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O.D. Nº 1.882
CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
1
SESIONES EXTRAORDINARIAS
2006
ORDEN DEL DIA Nº 1882
COMISION BICAMERAL PERMANENTE
DE TRAMITE LEGISLATIVO - LEY 26.122
Impreso el día 6 de febrero de 2007
Término del artículo 113: 15 de febrero de 2007
SUMARIO: Declaración de validez de los decretos
1.357/04, 886/05 y 1.273/05. (7.226-D.-2006.)
I. Dictamen de mayoría.
II. Dictamen de minoría.
I
Dictamen de comisión
(en mayoría)
Honorable Congreso:
La Comisión Bicameral Permanente prevista en
los artículos 99, inciso 3, y 100, incisos 12 y 13
de la Constitución Nacional ha considerado el expediente referido a los decretos del Poder Ejecutivo 1.357 de fecha 5 de octubre de 2004 por el
cual se establece que la Administración Nacional de la Seguridad Social tendrá a su cargo el
otorgamiento, liquidación y pago de las pensiones no contributivas a los veteranos de la guerra del Atlántico Sur y sus derechohabientes y
que el monto de dichas pensiones será para sus
titulares en el equivalente a la suma de tres veces el haber mínimo de las prestaciones a cargo
del régimen previsional público del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones; 886 de fecha 21 de julio de 2005 por el cual se establece
que las pensiones no contributivas a los veteranos de la guerra del Atlántico Sur a que se refiere la ley 23.848, su modificatoria y complementaria y el artículo 1º del decreto 1.357/2004 pasarán
a denominarse “pensiones honoríficas de veteranos de la guerra del Atlántico Sur”, modifica
el decreto 1.357/05 en sus artículos 1º y 3º y sustituye el artículo 1º de la ley 24.892 y 1.273 de
fecha 11 de octubre de 2005 por el cual se crea
un subsidio complementario que se abonará juntamente con las prestaciones a cargo del régimen
previsional público del mencionado sistema,
otorgadas o a otorgar por la ley 24.241 y sus
modificatorias, por los anteriores regímenes generales nacionales y por las ex cajas o institutos
provinciales y municipales de previsión que fueron transferidos al Estado nacional y un subsidio complementario honorífico no remunerativo
que se pagará junto con las “pensiones honoríficas de veteranos de la guerra del Atlántico Sur”
y se modifica el artículo 35 de la ley 25.967.
En virtud de los fundamentos que se exponen
en el informe adjunto, y por los que oportunamente ampliará el miembro informante, se aconseja la aprobación del siguiente
Proyecto de resolución
El Senado y la Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVEN:
Artículo 1º – Declarar la validez de los decretos
1.357 de fecha 5 de octubre de 2004, 886 de fecha
21 de julio de 2005 y 1.273 de fecha 11 de octubre
de 2005.
Art. 2º – Comuníquese al Poder Ejecutivo nacional.
De acuerdo con las disposiciones pertinentes,
este dictamen pasa directamente al orden del día.
Sala de la comisión, 29 de noviembre de 2006.
Jorge M. Capitanich. – Diana B. Conti. –
Luis F. J. Cigogna. – Gustavo E. Ferri.
– Jorge A. Landau. – Agustín O. Rossi.
– Patricia Vaca Narvaja. – María L.
Leguizamón. – María C. Perceval. –
Ernesto Sanz. – Luz M. Sapag.
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INFORME
I. Antecedentes
La reforma constitucional de 1994 dejó atrás la discusión doctrinaria y jurisprudencial que en el marco del paradigma instaurado por los constituyentes del 53/60 se planteaba 1.
En procura de una regulación del poder atribuido al presidente de la Nación se establecieron mecanismos tendientes a resolver el uso y la instrumentación de tres decretos cuyas características han
sido tipificados en nuestra Constitución Nacional:
a) los decretos de necesidad y urgencia; b) la delegación legislativa, y c) la promulgación parcial de
las leyes.
Estos decretos han sido consagrados expresamente en los artículos 99, inciso 3, 76, 80 y 100
incisos 12 y 13 de la Constitución Nacional.
El artículo 99 en su parte pertinente establece:
Capítulo tercero: Atribuciones del Poder Ejecutivo. Artículo 99. – “El Presidente de la Nación tiene las siguientes atribuciones:
...........................................................................................
”3. Participa de la formación de las leyes con arreglo a la Constitución, las promulga y hace publicar.
El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo
pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo. Solamente cuando
circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes, y no se trate
de normas que regulen materia penal, tributaria,
electoral o el régimen de los partidos políticos, podrá dictar decretos por razones de necesidad y urgencia, los que serán decididos en acuerdo general
de ministros que deberán refrendarlos, conjuntamente con el jefe de Gabinete de Ministros.
”El jefe de Gabinete de ministros personalmente
y dentro de los diez días someterá la medida a consideración de la Comisión Bicameral Permanente,
cuya composición deberá respetar la proporción de
las representaciones políticas de cada Cámara. Esta
Comisión elevará su despacho en un plazo de diez
días al plenario de cada Cámara para su expreso tratamiento, el que de inmediato considerarán las Cá1
Joaquín V. Gonzalez se pronunciaba a favor de la
constitucionalidad de los decretos de necesidad y urgencia
siempre que ellos sean sometidos a consideración del Honorable Congreso de la Nación. Manual de la Constitución
Argentina, 1890.
En una postura distinta, se ubica Linares Quintana, siguiendo el criterio ortodoxo de que lo que no está previsto
en la ley no se puede hacer. A él adhieren Bidart Campos,
Vanossi, entre otros.
Julio R. Comadira analiza ambas posturas doctrinarias.
“Los decretos de necesidad y urgencia en la reforma Constitucional”. (“La Ley”, 1995-B, páginas 823-850.)
maras. Una ley especial sancionada con la mayoría
absoluta de la totalidad de los miembros de cada
Cámara regulará el trámite y los alcances de la intervención del Congreso.”
Capítulo cuarto: Atribuciones del Congreso. Artículo 76. – “Se prohíbe la delegación legislativa en
el Poder Ejecutivo, salvo en materias determinadas
de administración o de emergencia pública, con plazo fijado para su ejercicio y dentro de las bases de
la delegación que el Congreso establezca.
”La caducidad resultante del transcurso del plazo previsto en el párrafo anterior no importará revisión de las relaciones jurídicas nacidas al amparo
de las normas dictadas en consecuencia de la delegación legislativa.”
Capítulo quinto: De la formación y sanción de
las leyes. Artículo 80. – “Se reputa aprobado por el
Poder Ejecutivo todo proyecto no devuelto en el
término de diez días útiles. Los proyectos desechados parcialmente no podrán ser aprobados en la
parte restante. Sin embargo, las partes no observadas solamente podrán ser promulgadas si tienen autonomía normativa y su aprobación parcial no altera el espíritu ni la unidad del proyecto sancionado
por el Congreso. En este caso será de aplicación el
procedimiento previsto para los decretos de necesidad y urgencia.
Capítulo cuarto: Del jefe de Gabinete y demás
Ministros del Poder Ejecutivo. Artículo 100. –
............................................................................................
“12. Refrendar los decretos que ejercen facultades delegadas por el Congreso, los que estarán sujetos al control de la Comisión Bicameral Permanente.
”13. Refrendar, juntamente con los demás ministros los decretos de necesidad y urgencia y los decretos que promulgan parcialmente leyes. Someterá
personalmente y dentro de los diez días de su sanción estos decretos a consideración de la Comisión
Bicameral Permanente.”
La introducción de los institutos denominados
“decretos de necesidad y urgencia” y “facultades
delegadas” en el nuevo texto constitucional de 1994,
implica poner reglas a una situación de excepción
y, por lo tanto al estricto control que la Constitución Nacional le atribuye al Congreso Nacional.
Sin embargo ella no ha previsto el trámite ni los
alcances de la intervención del Congreso sino que
lo ha dejado subordinado a una ley especial.
La ley 26.122 sancionada el 20 de julio de 2006
regula el trámite y los alcances de la intervención
del Congreso respecto de los decretos que dicta el
Poder Ejecutivo: a) de necesidad y urgencia; b) por
delegación legislativa, y c) de promulgación parcial
de leyes.
El título II de la ley 26.122 establece el régimen
jurídico y la competencia de la Comisión Bicameral
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Permanente y, en su artículo 5º, precisa que ella estará
integrada por ocho (8) diputados y (8) senadores, designados por el presidente de sus respectivas Cámaras.
La resolución del presidente de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación 1.130 de fecha 12
de octubre de 2006, ha designado a los señores diputados de la Nación miembros de dicha Comisión.
En igual sentido, el presidente de la Honorable
Cámara de Senadores de la Nación ha emitido los
decretos 54 de fecha 13 de octubre de 2006 y 57 de
fecha 25 de octubre de 2006.
II. Objeto
Se somete a dictamen de vuestra Comisión los decretos del Poder Ejecutivo nacional 1.357 de fecha 5
de octubre de 2004 por el cual se establece que la
Administración Nacional de la Seguridad Social tendrá a su cargo el otorgamiento, liquidación y pago
de las pensiones no contributivas a los veteranos de
la guerra del Atlántico Sur y sus derechohabientes y
que el monto de dichas pensiones será para sus titulares en el equivalente a la suma de tres veces el haber mínimo de las prestaciones a cargo del régimen
previsional público del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones; 886 de fecha 21 de julio de 2005
por el cual se establece que las pensiones no contributivas a los veteranos de la guerra del Atlántico Sur
a que se refiere la ley 23.848, su modificatoria y complementaria y el artículo 1º del decreto 1.357/2004 pasarán a denominarse “pensiones honoríficas de veteranos de guerra del Atlántico Sur”, modifica el
decreto 1.357/05 en sus artículos 1º y 3º y sustituye
el artículo 1º de la ley 24.892 y 1.273 de fecha 11 de
octubre de 2005 por el cual se crea un subsidio complementario que se abonará juntamente con las prestaciones a cargo del régimen previsional público del
mencionado sistema, otorgadas o a otorgar por la ley
24.241 y sus modificatorias, por los anteriores regímenes generales nacionales y por las ex cajas o institutos provinciales y municipales de previsión que fueron transferidos al Estado nacional y un subsidio
complementario honorífico no remunerativo que se
pagará junto con las “pensiones honoríficas de veteranos de la guerra del Atlántico Sur” y se modifica el
artículo 35 de la ley 25.967.
II.a. Análisis del decreto
El Poder Ejecutivo nacional ha dejado constancia en
el último párrafo del “considerando” de los citados decretos que los mismos se dictan en uso de las atribuciones conferidas por al Poder Ejecutivo nacional por el artículo 99, inciso 3, de la Constitución Nacional.
La ley 26.122, en el capítulo I del título III se refiere
a los dictámenes de la Comisión Bicameral Permanente
respecto de los decretos de necesidad y urgencia estableciendo en su artículo 10 que vuestra Comisión
debe expedirse expresamente sobre la adecuación del
decreto a los requisitos formales y sustanciales establecidos constitucionalmente para su dictado.
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La lectura del artículo 99, inciso 3, de la Constitución Nacional permite distinguir como requisitos
formales: a) la firma del señor presidente de la Nación; b) firma de los señores ministros y del señor
jefe de Gabinete de Ministros –dictado en acuerdo
general de Ministros y refrendado, juntamente con
el señor jefe de Gabinete de Ministros, y c) remitido por el señor jefe de Gabinete de Ministros a la
Comisión Bicameral Permanente y como requisitos
sustanciales: a) razones de necesidad y urgencia y
b) en orden a la materia, debe regular aquella que
no trate de materia penal, tributaria, electoral o el
régimen de partidos políticos.
Los decretos 1.357/04, 86/05 y 1.273/05 en consideración han sido decididos en acuerdo general de
ministros y refrendados por el señor presidente de
la Nación, doctor Néstor Kirchner, el señor jefe de
Gabinete de Ministros, doctor Alberto Fernández y
los señores ministros, de conformidad con el artículo 99, inciso 3, párrafo 3º.
Respecto al último requisito formal a tratar referido a la obligación del jefe de Gabinete de Ministros
de someter la medida a consideración de la Comisión Bicameral Permanente dentro de los 10 días, él
se encuentra cumplido toda vez que vuestra Comisión ha concluido que atento a que aquélla cláusula ha tomado el carácter de operativa con la reciente sanción de la ley 26.122 que estableció el régimen
legal de los decretos de necesidad y urgencia, de
delegación legislativa y de promulgación parcial de
leyes y, en virtud de la cual, se ha conformado vuestra Comisión, corresponde considerar cumplido el
mismo respecto de los decretos de necesidad y urgencia emitidos con anterioridad al 25 de octubre
de 2006, fecha en la que ha quedado conformada la
Comisión Bicameral Permanente.
Las razones citadas precedentemente, sumadas a
las necesidades organizativas de vuestra Comisión
y al cúmulo de decretos a tratar –las que constituyen una situación de excepción–, deben considerarse en virtud del cumplimiento del plazo establecido por el artículo 93, inciso 3, para elevar vuestro
despacho al plenario de cada Cámara.
La posición adoptada por vuestra Comisión tiene fundamento en el artículo 82 de la Constitución
Nacional que establece “La voluntad de cada Cámara debe manifestarse expresamente; se excluye,
en todos los casos, la sanción tácita o ficta” y en el
principio de seguridad jurídica que exige que se
mantenga la vigencia de los decretos de necesidad
y urgencia hasta tanto él sea derogado formalmente por el Congreso 2.
2
Esta posición ha sido sostenida por autores como Bidart
Campos, Pérez Hualde, Cassagne, entre otros, quienes han
señalado que ni siquiera una ley que reglamente el trámite y
alcance de la intervención del Congreso podrá prescribir que
el silencio implique la aprobación tácita del decreto de necesidad y urgencia.
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Corresponde a continuación analizar el cumplimiento de los requisitos sustanciales en el dictado
de los decretos 1.357/04, 86/05 y 1.273/05.
Cabe recordar que por la ley 23.848 se otorgó una
pensión vitalicia a los ex soldados combatientes
conscriptos que participaron en efectivas acciones
bélicas de combate en el conflicto del Atlántico Sur y
a los civiles que se encontraban cumpliendo funciones en los lugares en los que se desarrollaron estas
acciones, entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982.
La aludida pensión vitalicia fue fijada en el equivalente al cien por ciento (100 %) del haber mínimo
de jubilación ordinaria del entonces régimen nacional de jubilaciones y pensiones para trabajadores
en relación de dependencia.
Luego, la ley 24.652 sustituyó el artículo 1º de la ley
23.848, estableciendo que la pensión sería equivalente al
cien por ciento (100 %) de la remuneración mensual, integrada por los rubros “sueldos y regas” que percibe el
grado de cabo del Ejercito Argentino.
El Poder Ejecutivo nacional a través del decreto 1.357
de fecha 5 de octubre de 2004 incrementó el monto de
los beneficios otorgados por la ley 23.848 y su
modificatoria, fijándolo en una suma total equivalente a
tres (3) haberes mínimos de las prestaciones a cargo del
régimen previsional público del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, incluyendo asimismo el pago de
asignaciones familiares, con los mismos requisitos y derechos que los jubilados y pensionados del mencionado régimen previsional.
Asimismo, estableció que la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), organismo
descentralizado del Ministerio de Trabajo, Empleo
y Seguridad Social, tendrá a su cargo el otorgamiento, liquidación y pago de las pensiones no contributivas a los veteranos de la guerra del Atlántico
Sur y a sus derechohabientes, conforme la ley
23.848, su modificatoria y complementaria y las disposiciones del citado decreto. Ello considerando
que, a pesar de tratarse de beneficios de carácter
no contributivo, el trámite relacionado con su liquidación y pago se encontraba a cargo de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES),
quien cuenta con dependencias en todo el país que
aseguran una vasta y eficiente red de atención para
la satisfactoria e inmediata cobertura de las prestaciones de que se trata.
El Poder Ejecutivo nacional, mediante el decreto
886 de fecha 21 de julio de 2005 reconsideró las incompatibilidades previstas por la legislación vigente, considerando que sentado el carácter de la pensión de guerra como un reconocimiento honorífico
por los servicios prestados a la patria, no resulta
razonable que la misma sea incompatible con la percepción simultánea de otras prestaciones previsionales o retiro de carácter nacional, provincial o municipal, ambos de carácter contributivo, con ingresos
provenientes del trabajo personal del beneficiario o
el goce de la mencionada pensión con la percepción del subsidio extraordinario instituido por la ley
22.674 o con las pensiones graciables vitalicias otorgadas por las leyes 23.598 y 24.310.
En esa inteligencia y atendiendo a razones de estricta justicia, el Poder Ejecutivo nacional a través
del decreto 886/05 amplió los alcances de las compatibilidades estatuidas por el decreto 1.357/04 y por
el artículo 1º de la ley 24.892, modificando sus disposiciones con la incorporación de situaciones que
eran consideradas incompatibles.
El Poder Ejecutivo nacional, a través del decreto
1.273 de fecha 11 de octubre de 2005 creó dos subsidios complementarios, uno que ha de abonarse
juntamente con las prestaciones a cargo del régimen previsional público del mencionado sistema,
otorgadas o a otorgarse por la ley 24.241, por los
anteriores regímenes generales nacionales y por las
ex cajas o institutos provinciales y municipales de
previsión que fueron transferidos al Estado nacional y otro subsidio complementario honorífico no
remunerativo que se pagará junto con las “pensiones honoríficas de veteranos de la guerra del Atlántico Sur”.
La creación de los subsidios descritos en el párrafo precedente, implicó asimismo la modificación
del artículo 35 de la ley de presupuesto de la administración pública nacional para el ejercicio 2005,
25.967 a fin de contemplar los créditos presupuestarios que dicha erogación demanda.
Las medidas plasmadas por el Poder Ejecutivo
nacional en los decretos 1.357/04, 886/05 y 1.273/05
fueron factibles en virtud del desempeño favorable
de las cuentas públicas y la imperiosa necesidad de
dar adecuada y oportuna respuesta por parte del
Estado nacional a las necesidades de los beneficiarios previsionales.
Es oportuno destacar que la situación económica
social, de carácter excepcional que ha afectado, en
particular, a los sectores de menores ingresos entre
los que se encuentran los veteranos de guerra.
Las razones de necesidad y urgencia requeridas
para habilitar la competencia del Poder Ejecutivo en
materia legislativa han sido descritas en el considerando de los decretos 1.357/04, 886/05 y 1.273/05.
El espíritu legislativo que no ha variado atento a
que en definitiva el Congreso en ejercicio de sus
atribuciones constitucionales propias no ha adoptado decisiones diferentes en los puntos de política involucrados 3.
En razón a la materia regulada en los decretos
1.357/04, 886/05 y 1.273/05, ella no está comprendida dentro de aquella que taxativamente prohíbe el
3
Ambos presupuestos han sido delineados como básicos
para la validez de los DNU en el voto de la mayoría en el
caso “Peralta”. Corte Suprema de Justicia (“Fallos”
313:1513). (“La Ley” 1990-D, 131.)
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artículo 99, inciso 3, por no tratarse de materia penal, tributaria, electoral o el régimen de partidos políticos.
III. Conclusión
Encontrándose cumplidos, en el dictado de los
decretos 1.357/04, 886/05 y 1.273/05, los requisitos
formales y sustanciales establecidos en artículo 99,
inciso 3, de la Constitución Nacional y recepcionados en la ley 26.122, por el artículo 10, vuestra Comisión propone que se resuelva declarar expresamente la validez de los decretos de necesidad y
urgencia 1.357 de fecha 5 de octubre de 2004, 886
de fecha 21 de julio de 2005 y 1.273/05 de fecha 11
de octubre de 2005.
Jorge M. Capitanich.
II
Dictamen de comisión
(en minoría)
Honorable Congreso:
La Comisión Bicameral Permanente (ley 26.122) ha
considerado los decretos de necesidad y urgencia
que se mencionan a continuación, y por las razones expuestas en el informe que se acompaña y las
que dará el miembro informante, se aconseja el rechazo de los citados decretos.
1. 1.357/04, del 5/10/2004 (Boletín Oficial 6/10/
2004), por el cual se establece que la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), tendrá a su cargo el otorgamiento, liquidación y pago
de las pensiones no contributivas a los veteranos
de la guerra del Atlántico Sur y sus derechohabientes y que el monto de dichas pensiones será
para sus titulares el equivalente a la suma de tres
veces el haber mínimo de las prestaciones a cargo
del régimen previsional público del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones. También se establece la compatibilidad con cualquier otro beneficio de carácter previsional permanente; la
participación de los derechohabientes en la percepción del beneficio que percibía el causante y el mantenimiento para los veteranos de guerra de la prestación de los programas médico asistenciales que
brinda el Instituto Nacional de Servicios Sociales
para Jubilados y Pensionados (PAMI).
2. 886/05, del 21/7/2005 (Boletín Oficial 22/7/2005),
por el que se establece que las pensiones no contributivas a los veteranos de la guerra del Atlántico Sur
a que se refieren la ley 23.848, su modificatoria y complementaria y el artículo 1º del decreto 1.357/2004, pasarán a denominarse “pensiones honoríficas de veteranos de la guerra del Atlántico Sur”. Se prevé la
compatibilidad de la pensión de guerra instituida por
la ley mencionada con cualquier otro beneficio de carácter previsional permanente o de retiro otorgado en
5
jurisdicción nacional, provincial o municipal y se extiende el beneficio previsto por las leyes 23.848 y
24.652; y también la percepción de asignaciones familiares. Por último, se modifica el decreto 2.634/90.
3. 1.273/05, del 11/10/2005 (Boletín Oficial 13/10/
2005), por el que se crea un subsidio complementario que se abonará juntamente con las prestaciones
a cargo del régimen previsional público del mencionado sistema, otorgadas o a otorgar por la ley 24.241
y sus modificatorias, por los anteriores regímenes
generales nacionales y por las ex cajas o institutos
provinciales y municipales de previsión que fueron
transferidos al Estado nacional. Se prevén excepciones y la inclusión de los afiliados al régimen de
capitalización en el beneficio, siempre que en su
pago intervenga el régimen previsional público. Se
establece un subsidio complementario honorífico no
remunerativo que se pagará junto con las “pensiones honoríficas de veteranos de la guerra del Atlántico Sur”, y se modifica el artículo 35 de la ley 25.967.
Por las razones expuestas en el informe que se
acompaña y las que dará el miembro informante, se
aconseja el rechazo de los citados decretos.
Pablo G. Tonelli.
INFORME
Honorable Congreso:
Tengo el agrado de dirigirme a vuestra honorabilidad a fin de someter a su consideración el presente dictamen respecto de los decretos de necesidad
y urgencia números 1.357/04, del 5/10/2004; 886/05,
del 21/7/2005, y 1.273/05, del 11/10/2005, por los cuales se otorgaron diversas prestaciones no contributivas a veteranos de guerra del Atlántico Sur; se
estableció el modo de liquidación, la compatibilidad
con otros regímenes de pensiones y el derecho a la
asistencia sanitaria del PAMI. También se modificó
la ley 24.892 para extender el beneficio a oficiales y
suboficiales de las fuerzas armadas y de seguridad
que se encontraran en situación de retiro y se cambió la denominación de la pensión para dichos veteranos de guerra. Por último, se establecieron las
prestaciones no contributivas generales para todos
los beneficiarios del Sistema de Jubilaciones y Pensiones incluyendo a los veteranos de la guerra del
Atlántico Sur, tal como se ha detallado previamente
en la individualización de cada uno de los decretos
en cuestión.
El titular del Poder Ejecutivo dictó los decretos
bajo análisis en uso de la atribución que le confiere
el artículo 99, inciso 3, de la Constitución Nacional
(como se expresó en el último considerando de cada
decreto); por lo que no cabe duda de que se trata
de decretos de necesidad y urgencia que, como tales, deben ser objeto de consideración y dictamen
por parte de esta comisión (artículos 2º, 10, 19 y
concordantes, ley 26.122).
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1. Criterio rector
Para el análisis de los decretos en cuestión es necesario partir del principio establecido en el artículo 99, inciso 3, de la Constitución Nacional, según
el cual “el Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso
bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir
disposiciones de carácter legislativo” (segundo párrafo).
El principio es consecuencia, claro está, de la división de poderes que es inherente al carácter de
república que la Constitución le asignó a nuestra
Nación y a la existencia de un Congreso encargado
de legislar (artículos 1°, 44 y concordantes). Teoría
o doctrina la de división de poderes, que es la “más
conforme a la naturaleza de las cosas”, la “más propia para el cumplimiento de los fines de todo gobierno”, y “la mejor manera de defender y garantir
contra las tentativas de la tiranía los derechos y libertades de los hombres” a juicio de Joaquín V.
González (Manual de la Constitución Argentina,
página 310, 26ª edición, Angel Estrada y Cía., Buenos Aires, 1971). E indispensable a juicio de la Corte Suprema de Justicia, que muy poco después de
instalada expresó que “si la división de poderes no
está plenamente asegurada, la forma republicana de
gobierno es una ficción” (caso “Ramón Ríos y
otros”, 1863, “Fallos” 1:32).
Pero el principio de que el presidente no puede
legislar admite, sin embargo, una excepción prevista en el siguiente párrafo del mismo artículo 99, inciso 3, de la Constitución Nacional. Se prevé en esa
norma, en efecto, que “solamente cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los
trámites ordinarios previstos por esta Constitución
para la sanción de las leyes, y no se trate de normas que regulen materia penal, tributaria, electoral
o de régimen de los partidos políticos, podrá (el Poder Ejecutivo) dictar decretos de necesidad y urgencia, los que serán decididos en acuerdo general de
ministros que deberán refrendarlos, conjuntamente
con el jefe de gabinete de ministros”.
De manera tal que tenemos un principio rector de
acuerdo con el cual al Poder Ejecutivo le está vedado emitir disposiciones de carácter legislativo, y una
excepción en caso de circunstancias excepcionales
que hagan imposible seguir el trámite ordinario de
las leyes. En consecuencia, fluye del texto constitucional que corresponde aplicar un criterio restrictivo cuando se trata de juzgar la validez de decretos de necesidad y urgencia dictados por el Poder
Ejecutivo (CSJ, “Fallos” 322:1726, considerando 7°;
en igual sentido: Gregorio Badeni, Tratado de derecho constitucional, tomo II, página 1259, Editorial “La Ley”, Avellaneda, 2004).
No hay que perder de vista, además, que se trata
del ejercicio, por parte del Poder Ejecutivo, de una
atribución que no le es propia sino que, muy por el
contrario, es privativa de otro poder. Por lo tanto,
si el criterio no fuera restrictivo se correría el riesgo
de alterar y afectar gravemente el equilibrio de los
poderes, confiriendo atribuciones exorbitantes al
presidente de la Nación y poniendo en riesgo las
libertades individuales.
2. Circunstancias justificantes
Como quedó dicho antes, para que la excepcional atribución del Poder Ejecutivo de emitir disposiciones con contenido legislativo pueda ser legítimamente ejercida es necesario que existan
“circunstancias excepcionales” que requieran pronto
remedio y que sea “imposible seguir los trámites ordinarios previstos para la sanción de las leyes”.
De acuerdo con la previsión constitucional será
por lo tanto necesario, en cada oportunidad en que
esta Comisión deba pronunciarse, determinar si han
existido las circunstancias excepcionales y la imposibilidad de seguir los trámites ordinarios para la
sanción de las leyes que justificarían y darían sustento al decreto de necesidad y urgencia de que se
trate.
Uno de los casos en los que la Corte Suprema de
Justicia analizó con más cuidado esta espinosa cuestión de hecho, fue el caso “Peralta” (27/12/1990, “Fallos” 313:1513), aunque la decisión es anterior a la
reforma constitucional de 1994. En esa sentencia, el
Alto Tribunal exigió, para justificar la procedencia
de un decreto de necesidad y urgencia, la existencia de una situación de grave riesgo social (considerando 24), que pusiese en peligro la existencia
misma de la Nación y el Estado (considerando 26),
y tuvo en cuenta el descalabro económico generalizado y la necesidad de asegurar la continuidad y
vigencia de la unión nacional (considerandos 33 a
35). Es decir que, a criterio del Tribunal, sólo una
situación de muy extrema gravedad justificaría la
emisión de un decreto de necesidad y urgencia.
Luego de sancionada la reforma constitucional de
1994, la Corte Suprema reiteró el mismo criterio en
la sentencia dictada en el caso “Video Club Dreams”
(6/6/1995, “Fallos” 318:1154). El Tribunal, en efecto,
anuló dos decretos de necesidad y urgencia emitidos por el Poder Ejecutivo porque, entre otras razones, “los motivos que impulsaron el dictado de
los decretos no se exhiben como respuesta a una
situación de grave riesgo social que hiciera necesario el dictado de medidas súbitas como las que
aquí se tratan” (considerando 15).
La Corte pareció flexibilizar grandemente su criterio al resolver el caso “Rodríguez” (17/12/1997,
“Fallos” 320:2851), en el cual no analizó la existencia de circunstancias justificantes pero tácitamente
aceptó la explicación del jefe de Gabinete, quien alegó como circunstancia excepcional “los graves defectos que afectan a nuestro sistema aeroportuario”.
Pero poco tiempo después, al resolver el caso
“Verrochi” (19/8/1999), el Tribunal volvió sobre sus
CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
pasos y se mostró dispuesto a examinar si el Poder
Ejecutivo había actuado para remediar una situación
de hecho constitutiva de un estado de emergencia,
es decir si estaba fácticamente justificada la emisión
de un decreto de necesidad y urgencia. Y con toda
claridad dijo la Corte en ese caso que “para que el
Poder Ejecutivo pueda ejercer legítimamente facultades legislativas que, en principio, le son ajenas,
es necesaria la concurrencia de alguna de estas dos
circunstancias: 1) Que sea imposible dictar la ley
mediante el trámite ordinario previsto por la Constitución, vale decir, que las Cámaras del Congreso no
puedan reunirse por circunstancias de fuerza mayor que lo impidan, como ocurriría en el caso de acciones bélicas o desastres naturales que impidiesen
su reunión o el traslado de los legisladores a la Capital Federal; o 2) que la situación que requiere la
solución legislativa sea de una urgencia tal que deba
ser solucionada inmediatamente, en un plazo incompatible con el que demanda el trámite normal de las
leyes” (“Fallos” 322:1726, considerando 9º).
Para que no quedaran dudas, agregó el Tribunal
que al analizar “el presupuesto fáctico que justificaría la adopción de decretos de necesidad y urgencia” corresponde “descartar criterios de mera
conveniencia ajenos a circunstancias extremas de
necesidad, puesto que la Constitución no habilita a
elegir discrecionalmente entre la sanción de una ley
o la imposición más rápida de ciertos contenidos
materiales por medio de un decreto” (considerando
9º, segundo párrafo).
El criterio fue reiterado al menos en tres casos posteriores. En “Risolía de Ocampo” expresó la Corte Suprema que “el fundamento de los decretos de necesidad y urgencia es la necesidad de poner fin o remediar
situaciones de gravedad que obligan a intervenir en
el orden patrimonial, fijando plazos, concediendo esperas, como una forma de hacer posible el cumplimiento de las obligaciones, a la vez que atenuar su gravitación negativa sobre el orden económico e
institucional y la sociedad en su conjunto”; con el
agregado de que “uno de los requisitos indispensables para que pueda reconocerse la validez de un decreto como el cuestionado en el sub lite es que éste
tenga la finalidad de proteger los intereses generales
de la sociedad y no de determinados individuos” (2/
8/2000, “Fallos” 323:1934).
Luego, en “Cooperativa de Trabajo Fast Limitada”, la Corte requirió, para justificar la imposibilidad de seguir el trámite ordinario de las leyes, “que
las cámaras del Congreso no puedan reunirse por
circunstancias de fuerza mayor que lo impidan” (1/
11/2003, “Fallos” 326:3180). Y en “Leguizamón Romero”, del 7 de diciembre de 2004 (“Fallos” 327-5559),
la Corte reiteró que para que sea procedente la emisión de un decreto de necesidad y urgencia por parte
del Poder Ejecutivo es necesario que exista un “grave trastorno que amenace la existencia, seguridad
o el orden público o económico”.
O.D. Nº 1.882
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Esta doctrina es la actualmente vigente y contiene las premisas bajo las cuales debe realizarse el análisis de los decretos de necesidad y urgencia requerido por el artículo 99, inciso 3, cuarto párrafo, de la
Constitución Nacional, y por los artículos 2º, 10, 19
y concordantes de la ley 26.122.
3. Primera conclusión
Lo hasta aquí expuesto permite sintetizar una primera conclusión acerca de en qué situaciones o bajo
qué circunstancias, de acuerdo con la doctrina de la
Corte Suprema de Justicia, puede el presidente de la
Nación dictar decretos de necesidad y urgencia.
Las “circunstancias excepcionales” contempladas
en el artículo 99, inciso 3, de la Constitución Nacional se configuran ante una “situación de grave riesgo social”, que “ponga en peligro la existencia misma de la Nación y el Estado”, o ante un “descalabro
económico generalizado” y frente a la necesidad de
“asegurar la continuidad y vigencia de la unión nacional”. Pero también es necesario que “las Cámaras del Congreso no puedan reunirse por circunstancias de fuerza mayor” y que se trate de “proteger
los intereses generales de la sociedad y no de determinados individuos”.
Por lo tanto, en cada caso en que deba determinarse si un decreto de necesidad y urgencia ha sido
emitido de conformidad con la previsión constitucional, o no, será necesario verificar la existencia de
los referidos supuestos de hecho. Y siempre aplicando un criterio de interpretación restrictivo, dado
el carácter excepcional de esta atribución del presidente de la Nación.
4. Los decretos 1.357/04, 886/05 y 1.273/05
Los decretos bajo análisis de esta Comisión
Bicameral se dictaron con el ya mencionado propósito de establecer diversas prestaciones no contributivas a veteranos de guerra del Atlántico Sur; su
modo de liquidación, la compatibilidad con otros regímenes de pensiones, el derecho a la asistencia sanitaria del PAMI, la modificación de la ley 24.892
para extender el beneficio a oficiales y suboficiales
de las fuerzas armadas y de seguridad que se
encontran en situación de retiro, el cambio de denominación de la pensión para dichos veteranos de
guerra y la fijación de prestaciones no contributivas generales para todos los beneficiarios del sistema de jubilaciones y pensiones incluyendo a veteranos de la guerra del Atlántico Sur, tal como se
ha detallado previamente en la individualización de
cada uno de los decretos en cuestión.
Lo primero que debe señalarse es que, aparentemente, el jefe de Gabinete se ha limitado a enviar al
Congreso sólo el texto de los decretos, sin haber
adjuntado todos los antecedentes del caso, como
hubiera correspondido. Digo aparentemente porque
no he recibido otro antecedente, pero no puedo descartar que alguno haya ingresado junto con el mensaje del jefe de Gabinete.
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O.D. Nº 1.882
CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
De todas maneras, surge del texto de los decretos que ellos fueron emitidos sin que mediara obstáculo alguno que impidiera el tratamiento por parte del Congreso de las iniciativas antes mencionadas (máxime por cuanto el decreto 886/05, mediante
el artículo 3° modifica el artículo 1° de la ley 24.892
y extiende el beneficio establecido por las leyes
23.848 y 24.652 al personal de oficiales y suboficiales de las fuerzas armadas y de seguridad que se
encuentren en situación de retiro o baja voluntaria
u obligatoria y que hubieran estado destinados en
el teatro de operaciones Malvinas o entrado efectivamente en combate en el área del teatro de operaciones del Atlántico Sur). A partir, en efecto, del dato
de que el Congreso se hallaba en pleno período de
sesiones ordinarias (artículo 63 de la Constitución
Nacional) y que ambas Cámaras sesionaban normalmente, es muy difícil encontrar una causa súbita,
urgente, imprevista e impostergable que hubiera justificado la emisión de los decretos.
En este punto recuerdo que, de acuerdo con la
interpretación de la Corte Suprema, para que proceda la emisión de decretos de necesidad y urgencia
es preciso que “sea imposible dictar la ley mediante el trámite ordinario previsto por la Constitución,
vale decir, que las Cámaras del Congreso no puedan reunirse por circunstancias de fuerza mayor que
lo impidan, como ocurriría en el caso de acciones
bélicas o desastres naturales que impidiesen su reunión o el traslado de los legisladores a la Capital
Federal” (“Verrochi”, “Fallos” 322-1726, ya citado).
En el caso bajo análisis, el presidente ni siquiera ha
intentado una explicación acerca de por qué es imposible seguir el trámite previsto en la Constitución
para la sanción de las leyes. Sólo ha expresado esa
imposibilidad como una petición de principio, sin
fundamento alguno.
Las decisiones contenidas en los decretos deberían haber sido adoptadas mediante leyes, en sentido formal y material, dado que se trataba, entre otras
cosas, de modificar leyes con esas mismas características (artículo 31 de la Constitución Nacional).
5. Conclusión
La conclusión, luego del precedente análisis, es que
el Poder Ejecutivo dictó los decretos de necesidad y
urgencia bajo análisis sin que estuvieran reunidas las
condiciones sustanciales para ello y que, muy por el
contrario, lo hizo por razones de mera conveniencia,
que es justamente lo que no debe hacer (CSJ, “Fallos” 322-1726, considerando 9°).
Sí se encuentran cumplidos, en cambio, los
recaudos formales previstos en la Constitución Nacional, por cuanto los decretos han sido dictados
en acuerdo general de ministros, han sido firmados
por el jefe de Gabinete de Ministros y este mismo
funcionario los ha remitido al Congreso. Además,
las materias no son de las expresamente vedadas
por el artículo 99, inciso 3, párrafo tercero, de la
Constitución Nacional. Pero el cumplimiento de estos recaudos formales es insuficiente para dotar de
validez a los decretos bajo análisis, dada la falta de
cumplimiento de los recaudos sustanciales.
Por todas las razones expuestas, se aconseja el
rechazo de los decretos de necesidad y urgencia
1.357/04, del 5/10/2004; 886/05, del 21/7/2005, y
1.273/05, del 11/10/2005, bajo análisis.
Pablo G. Tonelli.
ANTECEDENTES
Buenos Aires, 5 de octubre de 2004.
Al Honorable Congreso de la Nación.
Tengo el agrado de dirigirme a vuestra honorabilidad, a fin de comunicarle el dictado del decreto
1.357 del 5 de octubre de 2004, que en copia
autenticada se acompaña.
Dios guarde a vuestra honorabilidad.
Mensaje 1.358
NÉSTOR C. KIRCHNER.
Alberto A. Fernández. – Aníbal D.
Fernández.
VISTO la ley 23.848, su modificatoria 24.652 y su
complementaria 24.892, y
CONSIDERANDO:
Que, oportunamente, por la ley 23.848 se otorgó
una pensión vitalicia a los ex soldados combatientes conscriptos que participaron en efectivas acciones bélicas de combate en el conflicto del Atlántico
Sur, y a los civiles que se encontraban cumpliendo
funciones en los lugares en los que se desarrollaron estas acciones, entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982, debidamente certificado por la autoridad competente que determinara la reglamentación.
Que la aludida pensión vitalicia fue fijada en el
equivalente al ciento por ciento (100 %) del haber
mínimo de jubilación ordinaria del entonces régimen
nacional de jubilaciones y pensiones para trabajadores en relación de dependencia.
Que se estableció también que el beneficio se extendiera a los derechohabientes, entendiéndose por
tales a las personas enunciadas en el artículo 38 de
la ley 18.037, sus complementarias y modificatorias,
ajustado a lo establecido en el artículo 52 de la misma norma legal, vigente a ese momento.
Que, por la ley 24.652, se sustituyó el artículo 1º
de la ley 23.848, estableciéndose que la pensión sería equivalente al ciento por ciento (100 %) de la remuneración mensual, integrada por los rubros “sueldos y regas” que percibe el grado de cabo del
Ejército Argentino, abarcando a los ex soldados
conscriptos de las fuerzas armadas que hubieran es-
CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
tado destinados en el teatro de operaciones
Malvinas (TOM), o entrado efectivamente en combate en el área del teatro de operaciones del Atlántico Sur (TOAS), y a los civiles que se encontraban
cumpliendo funciones de servicio y/o apoyo en los
lugares mencionados, entre las fechas indicadas.
Que, en ese mismo artículo, se estableció que dicha pensión de guerra sufriría anualmente las variaciones que resultaran como consecuencia de los
aumentos que la ley de presupuesto general de la
Nación introdujera en los “sueldos y regas” del grado de cabo del Ejército Argentino.
Que también se sustituyó el artículo 2º de la ley
23.848, adaptando la enunciación de los derechohabientes a lo establecido en el artículo 53 de la ley
24.241, y estableciendo que en ausencia de ellos,
serían beneficiarios de la pensión los padres incapacitados para el trabajo y a cargo del causante a
la fecha de su deceso, siempre que no gozaran de
jubilación, pensión, retiro o prestación no contributiva, salvo que optaren por dicha pensión de guerra.
Que, por otra parte, se estableció que el monto
de la pensión de los derechohabientes sería determinado conforme lo establecido en el artículo 186
de la ley 24.241, y que sufriría las mismas variaciones que correspondieran a la pensión de los respectivos titulares.
Que por la ley 24.892 se extendió el beneficio de
pensión de guerra al personal de oficiales y suboficiales de las fuerzas armadas y de seguridad que se
encontraren en situación de retiro o baja voluntaria, y que no gozaren de derecho a pensión alguna
en virtud de la Ley para el Personal Militar (19.101),
sus modificatorias y complementarias, que hubieren
estado destinados en el teatro de operaciones
Malvinas (TOM) o entrado efectivamente en combate en el área del teatro de operaciones del Atlántico Sur (TOAS).
Que, asimismo, se extendió el beneficio a los
derechohabientes del aludido personal, con idéntico alcance al mencionado con anterioridad.
Que, a pesar de tratarse de beneficios de carácter no contributivo, el trámite relacionado con su
liquidación y pago, a la fecha, se halla a cargo de la
Administración Nacional de la Seguridad Social
(ANSES).
Que para ello la citada administración cuenta con
dependencias en todo el país que aseguran una
vasta y eficiente red de atención para la satisfactoria e inmediata cobertura de las prestaciones de que
se trata, correspondiendo en consecuencia asignarle tal función.
Que además, es decisión del Poder Ejecutivo nacional incrementar el monto de los beneficios otorgados por la normativa precedentemente reseñada,
fijándolo en una suma total equivalente a tres (3)
haberes mínimos de las prestaciones a cargo del ré-
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9
gimen previsional público del Sistema Integrado de
Jubilaciones y Pensiones, incluyendo asimismo el
pago de asignaciones familiares, con los mismos requisitos y derechos que los jubilados y pensionados del mencionado régimen previsional.
Que, en ese marco, debe aclararse que el cobro
de la pensión de guerra es compatible con cualquier
otro ingreso, a excepción de la percepción de otra
prestación y/o subsidio no contributivo de carácter nacional.
Que, por otra parte, corresponde mantener para
los padres incapacitados para el trabajo y a cargo
del causante, que accedieran a la pensión de guerra ante la inexistencia de derechohabientes incluidos en la nómina del artículo 53 de la ley 24.241,
sus modificatorias y complementarias, la incompatibilidad referida al cobro simultáneo de otro beneficio previsional, salvo que optaren por aquélla.
Que, además, se considera necesario dejar establecido en esta norma los supuestos que, por su
entidad y gravedad, justifiquen la pérdida del derecho a los beneficios a que se refiere el presente decreto.
Que, igualmente, corresponde asegurar a los veteranos de guerra de que se trata la continuidad de
la prestación de los programas médico-asistenciales
que les brinda el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados.
Que la situación económico-social, de carácter excepcional que ha afectado, en particular, a los sectores de menores ingresos entre los que se encuentran los veteranos de guerra, impide cumplir con los
trámites ordinarios previstos por la Constitución
Nacional para la sanción de las leyes.
Que el presente decreto se dicta en uso de las
facultades conferidas por el artículo 99, inciso 3, de
la Constitución Nacional.
Por ello,
El presidente de la Nacion Argentina en acuerdo
general de ministros
DECRETA:
Artículo 1º – La Administracion Nacional de la
Seguridad Social (ANSES), organismo descentralizado del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, tendrá a su cargo el otorgamiento, liquidación y pago de las pensiones no contributivas a
los veteranos de la guerra del Atlántico Sur y a sus
derechohabientes, conforme la ley 23.848, su
modificatoria y complementaria y las disposiciones
del presente decreto.
Art. 2º – El monto de las pensiones de guerra a
que se refiere el artículo precedente será, para los
titulares de las mismas, el equivalente a la suma de
tres (3) veces el haber mínimo de las prestaciones a
cargo del régimen previsional público del Sistema
Integrado de Jubilaciones y Pensiones, instituido
por la ley 24.241, sus modificatorias y complementarias.
10
O.D. Nº 1.882
CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
En todos los casos, se abonarán a los titulares
de las pensiones de que se trata las asignaciones
familiares, con los mismos requisitos y derechos con
que se reconocen a los beneficiarios del citado régimen previsional.
Art. 3º – El cobro de la pensión de guerra instituida por la ley 23.848, su modificatoria y complementaria, es compatible con cualquier otro beneficio de carácter previsional permanente, otorgado en
jurisdicción nacional, provincial o municipal, salvo
cuando la inexistencia de dicho beneficio sea condición para el acceso a la pensión de guerra, conforme lo establecido en los artículos 1º de la ley
24.892 y 7º, tercer párrafo, del presente decreto.
Asimismo, su cobro es compatible con la percepción de otro ingreso, excepto el de otras prestaciones y/o subsidios no contributivos de carácter nacional.
Art. 4º – Los titulares de alguna prestación o subsidio no contributivo de carácter nacional podrán
optar por el cobro de la pensión de guerra instituida por la ley 23.848, su modificatoria 24.652 y su
complementaria 24.892.
Art. 5º – La condición de veterano de guerra será
certificada por el Ministerio de Defensa.
Dicho ministerio dictará, juntamente con el Ministerio del Interior, las medidas necesarias para facilitar el trámite de tal acreditación.
Art. 6º – Los veteranos de guerra que hubieran
sido condenados, o resultaren condenados, por violación de los derechos humanos, por delitos de traición a la patria, o por delitos contra el orden constitucional, la vida democrática u otros tipificados en
los títulos IX, capítulo I; y X, capítulos I y II, del
Código Penal, no podrán ser beneficiarios de las
pensiones de guerra a que se refiere el presente decreto.
Art. 7º – Los derechohabientes de los titulares de
las pensiones de guerra a que se refiere el presente
decreto tendrán derecho a percibir las prestaciones
derivadas de las mismas.
Entiéndese por derechohabientes a los enumerados en el artículo 53 del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (ley 24.241, sus modificatorias
y complementarias).
A falta de los aludidos derechohabientes, gozarán del beneficio de pensión los padres incapacitados para el trabajo y a cargo del causante a la fecha de su deceso, siempre que no gozaren de
jubilación, pensión, retiro o prestación no contributiva, salvo que optaren por la pensión correspondiente a los veteranos de guerra.
Las pensiones otorgadas y/o a otorgar a los
derechohabientes de los beneficiarios mencionados
en el artículo 1º, incluidos los padres que reúnan
los requisitos citados precedentemente, serán fija-
das en el ciento por ciento (100 %) del beneficio del
causante.
Los derechohabientes participarán en la percepción del beneficio de pensión en las siguientes proporciones, calculadas sobre el monto del beneficio
que percibía el causante:
a) El ciento por ciento (100 %) para la viuda, viudo o conviviente, cuando no existan hijos con derecho a pensión;
b) El cincuenta por ciento (50 %) para la viuda,
viudo o conviviente, y el otro cincuenta por ciento
(50 %) para los hijos con derecho a pensión, entre
los cuales se distribuirá en el modo indicado en el
inciso siguiente;
c) El ciento por ciento (100 %) para los hijos con
derecho a pensión, entre los cuales se distribuirá
por partes iguales cuando exista más de un hijo, y
a falta de viuda, viudo o conviviente con derecho a
pensión.
En cualquiera de los casos indicados anteriormente, si se extinguiera el derecho a pensión de alguno de los copartícipes, se recalculará el beneficio de los otros derechohabientes con exclusión de
éste, de acuerdo a lo indicado en los apartados precedentes.
Los padres de los veteranos de guerra muertos
en combate podrán acceder al beneficio con la sola
acreditación del vínculo.
Art. 8º – Mantiénese para los veteranos de guerra, beneficiarios de las pensiones instituidas por la
ley 23.848, su modificatoria 24.652 y su complementaria 24.892 la prestación de los programas médicoasistenciales que brinda el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados.
Art. 9º – Facúltase a la Secretaría de Seguridad
Social del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, para dictar las medidas aclaratorias y
complementarias que fuera menester para la aplicación de las normas del presente decreto.
Art. 10. – Para dar cumplimiento al presente decreto el jefe de Gabinete de Ministros deberá efectuar las modificaciones presupuestarias necesarias
a fin de transferir a la entidad 850 - Administración
Nacional de la Seguridad Social, los créditos presupuestarios pertinentes asignados a la jurisdicción
85 - Ministerio de Desarrollo Social.
Asimismo, deberán efectuarse las correspondientes previsiones en el presupuesto de la administración nacional para los ejercicios siguientes.
Art. 11. – El presente decreto entrará en vigencia
a partir de la fecha de su publicación en el Boletín
Oficial.
Art. 12. – Dése cuenta al Honorable Congreso de
la Nación, a los fines dispuestos en el inciso 3, del
artículo 99, de la Constitución Nacional.
CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
Art. 13. – Comuníquese, publíquese, dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese.
Decreto 1.357
NÉSTOR C. KIRCHNER.
Alberto A. Fernández. – José J. B.
Pampuro. – Alicia M. Kirchner. —
Aníbal D. Fernández. – Ginés González
García. — Roberto Lavagna. — Carlos
A. Tomada. — Daniel F. Filmus. — Julio
M. De Vido. — Horacio D. Rosatti. —
Rafael A. Bielsa.
Buenos Aires, 21 de julio de 2005.
Al Honorable Congreso de la Nación.
Tengo el agrado de dirigirme a vuestra honorabilidad, a fin de comunicarle el dictado del decreto 886
del 21 de julio de 2005, que en copia autenticada se
acompaña.
Dios guarde a vuestra honorabilidad.
Mensaje 887
NÉSTOR C. KIRCHNER.
Alberto A. Fernández. – Aníbal D.
Fernández.
Buenos Aires, 21 de julio de 2006.
VISTO el decreto 1.357 del 5 de octubre de 2004, y
el decreto 2.634 del 13 de diciembre de 1990, y
CONSIDERANDO:
Que en virtud del artículo 1º del decreto 1.357/04
se encomendó a la Administración Nacional de la
Seguridad Social (ANSES), organismo descentralizado del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, el otorgamiento, liquidación y pago de
las pensiones no contributivas a los veteranos de
la guerra del Atlántico Sur y a sus derechohabientes, conforme la ley 23.848, su modificatoria
y complementaria y las disposiciones del referido
decreto.
Que el monto de las pensiones de guerra a que
alude el considerando anterior fue fijado en una
suma equivalente a tres (3) veces el haber mínimo
de las prestaciones a cargo del régimen previsional
público del Sistema Integrado de Jubilaciones y
Pensiones, instituido por la ley 24.241, sus
modificatorias y complementarias, abonándose a los
titulares de las citadas pensiones las asignaciones
familiares, con los mismos requisitos y derechos con
que se reconocen a los beneficiarios del citado régimen previsional.
Que el artículo 3º del decreto 1.357/04 dispuso la
compatibilidad del cobro de la pensión de guerra
instituida por la ley 23.848, su modificatoria y complementaria, con cualquier otro beneficio de carácter previsional permanente, otorgado en jurisdicción
O.D. Nº 1.882
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nacional, provincial o municipal, salvo cuando la
inexistencia de dicho beneficio sea condición para
el acceso a la pensión de guerra, conforme lo establecido en los artículos 1º de la ley 24.892 y 7º, tercer párrafo, de dicho decreto.
Que, asimismo, se estableció que el cobro de la
pensión de que se trata es compatible con la percepción de otro ingreso, excepto el de otras prestaciones y/o subsidios no contributivos de carácter
nacional, en cuyo caso se podía optar por el cobro
de la pensión de guerra instituida por la ley 23.848,
su modificatoria 24.652 y su complementaria 24.892
(artículos 3º –segundo párrafo– y 4º del decreto
1.357/04).
Que, además, dicha norma dispone que, a falta
de los derechohabientes que enumera el artículo 53
de la ley 24.241, sus modificatorias y complementarias, gozarán del beneficio de pensión los padres
incapacitados para el trabajo y a cargo del causante a la fecha de su deceso, siempre que no gozaren
de jubilación, pensión, retiro o prestación no contributiva, salvo que optaren por la pensión correspondiente a los veteranos de guerra.
Que el artículo 2º de la ley 24.310 estableció que
la pensión graciable vitalicia que determina el artículo 1º de la misma, sería compatible con otros beneficios que eventualmente gozare u obtuviere el
ciudadano argentino que sufrió incapacidades con
motivo de las acciones bélicas en el teatro de operaciones del Atlántico Sur, con excepción de aquellos beneficios que en el orden nacional le hubieran
sido otorgados por su participación en las referidas acciones bélicas y con motivo de su incapacidad. Si gozaban de un beneficio de estas características debían optar por la percepción de alguno
de ellos.
Que el artículo 1º de la ley 24.892 extendió el beneficio establecido por las leyes 23.848 y 24.652 al
personal de oficiales y suboficiales de las fuerzas
armadas y de seguridad que se encontraban en situación de retiro o baja voluntaria y no gozaban de
derecho a pensión alguna en virtud de la ley 19.101
y sus modificatorias, que hubieran estado destinados en el teatro de operaciones Malvinas o hubieran entrado efectivamente en combate en el área del
teatro de operaciones del Atlántico Sur.
Que teniendo en cuenta que el otorgamiento de las
pensiones en cuestión implica un reconocimiento a
aquellos soldados conscriptos, oficiales y suboficiales de las fuerzas armadas y de seguridad que hayan
estado destinados en el teatro de operaciones
Malvinas (TOM) o entrado efectivamente en combate en el área del teatro de operaciones del Atlántico
Sur (TOAS) y a los civiles que se encontraban cumpliendo funciones de servicio y/o apoyo en los lugares antes mencionados, resulta necesario reconsiderar
las actuales incompatibilidades previstas por la legislación vigente.
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O.D. Nº 1.882
CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
Que sentado el carácter de la pensión de guerra
como un reconocimiento honorífico por los servicios prestados a la patria, no resulta razonable que
la misma sea incompatible con la percepción simultánea de otra prestación previsional o retiro de carácter nacional, provincial o municipal, ambos de
carácter contributivo, el trabajo personal del beneficiario o el goce de la mencionada pensión con la
percepción del subsidio extraordinario instituido por
la ley 22.674 o con las pensiones graciables vitalicias otorgadas por las leyes 23.598 y 24.310.
Que en esa inteligencia y atendiendo a razones
de estricta justicia, corresponde ampliar los alcances de las compatibilidades estatuidas por el decreto 1.357/04 y por el artículo 1º de la ley 24.892, modificando sus disposiciones con la incorporación de
situaciones que eran consideradas incompatibles.
Que por otra parte y en atención a la especial
composición del grupo familiar a cargo de los beneficiarios de las pensiones a que alude el artículo
1º del decreto 1.357/04, debe reconocerse derecho
a la percepción de las siguientes asignaciones familiares: prenatal, por nacimiento, por adopción y
por matrimonio conforme las previsiones de los artículos 9º, 12, 13 y 14 de la ley 24.714 y sus
modificatorias, respectivamente, además de las contempladas para los beneficiarios del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones en el artículo 15
de la ley citada.
Que resulta necesario adecuar las normas
atinentes a la determinación de la fecha inicial de
pago de las pensiones emergentes del fallecimiento
de los titulares de pensiones no contributivas de
los veteranos de la guerra del Atlántico Sur,
equiparándolas con las disposiciones que rigen
para el Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones.
Que, asimismo, corresponde aclarar el alcance de
la disposición contenida en el artículo 7º del decreto 2.634/90 en el sentido que debe entenderse por
haberes devengados y no percibidos los pertenecientes al beneficio del causante fallecido.
Que la situación económico-social, de carácter excepcional que ha afectado, en particular, a los sectores de menores ingresos entre los que se encuentran los veteranos de guerra, impide cumplir con los
trámites ordinarios previstos por la Constitución
Nacional para la sanción de las leyes.
Que el presente decreto se dicta en uso de las
facultades conferidas por el artículo 99, incisos 2 y
3, de la Constitución Nacional.
Por ello,
El presidente de la Nación Argentina en acuerdo
general de ministros
DECRETA:
Artículo 1º – Las pensiones no contributivas a
los veteranos de la Guerra del Atlántico Sur a que
se refieren la ley 23.848, su modificatoria y complementaria y el artículo 1º del decreto 1.357/04, pasarán a denominarse Pensiones Honoríficas de Veteranos de la Guerra del Atlántico Sur.
Art. 2º – Sustitúyese el artículo 3º del decreto
1.357/04, por el siguiente:
Artículo 3º: El cobro de la pensión de guerra instituida por la ley 23.848, su
modificatoria y complementaria, es compatible con cualquier otro beneficio de carácter
previsional permanente o de retiro otorgado en jurisdicción nacional, provincial o municipal, con la percepción de otro ingreso,
con el subsidio extraordinario instituido por
la ley 22.674 o con las pensiones graciables
vitalicias otorgadas por las leyes 23.598 y
24.310.
Art. 3º – Sustitúyese el artículo 1º de la ley 24.892
por el siguiente:
Artículo 1º: Extiéndese el beneficio establecido por las leyes 23.848 y 24.652 al personal de oficiales y suboficiales de las fuerzas
armadas y de seguridad que se encuentren
en situación de retiro o baja voluntaria u
obligatoria, esta última en tanto no se hubieran dado las situaciones a que se refiere
el artículo 6º del decreto 1.357/04, y que hubieran estado destinados en el teatro de operaciones Malvinas o entrado efectivamente
en combate en el área del teatro de operaciones del Atlántico Sur.
Art. 4º – Establécese que los beneficiarios de las
pensiones a que alude el artículo 1º del decreto
1.357/04, tendrán derecho además de las contempladas para los beneficiarios del Sistema Integrado de
Jubilaciones y Pensiones en el artículo 15 de la ley
24.714, a la percepción de las siguientes asignaciones familiares: prenatal, por nacimiento, por adopción y por matrimonio conforme las previsiones de
los artículos 9º, 12, 13 y 14 de la ley citada, respectivamente.
Art. 5º – Sustitúyese el artículo 5º del decreto
2.634/90, por el siguiente:
Artículo 5º: Las pensiones se abonarán:
a ) En el caso del artículo 1º de la ley 23.848, a
partir de la fecha de solicitud de la prestación;
b ) En los supuestos del artículo 2º de la ley citada en el inciso precedente, desde el día siguiente al de la muerte del causante o al del
día presuntivo de su fallecimiento, fijado judicialmente, siempre que la solicitud se formule dentro del año contado desde el deceso o de quedar firme la sentencia que declare
el fallecimiento presunto. Tratándose de incapaces que carezcan de representación se
CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
abonarán desde las fechas indicadas en el
párrafo anterior, en tanto que la presentación
se produzca dentro de los tres (3) meses
contados desde la fecha en que quedó firme la sentencia que designó al representante (artículos 3.966 y 3.980 del Código Civil).
Los representantes legales y apoderados
con facultad para percibir deberán cada seis
(6) meses acreditar la supervivencia del representado o poderdante, mediante certificado expedido por la autoridad policial del
domicilio de éste.
Art. 6º – Aclárase el alcance de la disposición
contenida en el artículo 7º del decreto 2.634/90 en
el sentido que debe entenderse por haberes
devengados y no percibidos los pertenecientes al
beneficio del causante fallecido.
Art. 7º – A los efectos de la percepción de las
pensiones honoríficas de veteranos de la guerra del
Atlántico Sur, el personal de las fuerzas armadas y
de seguridad en situación de retiro deberá desistir
de las acciones y del eventual derecho que tuvieren
a percibir el complemento instituido por el decreto
1.244/98.
Art. 8º – Facúltase a la Secretaría de Seguridad
Social del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, para dictar las medidas aclaratorias y
complementarias que fuera menester para la aplicación de las normas del presente decreto.
Art. 9º – Las disposiciones del presente decreto
rigen desde el 6 de octubre de 2004, fecha de entrada en vigor del decreto 1.357/04.
Art. 10. – Dése cuenta al Honorable Congreso de
la Nación, a los fines dispuestos en el inciso 3 del
artículo 99, de la Constitución Nacional.
Art. 11. – Comuníquese, publíquese, dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese.
Decreto 886
NÉSTOR C. KIRCHNER.
Alberto A. Fernández. – José J. B.
Pampuro. – Alicia M. Kirchner. —
Aníbal D. Fernández. – Ginés González
García. — Roberto Lavagna. — Carlos
A. Tomada. — Daniel F. Filmus. — Julio
M. De Vido. — Horacio D. Rosatti. —
Rafael A. Bielsa.
Buenos Aires, 11 de octubre de 2005.
Al Honorable Congreso de la Nación.
Tengo el agrado de dirigirme a vuestra honorabilidad, a fin de comunicarle el dictado del decreto
1.273 del 11 de octubre de 2005, que en copia
autenticada se acompaña.
Dios guarde a vuestra honorabilidad.
Mensaje 1.274
NÉSTOR C. KIRCHNER.
Alberto A. Fernández. – Carlos A.
Tomada.
O.D. Nº 1.882
13
VISTO el expediente 024-99-81015780-8-796 del Registro de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), organismo descentralizado en
el ámbito de la Secretaría de Seguridad Social del
Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social,
los artículos 14 bis y 16 de la Constitución Nacional, las leyes 24.241, 24.463 y 25.967 y sus respectivas modificatorias y los decretos 391 de fecha 10
de julio de 2003, 1.194 de fecha 4 de diciembre de
2003, 683 de fecha 31 de mayo de 2004, 1.199 de fecha 13 de septiembre de 2004 y 748 de fecha 30 de
junio de 2005, y
CONSIDERANDO:
Que otorgando continuidad a la política social del
Estado nacional destinada a asegurar a los sectores más desprotegidos de la sociedad el mejoramiento de sus ingresos y constituyendo la seguridad
social una de las más importantes herramientas de
redistribución de los recursos, corresponde establecer un subsidio complementario no remunerativo
para aquellos beneficios cuyo pago se encuentre a
cargo del Régimen Previsional Público del Sistema
Integrado de Jubilaciones y Pensiones.
Que por otra parte, el desempeño de las cuentas
públicas durante el presente ejercicio permite afirmar que la recaudación por aportes y contribuciones y de impuestos afectados a la seguridad social
evolucionará favorablemente, continuando con el
marco de recuperación de la actividad económica.
Que tales niveles de actividad permitirán que la
recaudación correspondiente a los recursos propios
de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) supere el cálculo presupuestario vigente.
Que dicha situación fue tenida en cuenta en el
presupuesto vigente del citado organismo, al preverse una aplicación de fondos destinada al incremento de las disponibilidades financieras del mismo.
Que ante dicha situación corresponde que la aplicación de eventuales excedentes financieros, derivados de la mayor recaudación, sean aplicados a la
atención de deudas con beneficiarios del Sistema
Integrado de Jubilaciones y Pensiones originadas
en sentencias judiciales que ordenan reajustar los
haberes previsionales.
Que de tal forma, se dará cumplimiento a un principio de sana administración financiera, en cuanto
a que los excedentes financieros que se generen
sean aplicados a la reducción de pasivos del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, dando
cumplimiento a sentencias judiciales firmes, con la
consiguiente disminución de la litigiosidad del sistema.
Que para ello resulta necesaria la modificación del
artículo 35 de la ley 25.967, por la que se aprobó el
presupuesto general de la administración pública
para el ejercicio 2005.
14
O.D. Nº 1.882
CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
Que la excepcional situación precedentemente
descripta y la imperiosa necesidad de dar adecuada
y oportuna respuesta por parte del Estado nacional
a las necesidades de los beneficiarios previsionales,
impiden cumplir con los trámites ordinarios previstos por la Constitución Nacional para la sanción de
las leyes.
Que el Servicio de Asesoramiento Jurídico Permanente de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) ha tomado la intervención que
le compete.
Que la presente medida se dicta en uso de las atribuciones conferidas por el artículo 99, incisos 1 y
3, de la Constitución Nacional.
Por ello,
El presidente de la Nación Argentina en acuerdo
general de ministros
DECRETA:
Artículo 1º – Créase un subsidio complementario, que se abonará juntamente con las prestaciones a cargo del Régimen Previsional Público del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones,
otorgadas o a otorgar por la ley 24.241 y sus
modificatorias, por los anteriores regímenes generales nacionales y por las ex cajas o institutos provinciales y municipales de previsión que fueron
transferidos al Estado nacional, con excepción de
las pertenecientes a los regímenes de policía y penitenciaría de las provincias de Santiago del Estero, Catamarca, San Juan, La Rioja, Río Negro,
Mendoza, Jujuy, Tucumán y San Luis.
Art. 2º – El subsidio creado por el artículo anterior se devengará a partir del 1º de septiembre de
2005 y su monto será de pesos cuarenta ($ 40) mensuales.
La sumatoria de este importe y el haber mensual
del beneficio no podrá superar el monto de pesos
trescientos noventa ($ 390) mensuales, disminuyendo el monto del subsidio en una suma equivalente
a lo que exceda de este valor.
Art. 3º – El subsidio creado por el artículo 1º, con
la limitación del artículo 2º, alcanza asimismo:
1. A los beneficios de los afiliados al régimen
de capitalización, siempre que en su pago
intervenga el régimen previsional público.
2. A los beneficios otorgados por aplicación
del artículo 1º de la ley 25.994, y
3. A las prestaciones no contributivas a cargo
del Ministerio de Desarrollo Social.
Art. 4º – Créase un subsidio complementario
honorífico no remunerativo, que se abonará jun-
tamente con las pensiones honoríficas de veteranos de la guerra del Atlántico Sur previstas por el
decreto 1.357 de fecha 5 de octubre de 2004 y su
modificatorio 886/05, el que será equivalente a la
suma de pesos ciento veinte ($ 120) mensuales y
se devengará a partir del 1º de septiembre de 2005.
Art. 5º – Aclárase que en el haber mínimo establecido por el decreto 748/05 se encuentra incluido
el suplemento por movilidad creado por el artículo
3º del decreto 1.199/04.
Art. 6º – Modifícase el artículo 35 de la ley 25.967,
sustituyendo su primer párrafo por el siguiente:
Artículo 35: Establécese como límite máximo
la suma de pesos cuatrocientos diez millones
($ 410.000.000), destinada al pago de sentencias judiciales, por la parte que corresponda
abonar en efectivo, correspondiente al principal, como consecuencia de retroactivos originados en ajustes practicados en las prestaciones del régimen previsional público a cargo de
la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) y la suma de pesos diez millones
($ 10.000.000), para la atención de las deudas
previsionales consolidadas de dicha entidad,
conforme a la legislación vigente.
Art. 7º – Los subsidios creados por el presente
decreto no estarán sujetos a descuento alguno.
Art. 8º – Facúltase a la Administración Nacional
de la Seguridad Social (ANSES), organismo descentralizado en la órbita de la Secretaría de Seguridad
Social del Ministerio de Trabajo Empleo y Seguridad Social, y a la Comisión Nacional de Pensiones
Asistenciales, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, en el marco de sus respectivas competencias, a dictar las normas necesarias para
instrumentar el modo y condiciones en que se liquidarán los subsidios creados por el presente decreto.
Art. 8º – Dése cuenta al Honorable Congreso de
la Nación en cumplimiento de las disposiciones del
artículo 99, inciso 3, de la Constitución Nacional.
Art. 9º – Comuníquese, publíquese, dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese.
Decreto 1.273
NÉSTOR C. KIRCHNER.
Alberto A. Fernández. – José J. B.
Pampuro. – Alicia M. Kirchner. – Aníbal
D. Fernández. – Alberto J. B. Iribarne.
– Roberto Lavagna. – Carlos A.
Tomada. – Julio M. De Vido. – Rafael
A. Bielsa. – Ginés González García.
Anexo
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