REPÚBLICA ARGENTINA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN REUNIÓN CONJUNTA DE LAS COMISIONES DE JUSTICIA Y ASUNTOS PENALES Y DE LA BANCA DE LA MUJER Salón “Arturo Illia” — H. Senado de la Nación 29 de noviembre de 2011 Presidencia de la señora senadora Escudero 29/11/2011 Reunión conjunta de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de la Banca de la Mujer Pág. 2 — En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el salón Arturo Illia del H. Senado de la Nación, a las 14 y 17 del martes 29 de noviembre de 2011. Sra. Presidenta (Escudero). — Damos comienzo la reunión conjunta de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, y de la Banca de la Mujer. Ésta es la última reunión de comisiones del año, atento a que mañana terminan las sesiones ordinarias. Por esa razón, y por el cambio de Cámara, se incorporan mañana en su juramento los senadores electos, por lo tanto, no estamos en condiciones de dictaminar. Lo que sí hemos querido es llevar adelante esta reunión, atento a que el viernes se ha conmemorado el Día de Lucha Contra la Violencia Contra la Mujer y hay eventos en todos los Congresos del mundo para sensibilizar sobre esta gran tragedia, que podemos decir que es la tragedia del año en la Argentina y, en particular, en mi provincia. En primer lugar, tenemos que destacar la falta de estadísticas oficiales; estos no son crímenes que se midan oficialmente. Gracias al esfuerzo de las organizaciones no gubernamentales y de muchos periodistas, que en base a las noticias periodísticas van realizando estadísticas, tenemos algunas cifras. A nivel de la Argentina, en el año 2010, existieron 260 femicidios simples y vinculados y 15 vinculados de hombres y niños; femicidios simples y vinculados de mujeres y niñas, 260. En lo que va del 2011, tenemos 237 mujeres asesinadas. En la provincia de Salta, de enero a octubre de este año, asesinaron a 15 mujeres y niñas. Es la provincia con más índice de femicidios: tenemos una mujer muerta cada 80.963 pobladores. Le sigue Santa Fe, con un caso cada 138.000, y Córdoba con uno cada 183.000. Esto demuestra que hay muchas cosas que hacer en la Argentina, pero fundamentalmente que el enfoque penal no es el correcto. Mientras el enfoque penal sea el del homicidio pasional —“la mató por emoción violenta”—, de entrada, en la carátula del expediente se está exculpando al autor de estos graves delitos. Y esto tiene mucho que ver, por supuesto, con la cuestión ideológica, cultural, de la superioridad de los hombres sobre las mujeres; el hecho de la última dominación del hombre sobre la mujer: como no la puedo controlar, la mato y así mantengo ese control. Tenemos muchos proyectos presentados: de la senadora Fellner; de las senadoras Osuna, Riofrío, Bongiorno, y Parrilli; de la senadora Higonet; de la senadora Iturrez de Cappellini. Además, hay un proyecto de la Cámara de Diputados del Chaco, que solicita que impulsemos la aprobación, y un proyecto de la Municipalidad de Vicente López, del Centro de la Mujer. Para ayudarnos a reflexionar sobre este tema tan importante, tenemos distintas invitadas, pero antes le quiero dar la palabra a la señora senadora Marina Riofrío, que conduce la Comisión de la Banca de la Mujer. Sra. Presidenta (Riofrio). — Buenas tardes. En realidad, para nosotros, como Banca de la Mujer, creo que probablemente esta es la primera reunión plenaria a las que somos convocadas. Yo soy la presidenta de la Comisión de la Banca de la Mujer y vicepresidenta de la Comisión de Justicia. Tal cual lo ha manifestado la presidenta, creo que es un muy buen proyecto y un orgullo estar hoy tratándolo. Reflexionábamos hace muy pocos minutos con un asesor, quien me comentaba un hecho realmente escandaloso: en una reunión de profesores de un colegio, en una 29/11/2011 Reunión conjunta de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de la Banca de la Mujer Pág. 3 conversación totalmente desestructurada, el director le dijo a los profesores “Bueno, a las mujeres un cachetazo de vez en cuando les viene bien”. Y la verdad es que todos los profesores asintieron, y fue motivo de una chanza. Las mujeres estamos cansadas, cuando hablamos de estos temas, de la broma estúpida que no le hace gracia más a nadie. Este proyecto quita de cuajo el romanticismo en los crímenes que tienen que ver con algún tipo de pareja, algo que a mí me parece bárbaro. Se trata de romper justamente con esa lógica que, de alguna manera, como decía la senadora, disminuye la culpabilidad hablando de la extrema pasión que tenía el agresor. No queremos más ese tipo de situaciones. Sin duda, cada uno de estos proyectos tiene un aporte interesante. Creo que podremos tener una muy buena ley. Estamos terminando este año con la creación de la Banca, como espacio de una mirada de género que atraviesa a muchos temas que pasan por este Senado. Si logramos dar este primer paso, en este proyecto, creo que podemos sentir que hemos cumplido de alguna manera con nuestra misión en el Congreso. Sra. Presidenta (Escudero). — Gracias, senadora. Entonces, le doy la palabra a la doctora Natalia Gherardi, directora ejecutiva y socia fundadora de ELA (Equipo Latinoamericano de Justicia y Género). Quiero decir que nos han hecho llegar ejemplares de la publicación “Discriminación de género en las decisiones judiciales. Justicia penal y violencia de género”, así que lo distribuiremos a todas las senadoras. — Se da lectura del currículum vitae de la doctora Gherardi. Sra. Gherardi. — Muchas gracias, senadora. Agradezco la invitación y felicito la iniciativa de reunirse para empezar a discutir estos temas. Espero que la discusión se mantenga durante el año que viene, con reuniones de trabajo en la que se pueda avanzar sobre los diferentes aspectos de estos proyectos. Tuve la oportunidad de revisar alguno de los proyectos que usted mencionaba que se han presentado en la Cámara; varios tienen aspectos bien interesantes sobre los cuales vale la pena ahondar. En particular, me parece muy importante su primer comentario acerca de la ausencia de estadísticas públicas. El hecho de que los proyectos, nosotros y la prensa, como también los informes que el Estado produce ante los comités de Naciones Unidas, se remitan a las cifras que surgen de los periódicos, no las convierten en buenas cifras. El hecho de que hablemos de la cantidad de muertes según dan cuentas los medios gráficos o los medios de comunicación no convierten a eso en las estadísticas que necesitamos en la Argentina. Me alegro de que existan, me alegro de que haya gente que haga ese trabajo tan importante de recopilarlos, porque gracias a eso, en gran medida, se ha empezado a visibilizar mucho este tema. Sin embargo, no nos quita la responsabilidad de impulsar estadísticas específicas respecto de las cuales hay iniciativas en la región, en América latina, sobre cómo contabilizar esta forma particular de muerte de las mujeres que se llama feminicidio o femicidio en las ciencias políticas y sociales. Resulta importante tener esos datos producidos por las fiscalías que podrán dar la información sobre la cantidad de muertes que se producen y que se investigan, o por la Justicia, que nos podrá dar la información sobre la cantidad de esas muertes que se castigan penalmente. Eso nos servirá para informar mejores políticas públicas. De todas maneras, me gustaría poner una voz de alerta sobre el traslado directo de una categoría política y de las Ciencias Sociales como es el femicidio a categoría penal, creo que hay que hacer esa distinción. El hecho de que reconozcamos el feminicidio como una forma particular de muerte de las mujeres es importante e indica que tenemos que actuar sobre eso, pero no quiere decir a mi juicio que necesariamente haya que crear un tipo penal específico de 29/11/2011 Reunión conjunta de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de la Banca de la Mujer Pág. 4 femicidio. Algunos de los proyectos que se han presentado en esta Cámara y también en la de Diputados correctamente reivindican el tema como para agravar la conducta en determinadas circunstancias, por ejemplo, ampliando el agravante por cónyuge a los ex cónyuges o a las ex parejas, etcétera. Me preocupa trasladar a la figura penal la muerte por el hecho de ser mujer, porque me parece que merece un análisis cuidadoso de cómo vamos a aplicar eso, si no después vamos a volver a generarnos la frustración de que los jueces no lo pueden aplicar porque no es una categoría penal que se pueda sostener. Ese es el trabajo que me alegra que hayan comenzado y que espero que se pueda seguir el año que viene en el análisis cuidadoso de cómo se puede trasladar a un castigo adecuado y correcto. Comparto que hay que mejorar los mecanismos de formación de algunas instituciones del Estado en el ámbito de la Justicia para lo cual nos contarán qué hacen desde la Defensoría General, hay varios aspectos en los que se está avanzando mucho y muy interesantemente, pero no comprometernos en la incorporación de figuras penales que tal vez nos van a perjudicar más de lo que nos van ayudar aún con las mejores intenciones. Agradezco este espacio. Agradezco la invitación y de parte de la organización que yo represento quedo a disposición de ustedes para poder contribuir en lo que se puede el año que viene, en particular en el diseño de mejores instrumentos estadísticos para tener una dimensión más acabada de lo que nosotras llamamos la base de la pirámide. Sabemos la cantidad de mujeres que se mueren, por lo menos, por los diarios, pero no sabemos cuál es la prevalencia y la incidencia de la violencia en la sociedad, porque nadie empieza por matar. Las mujeres muertas a manos de parejas o ex parejas no fue esa la primera manifestación de la violencia que vivieron, muchas habían hecho antes denuncias. Entonces, ¿cuál es la prevalencia y la incidencia de la violencia en la sociedad? Eso nos va a dar la base de la pirámide a partir de la cual tendremos que empezar a actuar. La cantidad de denuncias es el segundo escalón de la pirámide. Sabemos cuántas personas actúan sobre la violencia y hacen una denuncia, pero necesariamente esa es una proporción menor de la cantidad de personas que la sufren. ¿Cómo saber que los servicios que tenemos son adecuados a la cantidad de personas que la sufren? Solamente lo sabremos con una encuesta nacional representativa de población sobre violencia en el ámbito social y familiar. Muchas gracias. Sra. Presidenta (Escudero). — Gracias, doctora. Después vamos a abrir un espacio para intercambio, porque creemos que hay suficientes estadísticas, está la oficina de violencia de la mujer en la Corte Suprema, en las cortes de los superiores tribunales de las provincias, sabemos que en Salta hay 16 mil denuncias; o sea, no es que no conozcamos. Ya conocemos la cantidad de denuncias que hay, nos falta actuar no sólo en el ámbito de la Justicia sino también obviamente en ámbito de la prevención. Estamos visibilizando que la actual estructura del Código Penal está facilitando la impunidad o penas muy leves por la atenuante de la emoción violenta. A continuación, le damos la palabra a la doctora Silvia Viqueira, abogada penalista, especialista en violencia familiar, trabaja en el Centro de la Mujer de la Municipalidad de Vicente López, desde donde nos hicieron llegar un anteproyecto. Sra. Viqueira. — Buenas tardes. Primero quiero agradecer la posibilidad de estar presentes como institución. La 29/11/2011 Reunión conjunta de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de la Banca de la Mujer Pág. 5 licenciada Liliana Cura y yo pertenecemos al Centro Municipal de la Mujer de Vicente López. La institución se fundó en 1993 y ha sido premiada por Naciones Unidas, reconociendo su labor, trayectoria y desempeño. Trabajamos en esta institución desde su inicio y tiene como función el diseño, la implementación y el seguimiento de políticas, planes y programas destinados a promover y proteger los derechos humanos de las mujeres y a erradicar toda forma de discriminación. Trabajamos profesionales interdisciplinarios: psicólogos, psicólogas, abogadas, trabajadoras sociales, médicos. Desde que venimos haciendo esta tarea, día a día vemos que las consultas cada vez de mayor alto impacto en cuanto al riesgo de las víctimas. Contamos con la posibilidad legal de tener la Ley 12569 en provincia y la Ley 26485 que ha sido un gran avance legislativo para contar con esas herramientas para poder pedir quizá medidas cautelares. Sin embargo estuvimos tratando de buscar formas alternativas para que la atención pueda suplir estas situaciones y pensamos en este proyecto porque entendemos que si bien, como decía la doctora, no hay estadísticas nacionales, tenemos la información a través de la Casa del Encuentro donde refiere números altísimos de muertes de mujeres y nuestra propia experiencia también nos demuestra que tenemos que estar presentes hoy por las voces que ya no están, mujeres que han sido asesinadas. Actualmente, en la Argentina, el 78 por ciento de estos homicidios son cometidos por hombres contra mujeres. Cuando se hablaba de crimen pasional, muchas veces está forma de determinar el asesinado de mujeres tomado por gran parte de los medios, se usan adjetivos calificativos que a veces el periodismo acompaña para describir estas muertes. Nosotras repudiamos esa descripción, porque entendemos que se invierte la carga de la prueba. Muchas veces por tolerar lo que significa la muerte, por ejemplo, de estas cuatros mujeres que ocurrió el fin de semana, la sociedad dice crimen pasional y no femicidio. La realidad es que en el caso de la muerte de estas mujeres hay que llamar a las cosas por su nombre: femicidio. También se reconoce al crimen pasional como característico por la saña con que se comete y la víctima pasa a estar en un estado de indefensión, porque conocía al sujeto. Se piensa que al homicida se lo debe considerar de manera más benigna. En realidad, los episodios de violencia contra la mujer no tienen otra historia válida que la propia historia personal del agresor. El acto violento expresa la presunción de legitimidad de quien lo ejerce. Al decir que el asesinato mató pero con pasión, se morigera el impacto del crimen; se atenúa muchas veces y, hasta en algunos casos, se diluye. Se tiende a reforzar los mitos referidos a la violencia, como “la mujer se queda con el agresor porque le gusta, porque algo habrá hecho o hay amores que matan”. La alta carga emocional lo acerca en algunos casos a la emoción violenta. El Centro de la Mujer de Vicente López considera que si es permitida la perpetuación de la violencia sin castigo, casi alentada y exculpada por la sociedad, habilita y refuerza estas muertes. Sra. Presidenta (Escudero). — A continuación, hará uso de la palabra la licenciada Liliana Cura, coordinadora técnica de la Municipalidad de Vicente López. Sra. Cura. — Así como la doctora decía que estamos acá para dar voz a las mujeres que ya no tienen voz, yo quiero traer las voces de aquellas que atendemos hace veinte años, que sienten que algo está faltando: un castigo efectivo, real, de los hombres violentos. Después de que las mujeres ven las noticias por televisión, vienen aterradas a sus espacios de tratamiento. Quizás mujeres que están en procesos judiciales, en donde dicen: 29/11/2011 Reunión conjunta de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de la Banca de la Mujer Pág. 6 “¿Y ahora qué va a pasar? Si yo sigo, insisto con pedir el divorcio, insisto con la medida cautelar, me va a matar”. Y esto no es una idea o una fantasía persecutoria de una víctima de violencia, sino que es concreto y real. Entonces, todo el tiempo estamos trabajando con la contradicción, diciendo: “Bueno, mujeres, hay instrumentos jurídicos, hay elementos que son de protección a las víctimas de violencia”. Pero ¿quién paga esta escalada de muertes? ¿Cómo hacemos para evitar que las maten? Porque las mujeres, si buscamos, tal vez previo al asesinato ya habían hecho denuncias, se habían separado o habían pedido protección. De hecho, nosotras todos los días en Vicente López estamos trabajando codo a codo con la fiscalía especializada en violencia de género, con la comisaría de la mujer, con las comisarías comunes, con el juzgado de paz, y nos damos cuenta que todo ese esfuerzo muchas veces cae en saco roto porque no hay un castigo efectivo. Por eso, nosotras en nuestro proyecto proponemos modificar el artículo 80 del Código Penal, si bien a lo mejor nos encontramos con la cruda realidad, que aunque los instrumentos jurídicos existan, después dependemos del operador de la Justicia para que los haga efectivo, o también escuchamos que algún juez morigeró la pena porque consideró que la víctima, muerta a martillazos por su pareja, lo había provocado. Entonces, obviamente que desde lo ideológico tenemos que trabajar, pero si el Código Penal ya dice claramente que el femicidio debe ser culpado como agravante, creo que esto en la sociedad impacta de otra manera. Sra. Viqueira. — Por todo lo que hemos manifestado es que solicitamos sustituir el artículo 80, incorporando el delito de femicidio íntimo en el inciso 1° y el femicidio público en el inciso 4°, agregando el agravante de género y, por último, incluyendo el nuevo tipo penal del inciso 11. Nada más. Sra. Presidenta (Escudero). — Muchas gracias, doctora y licenciada. A continuación, escucharemos la opinión de la doctora Raquel Asensio, abogada, integrante de la Comisión sobre Temáticas de Género de la Defensoría General de la Nación, quiénes nos han acercado este libro, que es muy interesante y que será de mucha utilidad para esta Comisión. Muchas gracias. Sra. Asensio. — Muchas gracias por la invitación. Antes de empezar, haré una pequeña confidencia: hace muchos años trabajé en el Senado, cuando era estudiante. En ese entonces, había dos mujeres que, por supuesto, tenían muy pocas posibilidades de acceder a las comisiones clave, a donde se discutían éstas cuestiones neurálgicas. Así que mi primer comentario es felicitarlas a todas ustedes por ocupar esta bancada, por llegar a ocupar estos espacios por donde pasan las decisiones políticas de mayor peso. Una segunda acotación es que la incorporación de mujeres en la política, en los cuerpos colegiados, también modifica las realidades. Si no, veamos quiénes están presentes en esta reunión, de qué modo este acceso de personas que antes eran discriminadas para llegar, también impactan en la realidad de todos y han tenido un impacto, más allá de que puede haber varones que sean más sensibles que mujeres, pero en términos generales ha redundado en tener, por ejemplo, esta reunión con quienes estamos presentes. Así que las felicitaciones por la reunión, por quienes las integran y por poder hacer real la apertura de estas discusiones en este ámbito. Antes de dar mi opinión sobre los proyectos de femicidio, que honestamente los he mirado muy por arriba, me parecía que antes que discutir la letra de cada uno era también 29/11/2011 Reunión conjunta de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de la Banca de la Mujer Pág. 7 importante reflexionar sobre los motivos que llevan a discutir la necesidad de esta reforma. Por eso, voy a empezar dando cuál es mi percepción sobre el problema, sobre cómo se ha instalado esta necesidad. Coincido con las presentaciones. Gracias al trabajo importantísimo que han hecho las organizaciones de mujeres, el movimiento feminista, con que la violencia de género ha ocupado lugar en la agenda pública. En general, cuando suceden casos de violencia de género, la mayoría de los comunicadores sociales, de los referentes políticos y sociales, lo identifican como un problema de violencia de género. Y esto es un aporte muy importante, que también ha implicado visibilizar las graves consecuencias que tiene la violencia de género. No solo es un problema que afecta a muchas mujeres, sino un problema que se lleva la vida de muchísimas mujeres y que las afecta en cada uno de los aspectos de su vida cotidiana. Además, creo que existe otra percepción —también la comparto— que tiene que ver con la respuesta inadecuada que recibe el tratamiento de estos casos cuando llegan, sobre todo, a la Justicia penal. Entonces, esta percepción de respuesta ineficiente lo que hace es generar una sensación de mayor impunidad. Esto ya lo ha dicho hace muchos años la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el caso “María da Penha”, donde ha señalado que la deficiencia judicial y la ineficacia del Estado para esclarecer estos hechos, para sancionar a los responsables, genera la percepción social de que estos hechos son tolerados, y esto propicia la reiteración de los hechos de violencia de género, generando un ambiente proclive a la perpetuación de la violencia de género. Entonces, frente a la magnitud del problema de la violencia de género, tanto cuantitativa, como cualitativa, y frente a esta ineficacia de la Justicia penal, habría que preguntarnos en qué consisten esos problemas. Lo que creo yo, y lo que cree la organización en la que trabajo, que es lo que se ve reflejado en ese pequeño librito que nosotros hemos traído para compartir con ustedes, es que estos problemas obedecen más a prácticas judiciales y no a un problema normativo. En esta investigación, realizada durante el año pasado, sobre resoluciones judiciales mayormente de 2009, analizamos cuáles son los estándares internacionales que deben obligar la investigación de los hechos de violencia de género del Estado argentino, es decir, en qué consiste el deber de debida diligencia en la investigación de estos casos, según los estándares internacionales a los que el Estado debe ajustarse, y lo contrastamos con algunas prácticas judiciales. Aclaro que no es una investigación de tipo cuantitativa, sino cualitativa, una selección de algunas decisiones, para mostrar errores comunes. Nosotros en esta investigación lo que encontramos, primero, es que los operadores judiciales se resisten a investigar los hechos de violencia de género. Voy a hablar en términos generales porque, por supuesto, hay algunas prácticas que son ejemplares. Lo que advertimos en este grupo de casos que seleccionamos es que hay muchas resistencia a investigar con seriedad estos hechos, o sea se renuncia a todo tipo de investigación, permanece la idea de dicotomía entre el espacio público y el espacio privado, se aduce que no se configura una tipificación de conductas sólo por el hecho de tratarse de una reyerta de pareja. Es decir que si no fuera una reyerta de pareja sí sería delito, pero la circunstancia de que sea en un ámbito de pareja, en un ámbito privado hace borrar la tipicidad. Se indica que es la víctima quien no aportó las pruebas cuando quien debe investigar es el Estado y no las víctimas. Tampoco hay exhaustividad en la búsqueda de pruebas, en la valoración de estas pruebas, encontramos valoraciones de las pruebas totalmente arbitrarias, tendenciosas, a 29/11/2011 Reunión conjunta de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de la Banca de la Mujer Pág. 8 elección de los medios probatorios que son elegidos para sostener una determinada conclusión y sin dar ninguna justificación al respecto, se dejan de lado los elementos de prueba que eran acordes al relato que hacía la víctima. Se hace una valoración de prueba en el sentido totalmente inverso al que lo indica el sentido común. Un examen de ADN en una violación, con una muestra del 99,9 por ciento de compatibilidad, terminan concluyendo que no es concluyente al respecto. Encontramos un montón de prácticas de este tipo, presencias de estereotipos, de prejuicios de género, muchas prácticas de revictimización que muestran una inversión de los roles del proceso penal, donde la víctima termina siendo investigada, debe dar cuentas de su conducta sexual, sobre sus conductas previas, debe someterse como si fuera un examen de rutina a pruebas destinadas a probar la veracidad de esos relatos. Hay un montón de prácticas judiciales que son totalmente contrarias a lo que indica el deber internacional de investigar con la debida diligencia, pero que subsisten en muchos de nuestros tribunales de justicia y que hacen que estos hechos queden impunes o se les aplican montos de pena que parecen no guardar relación con la gravedad de los hechos que eran investigados. Si esto es así y si el problema está en la práctica hay que replantearse qué tipo de utilidad puede tener la inclusión de un tipo legal destinado a incrementar la pena. ¿Por qué? Porque como lo han señalado voces internacionales y muy autorizadas, la discriminación de género que persiste en nuestras sociedades es lo que explica el motivo por el cual ocupan estos crímenes, la modalidad con la que ocurren, como comentaban recién las compañeras, el tipo de agresión tan virulento, tan encarnizado, pero también explica las formas en que reaccionan las autoridades judiciales encargadas de esclarecer estos delitos, porque la raíz de la violencia de género está en lo patriarcal y en una sociedad que todavía discrimina a las mujeres por razones de género. Si no se atacan las causas de esta discriminación, es muy difícil lograr cambios significativos, porque las mismas pautas discriminatorias que tiene el agresor para cometer estos hechos de violencia persiste en los operadores de justicia, porque persiste en esta sociedad que la integramos todos y que tiene prácticas violentas que todos reproducimos. Bajo este panorama, mi opinión y en el mismo sentido la de la defensora general, porque hemos tenido oportunidad de conversar al respecto, es que no sería de mucha utilidad. Yo hago un paréntesis en esto sobre si sería viable o no, con esto que se señalaba a ver si es posible o no una calificación de un delito solo atendiendo al género. Creo que es una discusión que hay que dar, me parece que no es la solución impuesta por tratados internacionales que dicen que el Estado debe actuar frente a violencia de género, pero si no es una conclusión obligada tampoco quiere decir que esté prohibida por nuestro marco constitucional, me parece que es una discusión que hay que dar. La Ley 23.592 agrava delitos cuando merecen motivos de odio cometidos contra ciertos grupos, no incluye a las mujeres ni motivos de género. Una primera discusión pendiente también es ver cuál es el marco constitucional para adoptar una medida de este tipo. Creemos que también hay discutir cuál es la utilidad que puede tener y cuál es el impacto que puede tener una modificación de este tipo. Digo esto porque si nuestros operadores judiciales se resisten hoy en día a aplicar penas que hay y que son altas, creemos que esa resistencia va a ser mayor, si las penas son mayores porque consideran que es injusta esa pena. ¿Por qué estos casos de femicidio ahora son penados con este tipo de penas menores? 29/11/2011 Reunión conjunta de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de la Banca de la Mujer Pág. 9 Porque invocan una emoción violenta, cuando se podría discutir cuáles son las bases de esos estudios que hacen concluir esto, porque hasta qué punto no están impregnados por miradas androcéntricas y discriminatorias de género, además consideran que es injusta, las penas del homicidio en nuestro Código Penal son muy altas, un homicidio simple tiene de 8 a 25 años. Yo nunca escuché a una persona quejarse de que el femicida fue sancionado con una pena muy leve porque se le aplicaron los 25 años y que el problema es de la escala penal. Creo que el problema no está en la escala penal sino en ciertas prácticas que ni siquiera le apliquen esa pena, que hacen que cuando concurra a circunstancia agravante como les parece que es un exceso, porque es desmesurada esa pena para la conducta que se está investigando, en lugar de aplicar el agravante del artículo 80 de prisión perpetua le aplican la circunstancia extraordinaria de atenuación, porque mientras los operadores jurídicos consideran que esa pena es injusta se van a resistir a aplicarlas. Esto no es único en nuestro país, ha ocurrido en España con el agravamiento de ciertas penas y los jueces para no aplicarlo han adoptado por aplicar otras figuras. Me parece que el impacto que puede tener estar medida si no se corrigen estas prácticas necesariamente es una dimensión que debería ser considerada en este debate. Ahora bien, con esto estoy muy lejos de querer aventar esta histórica puja entre que las leyes que hay no sirven y por eso la Justicia no puede administrar Justicia como a ella le gustaría ni tampoco de que las leyes están y la culpa es de los jueces que no las aplican. Creo que hay una agenda legislativa para trabajar en el tema del femicidio, y yo muy humildemente, ya que me han invitado a esta reunión, pensé en algunos de los puntos que considero que deberían acompañar la discusión de la incorporación de la figura de femicidio al Código Penal. En primer lugar, a modo de prueba de mi apreciación sobre que la sola sanción de las leyes no va a ser suficiente para modificar esta realidad, quiero hacer mención con lo que pasó con la Ley 26485. Aproximadamente hace tres años en esta fecha se sancionaba por parte del Congreso esta ley que está absolutamente ausente en todos los debates vinculados a los casos de femicidios y no son algo distinto a otra manifestación de violencia de género. Si las leyes no se hacen carne, si no van acompañadas con una voluntad real de apropiarlas, de que sea una ley vigente en el país, no va a ser suficiente la reforma legislativa. Mi apuesta es a aquella ley que tiene algún defecto pero que en términos generales constituyó un cambio de paradigma en llamar a estos hechos por su nombre. Llamarlo violencia de género me parece un cambio de paradigma muy importante. También evaluar como órgano no sólo autor de la norma sino que dicta las políticas públicas qué ha pasado con esta ley, cuál ha sido el impacto que ha tenido, cuáles son las cuestiones que hay que reforzar, las cuestiones que hay que cambiar. Sancionar esta ley y no acompañarla con un presupuesto acorde a todo lo que se supone que esta ley está destinada a hacer, tampoco va a ser suficiente en términos de cambios en las políticas públicas y en la lucha contra las pautas discriminatorias de esta sociedad. Me parece que hay que tratar de reforzar esta ley, que está orientada a atacar la violencia contra las mujeres en todos los ámbitos no tiene los mecanismos idóneos para reaccionar frente a todos los tipos de violencia contra las mujeres. Pensemos en la violencia simbólica, en la violencia mediática, hay una definición muy fuerte, muy generosa en cuanto a la apreciación de este tipo de configuración de violencia, pero no hay una herramienta ágil, idónea, judicial, expedita que permita reaccionar con inmediatez frente a un caso de violencia 29/11/2011 Reunión conjunta de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de la Banca de la Mujer Pág. 10 mediática. Ahora hay una movilización bastante grande en la provincia de Santa Fe o en Rosario. Sra. Presidenta (Escudero). — En Salta también. Sra. Asensio. — Pero el recurso sigue siendo la denuncia ante el INADI, que es lo mismo que se hacía antes de la sanción de la ley. Creo que también se podría tratar de ver de que modo para atacar la discriminación que hay en nuestra sociedad se puede tratar de fortalecer los mecanismos de exigibilidad del respeto a esa ley, reacciones frente a otro tipo de violencia que no encuentran la respuesta más adecuada en el proceso establecido en esa ley que tal vez estaba más pensado para otro de tipo de manifestaciones de violencia. El Derecho Penal como herramienta de prevención tiene una función que cumplir en términos de prevención general, más allá de esto de la prevención particular que pueda tener o no, pero el Derecho Penal llega tarde. Me parece que hay que fortalecer aquellas medidas destinadas a brindar asistencia a las víctimas una vez que han ocurrido los primeros hechos de violencia y, como decía Natalia Gherardi, las primeras manifestaciones no son las más graves. El ciclo de la violencia se caracteriza por ir creciendo, son cada vez más frecuentes y cada vez más graves. Pero en el medio de todo ese proceso se les debe brindar herramientas suficientes a las mujeres para que puedan salir de ese círculo, para que puedan salir de esa situación. Y que tienen que ser herramientas destinadas a poder cortar esta situación, no solo en términos de la dependencia emocional y psicológica, que constituyen obstáculos muy importantes, sino también son necesarias medidas de promoción de derechos para que no sea un obstáculo la dependencia económica, es decir, medidas de capacitación laboral, medidas para la reinserción laboral a aquellas que no la han tenido, y que le permitan tener un salario digno que permita afrontar los gastos de su familia, porque estas mujeres también tienen dificultades materiales que son de muy difícil sorteo. También se han implementado medidas muy interesantes en la ley, que hay que ver qué pasa. Ya se ha hablado acá de las estadísticas. ¿Qué pasa con esas estadísticas? ¿Está en condiciones o no la Justicia de cumplir con el registro que está establecido en la ley? ¿No está en condiciones por las dificultades de distinta jurisdicción? ¿Hará falta un registro nacional creado por una ley nacional? No sé, digamos que el Congreso tiene atribuciones para seguir evaluando y hacer un seguimiento de estas políticas públicas que él mismo dictó. Específicamente en términos de materia penal, también existe toda esta discusión sobre si debería ser una figura específica de femicidio o si lo que hace falta es agregar el inciso 1° del artículo 80: las relaciones afectivas que no hayan sido concretadas por un vínculo conyugal. Entonces, todas estas son discusiones que hay que dar y también dependerá de cuál es el fundamento que dio origen a la medida, si es el crimen de odio, si es la discriminación de género o si es la relación de confianza. Pero en todo caso, me parece que un aspecto que también debe ser evaluado es qué pasa con las circunstancias extraordinarias de atenuación, porque en nuestras prácticas judiciales han sido utilizadas para decir que la víctima provocó a ese agresor y justificar la disminución de pena, para decir que el hombre lo único que hizo fue cumplir con su promesa de tantos años. ¿Si el cuántos años estuvo diciéndole que la iba a matar? Bueno, la mató, era muy celoso. La falta de cierta racionalización sobre la invocación de estas circunstancias extraordinarias da cabida a interpretaciones arbitrarias y discriminatorias, porque es la herramienta que tienen jueces que no quieren aplicar una pena que consideran desmesurada, 29/11/2011 Reunión conjunta de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de la Banca de la Mujer Pág. 11 para alivianar este tipo de penas. Entonces, yo entiendo que la enormidad de la pena prevista presente una objeción de tipo “tenemos que estar preparados”, “tiene que estar preparado el juez para decir que, a pesar de esta circunstancia agravante, hay alguna razón por la cual debería atenuarse”, pero no se debería dejarle a los jueces un arbitrio tan amplio, dado que ya está visto que es utilizado de forma discriminatoria en casos de violencia de género. Si se la incorpora como figura autónoma del agravante, otra cuestión es ver cómo se compatibiliza con el agravante del vínculo. Quienes trabajan el tema señalan la necesidad de una reforma procesal penal. Dentro de lo que es una reforma procesal penal, creo que es necesario incluir medidas de, no solo de mayor peso, la figura de la víctima, más allá de que no es el objetivo del proceso penal promover los derechos de las victimas, pero sí resguardar sus derechos, para disminuir el índice de revictimización que se observa en la Justicia penal. También sería interesante para disminuir estos niveles de revictimización la implementación o la previsión de que en estos casos todas las mujeres que hayan sido víctimas de violencia de género, por lo menos en las figuras más graves, puedan contar con un patrocinio jurídico para constituirse como querellante. En el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, la Defensoría General de la Nación tiene un programa para acompañar como querellantes en algunos casos, y uno de los ejes prioritarios de trabajo es el de la violencia de género. Pero son programas vinculados a personas sin recursos económicos, porque es como está creado el organismo y porque no hay una dependencia creada por ley, dedicando los recursos necesarios. Me parece que, antes las prácticas de revictimización, el patrocinio jurídico puede ser un elemento que disminuya esta inversión de roles, esta investigación sobre la víctima y la incorporación de prueba que es totalmente irrelevante para probar los hechos denunciados y que se vincula más con ciertos estereotipos. Por último, una última idea que quería compartir con ustedes es la necesidad de repensar otra faceta que tiene la violencia de género cuando llega a sus manifestaciones más extremas: ¿qué pasa con los casos de violencia reactiva? ¿Qué pasa en aquellos casos en los que las mujeres, inmersas en una relación de violencia durante años, terminan matando a su pareja? En esto hay muchos antecedentes que han aceptado la aplicación de la legítima defensa, porque han tenido por probados los elementos que tradicionalmente lo dan por configurada. Pero también es cierto que, como se enseña tradicionalmente la legítima defensa, no le da cabida necesariamente a muchas de estas situaciones. ¿Por qué? Porque el concepto de “inmediatez”, de “proporcionalidad de la legítima defensa”, está pensado para agresiones entre pares, de personas en las mismas circunstancias, para agresiones masculinas básicamente. Entonces, se dice que si la mujer le pegó un tiro ante unas cachetadas, no guarda proporción; si ella esperó a que se durmiera o se descuidara, no hay la inmediatez suficiente. Por lo tanto, la idea también sería repensar los elementos que deben configurar esta legítima defensa para que estos casos no terminen siendo a los que le aplican las agravantes, que es lo que muchas veces, lamentablemente, sucede en nuestros tribunales. Muchas gracias. Sra. Presidenta (Escudero). — Muchas gracias, doctora. Le damos ahora la palabra a la última invitada, la doctora Ángeles Gómez Maiorano, doctora en Derecho, especialista en Derecho penal, secretaría en la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 38 de la Capital Federal. Sra. Maiorano. — Buenas tardes. Ante todo, muchas gracias por la invitación. Yo en gran parte comparto alguna de las apreciaciones que hizo la doctora. Estuve leyendo los proyectos, 29/11/2011 Reunión conjunta de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de la Banca de la Mujer Pág. 12 y creo que a mi modo de ver, por lo menos desde la práctica, existen algunas tipificaciones que tienen un carácter demasiado abierto a los fines probatorios y que, en caso de que se sancionen como ley, será muy difícil la aplicación. Decir que a una persona se le quitó la vida en el marco de un contexto de violencia de género implica necesariamente tener que probar que en ese contexto existió una violencia de género. Entonces, ya de por sí, comenzar la tipificación en la estructura de un tipo penal mediante estos significados es, a mi modo de ver, bastante complejo. Sí entiendo que es necesario modificar el artículo 80, en cuanto al primer inciso, porque existen claros principios de desigualdad desde el mismo momento en que se agrava la pena cuando una persona le quita la vida a quien resulta ser su cónyuge, y no así su conviviente, su pareja o con quien ha estado en pareja —también se dan esos supuestos—, o con quien mantiene una relación de vínculo, porque tienen hijos en común y no necesariamente estén viviendo juntos. Desde el punto de vista de la sanción de la norma, con el femicidio en sí, entiendo que hay que hacer un estudio un poco más exhaustivo sobre toda la problemática. Hoy por hoy, la Justicia penal carece de muchos recursos en la Capital Federal como para poder asistir a la víctima, más allá de que tenemos una Oficina de Asistencia a la Víctima y que trabajamos con la oficina de la Corte Suprema de Justicia. Pero la víctima viene en busca de cosas concretas, que son la asistencia económica o una vivienda, porque si se separó de la persona que la golpea, necesita irse a vivir a algún lado, y nosotros no estamos en condiciones de facilitárselo. Por otro lado, lo que tenemos es una diversidad de expedientes que tramitan ante distintos organismos: correccionales, civil, de instrucción, y ahora muchos delitos se van a pasar a la orbita de la Ciudad, lo que a nosotros también nos genera un engorroso trámite en las causas de violencia de género. Es muy difícil poder ir determinando todo el historial de violencia de una mujer a través de tantos expedientes. Y también se generan decisiones contradictorias: que en un expediente civil se ordene una cosa, mientras que desde el ámbito de la Justicia penal queremos hacer otra distinta. Entonces, me parece que el tema de la tipificación del delito tendría que ser con un tipo penal no tan abierto, si es que se sancionará como delito, un poco más estricto y tener en cuenta esta cuestión básicamente de la prueba. Si se quieren establecer demasiadas circunstancias en el tipo penal, después todas esas circunstancias y todos esos elementos hay que ir probándolos y se terminan convirtiendo en una cuestión bastante complicada. Estuve mirando algunos antecedentes y vi que hay una norma que muchos Estados la han tenido como modelo, me refiero a la norma sueca que no habla pura y exclusivamente del femicidio, pero sí establece —yo la traje, después si quieren se las dejo— todo el tema de la violencia. La sanción de esa norma apunta más que nada a evitar en un futuro cualquier tipo de planteos en cuanto a la discriminación. Entonces, hacen un tipo penal general que puede incluir una violencia entre hombre, mujer y también entre parejas homosexuales, y luego sí una norma específica en cuanto a la víctima mujer. Creo que eso también hay que tenerlo en cuenta, porque al momento de sancionar una norma después solucionar un problema implica generar otro. También existe la violencia de género dentro de otros ámbitos que no son solamente las relaciones heterosexuales. Sra. Presidenta (Escudero). — Muchas gracias. Antes de darle el uso de la palabra senadora Higonet, quiero recordar que existe esta 29/11/2011 Reunión conjunta de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de la Banca de la Mujer Pág. 13 figura en el código sueco, en España, el Parlamento europeo se ha pronunciado en varias oportunidades, también existe en Costa Rica, en Guatemala, en el Distrito Federal de México, en Panamá hay un anteproyecto al respecto, en El Salvador, en Colombia, en Chile, en Bolivia hay un proyecto integral y en Perú se ha empezado con el Registro de Víctimas de Femicidio. No es un tema absolutamente novedoso. Creo que hay que diferenciar tres casos. Uno, al que se refería la doctora, ampliar el agravante del cónyuge a cualquier relación afectiva, de pareja, actual o pasada. Dos, el de violencia de género existe y habría que ver cómo lo tipificamos para que no sea tan abierto, pienso en el crimen de las turistas francesas ocurrido en mi provincia, las violaron, las mataron, las golpearon y al final las ejecutaron, pero hubo una violencia doble, porque eran mujeres y extranjeras. Tres, el tema de los homicidios vinculados, ahora estamos viendo que mataron a los niños para vengarse de la mujer. Me parece que es útil que el Código Penal empiece a discriminar para discriminemos también estadísticas y veamos de qué forma nos vamos a aproximando. El tema es profundo y merece un estudio muy detenido y yo haría votos para que en un año, al 25 de noviembre del año próximo, el Congreso pueda llegar con una ley que empiece a adecuar estos gravísimos delitos que van en aumento. Las estadísticas de las ONG nos van mostrando que estos crímenes van en aumento. Le damos la palabra a la senadora Higonet, autora de uno de los proyectos. Sra. Higonet. — Gracias, señora presidenta. Agradezco a todos los presentes por el aporte. Seguramente vamos a tener que seguir debatiendo mucho. Voto para sea realidad lo que dijo la senadora Escudero y el año que viene podamos aprobar este tema, que en este momento tiene más fuerza y más sensibilidad por todo lo que ha pasado este fin de semana. La verdad que uno no deja de sorprenderse, de impresionarse, creo que tenemos que trabajar fuertemente. Esto requiere de muchas etapas más, de mucho trabajo de prevención, de mucho trabajo con los operadores judiciales. Justamente, con la doctora compartimos hace unos meses un desayuno en la Secretaría de Derechos Humanos y le contaba que había vivenciado de manera personal un caso de violencia extrema. Cuando acompañamos a la mujer, después de estar trabajando mucho para que ella sintiera la real necesidad de denunciar esto, llego a la comisaría y le dijeron: “¿para qué vas a denunciar?” De modo que es mucho lo que hay que trabajar, pero creo que si estamos haciendo toda esta labor previa tiene que estar esto contenido en el Código Penal. Tenemos que tipificar, hay que empezar a llamar a las cosas por su nombre. Esta modificación para mí es muy importante. Habrá que estudiar, habrá que profundizar, no dejar espacios abiertos o interpretaciones varias que sea lo más preciso y lo más justo. Estoy convencida de la necesidad de modificar el Código Penal. No estar hablando de una ley más, sino que este es el lugar enfático donde tenemos que tipificar este delito. Les agradezco y nos ponemos a disposición para seguir trabajando mucho. Agradecemos el trabajo de ustedes. Nos dijeron que hace 20 años que están en el tema, las experiencias deben ser muchas y uno tiene muchas preguntar. Uno piensa, ¿todo esto que está pasando se da porque ahora se está conociendo más, se está hablando más, las mujeres se animan más, estamos acompañando más o realmente se está agudizando la violencia? Es una pregunta que nos preocupa y nos debe ocupar. Las felicito. Todos los que estamos en esto, creo que tenemos que seguir trabajando mucho. Gracias. 29/11/2011 Reunión conjunta de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de la Banca de la Mujer Pág. 14 Sra. Presidenta (Escudero). — Tiene la palabra la senadora Di Perna. Sra. Di Perna. — Simplemente, estoy a disposición para trabajar en este tema que está tan impregnado en todas las sociedades. Hace pocos días escuché que en un país de Asia una mujer fue violada y no fue condenada la violación, sino que ella fue condenada por adulterio. Es decir, ver esto en las distintas sociedades y la violencia en nuestra sociedad hace, no sólo por ser mujer sino por pertenecer a una generación en la cual tenemos responsabilidades para nuestras hijas y nietas, que tengamos que trabajar fuerte. Sra. Presidenta (Escudero). — Tiene la palabra la senadora Parrilli. Sra. Parrilli. — Buenas tardes. Muchas gracias por todos los aportes que han hecho. Me parece que estamos iniciando y continuando un camino. Creo que el proyecto de ley que ya tiene media sanción, que hemos trabajado en esta Comisión, de los delitos contra la seguridad vial, donde la persona que provocaba o mataba a alguien y estaba alcoholizado era un atenuante, y nosotros por el contrario lo estamos poniendo y penalizando como un agravante, es empezar a mirar, las sanciones, quizá todo lo que nos está pasando en el país desde otro lugar. Si bien como decía aquí la doctora con la ley de perspectiva de género todavía no se han tenido grandes avances, creo que estamos en el camino. También cuesta mucho que esto se lleve a cada una de las provincias donde nosotros estamos, porque si bien es una ley de carácter público que está vigente se necesitan procedimientos provinciales y acompañamiento económico. Lo que se decía en cuanto a la protección que hay que darle a la mujer ni bien recibe una agresión y decide irse de su casa, me parece que es el eslabón fundamental que tenemos que robustecer para no llegar al delito penal. O sea, así como nosotros en los delitos contra la seguridad vial hemos creado un tipo de pena, habría que pensar si ese tipo también no se podría adaptar para esto, porque trata de penar aquellas conductas que pueden llegar a ocasionar. Si yo manejo alcoholizado, si manejo a 200 kilómetros por hora, si cruzo donde hay una escuela, puedo llegar a matar a otro persona. Entonces, aquí habría que ver si yo lesiono, si ya está la denuncia o se la detectó en el hospital y la mujer no se anima a hacer la denuncia porque no está protegida, qué pasa con este tipo de conducta, si no las tenemos que empezar a penar ya, antes de que se produzca el hecho de la muerte. Así que nos espera un camino donde tenemos que empezar a rever en conjunto todas estas medidas, con una mirada distinta que tiene que proteger realmente a la víctima y no, como decía la senadora, terminar acusándola quizás por adulterio, porque sería muy grave. Pero nos pasa lo mismo también en los casos de violación. Lamentablemente, en Neuquén hay un hecho terrible donde la chiquita violada queda embarazada, pero como se demuestra que no hubo penetración, la pena es mínima. Entonces, nos parece que hay mucho para hacer. También es llamativo, como se decía aquí, que hoy seamos todas mujeres las que estamos tratando este tema, cuando esta Comisión está formada también por muchos varones y acá no hay diferencia de ningún bloque. Sra. Presidenta (Escudero). — Gracias, senadora. Tiene la palabra la señora senadora Fellner, que es autora de uno de los proyectos. Sra. Fellner. — Gracias, presidenta. Simplemente felicito a la Comisión por tomar estos temas, aunque sea ésta la última reunión del año, porque seguramente este tema inaugurará el próximo periodo. Este tema nos duele tanto después de la muerte de estas cuatro mujeres hace 29/11/2011 Reunión conjunta de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de la Banca de la Mujer Pág. 15 unos días, y seguramente también por el hecho de ser mujer. Les agradezco a las invitadas. Seguramente tendremos mucho para trabajar en éste y en otros temas con respecto al género. Sra. Presidenta (Escudero). — Gracias, senadora. Tiene la palabra la señora senadora Riofrío. Sra. Presidenta (Riofrio). — Para concluir, creo que alguien mencionó si la violencia está en aumento o no. Creo que lo que está en aumento es la conciencia de los derechos de la mujer. Sin duda, el hombre no estaba preparado antes, y mucho menos ahora, a enfrentar a una mujer conciente de sus derechos. Por eso, cada vez le pone más resistencia y la violencia es feroz, porque obviamente no está capacitado ni preparado para enfrentar a una mujer en estas condiciones. Me parece que ese puede ser uno de los motivos de la mayor cantidad de casos de violencia. También me parece interesante lo que mencionaba la doctora, esto de las prácticas, que en el análisis tal vez no es tanto la legislación, sino como un modo de ser de las prácticas procesales, y creo que tiene que ver con lo cultural. En un 80 por ciento, la Justicia está compuesta por hombres, que tienen una cuestión casi corporativa con respecto a esta situación. Por lo tanto, creo que también el desafío —tal vez no específicamente en este proyecto— es alguna vez ponernos a pensar en que los problemas nuestros, de las mujeres, son de las mujeres. Porque siempre hemos tenido esa visión universal de que todos los problemas de la humanidad son nuestros, aunque no nos afectaran: los problemas del hombre sin trabajo son nuestros, los problemas de los niños son nuestros, los de los viejitos son nuestros. Entonces, me parece que va quedando como la faceta cultural de hablémosle a los hombres, a los niños y a los jóvenes de cómo visualizan su vida y su relación ante esta nueva mujer, que somos las mujeres hoy, y que evidentemente la cultura y la educación no los ha preparado para ello. Creo que es un gran tema que no podemos dejar de lado. Los felicito a todos y agradezco especialmente a las compañeras que han venido a darnos su opinión, que han sido muy enriquecedoras. Sra. Presidenta (Escudero). — Gracias, senadora. Para concluir, quiero contar un caso ocurrido en la provincia de Salta, para mostrar lo que es la violencia contra las mujeres y la violencia desde el sistema penal. Hubo un caso de una nena de 13 años que estaba embarazada, tomó un medicamento para librarse del embarazo y murió. ¿Qué hicieron los jueces? Meter presa a la madre y dejar abandonados a tres niños que estaban en exclusivo cuidado de la madre. Justamente, el viernes hubo una marcha pidiendo por la libertad de esa mamá. O sea, esa es la visión desde la Justicia penal, con la cual hay que trabajar mucho. Yo creo que la Ley de Violencia Contra la Mujer es uno de los logros del Congreso argentino. Es una de las leyes más modernas del mundo y está empezando a ser aplicada, poco a poco, por los jueces, y creo que es el camino de la prevención. Obviamente, cuando llegamos a esto que estamos viendo —el Derecho penal—, las mujeres ya están muertas. Por eso, hay que seguir trabajando en todos los frentes. Creo que este es un tema verdaderamente apasionante. Me parece que ha sido una buena reunión, sensibilizarlo y ponerlo en agenda, y que el próximo año sea el tema de cabecera con el que empiece a trabajar esta Comisión, serenamente, porque queremos una buena ley. Si hay que 29/11/2011 Reunión conjunta de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de la Banca de la Mujer Pág. 16 modificar al Código Penal, queremos hacerlo viendo todos los aspectos, todas las aristas, convocando a todos los especialistas, para hacerlo con serenidad, pero sin lugar a dudas tener presente que aquí estamos frente a delitos diferentes, donde están en juego otro tipo de valores, otro tipo de pasiones que hay que modificar como conducta de la sociedad. El Derecho penal muchas veces es disuasivo de ciertas conductas, y por eso hay que avanzar. Les agradecemos mucho la presencia y las disculpas porque la invitación fue con poca anticipación. Les agradecemos la respuesta a esta convocatoria, que es muy importante, y nos comprometemos todas las senadoras a seguir trabajando con ustedes. Damos por levantada la reunión. — Son las 15 y 22.