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Arquidiócesis de Bogotá 99
SIGLAS
DA
DP
EG
EN GS
NMI
PE
V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Documento de
Aparecida, 2007.
III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Documento de
Puebla, 1979
Francisco, Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, 2013
Pablo VI, Exhortación Apostólica Evangelii nuntiandi, 1975
Concilio Vaticano II, Constitución Gaudium et Spes, 1965
Juan Pablo II, Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte, 2001
Arquidiócesis de Bogotá, Plan de Evangelización 2013-2022, mayo 19 de 2013
ORACIÓN POR EL
PLAN DE EVANGELIZACIÓN
Primera Etapa
Dios Padre Nuestro
te damos gracias porque,
por medio de tu Hijo Jesucristo,
sigues haciendo camino con nosotros
y vas dando un nuevo rumbo
a nuestra Arquidiócesis de Bogotá.
Te pedimos que, bajo el impulso del Espíritu,
salgamos a tu encuentro en nuestro mundo
y como discípulos misioneros
anunciemos a todos la alegría del Evangelio
sirviendo misericordiosamente a los que sufren,
para ser sal de la tierra y luz del mundo,
fermento de una nueva sociedad.
Amén.
María, Estrella de la evangelización,
ruega por nosotros
© Arquidiócesis de Bogotá, 2014
PLAN DE EVANGELIZACIÓN
Orientaciones Generales
Texto:
Vicaria de Evangelización.
Arquidiócesis de Bogotá
Fotografías:
Archivo de la Arquidiócesis de Bogotá
Juan Carlos Ramos Hendez
Diseño, diagramación:
Juan Carlos Ramos Hendez
www.voxstudio.org
Impresión:
ISPA. Instituto San Pablo Apóstol
www.ispaeducación.edu.co
© Todos los derechos reservados.
¿CÓMO LEER ESTE
DOCUMENTO?
Al tener este documento en nuestras manos, sintámonos
invitados por el Espíritu Santo a ponernos en camino y sumarnos a la puesta en marcha del Plan E. En efecto, este documento presenta
los primeros pasos del esfuerzo que como Arquidiócesis de Bogotá estamos
haciendo desde hace un par de años para acercarnos cada vez más a la Iglesia
que Dios quiere y la región capital necesita.
El documento contiene la explicitación de la primera etapa del Plan E llamada El Gran Giro que busca sensibilizarnos frente a un nuevo paradigma
decididamente misionero para que impregne nuestro ser y nuestro quehacer
como evangelizadores. Por lo tanto, este escrito aclara y concretiza lo expresado en el documento del Plan E y con seguridad su lectura permitirá obtener
aún más provecho del anterior y nos ubicará en lo que nos corresponde vivir,
durante estos primeros años, como bautizados de la Arquidiócesis.
Esperamos que este documento sea un aporte para nuestra propia conversión de manera que podamos seguir siendo una Iglesia evangelizada y evangelizadora.
A continuación algunas sugerencias para sacar mayor provecho de la
lectura de este documento.
A nivel personal:
• Comenzar a leerlo sin afanes, tomando un tiempo cada día para leer uno o
dos apartes del mismo.
• Pedir al Señor fe y sabiduría para encontrar allí su voluntad para nuestra
Arquidiócesis, y docilidad y esperanza para querer adherir siempre a su proyecto.
• Tener a la mano el documento anterior a éste, titulado “Plan de Evangelización”. Es posible que allí se encuentren ampliaciones, precisiones o explicaciones pertinentes. Adicionalmente, revisar el Anexo No. 1 del presente documento, donde encontrará una síntesis del nuevo Plan de Evangelización.
• Subrayar y tomar nota de las inquietudes, dudas, preguntas que se susciten a lo largo de la lectura del texto, así como de las posibles respuestas
halladas en el documento del Plan E o en otras fuentes. Estas notas serán de
gran utilidad para el trabajo posterior, en comunidad, con otros miembros
del espacio eclesial al que pertenecemos.
• Escuchar los llamados del espíritu para atender las invitaciones que allí se
nos hacen.
• Revisar la agenda personal para ir tomando nota de las actividades básicas en las que participaremos (fecha, lugar, etc.) y disponer los medios para
hacerlo.
A nivel Comunitario:
• Proponer una fecha de encuentro con el grupo o comunidad (apostólica,
de servicio, de trabajo parroquial, arciprestazgo, etc.).
• Comenzar la reunión con la oración propuesta en el Itinerario de Oración
del Discipulado Misionero, propuesto por la Arquidiócesis para fortalecer
nuestra condición bautismal.
• Distribuir previamente los capítulos entre los miembros (se pueden tomar
2 ó 3 capítulos en cada encuentro).
• Definir una metodología para compartir y reflexionar sobre el contenido.
Unos 3 encuentros pueden ser suficientes.
• Las notas tomadas por cada uno en la lectura personal serán aquí de gran
ayuda para, entre todos, sacar del documento el mayor provecho para nuestra participación en esta etapa del Plan E.
Autodiagnóstico frente al paradigma misionero de Evangelización
Una vez leído el documento, realizar el ejercicio de autoreflexión propuesto
en el Anexo No. 3 para valorar su aproximación, conocimiento, comprensión
y acogida del Plan E y así determinar las necesidades a trabajar y las actividades a desarrollar para alcanzar la meta de la Etapa del Gran Giro.
Emprendamos este camino en actitud orante, para que a ejemplo de la Santísima Virgen, sigamos viviendo nuestro Plan E en humildad, confianza y con
la esperanza de que el Señor está actuando y hace posible el cambio.
«La conversión pastoral
de nuestras comunidades
exige que se pase de
una pastoral de mera
conservación a una
pastoral decididamente
misionera.
Así será posible que
“el único programa
del Evangelio siga
introduciéndose en
la historia de cada
comunidad eclesial”
(NMI 12) con nuevo ardor
misionero, haciendo que
la Iglesia se manifieste
como una madre que sale
al encuentro, una casa
acogedora, una escuela
permanente de comunión
misionera.» DA 370
El Papa Francisco se presentó por
sorpresa en el comedor del Vaticano,
tomó personalmente sus alimentos
y se sentó en medio de un grupo de
empleados con quienes compartió el
almuerzo. 25.07.2014.
«A la beata Madre Teresa le preguntaron una vez cuál
sería, según ella, lo primero que se debería cambiar en
la Iglesia. Su respuesta fue: Usted y yo.»
Benedicto XVI
CONT NIDO
MENSAJE DEL SEÑOR ARZOBISPO DE BOGOTÁ
12
1. EL GRAN GIRO, PRIMERA ETAPA DE NUESTRO
PLAN DE EVANGELIZACIÓN
17
2. ¿QUÉ ES LO QUE BUSCAMOS EN ESTA PRIMERA
ETAPA DEL PLAN? 22
3. ¿POR QUÉ HABLAMOS DE LA NECESIDAD DE UN
GRAN GIRO? 23
4. ¿CUÁL ES EL ESPÍRITU CON EL QUE QUEREMOS
DAR EL GRAN GIRO? 27
5. ¿CUÁL ES EL NUEVO ESTILO O PARADIGMA
EVANGELIZADOR QUE QUEREMOS ASUMIR?
34
6. ¿POR QUÉ ASUMIR ESTE NUEVO PARADIGMA
MISIONERO? 53
7. ¿CÓMO VAMOS A EMPEZAR A TRABAJAR POR ESE
GRAN GIRO? 55
8. Y ¿QUÉ HACER MIENTRAS LLEGA EL
MOMENTO DE PARTICIPAR EN LAS ACTIVIDADES
PROGRAMADAS?
67
9. MARÍA, ESTRELLA DE LA EVANGELIZACIÓN
70
ANEXO 1: SÍNTESIS DEL NUEVO PLAN DE
EVANGELIZACIÓN DE LA ARQUIDIÓCESIS DE
72
BOGOTÁ (PLAN E)
ANEXO 2: ACTIVIDADES BÁSICAS
78
ANEXO 3: AUTODIAGNÓSTICO FRENTE AL
PARADIGMA MISIONERO DE EVANGELIZACIÓN
DATOS DE CONTACTO
94
90
Cardenal Rubén Salazar Gómez
Arzobispo de Bogotá
Apreciados hermanos y amigos:
Con esperanza y alegría hemos iniciado la primera etapa del itinerario que
vamos a recorrer como miembros de la Arquidiócesis de Bogotá para relanzar
nuestra tarea evangelizadora en las nuevas circunstancias que vive nuestra
sociedad, y ponernos en camino hacia los ideales que discernimos como la
voluntad del Señor Jesucristo para su Iglesia en esta región capital.
Comenzamos este proceso con las gracias recibidas durante la celebración
del jubileo por los 450 años de nuestra Arquidiócesis de Bogotá, y con la
decisión de ser fieles a la voluntad del Señor Jesucristo que hemos discernido
durante el proceso de construcción de nuestro Plan de Evangelización.
Con sencillez y realismo reconocemos que este propósito de renovación comienza por el desafío de promover un re-encuentro de todos con la persona
de Jesucristo, y de suscitar un cambio de mentalidad y de actitud entre todos
los católicos, que nos lleve a un cambio en la manera de vivir la dimensión
misionera de nuestro bautismo y de asumir nuestra tarea evangelizadora en
estos nuevos tiempos. Nos reconocemos, por tanto, como una “comunidad
de aprendizaje” que, unida a Jesucristo, está dispuesta a desaprender muchas
cosas para poder re-comprender su identidad y su misión en las nuevas circunstancias que vive el mundo, viviendo un tiempo de conversión pastoral
decididamente misionera, como nos lo ha propuesto el Papa Francisco y el
documento de Aparecida.
Los invito, entonces, queridos presbíteros y diáconos, consagrados y consagradas, laicos y laicas, miembros todos de esta Arquidiócesis, a trabajar juntos
para dar este “Gran Giro” que nos hemos propuesto como comunidad eclesial; esforzándonos, con la ayuda del Espíritu Santo, por hacer nuestras las
actitudes del Señor Jesucristo, primer evangelizador, particularmente las tres
expresadas en el nuevo paradigma misionero y arquidiocesano de evangeli-
Arquidiócesis de Bogotá 13
zación y que consideramos fundamentales para servir hoy al Reinado de Dios
en medio de las circunstancias de desigualdades sociales, transición cultural
y pluralismo en que vive nuestra ciudad y municipios, asumiendo más plenamente nuestra condición como comunidad evangelizada y evangelizadora,
sacramento de salvación.
En el presente documento, que les pido el favor de leer, profundizar y difundir, se han recogido las orientaciones generales para vivir esta primera etapa
de nuestro Plan de Evangelización, el programa, los proyectos y actividades
que vamos a realizar, de tal manera que podamos tener una visión de conjunto del proceso.
Quiero agradecerles de corazón, una vez más, su oración, su compromiso,
sus esfuerzos y su paciencia, durante el proceso de construcción del Plan; y
exhortarlos a pedir al Señor el don de la esperanza para reconocer el valor de
los pequeños cambios que debemos hacer para alcanzar las grandes transformaciones; el valor de la fidelidad en lo poco para llegar a ser fieles en lo
mucho; la sabiduría para reconocer que nuestro futuro lo empezamos a construir desde las pequeñas decisiones que tomamos en nuestro presente en el
cual ya está actuando el mismo Señor.
Que Jesucristo nos haga partícipes de la fuerza de su Espíritu para que seamos auténticos evangelizadores en medio de la región capital y la Santísima
Virgen María sea la estrella que guíe nuestro caminar, para que la alegría del
Evangelio llegue hasta los confines de la tierra y ninguna periferia se prive de
su luz.
+ Rubén Salazar Gómez
Cardenal Arzobispo de Bogotá
14
EL PROBLEMA FOCAL QUE
BUSCAMOS SUPERAR
La Arquidiócesis de Bogotá, como Pueblo
de Dios que peregrina en medio de esta región capital, muestra una débil adhesión a
la persona de Jesucristo y a su proyecto del
Reino que le impide leer e interpretar, en las
circunstancias actuales de pluriculturalidad,
cambios permanentes e injusticias sociales,
los signos de la presencia salvadora de Dios
para ponerse a su servicio. Consecuentemente, a pesar de los esfuerzos evangelizadores,
prevalece un modo de ser Iglesia caracterizado por una pastoral de conservación,
sin ímpetu misionero, de simple gestión de
prácticas religiosas, poca participación, activismo individualista y asistencialismo; así
nuestra Iglesia continúa recorriendo un camino paralelo a la vida y preocupaciones de
la gente. (PE 22)
EL IDEAL QUE NOS UNE
Y COMPROMETE
La Arquidiócesis de Bogotá, como Pueblo de
Dios que peregrina en medio de esta región capital, vive y celebra intensamente su adhesión
a la persona de Jesucristo y a su proyecto del
Reino, y la expresa en su vida de comunidad,
mediante la participación dinámica y orgánica
de todos sus miembros y la renovación constante de todos sus procesos de formación y estructuras de comunión y de servicio; consciente de su misión evangelizadora, como sal de la
tierra y luz del mundo, con actitud dialogante,
profética y propositiva, discierne y secunda la
acción del Espíritu Santo para anunciar a Jesucristo en medio de la pluralidad cultural y participar en la construcción de una sociedad misericordiosa: más justa, reconciliada, solidaria y
que cuida la creación. (PE 31)
16
Arquidiócesis de Bogotá 17
1. EL GRAN GIRO, PRIMERA
ETAPA DE NUESTRO PLAN
DE EVANGELIZACIÓN
1. Como católicos de la Arquidiócesis de Bogotá y presididos por nuestro arzobispo el Cardenal Rubén Salazar Gómez, hemos emprendido un camino de nueve años con el
propósito de «promover en todos los miembros del pueblo de Dios, de la Arquidiócesis de Bogotá, un proceso de
conversión personal y pastoral, decididamente misionera, por la apropiación y cultivo de la condición misionera inherente a todo bautizado y del nuevo paradigma de
evangelización discernido y asumido por el Plan de Evangelización, de tal manera que se inicie un proceso de renovación tanto de la vida de comunión y participación en la
arquidiócesis, como de sus procesos de evangelización» 1 .
Esta gran tarea quiere ser el primer paso en la respuesta a lo
que hemos reconocido como la voluntad de Dios hoy para
nuestra Iglesia Particular y que hemos plasmado en nuestro
Plan Arquidiocesano de Evangelización.
2. Se trata por tanto de promover un gran primer momento de conversión personal y de la comunidad eclesial arquidiocesana hacia un nuevo estilo de evangelización más misionero, en sintonía con lo que propuso el Documento de
Aparecida al convocar a una Misión Continental 2 y como
hoy lo está pidiendo el Papa Francisco para toda la Iglesia 3.
Esta gran
tarea quiere
ser el primer
paso en la
respuesta a
lo que hemos
reconocido
como la
voluntad de
Dios hoy para
nuestra Iglesia
Particular y
que hemos
plasmado en
nuestro Plan
Arquidiocesano de
Evangelización.
3. Para llevar a cabo este objetivo, vemos la necesidad
de trabajar en tres metas previas: dar “un giro” en nuestra
manera de mirar, comprender y asumir la evangelización y
1. Cf. Plan de Evangelización (PE) 55
2. Cf. Documento de Aparecida (DA) 370
3. Cf. S.S. Francisco, Evangelii Gaudium
(EG) 25 y 30: «Espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una
conversión pastoral y misionera, que no
puede dejar las cosas como están… Constituyámonos en todas las regiones de la
tierra en estado permanente de misión …
exhorto a cada Iglesia particular a entrar
en un proceso decidido de discernimiento,
purificación y reforma.»
18
nuestra propia condición misionera,
de acuerdo con el nuevo paradigma
de evangelización discernido; asumir un “nuevo rumbo”, de acuerdo
con el paradigma, en la manera de
vivir la comunión, la participación y
en general en toda la acción evangelizadora; adquirir un “nuevo ritmo” en la vida arquidiocesana que le
permita proyectarse de un modo renovado en medio de las condiciones
de cambio que vive nuestra región
capital.
De ahí que se ha diseñado un itinerario en tres etapas, de tres años
cada una: 1ª. Etapa: el Gran Giro
(2013-2016), 2ª. Etapa: el Nuevo
Rumbo (2016-2019) y 3ª. Etapa: un
Nuevo Ritmo (2019-2022).
4. El pasado primero de diciembre,
con el inicio del año litúrgico, y muy
solemnemente con la clausura del
año Jubilar por los 450 años de la Arquidiócesis, hemos dado comienzo
a la 1ª. Etapa de nuestro itinerario,
llamada el Gran Giro, con el objetivo de que todos los miembros del
pueblo de Dios, y especialmente los
animadores de la evangelización, se
sensibilicen con el nuevo paradigma
de evangelización asumido, y entren
así en un proceso pedagógico de
revisión crítica de la práctica evangelizadora y de cambio de mentalidad sobre la forma de vivir la propia
condición bautismal, la comunión y
la misión4.
4. Las metas para cada una de las etapas las
encontramos en el PE 55
5. Todos los católicos - ministros
ordenados, consagrados, consagradas, laicos y laicas- estamos llamados a participar en este Gran Giro,
comprendiendo que para alcanzar
la meta que nos hemos propuesto
para estos tres primeros años será
necesario el compromiso de cada
uno de nosotros y la integración
de todos los pequeños y grandes
esfuerzos que debemos hacer para
responder a lo que el Señor nos
está pidiendo en este momento. Por
esto, se ha escogido como uno de
los mensajes que acompaña estos
primeros pasos: «¿Por dónde empezamos? Primero cambiemos tú y
yo», y se ha plasmado en un primer
afiche que vemos puesto en nuestras parroquias y otros espacios de
la vida eclesial.
6. Participar en la puesta en marcha de este dinamismo que nos
lleva a un Gran Giro requiere tener
presente varios aspectos que vamos
a presentar a continuación para que
todos estemos en sintonía sobre lo
que estamos buscando juntos y la
manera como podemos contribuir
al proceso desde nuestros espacios
de vida.
Arquidiócesis de Bogotá 19
MAPA DE LA ARQUIDIÓCESIS
DE BOGOTÁ
20
Arquidiócesis de Bogotá 21
22
2. ¿QUÉ ES LO QUE
BUSCAMOS EN ESTA
PRIMERA ETAPA DEL PLAN?
7. Reflexionando sobre la meta definida para esta primera
etapa, durante estos primeros tres años buscaremos juntos:
a) Que los católicos más comprometidos y luego, con
su ayuda, el mayor número posible de católicos de la arquidiócesis, entren en una actitud de revisión crítica de
la propia vida de fe y de la dimensión misionera de su
bautismo, de acuerdo con los criterios señalados por el
nuevo paradigma misionero de evangelización que hemos discernido, para iniciar así un proceso de cambio de
mentalidad, de conversión hacia un modo renovado de
entendernos como discípulos misioneros en medio de la
transformación cultural que vivimos, hacia un modo más
misionero de ser Iglesia y de evangelizar en las nuevas
circunstancias que vivimos en nuestra región capital;
b) Que todos los católicos de la Arquidiócesis de Bogotá, vinculados activamente o alejados, practicantes o no,
niños, jóvenes y adultos, se enteren del propósito que
tenemos de trabajar por la renovación de nuestra Iglesia
y de nuestro compromiso evangelizador con esta región
capital, así como de la invitación que se hace a todos a
participar con esperanza en este proceso;
c) Que los demás ciudadanos, no católicos, que habitan
esta región capital se enteren de nuestro propósito y esto
contribuya a generar un ambiente de diálogo y cercanía
con ellos.
8. Se trata, entonces, de generar y cultivar un espíritu de
renovación que nos capacite para diseñar y desarrollar más
adelante, con visión y criterios renovados, una acción evangelizadora más profética, propositiva y dialogante dentro
del contexto plural actual y así promover una mayor inci-
...se enteren
del propósito
que tenemos
de trabajar
por la
renovación de
nuestra Iglesia
y de nuestro
compromiso
evangelizador
con esta
región
capital,así
como de la
invitación
que se hace
a todos para
participar en
este proceso.
Arquidiócesis de Bogotá 23
dencia de los católicos sobre nuestro contexto de desigualdades sociales y transición cultural. Por tanto, será necesario
seguir adelante con todas nuestras actividades eclesiales y
evangelizadoras cotidianas que veníamos haciendo, pero
dejando que poco a poco se vayan permeando de este espíritu renovador, hasta que con creatividad y sabiduría vayamos generando una nueva mística evangelizadora misionera, nuevos métodos y lenguajes, nuevas estructuras acordes
con los desafíos del momento.
3. ¿POR QUÉ
HABLAMOS DE LA
NECESIDAD DE UN
GRAN GIRO?
9. Como se identificó a través de las consultas y el discernimiento5 , estamos ante el desafío de aprender a reconocer
los signos de la presencia y de los planes de Dios en medio
de las transformaciones culturales rápidas y profundas que
está viviendo nuestra sociedad urbano-rural; para así, renovar nuestro modo de ser Iglesia, que se ha llamado de “pastoral de conservación” -sin ímpetu misionero, de simple gestión de prácticas religiosas, poca participación, activismo
5. Cf. PE 22: «Junto a los signos de esperanza identificados, hemos podido reconocer una serie de problemas parciales que reclaman nuestra atención, y en cuyo fondo se encuentra lo que hemos llamado “el
problema focal que debemos superar”; lo hemos formulado en los siguientes términos: La Arquidiócesis de Bogotá, como Pueblo de Dios
que peregrina en medio de esta región capital, muestra una débil adhesión a la persona de Jesucristo y a su proyecto del Reino que le impide
leer e interpretar, en las circunstancias actuales de pluriculturalidad,
cambios permanentes e injusticias sociales, los signos de la presencia
salvadora de Dios para ponerse a su servicio. Consecuentemente, a pesar de los esfuerzos evangelizadores, prevalece un modo de ser Iglesia
caracterizado por una pastoral de conservación: sin ímpetu misionero,
de simple gestión de prácticas religiosas, poca participación, activismo individualista y asistencialismo; así nuestra Iglesia continúa recorriendo un camino paralelo a la vida y preocupaciones de la gente.»
...estamos
ante el
desafío de
aprender a
reconocer los
signos de la
presencia y
de los planes
de Dios en
medio de las
transformaciones
culturales
24
individualista y asistencialismo– en
un nuevo modo de ser Iglesia que
evidencie, que manifieste mejor, su
condición esencialmente misionera,
de “salida”, y de servidora de la misericordia divina presente en la ciudad
región, como el Papa Francisco lo ha
señalado 6.
que respondan a las necesidades de
evangelización que nos plantea el
mundo presente.
10. Existen muchas actividades e
iniciativas evangelizadoras que han
funcionado pero que hoy se presentan como insuficientes y a veces inapropiadas para llevar el Evangelio a
todos los espacios de nuestra sociedad plural y en transición. Pueden
seguir prestando su servicio, pero
sus interlocutores serán cada vez
menos, ante la diversidad de mentalidades y necesidades que hoy se
presentan. De ahí la necesidad de
un cambio, de una diversificación
de nuestras acciones evangelizadoras, de nuevos lenguajes, para que
los instrumentos dados por el Señor
para llevar a cabo la evangelización
sean significativos en los nuevos
tiempos que vivimos.
12. Cambiar la mentalidad no es
fácil; es necesario hacer un gran giro,
puesto que normalmente tendemos
a pensar que sólo existe una manera de ver y de hacer las cosas, y que
no es necesario hacer cambios. Nos
acostumbramos a suponer y a dar
por hecho que “en Colombia todos
nacemos y somos católicos” y que
“la cultura colombiana transmite la
fe por sí sola”, y esto nos llevó a cultivar poco la condición misionera,
y en muchas ocasiones a poner la
atención más en los medios de la
evangelización –la acción profética,
litúrgica, social y de comunión-, que
en los fines de la evangelización –el
servicio al reinado de Dios en nuestro contexto urbano y rural actual–;
nos llevó a acompañar a los que venían al templo, más que a salir a buscar a los que se estaban alejando.
11. Esto exige de nosotros en primer lugar un proceso de cambio de
mentalidad, de apropiación de un
nuevo estilo de evangelizar, de un
nuevo paradigma, que nos permita un nuevo planteamiento de los
problemas pastorales, una nueva
interpretación y desarrollo de acciones alternativas y diversificadas
6. Cf. S.S. Francisco, EG 20.
3.1 EL GRAN GIRO, COMO
CAMBIO DE MENTALIDAD
HACIA UN PARADIGMA
EVANGELIZADOR MISIONERO
13. Llegar pues a una renovación
en las acciones e incluso de las estructuras (dimensión programática
de la conversión pastoral), nos pide
trabajar fuertemente en un gran
giro, en una transformación de la
mirada, de la mentalidad, de los
criterios, y del mismo corazón, para
que sean más misioneros (dimen-
Arquidiócesis de Bogotá 25
sión paradigmática de la conversión
pastoral)7 .
3.2 SOBRE EL TRASFONDO DE
UNA MEMORIA AGRADECIDA
14. Por tanto, nos proponemos en
primer lugar asumir una renovada y
contextualizada comprensión de lo
que significa evangelizar la región
capital de Bogotá en las actuales
circunstancias; una comprensión
que nos lleve a asumir un nuevo
estilo como católicos, que nos impulse a salir y a proponer la alegría
del Evangelio con renovado espíritu
misionero, con nuevos lenguajes,
nuevo ardor, nuevos métodos, y de
manera más adaptada (inculturada) a nuestra realidad diversa y en
transición; a asumir un nuevo estilo
decididamente misionero, que nos
permita superar el «criterio pastoral
del “siempre se ha hecho así”» 8 y la
tentación de pensar que sólo existe una forma de evangelizar válida
para todos los tiempos y contextos.
15. La mirada misionera que buscamos cultivar en primer lugar es
una mirada agradecida con el pasado; puesto que no entendemos
la renovación que buscamos en la
evangelización como un desarraigo, ni como un olvido de la historia,
ni como un desconocimiento de lo
que se ha venido haciendo hasta
el momento presente en nuestra
Iglesia9 .
7. Cf. S.S. Francisco, EG 27. Lo recordó recientemente el Papa Francisco al referirse
a las dimensiones por medio de las cuales
debe desarrollarse la Misión Continental en
América Latina: una dimensión programática (realizar actos de índole misionera), y,
sobre todo, una dimensión paradigmática,
entendida como asumir una nueva clave de
comprensión permanente de todo el quehacer de la Iglesia: su condición misionera, su
“misionariedad”. Cf. S.S. Francisco, Discurso al Comité de Coordinación del Celam,
Río de Janeiro, julio 28 de 2013, 3
núcleo del Evangelio, algunas muy arraigadas a lo largo de la historia, que hoy ya
no son interpretadas de la misma manera
y cuyo mensaje no suele ser percibido adecuadamente. Pueden ser bellas, pero ahora
no prestan el mismo servicio en orden a la
transmisión del Evangelio. No tengamos
miedo de revisarlas.»
8. S.S. Francisco, EG 33: «La pastoral en
clave de misión pretende abandonar el
cómodo criterio pastoral del “siempre se
ha hecho así”»; además, dice en el No. 43:
«En su constante discernimiento, la Iglesia
también puede llegar a reconocer costumbres propias no directamente ligadas al
16. Por el contrario, es necesario
reconocer, con la Virgen María, que
el Señor ha hecho obras grandes
por nosotros y ha conducido a su
pueblo a lo largo de los 450 años
de existencia de la Arquidiócesis de
Bogotá. Jesucristo Resucitado ha estado presente y se ha hecho cercano
a la historia de miles de hombres y
9. Cf. S.S. Francisco, EG 13: «Tampoco
deberíamos entender la novedad de esta
misión como un desarraigo, como un olvido de la historia viva que nos acoge y nos
lanza hacia adelante…Jesús nos deja la
Eucaristía como memoria cotidiana de la
Iglesia, que nos introduce cada vez más en
la Pascua (cf. Lc 22,19). La alegría evangelizadora siempre brilla sobre el trasfondo
de la memoria agradecida: es una gracia
que necesitamos pedir.»
26
mujeres que han participado en la
construcción de nuestra sociedad, y
en medio de las luces y sombras, ha
hecho de la historia de nuestra ciudad región una historia de salvación.
17. Somos herederos de una historia llena de iniciativas, de experiencias evangelizadoras fructuosas,
que han sabido sembrar y cultivar
el Evangelio en las distintas circunstancias por las que ha pasado la región capital, y hoy se constituyen en
un patrimonio del cual nos sentimos
responsables, y desde donde queremos asumir los desafíos que el tiempo presente y futuro nos proponen
como Iglesia Arquidiocesana 10.
18. Queremos dar el Gran Giro reconociendo y agradeciendo el esfuerzo evangelizador de nuestros
anteriores arzobispos11 , de los presbíteros y diáconos que han entregado sus vidas por el Evangelio desde
el ejercicio de su ministerio apostólico en medio de nosotros; agradeciendo el trabajo de tantos religiosos, religiosas y demás consagrados,
que con su testimonio de vida evangélica nos han ayudado a reconocer
el Reinado de Dios presente en esta
región capital. Además, reconociendo y agradeciendo la labor misione10. Cf. Rubén Salazar Gómez – Arzobispo
de Bogotá, Carta Pastoral con ocasión de
la celebración jubilar de los 450 años de la
Arquidiócesis de Bogotá, Bogotá, septiembre 1 de 2012.
ra de tantos laicos, laicas y familias,
que de acuerdo con sus carismas,
han sido, y son hoy, sal de la tierra y
luz del mundo, con su compromiso
en la vida de la Iglesia y en el ejercicio de sus responsabilidades en los
asuntos de la sociedad.
19. Pero sobre todo queremos entrar en un proceso de renovación
misionera reconociendo y agradeciendo la labor evangelizadora de
todos aquellos, ministros ordenados, laicos y consagrados, que hoy
con su entrega y servicio, con sus
iniciativas y esfuerzos, están siendo testigos de la presencia salvífica
del Reino de Dios y están llevando a
otros al encuentro con el Señor Jesucristo.
11. Entre otros, reconocemos especialmente el testimonio de la vida y ministerio de
Monseñor Ismael Perdomo, arzobispo de
Bogotá entre 1928 y 1950, cuyas virtudes
heroicas han sido reconocidas y el proceso de canonización se adelanta en la Santa
Sede.
Arquidiócesis de Bogotá 27
4. ¿CUÁL ES EL
ESPÍRITU CON EL QUE
QUEREMOS DAR EL
GRAN GIRO?
4.1 ARRAIGADOS EN UN RENOVADO ENCUENTRO
CON JESUCRISTO
20. Reconocemos que la conversión pastoral -este cambio
de mentalidad y apropiación de un nuevo estilo misionero
de la evangelización capaz de responder a los desafíos que
el tiempo presente nos plantea- comienza por un proceso
que cada uno de los católicos debemos vivir: un renovado encuentro con Jesucristo, primer evangelizador, en las
actuales condiciones que vive nuestra sociedad. Sólo un
encuentro con Él, camino, verdad y vida, puede hacernos
comprender de manera renovada nuestra identidad como
discípulos misioneros suyos en medio de las actuales circunstancias de nuestra vida y puede llevarnos a asumir con
alegría la tarea de ser los evangelizadores de estos nuevos
tiempos.
21. Así se nos ha recordado en distintas ocasiones:
«En un tiempo en el que Dios se ha vuelto para muchos el
gran desconocido y Jesús solamente un gran personaje del
pasado, no habrá relanzamiento de la acción misionera sin
la renovación de la calidad de nuestra fe y de nuestra oración; no seremos capaces de dar respuestas adecuadas sin
una nueva acogida del don de la gracia; no sabremos conquistar a los hombres para el Evangelio a no ser que nosotros mismos seamos los primeros en volver a una profunda
experiencia de Dios.» 12 S.S. Benedicto XVI
12. S.S. Benedicto XVI, Discurso a la Asamblea de la Conferencia Episcopal Italiana, mayo 24 de 2012
Sólo un
encuentro con
Él, camino,
verdad y
vida, puede
hacernos
comprender
de manera
renovada
nuestra
identidad
como
discípulos
misioneros
suyos en
medio de
las actuales
circunstancias
de nuestra
vida
28
«Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se
encuentre, a renovar ahora mismo
su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de
intentarlo cada día sin descanso.
No hay razón para que alguien
piense que esta invitación no es
para él, porque “nadie queda excluido de la alegría reportada por
el Señor”.»13 S.S. Francisco
«Se trata de confirmar, renovar y
revitalizar la novedad del Evangelio arraigada en nuestra historia, desde un encuentro personal
y comunitario con Jesucristo, que
suscite discípulos y misioneros.
Ello no depende tanto de grandes
programas y estructuras, sino de
hombres y mujeres nuevos que encarnen dicha tradición y novedad,
como discípulos de Jesucristo y misioneros de su Reino, protagonistas de vida nueva para una América Latina que quiere reconocerse
con la luz y la fuerza del Espíritu.»
DA 11
22. Por tanto, comprendemos el
programa de esta primera etapa,
sus proyectos, actividades y tareas,
como el poner las condiciones para
que el mayor número posible de
católicos de la arquidiócesis pueda
vivir una experiencia de renovado
encuentro con Jesucristo que anime, despierte, revitalice nuestro
13. S.S. Francisco, EG 3
seguimiento a Él y el deseo de compartir con otros la alegría de ser sus
discípulos misioneros. Por eso podemos decir que el Gran Giro en primer
lugar es un giro hacia Jesucristo.
4.2 CON LA ESPERANZA DE
QUE UNA NUEVA SOCIEDAD
Y UN NUEVO MODO DE
SER IGLESIA SON POSIBLES
GRACIAS AL REINADO DE DIOS
23. Esa nueva mirada y espíritu
misioneros que buscamos alcanzar
encuentra su inspiración y su fuerza,
tanto en el re-encuentro personal
con Jesucristo, como en la visión de
futuro que tenemos sobre nuestra
arquidiócesis y nuestra región capital, que hemos discernido como la
voluntad de Dios y que llamamos “el
ideal que nos une y compromete”.
No es solamente una idea del futuro
sino que es la promesa de Dios para
nuestra Iglesia Particular que Él mismo está ya haciendo posible por su
presencia actuante entre nosotros.
Es la esperanza que nos congrega
como comunidad y de la cual queremos ser signo e instrumento; por la
que queremos trabajar juntos y por
la que estamos dispuestos a hacer
muchos esfuerzos y sacrificios.
24. Las dificultades que hoy reconocemos dentro de la vida de
nuestra Iglesia Arquidiocesana, los
antitestimonios y las limitaciones
que nos acompañan no son las que
Arquidiócesis de Bogotá 29
tienen la última palabra, porque el
Señor de la historia, Jesucristo Resucitado, está aquí presente y con
su amor misericordioso y la fuerza
de su Espíritu nos conduce hacia la
vida, hacia el encuentro con la misericordia del Padre, hacia el amor a los
hermanos, hacia la vida de comunión desde nuestras diversidades,
hacia la misión. De igual manera, las
dinámicas de indiferencia, de violencia, de intolerancia, de injusticia
y de muerte que hay en nuestra región capital, aunque sean las que
más percibimos todos los días, no
son las que tienen la última palabra
porque el Reinado de Dios está aquí
presente y su fuerza transformadora
-por su dinámica de vida, de justicia,
de reconciliación, de solidaridad, de
misericordia que se hace operativa
a través de nosotros- nos lleva a la
esperanza y al compromiso con la
sociedad que anhelamos y que es
posible.
25. Pero, ¿cuál es ese modo de ser
Iglesia que hemos discernido como
la voluntad de Dios, y en el cual queremos empezar a trabajar juntos?
Soñamos con una Iglesia en la cual
todos sus miembros vivamos, cultivemos y celebremos una intensa
y profunda adhesión al Señor Jesucristo y a su Reino de misericordia;
que nos haga ser alegres y coherentes discípulos misioneros en medio
de la región capital y que, por tanto,
nos haga vivir una auténtica vida
de comunión entre nosotros y con
todos, como verdadero pueblo de
Dios; y nos impulse a asumir nuestra
tarea evangelizadora, dóciles al Espíritu Santo, con ímpetu misionero,
con actitud dialogante, profética y
propositiva, en medio de la transición y pluralidad cultural que vivimos; y a participar, junto con otros,
en la construcción de una sociedad
misericordiosa, es decir, justa, reconciliada, solidaria y que cuida de
la creación. Soñamos, por tanto, con
una Iglesia que por su actitud misericordiosa vive su condición de ser
luz del mundo y sal de la tierra en
medio de nuestra región capital.
26. Por esto, el Gran Giro es un
giro hacia la esperanza. Y todas las
actividades que vamos a realizar
buscan despertar y alimentar esa
esperanza para que sea el motor de
nuestros esfuerzos y compromisos.
Es el mismo Jesucristo, quien sale a
nuestro paso, como a los discípulos
de Emaús, para interpelarnos y despertar en nosotros la esperanza; una
esperanza que nos permita interpretar, desde la fe, la historia y la situación que estamos viviendo y nos
anime a ponernos en camino hacia
el cumplimiento de la misión.
4.3 CON LA ALEGRÍA DE SER
MIEMBROS DEL PUEBLO
DE DIOS, COMUNIDAD DE
DISCÍPULOS MISIONEROS EN
ESTA REGIÓN CAPITAL
27. El Gran Giro hacia un estilo
o paradigma más misionero de la
30
Arquidiócesis de Bogotá 31
32
evangelización implica una renovación de nuestra relación con la
Iglesia, de nuestro amor por ella y
de nuestro sentido de pertenencia
y de participación en ella14. No es
posible ser auténtico discípulo misionero del Señor Jesucristo, sin vivir la comunión con el Padre, con el
mismo Jesucristo y el Espíritu Santo,
en la Iglesia15. Ella es Pueblo de Dios,
Cuerpo de Cristo y Templo del Espíritu Santo, comunidad de discípulos
misioneros, cuya razón de ser y vocación fundamental es la evangelización 16.
28. Sólo un compromiso decidido
de creer y trabajar por la comunión,
don de Dios y tarea de los discípulos
del Señor, hará que las prevenciones,
falsas imágenes, tergiversaciones,
14. cf. S.S. Francisco, Mensaje al Comité de
Coordinación del CELAM, Río de Janeiro,
julio 28 de 2013: «La Misión Continental,
sea programática, sea paradigmática, exige generar la conciencia de una Iglesia que
se organiza para servir a todos los bautizados y hombres de buena voluntad. El
discípulo de Cristo no es una persona aislada en una espiritualidad intimista, sino
una persona en comunidad, para darse a
los demás. Misión Continental, por tanto,
implica pertenencia eclesial.».
15. Cf. DA 156: «La vocación al discipulado
misionero es con-vocación a la comunión
en su Iglesia. No hay discipulado sin comunión. Ante la tentación, muy presente en la
cultura actual, de ser cristianos sin Iglesia
y las nuevas búsquedas espirituales individualistas, afirmamos que la fe en Jesucristo nos llegó a través de la comunidad eclesial y ella “nos da una familia, la familia
universal de Dios en la Iglesia Católica. La
fe nos libera del aislamiento del yo, porque
nos lleva a la comunión”. Esto significa que
difamaciones sobre la Iglesia, originadas por muchas circunstancias,
sean superadas, y que los antitestimonios al interior de la misma vida
de comunión disminuyan significativamente17. Por eso el cambio que
buscamos es también un giro hacia
la comunidad, hacia la convicción
profunda de haber sido llamados a
vivir como discípulos misioneros en
comunión y en comunidad, y que el
Espíritu Santo lo hace posible, desde nuestro sincero y comprometido esfuerzo por cultivar y construir
una auténtica vida comunitaria en
el amor, fundados en nuestra experiencia de fe.
29. Con fuerza nos lo reclama el
Papa Francisco: “A los cristianos de
todas las comunidades del mundo
una dimensión constitutiva del acontecimiento cristiano es la pertenencia a una
comunidad concreta, en la que podamos
vivir una experiencia permanente de discipulado y de comunión con los sucesores de
los Apóstoles y con el Papa.»
16. Cf. S.S. Pablo VI, EN 14; S.S. Francisco,
EG 111: «La evangelización es tarea de la
Iglesia. Pero este sujeto de la evangelización es más que una institución orgánica y
jerárquica, porque es ante todo un pueblo
que peregrina hacia Dios. Es ciertamente
un misterio que hunde sus raíces en la Trinidad, pero tiene su concreción histórica
en un pueblo peregrino y evangelizador,
lo cual siempre trasciende toda necesaria
expresión institucional. Propongo detenernos un poco en esta forma de entender la
Iglesia, que tiene su fundamento último en
la libre y gratuita iniciativa de Dios.»; cf.
Catequesis, audiencia general, enero 15 de
2014.
17. Cf. S.S. Francisco, EG 93-101
Arquidiócesis de Bogotá 33
quiero pediros especialmente un testimonio de comunión fraterna que
se vuelva atractivo y resplandeciente. Que todos puedan admirar cómo
os cuidáis unos a otros, cómo os
dais aliento mutuamente, y cómo os
acompañáis…Me duele tanto comprobar cómo en algunas comunidades cristianas, y aun entre personas
consagradas, consentimos diversas
formas de odio, divisiones, calumnias,
difamaciones…¿A quién vamos a
evangelizar con esos comportamientos? Pidamos al Señor que nos haga
entender la ley del amor. Cuánto bien
nos hace amarnos los unos a los otros
en contra de todo… No nos dejemos
robar el ideal del amor fraterno.” 18
30. La construcción de nuestra
Iglesia Arquidiocesana implica la
participación de todos los bautizados, puesto que todos somos miembros del pueblo de Dios y estamos
llamados a contribuir en su edificación y misión desde el ejercicio de
nuestra condición bautismal como
discípulos misioneros, y desde la diversidad de formas de participación,
de acuerdo con nuestros estados
de vida, carismas y ministerios recibidos, los oficios y responsabilidades asumidas19. Nuestra condición
como ministros ordenados, consagrados y laicos, está llamada a asumir un estilo concreto en medio de
nuestras circunstancias particulares,
sin perder su carácter universal, pero
respondiendo a los desafíos que la
evangelización de nuestra región
capital nos pone. Tenemos por tanto
la tarea de asumir ese estilo propio,
de acuerdo con el Evangelio y con el
paradigma de evangelización que
nos presenta el Plan E.
31. Con las actividades del Gran
Giro buscamos además despertar o
afianzar la condición misionera de
nuestra Iglesia, para que sea una
“Iglesia en salida”; una Iglesia que
comparte una esperanza y se hace
signo e instrumento de esa esperanza en medio de la ciudad y de los
municipios; una Iglesia que se hace
comunidad alternativa frente a las
formas de relación y de asociación
que se promueven en medio de la
cultura urbana y se organiza entorno a valores trascendentes e integralmente humanos; una Iglesia samaritana que incide positivamente
en la transformación de la realidad
por la vivencia de la misericordia y
del cuidado de los demás; una Iglesia que vive la riqueza de la comunión, articulándose en sus distintos
espacios como un organismo vivo,
18. S.S. Francisco, EG 100-101
19. También el Papa Francisco nos lo recuerda en EG 120: «En virtud del bautismo
recibido, cada miembro del Pueblo de Dios
se ha convertido en discípulo misionero
(cf. Mt 28,19). Cada uno de los bautizados,
cualquiera que sea su función en la Iglesia y
el grado de ilustración de su fe, es un agente
evangelizador… Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado
con el amor de Dios en Cristo Jesús; ya no
decimos que somos «discípulos» y «misioneros», sino que somos siempre “discípulos
misioneros”».
34
...que
a pesar de la diversidad de sus miembros: las familias, las peJesucristo
queñas comunidades, los movimientos y asociaciones, las pasea encontrado,
rroquias, el conjunto de toda la Arquidiócesis.
32. Particularmente, buscamos consolidar esa identidad arquidiocesana alrededor del arzobispo, del colegio presbiteral y
diaconal, quienes, por su ministerio apostólico, están llamados
a ser los primeros en promover, acompañar y trabajar por la comunión y la unidad, desde un mismo proyecto misionero, que
permita comunicar vida en abundancia a todos. 20
20. Cf. DA 169
5. ¿CUÁL ES EL NUEVO
ESTILO O PARADIGMA
EVANGELIZADOR QUE
QUEREMOS ASUMIR?
conocido,
amado y
seguido, para
vivir en Él
relaciones
de comunión
y, desde Él,
transformar la
historia hasta
la venida de
la Jerusalén
Celestial
Paradigma de la
evangelización
en la Arquidióccesis
de Bogotá
Arquidiócesis de Bogotá 35
5.1 ¿A QUÉ LLAMAMOS
“PARADIGMA DE
EVANGELIZACIÓN”?
33. La evangelización -en cuanto
continuación de la misión de Cristo
en la historia- tiene un único programa: que Jesucristo sea encontrado,
conocido, amado y seguido, para vivir
en Él relaciones de comunión y, desde
Él, transformar la historia hasta la venida de la Jerusalén Celestial; así nos
lo recordó Juan Pablo II. 21 Sin embargo, este único programa, en cada
Iglesia Particular -como lo es la Arquidiócesis de Bogotá- debe asumir
un rostro concreto, unos parámetros
específicos, unos dinamismos propios, de acuerdo con las condiciones históricas y culturales del lugar
y como fruto de un discernimiento
pastoral22. Este es el objetivo que
ha orientado el proceso de construcción de nuestro nuevo plan de
evangelización, ayudándonos a reconocer esos rasgos concretos, esos
dinamismos que deben caracterizar
nuestra misión evangelizadora en
las condiciones que vive actualmente nuestra sociedad: pluralismo,
transición cultural y desigualdades
sociales.
34. Ese conjunto de elementos y
dinamismos que se han discernido,
que se correlacionan entre sí, y que
deben caracterizar la evangelización
21. Cf. S.S. Juan Pablo II, Novo Millenio
Ineunte (NMI) 29c
22. Cf. NMI 29d
en la Arquidiócesis de Bogotá es lo
que llamamos el nuevo “paradigma
misionero de evangelización”; y sus
componentes son: a) los hechos significativos de la realidad que más
nos condicionan e interpelan: las
desigualdades sociales, la transición
socio-cultural y religiosa, y el pluralismo; b) la Palabra de Dios que nos
ilumina y nos llama a ser una Iglesia
sal de la tierra y luz del mundo en
medio de estas circunstancias de
la región capital; c) los dinamismos
que deben caracterizar toda la actividad evangelizadora para responder a los desafíos que nos pone el
contexto y el llamado a una conversión pastoral decididamente misionera: salir, hacernos compañeros de
camino y fermentar; y d) el corazón
o fundamento del paradigma que
se encuentra en la experiencia personal y comunitaria de encuentro y
seguimiento de Jesucristo, que lleva
a la vivencia de relaciones de comunión con todos, y al compromiso por
la transformación evangélica de la
historia hasta la llegada de la plenitud de los planes de Dios; experiencia de fe, esperanza y caridad, que
busca comunicarse a todos, por desborde de gratitud y de alegría.
No se trata sólo de unos elementos
puntuales, de estrategias, actitudes, o buenos consejos, sino de un
conjunto de componentes que nos
aportan un marco de análisis e interpretación de lo que hoy comprendemos por evangelizar la región
36
capital de Bogotá o, dicho de otra
manera, lo que estamos llamados
a vivir como discípulos misioneros
en la región capital actual. Y muy
especialmente configuran, desde
sus fundamentos bíblicos, teológicos y pastorales, la espiritualidad
que debe inspirar y acompañar toda
nuestra labor evangelizadora para
que sea encarnada y nos capacite
para conducir la historia con Cristo hacia la plenitud del Reino de la
Vida, en el contexto de nuestra región capital.
do por el Reino de Dios. Esto es lo
que expresamos bajo el título de
“nuevo paradigma misionero arquidiocesano de evangelización” y que
buscamos asimilar, con prioridad, en
los primeros años de implementación de plan.
35. A partir de la apropiación de
este paradigma, y, particularmente, de los dinamismos discernidos,
esperamos tener otra mirada sobre
nosotros mismos y sobre nuestra
condición misionera y ciudadana
como fieles cristianos; esperamos
impregnar y renovar todo lo que
ya estamos haciendo con un nuevo
espíritu misionero; esperamos tener
un horizonte distinto para plantear y
crear nuevos proyectos evangelizadores que nos hagan ser una “Iglesia
en salida” y nos encaminen con un
estilo propio hacia el futuro que anhelamos con esperanza. Pero, sobre
todo, esperamos identificarnos más
con Nuestro Señor Jesucristo, con su
corazón misericordioso y misionero,
para brillar y dar sabor en medio de
nuestra región capital, como Buena
Nueva, Sal y Luz, que inspira y hace
posible una nueva forma de vivir y
un compromiso misionero renova-
36. Los tres dinamismos que hemos discernido como necesarios
para responder a los desafíos que
el tiempo presente y el contexto
le pone a nuestra condición como
discípulos misioneros, y que deben
inspirar y caracterizar toda nuestra
acción evangelizadora para llegar a
ser una Iglesia sal de la tierra y luz
del mundo, en medio de la región
capital, son23: a) Salir al encuentro de Dios que vive en nuestra
región capital, b) Hacernos compañeros de camino para cuidar y
anunciar la obra de Dios en la vida
de todos, y c) Fermentar la sociedad, desde el Reinado de Dios,
por la comunión y el servicio.
23. Cf. PE 35-53.
5.2 ¿CUÁLES SON LOS
DINAMISMOS QUE
COMPONEN EL NUEVO
PARADIGMA MISIONERO
DE EVANGELIZACIÓN DE LA
ARQUIDIÓCESIS?
37. Estos dinamismos, que esperamos sean asumidos por todos los
fieles cristianos de la arquidiócesis,
se fundamentan, como lo hemos
dicho, en la vivencia personal y comunitaria de la experiencia de encuentro, amor y seguimiento del
Arquidiócesis de Bogotá 37
Señor Jesucristo, en el cultivo de las
relaciones de comunión que brotan
de este seguimiento, y en la consciencia y compromiso de ser llamados por el Señor a participar en la
transformación evangélica de la historia hasta la manifestación plena
del Reino de Dios, que la tradición
bíblica llama la venida de la Jerusalén Celestial 24.
a. SALIR AL ENCUENTRO DE
DIOS QUE VIVE EN LA REGIÓN
CAPITAL
38. El primer dinamismo que debe
caracterizar la evangelización en la
Arquidiócesis de Bogotá es un movimiento de adentro hacia afuera,
un movimiento de salida, que se entiende en varios sentidos:
• 39. Nuestra acción evangelizadora, en cuanto servicio al plan de la
salvación que Dios sigue llevando
a cabo en la historia de la humanidad y en la historia particular de
esta región capital, debe caracterizarse por un permanente dinamismo de salida; pues este plan tiene
su origen en la infinita sabiduría y
misericordia de Dios quien, por su
Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo,
ha querido salir de sí para hacer a
todos los seres humanos partícipes de su vida de comunión, liberándolos de todo aquello que les
impide vivir en plenitud este don.
El mismo Jesucristo, primer evan24. Cf. Ap 21
gelizador, origen y modelo de
nuestra acción evangelizadora, salió de sí mismo para ser fiel a la misión del Padre y a su amor por los
hombres, sus hermanos: “siendo
de condición divina, no hizo alarde
de su categoría divina, al contrario
se anonadó y tomó la condición de
esclavo, y pasó por uno de tantos. Y
en su condición de hombre se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de
cruz.” (Fil 2,5ss). Este dinamismo de
salida misericordiosa, propio de la
pedagogía divina, hoy más que
nunca debemos asumirlo como el
corazón mismo de nuestra misión
evangelizadora. El Misterio de la
Encarnación es en primera instancia un misterio de salida para
ir al encuentro de la humanidad.
La vida entera de Jesús fue un
permanente movimiento de salida, de sí mismo, para ir al servicio
de la voluntad salvífica del Padre,
quien actúa en la historia en favor
de toda la humanidad, como Él
mismo lo dijo: «Jesús, pues, tomando la palabra, les decía: “En verdad,
en verdad les digo: el Hijo no puede
hacer nada por su cuenta, sino lo
que ve hacer al Padre: lo que hace
Él, eso también lo hace igualmente
el Hijo. Porque el Padre quiere al Hijo
y le muestra todo lo que él hace. Y
le mostrará obras aún mayores que
estas, para que se asombren.”» (Jn
5,19-20).
38
Arquidiócesis de Bogotá 39
40
• 40. Todos los miembros del pueblo de Dios, en virtud de nuestro
bautismo, somos llamados a ser
evangelizadores. El bautismo nos
hace a todos partícipes de esta
tarea, puesto que nos inicia en
una nueva identidad como discípulos misioneros de Jesucristo,
la cual nos pone en movimiento
de salida hacia la trascendencia,
hacia la vida de comunión y hacia la misión de comunicar vida a
los demás; por el bautismo somos
todos enviados a compartir con
la humanidad entera la alegría de
nuestro encuentro con Jesucristo
y la vida plena que Él nos comunica, apartándonos así de la tendencia actual al encerramiento sobre
sí mismos, a buscar sólo el propio
bienestar, al margen del bien de
los demás. La tarea evangelizadora nace en este dinamismo propio
de la condición bautismal que
nos une a todos los católicos, y
que hoy más que nunca debemos
cultivar, para que todos vivamos
intensamente nuestra misión y superemos la tentación que muchos
tienen de reducir el ser católico a
la realización de ciertos ritos religiosos, al margen de la vida concreta que llevamos en la ciudad o
en los municipios. 25
25. Cf. S.S. Francisco, Mensaje al Comité de
Coordinación del Celam, Río de Janeiro,
Julio 28 de 2013: «El discipulado misionero es vocación: llamado e invitación. Se da
en un “hoy” pero “en tensión”. No existe el
discipulado misionero estático. El discípulo
misionero no puede poseerse a sí mismo, su
inmanencia está en tensión hacia la trascendencia del discipulado y hacia la trascendencia de la misión. No admite la autorreferencialidad: o se refiere a Jesucristo o
se refiere al pueblo a quien se debe anunciar. Sujeto que se trasciende. Sujeto proyectado hacia el encuentro: el encuentro
con el Maestro (que nos unge discípulos) y
el encuentro con los hombres que esperan
el anuncio. Por eso, me gusta decir que la
posición del discípulo misionero no es una
posición de centro sino de periferias: vive
tensionado hacia las periferias... incluso
las de la eternidad en el encuentro con Jesucristo. En el anuncio evangélico, hablar
de “periferias existenciales” des-centra,
y habitualmente tenemos miedo a salir
del centro. El discípulo-misionero es un
des-centrado: el centro es Jesucristo, que
convoca y envía. El discípulo es enviado a
las periferias existenciales.».
• 41. El Señor Jesucristo ha congregado a su Iglesia y la ha enviado al mundo, con la fuerza
del Espíritu Santo, a evangelizar:
«Vayan al mundo entero y hagan
discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt
28,19). Este es el mandato del Señor, un mandato para salir e ir al
encuentro de los otros, no para
esperar a que los otros vengan26.
26. Cf. S.S. Francisco, EG 20: «En la Palabra de Dios aparece permanentemente
este dinamismo de «salida» que Dios quiere provocar en los creyentes. Abraham
aceptó el llamado a salir hacia una tierra
nueva (cf. Gn 12,1-3). Moisés escuchó el llamado de Dios: «Ve, yo te envío» (Ex 3,10),
e hizo salir al pueblo hacia la tierra de la
promesa (cf. Ex 3,17). A Jeremías le dijo:
«Adondequiera que yo te envíe irás» (Jr
Arquidiócesis de Bogotá 41
Sin embargo, reconocemos que a
veces nos acostumbramos a encontrarnos con Dios dentro de las
mediaciones eclesiales, olvidando
que es el Dios de la misericordia
en la historia, a quien le interesa
lo que pasa en la vida concreta de
cada ser humano en medio de la
ciudad y de los municipios, y es allí
donde en primer lugar quiere ser
reconocido, alabado y servido.27
Promover entonces una Iglesia y
una evangelización “en salida”,
de acuerdo con el mandato misionero, implica en primer lugar para
nosotros redescubrir a Dios en la
historia concreta de los habitantes de la ciudad y los municipios,
reconocer y salir al encuentro de
Jesús presente en la vida de la sociedad, en medio de sus luces y de
sus sombras; reconocerlo en las
actividades cotidianas, en aquellos que sufren y en sus clamores,
para así redescubrir el valor de la
Eucaristía y los demás sacramentos como celebración que actualiza el Misterio Pascual de Cristo
en la historia concreta que viven
hombres y mujeres de nuestra región capital. Salir implica por tanto el desarrollo de la capacidad de
contemplar 28, para reconocer en
el cambio constante de la historia
la presencia actuante y misericordiosa de Dios que no busca otra
cosa que la libertad y la vida plena para todos, y así ponernos a su
servicio, desde una espiritualidad
encarnada y misericordiosa, con
toda la riqueza de dones e instrumentos que el Señor le ha dado a
su Iglesia.
1,7). Hoy, en este «id» de Jesús, están presentes los escenarios y los desafíos siempre
nuevos de la misión evangelizadora de
la Iglesia, y todos somos llamados a esta
nueva «salida» misionera. Cada cristiano
y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos
invitados a aceptar este llamado: salir de
la propia comodidad y atreverse a llegar
a todas las periferias que necesitan la luz
del Evangelio.»
que busquemos y contemplemos al Dios de
la vida también en los ambientes urbanos.”
27. Cf. DA 514ª: “La fe nos enseña que Dios
vive en la ciudad, en medio de sus alegrías,
anhelos y esperanzas, como también en sus
dolores y sufrimientos. Las sombras que
marcan lo cotidiano de las ciudades, como
por ejemplo, violencia, pobreza, individualismo y exclusión, no pueden impedirnos
• 42. Salir, como actitud y criterio
permanente de cualquier actividad evangelizadora que realicemos en la región capital, implica
28. Cf. EG 71: «Necesitamos reconocer la
ciudad desde una mirada contemplativa,
esto es, una mirada de fe que descubra
al Dios que habita en sus hogares, en sus
calles, en sus plazas. La presencia de Dios
acompaña las búsquedas sinceras que personas y grupos realizan para encontrar
apoyo y sentido a sus vidas. Él vive entre
los ciudadanos promoviendo la solidaridad, la fraternidad, el deseo de bien, de
verdad, de justicia. Esa presencia no debe
ser fabricada sino descubierta, develada.
Dios no se oculta a aquellos que lo buscan
con un corazón sincero, aunque lo hagan
a tientas, de manera imprecisa y difusa.»
42
además asumir las consecuencias
de estar afuera: dejar nuestras
seguridades, bajándonos de
nuestra cabalgadura, de nuestra
comodidad, de nuestros vanos
orgullos e intolerancia, de nuestra
“autoreferencialidad”, para vivir la
cultura del encuentro desde la humildad del Evangelio; para asumir
el riesgo de la inseguridad, de la
persecución, del rechazo, de ser
uno más en medio de otros; pero
de igual manera, para abrirnos a
las sorpresas de Dios, a su creatividad y novedad constantes. Salir,
despojándonos de nosotros mismos, como Jesús lo hizo, para hacernos más capaces de amar y servir. «Entre una Iglesia accidentada
por salir a la calle y una Iglesia enferma de autorreferencialidad, prefiero sin duda la primera», ha dicho
explícitamente el Papa Francisco
en sus enseñanzas29.
• 43. Salir, como dinamismo de
nuestra evangelización, significa
también la determinación de po29. S.S. Francisco, Mensaje para la 48ª.
Jornada Mundial de las Comunicaciones
(2014): «Lo repito a menudo: entre una
Iglesia accidentada por salir a la calle y
una Iglesia enferma de autorreferencialidad, prefiero sin duda la primera. Y las
calles del mundo son el lugar donde la
gente vive, donde es accesible efectiva y
afectivamente. Entre estas calles también
se encuentran las digitales, pobladas de
humanidad, a menudo herida: hombres y
mujeres que buscan una salvación o una
esperanza. Gracias también a las redes, el
mensaje cristiano puede viajar «hasta los
nernos en camino hacia las periferias del sufrimiento humano,
pues es allí donde el Señor Jesús
quiere ser escuchado, reconocido,
servido, con prontitud. Sólo podemos corresponder a la iniciativa
de Dios que nos amó primero, saliendo a amar primero a aquellos
que sufren, que están excluidos,
que necesitan de nuestra ayuda;
movimiento que el Papa Francisco llamó “primerear” 30 . Salida que
asume en primer lugar el rostro y
las actitudes del buen samaritano,
es decir, de la misericordia, que
está atenta a lo que pasa al borde
del camino, se conmueve y actúa
hasta alcanzar la libertad, el bien,
la vida plena para los otros.
• 44. Afrontar el pluralismo y la
transición cultural que vivimos
nos plantea el desafío de diversificar nuestras formas de
evangelizar, nuestros lenguajes,
nuestras actitudes, nuestras metodologías; para poder así salir y
hacernos también presentes, con
confines de la tierra» (Hch 1,8). Abrir las
puertas de las iglesias significa abrirlas
asimismo en el mundo digital, tanto para
que la gente entre, en cualquier condición
de vida en la que se encuentre, como para
que el Evangelio pueda cruzar el umbral
del templo y salir al encuentro de todos.»;
Cf. S.S. Francisco, Mensaje a los jóvenes
argentinos, Río de Janeiro, Julio 25 de
2013: «Quiero que la Iglesia salga a la calle»
30. Cf. S.S. Francisco, EG 24 (“primerear”)
y 197-201 (El lugar privilegiado de los pobres en el pueblo de Dios)
Arquidiócesis de Bogotá 43
una actitud dialogante, profética y propositiva, en los contextos
culturales modernos y posmodernos, en los mundos virtuales, en
las dinámicas de la globalización y
en los procesos de transformación
de la experiencia religiosa, del pluralismo religioso actual. Necesitamos salir de la creencia de que
todos los colombianos somos católicos y hemos nacido católicos,
para asumir el gran desafío de la
acción misionera, de proponer
con creatividad el Evangelio, de ir
a buscar a los alejados, a los heridos, por causa de nuestros antitestimonios, de ir a buscar a aquellos
que estando en sintonía con el
Evangelio, no hallan un lugar en la
Iglesia en el cual se sientan interlocutores.31 De igual manera, las injusticias sociales, la necesidad profunda de reconciliación y paz, de
un diálogo social que fomente el
bien común; así como el dolor de
las víctimas, de los excluidos, de
quienes sufren en nuestra región
capital, son hechos que interpelan
nuestra condición como discípulos misioneros y nos llaman a salir
de la indiferencia y a ponernos en
31. Cf. S.S. Francisco, Mensaje a los Obispo
Brasileños, Río de Janeiro, julio 27 de 2013,
No. 3: «Releamos una vez más el episodio
de Emaús desde este punto de vista (Lc
24, 13-15). … Es el misterio difícil de quien
abandona la Iglesia; …Tal vez la Iglesia se
ha mostrado demasiado débil, demasiado lejana de sus necesidades, demasiado
pobre para responder a sus inquietudes,
demasiado fría para con ellos, demasiado
camino para asumir el compromiso que nuestra opción de servicio
al Reino de Dios nos pide.
Buscamos, por tanto que todos
los católicos vivan en actitud de
salida, que nuestros programas y
proyectos evangelizadores sean
pensados y diseñados desde una
opción de salida.
b. HACERNOS COMPAÑEROS
DE CAMINO PARA CUIDAR Y
ANUNCIAR
45. El segundo dinamismo que debe
caracterizar nuestra acción evangelizadora en la Arquidiócesis de Bogotá, en medio del pluralismo, los
cambios culturales y las desigualdades sociales, es el movimiento
de hacernos cercanos y de caminar
juntos para cuidar y anunciar la obra
de Dios en cada uno, particularmente en aquellos que más sufren; un
movimiento que hace referencia a
varios aspectos que debemos tener
en cuenta:
• 46. Los católicos de la Arquidiócesis de Bogotá estamos llamados, hoy más que nunca, a asumir
autorreferencial, prisionera de su propio
lenguaje rígido; tal vez el mundo parece
haber convertido a la Iglesia en una reliquia del pasado, insuficiente para las nuevas cuestiones; quizás la Iglesia tenía respuestas para la infancia del hombre, pero
no para su edad adulta.[4] El hecho es que
actualmente hay muchos como los dos discípulos de Emaús.»
44
en nuestra vida como evangelizadores la misma actitud de Dios,
quien para liberarnos y hacernos
partícipes de su vida de comunión
en el amor ha querido no sólo darse a conocer, sino además, hacerse
cercano, solidario y compañero de
camino de la humanidad. Es Dios
quien por su amor infinito ha tomado la iniciativa de establecer
un diálogo de salvación32 , una
alianza, hasta el extremo de enviar a su Hijo único para asumir
en todo nuestra condición humana, menos en el pecado; para poder compadecerse de nosotros,
como verdadero hermano de los
hombres y hacernos partícipes
de la salvación 33. Jesús, con toda
su actividad evangelizadora, se
puso al servicio de la misericordia
del Padre Celestial, haciéndose
compañero de camino de todos,
particularmente de los más débiles. Compartió el camino, la mesa,
la palabra; se hizo solidario con
los sufrimientos y necesidades
de aquellos con quienes se encontró y los hizo partícipes de la
misericordia del Padre. Y para dar
continuidad a su misión llamó y
constituyó a sus discípulos en el
nuevo pueblo de Dios, entorno
al grupo de los Doce Apóstoles,
haciéndolos a todos compañeros
de camino y enviándolos a evangelizar. Su cercanía y compromiso
de amor por todos llega hasta su
entrega total en la Cruz y la participación del triunfo de su Resurrección, para hacernos partícipes de
una vida nueva de comunión. Hoy
nuestra acción evangelizadora en
la región capital de Bogotá debe
responder y ser expresión de esa
voluntad de cercanía, encuentro,
diálogo y acompañamiento propios de la pedagogía divina a lo
largo de la historia de la salvación.
32. Cf. S.S. Pablo VI, Ecclesiam Suam, 29:
29. «Hace falta que tengamos siempre
presente esta inefable y dialogal relación,
ofrecida e instaurada con nosotros por
Dios Padre, mediante Cristo en el Espíritu
Santo, para comprender qué relación debamos nosotros, esto es, la Iglesia, tratar
de establecer y promover con la humanidad. El diálogo de la salvación fue abierto
espontáneamente por iniciativa divina: El
nos amó el primero; nos corresponderá a
nosotros tomar la iniciativa para extender
a los hombres el mismo diálogo, sin esperar a ser llamados. El diálogo de la salvación nació de la caridad, de la bondad divina: De tal manera amó Dios al mundo que
le dio su Hijo unigénito; no otra cosa que
un ferviente y desinteresado amor deberá
impulsar el nuestro.»
• 47. La acción evangelizadora que
ya estamos llevando a cabo, así
como la que debemos crear, debemos realizarla desde la actitud de
cercanía y solidaridad hacia todos
los habitantes de la región capital;
es decir, desde la iniciativa de hacernos compañeros de camino de
los cercanos, de los lejanos, de los
extraños, de los creyentes y no creyentes; aprendiendo a escuchar
primero a los otros, a entablar el
33. cf. Heb 5,1-14.
Arquidiócesis de Bogotá 45
diálogo respetuoso con otros, sin
imponer, sin juzgar, cultivando
así una cultura del encuentro34.
Hay que trabajar por hacernos solidarios con todo lo humano que
se teje en la región capital35 , para
que caminando juntos podamos
hacernos capaces de identificar
las necesidades profundas de los
otros, sus inquietudes, sus aspiraciones vitales, como Jesús en el
camino de Emaús y, así, poder ponernos a su servicio, como el Buen
Samaritano, para sanar las heridas,
curar los dolores, atender a los
sufrimientos, especialmente de
quienes están en las periferias de
nuestra sociedad urbana y rural; y
para anunciar de manera más encarnada la alegría del Evangelio.
Esta actitud de acompañamiento,
de interés y solidaridad efectiva
por las necesidades y sufrimientos
de la gente nos hará ser testigos
coherentes, hará crecer la confianza de los otros en nuestro anuncio
y se reconocerá el valor y la importancia de nuestra propuesta. Evangelizar no es hacer proselitismo
con el Evangelio sino compartir
con aquellos con quienes vamos
caminando juntos la alegría de
nuestro encuentro con Jesucristo
que nos lanza a ser profundamente solidarios y comprometidos por
amor con todos. 36
34. Cf. S.S. Francisco, Mensaje para la 48ª.
Jornada Mundial de las Comunicaciones
(2014): «Comunicaciones al servicio de una
cultura del encuentro»
36. Cf. S.S. Francisco, EG 87: «Hoy, que las
redes y los instrumentos de la comunicación humana han alcanzado desarrollos
inauditos, sentimos el desafío de descubrir
y transmitir la mística de vivir juntos, de
mezclarnos, de encontrarnos, de tomarnos
de los brazos, de apoyarnos, de participar
de esa marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de
fraternidad, en una caravana solidaria,
en una santa peregrinación. De este modo,
las mayores posibilidades de comunicación se traducirán en más posibilidades
de encuentro y de solidaridad entre todos.
Si pudiéramos seguir ese camino, ¡sería
algo tan bueno, tan sanador, tan liberador, tan esperanzador! Salir de sí mismo
para unirse a otros hace bien. Encerrarse
en sí mismo es probar el amargo veneno
de la inmanencia, y la humanidad saldrá
perdiendo con cada opción egoísta que hagamos.» y además en: 81-83; 87-92.
35. Cf. Concilio Vaticano II, GS 1: «Los
gozos y las esperanzas, las tristezas y las
angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos
sufren, son a la vez gozos y esperanzas,
tristezas y angustias de los discípulos de
Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La
comunidad cristiana está integrada por
hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar
hacia el reino del Padre y han recibido la
buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente
íntima y realmente solidaria del género
humano y de su historia».
• 48. La cercanía respetuosa a los
que piensan distinto, la actitud
de encuentro y diálogo, el hacer
camino juntos, el ser misericordiosos con los que sufren, es lo que
nos lleva a discernir y reconocer
la obra de salvación que Dios
46
está haciendo en cada historia
personal, en la historia de familias
y comunidades, para ponernos a
su servicio, ayudando a cada uno
a tomar consciencia de esa gracia del Señor y de su reinado de
misericordia y a ser dóciles a ella.
Cultivar esta actitud de encuentro
y discernimiento nos permite poner al servicio de la obra del Señor
en cada persona y comunidad los
maravillosos instrumentos que
hemos recibido del mismo Señor
para la evangelización y que son
signos del Reinado de Dios: el
anuncio de la Palabra, la celebración de los sacramentos, la acción
caritativa, la vida de comunidad.
Cada uno de estos instrumentos
de gracia debe adaptarse, inculturarse, encarnarse en este contexto
de pluralismo y de transición cultural, para servir eficazmente a esa
presencia salvífica del Señor que
quiere hacer de cada historia de
los hombres y mujeres de nuestra
región capital una historia de salvación.
• 49. Este dinamismo nos recuerda además que al evangelizar,
37. S.S. Francisco, Mensaje al Comité de
Coordinación del CELAM, Río de Janeiro,
julio 28 de 2013.: «El discipulado misionero es vocación: llamado e invitación. Se da
en un “hoy” pero “en tensión”. No existe el
discipulado misionero estático. El discípulo misionero no puede poseerse a sí mismo, su inmanencia está en tensión hacia
la trascendencia del discipulado y hacia
la trascendencia de la misión. No admite
lo hacemos como discípulos misioneros llamados a vivir como
pueblo de Dios y a servir a la
comunión 37; por tanto, a la hora
de evangelizar debemos buscar
siempre la edificación de una vida
en comunidad, por la participación activa y orgánica de todos,
cada uno desde su estado de vida,
desde su ministerio o carisma propio, venciendo la tentación del
individualismo que contamina
nuestra sociedad y actuando auténticamente como el Cuerpo de
Cristo que somos. Hay que desarrollar las habilidades comunicativas y comunitarias necesarias,
cultivar los lazos de fraternidad y
el sentido de pertenencia de unos
hacia otros; de tal manera que nos
sintamos responsables unos de
otros, atentos a sus necesidades y
comprometidos con ellos en una
caridad efectiva, particularmente con los que más sufren 38. Se
trata entonces de caminar juntos
viviendo el don de la comunión
como Iglesia, desde el ejercicio de
una ética del cuidado, de la misericordia, del encuentro, que nos
permita conformar comunidades
la autorreferencialidad: o se refiere a Jesucristo o se refiere al pueblo a quien se
debe anunciar. Sujeto que se trasciende.
Sujeto proyectado hacia el encuentro: el
encuentro con el Maestro (que nos unge
discípulos) y el encuentro con los hombres
que esperan el anuncio».
38. Cf. S.S. Benedicto XVI, Mensaje para
la cuaresma 2012 y 2013.
Arquidiócesis de Bogotá 47
alternativas a los modelos actuales y ser fuente de esperanza para
la vida de las relaciones humanas
en el mundo.
• 50. Hacernos compañeros de
camino nos lleva a la comprensión de los múltiples procesos de
primer anuncio, de iniciación cristiana y de formación permanente
de la fe, que realizamos dentro de
la actividad evangelizadora, no
como un adoctrinamiento, o un
acto simple de transmisión de conocimientos, sino como el acompañamiento y anuncio que la comunidad entera ofrece a cada uno
de sus miembros para que madure
en su vida de fe, en su conversión
al Señor Jesús, en el desarrollo de
sus carismas, en el ejercicio de su
compromiso misionero. Procesos
de formación desde una pedagogía del cuidado, es decir, pensados desde lo que los otros necesitan en su proceso de conversión,
desde el discernimiento de la obra
de Dios en cada uno, poniendo así
los medios al servicio del fin y no
al contrario. Entendiendo entonces todo el servicio de la formación no como una instrucción que
se imparte, sino como un camino
que se comparte desde el testimonio de nuestra fe.
• 51. La complejidad de los desafíos que implica la evangelización
de una sociedad urbana y rural en
39. Cf. S.S. Francisco, EG 81-83; 98-101
transición, así como la superación
de la situación de desbordamiento de las actividades, nos exige
un verdadero trabajo eclesial
de conjunto, con unidad de criterios, en el que se desarrolle
la complementariedad de los
carismas y ministerios, el liderazgo de equipo; y por tanto, un trabajo en el cual, como nos lo pide
el Papa Francisco, se superen las
actitudes contrarias al amor, entre
ministros ordenados y laicos, entre ministros ordenados y la vida
consagrada, entre comunidades,
grupos o movimientos etc. 39 Hoy
más que nunca debemos trabajar
en la Arquidiócesis de Bogotá por
una evangelización orgánica y de
conjunto que congregue las diversidades, que articule las fuerzas vivas eclesiales y nos permita actuar
y caminar con un solo corazón y
una sola alma, de manera pertinente, eficaz y que incida evangélicamente sobre nuestra sociedad.
c. FERMENTAR LA SOCIEDAD
POR LA COMUNIÓN Y EL
SERVICIO
52. El tercer dinamismo que debe
caracterizar toda acción evangelizadora en la Arquidiócesis de Bogotá,
y que es complementario a los dos
anteriores, es la referencia permanente al proceso transformador y liberador que el Reinado de Dios despliega en la región capital, en medio
de las desigualdades sociales, el pluralismo y la transición cultural, y al
48
servicio del cual debe ponerse toda
actividad eclesial. Este dinamismo
de ser fuente de transformación a
modo de fermento nos lleva a tener
presente varios aspectos:
• 53. Jesús describe el Reino de
Dios como la levadura que hace
crecer la masa; discreta pero efectivamente, va haciendo que las
realidades humanas se vayan impregnando de la vida de comunión divina y se transformen evangélicamente conforme al plan de
la salvación40 : «¿A qué compararé
el Reino de Dios? Es semejante a
la levadura que tomó una mujer y
la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.» (Lc
13,20-21) La evangelización en
cuanto servicio al Reino debe asumir la misma forma: ser fermento
de la sociedad, desde el reconocimiento y servicio a la obra de Dios
en cada persona, espacio y comunidad en esta región capital 41.
Toda acción evangelizadora que
realicemos debe por tanto desarrollar esta dimensión transformadora de la cultura y de la sociedad,
como lo enseñó el Papa Pablo VI 42.
40. Cf. S.S. Francisco, EG 180: «La propuesta es el Reino de Dios (cf. Lc 4,43); se
trata de amar a Dios que reina en el mundo. En la medida en que Él logre reinar
entre nosotros, la vida social será ámbito
de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad para todos. Entonces, tanto el anuncio como la experiencia cristiana tienden
a provocar consecuencias sociales. Buscamos su Reino: “Buscad ante todo el Reino
de Dios y su justicia, y todo lo demás ven-
• 54. La vida nueva que brota del
encuentro con Cristo, nos recuerdan los obispos en Aparecida,
«toca al ser humano entero y desarrolla en plenitud la existencia
humana en su dimensión personal,
familiar, social y cultural…No podemos concebir una oferta de vida
en Cristo sin un dinamismo de liberación integral, de humanización,
de reconciliación y de inserción social»43 ; de ahí que pueda entenderse la evangelización en términos de un servicio a la Vida Plena
en Cristo para todos los seres humanos. Hoy la práctica evangelizadora en la región capital está llamada a ponerse al servicio de esa
Vida Plena, que genera una transformación de todo el ser humano
y de todos los seres humanos, promoviendo el compromiso de cada
bautizado, desde su estado de
vida, y de cada comunidad, por la
justicia, la reconciliación, la solidaridad y el cuidado de la creación.
• 55. Asumir este tercer dinamismo implica además el reconocimiento de nuestra ciudad y su
cultura en expansión, al igual que
drá por añadidura” (Mt 6,33).»
41. Cf. DA 366: «La conversión personal
despierta la capacidad de someterlo todo
al servicio de la instauración del Reino de
Vida.»
42. Cf. S.S. Pablo VI, EN 18-20; Arquidiócesis de Bogotá, “El Plan E y su construcción”,
Documento 2 del Plan de Evangelización,
63-67
43. DA 142
Arquidiócesis de Bogotá 49
de la sociedad rural, como una
obra humana, fruto del ingenio y
de las capacidades humanas, que
goza de una legítima autonomía,
sin por ello dejar de estar enriquecida por la presencia creadora y
salvífica del misterio de la Pascua
de Cristo44. La consecuencia fundamental de esta convicción es
que la Iglesia y su acción evangelizadora están llamadas a reconocer
el mundo urbano-rural, en toda
su riqueza, complejidad y drama
humano, como un interlocutor
con quien interactúa, dando y
recibiendo mutuamente, desde la
riqueza del Evangelio. 45
• 56. También este dinamismo nos
invita al necesario reconocimiento
de la capacidad transformadora
del pueblo de Dios, llamado en
virtud de la alianza, a ser forjador
de la historia, como lo recordaban
los obispos en Puebla: «Para los
mismos cristianos, la Iglesia debería
convertirse en el lugar donde aprenden a vivir la fe experimentándola y
descubriéndola encarnada en otros.
Del modo más urgente, debería ser
44. Cf. GS 41: «El Evangelio enuncia y proclama la libertad de los hijos de Dios, rechaza todas las esclavitudes, que derivan,
en última instancia, del pecado; respeta
santamente la dignidad de la conciencia
y su libre decisión; advierte sin cesar que
todo talento humano debe redundar en
servicio de Dios y bien de la humanidad;
encomienda, finalmente, a todos a la caridad de todos. Esto corresponde a la ley
fundamental de la economía cristiana.
Porque, aunque el mismo Dios es Salvador
la escuela donde se eduquen hombres capaces de hacer historia, para
impulsar eficazmente con Cristo la
historia de nuestros pueblos hacia
el Reino…. Para que América Latina
sea capaz de convertir sus dolores
en crecimiento hacia una sociedad
verdaderamente participada y fraternal, necesita educar hombres
capaces de forjar la historia según
la «praxis» de Jesús, entendida
como la hemos precisado a partir
de la teología bíblica de la historia. El continente necesita hombres
conscientes de que Dios los llama a
actuar en alianza con él. Hombres
de corazón dócil, capaces de hacer
suyos los caminos y el ritmo que la
Providencia indique. Especialmente
capaces de asumir su propio dolor
y el de nuestros pueblos y convertirlos, con espíritu pascual, en exigencias de conversión personal, en
fuente de solidaridad con todos los
que comparten este sufrimiento y en
desafío para la iniciativa y la imaginación creadoras.»46 Hablamos de
un poder transformador, propio
del amor misericordioso de Dios,
que es descrito por Jesús mediany Creador, e igualmente, también Señor
de la historia humana y de la historia de
la salvación, sin embargo, en esta misma
ordenación divina, la justa autonomía de
lo creado, y sobre todo del hombre, no se
suprime, sino que más bien se restituye a
su propia dignidad y se ve en ella consolidada.»
45. Cf. GS 40-45: Cap. IV Misión de la Iglesia en el mundo contemporáneo
46. DP 273-279
50
te las metáforas del “fermento”, de
la “semilla”, de la “sal” y de la “luz”,
que desde una presencia discreta,
a veces vista, a veces no vista, pero
sentida, que crece y hace crecer,
va comprometiendo las libertades humanas en una opción por
comunicar la vida en abundancia
que el mismo Dios quiere para todos los seres humanos.
• 57. Este tercer dinamismo nos
mueve a tomarnos en serio el
mandamiento del amor al prójimo, puesto que la caridad efectiva debe guiar e inspirar toda la
dimensión social de la evangelización. Como nos lo enseñó Jesús,
es la vivencia del amor misericordioso del Padre en toda circunstancia de la vida -particularmente en la solidaridad y ayuda a los
más pobres y a quienes sufren- lo
que hace que se haga visible y se
manifieste el Reinado de Dios y el
proceso transformador y liberador
que genera. Nos recuerda el Papa:
«Desde el corazón del Evangelio
reconocemos la íntima conexión
que existe entre evangelización y
promoción humana, que necesariamente debe expresarse y desarrollarse en toda acción evangelizadora. La aceptación del primer
anuncio, que invita a dejarse amar
por Dios y a amarlo con el amor que
Él mismo nos comunica, provoca
en la vida de la persona y en sus acciones una primera y fundamental
47. S.S. Francisco, EG 178
reacción: desear, buscar y cuidar el
bien de los demás» .47
• 58. La acción evangelizadora de
la arquidiócesis debe ser entonces
una actualización permanente del
compromiso por el cuidado de los
otros, cercanos y lejanos, por la solidaridad con el que sufre, con los
pobres, con aquellos que están excluidos en medio de nuestra ciudad y municipios, y que necesitan
una ayuda concreta; debe llevar
a que todos trabajemos, personal
y comunitariamente por ser instrumentos de reconciliación, de
justicia, de inclusión social de los
pobres, de diálogo social; debe
promover el trabajo, junto con
otros, por la construcción de una
sociedad más en consonancia
con el reino de la vida plena en
Cristo, de una sociedad más justa,
equitativa, respetuosa, promotora de la dignidad humana y de la
creación, de una sociedad cuyos
valores y realizaciones sean anticipo y preparación de la Jerusalén
celestial, que aguardamos de lo
alto, y de la cual somos germen y
fermento.
• 59. Pensarnos como católicos
que fermentan la sociedad urbano-rural, desde nuestro servicio al
reinado de Dios presente, nos lleva a reconocer nuestra condición
como ciudadanos, como actores
sociales junto a otros, y a trabajar
por asumir una actitud dialogante, humilde, propositiva; a buscar
Arquidiócesis de Bogotá 51
participar en los debates sociales
propios de una sociedad democrática y plural, como la colombiana, con los argumentos de la razón
iluminada por la fe y de la doctrina
social de la Iglesia. Y por lo mismo
nos lleva a diseñar una evangelización que promueva desde todas
las instancias la participación de
los laicos y el ejercicio de su responsabilidad profética, sacerdotal
y real en los asuntos del mundo,
con el acompañamiento respetuoso, competente y cercano de
los ministros ordenados.
• 60. La vida de comunidad que
el pueblo de Dios busca asumir,
como un don de la Trinidad y desde las diversidades de sus miembros, también tiene el potencial
para ser fuente de transformación evangélica de nuestra sociedad. Es el don que podemos
comunicar a la humanidad y de
la cual somos signo e instrumento. El compromiso por la vivencia
auténtica, en nuestra Iglesia arquidiocesana, de la espiritualidad
de comunión48 , de la fraternidad
y de la solidaridad, puede contribuir mucho a la reconstrucción del
tejido social, a la reconciliación, al
fomento de una conciencia de la
unidad humana, de la integración
social. Esta conciencia se genera
no sólo mediante enunciados verbales, sino sobre todo mediante
48. Cf. S.S. Juan Pablo II, NMI 43
la irradiación que produce la vivencia gozosa de la comunión al
interior de las comunidades cristianas, que se convierte en signo
profético, en modelo alternativo
de vida, en comunidad contraste
que señala nuevas comprensiones
de la vida social. Toda nuestra acción evangelizadora debe asumir
este dinamismo, y debe reconocer
y potenciar su fuerza transformadora.
61. Estos tres dinamismos conforman entonces el estilo de evangelización, más claramente misionero,
que queremos asumir para responder a los desafíos que nos plantea
el nuevo contexto de nuestra sociedad. Ya sea a la hora de pensar en la
organización de la arquidiócesis, o
en el trabajo del arciprestazgo, en la
catequesis de iniciación, en el plan
de trabajo con un grupo apostólico,
o en el grupo de oración, o en un
grupo de animación de la liturgia
o de la pastoral social, en la asociación para la defensa de los derechos
humanos, o en el proyecto vicarial
de pastoral familiar etc., se trata de
pensar, planear, organizar, realizar
todo esto y cualquier otra actividad
evangelizadora, teniendo en cuenta
estos tres dinamismos y la mística
evangelizadora misionera que impulsan.
62. Es por esto que queremos durante esta primera etapa de tres
años familiarizarnos, apropiarnos,
comprender los fundamentos bíbli-
52
cos, teológicos y pastorales de estos
dinamismos y su correlación con
los demás componentes del nuevo
paradigma, para hacernos capaces
de construir, con una nueva mentalidad, con una nueva actitud misionera, los grandes procesos evangelizadores que orientarán la vida de
nuestra Arquidiócesis: los procesos
de cuidado y promoción de la vida
de comunión y participación (la
evangelización de la familia, de la
vida parroquial, de la juventud, de la
edad adulta, del ministerio ordenado, la interacción con la vida consagrada, con las asociaciones de laicos,
etc.), los que se refieren al anuncio,
formación en la fe y diálogo con las
culturas (animación bíblica, primer
anuncio, iniciación cristiana, vida litúrgica, evangelización de la cultura,
la educación, la comunicación etc.),
y los que se refieren a la animación
de la dimensión social de la evangelización (promoción de la cultura de
la vida, la evangelización de la vida
económica, de la movilidad humana, la promoción de la cultura ciudadana, de la justicia, la reconciliación
y la paz, etc.).
63. Reiteramos que estos dinamismos no se entienden como algo
externo o ajeno a nosotros que pretendamos asumir, sino que se originan y se fundamentan, como se
ha señalado49, en la propia vivencia
de la condición bautismal; y alcan49. Cf. PE 36: El corazón de todo paradigma de evangelización
zarán un sentido particular cuando
sean vividos por el obispo, los presbíteros y diáconos, en virtud de su
ordenación y de su ministerio apostólico, cuando sean acogidos por los
miembros de la vida consagrada en
sus proyectos evangelizadores, en
virtud de su vivencia de los consejos
evangélicos; y cuando sean apropiados por los hombres y mujeres
laicos, por las familias cristianas, en
el ejercicio de su condición misionera en los asuntos del mundo y en su
servicio a la comunión eclesial.
64. No pensemos en los dinamismos como si fueran una estrategia
en tres pasos, o una secuencia obligatoria que debamos seguir, sino
como actitudes permanentes necesarias y complementarias que deben llevar a reflexiones, decisiones
y acciones evangelizadoras más pertinentes y dialogantes con el contexto que vivimos. Más que ser un
punto de llegada, son un punto de
partida para pensar, planear y vivir
nuestra condición evangelizadora
en las nuevas circunstancias.
Arquidiócesis de Bogotá 53
6. ¿POR QUÉ ASUMIR
ESTE NUEVO PARADIGMA
MISIONERO?
65. En primer lugar porque creemos en la primacía y en la
eficacia de la gracia que está obrando y conduciendo a la
Iglesia Arquidiocesana hacia el cumplimiento de su misión
al servicio del Reino en esta nueva etapa de nuestra historia.
Esa gracia del Señor nos impulsa a transformarnos para ser
testigos del Reino, sacramento de su misericordia, mostrando la novedad y la actualidad permanente del Evangelio.
Por eso, al asumir el nuevo paradigma buscamos ser dóciles
a esta acción del Espíritu en nuestra Iglesia.
66. También porque reconocemos las situaciones que caracterizan nuestra sociedad actualmente, particularmente
el pluralismo, la transición cultural y las desigualdades sociales, no como un obstáculo para la vivencia de nuestra fe
y de nuestro compromiso misionero, sino como una oportunidad para renovar nuestra propia condición como discípulos misioneros, re-encontrándonos con Dios en medio
de estas nuevas circunstancias, y asumiendo con creatividad el mandato misionero que recibimos del Señor Jesús.
El nuevo paradigma, apropiado por todos, nos capacitará
para asumir esta oportunidad este nuevo desafío para la
evangelización.
67. Además, porque como toda la Iglesia lo viene haciendo desde hace algún tiempo, se hace necesario una renovación, una adaptación, una conversión, una inculturación de
nuestra labor evangelizadora a las nuevas circunstancias,
para hacernos verdaderos interlocutores, desde el Evangelio, con este nuevo tiempo que vive nuestra sociedad. Este
proceso sólo será posible en la medida en que salgamos al
encuentro de Dios, presente y actuante en las nuevas circunstancias de cambio de esta sociedad, que nos hagamos
como Él compañeros de camino de hombres y mujeres
...una
oportunidad
para renovar
nuestra propia
condición
como
discípulos
misioneros,
re-encontrándonos con
Dios en
medio de
estas nuevas
circunstancias, y
asumiendo
con
creatividad
el mandato
misionero que
recibimos del
Señor Jesús
54
para reconocer sus inquietudes, sus
lenguajes, y aprender a anunciar el
Evangelio y a cuidar de ellos en medio de estas nuevas circunstancias; y
que seamos instrumentos del crecimiento de la obra que Dios está haciendo en esta sociedad, mediante
nuestro testimonio de amor, en la
vida de comunión y de servicio misericordioso a toda la sociedad.
68. De igual manera, el nuevo paradigma nos ayudará para que las
mediaciones que recibimos del mismo Señor: la Palabra, la liturgia y los
sacramentos, la vida de comunión y
de servicio -signos e instrumentos
de la presencia del Reino encomendados a la comunidad eclesial- se
hagan significativos y entren en diálogo con una sociedad urbana y rural que ha cambiado, que ya no es la
misma de hace algunos años, y cuyos lenguajes, criterios, conceptos,
instrumentos, sistemas de acción,
imaginarios etc., son distintos a los
que nos sirvieron durante años para
llevar el Evangelio a todos los rincones de la sociedad.
69. Además no podemos desconocer que ya hay entre nosotros
muchos católicos que han asumido la necesidad de este gran giro y
trabajan con creatividad -aunque
muchas veces de manera aisladapor una nueva forma de evangelizar
en las actuales circunstancias. Y es
necesario reconocerlos y apoyarlos, aprender de sus experiencias
e integrarnos en un solo propósito
de renovación para que podamos
alcanzar nuestros objetivos. Necesitamos dejar de caminar desarticulados y trabajar por caminar con un
solo corazón y una sola alma, como
un solo cuerpo eclesial que somos,
y, con seguridad, el nuevo paradigma de evangelización nos ayudará a
lograr esto.
Arquidiócesis de Bogotá 55
7. ¿CÓMO VAMOS A
EMPEZAR A TRABAJAR POR
ESE GRAN GIRO?
7.1 CONVOCACIÓN A LOS CATÓLICOS DE LA
ARQUIDIÓCESIS A PARTICIPAR
70. De acuerdo con el objetivo definido para la primera
etapa quienes están convocados a vivir este proceso somos
todos los católicos de la Arquidiócesis de Bogotá, y especialmente los animadores de la evangelización. Entendemos por “animadores de la evangelización” (antes llamados
agentes de evangelización o de pastoral), a todas aquellas
personas -ministros ordenados, miembros de la vida consagrada y laicos- vinculadas a algún grupo pastoral o actividad
apostólica, ya sea en la parroquia o en otro espacio de comunión eclesial y que se sienten llamadas a ser testimonio
de la presencia del Reino de Dios y a comunicar a otros la
alegría de su encuentro con Jesucristo. Los animadores no
son sólo los líderes de grupos o comunidades católicas, sino
también las personas que participan activamente en ellos,
como laicos comprometidos. Puesto que somos muchos,
será necesario generar distintos procesos de participación
en varios momentos, que como círculos concéntricos en
el agua, se irán ampliando cada vez más durante estos tres
años.
7.2 EL PROGRAMA DEL GRAN GIRO, SUS
PROYECTOS Y ACTIVIDADES
71. Como se expresó en líneas anteriores, para alcanzar
los objetivos de esta primera etapa, queremos concentrar
la atención en el nuevo paradigma de evangelización, propiciando una sensibilización hacia el cambio de mentalidad
y de actitud, que nos haga más capaces de generar con fidelidad y creatividad nuevos procesos evangelizadores en
el presente y hacia el futuro. Se ha diseñado por tanto un
PROGRAMA DE SENSIBILIZACIÓN AL GRAN GIRO que
queremos
concentrar
la atención
en el nuevo
paradigma
de evangelización,
propiciando
una
sensibilización
hacia el
cambio de
mentalidad
y de actitud,
que nos haga
más capaces
de generar
con fidelidad
y creatividad
nuevos
procesos
evangelizadores
56
Arquidiócesis de Bogotá 57
58
nos permita difundir este espíritu de
conversión decididamente misionera que nos hemos propuesto, una
comprensión renovada de lo que
significa evangelizar en la Arquidiócesis de Bogotá, de acuerdo con el
paradigma y sus fundamentos, una
apropiación personal y comunitaria
de este nuevo estilo evangelizador
y la motivación a una revisión crítica
sobre nuestra práctica evangelizadora, que nos abra a una renovación
de la misma, frente al nuevo contexto que vivimos.
72. Y para llevar a cabo el programa se han diseñado cuatro PROYECTOS, que son complementarios,
pero no suponen necesariamente
una secuencia a seguir, dadas las
distintas posibilidades de puntos de
partida que existen:
- El Proyecto DIFUSIÓN, que se
propone dar a conocer el Plan E y el
paradigma misionero y arquidiocesano de evangelización
- El Proyecto COMPRENSIÓN, que
busca el reconocimiento y entendimiento de los fundamentos bíblicos,
teológicos y pastorales del plan y de
su paradigma
- El Proyecto ACOGIDA, cuyo propósito es promover una acogida del
plan y el paradigma con conciencia
arquidiocesana
- El Proyecto REVISIÓN CRÍTICA
que quiere impulsar una autoevaluación sobre la vivencia de nuestra
condición misionera y sobre nuestras prácticas evangelizadoras a la
luz del plan y el paradigma, para
generar una auténtica “conversión
pastoral”.
73. A través de estos proyectos
buscamos poner las bases que nos
permitan más adelante desarrollar
los procesos específicos de evangelización que será necesario implementar en cada área de la evangelización: la familia, la juventud, la vida
parroquial, la iniciación cristiana, el
diálogo con la cultura, etc. y articular
en los diferentes espacios eclesiales
de la vida arquidiocesana: familias,
pequeñas comunidades, parroquias,
arciprestazgos, capellanías, etc.
74. Son proyectos que se complementan entre sí, y cuyos objetivos
generales podremos alcanzar en
la medida en que logremos unas
metas específicas, a través de la
implementación de distintas ACTIVIDADES que se han diseñado, y
que en su conjunto nos llevarán a lo
que nos hemos propuesto para esta
primera etapa. Estas actividades se
han organizado en dos grupos: unas
básicas y otras complementarias.
“Actividades básicas” son aquellas
que se consideran fundamentales y
necesarias para alcanzar el objetivo
de la etapa, por ello, deben ser realizadas por todos los animadores de
la evangelización y por todos los demás católicos, en la medida en que
se vayan vinculando al proceso. “Actividades complementarias” son
Arquidiócesis de Bogotá 59
aquellas que también contribuyen al logro del objetivo, pero
estarán orientadas a la participación abierta y masiva de los
católicos y a la ambientación de todo el proceso en la vida
arquidiocesana, o a metas específicas.
75. En los siguientes cuadros podremos identificar los proyectos, y sus respectivas actividades, básicas y complementarias:
PROGRAMA DE SENSIBILIZACIÓN AL GRAN GIRO
PROYECTOS
DIFUSIÓN DEL PLAN E
COMPRENSIÓN DEL
PLAN E Y EL NUEVO
PARADIGMA MISIONERO
DE EVANGELIZACIÓN
OBJETIVOS
Asegurar que el mayor número posible de personas de la Arquidiócesis de Bogotá conozcan
la existencia y los acentos fundamentales del
proceso de renovación de la evangelización
que se quiere implementar a partir del Plan E
Ofrecer a los animadores de la evangelización
experiencias de encuentro con Jesucristo y espacios de formación que les ayuden a profundizar en el espíritu y en los criterios de renovación propuestos por el Plan E y especialmente
por el nuevo paradigma de evangelización.
ACOGIDA DEL PLAN E
Y DEL NUEVO
PARADIGMA
MISIONERO DE
EVANGELIZACIÓN
Desarrollar espacios y experiencias que favorezcan la acogida del espíritu del Plan E, el
paradigma misionero y sus criterios, dentro de
un sentido comunitario y de pertenencia a la
Iglesia arquidiocesana.
REVISIÓN CRÍTICA
DE LA PRÁCTICA
EVANGELIZADORA
ACTUAL
Propiciar un espíritu de conversión personal y
pastoral a partir de experiencias de autorrevisión de las prácticas evangelizadoras a la luz
del paradigma y los doce criterios contenidos
en el Plan E.
60
ACTIVIDADES BÁSICAS 2014-2016
No.
ACTIVIDADES
OBJETIVOS
Contar, mediante una encuesta, los actuales animaConteo de animadores dores de la evangelización y conocer algunas de sus
características, para tener un perfil inicial de la situación de quienes son los primeros interlocutores y
destinatarios de las actividades de la primera etapa
del Plan E.
Promover un proceso de toma de consciencia de
cada animador de la evangelización, y de cada experiencia comunitaria eclesial, que les permita revisar,
Autodiagnóstico
frente al
analizar y conocer su punto de partida con respecto
paradigma misionero a los propósitos de renovación del Plan E y el Parade
digma misionero de Evangelización, y así poder deevangelización
terminar las necesidades a trabajar y las actividades
a desarrollar para alcanzar la meta de la Etapa del
Gran Giro; esto, mediante un ejercicio de reflexión
con base en un cuestionario.
Participación en la
Clausura del Jubileo
Alimentar nuestro sentido de pertenencia a la Arquidiócesis de Bogotá celebrando de manera solemne y masiva la clausura del año de celebraciones por sus 450 años de presencia evangelizadora.
Promover, mediante experiencias de salida a la ciudad - municipios y visitas a instituciones sociales,
el acercamiento a estas realidades con una mirada
Encuentro con Jesucristo contemplativa, que permita el reconocimiento de
en la calle y en la acción los signos de la presencia de Dios y de sus planes en
misericordiosa
ellas, lleve a la valoración de la realidad urbano-rural como lugar del encuentro con Jesucristo y a una
mayor comprensión del significado de los componentes del paradigma misionero de evangelización.
Promover un encuentro personal con Jesucristo,
mediante un retiro espiritual, que permita a los aniEncuentro con
madores de la evangelización comprender el espíJesucristo en un Retiro ritu de renovación del Plan E, y profundizar en los
Espiritual
dinamismos y el espíritu del paradigma misionero
de evangelización: - salir, hacerse compañero de camino y fermentar-.
Arquidiócesis de Bogotá 61
No.
ACTIVIDADES
OBJETIVOS
Encuentro con
Jesucristo en la
oración personal y
comunitaria
Promover un encuentro personal y comunitario con
Jesucristo mediante un itinerario de oración, que
lleve a los animadores a revisar y renovar la riqueza
de su condición como discípulos misioneros del Señor, guiados por su Espíritu, como fundamento para
la comprensión y asimilación del espíritu de renovación del Plan E y del nuevo paradigma misionero de
evangelización.
Estudio básico de los
fundamentos y
contenidos del Plan
Promover que los animadores de la evangelización
comprendan los fundamentos bíblicos, teológicos y
pastorales del espíritu de renovación del Plan E, por
medio de una propuesta metodológica que permita
poner en juego los procesos de reflexión, análisis y
diálogo.
Encuentro con los
hermanos en la vida
eclesial
Fomentar entre los animadores de la evangelización
el espíritu de comunión y fraternidad, el reconocimiento mutuo, y el sentido de pertenencia a la Iglesia Arquidiocesana, por medio de encuentros entre
los miembros de diferentes comunidades, grupos,
servicios y estados de vida, para favorecer la acogida
comunitaria del Plan E y su nuevo paradigma.
Una Acción Social
Arquidiocesana
Promover en los animadores de la evangelización la
conciencia de su pertenencia a la Iglesia arquidiocesana, mediante el trabajo conjunto en una acción
social, que sea expresión, dentro del proceso de implementación del Plan E, de la voluntad de la Iglesia
arquidiocesana de trabajar por una sociedad misericordiosa.
Realización de la
revisión crítica sobre
la propia condición
misionera
Promover una actitud de conversión pastoral, personal y comunitaria, decididamente misionera,
mediante la realización de una experiencia de autoevaluación y de co-evaluación, que les permita,
a los animadores de la evangelización, reconocer y
valorar sus fortalezas, así como los aspectos por mejorar, en la vivencia de su condición misionera y en
el ejercicio de sus prácticas evangelizadoras, a la luz
del nuevo paradigma misionero de evangelización.
62
ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS 2014
No.
ACTIVIDADES
OBJETIVOS
Campeonato FUTSAL
450 AÑOS
Difundir el espíritu de renovación que busca vivir la Arquidiócesis de Bogotá con su nuevo Plan
de Evangelización, mediante la realización de un
campeonato arquidiocesano de futsal para niños y
niñas, que promueva la vivencia de los valores cristianos y el fortalecimiento de la unidad familiar y
comunitaria a través del deporte.
Acto académico:
Lanzamiento del
libro con ocasión de
los 450 años de la
Arquidiócesis
Estrategia de
comunicación
(Medios virtuales,
audiovisuales y
escritos)
Talleres sobre el
ideal que nos une y
compromete y el
problema focal
Difundir la acción evangelizadora de la Arquidiócesis de Bogotá, durante 450 años de historia, mediante la publicación de una compilación de artículos
que dan a conocer la incidencia de la Iglesia en la
construcción de la sociedad bogotana.
Fortalecer los procesos comunicativos internos y
externos de la Arquidiócesis de Bogotá mediante el
diseño e implementación de una estrategia de comunicación para difundir los contenidos y proyectos del Plan de Evangelización.
Ayudar a que los animadores de la evangelización
comprendan la realidad eclesial de la Arquidiócesis
para que asuman el ideal que nos une y nos compromete; mediante la participación en talleres didácticos.
Talleres sobre los 7
giros del Gran Giro
Propiciar, mediante la participación en talleres didácticos, en los animadores de la evangelización
una comprensión sobre las conversiones necesarias
para entrar en el espíritu de renovación del Plan E.
Foro arquidiocesano:
¿Es posible encontrar
a Dios en las situaciones de pobreza
de la región capital?
Claves de lectura de
nuestro Plan E
Proponer una reflexión sobre las distintas situaciones
de pobreza que existen en la región capital y los caminos para reconocer los signos de la presencia y de
los planes de Dios en medio de ellas, que nos interpelan y comprometen a un trabajo conjunto por la
construcción de una sociedad más misericordiosa y
solidaria.
Conciertos, vigilias,
adoración eucarística
Promover en los animadores el Encuentro Personal
con Jesucristo que facilite la comprensión del espíritu de renovación del Plan E, por medio de espacios
comunitarios de oración y adoración.
Celebración
Arquidiocesana del
Día del Catequista
Animar entre los catequistas de las parroquias y de
otros espacios de vida eclesial el sentido de pertenencia a la Iglesia Arquidiocesana, para asumir el
espíritu de comunión y participación expresado en
el Plan de Evangelización, mediante un encuentro
arquidiocesano, festivo y fraterno, con ocasión del
día del catequista.
Arquidiócesis de Bogotá 63
ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS 2015
No.
ACTIVIDADES
Festival de Coros
Musicales
Festival de Teatro
Evangelizador
OBJETIVOS
Difundir, mediante la realización de un festival arquidiocesano de coros, el espíritu de renovación
del Plan E con los animadores de la evangelización que sirven al Evangelio desde sus carismas y
habilidades musicales y artísticas en los distintos
espacios de la vida eclesial, para integrarlos en el
proceso de evangelización de conjunto que se está
implementando.
Difundir, mediante la realización de un festival
arquidiocesano de teatro, el espíritu de renovación
del Plan E con los animadores de la evangelización
que sirven al Evangelio desde sus carismas y habilidades teatrales y artísticas en los distintos espacios
de la vida eclesial, para integrarlos en el proceso
de evangelización de conjunto que se está implementando.
Ruta del Arte Sagrado
Promover la memoria histórica y el sentido de pertenencia a la Iglesia arquidiocesana, mediante un
proyecto de pastoral del turismo religioso, que forme en la valoración del patrimonio arquitectónico
y artístico de nuestra Iglesia, particularmente en el
centro histórico de la ciudad.
Foto Museo
Difundir a través de material fotográfico itinerante
signos de la presencia de Dios a lo largo de la historia,
en el pasado y el presente de la ciudad.
Concurso de
fotografía:
Dios en la ciudad
Promover una mirada contemplativa sobre la vida
cotidiana de la ciudad, de acuerdo con el nuevo paradigma de evangelización, mediante la realización
de un concurso de fotografía, que capte en imágenes los signos, las huellas, de la presencia de Dios
en la ciudad.
Formación en
ciudadanía
Promover la comprensión y la participación en el
plan de evangelización, mediante un proceso de formación en los valores de la cultura ciudadana, que
permitan, a todos los animadores y fieles cristianos
en general, desarrollar la dimensión social de la vida
cristiana y de la evangelización, y el cultivo de una
espiritualidad que anime toda la actividad humana.
64
No.
ACTIVIDADES
OBJETIVOS
Ofrecer a todos los animadores de la evangelización
y otras personas interesadas, un espacio para proForos
(Cristo, Iglesia, Misión) fundizar en los fundamentos cristológicos, eclesiológicos y misioneros del espíritu de renovación del
Plan E.
Curso Virtual sobre
el Plan
Ofrecer un espacio de formación sistemática para
los animadores de la evangelización, que los lleve a
una comprensión profunda del Plan E, del paradigma de evangelización, de sus fundamentos bíblicos
y teológicos, de su espiritualidad y de las actitudes
y compromisos que es necesario desarrollar para su
implementación.
Ofrecer un espacio de formación que permita, a toCongreso de
dos los católicos interesados, profundizar en los funprofundización bíblica
damentos bíblicos del Plan E y el nuevo paradigma
del Plan
misionero de evangelización.
ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS 2016
Serán definidas durante el 2015
OTRAS ACTIVIDADES
No.
ACTIVIDADES
Subsidios litúrgicos
Mes de la Virgen
(may)
OBJETIVOS
Promover un espíritu de comunión arquidiocesana,
mediante subsidios de animación litúrgica para las
celebraciones dominicales y tiempos fuertes, que
motiven a celebrar juntos la fe y el proceso de renovación que se vive con el Plan E.
Promover, en el contexto del culto y las devociones
marianas, la acogida e imitación de la capacidad de
la Virgen María para reconocer las huellas del Espíritu de Dios en los acontecimientos de la vida cotidiana y hacerse servidora de la obra de Dios, virtud
fundamental para vivir el nuevo paradigma de evangelización.
Arquidiócesis de Bogotá 65
No.
ACTIVIDADES
OBJETIVOS
Semana por la Paz
(sep)
Concientizar en la búsqueda y construcción de la
paz a miembros del pueblo de Dios por medio de
talleres de sensibilización con el tema Paz y Reconciliación, que fomenten la reflexión sobre la importancia del papel de la paz en la vida cotidiana y
brinden pautas para ser mejores cristianos y ciudadanos en medio de las situaciones de violencia que
se viven en nuestra región-capital.
Semana del Migrante
(sep)
Sensibilizar a los miembros del pueblo de Dios sobre la realidad de la población en situación de desplazamiento forzado y migración para ser más conscientes de las implicaciones que esta situación trae
consigo por medio de actividades asociadas en esta
semana.
Solidaridad con los
presos (sep)
Hacernos sensibles y solidarios con las personas internas en las cárceles de la ciudad, mediante una donación que permitirá entregarles elementos de aseo
personal, como signo de la cercanía de la Iglesia con
ellos y sus familias.
Mes de la Biblia (oct)
Promover la apropiación del primer criterio del Plan E:
la primacía de la Palabra de Dios, en la vida cristiana y
en la acción evangelizadora, de acuerdo con los subsidios diseñados por la Conferencia Episcopal.
Mes de las misiones
(oct)
Motivar a los fieles cristianos a vivir su condición
misionera y a ser solidarios, con la oración y con la
ofrenda económica, con quienes dedican su vida a
la acción misionera ad gentes para llevar el Evangelio a quienes no lo conocen o lo han olvidado.
Adviento Navidad
(diciembre)
Promover, mediante un subsidio, el crecimiento de la
fe, del compromiso misionero de los fieles cristianos,
y del sentido de pertenencia eclesial, por la participación consciente y fructuosa en las celebraciones litúrgicas y en las devociones del Adviento y la Navidad.
Una presentación más detallada de las actividades básicas la podemos encontrar al final del documento en el Anexo No. 2 .
66
7.3 LOS MOMENTOS QUE
VAMOS A VIVIR
PRIMER MOMENTO
76. Primero vamos a realizar las
actividades básicas con los presbíteros, diáconos permanentes y demás
animadores de la evangelización
que son líderes de las comunidades
parroquiales, de las actividades en
diversas áreas de la evangelización,
de las comunidades de vida consagrada y de los movimientos y asociaciones. Este momento será desarrollado aproximadamente durante
el 2014.
SEGUNDO MOMENTO
77. En segundo lugar, con la ayuda
del primer grupo, realizaremos las
actividades básicas con los demás
animadores de la evangelización
que participan en todos los espacios de la vida eclesial: es decir con
quienes participan en las pequeñas
comunidades, en los grupos parroquiales, en los espacios de pastorales específicas, en las actividades de
las comunidades religiosas, de los
movimientos y asociaciones. Este
momento será desarrollado aproximadamente durante el 2015.
TERCER MOMENTO
78. En un tercer momento se hará
una convocación a todos los demás
católicos que quieran participar en
el proceso, cercanos o lejanos, de tal
manera que puedan tener una pri-
mera aproximación a esta experiencia de renovación. Este momento
será desarrollado aproximadamente
durante el 2016.
7.4 LOS ORGANISMOS
QUE NOS APOYARÁN
EN LA ORGANIZACIÓN Y
REALIZACIÓN
79. De acuerdo con los distintos
espacios de la vida arquidiocesana
existen organismos que nos apoyarán en la realización de los proyectos
y actividades.
A nivel del conjunto de la arquidiócesis está la Vicaría de Evangelización y sus distintos organismos: el
Equipo permanente, los tres Centros
Estratégicos (Comunión y Participación, Anuncio, formación en la fe
y diálogo; y Dimensión social de la
Evangelización), el Observatorio de
Evangelización, la Comisión Arquidiocesana de Evangelización. Estos
organismos serán los directos responsables de la realización de las actividades durante el primer momento y, con la ayuda de los primeros
animadores, acompañarán las actividades que se irán haciendo con
los demás animadores en el contexto vicarial, arciprestal, parroquial,
y de pastorales específicas, con los
movimientos y asociaciones y con
los miembros de la vida consagrada,
durante el segundo momento.
Este proceso nos permitirá más
adelante conformar lo que serán los
Arquidiócesis de Bogotá 67
Equipos Vicariales, Arciprestales y Parroquiales de Animación de la Evangelización, así como los que se consideren
oportunos para acompañar los demás espacios de la vida arquidiocesana; los cuales serán fundamentales en la segunda
etapa de nuestro plan.
8. Y ¿QUÉ HACER MIENTRAS
LLEGA EL MOMENTO DE
PARTICIPAR EN
LAS ACTIVIDADES
PROGRAMADAS?
8.1 IMPREGNAR TODO LO QUE ESTAMOS
HACIENDO, Y DEBEMOS HACER, DEL ESPÍRITU DEL
NUEVO PARADIGMA
80. Mientras somos convocados a participar en las distintas actividades, estamos invitados a leer y profundizar en los
tres dinamismos del paradigma de evangelización, para ir
impregnando todo lo que estamos haciendo de este espíritu de revisión y renovación. El nuevo paradigma nos remite
a actitudes de la persona misma de Jesús en su acción evangelizadora que debemos contemplar y apropiar; nos abre a
la reflexión sobre nuestra identidad como católicos y la manera como estamos hoy viviendo nuestra condición de discípulos y misioneros de Jesús, poniéndonos en sintonía con
las enseñanzas del Santo Padre Francisco. Los dinamismos
además nos confrontan y abren a la creatividad en nuestras
actividades apostólicas. Pensar la catequesis que estamos
haciendo desde la actitud de salir, de hacernos compañeros
de camino, de fermentar; pensar en el compromiso social
que debemos animar desde las mismas actitudes. Como
comunidad parroquial pensar en cómo ser una comunidad
de salida, que sepa acompañar a todos para cuidar y anunciar, que sepa ser fermento del Reinado de Dios allí en me-
buscamos
despertar esa
condición
misionera
que hay en
cada uno de
nosotros, esa
alegría de
reconocernos
discípulos
del Señor y
enviados a
compartir
con otros
el don de la
vida y de la
misericordia
que hemos
recibido del
Señor.
68
dio del contexto en que viven y sus
necesidades. Y aquellos que no tienen ningún compromiso aún, será la
ocasión para pensar en cómo salir y
reconocer lo que el Señor está esperando de sí mismos.
81. Este trabajo personal y comunitario es fundamental, pues el cambio que estamos buscando, el gran
giro, no viene de afuera hacia adentro. No esperamos cambiar inmediatamente porque haya un documento que nos pide cambiar, o porque
esperamos ciertas actividades que
por sí mismas nos van a cambiar,
sino que buscamos despertar, en
primer lugar, esa condición misionera que hay en cada uno de nosotros,
esa alegría de reconocernos discípulos del Señor y enviados a compartir
con otros el don de la vida y de la
misericordia que hemos recibido del
Señor. Movidos por esta renovada
actitud, y acogiendo y viviendo las
actividades básicas y complementarias de la primera etapa, esperamos
ir generando poco a poco, como
fruto de discernimientos específicos, los nuevos programas y proyectos en cada una de las áreas de
la evangelización, los programas de
renovación de la vida parroquial, los
nuevos programas de catequesis de
iniciación cristiana, los nuevos programas de evangelización de la familia, de promoción de la cultura de
la vida, etc. Es por esto necesario que
tengamos paciencia con nosotros
mismos, que continuemos realizan-
do todas las actividades pastorales
de los distintos espacios de la vida
eclesial como lo veníamos haciendo, y tomemos las iniciativas que
veamos necesarias, mientras vamos
trabajando, con las actividades básicas y complementarias, durante esta
primera etapa, en el cambio interno
de nuestros criterios y actitudes; que
nos permitan, dentro de este camino
que hemos iniciado, ir replanteando,
en el momento oportuno, esas mismas actividades e ir generando con
una renovada mentalidad y creatividad, nuevos proyectos, lenguajes,
métodos, actitudes evangelizadores que respondan a los desafíos de
nuestro contexto, y en un espíritu de
conversión pastoral decididamente
misionera.
82. No se trata por tanto de una
espera pasiva, puesto que estaremos en un trabajo desde distintos
espacios: el ejercicio personal y comunitario de apropiación de los
dinamismos del plan en todas las
actividades que ya se vienen haciendo, el proceso formativo en el nuevo
paradigma que se propone a través
de las actividades básicas, el trabajo
de ambientación y profundización
que se propone a través de las actividades complementarias en distintos espacios; y además, el trabajo
de discernimientos globales y específicos que se realizarán desde los
organismos de la vicaría de evangelización, para identificar, diseñar, articular y preparar la implementación
Arquidiócesis de Bogotá 69
de los programas desde los cuales
se trabajará para alcanzar la meta de
la segunda etapa: el nuevo rumbo;
que según lo planeado iniciará en
diciembre de 2016, pero que podemos comenzar a desarrollar en la
medida del avance de dichos discernimientos y las prioridades que se
establezcan.
8.2 ANIMARNOS LOS UNOS A
LOS OTROS
83. Iniciar una nueva etapa en la
vida de nuestra arquidiócesis pide
además, de todos nosotros, cultivar
una particular actitud de esperanza
y fortaleza; puesto que los cambios
no son fáciles, ya que exigen dejar
la seguridad a la cual estamos acostumbrados, pasar por la incertidumbre sobre el valor de lo que estábamos haciendo y dar unos primeros
pasos sin la suficiente confianza en
el nuevo camino que recorremos.
84. También es necesario mantener una visión de conjunto y de futuro que permita hallarle sentido a
los esfuerzos que estamos haciendo,
aunque aún no veamos los cambios
realizados; y que nos permita recordar que lo más importante es el proceso que juntos vamos a ir haciendo,
donde el pequeño aporte de cada
uno irá permitiendo que avancemos
hacia nuestros ideales.
85. Por esto, es necesario, que nos
animemos los unos a los otros, que
seamos apoyo y estímulo para que
juntos avancemos, con la gracia de
Dios, en nuestros propósitos y afrontemos las dificultades propias de un
camino de cambio, acogiendo las
palabras del autor de la carta a los
Hebreos: “animémonos los unos a
los otros mientras dura este hoy” (Hb
3,13).
70
9. MARÍA, ESTRELLA DE LA
EVANGELIZACIÓN
86. Como Iglesia Arquidiocesana queremos reconocer y
agradecer la presencia, el patrocinio y la intercesión maternal de la Santísima Virgen María a lo largo de estos 450 años
de nuestra historia como comunidad evangelizadora. Y hoy
le pedimos a ella que siga intercediendo para que esta invitación a una nueva etapa evangelizadora, a un gran giro, sea
acogida por toda la comunidad eclesial.50
87. Queremos además fijar nuestra atención en lo que la
Virgen María nos enseña sobre el estilo de la evangelización,
tal como nos lo recuerda el Papa Francisco; particularmente,
su capacidad para «reconocer las huellas del Espíritu de Dios
en los grandes acontecimientos y también en aquellos que
parecen imperceptibles. Ella es contemplativa del misterio de
Dios en el mundo, en la historia y en la vida cotidiana de cada
uno y de todos. Es la mujer orante y trabajadora de Nazaret, y
también es Nuestra Señora de la Prontitud, la que sale de su
pueblo para auxiliar a los demás “sin demora” (Lc 1,39). Esta
dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia
los demás, es lo que hace de ella un modelo eclesial para la
evangelización.»51
88. Invoquémosla, entonces, en todos nuestros proyectos para que Ella sea para nosotros un punto de referencia,
fuente de inspiración y fortaleza ante los desafíos que debemos afrontar al buscar dar un giro hacia aquello que hemos
reconocido como la voluntad de Dios para nuestra Iglesia.
Hagamos de Ella la estrella de esta nueva etapa que hemos
iniciado en la vida evangelizadora de nuestra Arquidiócesis.
María, estrella de la evangelización, ruega por nosotros.
50. Cf. S.S. Francisco, EG 287.
51. S.S. Francisco, EG 288
Ella es
contemplativa del
misterio de
Dios en el
mundo, en
la historia
y en la vida
cotidiana de
cada uno y de
todos. Es la
mujer orante
y trabajadora
de Nazaret,
y también
es Nuestra
Señora de la
Prontitud...
la que sale
de su pueblo
para auxiliar
a los demás
“sin demora”
Arquidiócesis de Bogotá 71
72
ANEXO 1
SÍNTESIS DEL NUEVO PLAN DE EVANGELIZACIÓN DE
LA ARQUIDIÓCESIS DE BOGOTÁ (PLAN E)
El Plan de Evangelización ha sido plasmado en el documento que fue publicado en la Solemnidad de Pentecostés del 2013 y que invitamos a tener
presente en todo momento. Pero como una ayuda para el proceso hemos
querido hacer una síntesis de dicho documento, que presentamos a continuación, como un anexo.
MIRADA SOBRE NUESTRO PRESENTE
Como fruto de las consultas realizadas pudimos reconocer que la situación
actual de los católicos y de la evangelización en la Arquidiócesis de Bogotá
está caracterizada por una débil adhesión al Señor Jesucristo que dificulta su
interacción con el contexto actual de la sociedad, marcado particularmente por la transición sociocultural, el pluralismo y las desigualdades sociales
y por esto se ha generado, sin desconocer múltiples y valiosos esfuerzos, un
modo de ser Iglesia, de ser católicos y de evangelizar sin ímpetu misionero,
que tiende a quedarse en la simple gestión de prácticas religiosas, con poca
participación, que cae en el activismo individualista y se limita al asistencialismo. Hemos llegado así a una situación en la cual, a pesar de la cantidad de
actividades evangelizadoras que se organizan y realizan seguimos marchando por caminos paralelos y no suficientemente convergentes con la vida, preocupaciones, lenguajes o necesidades de la gente.
LO QUE HEMOS RECONOCIDO
El discernimiento realizado nos ha llevado a reconocer que debemos entrar
en un proceso de conversión personal y pastoral que nos permita reavivar la
condición misionera que tiene todo católico y la Iglesia Arquidiocesana en su
conjunto y así relanzar nuestra tarea evangelizadora en medio de las circunstancias actuales de nuestra región capital. No es momento para lamentarnos
de los cambios que vive la sociedad sino que es el momento para vivir intensamente nuestra identidad como comunidad de discípulos misioneros del
Señor Jesucristo, enviados a anunciar y servir a la presencia de la acción misericordiosa de Dios en medio de nuestra ciudad y municipios, en medio de
Arquidiócesis de Bogotá 73
sus luces y de sus sombras, desarrollando la creatividad y la novedad permanente que el misterio del amor del Señor y de su Espíritu Santo nos concede.
Todo lo que venimos haciendo debe renovarse desde este espíritu de conversión y todo lo que nos hace falta será necesario implementarlo, entrando
así en una nueva etapa de la vida de nuestra arquidiócesis.
¿CÓMO LO VAMOS A HACER?
Para llevar a cabo esta conversión, esta renovación en la vida de nuestra arquidiócesis, hemos discernido y construido, con base en las consultas y bajo
la luz de la Palabra de Dios y de las enseñanzas de la Iglesia, varios elementos
que conforman un plan o un proyecto de vida para todos los católicos que
integran el pueblo de Dios de la arquidiócesis. Estos elementos son: un ideal
que nos une y compromete, unos objetivos de trabajo, unos criterios, un paradigma o estilo misionero de evangelización y un itinerario para recorrer.
Todos estamos llamados entonces a conocer estos elementos, comprenderlos, acogerlos y a ponernos en camino juntos de acuerdo con las distintas
programaciones que se organizarán y de acuerdo con los distintos espacios
de vida eclesial, para que lleguemos a tener un solo corazón y una sola alma,
como una sola familia arquidiocesana evangelizadora que somos en medio
de la región capital.
a) El ideal que nos une y compromete
Como ideal que buscamos alcanzar juntos y que hemos discernido como
la voluntad de Dios para nuestra Arquidiócesis de Bogotá y nuestra ciudad
región, soñamos con una Iglesia en la cual todos sus miembros vivamos, cultivemos y celebremos una intensa y profunda adhesión al Señor Jesucristo
y a su Reino de misericordia, que nos haga ser alegres y coherentes discípulos misioneros en medio de la región capital, y que, por tanto, nos haga vivir
una auténtica vida de comunión entre nosotros y con todos, como verdadero
pueblo de Dios, y nos impulse a asumir nuestra tarea evangelizadora, dóciles
al Espíritu Santo, con ímpetu misionero, con actitud dialogante, profética y
propositiva, en medio de la transición y pluralidad cultural que vivimos, y a
participar, junto con otros, en la construcción de una sociedad misericordiosa, es decir, justa, reconciliada, solidaria y que cuida de la creación. Soñamos
por tanto con una Iglesia que por su actitud misericordiosa vive su condición
de ser luz del mundo y sal de la tierra en medio de nuestra región capital.
74
b) Unos objetivos que nos señalan el camino
Para alcanzar el ideal que nos hemos propuesto hay cuatro objetivos globales en los cuales reconocemos que debemos trabajar juntos:
1. En la renovación de nuestro modo de ser católicos para llegar a ser verdaderos discípulos misioneros en las nuevas circunstancias que vivimos
2. En la renovación de nuestra vida comunitaria para llegar a ser una comunidad alternativa por su vida de comunión y participación en medio
de la sociedad
3. En la renovación de la presencia e incidencia de los católicos en medio de la ciudad región para ser un sacramento de salvación, fermento de
transformación evangélica de la sociedad
4. En la renovación de la manera de entender y llevar a cabo la evangelización para vivir más intensamente nuestra condición misionera y adaptar (inculturar) nuestras prácticas evangelizadoras a los desafíos que nos
plantea el contexto urbano y rural de la Arquidiócesis.
Y para poner en práctica esto, será necesario cumplir con un objetivo operativo: que todos impulsemos procesos renovados de evangelización, originados en el diálogo con las culturas y el discernimiento de la presencia salvífica
de Dios en la región capital; de tal manera que nos lleven a vivir más intensamente nuestra relación con el Señor Jesucristo y, como discípulos misioneros,
a participar en la vida de comunión, en la tarea de llevar el evangelio a todos
los ambientes de la sociedad y a ser signo de esperanza por el compromiso
en la realización del proyecto de Dios para esta región capital.
c) El nuevo paradigma misionero de evangelización que queremos
asumir
La Arquidiócesis de Bogotá existe para evangelizar, es decir, para servir al
reinado de la misericordia de Dios que está presente y actuante en medio
de nuestra ciudad región, de sus luces y de sus sombras. Llevar a cabo esta
misión en las actuales circunstancias de desigualdades sociales, pluralismo
y transición sociocultural, nos exige, como comunidad de discípulos misioneros, pensar y llevar a cabo nuestra acción evangelizadora desde tres dinamismos, necesarios y complementarios, que conforman un paradigma, un
modelo, un estilo propio de evangelización.
Arquidiócesis de Bogotá 75
Estos dinamismos se han identificado a partir del discernimiento entre lo
que hemos reconocido como nuestra situación actual y lo que hemos visto como el futuro que Dios quiere y espera de nosotros. Trabajar por asumir
estos tres dinamismos, inspirados en el mismo Jesús, primer evangelizador,
y que actúan como principios, criterios, actitudes, parámetros de interpretación, nos conducirá hacia esa renovación que anhelamos y hacia el horizonte
futuro que contemplamos como una promesa de Dios para nuestra Iglesia
Arquidiocesana.
Estos tres dinamismos son: a) salir al encuentro de Dios que habita en la región capital, b) hacernos compañeros de camino para testimoniar y anunciar
el Evangelio, y c) ser fermento de la sociedad, desde la presencia del reino de
Dios en la región capital, por la comunión y el servicio.
Todos los católicos estamos llamados a asumir estos tres dinamismos, que
deben ser criterio para el desarrollo de la actividad evangelizadora en las diferentes áreas: la evangelización de la familia, de la infancia y la juventud, la
formación en el ministerio ordenado y en la acción conjunta con la vida religiosa. Deben ser aplicados en el primer anuncio, en los procesos de iniciación
cristiana, en la vida litúrgica, en el diálogo con las religiones, con la cultura,
la educación y la comunicación social. Deben ser además asumidos en toda
la dimensión social de la evangelización: en la promoción de la cultura de la
vida y de la salud, en la evangelización del mundo político y económico, en
la acción solidaria, en la búsqueda de la justicia, la paz y la reconciliación, así
como en el trabajo con las víctimas del desplazamiento. Deben ser criterio
para la vida y acción evangelizadora de las parroquias, de los movimientos y
en todos los organismos de la vida arquidiocesana, como los arciprestazgos,
las vicarías, las capellanías etc.
d) Los criterios que vamos a tener presentes en toda acción evangelizadora
Del paradigma se desprenden unos criterios que se convierten en nuestras
reglas de juego fundamentales y que debemos tener siempre presentes:
1. Reconocer la Palabra de Dios como la fuente de nuestra acción evangelizadora;
2. Cultivar una lectura permanente de la realidad, el discernimiento e inculturación urbana de la evangelización;
3. Entender el bautismo como discipulado misionero;
76
4. Asumir como actitud permanente la conversión personal, comunitaria
y pastoral decididamente misionera;
5. Promover la vida y espiritualidad de la comunión, desde la participación activa y orgánica de todos;
6. Trabajar siempre en una “evangelización de conjunto”;
7. Aplicar siempre la pedagogía de Dios;
8. Tener presente la dimensión comunicativa de la evangelización y el uso
de los medios de comunicación;
9. Tener presente la dimensión social de la evangelización en todo;
10. Asumir las consecuencias de la opción preferencial por los pobres en
todas las áreas de la evangelización;
11. Hacernos presentes y desarrollar una evangelización en las nuevas territorialidades que genera la urbe;
12. Buscar la implementación de nuevas estructuras de comunión y de
servicio, consecuentes con el paradigma misionero de evangelización.
e) Las primeras etapas del camino
Poniendo la mirada en el ideal que nos une y compromete y en los objetivos
que nos señalan el camino, nos proponemos entonces comenzar por un primer itinerario de nueve años (diciembre de 2013 a diciembre de 2022), que
se ha llamado: “De la pastoral de conservación a la evangelización misionera”
y cuyo objetivo es: Promover en todos los católicos de la Arquidiócesis de
Bogotá, un proceso de conversión personal y pastoral, decididamente misionera, por la apropiación y cultivo de la condición misionera propia de todo
bautizado y del nuevo paradigma misionero de evangelización discernido y
asumido por el Plan de Evangelización, de tal manera que se pongan las bases para una renovación tanto de la vida de comunión y participación, como
de los procesos de evangelización.
Este itinerario lo desarrollamos en tres etapas: el Gran Giro (2013-2016), el
Nuevo Rumbo (2016-2019) y el Nuevo Ritmo (2019-2022).
Entendemos estos primeros nueve años como un tiempo para poner las bases de una renovación de fondo de la vida evangelizadora de nuestra arquidiócesis, que nos vaya haciendo cada día más capaces de plantear y desarro-
Arquidiócesis de Bogotá 77
llar una presencia y una acción eclesial que entren en diálogo evangelizador
con la sociedad contemporánea en medio de sus transformaciones. No se
trata entonces de detener nuestros compromisos actuales en espera de las
nuevas tareas, que poco a poco se irán gestionando, sino en primer lugar de
continuar nuestras actividades evangelizadoras pero dejándolas impregnar y
enriquecer del nuevo espíritu, de los dinamismos del paradigma y articulándolas con todos los procesos que estamos viviendo, conformando una verdadera red de evangelización.
Animémonos unos a otros en este tiempo presente y salgamos al encuentro
del Señor Jesucristo que quiere renovarnos, por la fuerza de su Espíritu, y hacernos instrumentos eficaces de su amor misericordioso, germen y fermento
de una nueva sociedad en nuestra región capital.
78
ANEXO 2
ACTIVIDADES BÁSICAS
PROYECTO: PUNTOS DE PARTIDA
NOMBRE ACTIVIDAD
¿QUIÉN COORDINA?
Responsable
¿QUÉ?
Descripción
actividad
¿PARA QUÉ?
Objetivo
¿CÓMO?
Metodología
¿CON QUIÉNES?
DESTINATARIOSINTERLOCUTORES
(Especificidad de
los interlocutores,
alcance)
¿CUÁNDO?
CRONOGRAMA
(Fechas de realización
de la actividad)
¿DÓNDE? Lugar
1.Conteo de Animadores
Observatorio
Arquidiocesano
de
Evangelización.
Secretaria: Alejandra Martínez Tel. 3505511 Ext. 1102,
[email protected]
A través de la aplicación de una encuesta en los diferentes espacios eclesiales de la Arquidiócesis y el análisis de la
información obtenida se construirá un documento que dé
cuenta de los animadores que están comprometidos en la
evangelización
Contar, mediante una encuesta, los actuales animadores de
la evangelización y conocer algunas de sus características,
para tener un perfil inicial de la situación de quienes son los
primeros interlocutores y destinatarios de las actividades de
la primera etapa del Plan E.
Se realizó una investigación cuantitativa exploratoria y descriptiva en el mayor número posible de espacios eclesiales
de la Arquidiócesis, valiéndose de una encuesta que se difundió por redes sociales, correos electrónicos de laicos, comunidades religiosas y movimientos y entre el presbiterio.
Posteriormente, se adelantó un proceso de tabulación, cruce de variables y elaboración de gráficos que facilitaron el
análisis de los datos y la elaboración de un documento de
presentación de los resultados y análisis de la información.
En un primer momento de producción de la información y
los datos, todos los animadores de la evangelización de la
Arquidiócesis de Bogotá. Es decir, todas las personas laicas,
consagradas y ministros ordenados que están involucrados
en las acciones de evangelización de los espacios eclesiales
a los que pertenecen. A ellos se les devolverá un informe ejecutivo de los resultados.
Durante la presentación de los resultados se dialogará con
la Vicaría de Evangelización en general, las vicarías episcopales territoriales, coordinadores arquidiocesanos y sus
equipos, párrocos y capellanes.
Feb-May: Recolección de información
Mayo-Junio: Ajuste y organización de la base de datos
Julio: Análisis de la información
Agosto: Elaboración del informe del conteo
Septiembre: Revisión y ajuste del informe
Octubre: Socialización del informe
De acuerdo con la programación específica
Arquidiócesis de Bogotá 79
NOMBRE ACTIVIDAD
2. Autodiagnóstico frente al paradigma
misionero de evangelización
¿QUIÉN COORDINA?
Responsable
Equipo permanente de la Vicaría de evangelización - Secretaria Observatorio: Alejandra Martínez Tel. 3505511
Ext. 1102, [email protected]
¿QUÉ?
Descripción
actividad
Comprendiendo la heterogeneidad en el acercamiento
y vivencia del paradigma misionero de evangelización,
esta actividad ofrece un material que ayude a cada animador de la evangelización a conocer su acercamiento,
comprensión y vivencia del paradigma misionero contenido en el Plan E.
¿PARA QUÉ?
Objetivo
Promover un proceso de toma de consciencia de cada
animador de la evangelización, y de cada experiencia
comunitaria eclesial, que les permita revisar, analizar y
conocer su punto de partida con respecto a los propósitos de renovación del Plan E y el paradigma misionero de
evangelización, y así poder determinar las necesidades
a trabajar y las actividades a desarrollar para alcanzar la
meta de la Etapa del Gran Giro; esto, mediante un ejercicio de reflexión con base en un cuestionario.
¿CÓMO?
Metodología
¿CON QUIÉNES?
DESTINATARIOSINTERLOCUTORES
(Especificidad de
los interlocutores,
alcance)
¿CUÁNDO?
CRONOGRAMA
(Fechas de realización
de la actividad)
¿DÓNDE?
Lugar
Se invita a que cada animador, en un momento de oración personal, reflexione y se pregunte acerca de las afirmaciones, contenidas en un formulario, que expresan
diferentes niveles de aproximación (conocimiento, comprensión, acogida) al paradigma misionero contenido en
el Plan E. Ver formulario en el anexo 3.
Todos los animadores de la evangelización de la
Arquidiócesis de Bogotá
Julio – Diciembre: Aplicación
De acuerdo con la programación específica
80
ACTIVIDADES BÁSICAS
PROYECTO: DIFUNDIR
NOMBRE ACTIVIDAD
¿QUIÉN COORDINA?
Responsable
3. Participación en la Clausura del Jubileo
Comisión Clausura del Año Jubilar.
¿QUÉ?
Descripción
actividad
Encuentro masivo de los católicos de la ciudad de Bogotá en la Plaza de Bolívar el lunes festivo 24 de marzo,
para conmemorar los 450 años de la Arquidiócesis de
Bogotá bajo el lema Testigos del Amor de Cristo.
¿PARA QUÉ?
Objetivo
Alimentar nuestro sentido de pertenencia a la Arquidiócesis de Bogotá celebrando de manera solemne y masiva
la clausura del año de celebraciones por sus 450 años de
presencia evangelizadora.
¿CÓMO?
Metodología
La Arquidiócesis de Bogotá celebró la clausura del Jubileo
bajo el lema: Testigos del Amor de Cristo.
La clausura inició el sábado 22 de marzo como Testigos del
Amor de Cristo que nos ama y reconcilia con Celebraciones
Penitenciales, Eucaristía, Vigilia de Oración y Visita al Señor
de Monserrate en la Catedral Primada de Colombia.
El domingo 23 de marzo como Testigos del Amor de Cristo
que nos convoca entorno a la Eucaristía, se celebraron Eucaristías en la Catedral Primada y en las parroquias de la
Arquidiocesis de Bogotá; Adoración al Santísimo y Visita al
Señor de Monserrate en la Catedral.
El lunes festivo 24 de marzo como Testigos del Amor de
Cristo que nos envía a Evangelizar se celebró la Clausura del
Año Jubilar en la Plaza de Bolívar, una celebración enriquecida con manifestaciones artísticas musicales y teatrales,
donde se resaltaron hechos significativos de la presencia
de la Iglesia en la historia de la ciudad en el área social,
cultural, educativa y de la salud; los colegios parroquiales,
las asociaciones y movimientos de fieles participaron con
una procesión que destacó las devociones marianas en la
Arquidiócesis; y se finalizó con una Eucaristía Solemne en
la Plaza de Bolívar, presidida por el Señor Cardenal Rubén
Salazar, Arzobispo de Bogotá.
¿CON QUIÉNES?Destinatariosinterlocutores
Todos los católicos de Bogotá.
¿CUÁNDO?
CRONOGRAMA
Del 22 al 24 de marzo de 2014
¿DÓNDE?
Lugar
Parroquias de la Arquidiócesis de Bogotá, Catedral
Primada de Colombia y Plaza de Bolívar
Arquidiócesis de Bogotá 81
ACTIVIDADES BÁSICAS
PROYECTO: COMPRENDER
NOMBRE ACTIVIDAD
4. Encuentro con Jesucristo en la calle y en la
acción misericordiosa
Centro Estratégico de la Dimensión Social de la Evangelización. Olga Monroy. Tel. 3505511 ext. 1106,
[email protected]
Arciprestes y Representantes Vicariales del Centro Estratégico de la Dimensión Social de la Evangelización:
¿QUIÉN COORDINA?
Responsable
Vicaria Territorial Inmaculada Concepción - Katerine Bonilla, [email protected]. Tel. 5704860 ext. 115.
Vicaria Territorial Cristo Sacerdote - Jenny Rodríguez,
[email protected]. Tel. 6601537. Ext. 111
Vicaria Territorial San Pedro - Martha Morales,
[email protected]. Tel. 5208223-5208224.
Vicaría Territorial Espíritu Santo - Ana Milena Aguilar,
[email protected]. Tel. 2335100. Ext. 2.
Vicaria Territorial San Pablo - Alejandra Cely,
[email protected]. Tel. 7692206.
Vicaria Territorial San José - P. Luis Alfredo Castellanos.
Tel. 2725330-2395778.
¿QUÉ?
Descripción
actividad
Mediante la participación en distintas experiencias de
encuentro con realidades de la vida de la ciudad, particularmente en la calle y en instituciones de acción solidaria,
generar una actitud contemplativa que permita identificar los signos y huellas de la presencia de Jesucristo en
estos contextos y vivir una experiencia de encuentro con
Él en ellos.
Experiencias:
* Experiencia de “Recorridos urbanos”, cada parroquia,
cada arciprestazgo y cada vicaría planteará los recorridos que vaya a realizar.
* Experiencia de “Construcción de mapas”. Se elaborará y entregará una guía para construir el mapa a nivel
parroquial. Cada parroquia deberá hacer entrega de su
mapa en la Vicaría.
* Experiencias de “Cine – foro” (Sugerencias de películas.
La Primera Noche, La Estrategia del Caracol, Raíces de
Piedra. Videos o películas preferiblemente de la ciudad
de Bogotá).
* Experiencia “Visita solidaria” o visita a Instituciones
donde se visualice la acción solidaria
82
¿PARA QUÉ?
Objetivo
Promover, mediante experiencias de salida a la ciudad
- municipios y visitas a instituciones sociales, el acercamiento a estas realidades con una mirada contemplativa, que permita el reconocimiento de los signos de la
presencia de Dios y de sus planes en ellas, lleve a la valoración de la realidad urbano-rural como lugar del encuentro con Jesucristo y a una mayor comprensión del
significado de los componentes del paradigma misionero de evangelización.
¿CÓMO?
Metodología
Esta actividad se fundamenta sobre los dinamismos del
Paradigma del Plan de Evangelización: la salida al encuentro de Jesucristo y el hacernos compañeros de camino, es
por esto que se utilizarán experiencias para este encuentro.
Cada experiencia sea parroquial, arciprestal o Vicarial darán
el espacio para que este encuentro se dé y genere frutos de
compromiso. Se difundirán a través de medios de comunicación masiva (radio, Tv y espacios virtuales)
¿CON QUIÉNES?
DESTINATARIOSINTERLOCUTORES
(Especificidad de
los interlocutores,
alcance)
¿CUÁNDO?
CRONOGRAMA
(Fechas de realización
de la actividad)
¿DÓNDE?
Lugar
Vicaria de Evangelización
Ministros Ordenados por Arciprestazgos
Animadores de Evangelización a nivel Vicarial, por
Arciprestazgos, por parroquias, con apoyo de los Arciprestes y para animadores de otras territorialidades.
A partir de septiembre de 2014
De acuerdo con la programación específica
Arquidiócesis de Bogotá 83
NOMBRE ACTIVIDAD
5. Encuentro con Jesucristo en un retiro
espiritual
¿QUIÉN COORDINA?
Responsable
Centro Estratégico de Anuncio, Formación en la Fe y
Diálogo con la Cultura. Zulma Castañeda Collazos 3184180028 [email protected]
¿QUÉ?
Descripción
actividad
Son espacios de tiempo (más o menos largos) diseñados
para el encuentro con el Señor, en un ambiente propicio
para la oración, a partir de orientaciones iniciales ofrecidas por una persona que ha vivido y se ha preparado
para orientar la experiencia.
¿PARA QUÉ?
Objetivo
Promover un encuentro personal con Jesucristo, mediante un retiro espiritual, que permita a los animadores de la evangelización comprender el espíritu de renovación del Plan E, y profundizar en los dinamismos y
el espíritu del paradigma misionero de evangelización:
- salir, hacerse compañero de camino y fermentar-.
¿CÓMO?
Metodología
Opción 1. Retiro espiritual de 2 días en silencio, con
orientaciones para la oración personal desde el texto de
los discípulos de Emaús. Esta actividad requiere disponibilidad de fin de semana (sábado y domingo) pernoctando en la casa de retiros.
Opción 2. Jornadas de retiro de una mañana completa cada mes, los días sábados durante 3 sábados, con
orientaciones para la oración desde el texto de los discípulos de Emaús
Opción 3. Jornadas por arciprestazgos.
¿CON QUIÉNES?
DESTINATARIOSINTERLOCUTORES
(Especificidad de
los interlocutores,
alcance)
¿CUÁNDO?
CRONOGRAMA
(Fechas de realización
de la actividad)
Todos los animadores de la evangelización de la Arquidiocesis de Bogotá que quieran acoger la invitación.
Opción1 (3 fechas disponibles): septiembre 13 y 14 / noviembre 1 y 2 / noviembre 8 y 9
Opción 2 (3 sábados): septiembre 6 / octubre 4 / noviembre 8
Opción 3: De acuerdo a programación específica
Opción 1: Casa de Ejercicios Espirituales Emaús
¿DÓNDE?
Lugar
Opción 2: Vicarías Episcopales Territoriales
Opción 3: De acuerdo a programación específica
84
NOMBRE ACTIVIDAD
¿QUIÉN COORDINA?
Responsable
6. Encuentro con Jesucristo en la oración
personal y comunitaria
Centro Estratégico de Anuncio, Formación en la Fe y
Diálogo con la Cultura. P. Alfonso Rincón 2328524
Alexandra Guerrero - 3132443730 gdilaalexandra@
hotmail.com
¿QUÉ?
Descripción
actividad
Se propone desarrollar un camino de 34 momentos de
oración distribuidos en 6 etapas. Se sugiere que cada
momento se viva en los encuentros periódicos de los
diferentes grupos de pastoral de las parroquias y en los
demás espacios de la vida eclesial de la Arquidiócesis o,
quien así lo desee, de manera personal. Cada encuentro
contiene uno o dos textos cortos del Evangelio, elegidos
siguiendo el orden del ministerio del Señor en su vida
pública, desde su bautismo hasta la misión final y el envío de los discípulos. Este itinerario, recorrido en su totalidad, permitirá, en la compañía del Señor, conocerlo
mejor y comprender el alcance y las consecuencias de
ser discípulos misioneros.
¿PARA QUÉ?
Objetivo
Promover un encuentro personal y comunitario con Jesucristo mediante un itinerario de oración, que lleve a
los animadores a revisar y renovar la riqueza de su condición como discípulos misioneros del Señor, guiados
por su Espíritu, como fundamento para la comprensión
y asimilación del espíritu de renovación del Plan E y del
nuevo paradigma misionero de evangelización.
¿CÓMO?
Metodología
El presente itinerario de oración está basado en el método de lectura orante de la Sagrada Escritura: la Lectio
Divina, como práctica muy propia de la Iglesia, que ha
permanecido invariable a través del tiempo, iluminando
diferentes espiritualidades eclesiales. El itinerario se desarrolla en de 34 momentos de oración distribuidos en
6 etapas. Cada itinerario tiene una duración aprox de 25
minutos.
¿CON QUIÉNES?Destinatariosinterlocutores
Todos los católicos de la Arquidiocesis de Bogotá que
quieran acoger la invitación.
¿CUÁNDO?
CRONOGRAMA
(Fechas de realización
de la actividad)
¿DÓNDE?
Lugar
El itinerario será implementado a partir del mes de julio de
2014, y su duración y ejecución dependerá de la frecuencia de las reuniones que tenga el grupo que lo está llevando a cabo. Si es a nivel personal, dependerá de la frecuencia con que cada persona quiera realizar los encuentros de
oración. Proponemos que sea mínimo semanal.
El sitio de encuentro de cada grupo o comunidad. El espacio de oración de cada persona individualmente.
Arquidiócesis de Bogotá 85
NOMBRE ACTIVIDAD
¿QUIÉN COORDINA?
Responsable
7. Estudio básico de los fundamentos y
contenidos del Plan E y del nuevo
paradigma misionero
Centro Estratégico de Anuncio,
Formación en la Fe y Diálogo con la Cultura
Alexandra Guerrero - 3132443730
[email protected] / Jorge Galindo 320 841
05 27 [email protected]
¿QUÉ?
Descripción
actividad
Son jornadas formales de estudio y profundización, alrededor de los temas básicos del Plan E y el Nuevo Paradigma de Evangelización.
¿PARA QUÉ?
Objetivo
Promover que los animadores de la evangelización
comprendan los fundamentos bíblicos, teológicos y
pastorales del espíritu de renovación del Plan E, por medio de una propuesta metodológica que permita poner
en juego los procesos de reflexión, análisis y diálogo.
¿CÓMO?
Metodología
Sesiones presenciales de formación, con metodologías
variadas (talleres, conferencias, seminarios, conversatorios) organizadas, en un primer momento, por todos y
para todos los miembros de la vicaría de evangelización.
Para el segundo momento se organizaran equipos
que continúen llevando la formación a los demás interlocutores.
¿CON QUIÉNES?
DESTINATARIOSINTERLOCUTORES
(Especificidad de
los interlocutores,
alcance)
¿CUÁNDO?
CRONOGRAMA
(Fechas de realización
de la actividad)
¿DÓNDE?
Lugar
Todos los animadores de la evangelización de la Arquidiócesis de Bogotá.
A partir del mes de Septiembre de 2014
De acuerdo con la programación específica.
86
ACTIVIDADES BÁSICAS
PROYECTO: ACOGER
NOMBRE ACTIVIDAD
8.Encuentro con los hermanos en la vida eclesial
¿QUIÉN COORDINA?
Responsable
Centro Estratégico de Comunión y Participación
Luis Fernando Chisco-315 361 48 24 /300 486 05 58,
[email protected]
¿QUÉ?
Descripción
actividad
Encuentros lúdicos entre integrantes de diferentes espacios de la vida eclesial en los que comparten sus experiencias de vida y de fe (por ejemplo catequistas, pastoral juvenil y pastoral infantil, vida consagrada y entre
unos y otros).
¿PARA QUÉ?
Objetivo
Fomentar entre los animadores de la evangelización el
espíritu de comunión y fraternidad, el reconocimiento
mutuo, y el sentido de pertenencia a la Iglesia Arquidiocesana, por medio de encuentros entre los miembros de
diferentes comunidades, grupos, servicios y estados de
vida, para favorecer la acogida comunitaria del Plan E y
su nuevo paradigma.
¿CÓMO?
Metodología
Mediante encuentros heterogéneos, convocados territorialmente, propiciar entre los animadores de diferentes grupos espacios lúdicos que ayuden a que se reconozcan como miembros de un mismo cuerpo, la Iglesia
Arquidiocesana, y cómo todos están llamados a aportar
en la transformación de la historia.
¿CON QUIÉNES?
DESTINATARIOSINTERLOCUTORES
(Especificidad de
los interlocutores,
alcance)
En primera instancia los animadores de la evangelización, fieles de las parroquias que hacen partes de los
grupos; miembros de la vida consagrada -que más interactúan con la vida laical- e integrantes de los movimientos; en segunda instancia con los demás fieles que
mantienen vínculo parroquial.
¿CUÁNDO?
CRONOGRAMA
Vicarial (Con los animadores de evangelización del primer momento): Agosto.
Arciprestal: Agosto a Noviembre
Otras territorialidades: Septiembre a Noviembre.
(Fechas de realización
de la actividad)
¿DÓNDE?
Lugar
De acuerdo con la programación específica
Arquidiócesis de Bogotá 87
NOMBRE ACTIVIDAD
8A. Encuentros fraternos parroquiales: Ágapes
¿QUIÉN COORDINA?
Responsable
Centro Estratégico de Comunión y Participación
Omar Olaya, 315 926 1645; 6601537, ext. 110;
[email protected]
¿QUÉ?
Descripción
actividad
Como parte de la actividad de los encuentros fraternos,
se busca promover, que en cada reunión de los grupos
parroquiales se dé periódicamente un espacio para
compartir un alimento y en ambiente fraterno expresar
particulares experiencias de la propia vida de fe.
¿PARA QUÉ?
Objetivo
Promover entre los animadores de la evangelización el
espíritu fraterno, por medio de la experiencia del compartir los alimentos en los encuentros de los grupos parroquiales, para favorecer el sentido de pertenencia a la
comunidad parroquial y arquidiocesana.
¿CÓMO?
Metodología
Invitar a que los participantes de los grupos lleven cada
uno algún ligero alimento para compartir con sus hermanos en un momento determinado del desarrollo de
la respectiva reunión. En algunas ocasiones puede ser
ofrecido por el párroco.
¿CON QUIÉNES?
DESTINATARIOSINTERLOCUTORES
(Especificidad de
los interlocutores,
alcance)
Los animadores de la evangelización que periódicamente se reúnen en espacios parroquiales para la ejecución
de su servicio, o para recibir formación concerniente al
mismo, o al Plan E.
¿CUÁNDO?
CRONOGRAMA
(Fechas de realización
de la actividad)
¿DÓNDE?
Lugar
Reuniones a partir del mes de julio 2014
En cada parroquia
88
NOMBRE ACTIVIDAD
¿QUIÉN COORDINA?
Responsable
¿QUÉ?
Descripción
actividad
¿PARA QUÉ?
Objetivo
¿CÓMO?
Metodología
¿CON QUIÉNES?
DESTINATARIOSINTERLOCUTORES
9. Una Acción Social Arquidiocesana
Centro Estratégico de Dimensión social de la Evangelización. / Olga Monroy. Tel. 3505511 ext. 1106,
[email protected]
Viendo la necesidad de visibilizar las acciones sociales
que realiza la Iglesia Católica, en especial, la Arquidiocesana, se cree conveniente crear una Acción Social donde
se aúnen esfuerzos, ideales y carismas en la atención al
más necesitado, al más vulnerable.
Promover en los animadores de la evangelización la
conciencia de su pertenencia a la Iglesia arquidiocesana, mediante el trabajo conjunto en una acción social,
que sea expresión, dentro del proceso de implementación del Plan E, de la voluntad de la Iglesia arquidiocesana de trabajar por una sociedad misericordiosa.
Viendo la necesidad de visibilizar las acciones sociales
que realiza la Iglesia Católica, en especial, la Arquidiocesana, se cree conveniente crear una Acción Social donde
se unifiquen esfuerzos, ideales y carismas en la atención
al más necesitado, al más vulnerable.
Se hará con la colaboración de todas las parroquias de
la Arquidiócesis de Bogotá, las comunidades religiosas y
demás organizaciones o fundaciones implicadas dentro
de la ejecución de la Acción Social.
Se realiza con todo el Pueblo de Dios: ministros ordenados, los animadores, los fieles, no solo de las parroquias
sino de otras territorialidades.
¿CUÁNDO?
CRONOGRAMA
Junio de 2014 (Convocatoria), Octubre de 2014 (Presentación proyecto), Noviembre de 2014 a Diciembre de
(Fechas de realización
2016 (Ejecución del proyecto)
de la actividad)
¿DÓNDE?
Lugar
De acuerdo con la programación específica
Arquidiócesis de Bogotá 89
ACTIVIDADES BÁSICAS
PROYECTO: REVISAR CRITICAMENTE
NOMBRE ACTIVIDAD
¿QUIÉN COORDINA?
Responsable
10. Realización de la revisión crítica sobre la
propia condición misionera
Equipo permanente de la Vicaría de Evangelización.
Secretaria: Jeny Contreras- 315 648 41 81
¿QUÉ?
Descripción
actividad
Mediante un subsidio, didácticamente elaborado, proponer a cada católico un ejercicio de autoevaluación
de su propia vivencia bautismal y particularmente de la
manera como está viviendo su condición misionera, a
la luz del paradigma misionero de evangelización que
hemos discernido para la Arquidiócesis, y otro subsidio
para hacer una co-evaluación de la misma dentro del
contexto del grupo parroquial o eclesial en el cual se
encuentra.
¿PARA QUÉ?
Objetivo
Promover una actitud de conversión pastoral, personal
y comunitaria, decididamente misionera, mediante la
realización de una experiencia de autoevaluación y de
co-evaluación, que les permita, a los animadores de la
evangelización, reconocer y valorar sus fortalezas, así
como los aspectos por mejorar, en la vivencia de su condición misionera y en el ejercicio de sus prácticas evangelizadoras, a la luz del nuevo paradigma misionero de
evangelización.
¿CÓMO?
Metodología
¿CON QUIÉNES?
DESTINATARIOSINTERLOCUTORES
(Especificidad de
los interlocutores,
alcance)
¿CUÁNDO?
CRONOGRAMA
(Fechas de realización
de la actividad)
¿DÓNDE?
Lugar
La revisión crítica puede ser realizada de manera individual
o colectiva (grupo de oración, parroquia, catequistas, comisión…) para valorar sus propias acciones evangelizadoras.
Se invita a que los animadores que van a hacer la autorevisión se aseguren de conocer, comprender y acoger el
paradigma misionero de evangelización que queremos
subsidio, se revisará la apropiación del paradigma a nivel
personal.
Paralelamente, habrá un equipo externo de animadores
competentes y disponibles que, como co-evaluadores,
acompañarán y retroalimentarán la revisión.
A todos los animadores que ya comprendan y acojan el
nuevo paradigma de evangelización.
Según requerimientos de cada espacio eclesial
De acuerdo con la programación específica
90
ANEXO 3
AUTODIAGNÓSTICO FRENTE
AL PARADIGMA MISIONERO DE
EVANGELIZACIÓN
El Autodiagnóstico es una de las actividades básicas de la etapa de sensibilización al Gran Giro de nuestro Plan E. Se trata de que, cada presbítero, laico
o religioso, que quiera sumarse a este proceso, inicie valorando su aproximación, conocimiento, comprensión y acogida del Plan E. Esperamos que este
breve instrumento le permita a cada uno identificar en qué punto de partida
se encuentra de cara a este camino que, como Arquidiócesis, estamos emprendiendo.
Antes de diligenciar el formulario por favor lea cuidadosamente las siguientes líneas:
• En ambiente de oración pida la luz del Espíritu Santo para mirar y conocer
su realidad frente al proceso de conocimiento, comprensión y acogida del
Plan E.
• Lea cada una de las afirmaciones y responda de corazón, si cada afirmación
está presente o no en su vivencia cotidiana como animador de la evangelización.
• Tenga presente que cuando usted marque o señale una frase, quiere decir
que usted está viviendo lo que en ella se afirma; y cuando la deja en blanco,
acepta con sinceridad que lo que allí se afirma no está presente o no es cierto
en su caso.
Este formulario ha sido diseñado para que usted mismo realice un autoanálisis de su realidad frente al Plan E y su paradigma misionero de evangelización, de manera que su participación en cada una de las actividades propuestas para la primera etapa, El Gran Giro, se ajuste a sus necesidades de
conocimiento, comprensión y apropiación del Plan y el paradigma.
Arquidiócesis de Bogotá 91
¿CONOZCO EL PLAN E Y SU ESPÍRITU
DE CONVERSIÓN PASTORAL?
Percibo que la Iglesia Universal, en cabeza del Papa, está buscando
un cambio.
Entiendo que el Plan E materializa, en la Arquidiócesis de Bogotá, la
intención de cambio de la Iglesia en el mundo.
Creo que en la Arquidiócesis de Bogotá se hace todo lo que es posible para acompañar y responder al sufrimiento de las personas.
Identifico la necesidad de hacer un cambio en nuestro modo de
evangelizar.
He leído sobre el Plan E.
Entiendo que, por las transformaciones sociales y culturales de la
actualidad, se requiere hacer cambios en la manera de Evangelizar.
He realizado una lectura reflexiva de los contenidos del Plan E, con
intención de estudiar y profundizar en ellos.
Entiendo que el Plan E es la respuesta de la Arquidiócesis de Bogotá
al desafío de generar una nueva evangelización y de llevar a cabo la
Misión Continental.
Conozco y entiendo el término “pastoral de conservación”.
Conozco y entiendo qué es una evangelización decididamente misionera.
Conozco el nuevo paradigma misionero de la evangelización propuesto por el Plan E.
Confío en que Dios está suscitando los cambios que anhelamos.
Valoro con agradecimiento los grandes e importantes esfuerzos
evangelizadores que ha hecho la Iglesia Católica en la región capital
a lo largo de su historia.
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¿COMPRENDO EL PLAN E?
Soy consciente de que las realidades sociales y culturales de la región capital son distintas a las de hace unos años.
Identifico las bondades y beneficios que vendrían del cambio de un
nuevo modo de evangelización.
Comprendo el Plan E como un instrumento para el proceso de renovación que se quiere vivir.
Reconozco la necesidad de un reencuentro personal con Jesucristo,
en la vida concreta de la ciudad región, como camino para la renovación de nuestra acción evangelizadora.
Comprendo que nuestra identidad como cristianos es la vivencia
del discipulado misionero.
Reconozco los signos de la obra de Dios en medio de las dificultades
por las que pasa nuestra sociedad.
Entiendo la diferencia entre los tres dinamismos del paradigma misionero de evangelización.
Reconozco los signos del reinado de Dios en la vida de las personas
y comunidades con quienes trabajo.
Entiendo a lo que se refiere el paradigma con la invitación a “salir”.
Entiendo lo que significa “hacerme compañero de camino para
anunciar y cuidar la obra de Dios”.
Entiendo qué es “fermentar la sociedad desde el Reinado de Dios”.
Reconozco que estoy llamado a aportar en el cambio hacia una
evangelización más misionera.
Reconozco con esperanza la pertinencia de los dinamismos del paradigma para evangelizar en el momento actual.
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¿ACOJO EL PLAN E QUE ESTÁ
ASUMIENDO LA IGLESIA
ARQUIDIOCESANA?
Cuido y cultivo mi cercanía a Jesucristo por medio de la práctica
constante de la oración.
Cultivo una actitud de cercanía y cuidado de los demás.
Reconozco la necesidad urgente de una transformación en las prácticas evangelizadoras para responder a la misión del Señor en el
mundo presente.
Identifico, por medio del discernimiento, el aporte que Dios espera
de mí para colaborar en la obra que Él está haciendo en la ciudad
región.
Estoy de acuerdo con la necesidad de una intensa adhesión a Jesucristo como se plantea en el ideal que nos une y nos compromete.
Comparto los objetivos y búsquedas de cambio y renovación que se
encuentran plasmados en el Plan E.
Me siento animado a dar lo mejor de mí para aportar en la renovación de nuestra iglesia arquidiocesana.
Estoy de acuerdo con la “actitud de salida” como una condición indispensable para cumplir con la misión evangelizadora hoy.
Mis palabras y comentarios expresan esperanza en la renovación de
la Iglesia.
Oro por la buena marcha de las acciones que hemos asumido para
la conversión pastoral de la Arquidiócesis.
Me refiero a mi propio trabajo pastoral en relación con el proceso
arquidiocesano.
He empezado a orientar las actividades que están bajo mi responsabilidad teniendo en cuenta el nuevo paradigma misionero de evangelización.
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He empezado a orientar las actividades que están bajo mi responsabilidad con sentido de comunión arquidiocesana.
Me esfuerzo por cultivar la comunión con mis compañeros en la acción
evangelizadora.
Destino parte de mi tiempo para seguir comprendiendo el espíritu de
renovación que anima el Plan E.
Acojo el espíritu de renovación de la Arquidiócesis expresado en el Plan
E como el querer de Dios para la ciudad región.
Acojo el Plan E porque estoy comprometido con nuestra iglesia arquidiocesana.
En aquellos ítems que usted no marcó, se encuentran sus oportunidades de reflexionar y acercarse a las actividades que se han diseñado y construido para crecer juntos en esta primera etapa, El Gran
Giro, que busca que todos nos sensibilicemos con el nuevo paradigma misionero de evangelización, e iniciemos una revisión de nuestras
prácticas evangelizadoras, mediante el conocimiento, comprensión y
acogida del plan E.
Con ctados
Se han creado varios espacios para mantener la comunicación entre
todos, por eso podemos acudir a los siguientes lugares o teléfonos:
Curia Arquidiocesana, Oficina de la Vicaría de Evangelización:
Carrera 7 No. 10-20. Tel: 350 5511 ext. 1105
Páginas de internet:
www.planebogota.com
www.arquibogota.org.co
Direcciones de correos electrónicos:
[email protected]
[email protected]
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Cristo resucitado y glorioso es la fuente profunda de nuestra esperanza,
y no nos faltará su ayuda para cumplir la misión que nos encomienda.
Su resurrección no es algo del pasado; entraña una fuerza de vida que
ha penetrado el mundo. Donde parece que todo ha muerto, por todas
partes vuelven a aparecer los brotes de la resurrección. Es una fuerza
imparable. Verdad que muchas veces parece que Dios no existiera: vemos injusticias, maldades, indiferencias y crueldades que no ceden. Pero
también es cierto que en medio de la oscuridad siempre comienza a
brotar algo nuevo, que tarde o temprano produce un fruto. En un campo
arrasado vuelve a aparecer la vida, tozuda e invencible. Habrá muchas
cosas negras, pero el bien siempre tiende a volver a brotar y a difundirse.
Cada día en el mundo renace la belleza, que resucita transformada a través de las tormentas de la historia. Los valores tienden siempre a reaparecer de nuevas maneras, y de hecho el ser humano ha renacido muchas
veces de lo que parecía irreversible. Ésa es la fuerza de la resurrección y
cada evangelizador es un instrumento de ese dinamismo… Creámosle
al Evangelio que dice que el Reino de Dios ya está presente en el mundo,
y está desarrollándose aquí y allá, de diversas maneras: como la semilla
pequeña que puede llegar a convertirse en un gran árbol (cf. Mt 13,3132), como el puñado de levadura, que fermenta una gran masa (cf. Mt
13,33), y como la buena semilla que crece en medio de la cizaña (cf. Mt
13,24-30), y siempre puede sorprendernos gratamente. Ahí está, viene
otra vez, lucha por florecer de nuevo. La resurrección de Cristo provoca
por todas partes gérmenes de ese mundo nuevo; y aunque se los corte,
vuelven a surgir, porque la resurrección del Señor ya ha penetrado la
trama oculta de esta historia, porque Jesús no ha resucitado en vano.
¡No nos quedemos al margen de esa marcha de la esperanza viva!
S.S. Francisco, EVANGELII GAUDIUM 276-278
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