ROL DE LOS FORRAJES CONSERVADOS EN UN SISTEMA AUSTRALIA

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ROL DE LOS FORRAJES CONSERVADOS EN UN SISTEMA
LECHERO PASTORIL DE ALTA INTENSIFICACION EN
AUSTRALIA
La escasez de agua y tierra arable
han sido identificados como dos de
los mayores desafíos para el sector
lechero australiano en los próximos
20 años. Este contexto, sumado a la
creciente volatilidad en el precio de
los granos, ha llevado a los
productores a apuntar a sistemas
que maximicen producción de leche
por hectárea en base a forraje de
propia producción.
La pastura es el recurso forrajero de
mayor uso en los sistemas lecheros
australianos. Sin embargo, ha sido
comprobado que, incluso bajo
condiciones de manejo óptimo,
existe un techo en la producción y
utilización del pasto que se ubica
alrededor de las 18 ton de materia
seca (MS)/ha/año. Para lograr
incrementos en forraje de propia
producción por encima de esos
valores es necesario implementar
sistemas que incluyan otro tipo de
cultivos forrajeros.
El sistema CFS (Sistema de Forrajes
Complementarios) fue diseñado para
cumplir ese rol. Este sistema supone
la integración, sobre un tambo base
pastoril, de una rotación de tres
cultivos en un año (maíz para silo,
nabo forrajero y trébol persa). Con
esta combinación de cultivos, se ha
alcanzado una utilización de 37 ton
de MS/ha/año en un tambo
experimental en Camden, en el
estado de New South Wales.
En este tambo que utiliza el sistema
CFS, un 65% del área efectiva está
ocupada por una pastura de kikuyo
(Pennisetum
clandestinum;
gramínea subtropical) intersembrada
con raigrás anual desde otoño a
primavera. El restante 35% del área
del tambo es ocupado por la rotación
anual de 3 cultivos (ver Figura 2).
De esta rotación, el nabo forrajero y
el trébol persa son aprovechados
mediante pastoreo, mientras que el
maíz es ofrecido en comedero como
silo de planta entera.
El tambo experimental se compone
de un rodeo de 100 vacas (al
momento del pico de producción)
sobre un área efectiva de 21.5 has.
El objetivo es producir 30.000
litros/ha sobre forraje propio. Esto es
descontando el concentrado que
esta reducido a solo 1 ton
MS/lactancia.
La complementariedad
en el
sistema CFS se da a 2 niveles. Por
un lado a nivel suelo-planta, debido
a la diferente estructura de raíces y
uso de nutrientes de los cultivos
intervinientes en el triple cultivo. Por
otro lado, a nivel sistema, facilitando
el aporte de cantidad y calidad de
forraje durante todo el año para una
alta producción de leche. En este
último aspecto el silaje de maíz
juega un rol central.
Durante el invierno, cuando el
crecimiento de la pastura alcanza
sus valores más bajos, el silo de
maíz es el principal componente de
la dieta, llegando a representar
hasta
el
53%
de
la
MS
consumida/día. Sin embargo fue
posible mantener la producción de
leche diaria cercana
al objetivo
debido a la oportuna combinación
con los forrajes de pastoreo del triple
cultivo (nabo forrajero y trébol),
como se puede observar en la figura
1.
La complementariedad nutricional
entre el silaje de maíz, el nabo
forrajero y el trébol es clave.
Mientras que el silaje presenta baja
proteína (8 % proteína cruda), alta
fibra (55 % FDN) y digestibilidad
moderada (60 % de la MS), los
mencionados cultivos de pastoreo
aportan un muy alto contenido
proteico (~25 % proteína cruda),
baja fibra (~26 % FDN) y alta
digestibilidad (~75 % de la MS).
De esta manera, el silaje de maíz no
solo permite mantener la muy alta
carga del sistema durante otoñoinvierno, sino que también
se
combina perfectamente con los
forrajes de pastoreo para mantener
producción de leche, y esto con un
bajo nivel de concentrado en la dieta
(de 3.3 a 4 Kg. MS/vaca/día).
Una de las premisas del CFS es
mantener la simplicidad y que su
implementación
no
implique
inversiones
en
maquinaria
o
estructura adicionales a lo que usa
normalmente un tambo pastoril. Por
lo tanto, el silaje de maíz es ofrecido
solo, y no como parte de una ración
mezclada.
Con este sistema se logro una
producción de leche sobre forraje
propio de 28.000 Lt/ha/año, apenas
por debajo del objetivo inicial. Este
resultado, logrado por 2 años
consecutivos,
es
el
máximo
registrado hasta ahora en módulos
de campo pastoriles en el mundo.
La siguiente fase de evaluación del
CFS incluye un estudio de
modelacion
para
estimar
la
sustentabilidad tanto económica
como
ambiental
del
sistema,
sumado a un programa de prueba
para su implementación en tambos
comerciales.
Este trabajo es parte del proyecto
FutureDairy liderado por Sergio
(¨Yani¨) Garcia dentro de la
Universidad de Sydney. El presente
estudio forma parte del doctorado de
Santiago Fariña.
Leche
(Lts/vaca/dia)
28
26
27
24
22
24
24
25
26
25
24
23
24
23
23
22
20
28
26
24
20
(Kg./vaca/dia)
Consumo de MS
22
18
16
24
23
22
22
21
20
20
21
20
19
19
16
14
Concentrados
Silaje de maiz
12
10
Nabo
forr./Trebol
8
6
4
Pastura
2
0
May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr
Figura 1 – Consumo de material seca, producción de leche y eficiencia de
conversión diarios en el tambo CFS.
Tambo CFS
Kikuyo
65%
Pastura
35%
Triple cult.
20 t MS/ha
37 t MS/ha
Nabo
forrajero
Raigrás
Anual
Mar
Apr
May
Jun
Trebol
Persa
Jul
Aug
Sep
Maíz
Oct
Nov
Dec
Jan
Figura 2 – Distribución de la superficie efectiva y rinde de forraje utilizado en el tambo experimental
implementando el Sistema de Forrajes Complementarios (“CFS”).
Feb
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