34) Colección de Estudios bíblicos sobre temas doctrinales básicos

Anuncio
ESTUDIOS SOBRE TEMAS DOCTRINALES BÁSICOS.
por Alejandra Montamat.
Alejandra Lovecchio de Montamat, es médica endocrinóloga y docente. Miembro de la Iglesia Evangélica Bautista de
Once en Buenos Aires donde participa del ministerio de enseñanza con una clase de Escuela Bíblica Dominical. Casada
con Daniel Montamat, madre de Gustavo y Giselle
Los apóstoles bíblicos.
"Somos miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles
y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo" Efesios 2:19-20
Introducción
La palabra apóstol proviene del idioma griego y significa “enviado”.
En el contexto de las Sagradas Escrituras la misma es aplicada a aquellos hombres que
fueron escogidos, enviados y comisionado por Jesús para una función específica:
predicar el evangelio de la gracia y desarrollar el ministerio de la Palabra.
Esta misión fue desplegada por los apóstoles a partir del cumplimiento de la promesa
hecha por el mismo Señor Jesucristo de que enviaría al Espíritu Santo a morar en ellos al
igual que en cada nuevo creyente, y ese hecho ocurrió en el día de Pentecostés (Jn
14:17 con Hch 2:1-4). Como bien sabemos, los comisionados antes de la llegada del
Espíritu Santo fueron sólo once de los doce discípulos que Cristo escogió, porque el
doceavo que era Judas Iscariote, lo traicionó y posteriormente se ahorcó (Mt 28:16,17;
Mr 16:14; Lc 24:36; Jn 20:21-22).
Una vez que el Señor Jesucristo resucitó y se les apareció a los suyos durante cuarenta
días, entonces les dio una clara instrucción: “recibiréis poder, cuando haya venido sobre
vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria,
y hasta lo último de la tierra” (Hch 1: 8).
La elección de un apóstol
Hay estudiosos de la Palabra que entienden que la decisión de los once de elegir al
sucesor de Judas fue correcta y dirigida por Dios (Hch 1:12-26); pero hay otras posturas
que señalan que Pedro y los demás hermanos se apresuraron en hacer algo antes de la
llegada y dirección del Espíritu Santo.
Sin elevar una posición dogmática al respecto, creemos necesario considerar lo
siguiente:
1. Los apóstoles habían sido escogidos directamente por el Señor Jesucristo. Como
veremos más adelante, un requisito indiscutible para ser llamado apóstol, es haber visto
al Señor resucitado y haber sido enviado directamente por Él. En el caso mencionado en
este pasaje, no fue así. Los apóstoles tomaron una decisión que le correspondía al Señor
Jesucristo.
2. Señalaron para la elección a dos candidatos posibles: a José (Barsabás) y a Matías.
Esto revela aún más la poca claridad respecto a tan importante nombramiento.
3. Ante la indecisión de señalar al definitivo sucesor de Judas, los apóstoles acudieron a
un método bastante típico entre los judíos, echaron suertes para la elección (Nm. 33:54;
1S.14:42; 1Cr 24:5). Si bien, el método de echar suertes fue utilizado por el pueblo de
Dios, el objetivo que motivó a los discípulos a practicarlo en ese momento, no fue
señalado por el Señor. Lo que ellos debían esperar, era la llegada del Espíritu Santo.
4. La persona de Matías, el apóstol elegido mediante el método judío de echar suertes,
jamás aparece nuevamente en la labor apostólica en los registros de las Sagradas
Escrituras. Por otra parte encontramos en la Biblia la posterior conversión del apóstol
Pablo, cuyos relatos bíblicos y argumentos, sí lo validan como un apóstol escogido
directamente por el Señor cuya elección soberana ya había decidido de antemano quién
sería el indicado (1ª Co 15:8-9).
Definición bíblica de apóstol
Podemos entonces, con los ejemplos registrados, extraer de la Biblia la siguiente
definición: el apóstol fue un enviado especial de Cristo, el cual tuvo un llamado directo
del Señor y ocupó una posición de autoridad dentro del cuerpo de Cristo que es la
iglesia a la cual le transmitió los fundamentos doctrinales dados por Jesucristo (Ef 2:20;
4:11-12).
Manifestó variados dones entregados por medio del Espíritu Santo (predicación,
enseñanza, profecía, milagros y señales, discernimiento de espíritus, palabra de
sabiduría, capacidad de hablar y comprender lenguas extranjeras con el propósito de
extender el evangelio).
2
Fue además, testigo ocular de Cristo resucitado y su autoridad apostólica fue
confirmada por milagros y señales que lo identificaron claramente en medio del pueblo
(Hch 2:43; 5:12-16; 9:40-43; 13:11-12; 20:9-12; 28:5), fue pionero en la fundación de
iglesias en lugares donde no las había antes, sufrió mucho (2 Co 11:23-28) siendo
siempre peregrino, ambulante y viajero por excelencia.
Fue el Señor quién delegó su autoridad en los apóstoles y profetas para que por
inspiración del Espíritu registraran la Palabra escrita. Hoy la Biblia misma perpetúa la
autoridad de Cristo y es nuestra máxima autoridad. En palabras de Robert Bowman
leemos: “alegar que la iglesia de hoy necesita visiones y revelaciones por medio de
apóstoles y profetas de Cristo es negar la suficiencia de la Biblia (2ª Ti 3:16) y colocar a
la iglesia a merced de falsos apóstoles y profetas, de los cuales nos advirtió el apóstol
Pablo en términos muy claros (2ª Co 11:13-15)”.
Vigencia del apostolado bíblico
Creemos, por lo anteriormente expresado, que el apostolado bíblico en su concepto
más pleno ha cesado en el período de la iglesia primitiva con la muerte de los doce.
Como en nuestros días se ha desarrollado una corriente que reclama la existencia
presente de apóstoles (la cual es conocida entre nuestras congregaciones evangélicas
como Nueva Era Apostólica), hacemos una síntesis de lo que la expresión significa para
este movimiento. Define al apóstol en términos de autoridad y control, muy similar a la
que ejerce un obispo católico en su diócesis. Además, los denominados apóstoles
imparten nuevas enseñanzas, especialmente en cuanto a la naturaleza de la guerra
espiritual, de los espíritus regionales, de la segunda venida de Cristo, o de la manera de
discipular a la iglesia, trayendo nuevas doctrinas que no tienen sustento bíblico.
Conclusión
Es muy factible que la motivación detrás de los autoproclamados apóstoles actuales sea
el prestigio y la autoridad que el título conlleva, amén del caudal financiero que sus
ministerios producen; pocas veces acceden a que sus enseñanzas sean desafiadas y
examinadas a la luz de la Palabra y con la autoridad que cada creyente posea en el
conocimiento del Espíritu Santo.
Finalmente entendemos que el apostolado moderno no tiene el vínculo bíblico fuerte
con el sufrimiento físico que llegó en la mayoría de los apóstoles bíblicos hasta el
martirio y que, por el contrario, insta a los fieles a contribuir económicamente con el
desarrollo de lo que ellos califican de “empresa cristiana”.
3
Descargar