El espejo de la Palabra - 26

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El espejo de la Palabra
por Marcelo A. Murúa
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Evangelio del domingo 6 durante el año – Ciclo C
Las Bienaventuranzas: el programa del Reino
Lc. 6, 12-13. 17. 20-26
" Jesús subió a un cerro a rezar, y pasó todala noche rezando a Dios. Cuando se
hizo de día, llamó a los discípulos, eligió a doce, y los llamó apóstoles.
Jesús bajó con ellos y se detuvo en un lugar llano. Había allí un grupo
impresionante de discípulos suyos y una cantidad de gente procedente de toda
Judea y de Jerusalén y también de la costa de Tiro y de Sidón.
Habían venido para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades; El,
entonces, levantó los ojos hacia sus discípulos y les dijo:
«Felices ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Felices
ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Felices ustedes los
que lloran, porque reirán.
Felices ustedes si los hombres los odian, los expulsan, los insultan y los
consideran unos delincuentes a causa del Hijo del Hombre. Alégrense en ese
momento y llénense de gozo, porque les espera una recompensa grande en el
cielo. Recuerden que de esa manera trataron también a los profetas en tiempos de
sus padres.
Pero ¡pobres de ustedes los ricos, porque tienen ya su consuelo!
¡Pobres de ustedes los que ahora están satisfechos, porque después tendrán
hambre!
¡Pobres de ustedes los que ahora ríen, porque van a llorar de pena!
¡Pobres de ustedes, cuando todos hablen bien de ustedes, porque de esa misma
manera trataron a los falsos profetas en tiempos de sus antepasados! »"
El análisis de las bienaventuranzas excede con creces el espacio que dedicamos a los
comentarios bíblicos del "Espejo…" de cada semana. Sin duda constituyen uno de los
núcleos de la espiritualidad y práctica cristianas. Sería interesante ofrecer un material de
estudio más profundo y extenso sobre el tema. Intentaremos desde BuenasNuevas brindarlo
a lo largo del año. Ayudaría mucho saber si existen interesados en profundizar sobre este
tema (los que deseen comunicarlo pueden mandar un mail a nuestro correo, o al mío
personal).
Las Bienaventuranzas aparecen en dos de los evangelios: Mateo y Lucas. Son dos versiones
con semejanzas y diferencias. Es claro el origen común de ambas pero cada evangelista las
presenta con su propio lenguaje, en contextos diferentes y poniendo acentos distintos, según
las temas - ejes de cada evangelio.
Comencemos brevemente por Mateo, la versión más conocida, para luego pasar al texto de
Lucas. Mateo sitúa las Bienaventuranzas al comienzo de la predicación de Jesús, en el
contexto del Discurso o Sermón de la Montaña, que abarca los capítulos 5, 6 y 7 de su
evangelio. El lugar geográfico es un monte (Mt. 5, 1) y el discurso se dirige a la gente que
lo rodea. Mateo habla de Reino de los cielos, pues como escribe a cristianos de origen judío
evita el nombrar a Dios en forma directa (lo que no era bien visto por los judíos).
Lucas ubica las Bienaventuranzas a continuación de la elección de los doce apóstoles. El
lugar geográfico es una llanura y los destinatarios principales son los discípulos: "Levantó
los ojos hacia los discípulos y les dijo…"
El discurso de Lucas se compone de cuatro sentencias positivas (que anuncian felicidad) y
cuatro negativas (que anuncian desdicha). Se advierte un esquema común que podríamos
señalar de la siguiente manera:
a) Sentencias Positivas
a.1) Felices ustedes los pobres…
a.2) Felices ustedes los hambrientos…
a.3) Felices ustedes los que lloran…
a.4) Felices ustedes si los persiguen por mi causa…
b) Sentencias Negativas
b.1) Pobres de ustedes los ricos…
b.2) Pobres de ustedes los llenos…
b.3) Pobres de ustedes los que ríen…
b.4) Pobres de ustedes si los aprueban (hablan bien)…
Como es sencillo notar las situaciones están relacionadas en forma contrapuesta y
presentadas de manera paradójica. Lo que parece (a los ojos del mundo) como "negativo"
(ser pobre, padecer hambre o necesidad, sufrir, ser perseguido…) es presentado como
fuente de felicidad y sentido de la vida. Por el contrario, lo que comúnmente se presenta (a
los ojos del mundo) como "positivo" (ser rico, no tener necesidades, reir, ser aprobado por
los demás) es señalado como fuente de desdicha y pérdida del sentido de la vida. Otras
traducciones son más duras y en lugar de "Pobres de ustedes…" emplena el término "Ay de
ustedes…".
En la versión de Lucas es claro que Jesús dirige estas enseñanzas a sus discípulos.
El pasaje inmediatamente anterior, que la liturgia del día nos lo presenta también al
comienzo de la lectura, nos muestra la elección de los doce apóstoles por parte de Jesús.
Resulta muy revelador apreciar las circunstancias que acompañan la decisión del Señor. El
texto nos dice que Jesús subió al cerro a rezar y pasó la noche en oración antes de la
elección. Esta actitud orante de Jesús (subrayada a lo largo del evangelio de Lucas, que
hace de la oración uno de sus principales temas) se presenta como una característica y una
constante de su vida. Jesús ora en muchas oportunidades, y se retira a orar cuando debe
tomar decisiones importantes en su vida. Señalemos sólo dos, fáciles de recordar y ubicar:
antes de iniciar su vida pública se retira a orar en el desierto (Lc. 4, 1-13; antes de la pasión
se retira a orar al huerto de los olivos (Lc. 22, 39-44). Jesús toma sus decisiones, realiza sus
discernimientos a la luz del diálogo íntimo con el Padre.
Luego de la elección los discípulos no se separarán de Jesús. El tema del discipulado es
también un eje central del evangelio. A lo largo del camino de predicación de Jesús éste va
enseñando y preparando a sus discípulos.
Al reunirse una gran cantidad de gente necesitada (vinieron para que los sanara de sus
enfermedades) Jesús aprovecha para brindar a sus discípulos las bases de su programa de
vida.
Las bienaventuranzas pueden verse como el programa de Jesús. Cuando se dirige a los
discípulos les dice cosas que El mismo vive y vivirá. El, como bien nos dice Pablo años
más tarde de estas escenas, "siendo rico se hizo pobre" (Filipenses 2, 6ss ). El eligió pasar
necesidad, sufrir con los demás y ser perseguido por causa del Reino (hasta dar la vida).
Llevó sus enseñanzas a la práctica y las vivió hasta sus últimas consecuencias. Por eso
puede proponer a los discípulos un camino de seguimiento que recorra sus mismas
opciones. Jesús dice con claridad que el Reino de Dios es de los pobres, de los que tienen
hambre (y necesidades insatisfechas) y de los que sufren. El evangelio de Lucas nos
muestra permanentemente a Jesús al servicio de los pobres (otro de los temas
fundamentales de su evangelio). La cuarta bienaventuranza nos da la clave para entender
las otras en la perspectiva del discipulado. Es la única que se presenta en forma
condicional, "Felices ustedes si…" Jesús está presentando a sus discípulos las opciones de
seguirlo. Si de verdad caminamos en los pasos de Jesús deberemos hacernos pobres, pasar
necesidad y sufrir. Entonces se hará realidad la bienaventuranza que presenta la
persecución y el conflicto como consecuencia del asumir la causa de Jesús, es decir el
Reino de Dios.
Jesús tiene palabras duras con los ricos, los llenos y los que ríen (al margen del sufrimiento
de los demás, indiferentes a él). La condena a los ricos y los peligros de la riqueza son un
tema que desarrolla en profundidad todo el evangelio. También advierte a sus discípulos
que "si" no sufren las consecuencias de optar por el Reino, si los aprueban, si no
experimentan dificultades y conflictos por seguir a Jesús, estarán en la misma senda que los
falsos profetas de tiempos anteriores. Es interesante notar que el falso seguimiento se asocia
a la riqueza, a la plenitud de bienes materiales y a la vida sin sufrimiento (sentencias
anteriores), mientras que el verdadero seguimiento, el asumir la causa de Jesús se asocia a
empobrecimiento, necesidad y sufrimiento. A la luz de estas palabras deberíamos discernir
si estamos en el camino de Jesús… o no.
El programa de vida que Jesús presenta a sus discípulos de todos los tiempos es exigente.
Seguir a Jesús es un desafío a nuestra comodidad, a nuestra manera de vivir, a los valores
que propone la sociedad de nuestro tiempo… ¿te animas a asumir sus pasos y vivir sus
enseñanzas?
Para rumiar la Palabra…
- Releer el texto. Comparar rápidamente con las bienaventuranzas de Mateo (Mt. 5, 1-12)
- ¿Qué realiza Jesús antes de la elección de sus discípulos? ¿Recuerdas otros momentos en
los que Jesús ora? ¿Qué nos revela estas actitudes sobre la vida de Jesús?
- ¿A quiénes dirige Jesús sus palabras?
- Jesús presenta con claridad que el reino es de los pobres, ¿qué otros textos del evangelio
de Lucas nos hablan de esto (recordar algunas parábolas, por ejemplo)?
- Repasar la vida de Jesús y descubrir actitudes, situaciones, palabras y opciones que
permitan reconocer cómo El vivió las Bienaventuranzas que nos propone.
y fecundar la vida
- A partir del texto revisa tu propio corazón y tu compromiso con su Palabra.
¿Cuándo tienes que tomar una decisión sigues el ejemplo de Jesús, que se retira a
orar?
¿Qué cosas importantes tienes que discernir…? Hazlas en la oración con el Padre.
Las bienaventuranzas son un programa de vida para cada discípulo que quiera
seguir los pasos de Jesús, ¿que debes cambiar en tu vida para asumir estas
enseñanzas?
¿Qué significan las palabras de Jesús en tu vida? ¿Cómo asumir los desafíos de
empobrecerse, pasar necesidad, sufrir con los otros… para seguir su ejemplo?
¿En tu vida hay signos de "persecución"? ¿Has sufrido por vivir lo que Jesús
predica? ¿Asumir la causa de Jesús y servir a los pobres es conflictivo y te trae
problemas?
Si en tu vida de fe no hay signos de dificultades, ¿estarás realizando las opciones de
vida que propone Jesús?
La Palabra, espejo de vida…
"Pongan por obra lo que dice la Palabra y no se conformen con oirla, pues se engañarían a sí
mismos. El que escucha la palabra y no la practica es como aquel hombre que se miraba en el
espejo, pero apenas se miraba, se iba y se olvidaba de cómo era. Todo lo contrario el que fija se
atención en la Ley perfecta de la libertad y persevera en ella, no como oyente olvidadizo, sino
como activo cumplidor; éste será dichoso al practicarla"
Sant. 1, 22-25
La Palabra es espejo de vida. En la Palabra contemplamos nuestra propia imagen, nuestra
existencia, las situaciones que vivimos. La Palabra nos refleja el proyecto de Dios para nuestro
tiempo, a nivel peresonal, social y comunitario.
¡Anímate a mirarte en el espejo…de la Palabra!
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Recursos Pastorales para la Nueva Evangelización
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