Rito de Envío COMENTARIO Hermanos, Dios, Padre de misericordia, quien envió al Señor Jesús que nos ama y reconcilia, que nos une y nos convoca entorno a la Eucaristía, nos envía ahora a evangelizar. Él nos llama a continuar la misión del Hijo, que ha tenido ya su realización durante estos 450 años, para que marchemos hacia el futuro, apropiándonos de una nueva manera de entender la evangelización para fecundar con la semilla de Cristo la sociedad y hacer de nuestra iglesia arquidiocesana verdadero testimonio de amor y de fe. Por eso, ahora, acojamos el envío y renovemos nuestra condición de discípulos – misioneros. ARZOBISPO: Te bendecimos y alabamos, oh Dios, porque, según el designio inefable de tu misericordia, enviaste a tu Hijo al mundo, para librar a los hombres de la cautividad del pecado, y llenarlos de los dones del Espíritu Santo. Él, después de haber vencido a la muerte, antes de subir a ti, Padre, envió a los apóstoles como dispensadores de su amor y su poder, para que anunciaran al mundo entero el Evangelio de la vida y purificaran a los creyentes con el baño del bautismo salvador. Te pedimos ahora, Señor, que dirijas tu mirada bondadosa sobre ésta tu iglesia arquidiocesana y sobre quienes te sirven con sincero corazón, a quienes enviamos como mensajeros de salvación y de paz. Con el poder de tu brazo, guía, Señor, sus pasos, fortalécelos con la fuerza de tu gracia, para que el cansancio no los venza. 1 Que respondiendo al espíritu que nos inspiras en el nuevo Plan de Evangelización promuevan una comunidad eclesial fuertemente anclada en la adhesión a Jesucristo, más viva, más dinámica y más comprometida, como luz y como sal, con el mundo en medio del cual viven: en el hogar y en el trabajo, en los barrios y en las calles, en las aulas y en las instituciones, en el campo y en las periferias. Que sus palabras sean un eco de las palabras de Cristo para que sus oyentes presten oído al Evangelio. Dígnate, Padre, infundir en sus corazones el Espíritu Santo para que, hechos todo para todos, atraigan a muchos hacia ti, que te alaben sin cesar en la santa Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. R./ Amén. Conclusión del Rito ARZOBISPO: El Señor esté con vosotros. El pueblo responde: Y con tu espíritu. Luego el diácono invita al pueblo a recibir la bendición, con estas palabras: Inclinen la cabeza para recibir la bendición. 2 El Arzobispo, con las manos extendidas sobre el pueblo dice: Dios, que en Cristo ha manifestado su verdad y su amor, los haga mensajeros del Evangelio y testigos de su amor en el mundo. R. Amén. Jesús, el Señor, que prometió a su Iglesia que estaría con ella hasta el fin del mundo, dirija sus pasos y confirme sus palabras. R. Amén. El Espíritu del Señor venga sobre ustedes, para que, como discípulos misioneros, promuevan una sociedad arraigada en la fe, en la esperanza y en la caridad. R. Amén. Y a todos ustedes los bendiga Dios todopoderoso, Padre, + Hijo + y Espíritu + Santo. R/ Amén. El diácono dice: Glorifiquen al Señor con su vida. Pueden ir en paz. 3