CONTRATOS INFORMÁTICOS - USUARIO - PROGRAMAS DE COMPUTACIÓN - SOFTWARE FACTURAS - OBLIGACIONES DE DAR COSAS CIERTAS - COMPRAVENTA - CONTRATOS INFORMÁTICOS Partes: Soft Pack S.A. c/ Repicky S.A. s/ ordinario Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial Sala: B FECHA: 29/3/2010 Cita: MJJ55666 Legislación Relacionada Código de Comercio (art. 474) -------------------------------------------------------------------------------Cuando se trata de un "software a medida" se ajusta a una "locación de obra", en tanto la proveedora se obliga a entregar un programa específicamente definido y elaborado de conformidad con los requerimientos del usuario y bajo indicaciones dadas por él mismo y la entrega no sólo consiste en la tradición de la cosa, sino que incluirá la instalación, conexión y puesta en marcha. En la responsabilidad emergente de la informática, el usuario sólo debe demostrar la falta de obtención del interés que motivó el contrato. -------------------------------------------------------------------------------Sumario 1.-El contrato informático o contrato sobre informática es todo acuerdo en virtud del cual se crean, conservan, modifican o extinguen obligaciones relativas al tratamiento automatizado de información. 2.-Dentro de los contratos informáticos nos encontramos frente a uno específicamente relativo a un "software aplicativo", es decir aquél programa específico que permite llevar a cabo una determinada función. 3.-En la doctrina jurídica tiende a prevalecer la idea de que el programa tiene naturaleza de bien inmaterial. El bien en el cual se materializa el programa (cd, dvd, etc.) asume una función meramente instrumental que permite usufructuar las "instrucciones" contenidas en él. Estas últimas, y no el soporte material, son el objeto inmediato de prestaciones proveídas, que se corporizan en los bienes entregados al cliente. 4.-Según el grado de estandarización de los programas, existen básicamente: a) el "software paquete" -o como le llaman las partes en esta causa "enlatado"- configurado por un programa bien definido y dirigido al mercado general para una misma aplicación o función, sin tener que proceder a modificaciones; y b) el "software a medida" o "custom made" que se refiere al desarrollo de nuevos programas o a la modificación sustancial de programas existentes para llevarlos a cumplir necesidades específicas de un usuario en particular. 5.-Aparte del "sofware paquete" y del "sofware a medida", se ha dado el "software customized" (o "customizado"), que es un programa estándar que es adaptado a requerimiento del cliente a sus necesidades. 6.-A fin de efectuar un correcto encuadramiento del contrato de previsión del sofware, es preciso definir previamente la naturaleza de los bienes que constituyen su objeto e individualizar el contenido exacto de las prestaciones que la firma proveedora está obligada a realizar. 7.-El software, en tanto bien inmaterial, es insusceptible de ajustarse plenamente a las figuras jurídicas previstas para los bienes materiales o corpóreos, aunque es posible -en ausencia de legislación específicaaplicar las normas existentes para éstas en cuanto regulen situaciones similares que admitan dicha extensión. 8.-Cuando se trata de un "software paquete" estamos frente a una "licencia de uso", que se asemeja a una "locación de cosa" y el caso de un "software a medida" se ajusta más adecuadamente a una "locación de obra", en tanto la proveedora se obliga a entregar un programa específicamente definido y elaborado de conformidad con los requerimientos del usuario y bajo indicaciones dadas por él mismo. Bajo dicha premisa, no podemos afirmar que se trate en este caso de un contrato de compraventa, al menos no en lo referido al aspecto del bien intelectual (aún cuando se trate de una compraventa el caso del soporte material del bien inmaterial). 9.-Las facturas poseen óptima eficacia liquidatoria y probatoria del negocio que instrumentan, por lo que cabe -en principio- estar a sus términos si hubiere transcurrido el plazo legal del CCom., 474 sin impugnación 10.-Si bien las facturas fueron previstas para el contrato de compraventa, su eficacia probatoria se extiende también a otros contratos como el de locación. 11.-La factura no impugnada -en principio- da cuenta de la existencia del crédito allí instrumentado. Sin embargo, su fuerza probatoria no se extiende a los hechos unilaterales de ejecución, es decir, no acredita el cumplimiento de las obligaciones comprometidas en él, por lo que la norma del art. 474 del Código de Comercio prevé la tácita aceptación de las condiciones allí expresadas si ha transcurrido el plazo sin impugnación, pero no así que se consienta el efectivo cumplimiento de las obligaciones asumidas. 12.-La provisión informática es una actividad que, por lo común, supone la adquisición de un equipo de determinadas características, de un programa o software que cumple ciertas funciones, de un sistema de red o, en general, de bienes y servicios que solucionen determinados problemas de tratamiento de la información que maneja el requirente o usuario. Desde tal perspectiva, este último espera un resultado funcional útil que derive de la aplicación de la máquina, el programa de su actividad, el sistema, red, bien o servicio informático que se trate. El proveedor ofrece una máquina, un sistema, bien o servicio informático basándose en la utilidad que brinda, y el adquirente busca satisfacer una necesidad funcional. Bajo tal entendimiento de cosas, la doctrina y la jurisprudencia coincide en cuanto a que el proveedor informático contrae una "obligación de resultado", que se traduce en asegurar la aptitud de tales elementos a los requerimientos hechos por el cliente para que con ellos este último llene la utilidad que persigue. 13.-La responsabilidad emergente de la informática no puede escapar de los lineamientos generales de la responsabilidad civil, pero en el caso de los contratos informáticos se trata de una responsabilidad de tipo objetiva, en tanto la obligación del proveedor es de resultado. Aún tratándose de un "software customized", él debe cumplir en forma satisfactoria la función para la cual se lo creó y modificó. 14.-En materia de la responsabilidad emergente de la informática, el usuario sólo debe demostrar la falta de obtención del interés que motivó el contrato, dicho de otro modo, el incumplimiento material o formal. De su lado, la proveedora, para eximirse de responsabilidad deberá acreditar que el incumplimiento se debe a una causa exógena, es decir caso fortuito, culpa del usuario o de un tercero. 15.-Cuando el hombre de derecho se encuentra por primera vez frente a los contratos informáticos, debe superar tres dificultades: la especificidad de los aspectos técnicos, la imprecisión del vocabulario y la estructura compleja de los contratos. 16.-Ante la existencia de un contrato informático, el juez debe tener presente que: 1) aunque el adquirente o usuario sea una persona avezada en el ramo comercial de su actividad, generalmente carece de suficientes conocimientos y experiencia en materia de utilización de equipos de elaboración electrónica de datos. En otros términos, hay entre los contratantes una gran "brecha tecnológica" que se advierte hasta en la terminología empleada; 2) el usuario y el suministrador del servicio se aproximan a la negociación con actitudes radicalmente diferentes: el primero espera del contrato un cierto resultado funcional, una solución práctica adecuada a su problema, y el segundo en cambio tiende a prometer una simple correspondencia del sistema a determinadas características y especificaciones técnicas, el adquirente pretende del suministrador una verdadera obligación de resultados y el enajenante -en cambio- cree estar obligado a una de medios y 3) Por ello, el principio de buena fe debe estar presente en todas las etapas de la relación: formación, celebración y ejecución del contrato; 17.-De la situación de desigualdad que caracteriza a los contratos informáticos, se sigue que en caso de duda el contrato debe interpretarse en contra del proveedor del servicio, en tanto el adquirente es la parte débil de la relación contractual debe someterse a las condiciones impuestas por el proveedor quien cuenta con una situación patrimonial ventajosa, por la dependencia en que el cliente se encuentra frente al proveedor con motivo de su inferioridad en los conocimientos técnicos objeto del contrato. 18.-En los contratos informáticos el concepto de entrega debe ser estudiado con cautela ya que no se trata de simplemente de una cosa o una máquina, sino de sistemas, por lo cual deberá existir una conjunción armónica y un correcto funcionamiento de todas las partes que lo integran. Es necesaria la entrega física, la puesta en funcionamiento y en estado operativo de todo el sistema habiendo pasado además satisfactoriamente el "test" de aceptación, con expresa conformidad del usuario. Esto es, cumpliendo en forma integral el fin para el que fue adquirido. 19.-La entrega no sólo consiste en la tradición de la cosa, sino que incluirá la instalación, conexión y puesta en marcha. N.R.: Sumarios elaborados por Ricardo A. Nissen. Fallo En Buenos Aires a los 29 días del mes de marzo de dos mil diez, reunidas las Señoras Jueces de Cámara en la Sala de Acuerdos, fueron traídos para conocer los autos seguidos por "SOFT PACK SA contra REPICKY SA sobre ORDINARIO" (Expte. Nº 66.037/99), en los que al practicarse la desinsaculación que ordena el art. 268 del Código Procesal, resultó que debían votar en el siguiente orden: Doctoras Matilde Ballerini, María L. Gómez Alonso de Díaz Cordero y Ana I. Piaggi. Estudiados los autos la Cámara planteó la siguiente cuestión a resolver: ¿Es arreglada a derecho la sentencia apelada? La Sra. Juez de Cámara Dra. Matilde E. Ballerini dijo: I. A) A fs. 195/6 Soft Pack SA demandó a Repicky SA por cobro de la suma de pesos cinco mil cuatrocientos sesenta y cinco con 03/100 ($ 5.465,03) con más su actualización, sus intereses y costas, en concepto de saldo de precio por el desarrollo, venta e instalación del software "Calipso" que instrumentó en la factura N° 000200007935 por la suma de $ 15.125, con vencimiento el 11/04/98, que fuera abonada sólo parcialmente. Expuso que, frente a la actitud morosa de la demandada, procedió al reclamo vía carta documento el 15/12/98, que fue contestada por ésta mediante CD del 18/12/98 negando la procedencia del pago. A ello se siguió un intercambio epistolar de igual tenor, por lo cual concluyó que se vio obligada a iniciar las presentes actuaciones. B) A fs. 379/90 Repicky SA contestó a la demanda, negando los hechos allí expuestos y solicitando su rechazo con costas. Adujo dedicarse a la industria metalúrgica y que, con la finalidad de optimizar y agilizar tanto su productividad como el rendimiento del personal abaratando costos, decidió adquirir un software destinado a ser utilizado para todas aquellas tareas de administración integral de la empresa. Afirmó que, entre todos los sistemas que se ofrecen en el mercado, se inclinó por el que comercializa Soft Pack SA -a pesar de su elevado costo- toda vez que el mismo admitía su personalización a la medida de los requerimientos y necesidades de su empresa y, sin embargo, no requería la contratación de personal técnico o especializado al efecto. Adujo que el 30/10/97 aceptó el presupuesto que le envió Soft Pack en el cual se previó la provisión e implementación del sistema de gestión "Calipso" "customizado" para 22 terminales por un precio total de $ 25.000 más IVA, que debía ser abonado de la siguiente manera: el 50% del precio a los pocos días en 5 cheques de $ 2.500 cada uno y el 50% restante a los 150 días del inicio de los trabajos. Afirmó que durante la ejecución de las tareas, el caudal de inconvenientes originados impidió que el sistema "Calipso" funcionara correctamente y provocando fallas en el que se encontraba -previamente- en funcionamiento, limitando así el uso de todo el sistema informático de la empresa. Refirió no habiendo sido atendidos sus constantes reclamos, se negó a cancelar el saldo del precio convenido hasta tanto se corrigiera o arreglara el sistema. Sin embargo, la accionante no procedió en ese sentido sino que -por el contrario- la demandó por cobro del saldo del precio. Debido a su actitud reticente, reconvino por cobro de la suma de pesos treinta mil ($ 30.000) en concepto de indemnización de los daños y perjuicios ocasionados por el incumplimiento contractual, y pretende con dicho resarcimiento recuperar el dinero que entregó en pago del software "Calipso" que nunca pudo utilizar por diferir sustancialmente del convenido. Solicitó, también, la imposición de costas. I. C) A fs. 393 Soft Pack SA contestó el traslado conferido en relación a la documentación aportada por Repicky SA. Luego, a fs. 407/10 se manifestó en torno a la reconvención deducida en su contra, negando los hechos allí expuestos y afirmando haber cumplido sus obligaciones conforme lo acordado. Expuso haber vendido a la demandada los módulos del software "Calipso" en su versión estándar con una única "customización", la que surge de la factura n° 0002-00007935, que fuera efectuada en tiempo y forma. Concluyó que la demandada se niega a cumplir con su parte del contrato, invocando meras excusas carentes de asidero que carecen de aptitud para justificar su posición. I. D) A fs. 415 se informó acerca de la apertura del concurso de Repicky SA, que fue declarado el 10/02/00, acreditado con el informe de fs. 432. A fs. 434 se remitieron las actuaciones al Juzgado en donde tramita dicho proceso. I. E) A fs. 440 se presentó la sindicatura del concurso de Repicky SA. II. Producida la prueba, habiendo alegado Soft Pack SA (fs. 849/53) y pronunciado la sindicatura (fs. 844/7), fue dictada sentencia a fs. 874/85 y 886 que hizo lugar a la demanda incoada por Soft Pack SA y declaró verificado un crédito en carácter de quirografario en el concurso preventivo de Repicky SA por la suma de $ 5.465,03 más sus intereses desde la fecha de mora -11/04/98- hasta la presentación en concurso preventivo, y rechazó asimismo la reconvención, todo ello con costas. Para así decidir juzgó que: i) se encuentra reconocida la relación habida entre las partes y el saldo de precio pendiente de pago por la suma de $ 5.465,03; ii) Soft Pack SA emitió una factura que no fue impugnada por Repicky SA tempestivamente, lo que determina la liquidez de la deuda y da cuenta del crédito invocado por aquélla que se encuentra impago (CCom., 474); iii) Repicky SA incurrió en mora automática; iv) la excepción de incumplimiento invocada por la accionada es inadmisible por encontrarse dicha parte -en ese entonces- en mora de sus obligaciones (CCiv., 1201 y 510); v) los daños cuya reparación se pretendió a través de la reconvención, no fueron indicados ni probados (CCiv., 520). III. Contra dicho acto jurisdiccional se alzó Repicky SA expresando agravios a fs. 899/901, los cuales fueron respondidos por Soft Pack SA a fs. 903/4 y por la sindicatura a fs. 906/7. Sus quejas refieren en lo sustancial que se hiciera lugar a la demanda y se rechazara, en consecuencia, la reconvención cuando se acreditaron los incumplimientos de Soft Pack SA. Solicitó la consideración en especial de la prueba pericial en informática. Afirmó encontrarse indicado y probado el daño que pretende por vía de reconvención. IV. Previo a analizar los agravios expresados por la recurrente, es preciso señalar las circunstancias fácticas que no se hallan controvertidas. En el caso, la accionante -Soft Pack SA- fue contratada por la demandada Repicky SA- para la concesión de la licencia e instalación de un programa de computación denominado "Calipso", el cual había sido programado con la finalidad de proveer al usuario de herramientas para efectuar una administración o gestión general de su empresa. Ambas partes coincidieron en que se pactó la provisión de un software "enlatado" o "estándar", queriendo con ello implicar que fue creado con parámetros estándar, o lo que es lo mismo, que no fue confeccionado a pedido bajo premisas particulares, ni acorde a las necesidades o al emprendimiento de un sujeto determinado. Asimismo, que a dicho software se le realizaría alguna modificación (ver fs. 370 de la contestación de demanda y fs. 409vta. de la contestación a la reconvención). Están también de acuerdo en que del precio pactado resta abonar la suma de $ 5.465,03 (ver fs. 195/195vta. de la demanda y fs. 382vta. de su contestación), que es lo que en esta causa reclama Soft Pack. Por último, no se halla controvertido que, en virtud de dicha operación, personal de la actora concurrió a las oficinas de la demandada a fin de llevar a cabo las tareas pertinentes para cumplir con lo acordado. V. Discrepan, en cambio, las partes en cuanto a la posición asumida por su contraria, respectivamente. Por un lado, la actora reconvenida pretende ver satisfecho el saldo del precio negando las disfunciones o problemas técnicos que invocó Repicky SA y alegando que proveyó un programa estándar sobre el que efectuaría una sola "customización". Y, desde el ángulo opuesto, la accionada reconviniente -quien sostiene que el software sería adaptado a sus necesidades- se opone al pago del saldo del precio y peticiona la reparación de los daños que su contraparte le habría ocasionado, por los motivos aludidos. Teniendo en consideración que la sentencia recurrida hizo lugar a la demanda, además de rechazar la reconvención, y que sólo recurrió de la sentencia la demandada reconviniente, atenderé sus agravios. Para ello es preciso, preliminarmente, delimitar el vínculo que se originó entre las partes. Se trató en el sub lite de un "contrato informático" o "contrato sobre informática". Éste ha sido definido como "todo acuerdo en virtud del cual se crean, conservan, modifican o extinguen obligaciones relativas al tratamiento automatizado de información" (Dall´Aglio "La protección de los derechos del consumidor informático", JA, 1986-I-741). Dentro de este tipo de contratos nos encontramos frente a uno específicamente relativo a un "software aplicativo", es decir aquél programa específico que permite llevar a cabo una determinada función. En la doctrina jurídica tiende a prevalecer la idea de que el programa tiene naturaleza de bien inmaterial. El bien en el cual se materializa el programa (cd, dvd, etc.) asume una función meramente instrumental que permite usufructuar las "instrucciones" contenidas en él. Estas últimas, y no el soporte material, son el objeto inmediato de prestaciones proveídas (Farina, Juan M., "Contratos Comerciales Modernos", Ed. Astrea, Bs. As., 1999, pág. 700), que se corporizan en los bienes entregados al cliente. Según el grado de estandarización de los programas, existen básicamente: a) el "software paquete" -o como le llaman las partes en esta causa "enlatado"- configurado por un programa bien definido y dirigido al mercado general para una misma aplicación o función, sin tener que proceder a modificaciones; y b) el "software a medida" o "custom made" que se refiere al desarrollo de nuevos programas o a la modificación sustancial de programas existentes para llevarlos a cumplir necesidades específicas de un usuario en particular. A parte de estos dos tipos, se ha dado -como ocurre en este caso en particular- el "software customized" (o como le llaman las partes aquí "customizado"), un programa estándar que es adaptado a requerimiento del cliente a sus necesidades (Farina, Juan M., "Contratos comerciales modernos", Ed. Astrea, Bs. As., 1999, 2° edición actualizada y ampliada, págs. 696/7). Calificada doctrina en el tema ha afirmado, en relación a la figura jurídica que adopta un "contrato de provisión del software", que a fin de efectuar un correcto encuadramiento es preciso definir previamente la naturaleza de los bienes que constituyen su objeto e individualizar el contenido exacto de las prestaciones que la firma proveedora está obligada a realizar (Pavone La Rosa, Antonio "Lineamientos de los contratos de provisión de 'computers' y de servicios informáticos", RDCO, 1987, págs. 575/99). El software, en tanto bien inmaterial, es insusceptible de ajustarse plenamente a las figuras jurídicas previstas para los bienes materiales o corpóreos (CNCom., Sala C, in re "A&CISA c/ Buenos Aires Software SRL y otro s/ ordinario", del 03/10/08), aunque es posible -en ausencia de legislación específica- aplicar las normas existentes para éstas en cuanto regulen situaciones similares que admitan dicha extensión. Así, se ha dicho que, por ejemplo, cuando se trata de un "software paquete" estamos frente a una "licencia de uso", que se asemeja a una "locación de cosa". Y, el caso de un "software a medida" se ajusta más adecuadamente a una "locación de obra", en tanto la proveedora se obliga a entregar un programa específicamente definido y elaborado de conformidad con los requerimientos del usuario y bajo indicaciones dadas por él mismo (Pavone La Rosa, "Lineamientos…", ídem, art. cit.; Farina, ob. cit., págs. 698/701). Bajo dicha premisa, no podemos afirmar que se trate en este caso de un contrato de compraventa, al menos no en lo referido al aspecto del bien intelectual (aún cuando se trate de una compraventa el caso del soporte material del bien inmaterial, que no es el objeto de interés en estos casos). VI. En base a estas consideraciones habré de analizar los agravios de la recurrente. En cuanto a las quejas introducidas respecto de la procedencia de la demanda y el rechazo de la reconvención, a fin de evitar repeticiones innecesarias y por razones de orden metodológico, serán analizadas en forma conjunta. Destaco que el argumento central de la sentencia en crisis, respecto de la admisión de la demanda, es la aplicación del CCom., 474 sobre lo cual se agravió expresamente la recurrente manifestando que se han efectivamente comprobado los incumplimientos que le atribuyó a Soft Pack. Tiene reiteradamente dicho la jurisprudencia que las facturas poseen óptima eficacia liquidatoria y probatoria del negocio que instrumentan, por lo que cabe -en principio- estar a sus términos si hubiere transcurrido el plazo legal del CCom., 474 sin impugnación (CNCom, esta Sala, "Ruta 1 S.R.L. c/Monoff Mirtha Isabel s/ sumario", del 09/08/94; entre otros). Y, si bien fueron previstas para el contrato de compraventa, su eficacia probatoria se extiende también a otros contratos como el de locación. Como se señala en la sentencia recurrida, la accionante emitió la factura n° 7935 por un total de $ 15.125, que fue recibida por la accionada sin impugnarla y efectuando un pago a cuenta del total de dicha factura por la suma de $ 9.659,97, conforme surge del recibo de fs. 211 -sin fecha-. De esta forma, la factura no impugnada -en principio- da cuenta de la existencia del crédito allí instrumentado. Sin embargo, su fuerza probatoria no se extiende a los hechos unilaterales de ejecución, es decir, no acredita el cumplimiento de las obligaciones comprometidas en él. Por lo que la norma del art. 474 cit. prevé la tácita aceptación de las condiciones allí expresadas si ha transcurrido el plazo sin impugnación, pero no así que se consienta el efectivo cumplimiento de las obligaciones asumidas. De la lectura del escrito de contestación de demanda y reconvenicón resulta claro que Repicky SA pretendió se declare la resolución del contrato por incumplimiento de Soft Pack (ver especialmente fs. 386vta.) y que, en consecuencia, se rechace la demanda de cobro incoada por ésta y se admita la reconvención condenándola a resarcirle los daños ocasionados por el incumplimiento. Manifestó que lo provisto no le es útil (fs. 385) y que -a su criterio- la demandada no entregó el programa contratado ni pretende hacerlo (ver fs. 386/386vta.). Corresponde, entonces, determinar si se acreditaron los incumplimientos invocados. En el caso, Soft Pack SA se obligó a ejecutar prestaciones de diversa índole agrupadas en un mismo "paquete", por un precio global. De las facturas emitidas por la actora se advierte que se proveería un software con las siguientes características o módulos: "get manager", "tesorería", "ventas y cuentas a cobrar", "compras y cuentas a pagar", "control de gestión", "producción", "contabilidad for Windows", "sueldos y jornales", "centralizador de sucursales", "facturación automática", "régimen de factura de crédito", "seguimiento de presupuestos a clientes", "ad. de solicitudes y requerimientos de stock", "control de calidad" y "control de obras". Asimismo, se detallaron los siguientes conceptos: "cash flow for Windows", "interfase con project", "punto apertura de información", "22 puestos adicionales", "7,5 horas de project leader", "50 horas de analista senior", "60 horas de analista junior en cta. cte." (ver fs. 201/3, 205, 207 y 209, donde se encuentran agregados los originales de las facturas N° 0002-00007060, 7061, 7062, 0002-00007935, 7934, 7933 respectivamente). La autenticidad de esta prueba documental fue reconocida por las partes a fs.386/7 y 393. Así, Soft Pack se comprometió a otorgar "22 licencias" de uso relativas al programa "Calipso" en su versión estándar, la "customización" de los módulos de gestión comercial, la instalación e implementación de las modificaciones. El precio total fue de $ 30.250 (de conformidad con las facturas emitidas), respecto de lo cual la demandada abonó la suma de $ 24.784, 97 es decir el 81,93% del total convenido, pero alegó que el programa nunca funcionó correctamente y que debieron volver al sistema manual anterior a la contratación con la actora. Según surge de la peritación informática de fs. 775/81 el sistema "Calipso" en su versión estándar funciona correctamente y fue utilizado por la demandada (fs. 779vta./780); el problema surgió respecto de las modificaciones o "customizaciones". Más allá de la divergencia entre las partes relativa a la importancia de las modificaciones, lo cierto es que quedó demostrado que Soft Pack SA se había comprometido a "customizar" el sistema en lo relativo a la "gestión comercial" conforme las necesidades de la demandada. Del presupuesto de fs. 223/31, del que hizo mérito el Juez a quo a fs. 881/2 y no mereció queja de la actora, surge que el proyecto presupuestado comprendía la cotización y condiciones de contratación de: i) Software de aplicación "Calipso" (abarcativo de los módulos de "Calipso" y las licencias por 22 puestos de trabajo), ii) Servicios de Implementación; iii) Servicios de Soporte "Post-Venta" (que se facturarían trimestralmente); iv) "Customizaciones" al sistema. Todo lo allí descripto coincide con lo consignado en las facturas antes mencionadas, incluídos: el precio, la forma de pago, los módulos, las horas de los implementadores del sistema y el tema de las "customizaciones". Se facturaron "customizaciones a gestión comercial" (ver fs. 205) y se realizaron relevamientos en el total de circuitos actuales de ventas, expectativas y estimaciones en general sobre la implementación de "Calipso" (OT del 10/11/97, fs. 184), relevamiento de producción y compras e instalación del sistema (OT del 12/11/97, fs. 183) y relevamiento de producción (OT del 09/03/98, fs. 137). La peritación de fs. 775/81 da cuenta de que se "customizaron" campos en bases de datos. Las mencionadas "customizaciones a gestión comercial" deben ser interpretadas de conformidad con el Anexo IV del presupuesto (ver fs. 231). Allí se expresó que: "1) En el manejo de los presupuestos a los clientes, se incluirían campos referidos a por ej: aplicación, código de tipo de cliente, código de captación, código de mercado, y contribución marginal. Estos campos se podrían referenciar en informes estadísticos. 2) Podrán evaluar la Contribución Marginal de las Ordenes de Trabajo terminadas, en función de fechas reales de terminación, pudiendo éstas coincidir o no con las fechas acordadas con el cliente. Contribución Marginal de las Órdenes de Trabajo facturadas, también por fecha. 3) Se armará un informe por Orden de Trabajo o por fecha, donde finanzas podrá evaluar las cobranzas en función de: la fecha prometida del trabajo, la fecha real de facturación, por último que puedan ingresar las novedades de cobranzas". Ahora, de la peritación contable surge que "no se cumplen plenamente los requerimientos relacionados con el tratamiento de la contribución marginal, costos estándares y particulares, y órdenes de trabajo de acuerdo con metodología de trabajo de la demandada" (fs. 776vta.) y que respecto de dichos campos no se efectuaron las "customizaciones" para adaptar las funcionalidades de la aplicación a las necesidades de la demandada (fs. 776vta./777). Asimismo, que de acuerdo con los elementos examinados, el modelo de formulario de Orden de Trabajo empleado por la demandada no existe dentro de la aplicación, por lo que el sistema no factura en base a este documento sino en función de pedidos, o presupuestos, o remitos, etc. (fs. 777vta./778) y que debido a que la Orden de Trabajo -tal como la emplea la demandada- no existe dentro de la aplicación, no se la puede relacionar con una fórmula de producción y, por consiguiente, con una fórmula de producto (fs. 778) y no se puede facturar en base a ella (fs. 779vta./780). Así la perito concluyó que la limitación en el uso se presentaba al relacionar el artículo a fabricar requerido en un pedido (orden de trabajo) y la confección de la orden de producción dentro de la aplicación, ya que muchos de los datos de esa orden de trabajo no se pueden capturar en el sistema (fs. 780). Durante el lapso que la demandada utilizó parcialmente el sistema, las órdenes de trabajo se confeccionaron manualmente (fs. 780). Finalizó el informe diciendo que el análisis efectuado evidenció que la limitación en el uso del sistema de gestión se concentraba en el módulo Producción (fs. 780vta.). Concluyó que el precio del "proyecto" es un valor que se acerca al de las aplicaciones que requieren "parametrización" y "customización" de circuitos de acuerdo con las necesidades del cliente (fs. 779vta.). Las impugnaciones realizadas por la actora a fs. 799/801, que fueron acabadamente respondidas a fs. 807/13, no desvirtúan las conclusiones de la perito. Ello toda vez que: i) en el presupuesto se previó la "customización" de Ordenes de Trabajo y debe entenderse que las modificaciones no pueden quedar a criterio de la proveedora sino que deben efectuarse de acuerdo a las necesidades del cliente, de lo contrario no serían "customizaciones"; ii) más allá de que en el programa "Calipso" la Orden de Trabajo pudiera denominarse "Pedido", aquí no se trata de una cuestión de denominación sino de contenido, es decir, la demandada no pretende que el sistema intitule a la orden de pedido de esta forma, sino que requiere que aquélla contenga las mismas características, rubros y preste las mismas funciones que ésta. A criterio de la experta, estas cuestiones no se hallan cumplidas ya que la OT no puede transformarse en una OP (ver respuesta a las impugnaciones, fs. 211vta.); iii) finalmente, en cuanto al valor del "proyecto" contratado, no puede afirmar la actora que "vendió un producto por la suma de $ 30.000 y no por la suma de U$S 30.000. Producto que de cotizarse en la actualidad sería también por $ 30.000" cuando en las dos facturas que emitió consignó "Equivale a U$S 15.125,00 tomando un tipo de cambio de $ 1.0000 por dólar. EL IMPORTE DE ESTA FACTURA SE AJUSTARÁ AL CAMBIO ESTABLECIDO POR EL BNA VIGENTE AL DÍA DE PAGO" (ver fs. 203 y 205). Por lo demás, el resto de las impugnaciones efectuadas no serán atendidas por cuanto la propia parte no solicitó sus propios puntos de pericia, no impugnó oportunamente los ofrecidos por la demandada ni requirió su ampliación (CPr., 459). A ello se agrega que, las conclusiones del informe pericial se ven reforzadas con la prueba documental aportada por la actora a fs. 100/184 -ordenes de trabajo- de las que surge que se efectuaron relevamientos del área de producción, pero no consta que dicha información se hubiera implementado. Asimismo, tales conclusiones, coinciden con lo declarado por los testigos R. Weicer (fs. 533/6) quien mencionó que el sistema no pudo utilizarse, A. A. Alonso (fs. 537/9) quien dijo que el sistema funcionó parcialmente y luego debieron volver al sistema manual porque no funcionaban todas las prestaciones, M. S. López (fs. 540/1) que expresó que el software en el área de producción no funcionó. Si bien los testigos fueron impugnados por la actora a fs. 544 y 546, en razón de la vinculación laboral con la demandada, ello no enerva su validez probatoria en tanto son concordantes con la peritación en informática, no se oponen al resto de las probanzas de la causa ni entran en contradicción con lo manifestado por los testigos propuestos por la impugnante (CPr., 456). En cuanto a las declaraciones efectuadas por los testigos ofrecidos por Soft Pack SA R. A. Dambielle (fs. 482/5), L. G. Lino (fs. 486/7 y M. E. Álvarez (fs. 488/9), en tanto refieren al programa estándar no entran en contradicción con aquéllas. Así las cosas, puede concluirse que el software provisto difiere del que fue convenido. Resulta en el caso de aplicación analógica lo previsto para el contrato de locación en lo referente a que el locador debe entregar la cosa en buen estado, desde que le garantiza al locatario su uso y goce (CCIv., 1514). En los casos de provisión de software como el presente, la actora debió entregar a la demandada un software con las características acordadas, y apto para el destino que el usuario le manifestó a la proveedora que quería darle. Se ha dicho que la provisión informática es una actividad que, por lo común, supone la adquisición de un equipo de determinadas características, de un programa o software que cumple ciertas funciones, de un sistema de red o, en general, de bienes y servicios que solucionen determinados problemas de tratamiento de la información que maneja el requirente o usuario. Desde tal perspectiva, este último espera un resultado funcional útil que derive de la aplicación de la máquina, el programa de su actividad, el sistema, red, bien o servicio informático que se trate. El proveedor ofrece una máquina, un sistema, bien o servicio informático basándose en la utilidad que brinda, y el adquirente busca satisfacer una necesidad funcional. Bajo tal entendimiento de cosas, la doctrina y la jurisprudencia coincide en cuanto a que el proveedor informático contrae una "obligación de resultado", que se traduce en asegurar la aptitud de tales elementos a los requerimientos hechos por el cliente para que con ellos este último llene la utilidad que persigue (CNCom., esta Sala en autos "De Ambrosi Lameka SA c/ Centro de Computación de Datos SACOMA", del 16/09/88; ídem, Sala D, in re "Argentoil SA c/ Soft Pack SA s/ ordinario", del 13/05/08 y sus citas). Es decir, Soft Pack SA se obligó a asegurarle a Repicky SA una finalidad determinada mediante el software "Calipso", y ello significó un compromiso a proveer un programa que le fuera útil en la gestión de su empresa. La responsabilidad emergente de la informática no puede escapar de los lineamientos generales de la responsabilidad civil. Pero en el caso de los contratos informáticos se trata de una responsabilidad de tipo objetiva, en tanto la obligación del proveedor es de resultado. Aún tratándose de un "software customized", él debe cumplir en forma satisfactoria la función para la cual se lo creó y modificó. Así, el usuario sólo debe demostrar la falta de obtención del interés que motivó el contrato, dicho de otro modo, el incumplimiento material o formal. De su lado, la proveedora, para eximirse de responsabilidad deberá acreditar que el incumplimiento se debe a una causa exógena, es decir caso fortuito, culpa del usuario o de un tercero. Su responsabilidad es de tipo contractual (Etcheverry, Raúl A.. "Derecho Comercial y Económico. Contratos Parte especial", Ed. Astrea, Bs. As., 2000, Tomo 3, págs. 10/2). En verdad ocurre muchas veces que los usuarios no adquieren lo que necesitan, sino lo que le venden. El usuario y el suministrador del servicio o equipo informático celebran el contrato guiados por fines diferentes: el usuario espera del contrato una solución práctica adecuada a su problema en cambio el proveedor tiende a prometer una simple correspondencia del sistema conforme determinadas características y especificaciones técnicas sin tener muy en cuenta la particular expectativa del cliente. Se ha dicho que cuando el hombre de derecho se encuentra por primera vez frente a los contratos informáticos, debe superar 3 dificultades: la especificidad de los aspectos técnicos, la imprecisión del vocabulario y la estructura compleja de los contratos (Nazar Espeche, Félix A., "El contrato de compraventa de equipos informáticos", en Rev. De D. Industrial, p.55, año 9, 1987, citado por SCJ de la Provincia de Mendoza, Sala I, en autos "Sistex SA c/ Oliva S. A., Valerio", del 05/02/90, pub. LL 1990-D, 419). Dicho Tribunal advirtió que el juez debe tener presente que: 1) aunque el adquirente o usuario sea una persona avezada en el ramo comercial de su actividad, generalmente carece de suficientes conocimientos y experiencia en materia de utilización de equipos de elaboración electrónica de datos. En otros términos, hay entre los contratantes una gran "brecha tecnológica" que se advierte hasta en la terminología empleada; 2) el usuario y el suministrador del servicio se aproximan a la negociación con actitudes radicalmente diferentes: el primero espera del contrato un cierto resultado funcional, una solución práctica adecuada a su problema, y el segundo en cambio tiende a prometer una simple correspondencia del sistema a determinadas características y especificaciones técnicas, el adquirente pretende del suministrador una verdadera obligación de resultados y el enajenante -en cambio- cree estar obligado a una de medios; 3) por ello, el principio de buena fe debe estar presente en todas las etapas de la relación: formación, celebración y ejecución del contrato; 4) De esta situación de desigualdad se sigue que en caso de duda el contrato debe interpretarse en contra del proveedor del servicio. El adquirente es la parte débil de la relación contractual debe someterse a las condiciones impuestas por el proveedor quien cuenta con una situación patrimonial ventajosa, por la dependencia en que el cliente se encuentra frente al proveedor con motivo de su inferioridad en los conocimientos técnicos objeto del contrato. Como dije, la versión estándar funciona pero quedó demostrado que las "customizaciones" no fueron efectuadas de conformidad con sus necesidades y que éstas fueron -a criterio de la demandada reconvinientedeterminantes en la contratación del programa. Esto último fue acreditado con lo informado por la perito que expuso que Repicky SA no utilizaba el programa por cuanto no le era útil y con lo manifestado por su parte en la CD del 04/01/99. Allí la propia demandada dijo "Sin perjuicio de ello dejamos abierta nuestra intención de dialogar toda vez que nos urge tener el sistema funcionando de acuerdo a lo solicitado para evitar así más perjuicios que los ya causados" (ver fs. 192). Puedo colegir, entonces, que la demandada no cumplió con las "customizaciones" prometidas (CCiv., 510) y que, en consecuencia, no se encuentra habilitada a requerir el pago del precio convenido (CCiv., 1201). Máxime cuando no se ofreció a corregir el programa a fin de finalizar con las "customizaciones" a requerimiento de la demandada. No sólo no lo hizo durante la etapa extrajudicial (ver CD del 18/12/98 en donde Repicky SA responde al requerimiento de pago de Soft Pack SA: "por lo que intimamos a uds. que en plazo de 48 hrs. de recibida la presente pongan en funcionamiento en la forma debida y convenida el soft que nos han vendido de acuerdo con vuestra propuesta inicial y nuestra orden de compra…", fs. 189) sino también en las instancias de este proceso. A ello se agrega el hecho de que no hubo una entrega definitiva y formal del software. En los contratos informáticos el concepto de entrega debe ser estudiado con cautela ya que no se trata de simplemente de una cosa o una máquina, sino de sistemas, por lo cual deberá existir una conjunción armónica y un correcto funcionamiento de todas las partes que lo integran. Es necesaria la entrega física, la puesta en funcionamiento y en estado operativo de todo el sistema habiendo pasado además satisfactoriamente el "test" de aceptación, con expresa conformidad del usuario. Esto es, cumpliendo en forma integral el fin para el que fue adquirido (Farina, Juan M., ob. cit., págs. 704/5). La entrega no sólo consiste en la tradición de la cosa, sino que incluirá la instalación, conexión y puesta en marcha (Lorenzetti, Ricardo L., "Tratado de los Contratos", Ed. RobinzalCulzoni, Bs. As., T. III, pág. 831). En esta causa no se advierte una entrega definitiva y total del software y no existió una conformidad de la accionada por la recepción. A mayor abundamiento, la actora recibió un pago a cuenta del total de la segunda factura y prosiguió con las tareas de implementación del software desde abril de 1998 y hasta al menos julio de dicho año (ver OT de fs. 101), es decir, tres meses después -curiosamente- sin efectuar ningún reclamo hasta el 15/12/98 (ver CD de fs. 187/8). Por lo expuesto, corresponde admitir el agravio de Repicky SA. Así la reconvención tendrá favorable acogida. Es que la demandada reconviniente pretende se le reintegre lo abonado por el software en tanto que no le fue de utilidad, y expresó "ha causado a mi mandante el perjuicio de haber efectuado tal inversión sin haber obtenido éxito, ni contraprestación alguna" (fs. 386vta.). En consecuencia, el daño no necesita prueba por cuanto lo que se pretende es la restitución de lo abonado. Por ende, se admite el agravio de la recurrente. Ahora bien, quedó acreditado que el precio fijado fue de $ 30.250, seccionado en dos facturas de $ 15.125 cada una. Conforme surge de los recibos de fs. 204 y 211, el primero del 03/11/97 y el segundo sin fecha, y lo manifestado por las partes, Repicky SA abonó la suma de $ 24.784,97. Teniendo en consideración que lo que pretendió fue obtener la restitución del precio que abonó, la reconvención debe admitirse por esta última. Por lo demás, en torno a lo arguído por Respicky SA en cuanto a que el sistema operativo que funcionaba en su empresa con anterioridad a la intervención de la actora dejó de funcionar, en tanto no ha sido demostrado, no corresponde fijar indemnización alguna. Finalmente, no deberá aditarse intereses por cuanto ello no fue solicitado al incoar la reconvención (fs. 385/386vta.). Las costas de ambas instancias deben ser impuestas a la actora reconvenida en su calidad de vencida, en virtud del principio general de la derrota (CPr., 68), no encontrándose circunstancias que ameriten la distribución en otro sentido. No es ocioso agregar que, por tratarse de un supuesto de resolución contractual, la demandada queda vedada de utilizar -en lo sucesivo- el sistema informático en cuestión, de propiedad de la actora, por haber quedado revocada la "licencia de uso" que le fuera concedida mediante el contrato que ha quedado finiquitado. En conclusión, por las consideraciones vertidas precedentemente, propongo al Acuerdo: admitir el recurso interpuesto por Repicky SA con el efecto de revocar la sentencia recurrida y: a) rechazar la demanda incoada por Soft Pack SA contra Repicky, a quien absuelvo, con costas (Cpr., 68); b) hacer lugar a la reconvención y condenar a Soft Pack SA a abonar a Repicky SA la suma de $ 24.784,97 que deberá ser satisfecha dentro de los diez (10) días de firme la presente, con costas a la vencida (CPr., 68); c) recordar a la recurrente que se encuentra vedada de utilizar -en lo sucesivo- el sistema informático en cuestión de propiedad de la actora; y d) atento al modo en que se resuelve el sub lite, y estando Repicky SA en concurso preventivo, póngase en conocimiento de ello a la sindicatura a los efectos que correspondiere. Así voto. Por análogas razones las Doctoras María L. Gómez Alonso de Díaz Cordero y Ana I. Piaggi adhirieron al voto que antecede. Con lo que se terminó este Acuerdo que firmaron las Señoras Jueces de Cámara. María l. gómez alonso de díaz cordero MATILDE E. BALLERINI Ana i. piaggi Buenos Aires, marzo de 2010. Y VISTOS: Por los fundamentos del Acuerdo que precede, se resuelve: admitir el recurso interpuesto por Repicky SA con el efecto de revocar la sentencia recurrida y: a) rechazar la demanda incoada por Soft Pack SA contra Repicky, a quien absuelvo, con costas (Cpr., 68); b) hacer lugar a la reconvención y condenar a Soft Pack SA a abonar a Repicky SA la suma de $ 24.784,97 que deberá ser satisfecha dentro de los diez (10) días de firme la presente, con costas a la vencida (CPr., 68); c) recordar a la recurrente que se encuentra vedada de utilizar en lo sucesivo- el sistema informático en cuestión de propiedad de la actora; y d) atento al modo en que se resuelve el sub lite, y estando Repicky SA en concurso preventivo, póngase en conocimiento de ello a la sindicatura a los efectos que correspondiere. Regístrese por Secretaría, notifíquese y devuélvase. María L. Gómez Alonso de Díaz Cordero. Matilde E. Ballerini. Ana I. Piaggi. Es copia del original que corre a fs. de los autos de la materia. JUZ. 3 SEC. 6. JORGE DJIVARIS SECRETARIO
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