ESCUELA ACEDÉMICA DE DERECHO ARTÍCULO LOS ESPONSALES EN NUESTRO ORDENAMIENTO CIVIL.PROPUESTA DE REFORMA AUTOR : ODAR ORDOÑEZ JESÚS MANUEL TIPO DE INVESTIGACIÓN: TEÓRICO – PRÁCTICA LOCALIDAD DEPARTAMENTO DE LAMBAYEQUE : PIMENTEL - 2009 LOS ESPONSALES EN NUESTRO ORDENAMIENTO CIVIL.- PROPUESTA DE REFORMA Docente: Jesús Manuel Odar Ordoñez I. INTRODUCCIÓN DEL TEMA: La institución de los Esponsales tiene antecedentes en el Derecho Romano, Ulpiano en su obra el “Digesto” los definía como “una promesa que ambas partes se dan recíprocamente de futuro matrimonio”. En el Derecho Canónico se consideró a los esponsales como “una promesa bilateral de matrimonio a semejanza del derecho romano”. La institución posteriormente es recogida por la legislación española de donde es tomado por el derecho de familia peruano. El Código Civil Español, se refiere a los esponsales y sus efectos jurídicos, denominándolo como promesa de matrimonio. Según Luis Diez Picazo y Antonio Guillén, existe promesa de matrimonio cuando dos personas se manifiestan recíprocamente la voluntad de contraer matrimonio en el futuro, no se trata de simples manifestaciones de deseos; sino, de una seria voluntad y en el orden jurídico, la figura se recibe de los hábitos y costumbres sociales en los cuales se introdujo como comienzo de una fase de preparación del matrimonio. Al cruce de promesas matrimoniales se le ha denominado tradicionalmente “esponsales.” (01) En los distintos países donde se ha legislado sobre los esponsales, se ha tenido en cuenta las “costumbres”. En nuestro país el legislador, al formular los artículos 2391 y 240º del código civil de 1984 que se refiere al instituto de los esponsales; tuvo en cuenta la costumbre en su verdadera concepción social, constatando que en un sector de la población de la sierra y de la selva practican los esponsales. En las Comunidades Campesinas de la sierra central del Perú, se practica el servinacuy, institución muy antigua que a la llegada de los españoles y como consecuencia del Concilio del Trento, se implanta el matrimonio religioso en la colonia, aplicándose inmediatamente a los que ya se encontraban unidos por la costumbre, convirtiéndose así el “servunacuy” de un matrimonio a prueba, perdiendo su carácter de matrimonio pleno basado en la costumbre. La institución de los esponsales fue recogida en el Código Civil de 1852, 1936 y el vigente de1984. _________________________________ (01) DIEZ PICAZO, Luis y GUILLÓN Antonio. “Sistema de Derecho Civil”. Volumen IV. Quinta Edición. Editorial S.A 1990.Madrid España. Pp 88-94. (02) ARIAS SHCREIBER PEZED, Max.- “El Derecho de la Familia y los Contratos” . Libro Homenaje al Dr. Héctor Cornejo Chávez.. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú 1990 Lima - Perú. Pg. 268 Sin embargo en la jurisprudencia se encuentran poquísimas sentencias sobre esponsales, debido a que a pesar de la existencia de una promesa de contraer matrimonio, no existe obligación de contraerlo (Art. 239 C.C ); pues, atentaría contra la libertad que debe regir en este campo del matrimonio; sin perjuicio de esto “Si la promesa de matrimonio se formaliza indubitablemente entre personas legalmente aptas para casarse y se deja de cumplir por culpa exclusiva de uno de los promitentes, ocasionando con ello daños y perjuicios al otro o a terceros, aquél estará obligado a indemnizarlos. En opinión de Maz Arias Schreiber Pezet “Los esponsales no son un contrato ni un antecontrato, ni un acto preeliminar contractual, puesto que no son vinculatorios y por lo tanto, no están destinados a la celebración de un matrimonio forzoso, inadmisible en la medida de que la libertad de contrato es de su propia naturaleza y escencia”. (02) Si bien es cierto en nuestra realidad socio jurídica poco pensamos firmar una promesa de matrimonio de futuro; sin embargo, existe la práctica de cambio de anillos o aros de compromiso. Esta práctica social debe ser regulada a semejanza de los esponsales, a fin de otorgar seguridad jurídica a los promitentes en cuanto resulten perjudicados su honor y su honra, que son derechos de toda persona humana y además también el resarcimiento por el daño que acarrea el incumplimiento injustificado de la promesa de matrimonio y de la revocación de las donaciones por razón del matrimonio proyectado a futuro; asimismo, debe introducirse modificatorias en el código civil en cuanto al plazo de caducidad de la indemnización de los esponsales. II. RAZONES PARA LA REFORMA: Aún cuando hay opiniones que sugieren suprimir el Capítulo Primero: ESPONSALES del Título I: El Matrimonio como Acto, de la Sección Segunda: Sociedad Conyugal, por considerar suficientes las reglas sobre Responsabilidad Civil Extracontractual. Considero que debe mantenerse; pues, en la práctica suceden casos de comportamiento injustificado del noviazgo, con daños materiales y morales que deben ser resarcidos. Establecida la responsabilidad para indemnizar los daños materiales y morales por la culpa injustificada de los esponsales, soy de la opinión, que debería de suprimirse el párrafo tercero del artículo 240º del C.C que faculta revocar las donaciones que cada uno de los prometidos haya hecho a favor del otro por razón del matrimonio proyectado. Así como también debe suprimirse la parte final de este artículo que remite a lo prescrito en el artículo 1635º del C.C, que se refiere a las reglas que deben aplicarse, en el caso de que la restitución de las donaciones no fuese posible. La razón de nuestra opinión radica en que las donaciones como símbolo de los esponsales, cuando estas originan un enriquecimiento injusto y como consecuencia, también el empobrecimiento del otro promitente, justifican la restitución; pero, para ello existe la regla contenida en el artículo 1954º del C.C : “ Aquel que se enriquece indebidamente a expensas de otro, está obligado a indemnizarlo “ 2.1. LA REALIDAD SOCIO JURÍDICA MATRIMONIAL EN EL PERÚ: Sin duda la “vida social” se transforma y desenvuelve constantemente, impulsada en una serie de factores diversos como son: el sentimiento ético, la Constitución Política, la conciencia jurídica en general; por lo que el legislador debe tener en cuenta estos factores sociales; es así, que la ley debe considerar las nuevas orientaciones de la conciencia social. En el caso de los “esponsales”, sostengo que se ha distorsionado su finalidad como institución preparatoria del matrimonio y que más bien este convenio, se utiliza para evadir la celebración del matrimonio como formula para conseguir apeticiones sexuales y para atenuar o eximir eventualmente responsabilidades que de otro modo configurarían delitos de naturaleza sexual (Javier Peralta Andía, op cit. Pag.1157). Sin embargo nuestra investigación mediante encuestas a Jueces de Familia, Abogados, Litigantes, revela que subsiste en nuestro departamento la práctica social de cambio de aros, para simbolizar la promesa de matrimonio o el noviazgo; acto que es público; además, de recurrir al “documento” como es el “contrato esponsalicio” privado, con intervención de testigos y con firma legalizada por Notario Público o mediante “Acta” con intervención del Juez de Paz en los lugares donde no hay notario. En los “documentos privados” no sólo se pacta el compromiso de matrimonio a futuro; sino, además las cláusulas con las donaciones que los familiares de los promitentes realizan para los futuros cónyuges. Esta realidad, según nuestro criterio aconseja no sólo mantener la institución de los esponsales en el Código Civil; sino, también de incentivarlo, teniendo en cuenta que es la antesala del matrimonio; institución que tiene una base en bienes espirituales; pues el derecho existe porque no es posible garantizar que siempre haya amor o caridad. El derecho debe acudir en salvaguarda de esos bienes espirituales contra los groseros agravios. Ahora que la Constitución Política postula el Principio de la Igualdad Jurídica de los cónyuges y condena el abuso del derecho, esos principios deben concretarse en normas jurídicas de vigencia plena. III. PROPUESTA: 3.1. LA EXIGENCIA DE LA FORMA INDUBITABLE PARA PROBAR LOS ESPONSALES El artículo 240º del Código Civil, exige la “forma indubitable” para acreditar la promesa de matrimonio; sin embargo la observación de la práctica de los esponsales nos revela que actualmente no se recurre al documento escrito; siendo numerosas las promesas de matrimonio que se naturalizan en un acto público, como es el cambio de aros; es decir, sin solemnidades, por lo que proponemos la modificatoria de este artículo por una fórmula que la vuelva más cotidiana; como ejemplo: Todo acto público que presente indubitablemente el deseo de contraer matrimonio con otra persona y aceptada por ésta, constituye los esponsales; esta idea la incorporamos en la modificatoria siguiente: Art. 240º .- Ruptura de los Esponsales: Si la promesa de matrimonio consta de “acto público indubitable” entre personas legalmente aptas para casarse y se deja de cumplir por culpa exclusiva de uno de los promitentes, ocasionando con ello daños y perjuicios al otro o a terceros, aquél estará obligado a indemnizarlo. Este primer párrafo del art. 240º del Civil Civil, debemos acomodarlo con los artículos 188º del Código Procesal Civil, que establece que los medios probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por las partes, producir certeza en el Juez respecto de los puntos controvertidos y fundamentar sus decisiones; y con el artículo 191º del citado código que admite medios de prueba y sus sucedáneos, aunque no estén tipificados en este código, son idóneos para lograr la finalidad prevista en el artículo 188º del código procesal civil. Asimismo la reforma propuesta, es congruente con el concepto de documento establecido en el artículo 233º del código procesal civil y la clasificación de documentos regulada en el artículo 234º del código procesal civil que incluye los documentos públicos y privados, los impresos, fotocopias, fax, planos, fotografias, reproducción de audio, etc, siendo que todos los mencionados dan seguridad a la prueba de los hechos. 3.2. EL TÉRMINO DE CADUCIDAD Consideramos que el artículo 240º C. Civil en su segundo párrafo, según la propuesta debe quedar modificado de la forma siguiente: ART. 240º.- Ruptura de los esponsales: …”La acción caduca dentro del plazo de un año a partir de la ruptura de la promesa…” Es más técnico y más práctico para dilucidar el conflicto de intereses por parte del Juzgador que de oficio esté facultado para invocar la caducidad, sin necesidad de que la invoquen las partes. 3.3. MODIFICACIÓN DEL TERCER PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 240º DEL CÓDIGO CIVIL “… Dentro del mismo plazo, cada uno de los prometidos puede “ revocar “ las donaciones que haya hecho a favor del otro por razón del matrimonio proyectado. Cuando no sea posible la restitución, se observa lo prescrito en el artículo 1635º del C. C. “ Max Arias Schreiber Pezet (1), ha sugerido la supresión de este párrafo del artículo 240º que se refiere a la revocación de las donaciones con motivo del futuro matrimonio. Nosotros siguiendo lo establecido por el Código Civil Alemán, proponemos modificar este párrafo final del artículo 240º del Código Civil por el siguiente: “ Dentro del mismo plazo, cada uno de los prometidos puede exigir la restitución de lo donado como símbolo de los esponsales, según las disposiciones sobre restitución de un enriquecimiento injusto” Es decir que la acción para revocar las donaciones a causa del futuro matrimonio, sólo procederá cuando haya causado el enriquecimiento de uno de los promitentes y el empobrecimiento del promitente que hace la donación, lo que excluye la devolución de bienes de escaso valor o de un valor solamente afectivo como puede ser los recuerdos y objetos de uso personal de poco valor. En conclusión el texto sustitutorio del artículo 240º del C. Civil que proponemos es el siguiente: Art. 240º.- Incumplimiento de la promesa esponsalicia “ Si la promesa de matrimonio consta de acto público entre personas legalmente aptas para casarse y se deja de cumplir por culpa exclusiva de uno de los promitentes, ocasionando con ello daños con perjuicios al otro o a tercero, aquél estará obligado a indemnizarlo. La acción caduca dentro del plazo de un año a partir de la ruptura de la promesa. Dentro del mismo plazo, cada uno de los prometidos puede exigir la restitución de lo donado como símbolo de los esponsales, según las disposiciones sobre restitución de un enriquecimiento injusto “ IV. CONCLUSIONES: PRIMERO: Los esponsales como institución de nuestro Código Civil tienen la naturaleza de un contrato de promesa de futuro matrimonio, otorgado entre personas que tienen capacidad para obligarse por su representante o quienes ejerzan la patria potestad. SEGUNDO: En la historia del derecho universal, los esponsales surgen de las costumbres de las diversas culturas, y sigue en su corriente evolutiva como norma sociales hasta llegar a ser regulados por el derecho positivo, que los reglamenta; así tenemos que cada nación a legislado estableciendo diversas modalidades para su constitución, sus elementos formales y los consiguientes efectos jurídicos. TERCERO: Existen diversas teorías que pretenden explicar la naturaleza de los esponsales, a las que adhiere diversas naciones en la promulgación de sus Códigos. CUARTO : Aún cuando nuestro Código Civil no se refiere de manera expresa, se deduce de sus artículos que su adhesión es por la “teoría de la responsabilidad contractual”, ya que considera a los esponsales como un convenio bilateral con derechos y obligaciones; si bien es cierto no origina obligación de contraer matrimonio, es una convención licita de alcances limitados plantear una acción por los posibles daños y perjuicios que ocasionen el incumplimiento por culpa exclusiva por uno de los promitentes. QUINTO: Las condiciones de validez de los esponsales son: la capacidad de los otorgantes y las formalidades, la necesidad del consentimiento para el matrimonio del menor, ausencia de vicios que anulen el consentimiento o voluntad; en cuanto a las condiciones el Código Civil nos la regula así como tampoco el término o plazo de los esponsales, consideramos que pueden establecerse condiciones que vayan con las buenas costumbres. SEXTO: El análisis del artículo 239 del Código Civil nos permite señalar dos cuestiones que se deben tener presente: Primero, que pese a la existencia de promesa de contraer matrimonio no existe obligación de contraerlo, pues atentaría contra la libertad que debe regir en este campo. En segundo lugar tampoco hay obligación de cumplir aquello estipulado para el supuesto de ausencia de celebración, puesto que es ineficaz este tipo de estipulación. SEPTIMO: Respecto a los impedimentos para la procedencia de los esponsales nuestro Código Civil no trata específicamente este punto dentro de los esponsales, por lo que por analogía se aplican a ellos los impedimentos establecidos para contraer matrimonio referentes a la capacidad civil y física, así como los impedimentos de orden moral y social establecidos en los artículos 241, 242, 243, del Código Civil. OCTAVO: El dolo y la culpa son las causales de ruptura de los esponsales que otorgan al promitente perjudicado la acción para exigir la reparación de daños y perjuicios ya sean de orden moral o patrimonial e incluso puede demandar la restitución de las donaciones hechas por terceros. NOVENO: El análisis del artículo 240 del Código Civil, revela que el legislador exige que la promesa de matrimonio se formalice de modo indubitable, lo que significa la forma escrita, limitando los medios de prueba para accionar por daños y perjuicios, en contravención del Código. Procesal Civil, que establece gran variedad de medios probatorios. DECIMO: El plazo para interponer la acción indemnizatoria de daños y perjuicios y para la revocación y restitución de las donaciones por causa de la promesa matrimonial, es de un año, debe entenderse como plazo de caducidad, porque ataca al derecho. DECIMA PRIMERO: Existe una consecuencia de orden universal al considerar los diferentes Códigos de los países el incumplimiento de la promesa esponsalicia, genera una necesaria protección contra los agravios materiales y morales que se infieren a la persona inocente. DECIMA SEGUNDO: Los esponsales sirven como presunción para la investigación de la paternidad ilegítima, lo que no se puede aceptar es que nuestro código exija para la prueba de la paternidad ilegitima la existencia de escrito indubitable del padre. Esta exigencia, es por lo demás impuesta para la novia que confiado en la promesa llega a tener relaciones carnales con el prometido. Los esponsales en este caso actúan como simple presunción, siempre que la promesa coincida con la fecha de la concepción. DECIMA TERCERO: La amplitud de la revocatoria y restitución de las donaciones por el incumplimiento de la promesa de matrimonio que concede el artículo 240 del Código Civil, a nuestro criterio es excesiva, debiendo limitarse a los casos de enriquecimiento indebido; esto es cuando hay desbalance patrimonial. V. RECOMENDACIONES PRIMERO: Debe modificarse el artículo 240 del Código Civil, en la parte que exige la forma indubitable, ya que en nuestra realidad socio jurídica la mayoría de esponsales se efectúa por acto público de cambio de aros, por lo que puede utilizarse la gran variedad de medios de prueba, siempre que sean idóneos para dar certeza del acto. SEGUNDA: También debe modificarse en ese extremo el Código Civil, haciendo constar que el plazo para interponer la acción indemnizatoria y la de revocación y restitución de las donaciones, es un plazo de caducidad por los efectos distintos a los de la prescripción. TERCERA: Las revocaciones y sustituciones de las donaciones; sólo debe ampararse cuando han causado un enriquecimiento injusto.