Wilkinson GR. El metabolismo y la variabilidad de los fármacos entre los pacientes ante la respuesta a la dosis. Drug metabolism and variability among patients in drug response. N Engl. J Med. 2005;352:2211-21. Disponible en: http://content.nejm.org/cgi/content/full/352/21/2211 Traducción: Nancy González Etcheverry Reseña: Manuel Cué Brugueras Los médicos prescriben fármacos sobre la base de las características de las medicaciones y con la probabilidad de que den resultado los efectos clínicos confiables y reproducibles. Sin embargo, son frecuentes las diferencias en la respuesta a los fármacos entre los pacientes y las mismas conducen a menudo a desafíos en la optimización del régimen de la dosificación para un paciente individual. La mayoría de los fármacos son efectivos en sólo un 25 a un 60% de los pacientes. Más de dos millones de casos de reacciones adversas a los mismos ocurren en los Estados Unidos, que alcanza 100,000 muertes. Tal variabilidad en la respuesta a la dosis entre los pacientes, es multifactorial, incluyendo el medio ambiente, la genética y los determinantes de las enfermedades que afectan la absorción, distribución, metabolismo y excreción de un fármaco dado. Actualmente existe un conocimiento general de las muchas diferencias entre los pacientes, en la disposición y las consecuencias clínicas de los fármacos, especialmente, cuando las enzimas del citocromo P-450, una superfamilia de las enzimas microsomálicas que metabolizan los fármacos, actúan en el metabolismo del mismo. Los fármacos pueden ser metabolizados por una variedad de procesos químicos secuenciales o competitivos que abarcan la oxidación, la reducción y la hidrólisis (reacciones de la fase I) o la glucuronidación, sulfadiación, acetilación y metilación (reacciones de la fase II). Por lo general, es mayor la solubilidad en agua de los metabolitos resultantes, lo que incrementa por tanto su eliminación. Esta revisión se centra en las enzimas del citocromo P-450 que son importantes en el metabolismo de oxidación de los fármacos. CITOCROMO P-450 Las enzimas del citocromo P-450 (CYPs, siglas en inglés) son importantes en la biosíntesis y la degradación de los compuestos endógenos, tales como los esteroides, los lípidos y las vitaminas. Los mismos metabolizan muchos productos químicos, presentes en la dieta y el medio ambiente así como en los medicamentos. Las enzimas del citocromo P-450 reducen o alteran la actividad farmacológica de muchos fármacos y facilitan su eliminación. Las enzimas individuales del citocromo P-450 se clasifican por sus similitudes en aminoácidos y se designan por un número de familia, una letra de subfamilia, un número para una enzima individual dentro de la subfamilia y un asterisco, seguido de un número, y una letra para cada variante genética (alelo) (se dispone de más información en www.imm.ki.se/CYPalleles/). Por ejemplo, el gen de CYP2D6*1 A , identificado en 1989, registra la proteína tipo natural de CYP2D6.1. Metabolismo de los fármacos mediante CYP3A El CYP3A es probablemente la más importante de todas las enzimas metabolizadoras de fármacos, porque es abundante tanto en el epitelio intestinal como en el hígado, donde constituye aproximadamente el 50% de las enzimas del citocromo P-450 y porque tiene la capacidad de metabolizar una gran cantidad de fármacos químicamente no relacionados de casi toda clase de medicamentos. Es probable que CYP3A esté implicado en el metabolismo de más de la mitad de los agentes terapéuticos que sufren alteración por oxidación. Por ejemplo, la dosificación del fármaco inmunosupresor ciclosporina, debe reducirse por lo general en alrededor de un 75% con vista a prevenir los niveles de los fármacos inaceptablemente elevados y la toxicidad de la ciclosporina. En los pacientes que reciben de forma concomitante el agente antifúngico ketoconazol (este aumento en el nivel de ciclosporina, que se controla a menudo clínicamente, es tan pronosticable que se ha apoyado a veces la coadministración del ketoconazol con la ciclosporina con vista a reducir el costo de la inmunoterapia a largo plazo. Al contrario, los pacientes con un régimen que abarca la ciclosporina y que requieren rifampicina para el tratamiento o profilaxis de la tuberculosis, pueden requerir un incremento en la dosis de ciclosporina con un factor de dos o tres para lograr el mismo nivel terapéutico de la ciclosporina, presente antes de que recibieran la rifampicina. Interacciones medicamentosas que abarcan la inhibición de CYP3A La inhibición del metabolismo de un fármaco al adicionar otro, causa problemas, ya que las concentraciones del fármaco en el plasma, pueden aumentar rápidamente después que se hayan adicionado una o dos dosis del mismo. Por tanto, se incrementa de inmediato la posibilidad de un efecto adverso causado por la interacción del nuevo agente con el fármaco original, a pesar de un ciclo anteriormente estable con esa medicación. El problema de las interacciones medicamentosas puede ser serio, según se ejemplifica por la interacción de la eritromicina, un fármaco que se metaboliza de forma extensa mediante CYP3A y fármacos inhibidores tales como el nitroimidazol , agentes antifúngicos, diltiazem, verapamilo y troleandomicina. Pueden manifestarse niveles de eritromicina en un paciente que esté tomando eritromicina y uno de estos inhibidores. A su vez, como la eritromicina prolonga la repolarización cardiaca, puede ocurrir la muerte súbita causada por torsades de pointes. La interacción entre el jugo de toronja y los sustratos de CYP3A da como resultado una situación semejante. Los niveles pico del fármaco pueden incrementarse mediante un factor de tres sin ningún cambio en la vida media de la medicación. Sin embargo, la magnitud de este fenómeno es impredecible y varía ampliamente entre los pacientes. Un solo vaso de 8 onzas (250 ml) de jugo de toronja, puede causar la inhibición de CYP3A por 24 a 48 horas y el consumo regular puede inhibir continuamente la actividad de CYP3A intestinal. Por estas razones, el jugo de toronja está contraindicado en pacientes que reciben fármacos que se metabolizan de forma extensa por CYP3A y especialmente en pacientes que reciben fármacos con una pequeña ventana terapéutica. El mecanismo de esta interacción abarca probablemente la inhibición directa de la actividad de CYP3A, así como la destrucción de las enzimas de CYP3A por compuestos fotoquímicos en el jugo de toronja. La ingestión de felodipino, antagonista de los canales de calcio con uno o dos vasos de jugo de toronja, conduce a una reducción incrementada de la presión sanguínea, a un aumento de la frecuencia cardiaca y a un aumento de la frecuencia de los efectos adversos vasodilatadores (por ejemplo, el dolor de cabeza), según se comparó la administración de felodipino con agua. Otros antagonistas de los canales de calcio (particularmente amlodipino, verapamilo y diltiazem, pero también nisoldipino, nimodipino, nitrendipino y pranidipino), parecen causar alteraciones hemodinámicas mucho más pequeñas y por tanto, pocos y menos efectos adversos en consecuencia. Por ejemplo, se ha informado que a través de la sangre, las concentraciones de ciclosporina aumentan por un factor de casi dos en pacientes que toman jugo de toronja regularmente. Interacciones medicamentosas que abarcan la inducción de CYP3A El tratamiento con fármacos tales como las rifamicinas y algunos anticonvulsivos producen como pronóstico una reducción marcada (hasta de un 95%) en las concentraciones en plasma de ciertos medicamentos administrados de forma concomitante. Tales interacciones abarcan la regulación ascendente (inducción) de diversas proteínas importantes en la disposición de los fármacos. Sin embargo, la actividad de CYP3A es especialmente sensible a una modulación semejante y el metabolismo de los sustratos de CYP3A se afecta particularmente por el tratamiento con estos agentes de inducción. En esta situación, las dosificaciones previamente efectivas del fármaco se convierten en inefectivas. Por ejemplo, las pacientes que toman anticonceptivos orales, pueden tener una irrupción de sangramiento vaginal y pueden llegar a embarazarse si toman agentes de inducción; los mismos pueden estar en forma de fármacos de prescripción o no prescriptos tales como los empleados en la medicina alternativa (por ejemplo, el mosto o hierba de St John es un potente inductor de CYP3A; por tanto, cuando a un paciente que se le administra ciclosporina o inhibidores de la proteasa del VIH, toma el mosto o hierba de St John, puede ocurrir una afección terapéutica. De forma característica, las consecuencias de la inducción de CYP3A no son inmediatas ya que debe sintetizarse una nueva proteína. Los niveles de estado estable se alcanzan generalmente en un periodo de dos a tres semanas. De forma similar, la reducción del efecto de inducción después de interrumpir el agente de inducción, toma también varias semanas. Metabolismo de los fármacos mediante CYP2D6 Más de 65 fármacos comúnmente utilizados, son metabolizados por CYP2D6. Como no se ha realizado la genotipificación en la mayoría de las personas, es usualmente imprevista la respuesta a fármacos en particular. Por ejemplo, los efectos adversos de los antidepresivos tricíclicos son más frecuentes en las personas con metabolismo deficiente que en las personas con metabolismo extenso. De forma similar, las personas con metabolismo deficiente tienen un mayor riesgo de efectos adversos cuando toman metoprolol que las personas con otro tipo de metabolismo. CYP2D6 es responsable de la conversión de la codeína en morfina, un metabolito activo; es más difícil lograr un alivio adecuado del dolor experimental o clínico en las personas con metabolismo deficiente. Al contrario, en diversos informes de casos se ha observado efectos adversos del tipo de la morfina entre personas con el fenotipo de metabolismo ultrarrápido. La quinidina, fluoxetina y la paroxetina, son inhibidores potentes de CYP2D6 y cada uno de esos fármacos es capaz de convertir el metabolismo extenso de una persona en un metabolismo deficiente – un fenómeno denominado fenotranscripción. Esto tiene relevancia clínica cuando SSRI se emplean en combinación con antidepresivos tricíclicos. En esta situación, los niveles de los agentes tricíclicos en el plasma pueden estar aumentados por un factor de dos a cuatro después de la administración concomitante de SSRI. Además, la inhibición puede durar varias semanas después de suspender la fluoxetina, debido a los metabolitos de inhibición persistente. En el caso de la codeína, la inhibición de CYP2D6 puede producir una pérdida de la eficacia analgésica. Metabolismo de los fármacos mediante CYP2C19 CYP2C19 es importante en el metabolismo de los inhibidores de bombas de protones (omeprazol, lansoprazol, rabeprazol y pantoprazol), la fluoxetina, sertralina y nelfinavir. Existen diversas variantes genéticas inactivas, aunque dos (CYP2C19*2 y CYP2C19*3), constituyen más del 95% de los casos de metabolismo deficiente de los fármacos relevantes. Están presentes las heterogeneidades de la población en los alelos y los fenotipos. Un 2 a un 3% de las personas de la raza blanca y un 4% de la raza negra, tienen metabolismo deficiente, mientras que un 10 a un 25% de las personas del sudeste asiático tienen un metabolismo deficiente. Metabolismo de los fármacos mediante CYP2C9 Rara vez se ha informado pacientes que requieren dosis inusualmente pequeñas de fenitoina para alcanzar niveles terapéuticos y esto se conoce ahora que refleja el polimorfismo genético en CYP2C9. Dos variantes comunes de alelos de la enzima han reducido marcadamente la actividad catalítica (alrededor del 20% para CYP2C9*2 y menos del 10% para CYP2C9*3) según se comparó con la enzima tipo natural (CYP2C9*1). Por tanto, los portadores homocigotos de estos alelos de las variantes, aunque poco frecuentes (0.2 a 1.0% personas de descendencia europea y esencialmente 0% de personas con descendencia del sudeste asiático), tienen profundamente alterado el metabolismo, no sólo de la fenitoina sino también de otros fármacos tales como la tolbutamida, glipizida y la warfarina. Como la warfarina se utiliza ampliamente y tiene un índice terapéutico limitado, sus efectos adversos relacionados con la concentración son serios (por ejemplo, el riesgo de sangramiento). La administración de otros fármacos junto con la warfarina, pueden contribuir también a diferencias individuales en la respuesta al tratamiento de anticoagulación a través de una variedad de mecanismos. Así, inhibidores potentes de CYP2C9, tales como la fenilbutazona, la sulfinpirazona, la amiodarona, el miconazol y el fluconazol, producen marcadamente y en forma de pronóstico un aumento casi inmediato del efecto anticoagulante, lo que incrementa el riesgo de sangramiento cuando se administran junto con warfarina.