Clima 1 INTRODUCCIÓN

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Clima
1 INTRODUCCIÓN
Clima, efecto a largo plazo de la radiación solar sobre la superficie y la atmósfera de la Tierra en rotación. El
modo más fácil de interpretarlo es en términos de medias anuales o estacionales de temperatura y
precipitaciones.
Las áreas de tierra firme y las marinas, al ser tan variables, reaccionan de modos muy distintos ante la
atmósfera, que circula constantemente en un estado de actividad dinámica. Las variaciones día a día en un
área dada definen su climatología, mientras que el clima es la síntesis a largo plazo de esas variaciones (ambas
pueden considerarse subdisciplinas de la meteorología). El clima se mide por medio de termómetros,
pluviómetros, barómetros y otros instrumentos, pero su estudio depende de las estadísticas. Hoy tales
estadísticas son realizadas competentemente por ordenadores. Con todo, un resumen sencillo a largo plazo de
los cambios climáticos no proporciona una representación exacta del clima. Para obtener ésta es necesario el
análisis de los patrones diarios, mensuales y anuales. La investigación de los cambios climáticos en términos
de tiempo geológico es el campo de estudio de la paleoclimatología, que requiere las herramientas y métodos
de la investigación geológica.
La palabra clima viene del griego klima, que hace referencia a la inclinación del Sol. Además de los efectos de
la radiación solar y sus variaciones, el clima siempre está bajo la influencia de la compleja estructura y
composición de la atmósfera y de los mecanismos por los que ésta y los océanos transportan el calor. Así
pues, para cualquier área dada de la Tierra, debe considerarse no sólo su latitud (que determina la inclinación
del Sol), sino también su altitud, el tipo de suelo, la distancia del océano, su relación con sistemas montañosos
y lacustres, y otras influencias similares. Otra consideración a tener en cuenta es la escala: el término
macroclima hace referencia a una región extensa; mesoclima, a una más pequeña; y microclima, a un área
diminuta. Por ejemplo, puede especificarse que un buen microclima para cultivar plantas es el que hay al
abrigo de grandes árboles de sombra.
El clima tiene una gran influencia en la vegetación y la vida animal, incluyendo a los humanos. Desempeña un
papel significativo en muchos procesos fisiológicos, desde la concepción y el crecimiento de los seres vivos
hasta la salud y la enfermedad. El ser humano, por su parte, puede influir en el clima al cambiar su medio
ambiente, tanto a través de la alteración de la superficie de la Tierra como por la emisión de contaminantes y
productos químicos, como el dióxido de carbono, a la atmósfera.
2 ZONAS CLIMÁTICAS
Los climas se describen con arreglo a códigos previamente acordados o con términos descriptivos un tanto
imprecisos en su definición que, no obstante, resultan útiles. A escala global se puede hablar del clima en
términos de zonas, o cinturones, que pueden trazarse entre el ecuador y el polo en cada hemisferio. Para
comprender éstas hay que tomar en consideración la circulación en la capa superior de la atmósfera, o
estratosfera, así como en la atmósfera inferior, o troposfera, zona donde se manifiesta el clima. Los fenómenos
de la atmósfera superior no fueron conocidos hasta el desarrollo de tecnologías avanzadas, como los cohetes,
los vuelos a gran altitud y los satélites artificiales.
En condiciones ideales, es posible suponer que el aire caliente asciende por convección a lo largo del ecuador
y desciende cerca de los polos. Así pues, el cinturón ecuatorial tiende a ser una región de baja presión y
periodos de calma interrumpidos por tormentas eléctricas, asociadas a enormes nubes llamadas cúmulos.
Debido a los periodos de calma, este cinturón recibe el nombre de doldrums (estancamiento). Se desplaza
ligeramente hacia el norte del ecuador durante el verano boreal y hacia el sur durante el meridional. Por
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contraste, el aire desciende en las regiones polares. Esto produce una elevada presión atmosférica y vientos
secos y helados que tienden a radiar hacia el exterior desde los polos.
Para complicar este cuadro simplista, hay que tener en cuenta la rotación de la Tierra, que desvía los
componentes norte y sur de la circulación atmosférica. Así, los vientos tropicales y polares tienden a ser del
Este (vientos procedentes del Este), y se desarrollan dos cinturones intermedios en cada hemisferio. A unos
30° de latitud N y S hay una zona de alta presión en la que el aire de las capas superiores desciende y se
divide enviando corrientes hacia el ecuador. En el hemisferio norte soplan vientos regulares del Noreste, y del
Sureste en el hemisferio sur. Estas zonas de alta presión producen áreas áridas en los continentes, pero hacen
que el aire se cargue de humedad sobre los océanos debido a la evaporación. Si estos vientos regulares chocan
con una isla dispuesta a modo de barrera topográfica o con la costa de un continente, el aire húmedo se eleva
hasta zonas más frescas dando lugar normalmente a fuertes lluvias.
Entre los 50° y los 60° de latitud N y S se encuentra un cinturón de baja presión caracterizado por los vientos
dominantes del Oeste, que son desviados hacia el Suroeste en el hemisferio norte y hacia el Noroeste en el
hemisferio sur. En este caso las precipitaciones se relacionan con los frentes polares; el aire frío de los vientos
polares del Este penetra por debajo del aire cálido y húmedo de los vientos del Oeste que, al enfriarse, liberan
la humedad que contienen. En invierno ésta es la causa de la mayoría de las nevadas en los continentes.
3 TIPOS DE CLIMAS
Los autores clásicos dividieron la Tierra en tres grandes zonas climáticas que se correspondían con los climas
frío, templado y tórrido. En general, se considera la isoterma de los 10 ºC para el mes más cálido, que
coincide aproximadamente con el límite de la tundra y el bosque de coníferas, como valor para distinguir los
climas templados de los fríos; por otro lado, la separación entre los climas tórridos o tropicales de los
templados se establece en la isoterma de los 18 ºC para el mes más frío. Sin embargo, dentro de cada una de
estas zonas cabe distinguir diferentes tipos y subtipos en función de factores tales como la temperatura y la
precipitación. Otros elementos que contribuyen a explicar el clima de una región pueden ser la presión
atmosférica, los vientos, la humedad, la latitud, la altitud, el relieve, la proximidad de los mares, las corrientes
oceánicas y la influencia de la naturaleza del suelo y la vegetación.
Muchos climatólogos han establecido sus propias clasificaciones climáticas, entre las que cabe destacar la de
Köppen, una clasificación empírica dada a conocer por primera vez en 1918 y sometida posteriormente a
varias revisiones. Köppen y su colaborador Geiger definieron seis grandes grupos de climas, asociados a la
vegetación, a los que designaron mediante letras mayúsculas: A (tropical), B (subtropical), C (templado), D
(frío), E (polar) y H (montaña). Estos grupos se subdividían a su vez en función del régimen pluviométrico y
de las temperaturas, también señalados mediante letras, en este caso minúsculas, que unidas a las anteriores
especificaban la variedad climática de un espacio determinado dentro de cada categoría principal. Así, por
ejemplo, un clima tipo Csa indica que se trata de un clima templado con veranos secos y calurosos e inviernos
húmedos y suaves, es decir, lo que se conoce como un clima mediterráneo.
A continuación, se exponen los principales tipos de clima del planeta considerando los valores, siempre
aproximados, de la temperatura y las precipitaciones.
1 Clima ecuatorial
Es característico de las regiones de latitudes bajas, localizadas fundamentalmente entre los 10º N y 10º S. La
temperatura y la humedad son altas y constantes a lo largo del año. La temperatura media del mes más frío
supera los 18 ºC, y la temperatura media anual se sitúa por encima de los 25 ºC. Las precipitaciones anuales
sobrepasan los 1.500 mm e incluso, en algunas áreas, los 3.000 milímetros. La duración del día y de la noche
es muy similar.
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2 Clima tropical
Es propio de las regiones tropicales. Las temperaturas medias mensuales son elevadas y bastante uniformes a
lo largo del año, siendo la media anual superior a los 20 ºC. El régimen térmico varía entre 3º y 10º, mayor en
el interior y menor en las áreas costeras. Las precipitaciones oscilan entre los 400 y los 1.000 mm anuales,
aunque la variedad de clima monzónico alcanza valores muy superiores. Alternan las estaciones secas y
lluviosas. En función de la distribución estacional de las precipitaciones y de la cantidad se distinguen las
variedades siguientes: sudanés (precipitaciones entre 750 y 1.100 mm y tres estaciones, una seca y fresca, otra
seca y calurosa, y otra lluviosa), subecuatorial (dos estaciones lluviosas y dos secas), saheliense
(precipitaciones entre 400 y 750 mm, con una larga estación seca) y monzónico (estación lluviosa de gran
intensidad que alterna con otra seca).
3 Clima desértico
Propio de las áreas desérticas, se caracteriza por altas temperaturas y escasez de precipitaciones. Se distinguen
dos importantes variantes: el clima desértico cálido, con una temperatura media anual en torno a los 20 ºC,
una fuerte oscilación térmica (puede alcanzar los 20º) y precipitaciones inferiores a los 200 mm, y el clima
desértico costero, que presenta una temperatura media anual inferior a los 20 ºC, menor oscilación térmica (en
general por debajo de los 10º) y precipitaciones insignificantes, por debajo de los 100 mm anuales. Además de
estos desiertos propios de la zona cálida o tropical, existen otros tipos en la zona templada resultado de la
degradación de los climas propios de sus latitudes. Aquí cabría hablar de los desiertos continentales, donde el
elemento condicionante del régimen termopluviométrico, además de las altas presiones, es la continentalidad,
que acentúa la sequía y la oscilación térmica diaria.
4 Clima templado
Bajo este epígrafe se aúnan una gran variedad de climas que tienen en común el hecho de contar con unas
temperaturas estivales más elevadas que en invierno. Los climas templados se clasifican en:
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Clima mediterráneo
Este tipo de clima se da particularmente en los países ribereños del mar Mediterráneo, de ahí su
denominación, aunque se han establecido varios subtipos en relación con la distancia a las masas oceánicas.
También se da en la costa meridional de Australia, en el suroeste de la República de Suráfrica, en California y
en las estrechas áreas costeras de Chile central, donde los Andes actúan como barrera climática. En sentido
amplio, define el clima de las regiones costeras occidentales de los continentes comprendidas dentro de la
zona de las latitudes medias de la Tierra (entre los 30º y los 45º, aproximadamente). Se caracteriza por
veranos cálidos, secos y soleados, e inviernos suaves y húmedos. Las temperaturas medias anuales varían
entre los 12 ºC y los 18 ºC, y la oscilación térmica anual está comprendida entre los 10º y los 15º por lo
general. El promedio de precipitaciones se sitúa entre los 400 y los 700 mm, concentradas en el invierno, ya
que durante el verano el clima está sujeto a la presencia de anticiclones subtropicales, y en el invierno, a las
depresiones de la atmósfera.
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Clima chino
Este clima presenta una temperatura media ligeramente superior a la del mediterráneo, lo mismo que la
oscilación térmica anual, que supera los 15º. El promedio de precipitaciones sobrepasa los 1.000 mm,
concentradas en el periodo estival, que contrasta con la sequedad del invierno.
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Clima oceánico
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Es el clima característico de las regiones comprendidas dentro de la zona de latitudes medias de la Tierra
sujetas a la influencia oceánica. La proximidad del mar determina una amplitud térmica anual en general
pequeña y unas precipitaciones importantes (1.000−2.000 mm) y bien distribuidas a lo largo del año, aunque
el máximo se sitúa en la estación invernal. La temperatura media depende de la latitud, aunque se puede
establecer en torno a los 10 ºC; los inviernos presentan unas temperaturas moderadas y en verano son frescas.
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Clima continental
Este clima es propio de las regiones del interior de los continentes. Se caracteriza por una relativa escasez de
precipitaciones, sobre todo en invierno, debido a la distancia que las separa de las áreas de influencia
marítima, y por una notable amplitud térmica estacional (que puede alcanzar hasta los 60º), con unas
temperaturas estivales bastante altas que contrastan fuertemente con los inviernos fríos. La temperatura media
anual es inferior a los 10 ºC. Las precipitaciones oscilan entre los 300 y los 700 mm de promedio, que se
producen principalmente en verano. Se pueden distinguir varios tipos: el siberiano (el más extremado, con una
temperatura media inferior a los 0 ºC, una oscilación térmica que puede alcanzar los 60º y precipitaciones
inferiores a los 200 mm anuales concentradas en el periodo estival); el manchuriano (con un temperatura
media inferior a los 10 ºC, oscilación térmica en torno a los 40º y precipitaciones, concentradas en el periodo
estival, que superan los 500 mm); y el ucraniano (con unas características térmicas similares al anterior,
aunque la temperatura media es ligeramente más baja y la amplitud un poco superior, y unas precipitaciones
comprendidas entre los 300 y los 400 mm anuales).
5 Clima polar
Clima propio de aquellas regiones que presentan una temperatura media mensual y anual por debajo de los 0
ºC, amplitudes térmicas superiores a los 30º y precipitaciones insignificantes que se producen en forma de
nieve. En estas regiones, cubiertas por la nieve durante la mayor parte del año, el tipo de suelo característico
es el permafrost.
6 Clima de alta montaña
En las montañas la temperatura disminuye con la altitud, mientras que aumentan las precipitaciones, al menos
hasta un cierto nivel altimétrico. La montaña, en este sentido, altera las características de la zona climática en
la que se sitúa. Por este motivo, no se pueden establecer unos rasgos con validez universal que lo definan,
aunque sus variedades climáticas son fácilmente reconocibles, como el clima alpino. Presenta unas
temperaturas invernales negativas y unas estivales positivas, aunque la temperatura media anual se establece
en torno a los 0 ºC; la oscilación térmica es inferior a los 20º y las precipitaciones, más abundantes en verano
que en invierno, superan los 1.000 mm anuales. Este clima de alta montaña es el que predomina en la
cordillera andina.
Por último, como se mencionó con anterioridad, tienen lugar cambios microclimáticos causados por la acción
antrópica. Así, por ejemplo, en las ciudades se forman las denominadas `islas de calor'; cuando este espacio se
encuentra bajo una situación anticiclónica cálida, durante la noche la temperatura es más alta en relación con
el medio ambiente circundante. También la contaminación atmosférica de los núcleos urbanos provoca un
aumento de la nubosidad media, modifica el régimen de lluvias, altera la circulación de los vientos y
disminuye la radiación solar y la transparencia del aire.
4 CLASIFICACIÓN CLIMÁTICA LIGADA A LA VEGETACIÓN
Los dos parámetros meteorológicos en los que se basa la clasificación anterior no son suficientes para
satisfacer la necesidad de una descripción climática exacta y universal. La vegetación, por su parte, ofrece una
referencia importante, sobre todo en casos como el de la selva, o cinturón ecuatorial de bosque tropical
húmedo, con temperaturas cálidas y lluvias durante la mayor parte del año (véase Pluvisilva); la sabana, cálida
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y con una marcada estacionalidad; y la tundra, fría, con escasas precipitaciones y veranos cortos. Es
particularmente útil considerar ambos factores, clima y vegetación, para conocer la naturaleza de una zona y
lo que representa vivir en ella. La influencia del clima en la vegetación natural viene determinada
fundamentalmente por las precipitaciones, la temperatura y la luz; de ahí la estrecha relación existente entre la
distribución de los regímenes climáticos y de la vegetación. A grandes rasgos, se pueden distinguir cinco
grandes asociaciones vegetales en función sobre todo de la cantidad y distribución de las precipitaciones a lo
largo del año: clima cálido y húmedo, con o sin estación seca, idóneo para el desarrollo de las selvas, del
bosque tropical y la sabana; clima templado húmedo, con o sin estación seca, que permite la existencia de
bosques mixtos y praderas; clima frío y húmedo, donde crecen los bosques mixtos y de coníferas; clima seco,
ámbito de la estepa y las especies xerófilas adaptadas a las condiciones áridas de las zonas desérticas; y clima
polar y alpino o de alta montaña, asociados a una vegetación propia de la tundra y a la presencia de casquetes
glaciares.
El clima en el sahara
Clima
El clima es uniformemente seco; en la mayoría de las zonas, la precipitación media anual es inferior a los 127
mm, y algunos lugares no reciben absolutamente nada de lluvia durante años. Las variaciones de la
temperatura son extremas, especialmente en las regiones occidental y central, y oscilan entre las heladas
nocturnas y unas máximas diurnas de 54 °C.
Australia clima
4 Clima
Australia: mapa climático Aunque existen diferencias climáticas entre las diversas regiones australianas, el
continente no experimenta variaciones extremas de clima. El norte de Australia es tropical, mientras que la
región del sur es templada. Casi el 40% del territorio conoce sólo dos estaciones: una estación caliente y
húmeda, y otra seca y cálida.© Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
Aunque el clima de Australia varía de tropical (monzónico) en el norte, a frío y templado en Tasmania, la
mayor parte del país presenta un clima muy cálido y seco; el mar apenas deja sentir sus efectos moderadores
más allá de la costa. Más de dos tercios del continente, en el centro y el oeste, reciben menos de 500 mm de
lluvias al año. Sólo el 10% de la tierra, al norte y en Tasmania, registra más de 1.000 mm de precipitaciones
anuales. En las comarcas centrales, occidentales y septentrionales de Australia, las temperaturas estivales
oscilan entre los 26,7 °C y 29,4 °C de promedio, si bien pueden superar los 38 °C. Las cálidas y templadas
regiones costeras se caracterizan por fríos inviernos y veranos calurosos. Las llanuras del litoral oriental
reciben precipitaciones a lo largo de todo el año, aunque principalmente en verano. Por el contrario, las costas
cálidas y templadas del oeste y sur reciben precipitaciones sobre todo en invierno, generalmente ligadas a los
constantes vientos del Oeste. Tasmania, que se encuentra en la zona fría, recibe fuertes precipitaciones
causadas también por los vientos del Oeste en verano, y debido a las tormentas asociadas a los ciclones en
invierno. Casi todos los años, la sequía afecta a algunas áreas de Australia, pero también son frecuentes las
inundaciones locales y los ciclones tropicales.
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