Iglesias Cristianas de Dios [CB057] Abimelec El rey Falso (Edición 1.0 20060506-20060506) Abimelec, hijo de Gedeón con su criada, fue hecho rey de Siquem por la gente de la casa de su madre. Abimelec mató a setenta de sus hermanos para tomar autoridad. Él gobernó a Israel por tres años. Este papel ha sido adaptado de los capítulos 64-66 de Bible Story Volume III por Basil Wolverton, publicado por Ambassador college press. Christian Churches of God PO Box 369, WODEN ACT 2606, AUSTRALIA E-mail: [email protected] (Derechos reservados 2006 Iglesias Cristianas de Dios, ed. Wade Cox) (Tr. 2009) Este documento puede copiarse libremente y distribuirse con tal de que se copie en su totalidad sin alteraciones o tachaduras. Debe incluirse el nombre del editor y dirección y el aviso de derechos de propiedad literaria. Ningún cargo puede realizarse a los destinatarios de copias distribuidas. Las citas breves pueden ser incluidas en artículos críticos y revisiones sin interferir en los derechos de propiedad literaria. Este papel está disponible de la página del World Wide Web: http://www.logon.org y http://www.ccg.org Página 2 Abimelec Abimelec El rey Falso Un hombre malo codicia el poder político Después de que Gedeón murió e Israel otra vez había comenzado a caer en idolatría, uno de los muchos hijos de Gedeón, ideo para convertirse en rey de Israel. Él era Abimelec, un joven excesivamente ambicioso, que fue a los extremos más violentos para meterse a la fuerza a sí mismo en el poder. Él inició su ambicioso plan yendo a la familia de su madre en Siquem para persuadirles que uno de los hijos de Gedeón debería reinar sobre la nación. "Alguien tiene que determinar cuál de los hijos de mi padre debería gobernar," él les dijo a sus parientes. "¿Ahora ustedes preferirían que setenta de ellos gobiernen sobre ustedes, o ustedes escogerían solo uno? ¿Yo soy carne vuestra y hueso vuestro, por que escogerían a alguien mas, excepto a mí?" (Jue. 9:1-2). Los parientes de Abimelec rápidamente percibieron las ventajas de tener a un rey de su familia. Emprendieron una campaña dentro y alrededor de Siquem para promover la idea de qué tan importante era tener un líder de Israel de Siquem, a fin de que su ciudad pudiera ser establecida como capital de la nación. Siquem últimamente se había convertido en una de las ciudades donde el culto a Baal era mas activo. Algunas de las contribuciones para Baal fueron entregadas a Abimelec. Él usó los setenta siclos de plata para alquilar una banda de temerarios, hombres malos que se convirtieron en sus seguidores (vv. 3-4). Espantosa traición en curso El siguiente movimiento de Abimelec fue espantosamente a sangre fría, probando que él sería capaz de todo para ganar lo que él quería. Él fue a la casa de su padre en Ofra y en una piedra asesino a setenta de sus hermanos. Excepto a Jotam, el hijo menor de Jerobaal (Gedeón), que escapo escondiéndose (v. 5). Abimelec llevó adelante sus planes de convertirse en gobernante de Israel obteniendo el apoyo de hombres influyentes, familias y sacerdotes de Baal en Siquem, lo cual dio en pocos días como resultado, una celebración y una ceremonia en la cual Abimelec fue declarado rey de Israel (v. 6). Cuando Jotam se enteró de esto estaba realmente enojado. Aun siendo hijo de Gedeón, quien había sido el líder de Israel, él no ansiaba convertirse en rey de Israel. Pero él quería desenmascarar a su medio hermano como el asesino, y el político en busca de poder que él era, y para ayudar a promover en Israel la conducta que su padre había implementado y había practicado en contra del culto pagano. De noche Jotam subió al monte Gerizim, que se elevaba cerca, sobre Siquem. La mañana siguiente, cuando la gente estaba de nuevo en pie, él apareció en la parte superior llamándolos a ellos. Ésta no fue una hazaña tan tremenda como uno pudiera imaginar, puesto que Josué exitosamente les hubo hablado a miles y miles de personas en esa misma área. El monte Ebal estaba cerca hacia el norte, y entre los dos picos una voz fuertemente clara podía oírse sobre un espacio extraordinariamente grande (Jos. 8:30-35). Asombrosa profecía de Jotam ¡Escúchenme, hombres de Siquem y así los escuche Dios! Jotam les gritó ellos. “Hubo un tiempo cuando todos los árboles decidieron que deberían tener alguna clase de árbol gobernante sobre ellos. Estaban de acuerdo que el olivo estaba más convenientemente equipado para ser líder, así que le pidieron al Olivo que fuera rey. El Abimelec olivo se rehusó, diciendo, ' honro a Dios y a los hombres con el aceite que produzco. ¿Por qué debería abandonar mi notable servicio para ser rey?' "Entonces los árboles dijeron a la higuera, 'Se nuestro rey.' Pero la higuera contestó, '¿Porqué debería dejar de producir mi sabor y mi dulzura especial, solamente para ser promovido sobre todos los demás árboles?' "Los árboles después le pidieron a la vid que predominara sobre ellos. La vid contestó, 'no puedo ser su rey. Querría decir que tendría que dejar de producir el jugo del cual sale el vino para animar a dioses y hombres.' “Los árboles finalmente se volvieron hacia la zarza para pedirle que fuera su rey. El arbusto espinoso contestó muy diferentemente. 'Si ustedes en realidad quieren que yo sea su rey, ' dijo, ' entonces dejen todos los asuntos enteramente a mí. ¡Si ustedes no pueden poner su confianza en mí o entran en desacuerdo con lo que yo quiera hacer, arrojare fuego para quemar todo, aun los picos nevados de los cedros del monte Líbano!' (Jue. 9:6-15.) Abajo, el pueblo que escuchó a Jotam comprendió que cuándo él habló de la zarza él se refería a Abimelec, y que cuándo él mencionó los cedros de Líbano él se refería a los ancianos y jefes de Israel. ¡"Si ustedes piensan que han hecho lo mejor para Israel haciendo líder a Abimelec," Jotam continuó, " y si en realidad creen que su asesinato de mis setenta hermanos fue un tributo apropiado para mi padre Gedeón, quien arriesgó su vida por ustedes, entonces sean felices con Abimelec y Abimelec sea feliz con ustedes! “Por otra parte, si ustedes le han permitido a un sinvergüenza y un asesino convertirse en su rey, Abimelec pronto tendrá diferencias con ustedes, el pueblo qué le ha ayudado a subir al poder. Ustedes eventualmente lo destruirán. ¡Pero él también los destruirá a ustedes!” (vv. 16-20). Página 3 La advertencia de Dios a ellos fue consumada. No tenían más excusa para quedar al lado de Abimelec. Luego Jotam huyo, escapo hacia Beer, y vivió allí por miedo a su hermano Abimelec (v. 21). Cómo opera la ley de Dios Quizá los esfuerzos de Jotam de recordarles a los Israelitas locales que estaban yendo hacia un problema no fue enteramente desperdiciado. Abimelec fue líder de los Israelitas del norte alrededor de Siquem y Aruma por tres años, pero al final de ese tiempo un sentimiento de aversión y sospecha se desarrollo entre el y muchos israelitas, especialmente esos del área de Siquem. Los anteriores socios de asesinato ahora se enemistaron. Éste fue el resultado natural de construir un gobierno bajo complots de asesinatos, malos planes y proposiciones religiosas malvadas. Aun así, Dios entró para causar diferencias que se desarrollaran más rápidamente para que Abimelec y sus asesinos a sueldo y sus conspiradores asociados pudieran venir a justicia rápida. Abimelec probablemente sabia de las Leyes de Dios, pero no quedó convencido de que la pena terrible por romperlas le iba a caer a el (Rom. 15:4; 2Tim. 3:16.) Algunos de los mismos hombres que habían ayudado Abimelec a convertirse en gobernante, contrataron a otros hombres para espiarlo a el y sus amigos mientras viajaban cerca de las mas salvajes, y montañosas regiones alrededor de Aruma y Siquem en Canaán superior. Esperaron asesinarle en un punto apartado, pero sus intentos fueron infructuosos porque él había sido avisado del plan. Todo lo que realizaron fue dañar y robar a muchas otras personas que se movían en áreas solitarias (Jue. 9:22-25). Entretanto, un cananeo llamado Gaal, quien deseaba ver al Israelita desterrado, organizó Página 4 una banda de soldados y fue a Siquem para sugerir a los enemigos de Abimelec que se unieran en contra de su líder. Gaal se ofreció a dirigir el movimiento. Abimelec no estaba en Siquem en ese momento, así que muchos de los hombres de Siquem se sintieron libres de unirse a Gaal. Hubo una gran ovación en el templo de Baal. Allí, inflamado por tomar mucho vino, Gaal dijo en voz alta que los Israelitas deberían recurrir a los líderes cananeos si deseaban ser libres de Abimelec, un Israelita, y que él, Gaal, quitaría a Abimelec del poder si el pueblo solamente le apoyaba con hombres de batalla. La confusión política se empeora Muchos hombres en Siquem se agruparon para unirse a Gaal. Él estaba tan animado que se sintió seguro de liderar una revolución sin peligro de fracasar. Él llegó incluso a enviar mensajeros a desafiar a Abimelec a regresar a Siquem y luchar por el derecho de ser gobernante (Jue. 9:26-29). Este desarrollo molestó a Zebul, gobernador de Siquem y un mano derecha de Abimelec. Él sabia dónde estaba Abimelec, y envió un mensajero veloz a advertirle que Gaal había asumido el control de la ciudad y la fortificaba. Él sugirió a Abimelec que calladamente trajera un ejército de noche, se escondieran en campos cercanos y luego esperar a ver qué hacia Gaal. Esa noche Abimelec calladamente movió a su ejército a las afueras de Siquem, encubriéndolo en cuatro compañías en barrancos y detrás de colinas y de rocas. La mañana siguiente Gaal salió a zancadas de la ciudad a través de la puerta principal con algunos de sus hombres. Zebul los acompañó. "El poderoso Abimelec debe haber oído mi reto mucho antes de ahora, pero no veo ninguna señal de él," Gaal comentó en voz alta en tono burlón. ¡"quizás él decidió llevar a los Israelitas de regreso a Egipto"! Abimelec Los hombres de Gaal se rieron de este comentario. Zebul sonrió, también, pero no por el comentario. Él estaba consciente de que las tropas de Abimelec estaban en todas partes. Repentinamente Gaal entrecerró sus ojos como tratando de divisar algo a lo lejos. ¡"Mira!" Él vocifero, señalando. "¿Veo gente moviéndose hacia abajo de la cumbre de esas colinas"? "¿Gente?" Zebul hizo eco. ¿No ves simplemente la sombra de las montañas?" (Jue. 9:30-36). "Esas son personas," Gaal exclamó. "¡Vienen hacia nosotros a través del valle y a través de la llanura! ¡Estamos rodeados!" ¡"Es verdad"! Zebul comentó con una sonrisa sombría. ¡"Ahora veamos cómo vas a destruir a Abimelec como te jactabas que harías! ¡Ve y pelea con ellos! Así Gaal guio a los ciudadanos de Siquem y combatió a Abimelec. Abimelec lo persiguió a él, y muchos cayeron heridos en la batalla – hasta la entrada de la puerta. Abimelec permaneció en Aruma, y Zebul desterró a Gaal y a sus hermanos de Siquem (Jue. 9:37-41). A pesar de la amenaza de ataque por Abimelec, quien ahora consideraba a Siquem como una fortaleza enemiga, centenares de personas salieron a la mañana siguiente a los campos circundantes y esto fue reportado a Abimelec. Así es que él tomó a sus hombres, los dividió en tres compañías y colocó una emboscada en los campos. Cuando él vio a la gente saliendo de la ciudad él se levanto a atacarlas. Abimelec y las compañías con él acometieron adelante a una posición a la entrada de la puerta de la ciudad. Luego dos compañías arremetieron contra esos en el campo y los atacaron a golpes. Todo ese día Abimelec presiono su ataque en contra de la ciudad hasta que había capturado y matado a todas las personas. Abimelec Luego él destruyó la ciudad y derramo sal sobre ella (vv. 42-45). No hay registro de qué le ocurrió a Zebul, el gobernador de la ciudad. Era una costumbre en ese tiempo que una casa, ciudad o un pueblo debía ser esparcida con sal, si por cualquier razón era considerado un lugar deshonroso o abominable. Para demostrar su desprecio a Siquem, Abimelec les ordenó a sus hombres esparcir sal alrededor de la ciudad. Mientras esto estaba ocurriendo, los fugitivos del área de Siquem temerosamente se congregaron no muy lejos en una estructura como torre, construida en la ladera de una montaña. Era el lugar de culto de uno de los dioses cananeos, y fue considerado un refugio fuerte. Más de unas mil personas se atestaron el. Esperaron que Abimelec, (quien había mostrado una fuerte inclinación hacia los dioses paganos), escatimaría el lugar en caso de que él los encontrara escondidos allí. Otra vez los espías de Abimelec le informaron lo que estaba ocurriendo. Abimelec hizo pasar a sus hombres por una región cercana donde había un gran crecimiento de árboles y arbustos. Allí cada hombre corto una rama tan grande como podía llevar, y podía llevar su carga hacia donde la gente se escondían. Las ramas fueron amontonadas alrededor de la base de la estructura en la que luego se prendió fuego. El tremendo fuego que siguió velozmente destruyó la torre. La gente adentro, incapaces de escapar, murieron por haber ayudado a Abimelec asesinar a los hijos de Jerobaal, tal como Jotam había profetizado (Jue. 9:19-20; Jue. 9:46-49). Página 5 liderazgo. Su deseo vengativo era simplemente arrasar con ellos, tal como había hecho con otros que obstruían sus metas políticas. Abimelec no comprendió que Dios había consentido que él limpiara Siquem sólo por su participación en sus asesinatos traidores. Cuando él alcanzó Tebes, la gente allí estaba tan asustada que escaparon a una fortaleza alta, amurallada dentro de la ciudad. El ejército de Abimelec se acercó a la ciudad, rodeando la fortaleza alta dentro. Como él se acercó a la torre para incendiarla, una mujer dejó caer un pesado trozo de una rueda de molino quebrada, sobre su cabeza y agrietó su cráneo (Jue. 9:50-53). Abimelec llamó en voz alta en busca de su escudero, "¡no dejes que sea dicho que una mujer me mato! ¡Atraviésame con tu espada! ¡Ahora!" Así es que su criado le atravesó de lado a lado, y él murió. Cuando los Israelitas vieron que Abimelec estaba muerto se fueron a sus casas (vv. 54-55). Abimelec había rechazado beneficiarse de las experiencias amargas de otros que se habían rebelado contra la Ley de Dios. Solamente los que quieren obedecer a Dios pueden aprender de tales eventos trágicos (Rom.15:4; 2Tim. 3:16). El reinado de Abimelec representa el primer intento de usurpar la autoridad del sanedrín (concilio gobernante) al reino. Gedeón tuvo setenta hijos, los cuales simbolizan al concejo de ancianos. Vimos dónde mató Abimelec a sus propios hermanos, los setenta, para tomar autoridad. Él no fue uno de los doce jueces sino un rey falso. ¡De la venganza a la conquista! La victoria dada por Dios a Abimelec le hizo tan engreído y codicioso que él quiso conquistar ciudades inocentes. La mañana siguiente se puso en marcha a la ciudad de Tebes cerca de diez millas al noreste. Él había recibido informes que la mayor parte de la gente allí, no estaban a favor de su En un sentido espiritual la mujer que mató Abimelec es simbólica de la Iglesia que vence a Satanás quien le hace la guerra a los setenta del anfitrión celestial. La predicción de Jotam de la pena de Israel no era vacía. Dios había traído destrucción a los destructores (vv. 56-57). Todo el Página 6 problema y el sufrimiento podía haber sido evitado si las personas hubieran rehuido de los dioses paganos y hubieran estado dispuestas a aprender la recta y feliz manera de vivir de acuerdo con la Ley de Dios. Dios había prometido que todo vendría bien a los que le obedecieran (Deut. 6:3). Pero Satanás ha sugerido que podría ser mejor escoger alguna forma de vida que parece más fácil y más agradable y espera ver qué desarrolla (Gen. 3:4-6). Desafortunadamente, casi cada generación de Israel escoge estar de acuerdo con la última manera y aprender los principios de vida en la manera más difícil y miserable. La mayor parte del género humano continúa creyendo en ese viejo decir popular engañoso que la experiencia es la mejor maestra. La experiencia es realmente la peor maestra por la desdicha y la pena que la acompaña. Tola Después de la muerte de Abimelec, el siguiente hombre para convertirse en juez en el norte de Canaán fue Tola hijo de Fua. Él era de la tribu de Isacar. Tola guió el norte Israel por veintitrés años. Durante ese tiempo hubo paz en esa parte de la tierra porque el culto a dioses paganos y los objetos de culto fueron detenidos casi completamente (Jue. 10:1-2). Jair Después de que Tola murió, un hombre por el nombre de Jair vino al poder en el este de Israel. Él tenía treinta hijos crecidos que le ayudaron a mantener el control como alcaldes o gobernantes de treinta pueblos en el norte de Canaán. Jair y sus hijos eligieron gobernar bajo las Leyes de Dios, y por veintidós años más las materias fueron bien por los Israelitas en esa región (vv. 3-5). La muerte de Jair provocó el regreso de los Israelitas del norte de Canaán a la idolatría. Gradualmente cayeron en adorar dioses extranjeros y olvidaron las muchas bendiciones maravillosas que traía Abimelec obedecerle a su Dios, como paz, salud y prosperidad. Por la desobediencia de los Israelitas, Dios se enojó progresivamente. Él le permitió a dos naciones guerreras cercanas enviar soldados a la tierra. Fueron los Amonitas y los filisteos que oprimieron a todos los Israelitas en el lado este del Jordán en Galaad por dieciocho años. Los Amonitas también cruzaron el Jordán para pelear contra Judá Benjamín y Efraín; e Israel estaba en gran desasosiego (Jue. 10:6-9). Fue entonces que el pueblo comenzó a llorarle a Dios. Admitiendo su pecado de doblegarse ante otros dioses, y rogaron perdón y ayuda. El Señor contestó, “¿No les salvé Yo previamente de los egipcios, los Amorreos, los Amonitas, los filisteos, los Sidonios, los Amalecitas y los Madianitas? Ustedes imploraron ayuda cuando estaban corriendo peligro, y Yo les salvé de todos estos enemigos. ¡Entonces ustedes dieron la vuelta y me abandonaron! ¿Por qué los debería de salvar otra vez? ¡Llórenle a sus dioses paganos que los salven!” (vv. 10-14). Los Israelitas sabían mejor que derrochar sus oraciones en dioses paganos era una perdida de tiempo. Eran conscientes de que sólo el Dios de Israel los podía ayudar, y continuaron sus súplicas por la liberación. ¡Y finalmente - el arrepentimiento! ¡"Haz lo que quieras con nosotros!" Imploraron. ¡"pero por ahora, te rogamos que nos libres de nuestros enemigos"! Luego se deshicieron de los dioses extranjeros que había entre ellos y le sirvieron al Señor y él sintió lástima por Israel. Otra vez, después de dieciocho años de opresión, el Creador siempre compasivo se movió para librar a su pueblo escogido (Jue. 10:8). Él les dio a conocer a ellos que como fuera posible deberían reunirse para Abimelec encontrar al enemigo en la tierra al este del Jordán, y que él les ayudaría. Los Israelitas estaban desorganizados, pero ésta maravillosa noticia les insto a la acción. No mucho después la noticia de esta gran reunión alcanzo a los Amonitas, quienes fueron alrededor listos para un último ataque a la media tribu de Manases y las tribus de Rubén y Gad en el este de Canaán. El movimiento de Israel intensifico la acción de los Amonitas, quien no esperaban ninguna resistencia masiva. Página 7 ¡Pero el hecho fue que el ejército rápidamente organizado de Israel hasta ahora no tenía líder o capitán! Los líderes de la gente de Galaad se dijeron el uno al otro, "Quienquiera que emprenda el ataque en contra de los Amonitas será jefe sobre los que viven en Galaad" (vv. 17-18). Referencias: Sansón y los Jueces (No. 73) Biblia de Estudio Nueva Internacional Versión
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