG) 25 y 30: «Espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están… Constituyámonos en todas las regiones de la tierra en estado permanente de misión … exhorto a cada Iglesia particular a entrar en un proceso decidido de discernimiento, purificación y reforma.» 18 nuestra propia condición misionera, de acuerdo con el nuevo paradigma de evangelización discernido; asumir un “nuevo rumbo”, de acuerdo con el paradigma, en la manera de vivir la comunión, la participación y en general en toda la acción evangelizadora; adquirir un “nuevo ritmo” en la vida arquidiocesana que le permita proyectarse de un modo renovado en medio de las condiciones de cambio que vive nuestra región capital. De ahí que se ha diseñado un itinerario en tres etapas, de tres años cada una: 1ª. Etapa: el Gran Giro (2013-2016), 2ª. Etapa: el Nuevo Rumbo (2016-2019) y 3ª. Etapa: un Nuevo Ritmo (2019-2022). 4. El pasado primero de diciembre, con el inicio del año litúrgico, y muy solemnemente con la clausura del año Jubilar por los 450 años de la Arquidiócesis, hemos dado comienzo a la 1ª. Etapa de nuestro itinerario, llamada el Gran Giro, con el objetivo de que todos los miembros del pueblo de Dios, y especialmente los animadores de la evangelización, se sensibilicen con el nuevo paradigma de evangelización asumido, y entren así en un proceso pedagógico de revisión crítica de la práctica evangelizadora y de cambio de mentalidad sobre la forma de vivir la propia condición bautismal, la comunión y la misión4. 4. Las metas para cada una de las etapas las encontramos en el PE 55 5. Todos los católicos - ministros ordenados, consagrados, consagradas, laicos y laicas- estamos llamados a participar en este Gran Giro, comprendiendo que para alcanzar la meta que nos hemos propuesto para estos tres primeros años será necesario el compromiso de cada uno de nosotros y la integración de todos los pequeños y grandes esfuerzos que debemos hacer para responder a lo que el Señor nos está pidiendo en este momento. Por esto, se ha escogido como uno de los mensajes que acompaña estos primeros pasos: «¿Por dónde empezamos? Primero cambiemos tú y yo», y se ha plasmado en un primer afiche que vemos puesto en nuestras parroquias y otros espacios de la vida eclesial. 6. Participar en la puesta en marcha de este dinamismo que nos lleva a un Gran Giro requiere tener presente varios aspectos que vamos a presentar a continuación para que todos estemos en sintonía sobre lo que estamos buscando juntos y la manera como podemos contribuir al proceso desde nuestros espacios de vida. Arquidiócesis de Bogotá 19 MAPA DE LA ARQUIDIÓCESIS DE BOGOTÁ 20 Arquidiócesis de Bogotá 21 22 2. ¿QUÉ ES LO QUE BUSCAMOS EN ESTA PRIMERA ETAPA DEL PLAN? 7. Reflexionando sobre la meta definida para esta primera etapa, durante estos primeros tres años buscaremos juntos: a) Que los católicos más comprometidos y luego, con su ayuda, el mayor número posible de católicos de la arquidiócesis, entren en una actitud de revisión crítica de la propia vida de fe y de la dimensión misionera de su bautismo, de acuerdo con los criterios señalados por el nuevo paradigma misionero de evangelización que hemos discernido, para iniciar así un proceso de cambio de mentalidad, de conversión hacia un modo renovado de entendernos como discípulos misioneros en medio de la transformación cultural que vivimos, hacia un modo más misionero de ser Iglesia y de evangelizar en las nuevas circunstancias que vivimos en nuestra región capital; b) Que todos los católicos de la Arquidiócesis de Bogotá, vinculados activamente o alejados, practicantes o no, niños, jóvenes y adultos, se enteren del propósito que tenemos de trabajar por la renovación de nuestra Iglesia y de nuestro compromiso evangelizador con esta región capital, así como de la invitación que se hace a todos a participar con esperanza en este proceso; c) Que los demás ciudadanos, no católicos, que habitan esta región capital se enteren de nuestro propósito y esto contribuya a generar un ambiente de diálogo y cercanía con ellos. 8. Se trata, entonces, de generar y cultivar un espíritu de renovación que nos capacite para diseñar y desarrollar más adelante, con visión y criterios renovados, una acción evangelizadora más profética, propositiva y dialogante dentro del contexto plural actual y así promover una mayor inci- ...se enteren del propósito que tenemos de trabajar por la renovación de nuestra Iglesia y de nuestro compromiso evangelizador con esta región capital,así como de la invitación que se hace a todos para participar en este proceso. Arquidiócesis de Bogotá 23 dencia de los católicos sobre nuestro contexto de desigualdades sociales y transición cultural. Por tanto, será necesario seguir adelante con todas nuestras actividades eclesiales y evangelizadoras cotidianas que veníamos haciendo, pero dejando que poco a poco se vayan permeando de este espíritu renovador, hasta que con creatividad y sabiduría vayamos generando una nueva mística evangelizadora misionera, nuevos métodos y lenguajes, nuevas estructuras acordes con los desafíos del momento. 3. ¿POR QUÉ HABLAMOS DE LA NECESIDAD DE UN GRAN GIRO? 9. Como se identificó a través de las consultas y el discernimiento5 , estamos ante el desafío de aprender a reconocer los signos de la presencia y de los planes de Dios en medio de las transformaciones culturales rápidas y profundas que está viviendo nuestra sociedad urbano-rural; para así, renovar nuestro modo de ser Iglesia, que se ha llamado de “pastoral de conservación” -sin ímpetu misionero, de simple gestión de prácticas religiosas, poca participación, activismo 5. Cf. PE 22: «Junto a los signos de esperanza identificados, hemos podido reconocer una serie de problemas parciales que reclaman nuestra atención, y en cuyo fondo se encuentra lo que hemos llamado “el problema focal que debemos superar”; lo hemos formulado en los siguientes términos: La Arquidiócesis de Bogotá, como Pueblo de Dios que peregrina en medio de esta región capital, muestra una débil adhesión a la persona de Jesucristo y a su proyecto del Reino que le impide leer e interpretar, en las circunstancias actuales de pluriculturalidad, cambios permanentes e injusticias sociales, los signos de la presencia salvadora de Dios para ponerse a su servicio. Consecuentemente, a pesar de los esfuerzos evangelizadores, prevalece un modo de ser Iglesia caracterizado por una pastoral de conservación: sin ímpetu misionero, de simple gestión de prácticas religiosas, poca participación, activismo individualista y asistencialismo; así nuestra Iglesia continúa recorriendo un camino paralelo a la vida y preocupaciones de la gente.» ...estamos ante el desafío de aprender a reconocer los signos de la presencia y de los planes de Dios en medio de las transformaciones culturales 24 individualista y asistencialismo– en un nuevo modo de ser Iglesia que evidencie, que manifieste mejor, su condición esencialmente misionera, de “salida”, y de servidora de la misericordia divina presente en la ciudad región, como el Papa Francisco lo ha señalado 6. que respondan a las necesidades de evangelización que nos plantea el mundo presente. 10. Existen muchas actividades e iniciativas evangelizadoras que han funcionado pero que hoy se presentan como insuficientes y a veces inapropiadas para llevar el Evangelio a todos los espacios de nuestra sociedad plural y en transición. Pueden seguir prestando su servicio, pero sus interlocutores serán cada vez menos, ante la diversidad de mentalidades y necesidades que hoy se presentan. De ahí la necesidad de un cambio, de una diversificación de nuestras acciones evangelizadoras, de nuevos lenguajes, para que los instrumentos dados por el Señor para llevar a cabo la evangelización sean significativos en los nuevos tiempos que vivimos. 12. Cambiar la mentalidad no es fácil; es necesario hacer un gran giro, puesto que normalmente tendemos a pensar que sólo existe una manera de ver y de hacer las cosas, y que no es necesario hacer cambios. Nos acostumbramos a suponer y a dar por hecho que “en Colombia todos nacemos y somos católicos” y que “la cultura colombiana transmite la fe por sí sola”, y esto nos llevó a cultivar poco la condición misionera, y en muchas ocasiones a poner la atención más en los medios de la evangelización –la acción profética, litúrgica, social y de comunión-, que en los fines de la evangelización –el servicio al reinado de Dios en nuestro contexto urbano y rural actual–; nos llevó a acompañar a los que venían al templo, más que a salir a buscar a los que se estaban alejando. 11. Esto exige de nosotros en primer lugar un proceso de cambio de mentalidad, de apropiación de un nuevo estilo de evangelizar, de un nuevo paradigma, que nos permita un nuevo planteamiento de los problemas pastorales, una nueva interpretación y desarrollo de acciones alternativas y diversificadas 6. Cf. S.S. Francisco, EG 20. 3.1 EL GRAN GIRO, COMO CAMBIO DE MENTALIDAD HACIA UN PARADIGMA EVANGELIZADOR MISIONERO 13. Llegar pues a una renovación en las acciones e incluso de las estructuras (dimensión programática de la conversión pastoral), nos pide trabajar fuertemente en un gran giro, en una transformación de la mirada, de la mentalidad, de los criterios, y del mismo corazón, para que sean más misioneros (dimen- Arquidiócesis de Bogotá 25 sión paradigmática de la conversión pastoral)7 . 3.2 SOBRE EL TRASFONDO DE UNA MEMORIA AGRADECIDA 14. Por tanto, nos proponemos en primer lugar asumir una renovada y contextualizada comprensión de lo que significa evangelizar la región capital de Bogotá en las actuales circunstancias; una comprensión que nos lleve a asumir un nuevo estilo como católicos, que nos impulse a salir y a proponer la alegría del Evangelio con renovado espíritu misionero, con nuevos lenguajes, nuevo ardor, nuevos métodos, y de manera más adaptada (inculturada) a nuestra realidad diversa y en transición; a asumir un nuevo estilo decididamente misionero, que nos permita superar el «criterio pastoral del “siempre se ha hecho así”» 8 y la tentación de pensar que sólo existe una forma de evangelizar válida para todos los tiempos y contextos. 15. La mirada misionera que buscamos cultivar en primer lugar es una mirada agradecida con el pasado; puesto que no entendemos la renovación que buscamos en la evangelización como un desarraigo, ni como un olvido de la historia, ni como un desconocimiento de lo que se ha venido haciendo hasta el momento presente en nuestra Iglesia9 . 7. Cf. S.S. Francisco, EG 27. Lo recordó recientemente el Papa Francisco al referirse a las dimensiones por medio de las cuales debe desarrollarse la Misión Continental en América Latina: una dimensión programática (realizar actos de índole misionera), y, sobre todo, una dimensión paradigmática, entendida como asumir una nueva clave de comprensión permanente de todo el quehacer de la Iglesia: su condición misionera, su “misionariedad”. Cf. S.S. Francisco, Discurso al Comité de Coordinación del Celam, Río de Janeiro, julio 28 de 2013, 3 núcleo del Evangelio, algunas muy arraigadas a lo largo de la historia, que hoy ya no son interpretadas de la misma manera y cuyo mensaje no suele ser percibido adecuadamente. Pueden ser bellas, pero ahora no prestan el mismo servicio en orden a la transmisión del Evangelio. No tengamos miedo de revisarlas.» 8. S.S. Francisco, EG 33: «La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral del “siempre se ha hecho así”»; además, dice en el No. 43: «En su constante discernimiento, la Iglesia también puede llegar a reconocer costumbres propias no directamente ligadas al 16. Por el contrario, es necesario reconocer, con la Virgen María, que el Señor ha hecho obras grandes por nosotros y ha conducido a su pueblo a lo largo de los 450 años de existencia de la Arquidiócesis de Bogotá. Jesucristo Resucitado ha estado presente y se ha hecho cercano a la historia de miles de hombres y 9. Cf. S.S. Francisco, EG 13: «Tampoco deberíamos entender la novedad de esta misión como un desarraigo, como un olvido de la historia viva que nos acoge y nos lanza hacia adelante…Jesús nos deja la Eucaristía como memoria cotidiana de la Iglesia, que nos introduce cada vez más en la Pascua (cf. Lc 22,19). La alegría evangelizadora siempre brilla sobre el trasfondo de la memoria agradecida: es una gracia que necesitamos pedir.» 26 mujeres que han participado en la construcción de nuestra sociedad, y en medio de las luces y sombras, ha hecho de la historia de nuestra ciudad región una historia de salvación. 17. Somos herederos de una historia llena de iniciativas, de experiencias evangelizadoras fructuosas, que han sabido sembrar y cultivar el Evangelio en las distintas circunstancias por las que ha pasado la región capital, y hoy se constituyen en un patrimonio del cual nos sentimos responsables, y desde donde queremos asumir los desafíos que el tiempo presente y futuro nos proponen como Iglesia Arquidiocesana 10. 18. Queremos dar el Gran Giro reconociendo y agradeciendo el esfuerzo evangelizador de nuestros anteriores arzobispos11 , de los presbíteros y diáconos que han entregado sus vidas por el Evangelio desde el ejercicio de su ministerio apostólico en medio de nosotros; agradeciendo el trabajo de tantos religiosos, religiosas y demás consagrados, que con su testimonio de vida evangélica nos han ayudado a reconocer el Reinado de Dios presente en esta región capital. Además, reconociendo y agradeciendo la labor misione10. Cf. Rubén Salazar Gómez – Arzobispo de Bogotá, Carta Pastoral con ocasión de la celebración jubilar de los 450 años de la Arquidiócesis de Bogotá, Bogotá, septiembre 1 de 2012. ra de tantos laicos, laicas y familias, que de acuerdo con sus carismas, han sido, y son hoy, sal de la tierra y luz del mundo, con su compromiso en la vida de la Iglesia y en el ejercicio de sus responsabilidades en los asuntos de la sociedad. 19. Pero sobre todo queremos entrar en un proceso de renovación misionera reconociendo y agradeciendo la labor evangelizadora de todos aquellos, ministros ordenados, laicos y consagrados, que hoy con su entrega y servicio, con sus iniciativas y esfuerzos, están siendo testigos de la presencia salvífica del Reino de Dios y están llevando a otros al encuentro con el Señor Jesucristo. 11. Entre otros, reconocemos especialmente el testimonio de la vida y ministerio de Monseñor Ismael Perdomo, arzobispo de Bogotá entre 1928 y 1950, cuyas virtudes heroicas han sido reconocidas y el proceso de canonización se adelanta en la Santa Sede. Arquidiócesis de Bogotá 27 4. ¿CUÁL ES EL ESPÍRITU CON EL QUE QUEREMOS DAR EL GRAN GIRO? 4.1 ARRAIGADOS EN UN RENOVADO ENCUENTRO CON JESUCRISTO 20. Reconocemos que la conversión pastoral -este cambio de mentalidad y apropiación de un nuevo estilo misionero de la evangelización capaz de responder a los desafíos que el tiempo presente nos plantea- comienza por un proceso que cada uno de los católicos debemos vivir: un renovado encuentro con Jesucristo, primer evangelizador, en las actuales condiciones que vive nuestra sociedad. Sólo un encuentro con Él, camino, verdad y vida, puede hacernos comprender de manera renovada nuestra identidad como discípulos misioneros suyos en medio de las actuales circunstancias de nuestra vida y puede llevarnos a asumir con alegría la tarea de ser los evangelizadores de estos nuevos tiempos. 21. Así se nos ha recordado en distintas ocasiones: «En un tiempo en el que Dios se ha vuelto para muchos el gran desconocido y Jesús solamente un gran personaje del pasado, no habrá relanzamiento de la acción misionera sin la renovación de la calidad de nuestra fe y de nuestra oración; no seremos capaces de dar respuestas adecuadas sin una nueva acogida del don de la gracia; no sabremos conquistar a los hombres para el Evangelio a no ser que nosotros mismos seamos los primeros en volver a una profunda experiencia de Dios.» 12 S.S. Benedicto XVI 12. S.S. Benedicto XVI, Discurso a la Asamblea de la Conferencia Episcopal Italiana, mayo 24 de 2012 Sólo un encuentro con Él, camino, verdad y vida, puede hacernos comprender de manera renovada nuestra identidad como discípulos misioneros suyos en medio de las actuales circunstancias de nuestra vida 28 «Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque “nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor”.»13 S.S. Francisco «Se trata de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio arraigada en nuestra historia, desde un encuentro personal y comunitario con Jesucristo, que suscite discípulos y misioneros. Ello no depende tanto de grandes programas y estructuras, sino de hombres y mujeres nuevos que encarnen dicha tradición y novedad, como discípulos de Jesucristo y misioneros de su Reino, protagonistas de vida nueva para una América Latina que quiere reconocerse con la luz y la fuerza del Espíritu.» DA 11 22. Por tanto, comprendemos el programa de esta primera etapa, sus proyectos, actividades y tareas, como el poner las condiciones para que el mayor número posible de católicos de la arquidiócesis pueda vivir una experiencia de renovado encuentro con Jesucristo que anime, despierte, revitalice nuestro 13. S.S. Francisco, EG 3 seguimiento a Él y el deseo de compartir con otros la alegría de ser sus discípulos misioneros. Por eso podemos decir que el Gran Giro en primer lugar es un giro hacia Jesucristo. 4.2 CON LA ESPERANZA DE QUE UNA NUEVA SOCIEDAD Y UN NUEVO MODO DE SER IGLESIA SON POSIBLES GRACIAS AL REINADO DE DIOS 23. Esa nueva mirada y espíritu misioneros que buscamos alcanzar encuentra su inspiración y su fuerza, tanto en el re-encuentro personal con Jesucristo, como en la visión de futuro que tenemos sobre nuestra arquidiócesis y nuestra región capital, que hemos discernido como la voluntad de Dios y que llamamos “el ideal que nos une y compromete”. No es solamente una idea del futuro sino que es la promesa de Dios para nuestra Iglesia Particular que Él mismo está ya haciendo posible por su presencia actuante entre nosotros. Es la esperanza que nos congrega como comunidad y de la cual queremos ser signo e instrumento; por la que queremos trabajar juntos y por la que estamos dispuestos a hacer muchos esfuerzos y sacrificios. 24. Las dificultades que hoy reconocemos dentro de la vida de nuestra Iglesia Arquidiocesana, los antitestimonios y las limitaciones que nos acompañan no son las que Arquidiócesis de Bogotá 29 tienen la última palabra, porque el Señor de la historia, Jesucristo Resucitado, está aquí presente y con su amor misericordioso y la fuerza de su Espíritu nos conduce hacia la vida, hacia el encuentro con la misericordia del Padre, hacia el amor a los hermanos, hacia la vida de comunión desde nuestras diversidades, hacia la misión. De igual manera, las dinámicas de indiferencia, de violencia, de intolerancia, de injusticia y de muerte que hay en nuestra región capital, aunque sean las que más percibimos todos los días, no son las que tienen la última palabra porque el Reinado de Dios está aquí presente y su fuerza transformadora -por su dinámica de vida, de justicia, de reconciliación, de solidaridad, de misericordia que se hace operativa a través de nosotros- nos lleva a la esperanza y al compromiso con la sociedad que anhelamos y que es posible. 25. Pero, ¿cuál es ese modo de ser Iglesia que hemos discernido como la voluntad de Dios, y en el cual queremos empezar a trabajar juntos? Soñamos con una Iglesia en la cual todos sus miembros vivamos, cultivemos y celebremos una intensa y profunda adhesión al Señor Jesucristo y a su Reino de misericordia; que nos haga ser alegres y coherentes discípulos misioneros en medio de la región capital y que, por tanto, nos haga vivir una auténtica vida de comunión entre nosotros y con todos, como verdadero pueblo de Dios; y nos impulse a asumir nuestra tarea evangelizadora, dóciles al Espíritu Santo, con ímpetu misionero, con actitud dialogante, profética y propositiva, en medio de la transición y pluralidad cultural que vivimos; y a participar, junto con otros, en la construcción de una sociedad misericordiosa, es decir, justa, reconciliada, solidaria y que cuida de la creación. Soñamos, por tanto, con una Iglesia que por su actitud misericordiosa vive su condición de ser luz del mundo y sal de la tierra en medio de nuestra región capital. 26. Por esto, el Gran Giro es un giro hacia la esperanza. Y todas las actividades que vamos a realizar buscan despertar y alimentar esa esperanza para que sea el motor de nuestros esfuerzos y compromisos. Es el mismo Jesucristo, quien sale a nuestro paso, como a los discípulos de Emaús, para interpelarnos y despertar en nosotros la esperanza; una esperanza que nos permita interpretar, desde la fe, la historia y la situación que estamos viviendo y nos anime a ponernos en camino hacia el cumplimiento de la misión. 4.3 CON LA ALEGRÍA DE SER MIEMBROS DEL PUEBLO DE DIOS, COMUNIDAD DE DISCÍPULOS MISIONEROS EN ESTA REGIÓN CAPITAL 27. El Gran Giro hacia un estilo o paradigma más misionero de la 30 Arquidiócesis de Bogotá 31 32 evangelización implica una renovación de nuestra relación con la Iglesia, de nuestro amor por ella y de nuestro sentido de pertenencia y de participación en ella14. No es posible ser auténtico discípulo misionero del Señor Jesucristo, sin vivir la comunión con el Padre, con el mismo Jesucristo y el Espíritu Santo, en la Iglesia15. Ella es Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo y Templo del Espíritu Santo, comunidad de discípulos misioneros, cuya razón de ser y vocación fundamental es la evangelización 16. 28. Sólo un compromiso decidido de creer y trabajar por la comunión, don de Dios y tarea de los discípulos del Señor, hará que las prevenciones, falsas imágenes, tergiversaciones, 14. cf. S.S. Francisco, Mensaje al Comité de Coordinación del CELAM, Río de Janeiro, julio 28 de 2013: «La Misión Continental, sea programática, sea paradigmática, exige generar la conciencia de una Iglesia que se organiza para servir a todos los bautizados y hombres de buena voluntad. El discípulo de Cristo no es una persona aislada en una espiritualidad intimista, sino una persona en comunidad, para darse a los demás. Misión Continental, por tanto, implica pertenencia eclesial.». 15. Cf. DA 156: «La vocación al discipulado misionero es con-vocación a la comunión en su Iglesia. No hay discipulado sin comunión. Ante la tentación, muy presente en la cultura actual, de ser cristianos sin Iglesia y las nuevas búsquedas espirituales individualistas, afirmamos que la fe en Jesucristo nos llegó a través de la comunidad eclesial y ella “nos da una familia, la familia universal de Dios en la Iglesia Católica. La fe nos libera del aislamiento del yo, porque nos lleva a la comunión”. Esto significa que difamaciones sobre la Iglesia, originadas por muchas circunstancias, sean superadas, y que los antitestimonios al interior de la misma vida de comunión disminuyan significativamente17. Por eso el cambio que buscamos es también un giro hacia la comunidad, hacia la convicción profunda de haber sido llamados a vivir como discípulos misioneros en comunión y en comunidad, y que el Espíritu Santo lo hace posible, desde nuestro sincero y comprometido esfuerzo por cultivar y construir una auténtica vida comunitaria en el amor, fundados en nuestra experiencia de fe. 29. Con fuerza nos lo reclama el Papa Francisco: “A los cristianos de todas las comunidades del mundo una dimensión constitutiva del acontecimiento cristiano es la pertenencia a una comunidad concreta, en la que podamos vivir una experiencia permanente de discipulado y de comunión con los sucesores de los Apóstoles y con el Papa.» 16. Cf. S.S. Pablo VI, EN 14; S.S. Francisco, EG 111: «La evangelización es tarea de la Iglesia. Pero este sujeto de la evangelización es más que una institución orgánica y jerárquica, porque es ante todo un pueblo que peregrina hacia Dios. Es ciertamente un misterio que hunde sus raíces en la Trinidad, pero tiene su concreción histórica en un pueblo peregrino y evangelizador, lo cual siempre trasciende toda necesaria expresión institucional. Propongo detenernos un poco en esta forma de entender la Iglesia, que tiene su fundamento último en la libre y gratuita iniciativa de Dios.»; cf. Catequesis, audiencia general, enero 15 de 2014. 17. Cf. S.S. Francisco, EG 93-101 Arquidiócesis de Bogotá 33 quiero pediros especialmente un testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente. Que todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento mutuamente, y cómo os acompañáis…Me duele tanto comprobar cómo en algunas comunidades cristianas, y aun entre personas consagradas, consentimos diversas formas de odio, divisiones, calumnias, difamaciones…¿A quién vamos a evangelizar con esos comportamientos? Pidamos al Señor que nos haga entender la ley del amor. Cuánto bien nos hace amarnos los unos a los otros en contra de todo… No nos dejemos robar el ideal del amor fraterno.” 18 30. La construcción de nuestra Iglesia Arquidiocesana implica la participación de todos los bautizados, puesto que todos somos miembros del pueblo de Dios y estamos llamados a contribuir en su edificación y misión desde el ejercicio de nuestra condición bautismal como discípulos misioneros, y desde la diversidad de formas de participación, de acuerdo con nuestros estados de vida, carismas y ministerios recibidos, los oficios y responsabilidades asumidas19. Nuestra condición como ministros ordenados, consagrados y laicos, está llamada a asumir un estilo concreto en medio de nuestras circunstancias particulares, sin perder su carácter universal, pero respondiendo a los desafíos que la evangelización de nuestra región capital nos pone. Tenemos por tanto la tarea de asumir ese estilo propio, de acuerdo con el Evangelio y con el paradigma de evangelización que nos presenta el Plan E. 31. Con las actividades del Gran Giro buscamos además despertar o afianzar la condición misionera de nuestra Iglesia, para que sea una “Iglesia en salida”; una Iglesia que comparte una esperanza y se hace signo e instrumento de esa esperanza en medio de la ciudad y de los municipios; una Iglesia que se hace comunidad alternativa frente a las formas de relación y de asociación que se promueven en medio de la cultura urbana y se organiza entorno a valores trascendentes e integralmente humanos; una Iglesia samaritana que incide positivamente en la transformación de la realidad por la vivencia de la misericordia y del cuidado de los demás; una Iglesia que vive la riqueza de la comunión, articulándose en sus distintos espacios como un organismo vivo, 18. S.S. Francisco, EG 100-101 19. También el Papa Francisco nos lo recuerda en EG 120: «En virtud del bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en discípulo misionero (cf. Mt 28,19). Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador… Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús; ya no decimos que somos «discípulos» y «misioneros», sino que somos siempre “discípulos misioneros”». 34 ...que a pesar de la diversidad de sus miembros: las familias, las peJesucristo queñas comunidades, los movimientos y asociaciones, las pasea encontrado, rroquias, el conjunto de toda la Arquidiócesis. 32. Particularmente, buscamos consolidar esa identidad arquidiocesana alrededor del arzobispo, del colegio presbiteral y diaconal, quienes, por su ministerio apostólico, están llamados a ser los primeros en promover, acompañar y trabajar por la comunión y la unidad, desde un mismo proyecto misionero, que permita comunicar vida en abundancia a todos. 20 20. Cf. DA 169 5. ¿CUÁL ES EL NUEVO ESTILO O PARADIGMA EVANGELIZADOR QUE QUEREMOS ASUMIR? conocido, amado y seguido, para vivir en Él relaciones de comunión y, desde Él, transformar la historia hasta la venida de la Jerusalén Celestial Paradigma de la evangelización en la Arquidióccesis de Bogotá Arquidiócesis de Bogotá 35 5.1 ¿A QUÉ LLAMAMOS “PARADIGMA DE EVANGELIZACIÓN”? 33. La evangelización -en cuanto continuación de la misión de Cristo en la historia- tiene un único programa: que Jesucristo sea encontrado, conocido, amado y seguido, para vivir en Él relaciones de comunión y, desde Él, transformar la historia hasta la venida de la Jerusalén Celestial; así nos lo recordó Juan Pablo II. 21 Sin embargo, este único programa, en cada Iglesia Particular -como lo es la Arquidiócesis de Bogotá- debe asumir un rostro concreto, unos parámetros específicos, unos dinamismos propios, de acuerdo con las condiciones históricas y culturales del lugar y como fruto de un discernimiento pastoral22. Este es el objetivo que ha orientado el proceso de construcción de nuestro nuevo plan de evangelización, ayudándonos a reconocer esos rasgos concretos, esos dinamismos que deben caracterizar nuestra misión evangelizadora en las condiciones que vive actualmente nuestra sociedad: pluralismo, transición cultural y desigualdades sociales. 34. Ese conjunto de elementos y dinamismos que se han discernido, que se correlacionan entre sí, y que deben caracterizar la evangelización 21. Cf. S.S. Juan Pablo II, Novo Millenio Ineunte (NMI) 29c 22. Cf. NMI 29d en la Arquidiócesis de Bogotá es lo que llamamos el nuevo “paradigma misionero de evangelización”; y sus componentes son: a) los hechos significativos de la realidad que más nos condicionan e interpelan: las desigualdades sociales, la transición socio-cultural y religiosa, y el pluralismo; b) la Palabra de Dios que nos ilumina y nos llama a ser una Iglesia sal de la tierra y luz del mundo en medio de estas circunstancias de la región capital; c) los dinamismos que deben caracterizar toda la actividad evangelizadora para responder a los desafíos que nos pone el contexto y el llamado a una conversión pastoral decididamente misionera: salir, hacernos compañeros de camino y fermentar; y d) el corazón o fundamento del paradigma que se encuentra en la experiencia personal y comunitaria de encuentro y seguimiento de Jesucristo, que lleva a la vivencia de relaciones de comunión con todos, y al compromiso por la transformación evangélica de la historia hasta la llegada de la plenitud de los planes de Dios; experiencia de fe, esperanza y caridad, que busca comunicarse a todos, por desborde de gratitud y de alegría. No se trata sólo de unos elementos puntuales, de estrategias, actitudes, o buenos consejos, sino de un conjunto de componentes que nos aportan un marco de análisis e interpretación de lo que hoy comprendemos por evangelizar la región 36 capital de Bogotá o, dicho de otra manera, lo que estamos llamados a vivir como discípulos misioneros en la región capital actual. Y muy especialmente configuran, desde sus fundamentos bíblicos, teológicos y pastorales, la espiritualidad que debe inspirar y acompañar toda nuestra labor evangelizadora para que sea encarnada y nos capacite para conducir la historia con Cristo hacia la plenitud del Reino de la Vida, en el contexto de nuestra región capital. do por el Reino de Dios. Esto es lo que expresamos bajo el título de “nuevo paradigma misionero arquidiocesano de evangelización” y que buscamos asimilar, con prioridad, en los primeros años de implementación de plan. 35. A partir de la apropiación de este paradigma, y, particularmente, de los dinamismos discernidos, esperamos tener otra mirada sobre nosotros mismos y sobre nuestra condición misionera y ciudadana como fieles cristianos; esperamos impregnar y renovar todo lo que ya estamos haciendo con un nuevo espíritu misionero; esperamos tener un horizonte distinto para plantear y crear nuevos proyectos evangelizadores que nos hagan ser una “Iglesia en salida” y nos encaminen con un estilo propio hacia el futuro que anhelamos con esperanza. Pero, sobre todo, esperamos identificarnos más con Nuestro Señor Jesucristo, con su corazón misericordioso y misionero, para brillar y dar sabor en medio de nuestra región capital, como Buena Nueva, Sal y Luz, que inspira y hace posible una nueva forma de vivir y un compromiso misionero renova- 36. Los tres dinamismos que hemos discernido como necesarios para responder a los desafíos que el tiempo presente y el contexto le pone a nuestra condición como discípulos misioneros, y que deben inspirar y caracterizar toda nuestra acción evangelizadora para llegar a ser una Iglesia sal de la tierra y luz del mundo, en medio de la región capital, son23: a) Salir al encuentro de Dios que vive en nuestra región capital, b) Hacernos compañeros de camino para cuidar y anunciar la obra de Dios en la vida de todos, y c) Fermentar la sociedad, desde el Reinado de Dios, por la comunión y el servicio. 23. Cf. PE 35-53. 5.2 ¿CUÁLES SON LOS DINAMISMOS QUE COMPONEN EL NUEVO PARADIGMA MISIONERO DE EVANGELIZACIÓN DE LA ARQUIDIÓCESIS? 37. Estos dinamismos, que esperamos sean asumidos por todos los fieles cristianos de la arquidiócesis, se fundamentan, como lo hemos dicho, en la vivencia personal y comunitaria de la experiencia de encuentro, amor y seguimiento del Arquidiócesis de Bogotá 37 Señor Jesucristo, en el cultivo de las relaciones de comunión que brotan de este seguimiento, y en la consciencia y compromiso de ser llamados por el Señor a participar en la transformación evangélica de la historia hasta la manifestación plena del Reino de Dios, que la tradición bíblica llama la venida de la Jerusalén Celestial 24. a. SALIR AL ENCUENTRO DE DIOS QUE VIVE EN LA REGIÓN CAPITAL 38. El primer dinamismo que debe caracterizar la evangelización en la Arquidiócesis de Bogotá es un movimiento de adentro hacia afuera, un movimiento de salida, que se entiende en varios sentidos: • 39. Nuestra acción evangelizadora, en cuanto servicio al plan de la salvación que Dios sigue llevando a cabo en la historia de la humanidad y en la historia particular de esta región capital, debe caracterizarse por un permanente dinamismo de salida; pues este plan tiene su origen en la infinita sabiduría y misericordia de Dios quien, por su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, ha querido salir de sí para hacer a todos los seres humanos partícipes de su vida de comunión, liberándolos de todo aquello que les impide vivir en plenitud este don. El mismo Jesucristo, primer evan24. Cf. Ap 21 gelizador, origen y modelo de nuestra acción evangelizadora, salió de sí mismo para ser fiel a la misión del Padre y a su amor por los hombres, sus hermanos: “siendo de condición divina, no hizo alarde de su categoría divina, al contrario se anonadó y tomó la condición de esclavo, y pasó por uno de tantos. Y en su condición de hombre se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de cruz.” (Fil 2,5ss). Este dinamismo de salida misericordiosa, propio de la pedagogía divina, hoy más que nunca debemos asumirlo como el corazón mismo de nuestra misión evangelizadora. El Misterio de la Encarnación es en primera instancia un misterio de salida para ir al encuentro de la humanidad. La vida entera de Jesús fue un permanente movimiento de salida, de sí mismo, para ir al servicio de la voluntad salvífica del Padre, quien actúa en la historia en favor de toda la humanidad, como Él mismo lo dijo: «Jesús, pues, tomando la palabra, les decía: “En verdad, en verdad les digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre: lo que hace Él, eso también lo hace igualmente el Hijo. Porque el Padre quiere al Hijo y le muestra todo lo que él hace. Y le mostrará obras aún mayores que estas, para que se asombren.”» (Jn 5,19-20). 38 Arquidiócesis de Bogotá 39 40 • 40. Todos los miembros del pueblo de Dios, en virtud de nuestro bautismo, somos llamados a ser evangelizadores. El bautismo nos hace a todos partícipes de esta tarea, puesto que nos inicia en una nueva identidad como discípulos misioneros de Jesucristo, la cual nos pone en movimiento de salida hacia la trascendencia, hacia la vida de comunión y hacia la misión de comunicar vida a los demás; por el bautismo somos todos enviados a compartir con la humanidad entera la alegría de nuestro encuentro con Jesucristo y la vida plena que Él nos comunica, apartándonos así de la tendencia actual al encerramiento sobre sí mismos, a buscar sólo el propio bienestar, al margen del bien de los demás. La tarea evangelizadora nace en este dinamismo propio de la condición bautismal que nos une a todos los católicos, y que hoy más que nunca debemos cultivar, para que todos vivamos intensamente nuestra misión y superemos la tentación que muchos tienen de reducir el ser católico a la realización de ciertos ritos religiosos, al margen de la vida concreta que llevamos en la ciudad o en los municipios. 25 25. Cf. S.S. Francisco, Mensaje al Comité de Coordinación del Celam, Río de Janeiro, Julio 28 de 2013: «El discipulado misionero es vocación: llamado e invitación. Se da en un “hoy” pero “en tensión”. No existe el discipulado misionero estático. El discípulo misionero no puede poseerse a sí mismo, su inmanencia está en tensión hacia la trascendencia del discipulado y hacia la trascendencia de la misión. No admite la autorreferencialidad: o se refiere a Jesucristo o se refiere al pueblo a quien se debe anunciar. Sujeto que se trasciende. Sujeto proyectado hacia el encuentro: el encuentro con el Maestro (que nos unge discípulos) y el encuentro con los hombres que esperan el anuncio. Por eso, me gusta decir que la posición del discípulo misionero no es una posición de centro sino de periferias: vive tensionado hacia las periferias... incluso las de la eternidad en el encuentro con Jesucristo. En el anuncio evangélico, hablar de “periferias existenciales” des-centra, y habitualmente tenemos miedo a salir del centro. El discípulo-misionero es un des-centrado: el centro es Jesucristo, que convoca y envía. El discípulo es enviado a las periferias existenciales.». • 41. El Señor Jesucristo ha congregado a su Iglesia y la ha enviado al mundo, con la fuerza del Espíritu Santo, a evangelizar: «Vayan al mundo entero y hagan discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28,19). Este es el mandato del Señor, un mandato para salir e ir al encuentro de los otros, no para esperar a que los otros vengan26. 26. Cf. S.S. Francisco, EG 20: «En la Palabra de Dios aparece permanentemente este dinamismo de «salida» que Dios quiere provocar en los creyentes. Abraham aceptó el llamado a salir hacia una tierra nueva (cf. Gn 12,1-3). Moisés escuchó el llamado de Dios: «Ve, yo te envío» (Ex 3,10), e hizo salir al pueblo hacia la tierra de la promesa (cf. Ex 3,17). A Jeremías le dijo: «Adondequiera que yo te envíe irás» (Jr Arquidiócesis de Bogotá 41 Sin embargo, reconocemos que a veces nos acostumbramos a encontrarnos con Dios dentro de las mediaciones eclesiales, olvidando que es el Dios de la misericordia en la historia, a quien le interesa lo que pasa en la vida concreta de cada ser humano en medio de la ciudad y de los municipios, y es allí donde en primer lugar quiere ser reconocido, alabado y servido.27 Promover entonces una Iglesia y una evangelización “en salida”, de acuerdo con el mandato misionero, implica en primer lugar para nosotros redescubrir a Dios en la historia concreta de los habitantes de la ciudad y los municipios, reconocer y salir al encuentro de Jesús presente en la vida de la sociedad, en medio de sus luces y de sus sombras; reconocerlo en las actividades cotidianas, en aquellos que sufren y en sus clamores, para así redescubrir el valor de la Eucaristía y los demás sacramentos como celebración que actualiza el Misterio Pascual de Cristo en la historia concreta que viven hombres y mujeres de nuestra región capital. Salir implica por tanto el desarrollo de la capacidad de contemplar 28, para reconocer en el cambio constante de la historia la presencia actuante y misericordiosa de Dios que no busca otra cosa que la libertad y la vida plena para todos, y así ponernos a su servicio, desde una espiritualidad encarnada y misericordiosa, con toda la riqueza de dones e instrumentos que el Señor le ha dado a su Iglesia. 1,7). Hoy, en este «id» de Jesús, están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y todos somos llamados a esta nueva «salida» misionera. Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio.» que busquemos y contemplemos al Dios de la vida también en los ambientes urbanos.” 27. Cf. DA 514ª: “La fe nos enseña que Dios vive en la ciudad, en medio de sus alegrías, anhelos y esperanzas, como también en sus dolores y sufrimientos. Las sombras que marcan lo cotidiano de las ciudades, como por ejemplo, violencia, pobreza, individualismo y exclusión, no pueden impedirnos • 42. Salir, como actitud y criterio permanente de cualquier actividad evangelizadora que realicemos en la región capital, implica 28. Cf. EG 71: «Necesitamos reconocer la ciudad desde una mirada contemplativa, esto es, una mirada de fe que descubra al Dios que habita en sus hogares, en sus calles, en sus plazas. La presencia de Dios acompaña las búsquedas sinceras que personas y grupos realizan para encontrar apoyo y sentido a sus vidas. Él vive entre los ciudadanos promoviendo la solidaridad, la fraternidad, el deseo de bien, de verdad, de justicia. Esa presencia no debe ser fabricada sino descubierta, develada. Dios no se oculta a aquellos que lo buscan con un corazón sincero, aunque lo hagan a tientas, de manera imprecisa y difusa.» 42 además asumir las consecuencias de estar afuera: dejar nuestras seguridades, bajándonos de nuestra cabalgadura, de nuestra comodidad, de nuestros vanos orgullos e intolerancia, de nuestra “autoreferencialidad”, para vivir la cultura del encuentro desde la humildad del Evangelio; para asumir el riesgo de la inseguridad, de la persecución, del rechazo, de ser uno más en medio de otros; pero de igual manera, para abrirnos a las sorpresas de Dios, a su creatividad y novedad constantes. Salir, despojándonos de nosotros mismos, como Jesús lo hizo, para hacernos más capaces de amar y servir. «Entre una Iglesia accidentada por salir a la calle y una Iglesia enferma de autorreferencialidad, prefiero sin duda la primera», ha dicho explícitamente el Papa Francisco en sus enseñanzas29. • 43. Salir, como dinamismo de nuestra evangelización, significa también la determinación de po29. S.S. Francisco, Mensaje para la 48ª. Jornada Mundial de las Comunicaciones (2014): «Lo repito a menudo: entre una Iglesia accidentada por salir a la calle y una Iglesia enferma de autorreferencialidad, prefiero sin duda la primera. Y las calles del mundo son el lugar donde la gente vive, donde es accesible efectiva y afectivamente. Entre estas calles también se encuentran las digitales, pobladas de humanidad, a menudo herida: hombres y mujeres que buscan una salvación o una esperanza. Gracias también a las redes, el mensaje cristiano puede viajar «hasta los nernos en camino hacia las periferias del sufrimiento humano, pues es allí donde el Señor Jesús quiere ser escuchado, reconocido, servido, con prontitud. Sólo podemos corresponder a la iniciativa de Dios que nos amó primero, saliendo a amar primero a aquellos que sufren, que están excluidos, que necesitan de nuestra ayuda; movimiento que el Papa Francisco llamó “primerear” 30 . Salida que asume en primer lugar el rostro y las actitudes del buen samaritano, es decir, de la misericordia, que está atenta a lo que pasa al borde del camino, se conmueve y actúa hasta alcanzar la libertad, el bien, la vida plena para los otros. • 44. Afrontar el pluralismo y la transición cultural que vivimos nos plantea el desafío de diversificar nuestras formas de evangelizar, nuestros lenguajes, nuestras actitudes, nuestras metodologías; para poder así salir y hacernos también presentes, con confines de la tierra» (Hch 1,8). Abrir las puertas de las iglesias significa abrirlas asimismo en el mundo digital, tanto para que la gente entre, en cualquier condición de vida en la que se encuentre, como para que el Evangelio pueda cruzar el umbral del templo y salir al encuentro de todos.»; Cf. S.S. Francisco, Mensaje a los jóvenes argentinos, Río de Janeiro, Julio 25 de 2013: «Quiero que la Iglesia salga a la calle» 30. Cf. S.S. Francisco, EG 24 (“primerear”) y 197-201 (El lugar privilegiado de los pobres en el pueblo de Dios) Arquidiócesis de Bogotá 43 una actitud dialogante, profética y propositiva, en los contextos culturales modernos y posmodernos, en los mundos virtuales, en las dinámicas de la globalización y en los procesos de transformación de la experiencia religiosa, del pluralismo religioso actual. Necesitamos salir de la creencia de que todos los colombianos somos católicos y hemos nacido católicos, para asumir el gran desafío de la acción misionera, de proponer con creatividad el Evangelio, de ir a buscar a los alejados, a los heridos, por causa de nuestros antitestimonios, de ir a buscar a aquellos que estando en sintonía con el Evangelio, no hallan un lugar en la Iglesia en el cual se sientan interlocutores.31 De igual manera, las injusticias sociales, la necesidad profunda de reconciliación y paz, de un diálogo social que fomente el bien común; así como el dolor de las víctimas, de los excluidos, de quienes sufren en nuestra región capital, son hechos que interpelan nuestra condición como discípulos misioneros y nos llaman a salir de la indiferencia y a ponernos en 31. Cf. S.S. Francisco, Mensaje a los Obispo Brasileños, Río de Janeiro, julio 27 de 2013, No. 3: «Releamos una vez más el episodio de Emaús desde este punto de vista (Lc 24, 13-15). … Es el misterio difícil de quien abandona la Iglesia; …Tal vez la Iglesia se ha mostrado demasiado débil, demasiado lejana de sus necesidades, demasiado pobre para responder a sus inquietudes, demasiado fría para con ellos, demasiado camino para asumir el compromiso que nuestra opción de servicio al Reino de Dios nos pide. Buscamos, por tanto que todos los católicos vivan en actitud de salida, que nuestros programas y proyectos evangelizadores sean pensados y diseñados desde una opción de salida. b. HACERNOS COMPAÑEROS DE CAMINO PARA CUIDAR Y ANUNCIAR 45. El segundo dinamismo que debe caracterizar nuestra acción evangelizadora en la Arquidiócesis de Bogotá, en medio del pluralismo, los cambios culturales y las desigualdades sociales, es el movimiento de hacernos cercanos y de caminar juntos para cuidar y anunciar la obra de Dios en cada uno, particularmente en aquellos que más sufren; un movimiento que hace referencia a varios aspectos que debemos tener en cuenta: • 46. Los católicos de la Arquidiócesis de Bogotá estamos llamados, hoy más que nunca, a asumir autorreferencial, prisionera de su propio lenguaje rígido; tal vez el mundo parece haber convertido a la Iglesia en una reliquia del pasado, insuficiente para las nuevas cuestiones; quizás la Iglesia tenía respuestas para la infancia del hombre, pero no para su edad adulta.[4] El hecho es que actualmente hay muchos como los dos discípulos de Emaús.» 44 en nuestra vida como evangelizadores la misma actitud de Dios, quien para liberarnos y hacernos partícipes de su vida de comunión en el amor ha querido no sólo darse a conocer, sino además, hacerse cercano, solidario y compañero de camino de la humanidad. Es Dios quien por su amor infinito ha tomado la iniciativa de establecer un diálogo de salvación32 , una alianza, hasta el extremo de enviar a su Hijo único para asumir en todo nuestra condición humana, menos en el pecado; para poder compadecerse de nosotros, como verdadero hermano de los hombres y hacernos partícipes de la salvación 33. Jesús, con toda su actividad evangelizadora, se puso al servicio de la misericordia del Padre Celestial, haciéndose compañero de camino de todos, particularmente de los más débiles. Compartió el camino, la mesa, la palabra; se hizo solidario con los sufrimientos y necesidades de aquellos con quienes se encontró y los hizo partícipes de la misericordia del Padre. Y para dar continuidad a su misión llamó y constituyó a sus discípulos en el nuevo pueblo de Dios, entorno al grupo de los Doce Apóstoles, haciéndolos a todos compañeros de camino y enviándolos a evangelizar. Su cercanía y compromiso de amor por todos llega hasta su entrega total en la Cruz y la participación del triunfo de su Resurrección, para hacernos partícipes de una vida nueva de comunión. Hoy nuestra acción evangelizadora en la región capital de Bogotá debe responder y ser expresión de esa voluntad de cercanía, encuentro, diálogo y acompañamiento propios de la pedagogía divina a lo largo de la historia de la salvación. 32. Cf. S.S. Pablo VI, Ecclesiam Suam, 29: 29. «Hace falta que tengamos siempre presente esta inefable y dialogal relación, ofrecida e instaurada con nosotros por Dios Padre, mediante Cristo en el Espíritu Santo, para comprender qué relación debamos nosotros, esto es, la Iglesia, tratar de establecer y promover con la humanidad. El diálogo de la salvación fue abierto espontáneamente por iniciativa divina: El nos amó el primero; nos corresponderá a nosotros tomar la iniciativa para extender a los hombres el mismo diálogo, sin esperar a ser llamados. El diálogo de la salvación nació de la caridad, de la bondad divina: De tal manera amó Dios al mundo que le dio su Hijo unigénito; no otra cosa que un ferviente y desinteresado amor deberá impulsar el nuestro.» • 47. La acción evangelizadora que ya estamos llevando a cabo, así como la que debemos crear, debemos realizarla desde la actitud de cercanía y solidaridad hacia todos los habitantes de la región capital; es decir, desde la iniciativa de hacernos compañeros de camino de los cercanos, de los lejanos, de los extraños, de los creyentes y no creyentes; aprendiendo a escuchar primero a los otros, a entablar el 33. cf. Heb 5,1-14. Arquidiócesis de Bogotá 45 diálogo respetuoso con otros, sin imponer, sin juzgar, cultivando así una cultura del encuentro34. Hay que trabajar por hacernos solidarios con todo lo humano que se teje en la región capital35 , para que caminando juntos podamos hacernos capaces de identificar las necesidades profundas de los otros, sus inquietudes, sus aspiraciones vitales, como Jesús en el camino de Emaús y, así, poder ponernos a su servicio, como el Buen Samaritano, para sanar las heridas, curar los dolores, atender a los sufrimientos, especialmente de quienes están en las periferias de nuestra sociedad urbana y rural; y para anunciar de manera más encarnada la alegría del Evangelio. Esta actitud de acompañamiento, de interés y solidaridad efectiva por las necesidades y sufrimientos de la gente nos hará ser testigos coherentes, hará crecer la confianza de los otros en nuestro anuncio y se reconocerá el valor y la importancia de nuestra propuesta. Evangelizar no es hacer proselitismo con el Evangelio sino compartir con aquellos con quienes vamos caminando juntos la alegría de nuestro encuentro con Jesucristo que nos lanza a ser profundamente solidarios y comprometidos por amor con todos. 36 34. Cf. S.S. Francisco, Mensaje para la 48ª. Jornada Mundial de las Comunicaciones (2014): «Comunicaciones al servicio de una cultura del encuentro» 36. Cf. S.S. Francisco, EG 87: «Hoy, que las redes y los instrumentos de la comunicación humana han alcanzado desarrollos inauditos, sentimos el desafío de descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de mezclarnos, de encontrarnos, de tomarnos de los brazos, de apoyarnos, de participar de esa marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad, en una caravana solidaria, en una santa peregrinación. De este modo, las mayores posibilidades de comunicación se traducirán en más posibilidades de encuentro y de solidaridad entre todos. Si pudiéramos seguir ese camino, ¡sería algo tan bueno, tan sanador, tan liberador, tan esperanzador! Salir de sí mismo para unirse a otros hace bien. Encerrarse en sí mismo es probar el amargo veneno de la inmanencia, y la humanidad saldrá perdiendo con cada opción egoísta que hagamos.» y además en: 81-83; 87-92. 35. Cf. Concilio Vaticano II, GS 1: «Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia». • 48. La cercanía respetuosa a los que piensan distinto, la actitud de encuentro y diálogo, el hacer camino juntos, el ser misericordiosos con los que sufren, es lo que nos lleva a discernir y reconocer la obra de salvación que Dios 46 está haciendo en cada historia personal, en la historia de familias y comunidades, para ponernos a su servicio, ayudando a cada uno a tomar consciencia de esa gracia del Señor y de su reinado de misericordia y a ser dóciles a ella. Cultivar esta actitud de encuentro y discernimiento nos permite poner al servicio de la obra del Señor en cada persona y comunidad los maravillosos instrumentos que hemos recibido del mismo Señor para la evangelización y que son signos del Reinado de Dios: el anuncio de la Palabra, la celebración de los sacramentos, la acción caritativa, la vida de comunidad. Cada uno de estos instrumentos de gracia debe adaptarse, inculturarse, encarnarse en este contexto de pluralismo y de transición cultural, para servir eficazmente a esa presencia salvífica del Señor que quiere hacer de cada historia de los hombres y mujeres de nuestra región capital una historia de salvación. • 49. Este dinamismo nos recuerda además que al evangelizar, 37. S.S. Francisco, Mensaje al Comité de Coordinación del CELAM, Río de Janeiro, julio 28 de 2013.: «El discipulado misionero es vocación: llamado e invitación. Se da en un “hoy” pero “en tensión”. No existe el discipulado misionero estático. El discípulo misionero no puede poseerse a sí mismo, su inmanencia está en tensión hacia la trascendencia del discipulado y hacia la trascendencia de la misión. No admite lo hacemos como discípulos misioneros llamados a vivir como pueblo de Dios y a servir a la comunión 37; por tanto, a la hora de evangelizar debemos buscar siempre la edificación de una vida en comunidad, por la participación activa y orgánica de todos, cada uno desde su estado de vida, desde su ministerio o carisma propio, venciendo la tentación del individualismo que contamina nuestra sociedad y actuando auténticamente como el Cuerpo de Cristo que somos. Hay que desarrollar las habilidades comunicativas y comunitarias necesarias, cultivar los lazos de fraternidad y el sentido de pertenencia de unos hacia otros; de tal manera que nos sintamos responsables unos de otros, atentos a sus necesidades y comprometidos con ellos en una caridad efectiva, particularmente con los que más sufren 38. Se trata entonces de caminar juntos viviendo el don de la comunión como Iglesia, desde el ejercicio de una ética del cuidado, de la misericordia, del encuentro, que nos permita conformar comunidades la autorreferencialidad: o se refiere a Jesucristo o se refiere al pueblo a quien se debe anunciar. Sujeto que se trasciende. Sujeto proyectado hacia el encuentro: el encuentro con el Maestro (que nos unge discípulos) y el encuentro con los hombres que esperan el anuncio». 38. Cf. S.S. Benedicto XVI, Mensaje para la cuaresma 2012 y 2013. Arquidiócesis de Bogotá 47 alternativas a los modelos actuales y ser fuente de esperanza para la vida de las relaciones humanas en el mundo. • 50. Hacernos compañeros de camino nos lleva a la comprensión de los múltiples procesos de primer anuncio, de iniciación cristiana y de formación permanente de la fe, que realizamos dentro de la actividad evangelizadora, no como un adoctrinamiento, o un acto simple de transmisión de conocimientos, sino como el acompañamiento y anuncio que la comunidad entera ofrece a cada uno de sus miembros para que madure en su vida de fe, en su conversión al Señor Jesús, en el desarrollo de sus carismas, en el ejercicio de su compromiso misionero. Procesos de formación desde una pedagogía del cuidado, es decir, pensados desde lo que los otros necesitan en su proceso de conversión, desde el discernimiento de la obra de Dios en cada uno, poniendo así los medios al servicio del fin y no al contrario. Entendiendo entonces todo el servicio de la formación no como una instrucción que se imparte, sino como un camino que se comparte desde el testimonio de nuestra fe. • 51. La complejidad de los desafíos que implica la evangelización de una sociedad urbana y rural en 39. Cf. S.S. Francisco, EG 81-83; 98-101 transición, así como la superación de la situación de desbordamiento de las actividades, nos exige un verdadero trabajo eclesial de conjunto, con unidad de criterios, en el que se desarrolle la complementariedad de los carismas y ministerios, el liderazgo de equipo; y por tanto, un trabajo en el cual, como nos lo pide el Papa Francisco, se superen las actitudes contrarias al amor, entre ministros ordenados y laicos, entre ministros ordenados y la vida consagrada, entre comunidades, grupos o movimientos etc. 39 Hoy más que nunca debemos trabajar en la Arquidiócesis de Bogotá por una evangelización orgánica y de conjunto que congregue las diversidades, que articule las fuerzas vivas eclesiales y nos permita actuar y caminar con un solo corazón y una sola alma, de manera pertinente, eficaz y que incida evangélicamente sobre nuestra sociedad. c. FERMENTAR LA SOCIEDAD POR LA COMUNIÓN Y EL SERVICIO 52. El tercer dinamismo que debe caracterizar toda acción evangelizadora en la Arquidiócesis de Bogotá, y que es complementario a los dos anteriores, es la referencia permanente al proceso transformador y liberador que el Reinado de Dios despliega en la región capital, en medio de las desigualdades sociales, el pluralismo y la transición cultural, y al 48 servicio del cual debe ponerse toda actividad eclesial. Este dinamismo de ser fuente de transformación a modo de fermento nos lleva a tener presente varios aspectos: • 53. Jesús describe el Reino de Dios como la levadura que hace crecer la masa; discreta pero efectivamente, va haciendo que las realidades humanas se vayan impregnando de la vida de comunión divina y se transformen evangélicamente conforme al plan de la salvación40 : «¿A qué compararé el Reino de Dios? Es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.» (Lc 13,20-21) La evangelización en cuanto servicio al Reino debe asumir la misma forma: ser fermento de la sociedad, desde el reconocimiento y servicio a la obra de Dios en cada persona, espacio y comunidad en esta región capital 41. Toda acción evangelizadora que realicemos debe por tanto desarrollar esta dimensión transformadora de la cultura y de la sociedad, como lo enseñó el Papa Pablo VI 42. 40. Cf. S.S. Francisco, EG 180: «La propuesta es el Reino de Dios (cf. Lc 4,43); se trata de amar a Dios que reina en el mundo. En la medida en que Él logre reinar entre nosotros, la vida social será ámbito de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad para todos. Entonces, tanto el anuncio como la experiencia cristiana tienden a provocar consecuencias sociales. Buscamos su Reino: “Buscad ante todo el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás ven- • 54. La vida nueva que brota del encuentro con Cristo, nos recuerdan los obispos en Aparecida, «toca al ser humano entero y desarrolla en plenitud la existencia humana en su dimensión personal, familiar, social y cultural…No podemos concebir una oferta de vida en Cristo sin un dinamismo de liberación integral, de humanización, de reconciliación y de inserción social»43 ; de ahí que pueda entenderse la evangelización en términos de un servicio a la Vida Plena en Cristo para todos los seres humanos. Hoy la práctica evangelizadora en la región capital está llamada a ponerse al servicio de esa Vida Plena, que genera una transformación de todo el ser humano y de todos los seres humanos, promoviendo el compromiso de cada bautizado, desde su estado de vida, y de cada comunidad, por la justicia, la reconciliación, la solidaridad y el cuidado de la creación. • 55. Asumir este tercer dinamismo implica además el reconocimiento de nuestra ciudad y su cultura en expansión, al igual que drá por añadidura” (Mt 6,33).» 41. Cf. DA 366: «La conversión personal despierta la capacidad de someterlo todo al servicio de la instauración del Reino de Vida.» 42. Cf. S.S. Pablo VI, EN 18-20; Arquidiócesis de Bogotá, “El Plan E y su construcción”, Documento 2 del Plan de Evangelización, 63-67 43. DA 142 Arquidiócesis de Bogotá 49 de la sociedad rural, como una obra humana, fruto del ingenio y de las capacidades humanas, que goza de una legítima autonomía, sin por ello dejar de estar enriquecida por la presencia creadora y salvífica del misterio de la Pascua de Cristo44. La consecuencia fundamental de esta convicción es que la Iglesia y su acción evangelizadora están llamadas a reconocer el mundo urbano-rural, en toda su riqueza, complejidad y drama humano, como un interlocutor con quien interactúa, dando y recibiendo mutuamente, desde la riqueza del Evangelio. 45 • 56. También este dinamismo nos invita al necesario reconocimiento de la capacidad transformadora del pueblo de Dios, llamado en virtud de la alianza, a ser forjador de la historia, como lo recordaban los obispos en Puebla: «Para los mismos cristianos, la Iglesia debería convertirse en el lugar donde aprenden a vivir la fe experimentándola y descubriéndola encarnada en otros. Del modo más urgente, debería ser 44. Cf. GS 41: «El Evangelio enuncia y proclama la libertad de los hijos de Dios, rechaza todas las esclavitudes, que derivan, en última instancia, del pecado; respeta santamente la dignidad de la conciencia y su libre decisión; advierte sin cesar que todo talento humano debe redundar en servicio de Dios y bien de la humanidad; encomienda, finalmente, a todos a la caridad de todos. Esto corresponde a la ley fundamental de la economía cristiana. Porque, aunque el mismo Dios es Salvador la escuela donde se eduquen hombres capaces de hacer historia, para impulsar eficazmente con Cristo la historia de nuestros pueblos hacia el Reino…. Para que América Latina sea capaz de convertir sus dolores en crecimiento hacia una sociedad verdaderamente participada y fraternal, necesita educar hombres capaces de forjar la historia según la «praxis» de Jesús, entendida como la hemos precisado a partir de la teología bíblica de la historia. El continente necesita hombres conscientes de que Dios los llama a actuar en alianza con él. Hombres de corazón dócil, capaces de hacer suyos los caminos y el ritmo que la Providencia indique. Especialmente capaces de asumir su propio dolor y el de nuestros pueblos y convertirlos, con espíritu pascual, en exigencias de conversión personal, en fuente de solidaridad con todos los que comparten este sufrimiento y en desafío para la iniciativa y la imaginación creadoras.»46 Hablamos de un poder transformador, propio del amor misericordioso de Dios, que es descrito por Jesús mediany Creador, e igualmente, también Señor de la historia humana y de la historia de la salvación, sin embargo, en esta misma ordenación divina, la justa autonomía de lo creado, y sobre todo del hombre, no se suprime, sino que más bien se restituye a su propia dignidad y se ve en ella consolidada.» 45. Cf. GS 40-45: Cap. IV Misión de la Iglesia en el mundo contemporáneo 46. DP 273-279 50 te las metáforas del “fermento”, de la “semilla”, de la “sal” y de la “luz”, que desde una presencia discreta, a veces vista, a veces no vista, pero sentida, que crece y hace crecer, va comprometiendo las libertades humanas en una opción por comunicar la vida en abundancia que el mismo Dios quiere para todos los seres humanos. • 57. Este tercer dinamismo nos mueve a tomarnos en serio el mandamiento del amor al prójimo, puesto que la caridad efectiva debe guiar e inspirar toda la dimensión social de la evangelización. Como nos lo enseñó Jesús, es la vivencia del amor misericordioso del Padre en toda circunstancia de la vida -particularmente en la solidaridad y ayuda a los más pobres y a quienes sufren- lo que hace que se haga visible y se manifieste el Reinado de Dios y el proceso transformador y liberador que genera. Nos recuerda el Papa: «Desde el corazón del Evangelio reconocemos la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana, que necesariamente debe expresarse y desarrollarse en toda acción evangelizadora. La aceptación del primer anuncio, que invita a dejarse amar por Dios y a amarlo con el amor que Él mismo nos comunica, provoca en la vida de la persona y en sus acciones una primera y fundamental 47. S.S. Francisco, EG 178 reacción: desear, buscar y cuidar el bien de los demás» .47 • 58. La acción evangelizadora de la arquidiócesis debe ser entonces una actualización permanente del compromiso por el cuidado de los otros, cercanos y lejanos, por la solidaridad con el que sufre, con los pobres, con aquellos que están excluidos en medio de nuestra ciudad y municipios, y que necesitan una ayuda concreta; debe llevar a que todos trabajemos, personal y comunitariamente por ser instrumentos de reconciliación, de justicia, de inclusión social de los pobres, de diálogo social; debe promover el trabajo, junto con otros, por la construcción de una sociedad más en consonancia con el reino de la vida plena en Cristo, de una sociedad más justa, equitativa, respetuosa, promotora de la dignidad humana y de la creación, de una sociedad cuyos valores y realizaciones sean anticipo y preparación de la Jerusalén celestial, que aguardamos de lo alto, y de la cual somos germen y fermento. • 59. Pensarnos como católicos que fermentan la sociedad urbano-rural, desde nuestro servicio al reinado de Dios presente, nos lleva a reconocer nuestra condición como ciudadanos, como actores sociales junto a otros, y a trabajar por asumir una actitud dialogante, humilde, propositiva; a buscar Arquidiócesis de Bogotá 51 participar en los debates sociales propios de una sociedad democrática y plural, como la colombiana, con los argumentos de la razón iluminada por la fe y de la doctrina social de la Iglesia. Y por lo mismo nos lleva a diseñar una evangelización que promueva desde todas las instancias la participación de los laicos y el ejercicio de su responsabilidad profética, sacerdotal y real en los asuntos del mundo, con el acompañamiento respetuoso, competente y cercano de los ministros ordenados. • 60. La vida de comunidad que el pueblo de Dios busca asumir, como un don de la Trinidad y desde las diversidades de sus miembros, también tiene el potencial para ser fuente de transformación evangélica de nuestra sociedad. Es el don que podemos comunicar a la humanidad y de la cual somos signo e instrumento. El compromiso por la vivencia auténtica, en nuestra Iglesia arquidiocesana, de la espiritualidad de comunión48 , de la fraternidad y de la solidaridad, puede contribuir mucho a la reconstrucción del tejido social, a la reconciliación, al fomento de una conciencia de la unidad humana, de la integración social. Esta conciencia se genera no sólo mediante enunciados verbales, sino sobre todo mediante 48. Cf. S.S. Juan Pablo II, NMI 43 la irradiación que produce la vivencia gozosa de la comunión al interior de las comunidades cristianas, que se convierte en signo profético, en modelo alternativo de vida, en comunidad contraste que señala nuevas comprensiones de la vida social. Toda nuestra acción evangelizadora debe asumir este dinamismo, y debe reconocer y potenciar su fuerza transformadora. 61. Estos tres dinamismos conforman entonces el estilo de evangelización, más claramente misionero, que queremos asumir para responder a los desafíos que nos plantea el nuevo contexto de nuestra sociedad. Ya sea a la hora de pensar en la organización de la arquidiócesis, o en el trabajo del arciprestazgo, en la catequesis de iniciación, en el plan de trabajo con un grupo apostólico, o en el grupo de oración, o en un grupo de animación de la liturgia o de la pastoral social, en la asociación para la defensa de los derechos humanos, o en el proyecto vicarial de pastoral familiar etc., se trata de pensar, planear, organizar, realizar todo esto y cualquier otra actividad evangelizadora, teniendo en cuenta estos tres dinamismos y la mística evangelizadora misionera que impulsan. 62. Es por esto que queremos durante esta primera etapa de tres años familiarizarnos, apropiarnos, comprender los fundamentos bíbli- 52 cos, teológicos y pastorales de estos dinamismos y su correlación con los demás componentes del nuevo paradigma, para hacernos capaces de construir, con una nueva mentalidad, con una nueva actitud misionera, los grandes procesos evangelizadores que orientarán la vida de nuestra Arquidiócesis: los procesos de cuidado y promoción de la vida de comunión y participación (la evangelización de la familia, de la vida parroquial, de la juventud, de la edad adulta, del ministerio ordenado, la interacción con la vida consagrada, con las asociaciones de laicos, etc.), los que se refieren al anuncio, formación en la fe y diálogo con las culturas (animación bíblica, primer anuncio, iniciación cristiana, vida litúrgica, evangelización de la cultura, la educación, la comunicación etc.), y los que se refieren a la animación de la dimensión social de la evangelización (promoción de la cultura de la vida, la evangelización de la vida económica, de la movilidad humana, la promoción de la cultura ciudadana, de la justicia, la reconciliación y la paz, etc.). 63. Reiteramos que estos dinamismos no se entienden como algo externo o ajeno a nosotros que pretendamos asumir, sino que se originan y se fundamentan, como se ha señalado49, en la propia vivencia de la condición bautismal; y alcan49. Cf. PE 36: El corazón de todo paradigma de evangelización zarán un sentido particular cuando sean vividos por el obispo, los presbíteros y diáconos, en virtud de su ordenación y de su ministerio apostólico, cuando sean acogidos por los miembros de la vida consagrada en sus proyectos evangelizadores, en virtud de su vivencia de los consejos evangélicos; y cuando sean apropiados por los hombres y mujeres laicos, por las familias cristianas, en el ejercicio de su condición misionera en los asuntos del mundo y en su servicio a la comunión eclesial. 64. No pensemos en los dinamismos como si fueran una estrategia en tres pasos, o una secuencia obligatoria que debamos seguir, sino como actitudes permanentes necesarias y complementarias que deben llevar a reflexiones, decisiones y acciones evangelizadoras más pertinentes y dialogantes con el contexto que vivimos. Más que ser un punto de llegada, son un punto de partida para pensar, planear y vivir nuestra condición evangelizadora en las nuevas circunstancias. Arquidiócesis de Bogotá 53 6. ¿POR QUÉ ASUMIR ESTE NUEVO PARADIGMA MISIONERO? 65. En primer lugar porque creemos en la primacía y en la eficacia de la gracia que está obrando y conduciendo a la Iglesia Arquidiocesana hacia el cumplimiento de su misión al servicio del Reino en esta nueva etapa de nuestra historia. Esa gracia del Señor nos impulsa a transformarnos para ser testigos del Reino, sacramento de su misericordia, mostrando la novedad y la actualidad permanente del Evangelio. Por eso, al asumir el nuevo paradigma buscamos ser dóciles a esta acción del Espíritu en nuestra Iglesia. 66. También porque reconocemos las situaciones que caracterizan nuestra sociedad actualmente, particularmente el pluralismo, la transición cultural y las desigualdades sociales, no como un obstáculo para la vivencia de nuestra fe y de nuestro compromiso misionero, sino como una oportunidad para renovar nuestra propia condición como discípulos misioneros, re-encontrándonos con Dios en medio de estas nuevas circunstancias, y asumiendo con creatividad el mandato misionero que recibimos del Señor Jesús. El nuevo paradigma, apropiado por todos, nos capacitará para asumir esta oportunidad este nuevo desafío para la evangelización. 67. Además, porque como toda la Iglesia lo viene haciendo desde hace algún tiempo, se hace necesario una renovación, una adaptación, una conversión, una inculturación de nuestra labor evangelizadora a las nuevas circunstancias, para hacernos verdaderos interlocutores, desde el Evangelio, con este nuevo tiempo que vive nuestra sociedad. Este proceso sólo será posible en la medida en que salgamos al encuentro de Dios, presente y actuante en las nuevas circunstancias de cambio de esta sociedad, que nos hagamos como Él compañeros de camino de hombres y mujeres ...una oportunidad para renovar nuestra propia condición como discípulos misioneros, re-encontrándonos con Dios en medio de estas nuevas circunstancias, y asumiendo con creatividad el mandato misionero que recibimos del Señor Jesús 54 para reconocer sus inquietudes, sus lenguajes, y aprender a anunciar el Evangelio y a cuidar de ellos en medio de estas nuevas circunstancias; y que seamos instrumentos del crecimiento de la obra que Dios está haciendo en esta sociedad, mediante nuestro testimonio de amor, en la vida de comunión y de servicio misericordioso a toda la sociedad. 68. De igual manera, el nuevo paradigma nos ayudará para que las mediaciones que recibimos del mismo Señor: la Palabra, la liturgia y los sacramentos, la vida de comunión y de servicio -signos e instrumentos de la presencia del Reino encomendados a la comunidad eclesial- se hagan significativos y entren en diálogo con una sociedad urbana y rural que ha cambiado, que ya no es la misma de hace algunos años, y cuyos lenguajes, criterios, conceptos, instrumentos, sistemas de acción, imaginarios etc., son distintos a los que nos sirvieron durante años para llevar el Evangelio a todos los rincones de la sociedad. 69. Además no podemos desconocer que ya hay entre nosotros muchos católicos que han asumido la necesidad de este gran giro y trabajan con creatividad -aunque muchas veces de manera aisladapor una nueva forma de evangelizar en las actuales circunstancias. Y es necesario reconocerlos y apoyarlos, aprender de sus experiencias e integrarnos en un solo propósito de renovación para que podamos alcanzar nuestros objetivos. Necesitamos dejar de caminar desarticulados y trabajar por caminar con un solo corazón y una sola alma, como un solo cuerpo eclesial que somos, y, con seguridad, el nuevo paradigma de evangelización nos ayudará a lograr esto. Arquidiócesis de Bogotá 55 7. ¿CÓMO VAMOS A EMPEZAR A TRABAJAR POR ESE GRAN GIRO? 7.1 CONVOCACIÓN A LOS CATÓLICOS DE LA ARQUIDIÓCESIS A PARTICIPAR 70. De acuerdo con el objetivo definido para la primera etapa quienes están convocados a vivir este proceso somos todos los católicos de la Arquidiócesis de Bogotá, y especialmente los animadores de la evangelización. Entendemos por “animadores de la evangelización” (antes llamados agentes de evangelización o de pastoral), a todas aquellas personas -ministros ordenados, miembros de la vida consagrada y laicos- vinculadas a algún grupo pastoral o actividad apostólica, ya sea en la parroquia o en otro espacio de comunión eclesial y que se sienten llamadas a ser testimonio de la presencia del Reino de Dios y a comunicar a otros la alegría de su encuentro con Jesucristo. Los animadores no son sólo los líderes de grupos o comunidades católicas, sino también las personas que participan activamente en ellos, como laicos comprometidos. Puesto que somos muchos, será necesario generar distintos procesos de participación en varios momentos, que como círculos concéntricos en el agua, se irán ampliando cada vez más durante estos tres años. 7.2 EL PROGRAMA DEL GRAN GIRO, SUS PROYECTOS Y ACTIVIDADES 71. Como se expresó en líneas anteriores, para alcanzar los objetivos de esta primera etapa, queremos concentrar la atención en el nuevo paradigma de evangelización, propiciando una sensibilización hacia el cambio de mentalidad y de actitud, que nos haga más capaces de generar con fidelidad y creatividad nuevos procesos evangelizadores en el presente y hacia el futuro. Se ha diseñado por tanto un PROGRAMA DE SENSIBILIZACIÓN AL GRAN GIRO que queremos concentrar la atención en el nuevo paradigma de evangelización, propiciando una sensibilización hacia el cambio de mentalidad y de actitud, que nos haga más capaces de generar con fidelidad y creatividad nuevos procesos evangelizadores 56 Arquidiócesis de Bogotá 57 58 nos permita difundir este espíritu de conversión decididamente misionera que nos hemos propuesto, una comprensión renovada de lo que significa evangelizar en la Arquidiócesis de Bogotá, de acuerdo con el paradigma y sus fundamentos, una apropiación personal y comunitaria de este nuevo estilo evangelizador y la motivación a una revisión crítica sobre nuestra práctica evangelizadora, que nos abra a una renovación de la misma, frente al nuevo contexto que vivimos. 72. Y para llevar a cabo el programa se han diseñado cuatro PROYECTOS, que son complementarios, pero no suponen necesariamente una secuencia a seguir, dadas las distintas posibilidades de puntos de partida que existen: - El Proyecto DIFUSIÓN, que se propone dar a conocer el Plan E y el paradigma misionero y arquidiocesano de evangelización - El Proyecto COMPRENSIÓN, que busca el reconocimiento y entendimiento de los fundamentos bíblicos, teológicos y pastorales del plan y de su paradigma - El Proyecto ACOGIDA, cuyo propósito es promover una acogida del plan y el paradigma con conciencia arquidiocesana - El Proyecto REVISIÓN CRÍTICA que quiere impulsar una autoevaluación sobre la vivencia de nuestra condición misionera y sobre nuestras prácticas evangelizadoras a la luz del plan y el paradigma, para generar una auténtica “conversión pastoral”. 73. A través de estos proyectos buscamos poner las bases que nos permitan más adelante desarrollar los procesos específicos de evangelización que será necesario implementar en cada área de la evangelización: la familia, la juventud, la vida parroquial, la iniciación cristiana, el diálogo con la cultura, etc. y articular en los diferentes espacios eclesiales de la vida arquidiocesana: familias, pequeñas comunidades, parroquias, arciprestazgos, capellanías, etc. 74. Son proyectos que se complementan entre sí, y cuyos objetivos generales podremos alcanzar en la medida en que logremos unas metas específicas, a través de la implementación de distintas ACTIVIDADES que se han diseñado, y que en su conjunto nos llevarán a lo que nos hemos propuesto para esta primera etapa. Estas actividades se han organizado en dos grupos: unas básicas y otras complementarias. “Actividades básicas” son aquellas que se consideran fundamentales y necesarias para alcanzar el objetivo de la etapa, por ello, deben ser realizadas por todos los animadores de la evangelización y por todos los demás católicos, en la medida en que se vayan vinculando al proceso. “Actividades complementarias” son Arquidiócesis de Bogotá 59 aquellas que también contribuyen al logro del objetivo, pero estarán orientadas a la participación abierta y masiva de los católicos y a la ambientación de todo el proceso en la vida arquidiocesana, o a metas específicas. 75. En los siguientes cuadros podremos identificar los proyectos, y sus respectivas actividades, básicas y complementarias: PROGRAMA DE SENSIBILIZACIÓN AL GRAN GIRO PROYECTOS DIFUSIÓN DEL PLAN E COMPRENSIÓN DEL PLAN E Y EL NUEVO PARADIGMA MISIONERO DE EVANGELIZACIÓN OBJETIVOS Asegurar que el mayor número posible de personas de la Arquidiócesis de Bogotá conozcan la existencia y los acentos fundamentales del proceso de renovación de la evangelización que se quiere implementar a partir del Plan E Ofrecer a los animadores de la evangelización experiencias de encuentro con Jesucristo y espacios de formación que les ayuden a profundizar en el espíritu y en los criterios de renovación propuestos por el Plan E y especialmente por el nuevo paradigma de evangelización. ACOGIDA DEL PLAN E Y DEL NUEVO PARADIGMA MISIONERO DE EVANGELIZACIÓN Desarrollar espacios y experiencias que favorezcan la acogida del espíritu del Plan E, el paradigma misionero y sus criterios, dentro de un sentido comunitario y de pertenencia a la Iglesia arquidiocesana. REVISIÓN CRÍTICA DE LA PRÁCTICA EVANGELIZADORA ACTUAL Propiciar un espíritu de conversión personal y pastoral a partir de experiencias de autorrevisión de las prácticas evangelizadoras a la luz del paradigma y los doce criterios contenidos en el Plan E. 60 ACTIVIDADES BÁSICAS 2014-2016 No. ACTIVIDADES OBJETIVOS Contar, mediante una encuesta, los actuales animaConteo de animadores dores de la evangelización y conocer algunas de sus características, para tener un perfil inicial de la situación de quienes son los primeros interlocutores y destinatarios de las actividades de la primera etapa del Plan E. Promover un proceso de toma de consciencia de cada animador de la evangelización, y de cada experiencia comunitaria eclesial, que les permita revisar, Autodiagnóstico frente al analizar y conocer su punto de partida con respecto paradigma misionero a los propósitos de renovación del Plan E y el Parade digma misionero de Evangelización, y así poder deevangelización terminar las necesidades a trabajar y las actividades a desarrollar para alcanzar la meta de la Etapa del Gran Giro; esto, mediante un ejercicio de reflexión con base en un cuestionario. Participación en la Clausura del Jubileo Alimentar nuestro sentido de pertenencia a la Arquidiócesis de Bogotá celebrando de manera solemne y masiva la clausura del año de celebraciones por sus 450 años de presencia evangelizadora. Promover, mediante experiencias de salida a la ciudad - municipios y visitas a instituciones sociales, el acercamiento a estas realidades con una mirada Encuentro con Jesucristo contemplativa, que permita el reconocimiento de en la calle y en la acción los signos de la presencia de Dios y de sus planes en misericordiosa ellas, lleve a la valoración de la realidad urbano-rural como lugar del encuentro con Jesucristo y a una mayor comprensión del significado de los componentes del paradigma misionero de evangelización. Promover un encuentro personal con Jesucristo, mediante un retiro espiritual, que permita a los aniEncuentro con madores de la evangelización comprender el espíJesucristo en un Retiro ritu de renovación del Plan E, y profundizar en los Espiritual dinamismos y el espíritu del paradigma misionero de evangelización: - salir, hacerse compañero de camino y fermentar-. Arquidiócesis de Bogotá 61 No. ACTIVIDADES OBJETIVOS Encuentro con Jesucristo en la oración personal y comunitaria Promover un encuentro personal y comunitario con Jesucristo mediante un itinerario de oración, que lleve a los animadores a revisar y renovar la riqueza de su condición como discípulos misioneros del Señor, guiados por su Espíritu, como fundamento para la comprensión y asimilación del espíritu de renovación del Plan E y del nuevo paradigma misionero de evangelización. Estudio básico de los fundamentos y contenidos del Plan Promover que los animadores de la evangelización comprendan los fundamentos bíblicos, teológicos y pastorales del espíritu de renovación del Plan E, por medio de una propuesta metodológica que permita poner en juego los procesos de reflexión, análisis y diálogo. Encuentro con los hermanos en la vida eclesial Fomentar entre los animadores de la evangelización el espíritu de comunión y fraternidad, el reconocimiento mutuo, y el sentido de pertenencia a la Iglesia Arquidiocesana, por medio de encuentros entre los miembros de diferentes comunidades, grupos, servicios y estados de vida, para favorecer la acogida comunitaria del Plan E y su nuevo paradigma. Una Acción Social Arquidiocesana Promover en los animadores de la evangelización la conciencia de su pertenencia a la Iglesia arquidiocesana, mediante el trabajo conjunto en una acción social, que sea expresión, dentro del proceso de implementación del Plan E, de la voluntad de la Iglesia arquidiocesana de trabajar por una sociedad misericordiosa. Realización de la revisión crítica sobre la propia condición misionera Promover una actitud de conversión pastoral, personal y comunitaria, decididamente misionera, mediante la realización de una experiencia de autoevaluación y de co-evaluación, que les permita, a los animadores de la evangelización, reconocer y valorar sus fortalezas, así como los aspectos por mejorar, en la vivencia de su condición misionera y en el ejercicio de sus prácticas evangelizadoras, a la luz del nuevo paradigma misionero de evangelización. 62 ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS 2014 No. ACTIVIDADES OBJETIVOS Campeonato FUTSAL 450 AÑOS Difundir el espíritu de renovación que busca vivir la Arquidiócesis de Bogotá con su nuevo Plan de Evangelización, mediante la realización de un campeonato arquidiocesano de futsal para niños y niñas, que promueva la vivencia de los valores cristianos y el fortalecimiento de la unidad familiar y comunitaria a través del deporte. Acto académico: Lanzamiento del libro con ocasión de los 450 años de la Arquidiócesis Estrategia de comunicación (Medios virtuales, audiovisuales y escritos) Talleres sobre el ideal que nos une y compromete y el problema focal Difundir la acción evangelizadora de la Arquidiócesis de Bogotá, durante 450 años de historia, mediante la publicación de una compilación de artículos que dan a conocer la incidencia de la Iglesia en la construcción de la sociedad bogotana. Fortalecer los procesos comunicativos internos y externos de la Arquidiócesis de Bogotá mediante el diseño e implementación de una estrategia de comunicación para difundir los contenidos y proyectos del Plan de Evangelización. Ayudar a que los animadores de la evangelización comprendan la realidad eclesial de la Arquidiócesis para que asuman el ideal que nos une y nos compromete; mediante la participación en talleres didácticos. Talleres sobre los 7 giros del Gran Giro Propiciar, mediante la participación en talleres didácticos, en los animadores de la evangelización una comprensión sobre las conversiones necesarias para entrar en el espíritu de renovación del Plan E. Foro arquidiocesano: ¿Es posible encontrar a Dios en las situaciones de pobreza de la región capital? Claves de lectura de nuestro Plan E Proponer una reflexión sobre las distintas situaciones de pobreza que existen en la región capital y los caminos para reconocer los signos de la presencia y de los planes de Dios en medio de ellas, que nos interpelan y comprometen a un trabajo conjunto por la construcción de una sociedad más misericordiosa y solidaria. Conciertos, vigilias, adoración eucarística Promover en los animadores el Encuentro Personal con Jesucristo que facilite la comprensión del espíritu de renovación del Plan E, por medio de espacios comunitarios de oración y adoración. Celebración Arquidiocesana del Día del Catequista Animar entre los catequistas de las parroquias y de otros espacios de vida eclesial el sentido de pertenencia a la Iglesia Arquidiocesana, para asumir el espíritu de comunión y participación expresado en el Plan de Evangelización, mediante un encuentro arquidiocesano, festivo y fraterno, con ocasión del día del catequista. Arquidiócesis de Bogotá 63 ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS 2015 No. ACTIVIDADES Festival de Coros Musicales Festival de Teatro Evangelizador OBJETIVOS Difundir, mediante la realización de un festival arquidiocesano de coros, el espíritu de renovación del Plan E con los animadores de la evangelización que sirven al Evangelio desde sus carismas y habilidades musicales y artísticas en los distintos espacios de la vida eclesial, para integrarlos en el proceso de evangelización de conjunto que se está implementando. Difundir, mediante la realización de un festival arquidiocesano de teatro, el espíritu de renovación del Plan E con los animadores de la evangelización que sirven al Evangelio desde sus carismas y habilidades teatrales y artísticas en los distintos espacios de la vida eclesial, para integrarlos en el proceso de evangelización de conjunto que se está implementando. Ruta del Arte Sagrado Promover la memoria histórica y el sentido de pertenencia a la Iglesia arquidiocesana, mediante un proyecto de pastoral del turismo religioso, que forme en la valoración del patrimonio arquitectónico y artístico de nuestra Iglesia, particularmente en el centro histórico de la ciudad. Foto Museo Difundir a través de material fotográfico itinerante signos de la presencia de Dios a lo largo de la historia, en el pasado y el presente de la ciudad. Concurso de fotografía: Dios en la ciudad Promover una mirada contemplativa sobre la vida cotidiana de la ciudad, de acuerdo con el nuevo paradigma de evangelización, mediante la realización de un concurso de fotografía, que capte en imágenes los signos, las huellas, de la presencia de Dios en la ciudad. Formación en ciudadanía Promover la comprensión y la participación en el plan de evangelización, mediante un proceso de formación en los valores de la cultura ciudadana, que permitan, a todos los animadores y fieles cristianos en general, desarrollar la dimensión social de la vida cristiana y de la evangelización, y el cultivo de una espiritualidad que anime toda la actividad humana. 64 No. ACTIVIDADES OBJETIVOS Ofrecer a todos los animadores de la evangelización y otras personas interesadas, un espacio para proForos (Cristo, Iglesia, Misión) fundizar en los fundamentos cristológicos, eclesiológicos y misioneros del espíritu de renovación del Plan E. Curso Virtual sobre el Plan Ofrecer un espacio de formación sistemática para los animadores de la evangelización, que los lleve a una comprensión profunda del Plan E, del paradigma de evangelización, de sus fundamentos bíblicos y teológicos, de su espiritualidad y de las actitudes y compromisos que es necesario desarrollar para su implementación. Ofrecer un espacio de formación que permita, a toCongreso de dos los católicos interesados, profundizar en los funprofundización bíblica damentos bíblicos del Plan E y el nuevo paradigma del Plan misionero de evangelización. ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS 2016 Serán definidas durante el 2015 OTRAS ACTIVIDADES No. ACTIVIDADES Subsidios litúrgicos Mes de la Virgen (may) OBJETIVOS Promover un espíritu de comunión arquidiocesana, mediante subsidios de animación litúrgica para las celebraciones dominicales y tiempos fuertes, que motiven a celebrar juntos la fe y el proceso de renovación que se vive con el Plan E. Promover, en el contexto del culto y las devociones marianas, la acogida e imitación de la capacidad de la Virgen María para reconocer las huellas del Espíritu de Dios en los acontecimientos de la vida cotidiana y hacerse servidora de la obra de Dios, virtud fundamental para vivir el nuevo paradigma de evangelización. Arquidiócesis de Bogotá 65 No. ACTIVIDADES OBJETIVOS Semana por la Paz (sep) Concientizar en la búsqueda y construcción de la paz a miembros del pueblo de Dios por medio de talleres de sensibilización con el tema Paz y Reconciliación, que fomenten la reflexión sobre la importancia del papel de la paz en la vida cotidiana y brinden pautas para ser mejores cristianos y ciudadanos en medio de las situaciones de violencia que se viven en nuestra región-capital. Semana del Migrante (sep) Sensibilizar a los miembros del pueblo de Dios sobre la realidad de la población en situación de desplazamiento forzado y migración para ser más conscientes de las implicaciones que esta situación trae consigo por medio de actividades asociadas en esta semana. Solidaridad con los presos (sep) Hacernos sensibles y solidarios con las personas internas en las cárceles de la ciudad, mediante una donación que permitirá entregarles elementos de aseo personal, como signo de la cercanía de la Iglesia con ellos y sus familias. Mes de la Biblia (oct) Promover la apropiación del primer criterio del Plan E: la primacía de la Palabra de Dios, en la vida cristiana y en la acción evangelizadora, de acuerdo con los subsidios diseñados por la Conferencia Episcopal. Mes de las misiones (oct) Motivar a los fieles cristianos a vivir su condición misionera y a ser solidarios, con la oración y con la ofrenda económica, con quienes dedican su vida a la acción misionera ad gentes para llevar el Evangelio a quienes no lo conocen o lo han olvidado. Adviento Navidad (diciembre) Promover, mediante un subsidio, el crecimiento de la fe, del compromiso misionero de los fieles cristianos, y del sentido de pertenencia eclesial, por la participación consciente y fructuosa en las celebraciones litúrgicas y en las devociones del Adviento y la Navidad. Una presentación más detallada de las actividades básicas la podemos encontrar al final del documento en el Anexo No. 2 . 66 7.3 LOS MOMENTOS QUE VAMOS A VIVIR PRIMER MOMENTO 76. Primero vamos a realizar las actividades básicas con los presbíteros, diáconos permanentes y demás animadores de la evangelización que son líderes de las comunidades parroquiales, de las actividades en diversas áreas de la evangelización, de las comunidades de vida consagrada y de los movimientos y asociaciones. Este momento será desarrollado aproximadamente durante el 2014. SEGUNDO MOMENTO 77. En segundo lugar, con la ayuda del primer grupo, realizaremos las actividades básicas con los demás animadores de la evangelización que participan en todos los espacios de la vida eclesial: es decir con quienes participan en las pequeñas comunidades, en los grupos parroquiales, en los espacios de pastorales específicas, en las actividades de las comunidades religiosas, de los movimientos y asociaciones. Este momento será desarrollado aproximadamente durante el 2015. TERCER MOMENTO 78. En un tercer momento se hará una convocación a todos los demás católicos que quieran participar en el proceso, cercanos o lejanos, de tal manera que puedan tener una pri- mera aproximación a esta experiencia de renovación. Este momento será desarrollado aproximadamente durante el 2016. 7.4 LOS ORGANISMOS QUE NOS APOYARÁN EN LA ORGANIZACIÓN Y REALIZACIÓN 79. De acuerdo con los distintos espacios de la vida arquidiocesana existen organismos que nos apoyarán en la realización de los proyectos y actividades. A nivel del conjunto de la arquidiócesis está la Vicaría de Evangelización y sus distintos organismos: el Equipo permanente, los tres Centros Estratégicos (Comunión y Participación, Anuncio, formación en la fe y diálogo; y Dimensión social de la Evangelización), el Observatorio de Evangelización, la Comisión Arquidiocesana de Evangelización. Estos organismos serán los directos responsables de la realización de las actividades durante el primer momento y, con la ayuda de los primeros animadores, acompañarán las actividades que se irán haciendo con los demás animadores en el contexto vicarial, arciprestal, parroquial, y de pastorales específicas, con los movimientos y asociaciones y con los miembros de la vida consagrada, durante el segundo momento. Este proceso nos permitirá más adelante conformar lo que serán los Arquidiócesis de Bogotá 67 Equipos Vicariales, Arciprestales y Parroquiales de Animación de la Evangelización, así como los que se consideren oportunos para acompañar los demás espacios de la vida arquidiocesana; los cuales serán fundamentales en la segunda etapa de nuestro plan. 8. Y ¿QUÉ HACER MIENTRAS LLEGA EL MOMENTO DE PARTICIPAR EN LAS ACTIVIDADES PROGRAMADAS? 8.1 IMPREGNAR TODO LO QUE ESTAMOS HACIENDO, Y DEBEMOS HACER, DEL ESPÍRITU DEL NUEVO PARADIGMA 80. Mientras somos convocados a participar en las distintas actividades, estamos invitados a leer y profundizar en los tres dinamismos del paradigma de evangelización, para ir impregnando todo lo que estamos haciendo de este espíritu de revisión y renovación. El nuevo paradigma nos remite a actitudes de la persona misma de Jesús en su acción evangelizadora que debemos contemplar y apropiar; nos abre a la reflexión sobre nuestra identidad como católicos y la manera como estamos hoy viviendo nuestra condición de discípulos y misioneros de Jesús, poniéndonos en sintonía con las enseñanzas del Santo Padre Francisco. Los dinamismos además nos confrontan y abren a la creatividad en nuestras actividades apostólicas. Pensar la catequesis que estamos haciendo desde la actitud de salir, de hacernos compañeros de camino, de fermentar; pensar en el compromiso social que debemos animar desde las mismas actitudes. Como comunidad parroquial pensar en cómo ser una comunidad de salida, que sepa acompañar a todos para cuidar y anunciar, que sepa ser fermento del Reinado de Dios allí en me- buscamos despertar esa condición misionera que hay en cada uno de nosotros, esa alegría de reconocernos discípulos del Señor y enviados a compartir con otros el don de la vida y de la misericordia que hemos recibido del Señor. 68 dio del contexto en que viven y sus necesidades. Y aquellos que no tienen ningún compromiso aún, será la ocasión para pensar en cómo salir y reconocer lo que el Señor está esperando de sí mismos. 81. Este trabajo personal y comunitario es fundamental, pues el cambio que estamos buscando, el gran giro, no viene de afuera hacia adentro. No esperamos cambiar inmediatamente porque haya un documento que nos pide cambiar, o porque esperamos ciertas actividades que por sí mismas nos van a cambiar, sino que buscamos despertar, en primer lugar, esa condición misionera que hay en cada uno de nosotros, esa alegría de reconocernos discípulos del Señor y enviados a compartir con otros el don de la vida y de la misericordia que hemos recibido del Señor. Movidos por esta renovada actitud, y acogiendo y viviendo las actividades básicas y complementarias de la primera etapa, esperamos ir generando poco a poco, como fruto de discernimientos específicos, los nuevos programas y proyectos en cada una de las áreas de la evangelización, los programas de renovación de la vida parroquial, los nuevos programas de catequesis de iniciación cristiana, los nuevos programas de evangelización de la familia, de promoción de la cultura de la vida, etc. Es por esto necesario que tengamos paciencia con nosotros mismos, que continuemos realizan- do todas las actividades pastorales de los distintos espacios de la vida eclesial como lo veníamos haciendo, y tomemos las iniciativas que veamos necesarias, mientras vamos trabajando, con las actividades básicas y complementarias, durante esta primera etapa, en el cambio interno de nuestros criterios y actitudes; que nos permitan, dentro de este camino que hemos iniciado, ir replanteando, en el momento oportuno, esas mismas actividades e ir generando con una renovada mentalidad y creatividad, nuevos proyectos, lenguajes, métodos, actitudes evangelizadores que respondan a los desafíos de nuestro contexto, y en un espíritu de conversión pastoral decididamente misionera. 82. No se trata por tanto de una espera pasiva, puesto que estaremos en un trabajo desde distintos espacios: el ejercicio personal y comunitario de apropiación de los dinamismos del plan en todas las actividades que ya se vienen haciendo, el proceso formativo en el nuevo paradigma que se propone a través de las actividades básicas, el trabajo de ambientación y profundización que se propone a través de las actividades complementarias en distintos espacios; y además, el trabajo de discernimientos globales y específicos que se realizarán desde los organismos de la vicaría de evangelización, para identificar, diseñar, articular y preparar la implementación Arquidiócesis de Bogotá 69 de los programas desde los cuales se trabajará para alcanzar la meta de la segunda etapa: el nuevo rumbo; que según lo planeado iniciará en diciembre de 2016, pero que podemos comenzar a desarrollar en la medida del avance de dichos discernimientos y las prioridades que se establezcan. 8.2 ANIMARNOS LOS UNOS A LOS OTROS 83. Iniciar una nueva etapa en la vida de nuestra arquidiócesis pide además, de todos nosotros, cultivar una particular actitud de esperanza y fortaleza; puesto que los cambios no son fáciles, ya que exigen dejar la seguridad a la cual estamos acostumbrados, pasar por la incertidumbre sobre el valor de lo que estábamos haciendo y dar unos primeros pasos sin la suficiente confianza en el nuevo camino que recorremos. 84. También es necesario mantener una visión de conjunto y de futuro que permita hallarle sentido a los esfuerzos que estamos haciendo, aunque aún no veamos los cambios realizados; y que nos permita recordar que lo más importante es el proceso que juntos vamos a ir haciendo, donde el pequeño aporte de cada uno irá permitiendo que avancemos hacia nuestros ideales. 85. Por esto, es necesario, que nos animemos los unos a los otros, que seamos apoyo y estímulo para que juntos avancemos, con la gracia de Dios, en nuestros propósitos y afrontemos las dificultades propias de un camino de cambio, acogiendo las palabras del autor de la carta a los Hebreos: “animémonos los unos a los otros mientras dura este hoy” (Hb 3,13). 70 9. MARÍA, ESTRELLA DE LA EVANGELIZACIÓN 86. Como Iglesia Arquidiocesana queremos reconocer y agradecer la presencia, el patrocinio y la intercesión maternal de la Santísima Virgen María a lo largo de estos 450 años de nuestra historia como comunidad evangelizadora. Y hoy le pedimos a ella que siga intercediendo para que esta invitación a una nueva etapa evangelizadora, a un gran giro, sea acogida por toda la comunidad eclesial.50 87. Queremos además fijar nuestra atención en lo que la Virgen María nos enseña sobre el estilo de la evangelización, tal como nos lo recuerda el Papa Francisco; particularmente, su capacidad para «reconocer las huellas del Espíritu de Dios en los grandes acontecimientos y también en aquellos que parecen imperceptibles. Ella es contemplativa del misterio de Dios en el mundo, en la historia y en la vida cotidiana de cada uno y de todos. Es la mujer orante y trabajadora de Nazaret, y también es Nuestra Señora de la Prontitud, la que sale de su pueblo para auxiliar a los demás “sin demora” (Lc 1,39). Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella un modelo eclesial para la evangelización.»51 88. Invoquémosla, entonces, en todos nuestros proyectos para que Ella sea para nosotros un punto de referencia, fuente de inspiración y fortaleza ante los desafíos que debemos afrontar al buscar dar un giro hacia aquello que hemos reconocido como la voluntad de Dios para nuestra Iglesia. Hagamos de Ella la estrella de esta nueva etapa que hemos iniciado en la vida evangelizadora de nuestra Arquidiócesis. María, estrella de la evangelización, ruega por nosotros. 50. Cf. S.S. Francisco, EG 287. 51. S.S. Francisco, EG 288 Ella es contemplativa del misterio de Dios en el mundo, en la historia y en la vida cotidiana de cada uno y de todos. Es la mujer orante y trabajadora de Nazaret, y también es Nuestra Señora de la Prontitud... la que sale de su pueblo para auxiliar a los demás “sin demora” Arquidiócesis de Bogotá 71 72 ANEXO 1 SÍNTESIS DEL NUEVO PLAN DE EVANGELIZACIÓN DE LA ARQUIDIÓCESIS DE BOGOTÁ (PLAN E) El Plan de Evangelización ha sido plasmado en el documento que fue publicado en la Solemnidad de Pentecostés del 2013 y que invitamos a tener presente en todo momento. Pero como una ayuda para el proceso hemos querido hacer una síntesis de dicho documento, que presentamos a continuación, como un anexo. MIRADA SOBRE NUESTRO PRESENTE Como fruto de las consultas realizadas pudimos reconocer que la situación actual de los católicos y de la evangelización en la Arquidiócesis de Bogotá está caracterizada por una débil adhesión al Señor Jesucristo que dificulta su interacción con el contexto actual de la sociedad, marcado particularmente por la transición sociocultural, el pluralismo y las desigualdades sociales y por esto se ha generado, sin desconocer múltiples y valiosos esfuerzos, un modo de ser Iglesia, de ser católicos y de evangelizar sin ímpetu misionero, que tiende a quedarse en la simple gestión de prácticas religiosas, con poca participación, que cae en el activismo individualista y se limita al asistencialismo. Hemos llegado así a una situación en la cual, a pesar de la cantidad de actividades evangelizadoras que se organizan y realizan seguimos marchando por caminos paralelos y no suficientemente convergentes con la vida, preocupaciones, lenguajes o necesidades de la gente. LO QUE HEMOS RECONOCIDO El discernimiento realizado nos ha llevado a reconocer que debemos entrar en un proceso de conversión personal y pastoral que nos permita reavivar la condición misionera que tiene todo católico y la Iglesia Arquidiocesana en su conjunto y así relanzar nuestra tarea evangelizadora en medio de las circunstancias actuales de nuestra región capital. No es momento para lamentarnos de los cambios que vive la sociedad sino que es el momento para vivir intensamente nuestra identidad como comunidad de discípulos misioneros del Señor Jesucristo, enviados a anunciar y servir a la presencia de la acción misericordiosa de Dios en medio de nuestra ciudad y municipios, en medio de Arquidiócesis de Bogotá 73 sus luces y de sus sombras, desarrollando la creatividad y la novedad permanente que el misterio del amor del Señor y de su Espíritu Santo nos concede. Todo lo que venimos haciendo debe renovarse desde este espíritu de conversión y todo lo que nos hace falta será necesario implementarlo, entrando así en una nueva etapa de la vida de nuestra arquidiócesis. ¿CÓMO LO VAMOS A HACER? Para llevar a cabo esta conversión, esta renovación en la vida de nuestra arquidiócesis, hemos discernido y construido, con base en las consultas y bajo la luz de la Palabra de Dios y de las enseñanzas de la Iglesia, varios elementos que conforman un plan o un proyecto de vida para todos los católicos que integran el pueblo de Dios de la arquidiócesis. Estos elementos son: un ideal que nos une y compromete, unos objetivos de trabajo, unos criterios, un paradigma o estilo misionero de evangelización y un itinerario para recorrer. Todos estamos llamados entonces a conocer estos elementos, comprenderlos, acogerlos y a ponernos en camino juntos de acuerdo con las distintas programaciones que se organizarán y de acuerdo con los distintos espacios de vida eclesial, para que lleguemos a tener un solo corazón y una sola alma, como una sola familia arquidiocesana evangelizadora que somos en medio de la región capital. a) El ideal que nos une y compromete Como ideal que buscamos alcanzar juntos y que hemos discernido como la voluntad de Dios para nuestra Arquidiócesis de Bogotá y nuestra ciudad región, soñamos con una Iglesia en la cual todos sus miembros vivamos, cultivemos y celebremos una intensa y profunda adhesión al Señor Jesucristo y a su Reino de misericordia, que nos haga ser alegres y coherentes discípulos misioneros en medio de la región capital, y que, por tanto, nos haga vivir una auténtica vida de comunión entre nosotros y con todos, como verdadero pueblo de Dios, y nos impulse a asumir nuestra tarea evangelizadora, dóciles al Espíritu Santo, con ímpetu misionero, con actitud dialogante, profética y propositiva, en medio de la transición y pluralidad cultural que vivimos, y a participar, junto con otros, en la construcción de una sociedad misericordiosa, es decir, justa, reconciliada, solidaria y que cuida de la creación. Soñamos por tanto con una Iglesia que por su actitud misericordiosa vive su condición de ser luz del mundo y sal de la tierra en medio de nuestra región capital. 74 b) Unos objetivos que nos señalan el camino Para alcanzar el ideal que nos hemos propuesto hay cuatro objetivos globales en los cuales reconocemos que debemos trabajar juntos: 1. En la renovación de nuestro modo de ser católicos para llegar a ser verdaderos discípulos misioneros en las nuevas circunstancias que vivimos 2. En la renovación de nuestra vida comunitaria para llegar a ser una comunidad alternativa por su vida de comunión y participación en medio de la sociedad 3. En la renovación de la presencia e incidencia de los católicos en medio de la ciudad región para ser un sacramento de salvación, fermento de transformación evangélica de la sociedad 4. En la renovación de la manera de entender y llevar a cabo la evangelización para vivir más intensamente nuestra condición misionera y adaptar (inculturar) nuestras prácticas evangelizadoras a los desafíos que nos plantea el contexto urbano y rural de la Arquidiócesis. Y para poner en práctica esto, será necesario cumplir con un objetivo operativo: que todos impulsemos procesos renovados de evangelización, originados en el diálogo con las culturas y el discernimiento de la presencia salvífica de Dios en la región capital; de tal manera que nos lleven a vivir más intensamente nuestra relación con el Señor Jesucristo y, como discípulos misioneros, a participar en la vida de comunión, en la tarea de llevar el evangelio a todos los ambientes de la sociedad y a ser signo de esperanza por el compromiso en la realización del proyecto de Dios para esta región capital. c) El nuevo paradigma misionero de evangelización que queremos asumir La Arquidiócesis de Bogotá existe para evangelizar, es decir, para servir al reinado de la misericordia de Dios que está presente y actuante en medio de nuestra ciudad región, de sus luces y de sus sombras. Llevar a cabo esta misión en las actuales circunstancias de desigualdades sociales, pluralismo y transición sociocultural, nos exige, como comunidad de discípulos misioneros, pensar y llevar a cabo nuestra acción evangelizadora desde tres dinamismos, necesarios y complementarios, que conforman un paradigma, un modelo, un estilo propio de evangelización. Arquidiócesis de Bogotá 75 Estos dinamismos se han identificado a partir del discernimiento entre lo que hemos reconocido como nuestra situación actual y lo que hemos visto como el futuro que Dios quiere y espera de nosotros. Trabajar por asumir estos tres dinamismos, inspirados en el mismo Jesús, primer evangelizador, y que actúan como principios, criterios, actitudes, parámetros de interpretación, nos conducirá hacia esa renovación que anhelamos y hacia el horizonte futuro que contemplamos como una promesa de Dios para nuestra Iglesia Arquidiocesana. Estos tres dinamismos son: a) salir al encuentro de Dios que habita en la región capital, b) hacernos compañeros de camino para testimoniar y anunciar el Evangelio, y c) ser fermento de la sociedad, desde la presencia del reino de Dios en la región capital, por la comunión y el servicio. Todos los católicos estamos llamados a asumir estos tres dinamismos, que deben ser criterio para el desarrollo de la actividad evangelizadora en las diferentes áreas: la evangelización de la familia, de la infancia y la juventud, la formación en el ministerio ordenado y en la acción conjunta con la vida religiosa. Deben ser aplicados en el primer anuncio, en los procesos de iniciación cristiana, en la vida litúrgica, en el diálogo con las religiones, con la cultura, la educación y la comunicación social. Deben ser además asumidos en toda la dimensión social de la evangelización: en la promoción de la cultura de la vida y de la salud, en la evangelización del mundo político y económico, en la acción solidaria, en la búsqueda de la justicia, la paz y la reconciliación, así como en el trabajo con las víctimas del desplazamiento. Deben ser criterio para la vida y acción evangelizadora de las parroquias, de los movimientos y en todos los organismos de la vida arquidiocesana, como los arciprestazgos, las vicarías, las capellanías etc. d) Los criterios que vamos a tener presentes en toda acción evangelizadora Del paradigma se desprenden unos criterios que se convierten en nuestras reglas de juego fundamentales y que debemos tener siempre presentes: 1. Reconocer la Palabra de Dios como la fuente de nuestra acción evangelizadora; 2. Cultivar una lectura permanente de la realidad, el discernimiento e inculturación urbana de la evangelización; 3. Entender el bautismo como discipulado misionero; 76 4. Asumir como actitud permanente la conversión personal, comunitaria y pastoral decididamente misionera; 5. Promover la vida y espiritualidad de la comunión, desde la participación activa y orgánica de todos; 6. Trabajar siempre en una “evangelización de conjunto”; 7. Aplicar siempre la pedagogía de Dios; 8. Tener presente la dimensión comunicativa de la evangelización y el uso de los medios de comunicación; 9. Tener presente la dimensión social de la evangelización en todo; 10. Asumir las consecuencias de la opción preferencial por los pobres en todas las áreas de la evangelización; 11. Hacernos presentes y desarrollar una evangelización en las nuevas territorialidades que genera la urbe; 12. Buscar la implementación de nuevas estructuras de comunión y de servicio, consecuentes con el paradigma misionero de evangelización. e) Las primeras etapas del camino Poniendo la mirada en el ideal que nos une y compromete y en los objetivos que nos señalan el camino, nos proponemos entonces comenzar por un primer itinerario de nueve años (diciembre de 2013 a diciembre de 2022), que se ha llamado: “De la pastoral de conservación a la evangelización misionera” y cuyo objetivo es: Promover en todos los católicos de la Arquidiócesis de Bogotá, un proceso de conversión personal y pastoral, decididamente misionera, por la apropiación y cultivo de la condición misionera propia de todo bautizado y del nuevo paradigma misionero de evangelización discernido y asumido por el Plan de Evangelización, de tal manera que se pongan las bases para una renovación tanto de la vida de comunión y participación, como de los procesos de evangelización. Este itinerario lo desarrollamos en tres etapas: el Gran Giro (2013-2016), el Nuevo Rumbo (2016-2019) y el Nuevo Ritmo (2019-2022). Entendemos estos primeros nueve años como un tiempo para poner las bases de una renovación de fondo de la vida evangelizadora de nuestra arquidiócesis, que nos vaya haciendo cada día más capaces de plantear y desarro- Arquidiócesis de Bogotá 77 llar una presencia y una acción eclesial que entren en diálogo evangelizador con la sociedad contemporánea en medio de sus transformaciones. No se trata entonces de detener nuestros compromisos actuales en espera de las nuevas tareas, que poco a poco se irán gestionando, sino en primer lugar de continuar nuestras actividades evangelizadoras pero dejándolas impregnar y enriquecer del nuevo espíritu, de los dinamismos del paradigma y articulándolas con todos los procesos que estamos viviendo, conformando una verdadera red de evangelización. Animémonos unos a otros en este tiempo presente y salgamos al encuentro del Señor Jesucristo que quiere renovarnos, por la fuerza de su Espíritu, y hacernos instrumentos eficaces de su amor misericordioso, germen y fermento de una nueva sociedad en nuestra región capital. 78 ANEXO 2 ACTIVIDADES BÁSICAS PROYECTO: PUNTOS DE PARTIDA NOMBRE ACTIVIDAD ¿QUIÉN COORDINA? Responsable ¿QUÉ? Descripción actividad ¿PARA QUÉ? Objetivo ¿CÓMO? Metodología ¿CON QUIÉNES? DESTINATARIOSINTERLOCUTORES (Especificidad de los interlocutores, alcance) ¿CUÁNDO? CRONOGRAMA (Fechas de realización de la actividad) ¿DÓNDE? Lugar 1.Conteo de Animadores Observatorio Arquidiocesano de Evangelización. Secretaria: Alejandra Martínez Tel. 3505511 Ext. 1102, [email protected] A través de la aplicación de una encuesta en los diferentes espacios eclesiales de la Arquidiócesis y el análisis de la información obtenida se construirá un documento que dé cuenta de los animadores que están comprometidos en la evangelización Contar, mediante una encuesta, los actuales animadores de la evangelización y conocer algunas de sus características, para tener un perfil inicial de la situación de quienes son los primeros interlocutores y destinatarios de las actividades de la primera etapa del Plan E. Se realizó una investigación cuantitativa exploratoria y descriptiva en el mayor número posible de espacios eclesiales de la Arquidiócesis, valiéndose de una encuesta que se difundió por redes sociales, correos electrónicos de laicos, comunidades religiosas y movimientos y entre el presbiterio. Posteriormente, se adelantó un proceso de tabulación, cruce de variables y elaboración de gráficos que facilitaron el análisis de los datos y la elaboración de un documento de presentación de los resultados y análisis de la información. En un primer momento de producción de la información y los datos, todos los animadores de la evangelización de la Arquidiócesis de Bogotá. Es decir, todas las personas laicas, consagradas y ministros ordenados que están involucrados en las acciones de evangelización de los espacios eclesiales a los que pertenecen. A ellos se les devolverá un informe ejecutivo de los resultados. Durante la presentación de los resultados se dialogará con la Vicaría de Evangelización en general, las vicarías episcopales territoriales, coordinadores arquidiocesanos y sus equipos, párrocos y capellanes. Feb-May: Recolección de información Mayo-Junio: Ajuste y organización de la base de datos Julio: Análisis de la información Agosto: Elaboración del informe del conteo Septiembre: Revisión y ajuste del informe Octubre: Socialización del informe De acuerdo con la programación específica Arquidiócesis de Bogotá 79 NOMBRE ACTIVIDAD 2. Autodiagnóstico frente al paradigma misionero de evangelización ¿QUIÉN COORDINA? Responsable Equipo permanente de la Vicaría de evangelización - Secretaria Observatorio: Alejandra Martínez Tel. 3505511 Ext. 1102, [email protected] ¿QUÉ? Descripción actividad Comprendiendo la heterogeneidad en el acercamiento y vivencia del paradigma misionero de evangelización, esta actividad ofrece un material que ayude a cada animador de la evangelización a conocer su acercamiento, comprensión y vivencia del paradigma misionero contenido en el Plan E. ¿PARA QUÉ? Objetivo Promover un proceso de toma de consciencia de cada animador de la evangelización, y de cada experiencia comunitaria eclesial, que les permita revisar, analizar y conocer su punto de partida con respecto a los propósitos de renovación del Plan E y el paradigma misionero de evangelización, y así poder determinar las necesidades a trabajar y las actividades a desarrollar para alcanzar la meta de la Etapa del Gran Giro; esto, mediante un ejercicio de reflexión con base en un cuestionario. ¿CÓMO? Metodología ¿CON QUIÉNES? DESTINATARIOSINTERLOCUTORES (Especificidad de los interlocutores, alcance) ¿CUÁNDO? CRONOGRAMA (Fechas de realización de la actividad) ¿DÓNDE? Lugar Se invita a que cada animador, en un momento de oración personal, reflexione y se pregunte acerca de las afirmaciones, contenidas en un formulario, que expresan diferentes niveles de aproximación (conocimiento, comprensión, acogida) al paradigma misionero contenido en el Plan E. Ver formulario en el anexo 3. Todos los animadores de la evangelización de la Arquidiócesis de Bogotá Julio – Diciembre: Aplicación De acuerdo con la programación específica 80 ACTIVIDADES BÁSICAS PROYECTO: DIFUNDIR NOMBRE ACTIVIDAD ¿QUIÉN COORDINA? Responsable 3. Participación en la Clausura del Jubileo Comisión Clausura del Año Jubilar. ¿QUÉ? Descripción actividad Encuentro masivo de los católicos de la ciudad de Bogotá en la Plaza de Bolívar el lunes festivo 24 de marzo, para conmemorar los 450 años de la Arquidiócesis de Bogotá bajo el lema Testigos del Amor de Cristo. ¿PARA QUÉ? Objetivo Alimentar nuestro sentido de pertenencia a la Arquidiócesis de Bogotá celebrando de manera solemne y masiva la clausura del año de celebraciones por sus 450 años de presencia evangelizadora. ¿CÓMO? Metodología La Arquidiócesis de Bogotá celebró la clausura del Jubileo bajo el lema: Testigos del Amor de Cristo. La clausura inició el sábado 22 de marzo como Testigos del Amor de Cristo que nos ama y reconcilia con Celebraciones Penitenciales, Eucaristía, Vigilia de Oración y Visita al Señor de Monserrate en la Catedral Primada de Colombia. El domingo 23 de marzo como Testigos del Amor de Cristo que nos convoca entorno a la Eucaristía, se celebraron Eucaristías en la Catedral Primada y en las parroquias de la Arquidiocesis de Bogotá; Adoración al Santísimo y Visita al Señor de Monserrate en la Catedral. El lunes festivo 24 de marzo como Testigos del Amor de Cristo que nos envía a Evangelizar se celebró la Clausura del Año Jubilar en la Plaza de Bolívar, una celebración enriquecida con manifestaciones artísticas musicales y teatrales, donde se resaltaron hechos significativos de la presencia de la Iglesia en la historia de la ciudad en el área social, cultural, educativa y de la salud; los colegios parroquiales, las asociaciones y movimientos de fieles participaron con una procesión que destacó las devociones marianas en la Arquidiócesis; y se finalizó con una Eucaristía Solemne en la Plaza de Bolívar, presidida por el Señor Cardenal Rubén Salazar, Arzobispo de Bogotá. ¿CON QUIÉNES?Destinatariosinterlocutores Todos los católicos de Bogotá. ¿CUÁNDO? CRONOGRAMA Del 22 al 24 de marzo de 2014 ¿DÓNDE? Lugar Parroquias de la Arquidiócesis de Bogotá, Catedral Primada de Colombia y Plaza de Bolívar Arquidiócesis de Bogotá 81 ACTIVIDADES BÁSICAS PROYECTO: COMPRENDER NOMBRE ACTIVIDAD 4. Encuentro con Jesucristo en la calle y en la acción misericordiosa Centro Estratégico de la Dimensión Social de la Evangelización. Olga Monroy. Tel. 3505511 ext. 1106, [email protected] Arciprestes y Representantes Vicariales del Centro Estratégico de la Dimensión Social de la Evangelización: ¿QUIÉN COORDINA? Responsable Vicaria Territorial Inmaculada Concepción - Katerine Bonilla, [email protected]. Tel. 5704860 ext. 115. Vicaria Territorial Cristo Sacerdote - Jenny Rodríguez, [email protected]. Tel. 6601537. Ext. 111 Vicaria Territorial San Pedro - Martha Morales, [email protected]. Tel. 5208223-5208224. Vicaría Territorial Espíritu Santo - Ana Milena Aguilar, [email protected]. Tel. 2335100. Ext. 2. Vicaria Territorial San Pablo - Alejandra Cely, [email protected]. Tel. 7692206. Vicaria Territorial San José - P. Luis Alfredo Castellanos. Tel. 2725330-2395778. ¿QUÉ? Descripción actividad Mediante la participación en distintas experiencias de encuentro con realidades de la vida de la ciudad, particularmente en la calle y en instituciones de acción solidaria, generar una actitud contemplativa que permita identificar los signos y huellas de la presencia de Jesucristo en estos contextos y vivir una experiencia de encuentro con Él en ellos. Experiencias: * Experiencia de “Recorridos urbanos”, cada parroquia, cada arciprestazgo y cada vicaría planteará los recorridos que vaya a realizar. * Experiencia de “Construcción de mapas”. Se elaborará y entregará una guía para construir el mapa a nivel parroquial. Cada parroquia deberá hacer entrega de su mapa en la Vicaría. * Experiencias de “Cine – foro” (Sugerencias de películas. La Primera Noche, La Estrategia del Caracol, Raíces de Piedra. Videos o películas preferiblemente de la ciudad de Bogotá). * Experiencia “Visita solidaria” o visita a Instituciones donde se visualice la acción solidaria 82 ¿PARA QUÉ? Objetivo Promover, mediante experiencias de salida a la ciudad - municipios y visitas a instituciones sociales, el acercamiento a estas realidades con una mirada contemplativa, que permita el reconocimiento de los signos de la presencia de Dios y de sus planes en ellas, lleve a la valoración de la realidad urbano-rural como lugar del encuentro con Jesucristo y a una mayor comprensión del significado de los componentes del paradigma misionero de evangelización. ¿CÓMO? Metodología Esta actividad se fundamenta sobre los dinamismos del Paradigma del Plan de Evangelización: la salida al encuentro de Jesucristo y el hacernos compañeros de camino, es por esto que se utilizarán experiencias para este encuentro. Cada experiencia sea parroquial, arciprestal o Vicarial darán el espacio para que este encuentro se dé y genere frutos de compromiso. Se difundirán a través de medios de comunicación masiva (radio, Tv y espacios virtuales) ¿CON QUIÉNES? DESTINATARIOSINTERLOCUTORES (Especificidad de los interlocutores, alcance) ¿CUÁNDO? CRONOGRAMA (Fechas de realización de la actividad) ¿DÓNDE? Lugar Vicaria de Evangelización Ministros Ordenados por Arciprestazgos Animadores de Evangelización a nivel Vicarial, por Arciprestazgos, por parroquias, con apoyo de los Arciprestes y para animadores de otras territorialidades. A partir de septiembre de 2014 De acuerdo con la programación específica Arquidiócesis de Bogotá 83 NOMBRE ACTIVIDAD 5. Encuentro con Jesucristo en un retiro espiritual ¿QUIÉN COORDINA? Responsable Centro Estratégico de Anuncio, Formación en la Fe y Diálogo con la Cultura. Zulma Castañeda Collazos 3184180028 [email protected] ¿QUÉ? Descripción actividad Son espacios de tiempo (más o menos largos) diseñados para el encuentro con el Señor, en un ambiente propicio para la oración, a partir de orientaciones iniciales ofrecidas por una persona que ha vivido y se ha preparado para orientar la experiencia. ¿PARA QUÉ? Objetivo Promover un encuentro personal con Jesucristo, mediante un retiro espiritual, que permita a los animadores de la evangelización comprender el espíritu de renovación del Plan E, y profundizar en los dinamismos y el espíritu del paradigma misionero de evangelización: - salir, hacerse compañero de camino y fermentar-. ¿CÓMO? Metodología Opción 1. Retiro espiritual de 2 días en silencio, con orientaciones para la oración personal desde el texto de los discípulos de Emaús. Esta actividad requiere disponibilidad de fin de semana (sábado y domingo) pernoctando en la casa de retiros. Opción 2. Jornadas de retiro de una mañana completa cada mes, los días sábados durante 3 sábados, con orientaciones para la oración desde el texto de los discípulos de Emaús Opción 3. Jornadas por arciprestazgos. ¿CON QUIÉNES? DESTINATARIOSINTERLOCUTORES (Especificidad de los interlocutores, alcance) ¿CUÁNDO? CRONOGRAMA (Fechas de realización de la actividad) Todos los animadores de la evangelización de la Arquidiocesis de Bogotá que quieran acoger la invitación. Opción1 (3 fechas disponibles): septiembre 13 y 14 / noviembre 1 y 2 / noviembre 8 y 9 Opción 2 (3 sábados): septiembre 6 / octubre 4 / noviembre 8 Opción 3: De acuerdo a programación específica Opción 1: Casa de Ejercicios Espirituales Emaús ¿DÓNDE? Lugar Opción 2: Vicarías Episcopales Territoriales Opción 3: De acuerdo a programación específica 84 NOMBRE ACTIVIDAD ¿QUIÉN COORDINA? Responsable 6. Encuentro con Jesucristo en la oración personal y comunitaria Centro Estratégico de Anuncio, Formación en la Fe y Diálogo con la Cultura. P. Alfonso Rincón 2328524 Alexandra Guerrero - 3132443730 gdilaalexandra@ hotmail.com ¿QUÉ? Descripción actividad Se propone desarrollar un camino de 34 momentos de oración distribuidos en 6 etapas. Se sugiere que cada momento se viva en los encuentros periódicos de los diferentes grupos de pastoral de las parroquias y en los demás espacios de la vida eclesial de la Arquidiócesis o, quien así lo desee, de manera personal. Cada encuentro contiene uno o dos textos cortos del Evangelio, elegidos siguiendo el orden del ministerio del Señor en su vida pública, desde su bautismo hasta la misión final y el envío de los discípulos. Este itinerario, recorrido en su totalidad, permitirá, en la compañía del Señor, conocerlo mejor y comprender el alcance y las consecuencias de ser discípulos misioneros. ¿PARA QUÉ? Objetivo Promover un encuentro personal y comunitario con Jesucristo mediante un itinerario de oración, que lleve a los animadores a revisar y renovar la riqueza de su condición como discípulos misioneros del Señor, guiados por su Espíritu, como fundamento para la comprensión y asimilación del espíritu de renovación del Plan E y del nuevo paradigma misionero de evangelización. ¿CÓMO? Metodología El presente itinerario de oración está basado en el método de lectura orante de la Sagrada Escritura: la Lectio Divina, como práctica muy propia de la Iglesia, que ha permanecido invariable a través del tiempo, iluminando diferentes espiritualidades eclesiales. El itinerario se desarrolla en de 34 momentos de oración distribuidos en 6 etapas. Cada itinerario tiene una duración aprox de 25 minutos. ¿CON QUIÉNES?Destinatariosinterlocutores Todos los católicos de la Arquidiocesis de Bogotá que quieran acoger la invitación. ¿CUÁNDO? CRONOGRAMA (Fechas de realización de la actividad) ¿DÓNDE? Lugar El itinerario será implementado a partir del mes de julio de 2014, y su duración y ejecución dependerá de la frecuencia de las reuniones que tenga el grupo que lo está llevando a cabo. Si es a nivel personal, dependerá de la frecuencia con que cada persona quiera realizar los encuentros de oración. Proponemos que sea mínimo semanal. El sitio de encuentro de cada grupo o comunidad. El espacio de oración de cada persona individualmente. Arquidiócesis de Bogotá 85 NOMBRE ACTIVIDAD ¿QUIÉN COORDINA? Responsable 7. Estudio básico de los fundamentos y contenidos del Plan E y del nuevo paradigma misionero Centro Estratégico de Anuncio, Formación en la Fe y Diálogo con la Cultura Alexandra Guerrero - 3132443730 [email protected] / Jorge Galindo 320 841 05 27 [email protected] ¿QUÉ? Descripción actividad Son jornadas formales de estudio y profundización, alrededor de los temas básicos del Plan E y el Nuevo Paradigma de Evangelización. ¿PARA QUÉ? Objetivo Promover que los animadores de la evangelización comprendan los fundamentos bíblicos, teológicos y pastorales del espíritu de renovación del Plan E, por medio de una propuesta metodológica que permita poner en juego los procesos de reflexión, análisis y diálogo. ¿CÓMO? Metodología Sesiones presenciales de formación, con metodologías variadas (talleres, conferencias, seminarios, conversatorios) organizadas, en un primer momento, por todos y para todos los miembros de la vicaría de evangelización. Para el segundo momento se organizaran equipos que continúen llevando la formación a los demás interlocutores. ¿CON QUIÉNES? DESTINATARIOSINTERLOCUTORES (Especificidad de los interlocutores, alcance) ¿CUÁNDO? CRONOGRAMA (Fechas de realización de la actividad) ¿DÓNDE? Lugar Todos los animadores de la evangelización de la Arquidiócesis de Bogotá. A partir del mes de Septiembre de 2014 De acuerdo con la programación específica. 86 ACTIVIDADES BÁSICAS PROYECTO: ACOGER NOMBRE ACTIVIDAD 8.Encuentro con los hermanos en la vida eclesial ¿QUIÉN COORDINA? Responsable Centro Estratégico de Comunión y Participación Luis Fernando Chisco-315 361 48 24 /300 486 05 58, [email protected] ¿QUÉ? Descripción actividad Encuentros lúdicos entre integrantes de diferentes espacios de la vida eclesial en los que comparten sus experiencias de vida y de fe (por ejemplo catequistas, pastoral juvenil y pastoral infantil, vida consagrada y entre unos y otros). ¿PARA QUÉ? Objetivo Fomentar entre los animadores de la evangelización el espíritu de comunión y fraternidad, el reconocimiento mutuo, y el sentido de pertenencia a la Iglesia Arquidiocesana, por medio de encuentros entre los miembros de diferentes comunidades, grupos, servicios y estados de vida, para favorecer la acogida comunitaria del Plan E y su nuevo paradigma. ¿CÓMO? Metodología Mediante encuentros heterogéneos, convocados territorialmente, propiciar entre los animadores de diferentes grupos espacios lúdicos que ayuden a que se reconozcan como miembros de un mismo cuerpo, la Iglesia Arquidiocesana, y cómo todos están llamados a aportar en la transformación de la historia. ¿CON QUIÉNES? DESTINATARIOSINTERLOCUTORES (Especificidad de los interlocutores, alcance) En primera instancia los animadores de la evangelización, fieles de las parroquias que hacen partes de los grupos; miembros de la vida consagrada -que más interactúan con la vida laical- e integrantes de los movimientos; en segunda instancia con los demás fieles que mantienen vínculo parroquial. ¿CUÁNDO? CRONOGRAMA Vicarial (Con los animadores de evangelización del primer momento): Agosto. Arciprestal: Agosto a Noviembre Otras territorialidades: Septiembre a Noviembre. (Fechas de realización de la actividad) ¿DÓNDE? Lugar De acuerdo con la programación específica Arquidiócesis de Bogotá 87 NOMBRE ACTIVIDAD 8A. Encuentros fraternos parroquiales: Ágapes ¿QUIÉN COORDINA? Responsable Centro Estratégico de Comunión y Participación Omar Olaya, 315 926 1645; 6601537, ext. 110; [email protected] ¿QUÉ? Descripción actividad Como parte de la actividad de los encuentros fraternos, se busca promover, que en cada reunión de los grupos parroquiales se dé periódicamente un espacio para compartir un alimento y en ambiente fraterno expresar particulares experiencias de la propia vida de fe. ¿PARA QUÉ? Objetivo Promover entre los animadores de la evangelización el espíritu fraterno, por medio de la experiencia del compartir los alimentos en los encuentros de los grupos parroquiales, para favorecer el sentido de pertenencia a la comunidad parroquial y arquidiocesana. ¿CÓMO? Metodología Invitar a que los participantes de los grupos lleven cada uno algún ligero alimento para compartir con sus hermanos en un momento determinado del desarrollo de la respectiva reunión. En algunas ocasiones puede ser ofrecido por el párroco. ¿CON QUIÉNES? DESTINATARIOSINTERLOCUTORES (Especificidad de los interlocutores, alcance) Los animadores de la evangelización que periódicamente se reúnen en espacios parroquiales para la ejecución de su servicio, o para recibir formación concerniente al mismo, o al Plan E. ¿CUÁNDO? CRONOGRAMA (Fechas de realización de la actividad) ¿DÓNDE? Lugar Reuniones a partir del mes de julio 2014 En cada parroquia 88 NOMBRE ACTIVIDAD ¿QUIÉN COORDINA? Responsable ¿QUÉ? Descripción actividad ¿PARA QUÉ? Objetivo ¿CÓMO? Metodología ¿CON QUIÉNES? DESTINATARIOSINTERLOCUTORES 9. Una Acción Social Arquidiocesana Centro Estratégico de Dimensión social de la Evangelización. / Olga Monroy. Tel. 3505511 ext. 1106, [email protected] Viendo la necesidad de visibilizar las acciones sociales que realiza la Iglesia Católica, en especial, la Arquidiocesana, se cree conveniente crear una Acción Social donde se aúnen esfuerzos, ideales y carismas en la atención al más necesitado, al más vulnerable. Promover en los animadores de la evangelización la conciencia de su pertenencia a la Iglesia arquidiocesana, mediante el trabajo conjunto en una acción social, que sea expresión, dentro del proceso de implementación del Plan E, de la voluntad de la Iglesia arquidiocesana de trabajar por una sociedad misericordiosa. Viendo la necesidad de visibilizar las acciones sociales que realiza la Iglesia Católica, en especial, la Arquidiocesana, se cree conveniente crear una Acción Social donde se unifiquen esfuerzos, ideales y carismas en la atención al más necesitado, al más vulnerable. Se hará con la colaboración de todas las parroquias de la Arquidiócesis de Bogotá, las comunidades religiosas y demás organizaciones o fundaciones implicadas dentro de la ejecución de la Acción Social. Se realiza con todo el Pueblo de Dios: ministros ordenados, los animadores, los fieles, no solo de las parroquias sino de otras territorialidades. ¿CUÁNDO? CRONOGRAMA Junio de 2014 (Convocatoria), Octubre de 2014 (Presentación proyecto), Noviembre de 2014 a Diciembre de (Fechas de realización 2016 (Ejecución del proyecto) de la actividad) ¿DÓNDE? Lugar De acuerdo con la programación específica Arquidiócesis de Bogotá 89 ACTIVIDADES BÁSICAS PROYECTO: REVISAR CRITICAMENTE NOMBRE ACTIVIDAD ¿QUIÉN COORDINA? Responsable 10. Realización de la revisión crítica sobre la propia condición misionera Equipo permanente de la Vicaría de Evangelización. Secretaria: Jeny Contreras- 315 648 41 81 ¿QUÉ? Descripción actividad Mediante un subsidio, didácticamente elaborado, proponer a cada católico un ejercicio de autoevaluación de su propia vivencia bautismal y particularmente de la manera como está viviendo su condición misionera, a la luz del paradigma misionero de evangelización que hemos discernido para la Arquidiócesis, y otro subsidio para hacer una co-evaluación de la misma dentro del contexto del grupo parroquial o eclesial en el cual se encuentra. ¿PARA QUÉ? Objetivo Promover una actitud de conversión pastoral, personal y comunitaria, decididamente misionera, mediante la realización de una experiencia de autoevaluación y de co-evaluación, que les permita, a los animadores de la evangelización, reconocer y valorar sus fortalezas, así como los aspectos por mejorar, en la vivencia de su condición misionera y en el ejercicio de sus prácticas evangelizadoras, a la luz del nuevo paradigma misionero de evangelización. ¿CÓMO? Metodología ¿CON QUIÉNES? DESTINATARIOSINTERLOCUTORES (Especificidad de los interlocutores, alcance) ¿CUÁNDO? CRONOGRAMA (Fechas de realización de la actividad) ¿DÓNDE? Lugar La revisión crítica puede ser realizada de manera individual o colectiva (grupo de oración, parroquia, catequistas, comisión…) para valorar sus propias acciones evangelizadoras. Se invita a que los animadores que van a hacer la autorevisión se aseguren de conocer, comprender y acoger el paradigma misionero de evangelización que queremos subsidio, se revisará la apropiación del paradigma a nivel personal. Paralelamente, habrá un equipo externo de animadores competentes y disponibles que, como co-evaluadores, acompañarán y retroalimentarán la revisión. A todos los animadores que ya comprendan y acojan el nuevo paradigma de evangelización. Según requerimientos de cada espacio eclesial De acuerdo con la programación específica 90 ANEXO 3 AUTODIAGNÓSTICO FRENTE AL PARADIGMA MISIONERO DE EVANGELIZACIÓN El Autodiagnóstico es una de las actividades básicas de la etapa de sensibilización al Gran Giro de nuestro Plan E. Se trata de que, cada presbítero, laico o religioso, que quiera sumarse a este proceso, inicie valorando su aproximación, conocimiento, comprensión y acogida del Plan E. Esperamos que este breve instrumento le permita a cada uno identificar en qué punto de partida se encuentra de cara a este camino que, como Arquidiócesis, estamos emprendiendo. Antes de diligenciar el formulario por favor lea cuidadosamente las siguientes líneas: • En ambiente de oración pida la luz del Espíritu Santo para mirar y conocer su realidad frente al proceso de conocimiento, comprensión y acogida del Plan E. • Lea cada una de las afirmaciones y responda de corazón, si cada afirmación está presente o no en su vivencia cotidiana como animador de la evangelización. • Tenga presente que cuando usted marque o señale una frase, quiere decir que usted está viviendo lo que en ella se afirma; y cuando la deja en blanco, acepta con sinceridad que lo que allí se afirma no está presente o no es cierto en su caso. Este formulario ha sido diseñado para que usted mismo realice un autoanálisis de su realidad frente al Plan E y su paradigma misionero de evangelización, de manera que su participación en cada una de las actividades propuestas para la primera etapa, El Gran Giro, se ajuste a sus necesidades de conocimiento, comprensión y apropiación del Plan y el paradigma. Arquidiócesis de Bogotá 91 ¿CONOZCO EL PLAN E Y SU ESPÍRITU DE CONVERSIÓN PASTORAL? Percibo que la Iglesia Universal, en cabeza del Papa, está buscando un cambio. Entiendo que el Plan E materializa, en la Arquidiócesis de Bogotá, la intención de cambio de la Iglesia en el mundo. Creo que en la Arquidiócesis de Bogotá se hace todo lo que es posible para acompañar y responder al sufrimiento de las personas. Identifico la necesidad de hacer un cambio en nuestro modo de evangelizar. He leído sobre el Plan E. Entiendo que, por las transformaciones sociales y culturales de la actualidad, se requiere hacer cambios en la manera de Evangelizar. He realizado una lectura reflexiva de los contenidos del Plan E, con intención de estudiar y profundizar en ellos. Entiendo que el Plan E es la respuesta de la Arquidiócesis de Bogotá al desafío de generar una nueva evangelización y de llevar a cabo la Misión Continental. Conozco y entiendo el término “pastoral de conservación”. Conozco y entiendo qué es una evangelización decididamente misionera. Conozco el nuevo paradigma misionero de la evangelización propuesto por el Plan E. Confío en que Dios está suscitando los cambios que anhelamos. Valoro con agradecimiento los grandes e importantes esfuerzos evangelizadores que ha hecho la Iglesia Católica en la región capital a lo largo de su historia. 92 ¿COMPRENDO EL PLAN E? Soy consciente de que las realidades sociales y culturales de la región capital son distintas a las de hace unos años. Identifico las bondades y beneficios que vendrían del cambio de un nuevo modo de evangelización. Comprendo el Plan E como un instrumento para el proceso de renovación que se quiere vivir. Reconozco la necesidad de un reencuentro personal con Jesucristo, en la vida concreta de la ciudad región, como camino para la renovación de nuestra acción evangelizadora. Comprendo que nuestra identidad como cristianos es la vivencia del discipulado misionero. Reconozco los signos de la obra de Dios en medio de las dificultades por las que pasa nuestra sociedad. Entiendo la diferencia entre los tres dinamismos del paradigma misionero de evangelización. Reconozco los signos del reinado de Dios en la vida de las personas y comunidades con quienes trabajo. Entiendo a lo que se refiere el paradigma con la invitación a “salir”. Entiendo lo que significa “hacerme compañero de camino para anunciar y cuidar la obra de Dios”. Entiendo qué es “fermentar la sociedad desde el Reinado de Dios”. Reconozco que estoy llamado a aportar en el cambio hacia una evangelización más misionera. Reconozco con esperanza la pertinencia de los dinamismos del paradigma para evangelizar en el momento actual. Arquidiócesis de Bogotá 93 ¿ACOJO EL PLAN E QUE ESTÁ ASUMIENDO LA IGLESIA ARQUIDIOCESANA? Cuido y cultivo mi cercanía a Jesucristo por medio de la práctica constante de la oración. Cultivo una actitud de cercanía y cuidado de los demás. Reconozco la necesidad urgente de una transformación en las prácticas evangelizadoras para responder a la misión del Señor en el mundo presente. Identifico, por medio del discernimiento, el aporte que Dios espera de mí para colaborar en la obra que Él está haciendo en la ciudad región. Estoy de acuerdo con la necesidad de una intensa adhesión a Jesucristo como se plantea en el ideal que nos une y nos compromete. Comparto los objetivos y búsquedas de cambio y renovación que se encuentran plasmados en el Plan E. Me siento animado a dar lo mejor de mí para aportar en la renovación de nuestra iglesia arquidiocesana. Estoy de acuerdo con la “actitud de salida” como una condición indispensable para cumplir con la misión evangelizadora hoy. Mis palabras y comentarios expresan esperanza en la renovación de la Iglesia. Oro por la buena marcha de las acciones que hemos asumido para la conversión pastoral de la Arquidiócesis. Me refiero a mi propio trabajo pastoral en relación con el proceso arquidiocesano. He empezado a orientar las actividades que están bajo mi responsabilidad teniendo en cuenta el nuevo paradigma misionero de evangelización. 94 He empezado a orientar las actividades que están bajo mi responsabilidad con sentido de comunión arquidiocesana. Me esfuerzo por cultivar la comunión con mis compañeros en la acción evangelizadora. Destino parte de mi tiempo para seguir comprendiendo el espíritu de renovación que anima el Plan E. Acojo el espíritu de renovación de la Arquidiócesis expresado en el Plan E como el querer de Dios para la ciudad región. Acojo el Plan E porque estoy comprometido con nuestra iglesia arquidiocesana. En aquellos ítems que usted no marcó, se encuentran sus oportunidades de reflexionar y acercarse a las actividades que se han diseñado y construido para crecer juntos en esta primera etapa, El Gran Giro, que busca que todos nos sensibilicemos con el nuevo paradigma misionero de evangelización, e iniciemos una revisión de nuestras prácticas evangelizadoras, mediante el conocimiento, comprensión y acogida del plan E. Con ctados Se han creado varios espacios para mantener la comunicación entre todos, por eso podemos acudir a los siguientes lugares o teléfonos: Curia Arquidiocesana, Oficina de la Vicaría de Evangelización: Carrera 7 No. 10-20. Tel: 350 5511 ext. 1105 Páginas de internet: www.planebogota.com www.arquibogota.org.co Direcciones de correos electrónicos: [email protected] [email protected] 96 Cristo resucitado y glorioso es la fuente profunda de nuestra esperanza, y no nos faltará su ayuda para cumplir la misión que nos encomienda. Su resurrección no es algo del pasado; entraña una fuerza de vida que ha penetrado el mundo. Donde parece que todo ha muerto, por todas partes vuelven a aparecer los brotes de la resurrección. Es una fuerza imparable. Verdad que muchas veces parece que Dios no existiera: vemos injusticias, maldades, indiferencias y crueldades que no ceden. Pero también es cierto que en medio de la oscuridad siempre comienza a brotar algo nuevo, que tarde o temprano produce un fruto. En un campo arrasado vuelve a aparecer la vida, tozuda e invencible. Habrá muchas cosas negras, pero el bien siempre tiende a volver a brotar y a difundirse. Cada día en el mundo renace la belleza, que resucita transformada a través de las tormentas de la historia. Los valores tienden siempre a reaparecer de nuevas maneras, y de hecho el ser humano ha renacido muchas veces de lo que parecía irreversible. Ésa es la fuerza de la resurrección y cada evangelizador es un instrumento de ese dinamismo… Creámosle al Evangelio que dice que el Reino de Dios ya está presente en el mundo, y está desarrollándose aquí y allá, de diversas maneras: como la semilla pequeña que puede llegar a convertirse en un gran árbol (cf. Mt 13,3132), como el puñado de levadura, que fermenta una gran masa (cf. Mt 13,33), y como la buena semilla que crece en medio de la cizaña (cf. Mt 13,24-30), y siempre puede sorprendernos gratamente. Ahí está, viene otra vez, lucha por florecer de nuevo. La resurrección de Cristo provoca por todas partes gérmenes de ese mundo nuevo; y aunque se los corte, vuelven a surgir, porque la resurrección del Señor ya ha penetrado la trama oculta de esta historia, porque Jesús no ha resucitado en vano. ¡No nos quedemos al margen de esa marcha de la esperanza viva! S.S. Francisco, EVANGELII GAUDIUM 276-278 98