Versiones Taquigráficas - Suprema Corte de Justicia de la Nación

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ÍNDICE.
CONTENIDO DE LA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA DE LA SESIÓN
PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL MARTES 3 DE AGOSTO DE
2010.
SECRETARÍA GENERAL DE ACUERDOS
1
NÚMERO
ASUNTO
IDENTIFICACIÓN,
DEBATE Y
RESOLUCIÓN.
PÁGINAS.
2/2010
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD promovida
por el Procurador General de la República contra
actos de la Asamblea Legislativa y del Jefe de
Gobierno del Distrito Federal, demandando la
invalidez de los artículos 146 y 391 del Código Civil
del Distrito Federal, publicados en la Gaceta Oficial
del Distrito Federal de 29 de diciembre de 2009.
3 A 82
(PONENCIA DEL SEÑOR MINISTRO SERGIO A.
VALLS HERNÁNDEZ).
EN LISTA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
TRIBUNAL PLENO
SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN,
CELEBRADA EL MARTES 3 DE AGOSTO DE 2010.
ASISTENCIA:
PRESIDENTE.
SEÑOR MINISTRO:
GUILLERMO I. ORTIZ MAYAGOITIA.
SEÑORES MINISTROS:
SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO.
JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ.
JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS.
ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA.
JOSÉ DE JESÚS GUDIÑO PELAYO.
LUIS MARÍA AGUILAR MORALES.
SERGIO ARMANDO VALLS HERNÁNDEZ.
OLGA MA. DEL CARMEN SÁNCHEZ CORDERO.
JUAN N. SILVA MEZA.
AUSENTE.
SEÑORA MINISTRA:
MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS.
(SE INICIÓ LA SESIÓN A LAS 10:50 HORAS)
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se abre la sesión. Señor
secretario, sírvase dar cuenta con los asuntos del día.
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro
Presidente. Se
somete a su consideración los proyectos de las
actas relativas a la sesión pública número 76 ordinaria celebrada el
lunes doce de julio del año en curso; de la sesión pública número 77
solemne
de
clausura
del
primer
período
de
sesiones
2
correspondiente al año dos mil diez, y de la sesión pública número
78 solemne de apertura del segundo período de sesiones
correspondiente al año en curso.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Están a la consideración de la
señora y señores Ministros las actas con las que se ha dado cuenta.
Si no hay ninguna intervención, de manera económica les pido voto
aprobatorio.
(VOTACIÓN
FAVORABLE).
APROBADAS LAS DOS ACTAS SECRETARIO.
QUEDARON
3
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS:
Se somete a su consideración el proyecto
relativo a la
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD
2/2010.
PROMOVIDA
POR
EL
PROCURADOR
GENERAL
DE
LA
REPÚBLICA EN CONTRA DE LA
ASAMBLEA LEGISLATIVA Y DEL JEFE DE
GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL,
DEMANDANDO LA INVALIDEZ DE LOS
ARTÍCULOS 146 Y 391 DEL CÓDIGO CIVIL
PARA EL DISTRITO FEDERAL.
Bajo la ponencia del señor Ministro Valls Hernández y
conforme a los puntos resolutivos que proponen:
PRIMERO.
ES PROCEDENTE PERO INFUNDADA LA
PRESENTE ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD.
SEGUNDO.
SE RECONOCE LA VALIDEZ DE LOS
ARTÍCULOS 146 Y 391 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL
DISTRITO FEDERAL CONFORME A LO EXPUESTO EN LOS
CONSIDERANDOS SEXTO, SÉPTIMO Y OCTAVO DE ESTA
EJECUTORIA; Y
TERCERO.
PUBLÍQUESE ESTA SENTENCIA EN EL
SEMANARIO JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN Y SU
GACETA.
NOTIFÍQUESE; “…”
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor
Ministro don Sergio Valls.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Muy amable señor
Presidente, señora Ministra, señores Ministros, como recordarán en
sesión del día primero de julio pasado, por una mayoría de seis
votos de los integrantes de este Pleno, se determinó no sobreseer
respecto del artículo 391 del Código Civil para el Distrito Federal,
por lo que en el engrose respectivo se desestimará la causa de
4
improcedencia hecha valer en ese sentido, tanto por la Asamblea
Legislativa como por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, con
apoyo en las razones que la mayoría de ustedes, de este Honorable
Pleno, expuso en dicha sesión.
Considero pertinente señalar que el asunto que hoy se discutirá,
reviste una gran importancia para la sociedad
y sin duda ha
generado inquietud e incluso cierta polarización dentro de la misma;
sin embargo, esta Suprema Corte de Justicia de la Nación como
Tribunal Constitucional de México debe resolver la cuestión
planteada a la luz de la Constitución Federal, pues aun cuando
estamos
frente
a
una
problemática
que
debe
atender
necesariamente a nuestra realidad social, a la realidad social
existente, el estudio debe hacerse al margen de convicciones de
tipo moral, ideológico o religioso, e incluso de prejuicios que
socialmente pudiera haber al respecto.
Ahora bien, el primer tema que se analiza en el proyecto,
concretamente en el Considerando Sexto es el relativo a la
constitucionalidad del artículo 146 del Código Civil para el Distrito
Federal, que define al matrimonio como la unión libre de dos
personas para realizar la comunidad de vida, en donde ambos se
procuran respeto, igualdad y ayuda mutua.
La propuesta esencial del proyecto que presento a la consideración
de ustedes, es reconocer la validez de este artículo conforme a las
siguientes consideraciones: A partir de la reforma impugnada, el
artículo 146 del Código Civil redefine el matrimonio permitiendo que
se celebre tanto por parejas heterosexuales como del mismo sexo.
El Procurador General de la República en sus conceptos de
invalidez, aduce que tal reforma no satisface una razonabilidad
objetiva y que se vulnera el artículo 4º de la Constitución.
5
En la consulta se establece que constitucionalmente el legislador
ordinario no se encuentra impedido para definir el matrimonio de
forma tal que permita que las uniones entre personas del mismo
sexo alcancen ese estatus y protección jurídicos, dado que
objetivamente
guardan
una
identidad
con
las
uniones
heterosexuales por cuanto se refiere a lazos afectivos, sexuales, de
solidaridad y respeto mutuos y con vocación de estabilidad y
permanencia, que actualmente son los elementos que caracterizan
al matrimonio, dada la secularización de la sociedad y de la propia
institución matrimonial cuyo resultado ha sido la separación de ese
vínculo de una función, de una finalidad reproductiva; además la
protección constitucional de la familia no se consagra sólo respecto
de un tipo de familia que el accionante denomina ideal; es decir,
padre, madre e hijos y que a su entender, parte o
deriva del
matrimonio, sino respecto de la familia como tal, existiendo en la
actualidad una gran diversidad de formas de cómo se organiza o
integra la familia, debiendo el legislador buscar que todas ellas
tengan la misma protección.
Por tanto, la medida legislativa a través de la cual se amplía el
matrimonio
hacia
parejas
del
mismo
sexo,
satisface
una
razonabilidad objetiva; y el hecho de que las parejas heterosexuales
y del mismo sexo estén en igualdad de condiciones ante la opción
de elegir contraer matrimonio o no, y alcanzar la protección y
reconocimiento legal que dicha figura otorga a sus uniones, lejos de
vulnerar la Constitución, se ajusta a lo dispuesto en su artículo 1º, y
respeta los derechos al libre desarrollo de la personalidad, a la
autonomía e identidad personal, y por ende, a la dignidad humana.
Por otra parte, respecto del mismo artículo 146 impugnado, en el
Considerando Séptimo del proyecto se desvirtúa el planteamiento
del accionante acerca de los posibles conflictos que se originarían
con la nueva definición del matrimonio en el Distrito Federal y en las
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entidades federativas, señalándose además que en este tipo de
medio de control constitucional no es posible revisar en abstracto
ese tipo de conflictos.
El artículo 121 de la Constitución prevé las reglas de competencia y
de aplicación de normas a determinadas situaciones jurídicas dada
la gran producción normativa que se presenta en cada entidad
federativa y la seguridad jurídica que debe existir a este respecto.
Hasta aquí dejaría señor Presidente, la presentación del asunto, a
reserva de que en su momento y cuando empecemos con los otros
temas, si usted así lo determina podríamos seguir aportando
algunas ideas preliminares.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Cómo no señor Ministro.
Puesto que hemos discutido y votado ya los primeros temas de este
importante asunto, procede entrar al estudio de fondo y el
considerando que corresponde es el que trata el capítulo de
derecho comparado en cuanto al reconocimiento de las uniones
civiles y los matrimonios entre personas del mismo sexo. Esto es,
todo el Considerando Quinto, que va de las páginas ochenta y
cuatro a la ciento veinticuatro del proyecto. Este capítulo de
contenido histórico o narrativo, es el que pongo a consideración del
Pleno en este momento. Señor Ministro Aguirre Anguiano.
SEÑOR
MINISTRO
AGUIRRE
ANGUIANO:
Gracias
señor
Presidente, es muy amable.
En el Considerando Quinto se hace referencia al derecho
comparado en cuanto al reconocimiento de las uniones civiles y los
matrimonios entre personas del mismo sexo.
Así, se alude a
resoluciones y observaciones generales emitidas por organismos
7
internacionales, a referentes normativas del matrimonio entre
personas del mismo sexo en otros países, así como a sentencias
dictadas por Cortes y tribunales de otros países.
Ello para concluir que ––cito––: “existe una tendencia a nivel
mundial al reconocimiento de los matrimonios entre personas del
mismo sexo o cuando menos a la extensión de la mayor parte de
los beneficios y las responsabilidades derivados del matrimonio, a
las uniones entre homosexuales”. ––Vean por favor la página ciento
veinticuatro del proyecto––.
El principal problema del que adolece este Considerando ––según
mi parecer––, es la conclusión categórica que les acabo de leer, en
cuanto afirma que existe una tendencia a nivel mundial al
reconocimiento de los matrimonios entre personas del mismo sexo,
cuando de la lectura del propio Considerando en su página noventa,
se desprende que sólo treinta países de un universo aproximado de
doscientos veinte países
con plena soberanía, no todos desde
luego registrados ni miembros de la ONT, regulan este tipo de
uniones; de esas naciones sólo diez le otorgan la denominación de
matrimonio, se nos dice que son: Holanda, Bélgica, España,
Noruega, Suecia, Portugal, Estados Unidos, Canadá, Sudáfrica y
Argentina; por lo que el resto la nombran unión civil, pacto de
solidaridad o sociedad de convivencia.
También indican que en Estados Unidos, Brasil, España y Australia,
la regulación es local; asimismo, destaca la situación de Estados
Unidos, pues en la hoja noventa y siete del proyecto, se señala que
a nivel federal existe la Ley para la Defensa del Matrimonio, que
define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, al
tiempo que establece que ningún Estado está obligado a reconocer
las uniones civiles y los matrimonios entre personas del mismo sexo
celebrados en otro Estado.
8
Sobre esa base, me parece carente de sustento afirmar que
estamos ante una tendencia mundial de reconocer los matrimonios
entre personas del mismo sexo, pues más bien es una minoría de
países, además, esa aparente tendencia tampoco significa que ese
tipo de reforma sea conveniente, máxime que en el rubro de
adopciones el propio proyecto indica que sólo en Holanda, Noruega
y Suecia se permite la adopción a parejas integradas por personas
del mismo sexo –eso dice el proyecto–.
Sobre este respecto habré de hacer referencia después, tratando
otro tema que esto nunca ha sido mediante simultaneidad, sino
después de largos periodos de la existencia del matrimonio
reconocido en las leyes para personas del mismo sexo y de
estudios particularizados ordenados por Congresos y demás
entidades que intervienen, se ha afirmado la adopción como
posible, repito, en Holanda, Noruega y Suecia.
Asimismo estimo que es difícil tomar como referente lo que ocurre
en otras latitudes, por ejemplo en los países europeos que se citan
en la consulta, a saber, Holanda, Bélgica, España, Noruega, Suecia
y Portugal, en virtud de que las condiciones económicas, históricas,
sociales y culturales, entre otras, son muy diversas a aquellas que
imperan en la realidad mexicana; de ahí que sin desconocer la
utilidad de acudir al derecho comparado, es importante advertir que
esos referentes no pueden orientar la decisión que en su caso se
tome, sobre todo cuando la descripción de estos se limita a los
Estados que regulan esas uniones, bajo la institución del
matrimonio, sin hacer mayor énfasis a aquellos países que la
prevén con la denominación de unión civil.
De aprobarse por este Pleno el Considerando Quinto, sería
importante agregar referencias de aquellos países que regulan
9
estas uniones con la denominación de uniones o pactos civiles o
sociedades de convivencia, lo que desde luego es trascendente, a
fin de tener una noticia completa de esas regulaciones con base en
lo alegado en los conceptos de invalidez, así como sería
conveniente resaltar que no todas las naciones que han legislado
en ese sentido permiten la adopción.
De no contemplarse en el Considerando Quinto un panorama
integral en los términos a que me he referido, según mi parecer,
provocaría que la ejecutoria que en su momento se emita, no
reflejara una nota objetiva de la situación que nos toca juzgar.
Así, sólo por mencionar un ejemplo, me referiré a Alemania, país
cuya ley otorga a las parejas homosexuales registradas, efectos
semejantes al matrimonio, con excepciones en el ámbito de la
adopción, la tutela, la patria potestad y reproducción asistida; en
este caso el Tribunal Constitucional Federal Alemán, en sentencia
de diecisiete de julio de dos mil dos, al resolver el recurso
interpuesto en contra de la Ley de Uniones Registradas dejó
sentado: que la unión registrada es distinta del matrimonio, pues los
magistrados
integrantes
estuvieron
de
acuerdo
en
la
heterosexualidad que caracteriza a éste.
Podría seguir describiendo la regulación que en otros países se
hace respecto de las uniones de personas del mismo sexo, como
Francia, Hungría, Reino Unido, Uruguay y Colombia, entre otros,
para evidenciar que no le otorgan el carácter de matrimonio sobre la
base de que el concepto y elementos estructurales de esa
institución responde a una realidad definida con bases biológicas y
ante todo antropológicas concretas.
En conclusión, no es correcta la afirmación de la consulta en el
sentido de que estamos ante una tendencia mundial de reconocer
matrimonios entre personas del mismo sexo, lo que existe si se trata
10
de hablar de tendencias será aquélla que tiene como finalidad
reconocer las uniones entre personas del mismo sexo, pero no con
el carácter de matrimonio, pues la tendencia es por la unión o pacto
civil, y la excepción es el matrimonio, como se sigue casualmente
del propio Considerando. Gracias por escucharme a este respecto.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Alguien más en este tema?
Yo quisiera agregar, empezamos a discutir este asunto y un par de
días después recibí noticia de que el Tribunal de Derechos
Humanos de Estrasburgo tuvo un importante pronunciamiento sobre
el tema de matrimonios entre personas del mismo sexo, creo que
debe integrarse al enlistado que se hace de este ejercicio de
derecho comparado, y en esta decisión se resolvió que el hecho de
que no se prevea el acceso de personas del mismo sexo al
matrimonio, de modo alguno atenta contra la dignidad humana ni es
discriminatorio para las personas que tienen una preferencia sexual
diferente.
A partir de aquí me sumo a la observación que hace el señor
Ministro Aguirre Anguiano, ya no en lo que es la exposición de
antecedentes sino lo que se da como conclusión propia de este
Tribunal Pleno; como se desprende del anterior estudio, existe una
tendencia a nivel mundial al reconocimiento de los matrimonios
entre personas del mismo sexo y no sé por qué se pone a
continuación “o en el peor de los casos”, no, no creo que a la
extensión
de
la
mayor
parte
de
los
beneficios
y
las
responsabilidades derivados del matrimonio a las uniones entre
homosexuales.
Creo que hay tres categorías de países, y esto lo resumo de lo que
acaba de exponer el Ministro Aguirre Anguiano, unos cuantos que al
parecer se pueden contar con los dedos de las manos que
reconocen la licitud del matrimonio entre personas del mismo sexo,
11
otro número también corto de países que protege las uniones entre
personas del mismo sexo pero no bajo el régimen de matrimonio
sino en una situación diferenciada, y otro número de países todavía
mayor en los que no existe ningún reconocimiento de licitud para la
unión entre personas del mismo sexo.
Esta conclusión es la que yo no la comparto y la considero
prescindible. Señor Ministro Cossío.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Señor Presidente, yo creo que
este trabajo que ha hecho el señor Ministro Valls en el
Considerando Quinto es muy interesante, es muy ilustrativo, pero yo
tampoco veo cuál es la relación que guarde para el fondo del
asunto.
Si nosotros vemos en la página ochenta y cuatro hasta la página
ochenta y nueve, hay una descripción de diversos documentos
internacionales: la Opinión General del Comité de Derechos
Económicos Sociales y Culturales; un Informe de la experta
independiente sobre cuestiones de minorías; los Principios sobre la
Aplicación de Estándares y Legislación; un Examen sobre el informe
presentado por el Estado de Japón; una Opinión Consultiva de la
Corte Interamericana, que sabemos no es vinculante como opinión
consultiva; la Observación General “equis” emitida por el Comité de
Derechos Humanos; un Programa de Acción sustentado; es decir,
creo que son fuentes de derecho de muy distinta vinculatoriedad al
Estado mexicano, entre ellas esta Suprema Corte de Justicia, creo
que tienen distintos niveles; consecuentemente, normativos y
después los ejemplos muy interesantes que también desarrolla en
su proyecto el señor Ministro Valls en la página noventa y
siguientes, donde señala distintos países, algunos son federales,
algunos son Estados centralizados etc. Yo realmente no encuentro
cuál es la importancia de este asunto, insisto, salvo el efecto
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enormemente ilustrativo que tiene, yo he aprendido mucho de
algunos de estos países que no conocía, debo confesarlo, pero
realmente me parece que es prescindible este Considerando
Quinto, por una razón, porque al final del día si se lee la resolución
en términos completos, no sabemos si estamos vinculados y si
estamos vinculados a cuál de esos instrumentos internacionales
estamos vinculados; entonces, creo que si están generando estas
cuestiones, insisto, es muy importante el estudio para efectos
ilustrativos, pero tampoco encuentro qué grado de vinculatoriedad
tenemos. A partir del Considerando Sexto empezamos con lo que
es la materia dura de una acción de inconstitucionalidad que son los
conceptos de invalidez planteados por la parte actora, y
consecuentemente,
ahí
creo
que
es
donde
deberíamos
concentrarnos.
Es verdad que en algunas ocasiones hemos hecho algún tipo de
estudios abstractos, por ejemplo recuerdo en materia impositiva
cuando describimos la mecánica general del impuesto, simplemente
para entender eso, cómo funciona el impuesto y sobre eso después
establecer consideraciones; pero en el caso concreto, insisto, la
diversidad de fuentes normativas, la diversidad de jerarquía de las
normas, la diversidad de estos elementos, pues entiendo que son
simplemente efectos ilustrativos y entiendo que así es como lo está
presentando el señor Ministro Valls; y consecuentemente, creo que
nos podría ahorrar muchas discusiones, prescindir de esto, porque
hasta donde entiendo, ninguna de esas fuentes normativas que
están allí establecidas vincula al Estado mexicano, ni vincula a esta
Suprema Corte de Justicia. Por esas razones haría ésta muy atenta
sugerencia.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls.
SEÑOR
MINISTRO
VALLS
Presidente, muy amable.
HERNÁNDEZ:
Gracias
señor
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Primero quiero agradecerle al señor Ministro Aguirre Anguiano
todas sus consideraciones sobre este primer Considerando que
estamos analizando, el Quinto. Desde luego, en lo que se refiere a
la decisión de Estrasburgo, la incorporaremos, se produjo ya
cuando
el
proyecto
estaba
elaborado,
así
como
también
incorporaremos la resolución como antecedente en vía informativa
de Argentina que se produjo la segunda quincena de julio al
incorporar la figura de los matrimonios homosexuales en su
legislación, también es otro antecedente importante que debe
incorporarse. La expresión “en el peor de los casos”, hay hojas
que se circularon después en donde se sustituye dicha expresión
por “cuando menos”, de esa manera se satisface lo que usted
decía señor Presidente. Y en tercer lugar, lo que decía el señor
Ministro Cossío y como él lo dijo, esto atiende más que nada a fines
informativos, ilustrativos, puede prescindirse de ello, desde luego
que sí, si el Pleno así lo decide. Muchas gracias señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Franco.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Gracias señor
Presidente.
En primer lugar, para sumarme a la propuesta del Ministro Cossío,
no voy a abundar, me parece que el Ministro Valls nos ilustró con
una serie de información que muy condensadamente, muy
estructuradamente, nos presenta cuál es el marco que tiene este
tema en varios países del mundo. Sin embargo, coincido con los
argumentos que ha vertido el Ministro Cossío para sumarme a la
propuesta de que se suprima; pero para el caso de que no se haga
y el Pleno mayoritariamente considere que sí se debe dejar este
Considerando en los términos planteados, y habiendo aceptado el
señor Ministro ponente sumar la resolución de Estrasburgo, yo sí
quisiera solicitar que sí se suma esta solicitud, se ponga en su
14
contexto, porque esa resolución fue en un país en donde no existe
la previsión, y consecuentemente por eso el Tribunal de
Estrasburgo resolvió que no es discriminatorio que en un país que
no tiene la previsión no exista ese tipo de matrimonios.
Simplemente solicitaría esta precisión en el caso de que así se
decidiera.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Arturo Zaldívar.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor
Presidente.
Yo también estoy en la misma línea del Ministro Cossío y del
Ministro Franco, en el sentido de que esta parte del proyecto se
suprima, ¿por qué? porque el derecho comparado ayuda cuando
nos sirve para darle un sentido a la norma constitucional mexicana
que estamos interpretando; cuando no es el caso, sino que en este
tema de derecho comparado no es pacífico, y cuando además se
hacen citas de resoluciones internacionales y de diferentes
instrumentos, documentos que tienen validez diferenciada, y
algunos no la tienen para efecto del derecho mexicano, me parece
preocupante.
Lo que decía el Ministro Franco, se ha aludido a la resolución de
Estrasburgo, cuando ese es un problema completamente diferente y
será una de las cuestiones que yo abordaré más adelante en cuanto
a la forma como se trata el proyecto.
Creo que si el proyecto elimina esta parte, no se pierde nada, es un
estudio que sí nos ilustró, nos ayudó para entender el asunto, para
investigar, pero creo que puede dar lugar a un engrose en su
15
momento, si es aprobado, que nos puede llevar a cierta confusión
argumentativa que creo que no sería deseable.
Entonces, también me sumaría a la propuesta de que esta parte en
concreto se elimine, creo que no modifica la conclusión a las que
arriba el proyecto. Gracias Presidente.
SEÑOR
MINISTRO
PRESIDENTE:
Señor
Ministro
Aguirre
Anguiano.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias. Quiero
puntualizar algo. En el documento con que intervine hace unos
momentos mencioné expresamente a Argentina, pero aún así, si se
va a incorporar esto al documento, como lo propone el señor
Ministro ponente, hiciera la puntualización de que Argentina es un
estado centralizado, no federal; esto parece que no, pero tiene una
importancia destacada, ─no tiene más que una legislación─.
Después de esto, quisiera advertirles que también Italia acaba de
resolver en términos similares a los anteriores, no es un derecho
humano ni el matrimonio ni la adopción, es un derecho institucional,
y luego explicaré de qué se trata esto, de qué va esto.
Entonces, se pueden incorporar muchas cosas más. A mí me
pareció de gran utilidad antecedentar el proyecto, pero llegar a la
conclusión única obligada conforme a los antecedentes, que la
entidad Distrito Federal, va en contra de la tendencia universal.
Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Una precisión muy
breve,
en
esas
hojas
adicionales
donde
cambiamos
la
desafortunada expresión “en el peor de los casos” por “cuando
16
menos”, también se hace ya mención de la resolución del Tribunal
de Estrasburgo, ─que como se ha dicho aquí─, es otro contexto,
allá no hay ley, y aquí estamos analizando concretamente una ley,
la del Distrito Federal.
Entonces, por otra parte yo sí estimo que toda la parte ilustrativa de
antecedentes de derecho comparado, sirve para ubicar el contexto
del tema; si puede prescindirse, claro que sí, desde luego si el
Pleno así lo decide. Gracias señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Silva Meza.
SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Yo he estado escuchando a
compañeros que apoyan el prescindir de este Considerando; desde
luego, se compartirían las razones, pero creo que sí hay que ubicar
el tema en el contexto, no es un tema ordinario, no es un tema
común, sino que precisamente ha tenido, ha generado todo un
desenvolvimiento, una tendencia, y esto sí es cierto, sirve de
manera ilustrativa en forma importante el acudir a la experiencia,
como se dice en el proyecto, del derecho comparado ¿para qué?
precisamente para advertir el tratamiento jurídico que se ha dado a
esta evolución de este tipo de relaciones, lo cita en un contexto, lo
pone en un contexto, no solamente nos sirve de referencia como
nos ha servido creo que a todos para la investigación que en lo
particular en cada una de las ponencias hemos realizado y, lo
admito, sí es prescindible, desde luego que es prescindible, lo
hemos hecho en algunos otros asuntos, yo he votado porque en
algunos otros asuntos se prescinda de algún tipo de estudio en lo
particular; en este no, en este sí me gustaría, sí estaría de acuerdo
con que estuviera aquí, matizando si se quiere la conclusión,
matizando la conclusión creo que no tiene absolutamente ningún
problema para ello el matiz que se hiciera, vamos, fijando
precisamente cuál es la intención de fijar esa tendencia, desde
17
luego el tratamiento jurídico que ha tenido esta nueva relación
social. De esta suerte yo sí votaría, claro, si la mayoría determina
que no, no haría ningún voto particular ni mucho menos, pero sí
estaría de acuerdo con la propuesta que tiene ahorita el proyecto.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE:
Señor Ministro Luis María
Aguilar.
SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: En términos semejantes
del señor Ministro Silva Meza, yo creo que, y el propio Ministro
Zaldívar lo señalaba, fue útil y ha sido útil la información que está en
este Considerando. Yo creo que como lo logró esbozar el señor
Presidente, digamos la controversia o el problema estaría en la
conclusión de esta página 124 en ese párrafo, que es el que quizá
fuera sí fuera prescindible; creo que la información que está ya de
manera objetiva se puede dejar como tal, como información
objetiva, eliminando esa conclusión que ya tiene un valor, digamos
adjetivo, respecto de toda esa información, y a la mejor si se
pudiera no sólo modificar sino inclusive eliminar, quedaría
solamente como un documento de información objetiva.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señora Ministra Sánchez
Cordero.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO:
Ministro Presidente.
Gracias señor
Yo me sumo también a las posiciones del
señor Ministro Silva Meza y ahora del Ministro Aguilar; también yo
veo este Considerando como una relación informativa, es un marco
importante, informativo para el contexto de este tema, yo estaría
realmente por considerar que este Considerando no está de más
que se quedara.
Lo hemos hecho en otras ocasiones, hemos
suprimido algunos considerandos, pero en esta ocasión creo que el
marco informativo es importante para el tema, para el contexto del
tema. Gracias.
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SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Alguien más?
Pues las posiciones antagónicas es la supresión total del
Considerando, creo que es lo primero que debiéramos votar.
Instruyo al secretario para que tome votación en cuanto a la
propuesta que entendí original del señor Ministro Cossío, de que se
suprima el Considerando Quinto. Por la supresión o por que quede,
por favor.
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS:
Sí señor Ministro
Presidente.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Finalmente estoy por la
supresión, porque entiendo que las razones que antecedentan son
parciales y sesgadas, habría que complementar muchísimo más
esto. Entonces, por la supresión.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Por la supresión.
SEÑOR
MINISTRO
FRANCO
GONZÁLEZ
SALAS:
Por
la
supresión.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Por la
supresión.
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Por la supresión.
SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Porque se mantenga
aunque se quite la parte final.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Porque se mantenga,
desde luego.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Yo también, porque
se quede.
SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: También, con los matices del
caso.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE ORTIZ MAYAGOITIA: Pues nos
falta la Ministra Luna Ramos por razones de salud, y voy a producir
un empate porque es mi parecer auténtico, a mí me parece bien que
19
quede el Considerando Quinto, con la información que tiene,
complementada como lo ha ofrecido el ponente, y entonces voto
porque se quede el Considerando Quinto.
SECRETARIO
GENERAL
DE
ACUERDOS:
Señor
Ministro
Presidente, me permito informarle que existe un empate de cinco
votos en cuanto a la permanencia del Considerando Quinto del
proyecto.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Esperaremos que se integre la
Ministra, que nos dé su voto y se decidirá, pero en caso de que
quedara este Considerando Quinto ya decidiremos la conclusión,
porque lo que el señor Ministro ponente ha ofrecido es matizar la
conclusión; sin embargo, aquí ya hay un elemento valorativo de la
Corte en el que no coincidimos.
La propuesta del Ministro Luis María Aguilar que compartió lo que
yo dije es porque no haya conclusión sino simplemente en el marco
de estos antecedentes.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Si me permite señor
Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Si por favor.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: A reserva de que el voto
de la Ministra Luna Ramos en su oportunidad produzca el
desempate, si fuera porque se quedara desde luego eliminaría este
párrafo de la conclusión. Gracias señor Ministro.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A usted. Pues tenemos esta
intención de voto en cuanto al Considerando Quinto y luego viene
ya el primer tema de fondo que es la constitucionalidad del artículo
20
146 del Código Civil del Distrito Federal con la reforma que hizo a la
definición de matrimonio.
Aquí hay tres temas importantes que abordar: Violaciones al
procedimiento legislativo, el contenido propio del artículo que se
aduce es violatorio de los artículos 16 y 4 de la Constitución Federal
y el análisis de violación al artículo 121 de la Constitución por
tratarse de un acto del Registro Civil, de reconocer obligatoriamente
su validez por todos los Estados de la República Mexicana.
Creo que por metodología debemos abordar en primer lugar el tema
de violaciones al procedimiento legislativo, es el tema que pongo a
consideración. El señor Ministro don Sergio Aguirre Anguiano.
SEÑOR
MINISTRO
AGUIRRE
ANGUIANO:
Gracias
señor
Presidente, lo primero que quiero es hacer una advertencia, se
aduce violación al artículo 16 constitucional pero no marcadamente
por violación al proceso legislativo, sino por su vinculación con otros
supuestos, con otras previsiones constitucionales, supuestos de
hecho, que resultan drenados a través de la reforma del 146 y esto
es algo que no podemos decantar en forma tan tajante, entonces
con esta advertencia yo les quiero decir, desde luego, me pronuncio
en contra de las propuestas del considerando correspondiente, y
quiero iniciar con lo siguiente:
A mi juicio, desde luego todo es a mi juicio, las Leyes de Reforma
permearon la Constitución y sus principios fueron recogidos por la
Constitución; diría que son bases fundamentales de nuestra
Constitución, separación Iglesia-Estado, véase la parte final del
artículo 130 de la Constitución, qué se nos está diciendo:
“exclusivamente o solamente el matrimonio civil producirá efectos”,
esto con qué se contrasta, con las legislaciones anteriores que
reconocían, que hacían reconocer al Estado los matrimonios bajo
21
confesiones, varias, como válidos en el Estado mexicano. Con la
separación Iglesia-Estado se dijo: “Solamente el matrimonio
celebrado conforme a las normas del Estado es el que tendrá
reconocimiento”, este es uno de los aspectos, pero hay otro aspecto
mayor, que nos decían las Leyes de Reforma, vayamos leyendo: “Si
la ideología liberal y Juarista tenía claro y preciso que el matrimonio
solamente podía celebrarlo un hombre y una mujer” –solamente-;
era una clara idea de los liberales, y por supuesto de las Leyes de
Reforma.
La Ley del Matrimonio Civil de 1859 en su artículo 3o. establecía:
“El matrimonio civil no puede celebrarse más que por un solo
hombre con una sola mujer, la bigamia y la poligamia continúan
prohibidas y sujetas a las mismas penas que les tienen señaladas
en las leyes vigentes y la Ley Orgánica del Registro Civil del citado
año en su artículo 34, fracción VI, señalaba: “Cumplido lo que
previene la lectura del artículo 15 de la ley de veintitrés de julio –ya
citada– y el acto de matrimonio, se levantará inmediatamente un
acta de él en que conste”.
Otro texto no incumbente “La declaración de los esposos de
tomarse y entregarse mutuamente por marido y mujer, y su voluntad
afirmada de unirse en matrimonio y la declaración que de haber
quedado unidos hará en nombre de la sociedad y conforme al
artículo 12 de la repetida ley de veintitrés de julio el juez del estado
civil, luego de que hayan pronunciado el sí que los une”.
Recordemos que las Leyes de Reforma tenían la finalidad de
separar por completo de la injerencia de la iglesia de los actos
propios del ser humano en cuanto a su situación civil; es decir,
hechos o actos jurídicos relativos a su nacimiento, matrimonio,
adopción, arrogación, reconocimiento y muerte, cuerpos legales que
fueron catalogados de ultraliberales en su época, dadas las
22
facultades concedidas a la autoridad civil para la regulación de los
actos del estado civil de las personas, pero aun en ellas es evidente
que no se desconoció el sentido natural de la institución del
matrimonio, que es del inherente al hombre y la mujer, pues dicha
visión entendió a la perfección que ésta tiene como finalidad la
procreación de los hijos y la ayuda mutua, base de toda sociedad.
Los principios de las Leyes de Reforma, pasan a ser normas
constitucionales, nada más que las Constituciones no son recetas
de cocina. La tradición nos dice: el matrimonio se celebra entre
hombre y mujer, el sentido literal y la inteligencia de la palabra
“matrimonio” eso implica y significa: el que la Constitución no sea
textualizadamente repetitiva del concepto, no quiere decir que tenga
otro –y luego lo demostraré–. ¿Qué estimo? Que mediante esta
reforma se traiciona la ideología Juarista. La ideología de las Leyes
de Reforma en primer término y después se traiciona la lógica y la
razón –y voy a demostrarlo–.
Sostiene el proyecto que es infundada la violación al artículo 16
constitucional que se aduce porque la reforma impugnada se
encuentra motivada ya que se refiere a relaciones que requerían
regulación jurídica y persigue una finalidad constitucionalmente
válida acorde al principio de igualdad consagrado en el artículo 1º
constitucional que exige al legislador ordinario dar trato igual a
supuestos de hecho equivalentes; disiento de lo anterior, en primer
término porque no es exacto que la reforma verse sobre realidades
sociales que requieran de regulación, pues las relaciones
homosexuales han sido ya objeto de regulación jurídica en el ámbito
del Distrito Federal, en la Ley de Sociedades de Convivencia, y en
segundo lugar porque en la equiparación de las parejas del mismo y
de diferente sexo al permitirse el matrimonio a ambas y la
posibilidad de adopción para las dos, trastoca el principio de
igualdad, la garantía institucional relativa a la protección de la
23
familia y desatiende la obligación de atender de manera preferente y
primordial al interés superior de la infancia –como demostraré a
continuación–.
Antes de proceder al estudio de los puntos concretos de
constitucionalidad debatidos, considero pertinente destacar que la
Constitución no es un producto de la tradición o del azar y –yo me
atrevería a agregar– tampoco de la costumbre, sino de la fuerza
ordenadora de la razón; por eso los valores, principios y normas que
ella contiene no pueden entenderse como mero capricho del
Constituyente sino como un sistema normativo racional y coherente
que parte de la creencia en la posibilidad de establecer de una sola
vez y de manera general un esquema de organización en el que se
encierre la vida toda del Estado y en el que se puedan subsumir
fórmulas aplicables en todos los casos particulares posibles.
En el presente nadie duda de la fuerza normativa de la Constitución,
no sólo en un sentido estático en cuanto a cúmulo de conceptos de
carácter obligatorio, sino también como fuente formal del derecho
secundario. Su condición de Norma Suprema la habilita para
abrogar o invalidar, se trata en este caso de invalidez sobrevenida
de normas anteriores de rango subconstitucional, materialmente
incompatibles con ella.
Invalidar normas sucesivas de rango subconstitucional formalmente
disconformes o materialmente incompatibles con ella. Estas
premisas han sido recogidas en diversas tesis de jurisprudencia de
esta Suprema Corte entre otras la que lleva por rubro: “PARTIDOS
POLÍTICOS. CORRESPONDE AL LEGISLADOR ESTABLECER
LOS REQUISITOS PARA SU CREACIÓN CON APEGO A LAS
NORMAS
CONSTITUCIONALES
CORRESPONDIENTES
Y
CONFORME A CRITERIOS DE RAZONABILIDAD QUE PERMITAN
EL PLENO EJERCICIO DEL DERECHO DE ASOCIACIÓN EN
24
MATERIA DE POLÍTICA”. Así, el legislador secundario al hacer uso
de su facultad primaria de elaborar normas, no posee una carta
blanca para regular lo que quiera y como quiera. Es decir, al emitir
una ley, no puede en ningún momento y bajo pena de que su acto
legislativo sea declarado inconstitucional, desoír ni drenar los
contenidos de las normas consignadas en la Constitución Federal,
pues debe afirmarse que la Constitución impone a la legislación dos
tipos de límites, formales y materiales o substanciales, los primeros
se refieren a normas que regulan el procedimiento de formación de
la ley, acotándolo al procedimiento establecido por la Constitución.
Los segundos son materiales, mediante normas que vinculan el
contenido de las leyes futuras; es decir, puede limitar el contenido
material de las mismas, mediante órdenes y prohibiciones dirigidas
al legislador o de manera indirecta, regulando inmediatamente
ciertos supuestos de hecho, por ejemplo confiriendo derechos
subjetivos a los ciudadanos y estableciendo su propia supletoriedad
jerárquica respecto de la ley.
El positivista Norberto Bobbio ilustra esta limitante material al
apuntar que en el paso de la norma constitucional a la ordinaria son
frecuentes los límites tanto formales como materiales, pues
ejemplifica: cuando la Constitución atribuye a los ciudadanos la
libertad religiosa, limita el contenido de la norma secundaria
prohibiendo al legislador dictar normas que restrinjan esa libertad,
es posible decir que un elemento esencial de la norma secundaria
debe de ser su adecuación con el texto constitucional; por tanto, si
un precepto no atiende al contenido de la Constitución pierde un
elemento esencial de validez. Lo anterior podría entenderse a partir
de un sencillo ejemplo geométrico, si a una figura cuadrangular se
le quita uno de sus cuatro lados, elemento esencial, tal figura pierde
su ser y sustancia, se transforma en una distinta, a saber un
triángulo, con lo cual se transgrede el principio lógico de identidad,
25
pues la condición del cuadrilátero, depende necesariamente de que
la figura posea cuatro lados.
Esta sencilla imagen me permite advertir la importancia de que las
normas secundarias sean acordes con el texto y sentido de la
Constitución, pues si al elaborarlas el legislador soslaya la
disposición o principio de la Ley Fundamental, condena al nuevo
precepto a la inconstitucionalidad y a su eventual invalidez al
suprimirle uno de sus elementos esenciales; su constitucionalidad y
la convierte así en un precepto distinto, ajeno desde luego, contrario
al orden constitucional del que dimana. Esto ocurre en el presente
con los artículos que hoy discutimos que prevén la celebración del
matrimonio entre personas del mismo sexo, en franco olvido del
contenido y sentido de las normas constitucionales atinentes al
tema.
Advierto que una deficiencia —la que señalo— obedece a una
interpretación equivocada de dos instituciones jurídicas y humanas
fundamentales en el tema que nos ocupa. A saber: el matrimonio y
la familia.
El artículo 4° constitucional —afirma el proyecto— contiene una
serie de principios y derechos que no tiene una relación directa
entre sí. No comparto esa afirmación. Del artículo 4° constitucional
derivan los siguientes derechos y principios: a) La igualdad del
varón y de la mujer ante la ley que deberá proteger la organización
y desarrollo de la familia. b) Derecho de procreación; es decir, a
decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y
el espaciamiento de los hijos. c) Derecho de protección a la salud.
d) Derecho a un medio ambiente adecuado. e) Derecho de la familia
a disfrutar de una vivienda digna y decorosa. f) Derecho de la niñez
a su desarrollo integral mediante la satisfacción de sus necesidades
de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento. Estando
26
obligados los ascendientes, tutores y custodios a preservar sus
derechos y el Estado a proveer lo necesario para el respeto a la
dignidad de la niñez y el pleno ejercicio de sus derechos.
Así, la Norma Suprema en principio, consigna la igualdad del varón
y la mujer ante la ley y ordena a ésta proteger la organización y
desarrollo de la familia. Al establecerse lo anterior en el mismo
párrafo, es claro que el tipo de familia que tuvo en mente el Poder
Reformador de la Constitución es el formado por el hombre, la mujer
y los hijos que lleguen a procrear. Luego veremos cómo se concibe
en la exposición de motivos correspondiente.
En los siguientes párrafos, la Disposición Suprema refiere los
principios que aseguran el sano desenvolvimiento de la familia y de
sus miembros, como son: el decidir libremente sobre el número y
espaciamiento de los hijos, el de salud, vivienda decorosa, ambiente
adecuado para el sano desarrollo, para culminar consagrando los
derechos de la niñez a satisfacer sus necesidades, y el deber, tanto
de los ascendientes, tutores y custodios, como del Estado, de
preservar y asegurar los derechos de la niñez.
Con la consagración de los principios y derechos aludidos, se
procura a los seres humanos su salud, su bienestar físico y mental y
el mejoramiento de su calidad de vida —en especial a la niñez—
destacándose la necesidad de que la ley proteja a la familia en tanto
constituye la organización social primaria en donde se desenvuelve
la vida de quienes la integran.
Decía que el modelo de familia que tuvo en mente el Poder
Reformador de la Constitución al ordenar su protección es la familia
nuclear, formada por el hombre, la mujer y los hijos. Ahora añado;
que es a través del reconocimiento de la institución matrimonial
27
entre parejas de distinto sexo, como el Estado da cumplimiento a su
deber.
Existe una tendencia generalizada a creer que el matrimonio
heterosexual es un producto de la moral religiosa; sin embargo,
existen fuentes que sostienen que las comunidades antiguas de
Grecia y Roma, al matrimonio lo tenían dentro de las primeras
formas de organización doméstica, y constituía no un acto vinculado
con la moral, sino con el paso de un sistema de culto privado a otro
de culto privado; es decir, del paso de una joven que realizaba el
culto al hogar y a la domesticidad de su padre, al de su marido,
pues incluso la ceremonia del matrimonio no se celebraba en los
templos de Júpiter o de Juno, sino en la casa presidida por el dios
doméstico que era el padre.
De aquí derivó la definición de matrimonio que el Digesto enumera,
las nupcias son una comunicación del derecho divino y humano; es
decir, un acto humano en donde participan tanto las leyes
nacionales como las divinas. El matrimonio estaba ligado a la
familia, pues a través de aquél se aseguraba la procreación y la
descendencia. El matrimonio en Grecia y en Roma antiguas era
obligatorio, y su fin no era el placer ni la unión de dos seres que se
correspondían sentimentalmente, sino para unir a dos seres en un
mismo culto doméstico para hacer nacer a un tercero que fuera apto
para continuar este culto, y por ello, era fácil disolver el matrimonio
si la mujer era estéril. En las leyes de Manú y en la India, la mujer
estéril se reemplazaba al cabo de ocho años.
Esto permite desmentir que todo es un producto de la moral de las
religiones, a mí no me molesta mucho esto, yo solamente conozco
una moral como la conocieron nuestros liberales, nuestros
constituyentes. Es la moral judeo-cristiana, y por qué hablo de esta
28
moral, pues porque no había otra, sencillamente, si alguno de
ustedes conoce otra, platíquemela.
Lo anterior permite sostener que el matrimonio y la familia surgen
de una realidad antropológica y social anterior a lo que puede
considerarse como un matrimonio institucionalizado en el orden civil
y religioso. Su estima está vinculada por el valor que la sociedad
otorga a la familia y a los hijos. Por eso es posible decir que esta
unión entre matrimonio y familia, encuentra sus raíces más allá de
las concepciones religiosas y morales, ya que su origen se pierde
en épocas anteriores a la propia formación de los sistemas
religiosos de la antigüedad; pues según Gonzalo Flores, el modelo
de matrimonio que ha imperado en la cultura occidental; es decir, el
heterosexual, monógamo, con consentimiento de las partes, y con
fines de procreación natural, ha perdurado por más de veinticinco
siglos, en tanto que ya era reconocido por las leyes griegas y
romanas.
Desde el punto de vista etimológico, la palabra matrimonio hace
referencia a la procreación, pues se compone de un sustantivo:
“mater” que significa madre, y un verbo monio, de monere que
quiere decir recordar. De aquí que el matrimonio es lo que recuerda
a la madre; es decir, al origen, a la procreación; incluso en el griego
antiguo se designaba al matrimonio con la palabra himeneo, donde
la palabra himen, constituye la raíz semántica, y significa
membrana. Es decir, existe una clara alusión al cuerpo femenino.
Estos sencillos datos etimológicos permiten sostener que el
matrimonio heterosexual no es un producto de la moral religiosa,
sino un elemento de nuestra cultura donde el matrimonio
heterosexual y la familia, constituyen las instituciones propias de la
perpetuación de la especie humana.
29
Además, desde el punto de vista lógico, y tomando en cuenta los
datos antes señalados, es posible sostener que el adjetivo
heterosexual no debe considerarse como un elemento accidental
del sustantivo matrimonio, sino como un predicable esencial, pues
en nuestra cultura un matrimonio celebrado entre dos personas del
mismo sexo, no puede ser llamado con propiedad matrimonio, dado
que como se dijo, etimológicamente la palabra “matrimonio”
involucra al ser femenino y la posibilidad de generación de la vida
por vías naturales; luego, el término heterosexual constituye un
predicable esencial del matrimonio, el matrimonio entonces es una
forma de cumplir con la garantía institucional de proteger la
organización y el desarrollo de la familia.
El Tribunal Constitucional español ha desarrollado el concepto de
garantía institucional como la defensa de la constitución de
determinadas instituciones que se consideran como componentes
esenciales del orden jurídico-político cuya preservación se juzga
indispensable para asegurar los principios constitucionales, se trata
de, cito: “Elementos arquitecturales indispensables del orden
constitucional, y las normas que las protegen son sin duda
normaciones organizativas, pero a diferencia de lo que sucede con
las instituciones supremas del Estado cuya regulación orgánica se
hace en el propio texto constitucional, en éstas la configuración
institucional concreta se difiere al Legislador ordinario al que no se
fija más límite que el del reducto indispensable o núcleo esencial de
la institución que la Constitución garantiza.” Fin de la cita.
Si bien entonces la garantía institucional consiste en la protección
de la familia, no asegura en principio una determinada regulación
respecto de la misma, sí requiere por
contra, que se haga en
términos que sean reconocidos y aceptados por la sociedad
mexicana, y no hay duda de que en esta concepción de familia se
inscribe en primero y por origen la institución del matrimonio
30
formado necesariamente por la mujer, el hombre y los hijos que
hayan procreado.
La regulación jurídica del matrimonio obedece al interés del Estado
en asegurar la procreación
y la educación de las futuras
generaciones en condiciones óptimas, y esto exige la concepción de
esa institución como unión naturalmente capaz de cumplir esos
objetivos, lo que supone entonces una mujer y un hombre.
Los instrumentos internacionales también reconocen la importancia
de la protección de la familia como el elemento natural y
fundamental de la sociedad, y reconocen la institución del
matrimonio formado por un hombre y una mujer, así pueden leerse
en los artículos 16, puntos 1 y 3 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos; 17, puntos 1 y 2 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos; 23, puntos 1 y 2 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, y 10.1 del Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales. No se los leo en este
momento.
Esos instrumentos internacionales al consagrar los diferentes
derechos humanos que los Estados-parte se obligan a garantizar y
proteger internamente, aluden a los seres humanos titulares de
esos derechos con el término de personas; en cambio, al referirse al
matrimonio señalan el derecho que asiste al hombre y a la mujer
para contraer matrimonio y formar una familia.
Inclusive en el artículo 16.3 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos se alude expresamente al derecho de los
hombres y mujeres a casarse y fundar una familia, sin restricción
alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión; esto es, dentro
de las restricciones previstas no se comprende la orientación sexual
precisamente porque se parte de que la institución matrimonial es
31
heterosexual, lo que significa que en el caso del matrimonio no
puede operar la prohibición de discriminación por razón de tal
orientación a conformar parte de su esencia la heterosexualidad.
No hay duda entonces de que el matrimonio es una institución que
tiene que concebirse y regularse jurídicamente sólo entre personas
de distinto sexo y su protección supone preservarlo con esta
concepción, distinguiéndolo de otras alternativas, así es derecho de
todo ser humano el decidir de manera libre la pareja con quien
desea vivir y procurarse asistencia mutua, sin que sobre este
derecho pueda establecerse discriminación en razón de preferencia
u orientación sexual.
Pero constitucionalmente sólo tienen derecho a que tal unión se
formalice a través del matrimonio, las parejas heterosexuales como
institución fundamental base de la familia y de la sociedad y cuya
protección, ―sostengo―, constituye una garantía institucional por
parte del Estado.
En ese mérito, ―sostengo―, que no existe un derecho humano
fundamental al matrimonio sino un derecho de libertad en la
decisión de unión de conveniencia.
Veamos ahora qué con los derechos de igualdad
discriminación.
Sostiene
el
proyecto
que
el
y no
examen
de
razonabilidad de la reforma impugnada, exige por un lado la
determinación
de
si
entre
las
parejas
heterosexuales
y
homosexuales existe o no diferencia, y en su caso, si es o no
posible a la luz del principio de igualdad y no discriminación
establecer diferencias respecto de ellas en relación con la institución
jurídica del matrimonio, y por otro lado, el análisis relativo a la
posible afectación a otros bienes y derechos constitucionalmente
protegidos.
32
En relación con el segundo aspecto señalado, la consulta afirma
dogmáticamente, ―pienso yo―, que la institución al matrimonio de
parejas conformadas por personas del mismo sexo, no causa
afectación a bienes y derechos constitucionalmente protegidos.
A
diferencia de lo que el proyecto sostiene, considero que el
análisis de los derechos de igualdad y no discriminación requiere en
el caso, un análisis de constitucionalidad reforzado.
El análisis de constitucionalidad de la reforma impugnada, exige
considerar en virtud de la posibilidad de adopción que implica la
incorporación de las parejas del mismo sexo en la institución del
matrimonio, el interés superior del menor, el cual constituye
indudablemente un bien que el Estado tiene la obligación de
proteger y un derecho de la niñez mexicana conforme al artículo 4º
constitucional, por lo que por este solo hecho procede analizar un
test de constitucionalidad reforzado.
Además, conforme a los criterios de la Suprema Corte, cito, rubros:
“IGUALDAD
DE
CRITERIOS
PARA
DETERMINAR
SI
EL
LEGISLADOR RESPETA ESE PRINCIPIO CONSTITUCIONAL”.
“IGUALDAD.
CASOS
EN
LOS
QUE
EL
JUZGADOR
CONSTITUCIONAL DEBE ANALIZAR EL RESPETO A DICHA
GARANTÍA CON MAYOR INTENSIDAD” E “IGUALDAD DE
CRITERIOS QUE DEBEN OBSERVARSE EN EL CONTROL DE LA
CONSTITUCIONALIDAD
DE
NORMAS
QUE
SE
ESTIMEN
VIOLATORIAS DE DICHA GARANTÍA”.
Estas tesis desarrollan los derechos fundamentales aludidos, la
igualdad exige tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales,
por lo que en ocasiones hacer distinciones estará vedado, mientras
que en otras estará permitido o incluso constitucionalmente exigido,
33
por lo que se requiere de un examen reforzado cuando se introduce
una distinción.
Es cierto que la norma que redefine al matrimonio, no hace
distinción, pero considero que cuando se establece un trato igual a
una situación concreta que históricamente ha recibido un trato
diferente como ocurre con el matrimonio, el test reforzado se
requiere también, pues el principio de igualdad se violenta al no
consagrarse
el
trato
diferente
cuando
éste
resulta
constitucionalmente exigible.
Desconoce el proyecto que la garantía de igualdad también es
violentada
cuando
se
está
frente
a
situaciones
que
constitucionalmente deben ser diferenciadas jurídicamente por ser
totalmente distintas y encontrarse históricamente tratadas en forma
desigual, supuesto en el cual también se requiere de un test de
constitucionalidad reforzado, lo que se hace evidente por estar en el
caso involucrado el interés superior del niño.
Al permitirse contraer matrimonio a personas del mismo sexo, se
violenta el principio de igualdad, pues es una realidad que las
parejas homosexuales no se encuentran en la misma situación que
las parejas heterosexuales; en tanto sólo estas últimas están en
posibilidad biológica y natural para concebir y procrear.
Esta diferente realidad exige que no se equiparen en cuanto al
tratamiento jurídico que se dé al reconocimiento de unas y otras;
además de que el modelo de la familia a que atendió el Poder
Reformador de la Constitución al establecer la obligación de su
protección, es la formada por un hombre, una mujer y los hijos que
decidan libremente procrear.
34
No desconozco que parejas del mismo sexo pretendan eliminar la
imposibilidad biológica en que se encuentran para poder concebir,
recurriendo a otros medios diversos de la reproducción natural
como puede ser la inseminación artificial y la adopción, pero ello no
las equipara a las parejas heterosexuales que naturalmente pueden
convertirse en padre y madre y que libremente deciden constituir
una familia que garantice la protección de sus miembros.
Igualmente, la diferente situación en que se encuentran las parejas
heterosexuales y homosexuales, no resulta objetiva y razonable, y
por tanto se traduce en infracción al principio de igualdad.
En efecto, la disposición que se examina pretende tutelar derechos
que constitucionalmente no son tales, como el adoptar y el casarse
entre personas del mismo sexo, suponiendo que con ello se
pretendiera el fin legítimo de eliminar la discriminación a los
homosexuales, los medios utilizados no resultan eficaces para
lograrlo, pues se desconoce el interés superior del niño ––al que me
referiré después al analizar el considerando relativo del proyecto––.
Además, esos medios son innecesarios, pues la finalidad
perseguida puede alcanzarse mediante otros mecanismos, como de
hecho se está haciendo a través de políticas públicas o con la Ley
de Sociedades de Convivencia.
Por último, creo que los costos de la homologación en examen son
altamente perjudiciales para la organización y desarrollo de la
familia que constitucionalmente debe protegerse y cuya concepción
se une histórica y sociológicamente al matrimonio formado por una
pareja de distinto sexo.
Lo que he expresado en los apartados anteriores, me lleva a
apartarme de la propuesta del proyecto y a afirmar mi convicción
35
respecto de que la reforma impugnada carece de motivación y es
violatoria de los artículos 1º y 4º constitucionales.
Por último, deseo destacar que el matrimonio entre parejas del
mismo sexo, no puede apoyarse en la legislación que tengan otros
Estados, ya que el legislador está obligado a atender la específica
situación de nuestro país; y resultar acorde con los valores de la
nación mexicana en el presente momento histórico.
La garantía institucional que modelaría humanamente a la familia,
impide alterar la institución matrimonial más allá de lo que su propia
naturaleza tolera. No hay impedimento para adecuarla al espíritu de
los tiempos, pero no puede hacerlo en términos que resulten
irreconciliables por la conciencia social de cada tiempo y lugar, lo
que impone al legislador la obligación de respaldar en un amplio
consenso político y social las innovaciones que introduzca.
En conclusión, recordemos que el nombre no le da el ser a las
cosas, sino la manera de identificarlas, pero una vez que la
identificación inveterada le da el conocimiento público a las cosas,
suprimirle elementos desnaturaliza su esencialidad, el cuadrángulo,
el cuadrado, con una línea menos se convierte en triángulo.
No se puede decir que el matrimonio, porque la sociedad no lo
textualiza como la unión de un hombre y una mujer para los fines
que ya hemos visto, puede ser conceptuado en diferente forma;
esto no es así, hay una realidad que se implica y un estándar que
se consiente por las normas constitucionales.
Véanse los Códigos Civiles de los Estados, en treinta y uno de ellos,
o se habla expresamente de que el matrimonio es la unión de un
hombre con una mujer, o se implica abiertamente a través de su
sistema normativo y de normas expresas que diferencian la unión
36
de hombre y mujer, como matrimonio, respecto de otras situaciones
que se dan en la vida; pretender que se está en el caso de aquellos
que tienen predilección por personas de su mismo sexo, en el caso
de la posibilidad jurídica de que contraigan matrimonio, es alterar la
igualdad que la concebimos y se concibe como trato igual a los
iguales y desigual a los desiguales.
Muy brevemente les voy a decir: “Declaración Universal de los
Derechos Humanos. Los hombres y las mujeres –dice el artículo
16– a partir de la edad núbil tienen derecho sin restricción alguna
por motivos de raza, nacionalidad y religión, a casarse y fundar una
familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio,
durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio. La
familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe
ser protegida por la sociedad y el Estado”.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos adoptada en
San José de Costa Rica en noviembre de sesenta y nueve, artículo
17: “Protección a la familia. I. La familia es el elemento natural y
fundamental de la sociedad y debe ser protegida por la sociedad y
el Estado. 2. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a
contraer matrimonio y a fundar una familia si tienen la edad y las
condiciones requeridas para ello por las leyes internas, en la medida
en que éstas no afectan el principio de no discriminación
establecido en esta Convención”.
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 23: “1.
La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad, y
tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado. 2. Se
reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio
y a fundar una familia si tienen edad para ello”.
37
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
artículo 10: “Los Estados, partes del presente Pacto reconocen que:
1. Se debe conceder a la familia, que es el elemento natural y
fundamental de la sociedad, la más amplia protección y asistencia
posibles, especialmente para su constitución y mientras sea
responsable del cuidado y la educación de los hijos a su cargo, el
matrimonio debe contraerse con el libre consentimiento de los
futuros cónyuges”.
En el derecho mexicano y en el consenso internacional de las
naciones, resulta claro que el matrimonio solamente pueden
celebrarlo hombre y mujer, lo demás es alterar la esencia de las
cosas, es desvirtuar su naturaleza, y no se puede drenar la
Constitución, artículo 1° y artículo 4°, y otros más que en su
momento trataré, so pretexto de bautizar a sociedades de
convivencia respetables, reguladas por el Distrito Federal, y
aparentemente desde el punto de vista funcional adecuadas, no se
puede llevar esto, decir a la afirmación de que se trata de
matrimonio, aun so pretexto de la especie socorrida en reiteradas
manifestaciones, es que existen otro tipo de matrimonios modernos;
se habla también de un derecho constitucional moderno, ¿y saben
en qué consiste el derecho constitucional moderno? En ser
normalmente irracionales, abangar, tratándose de derechos y
derivaciones de carácter sexual. ¿Eso es la modernidad? ¡Qué
barbaridad! Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Arturo Zaldívar.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA:
Gracias
señor Presidente. En esta primera intervención voy a dar una
aproximación inicial al tema exclusivamente de la constitucionalidad
del matrimonio sin referirme a los problemas derivados del artículo
121 constitucional, ni tampoco al tema de la adopción; voy también
38
a hacer una exposición hasta donde me sea posible breve,
reservándome para posteriormente profundizar y dar respuesta a
algunas de las cuestiones que se han indicado aquí y a algunas que
seguramente se indicarán posteriormente.
Manifiesto de entrada mi conformidad con el sentido del proyecto en
cuanto a la constitucionalidad del matrimonio entre personas del
mismo sexo; sin embargo, tengo discrepancias en algunas de las
formas como se aborda el problema y a algunos comentarios
adicionales en otros puntos.
Me voy a referir primeramente al tema tratado desde la perspectiva
de la no discriminación, en segundo lugar al concepto de familia y
en tercer lugar al concepto de matrimonio.
En primer lugar, me parece que analizar el tema de la legalización o
la conceptualización como matrimonio de las uniones entre
personas del mismo sexo, no es una manera adecuada de abordar
el problema; hay dos formas como en derecho comparado se ha
arribado a esta problemática, una es por la vía judicial, cuando los
jueces se han enfrentado a este problema normalmente se
enfrentan, en aquellos países en que hay una prohibición o no hay
una regulación del matrimonio entre personas del mismo sexo, y
aquí es donde sí se da un debate sobre derechos fundamentales,
en particular de derecho de igualdad y la no discriminación, y aquí
es donde viene a cuento hacer un test de razonabilidad de la
medida como lo hace el proyecto.
Sin embargo, cuando se arriba a esto a través de una legalización,
a través de una norma de carácter general que amplía el concepto
de matrimonio, me parece que la perspectiva adecuada no es
enfocarlos desde el tema de la no discriminación, sino basta
analizar si la opción tomada por el legislador es una de las
constitucionalmente válidas o posibles; me parece que en principio,
39
así como el legislador tiene que justificar un trato desigual no tiene
en principio que justificar con la misma rigidez un trato igualitario,
salvo que haya un mandato constitucional se afecte el núcleo
esencial de un derecho fundamental o haya un fin no querido por el
constitucional, que me parece que no es el caso.
De tal manera, estoy de acuerdo con el proyecto; sin embargo, -en
mi opinión- creo que el enfoque de la no discriminación no es el más
adecuado sino simplemente decir a la luz de los preceptos que
analiza adecuadamente el proyecto: se vulnera el artículo 4º, se
vulnera el concepto de familia, se vulnera un supuesto concepto de
matrimonio, algún otro precepto constitucional o no, si es así,
entonces estamos en presencia de una libre configuración
legislativa de la Asamblea del Distrito Federal con una finalidad
legítima que no vulnera un derecho fundamental.
En este sentido, estoy de acuerdo con el proyecto aunque creo que
el tratamiento debería de ser diferente, la única forma en que
tendríamos que establecer un test de discriminación cuando se trate
de iguales cuando la norma constitucional prevé un trato
diferenciado y entonces habría que ver si ese trato diferenciado se
recoge o no; pero por supuesto que si la mayoría considera que lo
correcto, lo conveniente es el trato discriminatorio, de no
discriminación, yo votaría a favor del proyecto y, en su caso, haría
un voto concurrente si es que no se acepta por la mayoría o por el
ponente hacer alguna modificación.
Segundo aspecto el concepto de familia. Aquí sí me parece muy
preocupante muchas de las cosas que acabo de escuchar, la familia
es la unión de hombre y mujer y los hijos que ellos procreen; me
acabo de enterar que las familias con hijos adoptivos no son familia,
me parece una aberración con todo respeto. La familia hoy en un
mundo moderno no es un concepto unívoco, no hay un concepto
ideal de familia, hay muchos conceptos de familia, hay familias que
se forman por una madre soltera, hay familias de matrimonios que
40
se divorcian y después a su vez forman otras familias, hay familias
en donde los niños son educados por la abuelita, por los abuelos y
hay familias por supuesto, incluso antes de esa reforma en donde
parejas de un mismo sexo tienen hijos ya sea adoptados o ya sea
hijos biológicos que educan, que cuidan y no veo ninguna razón
para sostener que sólo hay un concepto ideal de familia, pero
tampoco es cierto y se parte de un prejuicio, que el concepto ideal
de familia no sólo es el único concepto válido de familia sino es el
mejor concepto y la mejor forma para que la familia se desarrolle;
basta ver las estadísticas de violencia intrafamiliar que se da en los
matrimonios heterosexuales en la mayoría de los países y el
nuestro no es la excepción, son verdaderamente alarmantes; el
abuso sexual de menores por familiares en familia heterosexuales
son verdaderamente alarmantes; entonces, este concepto de familia
ideal tipo Disneylandia no existe, el mundo ya ha cambiado y lo
tenemos que reconocer y yo creo que la Constitución la tenemos
que interpretar de una forma evolutiva, de una forma que garantice
los derechos de todos, no hay familias de primera y familias de
segunda, todas las familias merecen el respeto de la Constitución y
todas las familias merecen ser tuteladas en sus derechos por esta
Suprema Corte.
Entonces, creo que no hay una vulneración al
artículo 4°, porque no hay este concepto único de familia.
Siguiente cuestión, el concepto del matrimonio, se modifica el
concepto del matrimonio, ¡por supuesto que se modifica el concepto
de matrimonio! nada más que el concepto de matrimonio no es un
concepto natural, es un concepto artificialmente creado, se le llamó
matrimonio a una cosa, hoy se le puede llamar matrimonio a una
cosa diferente, no es verdad que sea una institución natural, ni
siquiera en el concepto de la religión católica, estudien la religión
católica y vean en qué siglo la iglesia impuso el matrimonio
monogámico; entonces, me parece que estamos con una serie de
prejuicios que no tienen ninguna racionalidad, ni razonabilidad; el
41
concepto de matrimonio, insisto, es un concepto artificialmente
creado por el derecho y el derecho evoluciona y cuando evoluciona
regula otro tipo de instituciones que puede llamar matrimonio o
puede llamarle de otra manera, no estamos en este momento
discutiendo y por eso lo dije desde un principio, qué pasaría si en un
Estado se determina que la institución matrimonial es sólo para
hombre y mujer y deja otro tipo de institución para parejas de un
mismo sexo, eso no lo estamos discutiendo ahora porque no es el
tema, lo que estamos viendo es que hubo una decisión del
legislador democrático del Distrito Federal, de acuerdo a la
pluralidad ideológica y a la mayoría que ganó la elección, que
establece un contenido de familia y un contenido de matrimonio
distinto del tradicional y con base en qué argumentación
constitucional,
moderna,
sana,
la
Constitución
tiene
que
interpretarse de manera moderna y modernidad no tiene nada que
ver con modas, tiene que ver simplemente que la ciencia y la
interpretación constitucional lleva mucho tiempo avanzando sobre
todo en las últimas décadas y tenemos que hacernos cargo de
problemas que obviamente las Leyes de Reforma no podían ver,
que obviamente el Constituyente del 17 no podía ver y que nos toca
ahora pronunciarnos en un México plural, en un México moderno,
en donde a mi entender la obligación de esta Suprema Corte,
nuestro deber como jueces constitucionales es garantizar y
preservar los derechos de todos, siempre y cuando no afecten los
derechos de los demás.
Por eso creo que tenemos que ser muy cuidadosos de limitar la litis,
estamos hablando de esta reforma, de la reforma del Distrito
Federal, de esto es de lo que estamos hablando, y en mi opinión,
por lo que hace a estos primeros argumentos, yo no veo ningún
vicio de inconstitucionalidad, y estoy por eso conforme con el
sentido del proyecto. Gracias Presidente.
42
SEÑOR
MINISTRO
PRESIDENTE:
Señor
Ministro
Aguirre
Anguiano, para aclaración.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias, sí, para
algunas aclaraciones respecto a los comentarios que ha hecho el
señor Ministro Zaldívar Lelo de Larrea.
En primer lugar, quiero decir que tiene razón, el concepto de
matrimonio puede variarse, pero puede variarse en la Constitución
General de la República, que es la que lo presupone, lo que es más,
la familia ideal que concibe el artículo 4º constitucional, se compone
por hombre, mujer y pocos hijos, así lo dice el antecedente de la
modificación constitucional, eso no es invento mío, es cosa del
Constituyente, no es un problema de carga cultural o de problema
religioso, no, es cosa del Constituyente; si se va a modificar el
matrimonio, que puede hacerse desde luego, hay que hacerlo pero
desde la Constitución, no puede cada una de las entidades
federativas disponer de lo que no le corresponde, de un estándar
que se presupone, y esto luego lo veremos cuando estemos
discutiendo el artículo 121 constitucional.
Yo estoy de acuerdo en que la forma de congeniar una familia
puede ser a través de la adopción, esto no tiene vuelta de hoja, es
una verdad de a kilo, pero lo que yo cuestiono es que esa adopción
pueda ser determinada sin estudios previos, serios y formales,
según se sigue, y voy a dar un anticipo también de los estudios
presentados por la UNAM, que así lo determinan; luego veremos los
asegunes no transcritos por cierto en el proyecto, pero sí en los
dictámenes presentados por individuos de la Universidad Nacional
Autónoma de México.
Para dar una precisión, coincido con el señor Ministro Zaldívar, el
concepto de matrimonio puede variarse, pero para esto se requerirá
43
reforma constitucional, no a contentillo de cada entidad federativa,
primero, y segundo, la familia, obviamente puede conformarse por
hijos adoptivos, sí, pero a través preferentemente de matrimonio,
preferentemente, no exclusivamente ¡ojo! con esto, y de momento
dejo los comentarios de ese tamaño.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Siguen en lista el señor Ministro
Cossío, don Juan Silva Meza y la Ministra Sánchez Cordero, en ese
orden, señor Ministro Cossío.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Presidente.
Estamos analizando el Considerando Sexto, el cual alude por el
momento al problema básico de si la Asamblea Legislativa del
Distrito Federal desahogó o no desahogó adecuadamente las
garantías de fundamentación y motivación, y si como consecuencia
de eso se dio o no una violación al procedimiento legislativo. Este
es el tema central.
Creo que en el proyecto del señor Ministro Valls se distinguen dos
etapas: una que va de las páginas ciento veinticuatro a la ciento
treinta y uno en donde nos dice, y yo creo que con toda razón, que
el legislador, en este caso del Distrito Federal, no está obligado a
seguir la manera de motivación que pretende el Procurador General
de la República, y por ende, en ese sentido, y yo creo que con toda
razón, no hay necesidad de desahogar los criterios tal como se
hacían en las tesis de mil novecientos sesenta y siete, que se
debieron al Ministro Del Río, en el sentido de que bastaba que se
tuviera la competencia y se desahogara el procedimiento para que
se hubiere satisfecho esa garantía.
Con posterioridad a ello, esta Suprema Corte ha establecido que no
es suficiente esto, sino que se tienen que salvaguardar las etapas
de los procedimientos legislativos que suelen prever, o las leyes
44
orgánicas, o los reglamentos interiores de debate. Entonces hasta
ahí es una primera cuestión.
La segunda cuestión que plantea el proyecto, es en el sentido de si
se están o no se están violando estos derechos fundamentales y la
manera en la que se tiene que abordar este problema. Yo creo que
tiene toda la razón el Ministro Zaldívar en su intervención, en que
aquí valdría la pena hacer un ajuste al proyecto, porque el proyecto
efectivamente
se
está
presentando
en
clave
de
derechos
fundamentales, como si alguien planteara que se le ha violado un
derecho fundamental por el hecho de permitirse a personas del
mismo sexo contraer un matrimonio.
Creo que tiene razón el
Ministro Aguirre cuando nos dice que este tema también podríamos
abordarlo, o primordialmente lo deberíamos abordar, al menos en
este punto, desde el punto de vista de las garantías institucionales,
más que de los derechos fundamentales. ¿Por qué razón? Porque
lo que estamos observando aquí, y esto se pareció mucho a la
discusión que tuvimos en su momento sobre la interrupción del
embarazo antes de la duodécima semana, no es una norma
restrictiva de derechos fundamentales la que estamos analizando, si
es una norma que amplía las posibilidades de desarrollo de las
conductas de los individuos.
Cuando en aquella ocasión se argumentaba por ejemplo, que los
derechos de la mujer alcanzaban para tales o cuales cosas, una de
las respuestas que se daba es que no tenía sentido analizarlo
desde esa óptica porque precisamente se estaba permitiendo a la
mujer interrumpir el embarazo antes de la duodécima semana.
Aquí me parece que pasa mucho de esto y creo que en ese sentido
tiene razón el Ministro Zaldívar cuando se dice: si precisamente se
está autorizando a las personas del mismo sexo a contraer
matrimonio, y en segundo lugar llevar a cabo una adopción como
matrimonio, ya no como personas individuales que permite el
45
Código Civil, creo que es entonces ésta la clave de análisis que
debiéramos seguir.
En este sentido a mí me han parecido muy interesantes los
comentarios que ha hecho el señor Ministro Aguirre; el Ministro
Aguirre nos decía que otros ordenamientos y otros tribunales
constitucionales han aceptado las garantías institucionales y
también nosotros lo hemos hecho, hablábamos de la autonomía
universitaria como una garantía institucional en varios casos que
tuvimos que resolver en la Primera Sala, y esto me parece que
también ha cobrado carta de naturalización. En algunos proyectos
que se han presentado sobre autonomía municipal, también
reconocimos que tenía el carácter de una garantía institucional y
consecuentemente, insisto, esto tiene ciudadanía entre nosotros.
Ahora, la pregunta que es importante, me parece, es la que hace el
Ministro Aguirre Anguiano, es: ¿el matrimonio tiene o no tiene el
carácter de garantía institucional? Éste me parece que es un tema
importante, ¿por qué razón? Porque el artículo 4º al que hemos
aludido no se refiere por supuesto, ya lo dijo muy bien, al
matrimonio, se refiere a la familia; se refiere también el artículo 130
en su penúltimo párrafo a los actos del estado civil; la fracción IV del
121 de la Constitución también a los actos del estado civil, pero no
hay, hasta donde yo alcanzo a ver, una consignación expresa del
matrimonio como garantía institucional en la Constitución. Insisto,
existe la familia y de ahí, me parece, se presenta un problema
importante para definir si el hecho de que la familia tenga
reconocido un carácter constitucional y tenga el carácter también de
garantía institucional, que no de derecho fundamental, sería muy
complicado suponer que el matrimonio por sí mismo tiene el
carácter de derecho fundamental; derechos fundamentales tienen
en todo caso los miembros de esa familia que pretenden hacer tales
o cuales cosas como por ejemplo decidir de manera libre y
responsable el espaciamiento de sus hijos, etc. Creo que entonces
46
nos lleva a saber si de la determinación de la familia como garantía
institucional
podemos
llegar
al
reconocimiento
también
del
matrimonio como garantía institucional. Esto me lleva a la pregunta
de si existe o no un modelo específico de familia reconocido en la
Constitución, y ¿qué es lo que determinaría esta forma familiar? Yo
creo que si nosotros decimos que no existe un modelo de familia
exclusivamente reconocido en la Constitución, sino hay varios
modelos de familia, entonces tendríamos enormes dificultades en
reconocer que el matrimonio tiene el carácter de garantía
institucional; por el contrario, si nosotros aceptáramos que la familia
o
esa
constitucionalización
de
la
familia
como
garantía
constitucional o garantía institucional nos recoge un modelo
exclusivo de familia y ese modelo de familia está vinculado con el
matrimonio entre personas heterosexuales, con una característica
monogámica y procreativa como básicamente se ha descrito,
entonces me parece que estaríamos ante una situación de saber si
por extensión el matrimonio tiene el carácter de garantía
institucional como lo tiene, insisto, ese modelo de familia.
Yo creo que la única forma de saber si efectivamente existe un
modelo o no de familia es acudiendo a diversos elementos
interpretativos.
Por un lado no creo y es aceptado por todos los que hemos
participado, que tengamos un modelo religioso aun cuando
tengamos una religión mayoritaria en el país de matrimonio, dado
ese credo religioso que se tiene mayoritariamente en este país.
En segundo lugar también creo que resulta muy complicado aceptar
que existe un sólo modelo culturalmente hablando, occidental,
judeo-cristiano de familia desde el punto de vista, insisto,
monogámico y procreativo, creo que estamos precisamente frente a
47
una institución de carácter social y como toda institución de carácter
social tiene características evolutivas que le van definiendo su perfil.
Y en tercer lugar, habría que hacer una tercera pregunta:
¿Efectivamente
en
algún
momento
el
Constituyente
constitucionalizó un modelo de familia que descansara única y
exclusivamente en este matrimonio monogámico, heterosexual y
fundamentalmente procreativo?
Si hubiera algún elemento, insisto, en ese sentido, pues habría un
argumento importante, yo con toda franqueza creo que cuando se
constitucionalizó, mediante la reforma constitucional, el modelo de
familia, se constitucionalizó eso, la protección a la familia o a las
familias, a las posibilidades de familia a que aludía el Ministro
Zaldívar, más que a un modelo histórico, cultural, occidental,
determinante, exclusivo, excluyente, respecto de otras condiciones.
Al resolver la contradicción de tesis 163/2007 la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia consideró de enorme importancia darle
un peso específico, darle un peso jurídico a lo que el Consejo
Nacional de Población de nuestro país ha determinado como
modelos de familia.
En ese caso, nosotros en el proyecto y con algún antecedente que
se había dado anteriormente, lo que hicimos es entender cuáles
eran sociológicamente las posibilidades de familia que se habían
establecido a lo largo del tiempo en nuestro país, y sobre todo en la
situación actual. El Ministro Zaldívar describió muy correctamente
algunos de esos modelos que nosotros como Sala consideramos, y
llegamos a la conclusión, básicamente, que lo que se está
protegiendo es, efectivamente, a la familia y se está garantizando
institucionalmente a la familia para que el legislador no pueda vaciar
de
contenido
a
esta
expresión
“familia”,
pero
que
no
48
necesariamente esa constitucionalización de la familia conllevaba la
constitucionalización de un modelo exclusivo y excluyente de
matrimonio; consecuentemente con esto, si no descansan todos los
modelos de familia en el matrimonio, resultaría sumamente
complicado, me parece, aceptar que el matrimonio tiene el carácter
de garantía institucional como extensión del propio modelo de
familia.
Insisto, a mí me parece que lo que tenemos garantizado es o
posibilidades diversas de familia, en este sentido obviamente la
definición es mucho más compleja, mucho más flexible que el
sentido de los conceptos histórico, heterosexual, monogámico y
procreativo para los efectos de este caso, no estoy hablando que la
Constitución y nuestro orden jurídico estén permitiendo la poligamia,
simplemente
me
estoy
enfrentando
al
problema
de
esas
características históricas.
Creo entonces que si no existe al final de cuentas un modelo único
de familia que descansa en un modelo único de matrimonio, resulta
sumamente complicado hacer extensivo al propio matrimonio el
carácter de garantía institucional, y consecuentemente me parece
que también resulta difícil suponer que el legislador del Distrito
Federal vació de contenido la expresión del artículo 4o. y
consecuentemente con ello y dejando de lado, insisto, tal como lo
hizo el Ministro Zaldívar en su intervención, el problema de los
derechos fundamentales sólo desde el punto de vista de las
garantías institucionales, no encuentro cómo este legislador del
Distrito Federal pudo haber vaciado de contenido algo que en la
Constitución no tiene reconocimiento –obviamente como derecho
fundamental, porque no lo puede tener–
pero ni siquiera como
garantía institucional –insisto– porque no me parece que esté
establecida la relación ineludible, inseparable entre familia y
matrimonio, para de eso derivar precisamente esta condición de
49
garantía institucional. Yo con esta perspectiva que varía en alguna
parte de lo que contiene el proyecto, estoy también de acuerdo en
que no se viola la garantía del artículo 16 constitucional en cuanto
se refiere primordialmente a motivación del proceso legislativo.
Gracias señor Presidente
SEÑOR
MINISTRO
PRESIDENTE:
Señor
Ministro
Aguirre
Anguiano para aclaración.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Muy brevemente señor
Presidente, muchas gracias. Voy a hacer la aclaración incumbente.
He insistido en que históricamente se ha considerado el matrimonio
como monogámico, procreativo, etcétera, pero yo no dije que los
liberales que establecieron la Constitución así hayan visto el
matrimonio como procreativo necesariamente, simplemente lo que
digo es la única moral que tenían, incluidos ellos, era la moral judíocristiana y estoy de acuerdo con lo que dijo el Ministro Zaldívar, el
matrimonio se instituyó como sacramento por la iglesia católica
muchos siglos después de fundado el cristianismo, pero este es otro
tema totalmente ocioso y que no pienso que sea pertinente
discutirlo aquí. Lo único que sostengo es que para el Constituyente
el matrimonio quería decir hombre y mujer, lo de procreativo se lo
están agregando porque yo lo aludí como parte de una tradición, no
como parte de una actualidad; esto ¿qué quiere decir? que el
artículo 4º constitucional cuando habla del espaciamiento y número
de hijos que se quieran tener, esto no quiere decir que sea
necesariamente
procreándolos,
esto
también
puede
ser
adoptándolos, pero como parte de una familia, una familia
dimanante de un matrimonio y para esto hay que interpretar la
Constitución como sistema porque en el mismo artículo, en el 4º, se
habla de los derechos superiores de los niños que normalmente
50
adoptados o no adoptados son parte de un matrimonio y de una
familia, esto hay que entenderlo.
Lo que se quiere decir hoy por hoy es que es moderno hablar de los
distintos matrimonios, también se habla de las distintas fidelidades:
la física y la intelectual, una serie de cuestiones que no vale la pena
discutir aquí, pienso que cuando el Constituyente refiere entre los
actos del estado civil: el matrimonio, las actas del estado civil, se
está refiriendo a eso a la unión de un hombre con una mujer, y si
tratamos de dar otras definiciones lo podemos hacer pero
modificando
la
Constitución,
la
Constitución
se
basa
en
presupuestos también no textualizados, hubiera resultado ─pienso
yo─ cacofónico llevar al detalle de las Leyes de Reforma que
hablaban de hombre y mujer y decía: exclusivamente o solamente
─no recuerdo aunque lo acabo de leer─ hubiera resultado
cacofónico llevar esto a la Constitución si es del dominio público, es
la esencia, la forma de nombrar las cosas que primero llega a
identificarlas y después les da esencia, no podemos quitarle los
puntos esenciales por el gusto de modificar. Imagínense ustedes
que el artículo 123 constitucional nos refiere las vacaciones y
mediante ley secundaria se dijera: “entiéndase por vacaciones
aquellas en donde el trabajador labore solamente cuatro horas
diarias”. Estamos drenando de contenido el concepto, la vacación
es el ocio justo que corresponde al trabajador; entonces, mediante
leyes ordinarias no podemos hacer monerías que le quiten el
contenido a los vocablos generalmente aceptados y que son
presupuesto toral del Constituyente.
Pienso, y lo digo con toda sinceridad, que el matrimonio no es un
derecho fundamental de nadie, el matrimonio es la base de la
familia fundamental y es un derecho institucional, no es un derecho
fundamental privativo de los individuos.
51
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Silva Meza.
SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Gracias Presidente, voy a
centrar mi intervención concretamente a la propuesta del proyecto.
Lo hago sin dejar de lado los argumentos vertidos por el Ministro
Zaldívar en su momento, ahora por el Ministro Cossío, y algunas de
las consideraciones también que ha realizado el señor Ministro
Aguirre Anguiano, en tanto que hay muchas coincidencias,
definitivamente hay muchas coincidencias; sin embargo, vamos a
decir que lo expuesto por el Ministro Cossío y el Ministro Zaldívar,
son una perspectiva diferente, o bien como se dijo también, creo
que así se utilizó una diferente forma de abordar el tema de
constitucionalidad, en muchas cosas coincido, pero en muchas
cosas tal vez no con la sistematización en relación con esa
perspectiva, pero sí están plasmadas en el proyecto y para mí creo
que hay suficiencia en el tema constitucional, en el abordaje, es
más, realizado de manera directa con los conceptos de invalidez
identificados como el 1 y 2 vertidos o argüidos por el accionante, el
Procurador General de la República.
Desde mi perspectiva y la perspectiva del proyecto, y creo que aquí
mucho de lo que se ha oído de los compañeros que se han
manifestado con el sentido del proyecto, pero difiriendo o
separándose algo con la perspectiva o el abordaje, muchos de los
contenidos por ellos expresados están aquí vertidos si se quiere con
esta otra perspectiva a la que alude el proyecto, pero a mí en lo
particular ¿Por qué me satisface el proyecto? El proyecto cumple
con mi expectativa de lo esperado, en función de los argumentos,
de los razonamientos que utiliza en tanto que más allá de los temas
concretos que aborda, muy importantes, muy trascendentes,
precisamente esos razonamientos que se ven en el proyecto desde
mi punto de vista, aportan mucho al principio democrático,
fundamentalmente abordan la igualdad, abordan a no discriminación
52
por encima de cualquier prejuicio; es una situación que tiene un
gran contenido, que se desborda desde mi punto de vista, en
relación con el tratamiento que se da, podría dejar satisfecho una
justificación de voto más que justificación, un posicionamiento; es
decir, yo coincido plenamente con lo dicho en el proyecto, sé que es
obra humana, perfectible, enriquecida puede ser por este Tribunal
Pleno, estoy totalmente de acuerdo, pero para mí sería suficiente,
habré de expresar algunas cuestiones relevantes de esta propuesta,
donde encontrarán ustedes estas coincidencias con lo ya
expresado, por los que aquí también están de acuerdo con este
proyecto.
En principio participo que de acuerdo con el orden constitucional la
Asamblea Legislativa del Distrito Federal cuenta con las facultades
para legislar en materia civil, lo que implica desde luego la
atribución de regular lo concerniente a la figura del matrimonio y que
en el ejercicio representativo de su función el órgano legislativo local
al regular dichas cuestiones se encuentra vinculado a reflejar por la
vía legislativa, la realidad cotidiana del pueblo al que representa.
No podemos dejar de advertir como destacadamente lo hace la
consulta, que la realidad social de nuestro país y en concreto la del
Distrito Federal, es totalmente distinta a la de hace algunos años, de
ahí que sea tarea del legislador ir midiendo esa evolución para
transformarla en un marco normativo que sea conforme a la vida
cotidiana del momento histórico, de ahí que la redefinición de la
figura del matrimonio en el Distrito Federal, no sea más que el
reconocimiento por parte de su legislador de una realidad social que
se presenta en esta ciudad; los cambios de la sociedad, sus
demandas, son los que motivan reformas legales como ésta que
ahora analizamos, pero es cierto también que el cambio muchas
veces viene acompañado obviamente hasta de temores, de
53
interrogantes, pero éstas se despejan, se disipan, cuando el cambio
está constitucional y legalmente razonado, y por ende, sustentado.
La transformación del contenido de la definición del concepto
tradicional de matrimonio realizado por la Asamblea Legislativa del
Distrito Federal es para mí como la propuesta, como lo considera,
constitucionalmente razonable. Es razonable, porque atiende a la
nueva realidad y esto es mucho muy importante, que ya no se
encuentre integrada por un único modelo de familia, pues ahora
está conformada por muy diversos tipos de ella.
De acuerdo con los datos estadísticos a los que hemos tenido
acceso, es cada día mayor el número de familias uniparamentales.
También existen aquellas que no quieren unirse bajo el concepto de
matrimonio, o como bien sostiene el proyecto, hay familias que
optan por no tener descendencia o que no pueden tenerla. Por ello,
en la actualidad, no podemos afirmar que sólo el concepto de
familia tradicional, a saber: madre, padre e hijos, es el único modelo
protegido constitucionalmente que se presenta en la sociedad.
El derecho —lo hemos dicho— ha ido evolucionando en torno al
concepto de familia con la finalidad de acercarlo más a la realidad
social. De ahí que existan diversas figuras jurídicas distintas al
matrimonio —como el concubinato— o bien, que exista la
posibilidad de que se presente en la vía civil de la disolución del
vínculo matrimonial, que existan sociedades de convivencia,
etcétera.
Si se acepta que en la Ciudad de México no puede hablarse de un
sólo tipo de unión afectiva o, si se quiere, de un sólo tipo de familia,
entonces podemos comprender que el legislador tenga que ir
evolucionando para acercarse cada día más a la sociedad a través
54
de la regulación jurídica de esa realidad. Ejercicio que es evidente,
que debe ajustarse al marco constitucional.
Esto me lleva a concluir que la redefinición del matrimonio llevada a
cabo por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal se inscribe en
el texto constitucional y no sólo en lo preceptuado por el artículo 4°,
sino en lo consagrado en el concepto de igualdad y no
discriminación por razón de sexo, prevista en el artículo 1°
constitucional.
Debemos considerar, que reconocer que el concepto de matrimonio
incluye la unión libre entre dos personas sin importar su sexo, no
violenta ni restringe los derechos de las demás personas. Si la
reforma no es contraria al artículo 4° constitucional y no violenta los
derechos
de
las
demás
personas,
ya
es
una
medida
constitucionalmente adecuada y razonable. Más, si se toma en
cuenta, que el órgano que la llevó a cabo cuenta con las facultades
constitucionales para que en el ejercicio del poder democrático y
representativo, valore los requerimientos de la sociedad para que la
legislación sea acorde con la realidad que viven sus integrantes, y
acorde también con los principios constitucionales configure el
contenido legal de esa realidad, propiciando el orden normativo que
los nuevos fenómenos sociales demandan.
Es necesario tener presente —como lo recuerda también la
propuesta— que este Alto Tribunal ha sostenido que el derecho al
libre desarrollo de la personalidad comprende, entre otras, la
libertad de contraer matrimonio o de no hacerlo, de procrear hijos y
cuántos de ellos, en qué momento de su vida tenerlos o bien decidir
no tenerlos, de escoger su apariencia personal, su profesión o
actividad laboral, y por supuesto, la libre opción sexual, pues todos
esos aspectos, evidentemente, son parte de la manera en que el
55
individuo desea proyectarse y vivir su vida y que, por tanto, sólo él
puede decidirlo de forma autónoma.
Si el de ser una pareja integrada por personas del mismo sexo es
unir su vida a través de la figura del matrimonio, esto tomando en
consideración el derecho al libre desarrollo de su personalidad, y tal
realidad ya es contemplada y regulada por la legislación local,
cualquier argumento para prohibir tal deseo lo convierte en
discriminatorio, pues la única diferencia entre este tipo de
matrimonios y los hasta ahora tradicionales, es la preferencia
sexual.
Por ello, es oportuno y acertado que el proyecto dedique diversas
consideraciones a explicar que el concepto de familia no puede ir
ligado a la procreación puesto que —como ya se sostuvo— en la
actualidad existen muchos matrimonios que deciden no tener
descendencia o que no pueden tenerla y su deseo, no es adoptar.
Tenemos que aceptar que constituye una realidad que existen
familias sin hijos, lo que no implica que la figura del matrimonio no
pueda llegar a tener todas sus consecuencias jurídicas. De ahí que
resulta absurdo el argumento esgrimido por la parte recurrente en el
sentido de que el concepto tradicional de familia implica el tener
descendencia para a partir de dicha concepción sostener que dos
personas del mismo sexo no pueden constituir un matrimonio
puesto que es imposible que tengan descendencia en común.
Cualquier individuo tiene derecho a conformar una familia,
independientemente de la orientación sexual o la identidad de
género que ésta tenga, y en términos de lo establecido en los
diversos instrumentos de derecho internacional de los derechos
humanos. En particular debemos destacar lo establecido en los
principios de Yogykarta; existen diversas configuraciones de
familias, ninguna familia puede ser sometida a discriminación
56
basada en la orientación sexual o identidad de género de cualquiera
de sus integrantes.
Conforme a lo establecido en este documento internacional
elaborado por múltiples especialistas en derechos humanos,
diversos relatores especiales de Naciones Unidas, investigadores,
docentes, integrantes de diversos comités y comisiones de
derechos humanos, por mencionar algunos, es claro que todos los
Estados están constreñidos a adoptar medidas legislativas,
administrativas y de otra índole, para asegurar que todos los
individuos puedan constituir una familia.
Así, el Estado Mexicano, tampoco puede pasar inadvertidas las
directrices internacionales que en materia de derechos humanos
existen respecto de este tema, y en aras de consolidar una nación
verdaderamente democrática, en la que se respeten y garanticen
todos los derechos de todos los individuos que la conforman, es
indispensable que reconozca que existe una pluralidad de
personas, por ende, de familias, las cuales no pueden quedar fuera
de la protección constitucional y legal por el simple hecho de no ser
acordes con un modelo anterior, que si bien sirvió en otro contexto
histórico, hoy en día debe modificarse para proteger constitucional y
legalmente a todas las familias que conforman a esta nación
pluricultural.
Hoy no existe un concepto único de familia, si el propio derecho
internacional de los derechos humanos, entiende que puede haber
tantos tipos de familias como tipos de individuos, como contextos
históricos, sociales y culturales que determinen los diversos
modelos de aquellos; ya aquí se ha señalado, lo hemos mencionado
en algunas decisiones de este Alto Tribunal, luego entonces, si ni en
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se
establece como único arquetipo de familia, ni en los instrumentos
57
internacionales, es evidente que las figuras del matrimonio civil y
familia, no nada más son susceptibles de ser modificadas, sino que
en un momento histórico, debe ser imperativo el que se transformen
cuando una fracción de la sociedad así lo demanda; ello en estricto
acatamiento a los derechos de igualdad, de no discriminación por
razones de sexo, al derecho a no formar una familia, al derecho a la
privacidad, a la salud, a la intimidad, a la propia imagen y al
desarrollo de la personalidad, todos ellos contenidos en el texto de
la Constitución Federal de nuestro país.
Así, por estas razones, yo considero que lo expuesto en el proyecto
refleja también cuál es mi postura en torno de este tema. Gracias
Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Le bastarían los minutos que
quedan antes de la una señora Ministra, o prefiere después del
receso?
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Yo creo que tardaría
unos quince minutos señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Consulto al Pleno, ¿después del
receso? (VOTACIÓN FAVORABLE)
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Entonces, yo les rogaría si me
permiten,
mi
intervención
en
este
momento,
tomaré
aproximadamente ese tiempo en emitir mi convicción personal que
es puntualmente coincidente con la que ha expresado el señor
Ministro Aguirre Anguiano, me explico.
La Constitución en el artículo 4°, ordena que el Estado Mexicano
debe proteger a la familia sin especificar qué tipo de familia. El
proyecto en la página ciento cuarenta y dos dice: Los datos
58
estadísticos confirman que esa dinámica ha dado lugar a diversas
formas familiares, como son por ejemplo: la familia nuclear,
integrada por esposo, esposa e hijos, que de existir pueden ser
biológicos o adoptados. La familia monoparenteral; es decir,
conformada por un padre e hijos, o una madre e hijos, o bien,
familia extensa o consanguínea, esto es la que se extiende a más
generaciones, incluyendo ascendientes, descendientes y parientes
colaterales, dice el proyecto.
Se encuentran además otro tipo de uniones, ya no las llama aquí
familia, otro tipo de uniones como son las homosexuales y lesbianas
e incluso las homoparenterales a las que por ahora sólo se hace
referencia. Bien, si este fenómeno de conformación de familias se
da en nuestra realidad social, la tesis del proyecto es: el Estado
tiene la obligación de protegerlas, y yo comparto esta idea.
Ha habido otras manifestaciones de familia en la sociedad mexicana
como es la poligamia tolerada
por alguna religión en que es la
unión generalmente de un varón con varias mujeres, y se establece
auténtica familia, hay una relación de convivencia permanente, hay
vida familiar; y en alguna época de nuestra historia reciente hubo
una manifestación de familias comunitarias entre quienes siguieron
una corriente ideológica que se conoció como “hippies”, son formas
de familia.
Mi pregunta primera es: ¿Toda forma de familia aceptada por la
sociedad mexicana debe ser protegida por el Estado? Parece que la
respuesta debiera ser afirmativa en tanto que el artículo 4º
constitucional no pone ningún límite al concepto de familia. En esto
no abundo, la pregunta que a mí me cuestiona y me lleva a
convicción distinta es: ¿La protección de toda forma de familia que
acepta la sociedad mexicana se tiene que dar a través del
matrimonio? ¿Se le puede llamar matrimonio a todas estas formas
59
de familia de que nos habla el proyecto o el matrimonio, por el
contrario es una institución perfectamente identificable, redonda,
completa en su concepción histórica tradicional, y por lo tanto es
solamente una de las varias formas válidas a través de las cuales el
Estado
debe
dar
protección
a
las
familias,
reconocer
fundamentalmente sus derechos?
Yo convengo con todo el desarrollo histórico que ha hecho el señor
Ministro Aguirre Anguiano, el concepto matrimonio ancestralmente
es muy claro como la unión de un solo hombre y una sola mujer
para, así lo dicen todavía muchos códigos, realizar los fines
esenciales de la familia. El matrimonio es el instrumento para
cumplir los fines esenciales de la familia que son: la ayuda mutua, la
finalidad y la procreación de la especie; entonces, yo no puedo estar
de acuerdo con el proyecto en cuanto dice que el concepto
matrimonio no es completo, no es unívoco sino que puede estar
sujeto a evolución. No, hay un concepto muy claro de la institución
matrimonio, así lo recogió nuestra Constitución, no ha llegado el
momento de hablar del artículo 121, pero yo comparto el criterio del
señor Ministro Aguirre Anguiano de que al hablarse de matrimonio
como acto del estado civil de las personas hay un concepto muy
claro que no puede ser alterado al menos por legislación
secundaria; deformar esta institución o conformar o darle nuevos
alcances, nuevas formas sí es alterar su esencia.
En alguna parte el proyecto dice que la procreación de la especie no
es un fin esencial del matrimonio porque muchos matrimonios
heterosexuales no tienen hijos y son matrimonio, esto es una
realidad, pero eso no quita el hecho de que uno de los fines
esenciales del matrimonio es la procreación de la especie, si no se
da en muchas parejas heterosexuales la ley lo entiende y da el
pleno reconocimiento de matrimonio a esta unión.
60
Preocupa mucho el enfoque del proyecto y por eso quise tener la
intervención en este momento, creo que ya lo apuntó con toda
claridad el señor Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, el
argumento del señor Procurador General de la República en esta
acción de inconstitucionalidad, dice: “Se viola el artículo 16 de la
Constitución, porque la nueva norma que deriva de este proceso
legislativo adolece de motivación”.
¿Qué cosa es la motivación en materia legislativa? Aquí lo hemos
dicho, que se reconozca un hecho que es indispensable
reglamentar, regular a través de normas y que esto se conduzca de
la manera idónea, ¿aquí qué ha pasado? Que ya la unión, las
familias
conformadas
por
personas
homosexuales
estaban
plenamente reconocidas por el Estado y protegidas a través de la
figura de la unión en convivencia.
Pero la discusión legislativa va por discriminación y va por falta de
igualdad y el proyecto camina por estos cauces y entonces sí
preocupa que si la Corte llega a decir que a través de esta reforma
en el Distrito Federal se salvaguardan los principios de igualdad
entre personas heterosexuales y homosexuales y se salvaguarda la
no discriminación por razones de diferencia en esta tendencia de
ejercicio sexual, si así lo sostenemos va a resultar ahora que todos
los Estados de la República que no han hecho esto, estarán
incursos en un vicio de inconstitucionalidad, porque aquí se están
salvaguardando los principios de igualdad y no discriminación y en
treinta y un Estados de la República no hay esta previsión.
Esto es muy importante, ya el señor Ministro Cossío y a ellos se
sumó don Arturo, no estamos en presencia de derechos
fundamentales sino en presencia de derechos o garantías
institucionales y la institución que está aquí en juego se llama
matrimonio, el matrimonio ancestralmente, milenariamente ha
estado concebido como la unión de un solo hombre y una sola
61
mujer para realizar los fines esenciales de la familia, es solamente
una forma de integrar familias.
Está la unión libre y tiene protección la unión libre a través de la
institución del concubinato, la ley protege a las familias que se
constituyen de esta manera libre, sin la formalidad de un acto del
Registro Civil. La ley en el Distrito Federal protegía ya la unión entre
parejas homosexuales a través de la Ley de Unión en Convivencia.
Por lo tanto, injertar al matrimonio lo que antes era unión en
convivencia, un acto perfectamente diferenciado en dos leyes, sí es
como lo dijo el señor Ministro Aguirre, volver al cuadrado triángulo o
no sé si al revés, se le ha puesto un lado más y ya se volvió
polígono.
Y esta es la razón fundamental de que yo considere que no hay
fundamentación para alterar una institución ancestral, porque si no
es, ―repito―, la igualdad ni la discriminación, nos queda sólo la
libre configuración, pero la libre configuración no es capricho, no se
puede decir por libre configuración voy a emitir esta norma.
Consecuentemente, pues yo sumaré mi voto a lo del Ministro y
gracias por su tolerancia, dije que iba a usar ocho minutos y me
excedí.
Decreto el receso y a continuación escucharemos las otras
participaciones.
(SE DECRETÓ UN RECESO A LAS 13:05 HORAS).
(SE REANUDÓ LA SESIÓN A LAS 13:25 HORAS)
62
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se reanuda la sesión. Pidió
para hacer una aclaración, el señor Ministro Aguirre Anguiano.
Proceda por favor señor Ministro.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Muchas gracias señor
Presidente.
Solamente quería hacer la aclaración de un hecho. Tuve un lapsus
en la afirmación de que Argentina es una República Centralizada,
no, no lo es, es una República Federal. Gracias por permitirme
hacer esta aclaración.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien. Señora Ministra Sánchez
Cordero.
SEÑORA MINISTRA
SÁNCHEZ
CORDERO:
Gracias
señor
Ministro Presidente.
Señores Ministros, al igual que en muchos otros temas que
recientemente han sido sometidos al conocimiento de esta Suprema
Corte, el de esta Acción de Inconstitucionalidad resulta polémico,
puesto que actualmente ha suscitado este tema un gran debate
inclusive a nivel internacional desde todos los ámbitos; México no
es la excepción y precisamente por ello el Procurador General de la
República al considerar que la reforma al Código Civil del Distrito
Federal que nos ocupa es violatorio de la Constitución, ha recurrido
en esta instancia.
Como es sabido, en cualquier Estado democrático el Tribunal
Constitucional
es el garante de la Constitución, esa labor es
realizada para todos los habitantes del país y por ello, la Suprema
Corte de Justicia no puede fundar sus resoluciones en posiciones
sociales, religiosas o de conciencia individual, pues esa labor debe
63
realizarla haciendo abstracción de las legítimas aspiraciones
personales y discutiendo desde la serenidad y el equilibrio que
ofrece la ciencia del derecho.
De esa perspectiva en un Estado laico o desde la perspectiva de un
Estado laico que funda sus decisiones en el rechazo a los
fundamentalismos
y
el
reconocimiento
de
que
todas
las
convicciones tienen la misma dignidad.
La sociedad actual vive una época de profundos cambios en
diversos campos de la vida humana, entre ellos, los valores
morales, la organización social y el conocimiento en todas sus
áreas. En este contexto, el derecho, la política, la ética, asumen una
posición de privilegio en el ámbito de la discusión de los temas
fundamentales y sus interacciones adquieren suma relevancia para
la definición de los temas más importantes en la actualidad entre los
que destaca la definición de los derechos.
Como toda ciencia, el derecho debe transformase de acuerdo a las
distintas necesidades de una sociedad dinámica y cambiante, pues
una de sus funciones principales consiste en contribuir al
diagnóstico y a la solución de muchos de los problemas que tienen
origen en la sociedad.
Una de las funciones principales del derecho consiste en armonizar
las exigencias normativas con las circunstancias históricas y
sociales concretas de cada lugar y en un momento determinado,
como diría don Luis Recasens Siches: “La vida humana es
esencialmente histórica”.
Precisamente por ello, el planteamiento relativo al matrimonio y a la
adopción por matrimonios conformados por personas del mismo
sexo, debe abordarse desde este punto de vista, privilegiando lo
64
estrictamente jurídico y haciendo abstracción del debate que suscite
en la sociedad y en diversos foros de discusión.
Ahora quisiera en primer lugar tratar un tema que tomé en cuenta
para en lo personal formar una convicción, y es precisamente el
tema y de no perder de vista la naturaleza del medio de control
constitucional que nos ocupa, que es éste: ¿cuál sería el efecto ––
me
pregunto––
de
la
sentencia
en
esta
Acción
de
Inconstitucionalidad si eventualmente se llegara a declarar la
invalidez del artículo 146 del Código Civil para el Distrito Federal?
La Acción de Inconstitucionalidad prevista en la fracción II del
artículo 105 de la Constitución Federal, es un medio de control
abstracto, de normas generales, que tiene como finalidad primordial
el expulsar del orden jurídico nacional, aquellas disposiciones que
contravienen el Texto Fundamental.
En esa medida, ante una eventual declaratoria de invalidez del
citado numeral ¿Qué ocurriría?, ¿invalidaríamos todo su texto
normativo o la porción normativa que señala: matrimonio es la unión
libre de dos personas? En cualquiera de estos escenarios se estaría
vaciando de contenido la figura del matrimonio en el Distrito
Federal; y lo que es peor, se estaría dando una directriz al órgano
legislativo local para definir al matrimonio únicamente como la unión
de un hombre y de una mujer, desconociendo este Tribunal
Constitucional la realidad social que el legislador quiso regular a
través de la reforma que se impugna.
Asimismo, para el caso de que se estableciera la posibilidad de que
para no dejar sin contenido la figura matrimonial fuera necesario
realizar algún tipo de interpretación conforme, a fin de dejar
establecido que cuando el precepto combatido señala que
matrimonio es la unión libre de dos personas, debe entenderse que
65
se refiere únicamente a la unión de un hombre y una mujer, dicha
postura me parecería que no es acorde con la naturaleza jurídica de
este medio de control.
En efecto, asumir una interpretación en tal sentido, ubicaría a este
Tribunal en su labor de legislador negativo como lo sustenta algún
sector de la doctrina, puesto que no cumplirá su cometido de que a
través de la declaratoria de invalidez de una norma, ésta fuera
expulsada del orden jurídico nacional, sino que por el contrario
asumiría el carácter de legislador positivo en la medida en que con
esta interpretación conforme daría un nuevo contenido y sentido al
concepto de matrimonio totalmente diverso al que el legislador local
pretendió imprimirle, con lo que a mi juicio se sustentaría o se
sustituiría en el ejercicio de la función legislativa en detrimento del
principio de división de poderes.
Igualmente, con dicha interpretación estimo, se generaría por parte
de este Tribunal una decisión contraria al orden constitucional, ya
que se estaría discriminando un sector de la población por sus
preferencias sexuales al limitársele su acceso tanto a la figura del
matrimonio como a los derechos que de él derivan, sin existir una
razonabilidad constitucional suficiente para ello; circunstancia que
esta Corte, como máximo garante de los derechos fundamentales,
tampoco podría permitirse.
Y ya llegando al tema sobre el concepto de invalidez del proceso
legislativo en relación a la racionalidad que debió observar el
legislador de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal al reformar
el concepto de matrimonio, es de señalar que estoy de acuerdo en
lo general con el sentido y las consideraciones que sustentan el
excelente proyecto que somete a nuestra consideración el señor
Ministro Valls Hernández, pues me parece que hace un excelente
estudio respecto al tema de no discriminación, y se da contestación
66
a
los
argumentos
de
inconstitucionalidad
vertidos
por
la
Procuraduría General de la República, por lo que únicamente con el
ánimo de abonar a sus argumentos, me permitiría someter a su
consideración algunos argumentos que vendrían, a mi juicio, a
ampliar la respuesta dada al concepto de invalidez planteado por el
señor procurador, relativo precisamente a la racionalidad objetiva
que debió observar la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, al
reformar en específico el artículo 146 del Código Civil impugnado y
que estudiamos en este momento.
Como ha venido sosteniendo nuestra jurisprudencia, el principio de
igualdad tiene un carácter complejo, en tanto subyace a toda la
estructura constitucional y se encuentra positivizado en múltiples
preceptos de nuestra Constitución, que constituyen sus aplicaciones
concretas; estos preceptos constituyen normas particulares de
igualdad que imponen obligaciones o deberes específicos a los
poderes públicos en relación con el principio indicado.
Sin embargo, tales poderes, en particular el legislador, están
vinculados al principio general de igualdad establecido, entre otros,
en el artículo 16 constitucional; en tanto que si bien es cierto, éste
prohíbe actuar con exceso de poder o arbitrariamente; este principio
como límite a la actividad del legislador no postula la paridad entre
todos los individuos ni implica necesariamente una igualdad material
o económica real, sino que exige razonabilidad en la diferencia de
trato, como criterio básico para la producción normativa.
Así, del referido principio derivan dos normas que vinculan
específicamente
al
legislador
ordinario;
por
una
parte,
un
mandamiento de trato igual en supuestos de hecho equivalentes,
salvo que exista un fundamento objetivo y razonable que permita
darles uno desigual y, por el otro, un mandato de tratamiento
desigual, y que obliga al legislador a establecer diferencias entre
67
supuestos de hecho distintos cuando la propia Constitución las
impone.
De esta forma, para que las diferencias normativas puedan
considerarse apegadas al principio de igualdad, es indispensable
que exista una justificación objetiva y razonable, de acuerdo con
estándares y juicios de valor generalmente aceptados, cuya
pertinencia debe apreciarse en relación con la finalidad y con los
efectos de la medida considerada, debiendo concurrir una relación
de proporcionalidad entre los medios empleados y la finalidad
perseguida.
Atendiendo a lo anterior, -en mi opinión- de forma alguna se viola
este principio, y menos aún, en la forma que el Procurador General
de la República lo plantea en su concepto de invalidez, pues lejos
de realizar una distinción, el precepto impugnado lleva precisamente
una igualación en las condiciones establecidas para el matrimonio,
comenzando por su definición, que al reformarlo para incluir a todas
las personas; por tanto, del análisis del concepto de invalidez
referido, no puede arribarse a la conclusión como lo pretende la
Procuraduría de declarar inconstitucional este precepto.
Ello es así, porque precisamente no existe criterio alguno de
distinción que sea utilizado por la ley de los prohibidos por el
artículo 1º de la Constitución, pues no considera ningún criterio que
permita identificar a una categoría de personas que compartan o
compartieron en una serie de contextos relevantes una condición de
exclusión, o que tenga por objeto anular o menoscabar los derechos
y libertades de las personas, ya que por el contrario, como bien se
afirma en el proyecto la norma no distingue entre unos individuos y
otros que pudieran ser destinatarios de la norma, sino que extiende
este universo a todos los posibles, por lo que no lo ajusta a ningún
elemento que atente contra la dignidad humana.
68
De allí que no exista desde mi punto de vista una distinción
normativa que el legislador tuviera que justificar, por lo que la
motivación legislativa a la que debe someterse el legislador, debe
atender a un escrutinio distinto al que propone la Procuraduría
General de la República, en este caso, nuestra jurisprudencia indica
que el análisis de constitucionalidad debe someterse a un escrutinio
de igualdad ordinario porque la norma no introduce una clasificación
legislativa articulada alrededor de alguna de las categorías
mencionadas en el artículo 1º de nuestra Constitución, como
motivos prohibidos de discriminación, pues no distingue entre
grupos de personas, de manera que el criterio de distinción utilizado
no es de origen étnico o nacional, de género, de edad, de
capacidades diferentes, de religión, de condición social, de
preferencias, o estado civil o cualquier otro que atente contra la
dignidad humana, o tenga por objeto anular o menoscabar los
derechos y libertades de las personas; de ahí, que no hay razones
para realizar un escrutinio estricto, ni siquiera desde la perspectiva
de la naturaleza del derecho afectado.
La
igualdad
es
un
principio
y
un
derecho
de
carácter
fundamentalmente adjetivo que se predica siempre de algo, y este
referente es relevante al momento de realizar el control de
constitucionalidad de las leyes, porque la Norma Fundamental
permite, en algunos ámbitos, que el legislador tenga más amplitud
para desarrollar su labor normativa, mientras que en otros, el juez
deberá ser más exigente a la hora de determinar si aquél ha
respetado las exigencias del principio de igualdad.
Por ello, siempre que la acción clasificadora del legislador incida en
los derechos fundamentales garantizados constitucionalmente, será
necesario aplicar con especial intensidad las exigencias derivadas
del principio de igualdad y no discriminación.
69
En el caso, como lo señala el proyecto en uno de sus argumentos
torales, al no haber incidencia en estos derechos, el escrutinio no
puede ni debe ser de especial intensidad.
La intención constitucional es, por lo tanto, extender las garantías
implícitas en el principio de igualdad al ámbito de las acciones
legislativas que tienen un impacto significativo en la libertad y en la
dignidad de las personas, lo cual a mi juicio queda perfectamente
justificado en el proyecto cuando se razona la extensión y no la
limitación de derechos fundamentales, por lo que al no tratarse de
una limitante de estos derechos ni de aquellas limitaciones que se
articulen
en
torno
a
una
serie
de
criterios
clasificatorios
mencionados en el referido tercer párrafo del artículo 1º, categorías
en las cuales el desarrollo de la labor normativa del legislador debe
ser especialmente cuidadosa, el juez constitucional no deberá
someter la labor del legislador a un escrutinio especialmente
cuidadoso desde el punto de vista del respeto a la garantía de
igualdad.
En adición, la violación constitucional estaría determinada, como
bien lo señala el proyecto, por la violación a los derechos
constitucionales a la protección de la organización y desarrollo de la
familia, derecho dentro del cual considero se encuentra el derecho a
formar una familia, del que pueda desprenderse el derecho a
contraer un matrimonio, el cual se configura como un derecho
individual que ostenta toda persona, irrenunciable, perpetuo,
universal, subjetivo y que en ningún caso puede ser restringido o
negado de forma absoluta.
La protección que consagra el primer párrafo del artículo 4° tutela
dos procesos: uno, a través del cual se organiza, establece y se
forma una familia; y otro, a través del cual se va desarrollando en el
70
tiempo. Cuando señala que se protegerá la organización de la
familia, la Constitución no se refiere necesariamente, como se
señala en el proyecto, a una organización específica, a un grupo
social, a una comunidad de personas organizadas de manera
preestablecida; lo que tutela más bien, es el proceso, los medios o
mecanismos, las formas a través de las cuales la institución familiar
puede conformarse; el propio artículo 4° hace una reserva de ley
para dejar en éste la facultad de establecer el texto legal, las formas
en que se ha de organizar la institución familiar; es decir, los
diferentes medios para crearla, para establecerla, para conformarla,
sea por medio del matrimonio, el concubinato o la sociedad de
convivencia por citar sólo alguna de las formas en las que a lo largo
del tiempo se ha ido estableciendo que la institución familiar puede
conformarse.
Y precisamente, la historicidad del concepto de
familia, determina y justifica la reserva a la ley, pues esa reserva
permite que sea en ella en las que se establezcan las formas, los
procesos o los medios de creación y organización de la familia al
originarse en un espacio, en un tiempo y en un orden culturalmente
determinados; la organización familiar puede establecerse de
diferentes maneras, a través de diferentes medios, en las formas
que el legislador advierta que debe darse.
Por lo tanto, la
protección constitucional del artículo 4° en lo que se refiere a la
organización familiar tiene a mi juicio estos alcances. De la misma
manera al establecer el mismo artículo que se protegerá su
desarrollo, la Constitución tutela el desarrollo de la institución
familiar en el tiempo, su interacción, su forma de relacionarse con
sus integrantes, los derechos, las obligaciones y la forma de
transmitirlos y extinguirlos, sus relaciones básicas, los mecanismos
de coordinación, la administración de los recursos, etc.
En este campo, la tutela constitucional comprendería a la patria
potestad, la tutela, los alimentos, la protección especial de los
menores, la prohibición de la violencia intrafamiliar, y en general los
71
derechos de los integrantes de un núcleo familiar.
Por estas
razones, me permito poner a consideración del señor Ministro
ponente algunas de estas reflexiones y si lo juzga conveniente
considerarlas a efecto de engrosar su magnífico proyecto respecto a
la constitucionalidad del artículo 146 del Código Civil del Distrito
Federal. Gracias Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Fernando
Franco.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Gracias señor
Presidente.
Evidentemente también expongo que quienes estamos de acuerdo
en una posición, obviamente coincidimos con muchos puntos de
vista de los que ya se han expresado; consecuentemente, trataré de
resumir mi posicionamiento, algunos aspectos que me parecen
relevantes derivados de los argumentos que se han dado a favor o
en contra.
Quiero decir que evidentemente, digamos lo que he
sostenido en casos anteriores estoy de acuerdo con el sentido del
proyecto; sin embargo, me sumo a la posición que han expresado
primero el Ministro Zaldívar, después el Ministro Cossío y a la que
se sumó el Presidente porque era el mismo razonamiento que yo
tenía sobre el enfoque metodológico, tal como lo sostuve cuando
resolvimos el caso de la interrupción del embarazo, porque es una
cosa similar parecida constitucionalmente en el análisis que debe
hacer esta Suprema Corte, estimo que lo que tenemos que hacer es
el contraste de esta disposición que ha expedido la Asamblea en
este caso, la Asamblea del Distrito Federal también frente a las
normas constitucionales, me parece y asumo totalmente y comparto
el argumento del Presidente: que tenemos que ser cuidadosos de
no generar una resolución que pudiera imponer una obligación que
72
me parece que tampoco sería correcta. También he sostenido que
deben resolverse los casos en sus méritos y así lo entiendo.
Estimo también, digo muy brevemente, que no hay violación al
artículo 16 respecto de fundamentación y motivación, es evidente
que la Asamblea del Distrito Federal tiene facultades para legislar
en materia de Derecho Civil desde mil novecientos noventa y seis
en que se le otorgó esta facultad. Consecuentemente, hay la
fundamentación constitucional para reglamentar esta materia por
parte de la Asamblea, y segundo, más allá de los razonamientos
que se dan en todo el proceso legislativo que se siguió, he sido del
criterio de que los órganos legislativos no tienen que motivar sus
resoluciones, como lo deben hacer el resto de las autoridades.
Consecuentemente, por esas razones también estoy de acuerdo en
que en esta parte el proyecto resuelve adecuadamente, desde mi
punto de vista, el preciso punto de impugnación que hace el
Procurador General de la República respecto a la motivación.
Me parece que en este aspecto es muy importante que precisemos
que respecto de esta situación del contraste de la norma frente a la
Constitución, debemos ser muy claros, el enfoque constitucional,
más allá de los posicionamientos muy respetables que podamos
tener, así lo he sostenido, debe hacerse a la luz de nuestra
Constitución, pero sobre la base de una visión de qué tipo de
Estado presume que somos la Constitución. Y me parece que aquí
esto es muy importante, porque para mí debemos asumir que
somos un Estado constitucional, democrático, laico y social, de
derecho, y que este es el enfoque que debe guiar el análisis de
estos temas, más allá de cualquier preferencia ideológica, religiosa,
personal que podamos tener, y consecuentemente, éste será mi
enfoque respecto a esto.
73
Y ¿por qué señalo esto? porque se ha aludido a la evolución de la
figura del matrimonio, y me parece que esto es muy importante, don
Sergio Salvador aludió a las Leyes de Reforma, las Leyes de
Reforma obedecieron principalmente a la secularización, a la
laicidad de los actos del estado civil de las personas, y en particular
del matrimonio, tan es así que al constitucionalizarse estos temas
abordados en las Leyes de Reforma, el matrimonio se concibió
como un contrato civil, y a mí me parece que esto es fundamental
en el análisis; hoy, el matrimonio en nuestro país desde las Leyes
de Reforma y la constitucionalización de las mismas en la
Constitución, se concibe como un contrato civil, no tiene otra
característica. Consecuentemente también debemos ver esto.
Ahora, lo que es muy importante es que esa definición original que
se hizo en la Constitución por la importancia histórica que tuvo,
desapareció con la reforma en mil novecientos noventa y dos al
texto del artículo 130; consecuentemente hoy en día, el matrimonio
no es un tema constitucional, en mi opinión, esto refuerza el
argumento que han dado varios Ministros en el sentido de que lo
que reguló la Constitución a partir de estas reformas fue la familia.
Evidentemente aquí tenemos los puntos de vista encontrados y son
para mí muy válidos los posicionamientos que han planteado
algunos de los Ministros, considerando que la Constitución
establece el matrimonio constitucionalizado y además como la unión
de un hombre y una mujer.
No comparto esa posición y voy a decir por qué. Desde el enfoque
que originalmente di, de que debe regir, en mi opinión, el análisis
constitucional de este Tribunal respecto al matrimonio.
Aquí se ha comentado que hay un concepto ideal de matrimonio, y
don Sergio Salvador Aguirre Anguiano dijo y dijo bien, que en el
74
dictamen de la Cámara de Diputados se aludió a una familia ideal.
Efectivamente mencionando hombre, mujer e hijos, pero el contexto
-y esto es lo que a mí me importa destacar- fue en función
precisamente de una preocupación que existía en mil novecientos
setenta y cuatro, en la década de los setenta, del crecimiento
demográfico en el país. Esto se inscribe en el contexto
precisamente de decir que lo ideal sería que no hubiera familias
muy extensas, quiero señalar que el dictamen de la Cámara de
Senadores ya no hace alusión a esta identificación puntual que
hizo, y aquí traigo el dictamen, no lo voy a leer, no hizo alusión a
ese concepto ideal, simplemente dijo que el concepto ideal sería
una familia de pocos miembros, sin hacer alusión a identificación de
quiénes formaban la familia; creo que esto hay que verlo en ese
contexto.
Ahora, ¿qué es lo importante para mí? De mil novecientos setenta
y cuatro a mil novecientos noventa y dos en que se reformó el
artículo 130, en que desapareció la constitucionalización del
matrimonio como un contrato civil, al año dos mil diez,
evidentemente han cambiado las condiciones que se vivían en el
país, y yo sostuve en la Acción de Inconstitucionalidad que
resolvimos sobre la interrupción del embarazo, que el legislador
está obligado a tomar en cuenta la realidad en que vive, y en tanto
no vulnere una norma constitucional, entonces tiene esta capacidad
de configuración, y creo que esto es precisamente lo que se
presenta en este caso.
Ahora, respecto del concepto de “matrimonio”, efectivamente
convengo con el Ministro Aguirre y con el Ministro Presidente, en
que tradicionalmente se había identificado al matrimonio como la
unión de hombre y mujer, esto es indiscutible. El punto es para mí,
y esta fue la pregunta que yo me hice desde el principio y que ahora
ante los argumentos que he escuchado me acabo de consolidar en
mi respuesta, es: ¿necesariamente tiene que ser ese concepto el
75
que permanezca invariable? Aquí se habló del triángulo y de sus
condiciones, sí, pero aun en materia, digamos de triángulos y de
ciencias exactas, hay una serie de diferenciaciones que se hacen
para que las figuras puedan adaptarse a situaciones diferentes: hay
el triángulo rectángulo que tiene ciertas características; hay
precisamente la trigonometría esférica, donde hay triángulos
esféricos, esto lo pueden checar en cualquier libro básico de
geometría, y el punto para mí, porque esto parece un poco de
retórica, no lo es, el punto para mí en el matrimonio ¿cuál es la
esencia? ¿Cuál es el elemento esencial, hombre-mujer o dos
personas? Más allá de las convicciones personales que tengamos.
Consecuentemente, me parece que al definirse por la Asamblea
que el matrimonio es la unión entre dos personas, no violenta en
nada la Constitución. En segundo lugar, nos estamos refiriendo a
una figura que alude a personas capaces; consecuentemente
dependerá de las personas capaces su determinación, esto no
violenta en nada los fundamentos religiosos que alguien pueda
tener, los fundamentos ideológicos que alguien pueda tener, porque
finalmente, insisto, está visto desde el punto de vista estrictamente
laico.
Consecuentemente, me parece que en la nueva concepción que
hace la Asamblea del matrimonio, no existe y este es el punto
fundamental para mí, respetando plenamente a quienes hacen una
lectura diferente del 4º, que se refiere a la familia, y por supuesto
hoy la familia tiene características muy diferentes a la familia
tradicional y nadie lo cuestiona. Además, quiero decir que para mí,
y no nada más para mí, el matrimonio no tiene como objeto esencial
la procreación; de hecho muchos Códigos Civiles de los Estados, y
lo pueden verificar, dicen: con la posibilidad de procrear. Si fuera un
elemento esencial, sería nulo el matrimonio en donde no hubiera
procreación.
Consecuentemente me parece que no podemos
considerarlo un elemento esencial, esta es una definición de la
76
libertad de las personas que se unen en matrimonio.
En el
proyecto, inclusive en mi opinión, aún si queda como está, si no se
modifica, habría que hacer una puntualización, porque creo que
puede
haber
personas
plenamente
aptas
para
engendrar
biológicamente un hijo y deciden no hacerlo, y que pueden decidir
adoptar, y eso no le quita el concepto de familia, sigue siendo una
familia.
Consecuentemente, creo y abrevio, por estas razones, la definición
que hizo la Asamblea que si bien, evidentemente choca con la
concepción tradicional que muchas personas tienen, no viola ningún
precepto de la Constitución, teniendo la Asamblea facultades para
legislar en materia civil y siendo el matrimonio un contrato civil me
parece que no podríamos llegar a la conclusión de que es
inconstitucional el precepto aprobado por la Asamblea.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Muy breve señor
Presidente muchas gracias.
En primer lugar para señalar que respecto al enfoque metodológico
al que se ha aludido pues éste se da en función del planteamiento
que hace el promovente de la acción de inconstitucionalidad y a los
términos al contenido del propio tema y en segundo lugar para
trasmitirles que efectivamente es el legislador ordinario el que va a
regular el matrimonio, pero siempre teniendo en cuanta, para mí,
una garantía de no discriminación, la garantía de igualdad.
Eso me queda muy claro y lo tengo muy claro y así lo plasmé en el
proyecto que se está discutiendo, y finalmente agradecerles a todos
sus aportaciones que enriquecerán el proyecto definitivo. Muchas
gracias.
77
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bueno, faltan intervenciones.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: No, me refiero al día de
hoy nada más. Faltan sesiones.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Si, señor Ministro Luis María
Aguilar, están por dar las dos.
SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Yo espero que el
agradecimiento del señor Ministro me incluya en lo que no he dicho,
pero también quiero puntualizar, muy brevemente, porque en su
momento lo haré con mayor amplitud que por ejemplo las palabras
que dijo el Ministro Franco las suscribo exactamente, íntegras aun
con el riesgo de creer en el círculo triangular al que él se refería,
pero estoy absolutamente de acuerdo que el punto de vista
fundamental para no caer en ese problema que nos planteaba ya el
señor Ministro Presidente respecto de una conclusión que llevara a
establecer la inconstitucionalidad de otros códigos, de otras normas
que no coincidan con ésta del Distrito Federal, es esa la de
confrontar a las normas del Código Civil frente a la Constitución, si
éstas no la contradicen en el sentido de que por el concepto y la
definición de matrimonio y de familia no contradicen a la
Constitución, eso no quiere decir que necesariamente todas las
demás tengan que tener ese mismo sentido.
Lo veo desde el punto de vista de que se adecuan a la Constitución
en cuanto no se oponen a ella, no porque exista una norma
constitucional que exija una norma determinada en un determinado
sentido, y por eso con la libertad legislativa en esta materia que da
el 121 constitucional, creo que el parámetro pudiera ser visto desde
este punto de vista independiente o quizá adicionado pero no
fundamentalmente con la teleología que pudo haber tenido el
78
legislador para buscar, por ejemplo, la no discriminación de estos
grupos sociales como son los homosexuales o de cualquier otro tipo
de intención que pudo haber tenido el legislador, pero no es lo que
sustenta para mí la validez de la norma sino el hecho mismo de que
confrontada con la Constitución no se opone a ella y no la
contradice. Muchas gracias, nada más como un apunte.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: El señor Ministro Gudiño se
apunta.
Yo quisiera antes de cerrar la sesión porque quienes se han
manifestado en favor del proyecto han dado dos razones distintas,
que es muy importante que esto se tome en cuenta.
La libertad de configuración legislativa que no tiene por qué atender
a discriminación e igualdad y la otra la que sustenta el proyecto, que
dice que es la manera de evitar la discriminación y que se respete la
igualdad, sin que sea válido sostener que puedan alcanzarlo a
través de diversas formas establecidas legalmente, pues ello implica
de suyo negarles el acceso a una protección jurídica real por su
orientación sexual o considerar que dichas uniones son de menor
valor, la unión en convivencia u otras formas.
Creo que sí es muy importante para los señores Ministros que hasta
este momento constituyen mayoría que hubiera unificación en la
toma de la decisión ¿Cuál va a ser la razón?
Señor Ministro Cossío.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Sí señor Presidente, justamente
en ese sentido, el proyecto entra al tema por el lado de derechos
fundamentales y algunos de los que hemos hablado aquí entramos
por el lado de garantías institucionales para darle este carácter.
79
Creo que esto hace una diferencia fundamental, creo que si se entra
por el lado de los derechos fundamentales y se viera así el asunto,
pudiera resultar inclusive inoperante el concepto del Procurador
General de la República en el sentido de que no ataca el asunto de
una manera frontal. Por el otro camino me parece que es la cuestión
efectivamente planteada que nos autoriza la Ley Reglamentaria y a
mí me parece en lo personal mucho más eficiente esta forma de
entrar al tema.
¿Qué derecho fundamental es el que está alegando el Procurador
General de la República? El derecho fundamental del matrimonio o
el derecho fundamental en este sentido ¿de quién? Creo –insistoque sí hay una diferencia fundamental y sobre ella debiéramos
tomar ya no en el día de hoy, pero sí llevárnoslo como un tema de
reflexión para el próximo jueves y encontrar el camino.
En lo personal me manifiesto a favor de entrar en este punto
concreto y con independencia de lo que más adelante digamos, por
el lado de las garantías institucionales más que por el lado de los
derechos fundamentales, porque creo que esa es la cuestión
efectivamente planteada.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Zaldívar Lelo de
Larrea.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor
Presidente. Muy brevemente en el mismo sentido. A mí me parece
que su postura de tomar un posicionamiento en este tema es muy
relevante porque si bien es cierto que una mayoría hemos
coincidido en el sentido, me parece que la argumentación del
proyecto y de qué forma se llega a la conclusión, lejos de ser un
asunto menor es un asunto bastante relevante, incluso el Ministro
Presidente que se manifestó en contra de la conclusión, la
80
metodología también asume que debe ser de otra forma porque la
lectura final que se diera en su caso a la resolución de la Corte va a
ser distinta si seguimos un camino u otro, creo que sí valdría la
pena discutirlo y en su caso hacer una votación específica para
saber cuál es el camino argumentativo. Gracias Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Franco.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Gracias señor
Presidente. Señalé que no abundaba en muchas cuestiones para
no cansar al Pleno. Es que a mí me parece que esto no se puede
desarticular, la Constitución se tiene que interpretar en su conjunto y
esto tiene que ver también con nuestro régimen federal, por eso yo
me sumé claramente, el argumento que usted expresó señor
Presidente era el mismo que yo traía, creo que aquí siendo
congruente con lo que yo expresé –y quiero dejarlo claro- ¿por qué
me sumé tan claramente a la posición?, parte de la base que dije
que los Estados son los competentes para legislar en materia civil y
son los que contemplan sus propias realidades, entonces,
consecuentemente esta imbricado todo esto en las decisiones que
tomamos; entonces, me sumo a la propuesta de que este tema lo
veamos con cuidado, lo discutamos y se llegue a una solución para
que sea uniforme. Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Sí, muy breve y
solamente para cerrar esto último que se ha señalado.
El último párrafo de la foja ciento cuarenta y ocho del proyecto dice:
“Esta Corte considera que si bien se ha dejado sentado que la
Constitución no se opone a una medida legislativa, como la que
ahora se impugna, al alegarse por el accionante que podría haber
81
otras que alcanzarán el fin pretendido por el legislador o bien que no
se generaba discriminación alguna con la prohibición para las
parejas del mismo sexo de contraer matrimonio, anteriormente a la
reforma legal reclamada, máxime la existencia del reconocimiento
para ellas de las sociedades de convivencia, se hace necesario –lo
afirmo en el proyecto- dar respuesta a tales planteamientos y eso es
lo que hace el proyecto. Gracias señor Presidente
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Sí, aquí es donde surge el
problema, la propuesta que expresó en este momento el señor
Ministro Cossío es: tales planteamientos son inoperantes en virtud
de que están referidos a derechos fundamentales y el tema real
planteado es una garantía o derecho institucional, porque el alcance
de la decisión es muy distinto; es decir, la Asamblea Legislativa
tiene libertad configurativa en el tema y puede definir el matrimonio
como a bien lo tenga y puede también decir que el arrendamiento
es compraventa si así llegara a suceder, porque con esto no se
viola la Constitución. ¡Correcto! esta libertad configurativa no tiene
ninguna trascendencia para las demás entidades, pero si decimos
que a través de esta solución la Asamblea Legislativa preservó las
garantías de no discriminación y de igualdad, pues va a resultar que
los otros treinta y un Estados que no reconocen todavía estos
matrimonios están violando probablemente, esa puede ser al menos
la interpretación respecto de la cual simplemente debemos ser
cuidadosos si esa es la decisión de la Corte, pues esa será, el
llamado es a la reflexión sobre este tema.
Señora y señores Ministros como ustedes saben el jueves iniciamos
en
Querétaro
una
reunión
de
Presidentes
de
Tribunales
Constitucionales que se llama: “Doscientos años de justicia
constitucional en América”, sé que algunos de ustedes han
aceptado asistir y yo mismo tengo el compromiso de asistir a la
clausura.
82
Les propongo que iniciemos la sesión del jueves a las 10:30 y que
terminemos a las 2:00 para dar un poco más de tiempo a estos
traslados,
¿Estarían
de
acuerdo
con
esto?
(VOTACIÓN
FAVORABLE)
Con este consentimiento del Pleno cierro la sesión del día de hoy y
los convoco para el próximo jueves a las 10:30 de la mañana.
(CONCLUYÓ LA SESIÓN A LAS 14:10 HORAS)
ÍNDICE.
CONTENIDO DE LA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA DE LA SESIÓN
PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL JUEVES 5 DE AGOSTO DE
2010.
SECRETARÍA GENERAL DE ACUERDOS
1
NÚMERO
ASUNTO
IDENTIFICACIÓN,
DEBATE Y
RESOLUCIÓN.
PÁGINAS.
2/2010
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD promovida
por el Procurador General de la República contra
actos de la Asamblea Legislativa y del Jefe de
Gobierno del Distrito Federal, demandando la
invalidez de los artículos 146 y 391 del Código Civil
del Distrito Federal, publicados en la Gaceta Oficial
del Distrito Federal de 29 de diciembre de 2009.
3 A 67
(PONENCIA DEL SEÑOR MINISTRO SERGIO A.
VALLS HERNÁNDEZ).
EN LISTA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
TRIBUNAL PLENO
SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN,
CELEBRADA EL JUEVES 5 DE AGOSTO DE 2010.
ASISTENCIA:
PRESIDENTE.
SEÑOR MINISTRO:
GUILLERMO I. ORTIZ MAYAGOITIA.
SEÑORES MINISTROS:
SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO.
JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ.
JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS.
ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA.
JOSÉ DE JESÚS GUDIÑO PELAYO.
LUIS MARÍA AGUILAR MORALES.
SERGIO ARMANDO VALLS HERNÁNDEZ.
OLGA MA. DEL CARMEN SÁNCHEZ CORDERO.
JUAN N. SILVA MEZA.
AUSENTE.
SEÑORA MINISTRA:
MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS.
(SE INICIÓ LA SESIÓN A LAS 10:45 HORAS)
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se abre la sesión. Señor
secretario sírvase dar cuenta con los asuntos del día.
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro
Presidente. Se somete a su consideración la aprobación del
proyecto de acta de la sesión pública número 79 ordinaria,
celebrada el martes tres de agosto del año en curso.
2
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A consideración del Pleno el
acta con la que se ha dado cuenta. Señor Ministro Franco.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Si no tienen
inconveniente señor Presidente, me permitiría pasarle al señor
secretario algunos pequeños ajustes, que no modifican, para que se
tomen en cuenta.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿De redacción?
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Sí señor.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien, ¿alguien más? Con los
ajustes que son solamente de redacción y que realizará el
secretario a propuesta del señor Ministro Franco González Salas,
consulto al Pleno en votación económica la aprobación del acta.
(VOTACIÓN FAVORABLE) QUEDÓ APROBADA EL ACTA
SEÑOR SECRETARIO.
Servirá usted tomar en cuenta las correcciones que indica el
Ministro Franco.
3
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS:
Así se hará señor Presidente.
Se somete a su consideración el proyecto
relativo a la
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD
2/2010
PROMOVIDA
POR
EL
PROCURADOR
GENERAL
DE
LA
REPÚBLICA EN CONTRA DE LA
ASAMBLEA LEGISLATIVA Y DEL JEFE DE
GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL,
DEMANDANDO LA INVALIDEZ DE LOS
ARTÍCULOS 146 Y 391 DEL CÓDIGO CIVIL
PARA EL DISTRITO FEDERAL.
Bajo la ponencia del señor Ministro Valls Hernández, y conforme a
los puntos resolutivos a los que se dio lectura en la sesión del día
de tres de este mes.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: En el tema que estamos
discutiendo, la constitucionalidad del artículo 146 reformado del
Código Civil del Distrito Federal, quedó en turno para hacer uso de
la voz el señor Ministro Luis María Aguilar. Tiene usted la palabra
señor Ministro.
SEÑOR
MINISTRO
AGUILAR
MORALES:
Gracias
señor
Presidente. Quiero reiterar lo que apuntaba yo ayer, en el sentido de
que para mí la constitucionalidad de este precepto deriva no tanto
de un sentido de protección a una institución constitucional, sino
precisamente a que la Constitución Federal no establece límites, o
no establece un marco concreto, específico para el concepto del
matrimonio, y que por ello, en términos del artículo 121 de la propia
Constitución, los Estados tienen la libertad conceptual para poder
legislar al respecto.
4
Esto para mí, además de que es importante que el Distrito Federal
lo haya hecho con esa libertad, y lo pueda hacer cualquier otro
Estado de la República, significa que no existe una obligación para
el legislador ordinario estatal de seguir ciertos lineamientos que si
no se siguieren harían inconstitucional la norma que no lo cumpla,
que no lo acate. ¿Por qué? Porque ayer se mencionaba que la
constitucionalidad de este precepto pudiera hacerse depender del
hecho de que no fuera discriminatorio o no atentara en contra de la
igualdad de las personas.
Yo no lo veo tanto desde esa manera, porque si concluyera yo con
esa afirmación, quizá caería inevitablemente en el riesgo de que
quienes no lo hacen de esa manera, entonces estarían siendo
desiguales o discriminatorios. Para mí, el punto central se genera a
partir: Primero, de que el marco constitucional federal no establece
elementos precisos de la institución matrimonial. Y, segundo, que el
artículo 121 de la Constitución deja en libertad a los Estados para
configurar en cada una de sus legislaturas las instituciones de
Derecho Civil que correspondan.
Dentro de esta forma, si el Distrito Federal así lo consideró, no
quiere decir necesariamente que los demás Estados de la
República lo tengan que hacer. No desconozco, y lo decía yo
también en la sesión pasada, que es posible que la teleología del
legislador del Distrito Federal estuviera encaminada precisamente a
evitar quizá una discriminación o evitar alguna desigualdad entre las
personas que quieren contraer matrimonio del mismo sexo, pero
para mí, eso no es el sustento de la constitucionalidad de este
precepto. De tal manera que sin poder establecer cuál deba ser la
condición del matrimonio desde el punto de vista constitucional,
quiero entender entonces que cada uno de los Estados de la
Republica tienen esa libertad como lo hizo el Distrito Federal, para
5
legislar al respecto; y por otro lado, coincido también con una
afirmación del Ministro Franco en el sentido de que no es correcto
estar exigiendo al legislador una motivación de sus decisiones como
si se tratara de un acto administrativo que deba cumplir con
fundamentación y motivación expresa, pero bueno, ese es un tema
paralelo.
Nada más quería aclarar al respecto que para la constitucionalidad
de este precepto no quisiera que se estableciera que se trata de la
defensa de una garantía institucional ni de la defensa específica de
la no discriminación, sino de la libertad legislativa que tienen las
entidades de la República frente a un marco constitucional federal
que no le establece un límite determinado. Muchas gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Gudiño.
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Muchas gracias señor
Presidente. En principio me quiero referir a algo que llamó mi
atención y que fue dicho en la anterior sesión por el señor Ministro
Aguirre Anguiano. El Ministro Aguirre expuso que las Leyes de la
Reforma permearon la Constitución y sus principios fueron
recogidos por la Constitución; entonces se expresó que la ideología
liberal y juarista tenía claro y preciso que el matrimonio sólo puede
celebrarse entre hombre y mujer, lo cual manifestó se establecía en
el artículo 3º de la Ley del Matrimonio Civil de 1859.
Concuerdo con lo dicho por el señor Ministro cuando nos dice que
las Leyes de Reforma tenían por finalidad el separar por completo la
injerencia de la iglesia en los actos propios del ser humano en
cuanto a la situación civil, incluso agregaría yo que esa finalidad se
advierte de la lectura de las mencionadas Leyes de Reforma y en
concreto de la Ley del Matrimonio Civil de veintitrés de julio de mil
ochocientos cincuenta y nueve, que textualmente comienza
6
diciendo: “Que por la independencia declarada de los negocios
civiles del Estado respecto de los eclesiásticos, ha cesado la
delegación que el soberano había hecho al clero para que con su
intervención en el matrimonio este contrato surtiera efectos civiles.
Que reasumiendo todo ejercicio del poder del soberano éste debe
cuidar de que un contrato tan importante como el matrimonio se
celebre con todas las solemnidades que juzguen convenientes a su
validez y firmeza, y que el cumplimiento de éstas le conste de modo
directo y auténtico, he tenido a bien declarar lo siguiente…” y luego
viene todo el entramado de los artículos correspondientes. Hasta
aquí la cita.
No obstante eso, creo que como quedó demostrado, la finalidad de
la mencionada Ley de Reforma era una separación de la
intervención de la iglesia en los asuntos civiles, como es el
matrimonio, y de ninguna manera el definir el concepto de la
institución del matrimonio; por tanto, el hecho de que la ley lo haya
definido no fue más que una referencia al concepto que de
matrimonio se tenía en esa época.
En ese contexto, considero que al ser el concepto de matrimonio
que pudiera extraerse de la interpretación de las Leyes de Reforma
un referente a lo que se entendía por matrimonio en esa época, no
existe entonces impedimento para la evolución del concepto de
dicha institución ni esto puede significar de ninguna manera, como
se dijo, traición a las Leyes de Reforma.
Expuesto lo anterior, respecto al punto de discusión considero que
el matrimonio es una institución de configuración estrictamente legal
que corresponde al legislador ordinario, éste puede establecer los
sujetos, su calidad, las edades, los requisitos que razonablemente
sean necesarios para llevarlo a cabo, por ejemplo, certificados
médicos y otro tipo de documentos. Esto quiere decir que el
7
matrimonio al no encontrarse previsto ni regulado en la Constitución
es de regulación legal; es decir, es competencia del legislador
ordinario con la exigencia esencial de carácter constitucional de que
lo regule como institución civil no religiosa ni viole ningún otro
precepto de la Constitución.
En virtud de lo anterior, esto es, al ser el matrimonio una institución
de configuración legal, cuya configuración le corresponde al
legislador de las entidades federativas y siendo el caso de que en la
Constitución no se prevé una regulación especial de la institución
respecto a la composición del matrimonio, entonces si el precepto
impugnado lo que en realidad hace es ampliar el concepto de
matrimonio para personas del mismo sexo, entonces el legislador
con la redefinición de la institución de matrimonio no hizo más que
ampliar derechos en los términos del artículo 1º constitucional. En
consecuencia no encuentro que la norma viole algún precepto de la
Constitución.
Asimismo, considero que contrario a lo expuesto a veces de manera
explícita y otra de manera implícita en algunas partes del proyecto
que él somete a nuestra consideración, el derecho a contraer
matrimonio con personas del mismo sexo, no es un derecho
fundamental consagrado en la Constitución como bien lo acaba de
exponer el Ministro Aguilar y también lo expusieron el martes otros
señores Ministros, por lo tanto no es con base en un derecho
fundamental que se puede determinar la constitucionalidad del
precepto.
Por mi parte, hago mías todas las manifestaciones que acaba de
hacer el Ministro Luis María Aguilar en relación a que hay una
libertad de configuración y que en aquellos Estados donde se sigue
definiendo el matrimonio como una institución que se celebra entre
8
un hombre y una mujer no es inconstitucional, como tampoco lo es
cuando el legislador lo amplía a las personas del mismo sexo.
Esto trae como consecuencia que al no existir regulación especial
dentro de la Constitución en cuanto a la composición del matrimonio
no pueda considerarse que sea una garantía institucional como se
dijo y si el legislador de una entidad federativa considera en uso de
su facultad constitucional regular la institución del matrimonio
determinando que se entiende por matrimonio sólo la unión de un
hombre y de una mujer, como ya dije, y como consecuencia en
ejercicio de la libre configuración no amplía el derecho a contraer
matrimonio entre personas del mismo sexo, esto como ya lo
manifesté, esto no llevaría a la inconstitucionalidad de dicha
disposición, por tratarse como ya dije y reitero una institución de
libre configuración por el legislador. Gracias señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls.
SEÑOR
MINISTRO
VALLS
HERNÁNDEZ:
Gracias
señor
Presidente, quisiera de una manera que intentaré sea lo más breve
posible, dar una respuesta genérica a los argumentos expuestos
durante la sesión plenaria del martes tres de agosto, así como
referirme de alguna manera a lo que en el día de hoy se ha dicho.
De acuerdo con las intervenciones que han tenido los integrantes de
este Honorable Pleno en la sesión anterior y en ésta, advierto que si
bien hay una mayoría a favor del sentido del proyecto en cuanto al
primer tema que hemos analizado, existe discrepancia en el
enfoque desde el cual debe analizarse la problemática en cuestión,
ya sea la metodología seguida en el proyecto o bien, desde la
perspectiva de las garantías institucionales por lo que como ya se
comentaba en la sesión anterior lo que habría que decidir, entonces,
9
es ¿cuál sería la forma en que se tome esta decisión a fin de tratar
de unificar las consideraciones de la sentencia?
Al efecto, me parece relevante tener en cuenta que aun con esa
diferencia de enfoques hay aspectos esenciales en los que ambas
posturas sí son coincidentes como es el análisis que se hace en el
proyecto acerca del artículo 4º constitucional, en el sentido de que
lo que este precepto ––el 4º–– contiene, es la protección
constitucional a la familia como realidad social, sea cual sea la
forma en que se integre, que como refiere el propio proyecto y
varios de los señores Ministros también han señalado, actualmente
se presenta de muy diversas formas.
Que dicha garantía constitucional implica la protección de todo tipo
de familia, no de una en exclusiva denominada por el accionante
como ideal, y conformada por padre, madre e hijos que tengan su
origen en el matrimonio. Así como coincidencia también, en la parte
relativa a la evolución que la institución del matrimonio ha tenido, y
que sus fines no son únicamente de procreación, y que dada la
realidad social puede redefinirse por el legislador democrático, de
ahí que el artículo 146 no violente precepto alguno de la
Constitución Federal.
Así pues, solamente me avocaré al punto divergente en cuanto a
cuál debe ser el enfoque metodológico, ya sea desde la perspectiva
de las garantías institucionales así llamadas, y la libertad de
configuración legislativa, o bien, desde el enfoque de los derechos
fundamentales, concretamente del principio de igualdad y no
discriminación.
En mi opinión, el enfoque que debe seguirse es el del proyecto por
las siguientes razones: Primero. Limitar el análisis desde la
perspectiva de la libertad configurativa no se traduce ––como
10
argumentaron algunos de los señores Ministros–– en resolver la
cuestión efectivamente planteada, pues en ningún momento el
planteamiento del accionante se da respecto de la competencia del
órgano para emitir la norma general impugnada, como tampoco se
reduce a la violación al artículo 16 constitucional por falta o por
indebida motivación como un vicio de procedimiento legislativo, sino
realmente como una cuestión sustantiva de fondo a partir de lo que
a juicio del accionante dispone el artículo 4º, constitucional y del
combate a las razones que el legislador del Distrito Federal dio para
emitir dicha norma, primordialmente en aras de salvaguardar el
respeto al principio de igualdad y la no discriminación en razón de la
orientación sexual.
Además, aun en aquellos casos en que este Pleno ha sostenido
que el legislador ordinario tiene libertad de configuración normativa
para regular determinada materia, se ha establecido que debe
verificarse que el ejercicio de esa libertad guarde una razonabilidad
que es lo que sostiene y analiza la consulta en la foja ciento treinta y
cuatro y siguientes.
En segundo lugar, contrario a lo sostenido por algunos de los
señores Ministros, no es el caso de analizar la problemática
planteada
desde
un
enfoque
de
las
llamadas
garantías
institucionales para determinar que el artículo 146 no trastoca el 4º
constitucional, en cuanto dicen que este precepto lo que contiene es
una garantía institucional respecto de la familia en todos sus tipos y
no respecto del matrimonio, y por tanto, que la Asamblea Legislativa
al redefinirlo no vulnera dicho precepto al contar con facultades para
legislar en materia civil, pues ––insisto–– en primer lugar, ello
reduce el problema a una cuestión de competencias y no es ése el
caso que se ha planteado.
11
El Procurador General de la República lo que nos ha planteado es
la inconstitucionalidad de la norma general impugnada, por estimar
que trastoca a la Norma Fundamental al desnaturalizar ––en su
opinión–– la figura del matrimonio y de la familia, y que la
justificación del legislador del Distrito Federal para redefinir el
matrimonio basada en el principio de igualdad y no discriminación,
no es correcta, dice el accionante.
En segundo lugar, quienes sostienen tal postura no desarrollan
cómo la protección a la familia contenida en el 4º constitucional se
inscribe como una garantía institucional, concepto que si bien ha
sido profusamente desarrollado en otros países, siendo su
precursor Alemania en la Constitución de Weimar, y utilizado para
proteger frente al legislador a determinadas instituciones que se
recogen en la Constitución, por ejemplo los partidos políticos, la
autonomía universitaria y la autonomía local o los sindicatos, no así
en nuestro país.
Este Tribunal Constitucional, en casos contados ha aludido a ese
concepto, tratándose de la autonomía universitaria precisamente, de
los partidos políticos, los Institutos Electorales locales y los
Tribunales Contencioso Administrativo estatales, de lo que se
advierte que sólo se ha hecho en materia de instituciones públicas y
derivado de su establecimiento explícito en el Texto Constitucional;
por tanto, el concepto de garantía institucional no sería aplicable ni
a la familia ni al matrimonio, pues ninguno es una institución pública,
la familia es en todo caso, una institución social y el matrimonio es
una institución jurídica de naturaleza civil, un contrato civil, como
aquí se ha dicho, pero sobre todo, en nuestra Constitución no se
establece ninguna característica de la familia que restrinja la función
legislativa para regularla y el matrimonio ni siquiera se considera en
el Texto Constitucional en ninguna de sus partes; lo que existe es la
garantía constitucional de la protección a la familia y su desarrollo
12
como directriz para el legislador secundario, por lo que intentar sin
más aplicar a la familia el concepto de garantía institucional, no
existiendo en la Norma Fundamental de manera explícita un límite
que acote o encauce la regulación de la familia o del matrimonio por
parte del legislador secundario, ni se alude a dichas figuras con un
contenido predeterminado, habría que desarrollarlo entonces para
considerarlo como garantía institucional. Así tampoco nos dicen los
Ministros, ─con todo respeto─, que sostienen esta postura, por qué,
verlo desde esa perspectiva excluye un análisis desde los derechos
fundamentales en juego.
Así pues, si conforme al artículo 4° constitucional, la protección es a
la familia, sin que exista un único modelo ni mucho menos que
tenga su origen exclusivo en el matrimonio entre un hombre y una
mujer, y además no se prevé nada sobre el matrimonio, entonces
para verificar si en este caso el ejercicio de la libertad configurativa
del legislador para redefinir el matrimonio guarda o no una
razonabilidad, no puede más que analizarse desde la perspectiva
de los derechos fundamentales de igualdad y no discriminación que
fueron el motor que impulsó la reforma al Código Civil que ahora se
impugna.
En efecto, si el matrimonio no es un concepto predeterminado por la
Norma Fundamental y la reforma legal impugnada es expansiva de
derechos, la única forma de abortar su constitucionalidad es a la luz
del artículo 1° constitucional; sostener lo contrario no sólo desvirtúa
la litis, sino además llevaría al vaciamiento de todo sustento y
solidez de la propia reforma legal impugnada, cuando como lo
señaló el Ministro Presidente en la sesión anterior, cito textual: “La
libre configuración no es capricho, no se puede decir por libre
configuración voy a emitir esta norma”, hasta ahí la cita.
13
Efectivamente el legislador no se levantó un día con la ocurrencia
de redefinir el matrimonio simplemente porque él tiene la facultad
para hacerlo, así, nada más.
En tercer lugar, el enfoque que se sigue en el proyecto contrario a lo
dicho por algunos de los señores Ministros, no se hace como si se
planteara una violación a un derecho fundamental a propósito de lo
que se ha dicho el día de hoy, sino desde la cuestión de si la
reforma legal impugnada guarda o no razonabilidad, según vemos
en la foja ciento treinta y cuatro del proyecto, como tampoco el
accionante plantea eso, sino el que la motivación de la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal, basada en el respeto al principio de
igualdad y no discriminación por razones de orientación sexual, es
incorrecta. Por lo que es del todo inexacto que en todo caso los
conceptos de invalidez del Procurador pudieran resultar entonces
inoperantes; por el contrario, al tratarse un tema como el que se nos
propone, su juzgamiento no es ajeno a la competencia de este
Tribunal, vía acción de inconstitucionalidad.
Así, lo que se responde en el proyecto acerca del principio de
igualdad y no discriminación por razón de orientación sexual, se
hace en el sentido del planteamiento del accionante acerca de que
las
uniones
entre
personas
del
mismo
sexo
ya
tenían
reconocimiento a través de la figura de las sociedades de
convivencia, pero no debe darse a través del matrimonio, que según
el alegato del accionante corresponde sólo a las uniones
heterosexuales, lo que no puede más que responderse por este
Tribunal Constitucional a partir del principio de igualdad y no
discriminación, en los que se sostiene la propia reforma legal
impugnada.
Si hacemos a un lado los derechos fundamentales porque según
alguno de los señores Ministros no están en juego en este caso,
14
cuando precisamente fue en aras de su reconocimiento que se
aprobó la norma general impugnada, no veo en qué forma se da
respuesta a lo que se nos está cuestionando en el caso, ni solidez a
la decisión del legislador democrático –que reitero- no tuvo por
ocurrencia o moda establecer una nueva definición del matrimonio,
sino el objetivo de comprender por razones de igualdad tanto a las
uniones heterosexuales como a las del mismo sexo en dicha
definición, que son innegablemente una realidad social no sólo en
nuestro país sino en todos los demás a los que aludo en la parte
correspondiente del proyecto, como se demuestra en el marco
referencial
que
contiene
el
Considerando
Quinto,
y
que
precisamente ése es el objetivo de comprender la experiencia del
derecho comparado dentro del proyecto, no porque fuera a normar
la resolución que este Pleno tomara sino porque lo compartan o no
alguno de ustedes, con todo respeto, sí nos ubica en la
problemática planteada y sí nos habla objetivamente de una
tendencia hacia dicha igualdad, ─dije tendencia simplemente─,
como lo corrobora un dato más, la sentencia que apenas el día de
ayer emitió un juez Federal del Distrito Norte de California, con sede
en San Francisco, declarando la inconstitucionalidad de una
propuesta de iniciativa de reforma a la Constitución del Estado de
California, denominada “Propuesta 8”, que establecía que sólo sería
válido o reconocido en California el matrimonio celebrado entre un
hombre y una mujer.
En cuarto lugar se dijo por algunos de los señores Ministros en la
sesión anterior, que es preocupante el enfoque del proyecto desde
la perspectiva de los derechos fundamentales, porque, entonces,
las entidades federativas que no tengan disposiciones como la
ahora impugnada caerán en inconstitucionalidad, o bien, que
debemos ser cuidadosos en no generar una resolución que pudiera
imponer una obligación a otros –con todo respeto- no lo comparto,
de ninguna manera, pues en primer lugar, el proyecto lo que analiza
15
es la razonabilidad de la norma en el contexto de las propias
razones del legislador democrático del Distrito Federal, que él dio
para aprobarla, pues son cuestionadas de manera sustantiva por el
accionante, estableciendo por tanto en la consulta que sí satisfacen
una razonabilidad; no se está respondiendo sobre si existe o no un
derecho al matrimonio, ni tampoco es materia de juzgamiento
ninguna otra legislación relacionada con el matrimonio sino única y
exclusivamente la del Distrito Federal, y sólo se verifica si la norma
se inscribe dentro del respeto al principio de igualdad y no
discriminación o no, como lo sostuvo el legislador al aprobarla, y a
la luz de los argumentos de invalidez planteados en el caso por el
accionante, por lo que, si en otras entidades federativas se reúne en
forma diversa a la legislación del Distrito Federal, ello en modo
alguno da como resultado que sea considerado inconstitucional sólo
por lo que se resuelva en el presente asunto.
En todo caso, de ser el caso de que una legislación diversa de una
entidad federativa sea sometida al conocimiento de este Tribunal,
será analizado ese caso en sus propios méritos bajo los estándares
correspondientes según se trate. No paso inadvertido que como
señaló el señor Ministro Franco en la sesión de anteayer, la
Constitución se tiene que interpretar en su conjunto, y eso se tiene
que ver también a la luz de nuestro régimen federal; sin embargo,
también debemos partir de que somos un Estado constitucional y
democrático en el que la función de la autoridad legislativa local
debe guiarse por el artículo 1° constitucional, y si la reforma legal
impugnada tiende a igualar las uniones de personas del mismo sexo
y su protección jurídica a los heterosexuales a través del matrimonio
con la ampliación que de su definición ha hecho la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal, bajo ese contexto es que debe
examinarse su constitucionalidad.
16
Por último, respecto de la diversa acción de inconstitucionalidad en
que se analizó el tema del aborto y que varios de los señores
Ministros han traído a cuento en este debate aduciendo su similitud
con este caso, estimo necesario aclarar que precisamente el
enfoque con el que se abordó el tema en el engrose definitivo desde
la perspectiva de la libertad de configuración legislativa en materia
penal, fue objeto de varias sesiones privadas de este Pleno como
ustedes recordarán y dio lugar a votos concurrentes casi por parte
de todos los integrantes de la mayoría, sobre todo en cuanto al
tema de los derechos fundamentales en juego, concretamente del
derecho a la vida y de los derechos de las mujeres que no se
trataron en la sentencia definitiva; por lo que, con todo respeto
estimo que no debe ser un precedente que nos guíe en este caso
concreto en cuanto a su enfoque metodológico. Por todas estas
razones señora Ministra, señores Ministros, sostengo el proyecto en
cuanto al enfoque desde el que se aborda la problemática del
matrimonio entre personas del mismo sexo, pues esa y no otra es la
forma en que sí se resuelve la cuestión efectivamente planteada en
la demanda. Muchas gracias señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señora Ministra Sánchez
Cordero.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Sí gracias señor
Ministro Presidente.
Bueno, en la sesión anterior del pasado martes se nos dejó a la
reflexión de este Tribunal Pleno, cuál debería ser la línea
argumentativa a seguir para el análisis del proyecto que se
encuentra a nuestra consideración.
Esto es, si el análisis de la
norma impugnada deberá realizarse a la luz del planteamiento
expreso del accionante respecto a la posible trasgresión a derechos
fundamentales tal y como lo hace el proyecto o bien conforme al
17
planteamiento que sugirieron diversos de nuestros compañeros
Ministros relativo a que la expedición de la norma combatida por
parte de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal fue realizada
en ejercicio de su libertad de autoconfiguración legislativa. Al llevar
a cabo esta reflexión llego a la conclusión indudable para mí de que
la argumentación del proyecto tal y como lo hace el proyecto, debe
descansar en el análisis de los derechos fundamentales con
algunas precisiones que en su momento le manifesté al señor
Ministro ponente.
Como lo señalé desde la sesión anterior, el Tribunal Constitucional
es el principal garante de todos los ciudadanos, esa es también la
labor de todas las instituciones; precisamente por ello, me parece el
debate o la metodología con la que debe abordarse no sólo en este
sino en cualquier otro asunto similar sometido a nuestra
consideración, debe ser siempre bajo el enfoque de la tutela de los
derechos más que de la protección de competencias, pues esa es,
como señalo, la labor preponderante de toda institución y
particularmente de los Tribunales Constitucionales.
Por ello considero: la ley no puede entenderse como un orden
jurídico que impone a la sociedad una determinada forma de vida,
sino que únicamente debe fijar los procedimientos conforme a los
cuales los ciudadanos en ejercicio de sus libertades puedan
establecer formas de vida.
El control constitucional por tanto debe velar por mantener las
condiciones que hagan posible el ejercicio de los derechos en
condiciones de libertad.
En consecuencia, no debe restringirse a garantizar el correcto
funcionamiento de los procedimientos democráticos de toma de
decisiones ni a corroborar que las garantías institucionales
18
supriman, vacíen de contenido, desdibujen la imagen de cualquier
institución; es decir, su núcleo esencial.
La Constitución, a mi juicio, no debe verse sólo como un acervo de
procedimientos para dar solución a los problemas jurídicos, pues
sus disposiciones expresan ideas fundamentales básicas y
trascendentes.
Por ello, el Tribunal Constitucional debe hacer valoraciones
respecto de las decisiones del legislador desde una perspectiva
sustancial, ejercer un control de constitucionalidad referido a
aspectos materiales relacionados con los derechos.
El Juez Constitucional, debe enfrentar el problema de interpretar los
derechos fundamentales y la Constitución, en general desde un
punto de vista sustancial, sin limitarse a refrendar las decisiones
que
el
legislador
emitió
en
uso
de
sus
facultades
que
constitucionalmente le fueron atribuidas.
El órgano de control constitucional constituye un baluarte de los
derechos fundamentales, se sitúa frente a la voluntad mayoritaria
del legislador, pero debe destacarse que las decisiones de éste se
rigen por lógicas distintas, pues mientras el contenido de las leyes
es producto de la aplicación de la regla de la mayoría, en el sentido
de las resoluciones, el sentido de las resoluciones de los jueces
constitucionales debe regirse por la lógica de los derechos.
En
ese
entendido,
particularmente
el
el
que
alcance
se
del
ejerce
control
en
la
constitucional,
acción
de
inconstitucionalidad, no puede limitarse al análisis de las normas
controvertidas, únicamente en conexión con el proceso de su
producción, ni en cuanto a la determinación de las competencias del
órgano legislativo para emitirlas, sino que debe someter a su
19
examen su contenido, y es por ello, porque el control constitucional
no puede sustituir al debate político que culmina con la producción
normativa, en tanto que las disposiciones jurídicas se conciben y
configuran en un proceso de discusión, y por ello no puede
desatender su contenido, particularmente respecto a una norma que
repercute en el ejercicio de los derechos de libertad de todas las
personas.
En adición, me parece que debemos atender al planteamiento
efectivo -como ya lo señaló el señor Ministro Valls- de invalidez que
el Procurador General de la República realiza en esta acción de
inconstitucionalidad, del cual podemos apreciar que en ningún
momento, en ningún momento el Procurador cuestiona las
atribuciones del órgano legislativo del Distrito Federal para legislar
en
materia
civil,
es
más,
reconoce
expresamente
dicha
competencia, lo cual pues no podría ser de otra manera, ya que en
términos del artículo 122, Apartado C. Base Primera, fracción V,
inciso h) de la Constitución Federal, se encuentra reconocida en esa
forma.
De ahí que en un primer plano podemos afirmar en forma categórica
que el promovente de este medio de control en ningún momento
formula un argumento de tipo competencial en la expedición de las
normas combatidas, seguramente porque ello no es la materia
propia del medio de control constitucional que decidió ejercer.
Por ello, sin soslayar la importancia del tema propuesto, el cual
retomaré más adelante, considero, como ya lo señalé, que el
argumento toral que debe sustentar este asunto, es el análisis de
los derechos fundamentales, primordialmente porque ello fue así
propuesto por el propio Procurador en cuanto aduce una falta de
razonabilidad objetiva de la norma, que no es otra cosa que el
20
contenido material de la misma, y su eventual afectación a diversos
derechos consagrados en la Constitución.
Estimo que también este camino es el correcto, puesto que este
Tribunal Constitucional debe privilegiar el análisis e interpretación
de
los
derechos
fundamentales
consagrados
en
la
Carta
Fundamental, a fin de establecer sus alcances, o bien sus
limitaciones.
Así, no advierto que del estudio del escrito inicial, podamos sustraer
un argumento en el sentido de la propuesta realizada en la sesión
pasada, y considero que de ser así no podríamos simplemente
señalar que por corresponder la atribución a la Asamblea Legislativa
en materia civil para el Distrito Federal, la norma es por ese solo
hecho, válida, y declarar inoperante los argumentos relativos a la
violación de derechos fundamentales, puesto que ello, en mi
opinión, generaría incluso una desnaturalización de este medio de
control que nos ocupa.
Esto lo estimo así por lo siguiente. Se dijo en la sesión pasada que
tanto los Estados de la Unión, como el Distrito Federal, gozan de
una libertad de autoconfiguración legislativa, en específico para la
materia civil, la cual podrán regular precisamente con total libertad,
de acuerdo a su realidad social y que por ello podrán, como en el
caso, establecer un concepto de matrimonio en los términos que les
parezca más adecuado para su sociedad, lo cual en ningún
momento contraviene a la Constitución Federal.
Como señalé desde mi primera intervención, éste deviene de la
tutela que la Constitución realiza, no de la familia in génere o de
algún modelo de familia, sino más bien de su organización y de su
desarrollo.
No me es convincente el argumento que describo,
puesto que el hecho de que un órgano legislativo cuente con
21
atribuciones para expedir un cuerpo normativo en una materia
determinada, no quiere decir que por sólo ese hecho sea
constitucional, sino que en todo caso deberá realizarse el estudio
concreto y material de estas disposiciones, máxime cuando como
en el caso que nos ocupa, se controvierte precisamente su
contenido material; estimar lo contrario equivaldría a que todas las
disposiciones que fueron expedidas por un órgano competente para
ello, resultaran apegadas al Texto Constitucional por ese solo
hecho, lo cual haría nugatorio el propio control constitucional de las
normas a través de este medio, puesto que solamente nos
limitaríamos a ese aspecto, evadiendo el estudio de temas muy
trascendentes
como
es
la
interpretación
de
los
derechos
fundamentales, máxime cuando existe un planteamiento expreso
del accionante sobre el Procurador, como ocurre en el presente
caso.
Ahora, el hecho de que este asunto descanse sobre
la
interpretación de derechos, no implica que la resolución pueda tener
efectos directos en otras legislaciones, en particular quiero referirme
a las civiles de los Estados de la Unión. En efecto, debemos tener
presente que si bien es cierto que en el caso, la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal cuenta con facultades para expedir el
Código Civil local y que en ejercicio de esa atribución decidió
conceptualizar al matrimonio civil como la unión libre de dos
personas, lo cual trae implícita la permisión de que dos personas del
mismo sexo puedan contraer matrimonio, y que como parece ser
dicha disposición no es contraria al Texto Fundamental por las
razones que expresa el proyecto, lo cierto es que esta decisión no
impacta, por lo menos en un primer momento en forma directa en
las demás legislaciones estatales.
Esto es así, puesto que la
eventual decisión de avalar la constitucionalidad del texto del
artículo 146 del Código Civil capitalino, no obliga a los Estados a
adoptar una medida legislativa idéntica o similar, puesto que
22
precisamente,
por
virtud
autoconfiguración legislativa
de
esta
atribución
pueden decidir
de
adoptarla
libre
o no
adoptarla, independientemente de la decisión que sobre su
constitucionalidad pudiera emanar en esta sesión; además, los
argumentos que pudieran sustentar el reconocimiento de validez de
la norma en cuanto a la interpretación de derechos fundamentales,
de ningún modo resultarían obligatorios para las entidades que no
tuvieran un modelo de matrimonio idéntico o similar al que
contempla la legislación capitalina, precisamente porque dicha
figura no encuentra regulación local.
Lo anterior pone de manifiesto, a mi entender, que los argumentos
que aquí se den deben circunscribirse, desde mi óptica, al caso
concreto; por ello, insisto, en la presente resolución debe
sustentarse toralmente en la interpretación de los derechos
fundamentales y no solamente en un aspecto meramente
competencial.
Por otra parte, estimo que tampoco debe hacerse de lado el que el
matrimonio, desde mi punto de vista, es un atributo de la persona,
que lo acompaña hasta la disolución de tal vínculo en todos los
actos jurídicos que decida realizar a lo largo del territorio nacional;
por ello, tampoco podríamos considerar que el matrimonio entre dos
personas del mismo sexo que se lleve a cabo en el Distrito Federal,
conforme a la legislación civil aplicable, en modo alguno genera una
intromisión indirecta
constitucional-
-esto es ya adelantar el tema del 121
de ningún modo genera una intromisión indirecta
con las demás legislaciones que no tienen prevista tal modalidad y
por ello, desde nuestra óptica, tampoco contraviene el artículo 121
constitucional.
Lo anterior, en razón de que el matrimonio celebrado en el Distrito
Federal entre personas del mismo sexo, se encuentra apegado a la
legislación
capitalina
que,
desde
mi
óptica
personal,
es
23
constitucional. De acuerdo con todo lo expuesto señores Ministros,
mi voto en esta parte del proyecto será en el sentido de la propuesta
que nos hace el señor Ministro Valls; es decir, que sea el análisis
que contiene este proyecto, con las modificaciones propuestas por
mí en la sesión anterior, y que en su caso, si lo llega a aceptar el
ponente, sean las que sustenten el criterio medular.
Gracias
Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE:
Señor Ministro Aguirre
Anguiano.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Muchísimas gracias
señor Presidente.
He escuchado interesantísimas opiniones de los señores Ministros
que me han precedido en el uso de la palabra y desde luego de
doña Olga, pero no hay un hilo conductor de estándares. He
escuchado con toda atención el gran cúmulo de desestándares que
sostiene cada uno de ellos. Voy a tratar de hacer un análisis así sea
a vuela pájaro.
Desde siempre, en la humanidad ha existido el lesbianismo y la
homosexualidad, hay una isla “Lesbos”, filósofos griegos, guerreros
romanos, familia de Césares, el más connotado de todos ellos se
decía, sin sentido peyorativo, que era mujer de todos los hombres y
hombre de todas las mujeres.
No estamos hablando de temas novedosos para la naturaleza
humana.
Hoy se me dice que el concepto de matrimonio no es inveterado,
era el que existía cuando las Leyes de Reforma, cuando los
liberales y cuando Juárez, pero que esto ha mutado con el tiempo.
24
Esto no me lo tomo como cierto, anteayer hablábamos de metáforas
geométricas y se me habló del triángulo esférico, ¡sí! esto es cierto,
si en una esfera se pinta un triángulo será un triángulo esférico pero
no perderá su esencia porque ahí están pintados los tres ángulos,
pero aparentemente en el sentimiento de algunos compañeros esta
metáfora topológica, ya no geométrica porque se convirtió en
topológica, nos llevó a discutir la transformación de una figura en
otra.
Si tengo un cuadrado cuyos lados son ligas y jalo cualquiera de sus
lados puede efectivamente convertirse en círculo, en triángulo, en
pentágono y así sucesivamente dependiendo para donde jalo la
liga; sin embargo, es que en todo caso debo de realizar una acción
para modificar la figura y en esa medida tendré que determinar que
es aquello que deseo preservar de la misma.
Dicho de otra manera y en términos geométricos, ¿qué invariante
me interesa conservar? Si son las propiedades de la figura y ésta es
un triángulo deberé preservar tres ángulos, si es un cuadrado,
cuatro, si es un perímetro de la figura la extensión de las ligas que
la conforman cualquier figura servirá.
Extrapolando la topología al caso, en el matrimonio el invariante
sempiterno ha sido mujer y hombre unidos con el propósito real o
sin el propósito real, cumplido o no, de procrear, mientras que si la
invariante es la preservación de la familia, existirán infinidad de
figuras que sirvan al mismo propósito, pero no pueden ser definidas
como matrimonio. Perdón por esta digresión, pero me parece lo
suficientemente gráfica.
El hecho de que el ideal de familia sean hombre, mujer y pocos
hijos, no creo que tenga que ver con alegoría jocosa alguna. No
25
creo honradamente hablando que el Poder Reformador de la
Constitución piense en esto. Lo dijo en el discurrir de una reforma
constitucional con todas sus letras, el tema era las familias
pequeñas viven mejor, perdón por este eslogan, pero idealizó la
familia de hombre y mujer.
Ahora bien, estamos tratando algún tema relativo a derechos
fundamentales contra derechos institucionales y dice no, aquí en la
resolución debe descansar sobre el ámbito protectivo de derechos
fundamentales, ¡ah! pero esto nada más obliga en el Distrito
Federal. Aquí la pregunta es la siguiente ¿Habrá derechos
fundamentales
para
los
defeños
que
no
sean
derechos
fundamentales para los nayaritas o oaxaqueños?
Otra cosa más, se dice que a través de este medio debemos de
proteger derechos fundamentales. Yo digo lo siguiente: que para la
protección
específica
de
derechos
fundamentales
-y
estoy
aceptando la conceptuación no constitucional sino que algunos de
los compañeros la prefieren porque les parece más adecuada
desde el punto de vista académico- tenemos el juicio de amparo. Lo
que tenemos en la acción de inconstitucionalidad es un medio de
control
de
regularidad
constitucional
total no de
derechos
fundamentales exclusivamente sino de regularidad constitucional en
el hacer de toda gama de autoridades y es un medio abstracto, a mí
no me preocupa la causa de pedir real o no, ni lo expresado por el
Procurador o no expresado por el Procurador. No hay litis cerrada
en la especie. No habrá garantías institucionales cuando el tema del
artículo 4º y estamos hablando de familia, dice: Ante todo el varón y
la mujer son iguales ante la ley ─varón y mujer, que coincidencia─
ésta protegerá la organización y el desarrollo de la familia. Yo me
pregunto ¿Esta protección al desarrollo de la familia no será
institucionalmente destacado? Yo pienso que sí, porque además se
26
dice más adelante que es el núcleo de la sociedad, la parte nuclear
de la sociedad es la familia.
¿Puede haber algo más importante para un Estado que preservar la
perpetuación de la especie? Por ejemplo. El matrimonio ¿no será
una garantía institucional que le permita al Estado la perdurabilidad
de uno de sus elementos? Yo no veo cómo puede contradecirse
esto y decir no, el derecho fundamental desplaza todo lo demás. Yo
pienso que es exactamente al revés, que la garantía institucional es
el bien superior de la vida porque es la pervivencia del Estado
ciertamente instrumento de los individuos; entonces, el enfoque
correcto para mí es el que manifestaban el día de anteayer algunos
señores Ministros.
Se ha hablado de la tendencia, tres países han establecido tales o
cuales situaciones, ¿esto marca una tendencia? Habrá que ver si
esto es adecuado o no. Muchos países han reconocido las uniones
civiles, esto no tiene discusión; pocos, que estas uniones civiles
constituyen matrimonio; y más pocos de ellos, con el tema de la
adopción coinciden creo que son tres, esos se mencionan en el
proyecto.
Aquí se ha invocado también una resolución del día de ayer de uno
de los tribunales del país vecino, creo que cinco o seis lo aceptan
pero aquí voy a anticipar un poco de los por qués y vamos a tener
que entrar a hacer un análisis aunque sea precarísimo y muy breve
de las diferencias entre nuestros federalismos; el federalismo allá se
dio por provincias soberanas que abdicaron de ciertas porciones de
su soberanía en pro de la Unión, no fueron lo suficientemente claras
ni su Constitución lo fue y aquí la tengo y tengo el artículo 4º que
luego vendrá a colación, de qué conservaban para sí las provincias
y qué transmitían en temas afines al que estamos hablando, a la
Unión, pero hay marcadas diferencias.
27
¿Aquí qué pasó? Aquí pasó que un país centralista repartió
soberanías a los Estados, les dio esta autonomía que en alguna
norma llama soberanía en ciertos temas y reservó para sí otras; sin
embargo, cierta norma de la Constitución yanqui, fue casi
literalmente trasuntada en nuestra Constitución y esto ha sido
fuente y origen de algunos problemas, que luego analizaremos al
detalle, pero pienso lo siguiente: Que en Estados Unidos tuvieron
las soluciones mediante una legislación ordinaria cuyas esencias,
que son dos normas muy concretas, que en su momento leeremos.
¿Aquí qué se dijo por el señor Ministro ponente? “El matrimonio no
es una institución pública”. ¿El registro del matrimonio obedecerá a
un acto público? ¿La legislación sobre el matrimonio obedecerá a
un acto público? De momento dejo estas cuestiones planteadas
sosteniendo que el medio de control de la regularidad constitucional,
llamado acción de inconstitucional no nos constriñe ni mucho menos
a tocar a través de ellas, solamente el tema de los derechos
fundamentales.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Ya terminó señor Ministro?
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Sí.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Cossío por favor.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Presidente yo
quiero comenzar diciendo que como lo señalaba el Ministro Valls al
comienzo de su exposición es verdad que algunos de nosotros
coincidimos en el sentido del proyecto de considerar válido este
precepto, en lo que existe una diferencia es en cómo llegamos a
esta cuestión.
28
Lo primero que quisiera aclarar es que cuando se habla de garantía
institucional no nos estamos refiriendo a un problema competencial,
como se adujo en ambas intervenciones, tiene razón la Ministra
Sánchez Cordero en la página veintiocho de su demanda el
Procurador General de la República acepta el tema de la
competencia de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, en
términos del artículo 122, de forma tal que no está a discusión el
tema de las competencias. El tema de las garantías institucionales
es un tema mucho más complejo como se ha manifestado, que el
tema de las competencias. Nadie ha discutido —me parece— yo no
he escuchado a nadie que diga aquí que la Asamblea tiene esas
competencias para emitir estas disposiciones, lo que se está
planteando es el problema de la motivación y el problema de la
motivación me parece, pasa por estándares completamente
diferenciados. Eso en un primer lugar.
En segundo lugar, decir que las garantías institucionales no se han
desarrollado entre nosotros, pues también me parece que es
inadecuado. La Primera Sala resolvió cinco amparos relacionados
con la Universidad Nicolaita y la Universidad de Oaxaca en las que
expresamente señalamos el carácter de garantía institucional y
decir que cuando nos referimos a partidos políticos, tribunales
contenciosos u órganos electorales de los Estados, nos estamos
refiriendo a órganos, es verdad, pero la autonomía universitaria no
es un órgano, la autonomía universitaria es un atributo de las
universidades públicas en términos de la fracción VIII del artículo 3º
de la Constitución.
Por otro, lado decir que esta forma de desarrollo de las garantías
institucionales sólo se refiere a elementos públicos. Me parece que
es mantenerse en una dicotomía entre el derecho público y el
derecho privado que tiene muchos, muchos años de haberse
difuminado.
29
Me parece que el matrimonio no se puede considerar como un
elemento de derecho privado. Si el matrimonio está en la
Constitución, el matrimonio está constitucionalizado, y si está
constitucionalizado es claramente un elemento de derecho público.
Pensar que el matrimonio es un asunto privado o que la familia es
un asunto privado, pues me parece que es una situación —insisto—
inadecuada, porque precisamente está en la Constitución con la
finalidad, con la finalidad de que sobre ella se establezcan, sobre la
familia, no sobre el matrimonio porque no está constitucionalizado,
una serie de regulaciones específicas que determinen su carácter.
Creo que cuando se habla de garantía institucional se está
pensando, en “Institución” como órgano, que es la cuarta de las
acepciones que tiene el Diccionario de la Lengua Española. Las
primeras acepciones, las que son más generales se refieren a
mecanismos
de
orden
social
y
cooperación
que
permiten
normalizar, permiten reconducir instituciones, y por eso podemos
hablar de una gran cantidad de elementos como institución que no
tienen nada que ver con los aspectos orgánicos, como los partidos
políticos o los tribunales contenciosos administrativos.
¿Qué es lo que me parece importante de las garantías
institucionales? Que las
garantías institucionales, tal como lo
preguntaba la Ministra Sánchez Cordero, efectivamente nos llevan a
una discusión sustantiva y la discusión sustantiva es: ¿Qué es
disponible para el legislador democrático a partir del concepto que
está establecido en la Constitución? Es decir, si el legislador o el
Constituyente establece el concepto de familia en la Constitución
hasta qué grado puede disponer ese legislador del propio concepto
de familia sin desnaturalizarlo, sin desbordarlo, sin vaciarlo,
cualquiera de las metáforas que se quieran utilizar en este mismo
sentido.
30
Entonces, precisamente utilizar el concepto de garantía institucional,
dejando de lado el tema de la competencia, nos conduce a un
análisis sustantivo, y la pregunta que nos tenemos que hacer y nos
hacíamos en la sesión anterior varios de los participantes en esa
ronda de sesiones es muy simple. Primero. ¿Está garantizada la
familia como un elemento institucional? Se le llamó de repente
garantía constitucional, me parece para tratar de omitir el término de
garantía institucional, pero a final de cuentas, me parece que
estamos hablando de lo mismo.
Regreso a la pregunta. ¿Está constitucionalizada la familia? Mi
respuesta es claramente sí, en el artículo 4°. ¿Existe un modelo
prototípico de familia en la Constitución? Me parece que no, me
parece que ese modelo prototípico que se había vinculado con una
forma específica de matrimonio, no está establecido en la
Constitución. Simultáneamente me parece que tampoco se podrían
hacer cosas por el legislador en torno a la familia, por ejemplo,
desaparecer este mismo concepto, o en el caso más extremo a
todos estos.
¿A dónde quiero llegar? En este sentido me parece que la manera
correcta de analizar el problema —insisto yo— es por vía de la
garantía institucional que —insisto— no se puede referir sólo a
órganos públicos, no se puede referir sólo a instituciones públicas
porque precisamente se constitucionaliza para tales efectos y me
parece que esto es difícil —al menos desde mi punto de vista— de
desnaturalizar.
Ahora bien, por qué podemos introducir el tema de la cuestión o de
la garantía institucional. Si vemos la demanda otra vez del
Procurador General de la República, el Procurador General de la
República dice, y cito textualmente: “En efecto, como se ha
31
sostenido el principio de motivación de los actos legislativos se
cumple cuando las leyes se refieren a relaciones sociales que
reclaman ser jurídicamente reguladas”. Y a partir de esta premisa es
como corren todos sus análisis y todas estas cuestiones.
Creo que al final de cuentas el Procurador, y eso tenemos la
atribución que nos da el artículo 39 y la hemos utilizado de muchas
maneras, no nos está preguntando si es discriminatoria o no la
medida. Lo que está haciendo el Procurador es tomar la exposición
de motivos de lo que dijo la Asamblea Legislativa para hacernos
entender que la Asamblea Legislativa no podía modificar un
concepto de familia que está vinculado al de matrimonio,
precisamente porque hay una conexión histórica entre familia y
matrimonio. Ésta es lo que a mí me parece la cuestión
efectivamente planteada.
El Procurador argumenta en torno al tema de la discriminación,
porque eso es lo que utilizó la Asamblea Legislativa como elemento
de construcción del proceso legislativo, pero lo que me parece que
es la pregunta de fondo, es: ¿Puede –insisto– la Asamblea
Legislativa, desnaturalizar el concepto de familia que está
reconocido en la Constitución, al introducir una forma distinta de
matrimonio de la que hemos estado hablando: monogámica,
procreativa, etc.? Yo creo que ese es el tema –insisto– fundamental
de la pregunta.
Que la Asamblea Legislativa haya planteado el tema en la
exposición de motivos en forma de discriminación, me parece que
no vincula a esta Suprema Corte para que tengamos que contestar
eso. La pregunta verdaderamente de fondo es a mi parecer
–insisto– ¿si la familia está consagrada en la Constitución. 2. Si hay
un modelo específico de familia. 3. Si ese modelo específico de
familia está vinculada con una cuestión matrimonial específica, y si
32
consecuentemente al haberse modificado el concepto de familia,
también se trastoca el elemento matrimonio? Creo que ésta es la
cuestión efectivamente planteada.
Me parece que ir por el camino de los derechos fundamentales,
también lo digo con todo respeto, me parece que es entrar en la
dialéctica del Procurador frente a la exposición de motivos y los
debates parlamentarios, y no observar el problema efectivamente
planteado que esta Suprema Corte tiene posibilidades de ejercer en
términos del artículo 39 constitucional.
Por esa razón, yo insisto, que lo que me parece central aquí es
hacernos preguntas sobre el concepto de familia y sobre el
concepto de matrimonio que está vinculada en opinión del
Procurador a esa familia, no preguntarnos sobre las razones buenas
o malas de la propia exposición de motivos en la manera al menos
para mí en que el proyecto lo señala.
Con estas cuestiones me quedaría señor Presidente, y sigo
creyendo que la manera correcta de analizar el tema no es en
términos de si hay igualdad o discriminación, sino en términos que
me parecen mucho más constitucionales, y perdón, la Suprema
Corte de Justicia hace mucho más cosas que definir derechos
fundamentales también define garantías institucionales, y otras
muchísimas cosas. No es sólo un órgano de defensa de derechos
fundamentales, hace otras muchas cosas, y las acciones de
inconstitucionalidad es un medio específico para determinarlo. Creo
que tendríamos que dar una definición, un concepto de familia, y lo
que es más importante: su vinculación o no respecto a un modelo
específico de matrimonio.
Yo en lo personal creo que existe una amplia libertad configurativa
por parte del legislador en torno al concepto de familia, y que no hay
33
una condición cultural, histórica o jurídica en este momento que
lleve a señalar que toda familia descansa en un modelo específico
de matrimonio heterosexual y todas las otras características que
vimos.
Desde ese punto de vista, ─a mi parecer─, efectivamente tiene
razón el proyecto del señor Ministro Valls, en cuanto propone la
validez del precepto, pero me parece que las razones desde la
perspectiva de lo que pueda hacer este Tribunal Constitucional, son
distintas, señor Presidente. Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Arturo Zaldívar.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor
Presidente. Primeramente voy a referirme al tema del problema de
la metodología del proyecto. El martes, terminando la sesión me
quedé con muchas inquietudes, sobre todo a partir de la exposición
de la Ministra Sánchez Cordero y del Ministro Juan Silva Meza,
estuve
reflexionando
y
analizando
con
mucho
cuidado
la
construcción del proyecto una vez más.
Quiero primeramente aclarar que yo no me referí a garantías
institucionales, no porque me parezca que ese enfoque es
equivocado. Yo creo que la exposición que ha dado ahora el
Ministro
Cossío
es
muy
sugerente
de
estos
temas
que
necesariamente tenemos que analizar; el punto es cuál es la vía
para analizarlo.
Lo que sostuve el martes es que en derecho comparado hay dos
formas de como el derecho constitucional se ha enfrentado a
resolver este problema. Por vía judicial, en que normalmente lo que
sucede es que en algún Estado, no se reconoce el matrimonio entre
personas del mismo sexo, ya sea porque no está regulado, o
incluso porque está prohibido, y cuando esto llega a través de un
34
medio de derecho procesal constitucional al Tribunal Constitucional,
el juez o los jueces, lo que tienen que hacer precisamente es
analizarlo en sede de igualdad y de no discriminación; es decir, en
sede pura de derechos fundamentales.
La segunda forma como se puede solucionar este problema es en
vía legislativa, que es precisamente el tema que nos ocupa. En esta
situación, como lo que hace el legislador es igualar, es establecer
un régimen similar, no es lo conveniente o lo correcto hacer un
análisis de no discriminación y de igualdad porque realmente no la
hay, lo que debe analizarse es si goza de configuración libre,
legislativa el legislador; hasta qué punto están disponibles o no
estos conceptos, si está vulnerando un derecho fundamental de
manera directa, un texto constitucional, o está realizando una
competencia que no le corresponde, y obviamente para un tema
como este tendría que analizar estas cuestiones de matrimonio, de
familia, etcétera.
La primera parte del proyecto realmente se desarrolla en estos
términos, pero con posterioridad, precisamente por la forma como
se plantea la demanda, tengo la impresión que el Ministro ponente
se sintió obligado a hacer un análisis de razonabilidad para evitar
que se pensara que no está respondiendo a lo que fue planteado, y
a mí me parece que es, después de haber reflexionado, que es
correcto que se haga tal como estuvo planteada la acción de
inconstitucionalidad, la controversia en sentido estricto no en
sentido procesal, la controversia, la litis constitucional.
¿Por qué? Porque de otra manera podría decirse claramente que no
estamos dando respuesta a lo que se planteó, y además a la idea
que tuvo la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Yo podría
suscribir no sólo el sentido del proyecto sino también la
argumentación si el señor Ministro ponente aceptara hacer dos
35
pequeños matices: el primero, que se estableciera que este análisis
de razonabilidad se hace en atención a que fue planteado, pero que
realmente el asunto está resuelto desde la primera parte del
proyecto en que establece esta atribución y que no hay ninguna
vulneración; y segundo, una manifestación de que esto no está
prejuzgando sobre las disposiciones o los ordenamientos de otras
entidades federativas donde han tenido otras opciones.
Y es cierto lo que dice el Ministro Aguirre, no hay derechos
fundamentales para el Distrito Federal y derechos fundamentales
para otros mexicanos o para otras personas que viven en otras
partes del país, no se trata de eso, pero sí hay diferentes
posibilidades de configuración legislativa sobre las cuales no
podemos prejuzgar en este momento; si llega en el futuro una
acción, una controversia, un amparo, en el cual se alegue que el
impedir o prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo es
inconstitucional, será momento de analizar esta situación y además
de escuchar a los órganos legislativos o ejecutivos, los que sean,
que participaron en ello.
Yo creo que esta afirmación o matiz es importante para evitar que
se esté mandando un mensaje que le preocupaba al Ministro
Presidente
de
que
dijéramos:
“automáticamente
estamos
declarando inconstitucional todo lo que no sea como se hizo en el
Distrito Federal.” Yo creo que esto no podríamos hacerlo así,
obviamente ciertas afirmaciones, si es que llegamos a eso, de lo
que se entiende por matrimonio y por familia, pues van a ser
precedentes que vamos a tener que relacionar, pero precisamente
creo que quienes estamos a favor de esta reforma estamos a favor
del pluralismo y de la tolerancia; entonces, creo que esto sería
importante y si el Ministro ponente lo acepta yo me sumaría sin
dejar de desconocer que el planteamiento de garantía institucional
es muy importante, pero yo creo que de alguna forma el proyecto lo
36
hace aunque no lo refiera de esta manera, se hace el análisis de
estas figuras adecuadamente. Esto sería por lo que hace a la
metodología, quiero hacer unos breves comentarios sobre alguna
de las cuestiones que se han dicho aquí en la sesión del martes y
ahora.
El Ministro Aguirre Anguiano aceptó el pasado martes que el
matrimonio era un concepto artificialmente creado por el derecho,
que podría evolucionar –así lo dijo– pero que tenía que hacerlo a
nivel constitucional. De esta idea, sigo el razonamiento, se
desprende que demostrado que sea que el concepto de matrimonio
no es un concepto de configuración constitucional sino de
configuración legal, tendría que ser consecuente y votar a favor de
la constitucionalidad de la reforma, y me parece que el Ministro
Franco demostró con contundencia el pasado martes que nuestra
Constitución no establece un concepto de matrimonio; entonces, es
un concepto de configuración legal, aunque hoy el Ministro Aguirre
dijo algunas otras cuestiones que parecen contradecir lo que afirmó
el martes.
La verdad no voy a entrar a un tema de debate geométrico, no soy
matemático y me parece que una cosa es dar algunos ejemplos de
matemáticas o de otra cosa, y otra cuestión es entrar a un debate
de qué pasa si convertimos un triángulo en una esfera y eso la
verdad no tengo capacidad para ese debate, lo confieso.
Simplemente sí le señalo al Ministro Aguirre Anguiano que toda la
ingeniería
constitucional,
toda,
incluyendo
las
garantías
institucionales se justifican y se explican en relación a la defensa de
los derechos fundamentales, no todo lo que hacemos tiene que ver
con derechos fundamentales, pero la esencia del constitucionalismo
es precisamente la defensa de los derechos, la limitación del poder
37
a través de la consagración de los derechos precisamente contra el
fundamentalismo, la intolerancia y el dogmatismo.
En tercer lugar, quiero también referirme a otra argumentación que
se dio, se aceptó el martes que puede haber diferentes tipos de
familias en la Constitución, pero que sólo hay un concepto de
matrimonio, demostrado que sea, que el concepto de matrimonio es
de configuración legal, tendríamos que concluir que si se aceptan
diversos tipos de familias y el matrimonio es de configuración legal,
pues corresponde al legislador modificarlo, y se nos decía con muy
fina ironía que qué pasa si el legislador convierte una compraventa
en un arrendamiento, puede ser un absurdo, será una tontería, pero
no por eso sería inconstitucional, los contratos, eso sin entrar en
que los contratos modernos tienen una gran diversidad de
naturalezas y de complejidades que es muy difícil saber cuál es su
naturaleza, yo recuerdo desde hace años, cuando teníamos el
debate del proyecto de nueva Ley de Amparo, que en contra de
quienes sosteníamos que la suspensión en el amparo debería de
evolucionar dándole efectos restitutorios en algunos casos, se nos
decía por la doctrina dominante en aquel momento, eso es
desnaturalizar la suspensión porque suspender, quiere decir
“paralizar, detener”, entonces, en atención a la semántica
impedimos el progreso del amparo.
Yo no creo que un concepto jurídico tenga que estar atado ni al uso
milenario, ni a la etimología, ni al diccionario, a mí me parece que
las instituciones progresan, avanzan, evolucionan y que esto
permite, mientras no se vulnere la Constitución, que los legisladores
puedan ir adaptándolo.
Cuarta cuestión, que tiene que haber un argumento de teoría
constitucional que va ligado con todo lo que acabo que decir, ¿Qué
tipo de construcción tienen las Constituciones modernas? ¿Son
38
Constituciones que se construyen a través de conceptos abiertos,
de conceptos jurídicos indeterminados que permiten diferentes
contenidos a lo largo del tiempo o son conceptos cerrados que
permiten una sola manera de hacer las cosas?
La verdad es que las Constituciones modernas se construyen a
través de conceptos abiertos porque esto tiene por lo menos dos
ventajas: La primera, la posibilidad de actualizar, de modernizar, de
evolucionar el texto constitucional al dinamismo social, si no las
Constituciones se quedarían desfasadas muy pronto.
Y segundo, por el pluralismo político, las Constituciones modernas
permiten que diferentes mayorías legislativas, y en el Ejecutivo
coyunturales, puedan gobernar con diferente ideología dentro del
mismo
marco
constitucional,
una
Constitución
cerrada
que
estableciera conceptos únicos de manera de hacer las cosas, sería
una Constitución antidemocrática, una Constitución que estableciera
que el único tipo de familia fuera la familia tradicional, sería una
Constitución con un cuestionamiento democrático serio.
Para que haya una sola manera de hacer las cosas, tiene que haber
un texto constitucional expreso y en este caso no lo hay, hay una
idea en un dictamen que respondía a otra realidad y que creo que la
explicación del Ministro Franco ha sido contundente, de tal manera
que si entendemos así la Constitución, que no podemos entenderla
de otra manera, así se interpretan las Constituciones modernas,
hay una cantidad de contenidos que mientras no alteren los fines,
los valores, el texto expreso de la Constitución, pueden irse
modificando a la luz de la integración de estas garantías
institucionales a las que aludía el Ministro Cossío.
Esto es lo que tenemos nosotros que concretar: Qué es disponible y
qué no es disponible para el legislador, pero no poder decir: hay una
39
sola manera de hacer las cosas porque estaríamos además
estableciendo un concepto contrario a la idea del constitucionalismo
contemporáneo.
Último argumento que tiene que ver con la teoría de la democracia
constitucional. Una de las bases, de los fundamentos de una
democracia constitucional, es precisamente la tolerancia, y la
tolerancia implica el respeto a todas las creencias, a todas las
preferencias, a todas las orientaciones sexuales y a todas las
diferentes formas de ser de la gente y un respeto que no es nada
más retórica, sino un respeto que tiene que traducirse en la vigencia
plena de los derechos de quienes son diferentes, de manera
primordial de las minorías, el test democrático de una sociedad no
se da tanto en qué y cuál es el nivel de respeto de la mayoría, sino
cuál es el nivel del respeto a los derechos de las minorías.
Me llegó por ahí algún memorándum, que seguramente les
repartieron a ustedes, de alguna organización donde nos pedía que
apelando a nuestra conciencia, declaráramos inconstitucional esta
reforma porque era antinatural. Y después ponían en un párrafo:
“Nosotros respetamos mucho a quienes quieren vivir de manera
antinatural”. Y yo pensé: ¡vaya manera de respetar al otro! ¡vaya
manera de respetar al otro!
Eso no es tolerancia. La tolerancia se da precisamente en aceptar
que todos somos iguales y todos somos diferentes. Que la
orientación sexual no tiene que ver con la dignidad de las personas
ni hace mejores o peores a unos que otros; que es una cuestión,
primero biológica, pero aunque no lo fuera, una cuestión de
preferencia que tiene que ser respetada, y respetada es aceptar que
tienen la misma dignidad y los mismos derechos que tienen los
heterosexuales.
40
Una interpretación diferente sería una interpretación contraria al
constitucionalismo
y
a
la
democracia,
porque
sería
una
interpretación intolerante. Y a mí me parece que un Tribunal
Constitucional tiene que apelar a vías de pacificación de conflictos a
través de los medios que tiene la Constitución interpretada de una
manera abierta, con tolerancia y con un pleno respeto a la vigencia
y a la efectividad de los derechos de todos.
Por eso, al final del día, la Constitución, el constitucionalismo y la
democracia nos lleva directa o indirectamente al tema de los
derechos y por ello yo acepté con estas sugerencias, si tiene a bien
el señor Ministro ponente, sumarme a la argumentación y al sentido
del proyecto. Gracias Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A ver, están para primera
participación el señor Ministro Silva Meza y yo quisiera tener una
breve intervención. Para segunda participación está la señora
Ministra Sánchez Cordero, el señor Ministro Gudiño Pelayo y el
señor Ministro Valls, ¿quiere hacer alguna aclaración señor Ministro
Valls?
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Es muy breve señor
Presidente y muchas gracias.
Agradecerle al señor Ministro Zaldívar sus sugerencias. Mi
intervención inicial parte de eso, había yo comentado que se
incorporaría al documento, así como lo que había propuesto el
Ministro Aguilar Morales. Solamente eso y muchas gracias a los
dos.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias.
41
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Tarjeta blanca para el señor
Ministro Aguirre Anguiano.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Solamente para
hechos muy concretos.
Parecí escuchar una postura que rechazo totalmente: “Quien piensa
como yo es tolerante; quien piensa diferente a mí, es un
intolerante”.
Segundo, se nos da una clase de derecho dúctil, yo la considero
totalmente innecesaria y nada más les recuerdo a los señores
Ministros y a quien esto escuche, que referí: Que la garantía
institucional, la garantía para la pervivencia del Estado, tenía como
sentido que el Estado fuera eficaz instrumento al servicio de la
sociedad.
Traté de ser muy breve y no de darles una clase un tanto cuanto
sesgada que yo consideraría desde luego totalmente innecesaria y
quiero advertirles lo siguiente, es falso que yo me haya contradicho
un ápice en lo que dije en la sesión pasada y lo que digo hoy.
El Constituyente, si no gusta es otra cosa, no estamos viendo aquí
gustos o predilecciones, dijo en el proceso legislativo que la familia
ideal eran hombre, mujer y pocos hijos, yo no soy quién para
borrarlo ni para despreciarlo; la misión del Tribunal Constitucional –
perdón, no se considere populismo esto que voy a afirmar– es
salvaguardar la Constitución.
Pienso que la democracia judicial y la ductilidad del derecho no nos
pueden permitir anular conceptos básicos, y se nos dice: “nuestra
Constitución es ancha y básica”, bueno, yo les quiero recordar lo
siguiente, es muy peculiar nuestra Constitución, descansa sobre
42
valores no textualizados, sobre principios, algunos de ellos
textualizados dimanantes de aquellos valores, y sobre normas
ordinarias rigidizadas por estar dentro de una Constitución, es muy
peculiar, pero no puede ser despreciativa ni del sentido común ni de
los elementos sustantivos del entendimiento de las cosas. Muchas
gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Silva Meza.
SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Gracias señor Presidente.
Yo centraré mi intervención precisamente en el cuestionamiento de
la reflexión que llevábamos en la ocasión anterior en relación a las
perspectivas que de manera diferente se habían realizado por
algunos compañeros Ministros a los planteamientos que sustentan
la propuesta del proyecto.
Yo sigo convencido de esto último, de la argumentación que se
sigue en el proyecto, comparto también las aclaraciones que ha
señalado el señor Ministro ponente en su exposición el día de hoy,
en relación a la inoperancia, a las cuestiones efectivamente
planteadas, en fin, todo lo que él ha manifestado yo también lo
comparto.
Hago solamente para efecto de justificar esta posición algunas
reflexiones que me hacen seguir estar convencido de esta
propuesta y la forma de analizar el problema por parte del proyecto,
que no es cosa menor como aquí se dice, y ni poca cosa, yo creo
que es altamente trascendente.
El día de ayer, el ayer hábil para el Tribunal Pleno, antier, hacía
referencia de manera destacada a la trascendencia de las
consideraciones del proyecto, haciendo de lado la argumentación
concreta de los temas, sino de importancia por aludir dentro de ella,
43
implícita y explícitamente a principios fundamentales de temas
constitucionales que nos atañen naturalmente como Tribunal
Constitucional y que no demandan otro pronunciamiento más que
uno de ese rango, de esa altura de un Tribunal Constitucional, y no
en estas oportunidades acotarnos nosotros mismos, constreñirnos
para no emitir un pronunciamiento de esa naturaleza; ese para mí
era otro de los valores importantes de la propuesta del proyecto.
Ahora bien, concretamente ya en esta forma de abordaje, para mí
resultaba lo siguiente: El planteamiento de la parte promovente al
intentar este medio de control de constitucionalidad, es claro para
mí, total, creo que para muchos de nosotros es totalmente claro, y
por ello conduce a este Tribunal Constitucional a que se estudie la
razonabilidad de la medida adoptada por el legislador local.
El Procurador General de la República sostiene que la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal es competente para legislar la figura
del matrimonio, pues la competencia de la autoridad emisora de una
norma impugnada no se cuestiona ni por asomo por la parte
promovente; lo que la promovente quiere que se debata por este
Tribunal
Constitucional
es
precisamente
el
estudio
de
la
razonabilidad de la reforma elaborada por el legislador local.
Los conceptos de invalidez son claros, no acusan inoperancia, pues
a través de ellos se pretende denotar que la medida adoptada por el
legislador del Distrito Federal no es razonable en tanto se estima
que no se ajusta al Texto Constitucional, y por ende es
indispensable analizar, partiendo del supuesto de que la autoridad
local tiene competencia para emitir la norma impugnada si ésta es o
no razonable desde el punto de vista constitucional; esto se
corrobora con una lectura, aquí se ha aludido, se han leído párrafos,
voy también a leer otro párrafo para de ahí destacadamente
justificar mis consideraciones.
44
Dice en sus conceptos de invalidez la demanda: Respecto del
primer requisito señalado en el artículo 122, Apartado C, Base
Primera, etcétera, etcétera, etcétera, otorga plenas facultades para
que la Asamblea Legislativa del Distrito legisle en la materia civil; en
tal tesitura el primer requisito de legalidad, fundamentación, ha sido
colmado por el demandado emisor de las normas que se combaten
ya que con independencia de que las citas de preceptos
constitucionales y legales fueron invocados en el dictamen
respectivo, dicha autoridad sí se encuentra facultada para emitir el
acto de autoridad y norma que en esta vía se impugna, consistente
–como se ha dicho– en legislar en materia civil para el Distrito
Federal, no hay debate.
No obstante lo anterior, debe señalarse que el hecho de que un
Poder o un órgano legislativo posea atribuciones para modificar o
crear normas jurídicas no garantiza de modo alguno la razonabilidad
objetiva de su emisión, teniendo como consecuencia que no se
cumpla el segundo requisito de legalidad; es decir, el de motivación,
al cual, como hemos visto en líneas precedentes está también
obligado el legislador en la emisión de normas, hasta ahí el párrafo
sacado de la demanda del Procurador.
Pero esta lectura para mí sería suficiente para advertir, por una
parte, que el promovente reconoce –y en esto insisto– pareciera
que aquí no hay debate, la competencia constitucional con la que
cuenta la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para emitir el
acto impugnado, pero por otra, plantea la necesidad de que esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación lleve a cabo un análisis en
torno a la razonabilidad de la medida que hoy está sujeto a
escrutinio.
45
Luego, resolver el tema desde una perspectiva diferente a la del
proyecto llevaría a que las facultades constitucionales –para mí—
otorgadas para esta Suprema Corte en relación con este medio de
control de regularidad constitucional relativas al control abstracto de
constitucionalidad serían totalmente nugatorias.
Como sabemos, el objetivo de la acción de inconstitucionalidad es
controlar de manera abstracta, ─como decimos─, la regularidad
constitucional de las normas emitidas por los Poderes legislativos.
Por lo que reducir su campo de estudio a una cuestión meramente
competencial, o bien, como se ha denominado en este Tribunal
Pleno, de control de garantías institucionales implicaría la
desnaturalización de este medio de control constitucional, pues la
postura que se analiza tiene como consecuencia el que no se
realice un pronunciamiento constitucional de fondo en torno al tema
debatido, a pesar de que como lo mencioné anteriormente, sí existe
un planteamiento en este sentido por la parte promovente.
Aquí hay que destacar que si bien en la emisión de esta norma por
la Asamblea Legislativa la razón última como justificación son los
principios de igualdad y de no discriminación, también estos temas
son los que les dan sustento fundamental en esta parte a los
conceptos de invalidez esgrimidos por el Procurador General de la
República, esto es, la argumentación del Procurador en su
integridad en el fondo va en ese sentido, puesto que afirma que las
parejas integradas por personas del mismo sexo no son iguales a
las heterosexuales y a partir de ahí se justifica que se desvirtúa de
manera innecesaria el concepto constitucional de familia, ésa es la
parte toral del argumento del accionante, ésa es la parte toral del
emisor de la norma.
46
Esto implicaría, si se hace solamente un análisis acotado de estas
situaciones que no podría pronunciarse esta Suprema Corte sobre
la razonabilidad de la figura de los matrimonios entre personas del
mismo sexo a la luz de los principios de igualdad y no
discriminación contenidos en el artículo 1º constitucional; esto es, el
referente del análisis constitucional no solamente es el 4º
constitucional
relativo
a
la
familia,
sino
desde
luego
y
primordialmente el 1º de este Ordenamiento Fundamental.
En este sentido, la pregunta que se nos hace no radica en
determinar la existencia de un derecho constitucional al matrimonio
para las parejas del mismo sexo, sino ¡ojo! en determinar si la
extensión de dicha institución a las personas con diversa orientación
sexual encuentra una justificación racional en atención a los
principios constitucionales básicos de un Estado democrático de
igualdad y no discriminación, la disposición creo, no debe ser
conceptualizada a partir de una presunta inexistencia de problemas
relacionados
a
derechos
fundamentales,
considerando
exclusivamente que estamos frente a un problema que sólo
repercute sobre una garantía institucional de protección a la familia.
En ese sentido, no se puede considerar que la libertad de
configuración
concedida
al
legislador
carezca
de
límites
constitucionales a pesar de que no se afecten derechos de terceros
y que esto sea una cuestión que impida realizar un análisis en
abstracto en la acción de inconstitucionalidad. El hecho de que una
determinada figura jurídica no tenga implicación respecto de
terceros, no precluye la posibilidad de que pueda ser analizada
desde la perspectiva de las garantías constitucionales relativas a
derechos fundamentales. Ahora, si bien es cierto que el matrimonio
entre personas del mismo sexo no afecta directamente a otros
individuos,
también
lo
es
que
dicha
figura
no
puede
conceptualizarse como un derecho o concesión especial que la
propia legislatura les confiere como consecuencia de su orientación
47
sexual; por el contrario, se debe analizar si la propia legislatura
cumplió o no con un mandato constitucional relativo al principio de
igualdad y no discriminación entre parejas heterosexuales y
aquellas conformadas por personas del mismo sexo, tal y como
creo lo hace el proyecto que estamos analizado cumpliendo
precisamente con la obligación que tenemos de establecer como se
ha dicho un diálogo abierto y tolerante a efecto de resolver los
problemas de fondo con pronunciamientos de esa naturaleza en
tanto que esto es lo que está demandando nuestra sociedad.
Muchas gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Pedí tener mi participación en
este momento, y quiero decir con autenticidad al señor Ministro
Zaldívar, que a mí también me llegó la mención a intolerancia,
absolutismos y a sinrazones, al tocar un tema de constitucionalidad,
lo que estamos definiendo es si la reforma legal es o no
constitucional y quienes estamos en contra de la nueva norma no es
ni por intolerancia, ni por absolutismos, ni por sinrazones, es con
apoyo en convicciones jurídicas personales. De verdad, no sentí
apropiada la mención en esta discusión, ahora mismo la ha hecho el
señor Ministro Silva Meza en otro sentido diferente y aclaro esto
como inicio para llamar al mismo tono del Ministro Silva Meza, que
mantengamos la discusión como la hemos llevado hasta este
momento, con la prudencia, razonabilidad y argumentación jurídica
que se espera de nosotros.
Tomo para el inicio de mi intervención una de las frases del Ministro
Silva Meza, las parejas heterosexuales no son iguales a las que se
constituyen por personas del mismo sexo, más bien entresaco, él
sustenta lo contrario, yo digo que no son iguales y no son iguales
por una razón biológica, las parejas heterosexuales pueden
reproducirse, pueden procrear hijos, creo que esta es la
preocupación
esencial
de
la
institución
del
matrimonio,
el
48
matrimonio da derechos a los padres, pero fundamentalmente da
derechos a la prole, da derecho al nombre, al apellido, al domicilio,
al estado de hijo, obligación de inscribirlo en el Registro Civil,
obligación de darles educación y alimentos, y esta es una
preocupación fundamental de la institución del matrimonio, por eso
advierto diferencia entre el tipo de pareja heterosexual y la pareja
entre personas del mismo sexo.
He escuchado a lo largo de la discusión de manera indistinta
referirse al matrimonio como institución y como contrato; la ley civil
lo define como contrato, pero su esencia no es la de un contrato,
sino la de una institución. ¿Cuál es la diferencia fundamental entre
las instituciones y los contratos? En ambos casos se da una
aceptación social generalizada, tienen esta característica, todos
entendemos muy bien de qué hablamos cuando nos referimos a
contratos o al matrimonio, pero la institución tiene como
característica esencial que es de derecho público, es de derecho
público y goza del atributo de permanencia, la modificabilidad de
una institución puede darse, pero con consideraciones que sean lo
suficientemente fuertes para ellos.
Hablaré del matrimonio, no en su descripción constitucional, no en
los antecedentes formales legales, sino en el concepto universal,
hasta hace muy poco tiempo, de institución, como la unión de un
hombre y una mujer para realizar los fines esenciales de la familia,
entre ellos el de la procreación de la especie, tan se vuelve
institución de derecho público que los contrayentes no pueden
modalizar el matrimonio más que en lo que se refiere a los bienes
de fortuna que cada uno de ellos lleva al matrimonio, y esto con las
limitaciones que la ley establece en materia de capitulaciones
matrimoniales, no se pueden hacer compromisos contrarios a los
que se establecen dentro de la institución del matrimonio, tiene
49
como esencia, la procreación de la especie, y como característica,
la permanencia de la unión entre los padres.
¿Qué ha pasado en el Distrito Federal? Pues que ya no se
reconoce a la institución pública que yo aprendí como matrimonio,
ya no es la unión de un solo hombre y de una sola mujer, sino el
matrimonio es la unión de dos personas voluntariamente aceptadas
y por el tiempo que quieran. Esto lo reconoce el proyecto cuando
nos dice que se emitió una norma que permite el divorcio, la
disolución del matrimonio cuando alguno de los dos cónyuges
decide ya no seguir casado.
Esto de verdad yo sí acudo a la figura geométrica y a la liga con la
que ilustró el señor Ministro Aguirre la intervención, ya se estiró la
liga, y lo que tenía una forma muy clara, muy precisa, para mí ya no
la tiene, ya no es una unión permanente por disposición de la ley,
disoluble solamente en casos de gravedad que enunciativamente se
especificaron en las leyes; después se vio la inconveniencia de que
en los litigios de divorcio afloraran estas causas graves y se aceptó
por mutuo disentimiento la terminación del matrimonio; ahora ya se
permite aquí que en el momento en que uno de los dos cónyuges
decida no seguir casado, el matrimonio llega a su fin. De verdad ya
no lo reconozco.
Quiero significar, y esto solamente como un dato adjunto al
problema que tratamos, que el artículo 291 bis del Código Civil del
Distrito Federal, al referirse al concubinato, habla de la concubina y
el concubinario, tienen derechos y obligaciones; es decir, el
concubinato no es una institución que esté al alcance de personas
del mismo sexo, o todavía no lo es.
Se creó la figura de la
asociación en convivencia, para permitir que ese tipo de uniones,
diferentes a las que se constituyen entre un hombre y una mujer,
puedan llevarse a cabo con la dignidad y el reconocimiento social
50
que les corresponde, no son uniones de menor jerarquía que el
matrimonio, de ninguna manera, son diferentes; bien puede decirse
que quienes se unan en convivencia, adquieren similares o iguales
derechos a los del matrimonio, pero introducir dentro de un
concepto clásico, acabado, inteligible para todos nosotros, la unión
de parejas del mismo sexo, trastorna definitivamente una institución.
Dice la Corte de Estrasburgo: “Una diferencia en el trato de las
personas en relaciones relevantemente similares, es discriminatoria
cuando no tiene una justificación objetiva y razonable”. Para mí sí
hay justificación objetiva y razonable en que el matrimonio se
preserve exclusivamente para las parejas que pueden procrear,
porque una de las grandes preocupaciones del matrimonio es la
protección de la prole, que se da solamente entre parejas
heterosexuales. Y ya en el contenido del proyecto, ya está muy
claro que sólo el señor Ministro Aguirre y yo hemos estado en
contra de la propuesta del proyecto, sí se dice en el proceso de
creación de la ley y se reconoce en alguna parte del proyecto, que a
través de esta ampliación del concepto de matrimonio, se
salvaguarda el principio de no discriminación en razón de la
orientación sexual; si esto, repito, permanece así, va a significar, al
menos para mí, que los Congresos estatales que no procedan a
hacer la modificación correspondiente, no estarán salvaguardando
el principio de no discriminación en razón de la orientación sexual,
yo sigo muy convencido de mi voto.
Están apuntados los señores Ministros Sánchez Cordero, Gudiño,
Valls.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: No he tenido
primera intervención señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Primera intervención don
Fernando? Muchas gracias, previa aclaración de don Arturo.
51
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor
Presidente. Muy brevemente, simplemente quiero aclarar que mi
argumentación fue estrictamente constitucional, el tema de la
tolerancia es uno de los puntos torales en el debate contemporáneo,
tanto de la doctrina como de la práctica en los tribunales
constitucionales. Gracias Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE:
Señor Ministro Franco para
primera intervención.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS:
Sí gracias
señor Presidente, muy amable. Trataré de ser muy breve y por lo
tanto voy a obviar cualquier comentario en relación a la posición que
ya di, respecto de que a mí me parece que el concepto de
matrimonio que estableció la Asamblea, no violenta la Constitución
y consecuentemente me mantendré en esto.
Sí me parece
importante retomar el último comentario que usted hizo en relación
al planteamiento metodológico del proyecto, que también comparte,
como lo dije desde el martes, la inquietud que planteó el Ministro
Cossío y que originalmente también compartía el Ministro Zaldívar.
Yo estaría satisfecho, no sé cuál vaya a ser la respuesta del
Ministro ponente en relación a las sugerencias que se han hecho,
pero si las aceptara, yo quisiera suplicarle que también se le
introdujera un matiz adicional que creo que nos podría resolver, por
lo menos a mí me lo resolvería, mi, digamos visión metodológica
que está en contra del proyecto.
En principio, es una cuestión también de concepto, ¿qué
entendemos cuando hablamos de principio de razonabilidad? Esto
no implica el que estemos haciendo un criterio de ponderación entre
derechos fundamentales, en mi opinión, el criterio de razonabilidad,
como su nombre lo indica, es que la norma, en este caso expedida
por la Asamblea, sea razonable en función de las normas
52
constitucionales, y evidentemente puede haber en este análisis,
cuestiones de igualdad y de no discriminación; sin embargo, es muy
diferente que el proyecto dé a entender, por lo menos así lo
entiendo y como también lo veo, algunos de los señores Ministros,
el Ministro Presidente además, en el sentido en como lo apuntó el
Presidente, a que diga que en este análisis a la luz del principio de
razonabilidad el precepto no violenta el principio de igualdad y no
discriminación, y esto me lleva a un comentario importante, para
precisar algo que quizás no abordé la vez pasada y que sí me
parece importante y que, además, es una reflexión del Ministro
Aguilar, el hecho de que se defina así el matrimonio no impone a
aquellos, sí dije que esto era entre personas capaces, con plena
decisión de decidir, para personas heterosexuales que contraigan
matrimonio y tampoco ─con todo respeto─, y también lo señalé y
creo que hace mucho tiempo, la procreación no es parte de un
elemento esencial del matrimonio, tampoco atenta contra la
protección que la Constitución otorga a la familia y a la procreación,
porque aquellos que quieran concebir están en plena libertad de
hacerlo, no inclusive dentro del matrimonio, en cualquier manera
que lo consideren y creo que esto se da y se puede dar dentro de
matrimonios heterosexuales de aquellos que no lo sean, dentro de
personas solteras, cualquiera que sea su preferencia sexual.
Consecuentemente,
preciso
esto
porque
era
parte
de
mi
posicionamiento, si el Ministro ponente estuviera de acuerdo en
hacer este matiz que creo que en nada afecta al proyecto y que va
en la línea que sostiene, podríamos solventar el problema que
vemos algunos en relación al enfoque metodológico. Gracias señor
Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señora Ministra Sánchez
Cordero.
53
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Bueno, gracias señor
Ministro Presidente.
Como eran solamente algunas precisiones lo que pasa es que se
me agotaron las tarjetas blancas pero solamente eran algunas
precisiones, yo nunca dije definitivamente que exclusivamente la
acción
de
metodológicamente
inconstitucionalidad
en
la
tutela
debería
de
derechos,
abordarse
yo
decía,
preferentemente de la tutela de derechos más que de la protección
de
las
competencias,
porque
obviamente
la
controversia
constitucional se aborda, preferentemente, desde la protección de
las competencias.
Esta acción de inconstitucionalidad está metodológicamente, así lo
dije, preferentemente debe abordarse a través de la tutela de
derechos.
Y qué bueno también que en algún momento dado aquí ha surgido
también lo de la perpetuación, ya no nada más de la población en
México sino de la población mundial, y estaba recordando, en
cualquier cantidad de foros una y otra vez me he preguntado el por
qué la discriminación permanente, constante, social a una mujer
embarazada con análisis para entrar a un trabajo, en relación al
embarazo, si está embarazada y también, en muchas ocasiones, en
el propio Poder Judicial hemos detectado el miedo que tienen
muchas colaboradoras de ir ante sus jefes de ir a decirle: “estoy
embarazada” porque, en verdad, ellas sienten que en alguna
medida pueden, incluso, perder el empleo, entonces qué bueno que
aquí también se hayan mencionado algunos de esos aspectos
porque he estado reflexionando sobre esto. Gracias Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Gudiño.
54
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Sí señor Presidente,
muchas gracias.
Creo que es muy importante determinar cómo se acerca uno
técnicamente, de acuerdo como técnica constitucional al problema.
A mí me ha convencido la intervención del Ministro Cossío, que
complementada con la del Ministro Aguirre la voy a exponer
sintéticamente:
En la Constitución sí hay una garantía institucional y esta garantía
es la familia. El concepto de familia que tiene, como muy bien lo ha
subrayado el Ministro Aguirre Anguiano, una finalidad de procrear,
de mantener la especie que es la población uno de los elementos
esenciales del Estado, como bien lo ha destacado el Ministro
Aguirre, pero también por ser la base de la organización social y
política. Creo que esta garantía institucional sí la establece la
Constitución y el Ministro Cossío hacía otra pregunta que yo voy a
sintetizar diciendo: ¿Es el concepto de familia, que como garantía
institucional establece la Constitución, un concepto abierto o se trata
de un concepto cerrado? Si se trata de un concepto cerrado, está
vinculado en la integración constitucionalmente de la familia a una
sola forma de integración como es el matrimonio o es un concepto
abierto que se llena el contenido culturalmente. Hay diversas
maneras de integrar el núcleo familiar: los que viven en matrimonio,
los que viven en unión libre, los que viven en concubinato, los hijos
que viven únicamente con uno de sus padres, los que viven con sus
abuelos, los que viven con otros parientes, en fin, creo que la
respuesta a esto sí es que el concepto de familia es un concepto
cultural, es un concepto abierto.
Estoy de acuerdo con el Ministro Aguirre que efectivamente el
Constituyente Permanente delineó un tipo ideal de familia, el
55
prototipo, el paradigma de familia, pero de ninguna manera excluye
todas las demás formaciones o maneras de integrar la familia.
Siendo el concepto de familia un tipo abierto, el que el legislador
ordinario haya ampliado el concepto de matrimonio a las personas
del mismo sexo, a mí no me parece, no encuentro, he tratado de
buscar
y no encuentro la manera cómo podría ser esto
inconstitucional.
Yo podría suscribir todo lo que al respecto ha dicho el Ministro
Aguirre y todo lo que al respecto ha dicho el Presidente de la Corte,
lo podría suscribir, pero en caso de que lo suscribiera me llevaría a
proponer un diferente tipo de política pública, pero no a declararlo
inconstitucional. Creo que esas son convicciones personales que,
dicho de otra manera, de ser legislador quizás hubiera procedido de
otra manera, pero ya estando el texto tal como está, no advierto por
ningún motivo que sea inconstitucional que pugne con la
Constitución.
Más allá de si yo hubiera como legislador de la Asamblea, aprobado
o desaprobado votar en contra, hubiera propuesto que se
mantuviera o no hubiera propuesto que se mantuviera el concepto
tradicional de matrimonio, no sé qué haría, pero en mi posición de
Juez Constitucional yo no encuentro que pugne contra ninguna
norma de la Constitución, dado como punto de partida que el
concepto de familia que establece la Constitución, como garantía
institucional, es un concepto abierto.
En tal virtud, me reafirmo en el sentido del proyecto, pero difiero de
su construcción, de sus argumentos. Quiero hacer hincapié en que
lo que dijo el Tribunal de Estrasburgo fue en un planteamiento
distinto al que hoy estamos analizando. Ahí tengo entendido que fue
una pareja del mismo sexo la que impugnó que la ley local, que en
56
la ley nacional no se le permitiera el matrimonio y entonces la
respuesta del Tribunal fue decir: “la distinción es razonable” y yo
creo que es razonable, pero también es razonable el que lo cambie
¡Vamos! No es inconstitucional.
Yo quisiera separarme aquí de lo que, a mí me parecería correcto
¿No? Me parecería correcto y en muchas afirmaciones coincido con
el Ministro Presidente, en muchas afirmaciones coincido con el
Ministro Aguirre, —no en todas— pero en muchas coincido, pero el
tema no me parece inconstitucional; por tanto, yo estaré con el
sentido del proyecto.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Va a sacar mi propia tarjeta
blanca señor Ministro Cossío? Sólo para comentar con el señor
Ministro
Gudiño
que
a
partir
de
todas
estas
ideas,
la
inconstitucionalidad que propuso el Ministro Aguirre Anguiano,
descansa en que no se da el requisito de motivación legislativa, es
decir, las razones no son lo suficientemente fuertes a juicio del
Ministro Aguirre, a mi juicio propio, para alterar la forma de una
institución ancestral, sólo eso. Señor Ministro Cossío.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Presidente, me
quiero referir específicamente a la intervención que hizo hace un
rato el Ministro Silva Meza —que me parece muy importante— nos
leyó algunos pasajes de la página veintiocho de la demanda y
justamente donde él dejó de leer es el párrafo que yo leí a
continuación en donde dice: “En efecto, como se ha sostenido el
principio de motivación de los actos legislativos se cumple cuando
las leyes se refieren a relaciones sociales que reclaman ser
jurídicamente reguladas”. Yo de aquí y de lo que hemos hecho y
tradicionalmente hacemos en la cuestión de identificar en términos
del artículo 39 de la Ley Reglamentaria la cuestión efectivamente
planteada, es donde —y quiero insistir una vez más— me parece
57
que lo que se está preguntando el Procurador General de la
República es primero, si existe un modelo —lo digo canónico no en
sentido eclesiástico, sino en el sentido de prototipo generalizado—
existe un modelo canónico, exclusivo, excluyente, cerrado, como
decía el Ministro Gudiño, de familia; y, segundo si ese modelo está
vinculado con una forma canónica excluyente de matrimonio.
Decir que vamos a estudiar esto en términos de los derechos
fundamentales y suponer que eso es llegar y sólo por esa vía llegar
a los problemas de fondo que le corresponde resolver a este
Tribunal Constitucional, me parece que no es una cuestión que para
mí resulte aceptable.
Yo creo que esta Suprema Corte, resuelve muchos problemas de
fondo de muy diversas maneras, tan interesante e importante me
parece establecer un concepto de no discriminación o de igualdad
como igualmente importante me parece establecer un concepto de
familia y de matrimonio que eso es precisamente lo que se hace.
Yo creo que el género que se ha utilizado de garantías
constitucionales tiene a su vez dos especies que son los derechos
fundamentales y las garantías institucionales, si esto es así, me
parece que en términos de construcción de una sociedad, de
armonización de los conflictos colectivos, de integración de diversos
individuos, de integración de diversos colectivos, es tan importante
definir un derecho fundamental como definir una garantía
institucional. En el caso concreto nada menos que con el tema de
familia y matrimonio.
Es verdad que en este asunto, por la vía de no discriminación e
igualdad podríamos resolver la cuestión de las personas del mismo
sexo que deciden contraer matrimonio y en su caso adoptar niños,
pero también me parece de una extraordinaria importancia, para
58
otros sectores muy amplios de la sociedad que se han identificado y
que así lo consideró la tesis de la Primera Sala, al utilizar los
criterios del Consejo Nacional de Población al resolver la
contradicción de tesis, que definir familia y definir matrimonio, me
parece un tema que es absolutamente central para la estructura de
una sociedad como la nuestra que es efectivamente una sociedad
plural pero que no pasa necesariamente por el concepto; entonces,
creo que identificar garantías institucionales con un problema
competencial es vaciar de contenido el concepto de garantías
institucionales que esta Suprema Corte ha utilizado en diversas
ocasiones —como muy bien nos lo recordaba hoy en la mañana el
Ministro Valls— como también me parece que es no entender que
haya al final de cuentas un problema tan importante en definir
garantías institucionales como derechos fundamentales, creo que
son temas absolutamente centrales y que inclusive y con todo
respeto lo digo, en algunas ocasiones —no necesariamente tendría
que ser esta— en algunas ocasiones, el impacto de la definición de
las garantías institucionales es mucho más extenso, y mucho más
importante en términos sociales que definir esta situación, porque —
insisto— aquí podríamos resolver el caso de las personas del
mismo sexo, que es la materia y que es muy importante y con lo
cual yo estoy absolutamente a favor de su condición plural y del
ejercicio de su plena libertad como mejor les parezca a todas estas
personas, como me parece que es también, de extraordinaria
importancia social, resolver el tema de qué entiende la Constitución
por familia o qué entiende esta Suprema Corte que la Constitución
dispone como familia y cuál es la relación entre familia y
matrimonio. Creo que ni es problema competencial, ni es
escamotear el problema de fondo de lo que se está planteando.
No todo el derecho constitucional pasa por los derechos
fundamentales, la Constitución, además de derechos fundamentales
estructura al Estado, estructura las relaciones de convivencia,
59
estructura las relaciones de poder, estructura la coacción del
Estado; es decir, una pluralidad enorme de temas que no
necesariamente pasan por los derechos fundamentales, que es una
parte esencial de la dignidad humana, absolutamente de acuerdo,
pero creo que el derecho constitucional es eso y otras muchas
cosas que la complementan y que articulan una convivencia social,
plural, libre, como la que estamos tratando de coincidir.
En ese sentido, y espero sea la última intervención, sigo estando de
acuerdo con la propuesta que hace el señor Ministro Valls en su
proyecto, pero al igual que lo decía el señor Ministro Gudiño hace
un rato, no con los argumentos y las consideraciones que llevan a
sostener la validez de este precepto impugnado. Gracias señor
Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls.
SEÑOR
MINISTRO
VALLS
HERNÁNDEZ:
Gracias
señor
Presidente, sólo para que no quedara esto suelto con relación a las
propuestas que se sirvieron hacer y que mucho les agradezco a los
señores Ministros Zaldívar y Franco.
En el engrose, en su momento, se harán las aclaraciones y matices
para superar esas inquietudes —si a ustedes les parece— para no
seguir bordando sobre lo mismo y para poder llegar ya a la votación
que solicito de este Considerando Sexto que hemos venido
analizando. Gracias señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Propondré dos votaciones: 1. A
favor del sentido del Considerando Sexto, y una vez que se obtenga
el resultado cuáles son las consideraciones que deben informarlos,
si todas las que están o solamente las que conciernen a garantía
60
institucional. Señor secretario, sírvase tomar la primera votación a
favor o en contra del sentido del Considerando Sexto.
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro
Presidente.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: En contra.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: A favor del proyecto.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: A favor del
proyecto.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Con el
proyecto.
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Con el proyecto.
SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: A favor, con el sentido.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Mi voto es a favor.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Igual.
SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Con el proyecto.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE ORTIZ MAYAGOITIA: En contra
del sentido del Considerando Sexto.
SECRETARIO
GENERAL
DE
ACUERDOS:
Señor
Ministro
Presidente, me permito informarle que existe una mayoría de ocho
votos a favor del sentido, plasmado en el Considerando Sexto del
proyecto.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Creo que la siguiente votación
será exclusiva para los ocho señores Ministros que votaron a favor
del proyecto. Señor Ministro Aguirre Anguiano.
SEÑOR
MINISTRO
AGUIRRE
ANGUIANO:
Gracias
señor
Presidente, incluso pienso que debemos de participar en la votación
los que lo hicimos en contra del sentido del proyecto, porque esta
decisión
podrá
tener
alguna
influencia
sobre
temas
que
61
ulteriormente analicemos. Entonces, dado que no les va a estorbar
lo que digamos, pues creo que debemos de pronunciarnos.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Alguna otra opinión? Señor
Ministro Zaldívar.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Señor
Presidente, no estoy de acuerdo; es decir, ya decidimos la mayoría
un sentido. Cómo llegamos a ese sentido, lo tenemos que decidir
los de la mayoría, no los que están en contra del sentido, me parece
que la propuesta original de usted es la correcta. Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: De acuerdo el Pleno en que no
participemos los dos Ministros, en votación económica. (VOTACIÓN
FAVORABLE) Yo mismo estoy de acuerdo.
Bien, el contenido del Considerando, la votación ahora es: si la
información que debe estar en este Considerando es la que se
refiere a garantía institucional como ratio decidendi o todo lo que
contiene el proyecto.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: ¿Cuál sería la
propuesta? Perdón, Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Franco.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: No, iba a pedir
que se aclarara, porque por lo menos en mi caso, me encuentro en
una situación complicada al no conocer el engrose y cómo va a
quedar
planteado.
Voto
consideraciones, qué hago.
con
reservas
y
a
favor
de
las
62
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: El proyecto ya contiene, como
lo destacó el señor Ministro Valls, una parte importante para
desestimar el argumento de falta de motivación que aduce el
Procurador,
pero
da
respuesta
además
a
los
temas
de
discriminación y de igualdad, y se toman como integrados a la ratio
decidendi, este es el problema. Señor Ministro Zaldívar.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor
Presidente, lo que pasa es que ya el Ministro ponente aceptó ciertas
sugerencias y ciertos matices que quizá incluso pudieran conciliar
las posturas. En mi propuesta yo creo que la cuestión de la garantía
institucional de familia y de matrimonio como las ha entendido el
Ministro Cossío, fácilmente se pueden adaptar a la construcción
argumentativa del proyecto con las modificaciones que el ponente
ya aceptó.
Entonces sí es un poco complicado saber cómo votar, quizás
podríamos reservarnos derecho de voto concurrente o alguna
cuestión así, no sé que sugieran ustedes.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Para cuando se presente el
engrose. Señor Ministro Gudiño.
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Sí, yo creo que hay dos
grandes sectores de argumentación, se va a enfocar desde el punto
de vista de los derechos fundamentales o desde un punto de vista
distinto, podrían ser las garantías institucionales o algo que no
incida en derechos fundamentales. Creo que esas son las dos
posiciones.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Es que el
proyecto toca las dos posiciones.
63
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Señor Presidente, el Ministro
Aguilar, si no recuerdo mal, dijo que ninguna de las dos posiciones
le satisfacían. En consecuencia con esto, me parece que la posición
puede ser en este punto a favor o en contra del proyecto, y con eso
me parece que podríamos tener un sentido.
SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Sí, tiene razón el señor
Ministro Cossío, yo no coincido en este caso porque no se trata
para mí de un problema de una garantía institucional en este caso.
El problema es que se está hablando específicamente del
matrimonio, no de la familia. Pudiera yo coincidir en que la
institución de la familia, que sí está mencionada en la Constitución,
pudiera llegar a considerarse una institución garantizada por la
norma. Pero aquí lo que estamos viendo es la forma y la
constitución del matrimonio, que aunque pudiera ser una forma de
constituir la familia no es la única.
Ya lo han señalado con otros ejemplos. Por eso es que yo no
coincido en eso, y para mí el problema está en la libertad
configurativa de los Estados conforme al 121. Entonces sí, a lo
mejor conforme se haga el engrose yo podré hacer un voto
concurrente, pero sí estoy de acuerdo con el sentido.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: En el proyecto lo que se
hace es dar respuesta a los planteamientos del Procurador, del
accionante; no se aborda desde el punto de vista de los derechos
fundamentales, ni tampoco, menos, desde el punto de vista de las
garantías institucionales. Lo que se hace en ese sentido, es dar una
respuesta a los planteamientos de la demanda. Por lo que hace a lo
que decía el Ministro Zaldívar en intervención anterior, yo ya acepté
las sugerencias que él hizo para incorporarlas al proyecto.
64
Y respecto de las del señor Ministro Franco, en parte serán
incorporadas con algún matiz, lo había yo dicho, y si ustedes
quieren lo circulo para la próxima sesión, o como ustedes lo
decidan.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Yo creo que sí, mucho ayudará
al ponente saber cómo votan los componentes de la mayoría en
cuanto al contenido del proyecto.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: El enfoque no lo
cambiaría yo.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Me faltó hacer una aclaración
que por la importancia la expreso en este momento. Esta votación
no comprende el tema de registro civil, todavía no llegamos allá. Es
que como hablamos del Considerando Sexto, es en la parte de
violación al artículo 16.
Entonces, en cuanto al contenido del Considerando Sexto, tome
votación señor secretario, sin incluir al señor Ministro Aguirre
Anguiano ni a mí.
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: A mi parecer el planteamiento
que se hace en la demanda, por eso en el proyecto no está dado en
relación con derechos fundamentales. Creo que esta es la forma
como el Procurador analiza, los enfrenta con la exposición de
motivos de esta reforma. A mí me parece que el planteamiento real,
la cuestión efectivamente planteada en términos del artículo 39 de
la Ley Reglamentaria, radica en la definición de familia y su relación
con el matrimonio.
65
Ahora bien, dado que la familia en nuestro orden jurídico tiene el
carácter –insisto– de una garantía institucional en términos de
nuestros precedentes, y no de un derecho fundamental, yo estoy en
contra de la manera como se plantea esta resolución –insisto–
estando por lo demás de acuerdo en el sentido que nos propone el
señor Ministro Valls.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Pues yo sigo
en una situación, se los confieso, verdaderamente complicada, no
tengo idea de cuál pueda ser el proyecto que presente el Ministro
ponente engrosado, y tengo una duda fundamental, más allá de lo
que acaba de comentar el Ministro Cossío, que comparto pero que
entiendo
que
ya
tiene
una
solución
intermedia,
y
que
consecuentemente estaría de acuerdo con esa.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Así es.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: El otro tema
para mí sí es fundamental. Si el proyecto da a entender que esto es
así porque cualquier otra forma es discriminatoria; entonces,
podríamos, por eso fue mi sugerencia, el proyecto actualmente lo
dice y está enfocado así, si el Ministro ponente está aceptando esto
entonces yo votaría con las consideraciones.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Ya lo aceptó.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Así es.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Entonces vota a favor con
aclaraciones.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Con el
proyecto modificado.
66
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Con el enfoque que ha
propuesto el Ministro Cossío.
SEÑOR
MINISTRO
AGUILAR
MORALES:
En
las
mismas
condiciones que apuntaba el Ministro Franco, sin conocer realmente
cómo va a quedar la redacción y la argumentación final, pues estaré
de acuerdo con una argumentación que pudiera coincidir con lo que
acabo de expresar hace un momento; si no, haré un voto
concurrente.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Con el proyecto
modificado.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Sí, también yo con el
proyecto, pero modificado como lo ha aceptado el Ministro ponente.
SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Con el proyecto, con las
modificaciones aceptadas por el ponente.
SECRETARIO
GENERAL
DE
ACUERDOS:
Señor
Ministro
Presidente me permito informarle que existe una mayoría de seis
votos a favor de las consideraciones modificadas del Considerando
Sexto, por lo que se refiere a violación al artículo 16.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien, pues ya es cuestión de la
mayoría ver los términos en que queda el engrose. Pues superado
este tema les propongo. Señor Ministro Cossío.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: ¿Señor Presidente es votación
definitiva esta?
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: No.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: ¿No todavía?
67
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: No, es decir, no pactamos
votación definitiva, les recuerdo que el Considerando Quinto tiene
votación de empate y que por lo tanto la intervención de la Ministra
Luna Ramos es importante.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Yo creo que
para nosotros sí debe de ser definitiva Presidente, para avanzar.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bueno. Señor Ministro Gudiño.
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Y también en los demás
temas como éste, podría pronunciarse la Ministra.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A eso voy, que al venir para
votar el Considerando Quinto, pues tiene que dar su punto de vista.
Sí, señor Ministro Cossío.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Entonces, dado que ya
tenemos este carácter de definitividad, formularía un voto
concurrente para manifestar las razones por las cuales no estoy de
acuerdo con la parte considerativa de este asunto.
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Me sumaría al voto
concurrente si el señor Ministro lo tiene a bien.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Ministro.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Lo que les quiero proponer
señores Ministros, dado el evento de Querétaro, es que dejemos
hasta aquí la sesión pública de este día porque no tendría sentido
abordar el otro tema que es de gran entidad, y que los convoco para
la sesión pública ordinaria del próximo lunes a las diez y media de la
mañana.
(CONCLUYÓ LA SESIÓN A LAS 13:05 HORAS)
ÍNDICE.
CONTENIDO DE LA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA DE LA SESIÓN
PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL LUNES 9 DE AGOSTO DE
2010.
SECRETARÍA GENERAL DE ACUERDOS
1
NÚMERO
ASUNTO
IDENTIFICACIÓN,
DEBATE Y
RESOLUCIÓN.
PÁGINAS.
2/2010
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD promovida
por el Procurador General de la República contra
actos de la Asamblea Legislativa y del Jefe de
Gobierno del Distrito Federal, demandando la
invalidez de los artículos 146 y 391 del Código Civil
del Distrito Federal, publicados en la Gaceta Oficial
del Distrito Federal de 29 de diciembre de 2009.
3 A 75
(PONENCIA DEL SEÑOR MINISTRO SERGIO A.
VALLS HERNÁNDEZ).
EN LISTA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
TRIBUNAL PLENO
SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN,
CELEBRADA EL LUNES 9 DE AGOSTO DE 2010.
ASISTENCIA:
PRESIDENTE.
SEÑOR MINISTRO:
GUILLERMO I. ORTIZ MAYAGOITIA.
SEÑORES MINISTROS:
SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO.
JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ.
MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS.
JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS.
ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA.
JOSÉ DE JESÚS GUDIÑO PELAYO.
LUIS MARÍA AGUILAR MORALES.
SERGIO ARMANDO VALLS HERNÁNDEZ.
OLGA MA. DEL CARMEN SÁNCHEZ CORDERO.
JUAN N. SILVA MEZA.
(SE INICIÓ LA SESIÓN A LAS 10:40 HORAS)
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se abre la sesión. Señor
secretario, sírvase dar cuenta con los asuntos del día.
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro
Presidente. Se somete a su consideración la aprobación del
proyecto de acta de la sesión pública número ochenta ordinara,
celebrada el jueves cinco de agosto del año en curso.
2
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A consideración de las señoras
y señores Ministros el acta con la que se ha dado cuenta.
Si no hay intervenciones ni correcciones de manera económica les
pido voto aprobatorio.
(VOTACIÓN FAVORABLE). QUEDÓ
APROBADA EL ACTA SEÑOR SECRETARIO.
3
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS:
Se somete a su consideración el proyecto
relativo a la
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD
2/2010.
PROMOVIDA
POR
EL
PROCURADOR
GENERAL
DE
LA
REPÚBLICA EN CONTRA DE LA
ASAMBLEA LEGISLATIVA Y DEL JEFE DE
GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL,
DEMANDANDO LA INVALIDEZ DE LOS
ARTÍCULOS 146 Y 391 DEL CÓDIGO CIVIL
PARA EL DISTRITO FEDERAL.
Bajo la ponencia del señor Ministro Valls Hernández y conforme a
los puntos resolutivos a los que se dio lectura en sesión anterior.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls.
SEÑOR
MINISTRO
VALLS
HERNÁNDEZ:
Gracias
señor
Presidente, conforme a la ruta crítica que habíamos establecido
para el análisis de esta acción de inconstitucionalidad, corresponde
empezar a tratar o tratar el día de hoy el argumento de invalidez
relativo a la violación de los artículos 14 y 16 de la Constitución, en
relación con lo dispuesto en el 121 del mismo ordenamiento.
En el Considerando Séptimo del proyecto que he sometido a la
elevada consideración de ustedes, se examina el concepto de
invalidez que plantea el Procurador General de la República relativo
a que el artículo 146 del Código Civil para el Distrito Federal, viola
las garantías de seguridad jurídica y de legalidad consagradas en
los artículos 14 y 16 constitucionales.
En la consulta se estiman infundados los planteamientos del
accionante;
primero,
porque
tratándose
de
la
acción
de
inconstitucionalidad no es el medio para dirimir o solucionar en
4
abstracto los posibles conflictos que según señala el accionante, se
originarían con las entidades federativas con motivo de la nueva
definición del matrimonio en el Distrito Federal, al no contemplarse
en las legislaciones de aquéllas, el matrimonio entre personas del
mismo sexo o inclusive en algunos, prohibirse.
Asimismo se resalta en el proyecto, que el accionante lo que parece
cuestionar es que a partir de lo dispuesto en el 121 constitucional,
los Estados de la República deban reconocer la validez de dichos
matrimonios como actos del estado civil, aun cuando las entidades
federativas no los contemplen o los prohíban expresamente, lo cual
podría ser inatendible, pues es la propia Norma Fundamental la que
así lo establece.
Sin embargo, dado que el procurador realiza sus argumentaciones
para sostener la violación a las garantías de seguridad jurídica y de
legalidad, es que analizamos el concepto de invalidez planteado.
En la consulta se señala que del artículo 146 impugnado,
advertimos que redefine el matrimonio para el caso del Distrito
Federal, desde luego, así como que dicho acto deberá celebrarse
ante el juez del Registro Civil cumpliendo con las formalidades que
sobre el particular establezca el propio Código Civil para el Distrito
Federal, por lo que no se advierte de qué forma este numeral podría
vulnerar las garantías de seguridad jurídica y de legalidad
contenidas en los artículos 14 y 16 constitucionales, como han sido
interpretadas por esta Corte, pues la actuación de las autoridades
ante quienes se celebrará dicho acto civil, está sujeta a la
regulación en cuestión, sin que por tanto pueda hacerlo de manera
arbitraria o caprichosa que pudiera generar incertidumbre en los
gobernados.
5
Por otro lado, en cuanto a la vinculación que hace el accionante
entre la violación a las garantías de seguridad jurídica y de
legalidad, y lo dispuesto en el artículo 121 constitucional, en la
consulta señalo que el promovente confunde lo previsto en tales
preceptos, pues tratándose de la expedición de leyes, aquellas
garantías individuales sujetan al propio órgano legislativo que la
expide y que en el caso las ha respetado, y no frente a otras
entidades federativas, pues son disposiciones que rigen solamente
para el Distrito Federal, de acuerdo a nuestro propio régimen
federal, lo que se corrobora del propio numeral 121 de la
Constitución Federal, siendo diverso el aspecto relativo al
reconocimiento de actos del estado civil en las demás entidades
federativas.
En efecto, precisamente, derivado de nuestro régimen federal, la
Constitución en su artículo 121 establece diversas reglas de
competencia, de aplicación, de validez o de efectos, según se trate
de leyes, de bienes inmuebles, de sentencias, de actos del estado
civil o de títulos profesionales, por lo que es precisamente el propio
121 constitucional, una norma de resolución de conflictos.
De acuerdo con el artículo multicitado 121, en su fracción IV, los
actos del estado civil que se encuentren ajustados a las leyes de
una entidad federativa, tendrán validez en las demás entidades
federativas, lo que implica que todo acto, sea el nacimiento, el
reconocimiento de hijos, la adopción, el matrimonio, el divorcio o la
defunción, que se registren cumpliendo con las formalidades de la
ley local, será válido en las demás entidades federativas, ello con
independencia de que tales actos no se regulen o no lo hagan en
forma similar, o incluso de manera contraria a la de otra entidad,
pues atendiendo a nuestro régimen federal, las entidades
federativas tienen facultades residuales en determinadas materias y
el Distrito Federal tiene facultades expresas contenidas en el 122
6
constitucional, como ocurre en el caso al tener facultades para
legislar en materia civil.
Por tanto, el artículo 121 constitucional, da seguridad jurídica para el
reconocimiento y publicidad de tales actos del estado civil y permite
la armonización de los diversos sistemas normativos que en un
régimen federal se presentan.
Así pues, los conflictos que se presenten en cuanto a sus efectos,
tendrán las vías concretas para su solución, y atendiendo a la
jurisdicción de que se trate, como se señala en la foja ciento setenta
y tres del proyecto.
En estas condiciones, no se advierte por esa mera posibilidad de
conflictos con lo dispuesto en las legislaciones de otras entidades
federativas, de qué manera ello podría llevar a declarar la
inconstitucionalidad de una norma general emitida por el Distrito
Federal, que como ya se analizó por esta Corte en sesiones
pasadas, no vulnera la Norma Fundamental.
En este sentido, estimo pertinente resaltar como ponente en este
asunto, que precisamente frente a nuestro régimen federal, no es
posible sostener que si en un Estado no se regula en su orden
normativo determinada figura, determinada institución civil y en otra
entidad sí se regula, entonces no podría obligarse a la primera a
reconocer
su
validez,
pues
el
artículo
121
constitucional
expresamente dispone tal reconocimiento, sea cual sea el acto civil
de que se trate, en aras del respeto a las facultades normativas y
sobre actos del estado civil de cada entidad federativa y del Distrito
Federal y en aras del respeto a la seguridad jurídica.
Sostener lo contrario llevaría a que, si por ejemplo en un Estado se
regulara que el matrimonio sólo puede celebrarse a partir de los 21
años, y en otro desde los 15 años, entonces, pregunto: ¿no podría
7
reconocerse en la primera entidad federativa tal matrimonio? O
bien, si en una entidad federativa se estableciera que pueden
adoptar tanto matrimonios como personas solteras y en otra,
solamente pueden adoptar matrimonios, entonces ¿no podría
reconocerse en esta última a los hijos adoptivos de un hombre o
una mujer solteros?
Bien, el hecho de que en un Estado, en ejercicio de su propio
ámbito competencial, determinada institución se regule en forma
distinta, no
puede llevar
a
considerar
inconstitucional ese
ordenamiento como pretende el accionante, como tampoco afectar
la validez de actos del estado civil en detrimento de los gobernados.
Esta es la propuesta que sobre el tema someto a su consideración.
Gracias señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Antes de poner a discusión este
tema, consulto a la señora Ministra Luna Ramos si está en
condición de emitir voto respecto de los temas ya tratados.
Le recuerdo que tenemos una votación empatada en cuanto a si el
contenido del Considerando Quinto del proyecto que nos ha
presentado el señor Ministro Valls, permanece o se suprime, y la
decisión de fondo relativa a que el artículo 146 del Código Civil del
Distrito Federal reformado, no viola los artículos 4° y 16 de la
Constitución Política, por haber modificado el concepto del
matrimonio para permitir la unión de dos personas del mismo sexo.
Sí señora Ministra.
SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Muchas gracias señor
Presidente.
Primero que nada ofrecer una disculpa a este Pleno por haberme
ausentado la semana anterior, como bien se había manifestado fue
por razones de salud; sin embargo, tuve la oportunidad de seguir las
8
discusiones de este asunto a través de la televisión, y sí, desde
entonces me enteré que había una votación y que tenía que venir a
desempatar, relacionada con el Considerando Quinto, y desde
luego también externar mi votación por lo que hace al Considerando
Sexto, lo cual estoy en aptitud de hacer.
Por lo que hace al Considerando Quinto, en realidad la votación se
empató porque cinco de los Ministros determinaron que debía
suprimirse este considerando que se está relacionando con
cuestiones derivadas de derecho comparado, están estableciendo
resúmenes de determinadas sentencias emitidas en diversos países
relacionadas con el tema y algunas cuestiones también que se
establecen en tratados internacionales. Otros cinco Ministros dijeron
que esto era una relación de precedentes que no guardaban
conexión.
Yo traigo aquí varios precedentes en donde este Pleno ha
establecido este tipo de relaciones de antecedentes que se hacen
de otras legislaciones, en las cuales traigo incluso las versiones
donde mi votación ha sido en el sentido de suprimirlas, ¿por qué en
el sentido de suprimirlas? Porque creo que los conceptos de
invalidez o de violación deben contestarse de manera específica en
cuanto a lo que se está aduciendo en cada uno de ellos, y si bien,
en alguno de ellos pudiera en un momento dado hacerse referencia
a algún precedente de carácter internacional, no me opongo a que
esto se haga en contestación al argumento, pero como un
argumento de tipo abstracto, meramente informativo; traigo los
precedentes en los que he votado en contra de que se conserven
estos considerandos.
Por estas razones mi voto sería, siendo congruente con los
anteriores que he tenido en este sentido, en el sentido de que se
suprima.
9
Por lo que hace al Considerando Sexto, en relación con el artículo
146 del Código Civil, aquí el problema que se planteó en la
demanda correspondiente está relacionado, más bien, este
considerando está contestando dos conceptos de violación, el
primero y el segundo.
El primero, en el que en realidad lo que se está combatiendo en el
primer
concepto
de
violación
es
lo
relacionado
con
la
fundamentación y motivación legislativa, y por tanto se estima que
los artículos 146 y 391, son violatorios del artículo 16 constitucional,
precisamente porque considera que no se da un motivo suficiente
para determinar por qué se llevó a cabo la reforma correspondiente.
Empieza diciendo que no se da un motivo suficiente, incluso en el
propio concepto de invalidez se transcribe la tesis de este Tribunal
Pleno, en el que se ha determinado qué se entiende por
fundamentación y motivación legislativa, esta tesis como todos
ustedes saben está mencionando que la fundamentación y
motivación de carácter legislativo se satisface con que el órgano
que emite el Decreto correspondiente tenga las facultades
respectivas; y por otro lado, cuando la ley que se emita se refiera a
relaciones sociales que reclaman ser jurídicamente reguladas.
Entonces, en la parte relacionada con que las relaciones que se
reclamen ameriten ser jurídicamente reguladas, desarrollan un
concepto de violación prácticamente distinto, diciendo que no se
satisfacen los requisitos de racionalidad, de proporcionalidad tanto
en la discusión como en la exposición de motivos de la reforma
respectiva, y van dando razones de por qué considera que no se
satisfacen estos requisitos.
El proyecto del señor Ministro Valls, en principio está contestando
cómo se ha establecido por este Pleno, en el sentido de que la
fundamentación y motivación legislativa en realidad apoyada en la
10
tesis que ya mencioné únicamente constituye que el órgano
correspondiente tenga las facultades para emitir el Decreto
respectivo; y, además que sea una situación que amerite ser
regulada.
El proyecto inicialmente en la parte primaria de este Considerando
da contestación de esta manera, con lo cual yo concuerdo
concretamente; con lo que ya no estoy de acuerdo y es donde me
separo prácticamente del proyecto es en la parte posterior donde el
señor Ministro Valls da contestación a los argumentos de
racionalidad, de proporcionalidad, aduciendo que en realidad esto
se va dando porque de la lectura tanto de las discusiones como de
la exposición de motivos de este Decreto se advierte que con esto
se evitan problemas de discriminación, de igualdad.
En esta parte no concuerdo con el proyecto ¿por qué razón? porque
desde mi punto de vista la fundamentación y la motivación están
bien contestadas en la primera parte que se relaciona con las
facultades de la Asamblea Legislativa y la necesidad de regular esta
situación; entonces, creo que no tenemos por qué dar una
motivación mayor o analizar lo dicho en la exposición motivos y en
las discusiones para poder determinar cuáles fueron las razones
que se dieron, porque entonces nosotros mismos nos estaríamos
contradiciendo al decir que necesariamente tiene que existir otro
tipo de motivación en los actos legislativos, cuando ya dijimos en la
jurisprudencia que es suficiente con que existan facultades y que la
situación amerite regularse, desde mi punto con esto es suficiente.
Ahora, la parte que en el concepto de invalidez está señalando que
no es una norma racional ni proporcional, yo ahí la contestaría de
otra manera; ahí me iría a determinar que se trata de una norma de
libre configuración ¿por qué se trata de una norma de libre
configuración? Porque de alguna manera lo externé cuando hice mi
11
voto particular en el asunto relacionado con la despenalización del
aborto.
Si nosotros analizamos lo que es la Constitución Política Mexicana,
la Constitución es el ordenamiento donde se establece, primero que
nada la estructura del Estado, se están estableciendo las
autoridades que lo integran, y además se determinan las
atribuciones y la competencia de ellas; como todos los actos que se
realizan a través del Estado son precisamente por normas de
carácter jurídico, por actos de carácter jurídico, pues entonces estas
normas lo que establece la propia Constitución es quiénes tienen
facultades para emitirlas y, además, cuál es el tipo de contenido que
tienen que tener estas normas.
De tal manera, que si nosotros analizamos si la Constitución es
estructura, es competencia y es determinación de proceso
legislativo, esto está referido a la parte orgánica de la Constitución,
y en cuanto a los contenidos está referido a la parte dogmática de la
Constitución.
En cuanto a los contenidos por eso entendemos que existen tres
tipos de normas: normas de contenido necesario, normas de
contenido obligatorio y normas de contenido optativo, o bien,
normas de libre configuración.
¿Cuáles son las normas de contenido necesario? Las normas de
contenido necesario son aquellas que necesariamente deben
establecerse dentro de las normas que configure el órgano
encargado de hacerlo, por ejemplo: la garantía de audiencia;
siempre que existe un acto de privación debe de haber una garantía
de audiencia previa, una ley que no establece esta posibilidad,
atenta contra la Constitución ¿por qué? porque ésta es una norma
de contenido necesario.
12
Hay otras normas que son de contenido prohibitivo, las normas de
contenido prohibitivo son, por ejemplo, las referidas a la esclavitud,
la Constitución prohíbe la esclavitud, si se estableciera una norma
que lo permitiera, bueno pues estaría atentando contra la
Constitución, por qué, porque hay texto expreso; pero nos quedan
las otras que son las normas de contenido optativo o de libre
configuración, las normas de contenido optativo o de libre
configuración, son aquellas en las que la Constitución o el
Constituyente Permanente ha dejado en el propio legislador
ordinario, sea federal o local, para que ponderando la situación
económica, política, social, moral, religiosa, el ambiente que impere
en ese momento en la sociedad pueda legislar este tipo de
normatividad y yo creo que la norma contenida en el Decreto que
ahora se reforma es una norma de libre creación por parte del
legislador, ¿por qué razón?, porque si nosotros analizamos los
preceptos constitucionales, no hay uno sólo que nos diga o que nos
establezca cómo tiene que establecerse el matrimonio dentro de
ninguna legislación ¿qué es lo que nos establece el artículo 4°
constitucional? El artículo 4° constitucional lo que nos está
estableciendo es la protección a la familia. Algunos de los señores
Ministros en la semana anterior hablaban de que si esto era una
garantía institucional o no, podemos llamarlo como se quiera,
porque finalmente se habla de garantías sociales, de garantías
institucionales, por qué, porque al final de cuentas lo que importa es
que el particular ─persona física o moral─, que se encuentre
legitimada, tenga la posibilidad de oponerla al Estado y lo único que
está determinando el 4° constitucional es que hay que salvaguardar
a la familia, pero nunca está determinando cuál es el modelo de
matrimonio que en un momento podemos establecer, por qué razón,
porque es una norma de contenido optativo o más bien de libre
configuración para el legislador secundario; entonces, por esa razón
creo yo que no estamos en posibilidad de decir que el artículo
13
podría ser inconstitucional.
En esta parte del proyecto yo me
apartaría, creo que fue un poco la opinión del señor Ministro Luis
María Aguilar en la última ocasión que escuché la discusión y sí me
sumo totalmente a ella y de alguna manera es lo que yo ya había
expresado en mi voto respecto de la despenalización del aborto.
¿Por qué son normas de contenido optativo? Porque finalmente la
Constitución está estableciendo esa libertad, esa libertad al
legislador ordinario. Si nosotros vemos, la Constitución establece
muchas normas de contenido optativo, simple y sencillamente para
poner como ejemplo el aspecto impositivo, el artículo 31 fracción IV
de la Constitución, en realidad lo que nos está diciendo es que los
mexicanos tenemos la obligación de contribuir para los gastos
públicos, pero nada más dice que esta obligación debe de ser de
manera proporcional, equitativa y legal, no nos está diciendo cuál es
el tipo de impuestos que la autoridad o que el legislador debe
establecer para que se contribuya a los gastos públicos; entonces,
la pregunta es, el hecho de que se estableció en alguna época el
impuesto sobre el timbre, el impuesto sobre ingresos mercantiles,
que ahora exista un impuesto al valor agregado, que ahora exista
un impuesto sobre tasa única, que exista un impuesto sobre
depósitos en efectivo, ¿qué quiere esto decir? Que el legislador
tiene la posibilidad libremente de configurar la manera en que va a
recaudar los impuestos; sin embargo, ¿qué es lo único que tienen
como limitación estas normas de libre configuración? el que no
atenten contra las garantías constitucionales y ¿qué es no atentar
contra las garantías constitucionales? Que sean proporcionales,
equitativas y legales en todo caso, para que en un momento dado
cumplan con los requisitos del 31 fracción IV, pero la forma de
configuración, la forma de establecimiento es algo que tiene que
determinar el legislador de manera totalmente libre; entonces, esta
es una norma muy parecida.
14
Tenemos por ejemplo también el adulterio, incluso se ha dicho en
muchas ocasiones que el adulterio en algunas legislaciones es
delito, en otra simplemente es una causal de divorcio y esto no lo
hace ni constitucional, ni inconstitucional, simplemente que en
algunos lugares el legislador considera que debe de ser una causa
que amerita sanción corporal y en otras no la considera de esa
manera, ¿por qué? porque sopesando la situación política,
económica y social, determinó que esto tenía que ser de esta
manera, incluso en algunas otras legislaciones se dice que es delito
el adulterio que se comete en el domicilio conyugal o con
escándalo. Entonces ¿qué quiere decir? que el que se hace en lo
obscurito ¿no lo es? ¿Por qué razón? Pues por lo mismo, porque la
sanción se establece como una norma precisamente de carácter
libre, de carácter optativo, de ponderación, sobre todo discrecional,
por parte del legislador; el cheque sin fondos, en alguna época fue
delito, en otra época se eliminó como tal ¿por qué? porque es una
norma de carácter discrecional; el divorcio, no vayamos más lejos,
el divorcio es una entidad que surge desde el Decreto de
Venustiano Carranza, todos lo sabemos; sin embargo, socialmente
no era aceptado, socialmente era muy mal vista la persona que se
divorciaba; sin embargo, en la actualidad es lo más normal del
mundo que cuando una relación matrimonial no tiene un feliz
término, culmine con eso ¿por qué razón? porque volvemos a lo
mismo, no hay una disposición constitucional que nos establezca ni
un modelo específico ni una prohibición específica, por tanto, es una
norma de libre configuración, y por esta razón considero que no
atenta contra la Constitución, y por estas razones, que configurarían
en todo caso mi voto particular, estaría con el sentido del proyecto
por estas razones expresadas señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien, señor secretario tome
nota de la votación que ha emitido la señora Ministra Luna Ramos, y
en consecuencia respecto del Considerando Quinto, tendrá que
15
eliminarse por mayoría de seis votos, y en cuanto al Considerando
Sexto, suma su voto a la mayoría, y ya quedamos que presentará
engrose el señor Ministro Valls para la consideración de quienes
aprobaron. Señor Ministro Valls.
SEÑOR
MINISTRO
VALLS
HERNÁNDEZ:
Gracias
señor
Presidente. Por lo que se refiere a que con el voto de la señora
Ministra Luna, queda eliminado el Considerando Quinto, yo me
reservo mi derecho en ese sentido para que mi proyecto quede, en
su caso, como voto particular.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien señor Ministro.
SEÑOR
MINISTRO
VALLS
HERNÁNDEZ:
Gracias
señor
Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Pasamos entonces a la
discusión, y en su caso votación, del tema relativo a la validez de
los matrimonios entre personas del mismo sexo como acto del
registro civil en las demás entidades de la República Mexicana, y
para esto tiene la palabra el señor Ministro Aguirre Anguiano.
SEÑOR
MINISTRO
AGUIRRE
ANGUIANO:
Gracias
señor
Presidente. A mí me parece muy oportuno el acotamiento que ha
hecho usted.
Se ha resuelto que no vulnera los artículos 14 y 16 constitucionales
la modificación en el Decreto impugnado respecto a los artículos
146 y 391 del Código Civil.
Empezaré refiriéndoles que desde luego no estoy de acuerdo con la
propuesta del proyecto, y las razones esenciales por las que no
estoy de acuerdo con esto las encontré estudiando a algún
constitucionalista egresado de la Escuela Libre de Derecho que
16
sustituyó en la cátedra al eminente y extinto Herrera y Lazo y
busqué
su
opinión
al
respecto,
porque
es
uno
de
los
constitucionalistas, ─a mi juicio─, que con mayor exhaustividad trata
el tema del derecho constitucional estatal en las entidades de la
Federación, y cuando estudia el artículo 121, destacadamente en su
fracción II, él refiere lo siguiente: Que le extrañó muchísimo saber o
enterarse que los constitucionalistas mexicanos no hacen mayor
aprecio en la estimación de la inteligencia que debe de tener el
artículo 121 constitucional, que quienes lo hacen, para su sorpresa,
son aquéllos que se ocupan de estudiar los temas de derecho
internacional privado.
Eso me llevó a buscar entre los ius privatistas las opiniones a este
respecto, y encuentro que dos personas, connotadísimas para mí
en esta materia, como pueden ser los autores que luego les voy a
referir, nos dan una inteligencia muy interesante del artículo 121
constitucional, y pienso que en las consideraciones se ignora el
problema real de constitucionalidad que se plantea en la demanda,
pues si bien es cierto que en ésta se argumenta violación a las
garantías de legalidad y seguridad jurídica que protegen los
artículos 14 y 16 constitucionales, ello es como consecuencia de la
desarmonía jurídica que provoca el Decreto impugnado, en el
sistema federal que nos rige, previsto en los artículos 40 y 121 de la
Constitución Federal; esto es, en el concepto de invalidez lo que se
plantea es que atendiendo a ese sistema federal, cito: “Los actos
del estado civil ajustados a las leyes de un Estado, tendrán validez
en otros”.
-concluyo la cita- Lo que conlleva a que ante la
Federación y en las entidades federativas deben de tener validez
los matrimonios que se realicen con apoyo en la legislación
impugnada; es decir, por personas del mismo sexo, a pesar de que
en la legislación federal, así como en las del resto de los Estados de
la República, el concepto de matrimonio sea otro: aquel celebrado
entre un hombre y una mujer; de donde se desprende que el
17
concepto lo que se aduce es la existencia de un conflicto de leyes
entre las distintas legislaciones propias de un Estado federal, con la
consecuente
desarmonía
de
ese
sistema,
que
provocará
situaciones de inseguridad e incertidumbre jurídica ante los
gobernados.
Lo anterior implica que contrariamente a lo que se propone en la
consulta, dicho sea con todo respeto y consideración a don Sergio
Valls Hernández, en la acción de inconstitucionalidad no se
argumentó una violación aislada a los artículos 14 y 16
constitucionales, toda vez que es claro que se planteó que la
reforma provoca una desarmonía en el sistema federal que
finalmente generará inseguridad jurídica en la esfera de los
derechos de los gobernados; lo que no significa, como se afirma en
el proyecto, que el actor cuestione lo establecido en el artículo 121
de la Constitución Federal, sino su violación.
Por ende,
despojándonos de la confusión en que aparentemente incurre la
consulta
al
no
comprender
el
alcance
del
problema
de
constitucionalidad planteado, estimo que en el concepto de invalidez
debe vérsele como fundado, y pasaré a explicar por qué arribo a
esta conclusión.
Los iusprivatistas a que me refería son esencialmente los tratadistas
José Luis Siqueiros y Eduardo Trigueros, hombres de gran
prestigio. Haciendo un resumen de sus opiniones, concluyo en lo
siguiente: Una de las principales características del sistema federal
es la facultad que tienen los Estados miembros de otorgarse su
propia
Constitución
autodeterminación
que
y
legislación
genera
un
ordinaria;
universo
es
una
legislativo
local
totalmente heterogéneo, pues existen particularidades propias de
cada región por razones de situación geográfica, tradiciones
históricas, sociales y culturales que se materializan dentro de sus
legislaciones en diversos supuestos, lo que implica que no exista
uniformidad en todas las normas de los Estados de la República.
18
Así, es lógico que en esa falta de unidad resulten colisiones
legislativas, los problemas que puede presentar un acto del estado
civil, verificado en un Estado y su reconocimiento o rechazo en otra
entidad de la Federación, no son especulaciones teóricas y hoy
estamos ante ese supuesto que necesariamente tendrá que
solucionarse observando las bases del artículo 121 de la
Constitución Federal.
El origen remoto del artículo 121 constitucional lo encontramos en el
artículo 4º de la Constitución de los Estados Unidos de
Norteamérica, en la Primera Sección establece esa Constitución:
artículo 4º., Primera Sección: “Se dará entera fe y crédito en cada
Estado a los actos públicos, registros y procedimientos judiciales de
todos los demás, y el Congreso podrá prescribir, mediante leyes
generales, la forma en que dichos actos, registros y procedimientos
se probarán y el efecto que producirán”, la Segunda, la Tercera y la
Cuarta Sección, tratan de otros temas.
El tramo normativo único de la Constitución de los Estados Unidos
es el que acabo de dar lectura.
Hagamos una comparación de qué fue el texto incorporado.
Primeramente en la Constitución de 1824, fue prácticamente con
exactitud el mismo a que acabo de dar lectura, esto es el
Constituyente de 1824 incorporó sin mayor aclaración el texto casi
íntegro y casi sustancial, sin variación alguna, de la Constitución
Norteamericana, diciendo que cada uno de los Estados de la
Federación prestará entera fe y crédito a los actos, registros y
procedimientos de los jueces y demás autoridades de otros
Estados.
19
En 1857 ¿qué pasó?, lo mismo, aunque de acuerdo con los
tratadistas con una traducción un poco más afinada, más adecuada.
Finalmente, en la Constitución de 1917 se contempló el mismo
mandato, empero, un Constituyente cuya identidad se desconoce,
pese a investigaciones profundas que han hecho los expertos en
esa materia, nos dicen que por obra de ese Constituyente, se
adicionaron las cinco fracciones que hoy conforman el artículo 121 y
que son las bases del acuerdo con las cuales el Congreso de la
Unión deberá emitir la ley reglamentaria respectiva.
Cabe agregar que los mismos tratadistas que he venido refiriendo
aclaran que el autor de esas fracciones conocía las doctrinas del
derecho internacional privado, además de que la redacción de éstas
no fue motivo de discusión alguna por el Constituyente de 1917;
vayamos a la fracción IV que es la que nos incumbe. La fracción IV
del 121 constitucional dice: “Los actos del estado civil ajustados a
las leyes de un Estado tendrán validez en los otros.” La celebración
de matrimonios, adopciones, divorcios, en fin toda la gama de actos
jurídicos que rodean al estado civil de las personas, queda
involucrada en esa disposición.
En un sistema federal sería prácticamente imposible y contra todos
los elementos de la seguridad jurídica, el que actos tan
trascendentes en la vida humana quedasen sujetos al criterio y
validez de una sola legislación, así, la persona que contrae
matrimonio en el Estado de Chiapas debe tener la certeza de que
está válidamente casada en Sinaloa, Querétaro, el Distrito Federal y
en cualquier otra entidad.
De igual forma, debe tener la certeza de que cuando salga al
extranjero sus derechos y deberes matrimoniales serán los mismos
que adquirió en el Estado de origen, pensar lo contrario provocaría
20
consecuencias lamentables desde un punto de vista familiar y haría
totalmente nugatorio el sistema federal e incluso el derecho
internacional.
En este apartado debo hacer énfasis en el origen y sentido del
término “actos del estado civil” a que se refiere el artículo 121
constitucional, lo que guarda estrecha relación con lo dispuesto en
el penúltimo párrafo del diverso 130 constitucional que prevé: “Los
actos del estado civil de las personas son de la exclusiva
competencia de las autoridades administrativas en los términos que
establezcan las leyes y tendrán la fuerza y validez que las mismas
les atribuyan. El origen de este párrafo –ya lo habíamos dicho con
anterioridad– fueron las adiciones y reformas a la Constitución de
1857, de veinticinco de septiembre de mil ochocientos setenta y tres
que tuvieron como objeto incorporar al texto constitucional los
principios de las Leyes de Reforma.
El artículo 2 de la Ley de Adiciones y Reformas Constitucionales de
veinticinco de septiembre de mil ochocientos setenta y tres indica:
“El matrimonio es un contrato civil, éste y los demás actos del
estado civil de las personas son de la exclusiva competencia de los
funcionarios y autoridades del orden civil en los términos prevenidos
en las leyes, y tendrán la fuerza y validez que las mismas les
atribuyen” como se ve este artículo 130 dice con algunas variantes
lo mismo que el vigente 130 constitucional. El significado original del
artículo era señalar que los actos del estado civil son de la exclusiva
–subrayo y pongo énfasis en esta palabra– competencia de las
autoridades y leyes civiles y no de las autoridades eclesiásticas a
las que antes se les daba la facultad de atestiguar esta institución y
que tuviera valor de reconocimiento ante el Estado. Asimismo, su
alcance es el que la validez y efectos de esos actos serán los que
determinen las leyes respectivas y como se trata de la materia civil,
21
que es local, significa que los actos del estado civil serán regulados
en cuanto a su validez y efectos por los Códigos Civiles locales.
La ley que introdujo el Registro Civil, y que estaba en vigor cuando
se hicieron las adiciones y reformas a la Constitución de 1857, era
la Ley del Estado Civil de las Personas de julio de mil ochocientos
cincuenta y nueve, una de las llamadas Leyes de Reforma, la que
en su artículo 4º decía: “Los jueces del estado civil llevarán por
duplicado tres libros que se dividirán: 1. En actas de nacimiento,
adopción y arrogación, 2. Actas de matrimonio y 3. Actas de
fallecimiento, y según esto, los actos del estado civil contemplados
en esa disposición, eran: nacimiento, adopción, arrogación,
matrimonio y fallecimiento.
Por lo que hace al matrimonio, la Ley del Matrimonio Civil de
veintitrés de julio de mil ochocientos cincuenta y nueve, otra de las
llamadas Leyes de Reforma, que era una ley de aplicación federal,
decía en su artículo 3º lo siguiente: “El matrimonio civil no puede
celebrarse más que por un solo hombre con una sola mujer”.
Una vez que se hicieron las adiciones mencionadas a la
Constitución de 1857 se expidió la Ley Orgánica de las Adiciones y
Reformas Constitucionales de catorce de diciembre de mil
ochocientos setenta y cuatro, que establecía en su artículo 23,
bases que todos los Estados de la República deberían respetar en
su legislación sobre el matrimonio entre las cuales estaba que el
matrimonio es aquel acto que se celebra por un solo hombre con
una sola mujer.
Por último, en el texto original del artículo 130 de la Constitución de
1917, se hacía referencia al matrimonio y a los demás actos del
estado civil cuando se reformó en el año de mil novecientos noventa
y dos, desapareció la referencia al matrimonio.
22
¿Qué desprendo de esta relatoría? Que los actos del estado civil a
que se refieren el penúltimo párrafo del artículo 130 y la fracción IV
del diverso 121 constitucionales son lo que he mencionado, entre
ellos el matrimonio considerado como la unión entre un hombre y
una mujer, tal y como lo prevén el Código Civil Federal y el resto de
los Códigos de los Estados de la República con excepción –claro–
del código impugnado en esta acción.
Ahora bien, anteriormente apunté que un sistema federal implica un
pacto de coordinación que otorga autodeterminación legislativa a los
Estados federados, que se traduce en un universo de leyes
heterogéneo, universo que por seguridad de los gobernados debe
guardar cierta armonía que necesariamente se obtiene observando
lo dispuesto en nuestra Constitución Federal.
También subrayé que en el caso se plantea claramente un conflicto
entre lo que dispone el artículo 146 del Código Civil del Distrito
Federal y lo previsto en todas las legislaciones civiles de todas las
otras entidades federativas que regulan el matrimonio como la unión
legal entre un hombre y una mujer, supuesto en el cual se trasgrede
el artículo 121 constitucional en virtud de que la disposición
combatida destruye la coordinación y armonía propias del sistema
federal.
Lo expuesto me lleva a sostener que el Decreto combatido resulta
inconstitucional por violación a lo dispuesto en el artículo 121 de la
Constitución Federal, toda vez que la extensión de validez a toda la
República de los actos del estado civil, celebrados en un Estado
supone un concepto común en todas las entidades federativas
respecto a lo que son dichos actos, cuando menos en cuanto a su
esencia, siendo ésta la razón que permite extender la validez del
acto celebrado en un Estado a todos los demás de la República, de
23
ahí que cuando una entidad federativa legisla sobre un acto del
estado civil, necesariamente debe observar los estándares que dan
armonía a un sistema federal; de lo contrario, cuando al legislar
introduce un concepto radicalmente diferente al de ese estándar
constitucional que tienen los demás Estados de la República, se
rompe el concepto común que sirve de base a la generalización de
los efectos de un acto local.
Esto es lo que sucede con el artículo 146 del Código Civil del
Distrito Federal, pues introduce un concepto de matrimonio
totalmente opuesto al concepto común a que me he referido, por lo
que
viola
el
artículo
121
constitucional
por
dos
razones
fundamentales: la primera porque los estándares que presupone la
Constitución
Federal,
sólo
pueden
ser
modificados
por
el
Constituyente Permanente y no por las legislaturas locales; es decir,
la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, no tiene facultades para
modificar el contenido esencial de una institución que se regula con
base en un estándar histórico en todos los Estados, en todas las
entidades federativas.
Si bien es cierto que nuestra realidad social aconseja que las
uniones entre personas del mismo sexo sean reguladas por las
leyes a fin de brindarles seguridad jurídica, también es verdad que
para alcanzar ese objetivo el legislador local, no puede ni debe
adulterar o desnaturalizar una institución como el matrimonio,
despojándola de uno de sus elementos esenciales, como ha sido
históricamente la heterosexualidad y como lo es en todos los
códigos de la República Mexicana.
La segunda razón consiste en que la reforma combatida, al
separarse de ese estándar constitucional rompe con la armonía
propia del sistema federal y por ende con el orden público que de
ahí deriva.
24
Debo subrayar que para el asunto que nos ocupa la noción de
orden público es de suma trascendencia, ya que sin desconocer
que es un concepto que varía según el tiempo y lugar, ello no
impide que esa noción se observe para que en el caso se respete
la coordinación y armonía que supone el sistema federal.
La
Suprema Corte ya ha hecho definiciones de orden público, luego
referiré lo anterior.
En la acción, la parte actora es clara en señalar que existen
entidades en las que el concepto de matrimonio es aquel celebrado
entre un hombre y una mujer, a saber el regulado por ejemplo en
Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua,
Estado de México, Jalisco, Puebla, Veracruz, etcétera. Concepto
que adecuadamente atiende a lo que el Pacto Federal entiende por
matrimonio, a diferencia de lo que prevé la norma impugnada que
entiende al matrimonio como la unión libre de dos personas para
realizar la comunidad de vida, en donde ambos se proponen
respeto, igualdad y ayuda mutua.
Bajo este escenario me pregunto. ¿De subsistir la disposición
cuestionada no se estaría rompiendo o fracturando, ofendiendo el
orden público en aquellas entidades federativas que regulan la
figura del matrimonio, como aquel celebrado entre un hombre y una
mujer? ¿No estaríamos afectando eso, el orden público de cada
entidad al obligarlas a reconocer actos del estado civil que difieren
de lo que su propia legislación prevé?
Otro concepto que debemos de tener presente para resolver el
asunto que hoy nos ocupa es el relativo al del fraude a la ley, que
de acuerdo con los especialistas de derecho internacional privado
es el campo favorito de los divorcios y que puede trasladarse al
campo del matrimonio.
25
Pensemos en parejas de personas del mismo sexo radicadas en las
entidades federativas que he mencionado; es decir, que regulan al
matrimonio como aquel celebrado entre hombre y mujer, desde
luego no podrán celebrar un matrimonio con base en la legislación
donde viven, pero podrían trasladarse al Distrito Federal y acreditar
los requisitos que la ley local exige para la celebración de ese acto,
contraer matrimonio, y evadir o evitar de esa manera la legislación
que por razón de domicilio le corresponde. Por lo que nuevamente
me pregunto. ¿En este tipo de casos no habrá violación al orden
público en las entidades federativas mencionadas y a una de las
instituciones que principalmente defienden, como es la familia?
¿Será factible que una legislación de una entidad federativa aislada,
como es el Distrito Federal, sea la locomotora que jale a todas las
demás imponiéndoles su legislación interna? (se acaba el artículo
40 constitucional).
Si bien, una de las características del sistema federal es la relativa a
la facultad de los estados para legislar con absoluta autonomía en
aquellas materias que les están constitucionalmente reservadas
también lo es que esa facultad sólo puede estar supeditada a la
propia Constitución Federal y a los estándares que presupone, toda
vez que la pluralidad de Estados con idénticas funciones genéricas
en el sistema federal hace indispensable la coordinación de éstas
para obtener de la Unión, el resultado que de ellas se busca. Lo que
se logra con la existencia de normas que regulan el ejercicio del
poder autónomo de los Estados miembros, con vista a obtener un
resultado armónico que sea reflejo de unidad, garantía de equilibrio
y base de seguridad jurídica y facilidad en las relaciones propias de
un Estado.
Por esas razones, considero que debe declararse la invalidez de la
disposición combatida por violación a lo dispuesto en el artículo 121
26
constitucional, toda vez que el artículo 146 del Código impugnado
prevé un concepto de matrimonio totalmente opuesto al concepto
que orienta la legislación federal de las entidades federativas que
parten del supuesto de que el matrimonio es la unión entre varón y
mujer, pues si bien es cierto que la Asamblea Legislativa del Distrito
Federal tiene facultades para legislar sobre matrimonio, también lo
es que ello no significa que tenga competencia para modificar los
estándares que presupone la Constitución Federal, por lo que no
puede pretender que su legislación modifique el contenido de ésta
y de la legislación federal y local que atienden a esos estándares.
Por ello, como la disposición impugnada se separa del estándar
constitucional es claro que rompe la armonía propia del sistema
federal —según mi parecer, por supuesto— y por ende, con el
orden público que de ahí deriva.
Otro de los problemas que advierto de la consulta, lo desprendo de
la
página
ciento
consideraciones
setenta
que,
se
y
tres
dice,
en
la
atienden
que
al
se
incluyen
problema
de
constitucionalidad planteado a la luz de lo ordenado en la fracción
IV,
del artículo 121 constitucional. Así se indica que para resolver el
problema consistente en que cuando la institución civil que se desea
validar no existe en el ordenamiento jurídico en donde se desea
aplicar o bien es contraria al régimen jurídico respectivo, resulta
necesario distinguir entre la validez del acto del estado civil y
ejecutar la validez o los efectos de un acto del estado civil, supuesto
en el cual se limita a indicar que resultarían aplicables las
disposiciones del Código Civil Federal, en particular sus artículos
12, 13, 14 y 15, que contienen reglas relativas a la determinación
del derecho aplicable.
Empero, no se detiene en explicar por qué resultarían aplicables
esas disposiciones, las que además, no se transcriben y mucho
menos se analizan. Estos artículos son del tenor siguiente: Artículo
27
12. Las leyes mexicanas rigen a todas las personas que se
encuentren en la República Mexicana, así como los actos y hechos
ocurridos en su territorio o jurisdicción, y aquellos que se sometan a
dichas leyes
salvo cuando éstas prevean la aplicación de un
derecho extranjero, y salvo además lo previsto en los tratados y
convenciones en que México sea parte.
La determinación del derecho aplicable se hará conforme a las
reglas siguientes reza el artículo 13.
1. Las situaciones jurídicas válidamente creadas en las entidades
de la República o en un Estado extranjero conforme a su derecho,
deberán de ser reconocidas.
2. El estado y capacidad de las personas físicas se rige –así dice–
por el derecho del lugar de su domicilio.
3. La Constitución, régimen y extinción de los derechos reales sobre
inmuebles, así como los contratos de arrendamiento y de uso
temporal de tales bienes, y los bienes muebles se regirán por el
derecho del lugar de su ubicación, aunque sus titulares sean
extranjeros.
4. La forma de los actos jurídicos se regirá por el derecho del lugar
en que se celebren.
5. Sin embargo, podrán sujetarse a las formas prescritas en este
código, cuando el acto haya de tener efectos en el Distrito Federal o
en la República tratándose de materia federal, y
6. Salvo lo previsto en las fracciones anteriores, los efectos jurídicos
de los actos y contratos se regirán por el derecho del lugar en
28
donde deban ejecutarse, a menos que las partes hubiesen
designado válidamente la aplicabilidad de otro derecho.
Artículo 14. En la aplicación del derecho extranjero se observará lo
siguiente:
1. Se aplicará como lo haría el juez extranjero correspondiente, por
lo cual el juez podrá allegarse la información necesaria acerca del
texto, vigencia, sentido y alcance legal de dicho derecho.
2. Se aplicará el derecho sustantivo en el extranjero, salvo cuando
todas las especiales circunstancias del caso deban tomarse en
cuenta con carácter excepcional, las normas conflictuales de ese
derecho que hagan aplicables las normas sustantivas mexicanas, o
de un tercer Estado.
3. No será impedimento para la aplicación del derecho extranjero,
que el derecho mexicano no prevea instituciones o procedimientos
esenciales
a
la
institución
extranjera
aplicable,
si
existen
instituciones o procedimiento análogos.
4. Las cuestiones previas preliminares o incidentales que puedan
surgir con motivo de una cuestión principal, no deberán resolverse
necesariamente de acuerdo con el derecho que regule a esta
última, y
5. Cuando diversos aspectos de una misma relación jurídica estén
regulados
por
diversos
derechos,
estos
serán
aplicados
armónicamente, procurando realizar las finalidades perseguidas por
cada uno de tales derechos. Las dificultades causadas por la
aplicación simultánea a tales derechos, se resolverán tomando en
cuenta las exigencias de la equidad en el caso concreto.
29
Lo dispuesto en el presente artículo se observará cuando resultare
aplicable el derecho de otra entidad de la Federación.
Artículo 15. No se aplicará el derecho extranjero
1.
Cuando
artificiosamente
se
hayan
evadido
principios
fundamentales del Derecho Mexicano, debiendo el juez determinar
la intención fraudulenta de tal evasión, y
2. ¡Ojo con esto! Cuando las disposiciones del derecho extranjero o
el resultado de su aplicación sean contrarios a principios o
instituciones fundamentales del orden público mexicano.
Al respecto, estimo que en efecto esas disposiciones del Código
Civil Federal orientan la solución del conflicto de leyes y sustentan
la idea que les he expuesto sobre la violación al orden público que
provoca el Decreto combatido.
En efecto, la fracción IV, del artículo 121 constitucional, establece
que los actos del estado civil ajustados a las leyes de un Estado
tendrán validez en otros, pero ello sólo puede ocurrir cuando la
institución jurídica a considerar o el acto del estado civil no sean
contrarios a principios o instituciones fundamentales del orden
público de otra entidad según el artículo 15 de ese Código, de lo
contrario, la entidad federativa que ve afectado su ordenamiento
válidamente puede abstenerse de hacer dicho reconocimiento, pues
por una parte es soberana en su régimen interior, y por otra, el
sistema federal derivado del artículo 121 constitucional y del Código
Civil Federal así lo disponen.
En este punto es importante indicar que como apuntan los
tratadistas, las cinco fracciones que conforman el artículo 121
constitucional fueron introducidas por un Constituyente que conocía
bien determinadas doctrinas del derecho internacional privado, lo
30
que implica la aceptación de determinados principios que ahí se
observan y que incluidos en la Constitución Federal pasaron a ser
principios del derecho constitucional que nos rige.
Es importante subrayar que esta referencia, en virtud de que en esa
materia del derecho rige el principio relativo a la expresión “dará
entera fe y crédito” se aplica a menos que estos actos no violen la
legislación del Estado en donde pretenden eficacia; esto es, si esos
actos y los derechos que de ellos derivan son en detrimento del
orden público a donde se dirigen no podrán aplicarse, porque lo que
necesita existir es una verdadera coincidencia entre validez de la
legislación del Estado en donde se producen los derechos, y la
legislación del territorio a donde se dirigen sus efectos para que
opere plenamente esa expresión.
Por ende, si esas doctrinas de derecho internacional privado fueron
incorporadas a la Constitución Federal debe entenderse que son
principios constitucionales vigentes y sobre esa base, si dentro de
esas
doctrinas
impera
el
principio
que
establece
que
el
reconocimiento de validez de los actos públicos, el otorgarles entera
fe y crédito depende de que en esos casos no sean contrarios a la
legislación y al orden público del Estado en que producirán sus
efectos, debemos concluir que en el caso las entidades de la
República Mexicana que contengan un concepto de matrimonio,
opuesto al que prevé la legislación combatida, no estarán obligadas
a reconocer la validez de los actos jurídicos que en su caso se
deriven de las disposiciones materia de la litis, incluso el problema
de constitucionalidad también debe resolverse al tenor de lo
ordenado en el artículo 136 constitucional; esto es, que ante la
ausencia de una ley reglamentaria del diverso 121 constitucional se
debe aplicar la norma federal sustantiva de la institución específica
como para los conflictos de leyes interfederales que surjan, lo que
no sólo sería congruente con el concepto de una norma
31
supraestatal para la solución de los conflictos de normas, sino
además daría seguridad jurídica al dar uniformidad al problema
conflictual en todo el país.
Por último, a fojas ciento setenta y cuatro y ciento setenta y cinco, el
proyecto desconoce de nuevo la esencia de lo aducido en la acción
de inconstitucionalidad, pues afirma que no es posible el análisis del
argumento en que se plantea el conflicto de leyes derivado del
Decreto impugnado y lo supuesto en el Código Civil Federal que
prevé un concepto de matrimonio diverso a lo que ahora prevé el
artículo 146 del Código Civil del Distrito Federal, por lo que concluye
a fojas ciento setenta y cinco que con el argumento que se hace
valer, se hace depender la constitucionalidad de la norma en razón
del posible conflicto en la aplicación que de las leyes secundarias
pudiera darse entre el Código Civil Federal y el Código Civil para el
Distrito Federal, pero no por considerar en ese aspecto una
discrepancia con la Constitución Federal.
La anterior, es una conclusión nada afortunada, que ignora que un
problema de constitucionalidad de leyes sí puede ser planteado en
los términos expuestos, toda vez que si bien se aduce una
contradicción de normas de carácter federal y local, también lo es
que el argumento no se limita a esa circunstancia, sino que esa
confrontación provoca violación a lo dispuesto a los artículos 14 y
16 constitucionales, concretamente a la garantía de seguridad
jurídica en franco perjuicio de los gobernados, planteamiento de
inconstitucionalidad que por cierto es de uso muy común en los
medios de control de constitucionalidad de los que conoce esta
Suprema Corte, valga como ejemplo lo sustentado por la Primera
Sala
en
la
tesis
“INCONSTITUCIONALIDAD
que
DE
lleva
el
LEYES.
rubro
EL
siguiente:
PROBLEMA
PLANTEADO DEBE RESOLVERSE CON INDEPENDENCIA DE
QUE SE CONFRONTEN NORMAS SECUNDARIAS, SI LO QUE
32
EN REALIDAD SE PRETENDE ES DEMOSTRAR UNA VIOLACIÓN
A LA LEY FUNDAMENTAL”; y también “AMPARO CONTRA
LEYES. LA CONSTITUCIONALIDAD DE ÉSTAS PUEDE DERIVAR
DE LA CONTRADICCIÓN CON OTRAS DE IGUAL JERARQUÍA
CUANDO SE DEMUESTRE VIOLACIÓN A LA GARANTÍA DE
SEGURIDAD JURÍDICA”. Ésta última tesis, por cierto, se motivó por
una ponencia del señor Ministro Valls Hernández.
Yo pienso que la consulta debe hacerse cargo de los extremos
apuntados y también quiero que se piense que al remitir el artículo
121 constitucional en cuanto a la regulación de las bases para
proveer los actos públicos, registros y procedimientos judiciales, así
como sus efectos de un Estado miembro de la Federación respecto
de los demás Estados, a leyes generales, debe entenderse que
alude a leyes federales, concretamente al Código Civil Federal, por
las siguientes razones:
Por razones de orden histórico, en virtud de que la primera parte del
artículo 121 constitucional, como dije, tiene su origen en el artículo
4º de la Constitución de Estados Unidos de Norteamérica, sistema
en el cual las leyes generales corresponden a las leyes federales
del sistema jurídico mexicano, no existe allá un distingo como el
jurisprudencial que tenemos nosotros, para ellos una ley general es
una ley federal y son expedidas por el Congreso Norteamericano
para regir en todo el territorio conforme a lo establecido en los
artículos 1º, Octava Sección, que enumera las facultades del
Congreso Federal; 4º. Que habla de federalismo; 6º. Que habla de
la supremacía de la Constitución Federal y las Enmiendas; 10º.
Facultades de los Estados y reserva de Poderes; y 14. Debido
proceso y cláusula de igualdad. De los que deriva el régimen de
estados federados, libres y soberanos sujetos al Pacto Federal.
33
Esto es, existe en el país, al igual que en el nuestro un régimen
federal y el local, pero se denominan leyes generales las que rigen
en todo el territorio nacional, lo que coincide con lo que nosotros
denominamos leyes federales, no así las leyes generales en tanto
cuanto que en el país vecino no distinguen entre generales y
federales.
Por tanto, cuando el artículo 121 de nuestra Constitución alude a
leyes generales, no lo hace bajo la misma acepción que en otras
disposiciones de esa Ley Suprema, sino bajo la acepción de leyes
federales.
Debo destacar, que en los Estados Unidos los problemas
interfederales relacionados con el matrimonio, se resolvieron
mediante una ley de carácter federal, la Ley para la Defensa del
Matrimonio “Defensor Mariage” que dispone que las entidades
federativas no tienen obligación de reconocer la validez de
matrimonios entre personas del mismo sexo, celebrados en Estados
en donde se contempla ese tipo de actos.
Así, en esa Nación, con esa ley se logró preservar la libertad de
cada Estado de legislar sobre la materia y la soberanía que cada
uno de ellos tiene, que implica que no tengan la obligación de dar
efecto en su territorio a las leyes locales de otros Estados, que sean
contrarias a su propia regulación, como en efecto existen cinco o
seis estados que tienen una regulación diferente a los demás que
prevén que el matrimonio es heterosexual.
La regulación de este tipo de actos en los Estados Unidos, es un
claro ejemplo de los conflictos que suscitan situaciones como la que
ahora analizamos; de ahí la necesidad de que se observe lo
dispuesto en el artículo 121 constitucional y el orden público que el
régimen Federal ordena, lo que solamente se puede lograr
34
precisando que los estados de la Unión no pueden introducir
reformas a su legislación, que atenten contra los estándares
constitucionales que dan armonía a la Federación.
También es importante señalar que al igual que como se hizo en los
Estados Unidos, en la Unión Europea se han suscitado diversos
conflictos de leyes como consecuencia de la diversidad de
legislaciones que no permiten el matrimonio entre personas del
mismo sexo y que lo regulan bajo la figura de “uniones civiles”,
frente a aquellos países que expresamente lo reconocen, supuesto
en el cual se ha advertido que la regla general será la ausencia de
eficacia de esos matrimonios, por lo que la doctrina debate esta
cuestión frente a las implicaciones que tiene sobre la figura de la
familia y la libre circulación de personas.
De ahí que ya se plantea una solución futura consistente en la
unificación de normas europeas de derecho internacional privado en
materia de derecho de familia.
Segundo. Conforme a los criterios de la Suprema Corte, las leyes
generales del orden jurídico nacional, son aquéllas que establecen
las bases sobre las cuales las entidades federativas deben emitir su
legislación para cumplir los objetivos trazados en las mismas leyes,
también conocidas como “leyes marco”, por delimitar el campo de
su regulación.
En este contexto no debe entenderse la acepción de leyes
generales utilizada en el artículo 121 constitucional, como ley
general en el sentido del derecho positivo mexicano, sino como su
relativo
al
derecho
norteamericano
que
tuvo
su
origen
inequívocamente; es decir, como las leyes de naturaleza o
jurisdicción federal.
35
Ahora bien, a pesar de que el primer párrafo del artículo 121
constitucional hace referencia a la facultad del Congreso de la
Unión para expedir leyes generales que pormenoricen las reglas
contempladas en esta disposición, no existen esas leyes generales,
por lo que los conflictos de leyes de carácter interfederal pueden ser
resueltos como lo propone el proyecto, mediante la aplicación del
Código Civil Federal, ya que es el ordenamiento que rige en toda la
República en asuntos del orden federal, y en el caso, los conflictos
de leyes a que alude el actor en la demanda, son de carácter
interfederal entre entidades federativas, además de que regula las
cuestiones del estado civil aplicables en toda la República en
asuntos federales, conforme a su artículo 1º, y porque su contenido
lo es precisamente el derecho común al que se acude para
subsanar o suplir las omisiones legislativas.
Sobre esa base, tal y como lo reconoce la consulta, para la solución
de los conflictos de leyes que surgen como consecuencia de la
emisión del Decreto impugnado frente al resto de los códigos civiles
tanto de la Federación, como del resto de las entidades federativas
que regulan el matrimonio como aquél celebrado entre un hombre y
una mujer, se debe de observar lo dispuesto en el Código Civil
Federal, que en sus artículos 12, 13, 14 y 15, establece las reglas
para la solución de esos conflictos, pero fundamentalmente es de
observarse la regla prevista en el artículo 15, fracción II, que
establece que no se aplicará el derecho o el resultado de su
aplicación, cuando sean contrarios a principios o instituciones
fundamentales del orden público mexicano, sin que sea óbice que
esas disposiciones aludan al derecho extranjero, pues finalmente su
contenido corresponde a principios del derecho internacional
privado, incorporado a nuestro Texto Constitucional en las cinco
fracciones que conforman el artículo 121.
36
En la primera sección del Código Civil Federal de mil novecientos
veintiocho, la cual se denomina “Disposiciones Preliminares”, se
establecen veintiún artículos los cuales tienen la finalidad de servir
como base para una correcta interpretación y aplicación del
ordenamiento jurídico en cita.
Sin embargo, los supuestos y consecuencias previstos en dichos
numerales, supera los límites de la materia civil, pues tiene relación
con cualquier materia jurídica, por lo que a dichos artículos en
doctrina se les conoce como derecho sobre derecho, es decir, más
que encaminados a normar la conducta de los seres humanos en el
ámbito civil, tienen como finalidad regir la operatividad del sistema
jurídico nacional.
Las disposiciones preliminares en análisis regulan entre otras las
reglas de iniciación y terminación de las normas generales, los
límites de la autonomía de la voluntad, el derecho aplicable en caso
de conflicto, aquí reitero, artículos 12 a 15, cuestiones que son
fundamentales para el orden jurídico nacional.
Ahora bien, el tema que nos ocupa, esto es, la aplicación del Código
Civil Federal, en relación con lo prescrito por el artículo 121 de la
Constitución Federal; es decir, la forma en que se reconocerán los
actos públicos, registros y procedimientos válidamente celebrados
en una entidad, debemos de señalar que los Congresos locales de
las entidades que forman la Federación mexicana, carecen de
facultades para regular el reconocimiento de dichos actos, registros
y procedimientos, pues está expresamente reservado al Congreso
Federal, a través de leyes generales, se dice, pero son federales
como ya lo determinamos.
Ahora bien, hemos venido hablando del orden público, ¿qué ha
dicho la Suprema Corte, cuál es el contenido del orden público?
37
Tomo esta definición derivada del informe anual de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos de dos mil nueve, Informe de
la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, que ha acogido
la Corte y que dice lo siguiente: “El orden público son las
condiciones que aseguran el funcionamiento armónico y normal de
las instituciones sobre la base de un sistema coherente de valores y
principios”.
De momento, mi exposición la concreto a esto. Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señora Ministra Sánchez
Cordero.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ
CORDERO:
Gracias
señor
Ministro Presidente.
Señora Ministra y señores Ministros, me voy a concretar únicamente
al tema propuesto que es el análisis del artículo 146 del Código Civil
del Distrito Federal, a la luz del diverso 121 de la Constitución
Federal.
Por lo que hace, desde mi óptica personal, al argumento de
invalidez que el Procurador General de la República hace valer,
respecto del artículo 146 del Código Civil para el Distrito Federal, en
cuanto lo considera violatorio.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Así es.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Del diverso 121 de la
Constitución Federal, quisiera manifestar de inicio mi coincidencia
con la decisión a la que arriba el proyecto, en cuanto a que el
referido precepto legal en sí mismo, no vulnera las garantías de
legalidad y seguridad jurídica.
38
En efecto, el matrimonio como figura, se encuentra sujeto a diversas
disposiciones legales que brindan precisamente la certidumbre
necesaria tanto en su celebración como en los efectos jurídicos que
produce, de tal manera que el concepto de matrimonio que se
contiene en la norma impugnada, en modo alguno, desde nuestra
óptica, transgrede los artículos 14 y 16 de la Constitución Federal.
Por otra parte en cuanto a los argumentos que hace valer el
Procurador referentes a: Primero: Que el concepto de matrimonio
establecido en el numeral impugnado, vulnera los principios de
seguridad jurídica, legalidad y de carga desmedida para el propio
gobernado.
Segundo. Que lo anterior se origine en atención a que conlleva que
en las entidades federativas deben tener validez los matrimonios,
los concubinatos y adopciones que se realicen por personas del
mismo sexo, lo cual, a decir del propio Procurador es contrario al
artículo 4º constitucional y, por ende, contravienen los esquemas
normativos de cada Estado violentando con ello el Pacto Federal.
Tercero. Que por ello, si las leyes expedidas por las legislaturas
estatales resultan contrarias a los preceptos constitucionales deben
prevalecer las disposiciones de la Norma Fundamental y no las de
las leyes ordinarias. Cuarto. Que es necesario diferenciar el
mandato constitucional del artículo 121, por lo que hace a los actos
civiles de los Estados, ya que si bien ordena dar reconocimiento de
validez, no implica la viabilidad jurídica de otorgarle efectos, si en la
legislación local de determinada entidad federativa, el acto civil
determinado está expresamente prohibido o es incompatible con el
previsto en las leyes del otro Estado, que son los cuatro argumentos
torales en esta materia del Procurador General de la República.
Desde mi perspectiva, estos argumentos al haber sido formulados
como una consecuencia necesaria de la inconstitucionalidad
39
alegada por el Procurador, resultan infundados igualmente por la
calificación que este Pleno le ha dado al artículo impugnado.
No obstante, considero necesario, aunque ya lo hace el proyecto,
abonar algunos argumentos que de considerarlo el ponente
pudieran consolidar la respuesta puntual que ya se le da al
argumento de una presunta violación al artículo 121 constitucional,
aun cuando –a mi juicio– el promovente parece quejarse del
contenido del precepto constitucional; es decir, de la obligatoriedad
que prescribe para las entidades federativas en materia de
reconocimiento de los actos del estado civil de las personas, lo cual
a su parecer genera un conflicto entre las competencias de los
Estados con la del Distrito Federal.
En efecto, en primer término hay que destacar que a través de este
medio de control constitucional no es jurídicamente posible, en
principio,
estudiar
cuestiones
relacionadas
con
aspectos
competenciales, puesto que del análisis que en abstracto se haga
de una norma general no necesariamente pueden desprenderse
esos aspectos, sino que en todo caso serían las cuestiones de
aplicación de la norma las cuales eventualmente pudieran generar
una transgresión.
Ahora, del análisis concreto de los argumentos del Procurador, me
adhiero a la convicción a la que ya arriba el proyecto, de que son
infundados, puesto que están insertos en el esquema del sistema
federal que nos rige como nación.
Efectivamente, es importante comprender que las entidades
federativas son libres y soberanas en todo lo concerniente a su
régimen interior, pero gozando de una independencia limitada, en
pro de ello son las facultades que las entidades federativas tienen
reservada, esencialmente en materia legislativa.
40
Así, en un sistema federal encontramos diversos entes encargados
de la producción normativa, lo cual nos lleva a que no se dé una
verdadera uniformidad en las normas que las entidades federativas
expiden para regular materias a ellos reservadas; presentándose
con ello una multiplicidad de criterios normativos que deben ser
armonizados y regulados por la legislación que los propios entes
territoriales
promulguen
al
respecto,
correspondiendo
a
la
Federación únicamente expedir las bases a las que deberán
sujetarse, la manera de probar los actos a los que se refiere el
mencionado artículo, con lo que las facultades de la Federación a
este respecto se reducen –desde nuestra óptica personal– a una
cuestión meramente adjetiva.
Lo anterior, es la razón de ser del artículo 121 de nuestra
Constitución Federal, puesto que a través de él se disponen
facultades para la expedición de las normas necesarias para la
armonización adjetiva de los actos que ahí se determinan.
En efecto, el primer párrafo de dicho numeral recoge un principio, el
principio de entera fe y crédito de los actos públicos, registros y
procedimientos judiciales, atribuyéndole al Congreso Federal
únicamente la atribución necesaria para establecer la manera de
probar dichos actos, registros y procedimientos.
Ahora, en el caso cobran especial relevancia las reglas que al
efecto establecen las propias fracciones I y IV del numeral 121
constitucional, a saber; I. Las leyes de un Estado sólo tendrán
efecto en su propio territorio y por consiguiente no podrán ser
obligatorias fuera de él; y IV. Los actos del estado civil ajustados a
las leyes de un Estado, tendrán validez en los otros. De la primera
fracción podemos desprender una prohibición de extraterritorialidad
de la validez de las normas que expidan en un Estado de la
41
Federación respecto de otro, lo cual nos lleva a señalar en forma
irrefutable e indudable, que el artículo 146 del Código Civil para el
Distrito Federal sólo tiene efectos y obligatoriedad en ese territorio,
mas no así en uno diverso.
Lo anterior me lleva a confirmar el punto de vista que expresé en la
sesión pasada en el sentido de que la decisión de avalar la
constitucionalidad del texto del artículo 146 del Código Civil
capitalino, no obliga a los Estados a adoptar una medida legislativa
idéntica o similar. Por otra parte, la regla contenida en la fracción IV
del referido artículo 121 de la Norma Fundamental, referente a que
los actos del estado civil que se encuentran ajustados a las leyes de
un Estado, tendrán validez en los otros, implica el reconocimiento
pleno de que todo acto del estado civil como puede ser el relativo al
nacimiento, reconocimiento de hijos, adopción, matrimonio, divorcio
y muerte que se celebre cumpliendo con las formalidades
contenidas en la ley local, será válido en las demás entidades
federativas, regla que de suyo, parece no tener ninguna
complicación.
Sin embargo, considero al igual que lo hace el
proyecto, que para ello es necesario diferenciar entre la validez de
un acto del estado civil de las personas y ejecutar la validez o los
efectos de un acto del estado civil. Comparto la diferenciación que
se hace en el proyecto en ese sentido, en tanto que dar validez a un
acto del estado civil, consiste únicamente en el reconocimiento de
validez de dicho acto, sin tener mayores implicaciones o
consecuencias, en tanto que la ejecución de dicho acto o sus
efectos, eventualmente, eventualmente, conllevaría a una práctica
extraterritorial no sólo de la institución civil sino también de las leyes
sustantivas.
En esa medida, al establecerse en el artículo 121
fracción IV de la Constitución Federal que en los Estados se dará
plena validez, esto es, que se reconocerá la validez de los actos
referentes al estado civil de las personas entre ellos el matrimonio,
es que se impide una inseguridad jurídica generalizada como lo
42
afirma el Procurador, puesto que evita que los sistemas jurídicos
locales se puedan extender más allá de su propio territorio o
jurisdicción, estableciendo una serie de principios o reglas
necesarios para que además de evitar que los efectos de las leyes
locales se propaguen hacia otras entidades federativas, permitan sí,
una armonización de dichos sistemas jurídicos. Con ello a mi juicio,
se responde plenamente como lo hace el proyecto, al argumento del
Procurador relativo a la seguridad jurídica.
Por lo anterior, si consideramos al matrimonio como un atributo de
la persona vinculado con el estado civil que decide guardar y que lo
acompañará hasta la disolución de tal vínculo en los actos jurídicos
que decida realizar a lo largo del territorio nacional, no es dable
considerar que el matrimonio entre dos personas del mismo sexo
que se lleve a cabo en el Distrito Federal conforme a la legislación
civil aplicable, en modo alguno genera una intromisión indirecta con
las demás legislaciones que no tienen prevista tal modalidad y por
ello no se contraviene el artículo 121 de la Constitución Federal, ni
se genera un caos jurídico entre las legislaciones federales y las
estatales con la de la ciudad capital. Lo anterior, en razón de que el
matrimonio celebrado en el Distrito Federal entre personas del
mismo sexo, se encuentra apegado a la legislación capitalina que
es constitucional. Finalmente, también quiero señalar que comparto
la decisión del proyecto en lo que hace a la contestación del
argumento del accionante, en cuanto aduce la existencia de un
supuesto conflicto de leyes entre la impugnada y el Código Civil
Federal, en el cual según su dicho, el matrimonio sólo puede
celebrarse entre un hombre y una mujer, ya que los artículos
relativos utilizan el término marido y mujer, un posible conflicto de
aplicación de normas, el cual no constituye un aspecto propio de
constitucionalidad en la norma combatida, por lo que no resulta
procedente su análisis en este medio de control.
43
Con todo lo expuesto señora Ministra, señores Ministros, mi voto en
esta parte será con el proyecto en el sentido que lo propone.
Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Cossío.
SEÑOR
MINISTRO
COSSÍO
DÍAZ:
Muchas
gracias
señor
Presidente.
Creo que el primer tema que tendremos que ver es si efectivamente
analizamos de forma directa lo establecido en el artículo 121, o lo
vamos soslayando para analizarlo conforme a las garantías de
seguridad jurídica, como lo hace el proyecto.
Creo que el artículo 121, lo debemos analizar de manera directa, el
proyecto, y en esto tiene razón hacerlo así, no lo analiza de forma
directa porque no está planteado entre los preceptos violados; sin
embargo, atendiendo a lo dispuesto en el artículo 49, y en el 71 de
la Ley Reglamentaria, que creo que es la cuestión efectivamente
planteada en el 49, y en el 71, la posibilidad de declarar en acciones
de inconstitucionalidad la invalidez a partir de otros preceptos, creo
que valdría la pena, insisto, que más que irlo llevando hacia el 14 y
el 16, nos enfrentáramos directamente a este precepto, creo que tal
como lo estaba planteando el señor Ministro Aguirre.
Y si ustedes ven en la página ciento sesenta y tres del proyecto,
dentro del Considerando Séptimo que empieza en la ciento
cincuenta y nueve, dice: “Que el accionante más bien parece
cuestionar lo establecido en el artículo 121, todo lo cual conduciría
en principio a declarar inatendible al presente concepto, se juzga
conveniente entrar al análisis del mismo dada su repercusión sobre
las garantías de legalidad y seguridad jurídica que se invoca”.
44
Más adelante, en el propio proyecto se nos dice que por cuanto
hace al contenido de la fracción IV, del artículo 121, dice: “Sin
embargo, el problema se presenta cuando una institución civil que
se desea validar no existe en el ordenamiento jurídico donde se
desea aplicar, o bien es contraria al régimen respectivo”. Para
concluir lo siguiente: “Así, podemos destacar que el artículo 121
establece una serie de medidas que contrario a lo manifestado por
el accionante impiden la actualización, etcétera”.
Esto es como se ha desarrollado, es precisamente el contenido del
artículo 121 de la Norma Fundamental que evita que los sistemas
jurídicos locales, se puedan traslapar o extender más allá del propio
territorio, etcétera”.
Entonces, insisto, creo que la cuestión efectivamente planteada en
la demanda es lo relativo, lo concerniente al tema del artículo 121, y
sobre eso quisiera hacer algunas consideraciones por si este es el
caso y si se tratara de complementar la respuesta que le damos al
Procurador General de la República en torno a este concepto de
invalidez.
Creo que lo que ha planteado esta mañana el Ministro Aguirre, en
torno al artículo 121 es de una extraordinaria importancia, y me
parece que es una de las primeras ocasiones en que esta Suprema
Corte de Justicia se enfrenta integralmente al tema.
Es verdad hay precedentes, y ahora los voy a mencionar, de la
Segunda, de la Cuarta, de la Quinta Época, pero en realidad son
precedentes
muy
aislados
que
atiendan
a
problemas
extraordinariamente particulares.
Creo entonces que sí vale la pena hacer una consideración de
mayor calado sobre este mismo precepto, por una parte, y por otro
45
lado, también de una buena vez establecer las diferencias que
existen en el derecho estadounidense y el nuestro, porque son
muchas, no sólo en la formulación de los textos, que tiene algunas
implicaciones entre un podrá y un deberá, sino sobre todo en el
desarrollo jurisprudencial y en el desarrollo legislativo de los
Estados integrantes de la Federación en uno y en otro país.
Al igual que el Ministro Aguirre, yo tuve también la oportunidad de
consultar el artículo de don Eduardo Trigueros, me imagino que
muchos de nosotros lo hicimos, y me pareció un artículo realmente
muy notable, escrito ya hace varios años, en el cuarenta y seis, me
pareció un artículo realmente importante en cuanto nos va llevando
a una historia no sólo constitucional, sino también legislativa,
doctrinal y jurisprudencial de lo que este mismo precepto establece.
Sin embargo, de la lectura que encontré o de la forma en que leo el
artículo de don Eduardo Trigueros, que insisto me parece, llego a
conclusiones completamente diferentes a las que en su momento
nos planteara, insisto, con gran interés para mí, el señor Ministro
Aguirre.
Creo que lo que nos está diciendo el maestro Trigueros, o nos
decía, es que efectivamente, en el artículo 121, en el artículo 145,
perdón, de la Constitución de veinticuatro, tomamos el texto, él no
encuentra
grandes
explicaciones;
en
cincuenta
y
siete
lo
reprodujimos y en diecisiete, sin haberse dado una discusión, lo
único que tenemos es el dictamen de la Segunda Comisión, lo que
encontramos es la incorporación de las fracciones, y esto me
parece que hace una diferencia absolutamente notable entre el
texto de los Estados Unidos y el texto nuestro, por un lado a nivel de
texto.
Y por otro lado, como también lo decía Elisur Arteaga en su libro,
buena parte de lo que recoge el texto de mil novecientos diecisiete,
46
es el resultado de las jurisprudencias, yo encontré una de la
Segunda y otra de la Cuarta Época, donde precisamente se estaban
planteando temas muy delicados en cuanto a reconocimiento de
títulos profesionales; es decir, me parece que -e insisto, es una
hipótesis- porque no hay ninguna discusión sobre el particular, se
aprueba por unanimidad este artículo en una de las sesiones finales
del Congreso de enero de diecisiete, no hay tampoco ninguna
consideración en el dictamen de la Segunda Comisión, todo se
reduce al 115, es decir, no hay mayores explicaciones.
En el
Informe Carranza tampoco hay ninguna consideración al respecto,
me parece que lo que finalmente estamos estableciendo, no es sólo
la competencia específica de la Federación a través del Congreso
de la Unión para legislar en estas materias, sino más bien una
reiteración de los criterios, de las obligaciones que tienen que
adoptar los Estados de la Federación para reconocer los actos,
leyes, normas, etc., procedimientos procedentes de otros Estados
de la Federación; es decir, no veo que sea esta consideración que
se está haciendo, y está el libro de Ramón Rodríguez, está el libro
de Eduardo Ruiz, están las tesis que he mencionado y una gran
cantidad de material del que habla Eduardo Trigueros en su trabajo
y algunos otros que hemos podido consultar, Montiel y Duarte, etc.,
los autores de la época.
No me parece que el Constituyente haya dicho voy a establecer
estas reglas para que el Congreso de la Unión sepa lo que tiene
que hacer, sino me parece que está estableciendo las bases
generales a partir de las cuales tienen que actuar las Entidades
Federativas, es decir, es un abundamiento específico, por la forma
en la que había venido operando el sistema mexicano con
anterioridad al Constituyente del diecisiete.
En una de las tesis, la última, que es del veintiocho de junio de mil
novecientos dos, dice como tesis: “LIBERTAD DE ENSEÑANZA.
Si la Constitución prescribe, se da entera fe y crédito a los
47
actos públicos pasados en los diferentes Estados que
componen la República, los títulos profesionales expedidos en
cualesquiera de ellos, autorizan al que los obtuvo para ejercer
libremente su profesión.
Este ejercicio no puede impedirse
sino violando las garantías de los artículos 3º y 4º de la
Constitución”. Evidentemente la de cincuenta y siete; entonces,
yo creo que aquí la cuestión es, al leer el artículo nuevamente
desde esta clave, que es conforme a la cual voy a votar: “En cada
Estado de la Federación se dará entera fe y crédito a los actos
públicos, registro y procedimientos judiciales de todos los otros”. -y
ahí hay un punto y seguido-
Es decir, aquí lo que se está
estableciendo es un imperativo claro para que los Estados de la
Federación en este sistema federal nuestro, reconozcan, le den
validez a actos públicos, registros y procedimientos judiciales. Yo
creo que también aquí el artículo de don Eduardo Trigueros en la
diferenciación de actos públicos, registros y procedimientos es muy,
muy buena, ahí se mete a una discusión sobre actos, actas, una
gran cantidad de cuestiones que son, me parece de la mayor
importancia, y a mi parecer los trata con una gran pulcritud en este
mismo sentido.
Luego viene el punto y seguido: “El Congreso de la Unión por medio
de leyes generales prescribirá la manera de probar dichos actos,
registros y procedimientos y el efecto de ellos, sujetándose a las
bases siguientes”. Sí, pero es una obligación que el Congreso de la
Unión ejerce sobre el mandato de reconocimiento de entera fe y
crédito, no es una cuestión aislada como una competencia, que
empezáramos a leer el artículo a partir del “Congreso de la Unión”,
ahí tendría sentido esta interpretación en donde se dice: “Todo está
delegado para que el Congreso establezca las condiciones”. Más
bien es: el Congreso legislará sobre estas cuestiones, a partir del
reconocimiento específico, y la fracción IV, cuando dice: “Los actos
del estado civil, ajustados a las leyes de un Estado, tendrán validez
48
en los otros”. Ésta me parece que es la cuestión importante en este
mismo sentido.
Qué es lo que encuentro y que este me parece el problema central
de este asunto que somete a nuestra consideración el señor
Ministro Valls, que el problema se da en un conflicto que se va ir
dando caso por caso y que en este momento me parece
sumamente complicado determinar la inconstitucionalidad de los
preceptos impugnados del Código Civil para el Distrito Federal con
base en situaciones hipotéticas que se pueden llegar a presentar en
el futuro, ésta es mi preocupación.
Si en el Estado “x” o en el Estado “y”
se dice algo sobre la
condición matrimonial, sobre la adopción, sobre el registro de los
menores, sobre alimentos, patrias potestades, etcétera, creo que
eso no genera de suyo una inconstitucionalidad, cuando se genere
una situación particular en ese Estado que dificulte los efectos de
los matrimonios entre personas del mismo sexo o de las adopciones
si fuere el caso, que lo vamos a discutir en un rato, sobre estas
personas, creo que eso es un tema donde las personas en concreto
tienen que venir a plantearnos sus alegatos por razones de
discriminación, allí sí como un juicio de amparo y derechos
fundamentales por razones de falta de igualdad, por razones de
matrimonio, yo que sé, por lo que cada quien estime que esa norma
le viola, pero en este momento plantearnos el problema de la
inconstitucionalidad de los preceptos a la luz del sistema desde la
óptica del artículo 121 o de la del 14 o la del 16 realmente me
parece muy complicado. Yo a final de cuentas ¿por qué voy a
votar? Por la constitucionalidad, por supuesto en lo que se refiere al
14 y 16 por las razones que básicamente da el proyecto del Ministro
Valls, pero por lo que se refiere al 121, que creo que lo podemos
introducir como cuestión efectivamente planteada tanto por los
artículos 49 como el 71 de la Ley Reglamentaria, creo que a final de
49
cuentas es porque este sistema no genera una situación
inadecuada, no genera una situación inconstitucional, no se viola
ningún precepto de la Constitución en la medida en que el Distrito
Federal establezca una ley y genere actos –y está muy bien esto de
la distinción que hacía la Ministra Sánchez Cordero- establezca una
ley para el Distrito Federal y genere actos del estado civil que
evidentemente van a tener repercusiones en otras entidades
federativas tal como acontece con cualquier otro acto del Registro
Civil en nuestro país. Creo que este es el tema central, yo de verdad
ni por las razones específicas que se puedan ir dando en el futuro ni
por esta razón general de conocimiento del artículo 121 puedo
entender cómo estos preceptos del Código Civil del Distrito Federal
generan una cuestión inconstitucional. Creo que sí vale la pena
hacernos cargo de la interpretación del 121 ─insisto─ empezar con
el imperativo que se da en la primera parte y hasta el primer punto y
seguido, después entender que las reglas que se establecieron en
1917 que no estaban evidentemente en 1824 ni en 1857, son de
una extraordinaria importancia y que lo que hacen es impedir
precisamente que el Congreso de la Unión a nombre de la
Federación establezca las disposiciones tal como le parezcan
adecuadas a él.
Tiene también razón el Ministro Aguirre cuando dice que en los
Estados Unidos hay variaciones y ahí no se considera ─como creo
es en el caso nuestro─, la posición del Estado o entidad emisora de
los actos sino la posición prevalente de la entidad receptora de los
actos, ahí sí se pueden desconocer, pero me parece que esto
históricamente,
constitucionalmente,
doctrinalmente,
jurisprudencialmente, es ir en el camino exactamente inverso al que
nosotros tenemos, yo hasta ahora no he encontrado en la doctrina
alguien que me diga qué es la posición prevalente del receptor
frente a la del emisor, ─por usar estas expresiones─, la que debe
darle una prevalencia a los actos. Es precisamente por esta
50
interpretación histórica que hemos ido construyendo, con todos sus
altibajos y todas sus complicaciones a lo largo de los tiempos en
este país, que prevalece la posición del Estado emisor del acto para
justamente lograr que los Estados receptores -por seguir con esa
terminología- acepten la validez de los actos del Registro Civil que
está generándose. No me meto con ninguna otra de las fracciones,
estamos tratando un tema concretísimo de Registro Civil y a ese
tema exclusivo me limito. Gracias señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Fernando
Franco.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Gracias señor
Presidente.
Han sido muy sugerentes las intervenciones anteriores y las
suscribiría en la parte del marco que han dado para este problema.
También considero que el enfoque debe ser respecto del artículo
121 y me parece fundamental por las razones que aquí se han
expresado ya, que lo veamos desde ese ángulo.
Difiero con algún matiz de alguna de las afirmaciones, porque a mí
se me generó y me sigue generando cada vez que acudo a la
doctrina y a nuestros precedentes jurisdiccionales, porque ni la
doctrina ni los precedentes son razonablemente uniformes, ha
habido una serie de decisiones –como lo mencionó el Ministro
Cossío– a lo largo del tiempo desde la Quinta Época –aquí también
traigo todas las tesis– y la verdad es que no hay una línea única
dentro de los precedentes jurisdiccionales, la doctrina tampoco es
uniforme –por cierto– el tema se remonta más allá de la Federación,
se remonta a la propia Confederación en Estados Unidos porque es
un problema que surge de la unión de entidades que se
51
consideraba tenían ya su propia autonomía y que se tienen que
reunir, y surgió el problema de qué iba a pasar con los actos del
estado civil, en este caso del estado civil, también con los de
comercio, etcétera, de ahí nace, y también quiero partir de una
afirmación, me parece que el problema que enfrentamos en este
Pleno también es que ni nos sirve la doctrina ni la jurisprudencia
norteamericana ni la previa para resolver este problema. Creo que
es importantísimo que lo veamos en sus términos y tratemos de
construir una solución a la luz del presente caso. Yo no sé si –
comparto prácticamente todo lo que dijo el Ministro Cossío– no sé si
nos podamos quedar nada más hasta ahí o tengamos que ir un
poco más allá –y ahorita voy a explicar por qué–, pero quiero referir
el marco en este momento sobre el cual voy a abordar el tema.
Creo que el punto fundamental es el sistema federal, a partir de ahí
surge este problema y a partir de ahí hemos tratado de resolverlo, y
lo resolvimos en el Siglo XIX efectivamente y hasta la Constitución
del
diecisiete
con
un
precepto
prácticamente
idéntico
al
norteamericano, pero yo por lo menos no encontré muchos
precedentes que nos orientaran sobre cómo se fue aplicando, ni
tampoco la doctrina –vuelvo a insistir– fue uniforme durante ese
tiempo.
Efectivamente en el Constituyente de diecisiete no hay nada que
nos pueda ilustrar. El maestro Trigueros señala, como aquí se ha
mencionado, que en el diecisiete surgen las fracciones del artículo y
que no se tiene conocimiento exactamente de dónde surgieron, es
real; es decir, si uno revisa los antecedentes, ni en las discusiones
ni en los dictámenes se encuentra nada. Yo encontré una cosa
curiosa –nada más la menciono- es una tesis de un señor William
Edelman que se llama: “Full faith and credit” en los conflictos de
leyes del sistema federal en donde le atribuye la autoría por una
revista que escribió al Constituyente Macías, pero lo que quiero
sustentar con esto es que me parece que todo esto es poco
52
importante en este momento para la definición que tenemos que
tomar y que tenemos que construir en este Pleno.
Partiendo de la base de que es el régimen constitucional el que
establece este problema y evidentemente se le ha dado la solución
que tenemos hoy constitucionalmente en el 121, yo no puedo perder
de vista que estamos frente a Estados que son –yo lo he venido
reiterando- aunque se les llame autónomos, yo he sostenido que el
concepto de soberanía interior de los Estados tiene un sentido, y
aquí me parece que cobra una entidad muy especial; quiere decir
que en una Federación en donde en realidad hay una unión de
Estados, más allá de si nosotros éramos un régimen centralista,
porque yo creo que después de casi doscientos años de régimen
federal, poco menos, ciento ochenta y seis, para tratar de ubicarlo
en tiempo, ya ese tema es irrelevante, somos una Federación, y
consecuentemente
nos
debemos
regir
por
los
principios
fundamentales del federalismo y nuestra Constitución sigue
señalando que los Estados son soberanos en su régimen interior.
Evidentemente esto siempre y cuando no contradiga lo dispuesto en
el Pacto Federal.
El 121 no puede tener una lectura más que a la luz de este sistema
federal, y como ya se ha mencionado aquí, el problema está en la
mezcla tan peculiar de supuestos constitucionales que se
incorporaron al artículo, la primera parte del 121 –que ya fue leída
no la repito- aparentemente daría un absoluto para este Poder, “En
cada Estado se dará entera fe y crédito a los actos públicos,
registros y procedimientos de todos los demás”; sin embargo, en la
segunda frase, en el punto y seguido, establece una condición: “El
Congreso General —y ésta es una diferencia de las normas del
Siglo XIX que le daban una facultad potestativa al Estado y que en
mil novecientos diecisiete se volvió obligatoria por la redacción del
precepto— dice: “El Congreso de la Unión por medio de leyes
generales prescribirá la manera…” de hacer tal cosa.
53
Anteriormente, en el Siglo XIX decía copiando la redacción de la
Constitución norteamericana, que podría prescribir dejándole una
potestad al Congreso. El Congreso, lo sabemos, nunca lo ha hecho
y consecuentemente esta Corte está obligada a interpretar
directamente a la luz del artículo 121 cuál puede ser el alcance de
una disposición como la de la Sala y por eso me sumé y así venía
mi posicionamiento de que teníamos que verlo a la luz de este
precepto precisamente.
Si estamos a la primera fracción, también parecería que hay un
absoluto y no habría duda: “Las leyes de un Estado sólo tendrán
efecto en su propio territorio y por consiguiente no podrán ser
obligatorias fuera de él…” Aquí si estuviéramos a esta primera
fracción, pues evidentemente no podría tener ningún efecto fuera de
la circunscripción territorial de las Entidades; sin embargo, hay un
segundo supuesto absoluto: “Los actos del estado civil ajustados a
las leyes de un Estado tendrán —y usa el concepto validez— en los
otros”.
Si el primer párrafo dice que el Congreso de la Unión por medio de
leyes generales debería, estaría obligado a señalar cómo se
prueban dichos actos del Registro Civil y el efecto de ellos, y no lo
tenemos, nos vemos obligados a tratar de encontrar una solución a
este problema que el Congreso no ha resuelto y que probablemente
por la complejidad del artículo y de lo que implica, se ha abstenido
de hacerlo, precisamente para evitar vulnerar la soberanía de los
Estados, por lo menos ésa es mi impresión personal.
¿Cómo veo yo el asunto? Evidentemente los actos nacidos
constitucional y legalmente válidos respecto del estado civil de las
personas en cualquiera de las Entidades —no voy a hablar de
Estados, ya aquí voy a incorporar el concepto de Entidades, sea
54
Distrito Federal o Estados— debe ser válido y considerado válido; el
problema para mí es qué efectos produce en el resto de las
Entidades Federativas y voy muy en la línea de lo que aquí se dijo
con un matiz, creo que ya este Tribunal Constitucional se pronunció
por la constitucionalidad de la reforma; consecuentemente, ese
tema está saldado, creo que la discusión es en vano, el punto es si
analizando este concepto, eso pudiera llegar a vulnerar nuestro
régimen federal; en mi opinión atendiendo a la letra del artículo 121,
no lo vulnera.
Ahora bien, creo que la solución está en un análisis —y aquí está mi
matiz— que nos debe llevar más allá de este primer paso es: Qué
efectos pueden o deben darle en el resto de las Entidades a los
actos del estado civil
eventualmente,
que nacen en otra entidad y que
—como lo señaló el Ministro Aguirre— pudieran
chocar con su propia legislación. Y yo no voy a ir más lejos aquí,
simplemente voy a dar la solución que el propio Ministro Aguirre
mencionó que está en el Código Civil Federal, que evidentemente
es de aplicación federal, aquí el Ministro Aguirre —como un día me
dijo— echó un balón de futbol que nadie había visto, a la cancha,
porque supuestamente ya hay un criterio del Pleno sobre la
clasificación de las leyes. Y el Pleno se inclinó a diferenciar las
leyes generales de las leyes federales.
Lo que quiero puntualizar con esto es que yo no voy a entrar a ese
debate en este momento, es una ley federal el Código Civil Federal,
como su nombre lo dice y precisamente en el artículo 13 que leyó el
Ministro Aguirre dice: “La determinación del derecho aplicable se
hará conforme a las siguientes reglas”, y se está refiriendo a los
problemas interestatales, no a los de derecho internacional o
extranjero, y dice en la fracción II. “El estado y capacidad de las
personas físicas se rige por el derecho del lugar de su domicilio”.
Consecuentemente, me parece que aquí tenemos un principio de
55
solución claro, obviamente, y comparto la opinión del Ministro
Cossío cuando se vayan presentando casos particulares, los
tribunales se tendrán que ir pronunciando sobre qué se entiende por
domicilio, pero aquí ya hay un principio de solución.
Y simplemente quiero mencionar, como para reformar el criterio,
perdón, para reforzar el criterio, lo que dice el D. F. que es muy
interesante. El Código Civil del Distrito Federal vigente dice: “La
determinación del derecho aplicable en el Distrito Federal se hará
conforme a las siguientes reglas. Fracción II. El estado y la
capacidad de las personas se rige por las leyes aplicables en el
Distrito Federal”.
Consecuentemente, aquí tenemos otro principio que este Pleno
puede tomar en cuenta para regir el criterio que adopten y hasta
aquí dejo mi intervención señor Presidente a reserva de que me
permita —si es necesario— alguna otra. Muchas gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Tengo anotados a los señores
Ministros Zaldívar Lelo de Larrea y don Juan Silva. Pregunto al
Ministro Aguirre Anguiano si su solicitud es para aclaración o
segunda intervención.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: No señor, es segunda
intervención.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Entonces le ruego que.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Sí señor.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Transite la primera ronda como
la he llevado.
56
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Muy bien, sí señor.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Arturo Zaldívar.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Muchas
gracias señor Presidente. Sin duda este tema de la validez y la
eficacia
de
estos
matrimonios
en
las
dispersas
entidades
federativas y la interpretación del artículo 121 constitucional es
quizás el aspecto más complejo, desde el punto de vista técnico
constitucional al que nos vamos a enfrentar para la solución de este
asunto.
Como ya se dijo aquí, se trata de un precepto muy complicado,
complejo, muy poco estudiado tanto por la doctrina como incluso
desde el punto de vista jurisdiccional. Los artículos más
emblemáticos son de hace varias décadas, se deben de manera
importante a especialistas en derecho internacional privado y
nuestros constitucionalistas se han ocupado poco del precepto que
sin duda genera muchos problemas.
Coincido con la postura de los Ministros Aguirre, Cossío y Franco en
el sentido de que se requiere un análisis directo de este precepto,
creo que es importante analizarlo y tomar una determinación. Lo
que sí me parece es que para que este análisis no sea ocioso, nos
tiene que llevar a una determinación de si este tipo de matrimonios
tendrán o no tendrán validez y eficacia en los estados, porque aquí
no se trata de una situación de ver cada caso en concreto. Este tipo
de matrimonios entre personas del mismo sexo que han sido
declarados constitucionales por esta Suprema Corte ¿serán
válidos? ¿Tendrán obligación de ser reconocidos en los Estados? o
no.
57
Me parece que aquí no es una cuestión de ver cada caso concreto,
sino es una regla específica que deriva del 121 y lo importante es
determinar cuál es la solución que creemos más conveniente.
Coincido con la interpretación que ha hecho del artículo 121 el
Ministro Cossío, realmente es un tema en el que me ha costado
mucho trabajo tomar una determinación porque no es un tema
menor, porque tenemos que estar con la vista de que estamos
fijando una regla para muchos otros tipos de casos, estamos
interpretando los alcances del artículo 121 constitucional.
En este sentido, adelanto, comparto el criterio del proyecto en
cuanto que el artículo, perdón, en cuanto que pues sí el artículo
impugnado no es inconstitucional, pero me aparto de las
consideraciones. Creo que es importante abundar más y fijar una
clara determinación en este tema que dé seguridad jurídica a la
cuestión.
Cualquiera que sea ésta la solución alguna plausible es la que nos
acaba de proponer el Ministro Franco en donde habría que ver
después el tema del domicilio, pero habría que establecer una regla
que diga que tenemos que ver el tema del domicilio.
El primer punto que creo que es importante tomar en cuenta es qué
estamos discutiendo, estamos analizando, y los efectos, la eficacia,
la validez de actos del estado civil de las personas que esta
Suprema Corte ha declarado constitucionales. No podemos en este
momento establecer que estos matrimonios vulneran estándares
constitucionales, porque ya nosotros hemos decidido, la mayoría
que son constitucionales atendiendo al concepto de familia y al
concepto de matrimonio que no es de rango constitucional; y me
parece con todo respeto que el estándar común en cuanto a las
legislaciones de otros Estados, no puede derivar en una
inconstitucionalidad de quien hace un régimen distinto porque eso
58
alteraría el federalismo. Además, que no hay un planteamiento
específico en este tipo ni creo que lo podríamos llevar por suplencia
a la queja.
Creo que tenemos que partir de la base de que esos matrimonios ya
son constitucionales, y tenemos que analizar a raíz del 121 si su
validez y eficacia se da solamente en el Distrito Federal, o tiene que
ser ampliada.
También coincido en que hay diferencias muy claras entre la
Constitución de los Estados Unidos de América y nuestra
Constitución, no solamente por los términos y por la evolución
jurisprudencial del federalismo norteamericano y el nuestro, sino
porque allá no se tiene una fracción IV, en donde se ordena
claramente la validez de los actos del registro civil de las personas.
Entonces me parece que esta es una diferencia sustancial, y que
nuestro Constituyente se separó de la forma de entender este tema
en los Estados Unidos.
También me parece que la conceptualización de orden público, si es
que la vamos a analizar como una imposibilidad de que tenga
eficacia un acto del Registro Civil de otra entidad federativa, debe
darse en términos del 121, no en términos de la aplicación del
derecho extranjero porque en aplicación del derecho extranjero es
viable, hay una homologación, una validación. El 121 no establece
este tipo de cuestiones.
Por otro lado, me parece que la figura del fraude a la ley, que sin
duda puede presentarse, sí nos coloca aquí en una cuestión de
análisis individualizado de problemas, y no en una posibilidad de
establecer una declaratoria general sobre los efectos, la validez de
este tipo de matrimonios. Por supuesto, que si se da una figura de
fraude a la ley, ya será una cuestión concreta que tendrá que
59
analizarse por los tribunales de las entidades federativas, y en su
caso, si el asunto llega al Poder Judicial de la Federación, pues se
tendrá que analizar, no estamos desconociendo que se pueda dar
esta figura. Por supuesto que se puede dar, y además, es muy
previsible que se dé, pero a partir de esto, el fraude a la ley es un
análisis de casos concretos.
Otra cuestión que quizá pudiera plantearse, es si cuando el artículo
121 habla del reconocimiento de la validez de los actos del registro
civil de las personas, debemos entender solamente los actos del
registro civil que estaban vigentes en la época que el Constituyente
dicta esta norma, o esta norma tiene que ser interpretada de
manera evolutiva. A mí me parece que cuando una norma establece
un mandato, se está refiriendo no solamente a los actos que en ese
momento tenían esa naturaleza, sino a cualquier otro que con la
evolución del derecho pueda tener el Registro Civil si es el caso al
que nos estamos refiriendo, a los actos del estado civil de las
personas.
De tal manera que aquí ha habido evolución, en el concepto de
matrimonio, en el concepto de divorcio, en las causales de divorcio,
en la concepción y los requisitos para la adopción, etc. Ha venido
realmente una evolución muy importante en los actos del registro
civil, y no podríamos pensar que el Constituyente quiso referirse
sólo a los que estaban vigentes o existían en ese momento.
Refiriéndome ya propiamente al proyecto, a mí me parece que no
es conveniente esta distinción entre validez y ejecutabilidad de la
validez. Si un acto es válido, tiene que ser reconocido, y que sea
reconocido para efectos del federalismo, es que debe tener efectos.
De qué sirve que digamos que un acto es válido si no voy a
reconocer sus efectos. Esta diferenciación tendría sentido, como ya
lo dije antes, en derecho internacional privado cuando se trata de
60
derecho extranjero. No creo que vendría al caso, cuando se trata de
interpretar
el
artículo
121
constitucional,
porque
entonces
tendríamos que preguntarnos: ¿Realmente es un impedimento para
reconocerle efectos jurídicos en una entidad federativa el hecho de
que una institución relacionada con el estado civil no esté regulada
en esa entidad o sea contraria a su régimen legal? ¿Esta eventual
contradicción entre disposiciones civiles
de distintas entidades
federativas es un problema que no puede resolverse atendiendo a
la literalidad de la fracción IV del artículo 121? A mí me parece que
todos los días y sin ningún problema los Estados resuelven estos
problemas reconociendo validez a actos jurídicos distintos a los que
regula su legislación, pondré algunos ejemplos.
Pensemos en la figura del divorcio administrativo que no está
regulada en algunos Estados. No tengo conocimiento que algún
Estado diga: “Yo no voy a darle validez a este divorcio porque
nosotros lo estamos haciendo de otra manera y siempre es
jurisdiccional”.
Un caso reciente, el divorcio por voluntad unilateral de uno de los
cónyuges, previsto en el Código Civil del Distrito Federal. ¿Podría
darse lugar a que este divorcio no fuera reconocido por otros
Estados?
Lo mismo sucede tratándose de las causales de divorcio, no todas
las entidades federativas prevén las mismas causales de divorcio;
no creo que pudiera decirse que cierta causal de divorcio atente al
orden público de una entidad federativa, y no reconocerlo.
Otros ejemplos, contrarios a las legislaciones de algunos Estados,
puede ser la edad para contraer matrimonio. ¿El hecho de que en
algunos Estados se dé la posibilidad de que alguien muy joven
61
contraiga matrimonio implicaría que esto no tenga validez en otros
Estados?
Y un caso para mí paradigmático, es el tema de la adopción. En
gran mayoría de los Estados se contemplan dos tipos de
adopciones: la adopción simple y la adopción plena. En algunas
entidades federativas ya hay adopción plena exclusivamente, pero
en algunos Estados, por ejemplo Yucatán, hasta donde tengo
entendido no se exige estar casados para poder acceder a la
adopción plena, en cambio en Jalisco sí. ¿Esto significa que un hijo
adoptivo que fue adoptado en el Estado de Yucatán no va a tener
los plenos derechos en el Estado de Jalisco? A mí me parece que
ésta no sería la salida, que realmente el concepto de interés de
orden público no sería suficientemente fuerte para imponerse al
121, sobre todo cuando estamos en presencia de una institución
que ya fue declarada constitucional por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.
Esto no significa, y creo que lo hemos dicho varios reiteradamente,
la Ministra Sánchez Cordero acaba de repetirlo, que las
legislaciones de los Estados que no contemplan este tipo de
matrimonios sean per se y en automático inconstitucionales, el
debate sobre ellos tendrá que darse, si es que se da, con
posterioridad;
lo
único
que
significa
esta
declaratoria
de
constitucionalidad a la luz de la fracción IV, del 121, es que estos
matrimonios son válidos, y ser válidos es que deben ser
reconocidos y deben de tener plenos efectos en todas las entidades
del Estado Mexicano. El único límite que puede tener la libertad de
configuración legislativa de las entidades federativas son los
derechos
fundamentales
y
las
demás
disposiciones
constitucionales.
¿Si una institución es constitucional podría darse el debate cuando
no ha sido definida por esta Corte? Me parece que debemos estar
62
al mandato expreso de la fracción IV, del artículo 121 constitucional,
que dice: “Los actos del estado civil ajustados a las leyes de un
Estado tendrán validez en los otros”, y tener validez en los otros
implica que van a desplegar todos sus efectos; por ejemplo, los
efectos sucesorios, los efectos que tienen que ver en su caso con
los hijos, en si esta Suprema Corte aprueba la adopción, y cualquier
otra cuestión que se nos pueda ocurrir, y reitero, si hay problemas
de fraude a la ley tendrá que darse un análisis
individualizado,
pormenorizado en cada uno de estos aspectos.
En este sentido yo comparto que son infundados los conceptos de
validez, que también desde este punto de vista del 121 la reforma al
Código Civil del Distrito Federal que analizamos es constitucional y
que por mandato expreso que no tenemos ninguna manera de
poderlo interpretar válidamente, desde mi punto de vista, de otra
forma porque no tenemos antecedentes de diarios de debates,
nuestra doctrina es más bien reducida, la Suprema Corte no se ha
enfrentado a esta problemática de manera importante como para
poder dotar de sentido un mandato expreso de la norma
constitucional, que además a mí me parece que es armónico al
sistema federal, no pretende ninguna de las entidades, determinar
la validez de los matrimonios de otro Estado, lo que estamos
diciendo es que la validez de los matrimonios del Distrito Federal
que han sido declarados constitucionales, tiene que ser aceptada
por los otros Estados, como el Distrito Federal tendrá que aceptar
una serie de disposiciones del estado civil, que seguramente tienen
otros Estados diferentes a ellos.
A mí me parece que esta interpretación, es la interpretación
teleológica del texto constitucional, que armoniza el federalismo
mexicano que entiendo que puede dar lugar a una serie de
discusiones, de atemperamentos pero creo que aunque nos resulta
a veces complicado poder llegar a una conclusión, no hay
63
argumentos
históricos
de
interpretación
teleológica,
ni
de
interpretación funcional que puedan desacreditar, a mi entender, la
interpretación precisa y clara de los conceptos que establece el
artículo 121.
Esto no quiere decir que algunos de nosotros pudiéramos pensar
que sería deseable que se hubiera regulado de otra manera, que
sería deseable que hubiera ciertos atemperameentos, eso ya es
otra cuestión de legeferenda, creo que nuestra obligación como
jueces constitucionales es interpretar el artículo 121, dotarlo de
contenido, y reitero, si es que lo vamos analizar, que ya lo estamos
haciendo y desde el principio de la metodología del análisis se tomó
esa decisión, sí creo que tenemos que tomar una determinación que
establezca de manera clara si van a tener validez, si no la van a
tener, si esta validez va a estar condicionada y para efecto de dar
seguridad jurídica, no sólo a todas las personas que accedan a este
tipo de matrimonios entre personas del mismo sexo, sino también
para que las entidades federativas tengan muy claro qué les es lícito
hacer constitucionalmente o no. Gracias Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Juan Silva.
SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Sí, gracias Presidente, quisiera
centrar mi exposición partiendo precisamente y tratando de ser
puntual con lo planteado concretamente en la acción por el
Procurador.
Creo que y no desconozco, hay oportunidades para hacer
pronunciamientos muy importantes pero a veces cuesta mucho,
mucho trabajo y a veces se corre el riesgo del desbordamiento o de
que no exista toda una decisión que abarque absolutamente todos
los problemas.
64
¿Por qué me ciño al proyecto? Porque va concretamente a
problemas muy puntuales que sí se refieren al 121, y que se
refieren, desde luego, al análisis que se hace del 14 y 16 vinculados
con este 121.
Pero en este sentido sí generaría ante ustedes unos puntos o las
premisas que me llevan a la exposición, parto de lo siguiente, son
cosas obvias pero las quiero decir:
Nuestro sistema federal
establece una pluralidad de órganos legislativos en las entidades
federativas que ejercen sus competencias en términos de lo
dispuesto por el artículo 116 constitucional y la cláusula de
exclusión prevista en el artículo 124 constitucional; dos, la
existencia de diversos centros de producción normativa que cuentan
con autonomía, pero lejos al orden constitucional genera diversos
conflictos espaciales entre sus normas; tres, el artículo 121
constitucional, conocido como la “cláusula de entera fe y crédito”
como aquí se le ha identificado, establece las reglas para dirimir
concurrencias normativas de carácter espacial entre disposiciones
normativas pertenecientes a dos o más órdenes jurídicos vigentes
de las entidades federativas.
En este apartado, en este punto, yo insistiría que esa es la
característica fundamental del artículo 121 constitucional.
A mí me cuesta trabajo hasta ahora, o me costaría trabajo hasta
ahora, aceptar dos afirmaciones que se han hecho en el sentido de
que además de estas posibilidades, se establece reglas de solución
de conflictos normativos, pero bases generales de contenido
material, eso sí me cuesta trabajo, creo que son normas para
solucionar conflictos ante la concurrencia de normas en el sistema
Federal ––punto número uno––.
65
Punto número dos, también me apartaría en función de que sirven
para armonizar esta situación del federalismo per se, es una
consecuencia como tal, pero en función de la resolución o las bases
para la solución de los conflictos normativos.
Ahora, el artículo 121, está diseñado ––como lo decíamos–– para
preservar los derechos adquiridos por las personas bajo las leyes o
juicios de un Estado, mediante el requerimiento que a su validez o
de su validez, que sea reconocida en los demás.
Ese artículo 121 define que: Las entidades federativas tienen
autonomía, y como decía el Ministro Franco ––y lo comparto
totalmente––, no soberanía en estos términos; tienen autonomía,
mas no soberanía, puesto que se encuentran obligadas a reconocer
los actos y leyes de las demás entidades, al ser parte precisamente
de una Federación. Se trata pues de una cláusula de federalismo,
sí, incorporada a la Constitución, que hace la diferencia entre un
mero agregado de Estados soberanos e independientes a una
Federación.
Ahora bien, en el caso concreto, el demandante parte de una
hipótesis que desde mi punto de vista es errónea, en tanto que,
considera que el posible conflicto de leyes sobre el estado civil de
las personas entre entidades federativas, deriva del reconocimiento
que dichas entidades deben hacer dentro del artículo 121
constitucional, cuando este conflicto ya existe en forma previa; es
decir, el reconocimiento de la validez de los actos del estado civil es
una regla que dirime propiamente conflictos que se pueden llegar a
generar por cuestiones relativas al estado civil de las personas.
Por lo tanto, el reconocimiento de los actos relativos al estado civil
de las personas, no es la causa que genera un conflicto de leyes,
sino al contrario, es la solución constitucional al conflicto. Este
66
reconocimiento de validez es propiamente la solución que se otorga
a su existencia.
Pero sí quisiera significar del proyecto lo siguiente: A mí sí me llamó
muchísimo la atención esa bifurcación en el sentido de considerar
inclusive inatendible el concepto de invalidez por parte del
accionante, en tanto que, sí, en el inicio, en el desarrollo
precisamente de esta característica, que sí pareciera que tenía
razón, en tanto que no está haciendo un planteamiento o un
contraste en abstracto, sino concretamente de problemas de
competencia, esto es, de estricta legalidad.
Se hace un desarrollo, nosotros convenimos con ese desarrollo; es
un desarrollo breve, porque al final de cuentas en el proyecto se
acepta ––por así decirlo–– entrar al estudio del concepto de
invalidez, por la eventual repercusión de los matrimonios del mismo
sexo, que puedan llegar a tener sobre las garantías de legalidad y
seguridad jurídica. Es decir, de esta suerte, analiza el alcance y
función que cumple el artículo 121 constitucional.
Y a mí me genera un problema el admitir que ésa es la cuestión
efectivamente planteada, de la lectura de los conceptos de
invalidez. Creo que no es la cuestión; la cuestión efectivamente
planteada fue ésa, la cuestión efectivamente planteada, lo que
planteó el Procurador, que es inatendible.
Ahora, ––estoy cierto–– no es la primera vez que lo hacemos, pero
sí hay que hacer pronunciamientos importantes, sí hay que
hacerlos, pero de todas maneras, vamos a tener que llegar al caso
concreto necesariamente. Siento que aquí se genera más problema
con un pronunciamiento en abstracto, en tanto que no se trata del
121, de normas que establezcan contenidos materiales o que se
vaya a hacer una uniformidad de criterios y de apuntamientos para
67
que esto se resuelva de otra manera en función de otros
contenidos.
Yo creo que aquí el 121 y la aplicación de la fracción IV en relación
con lo ya decidido en relación a la constitucionalidad de este
matrimonio, como tal tiene solución en aplicación del 121 y se da
mayor seguridad jurídica y no hay violación a ninguna otra garantía,
la de legalidad o seguridad que se están afirmando, con la
aplicación tal cual, con el reconocimiento que se dé en función de
los términos constitucionales.
Hasta aquí dejo mi participación y la reservo para una segunda.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señoras y señores Ministros,
está anotado el señor Ministro Luis María Aguilar, y yo quisiera
también tener mi intervención.
Les propongo que el día de hoy dejáramos la sesión hasta mi
participación, porque tenemos una sesión privada con un contenido
bastante considerable también.
En consecuencia, mi petición es que no hagamos el receso en este
momento, sino hasta escuchar las dos intervenciones que he
propuesto.
Por favor señor Ministro Luis María Aguilar.
SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Gracias señor Ministro
Presidente.
Señores Ministros y señoras Ministras, creo que desde luego como
se ha mencionado en muchas ocasiones ya en estas discusiones,
en estos comentarios al respecto, el artículo 121 es de gran
68
trascendencia, tiene una importancia fundamental en el sistema
federal, y desde luego sin restarle la importancia que tiene para la
interpretación y aplicación de las normas en los Estados que
conforman esta Unión, la verdad es que yo no le veo tal complejidad
a su interpretación.
Me parece que –sin restarle la importancia que tiene como digo– la
interpretación misma del artículo 121 es clara, es precisa en su
texto, y quizá por eso no hemos encontrado ni tanta jurisprudencia
ni tanta doctrina al respecto.
De los autores que se han mencionado, Trigueros y Elisur Arteaga,
el análisis se hace más en la búsqueda de las razones de ese
artículo 121, de su evolución y de cómo llegó al texto actual, pero no
tanto de su interpretación misma, a mí me convence mucho el
planteamiento del Ministro Cossío respecto de que la primera parte
del 121 es un absoluto que ya está establecido por el Constituyente,
que no está condicionado en esa segunda parte de ese primer
párrafo para su aplicación, y que por lo tanto tiene sin duda ya un
imperativo constitucional sobre todas las disposiciones de los
Estados.
Tampoco encuentro un conflicto entre la fracción I y la IV, se trata
creo yo de dos cosas distintas, la primera dice: “Las leyes de un
Estado sólo tendrán efectos en su propio territorio y por
consiguiente no podrán ser obligatorios fuera de ella”, y la IV: “Los
actos del estado civil ajustados a las leyes de un Estado tendrán
validez en los otros”. La fracción I se refiere precisamente a la
aplicación de las leyes, las leyes mismas, en la fracción IV por el
contrario, se refiere a los actos que derivan de la aplicación de esas
leyes; desde luego las leyes no se pueden aplicar las de un Estado
en otro Estado, pero darle validez por eso, quizá el Constituyente se
69
refiere a validez de los actos derivados de las leyes que se
aplicaron en su respectivo territorio.
En ese sentido no encuentro además una condición para que
pudiera aplicarse el absoluto que está establecido en el primer
párrafo del artículo 121 constitucional, para resolver estas
cuestiones, insisto, quizá por eso es que no hay ni mucha doctrina y
mucho menos jurisprudencia al respecto porque es muy clara para
mí la disposición constitucional como está y que se ha ido aplicando
durante muchísimos años al respecto; menos encuentro un
condicionamiento, una condición para su aplicación –como sugería
el Ministro Aguirre–, que las instituciones para que se puedan
aplicar deben ser, deben tener un estándar en toda la República.
Pregunto yo sin que esté, al menos para mí, claro, derivado del
texto del 121 constitucional, cuál será ese estándar o uniformidad,
en qué momento se considerará satisfecho el estándar, cuál será el
grado de aplicación para considerar que hay un estándar uniforme,
cuando falta un requisito más, un requisito menos, ya el Ministro
Zaldívar nos ponía algunos ejemplos de instituciones del derecho
civil que tienen sus variaciones a los distintos Estados de la
República, y que sin embargo no han tenido problema en su
aplicación durante el tiempo, y pensando que se necesitara un
estándar entonces ¿bastaría que una sola legislación de un Estado
de la República no fuera estándar para que entonces el 121 no lo
pudiéramos aplicar?
Digo, no le encuentro sentido en ese sentido; por el contrario, como
el artículo 146 ya se votó y se consideró que es constitucional, no
podemos partir de la afirmación de que exista un estándar
constitucional violado por el 146, ya dijimos que no, que no hay un
estándar constitucional violado por el 146.
70
Ahora, si entendemos que el absoluto establecido en el 121 es una
disposición constitucional que soluciona precisamente la validez de
esos actos, fijándonos sólo en la fracción IV, la validez de esos
actos en los demás Estados de la República, pues croó que la
solución está muy clara, dada por la Constitución Federal y que no
amerita, creo –con todo respeto– mayores complicaciones.
Desde luego, el estudio y el análisis que nos planteó el señor
Aguirre y que se han discutido aquí, ha sido una investigación
histórica y legislativa muy amplia, pero que como ya también
sugería don Arturo Zaldívar, pues a lo mejor nos puede servir para
que alguien y la institución que lo puede hacer, pueda hacer una
reforma a la Constitución, agregarle los condicionamientos que se
quieran, pero así como está la disposición actualmente, creo que
soluciona sin mayor problema la cuestión de validez de los actos
que se han celebrado en una entidad conforme a las leyes de otra.
Muchísimas gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: No deja de llamar la atención
que la conclusión apuntada de que conforme a la Constitución no
hay duda alguna de que los actos del Registro Civil realizados en el
Distrito Federal son válidos en todos los Estados es clara, ¿y por lo
tanto qué? si eso es precisamente el alegato del señor Procurador.
Todos los Estados a partir de la vigencia del nuevo texto del artículo
146 tienen la obligación constitucional de reconocer la validez del
acto, ése es el cimiento de la argumentación del señor Procurador,
si hay esta obligación qué sucede, nos lo apuntó el señor Ministro
Aguirre Anguiano, se rompe la armonía del sistema federal, de
manera novedosa se lleva al Registro Civil un acto que nunca antes
había estado considerado como propio del Registro Civil, lo lleva a
una entidad y contrariando las disposiciones de treinta y un
entidades federativas lo hace de reconocimiento obligatorio de
validez en toda la República por imperio del artículo 121, cuyos
71
alcances nadie ha discutido más que de manera sugerente el señor
Ministro Cossío, dice: Entre nosotros no existe la tesis de
prevalencia determinada por la entidad receptora del acto, no hay
un derecho constitucional de los Estados a seleccionar cuáles de
los actos del Registro Civil que se realizan en una entidad puede
reconocer validez y cuáles no, quedan sometidos a reconocer la
validez de todos los actos del Registro Civil celebrados en esta
entidad.
¿Cuál es la trascendencia de esto? Yo creo que el 121 es la
verdadera condensación de un Pacto Federal, aquí hay un
compromiso, hay una renuncia a una porción de soberanía
mediante la cual a través de la Constitución los Estados se obligan
a reconocer la validez de los actos del Registro Civil, ¿en qué
términos? Dice el señor Ministro Arturo Zaldívar, en la medida en
que estos vayan evolucionando y se vayan generando; es decir,
estamos por una interpretación progresiva y cada Estado puede
determinar cuáles actos inherentes a la condición de la persona
humana, puede llevar al Registro Civil.
Este es el verdadero
problema, no ha aflorado con el énfasis que yo quisiera, porque
finalmente
la
redefinición
del
matrimonio
que
lo
altera
sustancialmente desde mi punto de vista, no tiene consecuencias
inaceptables. Supongamos señoras y señores Ministros que un
Estado de la República definiera como matrimonio a la unión de dos
o más personas del mismo o diferente sexo, con la finalidad de
hacer vida común, convivencia y de prestarse ayuda mutua,
dignidad y respeto, quizá nuestra discusión no estuviera en estos
términos de lisura, la poligamia ha sido una forma histórica de
fundar una familia, tiene un período el matriarcado, una mujer con
varios hombres, la poligamia donde un hombre toma varias mujeres,
eso pudo haber hecho la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y
quizá ante un impacto de esta magnitud estuviéramos viendo las
cosas con otra perspectiva;
como se mantuvo la unión de dos
72
personas del mismo o de diferente sexo, sentimos que el
reconocimiento de la institución, del estatus del estado civil, no
afecta gravemente a los Estados de la República y que no hay
ningún inconveniente en que reconozcan la calidad de cónyuges.
Yo quiero hacer una breve mención del 121, a mí me llama mucho
la atención el primer párrafo, contiene dos clausulas importantes; la
primera, en cada Estado de la Federación se dará entera fe y
crédito a los actos públicos registros y procedimientos judiciales de
todos los otros, -en cada Estado ¡eh!- no en el Distrito Federal, no
en territorio federal ¿por qué? Por qué no en el Distrito Federal y por
qué no en aquellas porciones territoriales o situaciones que son de
la exclusiva competencia del derecho federal. Un capitán de navío
mexicano, puede celebrar, autorizar matrimonios de personas que
se hayan embarcado en el navío, se dice inclusive, que en un avión
en vuelo es Territorio Federal y se puede celebrar ahí un acto del
estado civil de las personas, pero hay islas de competencia
exclusivamente federal en donde es una autoridad federal quien
sanciona y autoriza la celebración del matrimonio; entonces, el
siguiente párrafo que dice; el Congreso de la Unión, por medio de
leyes generales prescribirá la manera de probar dichos actos,
registros y procedimientos y el efecto de ello sujetándose a las
bases siguientes, si le da al Congreso de la Unión una potestad
superior a la de los Estados, para que dé las bases de estos actos
que deben ser reconocidos también por la Federación, pero no hay
un compromiso expreso de la Federación para reconocer los actos
de los Estados, porque se suponen coincidentes con la legislación
Federal.
Por eso mi coincidencia con el señor Ministro Aguirre Anguiano en
el sentido de que el Código Civil Federal orienta el contenido de qué
actos deben llevarse al Registro Civil.
73
Dije que el matrimonio para mí no es una figura de libre
configuración, puede serlo la familia, la unión en convivencia postuló
una nueva forma de constituir una familia, pero no postuló un
matrimonio, más aún, en la ley que regula la unión en convivencia,
este acto que modifica el estatus de las personas, no se llevó al
Registro Civil, pero lo cambian a matrimonio entre personas del
mismo sexo, y ahora sí vamos al Registro Civil y todos los Estados
que componen a la Federación mexicana tienen la obligación
constitucional de reconocer su validez.
Esta es la ofensa al Pacto Federal -retiro ofensa para que no se mal
interprete- la irregularidad constitucional que denuncia el Procurador
de la República; el Registro Civil no es una institución de libre
configuración, es algo en lo que todos los Estados tienen que estar
de acuerdo, qué actos se van a llevar al Registro Civil, no se puede
incrementar el número de libros del Registro Civil, el Código Civil
Federal es enfático en cuáles con los actos que ameritan ser
inscritos en el Registro Civil, y hay plena coincidencia de estos
libros enunciados por el Código Civil Federal con los libros que
manejan todos los Estados de la República.
En este sentido, hay apego del oficio del Registro Civil municipal,
estatal por ley, a las disposiciones del Congreso Federal.
Pero ahora bien, en tema de matrimonio, el Código Civil Federal sí
establece la unión entre varón y mujer, y sí establece como
funciones esenciales la ayuda mutua, la procreación de la especie y
la fidelidad, y establece que si en algún matrimonio en las
capitulaciones se dijera algo contrario a eso, se tendrá por no
puesto, no vale.
Ahora, aquí ya se dijo, el matrimonio, el concepto matrimonio es de
libre configuración de los legisladores de las entidades federativas,
74
y será también de libre configuración para el legislador Federal,
pero aquí hay un choque conceptual entre una entidad, Distrito
Federal, que difiere de treinta y una leyes estatales y de una ley
federal, que es el Código Civil Federal; dos Estados de la
República, cuando menos, que son Morelos y Yucatán, han
constitucionalizado en su Constitución local, la definición de
matrimonio.
Dice la Constitución de Morelos en el artículo 120: “El matrimonio es
la unión voluntaria de un hombre y una mujer, sancionada por el
Estado para perpetuar la especie y ayudarse mutuamente”.
Dice la Constitución de Yucatán en el artículo 94: “El matrimonio es
una institución por medio de la cual se establece la unión jurídica de
un hombre y una mujer
con igualdad de derechos, deberes y
obligaciones, con la posibilidad de generar la reproducción humana
de manera libre, responsable e informada”.
Pues estas dos
entidades que en rango de Constitución local no consideran la unión
de dos personas del mismo sexo como configurativas de
matrimonio, a partir de que salió esta ley por imperativo del 121
constitucional, ahora tienen que reconocer la validez de este acto
del Registro Civil acaecido en el Distrito Federal; y ¿qué pasa con
las instituciones federales, Suprema Corte de Justicia de la Nación,
cómo vamos a registrar el ingreso de nuestros servidores, soltero o
casado, le damos reconocimiento expreso al acta del Registro Civil
del Distrito Federal, que va contra el tenor expreso del Código Civil
Federal? Y ¿qué pasa con otras leyes federales que establecen
beneficios para el cónyuge en materia hacendaria, en materia de
pensiones, militares, ISSSTE?
Yo no veo una obligación
constitucional de la Federación, de dar reconocimiento a los actos
del estado civil que celebren los Estados, no la expresa el 121, al
contrario, el 121 le da preeminencia al Congreso de la Unión para
75
que sea él quien defina los lineamientos generales para el
reconocimiento de estos actos, sus procedimientos y sus efectos.
No es un tema de futura realización, lo que está denunciando el
Procurador de la República es que esta reforma rompe con la
armonía del sistema federal; en ese sentido yo estimo fundado el
argumento. Ahora bien, siendo fundado el argumento, ¿hay vicio de
inconstitucionalidad? Pues desde mi punto de vista sí, no encuentro
razonabilidad suficiente como para introducir de parte de uno de
treinta y tres componentes, una modificación de tal magnitud que
vincule al resto de los componentes de la Federación, por eso mi
voto en este punto será también en contra del proyecto.
Aquí suspendo la sesión pública del día de hoy y habrá, desde
luego una segunda ronda, el tema, como lo ha dicho el señor
Ministro Arturo Zaldívar, no es menor, requiere nuestro esfuerzo e
intelecto para llegar a conclusiones; entonces suspendo la sesión
pública y los convoco para la privada aquí mismo, una vez que el
Salón del Pleno se haya desocupado.
(SE LEVANTÓ LA SESIÓN A LAS 13:25 HORAS).
ÍNDICE.
CONTENIDO DE LA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA DE LA SESIÓN
PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL MARTES 10 DE AGOSTO
DE 2010.
SECRETARÍA GENERAL DE ACUERDOS
1
NÚMERO
ASUNTO
IDENTIFICACIÓN,
DEBATE Y
RESOLUCIÓN.
PÁGINAS.
2/2010
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD promovida
por el Procurador General de la República contra
actos de la Asamblea Legislativa y del Jefe de
Gobierno del Distrito Federal, demandando la
invalidez de los artículos 146 y 391 del Código Civil
del Distrito Federal, publicados en la Gaceta Oficial
del Distrito Federal de 29 de diciembre de 2009.
3 A 87
(PONENCIA DEL SEÑOR MINISTRO SERGIO A.
VALLS HERNÁNDEZ).
EN LISTA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
TRIBUNAL PLENO
SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA
CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL MARTES
10 DE AGOSTO DE 2010.
ASISTENCIA:
PRESIDENTE.
SEÑOR MINISTRO:
GUILLERMO I. ORTIZ MAYAGOITIA.
SEÑORES MINISTROS:
SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO.
JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ.
MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS.
JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS.
ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA.
JOSÉ DE JESÚS GUDIÑO PELAYO.
LUIS MARÍA AGUILAR MORALES.
SERGIO ARMANDO VALLS HERNÁNDEZ.
OLGA MA. DEL CARMEN SÁNCHEZ CORDERO.
JUAN N. SILVA MEZA.
(SE INICIÓ LA SESIÓN A LAS 10:45 HORAS)
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se abre la sesión. Señor
secretario sírvase dar cuenta con los asuntos del día.
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro
Presidente.
Se somete a su consideración el proyecto de acta relativa a la
sesión pública número ochenta y uno ordinaria, celebrada el lunes
nueve de agosto del año en curso.
2
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A consideración de las señoras
y señores Ministros el acta con la que se ha dado cuenta. Si no hay
observaciones de manera económica les pido voto aprobatorio.
(VOTACIÓN FAVORABLE) ESTÁ APROBADA EL ACTA SEÑOR
SECRETARIO.
3
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS:
Se somete a su consideración el proyecto
relativo a la:
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD
2/2010.
PROMOVIDA
POR
EL
PROCURADOR
GENERAL
DE
LA
REPÚBLICA, EN CONTRA DE LA
ASAMBLEA LEGISLATIVA Y DEL JEFE DE
GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL,
DEMANDANDO LA INVALIDEZ DE LOS
ARTÍCULOS 146 Y 391 DEL CÓDIGO CIVIL
PARA EL DISTRITO FEDERAL.
Bajo la ponencia del señor Ministro Valls Hernández y conforme a
los puntos resolutivos a los que se dio lectura en sesión anterior.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Continuamos el debate en torno
al contenido del artículo 121 de la Constitución, está pendiente de
intervenir la señora Ministra Luna Ramos.
SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Perdón señor.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Que te está dando la palabra.
SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Si, gracias señor. Nada más
es para dar mi votación respecto de lo relacionado con el
Considerando Séptimo, referido al artículo 121 de la Constitución.
Quisiera manifestar que en principio estoy de acuerdo con lo dicho
en el proyecto del señor Ministro Valls y con lo que han manifestado
algunos de los señores Ministros en el sentido de que debiera
agregarse la interpretación del artículo 121 constitucional para
4
establecer si existe o no obligatoriedad respecto de los actos del
Registro Civil que se dan en los Estados. Y quisiera manifestar que
a mí me pareció también la intervención del señor Presidente muy
importante y me puso a pensar; sin embargo, después de analizarla
detenidamente sí me inclino por sostener el criterio que establece el
proyecto del señor Ministro Valls, y la razón fundamental de esto es
porque si bien es cierto que el artículo 121 de la Constitución está
estableciendo de alguna manera que existe la validez o debe
aceptarse la validez de los actos del Registro Civil y que esto
estaría referido, en principio a los Estados, dice así el artículo 121:
“En cada Estado de la Federación se dará entera fe y crédito de los
actos públicos, registros y procedimientos judiciales de todos los
otros. El Congreso de la Unión, por medio de leyes generales,
prescribirá la manera de probar dichos actos, registros y
procedimientos, y el efecto de ellos, sujetándose a las bases
siguientes: ”
Si bien es cierto que aquí pudiera entenderse en un principio que
esto está referido exclusivamente a la validez de estos actos en
relación con los Estados y la tela de juicio estaba en relación con
que si esta validez debería tenerse o no respecto de las autoridades
federales, creo que esto también ya el señor Ministro Franco el día
de ayer había mencionado que el Código Civil Federal en el artículo
13, de alguna manera está determinando cómo se va a aplicar el
derecho en el territorio mexicano y nos dice primero el artículo 12:
“Las leyes mexicanas rigen a todas las personas que se encuentren
en la República, así como los actos y hechos ocurridos en su
territorio o jurisdicción y aquellos que se sometan a dichas leyes,
salvo cuando éstas prevean la aplicación de un derecho extranjero y
salvo, además, lo previsto en los tratados y convenciones de que
México sea parte”. Pero lo más importante es lo que dice el artículo
13 en cuanto al derecho aplicable, dice: “La determinación del
derecho aplicable se hará conforme a las siguientes reglas:” y creo
5
que la fracción I es totalmente aplicable al caso porque dice: “Las
situaciones jurídicas válidamente creadas en las entidades de la
República o en un Estado extranjero conforme a su derecho,
deberán ser reconocidas” y esto se está estableciendo en el Código
Civil Federal.
Ahora cuál es, en un momento dado, la violación que aduce el
Procurador General de la República se lleva a cabo por parte del
gobierno del Distrito Federal al establecer la reforma que ahora se
impugna. Dice que se rompe con la armonía de los Estados porque
de alguna manera obliga a aceptar la validez de un acto que va
incluso en contra de su propia Constitución que por que para ellos el
matrimonio no puede ser aceptado en los términos que se
establecen en el Distrito Federal sino solamente en los términos que
está estableciendo su Constitución y creo que esto es totalmente
válido; sin embargo, lo que nos está diciendo el 121 y el 13 del
Código Civil Federal no es que ellos, en un momento dado, al
aceptar la validez de un matrimonio llevado a cabo en el Distrito
Federal entre personas del mismo sexo, no quiere decir que tengan
que realizar el acto de matrimonio y registrarlo dentro de un Estado
de la República sino que lo único que está determinando es que esa
acta que se llevó a cabo por un matrimonio de esta naturaleza en el
Distrito Federal simple y sencillamente sea válidamente aceptada
en cualquier Estado de la República o en cualquier zona de carácter
federal; es decir, es el efecto que va a producir un documento al que
la Constitución y el Código Civil Federal de alguna manera están
estableciendo que tiene plena validez y que por esta razón lo único
que se está determinando es el reconocimiento de esos efectos,
como también el señor Ministro Cossío había dicho el día de ayer,
como el Estado receptor no como el Estado emisor de ese acto
correspondiente, el Estado emisor va a ser únicamente el que
determine, como en el caso del Distrito Federal, que ese matrimonio
es válido ¿Por qué? porque lo acepta dentro de su legislación, pero
6
en cualquier Estado de la República o en cualquier otra zona federal
como Estados receptores lo único que van a aceptar es la validez
de ese documento para que surta los efectos consiguientes.
Por estas razones yo sí me inclinaría por la aceptación que el día de
ayer entendí el señor Ministro ponente había hecho de esta
interpretación del 121 y los argumentos que maneja en el proyecto
al respecto. Gracias señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Gudiño Pelayo.
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Sí señor Presidente, para
mi primera intervención. Yo también estoy de acuerdo con el sentido
del proyecto, tal como lo plantea el proyecto.
Ayer hubo una discusión mucho muy interesante donde el señor
Presidente planteó entre otros casos la duda o la posición de si ¿El
artículo 121 incluía a la Federación, también era obligado para la
Federación? Porque el 121 no lo incluye, creo que esto está dentro
del mismo sistema, los actos del estado civil son competencia
constitucional de los Estados; por lo tanto, son actos de los Estados
y siendo actos de los Estados son válidos no solamente para los
otros Estados sino también para la Federación. Creo que esto me
parece evidente.
Ahora, mi posición personal es que el 121 en su fracción IV no tiene
ningún problema de interpretación es mucho muy claro, los actos
del estado civil ajustados a las leyes de un Estado, tendrán validez
en los otros, no veo cuál pueda ser la parte oscura, la parte que
pudiera tener otra interpretación distinta de la que se desprende de
la literalidad de precepto. Por eso creo que el Procurador
acertadamente y el ponente también enfocan el problema en
función del 121 con el 14 y el 16 porque según plantea el
7
Procurador, de la relación de estos artículos podría venir una
inequidad, no del 121 por sí sólo porque ese no tiene problema de
interpretación, es clarísimo. Los actos del estado civil ajustados a
las leyes de un Estado tendrán validez en los otros. Entonces no
veo qué posibilidades de interpretación diferente puedan haber. Ya
lo explicó muy bien el Ministro Cossío, aquí se toma como base la
Constitución al emisor de la norma, no al receptor. Y no podría ser
de otra manera porque tratándose de actos del estado civil no
podría considerarse que una persona está casada en el Distrito
Federal, pero para el Estado de Jalisco está soltera, o bueno se
podrían multiplicar los ejemplos pero mejor no.
Por un lado, por otro lado, se han manifestado como una razón la
uniformidad, el que no tienen un concepto uniforme, yo creo que
esto va en contra de un sistema federal, precisamente el
federalismo implica según el artículo 40 que los Estados son
soberanos respecto a su régimen interno y el estado civil en un
régimen interno de los Estados implica la pluralidad, no la
uniformidad, lo propio de un Estado federal, es que en su régimen
interno haya pluralidad entre los Estados, no veo por qué se tiene
que seguir necesariamente un concepto de matrimonio, un concepto
de familia, por eso estoy de acuerdo con la respuesta que da el
proyecto al planteamiento del Procurador, el 121 en relación con el
14 y el 16, creo que la respuesta es my acertada, es precisa y creo
que no hay por qué entrar al 121 puesto que ni fue planteada la
interpretación directa de éste, ni tampoco presenta ningún problema
de interpretación, por tal motivo señor Presidente, señores
Ministros, señoras Ministras me manifiesto a favor del sentido del
proyecto tal como el ponente lo plantea. Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Hemos terminado la primera
ronda de participaciones, en segunda ronda tengo anotados a los
8
señores Ministros Valls Hernández, Aguirre Anguiano y Fernando
Franco, en este orden, señor Ministro Valls.
SEÑOR
MINISTRO
VALLS
HERNÁNDEZ:
Gracias
señor
Presidente, me voy a permitir de la mejor y más breve manera
posible dar una respuesta a los principales cuestionamientos que se
apuntaron el día de ayer.
Al efecto se señalaba que la
interpretación del 121 constitucional —voy a caer en algo ya muy
usado entre nosotros— no es un tema menor y es cierto, pues se
trata de una disposición constitucional; sin embargo, sí me
sorprende en cierta forma que como además lo manifestaron
también algunos de los señores Ministros, ante un texto expreso en
cuanto a la regla contenida en la fracción IV del 121, se haya
generado la polémica en la que estamos, no obstante ello, estimo
conveniente avocarme en primer lugar a los argumentos que los
señores Ministros Aguirre Anguiano y Ortiz Mayagoitia han
manifestado en contra del sentido del proyecto y dejar así aclarados
por parte de un servidor algunos puntos del debate sobre el tema y
mayormente cuál es el alcance de dicho numeral a fin de que no
quede duda alguna sobre ello, así, señalo que difiero de los
argumentos de los señores Ministros que he mencionado para
sostener su voto en contra del proyecto por las siguientes razones:
Primero. Que cada Estado en ejercicio de su ámbito competencial
legisle en forma distinta respecto de determinada institución, no
significa que obligue a otro Estado a hacerlo así o en forma similar,
cuestión distinta es que los actos del estado civil que se realicen
conforme a esas leyes, deban tener validez en otro Estado, de
conformidad con la fracción IV del 121 constitucional.
Segundo. Considero que no puede hablarse de una violación al 121
citado, con todo respeto, como lo sostuvo el Ministro Aguirre,
porque según dice él ese numeral presupone que la validez de
9
actos del estado civil para toda la República, parte de un concepto
común en todas las entidades federativas. No estoy de acuerdo con
esto, pues la Constitución Federal, en este artículo 121 fracción IV,
en ningún momento prevé tal sujeción, por el contrario, dispone que
los actos del estado civil ajustados a las leyes de un Estado, serán
válidos en los demás Estados, nunca dice que los actos del estado
civil de una entidad deban estar ajustados a las leyes de las demás
entidades para ser válidos, ni tampoco que deban ser uniformes
entre ellos, o bien, con el Código Civil Federal que se ha citado.
Tercero. Sostener lo afirmado por el señor Ministro Aguirre
significaría que ningún Estado podría hacer ejercicio de sus
facultades residuales o expresas cuando no lo haga de acuerdo con
las leyes de otras entidades federativas ¿sólo porque ellas lo
regulan de otra forma? En mi opinión, esto sí rompería el
federalismo.
En cuarto lugar, y siguiendo esta línea argumentativa, resultaría que
las entidades federativas, por legislar en forma distinta, sí pueden
limitar a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal ¿para regular
una institución como el matrimonio? pregunto. Cuando, como ya se
dijo por una mayoría de nueve votos de los integrantes de este
Honorable Pleno, la Constitución Federal no lo hace, ni existe
ningún estándar constitucional en esta materia, ni tampoco la
Constitución Federal sujeta el reconocimiento de los actos del
estado civil de un Estado a que no sean contrarios al orden público
de otra entidad federativa, ni dispone que no deban reconocerlos
cuando se opongan a sus propias definiciones. Al contrario, prevé
una regla expresa y clara de reconocimiento de los actos del estado
civil y es precisamente el 121, a partir de las reglas que contiene, el
que permite armonizar los sistemas jurídicos existentes y asegurar
la validez de determinados actos, sentencias, actos del estado civil,
10
títulos profesionales, etcétera, en aras del respeto a la seguridad
jurídica.
En quinto lugar. Igualmente difiero de lo dicho por el señor Ministro
Presidente en el sentido de que el 121 constitucional no rija para el
Distrito Federal simplemente porque habla de Estados, o bien, para
las autoridades federales; que además, el Código Civil Federal es el
que orienta el contenido de qué actos deben llevarse al Registro
Civil que no es de libre configuración, pues todos los Estados deben
estar de acuerdo en qué actos deben registrarse. Esto no lo
comparto.
El 121 no excluye al Distrito Federal, menos aún si atendemos a la
forma en que constitucionalmente se ha diseñado su ámbito
competencial. En el artículo 122 constitucional, ahí está su ámbito
competencial. Mucho menos comparto que las legislaciones o
cuando menos la del Distrito Federal deban estar a lo dispuesto en
un Código Civil Federal, pues entonces para qué tienen facultades
para legislar en materia civil cualquier entidad federativa.
Tampoco podría sostenerse que las autoridades federales no deban
reconocer la validez de los actos del estado civil de cada entidad
federativa o al menos, no la de aquellos que no se correspondan
con las leyes federales, pues sería tanto como sostener que las
legislaturas locales, o cuando menos la Asamblea Legislativa del
Distrito Federal, están sujetas a una jerarquía normativa frente a la
Federación, al menos en materia civil, lo cual no se desprende del
Texto Fundamental.
En este punto, lo dicho por el señor Ministro Presidente el día de
ayer respecto de los casos relativos a los empleados de esta Corte,
con todo respeto, es su posicionamiento personal, más no lo
comparto, ni es el mío. Además, es relevante aclarar que son
11
cuestiones distintas; por un lado, cuáles son los actos registrables y
por otro, cómo se regulan en sí mismos de acuerdo con el ámbito
competencial de cada entidad, como en el caso del matrimonio.
En sexto lugar. El hecho de que treinta y un entidades federativas
regulen el matrimonio en forma distinta al Distrito Federal no puede,
en modo alguno, limitar la facultad normativa de esta entidad, como
tampoco obliga a aquéllas a hacerlo en ese sentido. El límite a la
función legislativa es la Norma Fundamental y en el caso, ya una
mayoría de nueve Ministros ha determinado que la norma general al
redefinir el matrimonio, no la transgrede.
Por estas razones, difiero de lo dicho por los Ministros Aguirre
Anguiano y Ortiz Mayagoitia, con todo respeto, ya que no es la
Asamblea Legislativa del Distrito Federal al expedir la norma
general impugnada la que obliga a ese reconocimiento, ni esta
Suprema Corte al dictar sentencia; es la misma Constitución en su
artículo 121 la que así lo está ordenando.
Precisado lo anterior, es relevante aclarar por lo que hace a las
restantes manifestaciones que los integrantes de este Honorable
Pleno han realizado, que en primer lugar, en el proyecto no se deja
de lado ni se ignora el problema real de constitucionalidad que se
plantea en la demanda en lo relativo al 121 como afirmó el Ministro
Aguirre. Tal aspecto sí se examina a partir de lo argumentado por el
accionante, en cuanto sostiene la violación a los artículos 14 y 16
constitucionales, vinculándolo a lo dispuesto en el 121 como se
advierte de las fojas 168 y siguientes de la consulta, en las que se
atiende tal argumentación y se contesta; cuestión diversa es si se
comparte o no este análisis o la forma en que se hace, pero reitero,
el estudio relativo no se pasó por alto o se dejó de lado.
12
En segundo lugar, en este punto destaca de las intervenciones que
se han dado por parte de ustedes señores Ministros y Ministras, que
si bien los señores Ministros: Cossío Díaz, Sánchez Cordero,
Franco González Salas, Zaldívar Lelo de Larrea y Silva Meza, así
como el día de hoy los señores Ministros Luna Ramos y Gudiño
Pelayo, han manifestado que están a favor del sentido de la
consulta en cuanto al tema que nos ocupa, pero algunos han
manifestado que se apartan de las consideraciones, me parece que
más bien, ello va en función de que se desarrolle mayormente,
como lo haremos, la interpretación del 121 de la Constitución, mas
no que estén en contra porque el proyecto sostuviera lo contrario a
lo que en esencia han expuesto los señores Ministros que se han
pronunciado a favor del proyecto.
Ahora bien, en lo concreto, el señor Ministro Cossío señaló que para
resolver la cuestión efectivamente planteada, debe analizarse
directamente dicho precepto 121, y al efecto, considero importante
aclarar que en el caso no se aduce violación a dicho precepto por el
accionante, sino que se sostiene por éste una supuesta vulneración
de los artículos 14 y 16 a partir de lo dispuesto en el 121, por lo que
el análisis que se hace en el proyecto va en función de lo dicho por
el promovente.
Esa es la cuestión efectivamente planteada, lo que por supuesto,
requiere la interpretación del 121 para dar plena respuesta, mas no
desvinculándolo de aquellas garantías que son las que se alegan
como violadas. En esas condiciones, no advierto de qué manera a
través de la acción de inconstitucionalidad este Pleno podría
pronunciarse como se dice en forma directa sobre lo dispuesto por
el 121 para definir su alcance si no se hace bajo el alegato que
esgrime el accionante, en el sentido de los posibles conflictos que
pudieran surgir con motivo de la norma general impugnada, y sus
13
diferencias con las legislaciones de otros Estados, y que por ende, a
su juicio violan la garantía de seguridad jurídica.
Lo contrario sería tanto como avalar que lo que se cuestiona o lo
que es cuestionable es per se la existencia del 121, fracción IV
constitucional, y en esta medida esta Corte estaría, lo pregunto con
todo respeto ¿justificando ese precepto? Pero sin la posible
vinculación a la violación de algún otro precepto constitucional, es
decir, simplemente en abstracto.
Por tanto, en lo que sí estoy de acuerdo que puede y debe hacerse
en respuesta al planteamiento de invalidez que hace el promovente
de la acción, sería en complementar y fortalecer la parte relativa a la
interpretación del 121, por parte de este Tribunal Constitucional.
Así pues, señoras Ministras, señores Ministros, propongo a ustedes
en mi carácter de Ministro ponente en este asunto, que en el
engrose definitivo quede en lo esencial la parte inicial del análisis
que se hace en el proyecto de las fojas ciento sesenta y tres a la
ciento sesenta y ocho, a fin de aclarar aspectos atinentes a que si lo
que se pretende es cuestionar una obligación o prohibición
contenida en la propia Norma Fundamental, concretamente en el
121, ello no es posible pues no es lo dispuesto en dicho precepto lo
que está sujeto a control constitucional ni la vía para dar solución
por esta Corte a los conflictos futuros que pudieran suscitarse, así
como dejar las consideraciones de la consulta relativas a que las
garantías de seguridad jurídica y de legalidad a quien rigen es a la
Asamblea Legislativa al expedir la norma general, más no se
advierte cómo podrían vulnerarse en sí mismas con motivo de la
norma general que se impugna por diferir de lo dispuesto en otras
regulaciones estatales y posteriormente, como he propuesto,
reestructurar y fortalecer la segunda parte del examen que se
contiene en las fojas ciento sesenta y ocho y siguientes en que se
14
examina lo relativo al 121 constitucional para dejar en claro su
alcance; de esta manera, en opinión de un servidor, se daría plena
respuesta a los planteamientos del accionante.
En este sentido, el proyecto que he sometido a la consideración de
ustedes se reforzaría retomando lo dicho por alguno de los señores
Ministros y señoras Ministras, acerca de que el 121 constitucional lo
que establece son bases generales a partir de las cuales deben
actuar las entidades federativas y de ahí que este precepto, el 121,
prevé en su fracción IV, una regla clara y expresa de solución de
conflictos derivada precisamente de nuestro régimen federal; es
decir, se trata de una cláusula de federalismo como lo acotó el
señor Ministro Silva Meza, regla constitucional a partir de la cual los
actos del estado civil celebrados conforme a las leyes de una
entidad tendrán validez en las demás, constituyendo así un
imperativo para todos los Estados de reconocer la validez de dichos
actos y al mismo tiempo un límite para el Congreso de la Unión a fin
de que no establezca lo que le parezca adecuado a dicho Congreso
para solucionar conflictos por la aplicación de normas de diversos
Estados, como lo precisó el señor Ministro Cossío Díaz.
Así también, propongo señalar en el engrose que de acuerdo con
lo dispuesto en el 121, no podemos sostener que pudieran existir
conflictos con los actos del estado civil de forma previa; es decir,
sólo por la mera expedición de la ley impugnada e incluso por la
sola celebración y registro de los actos que se consignan, pues el
artículo 121, fracción IV, prevé una regla muy clara que debe
aplicarse en el sentido de que dichos actos son válidos en las
demás entidades federativas.
Esto es, si estoy casado de acuerdo con las leyes del Distrito
Federal no puede alegarse que en otra entidad federativa, en
Guanajuato, en Chihuahua, en Yucatán, no lo estuviera yo; tal
15
circunstancia no es una situación a debatir en cada caso concreto
ya que en tanto se trata de actos que se ajustan a las leyes de una
entidad como el Distrito Federal son válidos estos actos y por ende
deben ser reconocidos en todas las entidades del Estado Mexicano.
Ahora bien, no comparto que en este
medio de control
constitucional en abstracto, esta Corte realice un pronunciamiento
tajante acerca de los efectos o no de actos del estado civil, pues en
mi opinión ello corresponde a un análisis de cada caso concreto
frente a las legislaciones de cada Estado y bajo las reglas
correspondientes a la solución de conflictos normativos como ya lo
han señalado varios de ustedes, señoras Ministras y señores
Ministros, pues efectivamente deberá resolverse caso por caso
según sus propios méritos y sirviendo para ello además lo dispuesto
en el Código Civil Federal, como lo señala el proyecto en su foja
ciento setenta y tres y que también fue expuesto de esta manera
por el señor Ministro Franco.
Se propone, por último, eliminar la parte a que hizo alusión el señor
Ministro Zaldívar, en cuanto a la distinción que se hace en la página
ciento setenta y tres de la consulta acerca de la validez y de la
aplicabilidad o ejecución de los actos del estado civil, pues estimo
que ello ha generado una confusión ya que en ningún momento
esto se señaló en el proyecto para sostener que los efectos de los
actos del estado civil no deban reconocerse o bien, que sí surtan
efectos plenos, pues ello, reitero, debe analizarse en cada caso
concreto.
Por todas las razones expuestas y ofreciendo una disculpa por la
amplitud de esta argumentación, sostengo la consulta en el tema
que nos ocupa con las modificaciones que he propuesto en cuanto
a su reestructura y que derivan de lo argumentado por algunos de
los señores Ministros. Muchas gracias señor Presidente.
16
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Tarjeta blanca señor Ministro
Gudiño.
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Sí señor, pues ya lo aclaró
el Ministro, era únicamente para precisar el sentido de mi voto y no
hacer uso de la palabra en segunda ronda en este tema, pero ya lo
aclaró el Ministro Valls, cuando señala que va a quitar esa distinción
entre los efectos y la validez en los términos que había manifestado
el Ministro Arturo Zaldívar, yo estoy de acuerdo con esa aclaración,
era para eso únicamente.
SEÑOR
MINISTRO
PRESIDENTE:
MINISTRO
AGUIRRE
Señor
Ministro
Aguirre
Anguiano.
SEÑOR
ANGUIANO:
Gracias
señor
Presidente, escuchando a mis compañeros llego a la conclusión de
que de verdad es cierto lo que decía Lao Tse, tenía razón: cuando
una idea se transmite en una primera ocasión y no se ha entendido,
la culpa es del que transmitió la idea, lo hizo mal, y debe de intentar
transmitirla de nuevo con claridad.
A ese esfuerzo me vocaciono, he sostenido lo siguiente: que el
artículo 121 constitucional, parte de bases de entendimiento común,
parte de estándares, ¿y cuáles son esos estándares? Bueno, que
los conceptos deben de entenderse en forma llana y no pueden ser
torturados ¿qué entendía el Constituyente del 17 por matrimonio?
Lo que se entendía desde la primera Constitución Juarista, luego la
de 57, luego la de 17 se incorporaron las Leyes de Reforma, el
matrimonio es hombre y mujer quienes lo realizan pero esto era del
entendimiento común, no era ciencia infusa y el entendimiento
común del castellano así se ha conceptuado, pienso yo, que desde
siempre.
17
Sostenían en la primera ocasión y respecto de otro tema, que
cuando se cambian los conceptos comunes por otros que a mi juicio
resultan torturados, se está drenando de contenido la Constitución
si
este
cambio
de
conceptos
afecta
una
interpretación
constitucional, y sostenía, la autoridad, el doctor Trigueros, alguien
le llamó el maestro don Eduardo Trigueros, seguramente sí, y él
¿Qué decía cuando analizaba el 121 de la Constitución? “Debemos
de notar cómo el artículo de la confederación o federación es
claramente un pacto de coordinación tendiente a limitar a los
Estados confederados el uso de sus facultades autónomas en
beneficio de la seguridad y perpetuidad, de la amistad e intercambio
entre los Estados”. Esta es su primera afirmación.
Sostengo que debe de haber la coordinación mínima indispensable,
la llamé estándar, se me preguntó: ¿y cuál es el estándar? Bueno,
yo digo que los estándares son: Primero, el uso común del lenguaje;
y segundo, lo que dicen todos los artículos atañederos al
matrimonio en todos los Códigos Civiles de todas las entidades
federativas, excepto la impugnada. El hombre y la mujer; un hombre
y una mujer son los que celebran el contrato de matrimonio. Este es
el estándar a que me refería y en contradicho, salvo por la ley
impugnada.
A este respecto ¿qué decía en su quinta conferencia magistral de
las dadas en torno al artículo 121 de la Constitución, en la
Universidad de Chihuahua, en la Escuela de Derecho de la
Universidad de Chihuahua en México, en 1947, en la cuarta de sus
conferencias, don José Luis Siquerios? Autoridad en la materia,
reconocida nacional e internacionalmente ––alguna vez tuve la
oportunidad de estar en la Haya, en el Instituto de Derecho
Internacional Privado y me preguntaron inmediatamente por él,
18
conocidísimo y respetadísimo–– ¿qué nos dice, aparte de otras
cosas?
Habla de la doctrina territorialista y la de estatuto personal ––que en
las
argumentaciones
que
he
escuchado,
se
alternan
indiscriminadamente––. Pero dice: “Los efectos de los actos
realizados de acuerdo con dichas normas, serán respetados, tendrá
que proporcionárseles esa fe y crédito a que alude la parte
normativa del artículo 121, a menos que violen la legislación del
Estado donde pretendan eficacia. Si esos derechos adquiridos son
en detrimento del orden público a donde se dirigen, no podrán
aplicarse, necesita existir una verdadera coincidencia entre la
validez de la legislación del Estado en donde se producen los
derechos y la legislación del territorio a donde se dirigen su efectos”.
Y luego, iré al artículo 13, al que se nos dio lectura.
En este
momento quiero hacerles una referencia internacional, y voy a
iniciar por platicarles que dos homosexuales ingleses quisieron
contraer, celebrar matrimonio en Inglaterra, y se los negaron, le
dijeron: no, no, aquí hay sociedades civiles o sociedades de
convivencia, pero no hay matrimonio para personas del mismo
sexo.
Entonces
se
trasladaron
a
Canadá,
Common
Well,
mancomunidad británica, mancomunidad de Estados, pasaportes
válidos de un país al otro, el reconocimiento a la reina; en fin, países
altamente afines y hermanados.
Fueron a Canadá ––allá sí se
permite el matrimonio––, celebraron matrimonio y llegaron a
Inglaterra exigiendo el reconocimiento de su estatuto matrimonial.
Resolución final del Tribunal inglés: “No lo reconozco porque es
contrario a mi orden público”. Italia 2005: “No se reconocen
matrimonios porque son contrarios a su orden público”. Nacional e
internacionalmente ésta es la historia: Existe el orden público.
19
¿Cuál es el orden público? Bueno, pues ayer lo refería.
Probablemente existan más doctrinas ––pienso que cualquiera es
buena––. Condiciones que aseguran el funcionamiento armónico,
aquí se habla de armonía igual que como lo hace Trigueros, y
normal de las instituciones sobre la base de un sistema coherente
de valores y principios.
Vayamos ahora al artículo 13 que se mencionaba hace un
momento, del Código Civil Federal, y nos dice lo siguiente: “La
determinación del derecho aplicable se hará conforme a las
siguientes reglas: Las situaciones jurídicas válidamente creadas en
las entidades de la República o en un Estado extranjero conforme a
su derecho, deben ser reconocidas”. Les ruego que tengan presente
la fracción II del artículo 15: “No se aplicará el derecho extranjero,
cuando las disposiciones del derecho extranjero o el resultado de su
aplicación sean contrarios a principios o instituciones fundamentales
del orden público mexicano”; aquello de que hablaban los
Tribunales italianos y los Tribunales ingleses, también en México es
derecho vigente.
Vuelvo a la fracción, al párrafo del artículo 13: “La determinación del
derecho aplicable se hará conforme a las siguientes reglas: Las
situaciones jurídicas válidamente creadas en las entidades de la
República o en un Estado conforme a su derecho deben ser
reconocidas”. ¿Qué quiere decir eso de válidamente creadas? Será
por ventura que hayan cumplido con el proceso legislativo formal o
deberán de guardar cierta observancia a principios de materialidad.
La
ley
no
lo
distingue,
debemos
de
distinguirlo
quienes
interpretamos y vamos a decir si se cumplió el proceso legislativo,
chato, independientemente de que los conceptos comunes se
hayan despreciado, de que el orden público se haya soslayado en
forma rotunda y radical; como se cumplió con el proceso formal, hay
que concederles validez en toda la República.
20
¿Y el orden público interfederal qué? ¿Al caño con él? No, pues yo
no creo que esto pueda ser así.
Yo creo por esto, que la interpretación sana del artículo 121 ante
todo es necesaria, hay agravios, pero no estamos a cincho con los
argumentos esqueletarios, de que pudo o no haberse echado en la
demanda por quien promueve esta acción de inconstitucionalidad;
no es el sentido de la acción de inconstitucionalidad.
Nosotros podemos hurgar por los rincones que nos plazcan para
llegar a entender si hay pureza constitucional en la confronta de la
ley tachada de inconstitucional mediante esta acción, o bien hay
regularidad constitucional.
Yo quiero repetir que estoy por la irregularidad constitucional, por
las razones que he mencionado.
Tengo algunos comentarios más que hacerles, por ejemplo, en un
asunto recién concluido, el coloquialmente conocido como la píldora
del día siguiente, alguno de los Ministros para darle la consistencia
incontrovertible federal a una Norma Oficial Mexicana, nos afirmaba
categórico: El sistema constitucional presupone unicidad. Esto me
impresionó, no coincidí con el empate de la argumentación total,
pero estoy de acuerdo con esta afirmación, se requiere cierta
unicidad, y la cierta unicidad no nos la dan todos los Códigos Civiles
de todas las entidades federativas que reconocen como matrimonio
hombre y mujer; si esto no es unicidad yo no sé qué sea, salvo
desde luego el Decreto impugnado.
Por estas razones creo que estamos soslayando, razones torales
sobre todo en la interpretación del 121 constitucional, que no está
en forma alguna en entredicho. Sostener eso, con todo respeto lo
21
digo y desde luego esa es mi apreciación, no es atender a la
cuestión efectivamente planteada como ya alguno de los Ministros
coincidieron sin más en esto; y el Federalismo no presupone estos
estándares de que he hablado, esta regularidad de que he hablado
en principios básicos, no veo cómo pudiera si existiera una
diferencia radical de principios básicos en cuanto a concepciones de
instituciones civiles en todos los Estados poder sortear este caos
desde el punto de vista de Federalismo.
También se sostuvo por alguno de los Ministros que al comprender
a todos los Estados el texto del artículo 121, obviamente
comprendía a la Federación, no, la Federación no es la suma de los
Estados, tiene otras características adicionales que todos nosotros
conocemos.
Espero haberme ajustado a los tiempos que se me marcaron y en
este segundo envío haber tratado de ser lo más claro posible, se los
protesto.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro don Fernando
Franco.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Gracias señor
Presidente. Señoras y señores Ministros, me apena decir que a lo
mejor no me ciño estrictamente al tiempo pero me parece muy
importante precisar mi posición; agradezco mucho al Ministro
ponente que haya considerado las observaciones que de manera
bosquejada –yo diría- hice en mi primera intervención, y
precisamente derivado de eso es que me veo obligado a tratar de
plantear claramente esto, porque tiene que ver con conceptos que
usamos y me parece, lo dije la vez anterior, que es fundamental que
tratemos de ponernos de acuerdo en el enfoque que le vamos a dar
a esto porque va a impactar a todo el orden jurídico nacional, en
22
particular a esta facultad que tienen los Estados y el Distrito Federal
para legislar en la materia.
Quiero precisar que ya todos destacamos la trascendencia que
tiene esto, me voy a centrar exclusivamente en la figura del
matrimonio, no en otras consideraciones para tratar de centrar mi
punto de vista.
Parto de los siguientes presupuestos y con pleno respeto a quienes
han diferido, creo que este Pleno ya se pronunció sobre la
constitucionalidad del artículo 146, es decir, sobre su contenido
material y hemos definido hasta ahora que es constitucional;
también creo y así lo reconoció el Ministro ponente hasta donde
alcancé entender de los comentarios que nos hizo respecto de la
sesión anterior, que la conclusión mayoritaria es que aquí no
estamos frente a derechos fundamentales, que el matrimonio no es
una figura constitucional, que por lo tanto, en lo personal tampoco
creo que aquí podamos hablar estrictamente de lo que llaman
garantía institucional constitucional, sostengo que es un contrato
civil, que de ahí derivó la modificación desde el siglo XIX y que
desapareció esa mención en la reforma de noventa y dos, pero que
sigue existiendo en todos los códigos.
Consecuentemente, nos hemos pronunciado, creo la mayoría, ha
habido voces diferentes y por eso lo quiero precisar, en el sentido
de que esto atañe a un concepto de razonabilidad frente a una
facultad de configuración legislativa de la Asamblea frente a la
Constitución, y creo que por ese lado nos hemos inclinado la
mayoría.
Ahora bien, el análisis que nos ocupa en este momento es el del
121, y me parece que el Ministro Cossío –lo quiero recordar- ayer
dio una explicación que a mí me satisfizo porque yo dije que
23
también se tenía que hacer el contraste frente al artículo 121,
refiriendo que era la cuestión efectivamente planteada y dio los
argumentos, a mí me parece plausible, pero me parece más
plausible desde el punto de vista que creo que es fundamental, lo
dije y lo reitero, el que establezcamos un marco de referencia
porque esto impacta obviamente a toda la Federación en su
conjunto y en sus partes.
Consecuentemente, creo que sí es el tema de cómo debe
interpretarse, y aquí también difiero, sí creo que hay un problema de
interpretación y nos ha llevado muchas horas la discusión el artículo
121, partiendo también del presupuesto de que –en mi opinión– no
se viola el régimen federal con la reforma que hizo la Asamblea
Legislativa en el artículo 146.
Ahora bien, a mí me parecería que sostener lo contrario pues de
alguna manera sería también contradictorio con lo que ya
resolvimos en relación con la constitucionalidad del artículo.
Creo que es muy importante aquí la fijación de cuál es la
interpretación del artículo 121 en un sentido que ya se ha apuntado;
el Ministro Valls comentó que yo lo había dicho y lo recogió, la
validez y los efectos, creo que este es el tema medular para mí;
después de haber escuchado con toda atención todas las
intervenciones que se han ya planteado aquí y los puntos de vista,
me parece que esto, lo vuelvo a reiterar, se tiene que ver a la luz de
la Constitución en su integridad, no se puede analizar el precepto
individualmente y aquí me voy a permitir de nueva cuenta reiterar
algunas cuestiones ya muy platicadas, muy expresadas pero que
me parecen fundamentales. La distribución de competencias en el
Estado Federal Mexicano, deriva de varios artículos, hoy en día
tenemos
un
complejo
muy
complicado
de
distribución
de
competencias, hablamos generalmente del 40, el 41 y el 124
24
constitucionales; sin embargo, me parece que ahí no se agota,
tenemos las facultades implícitas del Congreso que eventualmente
le dan facultades para ejercer otro tipo de facultades que tienen las
autoridades federales, hoy en día tenemos en el 16 fracción VII, lo
que se considera en la doctrina o se llama en la doctrina el
federalismo cooperativo, por el cual a través de convenios, Estados,
Municipios y Federación pueden alterar las competencias cediendo
unos a los otros la prestación de servicios o el ejercicio de
funciones; consecuentemente, este es un régimen sumamente
complejo, pero lo que no he variado y este es mi punto fundamental,
es que el artículo 40 establece: Que es voluntad del pueblo
mexicano
constituirse
en
una
República
representativa,
democrática, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en
todo lo concerniente en su régimen interior; pero unidos en una
Federación establecida según los principios de la propia Ley
Fundamental”, la Constitución y el siguiente artículo, el 41,
establece: “Que la soberanía del pueblo se ejerce por los Poderes
de la Unión en la competencia de éstos, ─la expresamente
señalada y con estas excepciones que la Constitución establezca─,
y por las de los Estados, en lo que compete a su régimen interior,
─y siempre y cuando y para mí es fundamental─, no se violen las
estipulaciones del Pacto Federal”. A mí me parece que no debemos
perder de vista estos conceptos, por qué, porque el 121 en mi
opinión es precisamente una estipulación del Pacto Federal;
consecuentemente, hay que interpretarlo a la luz de esta soberanía,
para algunos autonomía de los Estados que le otorga la propia
Constitución. Ahora, aquí yo veo una gran diferencia con el ejemplo
que nos ponían de Inglaterra, Canadá, en esos casos pues no hay
Pacto Federal, ni un pacto entre esos Estados, aquí sí lo tenemos y
ese es el problema que enfrentamos, si no hubiera el 121, es
evidente que no se podría imponer a otro Estado lo que se resuelve
en él, pero tenemos el 121 que es el problema y es una estipulación
del Pacto Federal. Ahora, efectivamente ahí tenemos un problema
25
que nos ha venido planteando reiteradamente el Ministro Aguirre, no
respecto al Distrito Federal, porque recojo lo que dijo el Ministro
ponente y lo preciso, el 122 lo resuelve expresamente, el apartado
H, el último del 122, en mi opinión se puede interpretar en el sentido
de que también le es aplicable al Distrito Federal, dado que dice:
“Las prohibiciones y limitaciones que esta Constitución establece
para los Estados se aplicarán a las autoridades del Distrito Federal”.
Consecuentemente, yo sé que esto puede ser materia de debate,
pero creo que es válido que interpretemos que hoy en día en qué ha
cambiado sustancialmente el régimen original del Distrito Federal
que salvaba todas estas cuestiones dado que no tenía autoridades
propias electas, no tenía Asamblea Legislativa que pudiera expedir
normas y esto lo vinculo en la evolución que ha tenido nuestra
legislación civil que no hay que perder de vista.
Durante décadas fue un solo Código Civil para el Distrito Federal en
materia común y federal, y era un solo Código; a raíz de la
evolución político-estructural del D. F., la creación de la Asamblea
Legislativa se le otorgó esa facultad a la Asamblea.
Partiendo de estos supuestos, me parece que -en mi opinión- lo que
es fundamental es definir si la expresión “se le dará validez”, implica
como en alguna parte lo mencionó el Ministro ponente y de ahí mi
necesidad de precisar mi posición, que surte efectos plenos ese
acto en el resto de las entidades del país.
Creo que aquí es donde está mi única diferencia con lo por él
expresado y que me parece fundamental.
Les van a repartir un documento que les había comentado, en
donde está un cuadrito simplemente de cómo se regula en todas las
entidades federativas esta materia, y verán cómo esto es muy
importante, lo señalé ejemplificativamente la vez pasada entre el
26
Código Federal y el Código del Distrito Federal, pero si ustedes
aprecian en ese cuadro verán cómo hay una solución local,
prácticamente uniforme de cómo se deben resolver estas
cuestiones.
Ahora bien, estoy de acuerdo con el proyecto y lo sostengo, en que
no hay duda de que hay que reconocerle validez al acto generado
en una entidad conforme a la legislación que le es propia, conforme
a su propia soberanía, y que esto no puede negárselo ninguna otra
entidad como consecuencia de la aplicación del 121, en que
concluyamos que todos los efectos plenos se dan en todo el resto
de las entidades federativas.
Aquí yo comparto las dudas y las reservas del Ministro Presidente y
del Ministro Aguirre, si estamos partiendo de la base de que le
reconocemos a la Asamblea su capacidad constitucional de
configuración legislativa, se la tenemos que reconocer al resto de
las entidades de la Federación.
Consecuentemente, en aquellos casos ─insisto─ en aquellos casos
en que los efectos, no sé cómo llamarle, secundarios, derivados de
esta figura, puedan chocar con la legislación local de otra entidad;
es decir, si fueran efectos plenos, como aquí se ha mencionado,
querría decir que surtirían todos sus efectos conforme a la
legislación del D.F., en cualquier otra entidad federativa. Eso es lo
que yo considero que no es correcto frente a nuestro régimen
federal; tiene validez el acto y no se la puede negar la otra entidad.
Ahora, para los efectos, se tiene que estar a la legislación
generadora del acto, a la legislación receptora, y al 121 e interpretar
en los casos concretos cuál es el alcance de esto; si no lo
hiciéramos así y le diéramos plenos efectos a la figura, entonces sí,
-en mi opinión-, le estaríamos imponiendo al resto de las entidades
27
lo que una resuelve, respecto de su régimen interior, y creo que
ese no es el alcance que tiene el 121, insisto, el 121 es muy
complicado; de otra manera, no podríamos entender por qué el
Constituyente recogiendo la fórmula norteamericana, le dejó al
Congreso de la Unión establecer qué efectos tienen esos actos.
Consecuentemente, me parece que es un problema de matiz, no sé
si lo supe expresar adecuadamente, pero creo que hay que hacer
una diferencia, la validez, en mi opinión, y por eso dije que estaba
de acuerdo con el proyecto, creo que no se puede cuestionar, el
punto es ¿qué efectos puede producir en el resto de las entidades
un acto que se celebra en otra entidad federativa? Ahí creo que los
efectos son los propios, directos, inmediatos del acto que no se
pueden cuestionar, pero hay muchos otros efectos que podrían
derivar de ese acto conforme a la legislación que lo creó, que
puedan no estar previstos en las otras legislaciones estatales.
Y el caso que aquí se ha puesto, en la adopción, el acto celebrado
formal y con todos los requisitos en el Distrito Federal de un
matrimonio entre dos personas, este Pleno ha considerado que es
constitucional; consecuentemente, si reúne todos los requisitos es
válida. Si una pareja del mismo sexo se trasladara a otro Estado,
en el Distrito Federal está pendiente de que se definan las
consecuencias de ese acto, todavía tenemos que analizar el
problema de la adopción, pero en principio surte todos los demás
efectos; si éste fuese el caso, independientemente de esto, si se
fueran a otra entidad en donde hubieran disposiciones expresas
como aquí se han señalado, en relación a que la adopción como
matrimonio sólo se puede hacer entre parejas de distinto sexo,
tendríamos un conflicto de leyes, yo no me estoy pronunciando, ese
sería un caso que tendrían que analizar los tribunales en su
momento y resolverlo, insisto, a la luz de un conflicto de leyes entre
la ley originaria del acto y sus efectos, la ley de la entidad
28
correspondiente y su relación con el 121 constitucional. Esta sería
hasta ahora mi posición, salvo que encontrara un argumento que
me hiciera cambiar. Muchas gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Cossío.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Presidente.
Antes de dar mi exposición quisiera regresar al punto que muy
amablemente nos trató el señor Ministro Valls. Efectivamente, hay
una diferencia fundamental entre entrar al problema del artículo 121
como una cuestión derivada de los artículos 14 y 16 como lo trata el
proyecto y que el Ministro Valls nos ofrece desarrollar desde esa
perspectiva el 121, o considerar que el artículo 121 debe ser
analizado en términos de un elemento de contraste de los artículos
del Código Civil que están siendo impugnados por el Procurador
General de la República.
¿Por qué lo digo así?
Porque a mi
parecer, la cuestión efectivamente planteada, desde el momento en
que se establece como un trastocamiento, y son palabras del
Procurador, de una inconveniencia de la figura del matrimonio y la
adopción en el Distrito Federal, realmente a mi parecer, lo que nos
está señalando el Procurador General de la República es la
violación al artículo 121 constitucional de manera directa, más que
de manera derivada de los artículos 14 y 16, otra vez bajo una idea
de fundamentación y motivación.
Yo cuando me acerco al problema, lo que encuentro es que, insisto,
lo que se está diciendo es: “en realidad el matrimonio -en palabras
del Procurador- que trastoca el orden jurídico mexicano porque le
impone a las entidades federativas una forma de actuación”. ¿Tiene
que ver eso con el 14 y 16, o tiene que ver eso con el 121
directamente? Yo entiendo que es un problema derivado del 121.
Algunos de nosotros hemos dicho que la interpretación nos parece
compleja, algunos otros han estimado que la interpretación es
simple, pero lo que me parece clarísimo es que todos hemos
29
pasado por el artículo 121, para efectos de poder construir esta
derivación, esta flexibilidad, este trastocamiento, como cada quien
quiera verlo, del propio sistema federal mexicano, en tanto -dice
otra vez el Procurador- “una entidad federativa -no dice un Estadouna entidad federativa le impone a otras entidades federativas el
reconocimiento
de
ciertas
formas
de
matrimonio
y
sus
consecuencias a partir de la decisión tomada”.
Creo que sí es muy importante definir en primer lugar, si vamos a
entrar a esto como una cuestión de constitucionalidad directa de los
artículos del Código Civil impugnado, frente al artículo 121, o si esos
artículos los vamos a ver a la luz del 14 y 16, y ahí retomar esto
que nos ofreció el Ministro Valls amablemente, en el sentido de
hacer un desarrollo del artículo 121.
Algunos de los señores
Ministros nos hemos pronunciado en el sentido de que es necesario
ordenar la cuestión efectivamente planteada, tomar con base en el
49 de la Ley Reglamentaria esta argumentación y declarar en su
caso, o al menos analizar el tema en términos del 71 como un
precepto constitucional diverso, que eso se nos permite en las
acciones que no son propiamente electorales; entonces, yo creo
que esto es un tema porque de aquí sí derivan, me parece, formas
muy distintas de la argumentación, lo que acaba de señalar el
Ministro Franco, hasta donde yo entiendo es una argumentación
directa del 121, algunos otros, el Ministro Gudiño hoy en la mañana,
el Ministro Silva Meza en la sesión del día de ayer, estimaban que el
asunto no debía verse de esa forma, creo que esta es una cuestión,
insisto previa, porque a partir de ahí entonces creo que los
argumentos son muy distintos para estar a favor o en contra del
proyecto, yo en principio estoy de acuerdo con el proyecto, pero sí
me gustaría saber cómo lo voy a argumentar. Sé que el Ministro
Valls ya nos dijo que lo va a dejar en sus términos y
complementaría la parte del artículo 121, pero sigo insistiendo que
30
hay concepto de invalidez de constitucionalidad directa contra el
121 y no derivada del 14 y 16. Gracias señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: No cabe duda que el problema
es complejo, acabo de oír, y esto como premisa de mi intervención
que el Pleno ya se pronunció sobre la constitucionalidad del artículo
146 impugnado, dijo el señor Ministro don Fernando Franco, y esto
es cierto pero no del todo, hay dos argumentos sustanciales de
inconstitucionalidad en contra del 146, uno que ya resolvimos viola
el artículo 4º. y viola el artículo 16 de la Constitución y ya nueve
votos dijeron “no se da esa violación”, pero hay otro planteamiento,
el artículo 146 impugnado no dice viola el artículo 121 y esto es bien
importante precisarlo; la única forma en que el artículo 146 del
Código Civil del Distrito Federal podría violar el 121, fracción IV, de
la Constitución Federal es que dijera: “Estos matrimonios solamente
son válidos en el Distrito Federal y no así en el territorio nacional, en
los demás Estados”, porque entonces sí, iría contra el texto expreso
de la Constitución que dice: “Que los actos del Registro Civil
autorizados por cualquiera de los Estados de acuerdo con sus
leyes, debe ser reconocida su validez por los otros Estados,
entonces el argumento es delicado en su concepto.
Lo que está diciendo el señor Procurador es: Este nuevo texto del
artículo 146, es inconsecuente con los valores federativos que
protege el artículo 121 de la Constitución y que son la unidad, la
concordancia entre todos los Estados Federales al imponer,
derivada de esa nueva disposición, una obligación que está en la
Constitución, de reconocer la validez de un acto que resulta extraño
cuando no contrario al orden público de los demás Estados; esto es,
como yo entiendo el planteamiento del Procurador, y entonces
quiero decir: “para mí, esto es tema de inconstitucionalidad”,
algunos señores Ministros, la señora Ministra Sánchez Cordero y el
propio Ministro Valls en su intervención de esta mañana dicen que
31
esto no puede ser tema de inconstitucionalidad ni de estudio,
perdón hago una libre referencia, no a los conceptos claros como
ustedes los expresaron, porque es tema de estructura federal y esto
no tiene que ver con la acción de inconstitucionalidad, pues yo digo:
“claro que sí”, si el amparo que es una acción personal para la
defensa de las garantías individuales permite el planteamiento de
temas de competencia por invasión de esferas de la Federación a
los Estados o viceversa el llamado amparo-soberanía, que acaba
siempre en el 16 constitucional por falta de competencia de la
autoridad pero en una acción de inconstitucionalidad el estudio es
abierto y el examen, hemos dicho, es abstracto, no requerimos un
caso concreto para, a partir de allí, sacar la consecuencia.
Entiendo el argumento tal como lo expresó don Sergio Aguirre; no
se vale que a partir de una norma constitucional que le impone una
obligación a todos los Estados, meter en el concepto Registro Civil
un nuevo tipo de acto que ninguno de los otros reconoce, entonces
oí respuestas muy claras en sentido contrario de que sí se puede,
está la libre configuración y no se afecta la ley de los otros Estados,
lo único que se les dice es: “tienes que reconocer la validez de este
acto” y a más de eso no pasa nada, bueno esa sería la respuesta si
se ve cómo una norma que el Procurador ¡ojo! no dice viola el 121
porque no tiene que ver nada con la letra del 121, sino genera un
acto de discordancia dentro del Pacto Federal– no está yendo
expresamente contra una de las estipulaciones del Pacto Federal,
pero sí produce una anomalía dentro del Pacto Federal cuando la
Federación en el Código Civil Federal y los treinta y un Estados que
la componen, tienen un concepto distinto del matrimonio; entonces,
mi posición será porque el análisis debe hacerse a la luz del 121, no
del 14 y 16, eso ya lo resolvimos y ya dijimos: “no viola el artículo 4º
que protege a la familia, no viola el artículo 16 porque el legislador
local tuvo razones que el Pleno estimó atinentes y que justifican la
emisión de la nueva norma” por eso la moción del señor Ministro
32
Cossío pienso que es interesante que el Pleno defina si el enfoque
de este argumento se va a hacer directamente a la luz del artículo
121 o si vamos a seguir entremezclados con el 4º y 16.
Por favor tarjeta blanca al Ministro Cossío, luego el señor Ministro
Zaldívar y luego el señor Ministro Silva Meza.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Simplemente para insistir en
esto. Estamos frente a un problema, un árbol de decisiones.
Tenemos frente a nosotros el problema del matrimonio, el
matrimonio nos abre dos posibilidades: son válidos o no son válidos
y si son válidos o no son válidos, en dónde son válidos. Tanto el
Ministro Presidente como el Ministro Aguirre si no entiendo mal
dicen: “Que la validez de los matrimonios que se realicen en el
Distrito Federal en contravenciones a un modelo constitucional que
ellos estiman, a un modelo histórico-sociológico o a lo que es la
media de los matrimonios en este país, no puede ser o no tiene por
qué ser válido en el resto de las entidades federativas” si no los
interpreto mal. Ahí ya se abrieron dos decisiones respecto a
matrimonio, mientras que el resto de los integrantes de este
Tribunal estamos considerando que es válido. Eso necesariamente
pasa por la fracción IV del 121, no hay otra posibilidad de resolverlo.
En segundo lugar, una vez que hemos definido que esos
matrimonios son válidos en el resto de las entidades federativas, se
plantea el problema que explicaba el Ministro Franco que es: ¿Y
cuáles son los efectos? hay dos posibilidades genéricas ahí: La
primera, los matrimonios que se realicen en el Distrito Federal
tienen respecto del resto de las entidades federativas o Estados ahí
sí, la totalidad de los efectos que esas instituciones o instituciones
semejantes tienen dentro de las propias entidades federativas de
manera total y abstracta o la segunda que es la que decía el
Ministro Franco ahora, tiene una segunda posibilidad que es: “Los
33
efectos de los matrimonios reconocidos como válidos en la totalidad
de las entidades federativas de nuestro país tienen los efectos que
determinen las propias normas de cada una de las entidades
federativas, no hay más que dos posibilidades, entonces se va a
abrir un árbol de decisiones y en este segundo caso, eso
necesariamente pasa por el 121 y a mí me parece –insisto– que
esta es la cuestión efectivamente planteada por el Procurador
General de la República; de otra manera, vamos a resolver a
soslayo por vía del 14 y 16 un tema que es absolutamente central
que es la validez y después los efectos, yo no me estoy
pronunciando hasta el momento –por la validez ya me pronuncié,
pero no por los efectos– tendría que reflexionar más lo que dijo el
Ministro Franco, pero creo que todo esto
–insisto– pasa
centralmente por el 121. Gracias señor.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Tarjeta blanca para el Ministro
Aguirre Anguiano.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias, muy amable,
solamente para una precisión. A mí me parece impresionante la
intervención de Fernando Franco, estoy meditándolo, pero quiero
decir lo siguiente. Él argumentaba en el sentido de que el artículo 41
establece ciertos lineamientos, ciertas coordenadas que no afectan
por ejemplo a la mancomunidad británica. Yo digo que en esencia
es preciso, pero la mancomunidad británica hoy por hoy ya no tiene
Constitución; sin embargo, está sujeta a la declaración de principios
de la mancomunidad, los que se firmaron en Singapur en mil
novecientos setenta y uno, y en términos generales aceptan en esa
declaración, la importancia de la democracia, el buen gobierno, el
respeto a los derechos humanos, igualdad de hombre y mujer,
respeto a las leyes, desarrollo sustentable y desde luego, la
existencia de un orden público propio de cada uno de los países
34
que están en esta mancomunidad. En este sentido hay pues, según
mi parecer un evidente paralelismo.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Zaldívar.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor
Presidente, primeramente y agradecer mucho al Ministro ponente,
las consideraciones con todos los argumentos que hicimos valer
algunos de los Ministros el día de ayer; por el otro lado, señalar que
había entendido que precisamente lo que estábamos discutiendo
era la interpretación del 121; creo que si se hace algún pequeño
ajuste menor en el proyecto, ya con todo lo que aceptó el Ministro
ponente, son salvables las dos posiciones y se pueden construir a
mayor abundamiento las dos posturas. Quisiera, la mayor parte de
esta exposición, dedicarla a un argumento brillante que expuso ayer
el Ministro Presidente y que hoy reitero y que realmente sí me
parece que es un argumento que debemos tomar con mucha
seriedad y reflexionar, porque siempre he pensado que en los
tribunales, sobre todo constitucionales, pero en todos, más que los
votos, lo que importa son las razones y a veces se puede ganar la
votación, pero quedar evidenciado en el debate, que a mí me
parece que este argumento del Ministro Presidente, requiere que lo
discutamos y lo reflexionemos, a mí me pareció que presentó un
enfoque sobre el cual al menos yo no había advertido y me da la
impresión por las exposiciones que se han dado, que tampoco se
había advertido este enfoque diferente que efectivamente no
habíamos analizado.
Por un lado, dice el Ministro Presidente, que el 121 no habla de
Distrito Federal, a mí me parece con todo respeto, que esta cuestión
es fácilmente salvable, ya lo dijo el Ministro Franco el Distrito
Federal ha venido evolucionando y hoy es una entidad federativa, a
la cual obviamente se le aplica el 121, también hizo alguna
35
argumentación el día de ayer, otra vez sobre el concepto de
matrimonio, y sobre si vulnera o no este concepto milenario y en fin,
creo que en este aspecto, en este sólo aspecto, sí creo que ya hay
una definición de este Tribunal Pleno sobre que esta definición, esta
nueva conceptualización de matrimonio, no vulnera ni el concepto
de familia, ni el 4º ni ningún otro precepto, pero lo que me parece
novedoso, es lo que estableció sobre la cuestión realmente
planteada el Ministro Presidente, diciendo algo sobre lo cual no
hemos votado; es decir, ¿El Registro Civil es o no de libre
configuración? ¿El Congreso General cuando legisla las bases
sobre el Registro Civil, tiene la atribución de establecer límites? o la
libre configuración del Registro Civil hace que los Estados puedan
dotar esos actos o nuevos actos del Registro Civil de otra manera.
Éste, me parece un argumento muy importante que no lo comparto,
pero sí creo que es de una relevancia y de una inteligencia notable,
como nos acostumbra el Ministro Presidente cuando nos sorprende
con sus argumentaciones.
Creo que el artículo 121 constitucional —como ya decía ayer el
Ministro Cossío— tiene una interpretación que no sustentaría estos
extremos; la primera parte del precepto, la primera parte del primer
párrafo, dice: “En cada Estado de la Federación se dará entera fe y
crédito a los actos públicos, registros y procedimientos judiciales de
todos los otros Estados”. Esta es la premisa, ésta es la obligación,
que tienen todos los Estados ¿A qué autoriza la Constitución al
Congreso? Dice la segunda parte del primer párrafo: “El Congreso
de la Unión, por medio de leyes generales prescribirá la manera de
probar dichos actos, registros y procedimientos y el efecto de ellos
sujetándose a las bases siguientes”, no establece qué tipo de actos
van a ser, ni tampoco establece que tenga el Congreso General
libertad para prever la validez y los efectos, porque después vienen
cuatro fracciones que le son obligatorias al Congreso.
36
La fracción
IV,
que es la que nos ocupa, dice claramente: “Los actos
del estado civil ajustados a las leyes de un Estado tendrán validez
en los otros”. Entonces a mí me parece que no es atribución del
Congreso establecer qué actos van a ser válidos en el Registro
Civil, y que sí hay una libre configuración de los Estados. ¡Claro!
Siempre y cuando respeten la Constitución General de la República,
respeten los derechos fundamentales.
Si nosotros hemos establecido, y aquí es donde creo que sí se liga
lo que ya resolvimos con esto de que no se vulnera de manera
sustantiva
ningún
derecho
fundamental,
ninguna
garantía
institucional, ningún precepto de la Constitución con estos
matrimonios, me parece que difícilmente podríamos sostener que lo
que se está vulnerando es esta facultad del Congreso para
configurar los actos del Registro Civil. Creo que no hay tal
atribución.
Nos decía ayer el Ministro Presidente algunos extremos, como la
poligamia, y quizás podríamos pensar en muchos otros. Lo que
sucede es que dados esos supuestos, pues ya sería cuestión de
que los asuntos en su caso lleguen a esta Suprema Corte y
determinemos la constitucionalidad o no; tampoco queremos decir
que los Congresos de los Estados puedan hacer lo que quieran.
Habrá que ver, en cada caso, si efectivamente resisten un análisis o
no de constitucionalidad.
Estimo que sí, que efectivamente no le asiste la razón al Procurador
en el argumento, porque no hay esta vulneración, no hay esta
irregularidad, no hay esta ofensa que después matizó el Ministro
Presidente con este tipo de disposiciones, pero sí me parece que es
un argumento del cual nos tenemos que hacer cargo porque creo
que esto es lo que planteó el Procurador efectivamente, como dice
el Ministro Presidente.
37
Por otro lado, en relación ya a lo que decía el Ministro Fernando
Franco, me parece y si no es así, le pediría al señor Ministro que me
aclarara lo que entendí de su afirmación sobre los efectos
secundarios —por llamarlo de alguna manera— no es que la validez
del acto —en este caso el matrimonio— esté sujeta a no tener
efectos en otra entidad federativa. No quiere decir que los actos
derivados de este matrimonio que se hayan realizado en el Distrito
Federal no vayan a tener eficacia en otra entidad federativa.
Pongo el ejemplo: si un matrimonio entre parejas del mismo sexo
adopta un hijo, se mudan a otra entidad donde no se reconoce, no
sólo no se reconoce incluso se podría prohibir el matrimonio entre
personas del mismo sexo, no podríamos nosotros sostener que no
hay matrimonio y que el hijo adoptivo ya no es hijo de este
matrimonio. A mí me parecería que esta interpretación sí sería
abiertamente contraria a la Constitución y a la libertad de
configuración de los Estados.
Lo que entiendo que quizás se refiere el Ministro Franco es que este
matrimonio llega a un Estado donde la adopción no está permitida a
matrimonios entre personas del mismo sexo porque no está
reconocida esta figura y entonces ellos no podrían decir: Como en
el Distrito Federal tengo este derecho, lo puedo hacer valer aquí. Y
aquí sí estaríamos ya —según entiendo— en un problema de cada
caso concreto, entonces creo que se puede sostener válidamente
que sostenemos la validez de los actos que despliegan, como no
puede ser de otra manera, sus efectos derivados de esa validez,
pero que puede haber otro tipo de situaciones que quedan sujetas a
una interpretación de cada caso concreto.
Tengo la impresión de que ése era el planteamiento del Ministro
Franco. Si así fuera, pues a mí me parece en principio bastante
38
razonable la posición del Ministro Franco y no creo que sea
contradictoria con lo que hemos sostenido. Simplemente tengo la
impresión de que vamos afinando un tema que sin duda es muy
complejo.
Una última cuestión a mayor abundamiento. Me parece que el no
reconocer la validez de los matrimonios entre personas del mismo
sexo declarados constitucionales —en su caso— por esta Suprema
Corte vulneraría también el derecho de libertad de tránsito y de
residencia de todos los que participan de este tipo de matrimonios,
porque pensemos. ¿Qué va a suceder en el momento en que una
pareja que es matrimonio en el Distrito Federal? de personas del
mismo sexo que “cruza la frontera” entre comillas del Distrito
Federal, este matrimonio ¿se desvanece?, ¿se van de vacaciones y
ya no son matrimonios? Se van de vacaciones, y su hijo ¿ya no es
su hijo? O se mudan de residencia, y entonces ya el hijo ya no es el
hijo, no tiene derecho a alimentos. En fin, me parece que estos
asuntos son muy complicados, y no solo eso, sino que una persona
que tiene este matrimonio, va a otro Estado, y entonces ¿ya se
puede casar porque no está casado?
Bueno, y ustedes me van a decir cómo se va a casar si solamente
hay matrimonios heterosexuales. Nosotros sabemos que hay
muchos casos de personas con cierta orientación sexual que no
obstante optan, por las razones que sean, tener un matrimonio
heterosexual. Entonces, creo que no podríamos llegar a estos
extremos, y que él no reconocer la validez nos llevaría a estos
extremos.
Creo que la interpretación sana del 121, que desde luego no deja
de ser compleja, sobre todo en un tema tan delicado; y
las
contraargumentaciones e ideas que vamos aquí avanzando, a mí
me llevan a la convicción de que efectivamente el argumento del
39
Procurador no es fundado, porque no se produce este rompimiento,
no se produce este ataque, esta vulneración al orden público de los
Estados, con el reconocimiento de la validez. ¿Por qué? Porque
estamos en presencia de un mandato expreso.
Y realmente, la configuración a nivel federal o ley general de los
actos del Registro Civil, no me conduce a un convencimiento de que
realmente pudiera ser un argumento tal como está el texto del 121,
y cuál ha sido nuestra tradición, sin negar como ya indiqué, que
pudiera darse eventualmente algún caso, en que pudiera venir
algún exceso, que pudiéramos en un momento dado declarar ese
acto inconstitucional, pero no por vulnerar el Registro Civil sino por
vulnerar algún otro precepto. Gracias Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Con una disculpa para quienes
siguen en la lista, don Juan Silva Meza, Luis María Aguilar, Ministra
Luna Ramos y Ministro Valls, me veo precisado a un par de
brevísimas aclaraciones.
La primera, yo hice la lectura del artículo 121, y dije, hago notar que
aquí no se habla ni del Distrito Federal ni de la Federación, pero
esto inclusive tiene un sentido histórico. En 1917, no se habló del
Distrito Federal, porque no había un gobierno propio de entidad,
dije: el gobierno del Distrito Federal era gobierno federal, y a
continuación se da la potestad al Congreso Federal para emitir una
Ley General sobre Reconocimiento y Validez. Esta ley, se dijo: no
fue una Ley General reglamentaria del 121, pero sí en el aspecto
del Registro Civil, el Código Civil Federal, asentó las reglas del
Distrito Federal en el Código, y la validez de los actos celebrados en
los otros Estados de la República.
El argumento que acabo de escuchar y que parece estar inmerso en
la discusión; la propuesta del señor Ministro Aguirre Anguiano, así la
40
entiendo, y la mía propia, no es en el sentido de que no se
reconozca la validez de matrimonios entre personas del mismo sexo
fuera del Distrito Federal; no, las consecuencias serían terribles, no
las imagino. No, la propuesta como la planteo es: el nuevo artículo
146 es inconsecuente con el régimen federal, y con la estipulación
que establece el artículo 121 en su fracción IV. Por lo tanto, es una
norma inconstitucional, y hay que expulsarla del orden jurídico.
Esa es mi propuesta, pero estamos partiendo de la base de que el
acto es válido en toda la República, y el problema se suscita porque
son actos válidos en toda la República, tal como lo plantea el
Procurador.
Quise hacer estas precisiones para que se tengan en cuenta en lo
que sigue de la discusión. Señor Ministro Silva Meza.
SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Gracias Presidente. Pues sí,
efectivamente es tan rica la expresión de argumentos y precisiones
que pues hay mucha materia para seguir adelante, pero para estos
efectos comparto con aquellos compañeros que han señalado la
necesidad de precisar, acotar perfectamente el tema a discusión; el
tema a discusión tiene que partir precisamente de lo expresado por
el accionante, y el accionante efectivamente considera que se
vulneran los artículos 14 y 16, vinculados con el 121, pero dice, 14 y
16 en función de que la aceptación de esta norma, de este tipo
específico de matrimonio entre personas del mismo sexo, a la luz
del 121 genera violaciones a principios de legalidad y genera
inseguridad jurídica, que son las violaciones al 14 y 16.
Prácticamente hay que hacernos cargo, y el proyecto se hace
cargo, de las violaciones a estos dos preceptos, 14 y 16, analizados
a la luz del artículo 121.
41
¿Cómo lo hace a la luz del 121? Determinando la naturaleza y
alcance de esta discusión constitucional. En ese sentido el debate
se ha abierto en función de la naturaleza, en función de la
interpretación del 121, y dentro de esta suerte en lo particular yo
sigo sosteniendo lo que señalaba el día de ayer en relación a la
naturaleza y alcance del 121 constitucional inserto necesariamente
en nuestra estructura federal.
¿Por qué? Porque precisamente ésta, nuestra estructura federal, y
estas posibilidades inclusive de actuación de los diversos Poderes
de las entidades federativas que conllevan de la mano en
muchísimos de los casos cuando así lo señala la Constitución
Federal, de libertad de configuración, viene a determinar o viene a
generar conflictos de leyes definitivamente y problemas en relación
con su aplicación extraterritorial.
En función de esos problemas de aplicación extraterritorial es que el
artículo 121 se erige, desde mi punto de vista, como una disposición
que viene a determinar las bases para dirimir esos conflictos
normativos, esas son las bases que señala, bases para dirimir
conflictos normativos, no bases para establecer unicidad en
contenidos materiales de legislación.
Se habla de principios de unicidad, se habla de principios de
uniformidad, se alude que hay violación; la violación constitucional
se señala en función de que esta discusión es contraria a las otras
disposiciones contenidas en otros ordenamientos civiles en relación
con esta figura del matrimonio, eso no es federalismo, eso es
centralismo. Vamos, si pensamos que hay una violación de esta
discusión porque no es conforme con las demás o porque no es
conforme
con
la
Federación,
¿entonces
dónde
quedó
el
federalismo, dónde quedó la libertad de configuración de cada una
42
de las entidades federativas y dónde queda el contenido y alcance
del 121 constitucional?
El 121 constitucional está precisamente para dirimir, fijar bases para
dirimir esos conflictos de aplicación, y ese es el sentido, desde mi
punto de vista, donde el cual, bordando en el proyecto, analizando
el 121 constitucional, analizando las características en función de
ejercicio de libre configuración legislativa, donde reconociendo una
realidad social en una determinada circunscripción político-territorial
se determina una disposición que regula esta figura; esta situación
con expresiones diferentes, con contenidos diferentes, se ha
reconocido, se ha establecido aquí ya su constitucionalidad.
Ahora, para estos efectos si ya se consideró la constitucionalidad,
vamos al 121 frente a eventuales, eventuales, posibles conflictos en
casos concretos que no implican una determinación en abstracto,
en una interpretación de un 121 constitucional que nadie está
pidiendo sino simplemente en relación con el 14 y 16, para efectos
de si existe o no una transgresión en función del 146 por la
aplicación del 121 constitucional, que establece exclusivamente
normas para dirimir conflictos de aplicación extraterritorial de
disposiciones, y en el caso concreto, la fracción IV, del 121, que
determina regla clarísima, clarísima, para efecto de reconocimiento
de validez, que es cosa diferente y que creo que hay que distinguir y
se me hace lo interesante y muy valioso del documento que nos
acaba de repartir el señor Ministro Franco, en relación de distinguir
validez y efectos, porque son dos situaciones totalmente diferentes,
en alguna exclusivamente se trata del reconocimiento de validez
que no implica aplicación extraterritorial, la aplicación está en
función de los efectos y la problemática constitucional, desde mi
punto de vista, solamente puede presentarse frente a casos
concretos donde no se reconozca o no se le den efectos a esos
actos, donde puede haber un pronunciamiento concreto, pero no un
43
pronunciamiento en relación con validez constitucional del 121 en
su contenido y alcance, ―que insisto―, no es la materia de la
acción de inconstitucionalidad.
Sí está vinculada con inseguridad jurídica y con problemas de
legalidad y aquí la conclusión debe ser: en esta aplicación se
genera, en función de la norma que ha sido reformada, en esta
norma que ha sido creada que reconoce la pertenencia jurídica,
legal, constitucional, del matrimonio entre personas del mismo sexo
en esta aplicación, reconocimiento en otras entidades federativas
que no la tienen, esta lectura del 121 tiene que ser, creo, en última
instancia, en función del reconocimiento de derechos, no en función
de prohibiciones o de omisiones o de tratamientos diferenciados en
un Estado federal.
Creo, por eso, que con las especificaciones que el señor Ministro
ponente ha determinado en la mañana de hoy, yo seguiría estando
de acuerdo con el proyecto, sobre todo con esos planteamientos
que él ha hecho en esta mañana, en el sentido de que no resulta
posible en el caso, hacer un estudio en abstracto de todos los
supuestos posibles, conflictos que pueden presentarse en el caso
concreto. Gracias señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls, tarjeta
blanca.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Sí, señor Presidente,
quiero agradecerles a todos sus comentarios sobre lo dicho por un
servidor esta mañana, y quiero decirles que en principio estoy de
acuerdo con todo aquello que se ha ido sugiriendo para incorporarlo
al proyecto y solamente una precisión a lo dicho por el señor
Ministro Cossío: efectivamente los argumentos de la Procuraduría
pasan por el matiz del 121, pero no están señalando que haya
44
violación directa del 121 como lo acaba de decir el señor Ministro
Silva Meza, por ello no se hace un análisis directo del 121 sino en
función del 14 y del 16 constitucionales, que es como lo plantean los
argumentos del accionante.
Con esa precisión, mi agradecimiento a todos los señores Ministros
por sus aportaciones para ir redondeando ya un proyecto de
sentencia. Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Esta aclaración cancela la
solicitud de voto posterior, señor ponente?
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Sí señor.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Gracias. Señor Ministro Luis
María Aguilar.
SEÑOR
MINISTRO
AGUILAR
MORALES:
Cuando
platiqué
brevemente con el Ministro Valls respecto de lo que se estaba
discutiendo, le comentaba algunas ideas que afortunadamente para
mí han desarrollado con muchísima mayor claridad el Ministro
Zaldívar y el Ministro Silva Meza respecto del punto y con lo cual y
por supuesto estoy de acuerdo, ese problema de la distinción entre
la validez y los efectos no la veo en ese sentido de efectos, yo creo
que estamos precisamente en la aplicación de estas dos fracciones
del 121, la I y la IV, la validez del acto, vamos al ejemplo concreto,
la validez del acto del matrimonio, desde luego que es la validez
que debe reconocerse en toda entidad de la República, no dejan de
ser un matrimonio porque se trasladen a cualquier otra entidad de la
República que no sea el Distrito Federal.
El efecto, decía el Ministro Franco, a lo mejor es distinto, no, yo creo
que como se explicaba de alguna manera, se trata de que a la hora
45
de querer, por ejemplo, adoptar y en una entidad estuviera
expresamente prohibido que los matrimonios compuestos por
personas de un mismo sexo no pueden adoptar o a la inversa, en
sentido negativo, sólo los matrimonios conformados por hombre y
mujer pueden adoptar, lo que se trata ahí es de la aplicación de la
norma local, no es porque el matrimonio no surta sus efectos en
este otro Estado, sino porque la aplicación de las normas de este
Estado, como señala la fracción I, no permiten que se haga la
adopción.
Creo que ahí no estamos hablando de que el efecto se disminuye,
ese es mi punto de vista, creo que se trata del cumplimiento de la
fracción I del 121, que exige que las reglas de un Estado se
apliquen en ese Estado, sin que se pueda dar la aplicación
extraterritorial en otro Estado de la República o entidad como es el
Distrito Federal.
Por otra parte, por lo que se refiere a la uniformidad de la institución
del matrimonio, que es la que se pudiera ver afectada desde el
artículo 121 de la Constitución, ya lo apuntaba el Ministro Silva, que
en realidad esa uniformidad, primero, para mí ––lo decía yo ayer––,
no la veo derivar como una condición del 121, pero suponiendo que
existiera, entonces tendríamos que definir cuál es esa uniformidad,
en qué momento hay uniformidad; porque solamente un Estado no
esté en esa uniformidad ¿sigue existiendo o cuando sean dos o tres
Estados los que ya lo modificaron? De tal modo que además se
haría totalmente inamovible esa uniformidad si nunca nadie puede
dar el primer paso para cambiar la uniformidad tal.
Creo que en ese sentido la uniformidad bastaría entenderla en
cuanto a la libertad precisamente, dentro de un sistema federal, la
libertad de configuración que tiene cada entidad de la República. Y
mientras esa libertad de configuración no sea contraria a la Norma
46
Federal, a la Constitución Federal, no le veo ningún problema para
que sea distinta en un Estado que en otro.
Precisamente aquí estamos discutiendo o hemos discutido y votado
ya que el 146, no viola la Constitución Federal en el sentido de la
configuración del matrimonio entre personas de un mismo sexo.
Bueno, pues ésa es precisamente una de las libertades de
configuración que no tiene por qué estar sujeta a un candado que
sería inamovible porque está rompiendo la uniformidad, porque
entonces nunca se podría romper esa uniformidad. Muchas gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señora Ministra Luna Ramos.
SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Gracias señor Presidente.
Releyendo la demanda del señor Procurador, porque se ha hablado
mucho de cuál ha sido la cuestión efectivamente planteada en este
aspecto. Lo que él dice es esto: El 146, si se declara válido, está
estableciendo la posibilidad de que se lleve a cabo el matrimonio
entre personas del mismo sexo ––que esto no es válidamente
aceptado en todos los Estados de la República––.
Y si bien es cierto que el artículo 121 de la Constitución, en su
fracción IV, dice: “Que todos estos actos de Registro Civil deben
tener reconocimiento de validez, ––dice–– lo cierto es que al ir en
contra de disposiciones constitucionales y locales, rompe con el
régimen de competencia federal” ––Ése es el argumento del
Procurador––. Pero además, algo que les quiero leer y que va un
poco en función de lo externado por el señor Ministro Franco, que
es lo que creo que hay que precisar de manera más concreta. Dice:
“En este orden de ideas”, ––después de haber externado lo que ya
había adelantado, incluso poniendo ejemplos de artículos de
Constituciones locales, que dicen lo contrario––, dice: “En este
orden de ideas, es necesario diferenciar el mandato constitucional
47
del numeral 121, por lo que hace a los actos civiles de los Estados.
Dicho numeral ordena dar reconocimiento de validez; sin embargo,
ello no implica la viabilidad jurídica de otorgarle efectos en la
legislación local de determinada entidad federativa al acto civil
determinado, está expresamente prohibido o es incompatible con el
previsto en las leyes de otro Estado. Ello, sin duda alguna genera
una carga desmedida para el gobernado, así como una grave
inseguridad jurídica derivada de la falta de certeza en cuanto a los
efectos de los actos del estado civil celebrados válidamente en un
lugar, pero prohibidos o al menos no reconocidos o incompatibles
en instituciones familiares de otro Estado”.
Éste es en realidad el argumento toral que está planteando el
Procurador General de la República y creo que en esto tenía razón
el señor Ministro Franco, en establecer la diferenciación, porque así
lo está determinando de manera expresa en su argumentación.
Dice: “No discuto y no pongo en tela de duda que el 121 nos obliga
al reconocimiento de la validez”, pero dice: “Pero esto no implica la
vialidad jurídica de otorgarle efectos en la legislación local de
determinada entidad”, por eso la distinción que hizo el señor
Ministro Franco entre la validez del acto y el reconocimiento de
efectos en una entidad federativa donde su Constitución establece
cuestiones diferentes; esto es perfectamente establecido en el
argumento del Procurador.
¿Cómo creo yo que en un momento dado debe responderse a esto?
Esto no es una violación al 121, esto lo refiere a una violación al 14
y al 16, porque está reconociendo que el 121 sí determina el
reconocimiento de validez; lo que está diciendo es, determina el
reconocimiento de validez, pero no el reconocimiento de los efectos
en las legislaciones locales, esa es la diferencia. ¿Por qué está
diciéndonos que el reconocimiento de los efectos no es reconocido
en las legislaciones locales? Pues por el propio cuadro que nos está
48
dando el señor Ministro Franco, en todos los Códigos Civiles de los
Estados, cuando se habla del reconocimiento de efectos jurídicos
de actos y contratos celebrados en otra entidad, dice: En todos –
redacción más, redacción menos–, en todos, la cuestión es que
deben ejecutarse en ese acto conforme a su legislación.
Pero no sólo eso, si nosotros vemos el Código Civil Federal,
también nos establece una disposición de carácter similar. En el
artículo 13 –al que ya nos hemos referido con anterioridad–, en su
fracción V, nos está diciendo: “Salvo lo previsto en las fracciones
anteriores, los efectos jurídicos de los actos y contratos, se regirán
por el derecho de lugar donde deban ejecutarse, a menos que las
partes hubieren designado válidamente la aplicabilidad de otro
derecho”. Entonces, actos y contratos –dice– se rigen por el
derecho del Estado en el que se estén ejecutando.
Ahora, cuál es el problema que se nos está planteando aquí, no la
validez, la validez la están reconociendo y están determinando que
ésta está ampliamente establecida en el artículo 121, fracción IV; lo
que dicen es: Lo que me preocupa es que estás rompiendo con mi
sistema federal o cuando menos con mi sistema local, se están
estableciendo
prohibiciones
para
darle
efectos
plenos
al
reconocimiento de ese acto que se celebra en el Distrito Federal.
Ahí la respuesta creo que es, está relacionada con que los efectos
de este tipo de actos, van a hacerse de acuerdo al reconocimiento
que cada Código Civil de los Estados, y que el Código Civil Federal
está determinando, es conforme al lugar donde va a tener su
ejecución.
Pero éste no es un problema de constitucionalidad, éste ya es un
problema de legalidad, creo yo. ¿Por qué razón? Porque no se está
estableciendo un comparativo con la Constitución, aquí lo que se
está determinando es un problema de aplicación; bien señaló hace
49
rato el señor Ministro Zaldívar, cuando puso los ejemplos “no se
está estableciendo que el matrimonio pueda declararse inválido o
no reconocerse como válido en una entidad de la República distinta
al Distrito Federal”; por supuesto que no, eso es perfectamente
válido en términos del 121, fracción IV, dice él: “¡Ah! pero si este
matrimonio empieza a solicitar adopción, entonces –dice– ya tendrá
que regirse de acuerdo a los artículos del Código Civil de ese
Estado en donde se está llegando a solicitar”.
Bueno, pues esto ya es un problema de aplicación, ¿por qué es un
problema de aplicación? Porque de alguna manera para poder
aplicarlo va a acudir a su legislación local que es la que le dice en
todo momento cómo van a surtir efectos estos actos, pero no es la
Constitución la que lo está determinando; la Constitución está
determinando su validez, y suponiendo que en el momento en que
pretendiera adoptar o realizar otro tipo de actos haciendo uso
precisamente de la validez de ese acto civil que es el matrimonio y
le dijeran que no, por qué, porque en aplicación de su legislación
esto no es válido, bueno, podría originarse un problema de
constitucionalidad, pero un problema de constitucionalidad diverso
que se va a dar en aplicación de la ley local que en ese momento se
hubiera determinado, pero no en este momento podemos decir que
hay un problema de constitucionalidad por la precisión de los
efectos, porque no es el 121 el que nos está mencionando si los
efectos son realmente plenos o no, ése sería el problema de
interpretación ¿cuándo? cuando se le llegue aplicar, y en todo caso
de negar si esto es o no correcto, por eso para mí la contestación
sería respecto de la validez del documento, bueno, no existe duda
alguna y el 121 así lo establece.
Respecto de los efectos los está relacionando o equiparando, no
con una disposición de carácter constitucional, sino con una
disposición de carácter secundario como es el Código Civil Federal
50
y como son los códigos locales de los Estados; entonces, ahí no
estamos en un problema de constitucionalidad, estamos en un
problema de aplicación de la norma; que eventualmente pueda
derivarse un problema de constitucionalidad en su aplicación será
ya en el caso concreto, pero no en este momento en el que de
manera abstracta simplemente quieren que se defina si es o no
constitucional, que se apliquen o no los efectos, cuando no
sabemos ni de qué manera, ni de qué forma se van a aplicar en
cada uno de los Estados.
Entonces, por esa razón la contestación a esta argumentación
específica del Procurador General sería en relación con la validez,
el 121 está reconociéndola como tal y éste sí es un problema de
constitucionalidad, en relación con los efectos este es un
comparativo que se hace con la legislación secundaria que no
entraña un problema de constitucionalidad y que escapa por
supuesto a la naturaleza de la acción de inconstitucionalidad, y en
todo caso, será motivo de su aplicación y, en su caso, de las
posibles violaciones constitucionales que ésta pudiera dar en un
momento dado. Gracias señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE:
Señor Ministro Valls, tarjeta
blanca.
SEÑOR
MINISTRO
VALLS
HERNÁNDEZ:
Gracias
señor
Presidente. En primer lugar, para agradecerle mucho a la señora
Ministra Luna Ramos la claridad con que ha expuesto estos temas
que hemos venido manejando a lo largo de la mañana, y
coincidiendo total y absolutamente con lo que ella ha dicho y que
resume también –así lo entiendo- el punto de vista de otros señores
Ministros que han hecho uso de la palabra anteriormente.
51
Solamente nos quedaría por hacer la precisión si hay una
impugnación directa, considero que no del 121, o se hace la
referencia en función de la violación, ahí sí directa, al 14 y al 16
constitucionales, eso sería lo único en el tema, que pienso habría
que definir; en lo demás hago mía toda la argumentación para
incorporarla al engrose correspondiente. Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE:
Señor Ministro Cossío,
finalmente su turno.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Sí señor Presidente, muchas
gracias. Tiene razón el Ministro Valls cuando dice que el Procurador
General de la República no planteó el argumento, de ahí que en
diversas ocasiones varios de nosotros dijéramos que esto entraba
por artículo 49 y artículo 71, eso creo que es claro para todos
nosotros como cuestión efectivamente planteada; entonces en ese
mismo sentido sigo creyendo y ahora con la interpretación que hace
la Ministra Luna Ramos, me confirmo en este sentido de que
efectivamente, tanto por lo que leyó de la demanda como de su
intervención, que sí hay este planteamiento, pero ésa es una
cuestión que dejo de lado en este momento, no creo que valga la
pena discutir sino después de haber escuchado razones, como
decía el Ministro Zaldívar, pasemos pues a la votación.
Ahora, dado que creo que sí hay este planteamiento y que esto es
lo efectivamente planteado en esta cuestión y que resolverlo por 14
y 16 no basta, creo que es mucho más complejo y extenso el tema,
me parece que el problema central que se nos está planteando es el
siguiente.
Efectivamente, las entidades federativas no pueden desconocer la
validez de los actos civiles que se hubieren llevado a cabo en otras
entidades; sin embargo, se dice: Los efectos de esos actos civiles
52
que se van a llevar a cabo o que se llevaron a cabo en otra entidad
federativa –decía el Ministro Franco- van a permitir, de acuerdo con
las diversas disposiciones del cuadro que nos pasó, que cada
entidad le otorgue los efectos que más adecuadamente le parezca
conforme a las propias disposiciones que se presenten.
Esto por supuesto va a dar lugar o puede dar lugar a diversos
juicios de amparo en la medida en que las personas que, por
ejemplo, dos personas del mismo sexo contraen matrimonio en el
Distrito Federal, van a cualquier entidad federativa y allí se
desconocen algunos de los efectos que ellos suponen debieran
reconocerles, y esto me parece que es efectivamente así, si se
prohibiera la adopción, si se generaran determinados problemas
respecto de pensiones, patria potestad o cualquier custodia de hijos,
etcétera,
pues
esto
generaría
algunas
dificultades
que
efectivamente ellos tendrían que venirnos a plantear a través de un
juicio de amparo y analizarlo a la luz del derecho fundamental que
nos establecieran.
Sin embargo, a mí me sigue quedando un
problema y el problema es el siguiente: ¿hasta qué punto puede
dejar de reconocerle efectos una entidad federativa a los actos que
se hubieren llevado a cabo en otra entidad federativa? Y pongo este
siguiente ejemplo: dos personas del mismo sexo contraen, insisto,
matrimonio aquí en el Distrito Federal y casados bajo este régimen
se van a una entidad federativa, ¿puede la entidad federativa
disminuir, desvanecer un conjunto de notas constitutivas que tiene
el matrimonio en el Distrito Federal al extremo que hicieran
completamente irrelevante esta condición? Esto es un problema
por supuesto de grado, que me parece pasa simple y sencillamente
por la definición o el concepto de validez que está establecido en la
fracción IV del artículo 121, porque ¡claro! se podría decir; yo
reconozco ese tipo de matrimonios, por qué, porque eso es lo que
pareciera
inicialmente,
que
la
expresión
validez
me
está
reconociendo, pero ¡claro! como la posición ideológica que se
53
presente en cada una de las entidades federativas y para eso tienen
todo el derecho y toda la legitimación más que el derecho, los
órganos democráticos electos en cada entidad federativa, llevan a
tal extremo la reducción de los elementos fundamentales o
esenciales u ordinarios del matrimonio, que en una determinada
situación resulta prácticamente irrelevante el reconocimiento de esta
cuestión matrimonial.
Se determina que las cuestiones relacionadas con patria potestad, o
custodias, o alimentos, u lo que se refiera, han quedado degradadas
a tal punto que resulta prácticamente irrelevante ese reconocimiento
de la validez formal del acto de Registro Civil que viene del Distrito
Federal, o que fue emitido en el Distrito Federal, ahí es donde a mí
precisamente me parece de enorme importancia analizar el tema
del artículo 121, e ir a un concepto de validez que sea mucho más
sustantivo que simplemente un reconocimiento de validez formal del
acto emitido en el Distrito Federal. Me van a decir, y puede ser que
tengan razón, que esto lo iremos viendo en los juicios de amparo y
sí puede ser que en los juicios de amparo lo veamos y vayamos
viendo esto por goteo como suelen ser los juicios de amparo; sin
embargo, me parece que también sin establecer una regla general y
en eso coincido con el Ministro Franco sobre el concepto, o sobre la
necesidad de adoptar en el Estado receptor la totalidad de los
efectos que la institución tenía en el Estado emisor, podríamos
construir un concepto de validez sustantivo desde el artículo 121 y
no necesariamente expresarnos a los derechos fundamentales,
porque aquí tan relevante es una expresión constitucional como el
propio derecho fundamental, toda vez que la violación del derecho
fundamental va a pasar precisamente por la determinación de este
concepto de validez. Para mí esta es la importancia de centrar el
concepto de invalidez por la cuestión efectivamente planteada por el
concepto
de
validez,
insisto,
no
sólo
para
otorgarle
el
reconocimiento formal que es lo que estamos haciendo, sino para
54
introducir algunas notas de carácter material que impidan que en los
Estados se diluyan de tal forma las instituciones, que sí
efectivamente se tenga reconocimiento pero éste pueda llegar a
resultar irrelevante por la forma en la que el legislador local actúo
respecto de la institución.
Finalmente, hemos tomado mucho tiempo en esta discusión, espero
no participar, pero esta es justamente la razón por la que a mí me
parece dada la cuestión efectivamente planteada, es necesario
pasar por el artículo 121 y definir el concepto de validez, no como
un problema formal, insisto, sino como un problema material y límite
al legislador estatal, dado que se trata de una regla constitucional.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Fernando
Franco, tarjeta blanca.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Gracias señor
Presidente.
Señoras y señores Ministros, muy respetuosamente quisiera
proponer que votemos este punto.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¡Sí claro!
SEÑOR
MINISTRO
FRANCO
GONZÁLEZ
SALAS:
Porque
estamos mezclando en todas la intervenciones el punto definitorio
con argumentos muy válidos que cada uno de nosotros damos;
entonces, a mí me parece que para dar orden y siguiendo la
propuesta, votemos este primer punto, es sobre el 121, si es
directamente el concepto planteado, digamos interpretado por el
Pleno
y
luego
podamos
entrar
a
hacer
algunas
otras
consideraciones.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Recojo la moción señor
Ministro, tiene la palabra el Ministro Luis María Aguilar.
55
SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Yo estoy de acuerdo
con el Ministro Franco, y precisamente de lo que decía el Ministro
Cossío, parece que entonces se va a abrir otro punto de discusión
que no está expresamente planteado tampoco en la demanda.
No coincido totalmente con que se pueda diluir, porque hay ciertos
efectos que son personalísimos, por ejemplo, la patria potestad, que
aunque se vaya uno a otra entidad de la República, no por eso la
patria potestad va a desaparecer respecto de la forma en que se
estableció la adopción en el Distrito Federal.
Pero este es otro punto de vista y otro tema de discusión que desde
mi punto personal creo innecesario y no es pertinente en este
asunto iniciarlo.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Definitivamente ya estamos a
punto de votar, solamente han pedido la palabra la Ministra Luna
Ramos, la Ministra Sánchez Cordero y el Ministro Arturo Zaldívar.
En ese orden, Ministra Luna Ramos.
SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Muy rápidamente señor
Presidente. En aras de unificar la argumentación, lo único que
podría proponer es que se estableciera que se está reclamando la
violación a los artículos 14 y 16 por las razones externadas por el
Procurador General, en relación con el contenido del 121
constitucional, y de ahí mismo se establece la interpretación tanto
del 121 como del 14 y 16, y por tanto, creo que puede en un
momento dado unificarse con lo que el señor Ministro Cossío
establecía, porque una imputación directa al 121 no la hay, pero sí
la imputación está directamente relacionada con lo que establece el
121.
56
Entonces, si se estableciera de esa manera, igual hasta podríamos
tener una votación más uniforme. Gracias señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señora Ministra Sánchez
Cordero.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ
CORDERO:
Gracias
señor
Ministro Presidente. Yo no iba a intervenir, porque de hecho el
señor
Ministro
Silva
Meza
y
otros
Ministros
me
dejaron
prácticamente sin materia, pero he estado reflexionando todo lo que
aquí se ha dicho y yo no entiendo de veras, no entiendo cómo una
cualidad personalísima del individuo, que es su estado civil o su
estatus de hijo, no empate directamente con los actos que llegue a
celebrar, y que por supuesto los efectos que puede producir ese
estado civil de las personas, si lo acompaña a todos lados, es un
estatuto personal, es una situación personalísima del individuo.
Realmente estoy básicamente un poco desconcertada en todo lo
que se ha dicho, porque para mí era clarísimo el proyecto y era
clarísimo que este estatuto personal es un estatuto que en sí mismo
ya produce los efectos jurídicos que no pudiéramos desvincular.
Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Tarjeta blanca para el señor
Ministro Cossío.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: El Ministro Franco, señor
Presidente, nos pasó un cuadro, voy a leer primero el artículo 10 del
Código Civil de Aguascalientes para tratar de resolver esta
perplejidad de la Ministra Sánchez Cordero.
Dice: “Artículo 10. Los efectos jurídicos de actos y contratos
celebrados fuera del Estado, pero dentro del territorio nacional,
57
siempre que deban ser ejecutados en el Estado de Aguascalientes,
se regirán por las disposiciones de este Código”.
Si yo no leo mal este artículo 10, lo que está diciendo es que
inclusive eso que parece tan claro como el estatuto personal,
adquirirá los efectos que le está estableciendo el Código, podríamos
leer el resto de las cosas. Entonces, no es tan claro lo del estatuto,
esto me parece que se deriva una preconcepción de lo que es el
estatuto, no de lo que dicen los Códigos a los cuales precisamente
por la intervención del Ministro Franco nos están remitiendo.
Entonces, justamente porque se pueden restablecer, o elaborar, o
definir, o lo que sea, los efectos de estos actos del Distrito Federal
en las entidades federativas, parecería importante introducir algunas
puntualizaciones, a mi parecer, muy respetuosamente, sobre el
concepto de validez que prevé la fracción IV, del 121. No es algo
que tengamos por naturaleza, sino es algo que determinan las
disposiciones del ordenamiento donde las personas han fijado su
domicilio. Simplemente para que se entienda el contexto de mi
exposición. Gracias señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Zaldívar.
SEÑOR
MINISTRO
ZALDÍVAR
LELO
DE
LARREA:
Muy
brevemente señor Presidente, para que podamos proceder ya a
votar la primera cuestión de método; simplemente hasta pudo haber
sido tarjeta blanca, no quería dejar de insistir cuál era mi punto en
esto.
Precisamente desde la sesión de ayer mi reiteración sobre la
necesidad de reconocer plena validez, decía yo, no se puede
reconocer la validez de algo y no los efectos, y precisamente porque
participo de la preocupación que estableció el Ministro Cossío, sí
58
tenemos que ser muy cuidadosos, porque sí se puede dar el caso,
que de hecho a través de supuestos efectos se le quite el contenido
prácticamente de la validez, porque una validez sin eficacia
ninguna, pues es una validez muy peculiar.
Entonces, creo que por eso es importante establecer claramente el
tema de validez.
Segundo. Creo que tenemos que resolver la cuestión que planteó el
Ministro Presidente, si esta validez que él mismo acepta, implica
una vulneración o no al Pacto Federal; y, Tercero. Si este concepto
de validez requiere que dejemos ciertas salvedades para tampoco
llegar al otro extremo de poder generar quizás algunas distorsiones,
pero claro que hay muchos casos y muchos efectos que no podrían
ser limitados por los Estados, todo lo que tiene que ver con patria
potestad, con custodia, con alimentos, con lo que implica el régimen
patrimonial de los matrimonios, ni modo que se diga: los únicos
matrimonios que tienen derecho a la patria potestad son los
heterosexuales; o, los únicos hijos que tienen derecho a los
alimentos, pues son los que son de madre soltera o de matrimonios
heterosexuales, en fin, me estoy yendo al absurdo, pero realmente
en este tema sí se pueden dar a través de legislación también
fraudes a la Constitución, ayer se
hablaba de fraude a la ley,
también se puede dar fraude a la Constitución y entonces me
parece que sí es importante una determinación clara sobre este
planteamiento y por eso yo desde ayer también dije que el 121 me
parece fundamental. Gracias Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Este argumento final del señor
Ministro Cossío me recordó lo que sucede en la Dirección General
de Profesiones con los estudios realizados en el extranjero, se
registran, se reconoce su validez, pero sin autorización para el
ejercicio; es decir, no te niego que seas profesionista en tal
59
especialidad, pero aquí no la puedes ejercer porque para eso está
mi ley. Señor Ministro Silva Meza, tarjeta blanca.
SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Tarjeta blanca.
Simplemente
para aclaración, sugerencia. Esta problemática está abordada en el
proyecto en las páginas ciento setenta, ciento setenta y uno, ciento
setenta y dos, ciento setenta y tres y ciento setenta y cuatro,
exactamente la problemática que se sugiere discutir e incorporar,
está fracción por fracción del 121 en cuanto a su problemática y
precisamente las situaciones que se presentan y que las
conocemos en la vida cotidiana en relación con otros aspectos
jurídicos, el ejercicio de la profesión, en fin.
En todas esas
situaciones
estos
donde
sigue
rigiendo
para
efectos
extraterritoriales en la aplicación de efectos de otras situaciones la
ley del lugar en este caso, simplemente como una aclaración.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Locus regit actum ¿verdad don
Sergio Aguirre?
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Sí, en tratándose de
bienes inmuebles, sí así es.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: No agreguemos este punto de
discusión señor Ministro.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO:
No, pero si se me
permite, ya que se me aludió, quiero decir lo siguiente: el problema
es que alternativamente estamos traslapando soluciones de la
extraterritorialidad de las leyes de un Estado a otro, y del estatuto
personal, cuando no se reconoce ese estatuto por el orden interno
de algunas entidades de la Federación, y yo creo que nada más
tenemos un derrotero que atinar y el derrotero es el orden público
interfederal. Gracias.
60
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE:
Quisiera yo proponerles la
siguiente votación: Primero. ¿Está planteada la violación directa al
artículo 121 de la Constitución y debe resolverse, sí o no?
Alcanzada esta votación, ya diremos con el proyecto o en contra del
proyecto. En la primera decisión señor secretario, si está planteada
directamente la violación al artículo 121 de la Constitución y debe
estudiarse. Tome votación nominal por favor.
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro
Presidente.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Sí.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Sí.
SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Sí, también se puede
entender así.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Sí.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Sí.
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: No.
SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Sí.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: No.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: A través del 14 y 16
no.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: No, directamente señora
Ministra.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Por eso, a través del
14, por eso mi votación es no.
SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: No.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE ORTIZ MAYAGOITIA: Sí.
SECRETARIO
GENERAL
DE
ACUERDOS:
Señor
Ministro
Presidente, me permito informarle que existe una mayoría de siete
votos en el sentido de que sí está planteada directamente una
violación al artículo 121 constitucional.
61
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Entonces, hay que tratar el
tema de si se viola o no el artículo 121. Dice el señor Ministro Silva
Meza que de las páginas ciento setenta a ciento setenta y tres, se
hace un estudio del 121, pero creo que no es con la óptica que aquí
se ha señalado. Señor Ministro Zaldívar.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Perdón
Presidente. Estimo que si es el caso de que ya vamos a votar, sería
votar con el proyecto modificado con todas las observaciones que
ya el Ministro ponente aceptó.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Sí señor.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien, entonces ahora votaremos
en favor o en contra del proyecto.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Una pregunta.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: No de todo el proyecto, sino de
esta parte.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Sí, de esta parte. ¿Entendería
que por la votación anterior que obliga a la minoría se harían los
ajustes en términos del 121 y se ampliaría lo que está en las
páginas ciento setenta y uno y siguientes, en este caso?
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Sí. Don Juan.
SEÑOR MINISTRO SILVIA MEZA: Sí, pero siempre vinculados con
el 14 y 16, que es el planteamiento.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Claro.
62
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: No, violación directa.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Sí, es directa.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Fue siete-cuatro la votación.
SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Por mayoría.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Bueno, ok.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Sí.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Sí, eso es, entiendo que ya
como violación directa al 121, votación anterior.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Como violación directa al 121.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Perfecto.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Ahora vamos en favor o en
contra de ésta parte del proyecto modificado.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Estimo que el Decreto
impugnado no se compadece del orden público interfederal ni de los
estándares que presupone el 121 constitucional.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: En principio estoy de acuerdo
con lo que señala el proyecto, sin embargo, me parece que sería de
enorme importancia abundar más, sobre todo en el concepto de
validez, validez como existencia del acto formal, en eso creo que
ninguno de nosotros tenemos dudas, pero lo que al final
comentábamos algunos de los participantes, en el sentido de que la
63
validez también tiene que tener un alcance para el caso de que las
entidades federativas quisieran diluir el propio concepto que viene
emitido y reconocido por la legislación de otra entidad federativa.
Entonces, estando de acuerdo con esto, sí me reservaría la
posibilidad de ampliar las consideraciones, insisto, pienso que esto
será parte de una discusión posterior para incorporar o desarrollar la
fracción IV del 121.
SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Sí, estoy de acuerdo con el
proyecto modificado y también considero que el concepto de validez
es amplio que se establece en el 121 y que el comparativo que de
alguna
manera
está
tratando
de
externar
para
hacer
la
diferenciación con los efectos no entraña un problema de
constitucionalidad sino de legalidad.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Con todo respeto, recuerdo a
los señores Ministros que quedamos que en la votación ya no
daríamos argumentos porque luego vamos a quererlos contestar al
emitir el siguiente voto. Les ruego que reserven sus consideraciones
personales para voto concurrente. Gracias señora Ministra.
SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Ok, entonces estoy de
acuerdo con el proyecto modificado, reservándome formular voto
concurrente.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Estoy de
acuerdo con el proyecto modificado, reservándome el derecho a ver
el engrose y poder hacer, en su caso, voto concurrente.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Con el
proyecto modificado, con las mismas reservas que el Ministro
Cossío.
64
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Con el proyecto modificado,
y haciendo las mismas reservas que hizo la Ministra Luna Ramos.
SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Con el proyecto
modificado, y aunque también hago la reserva creo que -aunque no
se expresara- siempre se tiene la facultad de hacer un voto
concurrente y sugiero que en su momento revisemos el engrose en
sesión privada.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Con el proyecto
modificado, sin reservas.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Con el proyecto
modificado.
SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Con el proyecto modificado.
SEÑOR
MINISTRO
PRESIDENTE:
En
contra
del
proyecto
Señor
Ministro
modificado, también sin reservas.
SECRETARIO
GENERAL
DE
ACUERDOS:
Presidente Ortiz Mayagoitia me permito informarle que existe una
mayoría de nueve votos a favor de la propuesta modificada del
proyecto en cuanto a que el artículo 146 impugnado no viola el
artículo 121 constitucional.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Pues es casi la una, les
propongo que vayamos a nuestro receso y retornaremos en breve.
(SE DECRETÓ UN RECESO A LAS 12:55 HORAS)
65
(SE REANUDÓ LA SESIÓN A LAS 13:15 HORAS)
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se reanuda la sesión. Señoras
y señores Ministros, nos resta el tema de adopción a través de la
inconstitucionalidad aducida del contenido del artículo 391, la
propuesta original del señor Ministro Valls era sobreseer porque no
hubo cambio al contenido de esta norma, el Pleno votó que sí se
debe estudiar, y entonces le pido al señor Ministro Valls que haga la
presentación de este tema.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Con todo gusto señor
Presidente. Señoras Ministras, señores Ministros, muy brevemente
en la propuesta alterna que presenté en la sesión del primero de
julio pasado, propongo reconocer la constitucionalidad de la
adopción por parte de matrimonios entre personas del mismo sexo,
esencialmente porque en primer lugar el argumento del accionante
parte de la misma premisa para mí inexacta sobre la protección
constitucional de un tipo ideal de familia, excluyendo cualquier otra,
lo que como sostengo en el proyecto no es así, pues la Constitución
protege a la familia como tal, sea cual sea la estructura organizativa
que tenga, lo que incluye desde luego a las familia homoparentales;
además, siguiendo la misma línea del proyecto, no es sostenible
constitucionalmente que se amplíe el matrimonio a las parejas del
mismo sexo, pero restringiéndoles conformar una familia por vía de
la adopción, basándose exclusivamente en el hecho de que son
parejas homosexuales.
En segundo lugar, si bien es cierto que de conformidad con nuestra
Constitución, el principio de interés superior del niño es un principio
rector de la función del Estado, destacadamente en este caso, es la
labor legislativa, no puede sostenerse que en aras de salvaguardar
dicho principio el legislador a priori deba prohibir la adopción de
menores por parejas del mismo sexo, partiendo de que sería dañino
66
para aquéllos, pues una determinación de ese tipo indudablemente
involucraría una discriminación por motivos de orientación sexual,
prohibida por el artículo 1º constitucional; es decir, no puede
suscribirse que la condición de pareja homosexual sea un elemento
o factor utilizado para prohibir la adopción, pues ello no afecta la
capacidad de una persona para prodigar a un menor el cuidado y el
amor debidos, considerar lo contrario equivaldría a sostener un
prejuicio en razón de la orientación sexual, la cual constituye sólo
una forma de expresión de la naturaleza humana, mas no un
elemento que afecte la calidad de una persona y de ahí su calidad
de padres. Lo que debe protegerse en aras del interés superior de
los niños y de las niñas es que en el mecanismo para autorizar una
adopción se garantice que esa es la mejor opción de vida para el
menor, sea que se trate de una pareja heterosexual, del mismo
sexo o de un hombre o de una mujer individualmente considerados
solteros; asimismo, precisamente para eliminar la discriminación
social e intolerancia que respecto de parejas del mismo sexo suele
existir
y
de
las
familias
que
forman
y
que
actualmente
innegablemente ya existen, lo que el legislador debe buscar es que
ello se elimine en la sociedad, no negarles a las familias
homoparentales la protección constitucional de que también son
sujetos, aspecto que definitivamente sí deriva en una afectación a
los derechos de los niños y de las niñas que forman parte de ellas, o
la posibilidad de crecer en una familia.
Esto ya es a grandes rasgos la parte correspondiente que les estoy
presentando señoras Ministras y señores Ministros respecto del
artículo 391 del Código Civil para el Distrito Federal. Muchas gracias
señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor
Ministro Luis María Aguilar.
67
SEÑOR
MINISTRO
AGUILAR
MORALES:
Gracias
señor
Presidente, el artículo 391 no contiene disposición expresa referente
a permitir o autorizar en forma alguna la adopción por parte de
matrimonios constituidos por personas de un mismo sexo y me
permito recordar el texto de este artículo 391 dice: “Los cónyuges o
concubinos podrán adoptar cuando los dos estén conformes en
considerar al adoptado como hijo y aunque sólo uno de ellos cumpla
el requisito de la edad a que se refiere el artículo anterior, pero
siempre y cuando la diferencia de edad entre cualquiera de los
adoptantes y el adoptado sea de 17 años de edad cuando menos.
Se deberán acreditar además los requisitos previstos en las
fracciones del artículo anterior”. Aun suponiendo como aprobó el
Pleno, que este artículo 391 se reformó, su texto como lo acabo de
leer no dice esto.
Ahora, considerando que esa autorización deriva del sistema que se
integra con lo dispuesto por el artículo 146 —entre otros— resulta
claro entonces que no es el propio artículo 391, el que pudiera
contener por sí mismo alguna disposición materia de análisis
constitucional para lograr un pronunciamiento, sino que —considero
yo— que para poder concluir que fuera inconstitucional, tendría que
analizarse considerando el sistema mismo que estaría conformado
al menos, pero no únicamente, por lo dispuesto en el diverso
artículo 146, de tal manera que la permisibilidad de la adopción por
parte de este sistema requeriría como premisa mayor que la
existencia misma de este tipo de matrimonio no tuviera validez
constitucional; sin embargo, me parece que la validez de dichos
matrimonios, ha sido reconocida ya por este Tribunal Pleno en una
votación específica sobre este punto y sin que el recurrente hubiera
formulado sus agravios de manera que considerara al sistema como
un todo analizable en su conjunto, sino que lo hizo combatiendo
sólo dos de las disposiciones que configuran este sistema y por
separado.
68
Ahora bien, si el método a que obliga el planteamiento del
promovente no se hace desde la perspectiva de una argumentación
impugnativa en un plano de conjunto normativo o sistema legal, sino
de la validez individual e independiente de cada una de las normas
impugnadas, resulta que habiéndose pronunciado el Tribunal sobre
la constitucionalidad de la norma fundante o primaria de este
sistema, no puede hacerse el estudio de la otra norma implicada,
sin que el Tribunal no sólo se desdiga o incluso se contradiga, pues
como en este caso sucede, la validez de la norma codependiente en
el sistema por derivación, no podrá ya ser analizada sin afectar la
decisión de la ya aprobada por nueve votos de este Pleno.
Además, a mí me queda claro que este Tribunal Pleno, al haber
decidido realizar el análisis de cada una de las normas impugnadas,
no sólo ha atendido al planteamiento del promovente en este
sentido, sino que no consideró la posibilidad técnica jurisdiccional
de hacerlo de otra forma, como hubiera sido de manera integral o
de sistema, lo cual además no podría ser, ya que ese sistema legal
no está determinado por sólo esas dos disposiciones impugnadas,
la 391 y la 146, sino que se trata de un sistema complejo
interactuante, en el que se ven involucradas otras disposiciones
legales al menos de ese mismo cuerpo normativo, como son los
artículos 35, 84, 87, 293, 295, 390, 392 a 401, 410-A, 410-C, 419-D,
410-C, 443 entre otros, cuya validez no ha sido puesta en la tabla
de disección constitucional como parte de un sistema integral.
Cabe mencionar que esta Suprema Corte de Justicia de la Nación
—su
Segunda
Sala
concretamente—
ha
determinado
en
jurisprudencia, que es posible la impugnación de diversas normas
cuando constituyen un sistema legal que ha sido considerado así y
combatido de esa forma, en la tesis que aunque está en el marco
del juicio de amparo, es aplicable por su extensión conceptual y
69
cuyo
rubro
dice:
IMPUGNARLAS
“AMPARO
COMO
UN
CONTRA
SISTEMA
LEYES.
PARA
NORMATIVO,
ES
NECESARIO QUE CONSTITUYAN UNA VERDADERA UNIDAD.”
Ahora, si consideráramos que el artículo 391 por sí mismo debe
declararse inconstitucional, resultaría entonces que la consecuencia
de la declaratoria de inconstitucionalidad del artículo 391 se
concretará declarando su invalidez total, porque no contiene norma
expresa sobre la adopción de personas del mismo sexo. Lo cual
dejaría
sin
disposición
normativa
alguna
para
nadie,
ni
heterosexuales, ni para matrimonios homosexuales, la posibilidad
de adoptar; desapareciendo de la figura legal correspondiente del
mundo jurídico en el Distrito Federal.
Por otra parte, este Alto Tribunal constitucional de concluir que esa
disposición, el 391, es inconstitucional en sí misma, porque ya se ha
pronunciado y votado sobre la existencia de los matrimonios de un
mismo
sexo,
no
podría
porque
escapa
a
sus
facultades
constitucionales, por ejemplo, establecer un texto diferente de la
norma señalando un párrafo que prohibiera la adopción por parte de
estos matrimonios, ya que sería tanto como invadir el terreno y
competencia del Poder Legislativo y tampoco podría compeler a
dicha legislatura a hacerlo, pues sobrepasaría los más extremos
límites de la omisión legislativa. Con mayor razón si se considera
que la Asamblea tuvo en análisis esa propuesta y la rechazó
institucional y legalmente, y no se está en el caso, que no
necesariamente comparto en su totalidad, de una omisión legislativa
clasificable como absoluta o relativa en competencia de ejercicio
obligatorio que de cualquier manera no se puede resolver en una
acción de inconstitucionalidad como esta.
Sin embargo, suponiendo que se estableciera el estudio del 391,
advierto que el sistema legal de la adopción que —insisto— no fue
70
impugnado como tal, como sistema, protegen el aspecto de
legalidad integral, el interés superior del niño que pudiera llegar a
ser adoptado, pues dentro de ese sistema se establecen
condiciones y requisitos que deberán ser satisfechos por quienes
pretendan la adopción de un menor, cuyo cumplimiento no sólo está
dirigido a los matrimonios de un mismo sexo, sino en general a todo
matrimonio o persona que pretenda la adopción, considerando que
no se trata
—de ninguna manera— de un derecho de quien
quiera adoptar, sino del interés superior del niño. De tal manera,
que la posibilidad jurídica de que matrimonios de un mismo sexo
puedan realizar una adopción, no debe considerarse, como no
sucede tampoco con los heterosexuales, como una autorización
automática e indiscriminada para adoptar, sino que tiene que
sujetarse a ese sistema y subrayo sistema legal, en cuanto tiene
como finalidad el aseguramiento del interés superior del menor, al
cual le resulta indistinto cuáles sean las personas ni su preferencia
sexual la que determine la adopción, sino el derecho fundamental
del adoptado.
Dentro de este sistema que atiende a ese interés superior y que no
está sujeto en este asunto el análisis de constitucionalidad, la ley
prevé distintas disposiciones que podemos encontrar en los
artículos del Código Civil para el Distrito Federal en que se vela en
la norma y exige a su aplicador la protección del interés superior del
menor en los siguientes términos, como ejemplo: En los artículos
397 y 397-Bis se dice: “Para que la adopción pueda tener lugar
deberán consentir en ella, en sus respectivos casos: I. El que ejerce
la patria potestad sobre el menor que se trata de adoptar. II. El tutor
del que se va a adoptar. III. El Ministerio Público del lugar del
domicilio del adoptado cuando éste no tenga padres conocidos ni
tutor, y IV. El menor, si tiene más de doce años”.
71
En todos los asuntos de adopción serán escuchados los menores
atendiendo a su edad y grado de madurez. La persona que haya
acogido al menor dentro de los seis meses anteriores a la solicitud
de su adopción y lo trate como a un hijo, podrá oponerse a la
adopción debiendo exponer los motivos en que se funde su
oposición.
El artículo 397-Bis dice: “En el supuesto de la fracción I del artículo
anterior, si los que ejercen la patria potestad están a su vez sujetos
a ésta deberán consentir en la adopción de sus progenitores si
están presentes”. Todo esto siempre y cuando como ordena el
artículo 390, fracción II del propio Código Civil se satisfagan los
requisitos y condiciones que establece el artículo 416-Ter en cuanto
al interés superior del menor; y en ese sentido, determina el artículo
416-Ter: “Para los efectos del presente Código se entenderá como
interés superior del menor la prioridad que ha de otorgarse a los
derechos de las niñas y los niños respecto de los derechos de
cualquier otra persona con el fin de garantizar —entre otros— los
siguientes aspectos: I. El acceso a la salud física y mental,
alimentación y educación que fomente su desarrollo personal. II. El
establecimiento de un ambiente de respeto, aceptación y afecto,
libre de cualquier tipo de violencia familiar. III. El desarrollo de la
estructura de personalidad con una adecuada autoestima, libre de
sobreprotección y excesos punitivos. IV. Al fomento de la
responsabilidad personal y social, así como a la toma de decisiones
del menor de acuerdo a su edad y madurez psicoemocional, y. V.
Los demás derechos a favor de las niñas y los niños que
reconozcan otras leyes y tratados aplicables”.
Todo ello, condicionado a la satisfacción de los requisitos que
hagan procedente además la adopción, en términos del artículo 390
del propio Código Civil que dice: “que debe demostrar –el
adoptante– que tiene medios bastantes para proveer a la
72
subsistencia, la educación y el cuidado de la persona que trata de
adoptarse como hijo propio, según las circunstancias de la persona
que trata de adoptar. Que la adopción es benéfica para la persona
que trata de adoptarse, atendiendo al interés superior de la misma,
y que el adoptante es persona apta y adecuada para adoptar”.
Por lo anterior, considero que la norma analizada, artículo 391,
precisamente porque se encuentra inserta configurando un sistema
jurídico de protección del interés superior del niño, es suficiente, sin
prejuzgar ahorita y pronunciarme sobre sus detalles para impeler a
quienes lo aplican, a proteger dicho interés y a verificar que existen
las garantías razonables conforme al sistema integral normativo de
que ese interés superior será protegido frente a cualquier solicitante,
no importando su condición personal o su preferencia sexual.
Por tanto, y en resumen, mi posición personal es que los agravios
aducidos por el Procurador General de la República, deben en este
sentido, deben considerarse inoperantes por falta de contradicción
suficiente, ya que no puede hacerse el análisis en la forma en que lo
planteó el Procurador General de la República. Primero, porque
este Pleno ya se ha pronunciado sobre la validez constitucional del
artículo 146 que constituye el sustrato esencial de un sistema
normativo. Segundo, porque este precepto por sí mismo, no regula
la adopción por parte de matrimonios constituidos por personas de
un mismo sexo. Tercero, porque es claro que la incidencia de este
precepto en la adopción por matrimonios homosexuales se da en
tanto se encuentra formando parte de un sistema normativo no
impugnado como tal, y que además, se conforma con otros diversos
preceptos tampoco combatidos. Cuarto, por ello, no estoy de
acuerdo con el tratamiento en esta parte del proyecto, que parece
referirse al análisis sobre la posibilidad de que personas
homosexuales puedan adoptar como si se tratara de un derecho del
adoptante y su no discriminación, sino que en todo caso, debería
73
estar únicamente dirigido a valorar el interés superior del niño como
posible adoptado, y que está regulado para su protección por un
sistema legal que se contiene en el propio Código Civil, y que no
puede ser analizado en este asunto, al no haber sido impugnado
como tal, pero que me parece a mí razonable y convincente.
Muchas gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Alguien más? Don Sergio
Salvador Aguirre.
SEÑOR
MINISTRO
AGUIRRE
ANGUIANO:
Gracias
señor
Presidente. Ante todo, quiero hacer una advertencia a quien me
escuche. En México no existen estudios suficientes para determinar
los efectos de la adopción por parejas heterosexuales respecto a
menores. No existen estudios ni mucho menos relevantes que
demuestren la conveniencia o inconveniencia de la adopción por
parejas que hoy se han dado en llamar monoparentales, aunque
este vocablo tuvo otras acepciones con anterioridad. No existen
estudios serios respecto a adopciones por solteros o solteras. No
existen estudios que demuestren que los abuelos cuando por razón
de ejercicio de patria potestad están en posesión de menores o en
la figura de padres, realmente en posesión de estado, resulte
conveniente o inconveniente para los menores.
Esto no quiere decir que no existan una serie de datos anecdóticos
de ciertos casos en donde ha resultado totalmente conveniente o
totalmente inconveniente la adopción en estos casos. No quiero
referir con mayor detenimiento, pero si gustan así lo haré. ¿Qué ha
entendido esta Suprema Corte por interés superior del niño; hay
tesis jurisprudenciales, pienso yo
que precisas e inteligentes
derivadas de las ponencias tanto de la Ministra Sánchez Cordero,
cuanto del ponente señor Ministro Valls.
74
Decía yo, que me resultaba un poco desconcertante el hecho de
que se hubieran pedido opiniones a la Universidad Nacional
Autónoma de México, quien desde luego no las emitió, según lo
afirma el apoderado, el abogado general de dicha Universidad, don
Luis Raúl González Pérez. Él afirma que la opinión no es
institucional sino a título de cada uno de ellos, especialistas.
¿Qué especialidades tienen? Impresionantes. Realmente pienso
que son personas de gran empaque científico, pero desde luego
ninguno especialista en problemas de niñez, en ninguno de los
aspectos que ello requiere.
Me extrañaba a mí el por qué no se había recurrido a pedir
información al DIF, cuando por ley es el avocado para intervenir en
todos los casos de adopción; por supuesto que existe una
normatividad más o menos abundante que así lo determina: la Ley
de Asistencia Social, el Estatuto Orgánico del Sistema Nacional
para el Desarrollo Integral de la Familia, el Código Civil Federal, el
Código Civil del Distrito Federal, el Código de Procedimientos
Civiles del Distrito Federal, etcétera.
Pues resulta que al organismo vocacionado por leyes para intervenir
en todos los procesos de adopción no se le había pedido opinión.
Yo lo hice, y con la anuencia de la Presidencia molesto a nuestro
ujier para que tenga a bien repartirles a los señores Ministros este
estudio que es muy breve además. Una copia a cada quien.
También pensé que debía de pedírsele información a quien tuviera
cotidianamente contacto y trato con los niños, y le pedí su opinión a
la Asociación Mexicana de Pediatría, Asociación Civil. Fue escueta
y yo diría que parca en contestar. Enseguida, si se me autoriza,
entregaré a ustedes el documento que produjo.
75
También rogué que se me diera información a una organización
cuyo tema y materia es precisamente esta, que fue el Instituto
Mexicano de Orientación Sexual, que produjo dos documentos, uno
concreto respondiendo a las cuestiones que le planteé, y otro
informando de los estudios que existen a nivel internacional; el
segundo resultó ser de situaciones inmanejables en una sesión
como esta, pero si alguno de los Ministros tiene interés en esto con
mucho gusto me comprometo a entregarles una copia. En su
momento entregaré copia del informe que nos rinde esta institución.
Pienso que de la lectura de las opiniones que se encuentran
agregadas en el expediente de la acción de inconstitucionalidad,
principalmente la formulada por alguna psicóloga de la Facultad de
Psicología de la UNAM, se concluye leyéndolo en su integridad, que
no se transcribe por razones obvias en el proyecto, más que muy
parcialmente, que no se encuentra fehacientemente demostrado
que en las familias integradas por personas del mismo sexo, pueda
existir seguridad en el óptimo desarrollo del infante o por lo menos
que no le resulte perjudicial, las opiniones vertidas se basan en
experiencias y estudios practicados en otros países, ―eso nos
informan―, y
porque no existen evidencias científicas de la
sociedad mexicana.
Los estudios citados difícilmente podrán ser un referente aplicable a
esta, en virtud de las diferencias socioculturales que guardamos con
las poblaciones de los Estados Unidos, de Suecia, del Reino Unido,
de Bélgica y de España, entre otros países.
La opinión a la que me he referido, reconoce que existen diversas
investigaciones que cuestionan la validez y confiabilidad de aquellos
estudios de familias formadas por personas del mismo sexo, que
concluyen que no existe afectación a los menores adoptados por
esas parejas, esto es, reconoce que las investigaciones tienen
76
deficiencias metodológicas, eso dicen los estudios de las personas
de la UNAM.
A saber, el tamaño de la muestra, la mayoría de los estudios se ha
hecho
con
madres
lesbianas,
comparadas
con
madres
heterosexuales divorciadas, por lo cual haría falta separar la
orientación sexual de las madres de su estado civil, así critica,
―voy a utilizar el género inexacto―, la UNAM, lo manifestado o lo
que pudo haberse seguido de este tema, según mi cuestionario.
Se sabe más acerca de hijos de madres lesbianas que de hijos de
padres homosexuales ―eso afirman los estudios en su mayoría son
de tipo transversal―; y por último afirman, que no queda claro
cuáles son las hipótesis a probar, ni cuál es el diseño de las
investigaciones que se han hecho. Eso se dice en las fojas
veintiocho y veintinueve de esas opiniones.
El estudio también reconoce que la American Psichologic Asociation
Apa, informa que la población homosexual sufre en una mayor
proporción de desajustes psicológicos relacionados con el estrés
respecto de los individuos heterosexuales, como consecuencia del
prejuicio, ―perdón, es una lástima pero hay prejuicio― y la
discriminación, ―es una lástima pero hay discriminación―
generalizados, dicen estas personas de la UNAM, lo que en mi
opinión es una conclusión que debemos de tener presente, pues
esos desajustes a los que se alude, podrían tener influencia en el
desarrollo de los menores.
Más aún, el estudio reconoce que los menores educados por
madres homosexuales, se encuentran más expuestos a situaciones
de estrés, véanse por favor las páginas catorce, dieciséis y veinte.
77
Cabe agregar, que la Facultad de Psicología, individuos egresados
de esa Facultad, emitieron dos opiniones y en la segunda de ellas,
de igual forma, se indica que las personas homosexuales son uno
de los grupos más estresados de la sociedad y que aun cuando no
hay evidencia científica sólida que fundamente que los niños criados
en familias homosexuales desarrollen trastornos psicológicos o de
comportamiento, estos niños pueden considerarse en riesgo,
―dicen estas personas de la UNAM―, porque tienen que afrontar
burlas ¡Qué lástima!, acoso escolar, ¡Qué barbaridad!, presión por
parte de sus compañeros y aislamiento que puedan dañar su
autoestima y su confianza, por lo que la presión social, el estigma y
la discriminación, ponen en riesgo a los menores. Estas
afirmaciones se contienen en las fojas dos y cinco, véanlas
cuidadosamente por favor señores Ministros.
Similar comentario aparece en la opinión de la Escuela Nacional
de Trabajo de la misma Universidad, en cuya foja dieciséis se indica
que actualmente ninguna sociedad dispone de datos fehacientes
sobre el número puntual de familias homoparentales, por lo que no
se puede decir con exactitud si las investigaciones que se han
hecho con este tipo de muestras representan a todo el conjunto o
no.
Lo anterior se refuerza plenamente con la opinión expresada por el
DIF—la que acabo de entregarles––, en el sentido de que no
existen estadísticas de parejas homosexuales que tengan el interés
de adoptar, pues no se ha recibido, afirma el DIF, ninguna solicitud.
Que se trata de estructuras familiares nuevas o recientes, respecto
de las que no se tiene experiencia y se desconoce su
funcionamiento a corto, mediano y largo plazo.
Que los estudios existen en otros países—dice el DIF—y que no
pueden avalarse porque se desconoce la metodología empleada,
78
las investigaciones de campo realizadas, y responden a entornos
socioculturales muy distintos al mexicano.
Añade el DIF nacional, que la adopción no es un derecho que
pueda ser reclamado y que el bien jurídico tutelado es el derecho de
los menores a vivir en familia, y la adopción es sólo un instrumento
jurídico para hacerlo efectivo, así como para que, ––subrayo––: la
integración del niño a la nueva estructura familiar no debe suponer
enfrentarlo a una nueva dificultad de integración en el medio social.
Vivimos en una sociedad que injustamente rechaza y discrimina a
los homosexuales. Exponer a estas situaciones a un menor que ha
sufrido ya un abandono familiar; que se ha sentido ya rechazado y
que necesita un proceso de resiliencia, significa obstaculizarle dicho
proceso.
Se concluye de lo anterior, que atendiendo al interés superior de la
infancia y ante la inexistencia de evidencias científicas practicadas
en la población mexicana, existe una duda razonable en cuanto al
impacto que pueda tener en un menor la circunstancia de formar
parte de una familia conformada por personas del mismo sexo.
El estudio de este Considerando, parte de la premisa de que
nuestra Norma Fundamental protege toda estructura u organización
fundamental. De lo que deriva que la orientación sexual de una
pareja no puede dar lugar a desconocer su derecho a adoptar,
conceptuación de la institución matrimonial que se sostiene e incide
en una mayor protección a los derechos de la niñez, en tanto no
existen estudios científicos que demuestren afectación a los
menores por su desarrollo en familias conformadas—repito––, por
parejas del mismo sexo.
En tales términos, reitero lo que manifesté en torno a una recta
interpretación de nuestra Constitución, acorde a los valores de la
79
nación mexicana, son las que el prototipo de familia que tuvo en
mente el Órgano Reformador de la Constitución—le he dado lectura
varias veces a lo que afirma el Órgano Reformador de la
Constitución––, se basa en el matrimonio formado por parejas
heterosexuales.
Nuestra Ley Fundamental consagra en su artículo 4º, el derecho de
las niñas y los niños a su desarrollo integral; el deber de los
ascendientes, tutores y custodios, de preservar estos derechos, y
del Estado para proveer lo necesario, a fin de propiciar el respeto a
su dignidad y el ejercicio pleno de sus derechos, y de otorgar
facilidades
a
los
particulares
para
que
coadyuven
a
su
cumplimiento, de lo que deriva el interés superior del niño, el que
también
a
nivel
internacional
se
encuentra
expresamente
establecido, concretamente en los artículos 3.1 y 18.1, de la
Convención Sobre los Derechos del Niño.
Esta Suprema Corte ha determinado que conforme a los artículos 4°
de la Constitución y 3 de la Convención Sobre los Derechos del
Niño, debe atenderse primordialmente al interés superior del niño
cuando se trate de medidas que les conciernan o afecten,
considerando que esa expresión implica que el desarrollo del niño y
el ejercicio pleno de sus derechos deben ser considerados como
criterios rectores para la elaboración de normas y la aplicación de
éstas en todos los órdenes relativos a la vida de los menores, así
como he dicho interés superior de la infancia, junto con el derecho
de prioridad, implican que las políticas, acciones y toma de
decisiones del Estado relacionadas con los menores de dieciocho
años, deben buscar el beneficio directo del infante y del
adolescente, y que las instituciones de bienestar social, públicas y
privadas, los Tribunales, las autoridades administrativas y los
órganos legislativos al actuar en sus respectivos ámbitos, otorguen
prioridad a los temas relacionados con dichos menores.
80
En el preámbulo de la Convención Sobre Derechos del Niño, se
reconoce que el menor para el pleno y armonioso desarrollo de su
personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente
de felicidad, amor y comprensión, así como que el niño requiere de
cuidados especiales, lo que también se establece en el artículo 19
de la Convención Americana de Derechos Humanos.
El cumplimiento del derecho del menor a ser integrado a una
familia, implica el deber del Estado de procurar que la adopción por
las familias satisfaga los requerimientos de su desarrollo a plenitud
que exige, lo que significa que debe atenderse al interés superior
del menor en las determinaciones que al efecto se dicten en todos
los ámbitos, adquiriendo relevancia en el caso a estudio, la decisión
adoptada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, en torno a
la posibilidad de que el matrimonio integrado por una pareja
homosexual, esté en posibilidad de adoptar a un menor, pues a fin
de esclarecer si con ello se atiende o no al referido interés superior
del menor, es necesario considerar dos circunstancias especiales a
saber, la realidad social y cultural de nuestro país en torno a la
aceptación de este tipo de parejas y la afectación psicológica que
pudiera llegar a ocasionar al infante, una confusión de las figuras
paterna y materna tradicionales.
Les ruego aquí recordar qué pasó en el proceso legislativo que
afloró al artículo 146 del Código Civil que lo produjo.
Siempre se discutieron candados, otra redacción del artículo, y en
una oportunidad final se suprimieron todos y ganó un partido por
mayoría, sorpresivamente, sin que se hubiera discutido salvo el
pandemónium del día de la votación, tema alguno concerniente al
beneficio superior que debe de tener la niñez.
81
Es
necesario
determinar
si
en
nuestro
país
se
siguen
estigmatizando y desaprobando las uniones entre parejas del
mismo sexo, pues tal rechazo social, independientemente de que
debe ser combatido mediante políticas públicas que aseguren y
hagan efectivo el derecho a la no discriminación, por razón de
preferencias sexuales que consagra el artículo 1° constitucional,
puede afectar el sano desarrollo del menor al no desenvolverse en
un ambiente social de aceptación que garantice su pleno desarrollo
en condiciones de dignidad y de respeto.
Es por ello que considero improcedente acudir a las decisiones que
los otros países hayan adoptado al respecto, la posibilidad jurídica
de que parejas homosexuales tengan acceso a la adopción de
menores debe atender a nuestra realidad social y a nuestra
idiosincrasia y no al de otros países, o a la idiosincrasia de otros
países mejor dicho.
Razón por la que resulta inatendible la opinión técnica que el
proyecto invoca como emitido por la Universidad Nacional
Autónoma de México en la que se hace referencia a estudios
realizados en Estados Unidos y Holanda, destacándose incluso que
esa misma opinión expresamente se señala que sin duda habrá que
hacer esos estudios en la sociedad mexicana; siempre las personas
de la Universidad Nacional Autónoma de México reconocen la
necesidad de que se hagan estudios en lo futuro y, por supuesto
reconocen la situación de estrés superior que se deriva del statu
quo.
Lo anterior se refuerza con la opinión –como ya dije- del DIF
nacional, que recabé a sugerencia algún Ministro con fundamento
en el artículo 79 del Código Federal de Procedimientos Civiles, y
que tiene especial importancia por tratarse del organismo público –
repito- que debe intervenir en los procedimientos relacionados con
82
la adopción por razón de lo dispuesto en los artículos 12, fracción
III; 27 y 28, incisos c) y d), de la Ley de Asistencia Social; 2, fracción
XXX, y 25, fracciones IX y X del Estatuto Orgánico del Sistema
Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia; 405, fracción III,
del Código Civil Federal; 417 y 417 Bis del Código Civil del Distrito
Federal, tanto como el 923, fracción I, párrafo segundo y tercero del
Código Federal de Procedimientos Civiles.
En esta opinión, se señala que no existen estudios referidos a la
sociedad mexicana en el tema de la adopción por parte de parejas
homosexuales, así como la integración del niño a la nueva
estructura familiar, no debe suponer enfrentarlo a una nueva
dificultad de integración en el medio social; vivimos en una sociedad
que injustamente rechaza y discrimina a los homosexuales, exponer
a estas situaciones a un menor que ha sufrido ya un abandono
familiar, que se ha sentido ya rechazado y que necesita un proceso
de resiliencia, significa obstaculizarle dicho proceso.
Los estudios relativos tendrían que haberse realizado con
anterioridad a la incorporación de la posibilidad de adopción por
parte de parejas conformadas por personas del mismo sexo, a fin
de garantizar que con ello no existe una afectación al desarrollo del
menor, hacerlo a la inversa implica arriesgar a la niñez mexicana,
mientras se corrobora la idoneidad o conveniencia de la medida
legislativa o se rechaza, lo que es inaceptable dado el interés
superior que la Constitución le otorga al menor.
Considero pertinente advertir que los países que han legalizado la
unión civil de parejas del mismo sexo, son muchos los que no han
establecido la posibilidad jurídica de que tales uniones accedan a la
adopción de menores, entre otros, Francia, Portugal, Finlandia,
Austria, Luxemburgo, Suiza, Nueva Zelanda, Uruguay, Colombia y
Ecuador.
83
Se mencionaba que ya había un sexto o séptimo Estado, no lo
recuerdo, en la Unión Americana, California, que aceptaba este
matrimonio y sus consecuencias, ha sido impugnada esa decisión,
está sub judice hasta donde entiendo.
Nadie discute que las condiciones óptimas para el desarrollo
integral del menor se han dado en la familia nuclear en tanto
salvaguarda las figuras paterna y materna esenciales para la
formación y desarrollo de la personalidad; Martínez de Aguirre Aldaz
señala que la filiación biológica constituye el modelo a cuya imagen
se crean los vínculos artificiales de filiación adoptiva, eso quiere
decir que para crear una relación semejante jurídicamente a la
natural, la relación creada, debe de asemejarse a la natural; así, el
interés superior del menor exige considerar si su pleno desarrollo no
se ve afectado por la confusión de las figuras paterna y materna
propias de la filiación biológica.
En el proceso legislativo que dio lugar a la reforma impugnada, no
se advierte que estas dos condiciones a las que el interés superior
del menor exige atender, hayan sido analizadas por la Asamblea
Legislativa, en tales términos al no encontrarse demostrado que la
familia integrada con padres del mismo sexo asegura también el
óptimo desarrollo del infante, o por lo menos que no le resulta
perjudicial, me pronuncio por la inconstitucionalidad de la reforma,
que no se compadece de los intereses superiores del menor; no
puede desconocerse que mis anteriores inquietudes se basan en
una duda razonable de afectación al sano desarrollo del menor, al
no existir prueba alguna que acredite la previa aceptación de ese
modelo de parejas por la sociedad mexicana, salvo desde luego el
sentir de la legislatura, el sentir mayoritario de la legislatura de esta
entidad federativa y, que su integración a una familia así
conformada no le ocasione confusiones psicológicas en los
84
patrones base del desarrollo de su personalidad, siendo suficiente la
existencia de esa duda razonable para hacer prevalecer el interés
del menor sobre el de la pareja homosexual.
La aplicación de la institución del matrimonio a las parejas del
mismo sexo, requiere en todo caso de un examen particularizado
que refleje la voluntad del legislador expresa y consciente sobre los
efectos de la equiparación, específicamente en materia de
adopción, voluntad que debe estar apoyada en el interés superior
del niño, que exige la certeza de que la equiparación relativa no
ocasione perjuicio alguno al menor en su desarrollo.
Afirmé a ustedes que existían otros estudios, se los voy a concretar:
El del Instituto Mexicano de Orientación Sexual, concretamente
responde al cuestionario que leí a ustedes en oportunidad pasada y
dice que: “En atención a mi solicitud sobre el tema en el que nuestra
Institución –dice-, es experta en México, tenemos los siguientes
comentarios. 1. En México no existen estadísticas confiables sobre
cuántas parejas conformadas por personas del mismo sexo tengan
interés en adoptar, -esto el DIF ya nos dice que no ha recibido
solicitud alguna que tenga registrada-, que es importante distinguir
que existen niños viviendo en ambientes homoparentales y éstos no
necesariamente significan casos de adopción, sino casos en que
son hijos biológicos de uno de los integrantes de la pareja, son
éstos últimos los que se han mencionado en la prensa últimamente.
Es importante distinguir -sigue diciendo esta Institución-, que hay
que apegarse al tema de la adopción homosexual y no confundir
con la homoparentalidad que ya pueda existir. Actualmente el DIF
muestra como requisitos para adoptar, ser mayor de veinticinco
años si se es casado; la o el cónyuge deberá de estar conforme en
considerar al adoptado como hijo propio; tener medios suficientes
para proveer lo necesario para la subsistencia; tener diecisiete años
o más que el adoptado; ser persona de buena conducta; tener
85
buena salud; y si el menor que se va adoptar es mayor de doce
años, también se requiere su consentimiento. Y si bien estos
requisitos son necesarios para llevar el procedimiento legal y brindar
al menor un hogar, no lo son para convertir al niño en hijo, y al
adoptante en padre.
Es importante que el Estado se asegure que la persona que adopta
tenga los medios suficientes para adoptar, no obstante la paternidad
va más allá de tener una buena conducta, incluso revisando los
requisitos de adopción, existe una cláusula que dice: “Si los
adoptantes son casados, es suficiente con que uno de los dos
reúna los requisitos”.
En psicología existen ciertos rasgos denominados “idoneidad”, que
permiten saber si el sujeto que desea adoptar es o no idóneo para
llevar o no a cabo ese proceso.
Si bien, la idoneidad va más allá de una condición de vida, y el
ejercicio de la sexualidad, se observan diferencias entre los estilos
de paternidad propuestos en el trabajo de adopción, deseo y
crianza. -Cita un autor y la ficha bibliográfica-.
Se estudian tres tipos de parentalidad: La familia tradicional
adoptiva, los padres solteros que adoptan, y las parejas
homosexuales que adoptan.
Se observa que la familia tradicional es un lugar en donde los roles
de padre y madre son mucho más compatibles con las funciones
materna y paterna.
3.
Las
principales
diferencias
encontradas
en
una
pareja
homosexual que desea adoptar, comparadas con una heterosexual
86
fueron: a) La adopción se ve como un derecho de la comunidad
gay. Eso dice.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Cossío.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: ¿Me permitirá señor Ministro?
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Sí señor Ministro.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Muy brevemente. El documento
que está leyendo el señor Ministro Aguirre, señor Presidente, me
parece un documento importante, quisiera pedirle a él y a los
compañeros si tuviéramos la posibilidad de leerlo cada uno de
nosotros, adicionalmente, para prepararnos para la sesión del
jueves; son las dos y diez prácticamente de la tarde, y creo que es
muy importante concentrarnos también en estas argumentaciones
para estar en posibilidad de tener un buen debate sobre este tema
tan delicado.
SEÑOR
MINISTRO
PRESIDENTE:
Señor
Ministro
Aguirre
Anguiano.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Yo pienso que tiene
toda la razón el señor Ministro Cossío, ofrezco a todos una disculpa,
se me fue el santo al cielo, el reloj fue más rápido en esta ocasión
para mí. Aquí concluyo, les repartiré una copia, hoy mismo la
tendrán de los documentos faltantes en sus ponencias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien, y seguirá en uso de la voz
el jueves.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Si es tan amable en
reservármela.
87
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Luis María
Aguilar.
SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Creo que todo está muy
bien y habrá que considerar todo esto, pero creo que con la
exposición que hice, hice una propuesta sobre considerar
inoperantes los agravios, porque desde mi punto de vista no se
puede hacer el estudio, como lo expuse.
Para mí, suponiendo que no estuvieran de acuerdo, porque para mí
si no se pronuncia el Pleno al respecto, entonces no podré decir si
considero inconstitucional o constitucional, porque pienso que debe
declararse inoperante, que es un paso procesal previo al
pronunciamiento de la inconstitucionalidad o constitucionalidad de
este artículo.
Por eso, someto a la consideración de usted, señor Presidente, si
amerita una votación específica o no.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Pues nos la llevamos también
como propuesta. Señor Ministro Aguirre Anguiano.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Sí, nada más eso, yo
tengo otras connotaciones jurídicas, nada más las anuncio. Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Entonces, aquí cierro la sesión
pública y los convoco para la que tendrá lugar el jueves próximo a
las once de la mañana.
(SE LEVANTÓ LA SESIÓN A LAS 14:10 HORAS)
ÍNDICE.
CONTENIDO DE LA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA DE LA SESIÓN
PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL JUEVES 12 DE AGOSTO
DE 2010.
SECRETARÍA GENERAL DE ACUERDOS
1
NÚMERO
ASUNTO
IDENTIFICACIÓN,
DEBATE Y
RESOLUCIÓN.
PÁGINAS.
2/2010
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD promovida
por el Procurador General de la República contra
actos de la Asamblea Legislativa y del Jefe de
Gobierno del Distrito Federal, demandando la
invalidez de los artículos 146 y 391 del Código Civil
del Distrito Federal, publicados en la Gaceta Oficial
del Distrito Federal de 29 de diciembre de 2009.
3 A 62
(PONENCIA DEL SEÑOR MINISTRO SERGIO A.
VALLS HERNÁNDEZ).
EN LISTA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
TRIBUNAL PLENO
SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA
CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL JUEVES
12 DE AGOSTO DE 2010.
ASISTENCIA:
PRESIDENTE.
SEÑOR MINISTRO:
GUILLERMO I. ORTIZ MAYAGOITIA.
SEÑORES MINISTROS:
SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO.
JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ.
MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS.
JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS.
ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA.
JOSÉ DE JESÚS GUDIÑO PELAYO.
LUIS MARÍA AGUILAR MORALES.
SERGIO ARMANDO VALLS HERNÁNDEZ.
OLGA MA. DEL CARMEN SÁNCHEZ CORDERO.
JUAN N. SILVA MEZA.
(SE INICIÓ LA SESIÓN A LAS 11:35 HORAS)
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se abre la sesión pública del
día de hoy. Señor secretario, sírvase dar cuenta con los asuntos
del día.
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS:
Sí señor Ministro
Presidente. Se somete a su consideración el proyecto de acta de la
sesión pública número ochenta y dos ordinaria, celebrada el martes
diez de agosto del año en curso.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A consideración de las señoras
y señores Ministros el acta con la que se ha dado cuenta. Si no hay
2
intervención, de manera económica les pido voto aprobatorio.
(VOTACIÓN FAVORABLE). QUEDÓ APROBADA EL ACTA
SEÑOR SECRETARIO.
3
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS:
Se somete a su consideración el proyecto
relativo a la
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD
2/2010.
PROMOVIDA
POR
EL
PROCURADOR
GENERAL
DE
LA
REPÚBLICA, CONTRA ACTOS DE LA
ASAMBLEA LEGISLATIVA Y DEL JEFE DE
GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL,
DEMANDANDO LA INVALIDEZ DE LOS
ARTÍCULOS 146 Y 391 DEL CÓDIGO CIVIL
DEL DISTRITO FEDERAL, PUBLICADOS EN
LA GACETA OFICIAL DEL DISTRITO
FEDERAL
DE
VEINTINUEVE
DE
DICIEMBRE DE DOS MIL NUEVE.
La ponencia es del señor Ministro Valls Hernández, y conforme a
los puntos resolutivos a los que se dio lectura en sesión anterior.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señoras y señores Ministros,
en la sesión del martes pasado interrumpimos la exposición del
señor Ministro Aguirre Anguiano, por haber alcanzado la hora de
cierre de la sesión; sin embargo, antes de despedir la sesión el
señor Ministro Luis María Aguilar Morales insistió en que antes que
nada se considere la moción que él hace de declarar inoperantes
los argumentos de invalidez que expresa el Procurador de la
República en esta acción, respecto del artículo 391 por las razones
que él expuso, y éste es un argumento preferente, de aprobarse la
propuesta del señor Ministro Luis María Aguilar Morales, quedarían
sin estudio los argumentos concretos que se hacen valer.
propongo que atendamos, en primer lugar, este aspecto.
Les
Señor
Ministro Aguirre Anguiano.
SEÑOR
MINISTRO
AGUIRRE
ANGUIANO:
Gracias
señor
Presidente. Me referiré exclusivamente a esto, sin perjuicio de en
4
su caso retomar lo que decía en la sesión suspendida con todo tino
por razón de la hora. Yo pienso que existen fuertes argumentos
que impiden tomar la postura interesante que propone el señor
Ministro Aguilar Morales; él propone que los conceptos de invalidez
se declaren inoperantes porque el artículo 391 del Código Civil del
Distrito Federal, no contiene disposición expresa que permita o
autorice en alguna forma la adopción a matrimonios constituidos por
personas del mismo sexo, y porque dicha disposición forma parte
de un sistema complejo e interactuante, que involucra diversos
preceptos que no pueden desvincularse, porque en conjunto
constituyen eso, un sistema legal; por lo que si el Tribunal Pleno ya
determinó la validez del artículo 146 del Código Civil, no es posible
hacer el estudio de la otra norma cuestionada, pues necesariamente
afectaría la decisión ya aprobada. Dicha disposición recordemos
qué indica: “Artículo 391.
Los cónyuges o concubinos podrán
adoptar cuando los dos estén conformes en considerar al adoptado
como hijo y aunque sólo uno de ellos cumpla el requisito de la edad
a que se refiere el artículo anterior”. Diecisiete años de diferencia
entre adoptante y adoptado, según recuerdo.
“Pero
─sigue
diciendo el artículo─ siempre y cuando la diferencia de edad entre
cualquiera de los adoptantes y el adoptado sea de diecisiete años
de edad, cuando menos; se deberán acreditar además los requisitos
previstos en las fracciones del artículo anterior”. ¿Cuáles? Otros.
La propuesta del Ministro Aguilar Morales me parece cuestionable y
desde luego no la comparto, pues si bien el artículo 391 del Código
Civil forma parte de un sistema, también lo es que prevé, como
supuesto inicial de ese sistema, quiénes podrán adoptar, hipótesis
normativa ─concedo que es una hipótesis normativa─, supuestos
de hecho de la norma mejor, para no dar concesiones que abre la
puerta al sistema legal de adopción, por lo que su impugnación
puede realizarse de manera individual o independiente, además de
que no se toma en cuenta lo argumentado por este Tribunal Pleno
5
en la sesión de primero de julio pasado, en la que la mayoría de los
señores Ministros votamos en contra del sobreseimiento que del
artículo 391 del código combatido nos planteó el señor Ministro
ponente.
En efecto, no ha lugar a declarar la inoperancia ya que en primer
término para poder impugnar esa disposición, no es necesario que
contenga
presupuesto
normativo
expreso
que
autorice
las
adopciones a los matrimonios conformados por las personas del
mismo sexo, pues la posibilidad de la adopción que opere en esos
casos es como consecuencia de que el código en su artículo 146
permite ese tipo de uniones y porque implícitamente modificó el
concepto de cónyuge que se refiere en el 391.
No podemos desconocer la relación que existe entre el matrimonio y
la adopción, pues la institución del matrimonio incide en otras
figuras, entre otras, las relativas a la filiación, de ahí que podemos
hablar de una afinidad o de una relación entre esas instituciones y
las disposiciones que las regulan, porque la adopción es una
institución que contribuye a lograr uno de los fines del matrimonio,
en el caso, el de la procreación y de la consecuente formación de la
familia, lo que implica que existe una interrelación que no se puede
desconocer y que sin lugar a dudas explica que el promovente de la
acción haya planteado la inconstitucionalidad de esa norma,
interrelación que como ya apuntaba, no se traduce en que deba
combatirse el sistema del que forma parte, por lo que la
impugnación individual del artículo es perfectamente válida toda vez
que se trata del precepto que define quiénes podrán adoptar.
En otras palabras, la inoperancia no puede derivar de la falta de
impugnación de las diversas normas legales que conforman el
sistema integral de adopción, precisamente porque en la acción de
inconstitucionalidad no se impugna en sí el sistema legal de
6
adopción, sino la posibilidad de que accedan a tal sistema de
adopción parejas homosexuales en virtud de su incorporación a la
institución del matrimonio; es decir, se impugna el efecto que
ocasiona la modificación de la institución matrimonial al abrir la
posibilidad de adopción a parejas del mismo sexo.
El sistema previsto en el Código Civil relativo a la adopción no es
problema para el actor sino los alcances o consecuencias de la
alteración que del concepto matrimonio trajo al respecto, de lo que
se entiende por cónyuges, pues ahora como consecuencia de la
reforma al artículo 146 también tendrá ese carácter aquellos que
siendo del mismo sexo celebren matrimonio, lo que implicará que
matrimonios integrados por personas del mismo sexo puedan
actualizar el resto de supuestos de hecho que son consecuencia de
ese vínculo, entre ellos, el de adoptar menores y en esa situación el
Procurador General de la República aduce inobservancia al interés
superior del niño, lo que explica que no había necesidad de que se
impugnara el sistema del que se dice forma parte.
Por otro lado como ya apuntaba, la postura del señor Ministro
Aguilar Morales no comprende los argumentos que la mayoría de
los integrantes de este Pleno sostuvimos en la sesión de primero de
julio, discusión en la que se hizo especial énfasis en que la reforma
al artículo 146 del Código Civil del Distrito Federal le dio un nuevo
alcance al diverso 391, lo que explica su impugnación, puedo referir
lo que dijeron destacadamente los Ministros Cossío, Franco,
Zaldívar, etc. No creo que sea necesario, ellos lo recordarán con
toda precisión.
Coincido con lo señalado por el Ministro Aguilar, en torno a que el
sistema de adopción se encuentra dirigido no a un derecho del
adoptante sino al interés superior del niño como posible adoptado,
pero justamente en virtud de tal interés es por lo que este Tribunal
7
Pleno debe de proceder a analizar si la posibilidad de que
matrimonios conformados por parejas del mismo sexo garantizan el
óptimo desarrollo del menor.
Evadir tal estudio bajo la vía de la inoperancia propuesta,
significaría incurrir en el mismo vicio de la Asamblea Legislativa, el
cual es: falta de análisis de la repercusión que la incorporación a la
institución del matrimonio por parejas homosexuales ocasiona en
cuanto a la adopción al otorgar a ese tipo de parejas, como
matrimonio, la posibilidad de adoptar a menores; no obstante el
interés superior del menor, no analizarlo sería no atender a ese
interés superior. Tan es así que una de las razones que se calificó
como fundamental y que sostuvimos la mayoría de los Ministros en
la ya referida sesión del primero de julio, es el deber que como
Tribunal Constitucional tenemos de pronunciarnos respecto de un
tema que es de suma trascendencia para los niños que están en
condiciones de ser adoptados; a fin de ilustrar lo anterior, me
permito dar lectura a algunas de esas intervenciones:
Ministro Zaldívar Lelo de Larrea: –viene hablando– “Y entonces, sin
duda, sin haber analizado el precepto, vamos simplemente a dejar
una reforma legislativa a la mitad que pudiera ser discriminatoria o
vamos a decir que sí pueden hacerlo y entonces lo vamos a hacer
sin analizar unos argumentos que nos han planteado y creo que
tenemos no sólo la posibilidad sino la obligación de analizarlo. Dejar
el tema de la adopción –sigue diciendo– de los menores, de manera
indeterminada, ambigua, poco clara, susceptible a diferentes
interpretaciones, me parecería muy grave, me parecería que
estaríamos declinando una obligación constitucional que tenemos
como Tribunal Constitucional y estaríamos en el peor de los
mundos, tanto para las personas que están accediendo a esta
nueva forma de unión matrimonial como para los menores que en
muchos casos y en mucho número están deseosos, necesitados de
8
tener una familia. Por supuesto que quienes estamos porque ese
tema se discuta, no nos estamos pronunciando sobre la invalidez en
modo alguno, lo que creemos es que hay una obligación técnica de
pronunciarnos sobre ello y además que también hay una obligación
constitucional de darle claridad a esta cuestión, y nos parece de la
mayor relevancia e importancia y los méritos de los argumentos de
inconstitucionalidad los tenemos que tratar en su momento en caso
de que este Pleno decida entrar al fondo de ese tema”.
Ministro Cossío Díaz: “Es un tema serio, me parece un
pronunciamiento de un Tribunal Constitucional, se genera una
condición de ambigüedad, hoy hay pequeños que han sido
adoptados en diversas condiciones, otros estarán por hacerse, me
parece que entre más claros seamos, mejor definamos la condición
de esto, ayudamos muchísimo más a la sociedad, y por otro lado,
cumplimos con nuestra función constitucional.
Cabe agregar que las tesis de esta Suprema Corte que aluden a la
impugnación de leyes como sistema normativo, se refieren a éste
para explicar que es un conjunto de disposiciones que forman una
unidad normativa y que puede ser combatido aun cuando se
acredite un acto de aplicación de una de ellas, solamente un acto de
aplicación de una sola de las normas o que el particular se ubique
en el supuesto jurídico de una sola, lo que lo legitima para
controvertirlas de manera conjunta como un sistema normativo.
Pero esos criterios no limitan, o mejor dicho, no prohíben la
impugnación de una sola norma de ese conjunto, además de que la
finalidad de que ese criterio es la de no limitar la impugnación de un
sistema normativo, cuando el acto de aplicación sólo actualiza el
supuesto de una de las disposiciones de ese sistema, por lo que no
puede ser sustento de la propuesta que se discute”.
9
Segundo. Sostiene el Ministro Aguilar: Que el artículo 391 no señala
expresamente que las parejas homosexuales puedan adoptar y por
tanto que la consecuencia de la declaratoria de invalidez, supondría
invalidar totalmente la norma, lo cual dejaría sin disposición
normativa tanto a los matrimonios homosexuales como a los
heterosexuales, desapareciendo de esta forma la figura legal de la
adopción del mundo jurídico del Distrito Federal.
No creo que sea exacta esta postura. El análisis de la
constitucionalidad de una norma no necesariamente lleva a declarar
su invalidez, sino que pueda realizarse una interpretación conforme
de la misma que permitiría ajustarla al orden jurídico constitucional.
En la tesis plenaria 4/2008 que lleva por rubro: “INTERPRETACIÓN
CONFORME
EN
ACCIONES
DE
INCONSTITUCIONALIDAD.
CUANDO UNA NORMA ADMITA VARIAS INTERPRETACIONES
DEBE
PREFERIRSE
A
LA
COMPATIBLE
CON
LA
CONSTITUCIÓN”. Se sostiene que cuando una norma legal admita
diversas interpretaciones siempre que sea posible, debe optarse por
aquella que haga a la norma impugnada compatible con la
Constitución; es decir, adoptará el método de interpretación
conforme a que ésta conduzca, a su declaración de validez
constitucional, que tanto en el caso de declarar la invalidez de una
norma legal como el de interpretarla conforme a la Constitución
reconociendo su validez, se tiene como finalidad salvaguardar el
orden jurídico nacional a partir del respeto y observancia de las
disposiciones de la Ley Suprema, y que en todos los casos debe
hacerse un juicio de razonabilidad, a través de un ejercicio de
ponderación para verificar el peso de los fundamentos de una u otra
postura, debiendo prevalecer la que otorgue un mejor resultado
para lograr la observancia del orden dispuesto por el Constituyente.
10
Deriva de lo anterior, que de considerar el Pleno —si así lo
considerara desde luego— que la adopción de menores por
matrimonios conformados por parejas del mismo sexo resulta
contraria al interés superior del menor tutelado por el artículo 4º
de la Constitución, —los argumentos de fondo para ello, luego los
calibraremos— puede realizar una interpretación del artículo 391
impugnado para entender que al referirse a los cónyuges y
concubinos, sólo comprende a las parejas heterosexuales, porque
al incluir a las parejas homosexuales dentro de las instituciones del
matrimonio
y del
concubinato, no
previó
expresamente
la
autorización de adopción por éstas, esto es, puede interpretarse
que la incorporación al matrimonio o al concubinato de parejas
homosexuales, requiere disposición expresa que autorice la
adopción de menores, atendiendo al interés superior de estos.
Esto llevaría a realizar una interpretación conforme del artículo 391
impugnado y no a declarar su invalidez, pero esta interpretación
conforme salvaguarda el orden constitucional asegurando el mejor
resultado para su observancia, en tanto que no se traduce en una
desaparición de la figura de la adopción en el Distrito Federal, no se
expulsa del orden jurídico del Distrito Federal el artículo clave de la
institución.
Lo anterior demuestra que los efectos que pudieran imprimirse al
análisis de constitucionalidad y a la decisión que adopte el Pleno, no
pueden
dar
lugar
a
la
improcedencia
del
análisis
de
constitucionalidad de la disposición combatida, en los términos que
propone el Ministro Aguilar.
Tercero. Por último, en el documento que tuvo la gentileza de
entregarnos el señor Ministro, no se toma en cuenta —según mi
parecer— que la adopción es un problema de constitucionalidad y
no de aplicación de la norma combatida.
11
En efecto, el artículo 391 impugnado permite que los cónyuges o
concubinos puedan adoptar. Al incorporar el artículo 146 a las
parejas homosexuales a la institución del matrimonio, se constituyen
en cónyuges a quienes se les posibilita como pareja e institución
matrimonial la posibilidad de adoptar.
Esto es, con independencia de los requisitos que legalmente deban
reunirse para que proceda la adopción, en términos de las normas
que los regulan y que deberá determinar la autoridad a la que
corresponde su aplicación, lo cierto es que la reforma impugnada
otorga acceso a la pareja homosexual a adoptar y ésta es mera
posibilidad que resulta contraria al interés superior del menor que
tutela el artículo 4° de la Constitución.
Nos enfrentamos entonces a un problema de constitucionalidad de
la norma que permite el acceso a la adopción de menores por parte
de parejas homosexuales, pues éstas no ofrecen un ambiente que
asegure el desarrollo óptimo del menor.
El mero establecimiento de los requisitos que establecen las normas
que regulan el sistema de adopción, no garantiza por sí solo el
interés superior del menor. El ambiente-desarrollo que proporciona
una pareja homosexual, con independencia de los requisitos
generales para la procedencia de la adopción, no asegura el interés
superior del menor, y a ello me dedicaré y demostraré después.
Nos corresponde a nosotros decidirlo, no a la autoridad aplicadora,
quien estaría impedida para pronunciarse al respecto, para negarle
el acceso a una adopción por tal motivo, en tanto que se no
encuentra previsto como requisito para la procedencia de la
adopción el que la pareja que la solicite sea heterosexual. Esto es
problema de constitucionalidad y no de aplicación, de ahí que la
12
trascendencia
de
que
la
Suprema
Corte
como
Tribunal
Constitucional se pronuncie al respecto —a mi juicio— es
inconmovible.
¿Qué resulta en este caso? En este caso sucedió que se produjo el
fenómeno de vasos comunicantes; se modificó una norma que
comunicaba con otras. Se cambió la esencia de la misma; uno de
los elementos esenciales, nucleares de la misma. La comunicación,
el trasvase entre norma y norma no se movió, pero tienen que ser
continente de diferentes contenidos; una de ellas se impugnó, el
artículo 391.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Quién ha pedido la palabra?
Ministra Sánchez Cordero.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Eso solamente en
relación a la posición que tomaríamos en relación a la propuesta del
señor Ministro Luis María Aguilar, exclusivamente ése es el tema
que estamos viendo.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Así es.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: ¿Verdad? Entonces,
señora
Ministra,
señores
Ministros,
en
la
sesión
pasada
precisamente el señor Ministro Luis María Aguilar, en la mesa de
debate un punto concreto a la discusión de este Tribunal Pleno,
consistente en la propuesta de declarar inoperantes los argumentos
de invalidez hechos valer por el Procurador General de la
República, respecto del artículo 391 del Código Civil para el Distrito
Federal en materia de adopción. Al efecto, quiero señalar que si
bien puedo compartir sus argumentos, máxime que al igual que él
formo parte de la minoría que nos pronunciamos sobre el
sobreseimiento inicialmente propuesto por el ponente, así lo había
13
propuesto el Ministro Valls, respecto del citado numeral; lo cierto es
que desde mi óptica personal, por virtud de la decisión mayoritaria
del Pleno, adoptada precisamente en la sesión del primero de julio
de este año, se tuvo como efectivamente impugnado el citado
numeral 391, decisión que nos obliga, ─ es mi sentir y creo de la
minoría─, a pronunciarnos sobre la constitucionalidad de este
precepto y a analizarlo en el fondo.
De ahí que considero de manera respetuosa, que no podríamos
decretar la inoperancia, a pesar de que la compartía con el Ministro
Aguilar, de los argumentos que se han hecho valer. Gracias
Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls.
SEÑOR
MINISTRO
VALLS
HERNÁNDEZ:
Gracias
señor
Presidente. Muy brevemente, señoras Ministras, señores Ministros.
Si ya una mayoría el primero de julio, en la sesión de ese día
aprobó que se entrara al análisis de ese aspecto de la demanda, y
en este tipo de juicios, en acciones de inconstitucionalidad, existe
una amplia suplencia de la queja. Pienso que no es viable hablar de
conceptos de invalidez inoperantes, con todo respeto. Además, no
estaríamos dando respuesta al planteamiento real de invalidez que
nos hace el accionante, así que, pues no puede resolverse a través
de la inoperancia este tema del asunto que nos ocupa. Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Consulto al señor Ministro Luis
María Aguilar si estaría de acuerdo en reservar su participación para
cuando hayamos dado los argumentos.
SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Sí, claro.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Gracias. Señor Ministro Silva
Meza.
14
SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: También de manera muy breve,
sí efectivamente en la sesión del pasado primero de julio, en la cual
se sometió a nuestra consideración la propuesta del proyecto del
señor Ministro Valls, en el sentido de decretar el sobreseimiento en
relación con este artículo 391, efectivamente lo sabemos, hubo una
mayoría de los señores Ministros que se pronunció porque no fuera
decretado este sobreseimiento.
Pero creo que la razón que estuvimos discutiendo fue precisamente
si este precepto contenido en el Decreto de modificación constituía
un nuevo acto legislativo o no; esa fue la razón toral. Yo recuerdo a
ustedes que en mi intervención en esa ocasión decía que estaba de
acuerdo con la propuesta del proyecto, pero no solamente porque
no se trataba de un nuevo acto sino que ya existía esa discusión,
como tal, no había tenido ninguna modificación.
Hicimos referencia a todo el proceso legislativo, a la inclusión, la
propuesta de inclusión precisamente de una prohibición que no
pasó y que quedó el artículo tal cual; y ahí en lo particular, que se
asocia mucho con los argumentos que llevan a la inoperancia
propuesta por el señor Ministro Aguilar.
Precisamente, aludía a que no solamente era el problema de si se
trataba o no de un acto nuevo, sino que también respecto de la
naturaleza precisamente de esos actos o del contenido de la
disposición, la concesión de un amparo no tendría absolutamente
ningún efecto, porque dejaría el tema de adopción sin regulación,
no solamente para las personas que se han casado del mismo
sexo, sino también a las parejas o matrimonios, o concubinarios de
heterosexuales, no tendría absolutamente ningún efecto. Esto hacer
renacer esa situación. Creo que si bien, a lo mejor la calificación de
inoperancia es la que está ocasionando el problema, pero si esto
15
nos lleva a la improcedencia en última instancia, creo que sería
totalmente salvable por otro argumento, argumento diferente por el
cual ya se ha decidido.
Creo, que aquí se medirán los argumentos y las razones de la
mayoría. Dejaríamos de lado este pronunciamiento ─lo ha dicho el
señor Ministro ponente─, que acepta la decisión ya tomada en
relación con el sobreseimiento, esto ya está votado, ─yo digo─, sí
se votó, pero en relación con este tema, en relación con el otro no
se votó, y efectivamente el artículo no afecta nada en cuanto a su
constitucionalidad, el artículo seguiría siendo constitucional, no
habría ninguna prohibición para el ejercicio de este derecho a
adoptar, y no pasaría absolutamente nada en los hechos sino sería
una prohibición estrictamente técnica, de cuyo planteamiento hace
mención el señor Ministro Aguilar Morales.
Concreto: no tengo problema para entrar al fondo, tengo precisión
en los argumentos y no me causa problema, pero creo que con rigor
técnico sí es aceptable la postura del señor Ministro Aguilar
Morales.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Ministra Luna Ramos.
SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Gracias señor Presidente. Yo
quisiera mencionar que también a mí me parece correcta la postura
del señor Ministro Aguilar Morales. ¿Cuál es la razón? Es cierto que
se votó con anterioridad que no era factible que se diera la causa de
improcedencia que el proyecto en ese momento estaba haciendo
valer.
¿Pero cuál era la causa de improcedencia que el proyecto hacía
valer? La causa de improcedencia era si se trataba o no de un
nuevo acto legislativo y esa fue la discusión que tuvimos en aquella
16
sesión y por eso hubo una mayoría en determinar que sí se trataba
de un nuevo acto legislativo. ¿Por qué razón? Porque aunque no
tuviera corrección en una sola coma, no hubiera variado en absoluto
la redacción de este artículo, lo cierto es que sí salió publicado
dentro de la reforma, e hicimos un recuento de lo que había sido
realmente, algunos incluso cambios de criterios que en alguna
ocasión se dieron en este Pleno en relación con lo que debemos
entender como un nuevo acto legislativo; sin embargo, llegamos a la
conclusión de que aun cuando este criterio se sostiene en la
actualidad por mayoría, habíamos regresado prácticamente al
criterio tradicional, que basta con que salga publicado el artículo
para que pueda entenderse que está siendo reformado y en esa
medida poder analizar su constitucionalidad o inconstitucionalidad.
Es cierto, el artículo desde el punto de vista formal no tuvo reforma
alguna. ¿Qué es lo que sucede? Que materialmente lo que está
cambiando ahora es su contenido, pero no en el artículo per se, sino
porque de alguna forma tiene que ver con que lo que cambió fue el
concepto de matrimonio que se da en el 146, pero el artículo 391
sigue estando formal y materialmente igual.
¿Cuál es el problema que se presenta ahora? Bueno, que sus
alcances en un momento dado van a variar de acuerdo a quienes
sean los sujetos que en un momento dado contraigan matrimonio,
pero el artículo sigue siendo el mismo. ¿Qué sucede? Bueno, la
aplicación de este artículo no puede verse de forma aislada. ¿Por
qué no puede verse de forma aislada? Porque todo el capítulo de
adopción involucra una serie de artículos en los que quien en un
momento dado está encargado de determinar cómo se va a llevar a
cabo la adopción tiene que analizar una serie de circunstancias
económicas, psicológicas, sociales, de personalidad, que en un
momento dado implican el desarrollo de otros muchos artículos que
no fueron combatidos, y creo que a eso va en un momento dado la
17
propuesta del señor Ministro Aguilar Morales, que el sistema como
tal no fue impugnado y por esta razón el artículo, de manera aislada
y destacada, pues no es factible su impugnación.
Él da incluso al final de su participación, si recuerdan el día de ayer,
cuatro razones que a mí me parecen muy valederas. ¿Por qué?
Porque dice: Primero, porque este Pleno ya se pronunció sobre la
validez constitucional del artículo 146 que constituye el sustrato
esencial de un sistema normativo.
Segundo. Porque este precepto por sí mismo no regula la adopción
por parte de matrimonios constituidos por personas del mismo sexo.
No, pues dice: los matrimonios, punto, son los que pueden adoptar.
Tercero. Porque es claro que la incidencia de este precepto en la
adopción de matrimonios del mismo sexo se da en tanto se
encuentren formando parte de un sistema normativo no impugnado
por el Procurador como tal, y que además se conforma con otros
diversos preceptos tampoco combatidos.
Cuarto. Por ello no estoy de acuerdo con el tratamiento en esta
parte del proyecto que parece referirse al análisis sobre la
posibilidad de que personas homosexuales puedan adoptar como si
se tratara de un derecho del adoptante y su no discriminación, sino
que en todo caso debería estar únicamente dirigido a valorar el
interés superior del niño como posible adoptado y que está regulado
para su protección por un sistema legal que se contiene en el propio
Código Civil y que no puede ser analizado en este asunto al no
haber sido motivo de impugnación por parte del Procurador General
de la República.
Es cierto lo que dijo hace un momento el señor Ministro Aguirre
Anguiano, tengo a la mano las tesis que se han emitido en materia
18
de impugnación cuando se trata de un sistema normativo, y es
cierto lo que él dice, que cuando se trata del acto de aplicación,
cuando un quejoso solicite o acredite el acto de aplicación de una
sola de ellas o se ubique en el supuesto jurídico de una sola, que lo
legitima para controvertirlas de manera conjunta, pero aquí estamos
hablando de una ley de carácter heteroaplicativa, aquí estamos y
que por supuesto es combatida a través de un juicio de amparo, sin
embargo, aquí estamos en una acción de inconstitucionalidad en
que quien está combatiendo es una autoridad y que en un momento
dado tenía que haber impugnado esto como lo que es: un sistema
normativo, no de manera totalmente aislada y que en el momento
en que nosotros accediéramos a determinar que sí es posible su
impugnación pues estaríamos supliendo la deficiencia de la queja
más allá de lo que se establece en la propia Ley Reglamentaria del
105,
porque
no
estaríamos
supliendo
exclusivamente
por
argumentos, estaríamos supliendo por actos que no formaron parte
de la impugnación.
Por esas razones a mí sí me convence la declaratoria de
inoperancia que propone el señor Ministro Aguilar Morales. Gracias
señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Están anotados los señores
Ministros Fernando Franco, Zaldívar y Cossío, en ese orden.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Gracias señor
Presidente, señoras y señores Ministros procuraré ser breve, hasta
donde yo entiendo el planteamiento del Ministro Aguilar, sí es
plausible porque entendí que no se refería a nuestra decisión
original del sobreseimiento precisamente por ser un acto legislativo,
nuevo o no, sino que, si se me permite la expresión, yo entendí que
él alegaba una causa sobrevenida, es decir, derivada de que
declaramos constitucional ya el precepto, independientemente del
19
origen de las posiciones, el otro entonces deviene ya inoperante el
concepto de invalidez en virtud de que está definida la
constitucionalidad de los matrimonios del mismo sexo, así lo
entendí.
Ahora bien, no comparto esa posición precisamente por tratarse de
una
acción
de
inconstitucionalidad,
me
parece
que
independientemente del sistema normativo y de si tiene otros
problemas, aquí no es un problema de nivel legal, es un problema
de una impugnación concreta a un artículo que hizo el Procurador,
inclusive con un alegato que me parece a mí fundamental, que es el
del interés superior del menor; cuando me pronuncié sobre la
constitucionalidad del 146, señalé que estábamos en presencia de
un acto que celebran personas capaces, consecuentemente tiene
una característica diferente.
En este caso, el alcance que puede tener el precepto impugnado,
nos introduce un elemento subjetivo diferente que me parece del
más alto interés, que es el menor; es decir, el menor que puede o
no ser adoptado por ese matrimonio de parejas del mismo sexo. Y
consecuentemente a mí me parece y es algo que abordaré si el
Pleno así lo va decidiendo cuando entremos al fondo, me parece un
tema toral, creo que ese concepto de invalidez lo tenemos que
enfocar básicamente desde el punto del interés superior del menor y
no del matrimonio de personas capaces, eso ya lo veremos en su
momento.
Consecuentemente, a mí me parece que sí es indispensable
determinar si el alcance de esta disposición a raíz de la reforma del
146 es constitucional en esa parte o no, aquí se ha señalado y lo
comparto, que puede haber una interpretación conforme, este Pleno
podría establecer que el precepto es válido en este alcance y esto lo
hemos hecho en muchos otros casos e inclusive diría, usando mi
20
expresión, que se podría ir más allá, porque conforme a la Ley
Reglamentaria del 105 es a la inversa, si este Pleno se pronunciara
por la mayoría necesaria, por la inconstitucionalidad del precepto,
tendría que verse si otras normas generales del sistema a
consecuencia de ello, también resultan inconstitucionales y
entonces declararlas inconstitucionales también, pero creo que no
es a la inversa en una acción de inconstitucionalidad, creo que está
planteado un claro concepto de invalidez que introduce una
modalidad substancial que tiene que ser analizada por este Pleno y
consecuentemente yo estaré también porque no se declare
inoperante. Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Zaldívar.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor
Presidente, voy a tratar de ser muy breve, para lo cual manifiesto
que suscribo todas las razones procesales a las que aludió el señor
Ministro Aguirre, en cuanto a mi posicionamiento de fondo lo haré
en su caso en el momento oportuno y lo que ha manifestado tanto el
Ministro ponente, el Ministro Valls y el Ministro Fernando Franco.
Cuando decidimos que no había lugar a sobreseer en relación con
el artículo que regula la adopción, si bien la mayoría nos ocupamos
de una cuestión técnica, de si había acto nuevo o no, varios de
nosotros, si no es que todos ––ya nos citó a algunos el Ministro
Aguirre––, manifestábamos también la necesidad de que hubiera
una definición clara de esta Suprema Corte sobre el tema de
adopción.
Entendíamos entonces y entendemos ahora ––al menos yo así lo
veo–– de quienes votamos con la mayoría, que la declaratoria de
constitucionalidad de los matrimonios entre personas del mismo
sexo, no traía automáticamente la constitucionalidad de la
21
posibilidad de adoptar, porque se entendía que aquí había un
elemento adicional que es el interés superior del niño, y que esto
hacía que lo tuviéramos que tratar de manera diferenciada.
Si bien es cierto que pudiera dar lugar en su caso a una declaratoria
de inconstitucionalidad a una especie de matrimonios de primera y
de segunda, porque habría un cierto tipo de matrimonio que no
tendría este derecho, se consideró que se tenía que analizar porque
hay un elemento distinto, diferenciado e incluso de jerarquía
superior que el derecho a tener matrimonio de las personas de un
mismo sexo, que es el interés superior del niño.
Ahora, desde el punto de vista técnico, pueden subsistir de manera
independiente las dos porciones; es decir, podemos válidamente
decir: que los matrimonios entre personas del mismo sexo ¿son
inconstitucionales? Y entonces, obviamente el artículo de la
adopción se entenderá sólo a cónyuges heterosexuales.
Si decimos por el contrario, son constitucionales, como ya lo
dijimos, esto no obsta a que podamos hacer un régimen
diferenciado en su caso, para la adopción, lo tenemos que analizar
y esto no afecta que haya todo un sistema ¿por qué? Porque este
precepto que estamos analizando es el que abre o cierra la puerta.
Si se admite la adopción entre cónyuges ––que aquí en el Distrito
Federal ya son tanto del mismo sexo, como de diferente sexo––,
entonces se aplica todo el sistema. Si se declarara esto inválido,
pues simplemente se declararía inválido para entender que cuando
habla de cónyuges, no está incluyendo a los matrimonios entre
personas del mismo sexo.
No creo que haya aquí una posibilidad de agravios o conceptos de
invalidez inoperantes, precisamente por tratarse de una acción de
inconstitucionalidad, pero ni siquiera creo que estemos supliendo la
22
deficiencia de la queja. A mí me parece que el planteamiento del
Procurador
es
claro,
nosotros
ya
aceptamos
que
es
un
planteamiento que tiene que analizarse porque es un acto legislativo
nuevo, como ya lo decidimos.
Entonces a mí me parece que a estas alturas del partido, cuando
hemos ya decidido y además votado, quienes votamos tomando en
consideración que el tema de la adopción era un tema diferenciado,
no creo que haya argumentos técnicos para darle la vuelta y no
entrar a ver este tema.
Y tampoco me parece ––y reitero lo que dije en su momento–– que
desde el punto de vista de nuestra obligación como jueces
constitucionales, podamos en este momento no analizar este tema,
que es sin duda el más sensible y el más delicado de toda esta
reforma y quizás uno de los más sensibles y más delicados que
haya resuelto esta Suprema Corte.
Por eso reitero el voto que en su momento di, porque analicemos
este tema de la constitucionalidad o no de la adopción entre
matrimonios que ya declaramos constitucionales del mismo sexo.
Gracias Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Cossío.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Presidente. Muy
brevemente también haciendo mías las observaciones de los
Ministros Aguirre, Franco y Zaldívar ––en su orden de las
intervenciones y por supuesto la del Ministro ponente––, yo
tampoco estoy de acuerdo con la propuesta del Ministro Aguilar.
En la página, expresamente se nos está demandando la declaración
de invalidez de los artículos 146 y 391, del Código Civil. Ahí hay una
doble consideración en este sentido.
23
Y posteriormente lo que hace el Procurador General de la República
en su demanda, es justamente señalar la vinculación total ––a su
juicio––, no necesariamente comparto sus argumentos, pero sí me
parecen de gran claridad en esta parte, en cuanto a que lo que se
acaba de crear ––dice él–– o en el momento en que la impugna ––
dice él–– es un nuevo sistema en el Distrito Federal, que genera
formas distintas de matrimonio y forma también parte de un sistema
que lleva o que conlleva la posibilidad de adopción, y son
precisamente esos dos elementos los que el Procurador está
impugnando.
No los aburro con la lectura de la demanda, sé que todos ustedes la
conocen, pero sí hay párrafos, insisto, expresos en que él está
viendo esta condición como un sistema, y precisamente a la luz de
ese sistema es que invoca el interés superior del menor, al que
acaba de aludir el Ministro Zaldívar para efectos de pedirnos que
cumplamos
con
nuestra
obligación
constitucional
y
nos
pronunciemos sobre ese nuevo sistema de familia y de adopción
que se acaba de generar en el Distrito Federal, insisto, visto como
un todo desde la perspectiva del propio promovente, con lo cual yo
estoy de acuerdo, ─adicionalmente, entiendo─, me obliga la
votación anterior, aun cuando se hubiera referido al nuevo acto
legislativo, porque al menos el señor Ministro Franco y yo
consideramos que el nuevo acto legislativo depende más de la
generación o de la modificación del sistema que de las
contingencias que se hubieren dado con la publicación en un Diario
o Gaceta Oficial.
Por esas razones estoy en contra de esta propuesta que por lo
demás es muy importante y nos ha hecho reflexionar al respecto y
porque pasemos en su momento al estudio de fondo de la adopción
24
a la luz de los elementos constitucionales que se han determinado.
Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Yo también estoy en contra de
la propuesta que hace el señor Ministro Luis María Aguilar, la
sustenta –como ya se ha dicho– en cuatro razones: La primera de
ellas es que ya este Pleno se ha pronunciado sobre la validez
constitucional del artículo 146, pero esto no impide en modo alguno
que consideremos la constitucionalidad del diverso precepto 391.
Coloquialmente podríamos decir que la inconstitucionalidad es
contagiosa,
la
Ley
Orgánica
nos
obliga,
perdón,
la
Ley
Reglamentaria del artículo 105, nos obliga a que habiendo
declarado
la
inconstitucionalidad de
un
precepto, hagamos
extensiva la declaración a otras normas que dependen de este
precepto; al revés no, reconocida la validez del artículo 146,
tenemos que analizar la del 391, y esto lo ligo con el punto cuarto
por la relación que advierto.
Dice el punto cuarto de la propuesta: “No estoy de acuerdo con el
tratamiento en esta parte que parece referirse al análisis que gira en
torno a la posibilidad de que las personas homosexuales puedan
adoptar, como si se tratara de un derecho del adoptante y su no
discriminación, sino que en todo caso debería estar únicamente
dirigido a valorar el interés superior del niño como posible
adoptado”. Éste es el argumento del Procurador, menciona el
artículo 4° como violado y la parte que señala como violada es el
interés superior del niño.
Ahora bien, cuando hablamos de la validez del artículo 146, que
permite la unión de dos personas mayores de edad, del mismo
sexo, nunca tocamos el tema del interés superior del niño.
25
La pregunta es ahora siendo válido el matrimonio, el artículo 391
que permite por impacto de esta reforma, la adopción de menores
de edad por matrimonios homosexuales, ¿protege el interés
superior del menor? La respuesta aquí se dará, el sí o el no, pero es
un tema que no ha sido resuelto y que por sí solo puede ser
determinante
para
resolver
la
constitucionalidad
o
inconstitucionalidad del 391.
Otro argumento dice: “Este precepto por sí mismo no regula la
adopción por parte de matrimonios constituidos por personas del
mismo sexo”. Yo difiero totalmente de esta consideración, ahora, si
la regula por sí mismo, abre la puerta como lo dijo el Ministro
Zaldívar, sin el 391 no habría posibilidad de que matrimonios del
mismo sexo pudieran hacer una solicitud de adopción, es la clave,
es la norma específica que permite el derecho de adopción a los
matrimonios del mismo sexo; el argumento es que debió excluirse
de esta previsión a los matrimonios del mismo sexo; dice: Es claro
que la incidencia de este precepto -146- en la adopción por
matrimonios homosexuales, se da en tanto que se encuentra
formando parte de un sistema normativo no impugnado como tal, y
que además se conforma con otros diversos preceptos tampoco
combatidos.
No hay que atacar ningún otro del capítulo de adopción, cuando la
única preocupación en el caso, el ataque de la Procuraduría es por
la no exclusión del derecho de adopción a matrimonios del mismo
sexo.
Si se alcanzara la declaración de inconstitucionalidad se remedia la
pretensión del legislador, pero se dijo también en otro momento,
¡ah! pero si decimos que el artículo 391 es inconstitucional vamos a
dejar sin ley a todos los matrimonios y nadie va a poder adoptar, y
esto pareciera que ahora nos escuece y nos alarma, y que no
26
podemos hacer eso. Señoras y señores Ministros, la función
esencial de los tribunales constitucionales es dejar sin ley a todos
los gobernados cuando expulsan del orden jurídico la norma que ha
sido declarada inconstitucional, y es responsabilidad política y
jurídica de los órganos legislativos poner remedio a este vacío a la
mayor brevedad posible, bajo su resorte y exclusivo impulso.
¿Qué ha hecho el Tribunal Constitucional mexicano? Que hemos
querido salvaguardar las partes sanas de la ley que están apegadas
a la Constitución, y empezamos a diferencia de otros tribunales a
declarar la inconstitucionalidad de determinadas porciones de la ley,
cosa que aquí no sería posible, pero tenemos ejemplos recientes en
donde se dijo: Aquí no es posible, si se queda insubsistente esta
parte de la ley ya no se entiende el texto y no nos queda más que la
expulsión total de la norma
En consecuencia, creo que la propuesta de análisis de fondo es
importante y que los planteamientos que se hacen valer por parte
de la Procuraduría deben resolverse por el Tribunal Pleno, como se
apuntó desde el momento en que votamos en contra del
sobreseimiento que proponía el proyecto. Señor Ministro Luis María
Aguilar.
SEÑOR
MINISTRO
Presidente.
AGUILAR
MORALES:
Gracias
señor
Curiosamente de casi todas las razones que he
escuchado en pro, desde luego, y en contra; creo que básicamente
todas coinciden conmigo, y coinciden en el sentido de que esta es
una cuestión que tiene que ver, no sólo con el artículo 391, todos
coinciden en que el artículo, por lo menos el 146, es el que
introduce la modificación o la posibilidad, como acaba de decir el
señor Ministro Presidente, de que se hagan las adopciones; el
mismo Ministro Aguirre dijo en varias ocasiones –si lo pudiéramos
volver a escuchar, escucharíamos– que hay una condición, que hay
27
un sistema de alguna manera, pero que eso de todos modos no
tiene impedimento para que estudiemos el 391, no, desde luego, no
lo niego, ni estoy proponiendo de nuevo la misma causa de
improcedencia que ya se estudió y que ya está decidida, como dijo
muy bien don Juan Silva Meza, no estoy ni siquiera planteando una
causa de improcedencia, estoy planteando que la manera en que
está ahorita planteada la inconstitucionalidad del artículo 391 no se
puede hacer sin afectar, y así lo digo en mi nota, sin afectar el
pronunciamiento que se hizo del 146.
Coincido con el señor Ministro Presidente en que precisamente
porque el 146 cambia el concepto, hace que las adopciones en el
391 se tengan que ver de otra forma, precisamente eso es lo que yo
digo.
El Ministro Cossío me hacía ver que el señor Procurador planteó la
vinculación de estos dos preceptos; sin embargo, no los estudiamos
así, si los hubiéramos estudiado de esa manera, hubiéramos tenido
que reflexionar simultáneamente sobre la validez, lo que iba a influir
con la validez del matrimonio entre personas del mismo sexo con,
por ejemplo, lo que determina el 391.
En general, yo veo que todos coinciden en eso y desde luego no me
asusta, ni me resisto a que se declarara inconstitucional la norma si
así fuera en su totalidad, ¡desde luego! y así tendrá que ser en
muchas ocasiones y seguramente así votaré; pero en un asunto en
donde la adopción por parte de personas heterosexuales no está a
discusión, no entiendo de qué manera se pueda hacer la anulación
total del precepto. Lo que está a discusión es que según dicen, el
391 permite la adopción por parte de personas o matrimonios
constituidos por personas del mismo sexo y ese creo que debería
ser el punto a discutir. Ahora, según leo, el artículo 391 ¡no dice
eso!, ¡de ninguna manera lo dice! Lo dice, insisto, necesariamente
28
condicionado por el 146 y el 146, este Tribunal Pleno ya decidió
resolver por una parte el 146 y por otro lado el 391, ya se resolvió
que el 146 sí es constitucional y que por lo tanto el concepto de
cónyuge a que se refiere el 391, deriva del 146, ¿cómo vamos a
decir ahora si estos son cónyuges o no? a lo mejor como sugería el
señor Ministro Aguirre, como fue una omisión de la Asamblea no
hacerlo, nosotros lo vamos a legislar y vamos a introducir la
prohibición expresa o tácita, una interpretación conforme en la que
digamos, bueno, debe entenderse que solamente cuando se habla
de cónyuges deben ser los heterosexuales, ¿Qué estamos
haciendo?, introduciendo una prohibición, si quieren tácita de algo
que la ley no dice para poder hacer la regulación correcta. Yo no
veo de qué manera si no lo hicimos en el estudio conjunto del 146 y
el 391, interrelacionados entre sí, por lo menos olvidémonos de los
demás artículos, por lo menos podamos hacer un pronunciamiento
respecto de un 391, que como todos han coincidido ha cambiado su
sentido por el 146;
no veo la manera mas que legislemos y le
introduzcamos una prohibición para que los matrimonios del mismo
sexo no puedan adoptar, cosa que el artículo 391 no dice, y no
niego que este tema de la adopción en este caso en particular y
muchos otros temas que existen en este país son de gran
importancia y que este Tribunal Constitucional debería pronunciarse
¡desde luego!, pero tenemos que atender a la técnica, a la
posibilidad y a la competencia del Tribunal para que pueda hacerse
cargo del estudio nada más, porque si no, quedaría a nuestro gusto
según lo que nosotros viéramos que es importante. Por eso, yo
sostengo que como está planteado el problema, como está decidido
ya en parte, no nos podemos pronunciar sobre el artículo 391 y
como lo está planteando el Procurador General de la República de
esa manera, no es que se sobresea, ya quedamos claro que no, los
agravios como están ahorita estudiados de manera individual
respecto del 391 son inoperantes, porque no podemos hacer ese
estudio individualmente. Muchas gracias.
29
SEÑOR
MINISTRO
PRESIDENTE:
Señor
Ministro
Aguirre
Anguiano para aclaración.
SEÑOR
MINISTRO
AGUIRRE
ANGUIANO:
Gracias
señor
Presidente, para hechos y para alusiones.
Yo no hablé de un sistema, yo dije y lo voy a repetir: No podemos
desconocer la relación que existe entre matrimonio y la adopción,
pues la institución del matrimonio incide en otras figuras, -incidencia
en otras figuras-, entre otras las relativas a la filiación, de ahí que
podemos hablar de una afinidad o de una restricción entre esas
instituciones y las disposiciones que las regulan –sigo diciendo más
adelante-, lo que implica que existe una interrelación que no se
puede desconocer y que sin lugar a dudas explica que el
promovente de la acción haya planteado la inconstitucionalidad de
esta norma, interrelación que como ya apuntaba, no se traduce en
que deba combatirse el sistema del que forma parte; por lo que la
impugnación individual del artículo es perfectamente válida, toda
vez que se trata del precepto que define quiénes podrán adoptar,
dos músicos –perdón por el coloquialismo- no hacen orquesta.
Piensen ustedes en lo siguiente: Este es un Tribunal Constitucional
que determinó la constitucionalidad del matrimonio entre personas
con predilección por la unión con otras de su mismo sexo. El
Tribunal Constitucional determinó: Esto es correcto. Se compadece
de la Constitución. Yo soy el primero obligado a respetar esa
decisión, cuadre con mis percepciones jurídicas o no cuadre con
ellas, yo respeto eso.
Tiene este matrimonio el pasaporte de la constitucionalidad, pero no
todo lo que lleve consigo, puede haber cosas que no pasen la
frontera, la aduana de la constitucionalidad. Gracias.
30
SEÑOR
MINISTRO
PRESIDENTE:
Quisiera
abundar
muy
brevemente, perdón señora Ministra Luna Ramos.
SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Sí señor Presidente.
SEÑOR
MINISTRO
PRESIDENTE:
Desde
luego
que
la
constitucionalidad del 391 se está viendo en su interrelación con el
146. Esto nos lo han planteado muchas veces en materia fiscal;
vengo a plantear la inconstitucionalidad de este precepto en su
interrelación con este otro, y así está dado el planteamiento.
De seguir la tesis del señor Ministro Luis María Aguilar, tendríamos
que regresar al estudio de un tema relacionado con el 146, y decir:
El 146 es inconstitucional por cuanto, interrelacionado con el 391,
permite que parejas del mismo sexo lleven a cabo la adopción con
violación al interés superior del niño. Véase de este modo, véase el
391 sólo bajo el impacto del nuevo 146, el tema está planteado, e
insisto, de mi parte, en que debe resolverse. Ministra Luna Ramos.
SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Gracias señor Presidente.
Nada más abundar en cuanto al sistema al que ha hecho referencia
el señor Ministro Luis María Aguilar. Creo que el sistema abarca el
391 ligado con el 146, pero no nada más con el 146, sino con todos
los artículos que están relacionados con la adopción ¿por qué
razón? porque el 391 no establece la adopción, que ésta proceda
per se, existe como dijeron, abre la puerta, la posibilidad, cuando ya
se dijo que el matrimonio es factible entre personas del mismo sexo
y se ha declarado constitucional, pero esto no quiere decir que la
adopción por ese simple hecho deba darse por esa razón, ni que
quede en un momento dado violentado el interés superior del niño,
¿por qué razón? Porque existe un sistema establecido en el propio
Código Civil a través de otros artículos donde se regula cómo se
31
debe de llevar a cabo la adopción, y donde la adopción no es
exclusiva de la institución del matrimonio; la adopción, si ustedes
ven el artículo 390, dice: “El mayor de veinticinco años, libre de
matrimonio.” ¿Qué quiere decir? que una persona soltera puede
incluso adoptar en pleno ejercicio de sus derechos, puede adoptar,
pero además se dice: “los cónyuges o concubinos podrán adoptar”;
es decir, hay varios sujetos de adopción.
Entonces, el 391 per se, el hecho de que establezca “el matrimonio
puede adoptar”, no quiere decir que esté violentando de ninguna
manera el interés superior del niño, está formando parte del sistema
donde justamente se está resguardando esto, y no quiere decir que
porque simplemente está estableciendo que los matrimonios
puedan adoptar, eso sea suficiente para que la adopción se dé; no,
no es cuestión de género, es cuestión de personas, personas que
van a estar sometidas a un escrutinio que pasa precisamente por
todo el sistema que está establecido en el Código Civil,
precisamente para llevar a cabo y realizar la adopción.
Entonces, si todo ese sistema no se impugnó, sino simple y
sencillamente es otro artículo, creo que no se puede decir que esté
o no salvaguardado, cuando hay artículos que expresamente están
determinando cuáles son los requisitos, qué es lo que tienen que en
un momento dado satisfacer para poder adoptar; si el artículo dijera:
sí adoptan y pueden adoptar. En ese momento se entiende que se
da la adopción, bueno pues ahí yo diría, el artículo per se podría
ser impugnado de manera individual, pero el artículo está ligado con
una serie de artículos en los que se está estableciendo todo un
sistema de adopción, los cuales no fueron combatidos, y en donde
en mi opinión, el interés superior del niño está más que
salvaguardado.
32
Insisto, no es cuestión de géneros, es cuestión de personas, y es lo
que está en un momento dado estableciendo el Código Civil.
Gracias señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Esa respuesta, señora Ministra,
y perdón por el diálogo, es de fondo. El argumento es: El derecho
sustantivo que deriva del 391, impactado por el nuevo texto del 146,
resulta de que un derecho sustantivo de adopción para parejas del
mismo sexo; este derecho está condicionado por todos los demás
requisitos que señala la ley, ninguno de esos combate el
Procurador, solamente el derecho sustantivo que deriva del 391, y
esa es la preocupación, este solo derecho impacta y afecta el
interés superior del menor, ese es el argumento. Ahorita propone
casi, casi una respuesta de fondo la Ministra: el interés superior del
niño está garantizado por los demás preceptos que componen el
capítulo de la adopción, veamos si eso es cierto o no lo es, pero esa
es la petición, eso es lo que se nos pide resolver. Creo que está
suficientemente discutido.
SEÑOR
MINISTRO
AGUILAR
MORALES:
Nada
más
un
comentario final.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Sí, claro, señor Ministro Aguilar.
SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Yo estoy de acuerdo
con lo que dice la Ministra, desde luego, y lo digo también en la nota
que les hice circular a ustedes, pero insisto, de alguna manera
usted mismo insistió, reiteró mi idea, de que para estudiar el 391
tenemos que entender el concepto de “cónyuge” como ya se aprobó
en el 146, o sea el nuevo texto del 146 impacta en el 391. ¿Cómo
vamos a estudiar por separado, por eso insistía yo, cuando debimos
estudiar ambos preceptos simultáneamente? Y ver esa interrelación
para poder juzgar los alcances de la definición de matrimonio,
33
porque el 391 sólo habla de cónyuges. ¿Cuál es la nueva definición
de “cónyuges”? No está en el 391, está en el 146, teníamos que
haberlo estudiado integralmente, no se hizo así, ya hay un
pronunciamiento sobre el 146. Usted dice: bueno, vamos entonces
a regresar al 146, y pregunto: ¿Podemos volver a estudiar el 146?
Creo que no; entonces, si no hay esa posibilidad de volvernos a
pronunciar sobre los conceptos, alcances, definiciones del 146, el
391 no dice nada más.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Cuando respecto de una norma
se hacen valer tres o más conceptos de violación y declaramos
infundados los dos primeros, ¿ya no vamos a estudiar los que
siguen? Sí podemos volver al 146, si fuera el caso;
si este
argumento se entendiera dirigido al 146, por ahí tendríamos que
estudiarlo también, pero ya declaró este Pleno que el 391 es un
nuevo precepto a través del cual se permite la adopción por
matrimonios del mismo sexo.
Creo que está suficientemente
discutido el tema. Entonces, por favor, estamos votando la moción
del señor Magistrado Luis María Aguilar, del Ministro y antes
Magistrado y muy querido amigo además, para que se declare la
inoperancia de los conceptos de invalidez dirigidos en contra del
artículo 391 del Código Civil del Distrito Federal, creo que es muy
claro decir a favor o en contra de la propuesta.
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Tomo la votación.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Yo estoy en contra de
esa propuesta y perdónenme una muy rápida digresión, ahorita que
habló el señor Ministro Aguilar me acordé de mi infancia, cuando
alguien se distraía, después le decían perdiste esto por bobo.
Como no discutimos al mismo tiempo el 146 y el 391, por bobo ya
perdió. Gracias.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Yo nada más en contra.
34
SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Por la propuesta del Ministro
Luis María Aguilar.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: En contra de la
propuesta.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: En contra.
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: En contra de la propuesta.
SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Yo a favor de la
propuesta, y también recuerdo de mi infancia cuando en ciertas
ocasiones mi mamá me decía ya no sigas hablando, y de todos
modos lo hacía yo.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: En contra.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: En contra.
SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: A favor.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE ORTIZ MAYAGOITIA:
En
contra de la propuesta.
SECRETARIO
GENERAL
DE
ACUERDOS:
Señor
Ministro
Presidente, me permito informarle que existe una mayoría de ocho
votos en contra de la propuesta de declarar inoperantes los
conceptos de invalidez sobre la constitucionalidad del artículo 391
del Código Civil impugnado.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Así queda decidido este tema.
Le tocaría el turno para fondo al señor Ministro Aguirre Anguiano,
¿Está usted en condiciones en este momento o prefiere que
hagamos receso?
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Si hacemos el receso
mejor, gracias.
SEÑOR
MINISTRO
PRESIDENTE:
Anoto
como
segundo
participante al señor Ministro Cossío y tercero al señor Ministro
Silva.
35
SEÑOR MINISTRO SILVIA MEZA: Bueno sí, de todas maneras,
pero yo era para una salvedad qué bueno que ya quedó anotado.
La salvedad es en este sentido, no escuché que el señor Ministro
Luis María Aguilar hubiera ofrecido hacer un voto particular, si él no
lo hace yo sí lo haría, creo que hay mucha materia para hacer
pronunciamientos importantes.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Me anota
también señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Con mucho gusto si me
permiten.
SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Sí señor y desde luego
que haré voto particular señor Presidente.
Con la grata unión y el honor de la Ministra Luna. Gracias señor
Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien, antes de irnos al receso el
orden de las participaciones son: don Sergio Salvador Aguirre
Anguiano, el señor Ministro Cossío, el señor Ministro Silva Meza y
don Arturo Zaldívar.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Una pregunta,
no quiero que me anote, para una pregunta.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Pregunte.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Me imagino
que la sesión concluirá más o menos a la hora normal.
36
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Así es.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Si fuese así,
entonces me reservo para en su caso apuntarme en la próxima
sesión.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A lo mejor son participaciones
muy breves.
SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: No creo.
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Yo me anoto después del
Ministro Franco, ya para después del receso.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien, los anoto y si se puede
hoy, de una vez.
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Para el martes.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Entonces declaro un receso y
regresaremos para continuar ya la discusión de fondo.
(SE DECRETÓ UN RECESO A LAS 12:45 HORAS)
(SE REANUDÓ LA SESIÓN A LAS 13:10 HORAS)
SEÑOR
MINISTRO
PRESIDENTE:
Se
reanuda
la
sesión.
Recuperada la serenidad, volvemos al tema de fondo, el señor
Ministro Aguirre Anguiano estaba haciendo la exposición y ya como
iniciada, tiene la palabra señor Ministro.
37
SEÑOR
MINISTRO
AGUIRRE
ANGUIANO:
Gracias
señor
Presidente. Efectivamente decíamos ayer, decía porque no es plural
magestativo, decía ayer que no existen, según estudios, evidencias
de que el interés superior del niño quede en paz y a salvo por
adopciones que hagan personas de similar sexo, hoy cónyuges
según el 146 del Código Civil del Distrito Federal, y efectivamente
pienso que el ser humano más delicado y que mayor protección
constitucional requiere es precisamente el niño, la infancia. Esta
debe de estar ante todo para ser tratada en forma en que no se
afecte, de preferencia a través de estudios experienciales no de
estudios o situaciones experimentales y en conexión con el tema
que nos ocupa, esto se convierte en algo muy ingente de análisis.
Existen universidades e instituciones de toda tendencia en el mundo
que se han pronunciado al respecto. Unas se critican a las otras de
no revelar métodos que los llevaron a las conclusiones para decir:
“Está bien o está mal que los matrimonios o las uniones
homoparentales adopten”, algunas universidades por cierto muy
bien rankeadas -perdón por el anglicismo- los lugares que se les
asignan en el análisis de sus virtudes académicas, opinan que
hicieron estudios profundos al respecto y que no es de la mejor
conveniencia
de
los
críos
el
ser
adoptados
por
parejas
homoparentales porque dicen que el medio los presiona para un
desarrollo sin lisuras, para un desarrollo accidentado, la duración se
dice incluso, de las uniones homoparentales promedio es de una
brevedad impresionante, creo que alguna universidad da ocho
meses promedio de duración de estas uniones y también habla de
los ejemplos que se producen a través de infidelidades que
promedian, según esos estudios, –que no estoy avalando ni
patrocinando- seis, durante la vigencia de estas uniones, pero
finalmente dicen: El grado de estrés que se produce en la crianza
de estas criaturas es del todo inconveniente y hay otras de signo
totalmente opuesto, nada pasa, la sociedad los acepta y los recibe
38
con los brazos abiertos, más vale que tengan padres aun del mismo
sexo biológico, y con esa predilección, a que no los tengan, y se
pone de ejemplo siempre al soltero y la soltera que pueden adoptar
y nadie les pregunta sus preferencias sexuales. Pienso que esto
último es totalmente cierto, todos los estudios los pongo en
entredicho porque todos obedecen a una realidad, a una
fenomenología –si se puede hablar así- social, de diferentes
latitudes y no de nuestro país. En nuestro país existe una
institución, solamente una institución vocacionada por ley a
intervenir en todos los casos de adopción incluidos los que se dan
en la ciudad de México, en el Distrito Federal, que es el DIF, el DIF,
según el artículo 923, fracción I, del Código de Procedimientos
Civiles de esta Entidad Federativa, le da necesaria intervención en
todos los casos de adopción al DIF; entonces, pienso yo que su
opinión es experiencial, no es experimental en su cercanía con el
tema de la adopción.
Yo reconozco que no es cercanía respecto a la adopción
homoparental, según la connotación actual del término que ha sido
una deformación con el tiempo, la lengua se adapta, y ¿Qué nos
dicen: Primero, lo que ya referí, tanto el DIF como el Instituto
Mexicano de Orientación Sexual y la Asociación Mexicana de
Pediatría, no conocemos estudios a largo plazo que refieran qué
sucedería en el corto, mediano y largo plazo con la personalidad de
esos niños y los trastornos mentales que puedan tener al ser
adoptados por ese tipo de parejas, reconocen que sí debe existir
—esto es la Asociación Mexicana de Pediatría, Asociación Civil—
algún tipo de alteración biopsicosocial ya que la raza humana se ha
venido desempeñando dentro de su cultura con dos sexos o
géneros predominantes, habla luego de culturización, habla de otras
cosas, y concluye que no ve con malos ojos esta asociación, las
adopciones por las personas que nos ocupan, pero reconoce que
39
en este momento no es probada la conveniencia para los intereses
superiores de las criaturas.
En esto hay un estándar con lo que dice el DIF, no existe estadística
de parejas homosexuales que tengan el interés de adoptar, toda vez
—dicen ellos, ellos sí con experiencia y con intervención por ley en
estos temas—.
Cuál es el otro estándar que incluso los individuos de la Universidad
Nacional Autónoma de México contemplan, reflexionan y afirman:
son estructuras familiares nuevas, no se puede liberar el estrés que
por presiones sociales se produce sobre ellos ¿Sobre quién? Sobre
los críos y aquí estamos hablando de un problema de culturización,
en días pasados vi un programa, una entrevista que me pareció
interesante, a unas personas de predilección homosexual y les
preguntaba el entrevistador, —el tema era la cultura de la sociedad
para su aceptación o no— el entrevistador decía pero si en un
estadio de futbol todo mundo incordia —palabras mías no de él
estoy haciendo desde luego paráfrasis— al equipo contrario y a los
individuos del equipo contrario tratándoles colectivamente con un
grito que voz al cuello les injuria diciéndoles el calificativo que
empieza con “p” que todos conocemos y que se lo atribuyó a todo el
estadio y ¿Saben qué? Los que estamos aquí presentes y que
hemos ido, podemos constatar que es cierto, qué cosa más
desafortunada, pero esto es una realidad social.
¿Qué nos sigue diciendo el DIF? Nos sigue diciendo algo que no
estamos discutiendo porque todos coincidimos en ello “que la
adopción no es un derecho fundamental de nadie, sino que el bien
tutelado es el de los menores de vivir en familia y que la adopción
es un instrumento jurídico que permite hacer efectivo”, se entiende
que “el interés superior del menor”.
40
También nos dice el DIF “que debemos de tener en cuenta la
integración del niño a la estructura familiar, que no debe suponer
enfrentarlo a una nueva dificultad de integración en el medio social.
Vivimos en una sociedad” —yo afirmo esto— “que injustamente
rechaza y discrimina a los homosexuales”, pero eso lo dice el DIF,
“y este rechazo se manifiesta de múltiples formas. Exponer a esas
situaciones a un menor que ha sufrido ya un abandono familiar, que
se ha sentido ya rechazado y que necesita un proceso de
resiliencia, significa obstaculizarle dicho proceso”.
Dice más adelante: “no se trata pues de atender o no
reivindicaciones de estos colectivos de los que vienen hablando,
totalmente legítimas”, dice el DIF, —en nuestra opinión— sigue
diciendo: “Un niño con dos papás o dos mamás no debe correr el
riesgo de burla o marginación de su vecindario, escuela, etcétera.
Nuestro posicionamiento siempre es desde la perspectiva de los
sentimientos y necesidades de los menores de edad. No podemos
hacer experimentos sociológicos con los niños adoptables, ni
siquiera para favorecer reivindicaciones legítimas”.
Dice después “que las circunstancias familiares influyen en sus
integrantes, dado que son el espacio más cercano en que aquellos
son formados”. Creo que es cierto esto, y no desconozco que las
violencias intrafamiliares, incluidas las violaciones sexuales a
menores, se tienen registros de que se dan en el seno de la misma
familia por padres, hermanos, padrastros
—perdón por el
coloquialismo— qué sé yo. Pero ¿saben por qué se tienen esos
registros? Porque son los únicos que son objeto material de cierta
estadística, y aquí quiero llamar la atención sobre lo siguiente:
Es probable y muy probable que la posesión de hijo, del estado de
hijo de muchos críos sea ejercida por personas homosexuales, pero
las violencias o no violencias que puedan sufrir, no estoy diciendo
41
que las sufran, que puedan o no sufrir, resulta que no están
sometidas a estadística ni registro alguno, entonces ésa es la razón
por la cual se lleva el registro de las violencias intrafamiliares de
personas, de matrimonios o concubino y concubinaria, y todas las
combinaciones que se quiera de personas de diferente sexo.
¿Qué dice el DIF? “Puede observarse que hay una gran cantidad de
factores de riesgo, así como distintos tipos de ellos, por lo tanto, no
es posible asegurar que la presencia de conductas riesgosas se
presente con mayor o menor frecuencia en un grupo específico de
individuos en una comunidad o en determinada población”.
Básicamente lo mismo nos dice la Asociación Mexicana de
Pediatría y la Institución que les he mencionado. Uno de los
estudios extranjeros que cayó en mis manos me llamó la atención,
el danés. En primer lugar, porque lo hizo el gobierno. En segundo
lugar, porque se produjo el informe hasta el dos mil seis y desde
hacía veinte o treinta años, no recuerdo ahorita con precisión,
estaba autorizada la unión, a manera de sociedad o de matrimonio,
no lo recuerdo en este momento, de dos personas del mismo sexo.
Entonces, el gobierno mandó hacer estadísticas, ¿sobre qué?
Sobre situaciones derivadas de los menores en las diferentes
posiciones que se guardaban en el aspecto de interrelación social
por razón de sexo, de matrimonio, de ausencia de matrimonio, de
dos parientes en posesión de estado, de uno sólo, etc.; y los
resultados fueron impresionantes, el universo analizado fueron más
de dos millones de personas.
Esto, pues yo creo que fue un estudio cuando exhaustivo. Quiero
decirles lo siguiente: Obviamente los daneses, pues no se parecen
mucho a nosotros los mexicanos, son un pueblo peculiar, estos
países escandinavos tienen marcadas diferencias con nosotros.
Pero el estudio versó sobre dos millones de personas. A cualquiera
42
que le interese de ustedes le puedo pasar tanto el estudio como un
resumen que gentilmente me hicieron mis colaboradores, y los
resultados nos están diciendo: Es marcado el porcentaje diferencial
de situaciones de estrés y de problemas psicológicos de los
menores cuando éstos están integrados a un hogar homoparental.
Está a su disposición señores Ministros. Pienso que la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal, no hizo estudio alguno para legislar
como legisló, pero sí supo el trasvasamiento que tendría el no
referirse a los candados que se ponían sobre la adopción, y que
estos sí fueron materia de serias discusiones en comisiones. Se
proponían diferentes textos, un día sí y otro también. Se acordaba
hacer modificaciones, y siempre convivió.
La reforma a la posibilidad de la celebración de matrimonio entre
personas del mismo sexo, con la necesidad de ponerle candados a
la adopción, y todas las discusiones eran acerca de los textos,
conceptos y anchura de los candados, seguridad de los candados,
hasta que de primas a primeras se llevó al Pleno de la Asamblea; y
sin mayores estudios registrados, se determinó la aprobación del
146 como lo conocemos. ¿Qué pasa con esto jurídicamente
hablando? En primer lugar, que se le trasvasan al 391 contenidos
que antes no tenía, se hace que el recipiente reciba conceptos
sustantivos de que antes carecía.
El señor Ministro Ortiz dice: lo que pasa es que realmente sí se
afectó la comprensión del artículo 391 en su sustancialidad. Quedó
modificado por esta ósmosis que se produjo. Esto es muy
importante. Y dice otra cosa más: podemos como Tribunal
constitucional que somos, expulsar del orden jurídico la norma, y
que sea problema del Legislador del Distrito Federal redefinir esto
constitucionalmente.
43
A mí no deja de preocuparme un poco. ¿Por qué me preocuparía?
Porque yo pienso que todos los niños claman por una familia, pero
una familia que se compadezca de los mínimos requisitos del
artículo 4° constitucional, del interés superior del niño que esté
probado no intuido, y que no se diga que más vale unos padres que
tengan este tipo de costumbres a nada, quién sabe, esto que se
demuestre con estudios, no por la intuición, un poco mágica, y por
el sentido un poco mágico y arbitrario que algunas personas
parecen querer tener, esto hay que probarlo incipientemente cuando
menos, yo no pido estudios daneses de dos millones de personas
como sujetos de observación en cuanto a estándares estadísticos,
no, nada de eso.
¿Qué es lo que pido? Algo razonable, estudios razonables por
personas experimentadas, yo respeto muchísimo a los individuos de
la UNAM que se pronunciaron en esto, pero primero, reconocen no
haber hecho estudio alguno metodológicamente aceptado o
aceptable conforme a los parámetros de esta ciencias; su sentido lo
pergeñaron en su opinión, y su opinión no difiere mucho de la del
DIF, ni la de los del Instituto Mexicano de Pediatría, ni las de la otra
institución que nos dio su opinión, el Instituto Mexicano de
Orientación Sexual, que lo propuse porque la información que se
me dio es en el sentido de que algunas personas que son miembros
de este Instituto son o fueron de esta tendencia.
Yo no quiero hacer una convocatoria a que estudiemos todo lo que
han dicho fundada o infundadamente las OMS, yo lo que quiero es
que se hagan trabajos serios que les den aproximación a los críos
de que cuando vayan a ser adoptados sus derechos superiores se
tomen en consideración.
La seriedad no calificada ni por tirios ni por troyanos sino por razón,
primero experiencial, y segundo, que
soporten un test de
44
razonabilidad. De momento es todo lo que tengo que decirles, yo
creo que debemos hacer una interpretación conforme.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Cossío.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Presidente. Me
voy a permitir en contra de mi costumbre leer una breve nota para
tratar de dejar muy claros mis argumentos en relación con este
asunto.
Respecto al tema que nos ocupa me voy a apartar respetuosamente
de la metodología de análisis que nos está proponiendo el señor
Ministro Aguirre Anguiano. Él decía en la sesión anterior, y tiene
toda la razón, que el artículo 79 del Código Federal de
Procedimientos Civiles nos permite a los Ministros allegarnos de
todos aquellos elementos probatorios que consideremos necesarios
para sustentar nuestra opinión, y esto lo hemos hecho en algunas
ocasiones, en el asunto aquel de VIH-SIDA que el señor Ministro
Silva Meza trajo a nuestro conocimiento aquí en el Pleno; en
algunos asuntos de adopción; de violencia intrafamiliar, etcétera. Es
decir, yo no estoy en contra de que utilicemos este tipo de
metodologías, me parece un asunto absolutamente central hacerlo;
sin embargo, creo que en el caso concreto en el que estamos
analizando este tema no se justifica, y a mi parecer esto es así
porque me parece que estamos frente a un problema estricta y
rigurosamente normativo que no requiere de verdad, y ahora voy a
tratar de decir por qué, de la utilización de estos elementos
periciales que constan tanto en la resolución como ahora en la
propuesta que está haciendo el señor Ministro Aguirre Anguiano
para efectos de que tengamos que obtener más o mejores estudios
en este sentido.
45
Me explico: lo que tenemos que desarrollar es una discusión acerca
de si una norma del Código Civil del Distrito Federal que leída junto
con otra, permite la adopción por parte de todos los matrimonios, y
que no hace por tanto distinciones entre unos matrimonios y otros,
de conformidad por cierto con las conclusiones a las que hemos
llegado a nuestra discusión de los días pasados en torno a la
constitucionalidad del matrimonio entre personas del mismo sexo, y
que esta disposición, se dice en el argumento, debía ser declarada
inconstitucional por esta Corte, por contravenir el principio del
interés superior del menor, por las previsiones sobre protección de
la familia contempladas en el artículo 4º constitucional o por
discriminar entre los propios menores.
A mí me parece que esta Corte no tiene base normativa alguna para
declarar inconstitucional por omisión tal norma y que cualquier
argumento en esa dirección nos pondría en la necesidad de utilizar
un razonamiento prohibido por el artículo 1º de la Constitución, que
específicamente prohíbe la discriminación de las personas por
razón de sus preferencias o por cualquier otra razón que atente
contra la dignidad humana, y contrario también a la interpretación
que hemos desarrollado y confirmado en estos días respecto del
tipo de familia protegido por el artículo 4º y los derechos de los
menores.
Pensar que la Constitución exige excluir del régimen legal que
discipline el régimen de adopción a una categoría entera de
personas definidas por su orientación sexual, implica caer, a mi
juicio, en un razonamiento prohibido constitucionalmente.
No veo qué diferencia constitucional o jurídica habría entre excluir a
toda una categoría de personas del régimen legal de la adopción
por motivos de orientación sexual o excluirla por motivos de raza,
46
por ejemplo, o de origen étnico, o religioso, o económico por citar
simplemente algunos casos.
Por los mismos motivos que no necesitamos estudios empíricos o
sociológicos acerca del efecto en los niños de vivir en familias
indígenas o no indígenas, o familias pobres, o familias ricas, o
familias con padres que tienen una discapacidad o no la tienen
porque en cualquier caso estaría constitucionalmente vedado no
considerarlas una familia protegida por la Constitución o una familia
amenazante o disfuncional para los niños, me parece que en este
caso la Constitución hace que esa misma averiguación sea
innecesaria.
En este sentido, me parece, que queda así también perfilada mi
posición respecto del criterio central en esta discusión de la garantía
del interés superior del menor, que es un criterio que recoge el
Convenio sobre los Derechos del Niño y que efectivamente está
entre los ingredientes jurídicos que típicamente articulan la
discusión sobre estos temas en el derecho comparado.
Lo que a mí me parece es que el interés superior del menor exige
una legislación que permita delimitar el universo de posibles
adoptantes sobre la base de unas condiciones mínimas necesarias
para el cuidado y desarrollo de cualquier persona y que permita que
las autoridades aplicadoras tengan espacio para hacer evaluaciones
en los casos concretos.
Lo que no me parece es que el Estado deba garantizar la supuesta
situación utópica y no jurídicamente asible que la demanda invoca
cuando habla de la necesidad de dar al adoptado los mejores
padres posibles, ―y estoy citando aquí textualmente―, si el Estado
tuviera que realmente, jurídicamente garantizar ese estándar de los
mejores padres posibles, el régimen de adopciones quedaría
47
absolutamente inoperativo, por una parte, y probablemente también
resultaría gravemente violatorio del párrafo tercero del artículo 1º
constitucional.
Pero es que incluso, en el caso de que se considerara que ese
estándar puede ser manejado dentro del contexto valorativo de
nuestra Constitución, el mismo no permitiría excluir, por imperativo
constitucional, como pretende el Procurador, a toda una categoría
de personas definidas por una sola característica, como si fuera
admisible constitucionalmente reducir a las personas a una sola de
las características que tienen o tenemos todos como seres
humanos.
El principio de interés superior del menor, no puede convertirse en
una piedra arrojadiza para declarar congeladas, en la Constitución
determinadas prácticas sociales o culturales o incluso ideas que no
son compatibles con el pluralismo que la Constitución impone en
este punto.
No hay que olvidar que en el derecho comparado, el principio de
interés superior del menor ha sido usado precisamente para
declarar inconstitucionales regímenes de adopción que no incluían a
las parejas conformadas por personas del mismo sexo, pues se ha
considerado que la ausencia de reconocimiento legal a estas
unidades de cuidado y educación de los niños, dejaba a sus
derechos injustificadamente protegidos.
El interés superior del menor, en conclusión, exige que el Estado
asegure que los niños se harán adultos en contextos familiares que
prima facie les garantizan cuidado, sustento y educación, pero
pensar que las familias integradas por personas del mismo sexo no
satisfacen este esquema, implica caer en un razonamiento
48
constitucionalmente contrario a los intereses de los menores que se
afirma se quiere proteger.
Sería algo así como sostener, que es contrario al interés superior de
los menores desarrollarse en el seno de familias que incluyen una
persona con capacidad diferente como pudiera ser la ceguera, o la
parálisis, o de escasos recursos económicos.
Concluir que en estos casos, la familia no satisface unas garantías
de cuidado esperable de los niños razonablemente altas, me parece
una conclusión que no podemos sostener dentro de la Constitución
y en particular del derecho fundamental que tenemos todos los
habitantes de este país a no ser discriminados.
Por esta razón señor Presidente, y entendiendo muy importantes
estos argumentos que ha planteado el señor Ministro Aguirre
Anguiano, yo no voy a discurrir por el ámbito de los elementos
probatorios, de los elementos fácticos, insisto, porque me parece
que el sólo hecho de hacernos las preguntas que se están haciendo
o que se pudieran llegar hacer en elementos periciales, nos
introduce, desde suyo, en una condición claramente discriminatoria
Por estas razones yo estaré en esta parte, esencialmente con el
proyecto, con los argumentos que ha dado, que ––insisto–– a pesar
de haber estado en diversas ocasiones a favor de estos análisis de
carácter científico o empírico, si se quiere más en general, en esa
ocasión creo ––insisto–– que ese solo hecho nos abre o nos genera
por parte de la propia Suprema Corte de Justicia, una categoría
sospechosa, y esto creo que es muy difícil de sostener
constitucionalmente. Muchas gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor
Ministro Valls para aclaración, y luego don Sergio Aguirre, también
para aclaración.
49
SEÑOR
MINISTRO
VALLS
HERNÁNDEZ:
Gracias
señor
Presidente.
Mi intervención en este momento es sólo para hacer una precisión
que me parece necesaria con motivo de la intervención del señor
Ministro Aguirre Anguiano, en cuanto aludió a la opinión que
presentaron diversos profesores o investigadores de la Universidad
Nacional Autónoma de México.
Dicha opinión fue solicitada por mí como ponente en este asunto, en
ejercicio de la facultad que para ese efecto prevé el artículo 67, de
la Ley Reglamentaria de la materia, y con la finalidad de ubicar el
contexto del tema que ahora nos ocupa, a partir de las diversas
disciplinas científicas que se relacionan con ello, no porque deban
ser especialistas en niños, sino porque forman parte de una
institución universitaria de amplio reconocimiento, ––de la que soy
orgullosamente egresado––, no sólo en nuestro país, y las ramas de
la ciencia a que se dedican, por supuesto que se relacionan con la
temática sujeta a nuestro conocimiento en esta Acción de
Inconstitucionalidad.
Además, obviamente que no se trata de una opinión suscrita por la
Universidad Nacional Autónoma de México, como tal, pues ésta se
integra por diversas facultades y escuelas, en virtud de las distintas
licenciaturas y estudios de postgrado que imparte, por lo que si bien
mi petición para tal apoyo se hizo a la Institución educativa, fue para
que dicho apoyo se realizara por las facultades o escuelas
pertinentes.
Por ello, quienes han emitido la citada opinión, son las áreas que se
relacionan con la temática que nos ocupa y que como se advierte
de las opiniones que cada una, desde su propio ámbito de estudio
50
efectuó, se apoyan en múltiples y diversos estudios y bibliografías
sobre el tema.
Estas opiniones pueden o no compartirse en su contenido, o
contrastarse con otros documentos para sostener la postura que
cada una de las señoras y señores Ministros tenga; más no
demeritarlas a partir de quienes las emiten, pues ante todo, tienen
nuestro respeto como profesores o catedráticos de la UNAM ––
insisto––, como Institución académica de amplio reconocimiento no
sólo en nuestro país, y como lo tendría cualquier otra Institución de
esta índole.
Así pues, como he expresado, tales opiniones fueron solicitadas con
el objeto de que al menos, a su servidor como ponente, me
permitiera ubicar el contexto de la adopción por parejas del mismo
sexo; mas la propuesta que he sometido en ese punto, en la
consulta para su discusión y en su caso para su aprobación por
parte de este Honorable Pleno, se apoya ––como así debe ser––
dado su carácter de Tribunal Constitucional, en un examen
constitucional, en tanto que este Tribunal no es el órgano que deba
calificar si determinado estudio es o no correcto, ni debe resolver a
partir de lo que se haya señalado en unos u otros estudios, y que
como todos sabemos, no hay una postura definitiva en el sentido de
que la adopción por parte de parejas del mismo sexo o personas
solteras homosexuales o lesbianas, cause un perjuicio a los
menores adoptados.
Así que, públicamente expreso mi agradecimiento a los citados
especialistas que objetivamente, sin ningún interés particular o
personal sobre el tema, prestaron su apoyo para que, en principio,
como ponente tuviera mayores elementos para el conocimiento de
la problemática que nos fue planteada y que naturalmente no fue el
único apoyo utilizado para ese fin, pues también acudí a varios
51
documentos o estudios sobre la misma, como seguramente lo han
hecho todos los integrantes de este Honorable Pleno.
Esta es la precisión señor Presidente, que he querido hacer en este
momento, reservándome para que cuando las señoras y señores
Ministros expresen su posicionamiento en cuanto al tema de la
adopción, se solicite de mi parte como Ministro ponente, la
intervención que corresponda. Muchas gracias.
SEÑOR
MINISTRO
PRESIDENTE:
MINISTRO
AGUIRRE
Señor
Ministro
Aguirre
Anguiano.
SEÑOR
ANGUIANO:
Gracias
señor
Presidente.
Primero quiero decir lo siguiente: Tengo un gran sentido del humor,
solicité estos estudios con fundamento en el 79 del Código Federal
de Procedimientos Civiles, a sugerencia del señor Ministro, que hoy
dice no, no, no, no, para qué se solicitó eso.
Bueno, me resulta un tanto cuanto curioso, pero no es trascendente.
Cuando leí la opinión –más informado ya porque leí los dictámenes–
de los individuos egresados de la UNAM, lo primero que hice fue
hacerles un reconocimiento –si hay que agregarle la palabra
“público”, yo con mucho gusto lo hago– a su gran sabiduría, pero
dije lo que confirmo, que no son especialistas en la materia y ellos lo
reconocen; autores de una gran cantidad de obra escrita, son unos
sabios pero no especialistas en la materia, y según el abogado
general de la UNAM, opinaron a título personal, lo cual a nadie
asusta y ya van dos o tres veces que el señor Ministro ponente lo
dice.
52
Por otro lado, si de palmarés se trata, pues yo ejerzo mi oficio de
abogado, también con un título expedido por la UNAM, y si hay que
decir que esto lo hago orgullosamente, sin soberbia, yo también lo
hago orgullosamente.
Segundo, qué nos dice la UNAM, –ya lo había dicho pero lo voy a
repetir– no la UNAM, las personas egresadas de la UNAM a que he
hecho referencia: que aun cuando no hay evidencia científica sólida
que fundamente que los niños creados en familias homosexuales
desarrollan trastornos psicológicos o de comportamiento, estos
niños pueden considerarse en riesgo; el interés superior del niño
cuando ellos están en riesgo, no sé cómo se cubra, porque tienen
que afrontar burlas, acoso escolar, presión por parte de sus
compañeros y aislamiento, que pueden dañar su autoestima y su
confianza, por lo que la presión social, el estigma y la discriminación
ponen en riesgo a los menores, estas afirmaciones surgen de ese
estudio.
A ver, se nos dice no, no, no, el único prisma que hay que tener
aquí constitucional es el artículo 1°, por qué unas especies de
matrimonio sí pueden adoptar y las otras no; discriminación, no, no,
no, no, no, momento; en primer lugar cuando dos entes titulares de
derechos se pueden poner en tensión hay que atender al que
prevalezca como interés superior, quiero decir, resulta que la
Constitución misma nos habla de este interés superior del niño.
Entonces sostengo, si en algún momento dado el principio de no
discriminación se tensiona con los intereses superiores de los niños,
los intereses superiores de los niños deben prevalecer. Gracias
Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Silva Meza.
SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Gracias Presidente.
53
Centraré mi participación en la propuesta que nos hace el señor
Ministro Valls, señor Ministro ponente, de que el alcance
precisamente consecutivo a la determinación de no sobreseimiento
sea incluido en relación con este tema.
Lo hago para efecto de fijar el sentido de mi voto, a partir
precisamente de lo que sostuve al pronunciarme sobre la legalidad
del matrimonio entre personas del mismo sexo, respecto de que
dadas las condiciones en nuestra realidad social, no se puede
afirmar que sólo el concepto de familia tradicional, a saber madre,
padre, hijos, es el único protegido constitucionalmente.
Cualquier lectura que se haga del término “familia”, implícitamente
así lo determina la reforma constitucional, deberá ser progresista e
incluyente, y esto lo desprendemos de la propia Constitución; en
tanto que el propio espíritu del artículo 4º constitucional conduce a
determinar que el contenido de dicho concepto de familia, en él se
incluya a todas las formas de sociedad que coexisten hoy,
concretamente en el caso de nuestra sociedad capitalina.
La importancia de la institución de la familia para el desarrollo de los
niños y niñas fue destacado ya por el Constituyente –lo sabemos
todos– precisamente al realizarse las reformas al 4º constitucional;
así lo apreciamos en un párrafo significativo del dictamen de la
Cámara de origen, donde se dice textualmente lo siguiente: “Cabe
destacar que la familia es el núcleo natural que debe garantizar el
cuidado, protección y desarrollo de niños y niñas, siendo los padres,
tutores y custodios los responsables inmediatos de ellos”.
La reforma reconoció la necesidad de responsabilizar al Estado de
la protección de los derechos de este grupo social al decirse que:
“El texto constitucional no obstante coincidir con los postulados
internacionales sobre los derechos del niño, no resulta suficiente en
54
la actualidad para satisfacer las exigencias de una realidad
cambiante, ya que la misma revela nuevas necesidades de los
niños y de las niñas, resultaría, lógico pensar y promover la
protección de sus derechos en el desarrollo de su núcleo familiar
como hasta ahora ha acontecido, pero evidentemente la realidad
actual supera en mucho la citada expectativa, ya que un porcentaje
muy alto de menores además de graves insuficiencias carecen
hasta de este seno familiar. Por tanto, –dice el Constituyente– la
responsabilidad de protegerlos debe hacerse extensiva como una
asistencia a los niños y las niñas que carecen de un medio familiar,
o que teniéndolo, requieran de acciones adicionales del Estado para
asegurar su desarrollo integral”.
Así, el Constituyente Permanente preocupado en específico de la
situación de los niños y niñas que carecen de un medio familiar
obliga al Estado para que implemente acciones adicionales para
propiciar su desarrollo integral.
Por tanto, si el propio Poder Reformador de la Constitución
reconoció por una parte a la familia como la institución idónea para
el cuidado, protección y desarrollo de las personas menores de
edad; y por otra, destacó la necesidad de tomar acciones
adicionales para propiciar el desarrollo integral de los niños y niñas
que carecen de una familia, resulta que la medida adoptada por el
legislador local, que ahora se analiza por este Tribunal Pleno, en
lugar –desde mi perspectiva– de contravenir la Constitución y el
espíritu del artículo 4º, resulta acorde con ella y propicia el
cumplimiento de los objetivos perseguidos con la reforma.
Es un hecho que en nuestro país son muchos los niños y niñas que
por diferentes factores no viven y se desarrollan en una familia, por
lo que se encuentran al cuidado de instituciones públicas y privadas
de asistencia social, quienes a pesar de brindarles cuidado y apoyo
55
no pueden ofrecerles el entorno ideal para su desarrollo integral
como sí lo haría una familia.
Entonces, al ampliar la Asamblea Legislativa del Distrito Federal el
contenido del concepto de familia, y con ello permitir que parejas del
mismo sexo que cumplan con los requisitos establecidos por el
Código Civil adopten a un menor, propicia que un mayor número de
niños y niñas puedan integrarse a una familia, lo que –insisto–
resulta acorde con el propio artículo 4º constitucional, pues les
beneficia directamente.
También es importante destacar que si tomamos en consideración
que no existe un modelo ideal de familia, el argumento de la parte
actora en el sentido de que la adopción de menores por parte de
personas del mismo sexo pone en una situación de desigualdad a
los menores que se encuentren en ella, para mí es poco acertada.
Sostengo que es poco acertado ya que la pluralidad de familias y la
existencia de niños que se encuentran al cuidado del Estado o de
las instituciones de beneficencia implicaría que gran parte de la
sociedad que vive en situaciones de desigualdad por no vivir en una
familia convencional o tradicional desde la perspectiva de la
accionante estuviera en la misma situación de desigualdad.
No se puede afirmar, como lo hace precisamente la parte
promovente
que
los
niños
adoptados
por
matrimonios
o
concubinatos integrados por personas del mismo sexo por el hecho
de no ser iguales a una familia tradicional vivan en una constante
situación de desigualdad, pues no sólo aquel tipo de familia es
diferente a la convencional porque sabemos existen muchos otros
tipos de familia que podrían caber en dicho concepto.
Así, no aceptándose el argumento del Procurador relativo a la
desigualdad, entonces, su oposición se sustenta únicamente en la
56
preferencia sexual de los adoptantes, lo que constituye también
como acertadamente lo dice el
proyecto, un argumento
discriminatorio por preferencia sexual y por ende, contrario a lo
dispuesto por el artículo 1° constitucional.
La medida legislativa en estudio, no pretende que parejas que no
cumplan con los requisitos establecidos en el Código Civil, puedan
acceder a una adopción, sino por el contrario sujeta a todos los
solicitantes a la satisfacción de los mismos requisitos, los cuales se
encuentran previstos en los artículos 390 y 391 del Código Civil
para el Distrito Federal; por lo tanto, corresponde a la autoridad
administrativa o jurisdiccional que conozca de la solicitud de
adopción, el determinar si la pareja solicitante cumple con los
requisitos legalmente necesarios, lo que implicará que el juez de la
causa atienda al caso concreto y se pronuncie sobre la aptitud de él
o de los adoptantes en lo particular; consecuentemente, si las
acciones de inconstitucionalidad constituyen medios abstractos de
control de la misma, no corresponde a este Alto Tribunal
pronunciarse sobre la idoneidad de una persona o pareja para
adoptar; razón por la cual, considero que la preferencia sexual por
sí misma no puede constituir un factor para descartar a priori a una
pareja cuyo deseo es adoptar a un niño o a una niña. Ahora, con el
fin de evitar, dice, discriminación, es necesario precisamente así lo
pienso, que esta Suprema Corte de Justicia no prejuzgue sobre la
idoneidad de una pareja para adoptar por el sólo hecho de tratarse
de parejas constituidas por personas del mismo sexo, ya que como
lo he venido diciendo, en todo caso, corresponderá a la autoridad
administrativa y al juez que conozca del procedimiento el valorar
todos los elementos que son aportados al juicio con el fin de
acreditar los requisitos objetivos establecidos por la ley para poder
adoptar a un menor de edad. Es precisamente en el procedimiento
de adopción, cuando el Estado interviene para asegurar el interés
superior del menor que va a ser dado en adopción, verificando que
57
las personas que quieran acceder a él, tengan las características y
cualidades necesarias para su adecuado desarrollo.
Es conveniente reflexionar aquí, en torno al argumento esgrimido
por el Procurador General de la República en el sentido de que no
puede estar por encima del interés superior del menor el derecho de
las personas unidas en matrimonio, o concubinato, integrados por
personas del mismo sexo a acceder a la posibilidad de ser padres,
no podemos afirmar que en los procesos de adopción en general,
se privilegie el interés de los mayores en lugar del de los menores,
en dicho proceso existe un menor, el cual no vive en familia y que
quizás cuando vivió en ellas, si es que lo hizo, no vivía en las
mejores condiciones, maltrato, abuso físico, abandono; por la otra,
se encuentran las personas que con la intención de ser padres,
quieren darle una familia a dichos menores. De ahí, que dicho
proceso sea con aquel carácter que se ha reconocido a la adopción,
un acto solidario en el que el principal interés que se pretende
privilegiar es el del menor adoptado, pues todos los requisitos a
satisfacer se encuentran encaminados a comprobar la idoneidad de
la pareja a adoptar y no viceversa; consecuentemente, no puede
afirmarse como lo hace el promovente que el interés que se
beneficia en este tipo de adopciones, es el de los solicitantes en
contraposición del de los menores.
Ahora, a partir de que este
Tribunal Pleno en las sesiones pasadas se ha pronunciado sobre la
constitucionalidad del 146 del Código Civil, yo sí pienso que esta
determinación ya incide en forma directa respecto del tema que
ahora nos está ocupando, porque si este Tribunal Pleno ya avaló la
constitucionalidad de los matrimonios integrados por personas del
mismo sexo, no puede afirmarse que el permitir que dichos
matrimonios puedan acceder a una adopción, provoque un perjuicio
a los menores sujetos a tal proceso. Estoy consciente de que el
alcance del concepto “interés superior del menor” es muy complejo
y amplio y sobre todo dependiente de la aplicación que se le dé o
58
que le dé el interprete constitucional y no olvidemos que en la
adopción el interés superior del menor juega no solamente para los
matrimonios
heterosexuales,
sino
matrimonios
homosexuales,
el
también
mismo
ahora
interés
para
rige
a
los
los
procedimientos de adopción, no puede afirmarse que se genera un
perjuicio al niño o a la niña, o se desatiende a su interés por el
hecho de que la preferencia sexual de los futuros padres adoptivos
no es heterosexual y que se integraría una familia distinta a la
tradicional.
No puede perderse de vista, y con esto concluyo, que al no haberse
modificado el precepto ahora analizado por parte de la Asamblea
Legislativa, los requisitos para acceder a una adopción siguen
siendo los mismos cuya satisfacción es obligatoria para todos
aquellos que deseen adoptar a un menor, independientemente de la
preferencia sexual de los adoptantes, motivo por el cual no se
puede determinar a priori, que una pareja integrada por personas
del mismo sexo no es idónea para adoptar a un niño o niña
basándose tal decisión únicamente en su preferencia sexual.
Señoras y señores Ministros, para mí esto implicaría más que dar
argumentos de naturaleza constitucional, partir solamente de un
prejuicio que no tiene sustento precisamente en la Constitución.
Gracias señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Cossío para
aclaración.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Presidente. La
razón por la que tomé este camino de contestar el argumento del
señor Ministro Aguirre, es porque me parece que en el fondo de su
argumento hay un problema que es importante, lo que el señor
Ministro Aguirre, y me parece sintetiza al final de cuentas, es decirle
al Ministro Valls y por ende a todos nosotros y al proyecto, si cabe
59
esta personificación: Que no es posible concluir que no se afecte el
interés superior del menor a partir del dictamen que incorpora el
proyecto a la Universidad Nacional Autónoma de México.
Entiendo también que el señor Ministro Aguirre plantea la necesidad
de que se aportaran, o se allegaran, o nos allegáramos de mayor
número de estudios para efecto de estar en posibilidad de
establecer esta determinación.
Entonces, creo que hay un comentario expreso y explícito, -insistopor avanzar o por desarrollar más estos estudios.
Es desde esa perspectiva por la que yo entiendo que en este
momento no es necesario que nosotros tengamos esos estudios. En
ese sentido va mi comentario.
El Ministro Aguirre dice que yo le sugerí, yo creo que lo que yo le
sugerí es que nos repartiera los estudios que él tuviera, mas yo
¿con qué calidad o con qué posibilidad le diría al señor Ministro
Aguirre qué debe hacer o qué no debe hacer en materia de
allegarse información? Pero en fin, este es el punto.
Y a mí me parece que aquí el tema central es el siguiente: Decía
ahora el señor Ministro Silva Meza, y con razón, que nosotros
hemos aceptado ya, por mayoría de votos claro está, la existencia
del matrimonio. Entonces, en esta cuestión donde se está
planteando la cuestión del matrimonio de las personas del mismo
sexo, pedir los estudios o solicitar los estudios nos puede llevar a
una condición, -insisto- que en sí mismo haga discriminatoria la
petición de los estudios ¿por qué? Pensemos un par de casos
semejantes. Dice la expresión del Procurador General de la
República, en su demanda, que de lo que se trata es de encontrar
los mejores padres posibles. Bajo esa lógica, y lo digo con el mayor
60
respeto, y de verdad sólo como un ejemplo, qué posibilidades tienen
un par de padres invidentes, o un par de padres parapléjicos, o un
padre invidente o una madre parapléjica, de ser los mejores padres
posibles en esa condición, si vamos a comparar padres que no
tienen esta discapacidad frente a quienes sí los tienen.
Creo que hacer la pregunta de ¿los hijos que van a ser adoptados
por matrimonios homosexuales van a sufrir consecuencias? Insisto,
en sí misma encierra la identificación de lo que en otros lugares se
llama una categoría sospechosa, y esta es la forma más clara de
construir una discriminación.
¿Por qué no lo hacemos respecto de otras personas que pudieran
tener
una
discapacidad?
discapacidades
están
No
lo
incorporadas
hacemos
y
porque
están
esas
asimiladas
culturalmente, y no nos parece grave, no nos parece raro que unas
personas en una situación de discapacidad, cualquiera que sea,
tengan hijos adoptados.
Lo que nos parece más complicado de aceptar, e insisto, por una
razón cultural, es que personas del mismo sexo adopten, y
entonces hacemos preguntas cómo si la categoría por sí mismo
fuera sospechosa.
Sin embargo, dado que hemos aceptado, yo al menos, la existencia,
la validez de matrimonios entre personas del mismo sexo, me
parece que la pregunta por sí misma conlleva este elemento, y es
por eso que ante un muy importante comentario del señor Ministro
Aguirre en cuanto a la necesidad de ampliar estos estudios, creo
que no es el camino ¿por qué? porque me parece que nos basta
con los elementos constitucionales, y no necesariamente con los
elementos fácticos que una o varias instituciones nos pudieran
aportar. Gracias señor Presidente.
61
SEÑOR
MINISTRO
PRESIDENTE:
Señor
Ministro
Aguirre
Anguiano.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Para hechos, gracias.
La primera parte del discurso del señor Ministro, yo pienso que
implica un reproche al proyecto ¿para qué quiere esos estudios?
Lo dejo como tal y ya tomará, la probable mayoría que haga el
engrose, las decisiones incumbentes.
Luego se dice: el hecho
mismo de someter a análisis estas cuestiones es discriminatorio;
esto me trae a la memoria cierta resolución del Tribunal
Constitucional de un país centroamericano, muy reciente por cierto,
que dice: “Someter estas cuestiones -parecidas a estos temas- a
plebiscito es discriminación en sí mismo, y por tanto el plebiscito no
debe celebrarse”.
Tercero. No necesitamos estudio técnico alguno, estudio científico
alguno, si el buen sentido que yo tengo para interpretar estas
cuestiones, basta y sobra para calar a profundidad el interés
superior del niño de acuerdo con sus elementos constitucionales, no
puedo estar de acuerdo con eso. Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Son las dos de la tarde, les
propongo que dejemos hasta aquí la sesión pública el día de hoy,
están en lista para la próxima sesión los señores Ministros Zaldívar,
Fernando Franco y Gudiño. Levanto la sesión y los convoco.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: A mí también señor
Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Con mucho gusto señora
Ministra.
62
Los convoco para el lunes de la semana próxima a las diez y media
de la mañana.
(SE LEVANTÓ LA SESIÓN A LAS 14:05 HORAS).
ÍNDICE.
CONTENIDO DE LA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA DE LA SESIÓN
PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL LUNES 16 DE AGOSTO DE
2010.
SECRETARÍA GENERAL DE ACUERDOS
NÚMERO
2/2010
ASUNTO
1
IDENTIFICACIÓN,
DEBATE Y
RESOLUCIÓN.
PÁGINAS.
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD promovida
3 A 69
por el Procurador General de la República contra
actos de la Asamblea Legislativa y del Jefe de INCLUSIVE
Gobierno del Distrito Federal, demandando la
invalidez de los artículos 146 y 391 del Código Civil
del Distrito Federal, publicados en la Gaceta Oficial
del Distrito Federal de 29 de diciembre de 2009.
(PONENCIA DEL SEÑOR MINISTRO SERGIO A.
VALLS HERNÁNDEZ).
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
TRIBUNAL PLENO
SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA
CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL LUNES
16 DE AGOSTO DE 2010.
ASISTENCIA:
PRESIDENTE.
SEÑOR MINISTRO:
GUILLERMO I. ORTIZ MAYAGOITIA.
SEÑORES MINISTROS:
SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO.
JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ.
MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS.
JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS.
ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA.
JOSÉ DE JESÚS GUDIÑO PELAYO.
LUIS MARÍA AGUILAR MORALES.
SERGIO ARMANDO VALLS HERNÁNDEZ.
OLGA MA. DEL CARMEN SÁNCHEZ CORDERO.
JUAN N. SILVA MEZA.
(SE INICIÓ LA SESIÓN A LAS 11:00 HORAS)
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se abre la sesión. Señor
secretario sírvase dar cuenta con los asuntos del día.
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro
Presidente.
Se somete a su consideración la aprobación del proyecto de acta de
la sesión pública número ochenta y tres ordinaria, celebrada el
jueves doce de agosto del año en curso.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A consideración de las señoras
y señores Ministros el acta de cuenta. Señor Ministro Franco.
2
SEÑOR
MINISTRO
FRANCO
GONZÁLEZ
SALAS:
Señor
Presidente, señoras y señores Ministros, pido autorización para
pasarle al señor secretario algunas erratas de simple dedo, que no
tienen mayor trascendencia.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Con esta modificación de
correcciones ortográficas sigue a consideración del Pleno el acta. Si
no hay ninguna otra participación ni objeciones a la misma de
manera
económica
les
pido
voto
aprobatorio.
(VOTACIÓN
FAVORABLE) QUEDÓ APROBADA EL ACTA SECRETARIO.
3
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS:
Se somete a su consideración el proyecto
relativo a la:
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD
2/2010.
PROMOVIDA
POR
EL
PROCURADOR
GENERAL
DE
LA
REPÚBLICA, EN CONTRA DE LA
ASAMBLEA LEGISLATIVA Y DEL JEFE DE
GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL,
DEMANDANDO LA INVALIDEZ DE LOS
ARTÍCULOS 146 Y 391 DEL CÓDIGO CIVIL
PARA EL DISTRITO FEDERAL.
Bajo la ponencia del señor Ministro Valls Hernández y conforme a
los puntos resolutivos a los que se dio lectura en sesión anterior.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Empezamos la discusión de
este último tema del proyecto, tengo en lista y en ese orden
escucharemos su participación a los señores Ministros Zaldívar,
Fernando Franco, Gudiño y Sánchez Cordero, pero en este
momento me ha pedido la palabra el ponente y con todo gusto se la
otorgo.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Muchas gracias señor
Presidente.
Solamente para hacer a título personal un voto de censura a las
declaraciones de un alto dignatario de la iglesia católica, en donde
cuestiona la honorabilidad tanto de este Tribunal como de sus
miembros con relación a este asunto precisamente.
Considero que en un Estado laico como el nuestro, debe haber una
absoluta separación y existe en el 130 constitucional, entre la iglesia
y el Estado. No se puede, impunemente, amparado bajo ningún
título, acusar a once Ministros del más Alto Tribunal del País, de
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corruptos y de decir que han sido interesados pecuniariamente para
decidir en determinado sentido en este asunto que nos ocupa.
Por lo que en mi carácter de Ministro de la Corte, critico acremente
el lenguaje, la forma, el fondo, con que se expresaron esas
opiniones, que dan lugar indudablemente a que cualquiera de
nosotros que lo considere pertinente puede enderezar las acciones
que la ley nos da. Eso es todo, muchas gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Como esos comentarios y así lo
ha dicho el señor Ministro se refieren a todos nosotros, sugiero al
Pleno que unánimemente nos sumemos a este voto de censura que
ha propuesto el Ministro Valls. ¿Estarían de acuerdo?
(VOTACIÓN FAVORABLE)
Tome nota señor secretario y pasemos al desahogo de nuestra
sesión. Señor Ministro Zaldívar.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor
Presidente.
Señoras y señores Ministros como lo comenté el jueves pasado, en
mi opinión, el tema que ahora estamos discutiendo, es el más
sensible y delicado de la reforma que hemos analizado referente a
los matrimonios entre personas del mismo sexo.
A lo largo de las últimas semanas he revisado una cantidad
importante de material de diferente tendencia, de distinto calado
científico, así también he reflexionado sobre cuáles son las reglas y,
cuáles los principios que debemos tomar en consideración para
interpretar adecuadamente este problema que se nos presenta de la
constitucionalidad o no de la adopción entre matrimonios de
personas del mismo sexo, y he llegado a la conclusión tomando en
cuenta en todo momento el interés superior del niño, que la reforma
planteada es constitucional y que no hay argumentos sólidos que
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desde el punto de vista constitucional puedan acreditar que estamos
en presencia de una norma que se aparta de los principios, de los
valores, de los derechos y del texto de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.
Fundamento mi opinión en los siguientes argumentos:
Una primera cuestión es: ¿Qué tipo de análisis normativo debemos
hacer en un problema como este? A la luz del artículo 1º de la
Constitución que establece el principio de igualdad y la no
discriminación, sobre todo cuando se trata –como ya se dijo también
aquí en la sesión pasada– de una categoría sospechosa, ¿Qué
quiere decir cuando se habla por la doctrina de categoría
sospechosa? Lo que quiere decir es que en estos casos, cualquier
diferenciación que se haga, en principio, tiene una presunción de
inconstitucionalidad; son sospechosas, porque se sospecha que son
inconstitucionales; sin embargo, esto no nos lleva al extremo de no
allegarnos ningún elemento de tipo científico o empírico para poder
establecer si esta diferenciación en categoría sospechosa es
constitucional o no, en particular en este caso. En primer lugar,
porque lo que la Constitución establece en este tipo de categorías
es que tiene que haber un escrutinio muy estricto, muy riguroso que
justifique sin lugar a dudas el trato diferenciado, y en el caso que
nos ocupa, me parece que debe hacerse porque distinguimos y
separamos la discusión del matrimonio al de la adopción
precisamente
entendiendo
constitucionalidad
del
que
matrimonio
no
necesariamente
traía
aparejada
la
la
constitucionalidad de la adopción sino que en atención al interés
superior del niño, este tema merecía un análisis per se, y toda vez,
en segundo lugar que tenemos argumentos que cuestionan esto,
me parece, que tenemos que analizarlo; sin embargo –reitero– lo
que tendría que probarse, fuera de toda duda, es que si afecta el
interés superior del niño, en cuyo caso podría válidamente hacerse
una diferenciación ¿Por qué? Porque no había una discriminación,
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porque además del derecho de los adoptantes estarían los
derechos de los probables o posibles adoptados, como el caso de
una persona invidente a la que no se diera una licencia de manejo,
no podría alegar una discriminación aunque esta negativa de la
licencia se diera exclusivamente por esta capacidad diferente que
tiene.
De tal manera que si en algún momento nosotros, por ejemplo,
encontráramos pruebas indubitables, datos duros, de que hay una
afectación al interés superior del niño, no estaríamos, al establecer
una inconstitucionalidad de la adopción, previendo un trato
discriminatorio, simplemente estaríamos protegiendo un interés de
otra índole que también tenemos la obligación de proteger; sin
embargo –reitero– no solamente no hay estos datos duros sino que
ni siquiera hay elementos que hagan pensar, al menos para mí, en
una duda razonable, no sólo no se pone en riesgo el interés
superior del niño sino esta reforma, como trataré de explicar, que
protege de mejor manera este interés superior del niño.
Hay algunos argumentos que se han dado en contra de esta
posibilidad. Primero se nos ha dicho que no hay estudios en México
sobre cuál es el efecto en los menores de las familias
homoparentales y esto es cierto; sin embargo, yo pregunto:
Tampoco hay estudios de familias heterosexuales, tampoco hay
estudios de padres adoptivos solteros, ¿Esto significa que
necesariamente tenemos que declarar inconstitucional también este
tipo de adopciones? Estamos partiendo –me parece– cuando
decimos: No hay estudios, de un prejuicio, y el prejuicio es: Como
no hay estudios, partimos de la base que esto es malo y nos tiene
que demostrar que no lo es, y esto creo que es falso.
Otro argumento que se da es que si bien es cierto que en México
hay gran cantidad de familias homoparentales, en ésta se da una
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diferenciación porque alguno de ellos es padre biológico, lo que no
se compadece con el tema de la adopción.
A mí me parece que esto tampoco es exacto e implica un
desconocimiento absoluto de lo que es la adopción, si lo que se
está alegando es que lo que afecta a los niños es la convivencia en
un hogar homoparental en el cual falta la dicotomía: mamá-papá y
que por el otro lado externamente se discrimina en qué cambia esto
tratándose de adopción o de que alguno es hijo biológico.
Hay que aclarar que los padres adoptivos quieren a sus hijos no
como si fueran sus hijos, los aman porque son sus hijos, el amor
trasciende con mucho a la biología.
Se nos han establecido una serie de estudios que amablemente nos
hizo llegar el señor Ministro Aguirre donde aparentemente se
concluye que este tipo de relaciones, —perdón— de familias
afectan a los niños. Quiero aclarar que la crítica que voy a hacer a
este estudio y al cuestionario que le contestan al Ministro Aguirre,
va encaminada a este documento, en modo alguno al señor Ministro
Aguirre a quien le profeso todo mi respeto amén de tener por él
simpatía y afecto. Mi crítica va al documento.
Este documento que nos hizo favor de hacernos llegar el señor
Ministro se llama “Adopción, deseo y crianza. Análisis de los
distintos estilos de parentalidad adoptiva” y lo edita un supuesto
“Instituto Mexicano de Orientación Sexual”, lo suscriben dos
psicólogos y se supone que es un estudio científico muy serio, voy a
demostrar que es todo lo contrario.
En primer lugar la mayor parte de este documento se dedica a
hacer una serie de argumentaciones aventuradas, falsas, ligeras
sobre la adopción, no voy a discutir eso porque no es el tema, pero
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realmente sí, cuando yo lo leía estaba muy preocupado de que
alguien piense todo eso de la adopción.
Pero ¿Cuál es la gran prueba que tiene este estudio que tiene
muchas páginas, muchos adjetivos y muy poca ciencia? Son dos
casos, no tengo que argumentar mayormente para decir que dos
casos pues empíricamente no prueban nada, pero no solamente
son dos casos, sino que en estos dos casos no hay ninguna
metodología científica, no son casos que se sigan con cierto tiempo,
etcétera, se basan en una entrevista profunda, así lo llama el
estudio ¿Qué quiere decir una entrevista profunda? Es aquella
entrevista en donde la gente puede sacar sus sentimientos y un test
psicológico, sobre el cual no hacen mayor observación, no se
acompaña y con base en esto pues se concluye.
Pero vamos a suponer que dos casos fueran suficientes, y que
efectivamente la metodología científica se respetara, resulta que de
los dos casos uno de ellos no se refiere al problema, porque todo el
estudio dice que son diferentes las familias homoparentales, ¿qué
es un hijo biológico y qué la adopción? Y el primer caso se trata de
dos lesbianas, que la hija es hija biológica de uno de ellos, entonces
nos quedaría solo un caso, pero vamos a suponer que les
aceptamos los dos casos, brevemente los voy a referir, porque los
dos casos no solamente no prueban lo que este estudio dice, sino
prueban justamente lo contrario.
El primer caso se trata de dos mujeres lesbianas que tuvieron en su
juventud relaciones heterosexuales, una de ellas tiene una hija
biológica, y ¿Cuál es el gran problema psicológico que tiene esta
niña? Bueno, que es rechazada en algunos sectores alejados de la
familia y esto le genera a las madres cierta angustia. ¡Bueno! hay
muchas causas por las cuales un niño puede ser rechazado en
ciertos sectores, hoy hay un fenómeno muy intenso en las escuelas
que se llama el “bulling” donde se acosa, se afecta a los niños, de
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hecho la Comisión Nacional de Derechos Humanos ya tiene un área
específica para tratar de solucionar este problema y hay muchas
causas por las cuales los padres de familia se pueden angustiar en
un país como éste: la inseguridad, la violencia, la situación
económica, enfermedad y los problemas que tienen todas las
familias, entonces no me parece que sea un caso que pruebe nada;
al contrario, prueba que esta niña es una niña completamente
normal.
El segundo caso, se trata de un niño que nace en un matrimonio y a
los tres años, su padre heterosexual macho, muy macho abusa de
él y de su madre, los golpea y los abandona. El tío, el hermano de la
mamá lo acoge como hijo, el niño sabe perfectamente que es su tío,
conoce a su madre biológica, convive con su tío y su pareja y el
gran problema psicológico que tuvo este niño es que tuvo una
adolescencia rebelde. Todos los niños normales tienen una
adolescencia rebelde, es parte de lo que es la adolescencia.
¿Y qué es lo que ha sucedido con este niño? Pues nada, que ahora
es un niño que tiene una novia heterosexual, está estudiando la
preparatoria y quiere después estudiar su carrera. ¿Qué demuestra
esto? Pues demuestra que los niños que se educan en este tipo de
familias, pues con completamente normales. Ojalá los problemas
psicológicos de los niños que se educan en familias heterosexualestradicionales se redujeran a esto. Cualquier psicólogo o psiquiatra
infantil nos dirá que las cosas no son así.
Entonces, con todo respeto, esto no es ciencia, esto es ideología
pura; este es un estudio prejuicioso y tendencioso, y con base en
este estudio se contesta el cuestionario del señor Ministro Aguirre.
¿Y qué es lo que se dice? Primero. Este cuestionario, casi todo se
desprende de este estudio, entonces pues por sí mismo se
descalifica.
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Hay otras preguntas que se contestan sin dar la fuente,
simplemente afirmaciones graciosas, pero hay una que quiero
referir que es la pregunta 3, en donde se refiere a un estudio de la
Asociación Americana de Psicología, y se dice en este cuestionario,
se dicen dos cosas: Primero. Que el niño criado en un ambiente
homoparental tiene tres veces mayor índice de estrés y, Segundo.
Que el niño tiene tres veces mayor riesgo de sufrir abuso emocional
y físico.
Y esto sí es una absoluta falta de ética, porque el estudio omite
decir dos cosas: La primera. Dice el estudio, ─que lo fui a analizar─,
dice también que los niños en estos matrimonios son más felices,
pequeño detalle que se les olvidó y por el otro lado, más que omitir
dice algo que es falso. En ningún momento el estudio dice que
estos niños tienen mayor riesgo de sufrir abuso emocional y físico.
Por el otro lado, para terminar ya con este tema, las respuestas 4 y
5 se basan en una entrevista que le hicieron a una persona que fue
criada por un padre homosexual, con independencia de que esto no
prueba nada, pues sí tendría después de ver la conducta ética de
estos estudios, pues muchas reservas de qué tan cierta es esta
entrevista, pero suponiendo que lo fuera, reitero, la entrevista, a
una
persona
no
demuestra
absolutamente
nada.
Consecuentemente, estas pruebas me parecen que al no resistir el
menor análisis científico y hasta de sentido común, pues no nos
pueden llevar a de ahí a acreditar la inconstitucionalidad de un
precepto.
De acuerdo a lo que he leído y a lo que se ha planteado, se prevén
dos causas por las cuales se afecta el interés superior de los niños.
Una, que sería de índole interno, en donde se dice: la convivencia
en familias homoparentales afecta a los niños, sobre todo se habla
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mucho de esta falta de identificación de padre y madre y otra es la
cuestión externa que tiene que ver con la discriminación.
Si bien es cierto que pudiéramos decir que los estudios que hay en
el extranjero, que sí los hay y muchos, no nos ayudan para la parte
externa porque México es muy diferente a otros países, para la
parte interna me parece que sí nos ayudan, porque lo que tenemos
simplemente qué ver, desde el punto psicológico es: Cómo afecta o
no afecta esto a los niños.
Lo que yo encontré en los estudios más recientes y que me generan
mayor
a
mí
mayor
convicción
es
que
en
los
hogares
homoparentales se garantiza de manera adecuada las necesidades
de los menores, que no hay que olvidarlo: la necesidad de amor, la
necesidad de afecto, la necesidad de cuidado, la necesidad de
tener satisfechos sus requerimientos de índole económico para
educación, medicinas, etcétera.
Si nosotros vemos con cuidado estos estudios, nos podemos dar
cuenta que aunque son poco concluyentes, sí encontramos una
tendencia a establecer: Primero. Que la homosexualidad no es una
enfermedad mental y que la orientación homosexual no constituye
una afectación psicológica. Esto es algo que debemos tener claro.
No existe evidencia confiable de que la orientación sexual
perjudique por sí mismo el funcionamiento psicológico, no hay
diferencias significativas en conductas y actitudes entre la
paternidad entre padres homosexuales y heterosexuales, porque el
amor no tiene que ver con la orientación sexual; cuántos padres
biológicos heterosexuales simple y sencillamente, ya no hablemos
los que maltratan a sus hijos o abusan de ellos, cuántos hay que no
les prestan el menor cuidado. Entonces, esto yo creo que es
prejuicio.
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Se ve también que en las parejas homosexuales, ya sean de
hombres o mujeres, son más equitativas en las distribuciones de las
cargas de la crianza. Normalmente se ve que en este tipo de
parejas se establecen muy buenas relaciones con los niños, y que
éstos no tienen más probabilidades de presentar problemas
emocionales,
sociales,
académicos
o
psicológicos.
Consecuentemente, los homosexuales son tan aptos para ser
padres como los heterosexuales.
Respecto a los niños, una cosa muy importante es que el tipo de
padres no determina la orientación sexual, y esto que algunos dicen
que el vivir en pareja homoparental determinaría la orientación
sexual implicaría por sí mismo un argumento discriminatorio, como
si la orientación sexual fuera algo negativo. Pero además esto es
falso. La inmensa mayoría del casi todos los homosexuales, pues
se criaron en familias heterosexuales. Entonces esto no creo que
resista un análisis.
Los niños normalmente tienen los mismos tipos de popularidad y
amistades, de satisfacciones; no se ha podido demostrar como lo
dice por ejemplo la Asamblea de Estados Miembros del Consejo de
Europa, que el hecho de ser educados por padres homosexuales
perjudique a los niños, ni que los padres homosexuales serían
peores padres que los padres heterosexuales, ni que estos niños se
vean expuestos a su vez a ser homosexuales. Eso dice la Asamblea
de Estados Miembros del Consejo de Europa.
No hay que perder de vista como he dicho, que hay padres
biológicos homosexuales actualmente, y que hay niños que
conviven y son, criados por sus padres, sin que esta situación los
afecte en lo más mínimo. Pretender hacer una diferenciación en
este tipo, algunos tribunales ya han considerado que es un
problema de discriminación.
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Y por último, es claro que la heterosexualidad no garantiza que un
menor adoptado viva en condiciones óptimas para su desarrollo,
–reitero– esto no tiene que ver con la heterosexualidadhomosexualidad. Todas las formas de familia tienen ventajas y
desventajas, y cada familia tiene que analizarse en lo particular, no
desde el punto de vista estadístico.
Lo que sí hay que señalar, y no pasa desapercibido, es que el
estándar de los procedimientos de adopción en México, están muy
por debajo de los niveles internacionales. Quizá aquí, más que estar
en esta discusión, los esfuerzos de quienes dicen proteger el interés
superior del niño, tendrían que estar encaminados a tener sistemas
de adopción más eficaces que garanticen que miles de niños que
hoy se quedan en albergues o en orfanatos, puedan tener una
familia, y miles de parejas que requieren tener hijos puedan tener
hijos de manera segura para los niños, y también de manera eficaz.
En relación con las afectaciones externas, se pone mucho énfasis
en la discriminación de que van a ser objeto los niños, y en que en
México no estamos preparados para este paso. Sobre esto diría lo
siguiente: las sociedades siempre son dinámicas, en algún
momento en otros países las parejas interraciales, pues eran
discriminadas, eran mal vistas, hoy son una cosa normal. La
adopción interraciales, pues también eran mal vistas, y hoy son
completamente normales. Entre nosotros, los hijos de madre soltera
o de padres divorciados, pues en alguna época eran discriminados.
La misma adopción, durante un tiempo se mantenía en secrecía,
porque los hijos adoptados podrían ser discriminados, y hoy, con
toda libertad y apertura se establece que es una forma válida de
familia, y no pasa nada.
Aquí el debate a mí me parece que es: Si ante el mandato de la
Constitución que establece el derecho fundamental a la igualdad, y
el mandato a la no discriminación, nosotros vamos a ser parte de
esta tendencia que evite y que ponga los elementos para no
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discriminar, o vamos a constitucionalizar la discriminación; el
derecho debe ser parte del avance social; si esta Suprema Corte
establece que es inconstitucional porque van a discriminar a los
niños lo que vamos a hacer es discriminar a los niños desde esta
Suprema Corte, y a mí esto me parecería sumamente grave.
El derecho precisamente tiene que establecer la Constitución estos
mandatos,
estas
normas,
estos
derechos
para
evitar
la
discriminación, siempre los derechos fundamentales vienen a ser
una reacción frente a una situación de cosas raras que es
intolerable; la discriminación se da en México de muchas maneras,
en muchas formas, y creo que la Constitución busca a través de su
texto expreso y de sus valores prever esta discriminación, y creo
que no podríamos declarar inconstitucional una reforma con este
argumento, porque reitero y espero que nadie se sienta agraviado,
lo quiero decir con mucho respeto, creo que sería discriminatoria,
sería constitucionalizar la discriminación.
Y hay que tener en cuenta que no se está dando un cheque en
blanco o un boleto automático para que todas las parejas
homosexuales puedan adoptar, como tampoco lo tienen las parejas
heterosexuales. Hay dos momentos: uno es la posibilidad legal de
hacerlo, que hoy pueden adoptar homosexuales solos, nadie les
pregunta; solteros, nadie les pregunta; y otro segundo momento es
el del juez, en que el juez tiene que analizar si la pareja, si el
matrimonio es idóneo, si tienen las características y las cualidades
para poder adoptar a ese niño o a ese bebé, y esto no dependerá
de la orientación sexual, dependerá de otras circunstancias que
tiene que analizar el juez correspondiente y en algunas ocasiones
previamente autoridades administrativas.
Entonces, me parece que aquí está perfectamente garantizado y
hay dos cuestiones adicionales que creo que tenemos que tener en
cuenta: ¿Por qué esto es con base en el interés superior del niño?
Primero por la posibilidad de darle una familia que no es mejor o
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peor que la otra, no se trata de decir como se ha dicho a veces: “Es
que como los niños se van a quedar sin familia, aunque sea que
estén con una pareja de éstas”. En lo más mínimo, no se trata de
eso, son tan respetables y válidas y buenas unas como las otras, el
punto es: ¿Qué pasa si no aceptamos la adopción? Estamos
generando un problema para el niño. ¿Por qué? Porque de hecho
puede vivir un niño con su padre biológico y su pareja homosexual.
¿Y qué pasa si falta el padre biológico, si en algún momento no está
físicamente o muere? ¿Quién se va a hacer cargo del niño? ¿Quién
va a tomar las decisiones? Este tipo de adopción también se hace
pensando en el interés superior del niño, a mí me parece que esto
es muy importante tomarlo en consideración.
Y otra cuestión: no aceptar esta reforma también implicaría una
discriminación a los hombres homosexuales. ¿Por qué? Me explico:
las mujeres lesbianas es muy fácil que puedan tener un hijo
biológico, muy sencillo; los hombres pueden hacerlo solamente si
tienen ciertos recursos económicos para poder entrar en ciertos
sistemas muy complicados, de poder procrear o poder tener un hijo
biológico, y me parece que estaríamos haciendo una distinción que
también sería discriminatoria.
Entonces, yo concluyo reiterando esta exhortación porque ojalá en
México se ponga el énfasis en la necesidad de mejorar nuestros
sistemas de adopción para que haya métodos más eficaces, más
efectivos, más claros, que permitan que más niños tengan una
familia sin importar obviamente la orientación sexual sino otro tipo
de cuestiones.
Y por último, redondeando mi argumento, en virtud de que estamos
en una situación en donde por mandato del artículo 1º constitucional
diferenciar o evitar un derecho, o no otorgar un derecho con base
en la orientación sexual sería una categoría sospechosa que nos
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obliga la Constitución a hacer un escrutinio estricto y muy
cuidadoso, y toda vez que no hay prueba alguna, no hay dato duro
ninguno que haga pensar que esto afecta el interés superior del
niño, y no sólo eso, con esto sería suficiente, pero no sólo eso; creo
que al menos desde mi punto de vista es todo lo contrario, me
parece que esta reforma que estamos discutiendo es perfectamente
constitucional y por estas razones votaré en favor del proyecto.
Gracias Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Fernando
Franco.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Gracias señor
Presidente, señoras y señores Ministros, debo empezar diciendo
que vengo de acuerdo con el proyecto y sus consideraciones en lo
general y que además comparto mucho de lo que aquí se ha dicho
para abundar en por qué no debe ser declarado inconstitucional el
precepto que analizamos en relación el 146.
Me parece que es obvia la importancia que tiene este tema, en
particular este tema, lo hemos visto, hemos visto reacciones
desmedidas frente a las decisiones que hemos adoptado, hemos
visto distintos argumentos.
Yo quiero decir que como lo he dicho en todos estos temas, mi
obligación personal como juez constitucional desprenderme de
cualquiera de mis formaciones personales, convicciones personales
para analizarlo estrictamente desde un punto de vista constitucional,
en
un
estado,
lo
vuelvo
a
repetir
y
lo
subrayo,
que
constitucionalmente está definido como un estado constitucional,
democrático, laico y social de derecho. Esta es nuestra obligación,
en mi opinión, como jueces constitucionales y en esa óptica es
como yo daré mi posicionamiento también en este tema.
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Me parece que hay que partir de un marco ya ahora definido por
este Pleno.
En primer lugar el Pleno ya ha definido que la reforma al 146 del
Código Civil del Distrito Federal es constitucional, el hecho de que la
Asamblea Legislativa del Distrito Federal en uso de sus facultades
de configuración legislativa en materia civil haya ampliado el
concepto de matrimonio, hemos coincidido por mayoría que es
constitucional.
En segundo lugar, también este Pleno mayoritariamente ha llegado
a la conclusión de que no hay una familia ideal en ese sentido, cada
quien puede tener su concepto de familia ideal y es muy respetable,
pero la Constitución no lo establece y aquí se han acreditado todas
las formas de familia que pueden existir y que deben ser respetadas
constitucionalmente en su integridad.
Y finalmente, también se ha definido que no hay un derecho
fundamental al matrimonio o a la adopción, éstas son figuras del
derecho civil que han tenido variaciones a lo largo del tiempo y que
siguen teniéndolas conforme las concepciones que se tienen en un
momento dado y en un régimen federal en las distintas entidades
que conforman a la Federación.
Me parece que es correcta la impugnación que hace el Procurador
General de la República en cuanto a su enfoque, creo que aquí lo
que
se
debe
privilegiar
en
el
enfoque
de este
Tribunal
Constitucional, es fundamentalmente la protección al interés
superior del menor, yo resalté en mi intervención en sesión anterior,
que en el matrimonio estamos frente a personas capaces, no
necesariamente mayores de edad pero sí que la ley les otorga la
capacidad para decidir al respecto, mientras que en el concepto de
adopción, se introduce un elemento diferente y fundamental que es
la posible, ―y subrayo esto― la posible participación de un menor,
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y aquí me parece que no debemos perder de vista que lo que
estamos
analizando
es
esto
bajo
fundamentalmente,
independientemente de las consideraciones sobre discriminación o
igualdad lo estamos haciendo bajo un concepto de razonabilidad
constitucional, y me parece que en este sentido, el Tribunal Pleno
debe analizar esto de manera sistemática, normativa y no en los
preceptos aislados, me parece que la razonabilidad para determinar
si conforme al 4º constitucional, el Estado, en este caso en lo que le
corresponde a la Asamblea del Distrito Federal está tomando una
decisión razonable o no, debe verse conforme a todas las normas
que atañen a la figura como me referiré más adelante.
La adopción es mucho más amplia del enfoque que hasta ahora le
hemos dado, y esto es importante, la adopción se refiere a menores
y es como siempre la vemos, pero también la legislación civil, desde
hace mucho tiempo permite la adopción de incapaces mayores de
edad.
Consecuentemente, éste me parece un elemento esencial para
valorar el diseño legislativo en un cuerpo que tiene la obligación de
legislar, no de aplicar las normas; y esto, como ya lo señaló el
Ministro Zaldívar ––que yo me referiré más adelante a ello–– le
corresponde al juez.
Consecuentemente, aquí tenemos que ver si lo que se hace en
sede legislativa es correcto y a quién le corresponde la
responsabilidad esencial de proteger el interés superior, en este
caso del menor, pero yo entiendo que de todos los sujetos que
pueden ser adoptados.
Bien. He escuchado y por supuesto he estudiado igual que todos
ustedes señoras y señores Ministros, los agravios y los conceptos
de validez presentados por el Procurador, al igual que la
documentación que nos ha sido presentada, procurando ser
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exhaustivo, aunque debo confesar que ha sido abrumador el grado,
el nivel de documentos que hemos recibido de todos tipos, pero he
procurado tratar de leerlos.
Y encuentro dos grandes argumentos en contra de esta reforma:
tanto en lo que plantea la Procuraduría General de la República,
como en los argumentos que se han esgrimido en contra de la
reforma.
Primero, que la reforma al permitir el matrimonio de personas del
mismo sexo, que puedan adoptar, matrimonios de personas del
mismo sexo, carece de razonabilidad constitucional objetiva, ya que
afecta el interés superior del menor. Que se requeriría estudiar con
mucha mayor profundidad los efectos psicológicos que se pueden
presentar en los menores frente a este tipo de matrimonios.
El segundo argumento global es que la Constitución establece en su
artículo 4º, el derecho de todo niño a crecer en el entorno de una
familia ideal; es decir, esta concepción de familia constituida
esencialmente por padre y madre, eventualmente hijos y otros
miembros de la familia.
Me parece que el segundo de los argumentos pues ha sido ––en mi
opinión–– ya superado por este Pleno, ya ha resuelto que no hay un
concepto ideal de familia, consecuentemente
me voy a referir
básicamente al primero.
He manifestado que estoy de acuerdo con el proyecto y sus
consideraciones; no obstante, quiero hacer algunas precisiones y
abundamientos que en mi opinión podrían reforzar el proyecto,
porque creo que no se han abordado hasta ahorita puntualmente,
aunque se han esforzado de manera importante en intervenciones
previas. Si el ponente y el Pleno estuvieran de acuerdo en tomar
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algunas de estas ideas, me parece que ayudarían a resolver el
problema.
Creo que se ha reconocido de manera uniforme hasta ahorita en las
intervenciones, que en los estudios que se nos han presentado y
particularmente en los que se refieren a nuestro país, no hay una
evidencia clara que ponga realmente en duda si pudiera este tipo de
matrimonios afectar más o menos que otros, creo que esto está
descartado; sin embargo, más allá de esto, coincido con quienes
han dicho que estos estudios no nos podrían llevar a una conclusión
de inconstitucionalidad del precepto, aun y cuando se demostrara
––que no está demostrado–– algunos efectos marcados en este tipo
de matrimonios, me parece que este Tribunal Constitucional no
podría inclinarse por declarar inconstitucional el precepto.
Me explico: La reforma del artículo 146, en relación al 391, que es el
que estamos analizando, del Código Civil del Distrito Federal,
permite que eventualmente una pareja del mismo sexo, que ha
contraído matrimonio, pueda adoptar a un menor de edad y ¡ojo!,
––subrayo de nueva cuenta–– o a un incapacitado, aun siendo éste
mayor de edad, las normas otorgan ––y ésta es la parte de sede
legislativa–– otorgan simplemente la posibilidad jurídica de que esto
ocurra, pero lo hace también, como aquí se ha señalado, respecto
de parejas heterosexuales, matrimonios heterosexuales de solteros,
de divorciados y en el Distrito Federal, de concubinos; es decir,
todo el Universo tiene esta posibilidad legislativamente, no nada
más digamos lo hace respecto a estos.
Ahora bien, esto es en sede legislativa, y qué dice; bueno, para la
adopción –que es me imagino a lo que se refería el Ministro Zaldívar
hace un momento en su intervención, cuando al final decía
“interviene el juez”–, para la adopción, para que se pueda concretar
la adopción, debe ser el juez de lo Familiar en el Distrito Federal el
21
que siguiendo un procedimiento determine si es procedente o no en
todos estos casos.
Contra lo que es mi costumbre me voy a permitir detenerme un
poco en el sistema normativo que le establece la forma y
procedimiento al juez para poderlo hacer; primero me referiré –y me
disculpan, voy a ser muy puntual en la lectura de los artículos,
porque en ocasiones anteriores por no leerlos dejo cuestiones que
quedan en el aire y no quiero–, me voy a permitir leerlos, son unos
cuantos, todos los artículos relativos.
El artículo 390 dice, que es además el que inicia las disposiciones
generales de la adopción del Código Civil del Distrito Federal: “El
mayor de veinticinco años, libre de matrimonio, en pleno ejercicio de
sus derechos, puede adoptar uno o más menores o a un
incapacitado, aun cuando éste sea mayor de edad, siempre que el
adoptante tenga diecisiete años o más que el adoptado y que
acredite además: I. Que tiene medios bastantes para proveer a la
subsistencia, la educación y el cuidado de la persona que trata de
adoptarse, como hijo propio, según las circunstancias de la persona
que trata de adoptar. II. Que la adopción es benéfica para la
persona que trata de adoptarse, atendiendo al interés superior de la
misma; y. III. Que el adoptante es persona apta y adecuada para
adoptar. Cuando circunstancias especiales lo aconsejen, el juez
puede autorizar la adopción de dos o más incapacitados o de
menores e incapacitados simultáneamente”.
Artículo 391. “Los cónyuges o concubinos podrán adoptar, cuando
los dos estén conformes en considerar al adoptado como un hijo y
aunque sólo uno de ellos cumpla el requisito de la edad a que se
refiere el artículo anterior, pero siempre y cuando la diferencia de
edad entre cualquiera de los adoptantes y el adoptado sea de
diecisiete años de edad cuando menos. Se deberá acreditar,
22
además, los requisitos previstos en las fracciones del artículo
anterior”; es decir, los que leí para la persona que no está casada.
Después vienen una serie de disposiciones que me voy a permitir
omitir y me brinco hasta el artículo 397. “Para que la adopción
pueda tener lugar, deberán consentir en ella, en sus respectivos
casos –y esto es muy importante–. I. El que ejerce la patria potestad
sobre el menor que se trata de adoptar. II. El tutor del que se va a
adoptar. III. El Ministerio Público del lugar del domicilio del adoptado
cuando éste no tenga padres conocidos ni tutor, y. IV. El menor si
tiene más de doce años. En todos los asuntos de adopción serán
escuchados los menores atendiendo a su edad y grado de
madurez”.
Aquí dejo los artículos del Código Civil y paso rápidamente al
Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal que
establece el procedimiento.
Dice el artículo 923: “El que pretenda adoptar deberá acreditar los
requisitos señalados por el artículo 390 del Código Civil –ya los leí–,
debiendo observar lo siguiente: I. En la promoción inicial se deberá
manifestar si se trata de adopción nacional o internacional,
mencionándose nombre, edad y si lo hubiere el domicilio del menor
o persona con incapacidad que se pretenda adoptar, el nombre,
edad y domicilio de quienes en su caso ejerzan sobre él la patria
potestad o tutela, o de la persona o institución de asistencia social
pública o privada que lo haya recibido, y acompañar certificado
médico de buena salud de los promoventes y del menor”. Segundo
párrafo de la fracción I que me parece fundamental: “Los estudios
socio-económicos y psicológicos necesarios para efectuar el trámite
de adopción, deberán –es obligación–, deberán realizarse por el
Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia o por
quien éste autorice, siempre que se trate de profesionistas que
acrediten tener título profesional y tener como mínimo dos años de
23
experiencia en la atención de menores y personas susceptibles de
adoptar, también los podrán realizar la Secretaría de Salud, el
Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Distrito Federal,
el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, la Procuraduría
General de Justicia del Distrito Federal para los efectos de adopción
nacional”.
Luego viene una serie de previsiones que también omitiré, espero
que después no haya necesidad de leerlas respecto a las
circunstancias para la adopción.
¿Qué desprendo de todo esto? El Estado garantiza, primero en la
Constitución en el artículo 4º el desarrollo integral del menor y su
dignidad; el legislador en el ámbito de su competencia, sea el
federal o el local, tiene la obligación de desarrollar este concepto
general en la Constitución; tenemos todas las convenciones
internacionales signadas por México y las leyes que protegen el
interés superior del menor, no me voy a detener en esa parte, me
estoy refiriendo exclusivamente a lo civil en el Distrito Federal.
El legislador establece un sistema en donde ─en mi opinión─ en
sede legislativa, como lo acabamos de ver, establece un sistema
razonable para garantizar una adopción que garantice de la mejor
manera posible el desarrollo del niño integral y su dignidad.
Ahora bien, esto lo deposita en sede judicial y como hemos visto
corresponde al juez, y aquí me parece lo fundamental de todo esto,
el que tiene en la ejecución de todo esto que garantizar plenamente
que hasta donde sea posible, sí creo que hasta donde sea posible
se le debe buscar la mejor situación al menor, no nada más la
familia, la mejor situación al menor y creo que es correcta la
expresión “hasta donde sea posible”, porque como aquí se ha dicho
puede haber una situación en abstracto que aparentemente
24
garantiza todo, como puede ser un matrimonio en términos
convencionales:
heterosexual,
que
se
casó
con
todas
las
condiciones legales y conforme a sus propias creencias, que
después resulta que genera muchísimos problemas como aquí se
ha dicho.
Entonces, me parece que esto es lo importante; es decir, en sede
legislativa
se
ha
garantizado
un
sistema
que
permite
razonablemente ver por el interés superior del menor ¿cómo? a
través de la acción del juez que tiene estas obligaciones.
Ahora bien, aquí quiero llamar la atención de este Pleno sobre el
análisis de la adopción, nos hemos basado en los menores y
aparentemente todos con la visión de que son menores críos o
infantes que no tienen ninguna capacidad y esto no es así, tenemos
que diferenciar; hay obviamente, y legalmente, se hace se establece
–como lo acabamos de ver– que cuando el menor tiene doce años o
más de edad y menos de dieciocho obviamente, antes de la
mayoría, debe opinar y también se puede tratar de un incapacitado
que debe opinar.
Consecuentemente, creo que el juez debe tomar todas las
previsiones –el juez de lo familiar– para tener la certeza;
independientemente de las preferencias sexuales de quien está
solicitando la adopción de que es apto para adoptar y que se está
garantizando de la menor manera posible.
Se hizo alusión y creo que con razón, a que el organismo rector de
todo esto es el Sistema Nacional para el Desarrollo de la Familia y
la niñez, y es así y así debe ser, y tan es así que el Código de
Procedimientos exige que los estudios que sean la base para que el
juez pueda determinarlo los produzca precisamente este sistema,
¡ojo!, éste es un sistema, no me voy a detener ahorita en esta parte,
25
es un sistema con una organización nacional o federal y luego los
sistemas de cada entidad federativa, pero finalmente responden a
esa lógica articulada y aquí nos estamos refiriendo y el Código del
Distrito Federal se refiere precisamente al sistema nacional;
consecuentemente, esto queda garantizado, me parece que ahí es
donde hay que poner el énfasis y aquí es donde se tendrán que
hacer los estudios más adecuados para determinar en cualquier
caso, en cualquier caso de adopción si se está garantizando hasta
donde sea posible el interés superior del menor.
No es lo mismo un incapacitado de alguna manera que sea
perfectamente lúcido y que pueda ser adoptado y que manifieste su
opinión, no es lo mismo un muchacho de catorce, quince, dieciséis
años que pueda manifestar abiertamente su opinión de que quiere
ser adoptado por una pareja sea de las tendencias que tenga la
pareja, sea de la religión que sea, sea de la ideología que sea;
consecuentemente, me parece que esto abona para subrayar que
cualquier otra decisión podría eventualmente respecto de los
adoptantes sí ser discriminatoria, no respecto de los menores.
Ahora bien, concluyo señalando que por estas razones me parece
que aquí lo importante para mí es que hay razonabilidad en el
sistema normativo para el tema de las adopciones, que el juez
tendrá que tener particular cuidado en garantizar hasta el máximo
de sus posibilidades que un menor sobre todo siendo infante o muy
pequeño, tenga las mejores condiciones para desarrollarse en un
nuevo medio familiar y quiero decir, que al leer los estudios y
releerlos, llegué a la conclusión de que esto, estos nos dicen y me
voy a referir a los dos, a los que se hizo particular énfasis, el del
Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, que
efectivamente subraya riesgos, concluye diciendo y les voy a leer
textualmente: “Puede observarse que hay una cantidad de factores
de riesgo, así como distintos tipos de ello; por lo tanto, no es posible
asegurar que la presencia de conductas riesgosas se presente con
26
mayor o menor frecuencia en un grupo específico de individuos, en
una comunidad o determinada población”, –es el último párrafo de
este artículo-, y la Asociación Mexicana de Pediatría concluye
diciendo: “Como usted verá licenciado Aguirre, las opiniones dentro
de los miembros de la pediatría son diversas, pero si nos
atreviéramos a dar una conclusión final; sería, que esto fuera
posible siempre y cuando no lesione los intereses del menor
sociales y de salud y que se deberá sanear adecuadamente el
medio
para
que
estas
generaciones
futuras
de
padres
homosexuales e hijos adoptados, no sean segregados como
seguramente sucederá en nuestro medio”. Me parece que de esta
última conclusión lo que yo extraigo es, que debe resaltarse y que
yo sugeriría que se incorporara en la resolución como lo
hice
cuando discutimos la interrupción del embarazo, la otra cara de la
moneda, que es la obligación del Estado a través de todos sus
órganos y de la sociedad misma, para erradicar todo tipo de
discriminación, todo tipo de desigualdad hasta donde sea posible y
adicionalmente garantizar el interés, en este caso, superior de quien
pueda ser adoptado. Me parece y creo que esto es muy importante
que esto vaya de la mano. En mi opinión, el marco jurídico que ha
establecido la Asamblea, es razonable desde el punto de vista
constitucional. Segundo. Competerá a la sede judicial, a los jueces,
proteger de manera concreta el interés superior del menor que debe
ser lo que debe privilegiar en el caso de adopciones e inclusive de
los incapacitados y por otro lado, creo que deben intensificarse las
políticas públicas que promuevan la tolerancia, el respeto mutuo y
las normas de convivencia independientemente de nuestras formas
de pensar en la sociedad mexicana. Esto es muy difícil, pero esto
es una obligación constitucional en relación a los menores y me
parece que esto debe quedar claramente establecido como la
contrapartida a estas figuras tan debatibles, tan críticas que hemos
estado analizando. En lo personal considero que el Estado laico
27
tiene como condición necesaria la tolerancia de todos los que lo
conformamos y tenemos un vínculo con ese Estado.
Por estas razones, pediría respetuosamente, y si lo consideran
conveniente, que el proyecto se complementara con esta otra parte
que me parece esencial.
Concluyo diciendo que para mí, es constitucional el sistema de
adopción establecido en el Código Civil y en el Código de
Procedimientos Civiles del Distrito Federal. Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Gudiño Pelayo.
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Gracias señor Presidente.
Hago uso de la palabra, como lo hicieron los compañeros que me
precedieron, únicamente para fijar mi posición respecto al tema.
Quiero empezar manifestando que comparto la propuesta en los
términos expuestos, sólo se tienen algunos comentarios que en
todo caso se suman a la propuesta.
En primer término, hay que destacar que dado el modo en que han
sido hechos valer los planteamientos del Procurador accionante, las
respuestas que se den en ambos temas, el del matrimonio
homosexual y el de la adopción de menores por parejas del mismo
sexo, deben guardar congruencia entre sí.
En la especie, la propuesta que ha adicionado el ponente al
proyecto original, sí guarda esa congruencia, pues desestima los
argumentos hechos valer en ese tema con razones que están en
sintonía, con las que se han propuesto para desestimar la supuesta
inconstitucionalidad del matrimonio homosexual.
28
Así, partiendo de la base de que se comparte la constitucionalidad
de la reforma efectuada al matrimonio, como se explica, y con las
observaciones anotadas en el diverso dictamen que esta nota
complementa, coincido con el estudio de la consulta sobre la posible
discriminación de los menores adoptados, pues tal y como se lo
había manifestado en un dictamen previo, el argumento del
accionante en el que aduce la posible discriminación que sufrirán
los menores adoptados, pertenecientes a padres del mismo sexo,
respecto de aquéllas conformadas por un hombre y una mujer, sería
convalidar formas actuales de discriminación, y el objetivo de un
Estado de derecho es eliminarlas de diversas formas de
discriminación e intolerancia que se presentan en la sociedad, y
mas que convalidar, podría incluso perpetuar esas actitudes
discriminatorias.
No obstante convenir con el proyecto, hago algunos comentarios o
sugerencias que podrían, de aceptarse, fortalecer el sentido del
proyecto, y que además quizás no sean tan menores.
Por un lado, si bien la propuesta aborda el tema de que las normas
no pueden constituir obstáculo para el ejercicio de ciertos derechos,
basadas en construcciones apriorísticas, como podría ser la
orientación sexual, me parece que sería conveniente hacer notar
con mayor énfasis que en el planteamiento del Procurador
accionante hay una premisa subyacente que es directamente
discriminatoria, en tanto que su pretensión es que la orientación o
preferencia sexual de una persona sea considerada por el legislador
o por el Tribunal como un impedimento en abstracto para el ejercicio
de los derechos de adopción, particularmente de ser adoptante.
Que la norma impugnada, como norma neutra que es en este
sentido, en el sentido de no distinguir entre el matrimonio o
concubinato que quiere adoptar es hetero u homosexual, no
29
discrimina, y que delega la decisión sobre la conveniencia de la
adopción y el interés superior del niño a la autoridad que en cada
caso específico tiene el derecho y el deber de autorizar esa
específica adopción, valoración en la que habrá de ponderarse en
general las circunstancias y contextos de los adoptantes y del
adoptado al decidirse si se concede o no la adopción.
Así será en los procedimientos de adopción en los que se decida
caso a caso la conveniencia para el menor de que ciertos y
determinados individuos, no obstaculizados por la manera en que
se encuentre conformado el matrimonio, lo adopten, y así sucede
por igual en el caso de que los solicitantes de la adopción sean un
matrimonio heterosexual u homosexual, no hay razón para hacer
distinciones.
En ese sentido, me parece conveniente que la consulta en la parte
relativa a exponer las razones
por las cuales el interés superior del menor no se ve afectado al
hacer factible la posibilidad de adoptar parejas, matrimonios o
concubinatos homosexuales, se complementara puntualizando lo
anterior, particularmente porque el argumento del accionante está
construido sobre el tema del interés superior del niño; en nombre
del interés superior del niño se está pidiendo a este Tribunal que
considere inválida la adopción de menores por matrimonios del
mismo sexo; sin embargo, ese argumento es intrínsecamente
discriminatorio, pues implícitamente considera a la homosexualidad
como una enfermedad o una tendencia transgresora de normas
éticas que se consideran absolutamente válidas en ambos casos
como algo indeseable y dañino para la infancia. Sobre esa premisa
la propuesta del Procurador llevaría a considerar que bajo el telón
de la protección de la infancia, los adultos homosexuales unidos en
matrimonio frente a los adultos heterosexuales deben sufrir por esa
sola condición de su orientación sexual, una capitis diminutio o
reducción de sus derechos civiles en el caso del derecho civil de
30
adoptar menores, lo cual no es aceptable en un régimen
democrático que valora y tutela la igualdad entre seres humanos.
Inclusive, el solo planteamiento relativo a si el interés superior del
niño debe, según esa postura lleva a una consideración sobre la
inadmisibilidad de la adopción de menores por matrimonios
homosexuales implica, de entrada, que la homosexualidad es
dañina, lo que es igual a considerar que la homosexualidad es un
padecimiento y que es indeseable, lo que en sí mismo es
discriminatorio y en consecuencia dicho planteamiento resulta
violatorio del artículo 1º de la Constitución, por eso me parece que
había que dejarse en claro que no es el caso tampoco de hacer ese
análisis.
Finalmente, me parece que la atención a la redacción del precepto
391, el cual constituye el derecho de adopción a favor de cónyuges
y concubinos, el proyecto debiera eliminar cualquier manifestación
en torno a posibles discriminaciones que sufrieran personas cuya
orientación sexual fuera homosexual, que individualmente acudieran
con la intención de adoptar a un menor, pues para tal supuesto, la
adopción por personas que no son cónyuges ni concubinos, existe
un régimen distinto, con características propias y en las cuales el
legislador en ningún momento ha establecido impedimento por
razón de la citada circunstancia, máxime que no es materia del
artículo en comento y que no es combatido a través de ningún
concepto de invalidez del accionante, por tanto estimo innecesarias
tales consideraciones.
Y por lo demás, aunque quizás no es esta la ocasión para decirlo,
tampoco está por demás reflexionar acerca de que hay que
empezar como Tribunal a perfilar bien ¿qué se está entendiendo por
interés superior del niño?
Y ¿cómo, como Tribunal estaremos
trabajando en este concepto? Porque en nombre del niño se
pueden llegar también a justificar muchas cosas de otro modo
31
injustificables, dada la potencial relativización que permite el
concepto; en la especie el argumento a través del cual se ha hecho
valer, tiene una premisa discriminatoria, y eso, una vez detectada la
discriminación
de alguna manera hace menos complicado el
problema. Igualmente importante es tener presente que el interés
superior del niño se atiende y se protege mejor de caso en caso,
que con pronunciamientos en abstracto. Pongo a su consideración
los anteriores comentarios. Gracias Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señora Ministra Sánchez
Cordero.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Sí, gracias señor
Ministro Presidente, señora y señores Ministros.
Pues antes de
exponer mi posición en torno al análisis constitucional del artículo
391 del Código Civil para el Distrito Federal, quiero refrendar lo que
expuse al inicio de la discusión de la acción de inconstitucionalidad
que nos ocupa, en torno a la labor que realiza este Tribunal
Constitucional en el examen de los asuntos que se someten a su
conocimiento;
eso es para todos los habitantes del País, y por ello no puede este
Tribunal Constitucional fundar sus resoluciones en posiciones
sociales, religiosas o de conciencia individual, pues esa labor debe
realizarla haciendo abstracción de las legítimas aspiraciones
personales y discutiendo, desde la serenidad y el equilibrio que
ofrece la ciencia del derecho, y desde la perspectiva un Estado laico
que funda sus decisiones en el reconocimiento de que todas las
convicciones tienen la misma dignidad, y sobre todo y máxime
cuando en este tipo de asuntos pueden encontrarse inmersos
aspectos que atienden a la dignidad humana.
Quiero exponer algunas de las consideraciones sobre derechos
fundamentales en torno a la constitucionalidad del artículo 391,
32
algunas de ellas ya han sido expuestas con mucha claridad por
algunos de los Ministros que me presidieron en el uso de la palabra.
El artículo 1º. de nuestra Constitución Federal tutela el principio de
igualdad que supone un esquema jurídico semejante para todas las
personas.
El mismo numeral, contienen el derecho fundamental de no
discriminación en los siguientes términos:
“Queda prohibida todo discriminación motivada por origen étnico o
nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social,
las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias,
el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana
y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de
las personas.”
Los criterios que esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha
sustentado respecto del principio de igualdad, cuando realiza el
análisis constitucional de normas generales, son claros en exigir un
estándar elevado de escrutinio para todos los casos en que se
introduzca en la norma una diferenciación respecto a sus
destinatarios.
En efecto, cuando el legislador establece un trato diferenciado es
necesario realizar un estudio riguroso de la norma, lo cual, desde mi
óptica, no ocurre cuando no hace tal distinción, y este es el caso del
artículo 391 del Código Civil para el Distrito Federal.
En mi opinión, no establece un trato diferenciado, puesto que
confiere la posibilidad de adoptar en forma indistinta a los cónyuges
y concubinos sin importar cuál sea la conformación de la pareja de
cónyuges, esto es, si se trata de personas del mismo o de diferente
33
sexo; por ende, a mi juicio, cumple con el principio de igualdad y, en
consecuencia, no resulta necesaria, por parte del legislador, una
razonabilidad objetiva que motivara un trato diferenciado, como lo
aduce el Procurador.
Tampoco estimo que el numeral combatido contravenga el mandato
de no discriminación, porque permite cualquier matrimonio,
independientemente de las características propias de las personas
que lo conformen, que pueda presentar una solicitud de adopción y
demostrar, durante el procedimiento correspondiente, que además
de cumplir con los requisitos legales, a juicio del juez tiene
capacidad de parentalidad; por el contrario, excluir de tal derecho a
cierto tipo de matrimonios por razón del sexo o de sus preferencias
de cualquiera de sus integrantes sí, en mi opinión, contravendría tal
mandato.
Es importante destacar en este punto que la acción de
inconstitucionalidad al ser un medio de control abstracto, se limita a
la verificación de la norma en cuestión con base en los parámetros
constitucionalmente objetivos, sin que se permita analizar la
idoneidad de su aplicación a casos particulares, lo cual, en este
caso, se traduce en que no pueda ponderarse, en esta instancia, la
situaciones fácticas que en cada caso se presenten con motivo de
una solicitud de adopción formulada por parejas homoparentales,
pues ello será motivo de análisis en una primera instancia, ya se
dijo aquí, por parte del juez de lo familiar y posteriormente en
cualquiera de las etapas que permita el sistema recursal de la
instancia que se trate.
En ese sentido, el argumento del Procurador consistente en que la
adopción por parejas del mismo sexo causará un daño al menor
porque será socialmente discriminado respecto de otros adoptados
por
matrimonios
conformados
por
parejas
heterosexuales,
34
desatiende ese argumento, desatiende el interés superior del
menor, por ello, no me parece suficiente el argumento del
Procurador para apoyar una declaratoria de invalidez pues, como ya
lo señalé, la norma que analizamos no distingue entre aquellos
menores que puedan ser adoptados por parejas de igual o de
diferente sexo, lo que en sí mismo no genera –a mi juicio– ninguna
discriminación normativa.
Por otro lado, tampoco es de estimarse que la misma norma genere
un trato discriminatorio respecto del menor y que por ello se atente
contra su interés superior, pues sobre este concepto la propia
Suprema Corte ha sustentado que para establecer el alcance de
este principio, el interés superior del menor, se debe atender al
concepto interpretado por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, que dice a la letra lo siguiente: “Los tribunales deben
atender primordialmente al interés superior del niño en todas las
medidas que tomen concernientes a estos, de la siguiente manera:
La expresión “interés superior del niño” implica que el desarrollo de
éste y el ejercicio pleno de sus derechos deben ser considerados
como criterios rectores para la elaboración de las normas y la
aplicación de éstas en todos los órdenes relativos a la vida del
niño”. Así, es claro que la determinación del interés superior del
menor es necesariamente un criterio de interpretación y aplicación
que depende de cada caso en concreto; esto es, de la formulación
de normas que tiendan a su tutela y de su aplicación. En cuanto a
esta parte, su aplicación, deberá considerarse como criterio de
interpretación de las alternativas específicas que existan en su
concepto de acuerdo a sus características particulares; es decir,
para resguardar ese interés, el proceso de adopción debe ser
entendido como un proceso de compatibilidad entre adoptantes y
adoptados en el que deben ponderarse la mayor conveniencia para
el menor en cuanto a su desarrollo y el ejercicio pleno de sus
derechos, lo cual se traduce, considerando lo establecido en el
35
propio artículo 4º de la Constitución, en que las autoridades e
instituciones deben buscar también las acordes a las necesidades
que cada menor tenga y a las que más convengan según su
situación particular.
Me he puesto a pensar en que además en la adopción plena,
además de estar adoptados por este tipo de familias, van a tener
primos, tíos, abuelos, y van a tener una serie de situaciones
distintas y diferenciadas exclusivamente en relación a su familia
ampliada. Así que la garantía y promoción de este interés se realiza
en la medida en que se prioricen sus necesidades y no la de las
adoptantes; por lo que, en la medida en que estos, una vez
satisfechos los requisitos legales y evaluada su capacidad de
parentalidad por la autoridad correspondiente, tengan posibilidades
de otorgarle una vida digna al menor; lo cual, no está relacionada en
forma alguna con sus preferencias o su sexo.
En este contexto, me parece que no es posible saber de antemano
y en abstracto qué característica personal del adoptante será la
adecuada para el adoptado, por lo que el sexo o la preferencia
sexual de un ser humano no puede ser un elemento trascendente
para negarle la posibilidad de adoptar, ya que con ello constituiría
un trato discriminatorio que contravendría el criterio que este Alto
Tribunal ha sustentado; así, con independencia del sexo o de la
preferencia sexual del adoptante lo que debe priorizar es si el menor
tendrá una mejor opción de vida
fundada en un criterio de
responsabilidad y de capacidad de parentalidad, por parte del
adoptante; ya que, como se dice en el proyecto, este aspecto no
puede ser, en forma alguna, el que determine la procedencia o no
de la adopción, puesto que –como ya lo manifesté– para que ésta
proceda, será necesario satisfacer todos y cada uno de los
requisitos previstos por la ley; en consecuencia, por la naturaleza de
los mismos, considero correcto el que sea únicamente el juez de lo
36
familiar quien determine si éstos se satisfacen en su totalidad; en
efecto, en este procedimiento es donde el juez local debe ser
especialmente riguroso, en la salvaguarda del interés superior del
menor sujeto a adopción, pero en todos los casos y no únicamente
en aquellos en los que los adoptantes sean parejas del mismo sexo;
es decir, esta actuación rigurosa por parte del juez debe
salvaguardar el interés superior del menor en cualquier caso que se
adoptara; es decir, tiene que ver caso por caso en todas las
solicitudes de adopción formuladas tanto por solteros, tanto por
matrimonios como por concubinos,
matrimonios hetero u
homoparentales.
Adicionalmente a lo anterior, yo quisiera también referirme ya, a una
intervención que tuve cuando empezamos a ver precisamente esta
situación de la acción de inconstitucionalidad en relación a los
efectos y quiero en síntesis exponer una serie de argumentos que
me parecen de suma relevancia y que como les había dicho, ya
expuse en la sesión de 3 de agosto pasado cuando iniciamos este
estudio del 146, como por lo expuesto por el señor Ministro Aguilar
Morales en la sesión pasada del martes, en cuanto a los efectos
que produciría una eventual declaratoria de invalidez del numeral
que ahora nos ocupa.
Ante
todo, no debemos
perder
de
vista
que
durante el
procedimiento legislativo que dio origen a estos artículos que aquí
se combaten, la fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional
en la Asamblea Legislativa, propuso adicionar un segundo párrafo al
artículo 391 para establecer que la adopción se limitaría únicamente
a los matrimonios conformados por parejas de diferente sexo,
propuesta que fue rechazada por mayoría de votos, tanto de la
Comisión Legislativa correspondiente, como del Pleno de la
Asamblea; por tanto, el establecer a través de una sentencia de
acción de inconstitucionalidad efectos como los que pudieran
37
concluirse de declarar su inconstitucionalidad implicaría que esta
Suprema Corte de Justicia introdujera a la legislación civil local, una
prohibición que fue expresamente rechazada en el seno del órgano
legislativo del Distrito Federal, esto es, ni siquiera se pretendió por
la Asamblea Legislativa, modificar este artículo y por tanto no
obstante que este Pleno ha decidido analizarlo, considero —como
ya señalé— que sería conveniente señalar los eventuales efectos
que tendría una declaratoria de invalidez de este precepto. A mi
parecer se estaría vaciando de contenido a la figura de la adopción
para el Distrito Federal; es decir, para todas las parejas y lo que es
peor se estaría dando una directriz al órgano legislativo local para
permitir únicamente la adopción a parejas solteras, desconociendo
este Alto Tribunal una realidad social que el propio legislador quiso
regular.
Asimismo, para el caso en que se estableciera la posibilidad de que
para no dejar sin contenido a la figura de la adopción fuera
necesario realizar algún tipo de interpretación conforme, a fin de
dejar establecido que cuando el precepto combatido señala que los
cónyuges podrán adoptar, deba entenderse que se refiere
únicamente a la unión de un hombre y una mujer, dicha postura me
parecería que no es acorde con la naturaleza jurídica de este medio
de control constitucional.
Lo anterior generaría una condición de aplicación que excluiría a
todos los cónyuges, fueran de matrimonio del mismo o de diferente
sexo, o bien establecería una condición de discriminación al
establecer que únicamente podrían adoptar alguna de las
categorías que se encuentran en este artículo, cónyuges o
concubinos, esto es, se estaría privilegiando al concubinato por
sobre el matrimonio, sin establecerse una razonabilidad para ello, si
se diera el caso de realizar una declaratoria parcial o bien una
interpretación conforme.
38
En efecto, asumir una interpretación en tal sentido, ubicaría a este
Tribunal, no en su labor de legislador negativo —como lo sustenta
algún sector de la doctrina— puesto que no cumpliría su cometido
de que a través de la declaratoria de invalidez de una norma ésta
fuera expulsada del orden jurídico nacional, sino que por el
contrario, asumiría el carácter de legislador positivo, en la medida
en que con la interpretación conforme, daría un nuevo contenido y
sentido al concepto de adopción totalmente diverso al que el
legislador local pretendió imprimirle, con lo que a mi juicio se
sustituiría en el ejercicio de una función legislativa en detrimento del
principio de división de poderes.
Con esto por lo tanto, doy por terminada mi intervención
manifestando mi conformidad con el proyecto y sustentando la
validez del precepto. Gracias Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Estaría de acuerdo el señor
Ministro Cossío en que termine la primera ronda?
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Cómo no señor.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Gracias, tiene la palabra el
señor Ministro Luis María Aguilar.
SEÑOR
MINISTRO
AGUILAR
MORALES:
Gracias
señor
Presidente, ya prácticamente se han dicho todas las razones y
coincido en su mayoría con las que se han expresado con gran
claridad, pero sólo para dar el sentido de mi voto, quisiera expresar
brevemente algunas adicionales.
En primer lugar, no puedo poner en duda la calidad profesional y la
experiencia de quienes como miembros de la Universidad Nacional
39
Autónoma de México elaboraron el informe solicitado oficialmente, y
que consta en autos, por el señor Ministro don Sergio Valls
Hernández, pues más que simples individuos son verdaderos
profesionales en la ciencia en la que dieron su opinión, que sin duda
representa un referente serio y científico, orientador siempre y que
para hacerlo no requiere ser concluyente, más cuando surge en un
campo de la vida social que es de suyo cambiante y opinable.
Sin embargo, coincido con el señor Ministro don José Ramón
Cossío en cuanto a que no es necesario discurrir por el ámbito de
los elementos probatorios de los elementos fácticos, porque me
parece que el solo hecho de hacernos las preguntas que se están
haciendo o que se pudieran a llegar a hacer en elementos periciales
nos introduce de suyo en una condición claramente discriminatoria,
que además —digo yo— no nos puede llevar, como parece, a
ningún lado.
Pero no puedo dejar de reflexionar que exigir la existencia de
estudios en México es tanto como hacer un razonamiento circular;
una petición de principio e irónicamente casi exigir una prueba
diabólica, pues me pregunto si no hemos tenido la posibilidad real
de tener matrimonios hasta ahora constituidos por personas de un
mismo sexo que puedan adoptar y tener convivencia con los
adoptados ¿cómo tendremos algún día la posibilidad de hacer
estudios, de recoger experiencias y de hacer estadística?
No encuentro válido ni como sistema probatorio, ni como método de
análisis jurisdiccional afirmar que como no hay estudios reales y
concluyentes sobre las experiencias en México y que las que
existen en otras latitudes son totalmente inaplicables a nuestro
entorno que por ello se pueda afirmar que no son beneficiosas para
los menores y que con base en esa afirmación pudiéramos justificar
40
exactamente por esa falta de estudios que la adopción será sin
duda nociva y perjudicial para los niños.
Creo que si partimos de la inexistencia de estudios —como se nos
ha dicho— no es posible ni afirmar una cosa como tampoco es
válido afirmar lo contrario, a no ser ¡claro! que la opinión sea
subjetiva de lo que crea o de lo que imagine, pues no hay razones
objetivas de que el matrimonio de homosexuales sea atentatorio
para el interés superior del menor, aún más, pienso que el propio
DIF; sin embargo, y aquí se dijo, señaló que: puede observarse que
hay una gran cantidad de factores de riesgo, así como distintos de
ellos. Por lo tanto, no es posible asegurar que la presencia de
conductas riesgosas se presente con mayor frecuencia en algún
grupo específico de individuos o en determinada población.
Por ello, llegaríamos a afirmar que si no podemos tener adopciones
por parte de matrimonios homosexuales, no podremos tener la
experiencia social, y si no la tenemos, no tendremos la posibilidad
de hacer estudios en México y, en consecuencia, nunca deberán
permitirse las adopciones de esa naturaleza. Esto, para mí, es
paralizar el sistema normativo, es desconocer la realidad social y es
pretender la subsistencia del derecho por la razón de no reconocer
el cambio al que debe estar dirigido.
Pero ¿es esto lo que espera toda sociedad en éste y en otros
casos? ¿Debe congelarse el cambio normativo porque las malas
razones como la discriminación y las burlas no lo permiten? ¿No
estaríamos en cambio alentando esas conductas socialmente
reprobables? Lo mismo pudo decirse en su momento del divorcio, y
se dijo: muy malas experiencias vivieron muchas personas y
especialmente las mujeres y aun los niños, hijos de padres
divorciados.
41
No niego que todavía para vergüenza de nuestro país existen esas
discriminaciones, que todavía hay instituciones como algunas
escuelas, que no mencionaré, que siguen menospreciando a los
hijos de divorciados y siguen impidiéndoles el ingreso e incluso
expulsándolos de sus claustros, pero ya es muy claro que nuestra
sociedad ha avanzado, que en mayor grado ha superado esas
discriminaciones, que hombres y mujeres divorciados no tienen
mayor distinción negativa en su desarrollo diario y en su iniciación al
trabajo y a la sociedad. Si la razón de que no debiera haber
divorcios se sustentara en que habría malos tratos sociales y
discriminación seguiríamos siendo quizá uno de los poquísimos
países que no lo aceptan.
Coincido de nuevo con el Ministro Cossío en que se trata de que
estamos frente a un problema estricta y rigurosamente normativo,
que no requiere de la autorización de estos elementos periciales,
que además parece que no existen o no son válidos, sino de
determinar si una norma del Código Civil del Distrito Federal, que
leída junto con otra, permite la adopción por parte de todos los
matrimonios y agrego, desde el punto de vista del interés superior
del menor. Yo creo que esto es así, ya lo había mencionado en mi
intervención anterior.
En el Código Civil existe todo un sistema de adopción legal, que
concitado por el artículo 391, vela y exige condiciones suficientes y
razonables para proteger el interés de todo menor que pueda ser
adoptado, y que lo haga en un ambiente de acceso a la salud física
y mental, alimentación y educación que fomente su desarrollo
personal, en un ambiente de respeto, aceptación y afecto, libre de
cualquier tipo de violencia en el que se favorezca el desarrollo de la
estructura de personalidad, con una adecuada autoestima, libre de
sobreprotección y excesos punitivos; se fomente en el menor, la
responsabilidad personal y social, así como la toma de decisiones
42
por él mismo, de acuerdo a su edad y madurez psicoemocional,
como dispone en el artículo 416 ter, en relación con la fracción II del
390.
La
existencia
de
matrimonios
y
familiar
con
miembros
homosexuales, ni impulsa ni prohíbe, ni mucho menos excluye la
continuación y crecimiento de las familias heterosexuales. No se
trata de destruir a la familia, sino de enriquecer su contenido, de
reconocer su variedad, de hacer posible la unión de personas para
cuidarse, quererse, protegerse y tener vida en común, lo que es
mucho mejor que negar el derecho a la integración humana, y con
ello, impulsar a los seres humanos a tener niños abandonados en la
calle, que en México se calculan en más de cien mil, sufriendo
marginación, drogadicción, insalubridad o explotación sexual, en
vez de que estén insertos en una familia, y a desconocer la realidad
en que vivimos.
Si vamos a encontrar un sentido de familia en el artículo 4°
constitucional, debemos entender como dijo acertadamente el
Ministro don Juan Silva Meza, que ese sentido debe ser progresista
e incluyente; y por tanto, que en este concepto de familia se
incluyan todas las formas de sociedad que coexisten hoy
concretamente en el caso de nuestra sociedad capitalina.
Para concluir, desde luego que estoy a favor del sentido del
proyecto, aunque pudiera llegar a hacer un voto concurrente, pues
como ya antes lo he afirmado, no encuentro reproche constitucional
que hacerle al artículo 391, ni por su texto normativo en sí mismo, ni
aun en congruencia con la interrelación derivada del 146 ya
considerado constitucional por este Tribunal Pleno, al reconocer la
validez de los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Lo dije antes y lo repito, considero que la norma analizada como lo
es el artículo 391, precisamente porque se encuentra inserta,
43
configurando un sistema jurídico de protección del interés superior
del niño, y que nos hizo ver muy claro el Ministro Franco, es
suficiente para impeler a quienes lo aplican, a proteger dicho
interés, y a verificar que existen las garantías razonables conforme
al sistema integral normativo de que ese interés superior será
protegido frente a cualquier solicitante, no importando su condición
personal o su preferencia sexual.
Como integrante de este Tribunal Constitucional de México, es mi
obligación vigilar que los actos, pero especialmente las normas, las
leyes, sean respetuosas de los derechos que a todos los que
habitamos este gran país nos corresponde; y para ello, debo
ajustarme a los principios éticos que el artículo 100 de la
Constitución señala y precisa el Código de Ética, tales como la
independencia, la imparcialidad, y especialmente, la objetividad que
nos señala que es la actitud del juzgador frente a influencias
extrañas al derecho provenientes de sí mismo, y que consiste en
emitir sus fallos por las razones que el derecho le suministra, y no
por las que se deriven de su modo personal de pensar o de sentir.
Espero, que en este nuestro México, todos los niños tengan la
oportunidad de pertenecer a una familia, y que ésta, como grupo
humano se responsabilice de su cuidado, vigile su educación, les
procure un techo digno, y condiciones materiales para su diversión y
crecimiento, pero sobre todo que con las exigencias que impone la
ley, los acoja con cariño, sea refugio en tiempos malos, pero
también su campo de despegue para insertarse en el mundo, el
mundo real, el que se vive cada día, y que puedan participar en el
cambio, hacia una sociedad más tolerante, más equitativa, y más
solidaria, que haga de la convivencia pacífica en el respeto a los
demás la meta diaria. Muchas Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señora Ministra Luna Ramos.
44
SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Gracias señor Presidente.
Quisiera manifestar mi postura respecto del tema que se está
tratando sin el ánimo de ser reiterativa porque coincido con muchos
de los argumentos que ya se han externado por la señora Ministra y
los señores Ministros que me han precedido en el uso de la palabra.
Yo quisiera mencionar en principio, que la Procuraduría General de
la República basa su impugnación fundamentalmente en determinar
que la norma que constituyó la reforma que ahora se impugna en
realidad no fue lo suficientemente racionalizada porque según el
parecer del Procurador General de la República ésta de alguna
manera no se ocupó de ver el interés del adoptado sino más bien se
preocupó más por el interés del adoptante, y que esto de alguna
manera está estableciendo sobre todo violación al artículo 16
constitucional, al
artículo 4º, en sus párrafos sexto y séptimo,
porque no veló adecuadamente por el interés superior del niño que
se está estableciendo en estos artículos constitucionales que he
citado, pero además en algunos instrumentos de carácter
internacional que en el concepto de invalidez ha incluso transcrito y
desarrollado algunos argumentos al respecto.
Yo quisiera mencionar que desde que se planteó la postura
respecto del artículo 146, en cuanto a la constitucionalidad de este
tipo de matrimonios, yo externé la opinión de que para mí estas son
normas de libre configuración por parte del legislador, es decir, son
normas de carácter optativo y que al tratarse de normas de esta
naturaleza no quiere decir que el legislador va a llevar a cabo lo
que se le venga en gana en el momento en el que proponga una
legislación de esta naturaleza, pues éstas tienen como limitante
exclusivamente
que
puedan
no
contravenir
las
garantías
constitucionales; y en este sentido yo lo que diría es que el artículo
391, que ahora estamos analizando, pues en primer lugar ni
siquiera cambió de redacción, está establecido en la misma forma,
exactamente igual que como se encontraba antes de la reforma; lo
45
que cambió, como se había mencionado, fue realmente el artículo
146 que establece ahora la posibilidad de determinar matrimonios
de una forma diferente a la que tradicionalmente se había
establecido.
Sin embargo, el 146 por mayoría de votos este Tribunal Pleno ya ha
determinado su constitucionalidad y por eso en la sesión anterior yo
me había unido, y me uní de hecho a la postura del señor Ministro
Aguilar Morales en el sentido de que esto es un sistema, y yo así lo
sigo viendo, como un sistema en el que la adopción pues no puede
verse de forma aislada en el puro artículo 391; sin embargo,
entiendo pues que perdimos la votación y que por esta razón
estamos analizando su constitucionalidad, y que por esta razón
también para poder decir que el 391 no viola el artículo 4º
constitucional en sus párrafos sexto y séptimo, precisamente porque
puede establecerse que se veló por el interés superior del niño,
para esto tenemos que entender todo el sistema de adopción
establecido tanto en el Código de Procedimientos Civiles del Distrito
Federal como en los artículos que a este respecto también están
establecidos en el Código Civil del Distrito Federal.
La adopción como un sistema lo que primero establece es que se
trata sobre todo de un situación que se tiene que solicitar por vía de
acción judicial, es decir, para que alguien adopte un niño no es
simplemente porque lo quiere, no, tiene que presentar una demanda
ante un juez de lo familiar. ¿Por qué? Porque esto se hace a través,
o más bien señalándolo como una vía de acción, una vía de acción
que se está estableciendo como tal en el Código de Procedimientos
Civiles del Distrito Federal, en el que el artículo 393, al que ya no
voy a leerles porque ya hizo favor de hacerlo el señor Ministro
Fernando Franco, se están determinando los requisitos tanto
formales como materiales para que la adopción pueda llevarse a
cabo, y no sólo esto, sino que se dice que hay que cumplir además
también con los requisitos que se establecen en el Código Civil a
46
través del artículo 390 del Código Civil y siguientes que son hasta el
410-F, en los que se está determinando cómo se va a llevar a cabo
esta adopción y que por tanto, digo, es un sistema en el que tiene
que cumplirse con todos estos requisitos, para poder decir que no
se cumple con velar por el interés superior del niño, pues primero
que nada tenemos que saber cómo se establece el sistema de
adopción y cuáles son los requisitos que se establecen en estos
artículos tanto del Código adjetivo como del Código sustantivo.
Si pudiéramos en un momento dado determinar que en estos
artículos existen argumentos con los cuales pudiéramos decir que
estos no cumplen con el interés superior del niño, pues entonces los
inconstitucionales serían estos artículos, que en mi opinión nunca
fueron motivo de impugnación.
Sin embargo, el artículo 391 que no cambió en su texto y que lo
único que sigue estableciendo es la posibilidad de que adopte quien
haya contraído matrimonio, pues no puede verse de forma aislada
tiene que analizarse junto con los otros artículos que establecen el
sistema a través del cual se lleva a cabo esta adopción.
Ahora, este sistema de adopción, estos requisitos que se
establecen tanto de manera formal como desde el punto de vista de
material, están estableciéndose ¿para qué? Para que sea el
juzgador en cada caso concreto, que verifique que se lleven a cabo
y que se cumplan con todos estos requisitos precisamente para que
se cumpla con esta situación de velar por el interés superior del
niño.
Hemos mencionado y ya se ha dicho por muchos de los señores
Ministros, y a lo mejor pecando por ser reiterativa, pero creo que es
importante señalar que si en el propio Código Civil se establece la
posibilidad de que puedan adoptar, según el artículo 390 y el
artículo 391, matrimonios, concubinos y solteros, bueno, yo no
47
entiendo por qué pudiera mencionarse que esto no puede hacerlo
un matrimonio que se lleve entre personas del mismo sexo, cuando
libremente pueden hacerlo como solteros, simple y sencillamente
ellos pueden adoptar sin que se les prejuzgue de ninguna manera
cuando como solteros acuden a presentar una acción de esta
naturaleza.
Por tanto, yo no entiendo que una vez legalizada una unión de esta
naturaleza y establecido constitucionalmente que no es contrario a
nuestra Carta Magna, pues no entiendo cuál sería la razón para
determinar que en este caso concreto no pudieran adoptar.
Por otro lado, existen un sinnúmero de requisitos de carácter
material para que se lleve a cabo la adopción que creo que esto es
lo que en realidad va a velar por el interés superior del niño ¿por
qué razón? Porque son requisitos de tipo económico, primero que
nada, que tengan las posibilidades económicas de otorgar al menor
todo lo necesario para su educación, su desarrollo, en pocas
palabras, para que puedan hacer de él una persona útil, sobre todo
para nuestra sociedad.
Por otro lado, se establecen una serie de requisitos de tipo
psicológico, que esto es lo más importante para mí, de tipo
psicológico, que en un momento dado no confundir los problemas
que pueden entrañar desde el aspecto psicológico por una
preferencia de carácter sexual que no tiene absolutamente nada
que ver con los problemas psicológicos que puede tener un
matrimonio heterosexual.
Ya se ha mencionado por alguno de los señores Ministros, no es
garantía de un feliz desarrollo de un niño adoptado o de un niño que
ha nacido en el seno de una familia heterosexual, el hecho de que
haya nacido dentro de esta familia, ¿por qué razón? Porque creo yo
que para la educación de los hijos, ya sea concebidos
48
biológicamente o a través de la adopción de los que uno pretendiera
tener, yo creo que fundamentalmente tienen que cumplirse tres
requisitos: El amor, el amor al niño, el amor que se lo puede dar
quien realmente lo siente de manera específica por él.
En segundo lugar, la educación, la educación que en un momento
dado tiene que tener aquél padre adoptivo o biológico que jamás
atentará contra el bienestar de su hijo ¿por qué? Porque
precisamente sus principios, sus convicciones, su educación no se
lo pueden permitir.
Y por último, el compromiso, el compromiso, yo creo que con estos
tres factores fundamentales desde el punto de vista personal, es
como puede, en un momento dado, lograrse una adopción,
independientemente de los otros requisitos de carácter material que
también el juez juzga y además establece que deben ser necesarios
porque el propio legislador así lo está determinando en los artículos
correspondientes.
Entonces, teniendo estos tres requisitos, yo creo que no es cuestión
de género el que se determine si una persona es o no apta para
adoptar;
es
cuestión
de
personas
y
las
personas,
independientemente de religión, de situación económica, aunque
satisfaciendo los requisitos que la ley dice desde luego, de
creencias religiosas, de situaciones de carácter moral, esto es lo
que hace que una persona pueda ser idónea para poder adoptar a
un menor, no en un momento dado, la situación establecida como
un matrimonio tipo tradicional, el que va a hacer que el niño sea
feliz, que el niño pueda desarrollarse. Es el amor que le puede dar
una persona soltera, un matrimonio heterosexual, un matrimonio
homoparental, un concubino o concubina o los concubinarios en sí,
los que en un momento dado pueden hacer feliz el desarrollo de un
menor.
49
Para mí, fundamentalmente, el niño querido, el niño deseado, el
niño que en un momento dado se le pretende el bienestar para el
resto de su vida, y sin importar en un momento dado quién sea
quien lo adopta, dentro de los requisitos desde luego formales y
materiales que se establecen tanto en el Código de Procedimientos
Civiles, como en el Código Civil.
También se ha manifestado que independientemente de aquellos
requisitos que debieran cumplir las personas que pretender adoptar,
debe de pensarse en el interés superior del niño en relación con la
situación externa que se da a nivel sociedad y de lo que en un
momento dado pudiera o no estigmatizar al menor en relación con
el resto de la sociedad por ser adoptado o pertenecer a una familia
homoparental.
Sin embargo, creo que sí somos una sociedad fundamentalmente
tradicionalista, con una idiosincrasia pues que proviene con ideas
en ocasiones demasiado arraigadas; sin embargo, creo que nuestra
sociedad evoluciona constantemente. Creo que cuestiones que
hace muchísimo tiempo jamás hubieran sido pensadas siquiera que
se pudieran dar, ahora son una realidad y las vemos como la
situación más normal del mundo.
Nada más quisiera poner como ejemplos; pues que las mujeres
usáramos pantalones, era así como casi, casi satanizado ¡cómo!
Una mujer con pantalones, eso era exclusivo para el varón; sin
embargo, ahora es de lo más normal que la mujer los use. Cuando
el divorcio surgió, el divorcio era estigmatizado, la mujer divorciada,
de alguna manera no era aceptada en una sociedad ¿por qué?
Pues porque estaba divorciada, ¡cómo era posible! Esto daba lugar
precisamente a ese tipo de discriminaciones; sin embargo, hoy la
mujer soltera que tiene un hijo, es perfectamente aceptada en la
sociedad; la mujer divorciada o el hombre divorciado, son
perfectamente aceptados en la sociedad, pero ¿qué tuvo que
50
suceder? Tuvo que pasar un tiempo, tuvo que haber una legislación,
primero que nada, que lo aceptara, que estableciera la posibilidad
del divorcio, que es lo que en este momento está sucediendo: una
legislación que está reconociendo algo que es una realidad y que
tiene el derecho, como realidad, de integrarse y de formar parte de
nuestra sociedad. Que quizás esto todavía dé lugar a determinadas
circunstancias en las que pueda haber cierto rechazo para alguno
de los niños, pues sí, no lo podemos dejar de reconocer, como
muchas otras cuestiones que en ocasiones dan lugar a rechazo,
que
no
necesariamente
son
por
provenir
de
una
familia
homoparental.
Puede dar lugar al rechazo, a veces hasta un nombre de un niño,
que va a ser motivo de escarnio, motivo de burla en su escuela,
puede dar lugar a veces la situación física que presente una
persona, porque tiene la oreja grande, porque la tiene chiquita, eso
da lugar incluso también a discriminación y a burla por los propios
niños, porque el niño por naturaleza es cruel y además dentro de las
bromas que se hacen, normalmente se tiende a estigmatizar a aquél
que tiene algún defecto que es necesariamente notable.
Entonces, creo que todos estos son fenómenos de transición que
tienen que darse dentro de nuestra sociedad y que precisamente
son producto de la evolución misma de ella y que toda evolución
tiene que tener un comienzo, y que normalmente esta evolución
tiene un comienzo a través de una legislación que en un momento
dado está reconociendo esta realidad, que la está legislando y que
la está poniendo dentro de la sociedad precisamente para qué, para
que se inicie este momento de transición y que se dé la posibilidad
de una integración, de un desarrollo.
Entonces, sobre esta base, existiendo un procedimiento de carácter
jurisdiccional, llevado a cabo ante un perito en derecho, que va a
desarrollar y a calificar todos los requisitos tanto materiales como
51
formales para que se lleve a cabo esto, se determinará en su
momento si la adopción puede o no darse, dependiendo del
cumplimiento de esos requisitos, no dependiendo de las personas,
por lo que volvemos a lo mismo, el problema de la adopción no es
problema de género, es problema de personas, de personas
idóneas para la integración de los menores.
Sobre estas bases estoy de acuerdo con el proyecto del señor
Ministro Valls, que supongo que con muchas de las intervenciones
que se han dado en este Pleno podrá todavía enriquecerlo un poco
más y que desde luego esto hará que el proyecto quede todavía de
mejor manera de la que ya está presentado.
Muchísimas gracias señor Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: De los diez señores Ministros
que ya han participado, nueve se han manifestado en favor del
proyecto, con apoyo en el criterio ya votado, ya resuelto, de que el
matrimonio es un contrato de libre configuración legislativa.
El señor Ministro Aguirre y un servidor, por el contrario, sostuvimos
y sostengo que el matrimonio es una institución inveterada de orden
público, que precede a la Constitución, y que exige como elementos
esenciales su composición heterosexual; es decir, un solo hombre y
una sola mujer, que se unen permanentemente con la voluntad de
hacer vida común, de ayudarse mutuamente y de guardarse
fidelidad y de procrear la especie.
La alteración de esta figura por el artículo 146, al permitir ahora los
matrimonios entre personas del mismo sexo, en mi criterio personal
es inconstitucional, así lo voté, y en congruencia con este criterio,
estaré en contra del proyecto en este punto de la adopción.
Vamos a iniciar una segunda ronda, para la cual están inscritos ya
los señores Ministros Cossío y el señor Ministro Aguirre Anguiano.
52
Creo que nos daría tiempo de escuchar al menos alguna de las dos
intervenciones. Señor Ministro Cossío.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Presidente.
He escuchado con mucha atención los comentarios del día de hoy,
y quisiera retomar lo que dije en la sesión del jueves pasado.
Creo que este asunto de cómo llegamos a la solución es tan
importante como la solución misma. Hasta ahora –y usted lo acaba
de señalar–, al parecer hay una mayoría de nueve votos en favor
del proyecto del señor Ministro Valls, y yo estoy completamente de
acuerdo con esa posición general del proyecto, aun cuando no
comparto algunos de los argumentos.
Insisto, ya que está tomada la decisión o formándose la decisión,
tan importante es esta como la forma en la que se llega a ésta.
Por qué me sigue pareciendo a mí –lo decía hoy en la mañana, me
parece, el Ministro Gudiño y con claridad lo escuché en el Ministro
Aguilar este tema de las pruebas, un asunto sumamente
complicado.
En el año de mil ochocientos noventa y seis, la Suprema Corte de
los Estados Unidos resolvió un caso sobre la relación entre las
personas de color y los blancos, en donde estableció que eran
iguales pero que debían estar separados, y esta resolución
prevaleció hasta el año cincuenta y dos.
Si nosotros aceptamos el argumento del Procurador General de la
República, en el sentido de que es necesario para salvaguardar el
interés superior del menor, mandar a hacer estas pruebas o que
debemos nosotros tomar estas pruebas o acomodar estas pruebas,
me parece que vamos a sostener un criterio no de iguales, pero
separados, como se sostuvo entonces, pero sí de iguales pero
53
diferentes, porque nosotros mismos somos los que estamos
generando esto que denominábamos la categoría sospechosa.
Si nosotros ya aceptamos que la Constitución permite el matrimonio
entre personas del mismo sexo y una vez que hemos aceptado que
estas personas deben tener como cualquier matrimonio y con
independencia de sus preferencias sexuales el mismo estatus
normativo, preguntarnos con posterioridad si estas personas por el
hecho de tener una condición del mismo sexo respecto del
matrimonio pueden o no pueden afectar a los niños que van a
adoptar, me parece que eso es precisamente lo que nos está
conllevando a hacernos preguntas que nos llevan, por un lado, a
aceptar su condición de igualdad, pero por otro lado, su condición
claramente de diferencia, ahí es donde no estoy de acuerdo con
que este tipo de cuestiones se haga.
Independientemente de lo anterior, me parece que la manera en la
que estamos aportando o la manera que nos estamos allegando
elementos científicos, lo digo también con el mayor respeto, es de
muy baja consistencia metodológica, frente a un estudio que
podemos juzgar bueno o malo, no podemos nosotros también decir:
Hay otros estudios; si de verdad vamos nosotros a constituir un
elemento científico, si esto es así, pues entonces me parece que
debimos haber hecho una forma mucho más extensa de
apropiación de material científico para que nos diera al día de hoy la
mejor información científica posible, pero me parece que es muy
complicado simplemente opinar de un punto de vista o de otro a
partir de lo que uno u otro encuentra con que es la mejor ciencia
que a uno le parece satisfactorio.
Ahí tengo un problema en la cuestión científica, pero eso lo dejaría
inclusive de lado por el momento.
54
Lo que verdaderamente me parece grave es lo siguiente. Que
nosotros estamos prácticamente llevando a cabo un ejercicio de
ponderación como nos lo planteó el Procurador General de la
República; el Procurador General de la República lo que quiere es
que ponderemos, por un lado, la situación de los matrimonios del
mismo sexo frente al interés superior del menor.
Hoy en la mañana el Ministro Franco decía con toda atención
¡cuidado! y después lo dijo muy bien la Ministra Sánchez Cordero,
ese problema se va a dilucidar, la Ministra Luna Ramos también, se
va dilucidar frente a los tribunales en la condición específica del
trámite de la adopción que cada quien pretenda llevar a cabo, pero
si nosotros llevamos a cabo la ponderación entre matrimonio como
si fuera un tema constitucional e interés superior del menor, lo que
en realidad nosotros estamos haciendo es aceptar el estatus
jurídico del matrimonio y meter detrás de la puerta comprando el
argumento del Procurador General de la República, entiendo es un
argumento no estoy siendo crítico hacia él simplemente es hacia su
argumento, lo que estoy metiendo por detrás de la puerta es esta
condición de sí existen los matrimonios pero estos matrimonios son
diferentes, o al menos las personas que los realizan son diferentes
¿por qué? porque nunca nos hacemos preguntas sobre el interés
superior del menor respecto de ningún otro tipo de matrimonios con
independencia de las condiciones personales de los sujetos que las
realizan, salvo cuando estas personas tienen la calificación, aquí me
parece un poco estigmatizada o estigmatizante de homosexuales.
A mí me parece –insisto– que el solo hecho de ordenar la prueba
nos lleva a nosotros a que identifiquemos un conjunto de miembros
de la sociedad que al momento de llevar a cabo su matrimonio y en
términos
abstractos,
no
concretos,
requieren
de
una
sobrecalificación, requieren de una segunda calificación para saber
si esto es correcto o no, eso me parece que es meter por la puerta
de atrás los prejuicios, precisamente por qué, porque ya sabiendo
55
que se pueden casar no estamos como sociedad y no estaríamos
como Suprema Corte de Justicia completamente de acuerdo en
–Insisto–
permitirles la condición de adopción de los niños.
estoy de acuerdo con partes importantes de lo que se dice en el
proyecto, pero me parece que tan importante como la decisión es
los argumentos que se dan para construir.
Creo que este solo hecho debilita enormemente los argumentos,
que por otro lado, lo han dicho muy bien muchos de los señores
Ministros hoy en la mañana, basta con enfrentar al matrimonio de
personas del mismo sexo con personas heterosexuales frente a la
garantía del tercer párrafo, del artículo 1º constitucional, para saber
que se generaría una condición discriminatoria y, que por ende, no
pueden ser inconstitucionales estos matrimonios.
Con estos matices estoy de acuerdo con el sentido pero hasta este
momento no con todas sus consideraciones.
SEÑOR
MINISTRO
PRESIDENTE:
Señor
Ministro
Aguirre
Anguiano prefiere que salgamos a receso.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Como usted disponga
señor Ministro Presidente, yo requeriré aproximadamente veinte
minutos.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Entonces nos vamos al receso.
(SE DECRETÓ UN RECESO A LAS 13:00 HORAS).
(SE REANUDÓ LA SESIÓN A LAS 13:20 HORAS)
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se reanuda la sesión. Señor
Ministro Aguirre Anguiano, tiene usted la palabra.
56
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias Ministro
Presidente.
He escuchado que se ha calificado nuestra Constitución como laica,
social, de derecho, liberal, y otros calificativos más.
Quiero connotar lo siguiente: Faltará a la verdad quien afirme que
cualquiera de los once que estamos sentados en este hemiciclo ha
aducido cuestiones de carácter religioso. Para mí no ha existido
invocación alguna a dogma alguno, pienso que la discusión se ha
cribado dentro de los más absolutos carriles de las razones de
constitucionalidad; también pienso que ciertas expresiones me
hacen dudar de que exista, en todo caso, un estándar de respeto y
tolerancia, virtudes liberales, por cierto torales.
Pienso lo siguiente: Que se ha hablado, ante todo, del derecho a no
ser discriminado al trato igual, ─y se ha dicho─ lo contrario será una
violación al artículo 1º de la Constitución, y hasta hemos escuchado
disquisiciones del amor, del buen vivir, y demás extremos un tanto
cuanto metajurídicos.
Yo he sostenido que el derecho fundamental es de elegir con quién
vivir, pero no existe nada parecido a un derecho fundamental al
matrimonio, ni tampoco un derecho fundamental a la adopción de
menores.
En todo caso, estoy pronunciando estas palabras con el fin de que
queden en un registro que en su momento sé que será un
recordatorio, para mí, en cuanto al voto particular que haré y que
anuncio.
Pienso que el artículo 138 del Código Civil del Distrito Federal,
respecto de cuya constitucionalidad ya nos pronunciamos en este
Pleno, y la actual decisión ya tomada, ya votada, de pronunciarnos
por la constitucionalidad del 146, que elimina “hombre y mujer” y
57
deja “personas”, nos presenta una gama, cuando menos, muy
peculiar de posibilidades matrimoniales, ¡claro, hombre y mujer!
pero hoy es mujer con mujer, celebrarán matrimonio, hombre con
hombre, celebrarán matrimonio, un hombre reasignado a mujer,
celebrará matrimonio si se casa con mujer, una mujer reasignada a
varón, que celebre matrimonio con un hombre, es otra posibilidad,
un hombre reasignado a mujer, que celebre nupcias con otro
hombre reasignado a mujer, más todavía, un hombre reasignado a
mujer que se case con una mujer reasignada a hombre, más las
posibilidades de derivaciones futuras y otras combinaciones de esto
mismo.
Y se nos dice: éstos son familias, ya no hay una familia ideal para el
Constituyente, independientemente de lo dicho con todas sus letras
en exposiciones de motivos de la modificación al artículo 4º
constitucional que hablaba de familia. De las posibilidades de
matrimonio que he mencionado, pasamos a la familia, y respecto de
este tema se dice lo siguiente, y esto a mí me parece un tanto
cuanto preocupante.
Primero. La sospecha, la sospecha como forma de interpretación
constitucional, yo digo que esto está emparentado muy de cerca
con lo posible, pero muy separado de lo probable y a gran distancia
de lo seguro. En el tema
que nos ocupa, con toda lealtad,
aceptando la sugerencia de uno de nuestros compañeros Ministros,
sabiendo de la premura del tiempo y de que es insuficiente para
presentar estudios acabados en atención al interés superior del
menor, mandé hacer, pedí que se me externaran opiniones por tres
instituciones de variada etiología, que se las revelé desde el
momento en que pedí estas opiniones y cuyo cuestionario leí a
ustedes; hoy veo con asombro que hasta el cuestionario se trata de
descalificar, no digamos la opinión; claro, quien lo hace no se refiere
a las opiniones ni del DIF, ni de la Asociación de Pediatría, sino que
58
sesgada y tangencialmente ataca ciertos rubros del estudio que con
toda lealtad repartí a todos, reconociendo de su insuficiencia, por
supuesto. En el texto mismo ellos reconocen, los autores, su
insuficiencia, pero en fin, así pasa, es factor humano y hay que ver
para adelante y no para atrás.
¿Qué es lo que se nos dice? Se nos habla de derechos de los
adoptantes, no existen como derechos, existen como posibilidad, y
lean por favor el artículo 391 del Código Civil, reitero, no hay un
derecho fundamental a ser adoptante. Se habla también de que el
interés superior del niño, si por una legislatura va a ser relegado, se
necesitan pruebas previas y apodícticas, se cambia de lugar en que
debe caer la plomada. Un juicio de probabilidad de ponderación,
debe pensar que cuando menos incipientemente esté probado lo
contrario, o esté razonado, que no se lastima el interés superior del
niño; aquí se invierten las posiciones y lo superior pasa a ser
inferior, primero prueba y luego discute. Yo estoy en contra pues de
esta postura, me parece muy superficial.
Se dice que mediante la admisión de adopción por este tipo de
matrimonios, protege el interés superior del niño. Yo no pienso que
se dé prueba alguna, pienso que es una afirmación que flota en el
aire, totalmente improbada y totalmente dentro de lo posible, pero
no dentro de lo probable. ¿Y por qué no dentro de lo probable?
Porque estudios hechos en el extranjero, y aquí tengo un puño de
síntesis que hablan de la crítica de los beneficios, de las diferencias
de identidad, de la estabilidad de la pareja, del ajuste psicológico
del niño, de la violencia inmanente que esto puede producir, y de los
comportamientos de padre y madre, como lo que biológicamente no
son y su influencia en los menores. ¿Son concluyentes y he
probado personalmente la metodología? No, hay cientos de
estudios al respecto. ¿Qué tan concluyentes o cuál sea su mérito de
fondo? No lo sé, pero esto se los dije desde la primera sesión que
tuvimos, simplemente digo: no hubo en la Asamblea Legislativa del
59
Distrito Federal ningún esfuerzo serio de ponderación de tener
como prima para su decisión el derecho superior del menor que hoy
por lo que veo es derecho inferior y se le relega invirtiendo la carga
de probar los elementos torales de este juicio de ponderación.
Se dice, aquí no estamos juzgando otras posibilidades de adopción
no, efectivamente no, pero existen ─como bien les demostré─ un
puño de posibilidades que antes de la reforma del 146 simplemente
no existían, y el continente se amplío, el 391 se amplío para darle
otro contenido a este puño de derivaciones sin ─repito─ tener
elementos para hacer un juicio de ponderación de lo razonable o no
razonable, teniendo como prisma el interés superior del niño.
No hay estudios mexicanos se nos dice, yo digo es cierto, hice un
pequeño esfuerzo por traerles opiniones, también el Ministro
ponente hizo un pequeño esfuerzo por traernos opiniones de
algunos individuos sabios, egresados de las UNAM, aunque no
especialistas -insisto- pero que en lo fundamental son coincidentes
todos, y en qué son coincidentes: en dos extremos. Primer extremo,
no hay estudios mexicanos con metodología aceptable para todos
que nos lleven a una conclusión definitiva. Segundo, la estructura y
eso no es afirmación mía, por favor, es de los científicos de la
UNAM, de los científicos del DIF, de los científicos del Instituto de
los menores de Pediatría y de la otra institución, y en estos son
coincidentes, hay un libro conductor serio que cuando menos nos
da, ya no posibilidades sino probabilidades; se dice: ¡qué
barbaridad!, tomar en cuenta eso, será discriminar a la niñez desde
la Suprema Corte, ¡qué barbaridad, esto me preocupa muchísimo!
Hay una resolución reciente y lo aludió el otro día, en donde el
Tribunal Constitucional de un país centroamericano determinó que
someter a referéndum si era conveniente o no la adopción por
parejas que tuvieran predilección por personas del mismo sexo, que
así mismos se llaman homosexuales, por Dios esto no puede tener
60
una carga peyorativa, una forma de identificar, hay colectivos que
así utilizan en sus rubros sus nombres también como el de
lesbianas, pero la palabra más tierna cuál quieren ustedes que sea,
piensen en esa, el referéndum era, se modifica una ley para admitir
estas
adopciones
o
no,
¿y
que
determinó
el
Tribunal
Constitucional?, el hecho mismo de someter a referéndum es
discriminatorio, bueno, a mí me parece un asalto al buen sentido,
¿verdad?, me parece escandaloso.
Siguiendo esta lógica, igual de discriminatorio fue la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal, al tratar de suprimir “hombre y
mujer” para darle albergue a “otros”; pues esto no aguanta el menor
análisis de racionalidad, esto no puede ser así.
Se dice también lo siguiente y se repite: “No hay necesidad de
hacer un juicio de constitucionalidad respecto a la norma que lo
posibilita”, al existir el matrimonio así y al darle diferentes
contenidos al artículo 391 del Código Civil deberá de tenerse buena
precaución con la decisión jurisdiccional. Esto qué presupone, que
los legisladores no están sujetos a ver el interés superior del menor,
que esto sólo atañe al aplicador de la ley. No, no es cierto, la
Constitución en cuanto contiene elementos que obligan a darle un
plus al interés del menor sobre todos los demás intereses
constitucionales, creo que es el único artículo constitucional que
habla de un interés superior, está obligando a los órganos
legislativos, al Ejecutivo mismo en cuanto pueda administrar, y
obviamente a los judiciales en cuanto puedan aplicar, pero esto no
exenta a los Poderes Legislativos de tocar el tema y de ser
considerados con el principio de interés superior del menor.
Se dice también, una norma sí, el rechazar esto, sería
discriminatorio de los homosexuales porque resulta que las
lesbianas normalmente pueden engendrar y los homosexuales no,
salvo con elevados costos y por medios científicos, yo rechazo esto
61
no se puede hacer esta generalización, habrá infertilidad e
impotencia en los hombres homosexuales, la verdad no creo que
sea un elemento probado. Habrá una predilección diferente que
puede ser, habrá una predilección diferente también, esto no lo sé;
entonces, este tipo de generalizaciones pienso que no ayudan a
solucionar la problemática que nos corresponde.
Pienso que a lo largo de la historia de la humanidad han existido
muchas leyes peculiares, hago votos porque estas leyes peculiares
pasen con el tiempo hacer un registro histórico de lo que sucedió en
determinado momento de la historia. Gracias Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Muchas gracias señor
Presidente. Hago uso de la palabra una vez que se ha agotado la
segunda ronda, hasta donde tengo entendido, de intervenciones en
este tercer aspecto del proyecto de resolución de la Acción de
Inconstitucionalidad 2/2010, primeramente, respecto de lo dicho por
los señores Ministros: Luna Ramos, Sánchez Cordero, Cossío Díaz,
Silva Meza, Zaldívar, Franco González Salas, Gudiño Pelayo y
Aguilar Morales, agradecerles mucho sus sugerencias, sus
aportaciones en cuanto comparten en algunos sentidos el proyecto
y su resolución.
Considero, propongo como Ministro ponente que efectivamente
podría reforzarse en el engrose como se me ha propuesto con la
incorporación de las distintas manifestaciones, aportaciones,
sugerencias que han hecho en sus intervenciones los señores
Ministros que he mencionado y que mucho agradezco.
Desde luego no comparto lo dicho por el señor Ministro Aguirre, con
todo respeto, en contra del proyecto, pues como señalo en el
mismo, una vez que se ha establecido que el matrimonio entre
personas del mismo sexo es constitucional, partiendo en parte de
62
que la familia se conforma actualmente de diversas maneras y no
se trata sólo de una estructura familiar única e inmodificable, como
la formada por padre, madre, hijos, como aquí ha dicho el señor
Ministro Aguirre; entonces, no es sostenible por este Pleno que por
mayoría de sus integrantes, ya declaró constitucional el matrimonio,
que las parejas del mismo sexo puedan contraer matrimonio mas no
formar una familia incluso vía adopción. Decidir que la sola situación
de que se trate de parejas del mismo sexo basta para que el
legislador prohíba la adopción por parte de ellas, como lo dice el
proyecto, sí se inscribiría en una discriminación por orientación
sexual, cuando en todo caso si bien efectivamente la protección al
interés superior del niño está constitucionalmente garantizada, los
mecanismos
para
protegerlo
tratándose
de
la
adopción,
corresponde establecerlos al órgano legislativo, de manera tal que
aseguren esa protección constitucional, se trate de que los
adoptantes sean matrimonios heterosexuales, sean del mismo sexo,
sean personas solteras, más no per se, porque partiendo de la
orientación sexual de quienes pretenden adoptar a un menor pues
incluso en la legislación local, se permite a personas solteras sea
cual sea su preferencia sexual adoptar.
La
circunstancia
de
que
los
niños
creados
en
familias
homoparentales, sufrirán discriminación, no puede sostener el que
sea prohibida la adopción de menores a los matrimonios entre
personas del mismo sexo, porque en primer lugar tales familias
existen con independencia de que puedan adoptar o no; y, en
segundo lugar no podemos sostener que esas conductas
discriminatorias persistan, como decía el Ministro Zaldívar hoy en la
mañana, sería constitucionalizar la discriminación cualquiera que
sea su
tipo
u
origen,
evitando
la
existencia
de
familias
homoparentales o haciendo como que no existen ya que
precisamente en aras del respeto al interés superior del niño es que
deben eliminarse socialmente bajo la aceptación de que toda familia
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sea como sea que se forme, como hemos dicho ya al analizar el
tema relativo al matrimonio, merece respeto y protección de la ley
igual y trato igual.
Finalmente, la adopción no es en automático —ya se dijo aquí—
hay un procedimiento judicial largo que sustanciar, para llegar a
adoptar; en segundo lugar, por alguna mención que se hizo, somos
jueces constitucionales, confrontamos la norma con la Constitución.
Por todo lo anterior, agradezco mucho a las señoras y señores
Ministros, los comentarios que les ha merecido este proyecto, y creo
señor Presidente, salvo la mejor disposición de usted, que podría
darse ya la votación.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Coincido en esta óptica, señor
Ministro, pero ha pedido la palabra el Ministro Zaldívar para
aclaración.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Más que
aclaración, mi aclaración era que no había concluido la segunda
ronda, porque nada más dos Ministros habían hecho uso de la
palabra y yo también quería hacer uso de la palabra en segunda
ronda.
Trataré de ser breve en atención a la hora, no es mi intención
generar un debate sobre cuál debe ser la forma en que abordamos
el sistema de este tema, sino más que nada tratar de encontrar
puntos de coincidencia que nos permitan avanzar, sobre todo a la
mayoría que ya aprobamos el proyecto que no se ha votado
formalmente toda vez que incluso algunos de los señores Ministros
que establecieron un método interpretativo ajeno a las pruebas
dijeron que votarían a favor del proyecto.
La interpretación pura —si bien entiendo— lo que nos dice es: Dado
que
tenemos
ya
un
matrimonio
que
ha
sido
declarado
64
constitucional, hacer una diferenciación para algunos de los
derechos de este matrimonio sería discriminatorio, pues tienen que
tener los derechos plenos e incluso preguntarnos sobre ello sería
indebido, sería discriminatorio y la forma como algunos hemos
abordado el tema de las pruebas pues ha sido poco riguroso.
Estimo que en este caso en concreto, en este caso en concreto sí
es oportuno tener alguna idea empírica de lo que estamos haciendo
y científica ¿Por qué? Primero, porque claramente desde que el
señor Ministro Aguirre, antes del receso de julio pidió que se hiciera
una prueba pericial, entre algunas cosas se dijo que ya el Ministro
ponente se había allegado los elementos probatorios que él
consideraba conveniente. Algunos de nosotros dijimos que nos
estábamos allegando elementos por nuestra cuenta, de tal suerte
que aceptamos esa forma de proceder, se dijo que no se podía
hacer una pericial en parte por cuestión técnica de que no lo
permiten las normas procesales, pero también por una cuestión,
porque
estos
estudios
tienen
que
ser
de
largo
alcance;
consecuentemente, partimos de la base que nos íbamos a allegar
información.
Cuando en otra ocasión, ya iniciamos la discusión del tema ya en
este periodo, el Ministro Aguirre pues insistió en que tenía
documentación etcétera, y le pedimos pues que nos la repartiera y
él amablemente lo hizo y la analizamos; de tal manera, que por un
lado, nosotros mismos aceptamos esta posibilidad, que por lo
demás no es inédita en esta Suprema Corte, la primera ocasión que
esto se realizó, lo sabe bien uno de los señores Ministros, él pidió
una información a una academia de ciencias y a través de esa
información y de esos estudios que le llevaron a la convicción pues
fundó su voto. Esto es muy, muy normal y esta iniciativa que él tuvo
en aquel momento pues es un parteaguas que simplemente
estamos reiterando algunos de nosotros.
65
En segundo lugar, por lo que creo que sí teníamos que asomarnos
es porque conscientemente dividimos la discusión entre matrimonio
y adopción y sostuvimos varias veces que una cosa no generaba
automáticamente la constitucionalidad de la otra, si no el tema de la
adopción debió haberse implicado con el tema del matrimonio
—cosa que no se hizo— porque dijimos en varias ocasiones: no
necesariamente que sea constitucional el matrimonio avala el tema
de la adopción que tendremos que analizarlo por sí mismo. De tal
manera que creo que también la forma como discutimos el tema,
nos hacía ver esta situación.
Tercer lugar, porque hay un argumento que nos lo está impugnando
y no es comprar el argumento, simplemente creo que tenemos la
obligación de dar respuesta a esta situación.
Y por último, porque estimo que la categoría sospechosa, que es un
concepto técnico de interpretación constitucional, no tiene nada que
ver con el uso coloquial del término, no obliga a que no se hagan
diferencias, lo que obliga a que estas diferencias tienen que estar
sujetas a un control estricto, riguroso. Por eso la carga de la prueba
es de aquél que sostiene que tiene que hacerse la discriminación o
la diferencia, no de quien sostiene que en principio, hacer un
distinción por cuestión, por ejemplo, de orientación sexual sería
inconstitucional, y hay muchos precedentes en derecho comparado
sobre esto que no voy a cansarlos, si es necesario doy los datos
específicos, tanto el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, como
la Suprema Corte de los Estados Unidos de América, la Suprema
Corte Argentina y la Corte Colombiana, entre otros, que
precisamente establecen este control estricto.
Ahora, ¿qué es lo que hacemos? Como no podemos mandar hacer
pruebas específicas, simplemente por la razón del tipo de proceso y
por el tiempo que requerirían, pues nos allegamos la información
que tenemos que nos da diferente convencimiento a cada uno de
66
nosotros. Pero como lo que se requeriría es una prueba irrebatible,
indubitable, una prueba en sentido fuerte, porque es un escrutinio
estricto, entonces con esta pequeña posibilidad de asomarnos a los
estudios que hay, podemos llegar a la convicción que creo que en
esto todos han estado de acuerdo, que no hay estudios categóricos
que sostengan que se afecta el interés superior del niño por este
tipo de familias.
Entonces, creo que en aras de avanzar, creo que podría hacerse
esta argumentación que ya se sostuvo aquí de que es categoría
sospechosa y que en principio, una diferenciación por este tipo sería
discriminatoria, pero que en este caso por las peculiaridades, nos
asomamos —como lo hizo el ponente— y llegamos a la conclusión
de que no hay posibilidad de declarar inconstitucional.
Creo que de esta manera, salvo que algunos de ustedes se
manifiesten en otro sentido, podemos hacer compatibles las dos
posibilidades de quienes hemos estado a favor de la mayoría en
aras de avanzar, porque —reitero— me parece que esto es algo
que ya se ha hecho en otros casos y dejar esta puerta abierta para
que nos podamos allegar diferente caudal científico que nos
provoca determinada convicción en un sentido o en otro, me parece
que es sano en este tipo de procedimientos. Gracias Presidente.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Dejaron a mi consideración la
decisión de determinar si el asunto estaba suficientemente
discutido, creo que es el caso. Las diferencias de óptica que
propone el señor Ministro Zaldívar de verdad no nos van a llevar a
nada, nueve señores Ministros han dicho que estamos de acuerdo
con el proyecto.
Exhortaría muy respetuosamente a que estas cosas se planteen en
voto particular, si es que el proyecto tal como está no convence a
quien votó con el sentido por otras razones. Señor Ministro Zaldívar.
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SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Sí señor
Presidente, nada más una aclaración, estoy de acuerdo con usted.
Nada más aclaro, no soy el que estoy proponiendo un enfoque
distinto, estoy de acuerdo con el proyecto, simplemente estaba
dando respuesta a un enfoque diferente del que se había hecho que
me parece que era importante, pero coincido con usted en que los
planteamientos ya están hechos. Gracias.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Vale la pena comentar. Estos
estudios que cada uno de nosotros obtuvimos, los que nos mandó
el señor Ministro Aguirre Anguiano, incluso, no son prueba formal
dentro del juicio, hay libertad de mejorar individualmente el
entendimiento de los casos, y argumentar con base en estos
apoyos, así como se cita la doctrina, o a veces hemos citado
conceptos médicos, hasta de diccionario; esto pues solamente es
para reforzar nuestra propia convicción. Don Fernando Franco
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Nada más para
sumarme señor Presidente a lo que usted acaba de comentar, creo
que hay que votar el asunto, me parece que las partes esenciales
se han puesto ya claramente por cada uno de nosotros, y hay una
mayoría ya pronunciada en favor del proyecto.
Yo sugeriría, como usted lo acaba de hacer, que como lo hemos
hecho en otros casos, el ponente engrose el asunto, y ya será
motivo de verlo, y en su caso, ajustarlo, o si no, de votos
concurrentes o particulares de los que difiramos en algo.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Esto sí, desde luego le
propongo al señor Ministro ponente, que el engrose antes de ser
aprobado y firmado se distribuya entre los Ministros para una
aprobación con quienes conformen mayoría en una sesión privada
de este Pleno.
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Entonces en este último tema de la adopción instruyo al señor
Secretario General de Acuerdos, para que tome votos a favor o en
contra del proyecto.
SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro.
SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: En contra y por
inconstitucionalidad.
SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Yo con las razones tengo
algunas diferencias, pero con el sentido del proyecto del señor
Ministro Valls estoy de acuerdo.
SEÑORA
MINISTRA
LUNA
RAMOS:
Con
el
proyecto,
reservándome el derecho a formular algún voto concurrente a
reserva de ver el engrose.
SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: A favor del
proyecto con las modificaciones que introduzca el ponente, y
evidentemente reservándome el derecho de si debo hacer alguna
presión en un voto concurrente.
SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: En los mismos
términos.
SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Igual.
SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Igual que el Ministro
Franco.
SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Con el proyecto.
SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Con el proyecto, con
las modificaciones que ha aceptado el ponente.
SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: En el mismo sentido.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE ORTIZ MAYAGOITIA: Yo voto
en contra del proyecto.
SECRETARIO
GENERAL
DE
ACUERDOS:
Señor
Ministro
Presidente, me permito informarle que existe una mayoría de nueve
votos a favor de la propuesta del proyecto, con las salvedades del
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señor Ministro Cossío Díaz, las reservas de voto conducentes, en el
sentido de reconocer la validez del artículo 391 del Código Civil para
el Distrito Federal.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien, están hechas las reservas
de votos, incluyendo la del señor Ministro Aguirre ¿no?
SEÑOR
MINISTRO
AGUIRRE
ANGUIANO:
Gracias
señor
Presidente, sí, haré voto particular. Solamente tengo una petición
adicional que hacer al Pleno y al Presidente, que es que en mi plazo
para el voto particular empiece a discurrir después de que se hayan
presentado en su caso los votos concurrentes, por razones de
equidad, para saber qué están diciendo.
SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bueno, esto si les parece bien
lo discutimos en una sesión privada, porque el acuerdo es que el
plazo para el voto corra una vez entregado el engrose, pero
escucharemos estas razones en otra ocasión.
CONSECUENTEMENTE,
DADAS
LAS
VOTACIONES
MAYORITARIAS ALCANZADAS EN TODOS Y CADA UNO DE
LOS TEMAS QUE SE ABORDARON EN ESTA ACCIÓN DE
INCONSTITUCIONALIDAD QUE HEMOS DISCUTIDO, LA
DECLARO RESUELTA EN TÉRMINOS DEL PROYECTO
MODIFICADO QUE PRESENTÓ EL SEÑOR MINISTRO VALLS.
Pues estamos ya en horas muy próximas a la salida, no convendría
iniciar ningún otro asunto, y ya en privado veremos si nos da tiempo
hoy mismo de atender la sesión privada.
Cierro la sesión y los convoco para mañana a las diez treinta en
este mismo lugar.
(SE TERMINÓ LA SESIÓN A LAS 13:55 HORAS)
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