El Fallo a analizar fue dictado por la Excma

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RESPONSABILIDAD BANCARIA POR ERRÓNEA INCLUSIÓN EN EL
SISTEMA DE RIESGO CREDITICIO - CUANDO SE CONFIGURA EL
DAÑO
Autoras: Susana MAS y Mabel C. RODRIGUEZ
Miembros del Instituto de Derecho Comercial
Ángel M. MAZZETTI del Colegio de Abogados de Lomas de Zamora
El informe erróneo suministrado por un Banco al Banco Central u organismos de
informes crediticios, no subsanado en término, hace pasible a la entidad que lo prestara al pago de la indemnización de daños y perjuicios que se produzcan en el patrimonio
y el espíritu del informado.
El Fallo a analizar fue dictado por la Excma. Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Lomas de Zamora, Sala I. el 23 de septiembre de 2004, en autos “ALBELO, Mirta Aurestela c/Banco de la Provincia de Buenos Aires s/Incumplimiento Contractual y Daños y Perjuicios” Causa Nº 58697; Juzgado de origen Civil y Comercial Nº 8.El conflicto se suscitó entre las partes en virtud de un contrato de tarjeta de crédito que
suscribiera la actora con el Banco de la Provincia de Buenos Aires; ésta se convirtió entonces
en usuaria de una tarjeta VISA.Es necesario destacar que al momento de la celebración del contrato, para obtener una
tarjeta de crédito en el Banco demandado - como requisito esencial - se abría en forma conjunta una caja de ahorro y una cuenta corriente especial para saldos deudores.- Ésta es una cuenta corriente sin chequera.- En e caso que al vencimiento el titular no realice el pago por caja o
no tenga saldo suficiente en la caja de ahorro, se debita el monto del capital de esta cuenta
especial, la que además genera intereses.La usuaria tuvo problemas con una empresa de call back (TELEDATA) con la que mantenía un contrato en dólares estadounidenses, por sobrefacturación.- En este contexto reclamó
en varias oportunidades ante el Banco que trasladó estos reclamos a Visa para que esta empresa a su vez se comunicara con TELEDATA para ver si tales reclamos eran o no viables.-
Sin embargo, aún conocedor del problema, el Banco debitó, a cada vencimiento, el capital de la cuenta especial, generando intereses.Esta circunstancia originó un saldo deudor en esa cuenta, razón por la cuál la entidad
bancaria, informó a la institución de riesgos financieros Organización VERAZ S.A. la situación
de “deudora” de la actora siendo ésta calificada “categoría 5”, o sea deudor irrecuperable.La actora tomó conocimiento de que figuraba en los registros financieros como morosa
irrecuperable, al tratar de obtener un crédito personal ante el CITIBANK.En consecuencia de esa situación la usuaria impulsó la demanda que origina el fallo analizado, sosteniendo que, por exclusiva responsabilidad del Banco, cayó en profunda angustia e
inquietud, aduciendo que desde su inclusión como un potencial riesgo financiero “se constituyó
en una desventurada y axiomática persona excluída de la vida comercial del país sin posibilidades de obtener capacidad crediticia de ningún tipo”.El Banco en su defensa alegó que la situación resultó producto de la falta de contestación a los reclamos llevados a cabo por la usuaria y la tardanza de la Empresa de Call Back
TELEDATA en devolver las sumas reclamadas.Sin embargo, en forma expresa, “reconoció” en documentos emanados de sus autoridades, que tanto los débitos, como la información a la Organización VERAZ S.A. fue realizada
en forma incorrecta.El “iudex a quo” hizo lugar a la demanda y condenó al Banco de la Provincia de Buenos
Aires a abonar a la actora la suma de $ 7.500.- en concepto de indemnización por el daño sufrido, con más sus intereses calculados según la Tasa Activa del Banco, desde la notificación
de la demanda.- Imponiendo las costas a la demandada.Ambas partes apelaron el decisorio, la actora por considerar insuficiente el monto establecido, quejándose además del plazo durante el cuál se devengarían intereses, pretendiendo
que el mismo se retrotraiga a la fecha de la anotación en el VERAZ, noviembre de 1998.Por su parte la demandada se agravia porque el monto fijado es “excesivo y desproporcionado”, argumentando que no se encontraba bien probado el daño moral y porque el magistrado sentenciante no consideró la responsabilidad de la actora en la generación del episodio
“que derivó en la inclusión de la misma como morosa categoría 5 en la Organización Veraz”
En Cámara se llevó a cabo el sorteo de rigor correspondiendo el primer voto al Dr. Norberto H. BASILE
El Señor Juez en primer lugar se detuvo a analizar en profundidad los elementos configurantes del “daño moral”.- Apoyándose en doctrina legal emanada de la SCBA, jurisprudencia de
tribunales provinciales de alzada, fallos de la misma Cámara y opiniones de destacados juristas, sostiene que “El daño moral es aquel que afecta principalmente los derechos y atributos de
la personalidad”... y que “La comisión de un acto antijurídico permite por sí sola presumir la
existencia del agravio moral; es una prueba in “re ipsa”, surge inmediatamente de los hechos
mismos”
En el examen amplio del caso considera que se encuentra plenamente probado el incumplimiento contractual de la demandada y su negligente accionar, pues el incluir a la actora
“como morosa en una lista de acceso público, es un hecho que pone en tela de juicio su honestidad, su buen nombre y su integridad moral”, lo que es suficiente para lesionar sus sentimientos y tranquilidad anímica, con lo que queda acreditada la existencia del daño moral, concluyendo que es justa la sentencia atacada, sin ser necesario que el daño sea respaldado por
otros elementos para adquirir entidad probatoria, más que la declaración de una única testigo.Por su parte en relación al agravio de la demandada referido a la falta de consideración
por parte del “ad-quo” del conflicto entre la actora y la Empresa de Call Back declara que no lo
considera por no resistir el menor análisis y haber quedado incólume en la instancia anterior
que el Banco “por error” creó un saldo deudor que generó la inclusión de la accionante en el
VERAZ.El monto fijado en concepto de indemnización fue confirmado por creerlo el “ad-quem”
justo y razonable, teniendo en consideración la capacidad económica de quién debe reparar el
daño.Por último, en cuánto la fecha desde la cual se deberán intereses, en un particular criterio, dejando de lado en que momento se produce el hecho dañoso, nutriéndose en reiterados
fallos de la misma Sala, sustenta su criterio en la mora, sosteniendo que, debe tenerse en
cuenta, además del elemento formal de constitución, el retardo en el cumplimiento y la existencia de culpa o dolo, sosteniendo que la notificación de la demanda fue el momento del conoci-
miento cierto de la pretensión de la actora por parte del demandado, confirmado así lo dictaminado en la instancia inferior.En este tópico creemos que es más acertado el criterio sustentado por la Sala C de la
Cámara Nacional Comercial que el 14 de julio de 2007 en autos ” SAK, Liliana S c/ Citibank NA
s/Daños” estableció: “Los intereses derivados del capital de la condena impuesta al banco demandado, por omitir comunicar al Banco Central la cancelación de la deuda que había motivado la inclusión de la actora en la base de datos de cuentacorrentista inhabilitados deben calcularse desde la fecha de la inhabilitación injustificada, porque tal es el momento en que acaeció el hecho dañoso cuyas consecuencias dieron origen al reclamo resarcitorio”
El fallo analizado, como tantos emitidos por los jueces de la jurisdicción, reconoce la
responsabilidad de las entidades bancarias que, por culpa o negligencia, llevan a cabo conductas que resultan en la inclusión de estas personas en los listados de las entidades que informan
sobre riesgo crediticio.Esteban Ruiz Martinez, en su. libro “Los informes comerciales y el derecho a la información“ hace un exhaustivo análisis de los distintos tipos de informes, contenidos , consecuencias y determinación de responsabilidades coincidiendo con lo expuesto en el fallo y nuestra
ponencia.En autos: “Feder, Marcelo c/ Citibank S.A. y otro s/ordinario“ la CNCom. Sala B de la Capital, analizó situaciones semejantes al fallo en estudio, recalcando la diferencia de tratamiento
entre sujetos con mayores capacidades técnicas, experiencia, a otro en inferioridad jurídica
sosteniendo que se le debe la protección del consumidor (art. 42 CN y Ley 24.240) .-También
expone que la información errónea “debió razonablemente“ producirle una considerable afectación a sus intereses extramatrimoniales y sumirlo en un estado de impotencia que seguramente
afectó su estabilidad emocional, justificando su reparación.Nos merece una crítica la posición del Banco que, reconocido el error por funcionarios de
su dependencia, no arbitrara los medios para su rápida solución y que esta conducta resultare
en un litigio de seis años para obtener una reparación justa.Si los montos otorgados por los jueces como indemnización por el daño moral tuvieren
mayor entidad, es posible que los Bancos, ante el reclamo de sus clientes afectados por su
conducta, aceptaren repararlo sin la necesidad del largo trámite judicial.EL FALLO: "ALBELO, Mirta Aurestela c/ BANCO DE LA PCIA. DE BS. AS. s/ INCUMPLIMIENTO DE CONTRATO Y DAÑOS Y PERJUICIOS" Causa nº 58.697, Reg. Sent. Def. nº 396
En Lomas de Zamora, a los 23 días del mes de Septiembre de dos mil cuatro, reunidos en Acuerdo Ordinario los señores jueces que integran esta Excma. Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial, Sala I, de
este Departamento Judicial, Dres. Carlos Ricardo Igoldi, Rodolfo Miguel Tabernero y Norberto Horacio
Basile, con la presencia del Secretario actuante, se trajo a despacho, para dictar sentencia, la causa nº
58.697, caratulada: "ALBELO, Mirta Aurestela c/BANCO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
s/INCUMPLIMIENTO CONTRACTUAL Y DAÑOS Y PERJUICIOS".- De conformidad con lo dispuesto por los artículos 168 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires y 266 del Código Procesal Civil
y Comercial, del mismo Estado, la Excma. Cámara resolvió plantear las siguientes:
-C U E S T I O N E S1ª.- ¿Es justa la sentencia dictada?
2ª.- ¿Qué corresponde decidir?
Practicado el sorteo de ley (art. 263, últ. parte, Cód. Proc.), dio el siguiente orden de votación: Dres. Basile,
Igoldi y Tabernero.-V O T A C I O NA la primera cuestión el Dr. Basile dice:
1.- El señor juez, titular del Juzgado de 1ª Instancia Nº 8 del fuero, dictó a fojas 531/534 vuelta
sentencia definitiva en estos autos seguidos por Mirta Aurestela ALBELO, resolviendo admitir la demanda por incumplimiento contractual y daños y perjuicios interpuesta contra BANCO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES y, consecuentemente, condenando al demandado a abonar a la actora una
suma de pesos siete mil quinientos ($ 7.500), por indemnización de daño moral, con más intereses desde
la fecha de notificación de la demanda hasta la del efectivo pago, con costas, y difiriendo la regulación de
los honorarios de los profesionales intervinientes.2.- Apelaron ambos legitimados activo y pasivo, quienes en sus presentaciones de fojas 550/551 y
552/556, expusieron diversos argumentos en procura de la modificación del pronunciamiento en resguardo de sus intereses, recibiendo sendas réplicas con las piezas de fojas 558/562 y 563/564 vuelta.A fojas 565 se llamó autos para sentencia por providencia que se encuentra consentida.3.- DE LOS AGRAVIOS:
3-a.- Se agravia el demandado porque el judicante de anterior grado lo condenó a abonar una
suma en virtud de "...el desequilibrio espiritual..." y "...las lógicas perturbaciones de ánimo experimentadas por la
actora...", que dedujo a partir de una única prueba, aportada por la testigo David.Porque la suma de $ 7.500, otorgada en la sentencia en crisis como indemnización por daño moral, y que equivale a $ 1.500 por mes, resulta sumamente exagerada y desproporcionada con la situación
planteada, habida cuenta que la información se mantuvo vigente en la Organización Veraz, solamente por
cinco meses.Cuestiona en esta instancia los dichos de la testigo David, quien afirma que la reclamante debió
tomar pastillas para dormir debido a la situación que le creaba la información equivocada emanada de la
demandada a la mencionada Organización Veraz, cuando en realidad aquella no lo admitió en ningún
momento, ni agregó certificados ni recetas, ni informes, ni ningún elemento que permita acreditar ni vincular tal extremo con los episodios de autos.Se alza por no haber considerado el iudice a-quo, la responsabilidad de la accionante en la generación del episodio que derivó en la inclusión de la misma como morosa categoría 5 en la Organización
Veraz. Así, en la audiencia de producción de la prueba confesional que obra a fojas 462, ella reconoció que
el problema se originó en la sobrefacturación de la empresa Call Back, circunstancia que no era de responsabilidad del agraviado.3-b.- Dos cuestiones propone la actora al fundar sus agravios contra la sentencia en crisis. La primera que la suma indemnizatoria establecida en ella para compensar el "daño moral" sufrido por la actora se muestra insuficiente.La segunda, está referida a la fecha de la mora, quejándose de la establecida en el pronunciamiento impugnado, el día de la notificación de la demanda, pretendiendo se la retrotraiga a la fecha de figuración en la base de datos negativo, tanto en el BCRA, como así por la información receptada por la Organización Veraz, que resulta ser noviembre de 1998.4.- CONSIDERACION DE LAS QUEJAS:
4-a.- El daño moral es aquel que afecta principalmente los derechos y atributos de la personalidad, de carácter extrapatrimonial, y su reparación tiene por objeto indemnizar el quebranto que supone la
privación o disminución de aquellos bienes que tienen un valor fundamental en la vida del hombre y que
son: la paz, la tranquilidad de espíritu, la libertad individual, la integridad física, el honor y los más sagrados afectos. No requiere prueba específica en cuanto ha de tenérselo por demostrado por el solo hecho
de la acción antijurídica (art. 1078 del Código Civil y su doctrina; S.C.B.A., 13-6-89, "Miguez, Rubén y
otros c/Comarca S.A. y otro -L 40.790- El Derecho, Tº 136, pág. 526).-
La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha impuesto la doctrina que establece que el daño
moral tiene carácter resarcitorio, el que surge de textos legales expresos (arts. 522 y 1078 del Cód. Civ.),
no teniendo que guardar relación con el daño material, pues no se trata de un daño accesorio a éste; in re,
"Santa Coloma, Luis F. y otros c/Empresa Ferrocarriles Argentinos", Agosto 5 de 1986, E.D. tº 120, pág.
648; "Forni, Francisco y otros c/Ferrocarriles Argentinos s/Indem. de D. y Perj.", F-439.XXI, Setiembre 7
de 1989 (Esta Sala, 21-III-2000, Reg. Sent. Def. 73, entre otros muchos).Como bien dice von Ihering, "Ouvres Choisies", París, 1893, tº II, págs. 154, 155 y 179, al que sufre
un perjuicio debe serle reparado no solamente por las pérdidas pecuniarias sino también por las restricciones llevadas a su bienestar, a sus conveniencias, por los disgustos, las agitaciones del espíritu que le
han sido causadas. La persona, según este autor, puede ser lesionada por lo que es y por lo que tiene. En
lo que es: su cuerpo, su libertad, su honor y en lo que ella tiene en sus relaciones con el mundo exterior.La comisión de un acto antijurídico permite por sí sola presumir la existencia del agravio moral;
es una prueba in re ipsa, surge inmediatamente de los hechos mismos.Pero aun cuando no haya que probar el daño moral es obvio que el hecho generador del sufrimiento debe ser acreditado (la muerte, las agresiones físicas, psíquicas o estéticas, etc); son las consecuencias que él acarrea las que pueden estar exentas de prueba (Roland Arazi, "Prueba del Daño Moral", "Revista de Derecho de Daños", Tº VI, págs. 108/109).Encuadra acertadamente el pronunciante de la anterior instancia dentro de la responsabilidad
contractual la cuestión que fue puesta a su conocimiento por los justiciables.Ello así, cabe tener en cuenta que la Excma. Suprema Corte Provincial, en su nueva integración,
con voto de la Dra. Kogan, y volviendo sobre viejos y reiterados precedentes, tiene dicho que "en materia
contractual el resarcimiento del daño moral debe ser interpretado con criterio restrictivo, quedando a
cargo de quien invoca la acreditación del perjuicio que se alega haber sufrido" (Conf. Causa L 78588, 29X-03).Asimismo, es doctrina de la Casación Provincial que "para que sea indemnizable el rubro daño
moral en materia contractual, se requiere la clara demostración de la existencia de una lesión de sentimientos, de afecciones o de tranquilidad anímica, que no deben ni pueden confundirse con las inquietudes
propias y corrientes del mundo de los negocios" (Conf. S.C.B.A., Ac. 45.648, sent. del 15-X-91; Ac. 57.978,
sent. del 6-VIII-96).Ahora bien, esa prueba acerca de la existencia y entidad requerida para que se admita la indemnización por daño moral, puede ser indirecta, toda vez que de otra manera podría llegar a constituirse en
una prueba diabólica para el damnificado directo por un incumplimiento contractual.Es facultad privativa del juez conceder tal rubro indemnizatorio para equilibrar el patrimonio
desquiciado, siendo solamente él quien puede apreciar las circunstancias del hecho lesivo, claro está,
como supra quedara dicho, acreditado el incumplimiento contractual y luego la existencia del daño, en
relación causal con aquél (arts. 519 y 522 Cód. Civil).A pesar de lo considerado hasta aquí, una constante doctrina jurisprudencial se viene orientando
específicamente en la materia que ahora me ocupa, en admitir el daño moral ante la existencia de una
acción culposa, consistente en solicitar la inscripción en la Organización Veraz como deudor (la actora)
del Banco (demandado) sin causa alguna, siendo que no ha acreditado el motivo que lo justifique, incumbiéndole al último la carga de la prueba de los hechos exculpatorios por aplicación del principio de la
distribución dinámica probatoria, pues se encuentra en mejores condiciones para probarlos (en tal sentido, Cám. Civ. y Com., Sala I, La Matanza, 5-VII-01, "Bressan, Walter Darío c/Bco. de Galicia y Bs. As.
s/D. y Perj.", JUBA, Sum. B3350109).Y es ésta la buena doctrina, porque los jueces estamos advirtiendo de manera constante, cómo
desaprensivamente las instituciones bancarias vienen haciendo uso de ese derecho, comunicando saldos
deudores en cuentas de sus clientes contratantes, que llevan luego a que sean inscriptos en esa Organización, por supuestos incumplimientos que a la postre se demuestran que no son tales. Luego pretenden
reparar el daño causado, solamente comunicando, pasado un tiempo, el levantamiento de la medida, y
sin dar ninguna explicación.Y aquí estamos ante algo mucho más que frente a "inquietudes propias y corrientes del mundo de
los negocios", conforme indicara supra, y que doctrinariamente interpreta la Casación Provincial para
apreciar la gravedad del perjuicio, a fin de que pueda admitirse el rubro daño moral.Se trata de una indudable violencia y un menoscabo al patrimonio espiritual. Y no me refiero a
una actitud dolosa de parte del Banco denunciante, única condición que alguna doctrina admite para
conceder tal rubro ante la existencia de un incumplimiento contractual, y a la que esta Alzada adhirió
oportunamente con agrado (Conf. R. A. Vázquez Ferreira, Responsabilidad Civil de los Abogados, Daño Moral, J.A., dic. 13-92, nº 5808; esta Sala I, Causa 51.429, 17-IV-01, Reg. Sent. Def. 129).Se trata de una acción culposa de parte del denunciante, que por su trascendencia afecta de tal
forma al cliente, quien para lograr se enmiende tamaña injusticia, debe peregrinar de oficina en oficina,
presentando notas y padeciendo largas esperas a fin de lograr su cometido.-
Ha tenido oportunidad de expresar la Cámara Civil y Comercial, Sala II de San Martín (in re,
"Umeres, Mirta B. c/Credifácil S.A.", 1-VII-99, J.A. 1999-IV-450), que la inclusión de la actora como morosa en una lista de acceso público, es un hecho que pone en tela de juicio su honestidad, su buen nombre y
su integridad moral, elementos todos que es en el plano del dolor moral que manifiestan su índole ofensiva, dada su aptitud especial para lesionar los sentimientos, las afecciones y la tranquilidad anímica, lo
cual basta para tener por acreditada la existencia del daño moral.4-b.- Conforme lo que hasta aquí he considerado, no puedo menos que calificar como justa la
sentencia que se ataca por parte de ambos litigantes.Porque la demandada se trata de una entidad crediticia, y como tal, sus actos y desenvolvimiento
en la plaza comercial deben ser por demás cuidadosos, toda vez que caso contrario debe imputársele sus
consecuencias (art. 902 Cód. Civil).Ya sea por acción o por omisión, el prestigio de la reclamante ha sido lesionado y, tal menoscabo
ocasiona un agravio moral que en el "sub discussio" ha de tenérselo por acreditado por el solo hecho de la
acción antijurídica -prueba in re ipsa- que ha consistido en colocar a la víctima públicamente en calidad
de deudora irrecuperable (En igual sentido, CNCiv., Sala F, 7-IX-04, voto del Dr. Zannoni, "Varela, Juan
Carlos y otro c/Lloyds TSB Bank s/D y Perj." -Expte. 113.089/2002-; Diario Judicial, 15-IX-04).Ahora bien, a más de considerar que el acto antijurídico de parte del Banco permite por sí sólo
presumir la existencia del agravio moral, por resultar una prueba in re ipsa que surge inmediatamente del
hecho mismo, debe apreciarse que en las actuaciones se ha ido más allá, acreditándose tal daño con prueba suficiente.En efecto, jerarquizo la declaración de la testigo David (fs. 464), propuesta por la parte actora,
cuya idoneidad no fuera oportunamente cuestionada por las partes (art. 456 Cód. Proc.), quien forma en
mí debida convicción en el sentido que la pretendiente estuvo enferma de depresión y medicada con pastillas, durante el tiempo en que se encontró injustamente impedida de arreglar su casa, con motivo de
haberle sido negado el préstamo en otra institución bancaria (art. 384 Cód. Proc.).No corresponde así admitir el agravio del demandado, quien pretende que tales hechos sean
respaldados por otros elementos para que puedan adquirir entidad probatoria, ante la presencia de solamente un testigo que se refiera a ellos.Reiteradamente se ha decidido que no debe descalificarse al testigo único o singular; por esa sola
circunstancia sus dichos no quedan privados de eficacia probatoria (Conf. S.C.B.A., 17-X-78, DJJBA 116157).4-c.- En lo que se refiere al agravio formulado acerca del conflicto que mantuvo la actora con la
Empresa Call Back, que fuera la determinante del saldo deudor en su cuenta, no resiste el menor análisis.Lo que efectivamente aquí se está juzgando no es la conducta de la reclamante, sino que el Banco
demandado, no obstante haberse cancelado por parte de ella el saldo deudor de la cuenta, derivó dicho
saldo deudor a la cuenta corriente no operativa, "por error", ocasionando así que el hecho derivara en su
inscripción en la Organización Veraz.Tal hecho litigioso fue resuelto en la instancia de origen y viene incólume a la Alzada, imponiéndose así no admitir nada que pueda oponerse con él.4-d.- Se quejan ambos justiciables respecto de quantum indemnizatorio que contiene la sentencia
recurrida, mas no considero que les asista razón, toda vez que lo estimo acorde para reparar el daño efectivamente ocasionado.Se trata aquí de resarcir las modificaciones disvaliosas que los hechos demostrados han provocado en el espíritu de la accionante. Vale decir los efectos anímicamente perjudiciales. Ello incide en lo que
el sujeto es y es susceptible de apreciación desde la óptica del entendimiento, de la sensibilidad (el sentir)
o la voluntad (el querer) de la persona.Es obvio, que desde una especial -y respetable- concepción de la ética puede mirarse a la reparación del daño moral como un apartamiento de las rigurosas exigencias que tal ética formula a quienes
deseen seguirla. Pero no cabe que los jueces se guíen, al determinar el derecho, por patrones de moralidad que excedan los habitualmente admitidos por el sentimiento medio, pues como lo señala Cardozo,
"los jueces deben dar vigor con sus sentencias a la moralidad corriente de hombres y mujeres de conciencia recia ("The nature of the judicial process". U.S., Yale University Press, 1937, p. 106). En efecto, la decisión judicial no ha de reemplazar las opciones éticas personales cuya autonomía también reconoce el art.
19 de la Constitución Nacional.Así, la suma que se estima judicialmente queda librada a la conciencia del Magistrado y no puede
resultar de cálculos caprichosos, sino tomando en consideración la capacidad económica de quien debe
reparar y la entidad del daño.Consecuentemente con lo expresado propongo confirmar la sentencia en cuanto ha fijado en la
suma de pesos siete mil quinientos ($ 7.500), la indemnización suficiente para reparar el daño acreditado.
Estimo a la misma como prudente y equitativa; no constituye un abuso del derecho ni resulta una fuente
indebida de enriquecimiento.4-e.- Finalmente cabe abocarse a determinar la fecha en que incurrió en mora el accionado, a partir de la cual deberá comenzar el curso de los intereses moratorios.Se alza la actora a este respecto en tanto el judicante los estableció a partir de la notificación de la
demanda, pretendiendo retrotraerlos a la fecha de figuración en la base de datos negativo, tanto en el
BCRA, como así por la información receptada por la Organización Veraz, que resulta ser noviembre de
1998.He dicho en reiteradas oportunidades, y de ello se ha hecho eco esta Alzada, que "muchas han
sido las definiciones sobre mora que se han enunciado en la doctrina civilista; prefiero inclinarme por
aquella que a mi entender es la más completa, porque no sólo contempla el elemento objetivo de este
instituto jurídico, sino también el subjetivo, es decir, la imputabilidad. Y ella es la de Planiol, Marcelo y
Ripert, Jorge ("Tratado Práctico de Derecho Civil Francés", Edit. Cultural, tomo VII, pág. 75, nº 771)"; "La
mora es el retardo en el cumplimiento de la prestación, cuando se incurre en él en las condiciones que la ley determina para asignarle consecuencias jurídicas" (cita de Pedro Néstor Cazzeaux, "La Mora en el Cumplimiento de
las Obligaciones", pág. 156, Ed. 1977, Editorial Lex, La Plata).Es fundamental para que se pueda considerar constituido en mora al deudor, no solamente el
elemento formal de su constitución, sino que -además- exista retardo en el cumplimiento y culpa o dolo
en ese retardo ((Esta Sala, Causas nº 49.969, 20-III-2001, Reg. Sent. Def. 90; nº 51.739, 27-III-2001, Reg. Sent.
Def. 102; 48.515, 26-IV-2001, Reg. Sent. Def. 155, entre otros muchos).Consecuentemente con lo considerado, es que propongo confirmar lo que viene de la instancia de
origen, habida cuenta que el anoticiamiento fehaciente y primero de parte del deudor respecto al reclamo
indemnizatorio fue, precisamente, la notificación de la demanda.El deudor de la indemnización por incumplimiento de contrato adeuda intereses desde la notificación de la demanda -no sólo por la mora- sino también por el carácter preferentemente compensatorio
de los intereses.Por eso mismo los intereses moratorios sobre el monto de la indemnización a cargo del demandado, se deben desde la notificación de la demanda, no obstante la inexistencia de una suma líquida al
tiempo de interponerse el reclamo (Conf. Morello, Augusto M., "Indemnización del Daño Contractual", 2ª
ed., pág. 262).En virtud de las razones expuestas y citas legales,
VOTO POR LA AFIRMATIVA.A la misma primera cuestión los Dres. Igoldi y Tabernero dijeron que VOTAN TAMBIEN POR LA
AFIRMATIVA.A la segunda cuestión el Dr. Basile expresa:
Visto el acuerdo logrado al tratar la cuestión que antecede propongo confirmar la sentencia apelada. Las costas de la Alzada deberán imponerse en el orden causado (art. 71 Cód. Proc.). Los honorarios
se regularán en su oportunidad (arts. 31 y 51 ley 8904).ASI LO VOTO.A la misma segunda cuestión los Dres. Igoldi y Tabernero expresan que VOTAN EN IGUAL SENTIDO.Con lo que terminó el Acuerdo, dictándose la siguiente:
-S E N T E N C I AEn el Acuerdo celebrado quedó establecido:
1º) Que la sentencia apelada es justa por lo que debe ser confirmada.2º) Que las costas de la Alzada deben imponerse en el orden causado (art. 71 Cód. Proc.).3º) Que los honorarios se regularán en su oportunidad (arts. 31 y 51 ley 8904).POR ELLO: Y fundamentos consignados en el Acuerdo, confírmase en la sentencia apelada en la
medida de recurso y agravio. Las costas de la Alzada se las impone en el orden causado (art. 71 Cód.
Proc.). Los honorarios se regularán en su oportunidad (arts. 31 y 51 ley 8904). Regístrese. Notifíquese y,
consentida o ejecutoriada, devuélvanse las actuaciones al Juzgado de origen.- Fdo. Dr. BASILE; Dr.
IGOLDI; Dr. TABERNERO.OTROS FALLOS
1) Un dato falso o inexacto registrado en el Banco de Datos "Organización Veraz S.A." con respecto al actor y como consecuencia de una errónea
información suministrada por el B.C.R.A. por el Banco codemandado pudo y debió causar al actor una profunda lesión en su persona porque toca a su
prestigio profesional y a su innegable derecho a requerir la protección de su intimidad (arts. 19, Constitución Nacional y 1.071 bis, Código Cvil en su
redacción posterior a la ley 17.711) ("Gutiérrez, Vicente Juan Carlos Demetrio c/ Banco de la Provincia de Buenos Aires y otro". CNCiv., Sala K,
22/10/02).
2) La existencia y publicidad de datos desactualizados y erróneos relacionados con el actor deben haber repercutido en su espíritu, sentimientos o
afecciones más íntimas, ya que implicaron un ataque a su honor, a su imagen y reputación; máxime si se tiene en cuenta la extensa labor profesional
y académica del actor. Tales circunstancias, justifican sin hesitación la procedencia del daño moral. ("Ravina, Arturo Octavio c/ Organización Veraz
S.A.". CNCiv., Sala F, 06/02/02 - ED, 197-265).
3) A criterio de la preopinante, el daño se configuró. Su prueba es que el actor fue incluido injustamente en los registros de "Organización Veraz" por
una comunicación falsa del demandado. Es de público y notorio, los efectos nocivos que produce para los afectados la aparición en tales registros. En
el plano del "daño moral" tal situación configura una lesión
per se; es innecesario probar más daño que el haber estado erróneamente incluido en estos registros durante mas de tres años injustamente. Estamos ante una prueba in re ipsa. ("Derderian, Carlos c/ Citibank N.A. s/ sumario". CNCom. Sala B, 12/09/02. Causa 30247/00).
4) Con relación al agravio esta última, diré que la apelante parece olvidar tener en cuenta que el daño moral no requiere prueba específica alguna, en
cuanto ha de tenérselo por demostrado por el solo hecho de la acción antijurídica -prueba in re ipsa-, que, en el caso, consistió en colocar al actor
públicamente en condición de deudor irrecuperable (grado 5). Es claro que la publicación de aquellos datos erróneos -atribuibles a la demandada- y,
además, por tan prolongado tiempo tienen que haber repercutido en el espíritu y en los sentimientos o afecciones más íntimas del actor ya que implicaron un ataque a su honor, a su imagen y reputación. ("Fallone, Eugenio Donato c/ HSBC Banco Roberts S.A. s/ daños y perjuicios". CNCivil, Sala F,
06/11/03. Expte. Nº 368.998).
5) Cualquier persona no acostumbrada a incumplir con sus obligaciones, se verá afectada por tal circunstancia, máxime cuando su inclusión en el
mentado registro nunca debió existir. Estimo que la impotencia frente al error generó innecesariamente un estado de angustia, susceptible de producir
un cambio disvalioso en el bienestar de una persona y de afectar su equilibrio anímico o estabilidad emocional lo cual justifica su reparación, en
particular cuando subsistió durante tan prolongado tiempo, las que pudieron evitarse con un mínimo de diligencia (conf. Arts. 512, 902, 909 y concordantes Cód. Civil; Sala B de esta Cámara in re "Domínguez Alvaro Eloy c/ Bco. Río de la Plata S.A. s/ ordinario" del 30-12-2002 y "Vitelli Miguel Angel
c/ Deutsche Bank Arg. S.A. s/ordinario" del 8-4-99). (Serafino, Gustavo Adrián c/ Banco de la Provincia de Bs. As. s/ordinario" - CNCom, Sala A 06/02/2004).
6) CNCom, Sala E 2006/08/16 GUTYN, Nestor c/ Lloyds Bank S.A. La ley 2006 F 830 ( 45.457-S )
7) CNCom. Sala E 2005/10/ 07 DIAZ Gisela T c/ Banco Rio de la Plata, La Ley 2006- A-418
8) Por demora injustificada: CCCiv, Com y Minería General Roca 2005/02/16 G-J-A- c/ Banco de Galicia y Buenos Aires)
La conducta de las entidades financieras debe ajustarse a un Standard de responsabilidad agravada, pues dado su carácter de comerciantes profesionales con alto grado
de especialización y colector de los fondos públicos con superioridad técnica sobre sus clientes, están obligados a conducirse con prudencia y pleno conocimiento de
su objeto: hacienda . CNCOM. Sala B . 2005/12/21 FERNANDEZ DRAGO, Rosario H. c/ Bank Boston NA La Ley, 2006/E-810 ( 45.356 S)
Bahía Blanca 5/8 de diciembre de 2007.-
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