‰5ƒ!`fè.èSPŠ 2.381 B., M. A. Y OTRA C/ HOSPITAL MUNICIPAL DE CARLOS CASARES Y OTRO S/ PRETENSIÓN INDEMNIZATORIA.EXPTE: 2381.Trenque Lauquen, 24 de agosto de 2012.AUTOS Y VISTOS Los autos "B., M. A. y otra c/ Hospital Municipal de Carlos Casares y otro s/ Pretensión indemnizatoria", expediente nro. 2.381 en trámite ante el Juzgado en lo Contencioso Administrativo Nº 1 a mi cargo.RESULTA 1.- El 22.9.06 el Dr. Federico Cellerino en representación de M. A. B. y L. A. A., quienes a su vez lo hacen en representación de su hijo M. D. B., con el patrocinio del Dr. Julio A. Arive, interpuso demanda contra el Hospital Municipal de Carlos Casares y contra Ricardo Satulovsky, reclamando el pago de ochenta y cinco mil pesos ($85.000) o lo que en más o menos surja de la prueba a producirse, por los daños sufridos como consecuencia de la mala praxis y falta de atención médica adecuada a M. D. B. .Señala que el 28.8.04 aproximadamente a las 14:00 hs. en una excursión de pesca, el menor sufrió en la zona genital aquello que la medicina denomina torsión testicular.Aduce que por prescripción de la Dra. Viviana Moreira concurrieron el día referido a las 16:30 hs. a la guardia del Hospital Municipal de Carlos Casares, siendo atendido por la médica de guardia, Dra. María Gabriela Barragán, esposa del codemandado Satulovsky, quien medica analgésicos, hielo y ordena una ecografía.Manifiesta que dada la afección se lo preparó para una cirugía y se quedó a la espera del cirujano de guardia --Satulovsky-- quien se hizo presente a las 20:30 hs. Lo revisó y concluyó que no es más que una orquitis --inflamación del testículo-- y prescribió más hielo, antibióticos, antiinflamatorios y reposo en el nosocomio. Al otro día a las 20:30 hs. Satulovsky le otorgó el alta y lo citó en su consultorio para el 31.8.04.Señala que si bien de la historia clínica (en adelante HC) no puede extraerse una descripción del estado del testículo, de la ecografía que forma parte de la HC, surge "aumento de tamaño de epidídimo" y que ello puede ocurrir por dos causas excluyentes: torsión o infección; y si fuera ésta última iría acompañada de temperatura corporal, circunstancia que no surge de la HC. Indica que el galeno demandado con la sintomatología, origen de la lesión, revisiones, prácticas y estudios, descartó el diagnostico inicial de torsión, circunstancia que determinó su mal obrar médico.Aduce que M. B. concurrió el 31.8.04 al consultorio del médico presentando el testículo hinchado, la zona afectada de color rojo intenso, y previa revisación, el médico le indicó que continúe con la medicación prescripta, reposo y aplicación de hielo y lo citó nuevamente para el 2.9.04.Señala que los progenitores realizaron una consulta en la ciudad de Junín. El médico especialista en urología que lo revisó le informó que con la inflamación que presentaba el paciente ahora era muy difícil determinar si es una torsión, pero que en las primeras horas de la afección, se debe decidir la intervención y que en caso de duda, debe intervenirse quirúrgicamente al paciente.Manifiesta que concurren a otro médico que arriba a idénticas conclusiones y que finalmente, el 30.9.04 se lo intervino quirúrgicamente, operación que resultó tardía, pues M. D. B. sufrió una torsión testicular con la consecuente pérdida del testículo, conforme la biopsia médica.Indica que la torsión testicular es una dolencia que en caso de presentarse se dispone de horas para evitar la pérdida del testículo. En 2 tal sentido, manifiesta que de haberse explorado quirúrgicamente en tiempo oportuno el menor no hubiera perdido el testículo derecho.Relatados los hechos, se explaya sobre el derecho aplicable al presente caso, y seguidamente, indica los daños reclamados: i) por incapacidad sobreviniente en función de la disminución física sufrida, reclama la suma de pesos cuarenta mil ($40.000); ii) por daño moral, estima la suma de pesos treinta mil ($30.000) y por daño psicológico, en función de las vivencias sufridas, considera justo la suma de pesos quince mil ($15.000), lo que totaliza la suma de pesos ochenta y cinco mil ($85.000).Ofrece prueba, funda en derecho y peticiona.2.- La demanda se radicó ante el Juzgado en lo Civil y Comercial Nº 2, quien previo pedido de explicaciones al actor, el 12.10.06 declaró su incompetencia y remitió los autos al juzgado a mi cargo, siendo recibido el 21.11.06.Consentida la intervención del suscripto, el 18.12.06 se ordenó traslado de demanda.3.- El 17.4.07 se presentó el Dr. Francisco P. Villalba como apoderado de Ricardo Andrés Satulovsky y contestó demanda.Previa negativa general y particular de los hechos alegados y reconocimiento de la HC e instrumentos públicos acompañados, relata su versión de los hechos.Indica que efectivamente el 28.8.06 a las 16:00 hs. el joven B. fue recibido en el Hospital de Carlos Casares por la médica de turno, Dra. Barragán, quien ante los síntomas diagnosticó, en principio, torsión testicular, ordenó una ecografía, estudio que indicó aumento del tamaño de cola de epidídimo derecho, situación compatible con epidídimitis aguda, que fue el diagnóstico definitivo.Señala, que del diagnóstico por imagen no resulta que se tratara 3 de una torsión testicular sino de una inflamación del epidídimo, y que la presencia o ausencia de fiebre no es determinante, por que no es una constante en la enfermedad inflamatoria testicular.Sostiene que le indicó tratamiento que inmediatamente, tal como surge del parte de enfermería, le hizo disminuir el dolor evolucionando favorablemente, pasando la noche sin dolor, hasta que a las 18:45 hs. del día siguiente fue dado de alta, siendo citado para una nueva consulta al día siguiente. En esa oportunidad, ante la buena evolución se continuó con el tratamiento y se lo citó para los próximos cinco días pero el paciente no concurrió.Al respecto, señala en función de precedentes de la SCJBA, que no hubo error de diagnóstico pues no hubo negligencia o impericia imputable al médico, toda vez que se diagnosticó epidídimitis aguda, conforme a la información proveniente de la ecografía realizada. Por ello, entiende que no puede responsabilizarse al Dr. Satulovsky por la extirpación del testículo ocurrida un mes después que el galeno lo atendiera.Ofrece prueba y peticiona.4.- El 18.4.07 se presentó el Dr. José Andrés Aguirrezabala en representación de la municipalidad demandada y contestó demanda.Señala que el 28.8.06, a las 16:00 hs., Barrera concurrió a la guardia del Hospital de Carlos Casares siendo atendido por la Dra. Barragán, cuya primera impresión fue torsión testicular. Ordenó una ecografía y le suministró analgésicos antitérmicos. La ecografía se realizó el mismo día e indicó tamaño y eco respuesta conservada de ambos testículos y aumento del tamaño de cola de epidídimo derecho, de eco respuesta heterogénea compatible con epidídimitis aguda.Señala que el paciente fue tratado por el Dr. Satulovsky que se encontraba prestando tareas en el nosocomio, quien adoptó en función 4 del diagnóstico por imágenes un tratamiento convencional suministrando antibióticos primero y luego antiinflamatorios --noroxin y diclofenac--.Manifiesta que el diagnóstico de ingreso realizado por la Dra. Barragán, conforme la práctica médica es un diagnóstico de máxima, para luego ir descartando hacia los diagnósticos menos trascendentes como en definitiva resultó.Resalta que el paciente ingresó con dolor agudo y luego del tratamiento evolucionó favorablemente pasando la noche sin dolor, hasta que al día siguiente fue dado de alta, siendo citado para una nueva consulta al consultorio del Dr. Satulovsky para el 30.8.04. En esa fecha se corroboró la buena evolución y se le prescribió antibióticos por siete días y control pero el paciente no concurrió.Señala que en demanda se indicó que al menor se le realizaron al menos dos diagnósticos más en la ciudad de Junín, pero ninguno de los facultativos decidió la intervención quirúrgica, motivo por el cual entiende que el diagnóstico de Satulovsky fue correcto.Refiere que el 30.9.04 el joven B. fue sometido a operación y que el galeno interviniente dejó sentado que se trataba de un paciente de 17 años de edad que hace veinte días presenta dolor testicular agudo, es decir, desde el 10.9.04, fecha distinta a las dolencias por las que interviniera el Dr. Satulovsky. Señala que no aparece acreditada la negligencia del médico, ni el nexo causal entre el tratamiento médico y las secuelas que alega. En síntesis, entiende que el accionar médico se ajustó a los criterios de la ciencia, los diagnósticos realizados fueron correctos y tempranos y los tratamientos adecuados, ello sin perjuicio de los reproches que le caben al actor: consulta tardía tras cinco horas, no concurrencia al control de la evolución una vez dado de alta, omisiones en cuanto a la concurrencia a otros centros asistenciales.- 5 Impugna los daños reclamados, peticiona la aplicación de las leyes 24.307, 24.432 y dto. 1831/92 respecto de los honorarios y las costas, solicita se intime a la actora a que agregue las constancias médicas de la atención en los centros asistenciales de Junín y Casares, ofrece prueba, funda en derecho y peticiona.5.- El 24.8.07 tomó intervención la Asesora de Menores e Incapaces, Dr. Ana María Hernández Gómez.6.- El 7.9.07 se realizó la audiencia prevista por el artículo 41 del CCA.De la prueba ordenada se produjo la siguiente: i) ante la intimación formulada a fs. 139 vta., la actora manifestó que no tiene en su poder documentación relacionada con la consulta efectuada en la ciudad de Junín --fs. 140--; ii) se recibió del Juzgado en lo Civil y Comercial Nº 2 los autos "B., M. A. s/ Diligencia preliminar"; iii) a fs. 156/158 obra estudios ecográficos de B. realizados el 9.9.04 y 29.9.04 por el Dr. Edgardo Aronskind; iv) a fs. 161/179 obra fotocopia certificada de la HC de M. B.; v) a fs. 188 obra informe de la Sociedad Argentina de Pediatría; vi) a fs. 212 obra informe de la Asociación Argentina de Cirugía; vii) a fs. 216/217 obra informe de la Sociedad Argentina de Urología; viii) a fs. 226/228 obra pericia sicológica de M. D. B.; ix) a fs. 238 absolvió posiciones M. A. B. y a fs. 241 absolvió L. A. A.; x) a fs. 336/338 obra dictamen de la perito médica Ana María Amato y a fs. 352 obran respuestas a las explicaciones solicitadas por las partes.7.- El 22.3.12 se pusieron autos para alegar.Agregados los alegatos, se ordenó vista a la Asesora de Menores e Incapaces.El 1.6.12 se dispuso el cese de la intervención de la Asesora de Menores e Incapaces ya que M. D. B. alcanzó la mayoría de edad (ver presentación por derecho propio en el alegato de fs. 379 y ss).- 6 Firme los autos para sentencia, la causa se encuentra para resolver.CONSIDERANDO 1.- Responsabilidad del Estado Los servicios a cargo del Estado deben prestarse en condiciones adecuadas para cumplir el fin para el que han sido establecido, debiendo afrontarse las consecuencias de su incumplimiento o ejecución irregular (cfme., CSJN, Fallos 306:2030; 312:1656; 315:1892, 1902; 316:2136; 320:266; 325:1277; 328:4175; 329:3065; SCJBA; act. 86949, "Blasco", del 8.9.04; act. 77960, "Monteagudo", del 14.6.06; act. 85518, "Sendra", del 18.4.07). La falta de servicio por acción o por omisión del Estado --art. 1112 CC-- implica una responsabilidad extracontractual (CSJN, Fallos 306:2030; SCJBA; Ac 83161, "Barbosa", del 9.12.04). El Estado responde de modo principal y directo por los daños imputables a la actividad de sus órganos, funcionarios o agentes realizada en ejercicio de la función pública encomendada (CSJN, Fallos 312:1656; 317:1921; 318:193; 321:1124; 330:2748; SCJBA, act. 88940, "Chávez", del 18.5.05; act. 94457, "García", del 3.5.06). La prestación defectuosa o irregular del servicio de salud en el hospital público genera responsabilidad del Estado (cfme., CSJN, Fallos 306:2030; 307:821; 312:343; 315:1892; 317:1921; 322:1393). Para su procedencia, debe acreditarse: a) la ejecución irregular de un servicio imputable al Estado, b) la existencia de un daño cierto, y c) la relación de causalidad directa entre la conducta estatal y el daño cuya reparación se pretende (cfme., CSJN, Fallos 328:2546). In re "Schaumn de Scaiola" la CSJN sostuvo: "...en efecto, tal como lo ha decidido este Tribunal en reiteradas ocasiones, quien contrae la obligación de prestar un servicio -en este caso, de asistencia a la 7 salud- lo debe hacer en condiciones adecuadas para cumplir el fin en función del cual ha sido establecido y es responsable de los perjuicios que causare su incumplimiento o su ejecución irregular (Fallos: 306:2030; 307:821; 312: 343; 315:1892 y317:1921). Ello pone en juego la responsabilidad extracontractual del Estado, que se compromete en forma directa, ya que la actividad de sus órganos realizada para el desenvolvimiento de sus fines ha de ser considerada propia de aquél, que debe responder de modo principal y directo por las consecuencias dañosas que son causadas por su actividad (Fallos: 306: 2030 y 317:1921, ya citados)." (Fallos 322:1393; SCJBA; Ac 88940, "Chavez", del 18.5.05; Ac 94457, "García" del 3.5.06; C 97827, "L.C.", del 9.6.10).2.- Delimitación del factor de atribución de responsabilidad Los actores imputan una falta de servicio atribuible al Hospital Municipal, originada en la impericia y negligencia del médico actuante, situación que, según sostienen, produjo la perdida del testículo derecho de M. D. B. (ver fs. 29 vta.). Por lo tanto corresponde analizar la conducta del profesional actuante, pues es la errónea atención del médico el factor de atribución por el cual se pretende responsabilizar al municipio y al galeno interviniente (cfme., SCBA, act. 79822, "Martínez", del 26.9.07).Se encuentra probado que M. D. B. ingresó al Hospital Municipal de Carlos Casares el 28.8.04, aproximadamente a las 16:00 hs., con dolor testicular agudo sin traumatismo previo, siendo atendido por la Dra. Barragán, quien diagnosticó torsión testicular y ordenó la realización de una ecografía. El estudio fue realizado por el Dr. Aronskind, cuyo resultado fue aumento de tamaño de epidídimo derecho compatible con epidídimitis aguda. El paciente pasó a ser atendido por el Dr. Ricardo Satulovsky quien diagnosticó epididimitis aguda 8 y ordenó tratamiento con antiinflamatorios, reposo y hielo (cfme. demanda --fs. 47/47--, contestación de demanda de Satulovsky --fs. 77 y ss-- y de la Municipalidad de Carlos Casares --fs. 115 y ss--, HC de fs. 161/179; art. 384 y cc del CPCC).El día 29.8.04 a las 19:00 se le dio el alta --ver HC, fs. 172/173--, y se lo citó para el día siguiente. Las partes son contestes que al concurrir al consultorio, el Dr. Satulovsky lo revisó y le indicó que continúe con el tratamiento, en reposo y con aplicación de hielo y lo citó para una nueva revisión el 2.9.04. B. no concurrió y realizó interconsulta con profesionales de la ciudad de Junín. Finalmente el 30.9.04 fue intervenido quirúrgicamente, procediéndose a la extracción del testículo derecho, cuya biopsia arrojó, "testículo y epidídimo con área de necrosis, hemorragia y hematoma intraparenquimatoso" (cfme. dda. y contestaciones cits., HC --fs. 179--).En función de los hechos probados y relatados precedentemente, a Satulovsky se le imputa error de diagnóstico y omisión en practicar una operación de urgencia, pues según el actor no detectó a tiempo la torsión testicular que trajo como consecuencia la posterior ablación del órgano. La responsabilidad al municipio se imputa debido a que la atención del paciente se efectuó en el Hospital Municipal, mediante un agente encargado de la prestación del servicio --médico demandado de guardia, hecho reconocido en la causa-- (cfme., contestación de demanda de ambos codemandados).3.- Responsabilidad médica La obligación del médico en relación a su deber de prestación de hacer es de medios, o sea de prudencia y diligencia, debiendo proporcionar al enfermo todos los cuidados que conforme a los conocimientos y a la práctica del arte de curar y a las circunstancias de persona, tiempo y lugar (art. 512 CC), son conducentes a su curación, 9 aunque no puede ni debe asegurar ese resultado --cfme. CSJN Fallos, 327:3925; SCJBA, act 91215, "Urquiza" del 5.4.06; act. 96833, "Macías"; del 13.2.08; Feliz A. Trigo Represas - Marcelo J. López Mesa, Tratado de la responsabilidad civil, Ed. La Ley, T. II, pág. 347--. El médico que omite las diligencias correspondientes a la naturaleza de la prestación asistencial, ya sea por impericia, imprudencia o negligencia, falta a su obligación y se coloca en la posición de deudor culpable (cfme., SCJBA, act. 44440, "Pérez", del 22.12.92; act. 56949, "Linares", del 9.4.96; act. 71581, "Carrillo", del 8.3.00; act. 76152, "March Tous", del 17.3.03; act. 92771, "Alcaraz", del 8.3.07; act. 94325, "Romero", del 13.2.08; act. 98936, "Ceija", del 10.9.08, entre otros).Para determinar la culpa del médico demandado, se requiere analizar su actuación acorde a las circunstancias de persona, tiempo y lugar en que realizó su intervención profesional --art. 512 del CC--, teniendo en cuenta que su obligación es realizar sus buenos oficios profesionales, con toda la diligencia y esmero (cfme., SCJBA, act. 91.215 "Urquiza" del 5.4.06).En el caso se produjo pericia médica --ver fs. 336/338 y la ampliación de fs. 352--, que permite analizar la conducta del demandado.Al respecto, luego de un largo trámite procesal en procura de un perito oficial (i.e. se requirió especialista en urología, diagnóstico por imágenes y patología en el marco del art. 42 del Ac. 2728/96 de la SCJBA, siendo designados 6 profesionales --fs. 186, fs. 252, fs. 261, fs. 268; fs. 277-- sin que ninguno haya aceptado el cargo--) se requirió a las partes que propongan peritos en la materia --fs. 280--.Los actores propusieron a la perito Ana María Amato --fs. 283-- y la Municipalidad de Carlos Casares a Guillermo Moro. El médico demandado no propuso perito. Designados los peritos mencionados --fs. 10 293--, la pericia fue practicada solo por la perito Amato, toda vez que el municipio no denunció el domicilio del perito propuesto a fin de notificarlo para que acepte el cargo, pese a los sucesivos requerimientos --fs. 301 y 306--.Por todo ello, el pedido de designación de un nuevo perito formulado por la municipalidad en su alegato, se torna improcedente por cuanto: i) ante la falta de perito oficial, el municipio propuso su perito; ii) no notificó su designación --fs. 301 y 306--; y iii) no cuestionó lo resuelto a fs. 311, ni recusó o cuestionó, la competencia de la perito designada -arts. 460 a 464 y cc, CPCC--. Es decir la cuestión se encuentra precluida --cfme., arts. 36 inc. 1°, 150, 155, 170, y cc CPCC, art. 77 CCA--. Atento la índole de la materia, la pericia aporta conocimientos técnicos especializados respecto de los hechos controvertidos del proceso (doct. art. 457 del CPCC), que permiten formar una convicción sobre la responsabilidad imputada --cfme. arts. 384 y 474 del CPCC--.La circunstancia que las pericias no resulten vinculantes para el juez, no significa que pueda apartarse de sus conclusiones arbitrariamente, pues en todo supuesto la desestimación debe ser razonable y científicamente fundada --SCJBA; Ac 41770, "Tapia", del 20.11.91; Ac 55627, "Jiménez", del 9.8.94; Ac 51999, "Cura", del 20.2.96; Ac 55555, "Olguín", del 1.10.96; Ac 58966, "Albarracín, del 15.7.97; Ac 82488, "V. W." del 3.8.05; C 98060, "R. C." del 5.11.08, entre otros-- apoyada en otros elementos de la causa que generen igual o mayor convicción.La pericia médica obrante en autos --fs. 336/338 y ampliación de fs. 352--, sostiene: i) la epidídimitis aguda --diagnóstico de Satulovsky-- se trata con reposo, hielo, antiinflamatorios y antibióticos; la torsión testicular es de tratamiento quirúrgico --fs. 338--; 11 ii) para diferenciar ambas patologías, se debe realizar un doppler color --fs. 336-- no siendo suficiente la ecografía por cuanto el doppler color es el que revela la existencia o no de flujo sanguíneo testicular; por ello, la ecografía no resulta confiable para descartar la torsión testicular; iii) ante un paciente que ingresa con dolor testicular agudo, sin fiebre, ni antecedentes de infección urinaria y sin contar con imágenes a través de un doppler color, de ninguna manera se debe descartar una torsión testicular; iv) según las constancias de la historia clínica, B. fue tratado en tiempo útil, por cuanto si se realiza la cirugía dentro de las 6 horas de comenzado el cuadro se puede salvar el testículo; v) de acuerdo a la biopsia, la pérdida del órgano fue la falta de flujo sanguíneo que se produce en una torsión testicular; v) a M. B. se el extirpó el testículo derecho (daño); y, v) finalmente, la perito es contundente en su dictamen; la torsión testicular debió haber sido el diagnóstico inicial. Una epididimitis aguda no es causa de torsión testicular (arts. 384, 474 y cc del CPCC). Ello así, se encuentra probado la relación de causalidad entre el daño sufrido y el error de diagnóstico inicial y la consiguiente omisión de la intervención quirúrgica.Ante el traslado de la primer pericia, el codemandado Satulosvky no cuestionó lo dictaminado. Solamente solicitó a la experta que indique, si en Carlos Casares, o en que lugar de la zona, se podía realizar un doppler color .En materia de responsabilidad médica es prioritario realizar el análisis en el tiempo de acaecimiento de los hechos y no en un tiempo posterior, cuando la situación del paciente ya está definida (cfme. Elena I. Highton, Prueba del Daño por Mala Praxis Médica, en Responsabilidad Profesional de los Médicos, Coordinador Oscar E. Garay; La Ley; 2003, 12 pág. 935 y ss).El 28.8.04 Satulosvky --cirujano de guardia-- se encontraba ante un paciente que ingresaba con dolor testicular agudo sin traumatismo, con un primer diagnóstico de torsión testicular dado por la médica que lo recibe en la guardia del Hospital --Dra. Barragán--, con una ecografía que observa aumento de tamaño de cola del epidídimo derecho compatible con epidídimitis aguda, y sin la posibilidad de realizar un doppler color.La perito dictaminó que ante el cuadro que presentaba B. a su ingreso al Hospital como surge de la HC, no se puede descartar la torsión testicular, que la ecografía por sí sola no resulta confiable y que ante la caso de duda --no solo de patología sino contemplando su evolución; fs. 352, tercera respuesta-- se impone la exploración quirúrgica.Conforme lo expuso la perito, si bien, es difícil diferenciar cuadros de inflamación testicular de uno de torsión testicular, al carecer la ecografía de resultados confiables y no existir la posibilidad -instrumental idóneo-- para diferenciar la torsión testicular de la epidídimitis aguda, en mérito a la descripción del cuadro del paciente, debió mantener --en atención a un deber de prudencia-- el diagnostico de la primera profesional tratante Dra. Barragan, i.e., "torsión testicular" -ver fs. 171--.Reitero, de acuerdo a la patología que presentaba B. y los elementos que contaba --ecografía-- y previo diagnostico de torsión testicular --i.e., una urgencia médica--, realizado por otro médico, Satulovsky no debió descartar la torsión testicular, y ante la duda se imponía la exploración quirúrgica.Adviértase que "...la torsión testicular se presenta como una urgencia médica dado que a partir de las cuatro horas de iniciada la 13 torsión puede haber daño irreversible del testículo." --ver fs. 216/217, contestación de oficio de la Sociedad Argentina de Urología, Dr. Claudio Terradas--. Al demandado le era exigible el cumplimiento de los principios y técnicas de su disciplina, ello por cuanto de tratarse de una torsión testicular --urgencia médica-- la única solución posible para salvar el órgano era la cirugía.- (cfme., pericia y oficio de la Sociedad Argentina de Urología, Dr. Claudio Terradas).A tenor de lo hasta aquí expuesto queda demostrado que la conducta del médico interviniente fue negligente. La perito dictaminó que la torsión testicular debió haber sido el diagnóstico inicial y debió procederse en consecuencia, es decir, haber realizado la exploración quirúrgica.Por lo tanto entiendo que se encuentra acreditada la existencia de un error en el tratamiento del paciente --art. 512, 902 CC--, y la conexión causal adecuada entre esa acción u omisión y la "pérdida de chance de conservación del órgano", atento la oportunidad de éxito que hubiera tenido el paciente en el caso de haber sido correctamente tratado.Reitero, ante la patología que presentaba B., descripta en la HC, y la ecografía que había ordenado la médica que lo atendió en primer término --i.e. diagnosticó torsión testicular--, Satulovsky no debió descartar que estuviera en presencia de una torsión testicular como hizo, y quedarse con el diagnóstico de epidídimitis aguda, atendiendo al resultado de una ecografía, que, conforme la pericia médica, no es un medio idóneo para diagnosticar el evento.Por otro lado, y conforme las constancias de la historia clínica -ver fs. 174, que coincide con lo expuesto por el actor--, el Dr. Satulovsky, atendió al paciente a las 20:00 hrs., cuando el ingreso al nosocomio de B. se efectuó --también según la HC-- a las 16:00 hrs., y frente al 14 diagnóstico de una urgencia médica --torsión testicular-- efectuado por la Dra. Barragan, se requería la inmediata presencia del cirujano se guardia.- Es decir, no se ha dado ninguna explicación, que justifique la demora de cuatro horas, frente a un diagnóstico urgente, en la atención al paciente por parte del cirujano de guardia.Cabe destacar, que para que funcione la responsabilidad médica basta acreditar la impericia profesional y que medie una relación de causalidad entre tal conducta y el daño producido, circunstancias que, tal como ya se señaló, ha acontecido en el presente caso (CSJN; Fallos: 322:1393).No es óbice que a B. lo atendieran otros galenos y que la operación fuera realizada por otro profesional, un mes después. Ello es así, pues, reitero, la experta dictaminó que el diagnóstico inicial debió haber sido torsión testicular y aun en caso de duda se imponía la intervención quirúrgica. Teniendo presente la patología descripta y su forma de tratamiento, la intervención del resto de los profesionales se da cuando el daño ya estaba producido.Ello así, la intervención de otros galenos no tienen incidencia en el nexo causal, pues según la pericia, el daño producido --ablación del órgano-- pudo haberse evitado si el diagnóstico inicial era el correcto, y efectuado la exploración quirúrgica que la patología ameritaba. Estando acreditada la culpa en el obrar del médico interviniente, y atendiendo al factor de atribución denunciado por el actor y que el profesional se encontraba de guardia al momento de la atención de B., cabe responsabilizar al municipio.Por ello, corresponde hacer lugar a la demanda.4.- Daños 4.1 Incapacidad sobreviniente Los actores reclaman el resarcimiento de la incapacidad que 15 presenta B. como consecuencia de la ablación del testículo derecho, situación probada en autos.En el presente caso, la incapacidad sobreviniente comprende tanto la disminución en la aptitud respecto de las posibilidades genéricas en la vida --i.e. deportiva, familiar--, y el menoscabo a la salud física de la persona --cfme. CNCiv., Sala C, "Valdez", LL 2000-D-872; CNCiv., Sala A, "Escalante", LL 2001-B-864--.Teniendo en cuenta la edad, la secuela de carácter permanente que implica la ablación de un órgano, la falta de acreditación del tipo de actividades no solo físicas sino laborales, las consideraciones médico legales y conclusiones de las pericias realizadas y en función del grado de incapacidad producido por la ablación --orquiectomía-- del testículo derecho --0 - 5% orquiectomía simple unilateral según las normas para evaluación del grado de invalidez, pág. 483; 25% según Baremo de Incapacidades Indemnizables; ambos en Rubinstein, S. J., Código de Tablas de incapacidades laborativas, pág. 129; Lexis Nexis, 4ª edición, Bs. As. 2005; de 10 a 20 % en Altube, Rinaldi, Baremo general para el Fuero Civil, pág. 291-- corresponde disponer una indemnización de pesos veinticinco mil --$ 25.000-- en concepto de incapacidad sobreviniente.4.2 Daño moral El actor reclama la suma de pesos treinta mil ($30.000), o lo que en más o en menos surja de la prueba producida.El daño moral repara las lesiones sufridas en los sentimientos que determinan una afectación espiritual y un agravio a la paz de la persona, independientes de toda repercusión patrimonial --cfme. arts.1078 y cc CC, arts. 5 y 11 CADH--.Cuando el reclamante sufrió lesiones, solamente se requiere la acreditación del hecho antijurídico para tener por demostrado la 16 existencia y extensión del daño moral que dimana de la incapacidad producida --i.e. prueba in re ipsa--, determinándose por el arbitrio judicial, en base a la consideración de los dolores sufridos, y las condiciones particulares del damnificado --cfme. SCBA, "Miguez" del 13.6.89, voto Dr. Rodríguez Villar; y "Marcote", del 8.8.07, voto Dr. Hitters; CNCiv., Sala K, "Corfield", del 20.12.04, LL 2005-B-473--.El reclamo es procedente en atención a la lesión en los sentimientos que produjo la ablación del órgano en el reclamante (ver pericia psicológica; art. 474 del CPCC).Por ello, en atención a las circunstancias del caso --i.e. edad de B., sufrimientos ante las secuelas de carácter permanente, y los temores naturales que surgen ante una intervención quirúrgica y ante la ablación de un órgano--, considero procedente una suma indemnizatoria de pesos veinte mil --$ 20.000--.4.3 Daño psicológico Fundan el reclamo en que la ablación del órgano es causal de inevitable trauma psicológico, al producirle lesión en la psiquis del joven B..En la causa "Márquez Scalise" he seguido la doctrina de la SCJBA y de la CSJN respecto de la falta de admisibilidad del daño psicológico como daño conceptualmente autónomo."La SCJBA no le ha reconocido autonomía al daño sicológico, al sostener que si bien en el plano de las ideas no se puede dudar de la autonomía conceptual que poseen las lesiones a la psiquis, cabe desechar en principio, por inconveniente, que a los fines indemnizatorios este daño constituya un "tertium genus", que deba resarcirse en forma autónoma, particularizada e independiente del daño patrimonial, por que tal práctica puede llevar a una injusta e inadmisible doble indemnización (cfme. SCJBA, Ac - 77461, "González, José Gregorio c/ Expreso Villa 17 Galicia San José S.R.L. s/ Daños y perjuicios", del 13.11.02; Ac - 81161, "Segovia, María Luisa c/ Roda, Julio Zacarías y otro" del 23.6.04; Ac 78851 "T.,S. c/ R.,R. s/ Daños y perjuicios" del 20.4.05; Ac - 90471, "K.,J. c/ P.,d. s/ Daños y perjuicios", del 24.5.06; C - 100299, "H.,S. c/ A.,C. s/ Daños y perjuicios", del 11.3.09).- La SCJBA en los casos citados precedentemente lo incluye dentro del campo del daño material. En igual sentido la CSJN, incluyendo el resarcimiento dentro del campo de la incapacidad siempre que la disminución en sus aptitudes psíquicas sea en forma permanente (Fallos 327:2722; 315:2834; 321:1124;322:1792).-" (cfme. éste Juzgado, causa "Márquez Scalise, María Evangelina y otro c/ Municipalidad de Trenque Lauquen s/ Pretensión indemnizatoria", expte. nro. 2238, sent. del 29.11.11, Reg. 270 del LSD, T. III, pág. 514).Las doctrinas jurisprudenciales citadas le niegan autonomía conceptual al daño psicológico. Sin embargo, probada su existencia lo incluyen dentro de otros rubros: i.e. daño material, incapacidad.El perito psicólogo de la Asesoría Pericial Departamental ha dictaminado que el actor presenta una incapacidad de difícil superación sin tratamiento, motivo por el cual se hace necesario el tratamiento psicológico (ver pericia inobjetada de fs. 226/228; arts. 384 y 474 del CPCC).En función de ello, del grado de incapacidad parcial presentado por el actor, estimo justo indemnizar con la suma de pesos cinco mil ($5.000).5.- Monto más intereses A la suma que se ordena en concepto indemnizatorio, deberá adicionarse los intereses según la tasa que paga el Banco de la Provincia de Buenos Aires por sus operaciones de depósitos a treinta días (tasa pasiva) a computarse desde la fecha del hecho y hasta su 18 efectivo pago (SCJBA, Ac 40669; Toscano, Carlos c/ Municipalidad de General Pueyrredón; Giancaglini, José y Laberge S.A. y Torre de Giancaglini, Graciela s/ Indemnización de daños y perjuicios; Ac 45272; Ac 73594 entre otros) .En razón de lo expuesto, RESUELVO 1.- Hacer lugar a la pretensión indemnizatoria, condenándose a la Municipalidad de Carlos Casares y a Ricardo Andrés Satulovsky a pagar a M. D. B. la suma de pesos cincuenta mil --$50.000--, con más los intereses a la tasa pasiva del Banco de la Provincia de Buenos Aires en los depósitos a treinta días, desde la fecha en que se produjo el hecho ilícito y hasta el efectivo pago --cfme. SCJBA, Ac. 40.669, "Toscano", voto Dr. Cavagna Martínez; Ac. 45.272, "Barrios Baron", voto Dr. Laborde; Ac. 73.594, "Pereyra", voto Dr. Laborde; Ac. 78.556, "Rasetti", voto Dr. Soria--.El importe que resulte de la liquidación deberá pagarse conforme lo dispuesto en el art 163 CP, y 63 y ccs CCA.2.- Costas por su orden --art. 51 CCA--.3.- Diferir la regulación de honorarios para su oportunidad --art. 51 DL 8904--.Regístrese. Notifíquese. Pablo C. Germain Juez Contencioso Administrativo 19