Del puzzle a la unidad

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"Del puzzle a la unidad: la UPM y Rafael
Portaencasa"
José Antonio M a r t í n Pereda
Académico d e la Real Academia d e Ingeniería,
Ex-vicerrector d e la U P M
Unos meses a n t e s de verle p o r ú l t i m a vez,
Portaencasa
me
dio
unas
páginas
escritas
Rafael
por
él.
D u r a n t e b a s t a n t e t i e m p o , quizás más de un a ñ o , le había
e s t a d o u r g i e n d o a q u e escribiera algo así c o m o sus
r e c u e r d o s . M e parecía un c r i m e n q u e , una p e r s o n a
c o m o él, q u e había t e n i d o c o n t a c t o s c o n la m a y o r p a r t e de los personajes clave de
los años 8 0 y 9 0 , y q u e había c o n s e g u i d o e s t r u c t u r a r una universidad c o n la base de
m u c h a s piezas, n o dejara una m e m o r i a escrita de t o d o ello. M e pasó unas v e i n t e
páginas, q u e se veía habían sido r e d a c t a d a s e n m u y d i s t i n t o s m o m e n t o s y lugares, y
m e dijo q u e viera q u é se p o d í a hacer c o n lo q u e había e s c r i t o . Las e m p e c é a ojear
p e r o , antes de q u e le c o m e n t a r a q u e a q u e l l o era solo el c o m i e n z o y que, desde m i
p u n t o de vista, f a l t a b a lo q u e podía ser más i n t e r e s a n t e , su c o n t a c t o c o n las personas,
Rafael nos d e j ó . A l g u n a s d e las cosas q u e m e dio escritas, c o n j u n t a m e n t e
con
r e c u e r d o s personales míos, serán las pinceladas disjuntas q u e t r a i g a h o y aquí.
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*
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Rafael Portaencasa llegó al R e c t o r a d o de la U P M a finales de 1980, en un
m o m e n t o m u y crítico. La universidad debería e n f r e n t a r s e e n los p r ó x i m o s años, al
igual q u e la sociedad, a m ú l t i p l e s c a m b i o s q u e afectarían a su c o n s t i t u c i ó n i n t e r n a y
a su relación c o n el m u n d o e x t e r i o r . La i m a g e n previa, de escuelas técnicas v i v i e n d o
cada una su vida, sin más relación c o n las otras q u e un papel t i m b r a d o , debía
superarse. Al m i s m o t i e m p o , igual q u e España e m p e z a b a a abrirse al e x t e r i o r , la
nueva universidad española t e n d r í a q u e p o n e r s e en c o n t a c t o c o n las universidades
de o t r o s países e i n t e r c a m b i a r sus experiencias.
Si España ya n o p o d í a seguir v i v i e n d o aislada, la universidad t a m p o c o .
A principios de 1980 era el d e c a n o de la Facultad de I n f o r m á t i c a . Tras algunas
discrepancias, se c o n v o c a r o n elecciones a r e c t o r . Decidió p r e s e n t a r s e . R e c u e r d o q u e
un día, s u p o n g o q u e sería hacia s e p t i e m b r e u o c t u b r e , m e crucé c o n él y le dije: "¿Pero
cómo te vas a meter en esa batalla,
con lo tranquilo
que estás en Informática?"
Me miró
con una m e d i o sonrisa a p u n t o de aflorar y me dijo: "Pues vete cogiendo
porque deberías venir
el casco
conmigo".
Las elecciones de 1980 de la UPM f u e r o n las que más candidatos, cuatro, han
t e n i d o en su historia. El m o m e n t o era crítico p o r q u e t o d o el m u n d o sabía que se
avecinaban cambios de t o d o t i p o . Se hablaba de una nueva ley para las universidades,
de una r e f o r m a de los planes de estudio, de un posible cambio de la situación de los
profesores. La situación política, además, era ambigua. No había c e r t i d u m b r e de
nada.
La UPM había sido creada menos de diez años antes. Tras una m u y breve
etapa en la que se había configurado c o m o Instituto Politécnico, todas las Escuelas
Técnicas de M a d r i d habían pasado a convertirse en universidad. Pero la unión había
t e n i d o más un carácter de v o l u n t a d que de realidad. Las escuelas, dispersas en su
mayoría p o r t o d o Madrid, no habían t o m a d o aún conciencia de que su independencia
era ya algo del pasado; que la historia centenaria de algunas debería pasar a unirse
con la m u y reciente de otras; que las Escuelas Técnicas Superiores estaban ya en un
mismo ente que las Escuelas Universitarias y que en algún m o m e n t o , cuando llegase
el cambio, los v o t o s de las unas serían equivalentes a los de las otras.
Esa situación es con la que se e n c o n t r ó Rafael Portaencasa cuando en
diciembre de 1980 se incorporó c o m o r e c t o r a la UPM. Rector en una universidad que
no tenía ni edificio de rectorado, que los m i e m b r o s del equipo rectoral se tenían que
diseminar p o r pisos alquilados en t o r n o a las calles de Boix y M o r e r y Cea Bermúdez.
Una universidad con un apoyo de funcionarios m u y inferior al de cualquier escuela.
Los aires de cambio que se pronosticaban para el país deberían t a m b i é n reflejarse en
la universidad. Pero para ello antes debería construirse la universidad.
El primer equipo rectoral que se configuró debería enfrentarse a la tarea de
poner en marcha una serie de medidas que Rafael había planteado en su p r o g r a m a
electoral, p r o g r a m a m u y conciso c o m o eran en general sus escritos.
Rafael p r i m e r o hablaba con la g e n t e , oía a unos y a otros, y luego, al final,
sintetizaba lo que podía ser válido para t o d o s . No sé si en ocasiones tenía ya una idea
preestablecida de lo que quería, pero nunca solía decirlo. Solo m u y al final de una
conversación, c o m e n t a b a
con quién había ya hablado. Con Rafael t o d o s
se
consideraban protagonistas, p o r q u e t o d o s tenían la impresión de que eran los únicos
que estaban aconsejando al rector.
Pero mientras se ajustaba el p r i m e r equipo de Rafael, un ruido de sables
empezó a asomar en los editoriales de algunos periódicos. El 23 de f e b r e r o , la baza
de espadas quiso ganar la partida. El r e c t o r llamó p o r la noche a t o d o su equipo y nos
dijo que, al día siguiente, t o d o s al r e c t o r a d o c o m o si no pasase nada. A las 10 de la
mañana estábamos en Boix y M o r e r . A las 11 bajamos al bar que había debajo y en la
televisión que estaba al f o n d o , vimos ir saliendo p o r las ventanas del Congreso a
algunos guardias civiles que se cuadraban m i l i t a r m e n t e ante su cabecilla. Volvimos
arriba. La posibilidad de que se volviera a la situación previa había desaparecido.
Portaencasa se puso en c o n t a c t o con Bustelo, r e c t o r de la Complutense y al cabo de
un rato nos dijo que se estaba p r e p a r a n d o una manifestación a favor de la
Constitución para el p r ó x i m o sábado y que las universidades irían tras la tercera
pancarta. La primera sería la de los políticos y la segunda la de los sindicatos. La UPM
salía, p o r primera vez, a la calle.
De una f o r m a u otra, aquel fue el arranque del m a n d a t o de
Rafael
Portaencasa c o m o r e c t o r de la UPM.
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Una carrera contra reloj e m p e z ó i n m e d i a t a m e n t e para t o d o su equipo. Los
grandes ejes de coordenadas que se marcaron, aunque no definidos de una f o r m a
clara, serían:
1.
El inicio de la r e f o r m a de los estatutos de la universidad, aunque todavía se
estaba pendiente de una ley que no acaba de salir. El diálogo entre Escuelas
Superiores y Escuelas Universitarias, eje de su campaña, tenía que empezar.
2.
La internacionalización
de la UPM, i n t e n t a n d o
que sus siglas
fueran
conocidas fuera de nuestras fronteras, así c o m o un m a y o r acercamiento a la
sociedad esencialmente a través de su e n t o r n o p r o d u c t i v o .
3.
Crear un espíritu de universidad, que nunca había tenido, gracias a una serie
de actividades culturales que fueran aceptadas p o r t o d o s , y
4.
Lo que era casi tan i m p o r t a n t e c o m o lo anterior, una sede en la que se
ubicara el r e c t o r a d o de la UPM.
Pasaré a c o m e n t a r , m u y b r e v e m e n t e , cada uno de estos ejes.
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La sede del r e c t o r a d o había t e n i d o
una historia m u y complicada. La
Universidad Complutense había conseguido que t o d o s los terrenos de la Ciudad
Universitaria fueran inscritos a su n o m b r e . También quedaban a su n o m b r e los
colegios mayores e, incluso, los campos deportivos. El t e n e r allí algunas Escuelas
Técnicas no era, para la Complutense, más que una especie de grano que había que
soportar. La Junta de Gobierno del anterior r e c t o r t u v o noticia de que el Colegio
M a y o r La A l m u d e n a estaba casi vacío y tenía un edificio que podía servir c o m o
Rectorado. Se estimó que podría ser una buena solución. Pero cuando se iniciaban
los preparativos para el traslado, una o p o r t u n a inundación en el Rectorado de la
Complutense, nunca aclaradas sus causas, obligó a ésta a trasladarle a La Almudena,
antes de que pudiera hacerlo la Politécnica. Podía ser provisional, pero t a m b i é n podía
ser indefinido.
O t r o Colegio Mayor, en este caso de una o r d e n religiosa y no de la
Complutense, estaba t a m b i é n vacante. Era el C.M. Navacerrada, con una estructura
no m u y adecuada para el fin que se pretendía, pero era lo único disponible. Se f i r m ó
un c o n t r a t o de c o m p r a p o r el edificio, que no p o r el suelo que seguía siendo de la
Complutense, y antes de que empezasen las obras de reforma, y antes de que
surgiesen nuevos imprevistos, allí se trasladaron el r e c t o r y unos pocos vicerrectores,
rodeados de obreros p o r todas partes. A mediados de 1981, el Rey inauguró
oficialmente el nuevo edificio que ya p u d o convertirse en el actual r e c t o r a d o . Fue la
primera batalla ganada p o r Rafael. En o t r o s entornos, este edificio habría sido
d e n o m i n a d o , con t o d a justicia, "Rafael Portaencasa" que fue su verdadero artífice.
A partir de ese m o m e n t o , los restantes ejes de actuación, c o m e n z a r o n a
seguirse en paralelo, p o r q u e n i n g u n o de ellos se consideró que tenía una importancia
menor.
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La internacionalización de la UPM se inició a través de las Conferencias de
Rectores que las universidades europeas celebraban periódicamente. Gracias a las
relaciones que Portaencasa p u d o adquirir en ellas, en 1982 fue la única universidad
española invitada a la ceremonia de entrega del premio Carlomagno al Rey Juan
Carlos I, en la ciudad de Aquisgrán, gracias a las gestiones de la Universidad Técnica
de Renania Westfalia ubicada en dicha ciudad y con la que se iniciaban relaciones. Era
el bautizo oficial de la internacionalización que se pretendía.
En la comida dada tras la entrega del premio, recuerdo que salí con Rafael
durante los postres para c o m e n t a r lo habido. Unos instantes después salió el
entonces Príncipe de Asturias y a unos m e t r o s de nosotros e m p e z ó a dar vueltas
alrededor de algo (tendría c o m o 14 años); Rafael, m u y en su estilo, me dijo
"Debe
estar aburriéndose.
Vamos a decirle algo".
Inició unos pasos para acercarse a él pero,
de la nada, surgieron dos guardaespaldas que c o r t a r o n en seco cualquier i n t e n t o de
seguir avanzando. Seguimos con nuestra conversación.
A varios o t r o s eventos similares enseguida fue invitada la UPM. La novedad
para muchas universidades extranjeras, de una universidad en España p u r a m e n t e
tecnológica, ejercía una atracción positiva. La Universidad Carolina, de Praga, invitó a
asistir a la Espartaquiada. Igual hicieron el Technion de Haifa, la Técnica de
Trondheim, la de Toulouse... y muchas otras.
Esta internacionalización fue, durante muchos años, un m o d e l o para otras
universidades españolas. El Rector Portaencasa aprovechó la f o r m a c i ó n que muchos
profesores habían adquirido años antes en centros europeos y americanos y, gracias
a ella, p u d o i n c r e m e n t a r y coordinar las relaciones a uno y o t r o lado del A t l á n t i c o .
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Pero la preocupación de Rafael, c o m o se indicó antes, no era solo el aspecto
técnico de la universidad, sino t a m b i é n la necesidad "de hacer universidad".
Creyó
que la f o r m a más eficaz de hacerlo sería a través de actos culturales de t o d o t i p o .
Creía que solo a través de la cultura podría avanzar la cooperación entre las
personas. Y en el caso de la UPM, que solo a través de actividades culturales comunes
podría llegar el dialogo entre los diferentes centros que la componían.
Es imposible sintetizar la frenética actividad desarrollada en los cuatro
primeros años de su m a n d a t o en ese t e r r e n o . Creo que n i n g u n o de los objetivos de
las nueve musas canónicas quedó sin cubrir. Y en esta acción fue f u e r t e m e n t e
apoyado p o r la colaboración de Carmela García M o r e n o , que Rafael puso a su lado
c o m o consejera. Gracias a ella, la UPM pudo ser el escenario en el que Rafael A l b e r t i
y Nuria Espert dieran un recital poético en marzo de 1982, que Paco Umbral disertara
en n o v i e m b r e de ese m i s m o año, que María Cuadra diera o t r o recital p o é t i c o en abril
del 83. De que en marzo se convocara un concurso de poesía libre en cuyo jurado
participó la entonces recién premiada con el Premio Adonais, Blanca A n d r e u .
Igualmente se convocó o t r o concurso de pintura y escultura; y o t r o de carteles sobre
los cuatro años de la Constitución Española. Se celebraron exposiciones de A r t e
Egipcio C o n t e m p o r á n e o , del A r t e en el Cine, de libros científicos y técnicos franceses,
de libros españoles, de libros soviéticos de ciencias, literatura, arte y tecnología.
Esta última exposición merece unas líneas aparte. No siempre las iniciativas
de Rafael tenían un eco favorable en la prensa. Si el recital de Alberti y Espert si fue
acogido con críticas positivas, la exposición de libros de la URSS mereció comentarios
c o m o el que m u e s t r o en el que se decía que había sido una apología literaria del
c o m u n i s m o soviético, mezclando manuales de intoxicación marxista con escritos
antirreligiosos. Evidentemente nada de t o d o ello era cierto. Rafael jamás se desanimó
por la críticas adversas y decía que andando se avanzaba y que el camino siempre
presenta obstáculos.
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Pero si esas eran las líneas iniciales, el nuevo eje que había surgido derivado
del 23F t a m p o c o fue olvidado. Rafael señaló que a partir de ese m o m e n t o , una misión
nueva de la universidad debería ser t r a t a r de incorporar a las fuerzas armadas a la
vida universitaria de una f o r m a natural y para ello sería preciso organizar una serie de
actividades en las que ambos e n t o r n o s estuvieran juntos.
Su capacidad para adaptarse a cada m o m e n t o t u v o en esos días su expresión
más señalada.
El resultado fue un c o n t a c t o constante con aquellos centros de Defensa en
los que la colaboración tecnológica
pudiera conducir, a través de un
buen
e n t e n d i m i e n t o , a un p r o v e c h o m u t u o . El principal centro de actuación fue el
CESEDEN, y con él que se organizaron, en marzo del 84, las primeras jornadas Fuerzas
Armadas-Universidad Politécnica.
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Igualmente, las elecciones generales de o c t u b r e de 1982 impusieron una
nueva adaptación al m e d i o . En los meses anteriores, Rafael había sabido c ó m o
moverse en aquellos e n t o r n o s de la Administración cuya influencia podía resultar
positiva para la UPM. Los cambios políticos que habían surgido le obligaron a volver
adaptarse de nuevo. Pero esta adaptación fue inmediata y la UPM c o n t i n u ó su
marcha igual que hasta entonces.
Rafael siempre supo c ó m o diferenciar los postulados, de la resolución de los
problemas. Y siempre supo c ó m o convencer a su i n t e r l o c u t o r m o s t r á n d o l e los p u n t o s
comunes que podían t e n e r los p l a n t e a m i e n t o s de ambos. A veces, cuando estaba
realizando actos tan p r o f u n d a m e n t e neutros, c o m o podría ser un aplauso, se podía
intuir que estaba pensando en el p r ó x i m o m o v i m i e n t o que iba a hacer.
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Hay t a m b i é n o t r a acción que impulsó Rafael y que merece, de nuevo, algunas
líneas aparte. Fue la creación de una guardería infantil En los años 80 el t e m a de la
conciliación familiar estaba aún p e o r de lo que lo está en la actualidad. Las guarderías
eran escasas y las existentes m u y gravosas. La UPM alquiló un p e q u e ñ o chalet no
muy lejos del Rectorado. Se c o n t r a t ó a personal especializado y la guardería e m p e z ó
a funcionar. En los escritos que me dio Rafael conocí algo sobre la misma que me
p r o p o r c i o n ó una idea clara de lo que, a veces, son las reivindicaciones de algunos
grupos. Trascribo literalmente:
"Como
cosa
curiosa
terriblemente
fue la visita
administración
y servicios
compensar
es la pregunta
sucedió
en esos días y que
que me hicieron
unos representantes
de la Universidad
con ayuda económica
hijos o que estos fueran
Ciertamente
que
al personal
mayores
de nuestra Universidad
y ya no pudieran
más complicada
mucho asimilarla y poder darle
que me plantearon
ocupar
me
sorprendió
del personal
el tema
que no
plaza en la
de
de
cómo
tuvieran
guardería.
que nunca me habían hecho y me
costó
respuesta".
No sé qué respuesta daría. A los cuatro o cinco años, ante las nuevas
guarderías que se estaban abriendo, se cerró.
*
*
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A finales de 1985 dije a Rafael que consideraba que mi etapa en el Rectorado
ya debía concluir. Lo e n t e n d i ó p e r f e c t a m e n t e y accedí a seguir actuando con
consejero en aquellos temas que estimara o p o r t u n o . M i c o n t a c t o con él pasó ya a ser
más esporádico.
En esos años colaboré con él en una acción que había e m p r e n d i d o y que fue
sin duda una innovación en la universidad española. Decidió que un panel de e x p e r t o s
evaluara nuestra universidad. Con la ayuda de Ángel Jordán, Provost de la universidad
de Carnegie-Mellon, se c o n f i g u r ó un g r u p o de m i e m b r o s de la Academia Americana
de Ingeniería para que recorrieran las diferentes escuelas y dieran su opinión sobre
los p u n t o s fuertes y débiles de cada una. El resultado fue un i n f o r m e que se remitió a
todas. Ignoro si alguna llegó a leerle y, m u c h o menos, si le hizo caso en algo. Pero la
intuición de Rafael, de que evaluaciones externas de un organismo deberían ser la
herramienta para su mejora, merece recordarse.
*
*
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Rafael concluyó en 1995 su etapa de r e c t o r de la UPM, la etapa más larga que
ningún r e c t o r ha t e n i d o en dicha universidad, y volvió a la escuela de Teleco. Siguió
dando algunas clases y desde su despacho, al que se habían i n c o r p o r a d o con él sus
tres secretarias, Conchita, Elena y Pilar, siguió i n t e n t a n d o crear nuevas cosas en este
caso para la Escuela. Siguiendo el camino de la Fundación General que había creado
para la UPM, ayudó a crear otra para Teleco, que facilitaría la actividad que esta
escuela realizaba.
También gracias a su agenda, agenda que era la envidia de algunos de los
que empezaban a t r e p a r p o r esos días, consiguió una de las primeras Cátedras de
Empresa que se crearon en la UPM, la Cátedra Airtel, y en la que, c o m o siempre,
t a m b i é n se volcó.
Pero un cambio en la dirección del c e n t r o dio al traste con muchas de las
ilusiones que había puesto Rafael para los p r ó x i m o s años. Se le adjudicaron intereses
personales ocultos cuando, c o m o dijo él en una carta al nuevo director, él ya estaba
muy lejos de i n t e n t a r seguir dando lustre a su n o m b r e .
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En los últimos años, p o r las mañana llegábamos casi al mismo t i e m p o a la
Escuela. La m a y o r parte de las veces, él llegaba antes y le veía f u m á n d o s e un cigarrillo
en la puerta de entrada al edificio B. Me detenía e iniciábamos una conversación
eterna sobre c ó m o andaba el país y sobre t o d o , c ó m o andaba la universidad. Estaba
recluido en su despacho p e r o intentaba estar al t a n t o de t o d o lo que ocurría. La g e n t e
pasaba a nuestro lado; unos miraban de soslayo y musitaban un breve saludo; algunos
levantaban una m a n o . La mayoría no decía nada. Miraba a Rafael y le recordaba
cuando, hacía unos años, su llegada a la Escuela suponía la f o r m a c i ó n de una
t u r b a m u l t a i n t e n t a n d o "tocar
rector"
o conseguir una palabra de él. Rafael sonreía y
expresaba con un gesto el sentimiento de " A s í es la vida".
Él seguía viniendo a la
Escuela con su pequeña maleta de ruedas que llevaba siempre llena de papeles y que
nunca conseguí que me dijera qué eran. Le decía que parecía un v a g a b u n d o llevando
su casa a cuestas. Me miraba con su sonrisa irónica, acababa el cigarrillo y nos íbamos
a nuestros despachos.
Y así fue hasta que Rafael, c o m o buen m a t e m á t i c o , cambió de dimensión.
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