Felipe II (1556-1598) Felipe II nació el 21 de Mayo de 1527, en Valladolid. Hijo de Carlos I de España y V de Alemania y de Isabel de Portugal, heredó un inmenso legado. En 1554 recibió el reino de Nápoles y el ducado de Milán, en 1555 los Países Bajos, y en 1556 las coronas de Castilla y Aragón con sus posesiones atlánticas y mediterráneas. No heredó el trono del imperio alemán, que pasó a manos de su tío Fernando. Tuvo cuatro matrimonios: -Con María Manuela de Portugal, prima de Felipe, el 15 de noviembre de 1543 que falleció tras el parto del príncipe Carlos, el 12 de julio de 1545. -Con María Tudor reina de Inglaterra en 1554, muriendo en noviembre de 1558. -Con Isabel de Valois, como consecuencia del tratado de paz firmado con Francia, de la que nacerán dos hijas: Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela. -Con Ana de Austria en 1570 con quién tendrá cinco hijos, aunque sólo sobrevivió el futuro Felipe III. Felipe II tuvo que hacer frente durante sus reinados a varios conflictos: las revueltas de los Países Bajos, las luchas contra Francia, la pugna con Inglaterra, y el control de los turcos en el Mediterráneo. En los Países Bajos se había extendido el protestantismo, y tanto Inglaterra como Francia pretendían la independencia de los mismos, para mermar el poder de España en Europa, y para tratar de controlar una de las zonas de mayor pujanza económica del momento. Las rebeliones se sucedieron unas tras otras. Por los Países Bajos pasaron algunos de los principales jefes militares del país. En 1556 fue el duque de Alba el que sometió la revuelta y consiguió contener, durante algunos años, los diferentes conatos de levantamiento. En 1568 el príncipe de Orange invadió los Países Bajos y, nuevamente, el duque de Alba tuvo que intervenir rechazando el ataque y evitando la definitiva independencia de los Países Bajos, aunque una parte quedó fuera de su control. Este fracaso hizo que el duque de Alba fuese sustituido por D. Luis de Requesens que llevó a cabo una política menos belicista y más dialogante. Sin embargo las fuertes tensiones existentes se vieron agravadas cuando los soldados españoles, al no recibir la paga, saquearon Amberes. Entre 1576 y 1578 el nuevo gobernador será Don Juan de Austria, pero su muerte en 1578 impidió que pudiese poner fin al conflicto. En 1578 llega Alejandro Farnesio y se iniciarán nuevos ataques. No obstante el destino está ya marcado ya que, aunque Felipe II termina abdicando en su hija Clara Eugenia como nueva reina de los Países Bajos que sólo será aceptada como reina por la zona sur (aproximadamente actual Bélgica) y no por la norte (actual Holanda), los Países Bajos no volverán a ser plenamente españoles nunca más. En 1648 España terminará reconociendo la independencia de la nueva república. Contra Francia se desarrollarán dos conflictos, uno pendiente del reinado anterior, fruto de las ambiciones francesas sobre Italia donde España la había derrotado con anterioridad. Tras la victoria de España en San Quintín (27 de Agosto de 1557) se firmó la Paz de Cateau-Cambrésis, por la cual Francia reconocía las posesiones españolas en Italia y se concertaba el matrimonio de Isabel de Valois (hija del rey francés) con Felipe II. Este matrimonio será una de las cuestiones que desencadenará la siguiente guerra. Tras unos años turbulentos en Francia debido a las luchas entre cristianos y protestantes (hugonotes), accede al gobierno Enrique de Navarra (hugonote). Éste no será aceptado por el poderoso partido de los Guisa de Francia (cristianos) ni por Felipe II que pretenderá que su hija Clara Eugenia (hija de Isabel de Valois) sea la nueva reina. Las tropas de Felipe II penetraron en Francia, pero el apoyo que ésta recibió de Inglaterra y Holanda hizo desistir a Felipe II, además Enrique de Navarra (Enrique IV) se convertirá al catolicismo. (“París bien vale una misa”, dirá). Frente a los Turcos trató de limitar sus constantes incursiones en el Mediterráneo, tras haber ocupado Chipre, Túnez y Malta. En 1570 forma la Liga Santa junto a Roma, Venecia y Génova (muy perjudicas como centros comerciales), y consiguen derrotar a los turcos en la Batalla de Lepanto (en la que participó Cervantes). La lucha durará en el norte de África, hasta la firma de la tregua en 1581. Con Inglaterra no hubo un conflicto como tal sino que, sus planteamientos religiosos, su apoyo a los Países Bajos y a Francia y los asaltos de barcos españoles que venían de América, determinaron a Felipe a la ruptura de relaciones. Las posteriores incursiones inglesas en territorio español impulsaron la creación de un gran Armada para invadir Inglaterra, la llamada “Armada Invencible”, que fue destruida en las costas inglesas y supuso el declive naval español. Respecto a la política interior, destaca el intento de Felipe II de controlar todo lo referente al gobierno, lo que le hacía revisar absolutamente todo, con el consiguiente retraso burocrático. Buscó también un mayor desarrollo administrativo, apuntalando el Estado Moderno, creando Consejos (Consejo de Italia) audiencias (Sevilla, Quito, Chile, etc.…) trasladando la corte permanente a Madrid,…. Tuvo también que hacer frente a las revueltas de los moriscos de Granada, en dos ocasiones, en 1568 y en 1576. Pero quizás, el episodio que más ha destacado en la historia, creador de la leyenda negra, fue el asesinato de don Juan Escobedo, secretario personal de don Juan de Austria, atribuido a Felipe II, aunque el verdadero promotor del asesinato será Antonio Pérez, jefe de una de las dos facciones que competían en la corte por el favor del rey. Si el anterior fue el hecho más oscuro del reinado de Felipe II, el que le supuso un mayor éxito fue la anexión de Portugal en 1581, tras su nombramiento como rey por las corte de Thomar. Felipe II, muere el 3 de Septiembre 1598, en el monasterio de El Escorial, que había mandado construir. Desde hacía casi veinte años, las enfermedades, y un progresivo debilitamiento habían ido dejando huella en él, debiendo de compartir las tareas de gobierno ya que, entre otras cosas, en las últimas fases de su enfermedad, llegó a perder la movilidad de la mano derecha sin poder firmar los documentos.