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REPÚBLICA ARGENTINA
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN
REUNIÓN PLENARIA DE LAS COMISIONES DE COPARTICIPACIÓN
FEDERAL DE IMPUESTOS Y DE PRESUPUESTO Y HACIENDA
Salón “Illia” – H. Senado de la Nación
13 de abril de 2010
13/04/2010
Reunión plenaria de las comisiones de Coparticipación Federal
de Impuestos y de Presupuesto y Hacienda
— En el Salón Arturo Illia del H. Senado de la Nación, a las 17 y
09 del martes 13 de abril de 2010:
Sr. Presidente (Verna). — Vamos a dar inicio a la reunión plenaria de las comisiones
de Coparticipación Federal de Impuestos y de Presupuesto y Hacienda.
Consideraremos los expedientes que figuran en el temario del día de la fecha.
Sr. Presidente (Calcagno y Maillmann). — Vamos a tratar los expedientes vinculados
con el Fondo de Aportes del Tesoro Nacional a las Provincias (ATN).
Sr. Presidente (Verna). — Tiene la palabra el señor senador Fernández.
Sr. Fernández. — Como tengo la reunión de Asuntos Constitucionales en el salón
contiguo, le he pedido a los presidentes de las comisiones que me permitan hacer uso de
la palabra para realizar algunas reflexiones sobre este tema.
En primer lugar, considero que estamos en presencia de un proyecto de ley que,
en virtud de lo establecido por el artículo 75, inciso 2, de la Constitución establece un
cambio en la ley 23548. Entonces, considero que esta ley demanda para su tratamiento
unos pasos previos: la ley del Congreso de la Nación y la aprobación de las
legislaciones provinciales, porque en forma directa e indirecta están desnaturalizando el
espíritu de la ley de ATN, están alterando los destinos y, además, en forma directa están
estableciendo un esquema de distribución primaria y secundaria que, obviamente,
requiere, además de las voluntades en el proyecto de ley, algunos requisitos que, desde
mi óptica, no se cumplirían aquí.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que aquí estamos distribuyendo
anualmente los fondos, los ATN, y la concepción de la creación del fondo, frente a la
contingencia, es justamente la no distribución. Si distribuiríamos los fondos en forma
anual —liquidáramos todos los fondos de ATN—, nos encontraríamos concretamente
—si pensáramos, por ejemplo, en una contingencia tremenda como la que le tocó vivir a
nuestra vecina República de Chile— sin fondos acumulados para hacer frente a una
contingencia de esas características. Me parece que, de entrada, la distribución de los
fondos equivale a un concepto equidistante del que tuvo el legislador cuando esto se
sancionó.
Además, deseo señalar he escuchado argumentos —que no son malos— sobre
que se pretende con esto quitarle discrecionalidad. Cuando los criterios de distribución
tengan que ver con algún criterio de distribución, la discrecionalidad estará
absolutamente tridimensionada. Es decir, desde mi óptica, considero que la distribución
de fondos y la discrecionalidad son cuestiones que no han sido abordadas por el
proyecto. El ATN se compone por el 1 por ciento de la masa de coparticipación, el 2 por
ciento de las recaudaciones del Impuesto a las Ganancias, un fondo fijo y el 1 por ciento
del 90 por ciento de la recaudación del Impuesto a los Bienes Personales. Estos tres
argumentos nos indican que estamos frente a fondos que demandan la concurrencia de
las voluntades provinciales.
También, es necesario tener en cuenta otra cuestión referida a de quién son estos
fondos. Una cosa es que, efectivamente, por coparticipación puedan ser fondos de las
provincias y otra es si los podemos distribuir.
Planteo estas dudas. Incluso, sé que había una inquietud de ampliar el giro a la
Comisión de Asuntos Constitucionales. No sé si sería una buena vertiente porque el
tema de ir girando a distintas comisiones a lo mejor entorpecería su tratamiento. Pero sí
creo que estamos frente a un tema en donde indudablemente necesitaríamos como
mínimo la opinión de algunos constitucionalistas. De la misma manera que no creo que
haya que girar a distintas comisiones los diferentes proyectos porque el Reglamento
implica que se deben tratar en la cabecera de la comisión pertinente, el hecho de no
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contar, frente a estas observaciones o dudas que tengo sobre el particular, con la opinión
de constitucionalistas, me parece que le restaría por lo menos un viso de seriedad, que
creo que es el que le han querido dar los autores del mismo.
Les agradezco a los presidentes de las comisiones que me hayan permitido hacer
uso de la palabra en forma anticipada porque, reitero, tengo en el salón contiguo la
reunión de la Comisión de Asuntos Constitucionales. El señor senador Cabanchik, que
es el vicepresidente, está efectuando un férreo control sobre las horas en las que se
desarrollan las reuniones. Así que a los efectos de que no haga una nueva convocatoria
antirreglamentaria, me voy a ir a la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Sr. Presidente (Verna). — Antes de que se retire, le quiero manifestar lo siguiente: para
su tranquilidad, en el dictamen que estamos consensuando en la Comisión de
Coparticipación Federal de Impuestos hemos puesto en un artículo que para acceder a
los recursos previstos se exige la adhesión legislativa de las provincias y de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, tal cual figura en la discusión que se dio en el año 1994 en
la reforma de la Constitución, como sostuvieron —consta en el Acta— los
constituyentes Marín y Romero.
Además, le quiero decir que si esto no fuese constitucional —estamos
discutiendo 9.500 millones—, seguramente tampoco sería constitucional el artículo 76
de la ley 26078 del presupuesto de 2006, que prorrogó por la sola decisión del Poder
Ejecutivo, al cual algunas provincias adhirieron y otras no, los acuerdos federales. Esto
ha hecho que algunas provincias estén demandando a la Nación. Por lo tanto, esto no
sólo es constitucional, sino que además, en caso de que haya una emergencia en enero,
hemos separado lo que es el stock de lo que es el flujo. El stock se distribuye entre
aquellas provincias que no tienen deuda. Aquellas provincias que tienen deuda, que
están en el PAF concretamente, cancelan o armonizan con la Nación sus respectivos
compromisos. Se trata de aquellas provincias que no estamos adheridas al PAF y que,
por lo tanto, la vemos pasar, no nos dan plata. Entonces, lo que estamos planteando es
que el flujo se distribuya de la manera que verifica la ley 23548, pero al cabo de 60 días.
Quiere decir que el nuevo ejercicio presupuestario tendrá, por lo menos, los fondos de
dos meses para que ante cualquier emergencia el Poder Ejecutivo pueda concurrir.
Además, le va a quedar un saldo porque de los 9.500 millones lo que compensa no es
una obligación financiera, le queda siempre disponible al Ministerio del Interior para
poder recurrir a su uso en caso de emergencia.
Quédese tranquilo, señor senador, que está todo previsto.
Sr. Fernández. — Le agradezco su información.
Explíquele al señor senador Morales que deje de interpretar lo que tenemos que
hacer los que representamos al Frente para la Victoria, y si no que se venga
definitivamente para nuestro lado porque está hablando por nosotros.
Le agradezco la aclaración. Creo que su formación en materia presupuestaria nos
ha sacado muchas veces de la duda.
Sr. Presidente (Verna). — Antes no creía en mí…
Sr. Fernández. — Sigo creyendo en usted.
Me pareció que tenía que hacer la aclaración. Hay una duda que persiste referida
al tema del sistema de distribución.
No obstante, su aclaración me ha ayudado a releer la ley; lo cual no descarta la
posibilidad de invitar a un especialista en derecho constitucional para que sus
afirmaciones se vean plasmadas en la opinión de un jurista —si a usted no le
incomoda—.
Sr. Presidente (Verna). — Por supuesto que no.
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A continuación se dará lectura de la carta de los senadores del bloque del Frente
para la Victoria que participan de las comisiones de Presupuesto Hacienda y/o de
Coparticipación Federal de Impuestos.
— A continuación se da lectura por Secretaría de la carta de los
señores senadores del bloque del Frente para la Victoria.
Sr. Presidente (Verna). — La Comisión Federal de Impuestos fue citada el día jueves a
una reunión de asesores. Allí se debatió el tema e, incluso, se siguió debatiendo esta
mañana. Con lo cual creo que la observación está subsanada. Ha venido el nuevo
presidente de la Comisión Federal de Impuestos.
Sr. Presidente (Calcagno y Maillman). — ¿La CFI no vino a hablar del tema del 34 por
ciento? Eso es lo que tengo entendido que se habló en la reunión de asesores.
Sr. Presidente (Verna). — El jueves los asesores preguntaron sobre el tema de los
ATN.
Sr. Presidente (Calcagno y Maillman). — Tiene la palabra la señora senadora Riofrío.
Sra. Riofrío. — Cuando la gente de la Comisión Federal de Impuestos se presentó en la
Comisión fueron muy específicos y muy claros respecto de que, como ellos también son
un cuerpo, sus opiniones eran personales. Cuando se les solicitó la posibilidad de
enviarles una requisición o interpretación, ellos consensuaron con el grupo de asesores
presentes esta posibilidad; y es por eso que nosotros hoy la estamos concretando.
Sr. Presidente (Verna). — Lo que pasa, senadora, es que, en el caso de los Aportes del
Tesoro Nacional, ya hay dos resoluciones interpretativas de la Comisión Federal de
Impuestos: la 27 y la 34. O sea que le vamos a volver a preguntar sobre algo que ya se
expidieron.
Sra. Riofrío. — No, tenemos otras preguntas que hacerles, senador. Por supuesto que
está en su derecho de no compartir la opinión.
De todas maneras, nosotros vamos a hacer esta solicitud. Creemos que hay
fundadas razones legales, incluso por la propia expresión de la Comisión, que hacen
necesaria esta consulta. Estamos ante la modificación de una ley convenio y nosotros
creemos realmente que debemos tener la opinión de la Comisión, por resolución. Como
ellos son muy cuidadosos —para mi gusto demasiado—, cuando se presentan dicen que
sus opiniones sólo tienen validez por resolución. Entonces, pongámoslos en esa
situación: que contesten mediante instrumento y con la firma.
Sr. Presidente (Verna). — Yo les recuerdo a los señores senadores que son tan
cuidadosos que desde el año 2002 hasta la fecha han sacado una sola resolución; y hay
consultas que se han hecho desde este Cuerpo desde el año 1996 y todavía no fueron
respondidas. O sea que, evidentemente, son cuidadosos. Pero no podemos parar el
funcionamiento del Congreso.
Hay un contrasentido que uno no puede dejar pasar. Los ATN son aportes para
las provincias o jurisdicciones que tienen dificultades financieras. Hay once provincias
que han firmado acuerdo para el Programa de Asistencia Financiera y hay 9.500
millones que teóricamente son de las provincias y que podrían perfectamente compensar
esa deuda.
Creo que seguir esperando la resolución de quienes son tan cuidadosos hace que
queden descuidadas las finanzas de las provincias.
Sr. Presidente (Calcagno y Maillman). — Tiene la palabra el señor senador Sanz.
Sr. Sanz. — En el debate anterior, el oficialismo tuvo todo el derecho de instalar la
cuestión de fondo frente a la requisitoria nuestra de escuchar a algunos funcionarios.
Recuerdo, por ejemplo, la actitud del presidente de la Comisión de Presupuesto y
Hacienda, que dijo que no hacía falta escuchar a nadie y que el debate era un debate de
naturaleza política.
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Sr. Presidente (Calcagno y Maillman). — Yo no lo dije tan violentamente.
Sr. Sanz. — Veo que están todos susceptibles hoy. Usted me pide amor y seducción.
(Risas). Reformularé.
Frente a la postura nuestra de solicitar la invitación de algunos funcionarios,
usted dijo que no hacía falta, que ya habían sido escuchados, que ya se había producido
esa instancia y que teníamos que ir rápidamente a resolver, porque era una cuestión
teórica. Ahora estamos en los escenarios contrarios, pareciera. Estamos tan en
escenarios contrarios que nosotros ahora estamos totalmente de acuerdo con lo que
plantea el senador Verna.
Pero acá hay una cuestión política de fondo, que recién la ha rozado el senador
Verna. El senador Fernández plantea que hay una restricción legal o constitucional
porque con esta ley estaríamos violentando el uso de estos fondos, que fueron
originalmente destinados a solventar desequilibrios financieros de las provincias. Ahora,
la pregunta es qué está haciendo el gobierno nacional hoy con estos fondos, si no es,
precisamente, violentar de manera flagrante lo que es ese destino. ¿O alguno de los que
está presente desconoce que esos fondos, que deberían ser para superar desequilibrios
financieros de las provincias están siendo utilizados para superar desequilibrios
financieros de la Nación? ¿O alguien desconoce que el gobierno tiene firmado un
pagaré a 90 días, que vence en estos días –y no sé si venció ya–, que ha sido renovado
por otros 90 días por los 9 mil millones de pesos que están en la cuenta del Ministerio
del Interior? Claro, la resolución del gobierno nacional se cubre legalmente y no dice
que se toma financieramente de esos 9 mil millones que componen el fondo ATN
porque, evidentemente, allí estaría flagrante el delito, la violación a la ley. Lo que dice
la resolución es que se toma del Ministerio del Interior aquellos fondos excedentes que
existieran en su cartera. Oh, casualidad, los mismos fondos excedentes que hay en el
Ministerio del Interior coincide con el fondo de ATN. Porque, por otro lado, el
Ministerio del Interior –creo que es obvio para todos– no es un banco, no es una entidad
financiera que tenga recursos excedentes y le asignen dinero, que los conserva en una
caja y, cuando tiene excedente, lo puede tomar el Tesoro. Por el contrario, el Ministerio
del Interior, como la mayoría de los ministerios, es operativo y funciona en función de
las partidas que le van asignando y monetizando. Si hay 9 mil millones de excedente,
enseguida hay que ir a buscar dónde está y de dónde viene.
Le pido al oficialismo que, en aras de un principio de honestidad intelectual en
nuestros debates, indique qué se está haciendo hoy con ese dinero. ¿Se está haciendo lo
que manda la ley, que es asistir a provincias con desequilibrios financieros, o algo que
no manda la ley, que es asistir al gobierno nacional por desequilibrio financiero de éste?
Entonces, si se está haciendo esto, me parece que lo mejor sería reconocerlo.
Reconocerlo y, en todo caso, encontraríamos algún camino de solución.
Cosa más grave todavía: a las provincias que tienen desequilibrios financieros,
en vez de asistirlas, les debitan automáticamente los vencimientos de los pagos. Un caso
concreto es el de la provincia de Corrientes –no sé si habrá otra–, que fue una cuestión
emblemática en medio de todas estas discusiones que estamos teniendo en el Congreso
en estos meses. A dicha provincia se le descontaron 90 millones de pesos de un solo
saque para hacer frente a vencimientos que tiene con el gobierno nacional. Entonces, ¿a
la provincia de Corrientes se le descuenta 90 millones de pesos, no se le otorga ningún
desequilibrio de lo que la ley manda, hay 9 mil millones de pesos y, con ese dinero, se
nutren las arcas del Tesoro Nacional por desequilibrio de la Nación? Que alguien me
explique semejante desfasaje y desnaturalización de los propósitos legales.
Por lo tanto, si el señor senador Fernández, en nombre del oficialismo, pone
como excusa una cuestión legal, que venga alguien del Poder Ejecutivo a explicarme
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cuál es el concepto legal que tienen de esta utilización del pagaré cada 90 días por 9 mil
millones de pesos. Entonces, creo que, con más razón, todos los argumentos expresados
por el señor senador Verna y las explicaciones que han dado los integrantes de la
Comisión Federal de Impuestos, cierran de alguna manera este círculo y permiten que
nosotros podamos avanzar en algo que, inclusive, no es discrecional, caprichoso ni tiene
algún sentido de intencionalidad en favor de uno u otro. Simplemente, queremos que lo
que hoy no se distribuye, porque no se tiene ganas de distribuir o porque hay otra
intencionalidad, se distribuya equitativamente, en base a los índices de coparticipación,
sea para cancelar deuda entre la Nación y provincias. Ni siquiera es para que entren a
las arcas del gobierno provincial y que alguien pueda sospechar que alguno se pueda
beneficiar para hacer más obras públicas o lo que fuere. Es para cancelar deuda, para
aquellas que están endeudadas.
Así que yo estoy acá para defender este proyecto y la idea en general. Esta idea
no es nueva, porque viene desde hace un montón de tiempo. El diputado Jorge Sarghini
hace tres años, en 2007, presentó el primer proyecto en el Congreso de la Nación. Dicho
proyecto después fue copiado bien en el Senado, con la anuencia del propio diputado
Sarghini. Por lo tanto, me parece que hoy es un momento propicio para avanzar en este
tema. Nosotros prestaremos absoluto apoyo al avance de esta propuesta.
Sr. Presidente. – Es cierto que usted es muy seductor, salvo cuando se enoja. Entonces,
creo que es bueno no enojarse.
Cuando usted menciona las cuestiones de honestidad intelectual, le adjuntaría a
eso también la buena fe. Y creo que honestidad intelectual y buena fe, tenemos todos los
que estamos aquí. De lo contrario, sería absolutamente imposible funcionar, discutir y
debatir. Creo que hay cuestiones que van de suyo. Por más que uno tenga opiniones
distintas, tengo que pensar que la otra persona actúa en aras del bien común o, a lo
sumo, como él lo ve.
Una pregunta que quiero dejar es: ¿los proyectos no cambian la finalidad del
fondo por el que fue creado para atender situaciones de emergencia y desequilibrios?
¿No hay un cambio de finalidad? Es una pregunta hecha desde la buena fe.
Tiene la palabra la señora senadora Riofrío.
Sra. Riofrío. – En realidad, prácticamente en el mismo sentido que el senador
Calcagno, creo que cuando se planteó la posición del bloque no hemos discutido el
fondo del proyecto, la justicia probable de la idea y del objetivo del mismo. Nosotros
estamos planteando una cuestión en la que a veces el radicalismo hace bandera: la
forma. Creemos que la formalidad que establece este proyecto no es la correcta.
Estaríamos faltando a la forma establecida constitucional y legalmente, que es el
acuerdo de los gobernadores con el presidente, luego el Congreso y, finalmente, la
adhesión de las legislaturas. Nosotros estamos planteando una cuestión de forma; no
hemos entrado en el análisis puntual de la justicia o injusticia del planteo del proyecto.
El incumplimiento de las normas del vecino, no me habilita a incumplirlas. Es
decir que en el supuesto caso de que fuese verdad lo que el senador Sanz está
planteando, creo que nosotros no estamos habilitados por ello a modificar o ir en contra
de una cosa que resulta obvia a todas luces, como es el cambio del destino de este
fondo.
Sr. Verna. – ¿Me permite la palabra, señor senador?
Sr. Presidente. – Sí.
Sr. Verna. – En cuanto a discutir lo de forma, si pudiésemos conciliar con los
senadores del Frente para la Victoria que esto es una cuestión de forma y se respetase lo
que teóricamente dice la Constitución –yo creo que no es eso, pero habría que
preguntarle al señor senador Romero, que es uno de los que informó este tema–, no
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sería válido el artículo 76 de la Ley 26078 del presupuesto de 2006, y nos tendrían que
devolver a las provincias el 15 por ciento que le hemos destinado a la ANSeS desde
entonces.
La verdad es que, si me devuelven el 15 por ciento, arreglo hoy, me dan la plata
y le damos los ATN. Pero hoy firmo. Porque tampoco entonces hubo un acuerdo
expreso de los gobernadores entre sí, de éstos con el gobierno y después con las
legislaturas. Es más, hay provincias que no lo aceptaron con las legislaturas –como es el
caso de San Luis– y están demandando. Y es exactamente la misma posición. Si fue
válido entonces, es válido ahora. Si no es válido ahora, no fue válido entonces, y es muy
bueno que nos den el 15 por ciento que nos han retenido.
Sr. Presidente. – Tiene la palabra el señor senador Roldán.
Sr. Roldán. — Este tema es uno de los tantos que tienen que ver con si hacemos alguna
vez realidad al federalismo en la República Argentina. En este caso, siempre
encontramos esta cuestión de puja de intereses entre el gobierno federal y las provincias,
cosa que sinceramente es un contrasentido, y no tendría que ser así. Porque somos parte
de la Nación Argentina.
En relación al tema que hoy nos toca analizar, creo que no merece ni siquiera un
debate. Lo digo con todo respeto. La ley es muy clara, dice que el uno por ciento de la
masa de coparticipación tiene que tener un destino. Acá se dijo que por ahí tenemos que
revisar la cuestión de que, si se coparticipa —como dice este proyecto de ley—,
estaríamos cambiando el destino. ¿Pero qué ocurre hoy? Creo que ni siquiera le dan
destino, porque esta plata es para las provincias y no llega a las éstas, sino que la retiene
la Nación. Pero de alguna manera son honestos, porque dicen “pagaré”. En algún
momento, seguramente esto se hará realidad.
Creo que este proyecto de ley es una suerte de ejecución, ya que existe un pagaré
que van a hacer las provincias a la Nación en cuestión de que ha retenido ilegalmente y
arbitrariamente 9.500 millones de pesos que le corresponden y le hubieran
correspondido en su oportunidad, y año a año se le tendrían que haber enviado, a las
provincias. Porque tampoco es desconocido para cualquiera de nosotros la realidad
financiera, no de ahora, sino desde siempre, de las provincias, que —como acá también
se dijo— vienen de hace muchísimo tiempo financiando a la Nación.
No se cumple con el 34 por ciento de lo que establece como piso mínimo, y
ratificado por la Constitución Nacional en cuestión de la ley de coparticipación. Se le
retiene el 15 por ciento en función de la emergencia previsional, y resulta que hoy
cualquier funcionario del Ministerio de Economía, y en específico de la ANSeS, habla
de superávit fiscal; financian obras públicas, etcétera y a las provincias le siguen
reteniendo el 15 por ciento.
Esto no es una cuestión solamente de opinión, sino que las provincias en un
número significativo están realizando acciones judiciales ante la Corte Suprema, como
tribunal originario y exclusivo en cuestiones que se plantean entre estados donde se
reclaman estas cosas.
Creo que nosotros somos los representantes de las provincias, tenemos
contactos, sabemos de esta realidad, y como se dijo acá: no tenemos que judicializar la
política y, en este caso, las cuestiones institucionales. Tenemos que ser nosotros, de una
vez por todas, el Senado de la Nación, el que tenga que venir a poner las cosas en su
lugar, y el que tenga que hacer justicia, no con las provincias como una cuestión
abstracta, sino con los argentinos que viven en las provincias. Porque cuando se retraen
dineros públicos a las provincias, se le está negando a los argentinos un mejor estándar
de vida, un mejor confort, una mejor educación y una mejor salud. De esto se trata.
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No me voy a cansar de decir que esta cuestión de Nación—Provincia, no es de
Nación—Provincia, sino que tenemos que llegar con los recursos a los argentinos que
viven en las provincias. En este caso, es dinero que le corresponde a las provincias y es
obligación nuestra devolvérselos.
Sr. Presidente (Calcagno). — Tiene la palabra el señor senador Nikisch.
Sr. Nikisch. — Creo que, más allá del posicionamiento con respecto a la legalidad o no,
acá hay una cuestión de fondo que hay que discutir y es la situación de las provincias.
Haber logrado con esta discusión, después de más de seis años, de la posible
distribución del impuesto a la ley del cheque y que otros proyectos puedan ser debatidos
en comisión y llevados al recinto, más allá del resultado, es una vieja y larga pelea de
las provincias.
Cuando sabíamos que no teníamos el número suficiente para tener ocho firmas
en las comisiones y que esta leyes sean tratadas, por ejemplo, poníamos que las
acreencias que tienen las provincias, sean acreditadas a partir del 1° de enero del año
2012. De manera de darle una alternativa al oficialismo para acompañar la solución.
Pero fue tal la negativa, que ni siquiera esas posibilidades se nos dieron a las provincias
para resolver nuestros problemas.
Entonces, no es una cuestión descolgada que nosotros estamos planteando hoy.
Para los que hemos estado al frente de municipios y de provincias, sabemos la difícil
carga que es gobernar con deudas. Bien decía acá el senador Roldán, no es solamente
que uno quiere resolver el problema de la caja de la provincia y, si estos fondos se
coparticipan, las cajas municipales, porque en definitiva quienes son beneficiarios de
estos recursos son los provincianos. Hoy, por ejemplo, nuestra provincia tiene serias
dificultades en algunos servicios que presta al Estado. La provincia del Chaco, durante
seis años —y hablo de los cuatro años en que fui gobernador, hasta 2007, y los dos años
de la actual gestión— hemos pagado religiosamente los intereses. Hemos pagado el 100
por ciento de los intereses de los vencimientos de la deuda, refinanciado el 65 por ciento
del capital promedio y pagado el 35 por ciento de los vencimientos de capital.
Una provincia como la nuestra, del Norte argentino, con índices sociales que nos
duelen, que generalmente son públicos a nivel nacional. Entonces, la pregunta es: ¿no es
conveniente que estos recursos que tiene la Nación vayan a nuestras provincias para
resolver los problemas de la caja de la provincias? En definitiva, es resolver la situación
de cientos y miles de chaqueños, en el caso de nuestra provincia.
Entonces, lo que estamos planteando es resolver una cuestión no menor.
Nosotros tenemos vencimientos importantes de capital e intereses este año, cerca de 700
millones de pesos. ¿Es posible que en la situación actual una provincia como la nuestra
haga frente a estos vencimientos de capital e intereses sin perjudicar la situación de cada
uno de los chaqueños? Es imposible. ¿De qué le sirve al Gobierno Nacional 9.500
millones de pesos depositados en una cuenta del Banco Nación cuando hay problemas
de muchos argentinos?
Lo que planteamos es muy simple: que acá se pueda discutir si cambiamos el
orden o el destino de los fondos. ¿Pero no es una emergencia la situación actual de las
provincias? Acá se mencionó a Corrientes, yo digo la provincia del Chaco. Estamos en
emergencia y de alguna u otra manera queremos ayudar a resolver la situación. Si este
fondo fue creado para atender a las emergencias de las provincias, ¿por qué no
utilizarlos?
Entonces, planteamos concretamente que esto se redistribuya y que llegue a las
provincias. Si corresponde ser coparticipado, que sea coparticipado. Pero como
decíamos acá: ¿de qué manera podemos acompañar sin desequilibrar las cuentas del
Gobierno Nacional? Que la plata no llegue a las provincias, que sea utilizado para
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cancelar los vencimientos de capital y de interés que tenemos en este año 2010 y en
2011 y así sucesivamente. Estamos planteando concretamente resolver los problemas de
la mejor manera posible. Es decir, desde la oposición hemos intentado buscar caminos
alternativos que no perjudiquen a la Nación y beneficien a las provincias.
Entonces, lo que estamos planteando concretamente es el acompañamiento de la
totalidad de los senadores. Las provincias que no están endeudadas, lógicamente que se
beneficiarán porque tendrán mayores recursos. Pero, en el fondo, hay once provincias
como Buenos Aires, Formosa, Chaco, Jujuy, Corrientes, Misiones, etcétera, con serios
problemas de caja. En este sentido, más allá de lo que se plantee, podemos discutir si la
CFI o la Comisión tiene que dar opinión sobre estas cuestiones. Creo que la gente del
interior no necesita tanto debate sobre este tema. No estamos tocando un solo peso de la
caja del gobierno nacional. Repito, quiero dejar en claro que no estamos tocando un solo
peso de la caja del gobierno nacional. Esta plata es para emergencia de las provincias y
las provincias están en emergencia. La gente de nuestra provincia requiere respuestas
rápidas y no tanto legalistas.
Sr. Presidente (Calcagno y Maillman). — Tiene la palabra la señora senadora
Escudero.
Sra. Escudero. — Quiero ratificar que estamos ante una situación de apropiación
ilegítima por parte del gobierno nacional de recursos que corresponden a las provincias.
En el presupuesto 2010 se transfiere a las provincias —coparticipa— solamente el 23
por ciento y se apropia del resto, con la gravedad de que lo no distribuido de aportes del
Tesoro Nacional, que es recurso de las provincias, se lo utiliza para financiar al
gobierno nacional en forma gratuita. Es decir, las provincias necesitan financiamiento y
les dan un préstamo. El Estado nacional necesita financiamiento, toma la plata de las
provincias y se autopresta en forma gratuita.
Creo que cuando una provincia necesita recurrir al Programa de Financiamiento
es porque se encuentra en una situación de desequilibrio. Por lo tanto, corresponde que
esos dineros automáticamente, destinados por ley a desequilibrios de las provincias,
sean destinados a ese fin.
No veo que este proyecto, que tiende a esa distribución de los ATN, necesite
consulta previa de ningún organismo. Se trata lisa y llanamente de hacer cumplir lo que
dice la ley y cesar en esta situación absolutamente irregular, en la que vemos que
alegremente 9.500 millones de las provincias han pasado al gobierno nacional y fueron
canjeados por un pagaré. Es una situación absolutamente anómala.
Me parece muy bien que se empiece a debatir el tema del desequilibrio de las
provincias y de la Nación. Las provincias afrontamos el 50 por ciento del total del gasto
y estamos recibiendo solamente el 23 por ciento de los recursos. Las provincias
afrontamos salud, educación, seguridad, justicia y acceso al agua potable y al
saneamiento. Cuando la Nación se apropia de los recursos de las provincias se está
apropiando de los recursos de los argentinos para cubrir salud, educación, justicia,
seguridad y acceso al agua potable y al saneamiento.
Considero que deberíamos ir un poco más allá y empezar a discutir la reforma
fiscal también en este país. Daré el siguiente ejemplo: en el Norte de mi provincia, un
campo grande que hace soja y ganadería le deja al municipio por año 5.000 pesos, al
gobierno provincial por año 60.000 pesos y al gobierno nacional por año 2 millones de
dólares. Es decir, de toda esa riqueza que se produce en la provincia no queda nada en el
lugar; por eso, tenemos esta pobreza estructural en la Argentina. Me parece que la gran
discusión de fondo es la reforma fiscal también. Vamos a apoyar, sin lugar a dudas, que
se realice esta compensación de deudas Nación-provincias. Aquellas provincias que no
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tienen deuda con la Nación que reciban ese dinero como un crédito que tienen a cobrar
de la Nación, por cuanto hay que estimular también a las administraciones ordenadas.
Sr. Presidente (Calcagno y Maillmann). — Tiene la palabra el señor senador Rodríguez
Saá.
Sr. Rodríguez Saá. — Apoyo la iniciativa y sugiero que firmemos el despacho
propuesto.
Realizaré una aclaración sobre una situación histórica. El proyecto que
presentamos, del que soy coautor, fue presentado en el año 2008 y era reiteración de
uno del año 2006. En ambos se reconoce —lo voy a leer— lo siguiente: una iniciativa
similar a ésta fue presentada el 28 de junio del año 2000 por los senadores Alberto José
Rodríguez Saá y Carlos José Antonio Serénese; también acompañaron los senadores
Jorge Massat, José Luis Gioja, Carlos Verna, Jorge A. Villaverde, Julio Humada y
Ricardo A. Branda. El proyecto era el S. 1267/2000. Recibió dictamen favorable de las
comisiones de Coparticipación Federal de Impuestos y de Presupuesto y Hacienda en la
reunión del 14 de septiembre de 2000. Finalmente, el 25 de octubre de 2000 fue
considerado y aprobado por el pleno del cuerpo para caducar luego en la Honorable
Cámara de Diputados. Este Senado ya se ha pronunciado por unanimidad en el año
2000 sobre este mismo tema.
Lo que estamos distribuyendo no son los ATN de este año, sino que son los
ATN que históricamente los diferentes gobiernos dejaron de distribuir pese a los
requerimientos de las provincias y municipios. Estamos redistribuyendo los fondos que
son de las provincias para las provincias, los del pasado. No nos estamos metiendo con
el futuro. Es de estricta justicia. Es absolutamente injusto. Son los fondos que no se
repartieron antes, los de diferentes años. Ya en el año 2000 había un enorme retraso. O
sea, no es un problema de este gobierno, del anterior o del anterior a ese, sino que se
trata de un problema crónico de la Argentina, que es cada vez una Nación más poderosa
y cada vez un federalismo más débil. Lo que queremos es recuperar los instrumentos de
la dignidad del federalismo. En vez de que los gobernadores tengan que arrodillarse
para que les den el PAF y llamar a sus senadores, etcétera, —mecanismos que todos
conocemos—, que se compensen los fondos que pertenecen a las provincias con las
acreencias que tiene el gobierno nacional; con lo cual el gobierno nacional no tiene que
hacer ningún desembolso, simplemente tiene que anotar en un librito o cuadernito que
la deuda dejó de ser deuda y que el activo que ellos están usando sin pagar intereses y
que se desvaloriza por el proceso inflacionario lo utilicen sus legítimos dueños: las
provincias argentinas.
Por lo tanto, toda la argumentación para postergar el debate es absolutamente
superflua e innecesaria. Ha habido años para pensar esto. Tres meses han sido
necesarios para pensar el uso de las reservas del Banco Central —para todos parece que
es suficiente, por lo menos así lo dijeron en las reuniones que antecedieron a ésta—,
este tema ya lleva 10 años de debate, por lo menos desde que en el año 2000 este
Senado lo discutió y aprobó por unanimidad, estoy casi seguro que así fue.
Entonces, señor presidente, solicito que se haga circular el dictamen porque está
suficientemente estudiado. Los que estemos de acuerdo lo firmaremos, los que estén de
acuerdo con otro proyecto firmarán otro dictamen y que sea el pleno del Senado el que
resuelva el problema.
Sr. Presidente (Verna). — Tiene la palabra el señor senador Morales.
Sr. Morales. — Deseo apoyar la propuesta que acaba de realizar el señor senador
Rodríguez Saá referida a hacer circular el dictamen de este proyecto de ley, que
realmente cuida todos los aspectos formales y de fondo que se han planteado aquí.
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Reunión plenaria de las comisiones de Coparticipación Federal
de Impuestos y de Presupuesto y Hacienda
Considero que el argumento más fuerte del oficialismo tiene que ver con la
forma.
En primer lugar, como aquí se ha planteado, el espíritu, el contenido, el sustento
de esta ley tiene que ver con los saldos remanentes no distribuidos de ATN. Respecto de
estos acumulados, como ha planteado bien el senador Sanz, están ahora en un pagaré y
prestados al Ministerio del Interior. A su vez, hace tres años había cinco mil millones
prestados al Banco de la Nación Argentina, para fondear dicho banco. Es decir, se ha
demostrado durante la historia que la acumulación de esos fondos ha sido utilizada por
el gobierno nacional; y la verdad es que ahí sí se ha desvirtuado el espíritu, la letra y el
contenido de la Ley 23.548.
Pero además de esto, nosotros no podríamos utilizar como argumento este
incumplimiento de la Nación para producir otro incumplimiento.
Entonces, quiero decir que el proyecto realmente se ajusta a la forma. Primero,
porque el objeto central es la atención de las necesidades financieras de las provincias,
con lo que no se cambia ni el espíritu ni la letra ni el contenido de lo establecido en el
artículo 3º de la Ley 23.548. Es decir, no cambia el objeto. Se trataría de una norma
complementaria de la ley convenio, que respeta el espíritu y que sostiene el contenido y
el objeto planteado por el artículo 3º inciso d) de dicha ley.
Por otro lado, señor presidente, el proyecto establece y respeta el mecanismo de
adhesión. El artículo 5º del dictamen dice que para acceder a los recursos previstos en la
presente ley en caso de la cancelación de deudas exigibles, las provincias y la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires deberán proceder a la adhesión legislativa de su
jurisdicción; para aquellas jurisdicciones que no adhieran a la presente ley, los importes
que le corresponden integrarán el Fondo de Aportes del Tesoro Nacional a las
Provincias, que administrará el ministro del Interior. Es decir, el procedimiento que
establece el proyecto para lograr una ley complementaria a una ley convenio, que es la
Ley 23.548 —pero también, como complementaria, pasa a ser una ley convenio, porque
las provincias que no adhieran no pueden recibir las transferencias que están estipuladas
en la ley, sino que el fondo tiene que ir a acumularse al Ministerio del Interior—, cuida
las formas establecidas en el artículo 75 inciso 2º de la Constitución, que dice: “La ley
convenio tendrá como Cámara de origen el Senado y deberá ser sancionada con la
mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara, no podrá ser
modificada unilateralmente ni reglamentada y será aprobada por las provincias.”.
Establece, entonces, como principio general, el inciso 2º.
La verdad que el texto de la ley cuida la forma. No se aparta de la Constitución.
La Cláusula Sexta también se tiene en cuenta. Dice lo siguiente: “Un régimen de
coparticipación conforme a lo dispuesto en el inciso 2º del artículo 75 y la
reglamentación del organismo fiscal federal, serán establecidos antes de la finalización
del año 1996 —cosa que no ha cumplido el Estado nacional—; la distribución de
competencias, servicios y funciones vigentes a la sanción de esta reforma, no podrá
modificarse sin la aprobación de la provincia interesada”. Es decir, la previsión de que
no puede haber modificación sin la aprobación de la provincia interesada está en el
artículo 5º. Dicho artículo, entonces, es la clave que cuida la forma. Nos sitúa en una ley
complementaria a la Ley 23.548; pero está cumpliendo con el inciso 2º del artículo 75
de la Constitución y con la Cláusula Sexta.
En consecuencia, este proyecto de ley que estamos por tratar se ajusta a la
forma; cumple acabadamente con la Constitución en los artículos que acabo de
mencionar. Así que nos parece, señor presidente, que hay que hacer circular el dictamen
para la firma. Porque, por otro lado, es un tema hartamente debatido en el Senado y ya
es hora de que pueda convertirse en ley.
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de Impuestos y de Presupuesto y Hacienda
Sr. Presidente (Calcagno y Maillman). — Tiene la palabra la señora senadora Montero.
Sra. Montero. — El senador Morales fue absolutamente claro. Creo que ya están
cubiertas todas las dudas respecto de que los fondos son fondos acumulados, no
distribuidos, que pertenecen a las provincias; que hay un régimen legal que lo avala y
que no pone ningún tipo de impedimento para su redistribución; y que, además, la
necesidad de las provincias es absolutamente obvia, porque se le pasaron
responsabilidades sin recursos y actualmente están pasando situaciones difíciles.
Simplemente, quiero traer un número, para que estemos todos de acuerdo en que
la situación de endeudamiento es complicada. Por Bogar 18, Boden 11, Boden 2013
más el Programa de Asistencia Financiera, la deuda de las provincias con el Estado
nacional era de 57.110 millones. O sea que, más allá de los déficits que la mayoría de
las provincias tuvieron este año por la situación de crisis, esta cuestión de los
endeudamientos provinciales ya lleva bastante tiempo y tiene que encontrar una pronta
resolución. Estos fondos pueden y deben ser redistribuidos con este mecanismo para
“netear” los endeudamientos provinciales.
Creo que la mayoría de los proyectos van en ese sentido. Por eso, también
comparto la idea de pasar el dictamen a la firma. Como dijo el senador Rodríguez Saá,
esto ya es histórico en el tratamiento del Congreso. Creo que ya no quedan muchas otras
cuestiones para dirimir aquí. Hay una necesidad urgente de las provincias, que responde
a las responsabilidades que éstas tienen que asumir en este momento en cosas inherentes
al bienestar de su población, más allá de sus deudas.
Están los fondos disponibles. No son lo suficiente que se requiere. Por eso, si
tenemos muchos recursos presupuestarios, con el reparto por coparticipación
correspondiente, o sea, el 34 por ciento que establece la ley en su artículo 7º, más el
impuesto al cheque y los ATN, podríamos, con el conjunto de estos fondos, ir aliviando
las necesidades provinciales y dando cierta autonomía financiera; que, por supuesto,
también será una autonomía política, que espero baje a los municipios por la vía que
corresponda de coparticipación.
Sr. Presidente (Calcagno y Maillman). — Una sola pregunta, senadora. Usted
mencionó la deuda provincial. ¿Cuál es el porcentaje de deuda provincial sobre ingresos
corrientes? ¿Cuál ha sido el perfil de la deuda en los últimos veinte años? Me parece
que va a ser interesante en el recinto ver la cuestión del endeudamiento de las
provincias, que es importante, por supuesto. Debatiremos en el recinto cuál fue el perfil
de la deuda de las provincias con respecto a los ingresos corrientes.
Sr. Presidente (Verna). — Yo le puedo decir el de mi provincia: deuda cero.
Sr. Presidente (Calcagno y Maillman). — Es el de su provincia.
Sr. Presidente (Verna). — Además, tenemos bastantes acreencias con Nación, que no
conseguimos cobrar.
Vivimos al lado de San Luis. Deuda cero.
Sr. Presidente (Calcagno y Maillman). — No puedo discutir con el abanderado; es muy
complicado así.
La provincia de Buenos Aires observa con mucho interés todo este
procedimiento y esta metodología; porque si se está cambiando la ley convenio por los
medios que se están empleando en este momento, quizá podremos hablar algún día de la
coparticipación secundaria, que a los bonaerenses nos interesa tanto. Digo esto en
nombre de la justicia.
Sr. Presidente (Verna). — Nosotros no tenemos problema en discutir cuánto para cada
provincia, si nos dicen cuánto es lo que vamos a repartir. Porque no es lo mismo el dos
de cien que el dos de mil. Dime cuál es el tamaño de la torta y te diré cuál es la rodaja
que satisface.
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de Impuestos y de Presupuesto y Hacienda
Sr. Presidente (Calcagno y Maillman). — Pero la economía keynesiana o la macro que
intentamos aplicar es una torta que se agranda a medida que se distribuye.
Sr. Presidente (Verna). — Tiene la palabra la señora senadora Estenssoro.
Sra. Estenssoro. — Como representante de la Ciudad de Buenos Aires, adelanto mi
apoyo al dictamen de los proyectos que están siendo debatidos.
Esta no es una modificación a la Ley de Coparticipación. Sí es la restitución de
una violación permanente a dicha ley; con un Poder Ejecutivo que está violando el piso
del 34 por ciento de los ingresos fiscales que se tiene que repartir automáticamente a las
provincias. Es este concepto de distribución automática el que estamos tratando de
reestablecer aquí, en el Senado de la Nación. Porque justamente, el no hacerlo de esta
manera, está perjudicando a muchísimas provincias. Me parece que este es un paso muy
importante, no para modificar la Ley de Coparticipación, sino para hacerla cumplir.
Me gustaría que en el dictamen, cuando se refiere a la Ley 23548, se incluyan,
no solamente los artículos 3° y 4°, sino también el 8°, que es el que hace referencia a la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a Tierra del Fuego. Están en el dictamen los
decretos reglamentarios, pero creo que es importante nombrar expresamente el artículo
8° para que no queden dudas.
Sr. Presidente. – No habiendo más oradores, damos por finalizada la reunión.
Sr. Verna. – Le agradezco al presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda por
la coordinación y la paciencia.
– Son las 18 y 11 horas.
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