Descargar todas las poesías

Anuncio
Pastor y poeta
"Sólo se es poeta cuando se muere"
(El ave deshoja en el ocaso toda su antología).
Pedro Casaldáliga
- A La Rioja querendona
En cada chaya escondes tu dolor hecho harina y albahaca...
los del puerto te han amordazado para que no grites...
ya tus tientos se cortan y caen tus machetes;
solo te quedan ranchos tristes...
y tierra caliente.
Los de afuera, Chango, te han robao' las vacas;
tu Tata ha quedao' solo... y la Mama un recuerdo;
el Estargidio se fue lejos, a juntar petróleo
allá en Comodoro... rumiando nostalgias.
Y a la Rita la llevó el patrón para que lo comediera,
dicen que en Buenos Aires donde todo es mentira;
tiene que hacer de todo, aunque no lo pueda,
total es riojana, lo mismo que... ¡nada!
Pero el sol está sangrando
allá en Los Mogotes,
y en La Cueva de adentro se oyen galopes;
se acercan pasos por los caminos llaneros
y El Chacho amanece con sus montoneros.
Y por La Quebrada
que le dicen de Chusquis
unos lloros del cerro se gritan contentos;
hay olor a racimos y a vino nuevo,
y Don Aurelio ya calienta la pava en el fuego.
¿Por qué no quieren que diga lo que siento...
es que es mentira hablar del silencio...
no escuchan el grito de los de tierra adentro?
Somos, nosotros, porteños...
es fiero ¡si vieran lo que yo siento!
Quebradas y llanos... cansados y sedientos...
el alero del rancho se lo llevó el viento,
dicen que anoche silbando el silencio...
¿No escuchan el grito de los de tierra adentro?
Enrique Angelelli
- Oración de mi Sacerdocio
Siento que mi tierra, dolorida y
esperanzada, reza y canta
con su historia, vida y mensaje...
Peregrina conmigo, en mi carne y
en mi sangre,
me parece escucharla con su chaya.
En esta Roma pecadora y fiel,
un día floreció en mí una Unción...
"Sacerdote para siempre"
me dijiste entonces, Señor.
Veinticinco años vividos por esos caminos
de Dios,
con mañanas de Pascua y tardes de dolor,
con fidelidades de hijo y debilidades
de pecador,
con las manos metidas en la tierra
del hombre...
de este pueblo tuyo que me entregaste,
Señor.
Mi vida fue como el arroyo...
anunciar el aleluya a los pobres
y pulirse en el interior;
canto rodado con el pueblo
y silencios de "encuentros"...
contigo... solo... Señor.
Mi vida fue como el sauzal...
pegadita junto al Río
para dar sombra nomás.
Mi vida fue como el camino...
pegadita al arenal
para que la transite la gente
pensando: "Hay que seguir
andando nomás".
Mi vida fue como el cardón...
sacudida por los vientos
y agarrada a Tí, Señor;
vigía en noches de estrellas
para susurrarle a cada hombre:
"Cuando la vida se esconde entre espinas,
siempre florece una flor".
Mi vida canta hoy dichosa a Ti, Señor...
Es misterio que se hizo camino
ya andado un buen trecho, Señor...
Mesa que acoge y celebra
los racimos ya maduros
que tu Sangre fecundó.
Todo esto soy yo, Señor...
un poco de tierra y un Tabor,
veinticinco años de carne ungida
con un Cayado, un pueblo y una Misión.
Hoy la tumba de Pedro es la Mesa
de esta Eucaristía, Señor...
en mis manos renace, como entonces,
la Nueva Carne del Amor.
Pablo, tu Vicario, me sale al encuentro
como un hermano mayor...
Me dice al oído: "Hermano,
confirmo tu Fe y tu Misión,
recibe el ósculo de la paz
y lleva a tu pueblo mi bendición".
Y... mientras se encienden las estrellas...
allá, lejos, sigue floreciendo el amor.
Por este Sacerdocio tuyo,
que es mio y de tu pueblo,
muchas gracias, Señor.
Es hora que me despida
de esta Roma que me ungió,
con un Credo agradecido
a la Iglesia que me engendró
y con la esperanza de María,
¡hasta La Rioja, Señor!
La Patria está gestando un hijo
con sangre y con dolor...
Lloran los atardeceres
esperando que el hijo nazca
sin odios y con amor.
Mi tierra está preñada de vida
en esta noche de dolor,
esperando que despunte el alba
con un hombre nuevo, Señor.
Enrique Angelelli
- El hombre proyecto de pueblo
Mezcla de tierra y de cielo,
proyecto de humano y divino...
que en cada hombre se hace rostro
y su historia se hace pueblo.
Es barro que busca la Vida,
es agua que mezcla lo Nuevo,
amor que se hace esperanza
en cada dolor del pueblo.
El pan que en el horno florece...
¡Es para todos, amigos!
Nadie se sienta más hombre,
la vida se vive en el pueblo.
Porque el proyecto se hace silencio,
porque la vida se hace rezo,
porque el hombre se hace encuentro
en cada historia de pueblo.
Déjenme que les cuente
lo que me quema por dentro;
el Amor que se hizo carne
con chayas y dolor de pueblo.
¿Saben? Lo aprendí junto al silencio...
Dios es trino y es uno,
es vida de Tres y un encuentro...
aquí la historia es camino
y el hombre siempre un proyecto.
Enrique Angelelli
- Al reaccionario
¡Amigo! un crepúsculo enrojecido te envuelve
y la noche peregrina tu existencia,
el miedo resquebraja tu esperanza
y la oscuridad se hace sangre en tus venas.
¿Por qué hieres al hermano y calumnias...
por qué manchas, envileces y persigues?
¡Advierte! no eres pasado sino historia,
eres proyecto y siempre mensaje,
pueblo que camina y no desierto,
agua que canta y no estanque.
No te quedes solo, porque envejeces;
escucha la Fuerza de lo que no muere...
es El... de ayer, de hoy y de siempre.
¡Advierte! no eres pasado sino historia,
agua que canta y no estanque.
Enrique Angelelli
- Aniversario de una Unción
Un gesto maduró el Misterio en un hombre
y ungió una vida para una misión;
un Cayado y un Libro iluminaron el camino
para que un pueblo encontrara el Amor.
Fueron jornadas con sabor a Cruz,
fueron racimos maduros para Tí, Señor.
La Unción se hizo Misterio
en la Carne y en la Sangre de Dios.
El Cayado animó la marcha,
el Libro encendió la Luz,
las manos abrieron los surcos
para el hombre necesitado de amor.
¡Doce jornadas... son tuyas, Señor!
Me llamaste para que fuera testigo...
soy débil, soy pobre y con temor.
Tú me dices: "¡No temas!... mi amor te ungió;
no es tuyo lo que llevas... apura la marcha...
te basta mi Palabra... lo demás es ilusión".
También Felipe y Juan, Pedro y Pablo,
aprendieron que el llamado es Misterio,
es muerte, es vida y es misión...
para que en Tí el pueblo encontrara el camino,
en tu Cayado, en tu Libro y en tu Unción.
Y mientras se duerme la tarde de esta jornada
y se perfuma de aceite todo esto que soy yo...
por el Cayado, por el Libro y por la Unción,
déjame que te lo diga: ¡Muchas gracias, Señor!
Enrique Angelelli
12 de mayo de 1973
en el duodécimo aniversario
de mi Consagración Episcopal
versos inspirados al despuntar el
amanecer de este día
- Oración de la Nochebuena
Señor...
yo te pido esta noche,
que nos des a cada uno de nosotros,
valentía, coraje y decisión.
Porque hay muchas cosas por hacer
casas dignas para tanos que son tus hijos,
hay que hacer y buscar fuentes de trabajo
porque no hay pan.
Hay que buscar, no sé cuántas soluciones,
para curar las enfermedades,
y hay que solucionar los problemas
de la educación y el descanso.
Cuántas cosas
te tendría que pedir esta noche!!
Señor, yo te pido por mí mismo,
una cosa fundamental:
que me hagas fiel,
que no me canse nunca
de pronunciar tu nombre.
Y caminar con mi pueblo,
ayudándole a que todos pechemos juntos.
Amén
Enrique Angelelli
Misa de Nochebuena
La Rioja 1971
- Al cardón
Silencioso vigía de cerros,
amigo del hombre de mi tierra,
envuelto de esperanza sufriente,
canto florecido en mi guitarra.
El viento se hace música en tu cruz,
el silencio se hace amigo de tu flor,
los cerros te cuidan por la noche
y el coplero te arrebata tu canción.
Te siento cerca, hermano cardón,
me cuentas las cuitas del hombre
que solitario madura su dolor...
el silencio se esconde en tus fibras
cuando siento arrancarte tu amor.
Enrique Angelelli
- Tinkunaco Riojano
Ya se oyen galopes en la quebrada
del cerro,
las cajas peregrinan una marcha de
encuentro
y en Las Padercitas un fraile prepara
la Pascua
para la raza india, americana y diaguita.
Un niño vestido con la carne nuestra
es encuentro de cielo y de Mama tierra;
los cerros le cantan con voces de estrellas
y en La Quebrada, cuajada de flor,
una Luz se hace huella.
La caja diaguita cargada de penas
galopa en el tiempo cantando la chaya,
llenita de harina, llenita de albahaca,
con color de vino y coraje de guapa.
Ya son las doce con rumbos de encuentro,
los "Aillis" ya llegan en el filo del tiempo,
y al Niño vestido con carne de pueblo
lo adoran los "Alfereces" en la Casa
de Gobierno.
Incienso y silencio se queman en la calle.
No es farsa... mito... recuerdo... es mensaje
con gritos de penas y esperanzas de sangre...
así reza la caja del "Inca" que de nuevo sale.
Porque el Santo lo espera con carne
de pueblo,
la misma del Niño que viene de "Alcalde".
Y cuando la campana canta el Tinkunaco
grande,
La Rioja florece en historia, vida y mensaje.
Enrique Angelelli
18 de Febrero de 1973
- Canto a la luz
Voy buscando una luz en el cerro...
con senderos... silbidos... silencios
mi guitarra sueña un encuentro
en cada piedra preñada del eco.
Llora el algarrobo su secreto,
me cuenta el arroyo su pena...
la vida madura en la cuesta,
la esperanza termina en el cerro.
Andar y andar... me grita el arroyo;
el sol ya calienta... ¡qué dura es la cuesta!
Arriero amigo, camina hasta el cerro
hay música en la pirca... ecos de fiesta.
La luz hace día el sendero,
música y canto el lamento,
la marcha se convierte en término...
hay un abrazo en la punta del cerro.
El valle está preñado de luz
con rumbos de marcha hacia el cerro
cara pirca es una meta
y la tranquera un encuentro.
La luz se esconde en el cardón,
la quebrada es su misterio,
el silencio es fecundo en el cerro,
el agua canto en el encuentro.
Hay una tranquera abierta
en cada punta del cerro,
la luz se hace silencio,
la marcha acaba su término.
Cada valle es un misterio
y cada marcha un despego
el arriero silba en el monte,
la luz le sale al encuentro.
¡Aleluya! cantan los cerros.
¡Aleluya! canta el arriero.
La luz se hace silencio
con música de cencerros.
Enrique Angelelli
Enero de 1968
Junto a los cerros de Calmayo (Córdoba)
- Desovillando a mi pueblo
Honduras de quebradas y silencios,
arenales sedientos y bravíos,
cardonales vigías en horizontes,
lloros de cerros escondidos...
así es el alma de mi pueblo.
Promesante con fe de peregrino,
caminante incansable de recuerdos,
alforja cargada de esperanzas,
con el ritmo del tun-tun de las cajas...
así es el alma de mi pueblo.
Enrique Angelelli
Una definición de lo que, para él, era el pueblo riojano
Descargar