eltiempo.com / nación / caribe Enero 17 de 2006 La Policía está lista para desalojar a 40 invasores en islas del Rosario, en el Caribe Colombiano Entre ellos hay personajes del 'jet set'. O pagan arriendo del 1 por ciento del avalúo de los predios o se van a las malas. Hay otros 99 procesos. Los ocupantes de los 139 predios invadidos en las islas del Rosario no sólo tendrán que pagar arriendo si quieren quedarse por un tiempo más en los terrenos de los que se apropiaron en ese pedazo del Caribe colombiano. También tendrán que desocupar una franja de 10 metros en las playas privadas, construir las obras ambientales que ordene Cardique y desistir formalmente de cualquier proceso judicial o administrativo por la titularidad de las islas. Quien cumpla con todas las condiciones podrá seguir en ellas hasta por ocho años más. Pero para los que no estén de acuerdo, especialmente para los 40 invasores que ya agotaron, sin éxito, todas las vías legales para oponerse al desalojo, el panorama es más complicado: la Policía ya tiene orden de sacarlos. Unos 400 nativos que viven del negocio turístico no serán desalojados, pero no se les reconocerá como propietarios. Han hecho estragos En la fórmula del Gobierno para conciliar la recuperación de las islas, ordenada por la justicia hace varios años, y los intereses de quienes viven y trabajan allí no hay margen de negociación. “En casi 20 años no se hizo nada para defender los derechos de la Nación. El Gobierno ya logró la recuperación legal de las islas y corresponde a la Policía hacerla cumplir. Pero buscamos una salida que mantuviera el equilibrio social y económico”, explicó a EL TIEMPO el ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias. El Incoder, que reporta a su despacho, ha estado al frente del proceso. El Instituto Agustín Codazzi hará un avalúo de las construcciones, varias de las cuales están por encima de los 100 millones de pesos. El cánon de arrendamiento será el 1 por ciento de ese avalúo. Pero los invasores –muchos de ellos, figuras del jet set criollo– no tendrán que pagar nada por el tiempo que ya usaron el archipiélago. Lo que se espera ahora es que las islas empiecen a recuperarse de los estragos ecológicos causados por la ocupación: disminución de corales, la extinción casi total del caracol pala –millones de los cuales fueron sacrificados para construir paredes y cimientos de las casas– y grave contaminación por basuras y aguas negras. 200 hectáreas tiene Isla Grande, la mayor del archipiélago de Nuestra Señora del Rosario. En total son 27 islas e islotes. Sin reversa “El Gobierno elevó una consulta al Consejo de Estado y la respuesta fue contundente: los terrenos de islas del Rosario son baldíos que pertenecen a la Nación y fueron ocupados indebidamente. Frente a eso, y también frente a las mejoras, no hay nada que hacer”. Andrés Felipe Arias, ministro de Agricultura. Incertidumbre por suerte del oceanario Uno de los casos más complejos que tendrán que resolver las autoridades en la recuperación de los terrenos de las islas del Rosario es el del Oceanario, que está en la isla de San Martín de Pajarales y que se ha convertido en un símbolo de la conservación ecológica en el archipiélago. Eduardo Farah, coordinador del Grupo Técnico Territorial del Incoder en Cartagena, dijo que la situación de ese centro no será diferente a la de las demás construcciones que están ubicadas ilegalmente en las islas. Es decir, sus dueños se acogen a las condiciones o desalojan. Sin embargo, no descartó que en el futuro se revisen ese y otros casos especiales. 'Cacaos' y lancheros “No somos poseedores de mala fe, como nos lo dijeron en la notificación de restitución”, dice Luis Miguel Lemaitre, uno de los propietarios de terrenos en la isla del Pirata, donde administra un hotel. Cuenta Lemaitre, perteneciente a una de las familias más tradicionales de Cartagena y cuyo predio tiene 7.500 metros cuadrados, que hace 50 años su padre le compró el terreno a un nativo, con escritura pública. Él es vecino del ex gobernador de Bolívar Ramón del Castillo, quien tiene casa de campo, y de los hijos de Rafael Fuentes, fallecido dueño de Emisora Fuentes. Y los propietarios de Cocoliso Isla Resort, que hicieron una inversión millonaria, están apelando la restitución ante el Consejo de Estado. Pero no sólo los dueños de grandes propiedades están alarmados. Los lancheros e isleños que se ganan la vida llevando turistas al archipiélago también viven momentos de zozobra. Nada más en los primeros nueve días de este año viajaron hacia allí 20.114 veraneantes, según la Corporación de Turismo. “Parece que cuando tomaron esa decisión no pensaron en nosotros, los que vivimos de llevar y traer gente. Tengo cuatro hijos. La verdad no sé qué voy a hacer”, dijo Esteban Contreras, quien vive en la isla de Caño del Oro (Barú). REDACCIÓN NACIONAL y CARTAGENA