ESTUDIO FAO: PRODUCCION Y SANIDAD ANIMAL 22 recursos genéticos animales en américa latina ganado criollo y especies de altura editado por berndt müller-haye y juan gelman preparado por la organización de las naciones unidas para la agricultura y la alimentación en colaboración con el programa de las naciones unidas para el medio ambiente ORGANIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACION Roma 1981 Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no implican, de parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, juicio alguno sobre la condición jurídica de países, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. M-22 ISBN 92-5-301052-5 Este libro es propiedad de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. La solicitud para ser reproducido, en su totalidad o en parte, por cualquier método o procedimiento, deberá enviarse al Director de Publicaciones, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Via delle Terme di Caracalla, 00100 Roma, Italia, especificando la extensión de lo que se desea reproducir y el propósito que con ello se persigue. © FAO y PNUMA INDICE A. Recomendaciones de la Consulta de Expertos FAO/PNUMA sobre la evaluación y conservación de recursos genéticos animales B. Introducción C. Autores D. Ponencias I. Desarrollo del ganado Criollo en América Latina: resumen histórico y distribución actual J.J. Salazar y A. Cardozo II. Resistencia a enfermedades y adaptación de ganados Criollos de América al ambiente tropical J. de Alba III. Producción de leche por vacas Criollas puras V. Bodisco y O. Abreu IV. Producción de leche en cruzamientos con ganado Criollo H. Muñoz y O.W. Deaton V. El ganado lechero tropical de América Latina J. de Alba VI. Las razas Criollas colombianas para la producción de carne G. Hernández VII. El uso del ganado Criollo en programas de cruzamiento para la producción de carne en América Latina D. Plasse VIII. La reproducción de las razas Criollas R. de la Torre IX. Especies zootécnicas nativas de los Andes Altos A. Cardozo X. Camélidos sudamericanos C. Novoa XI. El cuy y su producción de carne M. Zaldivar XII. Razas indígenas de ovinos y caprinos en América Latina I.L. Mason XIII. Posibilidades de realizar programas de acción internacionales para la conservación y evaluación de recursos genéticos animales en América Latina con referencia especial al ganado Criollo B. Müller-Haye E. Bibliografía A. RECOMENDACIONES DE LA CONSULTA DE EXPERTOS FAO/PNUMA SOBRE LA EVALUACION Y CONSERVACION DE RECURSOS GENETICOS ANIMALES 1. De tipo general Se recomienda a los países latinoamericanos la conservación y evaluación del germoplasma de animales domésticos nativos y adaptados y se apoya la realización de programas en ese sentido y el reforzamiento de los ya existentes. La FAO debería colaborar en el trazado de las políticas de mejoramiento y fomento animal de los diferentes países, ayudando a cada organismo nacional a evaluar los recursos y las alternativas de producción pecuaria. La FAO debería canalizar esfuerzos y asistencia para el desarrollo de un programa de conservación y evaluación de recursos genéticos animales, el cual incidirá a muy corto plazo en la producción de los países del área. Se recomienda poner en conocimiento de los organismos internacionales públicos o privados la necesidad de apoyar propuestas que tiendan a la conservación y evaluación del germoplasma antes mencionado. Los esfuerzos e investigaciones que se realizan en los diferentes países deberían coordinarse mejor. La realización de reuniones y la publicación de informes sobre los resultados mejorana la comunicación entre los grupos de investigadores que trabajan en el tema. Esto promovería una investigación más efectiva y generaría nuevas ideas. Se recomienda que los organismos relacionados con la preservación de especies domesticas y silvestres, tanto internacionales (FAO, PNUMA, FMN, UICN)|Como nacionales, intensifiquen sus esfuerzos en ese sentido no sólo por el mero interés de la conservación sino con el objeto de mantener una fuente de material genético de alto valor para regiones marginales de América Latina. Como organismo promotor del desarrollo, la FAO debería ayudar al intercambio de material genético tropical adaptado, al igual que lo hace con material de zonas templadas, con la finalidad de establecer programas de cruces alternos y de prueba de progenie animal, apoyando los programas actuales y futuros. Es necesario revisar las políticas internacionales vigentes con la finalidad de que puedan intercambiar material genético los países donde se registra la presencia de aftosa. Asímismo, se debería dar mayor importancia al mejoramiento del control sanitario en los países latinoamericanos a fin de vencer las barreras naturales de los Andes. Se recomienda a la FAO que en futuras consultas o seminarios especiales se evalúen las especies porcinas y avícolas nativas y adaptadas con miras a determinar su importancia social y económica. 2. De tipo particular 2.1 Institucionales Se sugiere que la Asociación Latinoamericana de Producción Animal (ALPA) forme un Grupo Consultivo para la Conservación y Evaluación de Germoplasma Animal Indígena. Debería crearse una Asociación Latinoamericana de estudio, fomento y desarrollo del ganado Criollo tropical, para unificar lo más posible los objetivos y metas de la región en la materia y, a la vez, difundir los criterios básicos de las ventajas que ofrece el Criollo y estimular su uso en cruzamientos. Esta Consulta recomienda a la FAO la organización y desarrollo de esta asociación. Se deberían reforzar los programas regionales, unificando los criterios comunes y sometiendo a la aprobación del conjunto que el CATIE, por su experiencia y continuidad, se constituya en la Agencia a ser fortalecida y respaldada en el esfuerzo de coordinar las subestaciones del área. Se recomienda el establecimiento de centros de enlace con el fin de constituir una red de trabajo, seleccionando para ello grupos con capacidad técnica administrativa ya instalados o creándolos cuando así sea necesario para cumplir las siguientes funciones: (a) coordinación de la metodología de recepción e intercambio de información entre los grupos participantes. (b) Promoción del establecimiento de una red de investigación para la evaluación y utilización del material conservado, interesando además a los productores en la aplicación de los resultados obtenidos. (c) Apoyo metodológico al planeamiento y conducción experimental de ensayos que tiendan a la conservación y evaluación del germoplasma animal. (d) Apoyar programas de capacitación de personal y de equipamiento de los grupos participantes para asegurar la continuidad de la labor. (e) Promover el intercambio del material genético. (f) Procurar la obtención de recursos a través de organismos internacionales o nacionales para asegurar las acciones propuestas. Se recomienda a los organismos nacionales relacionados con el sector pecuario la integración de comités nacionales para elaborar medidas y políticas que tiendan a la conservación, evaluación y utilización de recursos genéticos animales. Se debería promover la creación de asociaciones de criadores de las distintas especies del ganado Criollo, prestar la asistencia técnica necesaria a los miembros de estas asociaciones y extender los proyectos de investigación a las explotaciones ganaderas comerciales. Se debería propiciar la coordinación formal de los diversos grupos que están realizando trabajos con especies menores y adaptadas a condiciones de altura en América del Sur. Teniendo presente el reconocimiento mundial y el énfasis puesto en el pequeño agricultor, y dado el consenso de esta Consulta en el sentido de que el ganado Criollo es componente esencial del sistema de pequeños ganaderos, se recomienda además: (a) que se realicen análisis nacionales y regionales de la importancia económica y social del ganado para los sistemas de producción de los pequeños propietarios. Dichos análisis (de costo/beneficio) servirían para extender las investigaciones destinadas a evaluar las poblaciones disponibles de ganado Criollo, determinar los actuales niveles de producción, idear métodos de mejora por medio de la nutrición, sanidad, reproducción y mejoramiento genético, y para desarrollar sistemas de ordenación, inclusive programas de cruzamiento con otras razas adaptadas a los trópicos (por ejemplo, el ganado Cebú) o con razas exóticas de zonas templadas que ofrezcan ventajas particulares, tales como mejores tasas de crecimiento, rendimiento en canal o en leche (por ejemplo, razas productoras de carne británicas, ganado Holstein u ovejas Suffolk). Las informaciones necesarias para estos análisis incluyen la recopilación de datos básicos de producción, que abarcan la fertilidad anual, mortalidad, tasa de crecimiento, peso de adultos, etc. La coordinación entre los investigadores (por ejemplo, mediante simposios patrocinados por ALPA) facilitaría la elaboración de formularios uniformes, factores de reajuste y otros procedimientos para garantizar que los datos recogidos y resumidos en los distintos lugares puedan ser comparados y sean útiles para los análisis regionales. Un equipo de zootécnicos y economistas pecuarios debería elaborar programas para realizar estos análisis económicos regulares en base a los datos reunidos. Ello aumentaría la confiabilidad biológica y económica de los resultados. (b) Los resultados de estos análisis a nivel nacional y regional expuestos concisamente, deberían publicarse en documentos adecuados para conocimiento de políticos y autoridades que actúan a niveles de decisión y determinan los créditos para las investigaciones y el desarrollo. Deberían darse informaciones sobre el costo estimado de los proyectos de investigación y desarrollo, incluyendo el costo de los servicios de divulgación a los productores. Asímismo, debería detallarse el cálculo de los beneficios para el productor, el consumidor y la economía nacional, haciendo hincapié en el papel esencial del ganado Criollo para el aprovechamiento de alimentos de bajo costo (forraje, desperdicios, subproductos, etc.), en el valor nutritivo de la proteína animal para la dieta del hombre y el valor económico conexo de las industrias de cueros, textiles y artesanía. Además, se recomienda llevar a cabo, con la colaboración de los países interesados, estudios económicos y sociales a nivel nacional y regional que permitan evaluar la relación costo/beneficio de las inversiones requeridas para el mantenimiento o iniciación de proyectos de investigación sobre recursos genéticos nativos y su multiplicación, en comparación con otras alternativas. 2.2 Para la conservación y evaluación del ganado Criollo Los conocimientos alcanzados hasta ahora sugieren la necesidad de formar núcleos de germoplasma de ganado Criollo para la producción de carne y leche teniendo en cuenta las exigencias del medio ambiente propias de cada zona. Para ello se debe solicitar la cooperación de los ganaderos, con la finalidad de llevar a cabo con éxito programas de mejoramiento y conservación del Criollo. Se estima conveniente y necesario unir los esfuerzos de los distintos organismos e instituciones que trabajan con ganado Criollo a fin de que investiguen coordinadamente más a fondo sus cualidades y características y establezcan programas de control de producción como herramienta para su mejoramiento. También se recomienda que los esfuerzos de investigación se dirijan a encontrar métodos de apareamiento que mantengan el vigor híbrido a través de varias generaciones, y que puedan ser aplicados sin dificultad por el ganadero tradicional. Además, se deberían comparar los cruces entre Criollo y Cebú con las dos razas puras y con los cruces sistemáticos entre otras razas Bos taurus y Bos indicus en distintos sistemas de apareamiento. En la evaluación de la reproducción se debe incluir la investigación sobre el comportamiento sexual del toro y su fertilidad. La Consulta recomienda a los países que poseen ganado bovino Criollo de altura, evaluar su utilización dada la escasa producción en estos ecosistemas. 2.3 Para las especies menores de altura Camelidae spp. y chinchillas Es necesario ampliar las investigaciones sobre estas especies con el objeto de entender mejor sus variaciones biológicas, desarrollar practicas más adecuadas que reduzcan la mortalidad e incrementen la productividad, aumentar el rendimiento y la calidad del producto para la industrial textil. Es una investigación ampliamente justificada por la importancia que tienen estas especies para los campesinos e indígenas que habitan en las zonas altas de los Andes. Se debe preservar el material genético que representan las poblaciones de vicuña y guanaco, las cuales poseen ventajas genéticas muy especiales por su grado de adaptación al medio. Las cruzas entre estas especies pueden ofrecer la oportunidad de lograr un vigor híbrido notable combinando sus características mas deseables en los descendientes. 2.4 Para ovejas y cabras Se deben iniciar programas controlados de evaluación y explotación de la oveja Criolla de lana que involucren tres partes: (a) evaluación de las características y el comportamiento de las poblaciones actuales. (b) Estudio de los factores que limitan la productividad (nutrición inadecuada, parásitos, enfermedades, etc.) y observación de los resultados al mejorarse el manejo. (c) Realización de cruzamientos experimentales con razas mejoradas midiendo fertilidad, mortalidad, crecimiento, producción de lana, etc. Se debe aplicar el mismo programa a la oveja Criolla de lana. El programa de cruzamientos debe incluir cruzamientos recíprocos entre Criollo de lana y oveja de pelo en dos medios ambientes distintos. Se recomienda a los gobiernos de Estados Unidos de América y del Reino Unido que inicien un programa cooperativo de conservación y evaluación de la oveja en las Islas Vírgenes. Las causas de su degradación deben ser investigadas y corregidas. A la vez, se debe tener el cruzamiento indiscriminado e iniciar un programa de registro y selección. 2.5 Para Cavidae spp. Se deberían instalar criaderos piloto en las comunidades campesinas para mostrar los adelantos de la investigación en materia de mejoramiento genético, alimentación, manejo y sanidad. B. INTRODUCCION Durante muchos siglos el ganado Criollo vivió en las sabanas y valles de las montañas de América Latina, muchas veces en estado semi-salvaje. Estando expuesto al ambiente natural durante muchas generaciones, este ganado se adaptó a las condiciones locales y desarrolló características que le permitieron sobrevivir con una alimentación pobre, soportando condiciones climáticas extremas, tales como sequías e inundaciones, las temperaturas elevadas y la humedad. También tuvieron que defenderse contra depredadores y tolerar muchas enfermedades. Desde la mitad del siglo diecinueve, pero en mayor grado en el siglo veinte, el ganado Cebú fue introducido en América Latina para mejorar la producción de leche y carne de los animales Criollos y también la fuerza de tracción. De esta manera se obtuvieron excelentes resultados, especialmente en la generación F1, pero el mejoramiento atribuido al Cebú se debió a la heterosis. Esta ventaja se perdió, como ocurre tan frecuentemente, cuando el cruzamiento con el Cebú se continuo y produjo una absorción de las razas nativas. Algunos gobiernos reconocieron el valor de sus razas Criollas y establecieron núcleos de rebaños en estaciones experimentales para programas de selección. Sin embargo, estos esfuerzos son raros y no tienen un gran impacto sobre los ganaderos, que apenas salen de la fase de cruzamientos indiscriminados entre el ganado Criollo, Cebú y razas europeas. Estos ganaderos están comenzando a comprender que para el mejoramiento de la producción de carne y leche se deben considerar, entre otros factores, programas sistemáticos de cruzamiento y selección. La búsqueda de razas productivas para los trópicos y sub-trópicos de América Latina ha revivido el interés por el ganado nativo de la región y el Criollo, donde todavía existe, ha sido incorporado a proyectos comerciales. Los cruzamientos indiscriminados que se practicaron ampliamente en épocas anteriores, sin duda alguna han agotado seriamente el material genético Criollo disponible en muchas partes de América Latina. Tratando de resolver este problema, el PNUMA en 1973 decidió lanzar en colaboración con la FAO un proyecto piloto sobre la conservación de los recursos genéticos animales. El proyecto se llevó a cabo en 1974 y produjo una lista preliminar de razas de animales domésticos que se encuentran en peligro de desaparecer y asimismo proclamo una serie de acciones que han sido recomendadas o aplicadas para evitar la extinción. La continuación de este proyecto consiste en una serie de estudios de razas escogidas. La presente publicación se refiere a una de las consultas de expertos sobre el estado actual y el futuro de razas indígenas de animales domésticos y semi-domésticos en América Latina adaptados a su medio ambiente. Se espera que los trabajos de esta consulta esclarezcan aún más el status y el potencial de las diferentes razas, así como también puedan justificar la necesidad de su conservación y proporcionar una guía sobre procedimientos apropiados para su selección y cruzamiento con el objeto de preservar su potencial en futuros programas. La Consulta de Expertos FAO/PNUMA sobre la Evaluación y Conservación de Recursos Genéticos Animales en América Latina se celebró en el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) de Tibaitatá, población cercana a Bogotá, Colombia, del 6 al 9 de noviembre de 1978. Sus objetivos principales fueron los siguientes: 1. Reunir expertos altamente calificados para determinar la labor futura en relación al ganado vacuno Criollo y otros recursos genéticos animales, como Camelidae spp., ovejas, cabras, Caviidae spp., chinchillas, etc. a fin de mejorar su utilización y conservación. 2. Identificar los principales problemas que impiden la promoción y mayor difusión del ganado indígena. 3. Estudiar el modo de reforzar las instituciones y organismos que ya se ocupan de la investigación y producción de ganado indígena. 4. Estimular la cooperación regional para coordinar programas de protección de los recursos genéticos animales existentes, insistiendo especialmente en la ayuda mutua entre instituciones nacionales. 5. Examinar y evaluar los datos disponibles sobre el rendimiento del ganado vacuno Criollo puro y cruzado y otras especies nativas. C. Autores ALBA, Jorge de. Centro de Adiestramiento CAMPA, Asociación Mexicana de Producción Animal, Tampico, México ABREU, Oscar. Centro de Investigaciones Agropecuarias de la Región Zuliana, Maracay, Venezuela BODISCO, Vladimir. Instituto de Investigaciones Zootécnicas, CENIAP-FONAIAP, Maracay, Venezuela CARDOZO, Armando. Instituto Nacional de Fomento Lanero, Casilla 732, La Paz, Bolivia DEATON, Oliver. Centro Agronómico Tropical de Investigaciones y Enseñanza (CATIE), Turrialba, Costa Rica HERNANDEZ, Gustavo. Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).Subgerencia de Investigación División de Ciencias Animales, Tibaitatá, Colombia MASON, Ian L. Via di San Anselmo, 29, Roma, Italia MULLER-HAYE, Berndt. Investigaciones Agrícolas Internacionales, Centro de Desarrollo de Investigaciones, Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) Roma, Italia MUNOZ, Hector. Centro Agrónomico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), Turrialba, Costa Rica NOVOA, Cesar. Instituto Veterinario de Investigaciones Tropicales y de Altura (IVITA), Lima, Perú PLASSE, Dieter. Universidad Central de Venezuela, Facultad de Ciencias Veterinarias, Cátedra de Genética, Maracay, Venezuela SALAZAR, Juan José. Empresa Colombiana de Productos Veterinarios S.A., Bogotá, Colombia TORRE, Raúl de la. Programa de pastos y Ganadería bovina. Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP), Quevedo, Ecuador ZALDIVAR, Abanto Marco. Ministerio de Agricultura y Alimentación, Lima, Perú D. PONENCIAS I DESARROLLO DEL GANADO CRIOLLO EN AMERICA LATINA: RESUMEN HISTORICO Y DISTRIBUCION ACTUAL J.J. Salazar A. Cardozo En el conjunto regional de la economía latinoamericana, la ganadería bovina constituye una de las fuentes mas importantes de producción de proteínas, genera una gran utilización de mano de obra y ocupa una extensa área de nuestro territorio. A pesar de esta incidencia socio-económica en las estructuras latinoamericanas, la producción y productividad bovinas son inferiores a las de otra clase de industrias que, en la mayoría de los casos, no ofrecen las características de imprescindibilidad e importancia que representa el producto de la industria ganadera ni su naturaleza de renovación. La tarea del futuro en una zona que, en general, se distingue por el bajo nivel nutricional de sus habitantes, es estimular la producción proteínica y desarrollar prioritariamente una industria que permita cubrir al menos los mínimos requerimientos nutricionales de la problación, generando al mismo tiempo productos de exportación a fin de incrementar las divisas necesarias para el desarrollo integral de nuestros países. La problemática del ganado bovino es compleja. Se trata de un sistema de factores cuya resultante emerge de la suma e interacción de cada uno de ellos entre sí. En general, se ha señalado que la alimentación es uno de los aspectos más críticos del problema. Sin embargo, no podrían dejar de mencionarse otros factores tales como la sanidad, por las cuantiosas pérdidas que representa en materia de mortalidad y principalmente de morbilidad. Igualmente, el factor manejo - en el sistema y en el hato es considerado de primordial importancia en cuanto al control de los desequilibrios del esquema. También la capacidad de producción que deriva de la naturaleza genética es motivo de grave preocupación, porque afecta directamente a la economía y repercute en la producción y productividad de la empresa pecuaria. La producción bruta medida en kilos de canal o litros de leche en el hato podría ser considerada como un resultado absoluto. Sin embargo, el rigor económico requiere un análisis integral a fin de conocer el quantum de la inversión y la producción neta para determinar el concepto de productividad. Esta tampoco puede ser medida rígidamente, sino según el ecosistema y de acuerdo a cada sistema de producción. La experiencia indica que, en diferentes sistemas de producción, el componente bovino Criollo muestra, aparentemente, un grado importante de eficiencia. Sin embargo, como el bovino Criollo no ha sido seleccionado para la producción sino para la adaptación a los distintos sistemas, no puede pensarse que constituya la única alternativa para el componente genético. Lo que se trata de expresar es que el bovino Criollo es una base importante, tal vez insustituible en ciertas condiciones latinoamericanas, para la consideración del componente genético. Afirmar lo contrario sería pensar que pasaron en vano casi 500 años de selección natural por adaptación al medio latinoamericano. El ganado de España La ganadería de la Península Ibérica, particularmente de España, era a fines del siglo XV una ganadería parcialmente importada. Había recibido masivas migraciones de Africa y del Cercano Oriente y estaba in proceso de aclimatación. Este período de aclimatación fue menor que la etapa a lo largo de la cual continuarían aclimatandose los bovinos en America. Por lo tanto, cuando se señala el origen ibérico de la ganadería latinoamericana, es necesario asumir que la Península, en realidad, fue el puente en la dispersión de ganado a partir de otro origen primario hasta un habitat que hoy es más nativo que el español. En todo caso, cuando Cristóbal Colon llegó por segunda vez a América en 1493, trajo consigo los primeros bovinos. Provenían de esa ganadería en formación que se estaba desarrollando en las tres principales regiones de España. En efecto: al norte y al sur de España se adaptaron ganados que fueron mostrando diferencias de fenotipo y producción. Pero, tal vez, los reproductores fundadores de la ganadería latinoamericana provienen principalmente del centro de España. Aparentemente, el mayor recurso genético bovino se recibió de Andalucía. Tres arquetipos generales han originado la ganadería latinoamericana: los bovinos de cara cóncava morena, de cara convexa roja y de cara convexa rubia. Desde el punto de vista cuantitativo, los últimos son los más importantes. Los españoles desembarcaron en el Caribe con estos bovinos importados y desde allí se inició su dispersión, con tal éxito que antes de 40 años, en 1524, ya se informa sobre la existencia de bovinos en todos los países de América del Sur. Ingresaron por Santa Marta, Colombia, en primer término. Una sub-corriente entró a Venezuela. Hacia el sur, Lima constituyó el foco principal de dispersión. Desde allí atravesaron Bolivia, Paraguay y Chile hasta alcanzar la República Argentina y Uruguay. Otra corriente llego desde el Brasil y el propio Río de la Plata se convirtió en un foco importante de dispersión. Desde 1524, America comenzó a poblar su territorio de bovinos y a introducirlos en sus sistemas ecológicos, generando el equilibrio del momento actual. Esos bovinos tenían sutiles diferencias fenotípicas y originaron tipos parcialmente incubados en España, pero que se desarrollaron ampliamente en América. Hoy, es corriente observar esa gran diferenciación en los diversos ecosistemas de América. Sin embargo, podrían determinarse al menos tres arquetipos de bovinos Criollos: (a) los elipométricos, que es posible asociar al ecosistema de climas templados y no estrictamente calientes. En Colombia, el Costeño con Cuernos o el Sanmartinero pueden ser señalados como representativos. (b) los eumétricos se habrían desarrollado más en los Andes, incluyendo las altas montañas de Bolivia y el Perú. Estos bovinos, a pesar de su heterogeneidad exterior, presentan rasgos comunes en el bovino Criollo de Salta y Jujuy, en Argentina, o del norte de Chile, de los altiplanos de Bolivia y Perú, de la Sierra ecuatoriana o de las praderas casi verticales de Antioquia, Colombia (el Blanco Orejinegro). (c) los hipermétricos son bovinos adaptados al trópico clásico. Se encuentran en los chacos argentino, boliviano y paraguayo, en la selva peruana y en la Amazonia. Estos arquetipos evolucionan y lo harían mas dinámicamente si su evolución no se viera obstaculizada por la inclusión de otras razas y la dirección preconcebida en materia de nuevos patrones de selección. Permanecen, no obstante, como el substratum de la mayoría de las ganaderías latinoamericanas asentadas en los diferentes países. Desarrollo El ganado bovino fue absorbido en América con suma facilidad y eso explica su rápida difusión. Sólo los pueblos primitivos de los Altos Andes tenían a su disposición animales domésticos de cierta talla, como los camélidos. Las demás especies eran menores. El bovino se integró con facilidad al nuevo medio que, ecológicamente, enmarco su desarrollo. El nomadismo de las primeras poblaciones americanas, aparecidas a comienzos del neolítico, dio gradualmente paso a los primeros asentamientos. La domesticación del ganado consolidó la necesidad de fijarse en sitios determinados. El cultivo de cucurbitáceas y algodón de los pueblos mas primitivos de Perú y Ecuador, hasta entonces rudimentario y realizado a mano, encontró en el buey un instrumento que hizo menos fatigosa la tarea. Así, el bovino se convirtió en una herramienta indispensable. La transferencia de tecnología de los españoles permitió utilizar a los bovinos en la producción de leche y carne. Lamentablemente, por circunstancias derivadas de la transculturización, de la desarticulación colonial de la organización social pre-existente, de las nuevas pautas socioeconómicas introducidas, la tecnología no aceptó la hibridación. Ni se absorbió plenamente la mediana tecnología española ni hubo aportes significativos al mejoramiento zootécnico por parte de un pueblo que aprendía a criar bovinos. Así, el desarrollo zootécnico se redujo al uso de una tecnología mínima y, sobre todo, a la rutina de la crianza. Por estos factores, someramente indicados, la selección de los bovinos en América consistió preponderantemente en su adaptación al nuevo ecosistema. El hombre fue, posiblemente, el que mayor influencia debió ejercer sobre el ecosistema. Una ganadería sin mejores pasturas, hasta hoy, evolucionó adaptándose a pasturas pobres y en ese ejercicio demostró una rusticidad que trajo potencialmente de España. Pero continuó ejerciendo su presión de selección y conservó a los animales más parcos en comer, más resistentes a los embates de las enfermedades y los parásitos, a las condiciones climáticas y al trabajo duro. En muchas regiones de América, los bovinos disponen de niveles nutricionales equilibrados sólo durante cinco meses del año. Es normal que los terneros padezcan una dieta restringida, por ejemplo períodos de apenas 120 días de lactancia. El trabajo agrícola arduo, la mala alimentación, la reproducción sostenida, han formado una raza adaptada a esas condiciones que prueba su fortaleza. Como elemento irrebatible de su adaptación, muestran una fertilidad tanto o más alta que cualquier otra raza moderna. La selección en tándem ha producido una serie de caracteres estables de permanencia y solidez garantizadas, particularidad considerada como la mejor de las razas primitivas y que ha llevado a la creación de lo que se denominan “poblaciones sanas”. Por el contrario, la selección de caracteres individualizados específicamente puede crear desequilibrios orgánicos en la población cuyas consecuencias suelen manifestarse en deficiencia productiva, inestabilidad en el aspecto sanitario, incremento de requerimientos, etc. Estas particularidades son perceptibles en las razas altamente especializadas. Este hecho podría compararse, en el plano intelectual, con el ejemplo de un científico altamente especializado pero incapaz de cumplir tareas sencillas al margen de su especialidad. Inversamente, en la lucha por la vida, un hombre sencillo podría desenvolverse mejor en condiciones críticas. El desarrollo de los bovinos Criollos fue admitido por el hombre americano debido a una coyuntura económica. El bovino llego oportunamente para ampliar una agricultura renovada por la introducción de nuevos cultivos. Como instrumento, fue eficiente. Esta herramienta fue considerada por el hombre como estable y permanente, pero debido a su inexperiencia en el manejo ganadero, no supo conservarla. Sin praderas, la ganadería quedó librada a su suerte. Desarrolló su enorme potencialidad ajustándose al nuevo ambiente, sin otro requisito que el de no extinguirse, servir para el trabajo y comer poco. El bovino Criollo respondió a las condiciones adversas con alta reproducción, fecunda longevidad y una estabilidad genética de “población sana”. Proyección del bovino Criollo Las consideraciones precedentes justifican el interés de los autores en señalar que los bovinos Criollos constituyen un recurso genético gestado en el ecosistema americano. Su valor más alto reside en la capacidad de acomodación al ambiente. Para alentar su preservación y promover su evolución, se debe tener en cuenta, de una vez por todas, que no se trata de una “preservación por la mera preservación”. Lo que se busca es utilizar su capacidad de resistencia al medio (ecológico, económico y social).Tampoco se trata de establecer un zoológico de especies Criollas ni de crear un dominio absorbente del bovino Criollo. El objetivo, en síntesis, es combinar la capacidad adaptativa con los requerimientos de producción y productividad del mercado moderno. En el último siglo, la introducción de razas especializadas en la ganadería americana ha merecido gran atención y el empleo de enormes recursos financieros. Al margen de la crítica técnica - las importaciones se han considerado el único vehículo para mejorar la ganadería - se ha subestimado el valor de los bovinos Criollos. Es posible admitir el aspecto comercial de la introducción de razas. Pero, en muchos casos, la sobrevalorización de las razas introducidas se ha basado en comparaciones defectuosas. El bovino Criollo, en términos generales de latitud y altitud, no puede competir en producción con razas especializadas. El bovino Criollo, su diferenciación racial y etnológica, no han tenido una evolución especializada y en conjunto, deben considerarse como razas primitivas. Esto establece una clara diferenciación con las razas especializadas, es decir, las razas introducidas. Pero el bovino Criollo ofrece la posibilidad de sumar la rusticidad, la resistencia al medio y sus consecuencias, la fertilidad y la longevidad, a la capacidad productiva de las razas especializadas. El primer efecto de esta combinación de caracteres es sobradamente conocido: se trata del vigor híbrido obtenido sin excepción a partir de todas las razas con las que se ha experimentado. Este vigor híbrido ha estimulado la mayor producción de las razas a las que ha sido asociado y se verifica claramente en el aumento de la fertilidad y la longevidad de los productos obtenidos. Naturalmente, esto ha inducido a interpretaciones erróneas que sostienen que la raza “mejorante” ha sido el bovino introducido. En justicia, ambas lo son, pero la calidad de raza mejorante depende de los caracteres a los que está referida la mejora. Sin embargo, por conceptos de transculturización, normalmente siempre se ha considerado mejorante al bovino introducido. La abundante literatura sobre el tema prueba que esa opinión constituye una regla, que invita a minimizar, casi sin excepciones, la contribución del bovino Criollo en los cruzamientos. Frente a la realidad experimental en el campo productivo, las alternativas del futuro para garantizar el mejoramiento de la producción ganadera están dadas por las pautas que dicta la práctica. Es decir, si se utiliza al bovino Criollo como base, todas Tas mejoras son posibles y económicas. Esta conclusión indica que, para el mejoramiento bovino en determinadas áreas latinoamericanas, habrá que recurrir permanentemente a los ejemplares Criollos. Lamentablemente, el menosprecio hacia ellos ha reducido enormemente las poblaciones puras. La detección de bovinos Criollos puros es muy dificultosa en muchos países y su aumento poblacional apenas puede esperarse a muy largo plazo. Para dar un ejemplo: sólo hacia los primeros años del próximo siglo, y siempre que haya una política efectiva y sostenida, se podría alcanzar la población mínima de la raza Romosinuano - estimada en unas 20 000 cabezas - necesaria para promover su dispersión. Y la situación del Romosinuano no es la peor de los bovinos Criollos en América Latina. Por lo tanto, hoy constituye una preocupación obtener la cantidad de ejemplares que representen una significativa población bovina Criolla pura. Posiblemente, la acción de los países en esta área sea insuficiente, lenta en la recuperación de los bovinos Criollos. En cambio, la cooperación internacional es una de las pocas estrategias que permitiría alcanzar el objetivo de lograr aumentos poblacionales significativos. Por la variabilidad genética, por la dimensión de los rebaños identificados, por las posibilidades espaciales de expansión, la formación de hatos internacionales con intercambio de material de reproducción puede ser la única vía de conservación, mejoramiento y estabilización de la genética de los bovinos Criollos. En consonancia con las metas que se persigan, las normas que se impongan, los métodos que se adopten, podrían formularse con carácter preliminar, incluso en esta reunión, las bases para establecer una acción institucional, de personal y de políticas a nivel continental. De otro modo, sería difícil visualizar el éxito de cualquier proyecto. En esta materia, la FAO a nivel mundial y el IICA a nivel continental han realizado gestiones para lograr una concientización sobre el problema y una acción de búsqueda de soluciones. Los países también lo han intentado en su ámbito, algunos con perspectivas de enorme esperanza. Sin embargo, y es penoso decirlo, los proyectos nacionales están regidos por criterios de aislamiento y nunca se consideraron posibilidades de cooperación, y menos de integración, ni aún entre países que participan de los mismos ecosistemas: Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Perú, Paraguay, Argentina y Brasil. II RESISTENCIA A ENFERMEDADES Y ADAPTACION DE GANADOS CRIOLLOS DE AMERICA AL AMBIENTE TROPICAL J. de Alba No es posible sustanciar completamente, con citas bibliográficas, el tema asignado. Prácticamente no hay investigaciones relativas a las enfermedades del ganado Criollo, excepto las que se refieren a la resistencia a los parásitos externos. Las características de la adaptación al clima tropical son, por su parte, parcialmente detectables, por ser los elementos del clima muy difícilmente aislables del ambiente total, que incluye la alimentación, la capacidad de pastoreo, la resistencia a la insolación. Las pocas pruebas existentes son, en realidad, menores o constituyen medidas imprecisas de la adaptación total al medio. Esta adaptación total se expresa en las tasas de sobrevivencia, fertilidad, longevidad, algunas de las cuales serán examinadas por otros ponentes. Los factores climáticos y la termoneutralidad En América, es mayor la preocupación por la ganadería de clima tropical. El énfasis menor puesto en la de climas templados se debe a que los tipos de ganado y de forrajes, y las técnicas de su explotación, provienen de Europa o de otras regiones templadas y por eso se implantan con relativa facilidad en las áreas de clima templado de América Latina. Estas áreas se extienden al norte y al sur de los paralelos 23º27', es decir, el trópico de Cáncer en el norte y el trópico de Capricornio en el sur. A nivel del mar, toda la franja acotada por ambos paralelos es tropical, con ausencia total de heladas pero con humedad muy variable. En montañas y valles sobre el nivel del mar, la masa terrestre se modifica y adquiere características templadas, cuya variación estacional es menor a medida que la zona se aproxima al Ecuador. Lo dicho, que es obvio para cualquier habitante de los países comprendidos en la faja tropical, suele ser olvidado por algunos investigadores de clima frío que consideran como adaptación tropical la de ganados europeos instalados en México a 1 500 m snm. Desde luego: una mayor proximidad al Ecuador requeriría alturas mayores para obtener la misma semejanza con los climas templados. Además de la altura, los vientos y las lluvias pueden introducir modificaciones particulares. Por tal motivo, es conveniente describir el clima al menos a través de dos de sus principales elementos, es decir, la temperatura y la humedad relativa. En ausencia de datos sobre la última, se pueden utilizar las cifras que registran la precipitación pluvial. Ambos elementos, medidos cada mes, proporcionan 12 puntos que, desarrollados en ordenadas y coordenadas, describen gráficamente el clima de un lugar determinado. Es corriente dividir este desarrollo gráfico en cuatro porciones, mediante una línea horizontal a los 21ºC y una línea vertical a la altura del 55% de humedad. Las curvas formadas por la unión de las 12 mediciones mensuales determinan, si se hallan por encima de los 21ºC, lo que convencionalmente se designan como climas tropicales; si, además, se encuentran a la derecha del 55% de humedad, se los considera tropicales húmedos. Un estudio de esta naturaleza fue realizado por French (1958) para analizar la ganadería de Venezuela. No hemos localizado estudios similares de la ganadería de otros países involucrados en esta reunión. La división de climogramas según se hallen por encima o por debajo de los 21ºC se traduce en bases fisiológicas relacionadas con la ganadería. Mediante una serie de investigaciones efectuadas en cámara climática, Johnson (1965) descubrió que las razas lecheras menos adaptadas a los ambientes cálidos empezaban a realizar gastos energéticos extraordinarios - es decir, salían de la zona de termoneutralidad precisamente por encima de los 21ºC. Porque, justamente, la respiración es, en ambientes cálidos, lo primero que reacciona en el bovino como mecanismo adicional de ventilación pulmonar y evaporación para mantener la hemotermia. Si este gasto fisiológico adicional fracasa, se eleva la temperatura rectal. Basándose en estas observaciones, se desarrollaron en América Latina ideas relativas al índice de tolerancia al calor. En Brasil, Rhoad (1944) elaboró lo que se ha conocido luego como la Prueba de Iberia de tolerancia al calor y Benezra (1952) en Venezuela trató de mejorarla incluyendo la consideración del ritmo respiratorio. Ambas pruebas cayeron en desuso ante la evidencia acumulada de que la verdadera adaptabilidad al clima tropical incluía muchos otros factores, no tomados en cuenta por esos índices simplistas. La vida total del animal, en relación con el medio que lo rodea, incluye la fortaleza neonatal, la sobrevivencia, el rápido desarrollo de la inmunidad a las enfermedades y a la parasitosis endémica, la capacidad de pastoreo, la resistencia prolongada a la insolación, además de la resistencia al calor y a la humedad. Parecía lógico medir la productividad del ganado y tomarla como índice de adaptabilidad. Sin embargo, se hicieron algunas observaciones en Costa Rica y Venezuela que incluían las reacciones directas al clima de los ganados Criollos. Esas investigaciones se resumen a continuación. Estudios de climatología del bovino Criollo En Turrialba, Costa Rica (de Alba y Couto Sampaio, 1957), se efectuaron pruebas de seis horas, con ocho grupos raciales, en dos ambientes distintos: 25ºC y 13 mm de presión de Hg, y 40.5ºC y 25.5 mm de presión de Hg. En ambos casos las pruebas se realizaron tanto de día como de noche. La prueba adolecía de restricciones de muestreo, ya que solamente se podían emplear ocho animales en la cámara, de dos tipos diferentes, o sea, cuatro animales de cada raza. Algunos grupos (Jersey, Brahman) estaban constituidos por vaquillas producidas por el mismo toro. Esta restricción se originaba en que solo se quiso utilizar animales criados en la vecindad de Turrialba, para evitar la interacción con experiencias previas provenientes de otros climas. La prueba reveló algunos aspectos interesantes, que deben considerarse más como una orientación general sobre las diferencias que como el conocimiento exacto de las razas del muestreo. Los resultados de las pruebas nocturnas en materia de temperatura rectal y número de respiraciones por minuto se resumen en el cuadro 1. Cuadro 1. Promedios de temperatura rectal y respiraciones por minuto en cámara climática a 25ºC y a 40.5ºC para ocho grupos raciales Temperatura rectal 25ºC 40.5ºC Grupo racial Brahman St. Gertrudis Criollo lechero centroamericano F2 Pardo Suizo × Cebú Holstein Guernsey Ayrshire Jersey 39.0 38.9 38.8 39.0 39.2 39.0 39.7 39.0 39.8 40.0 39.7 39.7 40.3 40.0 40.9 40.3 Respiración por minuto 25ºC 40.5ºC 21 34 30 27 32 52 60 37 103 121 145 148 144 148 155 154 Una de las observaciones más sobresalientes del estudio indica que el ganado Brahman reveló constantes de temperatura rectal estadísticamente diferentes según que la prueba fuera diurna o nocturna. Esto se refleja claramente en el número de respiraciones por minuto durante la prueba en cámara: a 40.5ºC, promediaron 86 en las diurnas y 103 en las nocturnas. En la prueba nocturna los animales parecían mas nerviosos, lo cual permite suponer que logran una mayor capacidad de resistencia al calor durante el día reduciendo su metabolismo y su actividad muscular, pero a condición de recuperar su nivel metabólico por la noche. Las vaquillas de Criollo lechero centroamericano experimentaron las mismas reacciones, tanto de día como de noche. Esto indicaría que los mecanismos de resistencia tropical desarrollados por cada uno de esos dos tipos de ganado no son iguales. En materia de temperatura rectal, el comportamiento del Criollo centroamericano fue muy similar al del F2 Pardo Suizo × Cebú, y decididamente superior al de las razas europeas lecheras más especializadas. En Venezuela se efectuaron pruebas de campo relacionando el clima con la producción y algunas constantes fisiológicas de ejemplares del Criollo lechero Limonero comparadas con las del Pardo Suizo. Estas experiencias se realizaron en Maracay (Bodisco y Castillo, 1962).A una temperatura de 24ºC se detectó en ambas razas una producción de leche inferior al promedio individual; sólo a temperaturas superiores a los 25.9ºC el descenso era más pronunciado en el Pardo Suizo que en el Criollo lechero Limonero. Sin embargo, en los meses de mayor precipitación pluvial, estos últimos producen mas leche que durante los meses secos (103.6%), mientras que el Pardo Suizo desciende al 98.7% y hasta al 96.4% en los meses más húmedos. Esto indica que la mayor disponibilidad de forrajes en pradera es mejor aprovechada por el Criollo lechero Limonero, mientras que el Pardo Suizo, con mayor humedad, encuentra más difícil pastorear y aprovechar ese forraje. Estas observaciones fueron sustanciadas por otro estudio (Castillo y Bodisco, 1964) que midió el comportamiento en pastoreo de ese ganado. Para las pruebas se escogieron cinco vacas de cada raza; las observaciones, diurnas y nocturnas, se extendieron tres días en marzo (estación seca) y otros tantos en setiembre (estación lluviosa). Las variaciones individuales observadas no permitieron conclusiones muy claras. Sólo se pudo afirmar que la diferencia de tiempo dedicado al pastoreo - según se produjera en la estación seca o en la lluviosa - era mayor en el Criollo Limonero que en el Pardo Suizo; y que las variaciones, según el día de prueba, eran mayores en el último que en el primero. El número de respiraciones por minuto se reveló más uniforme en el Criollo Limonero con un promedio de 44.6 en marzo y de 43.1 en setiembre. En cambio, los promedios del Pardo Suizo fueron de 61.2 y 70.7, respectivamente. Al parecer, esta respiración acelerada interfiere el proceso de prehensión de pasto en la pradera: el Criollo Limonero promedió 29.6 prehensiones por minuto durante la actividad de pastoreo en marzo, contra 19.4 en setiembre. Por el contrario, el Pardo Suizo promedió 24.6 y apenas 16.6 prehensiones por minuto, respectivamente. Es lógico suponer que el consumo total de forraje se relaciona con esta diferente capacidad para morderlo. Esta clase de pruebas no se repitieron en ninguno de los estudios posteriores realizados por los países con interés en el ganado adaptado al trópico. Debe señalarse, no obstante, que en Brasil se efectuó un estudio que toma en cuenta algunas constantes fisiológicas como coadyuvantes a la selección del ganado de carne en ambientes tropicales (Gomes da Silva, 1973). Se detecto una correlación genética entre incremento diario de peso y temperatura rectal (r=0.90), y entre incremento de peso y ritmo respiratorio, en 192 animales de cruzamiento entre Cebú y Charolais. Resistencia a parásitos y enfermedades Este tipo de investigaciones no están contempladas en los programas de mejoramiento genético de ganados Criollos. El único trabajo conocido (Ulloa y de Alba, 1957) se refiere al conteo de garrapatas ( Boophilus microplus) y de nuche o tórsalo ( Dermatobia hominis) en diversas áreas del cuerpo del bovino durante 9 meses del año; se trataba de sendas superficies de 10 cm2 en el costillar, el escudo y la paleta. El estudio incluyó a Criollos lecheros centroamericanos de tres orígenes, San Rafael (Rivas) y Reyna, ambos de Nicaragua, y un tipo proveniente de Honduras, así como al Jersey y F1 Suizo × Cebú. Los promedios mensuales aparecen en el cuadro 2. Cuadro 2. Promedios de conteo de garrapatas y tórsalos en cinco grupos raciales. Número de garrapatas Grupo racial San Rafael Reyna Honduras Jersey F1 Suizo × Cebú Diferencia más significativa 11.1 10.9 4.2 21.8 10.2 5.43 Número de tórsalos 5.0 2.3 1.5 10.0 6.7 2.83 Sé calculo la correlación entre las infestaciones provocadas por los dos parásitos en conteos por vaca individual, lo que arrojó un índice no significativo. Esto se debe a que, aunque los grupos más resistentes al tórsalo (Honduras) también lo fueron a la garrapata, la variación individual no mostraba esa correlación. Precisamente en el grupo mas resistente el conteo detecto vacas con cero tórsalos y más de 100 garrapatas durante todo el período de observación. Las técnicas de detección del desarrollo de la inmunidad a las garrapatas que progresaron en Australia (Hewetson y Nolan, 1967) no han sido aplicadas al ganado Criollo americano; tampoco las relativas al desarrollo de la inmunidad a las enfermedades transmitidas por la garrapata. Hay que anotar que el Criollo Blanco Orejinegro de Colombia debe su existencia y prestigio a su demostrada resistencia al tórsalo. Se ha localizado un solo trabajo que cuantifica esa resistencia, estableciendo comparaciones entre el Blanco Orejinegro y el Costeño con Cuernos. La observación de 10 animales de menos de un año, a los 80 días de haber sido desparasitados, arrojó el siguiente resultado: 4 tórsalos por cada Blanco Orejinegro contra 284 por cada Costeño con Cuernos (Botero, 1976). La carencia de datos experimentales sobre la resistencia a los parásitos internos y otras enfermedades obliga a recurrir a algunas observaciones empíricas. En Turrialba, Costa Rica, una región particularmente infestada por el gusano del pulmón ( Dictyocaulus viviparus), las estirpes que formaron el Criollo lechero - provenientes de un clima tropical mas seco que el de Turrialba, donde es escasa la presencia del Dictyocaulus- no han mostrado alguna resistencia palpable a ese parásito. En zonas con fiebre aftosa endémica tampoco se ha observado ninguna resistencia en las estirpes Criollas. III PRODUCCION DE LECHE POR VACAS CRIOLLAS PURAS V. Bodisco O. Abreu En su interesante libro sobre el ganado Criollo, Rouse (1977) incluyó dos mapas de nuestro hemisferio correspondientes a los años 1800 y 1975. En el primero, toda la América de habla castellana (el autor, lamentablemente, no incluyo en su estudio al Brasil), desde la frontera de E.U.A. hasta la Patagonia, está cubierta de color amarillo, correspondiente al Criollo. En el segundo, la misma zona, con exclusión de Argentina y el sur de Chile, aparece rayada, indicando que el Criollo, en todos los países de clima tropical y subtropical, fue mestizado con el Cebú. En la región templada el mestizaje también se llevó a cabo, pero con el uso de razas europeas. Rouse encontró pequeños núcleos de Criollo solamente en 14 zonas aisladas, de las cuales 7 pertenecen a Colombia. La desaparición del Criollo fue observada también por Squibb quien en el año 1945, en la feria ganadera de Guanacaste, Costa Rica, no encontró un solo animal Criollo puro. En Brasil, según Atanassof (citado por Hill, 1967) existían 8 tipos distintos de ganado Criollo, pero en la actualidad los colegas brasileños mencionan solamente la raza Caracú. Una situación parecida se está creando aparentemente en Colombia, puesto que la literatura consultada sólo suministra informaciones sobre las razas Romosinuano, Sanmartinero, Blanco Orejinegro y Costeño con Cuernos. Además, la gobernación de Valle (1976) tiene un programa para conservar y perfeccionar el ganado Harton. La FAO publico en el año 1977 una bibliografía del ganado vacuno Criollo de las Américas, preparada por Müller-Haye. La mayoría de las publicaciones incluidas corresponden a artículos de divulgación redactados en los años 1930–40, que son muy escasos en las bibliotecas. Otra parte corresponde a tesis estudiantiles de postgrado que tampoco están disponibles. En toda la literatura consultada solamente se encontró información - bastante incompleta - sobre las siguientes razas del ganado Criollo que se utilizan para la producción de leche: 1) Caracú, en Brasil; 2–3) Blanco Orejinegro (BON) y Costeño con Cuernos (CCC), en Colombia; 4) el lechero de América Central (CLAC), seleccionado por el Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas (IICA, ahora CATIE) en Turrialba, Costa Rica y 5) el Criollo lechero Limonero de Venezuela (CLV). En la Republica Dominicana existen numerosos lotes de ganado Criollo lechero, al cual se le prestaba poca atención hasta el presente. En la actualidad, el Centro de Investigación y Mejoramiento de la Producción Animal (1978) tiene un amplio plan para seleccionar el Criollo. Además de estos tipos, en Bolivia (Rouse, 1977) y Ecuador (Manlio et al., 1963) se conservan pequeños núcleos de ganado Criollo con características diferentes según las regiones ubicadas a distintas alturas topográficas. De acuerdo con Iñiguez (1978), el Criollo es de suma importancia en los páramos andinos, donde ningún otro tipo de ganado sobrevive. Lamentablemente, no existe ninguna información sobre estos tipos. Características El ganado Caracú, formado en el valle del río Pardo, en el Estado de Minas Gerais, Brasil, fue caracterizado por Domingues (1961) en la forma siguiente: “Pelaje de coloración amarilla, variando del amarillo claro al amarillo naranja; mucosa clara sin pigmentación. El grueso de la piel es mediana, suelta y suave, recubierta de pelos finos; cabeza pequeña, perfil subconvexo, frente larga, plana y ligeramente hundida entre las órbitas; testuz recta, corta, ancha; cuernos medianos en forma de lira, delgados en las extremidades, sección elíptica u ovalada, de inserción posterior en la frente alta, coloración clara pero de puntas oscuras; orejas pequeñas, delgadas, pelos cortos y finos; mirada dócil; pescuezo musculoso y en los toros con pliegues; cuerpo alargado y cilíndrico, presentándose menor en la grupa que en el tórax; línea superior recta; pecho ancho; costillas arqueadas, un tanto apretadas, ancas aplomadas y separadas; grupa larga y ancha; nalgas redondeadas, altas; cola gruesa en la base, afilándose en la extremidad, larga, poca borla. Forma y desenvolvimiento regular de la ubre, bien extendida sobre el vientre, pezones bien implantados; miembros relativamente cortos, fuertes, aplomados, debiendo ser mas separados; piernas llenas; cascos claros o rojo oscuro. En los primeros años de su explotación, el Caracú se destacaba como un animal de trabajo, muy necesario en las fincas de la época, por lo que era bien cuidado y alimentado. Cuando se inició su mejoramiento, la intención era formar una raza para la producción de carne que, en verdad, no se consiguió después de años de selección. Hoy la tendencia es convertirlo en una raza de doble propósito. Su leche presenta un buen tenor butírico, pudiéndose aceptar una media superior al 4%. Maturidad tardía. Precocidad y ganancia de peso por encima de los bovinos comunes. A los dos años puede llegar, en buenas condiciones de manejo, hasta los 400 kg o más. Su rendimiento medio en canal puede ser fijado alrededor del 60%. De incomparable mansedumbre, que lo hizo de gran valor como animal de trabajo en las fincas de Minas de Gerais y Sao Paulo en otras épocas. El Caracú llamado Caldeano (Poço de Caldas) siempre fue reconocido como animal de aptitud lechera, pero su fenotipo escapa en cierto modo a los establecidos como patrón de raza. Esta variedad Caldeana de Caracú tiene hoy su registro genealógico y es considerada una raza lechera, cuyos orígenes son remotos. En ella deberían influir otros taurinos ( Bos taurus), explotados primitivamente para la producción local de leche. Esto . explica la presencia de manchas blancas en el ganado Caldeano. El número existente en Pozos de Caldas pertenece a la hacienda “Recreio” y cuenta con una población numerosa de 1400 animales. Su pelaje va de rojo oscuro a barroso (marrón), pasando por gamuza, crema amarillo y, a veces, con manchas (5–7%). Mucosa amarilla o pigmentada en su mayoría”. De Alba (1960) ofreció una descripción del ganado Caracú y del tipo Caldeano muy parecida a la anterior. Jordão et al. (1957) determinaron el índice músculo-esquelético del Caracú, igual al 76.4%. Según el autor de este sistema (Gregory), los animales con un índice menor al 78.5% pertenecen al tipo lechero. El ganado Blanco Orejinegro de las regiones cafetaleras (de 800 a 1 800 m sobre el nivel del mar) se explota en los departamentos Cauca y Antioquia de Colombia, como animal de doble propósito. Sus características, descritas por Pinzón et al. (1957), son las siguientes: “Como lo indica el nombre de la raza, las características externas más salientes de este ganado son el color blanco uniforme del pelo; las orejas negras y la piel fuertemente pigmentada. Las mucosas, los labios, la punta de los cuernos y las pezuñas son negros. La conformación de los cuernos es variable, siendo más comunes los de sección circular, no retorcidos, con el extremo ligeramente levantado hacia arriba. La conformación de este ganado es variable. Es una raza bastante compacta, de un peso superior al de ejemplares de otras razas que presentan el mismo tamaño. Existen diferentes tipos, desde los finos y angulosos hasta los carnosos y pesados. El tipo lechero es el preferido, presenta un cuerpo bien balanceado y con líneas anatómicas bastante armónicas, aunque tiene a menudo el anca levantada, especialmente la raíz de la cola, como todas las otras razas Criollas. La cabeza es fina, pequeña y muy viva. Las patas están muy bien aplomadas, con cuartillas rectas; las cañas son delgadas y fuertes, pequeñas, muy sólidas y bien conformadas. El dorso es fuerte, las paletas, el cuello y la cruz muy finos; camina con gran agilidad y en forma decidida. La resistencia del BON es ampliamente conocida por los ganaderos del país, ella se manifiesta principalmente por su conducta ante la fauna parasitaria de los climas medios. Su relativa resistencia al nuche ( Dermatobia hominis) es proverbial y se manifiesta principalmente por la falta de trastornos generales fisiológicos cuando las larvas entran en la piel, y por la baja o ninguna infestación de gran número de animales. Una condición fisiológica realmente valiosa del BON es su gran capacidad para aprovechar la alimentación pobre, los alimentos bastos que se le proporcionan. Esta cualidad la desarrollo a traves de muchos años de evolución en zonas que, por ser pobres, eran adversas a su mejoramiento”. Ospina (1950) informa que los animales BON tienen la ubre, la vulva y el escroto de color marrón. Por su parte, de Alba (1955) señala que el ganado BON tiene los espinazos rectos, paletas y cuello fino, cabeza delicada, porporcionada; la pigmentación ideal. Según este autor, además de pelajes blancos, deben admitirse los “azules” y las combinaciones de los dos. De Alba considera que los tipos Orejimono y Dos Pelos deben ser aceptados, al igual que el Orejinegro. Una característica muy peculiar del BON es su modo de andar, que le permite desplazarse a grandes distancias en poco tiempo. Una descripción más detallada del ganado BON se encuentra en el trabajo publicado por Botero (1976). El Costeño con Cuernos que se cría en la región de la costa atlántica de Colombia según Pinzón (1959) responde a las siguientes características: “Los cuernos en forma de lira abierta, media lira o corona; la piel es fina, la cabeza mediana y refinada; la cara ligeramente cóncava, viva y con arrugas que rodean los ojos. El hocico, que puede ser negro, claro o gris, presenta ollares dilatados y boca mediana; las órbitas son prominentes y bien separadas, con ojos grandes, brillantes y expresivos. Tiene las mucosas claras, grises u oscuras y manto rojo “mono” o anaranjado “bayo” uniforme. Sin embargo, muchos ejemplares presentan el color castaño (llamado “hosco” por los ganaderos), con extremidades oscuras o quemadas hasta más arriba de las rodillas y de los corvejones; lo mismo acontece en la cabeza, especialmente alrededor de los ojos, en el hocico y en las orejas. Los ganaderos aceptan como puros los animales con manchas blancas en el vientre, pero consideran fuera de la raza a los berrendos. Se presentan variaciones en el color de las mucosas (negras claras o grises), en el color de la piel (negra o rosada), en el color del pelo (rojo, amarillo o berrendo); en la longitud del pelo y en el desarrollo de la papada también hay variaciones. El cuello es medianamente largo y bien implantado, tanto en la cabeza como en en el tronco; el tórax es profundo, aunque un poco estrecho. Los miembros son finos y sólidos, con pezuñas fuertes y firmes. Los aplomos son algo defectuosos en las hembras y las pezuñas pueden ser negras o rosadas. El dorso es recto en el macho, pero un poco arqueado en las hembras; las costillas están correctamente arqueadas y con buena separación; la cruz es angulosa en la mayoría de los animales. El sistema mamario es bastante aceptable; tiene un desprendimiento posterior bastante alto en la ubre; esta es flexible, sedosa, bien glandulosa; sin embargo, el desprendimiento anterior es defectuoso y los cuartos, desparejos en muchos animales. El anca es proporcionada al cuerpo, levantada al nivel del sacro y un poco estrecha en la parte posterior. La mayoría de los ejemplares, como en todas las demás razas Criollas, tiene la raíz de la cola descarnada y levantada. Esta particularidad, que no corresponde a las reglas de conformación europeas y americanas y que resta belleza a los animales, parece ofrecer ventajas fisiológicas para el parto”. Las personas interesadas podrán encontrar una descripción amplia y completa en el informe publicado por Rubio en el año 1976. Según de Alba (1955), el ganado CCC es muy parecido a los Criollos de Nicaragua, Honduras, El Salvador y el Limonero venezolano. En la literatura revisada no se encontraron descripciones detalladas de las características del ganado Criollo lechero de América Central. De Alba (1955) describe las características comunes de todos los Criollos lecheros en la forma siguiente: cabeza, huesos y pelos finos; piel negra, poco pelo (escaso o ausente en el dorso); línea dorsal firme, rabo descarnado con poca borla; piel gruesa, resistente a la garrapata, formando pliegues entre los ojos y en el cuello; papada prominente. Heinsohn de Brigard (1951), hablando sobre el Criollo de la provincia Rivas en Nicaragua, adquirido por el IICA de Turrialba, señala que estos animales son de tamaño comparable a la raza Ayrshire y tienen colores que van desde el casi blanco al rojizo y marrón. La pigmentación es negra, como son también el hocico, base de cuernos, patas, extremo de la cola y alrededor de los ojos. Buen desarrollo de las ubres; la capacidad abdominal muy grande. Los animales son muy dóciles. El ganado Criollo lechero Limonero, conservado y perfeccionado por los métodos empíricos en la región de Río Limón (distritos Mara y Páez) del estado Zulia, en Venezuela, fue descrito por Ríos et al. (1959): “Pelo corto, escaso y brillante, piel gruesa, pigmentada en negro en su totalidad, con arrugas entre los ojos y en las tablas del cuello, papada gruesa y algo colgante; pelaje de color bayo, amarillo o pardo, permitiéndose las manchas esfumadas de negro alrededor de los ojos y en las extremidades; asimismo, se aceptan individuos que presentan manchas blancas en la barriga, ubre y verija; cabeza relativamente larga, especialmente en la región de la cara; frente algo cóncava entre los ojos; órbitas prominentes; testuz con una pequeña curva hacia adelante; cuernos finos y delgados, blancos en su nacimiento y negros en las puntas, dirigidos hacia adelante y hacia arriba; estampa decididamente lechera, huesos finos; cuerpo alargado y de líneas angulosas; paletas finas; panza muy desarrollada; ubre de regular tamaño, con pezones uniformes y desarrollo conveniente; venas mamarias prominentes; cola delgada y corta, con muy poco pelo en la borla y vértebras pronunciadas en su inserción”. De acuerdo a estas características, es acertada la corta y rústica descripción del Criollo Limonero que usan los ganaderos de la región: “bayo pelón, rabo seco”. Medidas bovinométricas Las medidas bovinométricas del ganado Caracú fueron publicadas por Jordão (1949), las del BON por Botero (1976), las del CCC por Rubio (1976) y las del Limonero por Ríos et al., (1959). Los datos que se presentan en el cuadro 1 señalan una mayor robustez de la primera raza y una mejor aproximación al tipo lechero de la última. Las informaciones de las razas colombianas son incompletas. En el cuadro 2 aparecen las medidas de la altura de toros y vacas registradas por la literatura correspondiente. Las medidas del Caracú Caldeano son superiores a las del tipo común de esta raza, probablemente porque se tomaron en un rebaño mejor seleccionado. El CCC es notablemente más alto que el CLV. Botero (1976), estudiando los distintos índices bovinométricos de la raza BON, llega a la conclusión que ésta pertenece más al tipo para la producción de carne que de leche. Pesos corporales Todas las razas lecheras Criollas se explotan como ganado de doble propósito. Por esta razón, los pesos al nacer y a distintas edades podrían ser de elevada importancia, al demostrarse su influencia sobre el comportamiento productivo de los animales. En el cuadro 3 se presenta el peso al nacer de los becerros de razas Criollas lecheras. Es notable la semejanza entre estos pesos. Unicamente los becerros Caracú Caldeano pesan algo mas y los CCC algo menos que los de las restantes razas. La dependencia de distintos factores de los pesos al nacer fue estudiada en la CLAC ( entre otras razas) por Rincón y Muñoz (1966) en cuanto a pesos y edades de las madres, y por Negrón et al.(1976) en cuanto a la duración de la gestación. Bodisco y Morillo (1966) determinaron las correlaciones en el CLV. Los resultados obtenidos, que aparecen en el cuadro 4, demuestran la influencia altamente significativa del peso de las vacas en el de sus hijos. En cambio, la influencia de las edades es incierta, aunque Pereira et al. (1978) encontraron diferencias significativas en el peso de Caracú Caldeano según los distintos pastos: menor en los nacidos en el primero y mayor en los nacidos entre el tercero y quinto. Suponiendo que las vacas con el mayor peso al primer parto pueden producir más leche, y que los pesos al nacer podrían ser correlacionados con el primer factor, Verde y Bodisco (1976) estimaron los índices de heredabilidad para los pesos al nacer de becerros CLV machos (0.212) y hembras (0.277) y las correlaciones fenotípica y genética del peso al nacer con el del primer parto de las hembras. El primer coeficiente resulto igual a 0.37 y el segundo a 1.19, superior a la unidad y no confiable. Teodoro et al. (1978) estimaron la heredabilidad de peso al nacer y al destete en Caracú Caldeano, h2= 0.37 y 0.12 respectivamente, mientras que Lemos et al. (1978) para el peso a los 365 días obtuvieron el h2= 0.13. Finalmente, Ríos y Bodisco (1962) estudiaron el efecto del peso al nacer sobre el crecimiento de hembras CLV y llegaron a la conclusión de que los becerros con pesos menores al 80% del promedio (26.8 kg) tienen poca posibilidad de convertirse en animales de mayor utilidad. Para ilustrar el crecimiento del ganado Criollo lechero, en el cuadro 5 se presentan los pesos a distintas edades observados por diferentes investigadores. Indudablemente, la raza Caracú es la mas precoz, aunque los máximos pesos de BON a los 12 meses de edad también son satisfactorios. Algunos autores determinaron el incremento diario de peso en distintos períodos de crecimiento y en diferentes condiciones. Así, Jordão y Santiago (1942) obtuvieron en el Caracú un incremento de 634 g/día hasta la edad de 6 meses en los machos, y de 563 g/día en las hembras; los mismos incrementos, hasta los 12 meses de edad, fueron de 624 y 584 g/día, respectivamente. Maltos et al. (1962) estudiaron el efecto de la estación climática sobre el crecimiento de becerros CLC. El mejor trimestre, según este estudio, fue el de marzo-mayo, con 441 g/día, y el peor, diciembre–febrero, con 270 g/día. La heredabilidad del crecimiento en el período que va del nacimiento al destete, determinada por Pereira et al. (1978) para el Caracú Caldeano, resultó muy baja (0.10).El crecimiento fue afectado por el mes de nacimiento (mayor en el período de enero a julio y menor en el resto del año), edad de las vacas (menor en primerizas, mayor en las de tercer parto) y sexo del becerro (mayor en machos). Según Botero (1976), J.D. Acosta analizó los incrementos diarios de peso en machos y hembras BON, obteniendo 0.400 y 0.250 kg respectivamente. Lamentablemente, no se menciona el período a que corresponde este estudio. En el cuadro 6 se exponen los pesos promedio de los animales adultos. Se nota que la raza Caracú es mucho más pesada que los demás tipos Criollos, siendo poca la diferencia entre los demás. Los pesos algo mayores en vacas CLV se deben probablemente a la mejor atención prestada a estos animales en el Centro de Investigaciones de Maracay. La influencia de los factores ambientales sobre el peso de las vacas CLV fue demostrada por Bodisco y Pacheco (1962), que obtuvieron promedios de 391 kg en el período seco, significativamente inferiores a los 404 kg en el período lluvioso. En el mismo Centro de Investigaciones se estudiaron en tres oportunidades los pesos de vacas CLV en distintos partos. Los resultados obtenidos se registran en el cuadro 7. Se nota una notable semejanza entre los datos de las tres columnas, siendo de mayor precisión los promedios de la tercera porque proceden de las mismas vacas. El crecimiento, muy elevado entre el primero y el segundo parto, disminuye en los períodos posteriores y se hace insignificante a partir del tercero. Desde el primero al cuarto parto, las vacas aumentaron su peso en un 26.3%. El efecto del peso sobre la producción lechera fue estudiado en CLV por Magofke y Bodisco (1966).El peso solo influyó en la primera y segunda lactancia, con coeficientes de regresión iguales a 9.55 kg y 2.63 kg respectivamente. Algunos autores estudiaron la influencia de la duración del período seco en vacas Criollas. Dindart y de Alba (1963) observaron diferencias entre los aumentos de peso en este período en vacas CLAC: fue mayor en el trimestre mayo–julio (546 g/día) y menor en noviembre–enero (255 g/día). Bodisco y Pacheco (1962) demostraron que la influencia de la duración del período seco sobre el peso al parir de las vacas CLV es altamente significativa, pero la interdependencia de estos dos factores en relación a la producción de leche no fue estudiada. Producción de leche Existen algunos datos sobre la producción de leche en las cinco razas Criollas lecheras; se presentan en el cuadro 8. Estudios detallados sobre la productividad y su dependencia de los principales factores endógenos y exógenos fueron realizados solamente para las razas BON, CLAC y CLV. En el cuadro 8 llama la atención el mal comportamiento productivo de las razas colombianas; aunque ambas se explotan con doble finalidad, los promedios obtenidos por distintos autores son bastante bajos. Los cálculos realizados en numerosas oportunidades sobre los posibles rendimientos diarios de vacas que pastorean en potreros tropicales sin riego y suplementación, señalan que la producción de 4–5 kg/día es normal en tales condiciones. Aparentemente, la corta duración de las lactaciones es la principal razón del bajo rendimiento de las razas BON y CCC, puesto que Pearson et al.(1968) encontraron una correlación altamente significativa entre los dos factores. Probablemente, los Criollos colombianos se secan en el período de escasez de pastos, lo que les impide demostrar su verdadera capacidad genética de producción. Según las publicaciones de Botero (1976) y Rubio (1976), las vacas BON y CCC, con lactancias más largas (246 y 266 días respectivamente), presentaron rendimientos muchos mas elevados. Los datos del cuadro 8 elencan los promedios obtenidos en los rebaños estudiados, pero existen informaciones sobre algunas vacas con rendimientos notablemente superiores. Así, de Alba (1960) encontró entre vacas Caracú Caldeana a la “Barbasena” con una producción de 3 386 kg, y a la “Barre Grande”, con 3 567 kg, esta última con un solo ordeño diario. Entre las vacas CLAC y CLV son bastante frecuentes los animales con rendimientos mayores a los 3 000 y hasta 4 000 kg/lactancia. Es indudable que las razas Caracú Caldeana, CLAC y CLV representan un valioso material para la producción de leche en el trópico. La influencia de los distintos factores endógenos y exógenos sobre la productividad lechera de las razas BON, CLAC y CLV fue investigada por distintos autores. El efecto de la edad de las vacas, reflejado en los números de partos, fue estudiado por Pearson et al. (1968) en BON; por Rubio (1976) y por Ríos y Bodisco (1962) en CCC, ordeñadas con ternero; por Magofke y Bodisco (1966) y Bodisco et al.(1968) en CLV. Los primeros cuatro trabajos fueron realizados en base a todos los registros disponibles, mientras que el último se refiere a los mismos animales observados durante las cuatro lactaciones consecutivas. Los resultados se presentan en el cuadro 9. La lectura de estos datos otra vez llama la atención sobre la baja productividad del BON y el CCC, la satisfactoria del CLV. Un comportamiento parecido al de este último fue observado por Magofke et al. (1966) también en el CLAC, pero los autores lo expresaron en forma de diferencias entre las lactaciones consecutivas, sin presentar el promedio de la primera. De acuerdo a estos datos, las vacas CLAC aumentan la producción hasta el cuarto parto y la disminuyen paulatinamente en los partos posteriores. El mismo fenómeno se observa en la población estudiada por Ríos y Bodisco (1962), mientras que según los datos de Magofke y Bodisco (1966) y los correspondientes al BON, el incremento sigue para la última raza. Los mayores rendimientos se observan en las vacas con 7 partos. Un resultado completamente contrario fue registrado por Bodisco et al. (1968).Las vacas con lactaciones consecutivas apenas aumentaban su producción, alcanzando el máximo en la tercera lactación y disminuyendo los rendimientos en la cuarta. Entre las lactaciones, incluyendo la primera, las diferencias en los rendimientos no fueron significativas. Comportamiento similar se observa también en las vacas CCC, estudiadas por Rubio (1976), donde los niveles alcanzados en la primera lactación disminuyeron en la segunda y tercera y apenas aumentaron en las dos posteriores. En la sexta y séptima lactación el aumento fue notable (1 070 y 1 135 kg) pero se observo en muy pocas vacas (14 y 5 respectivamente). La contradicción de estos resultados con los obtenidos por otros autores puede ser explicada parcialmente por la diversa duración de los estudios que en el caso del BON se prolongaron ochos años, y en el del CLV, diez. Indudablemente, la selección aplicada a los rebaños estudiados, con la eliminación de vacas poco productivas, favoreció los rendimientos en las lactancias sucesivas. A la vez, en el estudio de Ríos y Bodisco (1962), realizado en un rebaño recién adquirido, el incremento de la producción registrado desde la segunda lactación fue insignificante. Aparentemente, las vacas CLV aumentan muy poco su productividad. La producción en alto grado de leche por lactación depende de la duración de esta última. En el cuadro 8 se presentan los promedios correspondientes. Se nota que solamente la raza Caracú llega sin dificultades a producir durante 10 meses. Todas las demás razas tienen lactaciones cortas. En este aspecto se destacan las colombianas, que, según la mayoría de los estudios, se secaron a los 5 meses, mientras que las Criollas centroamericanas y venezolanas lo hacen a los 8–9. Aparentemente, el sistema de manejo que se empleaba en las décadas pasadas, con el servicio de monta libre realizado generalmente durante el primer celo después del parto, disminuyendo la duración del intervalo hasta la próxima parición - podría ser una de las causas de las lactaciones cortas en el Criollo. El comprobado efecto fenotípico de la duración de la lactación sobre la producción, observada por numerosos autores (Abreu et al., 1972; Bodisco et al.(1966 y 1968); Lemka et al (1973), Magofke et al. (1966), Pearson et al. (1968), Perozo et al. (1977), sugiere la posibilidad de considerar ese factor como un elemento de primordial importancia desde el punto de vista de la selección. En el cuadro 10 se presentan las duraciones de lactaciones consecutivas, cuyos rendimientos fueron estudiados en el cuadro 9. La correlación entre los datos de los dos cuadros es notable. La influencia de otros factores sobre la producción fue estudiada en las razas BON, CLAC y CLV. En la primera raza (Pearson et al., 1968); el efecto de ano de parto no fue significativo, pero las vacas que iniciaban la producción en las estaciones climáticas favorables producían más que las paridas en las estaciones adversas. Los peores rendimientos fueron observados en las vacas paridas durante la estación de fuertes lluvias, correspondiente a los meses de octubre y noviembre. En la raza CLAC, estudiada por Magofke et al.(1966) y Maltos y Cartwright (1971), el efecto de las estaciones climáticas no resulto significativo, como tampoco lo fue para el ganado CLV (Abreu et al., 1972 ; Magofke y Bodisco, (1966). Sin embargo, el estudio de los promedios diarios de la producción realizado por Bodisco et al.(1966) en esta raza, demostró que el período de sequía (de enero a abril) afecta notablemente los rendimientos y las curvas de lactancia de las vacas, observándose un desarrollo normal de la producción sólo en animales paridos en el período mayo–diciembre. El efecto de ano de parto solo resultó significativo en el estudio de Abreu et al.(1972) realizado con el CLV. Las edades de las vacas al producirse el primer parto se observan en el cuadro 11.La raza más precoz es la CLAC, seguida por la CLV y CCC. Las vacas BON y Caracú comienzan su vida productiva con un notable atraso. La edad al primer parto no demostró ejercer un efecto lineal sobre la producción en la primera lactación de las vacas BON (Pearson et al., 1968) y no fue significativa en las CLAC (Magofke et al., 1966; y CLV (Magofke y Bodisco, 1966). En esta última raza también fue estudiado el efecto del peso de las vacas al parir sobre los rendimientos lácteos, que resulto significativo para la primera y segunda lactación (Magofke y Bodisco, 1966). Pearson et al. (1968) estimaron el índice de heredabilidad para la edad al primer parto en las vacas BON, relativamente alto : h2 = 0.38, mientras que el mismo índice obtenido por Pereira et al.(1978) para el Caracú (0.153) resultó más cercano al observado en razas lecheras especializadas. La duración del período seco previo al parto fue determinada para el ganado BON, CCC (Lemka et al., 1973), CLAC (Magofke et al., 1966), y CLV (Abreu et al., 1972; Magofke y Bodisco 1966; Perozo et al., 1977), obteniéndose los resultados del cuadro 12.Los CLV se comportaron en este aspecto peor que las CLAC y las vacas de la estación experimental de la región del Río Limón (Abreu et al., 1972) peor que en Maracay (Magofke y Bodisco, 1966) donde los factores climáticos y los sistemas de alimentación y manejo fueron superiores. Sorprendentemente, las vacas de fincas particulares (Perozo et al., 1977) se comportaron mejor que en las estaciones experimentales. Los períodos secos medidos por Lemka et al.(1973) en las razas colombianas resultaron sumamente prolongados, guardando una relación inversa con la corta duración de las lactaciones observadas por estos autores en vacas BON (73 días) y CCC (157 días). En ninguno de los estudios realizados la duración del período seco tuvo efecto sobre la duración y el rendimiento de la lactación sucesiva. Maltos et al.(1962) observaron los incrementos diarios del peso durante los períodos secos en las vacas CLAC, pero no determinaron su influencia sobre la producción. Otro factor de gran importancia para la producción es el sistema de ordeño que se aplica a las vacas Criollas. Desde su introducción en el continente americano, las vacas se ordeñan en presencia de sus becerros, factor fundamental para el “apoyo” o la bajada de la leche en la ubre. Las vacas acostumbradas a esta práctica no aflojan la musculatura y no entregan toda la leche durante el ordeño, si el becerro no esta presente. Todavía no se ha reunido una información convincente sobre la razón de este fenómeno. Se supone que pesa la dependencia genética, porque entre las novillas que se criaron en becerreras y no fueron utilizadas para el “apoyo” de sus madres, siempre se encuentran ejemplares que no bajan la leche sin la presencia de sus hijos. El efecto del “apoyo” con becerro en la raza BON fue observado por Zapata (1970) y la producción de vacas “apoyadas” resultó superior a las ordeñadas sin becerro: 573 kg contra 491, respectivamente. Rubio (1976) publico un estudio más detallado, relativo a las vacas CCC. Estos animales, ordeñados sin la presencia de sus becerros durante el período 1967–72, producían 768 kg de leche en 177 días de ordeño. Las vacas contemporáneas, apoyadas por los becerros, rendían en el mismo período 996 kg en 266 días. Maltos (1962), probando toros CLAC, observo que un promedio de 26.6% de novillas, hijas de distintos toros, no “apoyaban” sin la presencia del becerro. En un trabajo similar realizado con CLV, Ríos y Bodisco (1962) obtuvieron un porcentaje similar: 25.5%. Suponiendo que la capacidad productora de las novillas puede influir sobre el problema del “apoyo”, Carnevali y Bodisco (1966), durante la segunda lactación, ordeñaron con la presencia del becerro a las vacas CLV que en la primera no “apoyaron”. Las producciones fueron comparadas con las obtenidas en vacas contemporáneas que no presentaron problemas desde el primer parto. Los resultados se presentan en el cuadro 13. Las vacas del grupo “B” que fracasaron en la primera lactación debido a la aparente ausencia del becerro aumentaron la producción en la segunda, pero sin llegar a rendimientos satisfactorios comparables a los del grupo “A”. Los autores opinan que la ausencia del becerro durante el ordeño afecta en mayor grado a las novillas con poca capacidad productora y que este factor puede ser considerado como un criterio de selección en CLV. (a) Porcentaje de la grasa El ganado Criollo es un buen productor de grasa en la leche, como indican los datos del cuadro 14. Los porcentajes mas notables se observan en vacas Caracú y BON. Sin embargo, el menor porcentaje de grasa observado en CLV, de 4.55%, es más que satisfactorio. El contenido de la grasa en la leche no sufre cambios notables durante la vida productiva de la vaca, siendo insignificantes las diferencias entre distintas lactaciones (Bodisco et al., 1968; Magofke y Bodisco 1966; Pearson et al., 1968). Las vacas con mayores rendimientos tienden a disminuir los porcentajes de la grasa, sin que esta correlación se haya comprobado estadísticamente (Bodisco et al., 1968); Pearson et al., 1968). Los factores ambientales aparentemente no afectan el contenido de grasa en la leche, aunque Magofke et al., (1966) encontraron diferencias significativas en vacas CLAC paridas en distintas épocas. Se ha prestado muy poca atención a los demás componentes de la leche producida por vacas Criollas. En toda la literatura consultada solamente figura un trabajo de Bateman y de Alba (1961), que estudiaron el contenido en proteínas y encontraron que las vacas CLAC producen un porcentaje mayor (3.59%) que las Jersey, Pardo Suizas y mestizas de Turrialba, Costa Rica. (b) Parámetros genéticos Los parámetros genéticos para la producción de leche fueron estimados en el ganado BON (Pearson et al., 1968;, CLAC (Alvarez et al., 1977 ; Magofke et al., 1966 ) y CLV (Magofke y Bodisco, 1966). Los resultados obtenidos se presentan en el cuadro 15. Los índices de heredabilidad para los rendimientos - 0.245 en CLV, 0.250 en CLAC, y 0.52 en BON - señalan que la selección para el mejoramiento de este carácter tiene muy buenas posibilidades en la ultima raza, siendo menor y comparable a las razas europeas especializadas en las primeras dos. Solamente difiere el índice estimado por Magofke et al.(1966) en CLAC. igual a 0.158. Los índices de repetibilidad son elevados y sorprendentemente uniformes entre las tres razas, si no se toma en cuenta el estudiado por Alvarez et al., (1977), que sólo asciende a 0.320. La duración de la lactancia, según los índices estimados, no es un carácter hereditario, puesto que en las vacas CLAC el índice resulto sumamente bajo (0.009) y en CLV, negativo. Indudablemente, el efecto de los factores ambientales y, entre ellos, el “apoyo” con becerro, que no se practicó para las novillas en ambas razas, fueron determinantes en estas estimaciones. No obstante, los índices de repetibilidad para este carácter resultaron relativamente elevados: 0.458 en CLAC y 0.365 en CLV. Los porcentajes de la grasa se heredan mejor en CLAC (h2 = 0.364) que en CLV (h2 = 0.229), siendo los índices de repetibilidad también mejores en la primera raza (0.523 contra 0.212, respectivamente). En general, los parámetros genéticos obtenidos para el ganado Criollo deben ser considerados con cierta reserva, por haberse estimado en las tres razas en base a pocos registros y con números limitados de medias hermanas. (c) Mejoramiento anual genético El mejoramiento anual genético fue determinado en dos oportunidades para el rebano CLAC en Turrialba, Costa Rica (Alvarez et al., 1977; Magofke et al., 1966) y una vez para el rebaño CLV en Maracay, Venezuela (Magofke y Bodisco, 1966). En todas las estimaciones se uso el método de Rendel y Robertson (1950) para las poblaciones cerradas, según el cual el máximo mejoramiento posible es igual al 1% anual. Los resultados obtenidos, que aparecen en el cuadro 16, son algo bajos en la primera estimación de CLAC (0.434%) pero muy satisfactorios en la segunda (0.613%) y en CLV (0.626%). Los resultados podrían ser aún mejores si se practicara en los rebaños la selección de vacas, eliminando las malas productoras y sus descendientes, lo que no se efectuó en forma suficiente. Básicamente, el mejoramiento genético se logró por la selección de toros, hijos de mejores madres. La diferencia entre los dos resultados logrados en Turrialba se debe al mayor número de registros disponibles para el segundo estudio (Alvarez et al., 1977), realizado a los 25 años del inicio de la selección. En general, los datos obtenidos son muy satisfactorios e indican que la selección en estas dos razas tiene buenas perspectivas. No obstante, es necesario señalar que con este ritmo de mejoramiento genético, los rebaños CLV, para llegar a rendimientos anuales de 2 500 kg necesitan 30 años de trabajo, y los CLAC, 64. Al mismo tiempo, los 2 500 kg/vaca/ lactación se obtienen con relativa facilidad en el primer cruce con toros Holstein y Pardo Suizos, siempre y cuando los sistemas de alimentación y manejo sean adecuados. (d) Pruebas de la potencialidad genética de los toros Pruebas de la capacidad genética de los toros Criollos fueron realizadas en los rebaños CLAC en Turrialba (de Alba et al., 1964; Maltos et al., 1961 y 1962) y CLV en Maracay (Ríos y Bodisco, 1962). En ambos casos, el corto número de vacas disponibles fue el factor que limitó los trabajos. Resumiendo los resultados obtenidos, de Alba y Muñoz (1964) señalan los obstáculos iniciales para la prueba de toros en poblaciones experimentales: consanguinidad, pocas vacas disponibles, escaso número de medias hermanas obtenidas. En la actualidad, en la región del Río Limón (estado de Zulia, Venezuela), donde existen numerosos rebaños particulares del ganado CLV, la Estación Experimental de Carrasquero conduce un programa de prueba de la potencialidad genética de los toros mediante el uso de la inseminación artificial. La reproducción En alto grado, la producción láctea de los vacunos depende de su fertilidad, puesto que los prolongados períodos de vacía y los intervalos entre partos disminuyen los números de lactaciones y la producción de por vida. Los datos de los cuadros 17 y 18 demuestran claramente que la fertilidad de las vacas Criollas lecheras es muy buena y constituye una de las características mas importante de este ganado, puesto que la eficiencia reproductiva de las razas europeas y de sus mestizos en condiciones tropicales y subtropicales es muy baja (Abreu et al., 1972; Bodisco y Mazzari , 1962; Bodisco et al., 1968; Carmona y Muñoz, 1966; Domingues, 1961; Hill, 1967; Ríos y Bodisco, 1962). Según las investigaciones realizadas en Turrialba (Carmona y Muñoz, 1966), la raza Jersey debe ser exceptuada de esta afirmación: su fertilidad es similar a la de CLAC. En el cuadro 17 se presentan los promedios de duración de los períodos de vacía (desde el parto hasta la fecundación) y del número de servicios necesarios para lograr la preñez, en vacas de distintas razas. Tanto las vacas CLAC como las CLV en su región de origen (Rincón et al., 1972) fueron fecundadas a los 31/2 meses del parto. En Maracay (Bodisco y Mazzari, 1962), las novillas de esta última raza se comportaron en forma similar, pero las vacas adultas prolongaron este período por más de cuatro meses. Probablemente las lesiones sufridas en sus aparatos genitales durante las preñeces anteriores fueron la causa de este fenómeno. El número de servicios necesarios para lograr la gestación fue muy similar en todos los rebaños estudiados y muy satisfactorio, ya que osciló entre 1.4 y 1.6 servicios. En el cuadro 18 se presenta la duración de los intervalos entre partos observados en las vacas Criollas lecheras. Casi todos los intervalos que aparecen en este cuadro son muy satisfactorios; indican que las vacas Criollas lecheras generalmente producen un becerro e inician una nueva lactación cada 13 meses. La excepción es la raza CCC, cuyo intervalo entre partos oscila entre 422 y 433 días. La reproducción, muy satisfactoria, del CLV en su región de origen, ubicada relativamente cerca del área de distribución del CCC, así como la gran similitud fenotípica entre estos animales, que permite suponer su parentesco, ponen en duda que sea hereditaria la razón de la baja fertilidad de la raza colombiana, y evocan la sospecha de que los sistemas de alimentación, manejo y protección sanitaria son la causa primordial de sus intervalos prolongados. Los 419 días de intervalo en la raza BON que menciona Botero (1976) están en contradicción con los 352 días registrados por Pearson et al. , (1968) y los 382 días observados por Lemka et al., (1973). Aún peor se comporto el ganado Caracú Caldeano. Para explicar su prolongado intervalo de 440 días será necesario esperar la publicación del trabajo completo de Pereira et al.(1978), puesto que el resumen solo contiene constantes de los efectos fijos y aleatorios, sin discusión de los resultados obtenidos. La heredabilidad del intervalo entre partos obtenida por los autores mencionados resultó algo elevada (0.12). El intervalo entre partos se compone de dos períodos del ciclo reproductivo: el de vacía y el de gestación. Mientras la duración del primero depende en alto grado de los factores exógenos, el segundo primordialmente refleja los caracteres hereditarios, a los cuales se suma el sexo del becerro engendrado. Las duraciones de gestación que se presentan en el cuadro 19 señalan la similitud de este carácter entre distintas razas Criollas lecheras y su semejanza con las razas europeas (Bodisco y Mazzari, 1962; Negrón et al., 1976). A la vez, las gestaciones de las vacas Criollas son notablemente menos prolongadas que en el Cebú (Domingues, 1961). Es notorio también que, al igual que en otros tipos de ganado, los becerros machos Criollos necesitan una mayor prolongación de su vida embrional. La influencia de distintos factores sobre la fertilidad de las vacas Criollas fue estudiada en el ganado BON por Pearson et al.(1968). Aunque las vacas presentaron intervalos muy cortos después de los primeros dos partos (360 y 339 días, respectivamente), fueron bastante prolongados después de los partos posteriores (414, 440, 413 días). Los autores no registraron efectos significativos de la edad de las vacas sobre el intervalo entre partos. Lamentablemente, la probable influencia de otros factores sobre la fecundidad no fue investigada en este trabajo. En Turrialba, Costa Rica, Carmona y Muñoz (1966) observaron una diferencia significativa en el intervalo entre partos comparando diferentes razas (el de CLAC similar al de Jersey, y ambos mejores que el de Pardo Suiza), distintas lactaciones (el intervalo entre la quinta y la sexta es mayor que los demás), y la interacción de estos dos factores. El mismo resultado se obtuvo al estudiar el número de servicios necesarios para lograr la preñez. De Alba (1960) investigó la influencia del ordeño con ternero sobre el desarrollo de los ciclos sexuales en las vacas CLAC y encontró que en las vacas “apoyadas”, el primer celo aparecía a los 108 días del parto, mientras que en las vacas ordeñadas sin becerro, a los 63 días. Bodisco y Mazzari (1962) observaron en las vacas CLV una mayor fertilidad de las primerizas (109 días de vacía) que de las de dos y cuatro partos (123 y 138 días respectivamente), aunque similar a la del tercer parto (114 días). Este estudio señala que los períodos de vacía se acortan en la estación lluviosa, caracterizada por la abundancia de pastos frescos, y se prolongan en la seca, pero sin una diferencia significativa de los promedios (134 contra 124 días en vacas adultas, y 126 contra 96 días en las primerizas). El efecto de años de parto tampoco fue significativo. Resultados similares se obtuvieron en el mismo ganado criado en su región de origen, donde los animales se mantienen en un régimen pastoril sin suplementación con concentrado (Rincón et al., 1972). Allí, el efecto de años resultó significativo, como lo fue también el efecto de épocas, con el acortamiento del período de vacía en la estación de pleno desarrollo de la vegetación. Como registró el trabajo anterior, las vacas de mayor edad necesitaron más tiempo para lograr su fecundación, con coeficientes de regresión lineal y cuadrática iguales a 8.61 y -0.18 días, respectivamente, por cada 100 días de aumento de la edad. El número de servicios por concepción, correlacionado estrechamente con los períodos de vacía (r = .703), no fueron influenciados por los efectos de años y épocas del parto, pero las vacas de mayor edad necesitaron más servicios que las jóvenes. Según un reciente estudio sobre el Caracú Caldeano (Pereira et al., 1978), tanto los años como los meses del parto afectan los intervalos; en las vacas primerizas se observaron los intervalos más prolongados, y en las de 4 partos, los mas cortos. Las madres de becerros machos necesitaron 7.3 días más para lograr su nuevo becerro. La adaptabilidad La buena eficiencia reproductiva del ganado Criollo lechero demuestra claramente su adaptación a las condiciones ambientales, por ser la fertilidad el factor primordialmente afectado por las condiciones adversas. No obstante, existen algunos trabajos que comparan la influencia de ciertos factores ambientales sobre los animales Criollos y los europeos. De Alba y Sampaio (1957) midieron de día y de noche, en vacas instaladas en una cámara climática, la temperatura corporal y el número de respiraciones por minuto a la temperatura ambiental de 25 y 40.5ºC. Las vacas Brahman y CLAC mantenían mejor su temperatura corporal que las Holstein. González (citado por Rubio, 1976) encontró que en las horas calurosas de la tarde, en el Valle del Sinú, se produce un incremento mayor de la temperatura corporal y delas pulsaciones en las vacas europeas (41.6ºC y 156 pulsaciones), que en los CCC (40.2ºC y 108 pulsaciones). Villares y Berthat (1951) observaron que la glándula sudorípara de los Caracú tiene un diámetro mayor (125) que en el Cebú y Gyr (103), el Guzerat (107) y las razas europeas (Holstein 67, Guernsey 78). Bodisco y Carnevali (1960), estudiando la mortalidad de los becerros CLV y Pardo Suizos, detectaron que hasta la edad de 12 meses y en igualdad de condiciones, murió el 17.4% de los primeros y el 31.1% de los segundos. Es un hecho notable que los becerros CLV neonatales murieran en mayor cantidad durante su permanencia en becerreras individuales (43%) que al ser sacados a los potreros a la edad de 8 meses (32%). En las Pardo Suizas estos porcentajes fueron exactamente inversos (32% y 43%, respectivamente), indicando su menor resistencia a los efectos directos del clima tropical. Maltos et al.(1968–70) observaron que los becerros CLAC traspasados de las becerreras a los potreros no disminuían su ritmo de crecimiento, como lo hacían los Jersey y los Cebú × Pardo Suiza. La mortalidad de los becerros fue también estudiada por Lemka et al.(1973) en BON y CCC. Probablemente debido a los deficientes sistemas de mantenimiento, los porcentajes obtenidos fueron bastante altos: 27% y 21%, respectivamente. Kugienev (1976), en su viaje por Colombia, observó vacas Criollas de 17–18 años de edad que habían parido 15–16 hijos. Al mismo tiempo, es relativamente difícil encontrar vacas europeas viejas en las regiones tropicales. Rubio (1976) encontró en un hato de CCC 114 vacas de más de 14 años de edad: cada una de ellas tenía por lo menos 10 partos registrados. Existen informaciones sobre la buena resistencia del ganado Criollo a los ectoparásitos. Botero (1976) cita numerosos estudios sobre la resistencia de animales BON al nuche ( Dermatobia hominis). Otro hecho notable es que el ganado Criollo se adaptó perfectamente a los diversos ecosistemas existentes en los distintos países, desde las frías y húmedas alturas de los Andes, hasta las llanuras cálidas y secas. Manlio et al.(1963), estudiando la distribución del Criollo en diferentes regiones de Ecuador, observaron su mayor presencia en las zonas climáticas más adversas: tanto en los páramos (3 000 – 4 000 m snm, con el 78% de la población total) como en la hoya amazónica, cálida y húmeda (con el 93.5% de la población). Conclusiones Las informaciones recopiladas en este trabajo señalan claramente el gran valor del ganado Criollo lechero para las regiones del continente americano, donde los factores climáticos y socioeconómicos no permiten explotar animales de razas formadas en las regiones templadas, puras o mestizadas. Las vacas Criollas, con una capacidad productora de aproximadamente 1 500–2 000 kg/leche/ año, buena fertilidad y eficiencia reproductiva, adaptación al consumo y aprovechamiento de pastos tropicales, su capacidad de recorrer largas distancias en busca de forraje, su alto sentido maternal, su tolerancia y resistencia a los factores climáticos adversos y a las enfermedades tropicales, constituyen el mejor tipo de ganado para las rústicas condiciones reinantes en las fincas lecheras de la mayor parte de la América tropical, donde los animales son mantenidos exclusivamente bajo el régimen pastoril y las explotaciones siguen rigiéndose según los métodos tradicionales. Estas condiciones del Criollo lechero aconsejan recomendar su conservación y perfeccionamiento en las regiones donde se agrupa en rebaños numerosos y el mejoramiento de las condiciones ecológicas y socioeconómicas de las explotaciones es lento y no puede ser acelerado. Es necesario destacar que, en estos rebaños, el incremento de la producción por los métodos de selección es poco eficiente, y que alcanzar niveles productivos similares a los del ganado europeo puro o altamente mestizado es imposible. También es importante señalar que la intensificación del mejoramiento por intercambio de material genético (reproductores, semen de toros probados) entre los distintos países, resulta muy difícil por los controles sanitarios existentes. Lamentablemente, los dos países que cuentan con las razas lecheras más prometedoras, el Caracú en Brasil y el CLV en Venezuela, están infectados por la fiebre aftosa. El muy limitado número de vacas Criollas lecheras conservadas en distintos países impide la rápida propagación de este ganado en las regiones que poseen las condiciones adecuadas. La única posibilidad de influir con el ganado Criollo en el mejoramiento de la producción de leche reside en el uso de toros seleccionados para los cruzamientos con otros tipos de animal. Lamentablemente, ninguno de los países interesados realizó los estudios del caso, cuyos resultados podrían convencer a los ganaderos de que deben utilizar toros Criollos o su semen para mejorar la producción de sus fincas. Es muy recomendable iniciar las investigaciones respectivas, comparando los distintos efectos del cruzamiento de vacas mestizas predominantes en distintas regiones con los toros Criollos, Cebú y europeos, tomando en consideración todos los aspectos de la explotación en las fincas de doble propósito y poniendo el acento en los costos de producción de leche y carne por los mestizos y en el balance económico definitivo. Cuadro 1. Medidas bovinométricas en cm Medidas Altura cruz dorso lomo sacro cola nalga Largo cabeza cuerpo tórax grupa Profundidad tórax Perímetro tórax dactilar a Razas BON b Caracú a b c CCC c CLV d 128 136 - 122 125 - 123 - 122 122 124 128 124 109 147 44 142 - 152 - 47 143 76 46 67 63 - 64 187 18 169 17 169 165 16 d Jordâo, 1949; Botero, 1976; Rubio, 1976; Ríos et al., 1959. Cuadro 2. Alturas de la cruz en cm Raza Caracú Caracú Caldeano CCC CCC CLV Sexo Machos 143 138 139 - Autor Hembras 128 135 131 127 122 Jordâo, 1949 Domingues, 1961 Pinzón, 1952 Rubio, 1976 Ríos et al., 1959 Cuadro 3. Peso al nacer en kg Raza Sexo Caracú Caracú Caracú Caldeano BON Machos 27.3 28.1 31.4 28.0 BON CCC CCC CLAC CLAC CLV 27.1–29.4 27.0 24.0 28.7 28.0 Autor Hembras 26.4 26.6 29.6 26.0 Jordâo, 1949 Jordâo et al., 1957 Pereira et al., 1978 Pinzón et al., 1959 Rodríguez et al., 1971 25.1–28.5 Botero, 1976 24.0 Pinzón et al., 1959 26.0 Rubio, 1976 Rincón y Muñoz, 1966 26.4 Magofke et al.1970 26.4 Ríos, 1962 Cuadro 4. Coeficientes de correlaciones para los pesos al nacer Variable independiente Raza CLAC Peso de la madre al nacer al parir Edad de la madre Período seco previo al parto Duración de la gestación * Significativo (P<0.05) ** Significativo (P<0.01) a b a 0.473* 0.107 0.33** CLV b Machos Hembras 0.29** 0.29** 0.18* 0.00 0.35** 0.13* 0.26** 0.17 0.00 0.25** Rincón y Muñoz, 1966 Bodisco y Morillo, 1966 Cuadro 5. Pesos de animales Criollos lecheros a distintas edades en kg Raza Caracú Caracú Caracú Caracú Caracú Caracú Caldeano Caracú Caldeano BON BON BON BON BON CLV Edad 6m 12" 1 año 2" 3" 8" 1" 2m 6" 12 " 12 " 12 " 8" Sexo Machos 115 239 160 183 48 96–145 179–200 160 - Autor Hembras 103 213 237 459 467 148 168 45 85–131 149–191 154 148 115 Jordâo, 1952 Jordâo, 1949 Jordâo y Santiago, 1940 Jordâo y Santiago, 1940 Jordâo y Santiago, 1940 Pereira et al., 1978 Lemos et al., 1978 Ospina, 1950 Botero, 1976 Botero, 1976 Ospina, 1950 Gracia, 1947 Ríos, 1962 Cuadro 6. Pesos promedio de animales adultos en kg Raza Caracú Caracú Caldeano Caracú Caldeano BON BON BON CCC CCC CLV CLV CLV Sexo Machos 800–1000 600–800 592 462–554 570 532–585 - Autor Hembras 522 500–600 450–550 359 360 366–372 380 380–426 393 406 477 Jordâo, 1956 Domingues, 1961; Hill, 1967 Bodisco, 1960 Gracia, 1947 Ospina, 1950 Botero, 1976 Pinzón et al., 1959 Rubio, 1976 Ríos et al., 1959 Bodisco y Pacheco, 1962 Magofke y Bodisco, 1966 Cuadro 7. Pesos de las vacas CLV en distintos partos en kg a Autor a Parto 1º 2º 3º 4º 355 399 430 446 b b c 358 409 445 456 366 a 406 b 442 c 462 c c Bodisco y Pacheco (1962) Ríos et al., (1959) Bodisco et al., (1968). a, b y c: los promedios señalados con distintas letras son significativamente diferentes (P 0, 05) Cuadro 8. Producción de leche por vacas Criollas Raza Caracú Caracú Caracú Caracú Caldeano BON BON BON BON BON CCC CCC CCC CCC CLAC CLAC CLAC CLAC CLV (1958–60) CLV (1960–62) CLV (1968–71) CLV (1977) CLV (Maracay) CLV (Maracay) Duración de lactación (días) 300 300 300 317 158 206 126 73–246 73 126 147 93–266 157 295 274 260 260 274 280 255 243 Producción total (kg) 1 500 1 253–1 592 1 093–1 543 1 500–1 700 634 450 554–756 220–1 129 221 576 481 296–996 481 1 420 1 760 1 757–1 797 1 794 1 719 1 611 1 678 1 850 2 093 2 117 Autor Jordâo, 1949 Jordâo, 1956 Jordâo et al., 1957 Domingues , 1961 Pearson et al., 1968 Gracia, 1947 Uribe et al., 1978 Botero , 1976 Lemka et al., 1973 Salazar et al., 1976 McDowell , 1971 Rubio, 1976 Lemka et al., 1973 Maltos y Cartwright 1971 Magofke et al., 1966 Meini et al., 1974 Alvarez et al., 1977 Bodisco et al., 1972 Cruz et al., 1972 Abreu et al., 1977 Perozo et al., 1977 Magofke y Bodisco 1966 Pereira et al., 1978 Cuadro 9. Producción de vacas Criollas en las distintas lactaciones Lactación BONa 143 207 264 347 433 467 634 1a 2a 3a 4a 5a 6a 7a a d b CCCb 930 787 891 975 960 Raza CLVc 1779 2108 2152 2275 2228 2203 2229 CLVd 1833 1923 2118 2177 2349 CLVe 2138 2115 2298 2198 c Pearson et al., 1968; Rubio, 1976; Ríos et al., 1959; e Magofke y Bodisco, (1966); Bodisco et al. , 1968. Cuadro 10. Duración de las distintas lactaciones en vacas Criollas en días Lactación BONa 56 70 84 98 126 122 158 1a 2a 3a 4a 5a 6a 7a a d b CCCb 224 260 265 292 286 Raza CLVc 251 259 263 268 265 261 260 CLVd 251 231 241 239 248 c Pearson et al, 1968; Rubio, 1976; Ríos et al., 1959 e Magofke y Bodisco, (1966); Bodisco et al., 1968. Cuadro 11. Edad al primer parto de vacas Criollas en meses Raza Caracú Caldeano Caracú Caldeano BON BON BON CCC CCC CCC CLAC CLAC CLV CLV Edad al 1er parto 42.0 43.5 40.7 41.0 40.7 37.8 37.6 39.5 33.0 34.7 36.0 35.9 Autor Domingues, 1961 Pereira y Lemos, 1978 Pearson et al., 1968 Botero, 1976 Lemka et al., 1973 Salazar y Huertas, 1976 Rubio, 1976 Lemka et al., 1973 Magofke et al., 1966 Alvarez et al., 1977 Magofke y Bodisco, 1966 Bodisco et al., 1968 Cuadro 12. Duración de los períodos secos en vacas Criollas en días Raza BON CCC CLAC CLV CLV CLV Período seco 303 258 116 142 133 114 Autor Lemka et al., 1973 Lemka et al., 1973 Magofke et al., 1966 Abreu et al., 1972 Magofke y Bodisco, 1966 Perozo et al., 1977 CLVe 277 243 251 244 Cuadro 13. Efecto comparativo de la presencia del becerro durante el ordeno sobre la producción de leche por su madre (Carnevali y Bodisco, 1966) Lactación GRUPO DE VACAS A 1a 2a Duración días 265 238 B Producción días 2 092 2 249 Duración días 82 160 Producción kg 589 1 283 Grupo A: ordeno sin becerro en las dos lactaciones Grupo B: ordeño sin becerro en la primera lactación y con becerro en la segunda Cuadro 14. Porcentajes de grasa en la leche de vacas Criollas Raza Caracú Caracú Caracú Caldeano BON BON CLAC CLAC CLV CLV % de grasa 4.2 5.0 4.8–5.9 4.6–5.4 4.4–6.1 4.6 4.6 4.55 4.55 Autor Jordâo y Santiago, 1940 Domingues, 1961 de Alba, 1955 Pearson et al., 1968 Botero, 1976 Magofke et al., 1966 Maltos y Cartwright, 1971 Bodisco et al., 1968 Magofke y Bodisco, 1966 Cuadro 15. Parámetros genéticos para la producción de leche Raza Factor Caracú Caldearlo Edad al ler parto BON Edad al ler parto BON Producción/lactación CLAC Duración/lactación CLAC Producción/lactación CLAC Producción/lactación CLAC % de grasa CLV Duración/lactación CLV Producción/lactación CLV % de grasa Indice de Heredibilidad Repetibilidad 0.153 0.38 0.52* 0.63 0.009 0.458 0.158 0.654 0.250 0.320 0.364 0.523 0.125 0.365 0.243 0.628 0.229 0.212 Autor Pereira y Lemos, 1978 Pearson et al., 1968 Pearson et al., 1968 Magofke et al., 1966 Magofke et al., 1966 Alvarez et al., 1977 Magofke et al., 1966 Magofke y Bodisco, 1966 (Lemos et al., 1978 y (Magofke y Bodisco, 1966 * Solamente para la primera lactación Cuadro 16. Mejoramiento anual genético de la producción de leche por vacas Criollas Producción/lactación Promedio ajustado kg 1 712 1 794 2 093 Raza CLACa CLACb CLVc a b c Magofke et al., 1966; Alvarez et al., 1977; Magofke y Bodisco, (1966). Mejoramiento anual genético kg 7.43 11.0 13.1 % 0.434 0.613 0.626 Cuadro 17. Fertilidad de vacas Criollas lecheras Raza CLAC CLAC CLV CLV CLV CLV CLV a Período de vacía días Número de servicios por Autor gest. 1.58 Carmona y Muñoz, 1966 105 Magofke et al., 1966 113a Bodisco y Mazzari, 1962 128b Bodisco y Mazzari, 1962 109 1.59 Rincón et al., 1972 1.45 Ríos et al., 1959 1.55 Ríos y Bodisco, 1962 b novillas vacas Cuadro 18. Intervalo entre partos en vacas Criollas lecheras Raza Caracú Caldeano BON BON BON CCC CCC CCC CLAC CLAC CLV CLV CLV CLV Intervalo días 440 352 419 382 422 433 396 390 378 372 376 387 394 Autor Pereira et al., 1978 Pearson et al., 1968 Botero, 1976 Lemka et al., 1973 Sal azar y Huertas, 1976 Rubio, 1976 Lemka et al., 1973 Carmona y Muñoz, 1966 Alvarez et al., 1977 Abreu et al., 1977 Cruz et al., 1962 Bodisco et al., 1968 Ríos et al., 1959 Cuadro 19. Duración de la gestación en vacas Criollas lecheras en días Raza Caracú Caracú Caracú Caldeano BON BON CLAC CLV Sexo del nacido Macho Hembra 287.4 286.4 288.0 285.0 287.2 285.8 283.3 282.8 - Promedio 286.9 287.0 286.5 285.0 283.0 283.3 Autor Jordâo, 1952 Jordâo, 1956 Pereira et al., 1978 Ospina, 1950 Botero, 1976 Negrón et al. 1976 Ríos et al., 1959 IV PRODUCCION DE LECHE EN CRUZAMIENTOS CON GANADO CRIOLLO H. Muñoz O.W. Deaton La reducción de las poblaciones de ganado indígena o Criollo, con la posibilidad real de que el mundo pueda perder, para siempre, materia genética valiosa, es una de las motivaciones de esta reunión. Antes de examinar algunos datos para evaluar los Criollos y sus cruces, puede ser útil una breve reflexión sobre ciertas tendencias, ampliamente conocidas, relacionadas con la disminución del ganado indígena en América Latina. Es fácil observar que las poblaciones de Criollo que persisten actualmente están localizadas en áreas poco favorables para la ganadería. Lo característico es que se trate de las zonas mas aisladas en materia de comunicaciones, de tierras cálidas que producen forrajes de baja calidad y donde existen grandes variaciones de producción animal. Los pobladores, por lo general, desarrollan explotaciones de tipo extensivo, de manejo rústico y con poco uso de tecnología, especialmente de registros. Aparte de la rígida adaptación natural, la selección es muy limitada y normalmente persigue fines de doble o triple propósito. Estas zonas aisladas han sido las menos afectadas por la propaganda masiva y el impacto de las importaciones de ganado, semen y sistemas de producción originarios de zonas templadas y desarrolladas. Es necesario, sin embargo, reconocer el impacto de la introducción del ganado Cebú, aunque su popularidad inicial se basó en su vigor híbrido. La importancia de las características “marcadoras” en materia de color, giba y orejas, ayudó considerablemente a la difusión de esta raza, a expensas de la Criolla. Las instituciones nacionales e internacionales se esfuerzan muy poco por conservar y majorar los rebaños de ganado Criollo. Como los programas de genética animal requieren muchos años para obtener pocos resultados, es difícil conseguir y mantener presupuestos y personal con miras a evaluar científicamente lo que podría ser un potencial para el futuro. El respaldo político para estos programas resulta generalmente sacrificado en aras de metas y objetivos más inmediatos. Además, los hatos de las estaciones experimentales son normalmente utilizados en ensayos de nutrición, manejo, etc., lo que dificulta la evaluación y produce efectos confusos y difíciles de interpretar. Hay que admitir que existen muchas falsas ilusiones con respecto a la promoción y mejoramiento del ganado Criollo. Las observaciones e intuiciones en que se ha apoyado la convicción de que es valioso conservar y mejorar ese material genético, no bastan para combatir la propaganda masiva que pregona actualmente la necesidad de importar dicho material. La culpa de este situación recae en los investigadores activos de la producción animal en América Latina, porque no han sabido sortear, verificar y/o adaptar la tecnología extranjera, y tampoco han logrado desarrollar y difundir sistemas autóctonos basados en los recursos locales. Por ejemplo, en el caso del ganado Criollo, existe la convicción de que la selección natural ha producido animales más aptos y rentables para las condiciones locales. Se ha hablado siempre de la adaptabilidad, rusticidad y resistencia del Criollo; sin embargo, nunca se han desarrollado criterios claros y adecuados para medir estas características y, peor aún, no se ha difundido entre los productores una información capaz de convencerlos de las ventajas económicas de utilizar los rebaños Criollos para apoyar .los argomentos sobre su utilidad. Mucho tiempo y dinero se han invertido para obtener descripciones de las características físicas y fenotípicas del Criollo, descripciones de poco o dudoso valor, basadas en datos particulares y no representativos. Estos datos, además, generalmente se limitan a observaciones individuales, parcializadas, que no miden ni evaluan las condiciones de manejo, alimentación, etc. En pocas palabras, los estudios son muy incompletos; falta un análisis que considere el rebaño en su conjunto y su sistema de explotación, especialmente económico, proyectado a lo largo de varios años y bajo distintas circunstancias ecológicas, sociales y de mercado. Lo ideal es que las comparaciones entre razas, líneas o cruces se basen en numerosas observaciones de animales contemporáneos, y se repitan para cada zona ecológica y para cada tipo de explotación socioeconómica. Cuando los precios de los insumos y productos en el mercado juegan un papel mayor, se necesita un nuevo análisis para determinar si son válidas las conclusiones anteriores. Lógicamente, es imposible, por muchas razones, desarrollar sistemas de información completos sobre todas las razas o cruces, ni sobre todas las diversas condiciones ecológicas o económicas existentes. Sin embargo, es posible realizar un análisis general que permita una visión más amplia y comprensiva de los datos biológicos. Por ejemplo, la comparación de datos de razas y cruces debe ser expresada, para ser más útil, en medidas que se pueden acordar a partir de la estandarización de algunos factores. La literatura científica puede servir para ilustrar algunas comparaciones interesantes y también ayuda a visualizar más ampliamente el significado de algunos resultados. Este trabajo, además de analizar el comportamiento del ganado Criollo en cruces con otras razas, enfatiza la necesidad de emplear medidas para establecer comparaciones más útiles mediante el uso de parámetros biológicos estandarizados. Producción de leche expresada en distintas unidades Generalmente, en la literatura sobre el tema aparecen datos biológicos de producción de leche expresados en distintas unidades, como kg/día y producción por lactancia, que son difíciles de utilizar para hacer comparaciones entre las diversas poblaciones de animales. Para ilustrar este problema, hemos querido reunir datos de producción de leche publicados en Colombia, Venezuela y Costa Rica (Abreu et al. , 1977; Hernández et al. , 1976; Perozo et al. , 1977), que son agrupados en los cuadros 1, 2, 3 y 4. A la información original de estas investigaciones, se le ha añadido el parámetro de kg de producción de leche por año efectivo (KPL/AE), unidad que resulta de la estandarización de la producción de leche de acuerdo a la fórmula siguiente: KPL/AE = (365/IEP) (kgPL) Este parámetro expresa la producción de leche por lactancia del animal ajustado (kgPL) multiplicada por el factor que resulta de dividir 365 das por el intervalo entre partos indios (IEP). En los cuadros 1, 2, 3 y 4 podemos observar que es difícil hacer una comparación racional cuando las producciones lácteas provienen de grupos con distintos intervalos entre partos, factor que no solamente define la vida productiva del animal, sino que también puede cambiar el valor de la evaluación que se procura. Cuadro 1. Datos de Colombia Grupo racial Costeño con Cuernos (CCC) Holstein Holstein por CCC 3/4 Holstein 1/4 CCC Fuente: Hernández, 1976. № lactación 652 162 187 35 kg leche/lact. 396 1 950 2 000 1 832 días IEP 453 505 426 579 KPL/AE 319 1 409 1 714 1 155 Cuadro 2. Datos de Colombia 1972–75 Grupo racial tipo ordeño № observaciones kg leche/lact. 3/8 BON 5/8 Jersey sin ternero 56 1 342 3/8 BON 5/8 Jersey con ternero 76 1 008 1/2 BON 1/2 Holstein con ternero 34 1 144 Fuente: Hernández, 1976 IEP 396 396 471 KPL/AE 1 237 929 887 kg leche/lact. 1 897 1 861 1 791 1 741 IEP* 394 402 392 394 KPL/AE 1 557 1 690 1 668 1 613 kg leche/lact. 1 382 2 180 2 221 2 468 2 112 IEP* 384 387 378 403 396 KPL/AE 1 316 2 060 2 150 2 243 1 949 Cuadro 3. Datos de Venezuela, Criollo Limonero, 1972–76 Grupo racial Criollo Predom Criollo Mestizajes General Fuente: Perozo et al., 1977 № observaciones 869 280 755 1 904 * Estimado en base a duración de lactancia y del período seco. Cuadro 4. Datos de Costa Rica, CATIE, 1949–74 Grupo racial Criollo (C) Jersey (J) 1/2 C 1/2 J (F1) Ayrshire por F1 (A) Rojo Danés por F1 (R) Fuente: Alvarez, 1977 № lactación 1 117 433 397 58 30 * Estimado en base a duración de lactancia y del período seco. Una observación que surge al analizar la información de los cuadros anteriores y evaluar la influencia del Criollo en cruzamientos y su comparación con razas puras, es que la falta de información y de parámetros uniformes puede conducir a evaluaciones erradas. Es obvio que si se emplean como únicas medidas la producción de leche en kg/día y la producción de leche por lactación, no se podrán comparar adecuadamente razas y cruces, aunque éstos provengan de animales contemporáneos. Ello se debe a que existen notables diferencias en el comportamiento reproductivo del animal, que pueden cambiar el rango de los grupos raciales cuando se considera la producción de leche por año efectivo, característica estrechamente relacionada con la acción económica. Un problema semejante al que suscita la información sobre la producción de leche cuando es expresada en distintas unidades, se crea al comparar la producción de distintos grupos raciales cuando existen diferencias de edad al primer parto. Esta falencia en la información puede confundir las comparaciones raciales, minimizando o sobreestimando sus aspectos. En este caso, es posible obtener un parámetro que exprese el intervalo entre partos estableciendo una fecha teórica que represente aproximadamente la edad a la pubertad. Empleando los datos de Costa Rica (Alvarez et al., 1977) se determina por ejemplo que la pubertad se alcanza a los 20 meses y si se toma las edades promedio al primer parto de los diferentes grupos raciales (34.7(C), 32.7(J), 33.3(F), 33.7(A) y 35.7(R), los intervalos entre partos estimados serán de 14.7, 12.7, 13.3, 13.7 y 15.7 meses, respectivamente. La evaluación de este parámetro puede cambiar el rango de los grupos raciales, ya que indicaría el inicio de la vida productiva; de esta manera, se podría uniformar la medida de la producción de leche durante la primera lactación del animal. Diferencias de edad entre grupos raciales Las diferencias de edad pueden confundir las comparaciones realizadas entre vacas con el promedio de los grupos. Cuando se dispone de abundante información, es factible hacer comparaciones entre animales contemporáneos y del mismo parto. Pero para evaluar el ganado Criollo y sus cruces, en la mayoría de los casos las observaciones son muy pocas y esta misma información es, además, incompleta. Para evaluar los diferentes grupos raciales es necesario referir las producciones de distintas edades a una base comían, como edad adulta equivalente. Sin embargo, sería erróneo recurrir a factores obtenidos en zonas templadas para ajustar datos registrados en el Trópico, aunque se refieran a las mismas razas para las cuales fueron desarrollados en otras áreas. En la figura 1 se puede observar el diverso comportamiento de distintos grupos raciales en Costa Rica (Meini, 1973), en tres edades diferentes de la vida productiva del animal. Este gráfico indica que el Criollo y la F1 tienen una tendencia similar a incrementar la producción a medida que aumenta la edad, aun cuando sus niveles de producción son diferentes, mientras que el Jersey inicia su producción lechera en ascenso pero, a partir de los 54 meses de edad, ésta comienza a disminuir. La información también indica la conveniencia de desarrollar en el propio medio los factores de ajuste que permitan evaluar distintos grupos raciales con producciones obtenidas en edades diferentes. Fig. 1 Curvas para ajuste de edad. CATIE, 1973(5) Porcentaje de grasa y peso de los grupos raciales Estos dos parámetros son también importantes para la evaluación de los grupos raciales; sin embargo, existe una gran deficiencia de información sobre ambos en la literatura dedicada al tema. Como la mayoría de las razas Criollas y sus cruces son productoras de leche con un alto contenido de grasa, y este es bajo en las razas europeas, es obvio que las comparaciones deben incluir la cantidad de grasa como medida para equilibrar los promedios de producción de leche de los diversos grupos. La evaluación requiere ajustar el contenido de grasa de la leche a un 4 por ciento, o expresar la grasa por lactancía o grasa/año efectivo. En la información obtenida en Turrialba (cuadro 4), los porcentajes promedio de grasa para los diferentes grupos raciales son de 4.9(C), 4.8(J), 4.7(F1), 4.4(A) y 4.4(R).Tomando en cuenta la producción de leche por año efectivo (KPL/AE), la producción de grasa por año efectivo asciende a 64, 99, 101, 99 y 36 kg, respectivamente, para los diferentes grupos raciales. Limitarse a analizar los meros porcentajes, puede conducir a errores al evaluar la producción de grasa de los distintos grupos raciales. La grasa y la proteína son de importancia nutricional; sin embargo su importancia económica sólo depende del mercado y no existen estímulos que el productor procure obtener para leche con más contenido de grasa. Las comparaciones entre grupos raciales de distintos pesos vivos no reflejan la eficiencia biológica y económica. Es necesario considerar la producción de leche por año efectivo ajustándola al peso metabólico del animal (kg peso vivo). Esta conversión es una estimación cruda de la eficiencia, pero permite comparar los promedios. La mayoría de los animales Criollos y sus cruces tienen un peso promedio intermedio en comparación con las razas europeas. El cuadro 5 presenta un ejemplo teórico que puede ilustrar el problema. Cuadro 5. Retornos y relaciones económicas para vacas de distinto peso y niveles de producción Peso vivo kg 350 450 550 Todos pesos combinados Producción de leche en kg 1 500 2 000 2 500 -24* -6 +15 (-6) (+18) (+22) -20 +1 +22 (-15) (+1) (+14) -17 +4 +25 (-21) (-7) (+5) -20 -1 +21 (-14) (0) (+14) Todas producciones combinadas -5 (+7) +1 (0) +4 (-7) 0 (0) * Eficiencia económica, c/ kg MS en % En el cuadro 5, las cifras sin paréntesis expresan el porcentaje relativo de la venta de leche, crías y vacas de desecho, en relación al promedio de los nueve grupos. Las cifras entre paréntesis expresan el porcentaje relativo de la relación ingresos/kg M.S. entendida como estimación del ingreso neto y como índice de alimentación. Este parámetro subraya que es importante considerar el peso vivo del animal y su producción de leche en la evaluación de los distintos grupos, ya que ambos factores están directamente relacionados con los retornos económicos, que interesan especialmente al productor. De acuerdo a la información disponible, el ganado Criollo y sus cruces presentan pesos intermedios, y producciones de leche que oscilan entre los 2000 y 2 500 kg (Abreu et al., 1977, Alvarez et al., 1977, Hernandez et al., 1976, Perozo et al. , 1977). Esta información indica igualmente que, al considerar los distintos grupos raciales con vistas a la producción de leche, los de mayor peso deben ser descartados, a menos que compensen ese hecho con una producción de leche mayor. Sin embargo, en las explotaciones de carne o de doble propósito, el rendimiento de los tipos de mayor tamaño puede ser igual, e incluso mejor, en relación a su peso. Parámetros económicos como medidas de evaluación integral Hay absoluta carencia de parámetros que permitan evaluar los grupos raciales desde el punto de vista económico, aunque este sea decisivo para que el productor elija una raza determinada y una tecnología conducente al fin de mejorar su explotación. La información sobre costos y retornos reales de un hato completo es imprescindible para evaluar los diferentes grupos. Estos parámetros reflejan la producción, reproducción, mortalidad, mantenimiento de vacas secas y los costos de todos los reemplazos. En Turrialba, a partir de la información que aparece en el cuadro 4, se ha escogido el tipo racial A (Ayrshire por F1) y se ha obtenido un “Módulo de Producción de Leche” que evalúa ese grupo en términos de retorno económico. Los resultados, al cabo de dos años de funcionamiento del módulo, se presentan en el cuadro 6. Cuadro 6. Indicadores biológicos y económicos de un hato de producción de leche Producción y reproducción Por vaca/lactancia (kg) Por vaca/año efectivo (kg) Diaria/vaca en producción (kg) Diaria/vaca en hato (kg) Por ha/año (kg) IEP (meses) Servicio/Preñez Económicos (US$) Costos de producción/kg Precio de venta/kg Rentabilidad (%) Ingreso neto/ha/año 2 500 2 308 7.6 6.4 12 583 13 2.2 0.19 0.23 36 931 Es casi imposible llevar a cabo este tipo de evaluación en una estación experimental, y menos aún cuando se desea evaluar diferentes grupos raciales. Sin embargo, puede constituir una evaluación más real, especialmente cuando el productor ha elegido - luego de ponderar la producción, reproducción, etc. - determinada raza o cruce. Podrá entonces evaluarlo globalmente en términos del retorno económico que obtendrá con su explotación. Comentarios generales Lo expresado anteriormente se centra, sobre todo, en los factores que limitan la evaluación de los grupos raciales, y muy poco en la evaluación misma del ganado Criollo y de sus cruces. Es que la carencia de información, y la falta de uniformidad de la existente pueden conducir a evaluaciones erróneas, meramente basadas en sentimentalismos y en consideraciones intuitivas. Esta apreciación tiende a señalar que se requiere la mejor infórmación, “ la más completa y objetiva a fin de evaluar el ganado Criollo y sus cruces. El punto de partida deberá ser la conservación y el mejoramiento de los recursos existentes, entre ellos el ganado Criollo, un producto de la selección natural - y no del hombre - en un medio característico del trópico latinoamericano. Las comparaciones raciales estandarizadas que presenta este trabajo indican muy claramente el valor del ganado Criollo en los cruzamientos, cuando éstos se comparan con las razas de origen europeo. Este hecho significativo merece el interés de la comunidad científica latinoamericana, a fin de conservar, evaluar y mejorar este germoplasma. V EL GANADO LECHERO TROPICAL DE AMERICA LATINA J. de Alba Desarrollo histórico El esquema aquí presentado se refiere al desarrollo de los esfuerzos realizados para el mejoramiento del Criollo lechero en Costa Rica, Venezuela, México y la República Dominicana. Se podría hablar de un esfuerzo común, ya que procura objetivos similares. Esos objetivos se pueden enumerar de la siguiente manera: (a) reunir animales con características lecheras y con adaptabilidad al trópico en hatos colocados bajo tutela institucional, para proceder a una selección mayor que la realizada por los productores. (b) Establecer parámetros de producción que permitan conocer las características de adaptabilidad y productividad de esos ganados. (c) Proyectar el esfuerzo de selección a una población mayor, con la intervención de productores privados. (d) Conectarse con programas de pruebas de hatos y desarrollo de índices genéticos para toros, así como de distribución y utilización en gran escala del semen de toros superiores. A partir de estas ideas se crearon los hatos experimentales de Turrialba, Costa Rica, y Maracay, Venezuela, descritos en sus etapas iniciales por de Alba y Carrera (1958) y por Ríos, Bodisco y Morillo (1959), respectivamente. Con anterioridad, se había establecido en Colombia un hato esencialmente constituido por el mismo tipo de ganado - entonces denominado Costeño con Cuernos - y concentrado en Valledupar, posteriormente trasladado a Sincelejo y, más recientemente, a Montería. Los dos primeros hatos han seguido suministrando una importante información; no así el hato de Colombia, que ha padecido la falta de continuidad de su administracion. También Brasil había reunido un hato Criollo con pretensiones lecheras en Nova Odessa; era de ganado Caracú y produjo alguna información (Pacheco Jordão, 1956), pero se verifico en él mismo un marcado descenso de la producción debido al incremento de la consanguinidad y a una selección errónea determinada por la búsqueda de factores externos que explicaran el fenómeno. El Caracú, en manos de algunos criadores de Pozos de Caldas (de Alba, .1960), había progresado más que en el rebaño oficial. Este tipo de ganado nunca tuvo el apoyo de un programa oficial en Panamá, Ecuador, Honduras y Nicaragua; la República Dominicana es el único país con un hato institucional de este ganado, creado no hace mucho. En realidad, sólo han existido dos hatos de Criollo lechero con información concreta, administración continua y publicación permanente de datos: el de Turrialba, que ha proporcionado semen para dos nuevos hatos experimentales - uno en México y otro en la República Dominicana - cuyas bases genéticas y fisiológicas han sido descritas recientemente (de Alba, 1978), y el de Maracay que, trasladado a Carrasquera, estado” de Zulia, ha vivido en íntimo contacto con un programa de prueba de hatos. La información disponible sobre el último ha sido resumida en una extensa monografía (Abreu, Labbe y Perozo, 1977). Evidencia de progreso o estancamiento Los datos ofrecidos por la bibliografía citada evidencian que el Criollo lechero de América Latina desarrollado en climas tropicales posee varias características comunes: pelo corto, piel pigmentada, pelo escaso, de color amarillo al rojo oscuro, con sombras negras más marcadas en los machos, pezuñas muy fornidas y gran habilidad para caminar bajo el sol del trópico, tanto húmedo como seco. Sus cualidades reproductivas son sobresalientes: cualquiera sea la medida utilizada, se le ha encontrado una fertilidad superior a la de los ganados europeos o cebuinos. La posible excepción emerge de algunas publicaciones comparativas con el Jersey que, en ocasiones, demuestra una fertilidad similar a la del ganado Criollo. El estudio de la sobreviencia de becerros en ambiente tropical, también ha señalado la superioridad del Criollo lechero sobre las razas lecheras europeas mas conocidas (Maltos, Cartwright y de Alba, 1970, y Bodisco y Carnevali, 1960). Como evidencia de adaptación al trópico, fue de particular importancia el descubrimiento de la resistencia del Criollo lechero a los ectoparásitos (Ulloa y de Alba, 1957) y a la temperatura ambiental elevada (de Alba y Sampaio, 1957); esto apoyó la hipótesis de que el Criollo lechero, sometido a la selección natural en el trópico, había adquirido características genéticas de adaptabilidad que podía transmitir no sólo a la cría pura, sino también en cruzamientos con ganados más productivos pero menos adaptados. En este sentido - especialmente para las regiones productoras en vías de expansión de la población lechera - es tan importante la longevidad que hacen falta, para la edad por lactancia, factores de ajuste para la raza Criolla lechera que son distintos de los necesarios para las Jersey. Y lo que es más significativo aún: el cruzamiento entre ambas razas conduce a un vigor híbrido que reúne la precocidad y la longevidad en animales F1 (Meini, 1973). La dificultad más seria con que tropezó el progreso de las estirpes Criollas lecheras fue el ordeño con apoyo difícil (Carnevali y Bodisco, 1966; de Alba, 1960). Sin embargo, esa dificultad ha sido superada en las generaciones obtenidas tanto en Turrialba como en Carrasquero, descendientes de toros cuyas madres presentaban facilidad de ordeño sin ternero. De hecho, esos hatos seleccionados son ya genéticamente superiores, en este sentido, a las estirpes Criollas lecheras de otros países. Esto sugiere que sería un error intentar programas nuevos sin recurrir al semen proveniente de estos hatos, que poseen récords de selección continua por más de 20 años. Los hatos que han permanecido como núcleos cerrados, después de un progreso productivo inicial (Magofke y Bodisco, 1966; de Alba y Magofke, 1977), no han logrado, sin embargo, evolucionar mediante un proceso acelerado por la utilización, como arma genética principal, de las pruebas de progenie de toros. Solamente en Turrialba y en México se ha congelado semen de toros con índices de producción lechera superior, y se trata de índices genealógicos, no de pruebas de progenie. Desde luego, ese progreso es superior al logrado en hatos como los de Colombia, en los que no se ha aplicado la presión de la selección productiva. Es obvio que para efectuar pruebas de progenie se requieren datos extensivos que sólo pueden obtenerse mediante un programa cooperativo con criadores privados. Las primeras pruebas efectuadas tanto en el hato de Turrialba (de Alba y Muñoz, 1964) como en el de Maracay (Ríos y Bodisco, 1962) adolecían de un defecto: cubrían muy pocos toros y, por lo tanto, su presión de selección era muy débil si llegaba a detectarse un toro superior. Además, como es obvio tratándose de una población reducida de vacas, surgían serios obstáculos por la consanguinidad, si se utilizaba un toro superior por varias generaciones. El programa de Carrasquero, por contar con un sistema de pesaje de leche e identificación de animales en las fincas particulares, constituyó una excelente oportunidad. Pero, hasta donde sabe el autor, esa oportunidad no se ha aprovechado; ni siquiera circulan entre los ganaderos índices de predicción basados en la producción. El programa de la Asociación Mexicana de Producción Animal en Tampico, México, ha iniciado una prueba de hatos con cooperadores de la región y tiene planes ambiciosos (sin presupuesto) para realizar, por primera vez en la historia de la selección del Criollo lechero, pruebas con cinco toros simultáneamente. Esquema de un desarrollo regional Es palpable la urgencia de varios países latinoamericanos por incrementar la producción lechera en el trópico. Por razones económicas, esto debe hacerse recurriendo al uso mínimo de concentrados y al uso máximo de las praderas tropicales. La continua importación de vacas inadaptadas es un camino costoso que, con toda evidencia, no resuelve el problema. Esto se pone de manifiesto tanto en las primeras investigaciones sobre el hato Mindi en Panamá (Narváez, 1951), como en los datos recientes relativos al trópico mexicano (Garrido Rojo, 1978). En ambos casos se trataba de hatos bien alimentados con ayuda de concentrados y aun de forraje importado. El pastoreo exclusivo de praderas tropicales puede conducir a un desperdicio de insumos todavía mayor. Sin embargo, hace años que los productores han descubierto que sus ganados Criollos producían más en cruzamientos recurrentes con ganados más especializados en la producción de leche. Aquí surge un conflicto entre el desarrollo de la selección del Criollo lechero puro y el interés de los productores por un tipo de animal F1 o, por lo menos, mestizo. Por otra parte, los programas de un centro experimental están condenados a tener muy poca importancia si no incluyen a los productores que trabajan en fincas particulares. La solución de estos conflictos ideológicos es sencilla desde el punto de vista teórico, a condición de que se utilice la inseminación artificial: la propuesta se puede sintetizartal como se ha planteado en el programa de México - en los siguientes puntos: (a) articulación de un programa de selección intensiva de toros en las estaciones experimentales con un programa regional de pesaje de leche y mejoramiento de hatos. (b) Desarrollo de un programa genético de mestizaje perpetuo para los hatos cooperadores, utilizando cruzamientos alternos (criss-crossing) de toros Criollos con altos índices de transmisibilidad lechera del centro experimental, y semen de toros de razas; europeas sometidos a pruebas de producción con resultado satisfactorio. (c) Práctica de la inseminación artificial, en todos los hatos cooperadores, en gran número de vacas a prueba a fin de obtener una progenie exitosa tanto de los toros adaptados como de los lecheros no adaptados. Las ventajas del vigor híbrido serán un beneficio adicional del programa. (d) Certificación de toros producidos por vacas sobresalientes para ser utilizados en fincas más alejadas donde no sea práctico emplear de inmediato la inseminación artificial. Papel del esfuerzo internacional El esfuerzo internacional podría encaminarse a reducir las deficiencias mediante alguno de los proyectos siguientes: (a) contribución directa a la formación de una asociación internacional de criadores que fomente la selección productiva en vez de la selección por la selección misma. (b) Contribución al favorecimiento del intercambio de personal, particularmente del que trabaja en los programas más avanzados, para estimular el avance por los caminos de la genética de poblaciones. (c) Compete a la FAO y a este Comité de Recursos Genéticos recomendar a los países o instituciones que inician programas de ganado Criollo lechero en el trópico, que utilicen al máximo el progreso ya alcanzado por hatos que pueden proporcionar semen congelado de toros con índices positivos de producción de leche. La FAO debe ser, además, un instrumento para facilitar el intercambio internacional de este semen. Resumen El trabajo analiza el desarrollo de los programas de mejoramiento del ganado Criollo lechero latinoamericano, que es casíidéntico en Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá, Nicaragua, República Dominicana y México. Después de su iniciocon miras a la conservación, los programas en curso han carecido de una dinámica creciente que les permitiera cosechar las ventajas derivadas de aplicar la genética de poblaciones a pruebas de progenie de toros. Las causas radican en la falta de estabilidad de las administraciones, la carencia de entrenamiento superior de los encargados y la ausencia de programas conexos con los productores privados. VI LAS RAZAS CRIOLLAS COLOMBIANAS PARA LA PRODUCCION DE CARNE G. Hernández El reciente interés por las razas Criollas, especialmente por las “nativas” de las zonas tropicales, se explica por la falta casi absoluta de razas adaptadas a las condiciones de la región, que posean un grado aceptable de características de importancia económica. Con excepción de las razas cebuinas, de buen nivel de producción en casi todos los aspectos, las razas foráneas mejoradas genéticamente muestran muy poca adaptación al trópico y, por consiguiente, su producción está completamente aminorada. Las razas nativas tropicales de América Latina, aunque tienen el mismo origen que las razas especializadas de las zonas templadas del mundo, han logrado a través de 400 años de selección natural una gran adaptación al medio, la cual se refleja en la posesión de algunas buenas características de importancia económica que pueden ser utilizadas para aumentar la producción animal. Como es notorio, el valor de una raza productora de carne en cualquier parte del mundo, pero especialmente en el trópico, está dado principalmente por su habilidad para sobrevivir, reproducirse y aumentar de peso. Siendo la heterosis o vigor híbrido uno de los métodos mas eficaces para aumentar la producción de carne, es también necesario que las razas posean una buena habilidad combinatoria para obtener híbridos de alta productividad. Debido a la diversidad ecológica de Colombia, consecuencia de las tres ramificaciones de los Andes que la atraviesan de sur a norte, el país tiene por lo menos seis razas Criollas: el Romosinuano y el Costeño con Cuernos en las zonas planas del norte o Costa Atlántica; el Blanco Orejinegro y el Chino Santandereano en varias zonas montañosas de clima medio; el Sanmartinero en los Llanos Orientales; y el Hartón en el valle del río Cauca. Las razas Criollas colombianas fueron muy numerosas hasta comienzos de este siglo, cuando empezó la importación del Cebú. El gobierno nacional, consciente de la importancia del germoplasma nativo, impidió su desaparición reuniendo en granjas experimentales núcleos puros de cuatro de esas razas (Romosinuano, Sanmartinero, Blanco Orejinegro y Costeño con Cuernos). Esto ocurriöHacia 1936 y, desde entonces, estos núcleos han permanecido como hatos cerrados. Las otras dos razas han recibido la protección de algunos ganaderos entusiastas y de las Secretarías de Agricultura departamentales. El Instituto Colombiano Agropecuario, mediante su Programa de Ganado de Carne, ha venido estudiando tres de las razas que han mostrado mas aptitud para la producción de carne en sendas granjas experimentales: el Romosinuano en Turipaná (Córdoba), el Sanmartinero en La Libertad (Meta) y el Blanco Orejinegro en El Nus (Antioquia). La granja Turipaná está situada en el valle del río Sinú, a una altura de 20 metros sobre el nivel del mar, con una temperatura promedio de 27, 5 grados centígrados y una humedad relativa del 83%. El promedio anual de las precipitaciones pluviales es de 1 200 milímetros. Los suelos son fértiles y no presentan deficiencias minerales. El pasto que más abunda en la granja es el Pará (Brachiaria mutica). La granja La Libertad está situada en los Llanos Orientales a una altura de 450 metros sobre el nivel del mar, con una temperatura promedio de 24 grados centígrados y una precipitación pluviométrica de 3 500 milímetros al año. Los suelos poseen baja fertilidad, alto grado de acidez y presentan deficiencias minerales. Los pastos más comunes en la granja son el Puntero ( Hyparrhenia rufa), el Gordura ( Melinis minutiflora) y el Braquiaria ( Brachiaria decumbens y ruziziensis). La granja El Ñus está situada en las faldas de la Cordillera Central, a alturas que van de 800 a 1 800 metros, temperatura promedio de 23 grados centígrados y 2 000 milímetros de precipitación pluvial.La topografía es abrupta, con suelos ácidos, erosionables y deficientes en minerales. Los pastos predominantes en la granja son el Puntero ( Hyparrhenia rufa), el Gordura ( Melinis minutiflora) y el Guinea ( Panicum maximum). Ademas de atender a la conservación y selección de las razas Criollas, en cada una de las tres granjas se mantuvo un hato compuesto de vacas Cebú puro (Brahman) y de alto mestizaje (Brahman). Los hatos Cebú puro se originaron en el excelente rebaño que poseía el ICA en la granja de Armero, el cual fue repartido entre las tres granjas. Las vacas de alto mestizaje Cebú fueron compradas a particulares. A partir de estos hatos se realizaron cruces recíprocos entre los Criollos y el Cebú, seguidos de cruzamientos alternos. También se emplearon algunos toros Charolais, que fueron apareados con vacas Criollas, Cebú y cruzadas F1 Criollo-Cebú. Para descartar el efecto de toro individual, los lotes de apareamiento tenían vacas de las diferentes razas, según el plan de cruzamientos. En las tres granjas los animales permanecieron en pastoreo y se tuvo la intención de que permanentemente dispusieran de sal y mezcla mineral, aunque esto casi nunca se logró. Se fijó en 2 años la edad para la iniciación de la reproducción, tanto en machos como en hembras. El apareamiento se efectuó previendo que la parición se produjera en la época más favorable (enero a abril).El destete de los terneros se hizo alrededor de los 9 meses de edad. No se procedió a la castración ni eliminación de animales antes de los 18 meses. Natalidad y mortalidad En los cuadros 1, 2 y 3 se presenta el registro de natalidad y mortalidad hasta el destete en las tres granjas. Se puede observar que el Romosinuano muestra el más alto índice de fertilidad (81.1%) seguido por el Sanmartinero (55, 3%) y el Blanco Orejinegro o BON (51.1%).Estas diferencias se deben, en gran parte, a factores ambientales permanentes (suelos, pastos, lluvias, temperatura, humedad, etc.) y a factores ambientales temporales (disponibilidad de pastos y sales mineralizadas, enfermedades infecciosas, etc.). Así, el Romosinuano, por estar localizado en mejores suelos y, por consiguiente, contar con mejores pastos, muestra una fertilidad más alta. Por otro lado, el Sanmartinero y el Blanco Orejinegro, además de estar ubicados en suelos pobres, tuvieron durante los años de estudio poca disponibilidad de pasto debido a la sobrecarga de animales, lo que se tradujo en bajos porcentajes de fertilidad. Se debe recordar el hecho de que no siempre los animales dispusieron de mezcla mineral. Para descontar el efecto del ambiente en la fertilidad, podemos comparar el comportamiento de cada una de las tres razas con el comportamiento del Cebú en la granja respectiva, asumiendo que no hay interacciones genético-ambientales. El Romosinuano supera el Cebú en un 6.7%, el Blanco Orejiegro lo supera en un 3.0% y el Sanmartinero es superado por el Cebú en un 0.1%. Perozo et al., (1971), en Costa Rica, encontraron que el Brahman superó al Criollo en un 6.8%. Cuadro 1. Registro de natalidad y mortalidad hasta el destete en la granja Turipaná Años 1970–1976 1970–1976 1971–1975 1973–1975 1970–1976 1970–1976 1970–1976 1972–1976 1970–1975 1971–1975 Razas toros R C R×C C C R CH CH CH CH Razas vacas R C C×R R×C R C R C C×R R×C № vacas 624 493 234 53 333 193 - № nac. 506 367 194 41 173 150 41 29 36 24 % nat. 81.1 74.4 82.9 77.4 52.0 77.7 - % mort. 11.9 8.2 3.6 2.4 11.6 4.0 7.3 0.0 2.8 4.2 % dest. 71.5 68.4 79.9 75.5 45.9 74.6 - % mort. 8.6 11.3 5.9 7.7 5.1 5.2 9.4 0.0 7.5 9.1 % dest. 50.5 49.2 56.1 55.8 51.0 59.2 - R = Romosinuano C = Cebú CH = Charolais Cuadro 2. Registro de natalidad y mortalidad hasta el destete en la granja La Libertad Años 1969–1976 1969–1976 1974–1975 1974 1969–1976 1969–1976 1969–1973 1969–1973 1969–1973 1971–1973 Razas toros SM C SM y C C C SM CH CH CH CH SM = Sanmartinero C = Cebú CH = Charolais Razas vacas SM C C × SM SM × C SM C SM C C × SM SM × C № vacas 275 303 57 43 253 245 - № nac. 152 168 34 26 136 153 32 33 40 11 % nat. 55.3 55.4 59.6 60.5 53.8 62.4 - Cuadro 3. Registro de natalidad y mortalidad hasta el destete en la granja E1 Nus Anos 1970–1976 1970–1976 1972–1975 1970–1976 1972–1976 1970–1976 1971–1975 1973–1975 1971–1976 Razas toros BON C BON y C C BON CH CH CH C BON = Blanco Orejinegro C = Cebú CH = Charolais Razas vacas BON C C × BON BON C BON C × BON CH × BON CH × BON № vacas 380 135 71 290 114 - № nac. 194 65 42 151 57 67 35 11 54 % nat. 51.1 48.1 59.2 52.1 50.0 - % mort. 2.1 9.2 4.8 5.3 1.8 4.5 5.7 9.1 0.0 % dest. 50.0 43.7 56.3 49.3 49.1 - Un hecho que se aprecia en los cuadros 1, 2 y 3 es el aumento de la fertilidad cuando se utilizan vacas cruzadas F1, no solo con el Cebú sino también con las razas Criollas. Este aumento fue similar para los dos cruces recíprocos de cada granja. El aumento máximo logrado por las vacas cruzadas fue del 11.1% en El Nus y el mínimo del 5.1%en La Libertad. También se advierte el aumento de la fertilidad al emplear toros Criollos. Todos estos hechos parecen indicar el gran valor de las razas Criollas en materia de fertilidad. En el cuadro 1 se aprecia que los toros Cebú tienen, con vacas Romosinuanas, un porcentaje de natalidad muy inferior al cruce recíproco, también inferior al de las razas puras Romosinuano y Cebú. La diferencia con el Romosinuano llega al 29.1%, lo cual sería el efecto de la “discriminación” aplicada por el toro Cebú a las vacas de otra raza cuando en los lotes de apareamiento hay vacas Cebú y de otras razas. Este hecho ha sido ya registrado por Castro et al. (1971).En las otras dos granjas no se observó dicho fenómeno. Su existencia en Turipaná podría deberse a problemas de manejo, tales como la separación permanente de los toros Cebú de los toros de otras razas. En los cuadros 1, 2 y 3 no se presentan los porcentajes de natalidad obtenidos por los toros Charolais con diferentes grupos de vacas debido a que sólo se dispuso de un pequeño número de reproductores de esta raza que se usaron, año tras año, para establecer comparaciones con toros jóvenes de las otras razas. Esto, indudablemente, produjo una disminución de su fertilidad. Desde luego, se observóuna cierta falta de adaptación del Charolais a los ambientes de Turipaná y La Libertad. Los cuadros 1, 2 y 3 muestran los porcentajes de mortalidad hasta el destete en las tres granjas. Con excepción del Romosinuano, las otras dos razas Criollas padecieron una mortalidad menor que el Cebú. Esta diferencia fue muy grande entre el Blanco Orejinegro y el Cebú (7.1%), pero hay que tener en cuenta que la muestra del Cebú en El Nus fue relativamente pequeña. En general, los animales cruzados experimentan una mortalidad inferior a la de los animales puros, lo cual es una característica importante en regiones de ambiente tan difícil como el trópico. Peso corporal Con el fin de obtener estimaciones del peso corporal de los diferentes grupos raciales, para someterlas al análisis, se escogieron, entre los ejemplares disponibles de diferente edad, aquellos que más se ajustaban al diseño original. Desde luego: no se logró un balanceo completo y, en ocasiones, hubo subclases de las que no se obtuvo ninguna observación. En experimentos de larga duración es a veces difícil mantener la continuidad de los ensayos debido al cambio de los técnicos que los conducen. En Turipaná y La Libertad se analizaron datos registrados durante cuatro años (1971– 1974) y en El Nus, durante cinco años (1972–1976). En los cuadros 4, 5 y 6 se muestra el diseño experimental con el total de terneros en cada subclase. Los datos se analizaron de acuerdo al metódo de cuadrados mínimos para desigual número de observaciones en cada subclase (Harvey, 1960). El modelo incluyó año de nacimiento, sexo, edad de la vaca, raza del padre, raza de la madre e interacción de raza del padre y raza de la madre. Seanalizaron las variables dependientes del peso al nacer, peso al destete (ajustado a 270 días), peso a los 18 meses (ajustado a 540 días) y aumentos promedio diarios pre y postdestete. Debido a la gran cantidad de datos disponibles, sólo se tratarán los efectos genetncos en sus aspectos más sobresalientes, dejando a un lado los efectos ambientales Cuadro 4. Diseño experimental en Turipaná mostrando el total de terneros en cada subclase (1971–1974) Raza de la vaca Romosinuano Cebú Cebú × Romo. Romo, × Cebú Romosinuano 512 141 103 Raza del toro Cebú 131 284 35 - Charolais 44 8 39 16 Cuadro 5. Diseño experimental en La Libertad mostrando el total de terneros en cada subclase (1971–1974) Raza de la vaca Sanmartinera Cebú Cebú y Sanmartinero Sanmartinero 99 85 Raza del toro Cebú 71 126 7 Charolais 18 21 46 Cuadro 6. Diseño experimental en El Ñus mostrando el total de terneros en cada subclase (1972–1976) Raza de la vaca BON Cebú Cebú × BON Charolais × BON * BON = Blanco Orejinegro BON* 138 32 4 Raza del toro Cebú 121 58 25 37 Charolais 39 25 7 Cuadro 7. Valores de la prueba de F para las fuentes de variación genéticas en tres granjas Granja Turipaná La Libertad El Nus Fuente Raza padre Raza madre Raza padre × Raza madre Raza padre Raza madre Raza padre × Raza madre Raza padre Raza madre Raza padre × Raza madre * Probabilidad <5% ** Probabilidad< 1% Peso nacimiento 18.5** 11.7** Aumento predestete 6.2** 24.4** Peso destete 8.0** 25.5** Aumento postdestete 10.2** 5.7** Peso 18 meses 14.5** 14.8** 9.3** 15.2** 24.8** 22.4** 0.7 15.9** 23.9** 1.8 13.7** 22.9** 1.0 5.1** 66.4** 4.1* 7.9** 12.3** 11.7** 18.9** 15.6** 3.2* 16.5** 17.1** 4.8** 10.8** 23.3** 6.7** 3.4* 50.8** 4.9** 2.7* 9.3** 11.8** 14.7** 9.6** 28.8** Cuadro 8. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso al nacer (Turipaná 1971–1974) Raza Número observaciones Promedio cuadrados mínimos P: Romosinuano 756 29.6 P: Cebú 450 30.4 P: Charolais 107 32.2 M: Romosinuana 687 31.5 M: Cebú 433 29.1 M: Cebú × Romosinuano 74 31.3 M: Romosinuana × Cebú 119 31.2 Constante -1.1 -0.4 1.5 0.7 -1.6 0.5 0.4 Error 0.2 0.2 0.4 0.2 0.4 0.4 0.4 P = padre M = madre Cuadro 9. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso al nacer (La Libertad 1971–1974) Raza Número observaciones Promedio cuadrados Constante mínimos P: Sanmartinero 184 26.0 -1.6 P: Cebú 204 27.6 -0.1 P: Charolais 85 29.4 1.7 M: Sanmartinera 188 28.9 1.2 M: Cebú 232 25.4 -2.3 M: Cebú × Sanmartinera 53 28.8 1.1 Error 0.4 0.5 0.5 0.4 0.4 0.8 P = padre M = madre Cuadro 10. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso al nacer (El Nus 1972–1976) Raza P: BON P: Cebú P: Charolais M: BON M: Cebú M: Cebú × BON M: Charolais × BON Número observaciones Promedio cuadrados mínimos 174 26.7 241 30.8 71 31.4 298 31.1 90 26.6 50 29.0 48 31.8 Constante -3.0 1.2 1.8 1.5 -3.0 -0.6 2.1 Error 0.8 0.4 0.7 0.4 0.6 0.7 1.0 P = padre M = madre BON = Blanco Orejinegro En el cuadro 7 se presentan los valores de la prueba de F para las fuentes de variación genética en las tres granjas. Se puede observar que la mayoría de los efectos fueron estadísticamente significativos al nivel de probabilidad del 1%.La excepción, en La Libertad, fue la raza del padre en lo que respecta a las variables del aumento predestete, peso al destete y aumento postdestete, para las que no se mostró significante, y en cuanto al peso a los 18 meses, que solo consiguió a nivel del 5%. La raza del padre también fue una excepción en El Nus en lo que se refiere al aumento predestete (P<0.05). Otra excepción en El Nus fue la raza de la madre en cuanto al aumento postdestete y al peso a los 18 meses: solo fue significativa a nivel del 5%. La interacción de la raza del padre y la raza de la madre fue altamente significativa (P<0.01) para las cinco variables en las tres granjas. Peso al nacer El efecto de las razas del padre y de la madre en las tres granjas se muestra en los cuadros 8, 9 y 10.Se observa que, con una excepción, los toros de las razas Criollas apareados con vacas de su misma raza o de otras razas producen los terneros mas livianos al nacer, mientras que las vacas de razas Criollas apareadas con toros de su misma raza o de otras razas producen los terneros mas pesados. La excepción fueron las vacas Charolais × BON en El Nus, que en esta materia superaron ligeramente a las vacas BON puras. El hecho de que los toros Criollos produzcan terneros livianos al nacer puede ser una ventaja muy grande si tenemos en cuenta que un programa de cruzamiento puede encontrar dificultades de parto debidas al tamaño excesivo del ternero. En contraste, los toros Charolais pueden ofrecer desventajas a este respecto. En los cuadros 11, 12 y 13 se presenta la interacción de las razas del padre y de la madre en el peso al nacer en las tres granjas. El Romosinuano es la raza mas pesada al nacer (29.6 kg), seguido por el Blanco Orejinegro (27.0 kg) y el Sanmartinero (25.9 kg).Todos estos valores están por encima de los anotados por Muller-Haye et al. (1968) y Peña et al. (1974) para el ganado Criollo de Venezuela (25.3 y 25.5 kg, respectivamente). Posteriormente, Plasse (1975) registró en el Criollo de Venezuela 26.0 kg de peso al nacer. En Costa Rica, Muñoz et al. (1969) determinaron un promedio de 29.1 kg de peso al nacer en el Criollo. Se observa en los cuadros 11, 12 y 13 que las tres razas Criollas tienen un peso al nacer superior al del Cebú. Se nota también la gran influencia ambiental sobre el peso al nacer, como lo demuestran los distintos valores para el Cebú en las tres granjas. Aumento diario predestete En los cuadros 14, 15 y 16 se muestra el efecto de las razas del padre y de la madre en el aumento diario predestete. Se nota que, en las tres granjas, la clasificación de la raza del padre en apareamiento con hembras de varias razas fue netamente como sigue: primero el Charolais; segundo el Cebú; y tercero el Criollo. Sin embargo, las diferencias son mucho más pequeñas en La Libertad que en las otras dos granjas, hecho corroborado porque la raza del padre no tuvo significancia en esa granja. En cuanto a la raza de la madre, se observa que, con una excepción en El Nus, las vacas cruzadas producen los terneros de más rápido crecimiento entre el nacimiento y el destete, seguidas por las vacas Cebú y por las Criollas. Esto revela una mayor habilidad materna de las vacas cruzadas en relación a las puras. La diferencia entre el Cebú y el Romosinuano es mucho más grande (86 gr) que entre el Cebú y el Sanmartinero (51 gr) y entre el Cebú y el Blanco Orejinegro (46 gr). Lo cual parece indicar que las vacas Blanco Orejinegro y Sanmartinero tienen mayor habilidad materna que las Romosinuano. Cuadro 11. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso al nacer (Turipaná 1971–1974) Razas R×R R×C R × R-C C×C C×R C×CR CH × R CH × C CH × C-R CH × P-C Número observaciones 512 141 103 284 131 35 44 8 39 16 Promedio cuadrados mínimos 29.6 29.2 29.6 28.9 31.5 30.3 33.2 29.2 33.3 38.1 Constante -0.8 1.2 -0.5 0.1 0.4 -0.6 0.3 -1.4 0.6 0.5 Error 0.1 0.3 0.3 0.2 0.3 0.5 0.4 1.0 0.5 0.7 R = Romosinuano C = Cebú CH = Charolais Cuadro 12. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso al nacer (La Libertad 1971–1974) Razas SM × SM SM × C C×C C × SM C × C-SM CH × SM CH × C CH × C-SM Número observaciones 99 85 126 71 7 18 21 46 Promedio cuadrados mínimos 25.9 25.1 24.6 30.4 27.9 30.3 26.6 31.3 Constante -1.3 1, 3 -0.7 1.6 -0.8 -0.2 -0.6 0.8 Error 0.4 0.5 0.4 0.5 1.5 0.9 0.9 0.6 SM = Sanmartinero C = Cebú CH = Charolais Cuadro 13. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso al nacer (El Nus 1972–1976) Razas BON × BON BON × C BON × CH-BON C×C C × BON C × C-BON C × CH-BON CH × BON CH × C-BON CH × CH-BON Número observaciones 138 32 4 58 121 25 37 39 25 7 BON = Blanco Orejinegro C = Cebú CH = Charolais Promedio cuadrados mínimos 27.0 25.8 27.8 25.7 33.5 30.6 33.5 32.8 30.5 34.0 Constante -1.1 2.1 -1.0 -2.1 1.3 0.3 0.5 -0.1 -0.3 0.5 Error 0.4 0.8 2.2 0.6 . 0.4 0.9 0.8 0.8 0.9 1.7 Cuadro 14. Efecto de las razas del padre y de la madre en el aumento del peso predestete (Turipaná 1971–1974) Raza P: Romosinuano P: Cebú P: Charolais M: Romosinuana M: Cebú M: Cebú × Romosinuana M: Romosinuana × Cebú Número observaciones 697 417 101 624 407 72 112 Promedio cuadrados mínimos 0.691 0.709 0.749 0.641 0.727 0.751 0.746 Constante -0.026 -0.007 0.033 -0.075 0.011 0.034 0.030 Error 0.007 0.009 0.014 0.007 0.014 0.014 0.017 P = parde M = madre Cuadro 15. Efecto de las razas del padre y de la madre en el aumento del peso predestete (La Libertad 1971–1974) Raza P: Sanmartinero P: Cebú P: Charolais M: Sanmartinera M: Cebú M: Cebú × Sanmartinera Número observaciones 162 179 81 163 211 48 Promedio cuadrados minimos 0.579 0.589 0.598 0.525 0.576 0.664 Constante -0.010 0.0005 0.009 -0.063 -0.012 0.076 Error 0.012 0.015 0.013 0.011 0.011 0.023 P = padre M = madre Cuadro 16. Efecto de las razas del padre y de la madre en el aumento del peso predestete (El Nus 1972–1976) Raza P: BON P: Cebú P: Charolais M: BON M: Cebú M: Cebú × BON M: Charolais × BON P = padre M = madre Numero observaciones 154 208 64 262 77 44 43 Promedio cuadrados minimos 0.652 0.673 0.707 0.631 0.677 0.729 0.673 Constante -0.026 -0.004 0.029 -0.047 -0.001 0.052 -0.004 Error 0.017 0.008 0.014 0.008 0.012 0.015 0.019 Cuadro 17. Interacción de las razas del padre y de la madre en el aumento del peso predestete (Turipaná 1971–1974) Razas R×R R×C R×RC C×C C×R C × C-R CH × R CH × C CH × C-R CH × R-C Número observaciones 465 135 97 264 119 34 40 8 38 15 Promedio cuadrados mínimos 0.575 0.730 0.732 0.681 0.684 0.733 0.665 0.770 0.794 0.768 Constante -0.040 0.029 0.011 -0.039 0.050 -0.011 -0.010 0.010 0.011 -0.011 Error 0.006 0.010 0.012 0.007 0.011 0.020 0.018 0.040 0.019 0.030 R = Romosinuano C = Cebú CH = Charolais Cuadro 18. Interacción de las razas del padre y de la madre en el aumento del peso predestete (La Libertad 1971–1974) Razas SM × SM SM × C C×C C × SM C × C-SM CH × SM CH × C CH × C-SM Número observaciones 81 81 109 64 6 18 21 42 Promedio cuadrados mínimos 0.510 0.572 0.508 0.561 0.698 0.505 0.648 0.640 Constante -0.006 0.006 -0.069 0.035 0.033 -0.029 0.063 -0.033 Error 0.012 0.013 0.011 0.014 0.042 0.025 0.023 0.016 SM = Sanmartinero C = Cebú CH = Charolais Cuadro 19. Interacción de las razas del padre y de la madre en el aumento del peso predestete (El Nus 1972–1976) Razas BON × BON BON × C BON × CH-BON C×C C × BON C × C.BON C × CH-BON CH × BON CH × C-BON CH × CH-BON Número observaciones 123 28 3 49 105 20 34 34 24 6 BON - blanco Orejinegro C = Cebú CH = Charolais Promedio cuadrados mínimos 0.567 0.686 0.650 0.638 0.655 0.703 0.699 0.670 0.781 0.670 Constante -0.038 0.035 0.003 -0.035 0.028 -0.022 0.030 0.010 0.022 -0.032 Error 0.008 0.016 0.045 0.012 0.009 0.019 0.014 0.015 0.017 0.032 Cuadro 20. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso al destete (Turipaná 1971–1974) Raza P: Romosinuano P: Cebú P: Charolais M: Romosinuana M: Cebú M: Cebú × Romosinuana M: Romosinuana × Cebú Número observaciones 697 417 101 624 407 72 112 Promedio cuadrados mínimos 216.2 221.8 234.5 204.6 225.5 234.0 232.6 Constante Error - 8.0 - 2.3 10.3 -19.6 1.3 9.8 8.5 2.0 2.5 3.9 2.0 3.9 4.0 4.7 P = padre M = madre Cuadro 21. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso al destete (La Libertad 1971–1974) Raza P: Sanmartinero P: Cebú P: Charolais M: Sanmartinera M: Cebú M: Cebú × Sanmartinera Número observaciones 162 179 81 163 211 48 Promedio cuadrados mínimos 182.3 186.7 190.9 170.7 181.1 208.1 Constante - 4.3 0.1 4.3 -15.9 - 5.6 21.5 Error 3.3 4.2 3.5 3.0 2.9 6.4 P = padre M = madre Cuadro 22. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso al destete (El Nus 1972–1976) Raza P: BON P: Cebú P: Charolais M: BON M: Cebú M: Cebú × BON M: Charoláis × BON Número observaciones 154 208 64 262 77 44 43 Promedio cuadrados mínimos 202.9 213.4 223.1 202.1 210.2 226.0 214.2 Constante Error -10.3 0.2 10.0 -11.0 - 3.0 12.9 1.1 4.9 2.3 4.0 2.1 3.5 4.1 5.5 P = padre M = madre La interacción de las razas del padre y de la madre en el aumento diario predestete se muestra en los cuadros 17, 18 y 19. Se observa que en Turipaná y El Nus, el Cebú puro supera a las razas Criollas, mientras que en La Libertad el Sanmartinero supera ligeramente al Cebú en esta materia. Usualmente, para comparar la habilidad materna de dos razas, se mide la diferencia entre los dos recíprocos. En este caso, la diferencia entre los dos recíprocos es de 46 gramos en Turipaná, de 11 gramos en La Libertad y de 31 gramos en El Nus. Estos datos indicarían que la única raza Criolla colombiana con buena habilidad materna es el Sanmartinero. En los cuadros 17, 18 y 19 también se observa que, en general, los terneros híbridos superan a los puros, especialmente aquellos que son hijos de vacas cruzadas. Esto indica, nuevamente, una mayor producción de leche de las vacas cruzadas en comparación con las puras. Peso al destete En los cuadros 20, 21 y 22 se presenta el efecto de las razas del padre y de la madre en el peso al destete de los terneros en las tres granjas. Se observa que aunque la clasificación de las tres razas del padre es la misma en las tres localidades (primero, Charolais; segundo, Cebú; tercero, Criollos), las diferencias entre las razas de los toros son mayores en Turipaná y El Nus que en La Libertad. Esto se acuerda con la falta de significancia estadística del efecto de la raza del padre en La Libertad, aunque podría deberse al menor número de razas de madres existentes en esa granja, con la consiguiente disminución del número de combinaciones y, por ende, de las probabilidades de variación. La diferencia del peso al destete entre los terneros según la raza del padre Cebú o Criolla - ascendió a 5.6 kg en Turipaná, 4.4 kg en La Libertad y 10.5 kg en El Nus. Esto podría significar que el Romosinuano y el Sanmartinero tienen una mayor habilidad de combinación con otras razas que el Blanco Orejinegro. En los cuadros 20, 21 y 22 también se presenta el efecto de la raza de la madre: fue significativo al nivel del 1% de probabilidades en las tres granjas, lo cual indica su gran influencia. Se observa en los cuadros que las vacas Criollas tienen menor habilidad que las otras razas para producir terneros pesados al destete. Sin embargo, la diferencia entre el Romosinuano y el Cebú duplica la verificada entre las otras dos razas Criollas y el Cebú, lo cual parece indicar una deficiencia relativa del Romosinuano a ese respecto. La superioridad de las vacas cruzadas sobre las vacas puras en cuanto al destete de terneros pesados parece quedar demostrada en los cuadros 20, 21 y 22. Sin embargo, hay que tener en cuenta la composición genética del ternero resultante. Por ejemplo, en este caso las vacas cruzadas fueron las únicas que amamantaron terneros trihíbriclos. El efecto de lainteracción de las razas del padre y de la madre en el peso al destete en las tres granjas se presenta en los cuadros 23, 24 y 25. Se nota que el Sanmartinero aventaja al Cebú en 1.4 kg, mientras que el Cebú aventaja al Romosinuano y al Blanco Orejinegro en 27.7 y 17.9 kg, respectivamente. Esto parece indicar que la única raza Criolla que puede competir con el Cebú en peso al destete es el Sanmartinero. Muñoz et al. (1969) en Costa Rica, y Perozo et al. (1971) en Venezuela, registraron al respecto que el Criollo supera al Brahman en 13.4 y 16.1 kg, respectivamente. Plasse (1974) detecto la situación contraria, o sea que el Brahman supera al Criollo en 8.0 kg. Como se puede ver, todo depende de la calidad del ganado con el cual se están comparando las razas Criollas. Cuadro 23. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso al destete (Turipaná 1971–1974) Razas R×R R×C R × R-C C×C C×R C × C-R CH × R CH × C CH × C-R CH × R-C Número observaciones 465 135 97 264 119 34 40 8 38 15 Promedio cuadrados mínimos 185.0 226.4 227.3 212.7 216.2 228.1 212.7 237.2 247.8 240.2 Constante Error -11.7 9.0 2.7 -10.4 13.9 - 3.5 - 2.2 1.4 3.5 - 2.7 1.5 2.8 3.4 2.0 2.9 5.5 4.9 11.0 5.1 8.2 R = Romosinuano C = Cebú CH = Charolais Cuadro 24. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso al destete (La Libertad 1971–1974) Razas SM × SM SM × C C×C C × SM C × C-SM CH × SM CH × C CH × C-SM Número observaciones 81 81 109 64 6 18 21 42 Promedio cuadrados mínimos 163.5 179.6 162.1 181.9 216.1 166.8 201.5 204.4 Constante - 2.9 2.9 -19.0 11.1 8.0 - 8.2 16.2 - 8.0 Error 3.3 3.6 3.1 3.7 11.5 6, 8 6.4 4.5 SM = Sanmartinero C = Cebú CH = Charolais Cuadro 25. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso al destete (El Nus 1972–1976) Razas BON × BON BON × C BON × CH-BON C×C C × BON C × C-BON C × CH-BON CH × BON CH × C-BON CH × CH-BON Número observaciones 123 28 3 49 105 20 34 34 24 6 BON = Blanco Orejinegro C = Cebú CH = Charolais Promedio cuadrados mínimos 180.7 211.7 203.3 198.6 211.1 220.5 223.2 214.5 241.7 216.2 Constante -11.1 11.8 - 0.7 -11.8 8.8 - 5.7 8.7 2.3 5.7 - 8.0 Error 2.3 4.5 12.6 3.5 2.5 5.2 4.1 4.2 4.8 8.9 Cuadro 26. Efecto de las razas del padre y de la madre en el aumento de peso postdestete (Turipaná 1971–1974) Raza P: Romosinuano P: Cebú P: Charolais M: Romosinuana M: Cehú M: Cebú × Romosinuana M: Romosinuana × Cebú Número observaciones 641 410 94 583 398 68 96 Promedio cuadrados mínimos 0.255 0.290 0.246 0.283 0.292 0.251 0.229 Constante Error -0.009 0.026 -0.018 0.019 0.028 -0.013 -0.034 0.006 0.008 0.012 0.006 0.012 0.012 0.015 P = padre M = madre Cuadro 27. Efecto de las razas del padre y de la madre en el aumento de peso postdestete (La Libertad 1971–1974) Raza P: Sanmartinero P: Cebú P: Charolais M: Sanmartinera M: Cebú M: Cebú × Sanmartinera Número observaciones 157 171 73 156 205 40 Promedio cuadrados mínimos 0.219 0.218 0.241 0.239 0.257 0.182 Constante Error -0.007 -0.008 0.015 0.013 0.031 -0.044 0.011 0.014 0.012 0.010 0.009 0.022 P = padre M = madre Cuadro 28. Efecto de las razas del padre y de la madre en el aumento de peso postdestete (El Nus 1972–1976) Raza P: BON P: Cebú P: Charolais M: BON M: Cebú M: Cebú × BON M: Charolais × BON Número observaciones 145 185 61 239 75 40 37 Promedio cuadrados mínimos 0.217 0.242 0.199 0.237 0.237 0.193 0.209 Constante Error -0.002 0.022 -0.020 0.018 0.018 -0.026 -0.010 0.015 V 0.007 0.013 0.007 0.011 0.013 0.017 P = padre M = madre En los cuadros 23, 24 y 25 también se puede observar que, en todos los casos, los terneros cruzados superan a los puros en peso al destete. Sin embargo, los valores más altos se encuentran en los terneros hijos de vacas cruzadas y, dentro de éstos, en los terneros trihíbridos, o sea aquellos en los cuales intervino un factor adicional: el toro de una tercera raza. Aumento diario postdestete En los cuadros 26, 27 y 28 se presenta el efecto de las razas del padre y de la madre en el aumento diario postdestete en las tres granjas. En cuanto a la raza del padre, se nota que el Cebú supera al Romosinuano y al Blanco Orejinegro en forma nítida (35 y 25 gr, respectivamente) mientras que el Sanmartinero y el Cebú muestran un comportamiento sensiblemente igual. Un hecho que se destaca en estos cuadros es el fin - en las granjas de Turipaná y El Nus - de la supremacía que había mantenido hasta el destete la raza paterna Charolais. En estas dos granjas el Charolais fue superado por el Cebú y los ganados Criollos. En La Libertad, la raza paterna Charolais conservo su superioridad sobre las otras dos. En cuanto a la raza de la madre, se observa en los cuadros 26, 27 y 28 que la raza Cebú supera a la Sanmartinero y a la Romosinuano, pero no logra aventajar al Blanco Orejinegro. También se destaca en esos cuadros el hecho de que las vacas cruzadas pierden la superioridad que habían mantenido hasta el destete sobre las vacas puras. Esto parece explicar la pérdida de la superioridad de la raza paterna Charolais, ya que ésta solo se apareo con vacas cruzadas. La declinación postdestete de los terneros hijos de vacas cruzadas podría deberse a que estos animales, al haber recibido una mayor cantidad de leche, sufren con el destete un cambio nutricional más drástico que los hijos de vacas puras, que estaban recibiendo una cantidad de leche menor. La interacción de las razas del padre y de la madre en el aumento diario postdestete en las tres granjas se presenta en los cuadros 29, 30 y 31. Se puede allí observar que la raza Cebú supera ligeramente al Sanmartinero y al Blanco Orejinegro en ese aspecto (14 y 10 gr, respectivamente) mientras que el Romosinuano es superado ampliamente por el Cebú (62 gr). A pesar de esta superioridad del Cebú sobre las razas Criollas, de los cuadros 29, 30 y 31 se desprende claramente que la combinación de ambos (toro Cebú y vaca Criolla) produce en las tres granjas los animales con los más altos índices de crecimiento después del destete. En general, los terneros hijos de toro Charolais son deficientes en lo relativo al aumento postdestete. Peso a los 18 meses El efecto de las razas del padre y de la madre en el peso a los 18 meses se registra en los cuadros 32, 33 y 34. Se nota que la ventaja del Cebú, como raza paterna, sobre el Romosinuano y el Blanco Orejinegro a los 18 meses es similar y de cierta magnitud (16.5 y 17.4 kg, respectivamente); en cambio, la diferencia del Cebú con el Sanmartinero es apenas de 3.2 kg. Esto podría ser índice de una buena habilidad del Sanmartinero para combinarse con otras razas y producir animales pesados a los 18 meses. Cuadro 29. Interacción de Tas razas del padre y de la madre en el aumento de peso postdestete (Turipaná 1971–1974) Razas R×R R×C R × R-C C×C C×R C × C-R CH × R CH × C CH × C-R CH × R-C Número observaciones 428 131 82 259 117 34 38 8 34 14 Promedio cuadrados mínimos 0.242 0.298 0.239 0.304 0.365 0.236 0.242 0.274 0.275 0.194 Constante Error -0.033 0.015 0.018 -0.014 0.056 -0.041 -0.023 -0.0001 0.041 -0.018 0.005 0.009 0.011 0.006 0.009 0.016 0.015 0.033 0.016 0.026 R = Romosinuano C = Cebú CH = Charolais Cuadro 30. Interacción de las razas del padre y de la madre en el aumento de peso postdestete (La Libertad) Razas SM × SM SM × C C×C C × SM C × C-SM CH × SM CH × C CH × C-SM Número observaciones 77 80 104 62 5 17 21 35 Promedio cuadrados mínimos 0.197 0.286 0.211 0.291 0.153 0.230 0.276 0.218 Constante -0.036 0.036 -0.039 0.060 -0.021 -0.024 0.003 0.021 Error 0.011 0.011 0.010 0.012 0.040 0.022 0.020 0.016 SM = Sanmartinero C = Cebú CH = Charolais Cuadro 31. Interacción de las razas del padre y de la madre en el aumento de peso postdestete (El Nus 1972–1976) Razas BON × BON BON × C BON × CH-BON C×C C × BON C × BON C × CH.BON CH × BON CH × C-BON CH × CH-BON Número observaciones 114 28 3 47 91 19 28 34 21 6 BON = Blanco Orejinegro C = Cebú CH = Charolais Promedio cuadrados mínimos 0.216 0.268 0.193 0.226 0.276 0.192 0.272 0.220 0.196 0.162 Constante -0.019 0.033 -0.014 -0.033 0.016 -0.024 0.041 0.003 0.024 -0.027 Error 0.007 0.014 0.039 0.011 0.008 0.017 0.014 0.013 0.016 0.028 Cuadro 32. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso a los 18 meses (Turipaná 1971–1974) Raza P: Romosinuano P: Cebú P: Charolais M: Romosinuana M: Cebú M: Cebú × Romosinuana M: Romosinuana × Cebú Número observaciones 641 410 94 583 398 68 96 Promedio cuadrados mínimos 283.4 299.9 302.0 279.3 304.4 301.4 295.2 Constante Error -11.7 4.8 6.9 -15.8 9.3 6.3 0.1 2.3 2.7 4.4 2.2 4.2 4.4 5.2 P = padre M = madre Cuadro 33. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso a los 18 meses (La Libertad 1971–1974) Raza P: Sanmartinero P: Cebú P: Charolais M: Sanmartinera M: Cebú M: Cebú × Sanmartinera Número observaciones 157 171 73 156 205 40 Promedio cuadrados mínimos 240.0 243.2 256.0 234.6 250.9 253.8 Constante Error - 6.4 - 3.2 9.6 -11.8 4.5 7.4 3.8 5.0 4.0 3.4 3.2 7.7 P = padre M = madre Cuadro 34. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso a los 18 meses (El Nus 1972–1976) Raza P: BON P: Cebú P: Charolais M: BON M: Cebú M: Cebú × BON M: Charolais × BON P = padre M = madre Número observaciones 145 185 61 239 75 40 37 Promedio cuadrados mínimos 260.9 278.3 277.4 266.5 274.4 278.1 269.9 Constante -11.3 6.1 5.2 - 5.8 2.2 5.9 - 2.3 Error 5.6 2.7 4.7 2.5 4.0 4.8 6.3 Cuadro 35. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso a los 18 meses (Turipaná 1971–1974) Razas R×R R×C R × C-R C×C C×R C × C-R CH × R CH × C CH × C-R CH × R-C Número observaciones 428 131 82 259 117 34 38 8 34 14 Promedio cuadrados mínimos 246.7 305.8 291.5 294.5 314.5 290.6 276.8 313.0 323.9 294.1 Constante Error -21.0 13.0 8.0 -14.7 30.4 -15.6 - 9.4 1.7 15.6 - 8.0 1.7 3.1 3.9 2.2 3.2 5.9 5.5 11.9 5.9 9.2 R = Romosinuano C = Cebú CH = Charolais Cuadro 36. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso a los 18 meses (La Libertad 1971–1974) Razas SM × SM SM × C C×C C × SM C × -SM CH × SM CH × C CH × C-SM Número observaciones 77 80 104 62 5 17 21 35 Promedio cuadrados mínimos 215.1 257.5 219.0 259.7 250.8 228.8 276.0 263.0 Constante -13.1 13.1 -28.7 28.4 0.3 -15.3 15.6 - 0.3 Error 3.7 4.0 3.5 4.2 13.9 7.7 7.1 5.4 SM = Sanmartinero C = Cebú CH = Charolais Cuadro 37. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso a los 18 meses (El Nus 1972–1976) Razas BON × BON BON × C BON × CH-BON C×C C × BON C × C-BON C × CH-BON CH × BON CH × C-BON CH × CH-BON Número observaciones 114 28 3 47 91 19 28 34 21 6 BON = Blanco Orejinegro C = Cebú CH = Charolais Promedio cuadrados mínimos 240.0 283.6 253.3 260.0 285.3 271.7 296.1 274.0 295.7 260.3 Constante -15.2 20.5 - 5.3 -20.5 12.8 -12.5 20.1 2.4 12.5 -14.8 Error 2.7 5.1 14.4 4.1 3.0 6.1 5.0 4.8 5.9 10.2 En los cuadros 32, 33 y 34 también se puede observar que la raza paterna Charolais logra recuperar el primer puesto perdido después del destete, que sólo en La Libertad había logrado mantener; esta recuperación sena el resultado de la ventaja acumulada hasta el destete. En cuanto a la raza de la madre, los cuadros 32, 33 y 34 muestran que las vacas Cebú apareadas con toros de diversas razas producen animales que superan a los hijos de vacas Romosinuano, Sanmartinero y Blanco Orejinegro - en condiciones similares de apareamiento-por 25.1, 16.3 y 7.9 kg, respectivamente. Por otra parte, gracias a la ventaja acumulada hasta el destete, las vacas cruzadas logran en algunos casos recuperar la supremacía sobre las vacas puras. En los cuadros 35, 36 y 37 se presenta la interacción de las razas del padre y de la madre en el peso a los 18 meses en las tres granjas. Se puede observar que hay mucha diferencia entre las razas Criollas puras y el Cebú. El Romosinuano es superado por el Cebú en 47.8 kg; el Blanco Orejinegro, en 20.0 kg; y el Sanmartinero, sólo en 3.9 kg. Estos resultados pueden llevar a la conclusión de que el Sanmartinero es la única raza Criolla que, en forma pura, tiene una tasa de crecimiento similar a la del Cebú. En Venezuela, Plasse (1974) registró, en el peso a los 18 meses, una ventaja de 28 kg por parte del Brahman sobre el Criollo, y Muñoz et al.(1969), en Costa Rica, verificaron que, aproximadamente a los 13 meses de edad, el Criollo supera al Brahman en 7.2 kg. En los cuadros 35, 36 y 37 se observa que, en La Libertad, todos los animales cruzados superan al Cebú a los 18 meses; en El Nus, solo hay una excepción a esta regla, mientras que en Turipaná, cuatro grupos raciales superan al Cebú y otros cuatro son aventajados por él. Lo cual podría indicar una mayor habilidad de las razas Sanmartinero y Blanco Orejinegro, para formar híbridos de buen peso a los 18 meses, que la detentada por la raza Romosinuano. También se observa en esos cuadros que en Turipaníy El Nus los animales más pesados a los 18 meses son trihíbridos, mientras que, en La Libertad, lo es el Charolais × Cebú. Vigor híbrido El cuadro 38 registra el vigor híbrido de los cruces F1 Criollo-Cebú en relación a la mejor raza paterna en las tres granjas. Puede apreciarse que, con una sola excepción, los animales cruzados superan a la mejor raza paterna en todos los aspectos, logrando una complementación admirable. También se puede observar en este cuadro que las razas Criollas tienen la tendencia a aventajar al Cebú en característícas más relacionadas con la adaptación, tales como fertilidad, supervivencia y peso al nacer. Solamente el Sanmartinero - que no superó al Cebú en índice de natalidad - también reveló más solidez en otras áreas: aventajó ligeramente al Cebú en aumento predestete y en peso al destete. El Blanco Orejinegro supera al Cebú en las tres característícas más relacionadas con la adaptación; el Romosinuano solamente lo aventaja en natalidad y peso al nacer; y el Sanmartinero, en supervivencia y peso al nacer. La única característíca en que los cruces F1 no lograron superar a la mejor raza paterna - en ese caso, el Blanco Orejinegro - fue en porcentaje de supervivencia. Todos estos hechos nos llevan a afirmar que la raza Criolla roas adaptada a su propio medio es el Blanco Orejinegro. Desde luego, hay que tener en cuenta que hemos asumido que no hay interacciones genético-ambientales. Cuadro 38. Vigor híbrido de los cruces F1 Criollo-Cebú en relación a la mejor raza paterna en tres granjas del ICA (1969–1976) Natalidad Cebú o Romosinuano (C × R) + (R × C) Diferencia Vigor híbrido % Cebú o Sanmartinero (C × SM) + (SM × C) Diferencia Vigor híbrido % Cebú o Blanco Orejineqro (C × BON) + BON × C) (Diferencia Vigor híbrido % * Razas Criollas % 81.1* 81.9 0.8 0.8 55.4 60.0 4.6 4.6 51.1* 59.2 8.1 8.1 Supervivencia Peso al nacer % 91.8 92.0 0.2 0.2 91.4* 94.8 3.4 3.4 97.9* 95.7 -2.2 -2.2 kg 29.6* 30.4 0.8 2.7 25.9* 27.8 1.9 7.3 27.0* 29.7 2.7 10.0 Aumento oredestete kg 0.681 0.707 0.026 3.8 0.510* 0.567 0.057 11.2 0.638 0.671 0.033 5.2 Peso destete kg 212.7 221.3 8.6 4.0 163.5* 180.8 17.3 10.6 198.6 211.4 12.8 6.4 Aumento postdestete kg 0.304 0.332 0.028 9.2 0.211 0.289 0.078 37.0 0.226 0.272 0.046 20.4 Peso 18 meses kg 294.5 310.2 15.7 5.3 219.0 258.6 39.6 18.1 260.0 284.5 24.5 9.4 Cuadro 39. Vigor híbrido de los cruces F1 Criollo-Cebú en relación al Cebú en tres granjas del ICA (1969–1976) Natalidad Cebú o Romosinuano (C × 3) + (R × C) Diferencia Vigor híbrido % Cebú o Sanmartinero) (SM × C) + (C × SM) Diferencia Vigor híbrido Cebú o Blanco Orejinegro (C × BON) + (BON × C) Diferencia Vigor híbrido % 74.4 81.9 7.5 7.5 55.4 60.0 4.6 4.6 48.1 59.2 11.1 11.1 Supervivencia Peso al nacer % 91.8 92.0 0.2 0.2 88.7 94.8 6.1 6.1 90.8 95.7 4.9 4.9 kg 28.9 30.4 1.5 5.2 24.6 27.8 3.2 13.0 25.7 29.7 4.0 15.6 Aumento predestete kg 0.681 0.707 0.026 3.8 0.508 0.567 0.059 11.6 0.638 0.671 0.033 5.2 Peso destete kg 212.7 221.3 8.6 4.0 162.1 180.8 18.7 11.5 198.6 211.4 . 12.8 6.4 Aumento postdestete kg 0.304 0.332 0.028 9.2 0.211 0.289 0.078 37.0 0.226 0.272 0.046 20.4 Peso 18 meses kg 294.5 310.2 15.7 5.3 219.0 258.6 39.6 18.1 260.0 284.5 24.5 9.4 En el cuadro 39 se muestra el vigor híbrido de los cruces F1 Criollo-Cebú en relación al Cebú en las tres granjas. Estos porcentajes tienen gran importancia práctica en Colombia, debido a que la gran mayoría del ganado para la producción de carne del país tiene alguna proporción de sangre Cebú. Se observa que el mayor porcentaje de vigor híbrido en los animales cruzados de las tres razas se registra en el aumento diario postdestete, o sea que en este campo se logra el máximo de complementación. Este es un resultado valioso para las regiones tropicales, ya que los animales de estas zonas deben enfrentar, después del destete, las condiciones más difíciles. Los porcentajes de vigor híbrido varían en los cruces a base de Sanmartinero entre 4.6 y 37.0, con un promedio de 14.6; los híbridos a base de Blanco Orejinegro varían entre 4.6 y 20.4, con un promedio de 10.4; y los híbridos a base de Romosinuano varían entre 3.8 y 9.2, con un promedio de 5.7.Como se puede apreciar, estos porcentajes no tienen mucha importancia práctica ya que las diferentes características difieren desde el punto de vista de su importancia económica; sin embargo, pueden dar una idea del valor biológico absoluto de las tres razas Criollas colombianas. En Costa Rica, Muñoz et al. (1960) registraron una heterosis del Criollo-Brahmán, en relación al promedio de las razas paternas, de 7.6%al destete y de 12.3%a los 13 meses de edad aproximadamente. Si descartamos la natalidad - en este aspecto, todas las razas Criollas produjeron cruces con similares procentajes de vigor híbrido - y el peso al nacer, que no tiene mucha importancia económica, podría afirmarse en general que, si se desea producir un híbrido con buena fertilidad, hay que tomar como base el Blanco Orejinegro y el Romosinuano; y si se quiere producir un híbrido con buenas tasas de crecimiento, hay que recurrir al Sanmartinero. Desde luego, estas formulaciones no tienen en cuenta la zona donde se produciría el híbrido. En el cuadro 40 se presenta un cálculo del porcentaje adicional de carne al destete y a los 18 meses producido por vacas híbridas Criollo-Cebú en comparación con el Cebú. En realidad, este es un índice que combina las diferencias en el vigor híbrido de la F1 con el valor económico de cada característica. Se parte de que la producción total de carne por cada 100 vacas es igual al porcentaje de natalidad multiplicado por el porcentaje de supervivencia multiplicado por el peso corporal promedio. Se asume que no hubo mortalidad entre el destete y los 18 meses, lo cual significaría que no hay diferencias entre el Cebú y los cruces. Esto puede estar cerca de la realidad, teniendo en cuenta que los índices de mortalidad son muy pequeños después del destete y que si se produce alguna diferencia, ésta posiblemente favorecería a los animales cruzados. Por otra parte, en el cuadro 40 se asume que las vacas F1 produjeron hijos con las supervivencias y los pesos de animales F1. Esto no es así, ya que en realidad las vacas F1 produjeron trihíbridos o retrocruces que tuvieron comportamientos diferentes. Sin embargo, el calculo es válido, ya que de acuerdo al nuevo diseño experimental que se está ejecutando desde 1976 en el marco del Programa de Ganado de Carne del ICA, el apareamiento inter-se de animales F1 produce una F2 muy similar en comportamiento a la F1. No se ha observado hasta ahora segregación o disminución de la heterosis original; por el contrario, se ha notado un ligero incremento. También podría producirse un aumento de la fertilidad, como consecuencia del mayor deseo sexual de los reproductores cruzados. Desde luego, se trata de aseveraciones sujetas a confirmación. Sólo la acumulación de los datos necesarios para un análisis estadístico permitirá llegar a resultados confiables. El cuadro 40 muestra que, a pesar de que con híbridos Romosinuanos es posible producir una mayor cantidad total de kilogramos de carne por cada 100 vacas apareadas que partiendo de híbridos Sanmartinero y Blanco Orejinegro, y una mayor cantidad de kilogramos adicionales de carne que con híbridos Sanmartinero, el Romosinuano es superado por las otras dos razas Criollas en el porcentaje adicional de carne producida. En esta materia, el orden de clasificación, tanto al destete como a los 18 meses, es Blanco Orejinegro, Sanmartinero y Romosinuano. Aparte de la superioridad que una determinada raza Criolla pueda tener sobre las otras, las diferencias encontradas aquí tendrían dos explicaciones posibles, por lo menos. En primer lugar, puede haber interacciones genéitico-ambien-tales por las cuales el ambiente de El Nus resulte, por ejemplo, el menos adecuado para la raza Cebú, permitiendo de ese modo que el Blanco Orejinegro sobresalga. En segundo lugar, puede haber ocurrido que, por azar, la muestra de ganado Cebú llevada a Turipaná sea la mejor de las tres, impidiendo, en consecuencia, que el Romosinuano se destaque. Sea como sea, podemos decir que en su propio ambiente cada raza Criolla es superior a las otras y que, por lo tanto, se la debe utilizar allí para mejorar la producción. Teniendo en cuenta la magnitud de los porcentajes adicionales de carne, en relación al Cebú, producidos con híbridos Criollo-Cebú en Colombia (a los 18 meses, 44.6, 36.7 y 16.2 kg) y en Costa Rica (al destete 25.5, Perozo et al., 1971), se puede afirmar que es muy difícil encontrar otros sistemas tecnológicos para aumentar de manera más económica la productividad animal en zonas tropicales. Cuadro 40. Calculo del porcentaje adicional de carne al destete y a los 18 meses producido por vacas híbridas Criollo-Cebú en comparació n con Cebú* Razas Al destete Cebú o Romosinuano (CXR) + (RXC) Cebú o Sanmartinero (CXS) + (SXC) Cebú o Blanco Orejinegro (CXBON) + (BONXC) A los 18 meses Cebú o Romosinuano (CXR) + (RXC) Cebú o Sanmartinero (CXSM) + (SMXC) Cebú o Blanco Orejineqro (CXBON) + (BONXC) * Supervivencia y peso corporal de F1 Criollo-Cebú Natalidad % X Supervivencia % X Peso = Kg prod./ 100 vacas 74.4 81.9 55.4 60.0 48.1 60.3 X X X X X X .918 .920 .887 .948 .908 .957 X X X X X X 212.7 = 14.527 221.3 = 16.675 162.1 = 7.966 180.8 = 10.284 198.6 = 8.674 211.4 = 12.199 74.4 81.9 55.4 60.0 48.1 60.3 X X X X X X .918 .920 .887 .948 .908 .957 X X X X X X 294.5 = 20.114 310.2 = 23.373 219.0 = 10.762 258.6 = 14.709 260.0 = 11.355 284.5 = 16.418 Kg adicional % adiciona 2.148 14.8 2.318 29.1 3.525 40.6 3.259 16.2 3.947 36.7 5.063 44.6 VII EL USO DEL GANADO CRIOLLO EN PROGRAMAS DE CRUZAMIENTO PARA LA PRODUCCION DE CARNE EN AMERICA LATINA D. Plasse 1 Universidad Central, Facultad de Ciencias Veterinarias, Maracay Venezuela 1 El autor desea agradecer la colaboración de los profesores Nelia Peña de Borsotti y Ornar Verde en la lectura del presente manuscrito y el aporte de sus valiosas sugerencias; además, agradece la colaboración prestada por el doctor Juan Salazar, quien facilitó publicaciones de Colombia. El ganado denominado “Criollo” ( Bos taurus) actualmente existente en América Latina es de origen europeo y fue introducido a este subcontinente por los conquistadores españoles y portugueses, principalmente en el siglo XVI. Desde comienzos de este siglo, y con más intensidad a partir de los años 50, la población de vacas Criollo fue apareada con toros Bos índicus, iniciandose así, en la mayoría de los países, un proceso de cruzamiento por absorción con diferentes razas cebuinas ( Bos índicus). Como consecuencia, el Criollo puro tiende actualmente a desaparecer en América Latina. El alto porcentaje de heterosis obtenido en las primeras generaciones de este cruzamiento, …condujo a la, creencia que el aumento del la productividad se debía exclusivamente al Cebú y no en gran parte a efectos no aditivos de los genes, como se comprobó en años recientes. La continua absorción por el Cebú, combinada con una actitud de negligencia con respecto a la eficacia de los programas de selección y mejora ambiental, condujo en muchos casos a la disminución del dramático impulso evidenciado por la población cruzada en las primeras dos generaciones, fenómeno fácilmente explicable por la disminución del grado de heterosis que sufrieron las poblaciones altamente absorbidas. La observación de que las razas cebuinas produjeron en el cruzamiento con ganado Criollo un alto porcentaje de heterosis, los resultados positivos de los programas de cruzamiento entre razas Bos taurus y Bos índicus en otras partes del mundo, y la ausencia de razas Bos taurus de producción de carne en el trópico de América Latina movieron a los doctores Marvin Koger, Jorge de Alba, H.H.Stonaker y otros, a recomendar que se pusiera término a la avanzada erradicación de las razas Criollas y se explorara la posibilidad de emplear el bovino Bos taurus, adaptado al trópico, en programas de cruzamiento sistemático. El objetivo del presente trabajo es resumir los resultados disponibles de los programas de cruzamiento que involucran al ganado Criollo. Los resultados relativos a los caracteres de producción del Criollo y Cebú puro serán examinados cuando figuran como grupo control del programa de cruzamiento. Por lo demás, solamente se evaluarán los resultados de animales producto del cruzamiento entre ganado Criollo y otras razas, o los resultados de los apareamientos que incluyen vacas o toros Criollos y de otras razas. La tarea de resumir la literatura latinoamericana sobre el tema es un desafío más grande que buscar la famosa aguja en un pajar de heno. Una extensa bibliografía publicada por la FAO (Müller-Haye, 1977) constituye un esfuerzo apreciable pero habría tenido más utilidad si cada referencia hubiera sido acompañada por un breve resumen, a fin de poder diferenciar la literatura folklórica de la técnica y científica. El autor espera haber encontrado, con la ayuda de otros investigadores, la mayoría de los resultados disponibles. Sin embargo, en muchos casos, los archivos de América Latina acumulan valiosos resultados que nunca ven la luz del día, o son divulgados solamente en informes y/o revistas nacionales ganaderas o técnicas, sin alcanzar difusión a nivel internacional. Programas de cruzamiento con Criollo en América Latina Antes de resumir los resultados de los programas de cruzamiento entre el ganado Criollo y otras razas relativos a cada aspecto de la producción, se hará una breve reseña del diseño de los proyectos principales. 1. Proyecto Turrialba, Costa Rica El Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) de Turrialba, Costa Rica, inicio en el año 1960 un programa de cruzamiento recíproco entre las razas Criollo, Brahman y Santa Gertrudis en la Estación Experimental de este instituto, situado a 602 m sobre el nivel del mar. Las vacas Criollas eran vientres originados en el hato Criollo lechero de esa institución y eliminadas por mastitis, por difícil apoyo en ausencia del becerro y por baja producción lechera. Los toros utilizados habían servido previamente en el hato lechero. De Alba y Carrera (1958) describieron el tipo de ganado Criollo que se empleó. Los animales Brahman y Santa Gertrudis eran de origen norteamericano. Los animales fueron mantenidos en potreros de pastos cultivados y el programa de manejo se basó en una temporada de monta de 3 meses. Los tres grupos de vacas estaban compuestos de 30 vientres cada uno, 10 de cada raza. Estos grupos fueron rotados anualmente entre las tres razas de toros, reemplazando los sementales cada año. De esta manera, se obtuvieron cada año becerros de las tres razas puras y de los seis diferentes cruzamientos recíprocos. El destete se efectuó a los 8 meses de edad y se inició 15 días después una prueba de crecimiento en potrero, sin suplemento alimenticio, que se prolongó 140 días. En la segunda fase, las vacas F1 fueron apareadas con toros Charolais y su producción fue comparada con la de las vacas Brahman y Romosinuano en apareamiento puro. Este proyecto concluyo y se publicaron sus resultados (Muñoz y Martin, 1969a, b; Perozo et al., 1971; Medina et al., 1974; Bailón et al., 1977). 2. Proyecto Calabozo, Venezuela En el año 1966 se inició un amplio programa de apareamiento en el marco de un proyecto cooperativo entre el Ministerio de Agricultura y Cría (MAC/FONAIAP) y la Universidad Central de Venezuela (UCV/FCV). Fue instalado en la Estación Experimental de Calabozo, Estado Guárico, en los Llanos Centrales de Venezuela, a una altura de 100 m sobre el nivel del mar. Continúa actualmente la ejecución de este proyecto. Antes de iniciarlo en 1966, se realizó un ensayo de cruzamiento recíproco entre las razas Brahman y Criolla que duro un año y cuyos resultados han sido publicados (Müller-Haye et al., 1968; Plasse et al., 1968; Linares et al., 1970). El programa principal, iniciado en 1965, tiene el diseño que se observa en el plan de apareamiento (cuadro 1).El grupo de cruzamiento con toros Red Poll fue eliminado en el año 1969 por las dificultades que surgieron para obtener toros de esa raza en el ambiente tropical y de diferentes fuentes genéticas. Cuadro 1. Plan de apareamiento del proyecto MAC/UCV en la estación experimental de Cal abozo (Venezuela) Grupo 1 2 3 4 4a 5 6 7 8 8a 9 9a 10 10a 11 12 Raza Toros Criollo L Brahman Santa Gertrudis Brahman Criollo L Criollo L Brahman Brahman Charolais Brahman Red Poll Brahman Pardo Suizo Brahman Brahman Brahman Sistema de apareamiento Vacas Criollo L Criollo L Criollo L Cría pura Cruzamiento por absorción Cruzamiento por absorción a Cruzamiento alterno Criollo LL Criollo LL Brahman C Cría pura Cruzamiento por absorción Absorción. Cría pura b c Cruzamiento alterno c, d Cruzamiento alterno c Cruzamiento alterno Brahman R Brahman R Cría pura Cría pura a = Vacas de fundación: Criollo Limonero. Las hembras F1 fueron subdivididas en dos lotes y asignadas a los grupos 4 y 4a para iniciarel cruzamiento alterno. b = Vacas de fundación: Brahman absorbidas. Se trata de un sistema de absorción para las primeras 2 o 3 generaciones; después, el producto puede ser considerado como “cría pura”. c = Vacas de fundación: Brahman C absorbidas. Las hembras F1 de cada grupo fueron subdivididas en dos lotes y asignadas a 8 y 8a, 9 y 9a, 10 y 10a, respectivamente, para iniciar el cruzamiento alterno correspondiente. d = Eliminado del proyecto en 1969 L = Limonero. LL = Llanero. C = Comercial. R = Registrado. Las vacas de fundación tuvieron el siguiente origen: las Criollo Limonero habían sido utilizadas en el proyecto de Criollo lechero en Maracay y eliminadas por causas que, al parecer, no interfirieron su producción de carne (para mis información sobre este tipo de ganado, ver Abreu et al., 1977). Las Criollo Llanero se compraron en diversas zonas del Llano Venezolano; eran ejemplares típicos de los usados hasta años recientes en la ganadería nacional para la producción de carne, y en sistemas de doble propósito carne-leche. Su peso alcanzaba los 280 kg, aproximadamente un 27% menor que el de las vacas Criollo Limonero. Las vacas Brahman eran registradas, de origen norteamericano, y estaban en la Estación cuando se inicio el proyecto. Las Brahman C habían sido trasladadas de la Estación Experimental La Cumaca de Yaracuy, y eran vacas de alto grado de absorción al Brahman, originadas en los EE.UU. Los toros Criollos fueron criados en el marco del proyecto de Criollo lechero en Maracay y Zulia y, además, en los grupos de Criollo del propio proyecto. Las unidades de apareamiento estan constituidas por 25 vacas y 2 toros. Estos toros se alternan durante la temporada de monta, y uno de ellos o los dos se cambian cada año. Este procedimiento tiene como finalidad obtener una muestra mas grande de la raza del toro. Una vez asignada la vaca a determinado grupo de apareamiento, allí permanece hasta su eliminación; en cada grupo de apareamiento sirven, año tras año, toros de la misma raza. El ganado se mantiene en condiciones de sabana natural, con riego durante la temporada seca; sin embargo, la sabana de la Estación Experimental no estaba en condiciones óptimas y el estado nutricional del rebaño nunca fue satisfactorio. Durante los años que cubre el presente informe, la mitad de los machos de cada grupo genético fue mantenido en sabana natural y sin riego, y la otra mitad en pasto Alemán, fertilizado y regado, entre los 18 meses de edad y el sacrificio. Desde 1976 esta subdivisión en dos grupos se practica a partir del destete. Las canales de los novillos sacrificados se evalúan en forma detallada desde el año 1972. El manejo está subordinado a una temporada de monta limitada de cuatro meses, durante la estación seca. En el año 1978 se resolvió cambiar la temporada de monta a la temporada de lluvias, debido a la falta de riego en la época seca. Aunque este proyecto fue diseñado para “condiciones tropicales mejoradas”, las experiencias con ganaderías particulares del país señalan que existen muchos hatos ganaderos en mejores condiciones ambientales que las existentes en la Estación de Calabozo durante el período cuyos resultados examina este informe. Los resultados de la primera generación, es decir, los correspondientes a las vacas de fundación y sus hijos puros y F1 , han sido analizados y publicados en una serie de trabajos (Frómeta et al., 1974; Linares et al., 1974a, b; Peña de Borsotti et al., 1974; Ordóñez et al., 1974; Plasse et al., 1974a, b) y son asequibles algunos resúmenes preliminares sin evaluación estadística de la segunda generación, es decir, de las vacas F1 y sus hijos (Estación Experimental de Calabozo, 1979). 3. Proyecto ICA, Colombia En 1967, el Instituto Colombiano Agropecuario inicio tres programas de cruzamiento involucrando otras tantas líneas de Criollo colombiano: Romosinuano, Sanmartinero y Blanco Orejinegro (BON). Estas razas y los resultados experimentales obtenidos con ellas y sus cruces con Cebú y Charolais, han sido discutidos por Hernández (1976, a, b), Botero (1976) y González (1976). En el Centro Nacional de Investigaciones Agrícolas de Turipaná, en el valle del río Sinú, a una altura de 20 metros sobre el nivel del mar, se inició en 1967 un programa de cruzamiento con Romosinuano. Se aparearon: 1.vacas Romosinuano con toros Romosinuano, Cebú y Charolais; 2. vacas Cebú con toros Cebú, Romosinuano y Charolais; y 3. vacas F1 Romosinuano X Cebú con toros Cebú, Romosinuano y Charolais. Los resultados correspondientes a los años 1968 y 1969 fueron resumidos por Castro et al., (1971a); Hernández (1976a, b, 1977) llevo a cabo una evaluación genético-estadística de los resultados correspondientes a los años 1970–1974. En la Estación Experimental El Nus, en la zona de la Cordillera Central, a alturas que van desde 800 a 1.800 metros sobre el nivel del mar, se aparearon vacas BON con toros BON, Cebú y Charolais y vacas F1 Cebú × BON con toros Charolais. Rodriguez et al., (1971) informaron sobre algunos resultados de estos cruces, correspondientes al período 1968–1969; Botero (1976) dio a conocer los resultados preliminares de años posteriores. Con la raza Sanmartinero se trabaja en la Estación Experimental La Libertad, en los Llanos Orientales, a una altura de 450 m sobre el nivel del mar. Vacas Sanmartinero han sido apareadas con toros de la misma raza, Cebú y Charolais; vacas Cebú con toros Cebú y Sanmartinero y vacas F1 Cebú × Sanmartinero con toros Charolais. Según González (1976), se está iniciando un cruzamiento rotatorio con las tres razas. Los datos disponibles fueron resumidos por Salazar (1973) y González (1976) y corresponden al año 1969 y al período 1970–1974, respectivamente. Es conveniente aclarar que el Cebú de Colombia se basa en la raza Brahman. En los tres proyectos, los animales fueron mantenidos en potreros con pastos cultivados, sin suplementación; los becerros fueron destetados a la edad de 9 meses. 4. Proyecto Beni, Bolivia Con dos hatos de las “Estancias Elsner Hermanos” instalados en el Beni, Bolivia, a una altura de 300 metros sobre el nivel del mar, se inició en el año 1962 un proyecto de cruzamiento supervisado técnicamente por el autor. El proyecto inicial incluía un tercer rebaño, localizado en el Departamento de Santa Cruz, y también se suministrarán algunos resultados obtenidos con este hato. El proyecto abarca un total de 10.000 vacas y la población original estaba compuesta por vacas Criollas y por un número reducido de vientres cruzados con Cebú. Se inició un programa de cruzamiento alterno entre Criollo y Cebú, manteniendo dos rebaños élites de vacas puras Criollo y Cebú, cada uno de 650 vientres, a fin de producir con ellas los toros necesarios para el programa. El rebaño Cebú estaba constituido, principalmente, por hembras Cebú aneloradas y toros Brahman. La zona pertenece al trópico bajo y padece severas inundaciones. El manejo se basa en una temporada de monta cuya duración se redujo a cuatro meses, con los años. Otros detalles y resultados preliminares fueron dados a conocer por Bauer (1968, 1973); también se publicaron los resultados debidamente analizados (Plasse et al., 1975, Bauer et al., 1976a, b). En el año 1975 este proyecto fue rediseñado, incorporándose, a nivel experimental, nuevas alternativas para el futuro. El actual programa de apareamiento incluye los siguientes sistemas: 1. Criollo en apareamiento puro; 2. Cebú en apareamiento puro; 3. cruzamiento de absorción al Cebú; 4. cruzamiento alterno Criollo-Cebú; 5. cruzamiento inter se Criollo-Cebú; y 6. cruzamiento inter se Criollo-Cebú-Charolais. Resultados de los programas de cruzamiento con ganado Criollo 1. Caracteres de reproducción a. Edad a la pubertad en las hembras Con el fin de evaluar la edad y el peso a la pubertad de las novillas del proyecto de Calabozo, Linares et al. (1974b) determinaron la aparición del primer cuerpo lúteo por palpación rectal durante cuatro años. El cuadro 2 resume los datos publicados, que son el resultado del análisis por cuadrados mínimos. En este cuadro, así como en la presentación de los otros datos de Calabozo, se combinan los grupos 2 y 4 (cuadro 1), ya que se trata de los mismos genotipos en la primera generación. La comparación de todos los grupos indica que las novillas Criollas son de edad más avanzada y de menor peso cuando aparece el primer cuerpo lúteo. Solamente dos grupos (Red Poll × Brahmán y Pardo Suizo × Brahman) tienen menor edad, al primer cuerpo lúteo, que las F1 Brahman X Criollo; estas últimas, a su vez, solo son superadas en peso por las Charolais por Brahman. En el cuadro 3 se presenta el resumen de los grupos que incluyen Criollo y Brahman (Ordóñez et al., 1974). Un análisis previo había señalado que se justificaba la agrupación de los respectivos sub-grupos en un grupo único para Criollo, otro para Criollo × Brahman y un tercero para Brahman. Las F1 superan el promedio de las Criollo y Brahman puro, en edad y peso, en el momento de la aparición del primer cuerpo lúteo, en 11% y 11%, respectivamente. Comparando las F1 con la mejor raza paterna, la Brahman, aún conserva una ventaja de 9% y 4%, respectivamente, para las dos características. Esta ventaja en la edad y el peso a la pubertad de las novillas F1 puede ser de gran importancia práctica si se las desea aparear a la edad de 2 años durante una temporada de monta limitada. b. Comportamiento reproductivo y porcentaje de preñez y natalidad Castro et al. (1971b) observaron lo que denominan “discriminación racial” en el apareamiento de vacas Cebú y Romosinuano con toros de ambas razas. Los autores mencionados encontraron una diferencia significativa del porcentaje de nacimientos entre las vacas Romosinuano y las Cebú, según la raza del toro con que fueron apareadas; los toros Cebú preñaron relativamente más vacas de su misma raza que vacas Romosinuano. Hernández (1976) informo que, en Turipaná, los apareamientos puros entre animales Cebú obtuvieron un 77% de natalidad; entre animales Romosinuano, ese índice ascendió al 82%.Cuando se aparearon vacas Cebú con toros Romosinuano el porcentaje fue del 77%, y cuando toros Romosinuano sirvieron vacas F1 se obtuvo el porcentaje más alto (83%). En una experiencia realizada con 250 vacas vacías y no lactantes de las razas Brahman y Criollo apareadas con toros de su misma raza y de la raza contraria, Linares et al., (1970) notaron poca actividad ovárica al comienzo de la temporada de monta de 114 días. En la palpación final, 50 días después de la temporada de monta, el 92% de las vacas Brahman y el 76% de las Criollas estaban preñadas; el 5% de las Criollas ninguna de las vacas Brahman habían reabsorbido el embrión o sufrido un aborto. Sin embargo, lo que mas interesa a la presente revisión es el hecho de que el porcentaje de preñez según el sistema de apareamiento (toros y vacas de la misma raza, o de distintas razas) no difirió estadístícamente, aunque fue superior en el caso de los apareamientos entre razas distintas (87% contra 82% del otro sistema). Cuadro 2. Edad y peso al primer cuerpo lúteo en l as novillas puras y F1 del proyecto Calabozo (Venezuela)a Padre Criollo L Brahman Sta. Gertrudis Criollo L Brahman Brahman Charolais Red Poll Pardo Suizo Brahman Grupo Madre ajustado Criollo L Criollo L Criollo L Criollo LL Criollo LL Brahman C Brahman C Brahman C Brahman C Brahman R Constantes Edad días Peso kg 688 258, 5 79 -28, 3 -49 14, 2 53 10, 2 6 -28, 2 3 13, 3 55 8, 9 15 20, 8 -117 -16, 2 -67 6, 2 22 -0, 9 n 372 L = Limonero LL = Llanero R = Registradas C = Comercial, absorbidas a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos. Fuente: Linares et al., 1974b Cuadro 3. Edad y peso al primer cuerpo lúteo en las novillas Criollas, Brahman y sus cruces F1 de Calabozo (Venezuela)a Padre Criollo Brahman Brahman F1 vs. puros (%) F1 vs. Brahman (%) Grupo Madre ajustado Criollob Criollob Brahmanb n 215 62 98 55 Constantes Edad días 701 36 -52 16 -11 -9 Peso kg 254 -24 18 7 11 4 a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos b = Grupos respectivos combinados (ver texto) Fuente: Ordóñez et al., 1974 Analizando el porcentaje de preñez de las vacas Criollo y Brahman de la fundación del proyecto de Calabozo (ver cuadro 1), Linares et al. (1974a) observaron que la preñez de las vacas Brahman no difirió significativamente en función de cada una de las cuatro razas de toros utilizados en los apareamientos. Por el contrario, las vacas Criollas alcanzaron un porcentaje de preñez mayor con toros de la misma raza que con toros Brahman o Santa Gertrudis, aun cuando los toros Brahman, en apareamiento con vacas Brahman, produjeron el porcentaje de preñez más alto de todo el rebaño. Esta diferencia entre vacas Criollas con toros Criollos, por un lado, y con toros Brahman por el otro, se empinó hasta el 50%, y puede ser explicada por el mayor estrés de lactación que sufren las vacas Criollas apareadas con toros Brahman y Santa Gertrudis, ya que tienen al pie un hijo de estos toros y es posible que los hijos cruzados extraigan más leche de sus madres que los becerros puros. Los resultados de la segunda generación del proyecto de Calabozo, Venezuela, no han sido analizados todavía. Se ha efectuado un resumen preliminar que abarca 7 años (MAC/FONAIAP-UCV/FCV, 1976, inédito). Se lo detalla a continuación. El porcentaje de preñez de 113 novillas F1 Brahman × Criollo fue del 98%, un 21% mayor que el valor promedio de 162 contemporáneas Brahman y Criollas y un 23% superior al de las Brahman. Estos grupos de cruces se comparan ventajosamente con el resto del proyecto. En las 214 vacas de primera lactancia, el porcentaje de preñez de las F1 Criollo × Brahman fue del 71%, lo que significa que superaron en un 87% el promedio de las Criollas y Brahman, y en un 62% el de las Brahman. En esta agrupación, las vacas Brahman × Criollo tuvieron un porcentaje de preñez muy superior a todos los demás grupos. Para las 636 vacas de 4 y más años de edad, las F1 Brahman × Criollo tuvieron un porcentaje de preñez más alto que la mayoría de los grupos: ascendió al 75%, un 15% superior al promedio de las Criollas y Brahman y un 5% por encima de las Brahman. Fue publicado el porcentaje de nacimientos en becerros Criollo, Brahman, Santa Gertrudis y sus cruces recíprocos, del proyecto de Turrialba (Perozo et al., 1971).Los 167 becerros Criollos y Brahman tuvieron un porcentaje de nacimientos del 77%, mientras que los cruces recíprocos entre estas dos razas alcanzaron el 83%. El porcentaje de nacimientos de estos cruces fue superior al de todos los otros grupos. El análisis de las 32.771 palpaciones realizadas en los dos rebaños del Beni y en otro de la zona de Santa Cruz, en Bolivia, fue publicado por Plasse et al. (1975).Estos datos corresponden a los años 1967 a 1970 y parte de ellos habían sido resumidos en forma preliminar por Bauer (1968, 1973). En el cuadro 4 - que registra los porcentajes de preñez - se observan los promedios ajustados y las constantes para los vientres Criollo élite, Criollo comercial, 1/4 Cebú 3/4 Criollo, 1/2 Cebú 1/2 Criollo, 3/4 Cebú 1/4 Criollo y Cebú para los hatos 1 y 2 (Beni) y 3 (Dpto. Sta.Cruz). El elevado índice del Criollo élite quizás se explica por la alta presión de selección ejercida sobre este pequeño rebaño de 650 vacas - originariamente escogidas entre 6.000 vientres-, el mejor manejo que se les ha dado por tratarse de un rebaño élite, y el hecho de que criaron becerros puros, mientras que las Criollas comerciales parieron becerros cruzados. Por tal motivo no se considera este grupo en la comparación, contrastando únicamente las vacas cruzadas con las Criollas comerciales y las Cebú. En este sentido, las F1 superaron a las del ganado Criollo comercial en un 13% y 5% en los hatos 1 y 2, respectivamente; en el hato 1, la superioridad de las F1 sobre las Cebú era del 20%. La ventaja de las 1/4 y 3/4 Cebú en relación a las Criollas fue del 5% y 13% en los hatos 1 y 2, respectivamente. En el hato 1 todas las vacas cruzadas superan a las puras en un 11%. Cuadro 4. Porcentaje de preñez de vacas Criollas. Cebú y sus cruces en Boliviaa Raza x ajustado Criollo élite Criollo comercial 1/4 Cebú 3/4 Criollo 1/2 Cebú 1/2 Criollo 3/4 Cebú 1/4 Criollo Cebú Hato 1 n Constante % 23 413 88.5 432 13.7 15 243 - 5.2 2 335 - 1.4 2 948 4.5 961 - 2.0 1 474 - 9.6 a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos Fuente: Plasse et al., 1975. Hato 2 n Constante % 7 359 75.7 4 730 687 1 840 102 - 5.3 0.2 - 1.5 6.7 Hato 3 n Constante % 1 999 70.7 895 900 204 - 5.8 -12.4 - 6.6 Cuadro 5. Peso al nacer de becerros Criollos, Brahman y sus cruces recíprocos del anteproyecto de Calabozo (Venezuela)a Grupo Padre Brahman Brahman Criollo L Criollo L Madre ajustado Brahman Criollo L Brahman Criollo L n 166 51 36 56 23 Constante kg 27.3 0.0 4.0 - 2.0 - 2.0 a= Resultados de un análisis de variancia por cuadrados mínimos Fuente: Müller-Haye et al., 1968 Este resumen indica que, según los trabajos realizados en diferentes países, las hembras F1 Brahman × Criollo llegan a la pubertad a una edad que es inferior en un 11% al promedio de las dos razas puras, aunque su peso es un 11% mayor. Los resultados de Turrialba registran un mayor porcentaje de nacimientos en los apareamientos cruzados, en comparación con los obtenidos apareando ejemplares de una misma raza. Esto, sin embargo, no ha sido confirmado por los resultados de Venezuela y Colombia. Se puede esperar que el porcentaje de preñez en todo un rebaño de hembras F1 Cebú × Criollo sea del 15 al 20% superior al promedio de las dos razas puras, y algo menor comparándolo con la mejor raza pura. La ventaja principal de las vacas F1 Cebú × Criollo ha sido su gran superioridad en el porcentaje de preñez durante la primera lactancia, que es un serio problema, en cambio, en las Criollas y Cebú puras. Si bien es cierto que en las generaciones subsiguientes este aumento de la eficiencia reproductiva no se mantendrá al nivel de la F1 , los datos de Bolivia indican que puede esperarse una superioridad de alrededor del 10% también después de la segunda generación, en un sistema de cruzamiento alterno. 2. Peso al nacer Los resultados del peso al nacer para 166 becerros del anteproyecto de Calabozo fueron dados a conocer por Müller-Haye et al.(1968) y se observan en el cuadro 5. Los becerros F1 de vacas Criollas pesaron un 15% más que el promedio de Criollo y Brahman; los hijos F1 de vacas Brahman pesaron 6 kg menos que los del mismo genotipo, pero de madres Criollas, y 2 kg menos que los Brahman puro. La interacción raza de madre × raza del padre así como la triple interacción de estos efectos con el sexo, fueron altamente significativas, indicando un efecto diferente del cruzamiento en los dos sexos. El diseño de Turrialba fue similar, aunque incluye una tercera raza. Los resultados publicados por Muñoz y Martin (1969a) están resumidos en el cuadro 6. En el total de los cruces, se produjo un 5% de heterosis, y en la agrupación de Criollo, Brahman y sus cruces recíprocos un 8% similar al valor del proyecto de Venezuela. Los resultados de Turipaná (cuadro 7) señalan que los cruces F1 Cebú × Romosinuano superan al promedio de las dos razas paternas en un 5%, índice inferior al porcentaje de heterosis obtenido en Calabozo y Turrialba. Las vacas F1 Romosinuano × Cebú en apareamiento con toros Charolais dieron los becerros de mayor peso. Para realizar una mejor comparación entre los resultados de los proyectos de Calabozo, Turrialba y Turipaná, incluyendo los cruces recíprocos, se han resumido los datos respectivos en el cuadro 8. Los resultados de las tres Estaciones Experimentales son algo distintos; sin embargo, en todos los casos, las vacas Criollo en apareamiento con toros Cebú parieron los becerros más pesados. El porcentaje de heterosis osciló entre el 5% y el 8%, y la superioridad de los cruces sobre el Brahman entre el 4% y el 11%. En los cuadros 9 y 10 se observan los resultados preliminares de las Estaciones Experimentales El Nus y La Libertad de Colombia (Stonaker, 1971; González, 1976). La tendencia que revelan estos cuadros es similar a la del cuadro 8: en todos los casos, los becerros mas pesados corresponden a los F1 Cebú × Criollo de vacas Criollas. En los programas de cruzamiento recíproco de Calabozo y Turrialba, los becerros más pesados fueron los F1 de vacas Criollo; los del mismo genotipo, pero de madres Brahman, pesaron menos que los Brahman puro. Un fenómeno similar observaron Ellis et al. (1965) en un programa de cruzamiento recíproco entre Hereford y Brahman. Este fenómeno puede ser considerado como una interacción entre el genotipo del feto y el genotipo materno, de modo tal que el potencial genético del becerro tiene la posibilidad de manifestarse en el ambiente uterino de un determinado genotipo (Criollo), mientras que su desarrollo se ve frenado en el otro (Brahman); además, el mismo ambiente uterino favorece el crecimiento de un determinado genotipo fetal y frena el desarrollo del otro. Cuadro 6. Peso al nacer del Criollo, Brahman y Santa Gertrudis y sus cruces recíprocos en Turrialba (Costa Rica)a Grupo Padre Sta. Gertrudis Sta. Gertrudis Sta. Gertrudis Brahman Brahman Brahman Criollo Criollo Criollo Madre ajustado Sta. Gertrudis Brahman Criollo Brahman Sta. Gertrudis Criollo Criollo Sta. Gertrudis Brahman n 34 44 38 41 37 40 40 40 48 a = Resultados de un análisis de variancia por cuadrados mínimos Fuente: Muñoz y Martin, 1969a) Constante kq 30.7 1.8 - 3.2 0.6 - 3.2 5.8 4.9 - 1.6 0.0 - 5.3 Cuadro 7. Peso al nacer de becerros Cebú, Romosinuano y cruces entre estas razas y con Charolais en Turipaná (Colombia) (1970–1974a) Grupo Padre Madre ajustado Romosinuano Cebú CebúXRomosinuanob Romosinuano Cebú CebúXRomosinuanob Romosinuano Brahman CebúXRomosinuanob Romosinuano Romosinuano Romosinuano Cebú Cebú Cebú Charolais Charolais Charolais n 1 177 417 148 92 127 261 29 46 7 50 Constantec kg 30.8 - 1.2 - 1.4 - 1.3 1.3 - 1.7 - 0.1 2.9 - 1.7 3.3 a = Resultados de un análisis de variancia por cuadrados mínimos b = Promedio de los dos cruces recíprocos c = Es la desviación del subgrupo en relación al promedio ajustado Fuente: Hernández, 1976b Cuadro 8. Resumen de peso al nacer en los proyectos de Calabozo, Turriaiba y Turipanaa Padre Calabozob n Constante kg 166 27.3 51 0.0 36 4.0 56 - 2.0 23 - 2.0 8 4 Grupo Madre ajustado Brahman Brahman Brahman Criollo Criollo Brahman Criollo Criollo F1 vs. Puros (%) F1 vs. Brahman (%) Turrialbac n Constante kg 169 29.4 41 - 1.9 40 6.2 48 - 4.0 40 - 0.3 8 11 Turipanád n Constante kg 953 30.0 261 - 0.9 127 2.0 148 - 0.6 417 - 0.4 5 6 a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos Fuente: b = Müller-Haye et al., 1968 c = Muñoz y Martin, 1969a (Adaptado del cuadro 6) d = Hernández, 1976b (Adaptado del cuadro 7) Cuadro 9. Peso al nacer de becerros BON, Cebú, Cebú × BON y Charolais × BON en El Nus (Colombia) (1969–70)a Grupo Padre BON Cebú Charolais a = Datos no analizados Fuente: Stonaker, 1971 Madre BON BON BON n 107 91 96 Promedio kg 27.6 34.0 30.2 Cuadro 10. Peso al nacer de becerros Sanmartinero, Cebú y cruces entre estas razas y con Charolais en La Libertad (Colombia) (1970–1974)a Padre Sanmartinero Cebú Cebú Sanmartinero Charolais Charolais Charolais Grupo Madre Sanmartinero Cebú Sanmartinero Cebú Sanmartinero Cebú × Sanmartinero Sanmartinero × Cebú Promedio kg 29 26 33 27 32 30 30 a = Datos no analizados Fuente: González, 1976 Cuadro 11. Peso al nacer de becerros Criollo, Brahman y cruces en el proyecto de Calabozo (Venezuela)a Grupo Padre Criollo L Brahman Sta.Gertrudis Criollo LL Brahman Brahman Charolais Red Poll Pardo Suizo Brahman Madre ajustado Criollo L Criollo L Criollo L Criollo LL Criollo LL Brahman C Brahman C Brahman C Brahman C Brahman R n 1. 208 150 189 56 81 66 85 162 104 159 156 Peso kg 27.5 - 1.5 3.9 4.0 - 2.5 2.0 - 2.1 0.8 - 3.3 - 0.2 - 1.1 a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos L = Limonero LL = Llanero C = Comercial R = Registrado Fuente: Peña de Borsotti et al., 1974 Los resultados de los becerros F1 comparados con los puros Criollo y Brahman, hijos de vacas de fundación en la Estación Experimental de Calabozo, se observan en el cuadro 11. Los becerros más pesados al nacer corresponden a hijos de toros Santa Gertrudis y Brahman y de vacas Criollas. Si se consideran los grupos Brahman × Criollo y Criollo × Brahman solamente, las F1 Brahman X Criollo LL superan al Criollo LL puro en un 18%; el Brahman × Criollo L aventaja en un 21% a su control. En comparación con el Brahman puro, control lógico para ambos grupos, esta superioridad es del 12% y 19%, respectivamente. Si en este proyecto se procede a comparar todos los F1 Brahman × Criollo con el promedio de los Criollo y Brahman, la superioridad de los primeros llega al 20% en lo que a peso al nacer se refiere. Sin embargo, es necesario enfatizar que se trata solamente de becerros F1 de vacas Criollas, ya que no está disponible el cruce recíproco. El resultado de esta comparación se armoniza con los datos correspondientes del cuadro 8. Los datos preliminares, no analizados, de un período de 6 años del proyecto de Calabozo (MAC/UCV), 1976, inédito), indican lo que se expone a continuación. Los 222 becerros 3/4 Brahman, hijos de novillas F1 Brahman X Criollo, aventajaron en un 6% a los Brahman y Criollo puro, y en un 3% a los Brahman puro. Los contemporáneos 3/4 Criollo pesaron menos que el promedio de Criollo y Brahman. En un lote de 346 becerros de vacas adultas, los hijos 3/4 Brahman de madres F1 Brahman × Criollo superaron a los puros en un 3%, y a los Brahman en un 4%; los 3/4 Criollo de madres del mismo genotipo pesaron menos que el promedio de los puros. Este grupo ha sido el de menor peso al nacer de todos los demás del proyecto de Calabozo, como consecuencia del mismo fenómeno discutido más arriba: la interacción entre genotipo del feto y ambiente intrauterino. En Turipaná los resultados fueron similares (cuadro 7). Los 3/4 Brahman superaron al promedio de los Criollo y Cebú puro en un 4%, y a los Brahman en un 6%. Los 3/4 Criollo alcanzaron casi el mismo índice que el promedio de Criollo y Brahman y superaron a los Brahman en sólo un 1%. Los datos disponibles de diferentes proyectos de América Latina indican que en el cruzamiento recíproco entre Brahman y Criollo se produce un porcentaje de heterosis del 5% al 9% para el peso al nacer, resultado de una ligera heterosis negativa en los hijos F1 de vacas Brahman y de una considerable superioridad de los F1 de madres Criollas. Datos preliminares de Calabozo y los resultados de Turipaná señalan que los 3/4 Brahman, hijos de vacas F1 , superan ligeramente a los puros; sin embargo, los 3/4 Criollo, hijos de vacas F1 tienen en Calabozo pesos al nacer inferiores a todos los demás grupos, y en Turipaná se encuentran entre los grupos inferiores. La interacción entre el genotipo del feto y el ambiente uterino de la madre merece, como fenómeno biológico, una futura investigación. Cuadro 12. Peso al destete y ganancia diaria predestete de Brahman) Criollo y sus cruces recíprocos en el anteproyecto de Calabozo (Venezuela)a Grupo Padre Brahman Brahman Criollo Criollo Heterosis (%) Madre Constante Peso a 205 d kg ajustado Brahman Criollo Brahman Criollo a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos Fuente: Plasse et al., 1968 152 0 6 6 - 13 9 Constante GDP g 604 -5 14 41 - 50 10 Cuadro 13. Peso al destete (240 días) de becerros Brahman, Criollo, Santa Gertrudis y sus cruces en Turrialba (Costa Rica)a Grupo Padre Madre ajustado Sta.Gertrudis Brahman Criolio Brahman Sta.Gertrudis Criollo Criollo Sta.Gertrudis Brahman Sta.Gertrudis Sta.Gertrudis Sta.Gertrudis Brahman Brahman Brahman Criollo Criollo Criollo Constante kg 211 -3 -5 2 - 20 18 20 -8 2 -6 n 360 33 44 37 41 37 40 40 40 48 a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos Fuente: Muñoz y Martín 1969a Cuadro 14. Peso al destete (270 días) de becerros Cebú, Romosinuano y cruces en Turipaná (Colombia) (1970–1974)a Grupo Padre Romosinuano Romosinuano Romosinuano Cebú Cebú Cebú Charolais Charolais Charolais Madre ajustado Romosinuano Cebú CebúXRomosinuanob Romosinuano Cebú RomosinuanoXCebúb Romosinuano Brahman CebúXRomosinuanob Constante kg 211 - 41 3 3 -1 -7 5 -8 14 32 n 1 032 375 142 86 110 245 29 43 7 48 a = Resultados de un análisis por cuadrados mínimos b = Promedio de los dos cruces recíprocos Fuente: Hernández, 1976b Cuadro 15. Peso al destete de becerros Sanmartinero, Cebú y sus cruces en La Libertad (Colombia) (1970–1974)a Padre Sanmartinero Cebú Cebú Sanmartinero Charolais Charolais Charolais a = no analizado Fuente: González, 1976 Grupo Madre Sanmartinero Cebú Sanmartinero Cebú Sanmartinero CebúXSanmartinero SanmartineroXCebú Peso kg 175 179 195 189 180 213 181 c. Crecimiento predestete y peso al destete Plasse et al., (1968) publicaron los resultados del anteproyecto de Calabozo relativos al crecimiento predestete y peso al destete. Los pesos correspondientes a 74 becerros Brahman y Criollo puro y a 92 cruces recíprocos se observan en el cuadro 12, No hubo diferencias entre el peso al destete de los cruces recíprocos, ya que los becerros F1 de vacas Criollas que nacieron con mayor peso, ganaron menos hasta el destete que las F1 de madres Brahman, El porcentaje de heterosis fue del 9% y 10% para el peso al destete y la ganancia diaria, respectivamente. Los resultados del proyecto de Turrialba fueron publicados por Muñoz y Martin (1969a) y se observan en el cuadro 13. Los dos grupos mejores fueron los becerros de madres Santa Gertrudis y padres Brahman y de madres Criollas y padres Brahman. La heterosis producida en los cruces de Criollo y Brahman para el peso al destete fue del 11%. En cuanto al proyecto de Turipaná, Hernández (1976b) dio a conocer un análisis de los resultados correspondientes a los años 1970 – 1974 cuyos resultados se observan en el cuadro 14. El porcentaje de heterosis calculado por Hernández (1977) para los cruces de Cebú y Romosinuano fue del 13% para el peso al destete y del 15% para la ganancia diaria. En el cuadro 14 se observa claramente la menor habilidad materna de las vacas Romosinuano, habilidad superior en las vacas cruzadas. También se destaca el alto potencial de crecimiento que transmiten los toros Charolais. Castro et al., (1971a) y Salazar (1973) resumieron los pesos al destete de los años 1968–1969 de Turipaná; indican una superioridad del promedio de les cruces recíprocos con respecto al promedio de los puros y al del Cebú, del 18%. y 5% respectivamente. Rodríguez et al., (1971) y Salazar (1973) informaron en una evaluación preliminar que los becerros F1 Cebú × BON y Charolais × BON en El Nus superaron al BON en un 26% y 16% respectivamente. Botero (1976) presento otros resultados preliminares de los cruces entre vacas BON y toros Cebú y Charolais. Según este resumen, los Cebú × BON y Charolais × BON superaron los Cebú en un 10% y 15%, respectivamente, en un grupo de datos, y en un 18% y 19%, respectivamente, en otro lote, mientras que las vacas F1 Cebú × BON criaron becerros de toro Charolais que pesaron un 31% más que los puros Cebú. Estos datos, sin embargo, emergen de un material reducido. González (1976) efectuó una síntesis preliminar del proyecto de La Libertad, correspondiente a los años 1970 – 1974. El índice de superioridad de los cruces recíprocos entre Sanmartinero y Cebú fue del 8% en relación al promedio de los puros, y del 7% en relación a los Cebú (cuadro 15). Para una mejor comparación de los resultados del cruzamiento recíproco de Calabozo. Turrialba y Turipaná, se resumen los cuadros 12, 13 y 14, registrando los grupos que más interesan en esta revisión (cuadro 16). Los resultados de los tres proyectos son algo diferentes, aun cuando, en todos los casos, los becerros cruzados ocupan los primeros dos lugares y los puros, los últimos dos. El porcentaje de heterosis que figura al pie del cuadro redondea el valor dado por las autores. Las cifras son del 9% en Calabozo, 11% en Turrialba y 13% en Turipaná, y la superioridad de los cruces sobre el Cebü es del 4%, 14% y 4%, respectivamente. Cuadro 18. Peso al destete (edad 205 días) de becerros Criollo, Brahman y sus cruces en Calabozo Grupo Padre Constante Madre Brahman Brahman Criollo Cruces vs. puros (%) Cruces vs. Brahman (%) n 676 ajustado Brahman Criollo Criollo GDP g 645 12 28 - 40 7 3 Peso kg 160 1 9 - 10 9 5 a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos Fuente: Plasse et al., 1974b Cuadro 19. Peso al destete (248 días) de becerros de 12 gen otipos en El Beni (Bolivia)a Grupo Padre Criollo E Criollo Cebú Cebú Criollo Cebú Charolais Cebú Criollo Cebú Cebú E Brahman Madre ajustado Criollo E Criollo Criollo 3/4 Criollo 1/2 Criollo 1/2 Criollo 1/2 Criollo 1/4 Criollo 1/4 Criollo Cebú Cebú E Cebú E n 11.973 1/4 Cebú 1/2 Cebú 1/2 Cebú 1/2 Cebú 3/4 Cebú 3/4 Cebú Constante kg 167 -2 - 11 2 11 3 9 31 5 - 27 - 10 -6 -5 a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos E = Elite Fuente: Bauer et al., 1976a Los resultados relacionados con el peso al destete de la primera generación del proyecto de Calabozo - es decir, de los hijos puros y los F1 de las vacas de fundación fueron publicados por Plasse et al. (1974a) y se presentan en el cuadro 17.Allíse observa que los cruces Brahman × Criollo ocuparon el tercer y quinto lugar en ganancia diaria y peso al destete, respectivamente. Es interesante señalar que las vacas de menor peso, las Criollo Llanero. tuvieron becerros que se comparan ventajosamente con todos los demás cruces, inclusive los de Brahman y razas europeas. Un sub-análisis de los resultados del programa de Calabozo agrupa las dos líneas de Criollo puro, de Brahman puro y los grupos de cruces entre ellos (cuadro 18.Plasse et al. 1974b). Aún cuando en este proyecto no se produjeron becerros F1 de madres Brahman, los pesos iguales de los recíprocos obtenidos en el ante-proyecto (cuadro 12) permiten utilizar este cruce para la estimación de la heterosis, que arroja índices del 7% y 9% para la ganancia diaria (GDP) y el peso al destete, respectivamente, dato que confirma los resultados resumidos en el cuadro 16. El cuadro 19 presenta los datos del proyecto del Beni, Bolivia, correspondientes a los pesos al destete de 12 grupos genéticos entre los años 1968 – 1972, que fueron analizados por Bauer et al. (1976a). Si se comparan los F1 Cebú × Criollo con el promedio de los puros Criollos y Cebú, cuyos pesos fueron casi iguales, los primeros llevan a los últimos una ventaja del 5%. Es interesante, sin embargo, hacer una comparación entre los hijos de vacas F1 Criollo × Cebú y padres Criollo, Cebú y Charolais. Mientras la superioridad de los becerros 3/4 Criollo y 3/4 Cebú sobre los puros Criollo y Cebú fue del 6% y 10%, respectivamente, esta ventaja subió al 24% cuando los hijos del mismo genotipo de vacas eran de padres Charolais, tendencia similar a la encontrada en Colombia en los hijos de vacas F1 y toros Charolais (cuadros 14 y 15). Lo cual indica que estas vacas F1 dan mas leche que la que un becerro hijo de Cebú y Criollo puede aprovechar, y sugiere la necesidad de introducir en este tipo de población genes de razas con mayor potencial de crecimiento. Por otro lado, es alarmante-y hasta ahora inexplicable - que los becerros de cruce recíproco de la tercera generación del cruzamiento alterno entre Cebú y Criollo hayan tenido pesos tan diferentes. Mientras que las 5/8 Cebú 3/8 Criollo superaron al promedio de todos los puros en un 8%. las 5/8 Criollo 3/8 Brahman pesaron un 12% menos que el promedio de los puros. Si este fenómeno se llegara a confirmar en el futuro, arrojaría serias dudas sobre la utilidad del sistema de cruzamiento alterno entre estas dos razas. Los resultados preliminares de la segunda generación del proyecto de Calabozo registran una ventaja del 15% para los becerros 3/4 Brahman 1/4 Criollo, en comparación con el promedio de las dos razas puras, y del 13% en relación al Brahman. Para los 3/4 Criollo 1/4 Brahman estas cifras son del 8% y 6%, respectivamente. Estos resultados preliminares se refieren a 300 observaciones realizadas en un período de 6 años y aún no han sido analizados debidamente (MAC/FONAIAP-UCV/FCV, 1976, datos no publicados). Confirman la tendencia indicada por los resultados de Turipaná (cuadro 14), donde la superioridad de los 3/4 Cebú sobre el promedio de los puros y el de los Brahman fue del 19% y 6%, respectivamente, y las cifras correspondientes para los 3/4 Criollo fueron del 18% y 5%. Los resultados obtenidos con 193 hijos de novillas del proyecto de Calabozo fueron muy similares a los de las vacas. En esta segunda fase del proyecto de Calabozo, el promedio del peso al destete de los hijos de vacas Brahman × Criollo fue superado en 8 kg, aproximadamente, por el de los hijos de madres Pardo Suizo × Brahman y Charolais × Brahman. En un rebaño particular, Bastardo et al. (1977) obtuvieron en cruces F1 Criollo X Brahman un peso superior en un 11% al de los Brahman puros. En síntesis, los resultados relativos a los pesos al destete de cruces Cebú × Criollo en diferentes partes de América Latina indican un porcentaje de heterosis del 8% al 18% para los becerros recíprocos F1 , y una superioridad de éstos sobre el Cebú del 4% al 14%. Las vacas F1 Cebú X Criollo han criado becerros 3/4 Cebú con un peso del 10% al 19% superior al promedio obtenido entre Criollo y Cebú; el apareamiento de estas vacas con toros Charolais produjo un aumento en el peso al destete de hasta el 30%, en comparación con el promedio de los puros. A pesar de la superioridad de las F1 Cebú × Criollo, los datos preliminares de Calabozo indican que en la segunda generación (becerros 3/4 de vacas F1 ), los productos de los programas de cruzamiento alterno entre Brahman por un lado, y Pardo Suizo y Charolais por otro, son superiores a los Brahman × Criollo. 3. Crecimiento postdestete Para la medida del crecimiento en la fase postdestete - o entre el nacimiento y alguna edad posterior al destete - existen varios resultados concernientes al cruzamiento que involucran al ganado Criollo. En el cuadro 20 se observan los pesos al inicio de la prueba de 140 días (comenzada a los 8 meses de edad y llevada a cabo en potrero) y al final de la misma, así como la ganancia diaria total durante ese lapso, para los nueve grupos de cruzamiento recíproco entre Criollo, Brahman y Santa Gertrudis de Turrialba (Muñoz y Martin, 1969a). El cuadro registra el buen comportamiento de los cruces recíprocos entre Brahman y Criollo. Estos dos grupos ocupan el primer y tercer lugar en materia de peso final y ganancia diaria durante la prueba. El porcentaje de heterosis calculado por los autores para el sistema Criollo-Brahman es del 12% para el peso final y del 24% para la ganancia diaria durante la prueba; la superioridad de los cruces sobre el Brahman fue del 16% y 20% para los dos caracteres, respectivamente. En el cuadro 21 se presentan los resultados del período 1970–1974 correspondientes al peso a los 18 meses en el programa de cruzamiento de Turipaná (Hernández, 1976b). El porcentaje de heterosis calculado por Hernández (1977) para los cruces entre Romosinuano y Cebú fue del 17% para el peso a los 18 meses y del 23% para la ganancia diaria postdestete. Estas cifras son del 7% y 10%, respectivamente, cuando se calcula la superioridad de los cruces sobre el Cebú. Salazar (1973) resumió los resultados de los dos años previos a esta evaluación y encontró un porcentaje de heterosis del 25% y una superioridad de los cruces sobre los Brahman del 15%. El cuadro 21 señala que la superioridad de los 1/2 Charolais 1/4 Cebú 1/4 Romosinuano sobre el promedio de los puros y sobre los Brahman fue del 21% y 10%, respectivamente. Botero (1976) resumió algunos resultados del peso a los 18 meses en becerros BON, Cebú × BON y Charolais × BON. Los valores fueron iguales para los dos últimos: superaron al BON puro en un 14%. Los resultados correspondientes al peso a los 18 meses en el proyecto de La Libertad, años 1970–1974, figuran en el cuadro 22 (González, 1976). Según estos datos, no analizados, los cruces superan al promedio de los puros y al Cebú en un 15%. Los 1/2 Charolais 1/4 Cebú 1/4 Sanmartinero superan al promedio de las dos razas puras en un 18%, y al Cebú, en un 17%. Cuadro 16. Resumen de pesos al destete de cruzamiento recíproco entre Brahman y Criollo en Calabozo, Turriaiba y Turipaná Padre Grupo Madre ajustado Brahman Criollo Brahman Criollo Brahman Brahman Criollo Criollo Heterosis (%)g Cruces vs.Brahman Calabozo a, b 152 0 6 6 - 13 9 4 Peso al destete Turrialba c,d 208 - 17 23 -3 -5 11 14 Turipanáe, f 200 4 10 14 - 20 13 4 b = Edad al destete:205 días d = Edad al destete: 240 días f = Edad al destete: 9 meses g = Según publicación original Fuentes: a = Plasse et al., 1968 (ver cuadro 12) c = Muñoz y Martin, 1969a (adaptado del cuadro 13) e = Hernández, 1976b (adaptado del cuadro 14) Cuadro 17. Peso al destete (edad 205 días) de becerros Criollo, Brahman y cruces en Calabozo (Venezuela)a Grupo Padre Criollo L Brahman Sta.Gertrudis Criollo LL Brahman Brahman Charolais Red Poll Pardo Suizo Brahman Madre ajustado Criollo L Criollo L Criollo L Criollo LL Criollo LL Brahman C Brahman C Brahman C Brahman C Brahman R n 1 117 a = Resultados de un análisis de variancia por cuadrados mínimos L = Limonero LL = Llanero C = Comercial, absorbido R = Registrado Fuente: Plasse et al., 1974a GDP g 666 - 50 5 32 - 67 33 - 10 39 -7 36 - 11 Constante peso a 205 días kg 164 - 12 5 11 - 17 8 -4 9 -5 7 -4 Cuadro 20. Peso al inicio y final de la prueba de crecimiento y ganancia total con becerros Criollo, Brahman, Santa Gertrudis y sus cruces recíprocos en Turriaiba (Costa Rica)a, b Padre Grupo Madre Sta.Gertrudis Sta.Gertrudis Sta.Gertrudis Brahman Brahman Criollo Criollo Criollo Brahman ajustado Sta.Gertrudis Brahman Criollo Brahman Criollo Brahman Criollo Sta.Gertrudis Sta.Gertrudis n 360 33 44 37 41 40 48 40 40 37 Peso inicial kg 211 -4 -5 1 - 21 21 -6 -9 2 21 Constantes Peso final kg 271 -7 1 -6 - 24 26 3 - 17 0 26 Ganancia total kg 60 -3 7 -6 -4 5 9 -8 -4 4 a = Prueba de 140 días iniciada a los 8 meses de edad, en potrero sin suplemento b = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos Fuente: Muñoz y Martin, 1969a Cuadro 21. Peso a los 18 meses de Romosinuano, Cebú y cruces en Turipaná (Colombia) (1970–1974)a Padre Romosinuano Romosinuano Romosinuano Cebú Cebú Cebú Charolais Charolais Charolais Grupo Madre ajustado Romosinuano Cebú CebúXRomosinuanob Romosinuano Cebú RomosinuanoXCebú Romosinuano Brahman CebúXRomosinuano a = Resultado de un análisis por cuadrados mínimos b = El promedio de los dos cruces recíprocos Fuente: Hernández, 1976b (Adaptado) n 829 308 105 46 86 185 14 40 5 40 Constante kg 297 - 52 9 -9 29 -1 - 10 - 18 22 29 Cuadro 22. Peso a los 18 meses para Sanmartinero, Cebú y cruces en La Libertad (Colombia) (1970–1974)a Toro Sanmartinero Cebú Cebú Sanmartinero Charolais Charolais Charolais Grupo Vaca Sanmartinero Cebú Sanmartinero Cebú Sanmartinero CebúXSanmartinero SanmartineroXCebú Peso a los 18 meses kg 222 224 253 262 221 266 260 a = No analizado Fuente: González, 1976 Cuadr[o 23. Peso por da de vida a los 18 meses de los becerros Criollo, Brahman y cruces en Calabozo (Venezuela)a Padre Criollo L Brahman Sta.Gertrudis Criollo LL Brahman Brahman Charolais Red Poll Pardo Suizo Brahman Grupo Madre ajustado Criollo L Criollo L Criollo L Criollo LL Criollo LL Brahman C Brahman C Brahman C Brahman C Brahman R n 958 Constante g 443 - 63 38 26 - 57 20 - 12 28 -5 36 - 10 a = Resultados de análisis de variancia por cuadrados mínimos L = Limonero LL = Llanero C = Comercial, absorbido R = Registrado Fuente: Frómeta et al., 1974 Los resultados de los registros a los 18 meses en Calabozo fueron publicados por Frómeta et al. (1974) y se recogen en el cuadro 23. De este cuadro se puede deducir que el peso por día de vida a los 18 meses de los Brahman × Criollo fue algo inferior al promedio de los F1 Charoláis × Brahmán y Pardo Suizo × Brahman. El cuadro 24 resume los datos de un sub-análisis de este material, que incluye solamente los grupos Criollo, Brahman y F1 Brahman X Criollo (Plasse et al., 1974b). La superioridad de los cruces sobre el promedio de los puros y sobre los Brahman fue del 17% y 11% respectivamente. Una evaluación de los datos correspondientes al peso por día de vida a los 18 meses en la segunda generación de Calabozo (422 becerros de 4 años) - animales 3/4 Brahman 1/4 Criollo y 3/4 Criollo 1/4 Brahman en comparación con Brahman y Criollo contemporáneos - indica lo siguiente (MAC/FONAIAP-UCV/FCV, 1976; inédito): los cruces 3/4 Brahman 1/4 Criollo superaron al promedio de los puros en un 10%, y a los Brahman en un 3%; los 3/4 Criollo aventajaron al promedio de los Criollo y Brahman en un 5% y se mostraron inferiores en un 10% con respecto a los Brahman puros. Sin embargo, los mejores resultados a esta edad se obtuvieron en los 3/4 Brahman 1/4 Charolais y 3/4 Brahman 1/4 Pardo Suizo. Los resultados correspondientes de Turipaná señalan una tendencia muy similar: mientras los 3/4 Cebú superan al promedio de los puros y al puro Cebú en un 9% y un 7% respectivamente, el peso de los 3/4 Criollo es apenas un 6% superior al promedio de los puros, y un 3% inferior al del Cebú. Los datos preliminares, no analizados, de un período de 6 años, correspondientes a novillos mantenidos en sabana natural, por un lado, y en pasto cultivado fertilizado y regado, por el otro, señalan lo que sigue: en pasto cultivado, los cruces Brahman × Criollo (F1 y 3/4) superaron al promedio de los puros en un 13%, y a los Brahman en un 5%; sin embargo, fueron inferiores en un 7% a los cruces Charolais × Brahman. En sabana natural, los cruces Brahman × Criollo aventajaron en un 8% al promedio de los puros, y pesaron un 3% menos que los Brahman de la misma edad. En este sistema, los cruces Charolais × Brahman superan a los Criollo × Brahman en un 4%. Esta experiencia indica que se pierde la ventaja del cruce sobre la raza pura de mejor crecimiento (en Calabozo es la Brahman) cuando los genotipos mejorados no tienen suficientes forrajes de calidad para quesu potencial se exprese fenotípicamente. Por otra parte, los resultados señalan que conviene mantener genotipos cruzados en pasto cultivado para aprovecharlo mejor. Resumiendo los resultados sobre la ganancia de peso en la fase postdestete y el peso a los 18 meses de edad, se llega a la conclusión de que el porcentaje de heterosis para estos caracteres alcanzado por los F1 Cebú X Criollofue del 23% al 24% y del 12% al 25%, respectivamente; estas cifras son del 10% al 20% y del 7% al 16% cuando se comparan estos cruces con la mejor raza pura (Brahman). El peso a los 18 meses de los 3/4 Brahman 1/4 Criollo ha sido del 6% al 10% superior al promedio de los puros, y del 3% inferior al 7% superior en relación a los Brahman. Los 3/4 Criollo, sin embargo, fueron un 3% y un 10% inferiores a los puros y a los Brahman, respectivamente. Los 1/2 Charolais 1/4 Criollo 1/4 Cebú superan el promedio de los Criollo y Cebú en un 20%, y a los Cebú en un 8% al 17%. Parece que, por lo general, la diferencia entre los cruces y el Cebú puro en la fase postdestete esta determinada por la calidad de los pastos, obteniéndose diferencias más grandes en pastos de buena calidad. 4. Curvas de crecimiento Bailón et al. (1977) analizaron el peso de 938 animales hasta los 4 años de edad. Los cruces F1 Brahman X Criollo se ubicaron entre los cinco de mayor peso adulto, y tuvieron la mayor tasa de crecimiento de todos los grupos al año de edad; luego descendieron de peso más rapidamente que los demás. La curva de crecimiento de este cruce señala su gran precocidad. Cuadro 24. Peso por día de vida de Criollo, Brahman y sus cruces en Calabozo (Venezuela)a Padre Criollo Brahman Brahman Grupo Madre ajustado Criollo Criollo Brahman n 572 Constante g 433 - 47 47 0 a = Resultados de un análisis de variancia por cuadrados mínimos Fuente: Plasse et al., 1974b Cuadro 25. Peso destetado por vaca expuesta a toro en el proyecto de Turriaiba (Costa Rica)a Padre Sta.Gertrudis Sta.Gertrudis Sta.Gertrudis Brahman Brahman Criollo Criollo Criollo Brahman Grupo Madre Sta.Gertrudis Brahman Criollo Brahman Criollo Brahman Criollo Sta.Gertrudis Sta.Gertrudis Peso/vaca kg 120 147 166 139 170 178 141 152 161 a = Resultados de un análisis de variancia por cuadrados mínimos Fuente: Perozo et al., 1971 Cuadro 26. Peso destetado por vaca en rebaño en Turipaná (Colombia)a Toro Romosinuano Cebú Romosinuano Romosinuano Grupo Vaca Romosinuano Cebú Cebú Cebú X Romosinuano Peso destetado por vaca kg 132 139 160 166 a = Datos no analizados Fuente: Hernández, 1976a 5. Peso producido por vaca en el rebaño El peso producido por vaca en el rebaño es una consecuencia del porcentaje de destete y del peso promedio al destete y constituye una buena estimación de la eficiencia fisiológica y económica de un grupo o rebaño de vacas. Perozo et al. (1971) analizaron y presentaron los datos respectivos del proyecto de Turrialba; pueden observarse en el cuadro 25. La productividad de las vacas Brahman y Criollo, al ser apareadas recíprocamente con toros de la otra raza, fue la más alta del proyecto; el promedio de estos grupos de cruzamiento recíproco superó en un 24% el del Criolloy Brahman en lo que a peso destetado por vaca se refiere. Cuando se aparearon las vacas F1 Criollo × Brahman con Charolais, produjeron un peso superior en un 10% al promedio de Romosinuano y Brahman, y un 6% mayor que el producido por las últimas (Medina et al., 1974). Los resultados de Turipaná indican que la productividad de las vacas Romosinuano × Cebú supera en un 18% al promedio de laspuras (cuadro 26). La producción de las vacas F1 apareadas con Romosinuano aventajó en un 23% a la de las vacas Criollo y Brahman (Hernández, 1976a). Los resultados preliminares de 805 observaciones durante un período de cinco años del proyecto de Calabozo (MAC/FONAIAP-UCV/FCV, 1976; inédito) indican que las F1 Brahman X Criollo producen mayores pesos por vaca en el rebaño que en el promedio de Criollo y Brahman y que las Brahman (33% y 23% más, respectivamente).En la clasificación de todos los grupos del proyecto, estas vacas cruzadas ocupan los cuatro primeros lugares junto con las 1/2 Pardo Suizo 1/2 Brahman. 6. Calidad de la canal y de la carne Muñoz y Martin (1969b) publicaron los resultados relativos a las característícas de la canal y de la carne de 179 toretes del proyecto de Turrialba. El porcentaje de heterosis para los grupos Criollo, Brahman y sus cruces recíprocos, figura en el cuadro 27. En comparación con los Criollo y Brahman puros, los cruces tuvieron significativamente más peso y más carne en la canal, y su carne resultó menos dura. En cuanto a las otras característícas, no se detectaron diferencias significativas entre los cruces y los puros. Los Brahman × Criollo de padres Brahman alcanzaron un peso al sacrificio y un peso de la canal superiores al resto de los grupos. Bauer et al., (1976b) presentaron un análisis de 23.362 canales de animales de diferente edad y sexo pertenecientes a Criollo, 1/4 Cebú, 1/2 Cebú, 3/4 Cebú y Cebú del proyecto del Beni. Las constantes para raza, ajustadas por un modelo lineal, se observan en el cuadro 28. Todos los novillos cruzados superaron a los Criollo puros en un 15%. Las vacas F1 superaron al promedio de Criollo y Cebú en un 14%. Arango (1976a) registró un rendimiento del 56% en canales de Sanmartinero, y del 58% en los cruces de esta raza con Cebú. Sobre el Sanmartinero, Cebú y sus cruces recíprocos, Fajardo et al. (1976a, b, c) detectaron en 24 toretes de 34 meses de edad, pesos al sacrificio de 416, 465 y 494 kg. El porcentaje de heterosis para el peso de cinco calidades de cortes mayores osciló entre el 11% y el 14%, y las mermas no fueron influidas por el grupo racial. Cuadro 27. Porcentaje de heterosis para caracteres de canal en cruces recíprocos Criollo × Brahmán en Turrialba (Costa Rica)a Carácter Peso al sacrificio Peso en canal Porcentaje de carne Calificación en canal Marmoleo del longissimus dorsi Dureza de carne cocida a = Resultado de un análisis por cuadrados mínimos Fuente: Muñoz y Martin, 1969b % Heterosis 15 18 1 10 9 -1 Cuadro 28. Peso de canales de novillos, toros y hembras de Cebú, Criollo y sus cruces en El Beni (Bolivia)a Grupo Novillos Constante kq 15.838 230 13.285 - 23 1.133 5 1.139 10 281 8 n ajustado Criollo 1/4 Cebú 3/4 Criollo 1/2 Cebú 1/2 Criollo 3/4 Cebú 1/4 Criollo Cebú Toros Constante kq 944 304 828 - 26 Vacas y novillas n Constante ka 5.477 182 5.069 - 24 134 -4 134 16 49 2 91 9 n 33 29 54 1 12 13 a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos Fuente: Bauer et al, 1976b Cuadro 29. Porcentaje de heterosis para los caracteres de crecimiento en los distintos proyectos (F1 Cebú × Criollo recíprocos vs. Cebú y Criollo Carácter Peso al nacer Ganancia diaria predestete Peso al destete Ganancia diaria postdestete Peso postdestete Turrialba 8a,d 11 a,d a,d 24 12a,d a = Resultado de análisis estadístico b = No analizado c = No hay recíprocos, solamente Cebú × Criollo Fuente: d Muñoz y Martín, 1969 a e Müller-Haye et al., 1968 f Hernández, 1977 g González, 1976 h Plasse et al., 1968 i Plasse et al., 1974 j Castro et al., 1971a. Salazar, 1973 Proyecto - % Heterosis Calabozo Turipana 8a,e 5a, f a,h 10 15a, f a,i 8 9a,h 13a,f c,i 9 18b,j 23a,f c,i 17 17a,f 25b,j Libertad 9b,g Promedio no ponderado (%) 8 11 8 b,g 15b,g 11 24 17 Cuadro 30. Porcentaje de superioridad del Cebú × Criollo sobre Cebú para los caracteres de crecimiento en los distintos proyectos Proyecto - % Superioridad Turrialba Calabozo Turipaná Libertad Peso al nacer 11a,d 4a,e 6a,f 15b,g a,h a,f Ganancia diaria predestete 6 3 5a,b,c Peso al destete 14a,d 4a,h 4a,f 7b,g a,c,i b,,j 5 5 Ganancia diaria postdestete 20a,d 10a,f Peso postdestete 16a,d 11c,d,i 7a,f 15b,g b,,j 15 Carácter Beni Promedio no ponderado (%) 9 5 5 a,k 6 15 13 a = Resultado de análisis estadístico b = No analizado c = No hay recíprocos, solamente Cebú × Criollo Fuente: d = Muñoz y Martin, 1969a e = Müller-Haye et al., 1968 f = Hernández, 1977 g = González, 1976 h = Plasse et al, 1968 i = Plasse et al., 1974 j = Castro et al., 1971a, Salazar, 1973 k = Bauer et al., 1976 Un estudio de 24 toros y novillos de 30 meses de edad, de los cruces Charolais × BON y Cebú × BON, indica que los últimos fueron ligeramente superiores en rendimiento en canal (Arango, 1976b). El mismo autor (Arango, 1976c) dio a conocer un estudio sobre mermas y rendimiento de 24 novillos de 32 meses de Sanmartinero, Cebú × Sanmartinero y Sanmartinero × Cebú, observando rendimientos en canal del 54%, 56% y 58%, respectivamente. Resumen y conclusiones Los resultados de los programas de cruzamiento entre Cebú y Criollo realizados en Bolivia, Colombia, Costa Rica y Venezuela, permiten arribar a ciertas conclusiones con respecto al comportamiento de los distintos caracteres en las dos primeras generaciones. La concordancia de la mayoría de las observaciones es sorprendente y facilita su interpretación. Los resultados de Calabozo indican una mayor precocidad en las novillas cruzadas. Su peso y edad a la aparición del primer cuerpo lúteo fueron un 11% mayor y un 11% menor, respectivamente, que el promedio de las dos razas puras, y un 4% mayor y un 9% menor que los valores respectivos en las novillas Brahman. Este comportamiento favorable sólo fue superado por algunos cruces entre razas europeas y Brahman. Los resultados relativos al porcentaje de preñez en los cruzamientos entre Criollo y Brahman se revelaron contradictorios. Empleando vacas vacías y no lactantes en Calabozo, no se obtuvo una diferencia significativa entre los apareamientos recíprocos cruzados (Criollo × Brahman) y los puros (Criollo × Criollo y Brahman × Brahman); sin embargo, en apareamientos con vacas lactantes, las Criollas asignadas a toros Brahman y Santa Gertrudis concibieron en menor grado que las apareadas con toros Criollos, hecho atribuible, al parecer, al mayor esfuerzo que el becerro cruzado demanda a la vaca. El mismo fenómeno, observado en Colombia, se atribuyó a “discriminación racial”. En contradicción con estos resultados, el porcentaje de nacimientos en Turrialba resultó mayor en los apareamientos cruzados que en los puros. De mayor importancia práctica es comparar el comportamiento de las vacas cruzadas en relación a las puras. Los resultados preliminares de Calabozo indican que las novillas F1 , las vacas F1 de primera lactancia y las vacas F1 de 4 y más años tuvieron un porcentaje de preñez que superó en un 21%, 87% y 15%, respectivamente, los promedios de las puras, y en un 23%, 62% y 5% a las Brahman. En Bolivia, los vientres F1 tuvieron un índice de preñez superior en un 13% y 5% al de las puras y la ventaja de las 1/4 y 3/4 Cebú combinadas fue del 5% y 13% en los dos hatos, respectivamente. Los datos resumidos indican que el cruzamiento continuo entre Criollo y Cebú mejoraría del 15% al 20% el porcentaje de preñez de todo el rebaño en la primera generación, especialmente entre las novillas y las vacas de primera lactancia. Esta cifra puede bajar al 10% en las generaciones siguientes. Es importante anotar que este sistema de cruzamiento, al parecer, conduce a una mayor eficiencia reproductiva que la obtenida mediante la cruza de toros Bos taurus importados (Charolais y Pardo Suizo) con vacas Brahman. Los resultados relativos a los caracteres de crecimiento de los animales F1 de los diferentes proyectos se resumen en los cuadros 29 (heterosis) y 30 (superioridad sobre el Cebú). Dado que el Cebú, en general, supera en crecimiento a las líneas Criollas, y en vista de que la actual población bovina latinoamericana está principalmente constituida de genes Bos índicus, la comparación de los cruces Cebú × Criollo con el Cebú puro tiene una importancia práctica fundamental. Al analizar el cuadro 29, sorprende la concordancia en los valores de heterosis para el peso al nacer, la ganancia diaria predestete, el peso al destete, la ganancia postdestete y el peso postdestete, que alcazan promedios del 8%, 11%, 11%, 24% y 17% respectivamente. El cuadro 30 registra, igualmente, la similitud de los valores obtenidos por los diferentes proyectos, con excepción de los relativos al peso al destete y a la ganancia y peso postdestete del proyecto de Turrialba, donde el comportamiento del Brahman fue inferior al del Criollo, en contradicción con los resultados de los demás proyectos. En cuanto a la comparación más arriba mencionada, el cuadro 30 indica una superioridad promedio de los cruces sobre el Cebú puro del 9%, 5%, 6%, 15% y 13%, respectivamente, en las cinco características examinadas. Resumiendo los resultados de crecimiento alcanzados en Bolivia, Colombia y Venezuela con los hijos de vacas F1 Cebú × Criollo, se pueden formular las siguientes conclusiones: al nacer, los 3/4 Criollos del proyecto de Calabozo fueron inferiores a todos los demás grupos, mientras que los 3/4 Brahman mostraron una leve ventaja (3% al 4%) tanto sobre el promedio de los puros como sobre los Brahman. Al destete, los 3/4 Cebú 1/4 Criollo aventajaron del 10% al 19% al promedio de los puros, y del 4% al 13% al Cebú puro. Las cifras correspondientes para los 3/4 Criollo 1/4 Cebú fueron del 6% al 18%, y del 5% al 6%, respectivamente. Cuando las vacas F1 crían becerros de toros Charolais, la ventaja de éstos oscila entre el 11% y el 30% en relación al promedio de los puros Criollo y Cebú, y entre el 10% y el 24% con respecto al Cebú. Es inexplicable la inferioridad de los 5/8 Criollos de Bolivia frente a todos los demás puros y cruces, pero es un hecho a tener en cuenta en función de futuros programas de cruzamiento por rotación. A los 18 meses de edad, los 3/4 Cebú superan el promedio de los puros en un 6% al 10%, y se muestran del 3% inferiores al 7% superiores en relación al Cebú. Por el contrario, los 3/4 Criollos han sido del 3% al 10% inferiores al Cebú, y apenas del 5% al 6% superiores al promedio de los puros. La ventaja de los 1/2 Charolais hijos de vacas F1 Cebú × Criollo osciló entre el 18% y el 21% en comparación con los puros, y entre el 8% y el 17% en relación al Cebú puro. El comportamiento durante la ceba en Calabozo indica que los cruces Criollo × Cebú, en pasto cultivado, superan a los puros en un 13%, y a los Brahman en un 5%. En sabana, sin embargo, los cruces aventajan a los puros apenas en un 8%, y resultan inferiores en un 3% a los Brahman. Por otra parte, los grupos de cruzamiento alterno entre Charolais y Brahman superaron a los cruces Criollo × Brahman. Los resultados preliminares de Calabozo indican claramente que, en la fase postdestete, la superioridad de los cruces desde el punto de vista de la heterosis se manifiesta fenotípicamente solo cuando hay buenos pastos. Si la base forrajera es inferior, es el puro Cebú quien alcanza mayor peso a la edad del sacrificio. En lo que se refiere a la productividad de las vacas al destete, expresada en kilogramos de peso destetado por vaca en rebaño, los datos de Costa Rica confieren a los becerros F1 una ventaja del 24%. Los resultados de Colombia y Venezuela registran en las vacas F1 Criollo X Cebú y en sus becerros 3/4 Criollo y 3/4 Cebú una superioridad del 23% al 33% con respecto al promedio de las vacas puras con becerros puros, y del 19% al 23% en relación a las Cebú. En lo que se refiere a esta característica, las vacas F1 Brahman × Criollo han estado entre los grupos de mayor productividad, junto con las 1/2 Pardo Suizo 1/2 Brahman. Este resumen señala la ventaja indudable del cruzamiento entre Criollo y Cebú en los medios tropicales de América Latina. La superioridad manifestada por los cruces, en todas las características, con respecto al promedio de los puros y al Cebú, permite concluir que su producción será más económica. La principal ventaja de los cruces es su mayor eficiencia reproductiva. Además, en la medida en que dispongan de forrajes de buena calidad, los animales cruzados responderán con un crecimiento superior al del Cebú. Los resultados también indican que uno de los mejores sistemas a adoptar consistiría en el cruzamiento entre Criollo, Cebú y Charolais, iniciando la rotación con vacas F1 Cebú × Criollo y toros Charolais. La comparación de los cruces Cebú × Criollo con los cruces entre razas europeas y Cebú subraya la mayor eficiencia reproductiva de los primeros, y el mejor crecimiento de los últimos en pastos de buena calidad. El resultado final de esta comparación será determinado por la calidad de las canales producidas y el costo de cada sistema. No caben dudas de que el costo de importación de los toros Bos taurus y los gastos que acarrea su mantenimiento implican un desembolso mayor que el originado por los toros Criollos. Los resultados resumidos y los aspectos señalados en el párrafo anterior apoyan la necesidad de continuar con los proyectos de cruzamiento en curso y confirman que es recomendable conservar el material genético del ganado Criollo para futuros programas de cruzamiento con razas Bos índicus en las zonas tropicales de América Latina. VIII LA REPRODUCCION DE LAS RAZAS CRIOLLAS Raúl de la Torre Del ganado Criollo de América Latina se dice, con frecuencia, que su extraordinaria adaptación al ambiente tropical se desarrolló durante siglos a costa de la pérdida de productividad. Uno de los factores más relacionados con la productividad de un hato ganadero es, incuestionablemente, la reproducción: de la fertilidad de los animales depende la cantidad de terneros que nacen en un período determinado. De all íque la poca productividad del ganado Criollo se asocie, a menudo, con un comportamiento reproductivo de bajo nivel. Sin embargo, los resultados de diversos estudios en varios países de este continente, realizados en condiciones controladas de manejo, sanidad y alimentación, demuestran que el ganado nativo puede compararse favorablemente con el ganado europeo o cebuino, y aun superarlos, en cuanto a fertilidad. La razón por la cual se subestima la real capacidad reproductora de las razas Criollas radica en la índole de su explotación. El ganado Criollo que todavía perdura en la mayoría de los países de América Latina, por lo general diseminado en núcleos relativamente pequeños, esta en manos de campesinos o de pequeños ganaderos de modestos recursos económicos. El manejo, la sanidad y la alimentación que esos sectores pueden proveer son tan pobres que las enfermedades, en especial las que afectan la capacidad reproductiva, y las deficiencias nutricionales, constituyen hechos corrientes y determinan en gran medida los bajos índices de reproducción que se observan a menudo. Por otra parte, hay que tener en cuenta que es práctica común entre los ganaderos ordeñar las vacas en presencia del ternero, o con la cría al pie, y que también esto puede contribuir al comportamiento reproductivo anormal. En efecto, de Alba (1960) sostiene que el ordeño con ternero tiende a alargar el intervalo entre partos, debido a la ausencia de celo después del parto (Donaldson, 1962; Pittaluga, 1970; Villar y Huertas, 1973). A los efectos de la discusión y organización de este trabajo, se han considerado como medidas de fertilidad el intervalo entre partos, la edad al primer parto y el número de servicios por concepción o preñez, y la información disponible sobre el ganado Criollo correspondiente a cada una de estas medidas será presentada a continuación en el mismo orden. Intervalo entre partos El intervalo entre partos es uno de los parámetros más frecuentemente utilizados para evaluar la fertilidad de los animales de un hato ganadero. Asumiendo que no existen diferencias en cuanto al período de gestación, el intervalo entre parto y parto está determinado por la duración del período de servicio y éste, a su vez, por el tiempo transcurrido desde el parto hasta el primer servicio y por el intervalo entre el primer servicio y la concepción (Rodríguez, 1976). Investigaciones realizadas en Venezuela (Cevallos et al., 1968; Bodisco et al., 1968), Colombia (Hernández, Koch y Dickerson, 1971; Salazar y Huertas, 1975) y Costa Rica (Carmona y Muñoz, 1966; Torres, 1972; Alvarez, 1975) ponen de manifiesto la superioridad del ganado Criollo, en comparación con el europeo o cebuino en iguales condiciones de producción, en lo que respecta a este índice de fertilidad. Solamente Torres (1972) registra un mejor comportamiento de la raza Jersey en relación al Criollo en Turrialba, Costa Rica, en términos de intervalos entre partos. El cuadro 1 muestra los valores del intervalo entre partos en el ganado Criollo observados por los autores que se mencionan más arriba. Como puede advertirse, el nivel mas bajo, 374 días, corresponde a vacas Criollas de la raza Romosinuano en la región noroccidental de Colombia (Hernández, Koch y Dickerson, 1971) y el extremo más alto (457 días) a ganado Criollo venezolano de la región de Carora (Cevallos et al., 1968). McDowell (1971), citado por Alvarez (1975), detecta un valor ligeramente inferior al determinado por Hernández y sus colaboradores (372 días) en el ganado Blanco Orejinegro colombiano. Cabe señalar que en el estudio de Hernández, Koch y Dickerson (1971), más de la mitad (54.3%) de los intervalos entre partos registrados fueron inferiores a 365 días. De Alba (1970) estima que los intervalos entre partos mayores de 420 días indican un comportamiento reproductivo deficiente, ocasionado sobre todo por factores de manejo que tienen consecuencias económicas de consideración, especialmente en las explotaciones lecheras. Por otra parte, los intervalos cortos entre parto y parto tienen gran importancia, porque además de aumentar la producción de crías, disminuyen el intervalo entre generaciones, favoreciendo la selección. En el cuadro 1 se observa que, de los siete trabajos citados, solamente dos registran valores que sobrepasan el límite crítico de 420 días señalado por de Alba (1970), en tanto que los promedios evaluados por los cinco restantes son notablemente inferiores y se aproximan a la cifra deseable de una cría por año. En Ecuador, datos no publicados de 142 partos en 24 vacas Criollas fundadoras del hato para producción de carne de la Estación Pichilingue arrojan como resultado un intervalo entre partos de 380 días, lo que corrobora la apreciación de los investigadores de otros países sobre el buen comportamiento reproductivo del ganado Criollo. Los cruzamientos de las razas Criollas con razas europeas o cebuinas han mejorado este índice de fertilidad en los animales mestizos con respecto a los europeos y/o el Cebú. Hernández (1975), citado por Torres (1972), registra diferencias de más de 100 días en favor de las vacas mestizas del grupo Criollo-Pardo Suizo en relación a la Pardo Suiza pura. Idéntico fenómeno es verificado por otros trabajos sobre el cruzamiento del Criollo con razas lecheras europeas (Bodisco et al., 1975; Salazar y Huertas, 1975; Torres, 1972; Rodríguez et al., 1975), y sobre animales mestizos del cruzamiento Criollo × Cebú (Plasse et al., 1975). En Pichilingue, Ecuador, el examen de 319 partos de vacas mestizas media sangre Criollo-Brahman arroja un valor de 416 días para el intervalo entre partos, cifra menor a la registrada por el ganado Brahman puro. En cuanto a los factores que afectan el intervalo entre partos, la edad de la vaca parece ser el de mayor consideración, aunque la literatura sobre el tema refleja una cierta disparidad de resultados. Para algunos autores (Verley y Touchberry, 1961; Dhillon et al., 1970), dicho intervalo tiende a disminuir con la secuencia del parto, es decir, cuando aumenta el número de partos, y, consecuentemente, la edad. Según Hernández, Koch y Dickerson (1971), en las vacas viejas y las jóvenes los intervalos son menores que en las vacas de edad intermedia, aunque su estudio revela que en el ganado Romosinuano los intervalos más cortos correspondieron a vacas con edades que oscilaban entre los 10 y 12 años. Finalmente, existen trabajos cuyos resultados no indican que la edad de la vaca o el número de partos tengan algún efecto sobre el intervalo entre partos (Torres, 1972). Como se dijo anteriormente, el intervalo entre partos está determinado por el período de gestación - considerado constante, aunque hay evidencias de que las gestaciones de vacas Criollas o de otras razas apareadas con toros Criollos son mas largas (Negron, Deaton y Muñoz, 1975)-y por la duración del período de servicio. Torres (1972) registró en vacas Criollas del hato lechero de Turrialba, Costa Rica, un período de servicio promedio de 103 días, superior al de las vacas Jersey ( 98 días) y al de las vacas cruzadas Criollo-Jersey (92 días). El mismo autor obtuvo para el intervalo entre el primer servicio y la concepción, valores de 26, 43 y 23 días, respectivamente, para los mismos grupos raciales indicados. Como el período de servicio es el componente más importante del intervalo entre partos, su mejoramiento debe traducirse en una reducción del intervalo entre parto y parto. En efecto, Everett, Armstrong y Boyd (1966) encuentran una correlación de 0.93 entre estos dos índices. Edad al primer parto La edad al primer parto esta intimamente relacionada con la edad en que se produce el primer servicio de las vaquillas, y depende principalmente del manejo y la alimentación que se les proporciona durante el período de crecimiento. A pesar de no constituir exactamente una medida de fertilidad, la edad al primer parto afecta significativamente la eficiencia reproductiva. Se sabe que existen diferencias inherentes a las razas europeas y cebuìnas: las segundas, por lo general, son mas tardías en llegar al primer servicio y, por ende, al primer parto. Asimismo, la literatura sobre el tema muestra que las hembras de razas europeas, aun en el ambiente tropical, tienen su primer parto a una edad más temprana que las de razas Criollas. Alvarez (1975), en Costa Rica, encontró que la edad al primer parto fue de 34.7 meses para vacas Criollas, 32.7 para vacas Jersey y 33.3 meses para vacas media sangre Criollo-Jersey; Verde y Bodisco (1976) fijan en 36.63 meses la edad promedio al primer parto en animales Criollos Limoneros venezolanos. McDowell (1971), citado por Alvarez (1975), detectó, a su vez, una edad al primer parto de 41 meses en vacas Criollas Blanco Orejinegro de Colombia, mientras que Salazar y Huertas (1975), también en Colombia, registraron en hembras de raza Costeña con Cuernos un promedio de 37.8 meses, significativamente superior al observado en los cruces. Por su parte, Torres (1972), en Costa Rica, determinó que la edad de las vaquillas Criollas al primer servicio fue de 25.7 meses, significativamente mayor que en las hembras de otros grupos raciales, tanto europeos como mestizos con Criollos. Como se dijo, la edad al primer parto depende en gran medida de la edad de las vaquillas al primer servicio, la cual, a su vez, depende del momento en que alcanzan la pubertad. La presencia del celo acompañado por la ovulación en la hembra es el fenómeno que marca el inicio de la pubertad, y su determinación permite una buena estimación de la precocidad de la vaquilla para iniciar su función reproductora. En Venezuela, Ordóñez et al., (1973) y Linares et al., (1973) determinaron la edad de aparición del primer cuerpo lúteo, y encontraron que las vaquillas cruzadas Criollo-Cebú aventajaban en aproximadamente un 10% a las vaquillas puras. En el estudio mencionado en primer término, las vaquillas Criollas registraron una edad de 737 días al primer cuerpo lúteo; las Brahman, 717 días; y las cruzadas, 649 días. En el segundo estudio, la edad al primer cuerpo lúteo fue de 767 días para hembras Criollo Limonero; 694 para las Criollas Llaneras-Limoneras; y 639 y 691 días, respectivamente, para las mestizas Limonero-Brahman y Llanero-Brahman. Estos datos ponen de manifiesto la menor precocidad que caracteriza a las razas Criollas, fruto de su lento crecimiento. Confirmando lo expuesto, los resultados de un estudio sobre el crecimiento hasta los 18 meses de becerros machos y hembras pertenecientes a distintas razas que incluían el Criollo Limonero y el Llanero venezolano (Frómeta et al., 1973), permiten apreciar los menores incrementos de peso por día de vida de estos dos grupos (379 g y 384 g, respectivamente) en comparación con los del Brahman (431 g) y sus cruces (480 g y 462 g, respectivamente). La superación de esta característica es, por lo tanto, esencial, ya que las edades mayores al primer parto aumentan el intervalo entre generaciones y, en consecuencia, retardan la selección y el proceso de mejoramiento. Número de servicios por concepción El número de servicios por concepción es una medida extremadamente correlacionada con el intervalo entre el primer servicio y la concepción, así como con la duración del período de servicio (Everett, Armstrong y Boyd, 1966).Este índice reproductivo depende de la fertilidad de los toros, de la calidad del semen y de la técnica de la inseminación artificial (de Alba, 1970). Son pocos los resultados publicados sobre el número de servicios requeridos por hembras Criollas para concebir. Sin embargo, como lo expresa Verde (1973), estos pocos trabajos demuestran que las razas nativas se comparan ventajosamente con las razas europeas no sólo cuando estas producen en el trópico, sino también en regiones de clima templado. El promedio de los valores compendiados por este autor señala que los animales europeos requerían 3.35 servicios por concepción, en tanto que los animales Criollos solamente 1.63 servicios. Torres (1972) encontró valores de 1.70 servicios por concepción para vacas Criollas, 2.20 para vacas Jersey y 1.70 para vacas media sangre Criollo-Jersey, en tanto que años antes Carmona y Muñoz (1966) habían registrado valores más bajos, tanto para hembras Criollas (1.58 servicios) como para Jersey (1.55). Sobre los factores que influyen en la variación del número de servicios por concepción, Fuentes, Deaton y Muñoz (1971) descubrieron una correlación significativa entre el grado de consanguinidad y el número de servicios por preñez. Según estos resultados, la consanguinidad, aparentemente, aumento el número de servicios requeridos por las vacas de un hato de Criollo lechero para concebir. Hay ciertas evidencias que sugieren también la existencia de un efecto de la edad de la vaca sobre esta medida (Verley y Touchberry, 1961), por el cual las vaquillas de primer parto tienden a necesitar mayor número de servicios que las vacas de mayor edad, Sin embargo, los resultados de Torres (1972) en Costa Rica no muestran efecto alguno de la edad de la vaca, a pesar de que su estudio incluye edades que van desde los 18 meses hasta los 15 años. Los valores relativos al número de servicios por parto presentados corroboran las apreciaciones de Verde (1973) sobre la eficiencia reproductiva del ganado Criollo, ya que índices que oscilan entre 1.5 y 1.8 servicios por concepción son indicativos de alta fertilidad (de Alba, 1970). Otras medidas Porcentaje de preñez y natalidad Los promedios de porcentajes de concepción en hatos de ganado Criollo de varios países varían entre el 45% en vacas Limoneras venezolanas (Linares et al., 1973) y el 95% en vacas pertenecientes a un hato altamente seleccionado de Bolivia (Plasse et al., 1975).Entre estos extremos - que denotan un comportamiento reproductivo pobre, por un lado, y una excelente fertilidad, por otro - se ubican datos registrados por otros autores; entre ellos los citados por Plasse y sus colaboradores (1975).Peralta (1977), al comparar nueve grupos raciales de ganado para la producción de carne que incluían las razas Criolla, Brahman, Santa Gertrudis y sus cruces, determinó que el promedio de nacimientos de las madres híbridas fue superior al promedio de las madres de razas puras; entre ellas, las vacas Criollas acusaron los índices más bajos (60%). La razón de este bajo comportamiento reproductivo de la raza Criolla fue explicada por el hecho de que la mayoría de esas vacas eran animales de desecho del hato lechero del CATIE en Turrialba, Costa Rica, por baja producción de leche y/o difícil concepción con inseminación artificial. En el hato para producción de carne de Criollo Esmeraldeño de Pichilingue, Ecuador, se han registrado, en cambio, porcentajes de natalidad del 89% en 1976 y del 81% en 1977. La superioridad de las hembras mestizas Brahman-Criollo en cuanto a este índice de eficiencia reproductiva se manifiesta en los trabajos de Medina, Muñoz y Deaton (1973), Plasse et al., (1975), Peralta (1977), confirmando una vez más que los cruzamientos alternos entre Criollo y Cebú serían muy beneficiosos para mejorar las características de reproducción de las ganaderías destinadas a la producción de carne. Mortalidad pre y postnatal Verde (1973) considera que otro posible indicador de la superioridad reproductiva de las razas Criollas en relación a las europeas en el trópico son los datos disponibles de mortalidad pre y postnatal. Este autor cita dos trabajos realizados en Venezuela, uno por Bodisco y Mazzari (1962) - según el cual se determinaron porcentajes de abortos del 3.8% y 11.2% para ganado Criollo y europeo, respectivamente - y otro conducido por Bodisco y Carnevali (1962) que registró que la mortalidad de terneros entre el nacimiento y el destete fue del 17.3% para la raza nativa y del 34.1% para la raza Pardo Suiza. Los datos de nacimiento y destete dados a conocer por Peralta (1977), sin embargo, muestran una ligera superioridad del ganado Criollo frenteal Brahman en cuanto a mortalidad postnatal (5.49% y 5.6%, respectivamente). Cuadro 1. Intervalo entre partos en ganado Criollo Autores Hernández, Koch y Dickerson Salazar y Huertas Bodisco et al. Cevallo et al. Carmona y Muñoz Torres Alvarez Año 1971 1975 1968 1968 1966 1972 1975 País Colombia Colombia Venezuela Venezuela Costa Rica Costa Rica Costa Rica Valor observado (días) 374 422 387 457 390 387 378 Resumen Las bajas tasas de crecimiento que caracterizan a los animales nativos determinan su menor precocidad, manifiesta en su mayor edad al primer parto. Sin embargo, la información disponible sobre el número de servicios por concepción, los porcentajes de preñez y natalidad, el intervalo entre partos y la mortalidad pre y postnatal, demuestra que las razas de ganado Criollo pueden compararse favorablemente e incluso superar al ganado europeo y cebuino en cuanto a fertilidad. Partiendo de la superioridad del comportamiento reproductivo exhibido por madres híbridas resultantes del cruzamiento del Criollo con Cebú o con razas europeas, y tomando en consideración los bajos índices de herencia registrados para estas medidas de fertilidad, se puede concluir que el cruzamiento parece ser el mejor camino para elevar la capacidad reproductora del ganado en América Latina. IX ESPECIES ZOOTECNICAS NATIVAS DE LOS ANDES ALTOS A. Cardozo Introducción La naturaleza de esta Reunión de Expertos de la FAO exige justificar la existencia y el desarrollo de las especies zootécnicas nativas. Esta ponencia ha de referirse a aquellas especies animales cuyo origen, desde la protohistoria, está en las altas cordilleras de los Andes. Su actual desarrollo favorece a las poblaciones humanas asentadas en estos parajes y constituyen componentes sustanciales de su economía y cultura. Estas especies son la llama ( Lama glama, Linneo, 1768), la alpaca ( Lama pacos, Muller, 1776), el cuy ( Cavia porcellus, Linneo) y la chinchilla ( Chinchilla chinchilla, Molina). Su aparición es anterior a la del hombre. Los monumentos arqueológicos, que conservan restos paleontológicos, revelan que las primeras tres especies existieron en estado silvestre y que los primeros hombres las utilizaron: se han encontrado pruebas de ello en las cercanías de los primeros hogares, . La chinchilla escapa a este modelo. Animal silvestre, solo fue explotada después de la llegada de. los españoles; hoy su produccóin se destina a la confección de objetos ornamentales de lujo. Desde aquellas épocas protohistóricas, los camélidos (llama y alpaca) y el cuy o cuye forman parte de la economía del campesino andino. Su importancia no se vio disminuida por el avasallamiento de las especies introducidas: aún hoy existen regiones donde son los únicos animales que producen bienes directamente consumibles por el hombre. Son componentes sustanciales de la economía y la cultura del campesino de esas zonas. Este hecho - no reconocido durante buena parte de la dominación española y aún en el período republicano de los países latinoamericanos - constituye el mejor justificativo de su existencia. Su desarrollo ha sido promovido en muchos países, y, actualmente, gobiernos y criadores les prestan particular atención. La promoción y el apoyo a estas especies les están devolviendo la importancia y el valor que en la protohistoria y prehistoria han tenido en los países de los Andes Altos. En muchas áreas, los animales nativos son preponderantes en relación a las especies introducidas. La llama y la alpaca a) Repaso histórico Estos camélidos emigraron a América del Sud a principios del Pleistoceno; su emigración apenas concluyó hace unos 10 000 años. El origen secundario de dispersión es el norte de la República Argentina y el sur de Bolivia, conocimiento basado en los restos paleontológicos encontrados hasta ahora. Los monumentos arqueológicos más remotos hallados en el Perú indican su domesticación y uso posiblemente desde hace 10 000 años. Es probable que también hayan sido domesticados en otras zonas ubicadas entre la República Argentina y el Ecuador. Como era el único animal mayor del cual el hombre obtenía beneficios, los pueblos primitivos le dedicaron preferente atención. Una atención que llegó a convertirse en su veneración y adoración como deidad. Solo en Bolivia, donde actualmente hay dos millones y medio de camélidos, en tiempos de los pueblos primitivos existía una población diez veces superior. Gracias a ella, los quechuas, antes de la llegada de los españoles, lograron cimentar la expansión de su imperio desde Colombia hasta el centro de Chile y Argentina. Así, el área de dispersión actual cubre esos límites. El establecimiento del dominio español en América produjo una ruptura de la situación. En primer lugar, las llamas y alpacas fueron reducidas a ecosistemas inaptos, desplazadas por los bovinos y ovinos importados por los españoles. Luego, los cuidados de los pueblos primitivos no fueron continuados y graves epizootias diezmaron los rebaños. Asimismo, las terribles matanzas para obtener carne, cuero y vísceras casi llegaron a extinguirlos. Finalmente, los principios religiosos y la transculturación fueron otros tantos motivos que favórecieron su desaparición. Durante los primeros años de organización republicana, poco o nada se hizo en los países andinos para, favorecer el restablecimiento de estas especies nativas. Por el contrario: la transculturización fue más intensa y la preferencia por el animal importado impidió su promoción. En el Perú desde el siglo pasado, y en Bolivia en los últimos decenios, se ha conseguido repoblar los rebaños con alguna consistencia. Los gobiernos más recientes están prestando particular atención al desarrollo de la cría de camélidos como instrumento para mejorar las condiciones económicas y sociales de los campesinos. Actualmente, el proyecto de desarrollo rural más importante de Bolivia está orientado a favorecer la cría de llamas y alpacas. Cuadro 1. Población estimada de llamas y alpacas Bolivia Perú Ecuador Colombia Argentina Chile Llamas 2 500 000 700 000 2 000 200 75 000 85 000 Alpacas 300 000 4 000 000 200 500 Cuadro 2. Producción individual estimada de llamas y alpacas Fibra Producción pelo (kg) Precio de pelo (US$/kg) Rendimiento (%) Finura (u) Largo anual, (cm) Carne Peso vivo (machos) 2 años Rendimiento (%) Relación de la carne/huesos (%) Indicadores zootécnicos Fertilidad (%) Mortalidad (adultos)(%) Morbilidad (%) Saca (%) Vida útil, (años) Crías en la vida útil b) Biología Llamas Alpacas 2.2 3.10 60 21–22 8 1.5 5.50 70 22–28 8–15 80 65 60/40 50 60 65/35 50–70 3 30 12 14 12 50–60 10 50 14 12 10 Los camélidos pertenecen al orden de los Artiodactyla. Son animales de ovulación inducida y de reproducción monoestacional. Poseen tres estómagos y una flora ruminal activa que maximiza la utilización de la proteína y de la fibra; la primera es muy escasa en los pastos de su habitat, pero la segunda, en cambio, abunda mucho allí. Su período de vida útil es de 14 años y aún más; sin embargo, su fertilidad, bajo el control del hombre, es relativamente baja: llega al 50 por ciento. Las estaciones experimentales han logrado importantes avances en la aplicación de nuevas modalidades tecnológicas que permiten incrementar el rendimiento económico de estas especies. Se ha logrado aumentar la fertilidad al 90 por ciento, se ha conseguido la esquila anual, se ha mejorado su alimentación y reducido significativamente la mortalidad. c) Distribución En el mapa anexo se indica la distribución estimada de las llamas y alpacas en el continente sudamericano. Hacia el norte, los camélidos (llamas) se extienden desde el Parque del Neusa, en las proximidades de Bogotá (Colombia), aunque su significación económica se inicia más al sur, en la provincia de Bolívar, Ecuador, y alcanza su peso mayor en Perú y Bolivia. Las poblaciones del norte de Chile y de la República Argentina carecen de importancia en el orden nacional, pero la tienen en relación a la magra economía del campesino norteño de esos países. Las poblaciones estimadas de llamas y alpacas en los países andinos se consignan en el cuadro 1. d) Producción La producción tradicional de los camélidos era múltiple. Proveían sustancialmente lana, carne y cuero. En muchos casos, además, su empleo como medio de transporte y el uso de los excrementos como fuente combustible, eran apreciados y, a veces, prioritarios. Hoy en día, la producción de lana, carne y cuero constituye la mejor fuente de ingresos - en ocasiones, la única - del campesino altoandino. La producción de fibra, carne y otros indicadores se muestran en el cuadro 2. e) Situación actual La situación actual de los camélidos es de franca esperanza en su desarrollo. Existen dos estaciones experimentales dedicadas a la investigación para su mejoramiento, en Patacamaya (Bolivia)., y Raya (Perú). Otras estaciones, además, destinan parcialmente tiempo, espacio y otros recursos a la llama y alpaca; en ellas trabajan profesionales orientados a la investigación y experimentación. En el Perú se han creado cátedras para enseñar la zootecnica de los camélidos a nivel de educación agrícola superior. En Bolivia, el Instituto Nacional de Fomento Lanero (INFOL) impulsa un proyecto de desarrollo social y de comercialización e industrialización dedicado exclusivamente al pastoreo de alpacas y a la producción de llamas y alpacas, respectivamente. Se dispone de extensas bibliografías y de un centro de documentación que también incluye a los camélidos silvestres. La legislación pasada y reciente contribuye a estimular la conservación y promoción de la producción de estos camélidos. El cuis, cuy, cuye o curi a) Repaso histórico Este roedor es originario de los países del área andina y es relativamente topoloto con excepción de los laboratorios del mundo entero donde se lo cría con fines de investigación y experimentación. La paleontología ha demostrado su existencia antes y despúes del advenimiento del hombre en los Altos Andes, que lo utilizó desde tiempos protohistóricos. Hoy constituye parte de su dieta, de sus costumbres y cultura. Hasta hace un par de decenios, la crianza del cuis no rebasó la frontera domestica; posteriormente, la investigación demostró que su tamaño no aminora las posibilidades de su empleo. Los resultados de la investigación indujeron al gobierno peruano a fomentar su crianza y utilización para el abastecimiento nacional. Su producción alcanza a 15 mil toneladas métricas anuales, que constituyen un valioso aporte para mitigar la situación crítica de la dieta proteínica en el Perú. En Bolivia, Ecuador y Colombia se utiliza en la alimentación domestica, aunque se ha intensificado su crianza para abastecer pequeños mercados internos. b) Biología En el laboratorio, el cuis es un animal poliestrual, con ciclos de 16.5 días. La gestación dura de 67 a 68 días y da a luz 3 o 4 crías en cada parto. La ovulación es espontánea. Su alimentación principal es herbácea y muestra baja eficiencia en la utilización del alimento. Existen variedades que se producen localmente, como es el caso de los “macabeos” en el Ecuador. Pero, indudablemente, los mayores logros se han obtenido en la Estación Experimental de la Molina, en el Perú. Gracias a ellos, existen tipos y variedades de alto rendimiento económico. Esto contrasta con la crianza rústica del roedor en los hogares rurales. Sin embargo, aún bajo estas condiciones, el cuis representa para el campesino una fuente de proteína y un recurso económico. c) Distribución Aunque en varios departamentos de Colombia se conoce, cría y consume el cuis, su producción es más importante en el departamento de Nariño. La universidad de este departamento ha promocionado y estimulado su crianza técnica. En el Ecuador, la numerosa población de este roedor, combinada con ciertas características ecológicas, ha permitido su desarrollo en algunos centros campesinos. Su mejoramiento es natural debido al interés de los centros campesinos y a la fuerte demanda del mercado. Pero es en el Perú donde su población es mayor, y mayor el adelanto en su crianza. Además de las condiciones domésticas naturales en las que se ha conservado, se han creado recursos genéticos y tecnología para utilizar el cuis comercial e industrial mente. En el altiplano boliviano no se ha prestado mayor atención al mejoramiento de la crianza del cuis; ni siquiera existen estimaciones de su población. Sin embargo, se sabe que ésta es importante porque se lo cría en numerosos hogares campesinos, también para abastecer pequeños mercados internos. Hay, además, poblaciones de cuis en los Altos Andes de Argentina y Chile, aunque la escasez de habitantes de la zona disminuye la importancia de este roedor. d) Producción La explotación individual del cuis está orientada esencialmente a la producción de carne. Ocasionalmente, se ha empleado su piel en la artesanía y sus excrementos como fertilizante orgánico. Se estima que un animal adulto produce 500 gramos de carne limpia. La chinchilla (Chinchilla chinchilla, Molina) No existen evidencias históricas sobre la utilización de la chinchilla por los pueblos primitivos de los Andes. Aunque su origen es andino, se mantuvo antiguamente como una especie silvestre: durante la época colonial, y aún después, poco o ningún esfuerzo se hizo para continuar conservando esta especie pilífera. De este modo, se perdió la mejor de las variedades, la chinchilla real, que hoy es una especie extinguida. La chinchilla lanífera fue conservada y criada en Chile. Desde este país se dispersó a otros continentes, y hoy su crianza está más extendida en los Estados Unidos, Europa y el Japón, que en los propios países nativos. La importancia de la chinchilla ha decaído por dos razones principales: la producción de su piel no contribuye eficazmente al mejoramiento económico del campesino, y su mercado es restringido. Como su piel se cotiza a precios altos que varían según los vaivenes de la moda, su comercio es inseguro. Además, el mercado está manejado por círculos restringidos que impiden la participación de campesinos que ofrecen productos sin elaborar. Por estas circunstancias no se ha estimulado su producción. Sin embargo, los gobiernos de Bolivia y Perú mantienen pequeños criaderos oficiales con fines de conservación. X CAMELIDOS SUDAMERICANOS C. Novoa M. Las variables de la altitud imponen un límite a partir del cual la agricultura no es rentable; además, otros factores - pobreza del suelo, pendiente excesiva, escasa disponibilidad de agua, heladas - operan para reducir el área de tierra arable en vastas regiones de países como Perú, Bolivia y Chile principalmente. En tales condiciones, los rebaños constituyen una fuente de alimentos más estable que los cultivos, dado que se ven menos afectados por la adversidad ambiental. Los camélidos sudamericanos especialmente la alpaca y la llama - merecen ser destacados en este contexto, porque si bien se los encuentra en los pisos altitudinales donde prosperan ovinos y bovinos, su utilización económica puede también llevarse a cabo en extensas praderas de altura donde estos últimos no pueden sobrevivir. Es de interés anotar que incluso en la eventualidad de situaciones climáticas posibles como las sequías, los camélidos han demostrado poseer mayores condiciones de adaptación que las otras especies domésticas. En efecto: la sequía de 1956–57 que afectó severamente al departamento de Puno, Perú, suministría elementos para examinar la diversa resistencia de los animales en tales condiciones; los datos de una hacienda indican que murieron entonces alrededor del 80% de bovinos y caballos, 40% de ovejas y 25% de camélidos (Thomas, 1973). Si tal información es representativa de otras áreas del ecosistema altoandino, la alpaca y la llama constituirían la fuente de alimentos más confiable para la población indígena de esas zonas. Se estima que, actualmente, los camélidos sudamericanos ocupan un área de alrededor de 5 millones de hectáreas de pastos naturales en las zonas más altas de los Andes del Perú, Bolivia y Chile; aproximadamente 200 000 familias campesinas desarrollan su cría como la única o principal fuente de ingresos. Los camélidos producen fibras valiosas para la industria textil, carnes que suministran la sola proteína de origen animal al poblador altoandino y pieles para la confección de trabajos artesanales. Taxonomía La información disponible es confusa y muestra, ante todo, que no existe una clasificación taxonómica de los camélidos universalmente aceptada. Para empezar, el término “auquénidos” se ha venido usando erróneamente. Este se originó como derivativo de Auchenia, denominación genérica que usó Illiger en 1811, citado por Cardozo (1954), para nombrar a las cuatro especies de camélidos sudamericanos existentes. Posteriormente, Ameghino (1877) introdujo el termino Neoauchenia para designar el mismo género; sin embargo, ambos son inapropiados por cuanto Frish (1775), con mucha anterioridad, había descrito por primera vez la llama, dándole la denominación genérica de Lama, y mas tarde, en 1800, George Cuvier usó también idéntica denominación. Por otro lado, el termino Auchenia ya había sido aplicado por Thunberg a un género de insectos en 1789. Se discute si deben ser considerados rumiantes; si Ruminantia es un orden o un infraorden; si el genero Lama es un único género con 4 especies que constituyen el grupo de camélidos sudamericanos, o se trata de dos géneros: Lama, con 3 especies, y Vicugna, con una especie; por último, si las alpacas, llamas, guanacos y vicuñas son realmente cuatro especies diferentes o simplemente cuatro razas. Al respecto, Vallenas (1970) - en una amplia revisión sobre la sistemática de los camélidos sudamericanos muestra la complejidad del problema y concluye recomendando la adopción de los siguientes criterios: 1. Adoptar la clasificación de Romer (1968), porque concilia los criterios clasicos y modernos; es como sigue: Orden: Sub-orden: Infraorden: Familia: Artiodactyla Ruminantia Tylopoda Camelidae 2. En cuanto a la familia Camelidae, única existente en la actualidad, recomienda la división propuesta por Simpson (1945): Género Camelus con dos especies: Camelus dromedarius (dromedario) Camelus bactrianus (camello) Género Lama con cuatro especies: Lama glama (llama) Lama pacos (alpaca) Lama vicugna (vicuña) Lama guanicoe (guanaco) 3. Desterrar definitivamente el término “auquénidos”, derivado de Auchenia, por estar demostrado que es erróneo. Por último, para evitar confusión en el uso de la terminología correcta referida a las cuatro especies en conjunto, agregar entre paréntesis y entre comillas el nombre popularizado, o sea Camélidos Sudamericanos (“auquénidos”). Origen y dispersión Aunque una teoría considera que el centro de dispersión de los camélidos habría sido la meseta del Collao (Maccagno, 1956), la que goza de mayor respaldo, basada en hallazgos paleontológicos, sostiene que se originaron en América del Norte. Esta última afirma que, a partir de pequeños Artiodactyla, cuyo representante habría sido el Protylopus, habría surgido un representante mis evolucionado, el Poebrotherium del Oligoceno. Posteriormente, la línea de evolución habría continuado a través del Protomeryx del Oligoceno, el Procamelus y Pliauchenia del Mioceno y Plioceno, hasta llegar al Lama y al Camelus de los tiempos modernos. Al finalizar la era terciaria, algunos representantes del Procamelus habrían emigrado al Asia, dando origen al género Camelus; otros habrían pasado a Sudamérica en el Plioceno para dar origen al género Lama. Un amplio análisis ha sido publicado sobre el tema por Cardozo (1975).La evolución que los primeros camélidos llegados a Sudamérica sufrieron, hasta diferenciarse en las cuatro especies que hoy se conocen, esta aún por esclarecerse. Se ha sugerido que la más antigua es la vicuña, que se habría originado en la Auchenia graciles, ya extinguida (Ameghino, 1887); en cambio, Burmeister (1885) considera que la vicuña deriva de una especie llamada Auchenia minuta. Este mismo autor propone que el guanaco desciende de la Auchenia intermedia de la Argentina. Por otro lado, hay autores que opinan que la llama y la alpaca son el resultado de la selección del guanaco o la vicuña, y otros creen que derivan de formas silvestres ya extinguidas. Población y distribución En el cuadro 1 se presenta una estimación de la población y distribución de los camélidos sudamericanos. Las llamas y alpacas son especies domesticadas y ya no se las encuentra en estado silvestre. Las primeras se extienden desde la sierra del Ecuador hasta el noroeste argentino; dentro de esta área, su mayor concentración se produce a unos 400 km al norte y al sur del lago Titicaca, pero solamente en elevaciones por encima de los 3 000 m. Las alpacas, en cambio, viven a grandes altitudes, por lo general a más de 4 200 m snm; su centro de distribución actual cubre un radio horizontal de 200 km alrededor del lago Titicaca, y no se las encuentra más al norte de los 11ºde la Sierra Central del Perú, ni más allá de los 21º al sur. Se incluye un mapa de la distribución de los camélidos domésticos (figura 1) según Gade (1977). Cuadro 1. Población estimada y distribución de los camélidos sudamericanos Especie Alpaca Llama Vicuña Guanaco Perú 3 020 000 900 000 50 000 2 000 Bolivia 300 000 2 500 000 2 000 pocos Chile 20 000 70 000 pocas Argentina pocas 200 000 pocas 100 000 La vicuña y el guanaco son especies silvestres. La primera se encuentra principalmente en las altiplanicies del Perú y Bolivia, y la segunda, en la Patagonia argentina. Ambas están amenazadas por el riesgo de extinción y se hallan, por lo tanto, bajo protección oficial en los países mencionados. No obstante, continúan la caza y el comercio ilegales, que constituyen un peligro para la sobrevivencia de dichas especies. Entre los esfuerzos realizados para protegerlas, merece destacarse el éxito alcanzado en el Perú, con la reserva de vicuñas de Pampa Galeras: de una población inicial de alrededor de 10 000 animales, se ha pasado, en los últimos años, a más de 30 000. Esta experiencia ha probado que la caza indiscriminada es el factor crítico que determina el alejamiento de los animales y atenta contra su sobrevivencia y reproducción. Otra medida que se juzga acertada en el Perú es haber entregado a las diferentes empresas campesinas la responsabilidad del cuidado y protección de las poblaciones de vicuñas que se encuentran en sus ámbitos territoriales. Descripción de las especies del género Lama Las cuatro especies son semejantes en estructura, pero difieren en tamaño, pelaje, temperamento y utilidad para el hombre. La llama se utiliza principalmente como bestia de carga; se la usa durante la siembra para transportar semilla de papa y estiércol desde la puna alta a los pisos más bajos donde están las chacras. En estos viajes cortos transportan de 45 a 60 kg (Thomas, 1972). El intercambio entre la puna alta y los pisos inferiores sena imposible sin las llamas, debido a la falta de vías de comunicación. El intercambio regional constituye una estrategia fundamental del poblador de la puna alta, determinante para superar las limitaciones ecológicas (Murra, 1975). En las travesías largas, la carga no excede los 20 kg. El caballo y el asno cargan pesos mayores, pero la llama persiste en vez de aquellos por su superioridad en las altitudes elevadas, tanto en potencial reproductivo como en sobrevivencia. Además, produce carne y fibra y no requiere cuidados especiales, pues es mantenida con el rebano de alpacas. El tamaño de la llama vana, pero usualmente pesa alrededor de 100 kg, mucho más que una alpaca y hasta tres veces más que la vicuña (ver cuadros 2 y 3). El color del vellón de las llamas y alpacas pasa del blanco al negro, incluyendo tonalidades intermedias o combinaciones de uno o mas colores. Existen dos tipos zootécnicos de llama: la Chaku o lanuda, y la ocallao pelada. Una característica peculiar de la llama es la posición normalmente semi-recta de la cola, mientras los otros lamoides la tienen caída contra el trasero. Cuadro 2. Datos biométricos de algunos camélidos sudamericanos Especie Sexo Llama M H M Alpaca Suri Huacayo Ambas variedades y sexos Al nacer Al destete 11.1±1.5 11.7±1.0 7.0 53.0±6.9 55.9±5.5 M H Adulto 115.7±22.0 101.2±18.0 70.5±6.7 Perímetro toráxico cm Adulto 113.0±7.0 109.0±6.0 105.0±3.0 100.0±5.0 29.0±5.0 85.0±6.0 Altura a la cruz cm Adulto 69.8±8.3 60.0±5.9 7.8±1.5 28.0±1.5 60.0±15.0 Fuentes: Sumar et al., 1977; Fernández-Baca (1971); Condorena.(1975) Cuadro 3. Producción de vicuña y sus crucesa Vicuña Paco Vicuña Lamo Vicuña 1 año n PC PV LF 17 27.2 270.5 5.3 3 22.7 250.0 5.0 - EDAD 2 anos n PC PV LF 5 32.7 250.0 5.5 4 33.2 287.5 5.3 - n 45 12 2 3 años PC PV LF 38.5 325.5 5.2 38.6 416.6 6.3 61.4 625.0 11.0 a Incluye ambos sexos. (PC):peso corporal en kg. (PV):peso de vellón en g. (LF):longitud de fibra en cm medida en costillar izquierdo. Fuente: Sumar et al., 1974 El vellón de la alpaca es más uniforme, comparado con los producidos por los otros lamoides. Sin embargo, en el vellón de la alpaca se pueden encontrar habitual mente fibras gruesas que forman una capa superior distinta a la inferior, constituida por fibras finas. Esta diferencia es más notoria en los vellones de llama, vicuña y guanaco (Villarroel, 1963). Existen dos variedades o razas de alpaca, que reciben los nombres de Huacayo (o Huacaya) y Suri. La primera es de apariencia más grande y posee un vellón de fibras rizadas semejante al vellón de lana media del corriedale. La Suri produce un vellón resbaladizo y compacto, con fibras lacias que se organizan en mechas onduladas o rulos. Se estima que el tipo Huacaya constituye cerca del 90% de la alpaca producida. Normalmente, hay tipos intermedios debido al cruzamiento, dado que ambas variedades se hallan por lo general en un mismo rebaño. Los guanacos se parecen mas a las llamas, con la diferencia de que son de color pardo rojizo uniforme. Los animales tiernos suelen cazarse para el comercio de pieles, las mismas que en el mercado se conocen como “chulengo”. La vicuña es la más pequeña de todas las especies y se caracteriza por un mechón de pelos largos que cuelga del encuentro. Este pelo es blanco como el que cubre el pecho y el vientre, contrastando con la parte superior del cuerpo, que es de color café claro. La glándula mamaria de los camélidos tiene cuatro pezones pequeños. En las alpacas se ha registrado una producción promedio de leche de 200 ml (rango: 15 – 500 ml) durante los primeros meses de lactación (Moro, 1956).Esta leche, según Moro, es similar en olor y sabor a la de la vaca. No existen antecedentes sobre la utilización de la leche de camélidos en la alimentación humana. Reproducción Sistemas de apareamiento En las antiguas haciendas alpaqueras del Perú - hoy, empresas asociativas - se practica un sistema similar al empleado con los ovinos, es decir, se juntan de 300 a 400 hembras con 4–6% de machos por un lapso de dos meses. Las hembras son servidas por primera vez cuando tienen dos años de edad y los machos se emplean a partir de los tres años. En estas condiciones, la tasa de natalidad es sólo alrededor del 50% (Fernández-Baca, 1971), o sea, apenas la mitad de las hembras paren por primera vez cuando tienen tres años de edad; el resto lo hace a los cuatro años o más. Como la gestación dura 342 días en el tipo Huacayo y 345 días en el Suri (San Martín et al., 1968), la parición y el empadre se producen prácticamente en . la misma época, de diciembre a marzo. Los estudios realizados con la alpaca en los últimos diez años han permitido conocer varios aspectos básicos de su fisiología reproductiva. Así, se sabe que es una especie de ovulación inducida por la cópula (San Martín et al., 1968; Fernández-Baca et al., 1970), estando, en consecuencia, todas las hembras en celo continuo, lo que determina que los machos tengan un trabajo sexual intenso los primeros días de empadre (Fernández-Baca y Novoa, 1968). La hembra exhibe celo inmediatamente después del parto, pero sólo puede concebir a partir de los 10 días del mismo (Sumar et al., 1972). Si se produce la cópula, alrededor del 20% de las hembras no ovulan; en las restantes, al menos el 90% de los óvulos son fertilizados. Sin embargo, un 40% de estos embriones mueren durante el primer mes de vida (Fernández-Baca, 1970; Fernández-Baca et al., 1970 a y b); tanto las hembras que no ovulan, como aquellas que no son fertilizadas y las que pierden el embrión, vuelven a estar en celo, y si son servidas nuevamente tienen posibilidad de concebir. Por otro lado, se ha demostrado que la asociación continua de machos y hembras por más de 15 días conduce a la inhibición sexual de los primeros (FernándezBaca et al., 1972). Las hembras apareadas periódicamente con los machos pueden dar cría en cualquier época del año. También se ha determinado que las hembras de un año de edad pueden iniciarcon éxito la reproducción (Novoa et al., 1972); para ello es necesario un peso vivo de 40 kg. La información expuesta revela con claridad que el empadre tipo ovino actualmente practicado no se ajusta a la fisiología reproductiva de la alpaca. Se ha demostrado experimentalmente que dicho método contribuye en gran medida a que los resultados de la natalidad sean pobres (Novoa et al., 1970). En base a estos registros se diseñó un método de empadre que consiste en usar un total de 6% de machos, el 50% de los cuales inicia el empadre por un lapso de 7 días; a su término, son reemplazados por el 50% restante durante un lapso idéntico. Se continúa alternando a lo largo de 8 semanas, hasta que termina el empadre. Cuando descansan, los machos son alojados en un potrero con pasto abundante. Este procedimiento ha sido utilizado por la Sociedad Agrícola de Interés Social (SAIS) Picotani Ltda - Puno. Los resultados se muestran en el cuadro 4. Cuadro 4. Efecto del empadre alternado sobre la natalidad en alpacas (SAIS Picotani - 1972) Clase Adultas con cría Adultas vacías 1 Primerizas 2 Total 1 2 Empadradas 540 384 475 1.399 № de Hembras Vacías Paridas 50(10%) 486(90%) 103(26.8%) 281(73.2%) 108(22.7%) 367(77.3%) 265(18.9%) 1 134(81.1%) Vacías del año anterior De un año de edad Durante el período 1966–1971, la natalidad registrada sucesivamente en la SAIS Picotani (aproximadamente sobre 2 000 vientres) fue como sigue: 53.1%, 51.2%, 55.4% y 61.0%. Si se comparan estos resultados con los obtenidos en 1972 (cuadro 1), se advierte una marcada ventaja en favor del sistema de empadre alternado. Además, este procedimiento se repitió en el año 1973, con un total de 3 092 vientres, obteniéndose una natalidad del 79%, cifra que supera nuevamente a los antecedentes registrados con el empadre de tipo ovino. Cabe destacar los resultados de la natalidad en las hembras de un año de edad, que concuerdan con lo señalado anteriormente (Novoa et al., 1972) y demuestran la pérdida innecesaria de potencial reproductivo cuando su explotación se inicia recién a los dos años de edad. Actualmente, otras empresas alpaqueras utilizan el empadre alternado. La clara ventaja del empadre alternado sobre el método tipo ovino radica probablemente en que mantiene activo el interés sexual de los machos, previniendo el agotamiento físico y el efecto negativo de la asociación continua; además, las hembras que retornan al celo, después de una pérdida embrionaria temprana o por otras razones, tienen nuevas oportunidades de ser servidas. En los rebaños de las comunidades, el empadre de las alpacas es controlado por los pastores (Custred, 1977).Se procura, ante todo, impedir que se repitan los servicios con hembras preñadas, pues existe el riesgo de hacerlas abortar. Por tal razón, los machos de más de tres años y las hembras de mas de dos, son separados de los animales jóvenes y de las preñadas. En el período de apareamiento, hembras y machos son asociados cada 8 días. La tasa de preñez en estas condiciones es usualmente alta, según referencias de varios criadores de las pampas de Cojata-Puno. En cuanto a la llama, se sigue un procedimiento similar al practicado con la alpaca. Mogrovejo (1977) informa que la edad al primer parto fluctúa entre 2.5 y 3 años, con una duración promedio de gestación de 355 días y una tasa de parición del 90%. Por otro lado, Sumar (1977) obtuvo, sobre un total de 64 hembras, tasas de parición del 98% y el 95% durante los años 1976–77 utilizando el sistema de monta continua. Los nacimientos se produjeron durante marzo y abril, y el período promedio de gestación fue de 348 + 9 días. Estación reproductiva La literatura sobre la actividad sexual de los lamoides es contradictoria y varía según el área donde las observaciones fueron realizadas. Así, en Argentina, Cabrera y Yépez (1940) informan que la llama se reproduce de noviembre a mayo (verano y comienzos del otoño), el guanaco en noviembre, y la vicuña durante todo el año, pero principalmente de abril a junio. Koford (1957) encontró que la vicuña en Perú se reproduce desde mediados de febrero hasta abril. En el mismo país, la estación sexual de la alpaca se extiende de diciembre a marzo (San Martín et al., 1968). En efecto, en las explotaciones alpaqueras de las comunidades campesinas, donde machos y hembras están juntos todo el año, la parición se circunscribe a la época de lluvias (diciembre–marzo). Sin embargo, como se señaló anteriormente, las alpacas pueden reproducirse en cualquier época del año, cuando machos y hembras se reúnen periódicamente (Fernández-Baca et al., 1972).Es posible que un fenómeno similar se registre en el resto de los camélidos. Cuadro 5. Distribución de alpacas según tipo de explotación en el Perú Tipo de explotación Empresas asociativas Medianos y pequeños ganaderos Comunidades y parcialidades № de cabezas 219 600 170 800 2 049 600 % 9 7 84 Fuente: Plan de Desarrollo Pecuario 1977/1980. Cuadro 6. Composición aproximada de un rebaño de alpacas Clase Hembras de dos años o mas Machos reproductores Machos y hembras hasta un año de edad Capones Saca anual aproximada % 40 3 16 41 14 Tipos de explotaciones y práctica de manejo Existen notables diferencias en el grado de organización de las explotaciones. Toda la población de llamas esta en manos de las comunidades campesinas, pero estas sólo explotan el 84% de las alpacas (ver cuadro 5).La proporción de llamas y alpacas en un rebaño cualquiera de comunidad es de 1:2.En estas explotaciones, los animales son mantenidos en un solo rebaño sin distinción de sexo, edad o color, y sin seguir un calendario definido de operaciones de campo. En las explotaciones de los medianos propietarios y de las empresas asociativas, el ganado es clasificado, al menos, por edad y sexo y se sigue un calendario de actividades más o menos definido, según los lineamientos de la práctica con ovinos. El mediano propietario posee de 500 a 2 000 cabezas y las empresas hasta 30 000. En el cuadro 6 se muestra la estructura aproximada de estos rebaños. En general existe la tendencia a mantener un numero elevado de capones como productores de fibra; en cambio, la proporción en el hato de hembras en edad reproductiva mayores de dos años es inferior al 40%. Esta débil proporción de madres, combinada con una baja tasa de natalidad y una alta mortalidad de las crías, resulta insuficiente para suministrar los reemplazos de los animales que mueren o tienen que ser eliminados por límite de edad. En estas condiciones resulta imposible practicar la selección según las características reproductivas. La duración de la vida productiva de la alpaca se estima en unos 10 años, La mortalidad de las crías en los tres primeros meses de edad llega al 50% y hasta al 60% en ciertos años. Una de las causas más importantes de tales perdidas es la enterotoxemia (Moro, 1971) causada por el Glostridium welchii tipos A y C. La mortalidad anual en animales adultos se aproxima al 4%. Todo lo expuesto se traduce en una saca anual muy baja, del orden del 10–12%, constituida principalmente por animales viejos. La esquila se efectúa anualmente en algunas explotaciones y cada dos años en otras, entre octubre y noviembre. En las comunidades, la trasquila comienza en diciembre y puede durar hasta marzo. En general, se esquila al mismo animal cada dos años, por lo que en cada temporada la trasquila es del 50% del rebaño; esto no impide que se hagan cortes anuales. Hay animales cuyos cuartos posteriores y parte del pecho no se esquilan con el objeto de que la fibra crezca durante varios años y adquiera la longitud necesaria para el trenzado de sogas, tejido de costales y de otras prendas que necesitan hilos de fibras largas y resistentes. Rendimiento Fibra: En el cuadro 7 se muestran algunos resultados de animales adultos, información limitada porque no toma en cuenta una serie de factores que afectan la producción de dicha característica. En efecto: Velasco et al., (1977), trabajando con datos del peso del vellón de 3 727 crías de 8 a 10 meses de edad acumulados durante varios años, determinaron un promedio de 1.29±0.35 kg; encontraron, además, que esta característica registra diferencias significativas según las razas, las edades, las crías de madres de diferente edad y los sexos. Además, es posible que también existan diferencias atribuibles a la zona, principalmente por la disponibilidad alimenticia que varía de una a otra. Cuadro 7. Producción de fibra en llamas y alpacas mayores de tres años n Intervalo esquila Llama 67 1 año Alpaca Huacayo 80 1 año Suri 80 1 año Peso Vellón lbs Longitud de fibra cm 2.8±1.0 10.2±2.2 4.4 4.6 14.3 16.4 Autor Sumar et al., (1977) Condorena (1975) Condorena (1975) Cuadro 8. Peso vivo y rendimiento de canal en alpacas n 130 100 100 - Sexo Hembra Macho Hembra Capón Hembra Edad años 2–10 +7 +7 +2 +7 Peso vivo kg 58.3±9.0 58.9 54.4 - Carcasa % 55.3±3.0 53.9 53.3 45.7–61.0 49.0–52.6 Autor Calderón y Fernández B. (1972) Tapia (1964) Tapia (1964) Ponce de León (1971) Ponce de León (1971) Carne: En el cuadro 8 se puede apreciar el rendimiento de canal de las alpacas; nótese que es alto si se lo compara con el de ovinos criados en ambientes similares. Fernández Baca (1961) encontró en ovinos Criollos un rendimiento del 39.5%. El cuello de la alpaca constituye aproximadamente el 8% del rendimiento total de carcasa. Según los datos de Tapia (1964), el rendimiento del charqui entero (carne deshidratada salada) es del 36%, y llega al 18% el rendimiento del charqui deshuesado. FUENTE: MAPA DEL PERU, I.G.M. 1963 1: 8’000,000 LIMA XI EL CUY Y SU PRODUCCION DE CARNE M. Zaldívar Abanto El cuy es un mamífero roedor originario de la zona andina del Perú y Bolivia; pertenece a la familia Caviidae, orden Rodentia, género Cavia y especie Cavia porcellus. El cuy o curi es también llamado cobayo o conejillo de Indias; se lo utiliza como alimento del hombre en algunos países latinoamericanos (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, entre otros). La limitada información con que se cuenta nos impide conocer y analizar la situación de la crianza de cuyes en el marco general de la ganadería. En el Perú se registra un consumo anual de 17 000 tm de carne procedentes del beneficio de más de 67 millones de cuyes (OSEIA, -1978). La población de Colombia se estima en 500 mil animales (Atehortua y Caycedo, 1977), los que producirían una saca anual de 1.5 millones de cuyes, o sea, una producción anual de carne de 390 tm, . En Ecuador y Bolivia se carece de información en la materia. Como producto alimenticio nativo, el cuy constituye un elemento cultural intrínseco y, por lo tanto, indesligable del proceso histórico de la sociedad andina. En el marco de desarrollo de la sociedad preincaica o incaica, su explotación alcanzó un alto grado de progreso tecnológico. A partir del siglo XVI, y como consecuencia de las nuevas relaciones sociales de producción que se instauraron en América Latina, el cuy fue marginado y, en algunos casos, eliminado de la dieta, a pesar de constituir un elemento importante de la alimentación de vastos sectores sociales de recursos económicos limitados. En la actualidad, a pesar de que su consumo se circunscribe a ciertas zonas del área andina, se están desplegando grandes esfuerzos para incorporarlo a la dieta de toda la población del país. Ello se debe a que la carne de cuy posee un alto valor nutritivo y su costo de explotación es relativamente bajo, ya que estos animales producen carne a partir de alimentos fibrosos. Otra ventaja adicional de esta especia es su fácil adaptación a diferentes ambientes ecológicos: la crianza del cuy es habitual tanto a nivel del mar como en alturas que superan los 4 000 metros, y tanto en zonas frías como en áreas del trópico húmedo. Estas características - la producción de carne a base de alimentos fibrosos y la adaptación a diferentes ecosistemas - son ampliamente aprovechadas por los campesinos peruanos, quienes vienen desarrollando la crianza del cuy en las zonas más diversas. En relación a la producción, los cuyes han sido clasificados de acuerdo a su conformación corporal y su pelaje (Zaldívar et al., 1977).Según la conformación corporal, se distinguen dos tipos, el A y el B: el primero presenta formas redondeadas, cabeza corta y temperamento tranquilo; el segundo, formas angulosas, cabeza larga y temperamento nervioso. Los animales del tipo A aventajan en un 30% a los del tipo B, en lo que se refiere al incremento de peso hasta la edad de comercialización. Por su pelaje han sido clasificados en cuatro tipos - 1, 2, 3, y 4 - según tengan pelo corto, lacio y pegado al cuerpo; pelo corto, lacio y en rosetas; pelo largo y lacio; o pelaje corto y erizado, respectivamente. Los animales tipo 1 y 2 son los que, hasta el momento, presentan las mejores características para la producción de carne; sin embargo, es importante mencionar que los cuyes tipo 4 evaluados últimamente presentan características deseables de precocidad y de infiltración grasa. Los cuyes tipo 3 son criados básicamente como animales para el hogar, ya que muestran índices de producción inferiores a los otros tipos. La carne de cuy esta compuesta por un 20.3% de proteínas, 70.6% de humedad, 7.8% de grasa y 0.8% de minerales (Guzmán, 1968), teniendo un rendimiento promedio de carcasa del 65% (Zaldívar et al., 1977). En animales castrados el rendimiento es ligeramente superior (Flores, 1972). En materia de índices productivos, los presentados en el cuadro 1 comparan los promedios estimados a nivel sub-regional andino con los resultados obtenidos como producto de la investigación, que están siendo corroborados en las granjas comerciales. Cuadro 1. índices comparativos de producción en cuyes Descripción № promedio de crías - por hembra mes - por hembra año № promedio de partos - por hembra año Peso al nacer (g) Peso al destete (g) Peso al beneficio (g) Edad de beneficio (meses) Nivel sub-regional andino Nivel de experimentación 0.46 5.52 0.90 10.80 2.00 80 200 800 6a8 4.10 130 350 835 2a3 El análisis de los datos del cuadro 1 permite determinar la productividad de carne potencial de esta especie, mejorando las condiciones de manejo y la calidad de los animales a partir de la población original; una población que, sólo para el Perú y Colombia, se estima en más de 23 millones de cuyes. En el caso del Perú, intensificando el programa de promoción de esta crianza, en un período de 10 años se puede incrementar la producción de 17 000 tm a 34 000 tm anuales de carne de cuy. Este incremento se puede lograr mediante la distribución masiva de reproductores que fijen sus características, ya que tienen un índice de heredabilidad para peso al beneficio de 0.32 - 0.08 (Lavado, 1978). El medio ambiente también influye en forma determinante sobre la productividad del animal, habiéndose encontrado relaciones fenotípicas y ambientales de hasta un 57%, tal como se registra en el cuadro 2. Cuadro 2. Correlaciones fenotípicas y ambientales obtenidas en cuyes Descripción Peso al nacer Peso al destete Peso al beneficio Peso al nacer --0.45 0.24 Peso al destete 0.52 --0.49 Peso al beneficio 0.40 0.57 --- Estos resultados ya se están verificando en Colombia: los integrantes de la Empresa Comunitaria La Merced, en el departamento de Nariño, han informado sobre los avances logrados y el grado de mejoramiento obtenido en una primera generación, mediante el cruzamiento de cuyes mejorados., procedentes del Perú, con animales Criollos. Esto puede apreciarse en el cuadro 3. Cuadro 3. Producción comparativa de cuyes selectos, cruzados y Criollos Características № de crías por parto Peso al nacer (g) Peso al destete (g) Peso a los 3 meses (g) Raza Peruana 2.6 200 400 850 Criollo 1.5 80 200 330 Cruzado 160 370 600 Fuente: Atehortua y Caycedo, 1977. La crianza de cuyes en los Andes latinoamericanos se desarrolla básicamente en el marco de un sistema de explotación de tipo familiar; cada familia cría normalmente no más de cien animales. Esta población le permite disponer de carne durante todo el año. La forma de explotación es muy variada, dependiendo del nivel económico que haya alcanzado la familia campesina. Es así que la crianza se desarrolla en un 90% en el ambiente usado como cocina, con la finalidad de aprovechar la fuente de calor y todos los desperdicios de comida. Algunos campesinos construyen compartimentos para ubicar sus animales, sin tener en cuenta la edad, la clase y el sexo, motivo por el cual se producen rápidas degeneraciones como consecuencia de la fuerte consanguinidad y los servicios muy prematuros en el caso de las hembras. Además, es alto el porcentaje de mortalidad por aplastamiento de las crías, sobre todo de las recién nacidas. En la actualidad se están desarrollando explotaciones a nivel comercial, con poblaciones que fluctúan entre los 2 000 y 4 000 cuyes, siendo escasas las granjas que operan con más de 10 000 animales. Estas granjas aplican diferentes grados de tecnología; el factor común en todas ellas es el uso de corralitos de crianza que permiten separar los cuyes en grupos de 8 a 10 animales, según edad, clase y sexo. El material usado para su construcción varía de acuerdo al costo y disponibilidad de la zona de operación, pudiendo ser de madera, adobe, ladrillo, malla de alambre, etc. La comercialización se realiza en pie, principalmente en los mercados feriales, que en la región de la Sierra se realizan regularmente los días sábados y domingos. Pero la generalidad de los campesinos de los Andes del Perú, Bolivia, Colombia y Ecuador crían el cuy para autoconsumo, y sólo venden el excedente de su producción. En los centros poblados, suelen ofrecerse pequeñas cantidades en mercados y en algunos restaurantes de comida típica. El cuy constituye uno de los potajes principales durante ciertas fiestas de la región; en tales ocasiones, llegan a consumirse de F 000 a 8 000 animales diariamente. El aspecto sanitario es un factor crítico de la crianza del cuy, emergente del sistema mismo de explotación; los ectoparàsitos y algunas epizootias - especialmente las ocasionadas por salmonela y pasteurela - diezman las poblaciones. XII RAZAS INDIGENAS DE OVINOS Y CAPRINOS EN AMERICA LATINA I.L.Mason Por ovinos y caprinos “indígenas” se entienden las poblaciones descendientes de animales importados por los colonizadores, tanto de Europa como de Africa occidental. Estas especies se denominan a menudo “Criollas”, pero a veces la palabra se utiliza con un significado mas restringido. En el cuadro 1 se indica el total de las poblaciones ovinas y caprinas de los países latinoamericanos. OVINOS Casi todos los ovinos que hay en Argentina, Chile, Uruguay y las Islas Malvinas (Falkland) pertenecen a razas “mejoradas” importadas de Australia y Europa (principalmente Gran Bretaña). No se tendrán en cuenta, por lo tanto, estos países; el presente estudio se limitará a los países tropicales y subtropicales del continente. Puede que en tales países la población ovina no sea tan densa como en las regiones situadas más al sur, pero se trata de un ganado muy importante ya que, en su mayor parte, es criado en pequeños rebaños para la producción de carne, abono y lana, por campesinos que practican una agricultura de subsistencia. Es necesario, ante todo, hacer una distinción entre dos tipos de ovinos: el Criollo lanudo de las mesetas y el ovino peludo de las tierras bajas tropicales. 1. El ganado Criollo lanudo Según Mason (1969) el ovino Criollo de Sudamérica procede de los Churros y Merinos importados de España entre 1548 y 1812.Estas ovejas representan un alto porcentaje (20–90 por ciento) de las ovejas en Guatemala, México, Nicaragua, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. El vellón es largo y muchas veces de varios colores o negro. La lana es gruesa y la producción del vellón no excede delkg/año; sin embargo, la lana puede ser de gran importancia para la industria casera del tejido. Los mayores méritos del Criollo son su robustez, su adaptación al accidentado terreno montañoso y su longevidad. Fuera de los países mencionados, la información sobre estas ovejas no es fácilmente disponible, como lo demuestran la antigüedad y poca claridad de algunas de las fuentes citadas a continuación. En Guatemala, las ovejas Criollas producen lana gruesa larga que constituye Ta base de una extensa industria textil (USDA, 1950). En México representan una elevada proporción (95 por ciento según Moreno Chan, 1976) de los 5 millones de ovejas que existen en el país. En las montañas del sur hay una variedad de color negro denominada “Lucero” que presenta en la cabeza una mancha blanca. Su lana pigmentada es muy apreciada en la industria textil casera. En Nicaragua las ovejas Criollas se describen como un tipo de Merino no mejorado con una mezcla de lana y pelo, el peso del vellón raramente excede de 1 kg; se las aprecia principalmente como productoras de abono para las plantaciones de caré (Work y Smith, 1946). En Argentina este tipo de ovejas están restringidas a las montañas del extremo noreste y sólo constituyen el 0.2 por ciento de la población ovina nacional. El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) está actualmente formando un hato experimental en la Pampa de Abra, provincia de Jujuy. Bolivia cuenta con una población de 7 millones de ovejas de los cuales 5 millones se encuentran en el Altiplano. Siendo la mayoría de tipo Criollo, la industria de la lana tiene una función totalmente secundaria. Las ovejas constituyen apenas una forma de subsistencia. Su producción promedio es sólo de 800 g de lana y 8 kg de carne en canal por cabeza y por año. La lana no es adecuada, en su mayor parte, para la comercialización. Sin embargo, la oveja Criolla es una de las especies más adaptadas al medio ambiente difícil de la altiplanicie. Constituye el único medio de subsistencia del campesino, proveyéndolo de fibra para tejer su propia vestimenta y de una limitada cantidad de carne para complementar su dieta alimenticia. En Colombia el ganado lanar Criollo constituye el 70 por ciento de la población ovina total (Bautista y Salazar, 1980). La oveja Criolla es muy semejante a las Churras españolas; el tipo de lana es parecido y tiene los mismos usos. Durante muchos años han sido explotadas por los minifundistas en la meseta del país, especialmente en las provincias de Boyacá, Cundínamarca, Santander, Nariño y Caldas, para la producción de carne, pieles y lana. Son animales pequeños, de cuerpo estrecho y poca talla, con un peso adulto promedio de 38 kg. Los machos pueden o no presentar cuernos, las hembras pueden poseerlos pero muy rudimentarios. Las orejas son largas y ligeramente caídas. El vellón es generalmente blanco, aunque también hay negro, café o pinto y no cubre la cara, las patas ni el vientre, presentando en esos lugares pelos cortos en lugar de lana. Es frecuente observar en las ovejas blancas manchas de color negro o castaño en la cabeza y en las orejas. La lana es gruesa, burda, áspera y poco densa; el vellón es abierto, sin ondulaciones y tiene entre 15 y 20 cm de longitud. Estas ovejas son rústicas, resistentes a las enfermedades, muy bien adaptadas a los terrenos montañosos. Son mansas y de gran longevidad. Viven en promedio 8 años. La lana se utiliza en la industria casera textil para la confección de cobijas, colchas, frazadas, alfombras, tapetes, mantas y ruanas (Anzola, 1977).Según el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) alcanzan un peso corporal promedio de 33 kg y la producción de lana es de 2.1 kg/año. En Perú, el 75 por ciento de las ovejas pertenecen a los indios o a pequeños agricultores. Las razas nativas constituyen la mayor parte de la población. El promedio de producción de lana limpia por oveja es inferior a 0.5 kg (Neale, 1961). En Venezuela sólo quedan 50.000 ovejas que podrían ser consideradas como Criollas, localizadas en las zonas semi-áridas del este del país, principalmente en las provincias de Falcón, Lara, Trujillo, Mérida y el norte de Zulia. Su lana es utilizada para la confección de tapices, artesanía muy en boga actualmente en la península Goajira. Estudios llevados a cabo en hatos experimentales han mostrado que de cada 100 ovejas paridas solamente 1/3 produjeron partos gemelares, habiendo un solo parto triple (González Jiménez, 1976, 1979). En Brasil no existe propiamente una raza “Crioulo” bien reconocida; sin embargo, en la Región del Nordeste una gran parte de las ovejas locales están cubiertas de lana, lo cual proviene de las razas lanudas originalmente importadas de Portugal (Mason, 1980b). El ovino pequeño Criollo de lana gruesa de Haití y el ovino Santa Isabel de Jamaica pertenecen también al tipo Criollo lanudo. Una variedad especialmente selecta es la del Criollo de Uruguay, cuyo macho tiene cuatro cuernos: dos verticales y dos enrollados. La lana es larga, gruesa y ondulada y se ha hecho una selección, eliminando las variedades que presentaban manchas para producir una raza completamente blanca (Gallina, 1978, comunicación personal). Cuadro 1. Poblaciones ovinas y caprinas en América Latina - Cantidades estimadas en 1976 (en millares) País AMERICA CENTRAL Bélize Costa Rica El Salvador Guatemala Honduras México Nicaragua Panamá ISLAS DEL CARIBE Antigua Bahamas Barbados Cuba Dominica República Dominicana Granada Guadalupe Haití Jamaica Martinica Montserrat Antillas Neerlandesas Puerto Rico San Cristóbal y Nieves - Anguila Santa Lucía San Vicente Trinidad y Tabago Islas Vírgenes (Reino Unido) Islas Vírgenes (EE.UU.) AMERICA DEL SUR Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Ecuador Islas Malvinas (Falkland) Guyana Paraguay Perú Surinam Uruguay Venezuela Fuente: Anuario FAO de Producción, 1976 Ovinos Caprinos 3 2 4 520 5 5.300 2 - 1 1 11 76 58 8.800 6 6 11 31 49 340 3 51 7 5 81 5 35 3 8 6 22 9 5 10 7 3 7 16 25 92 5 355 5 17 1.384 330 13 3 21 20 14 5 3 42 11 5 36.500 7.767 25.100 5.607 2.036 2.150 645 108 355 17.300 4 15.974 103 5.600 2.848 16.200 800 632 200 62 100 1.970 6 12 1.467 En la región sudoccidental de Estados Unidos, el ovino Navajo de Arizona es otro tipo Criollo que constituye la base de la industria textil casera de los indios navajos. 2. Ovino peludo El ovino peludo carece del vellón lanoso de las razas ovinas de la zona templada, por lo cual presentan una piel parecida a la de cabra. Su origen es totalmente diversa al del ovino Criollo lanudo (aunque a menudo se lo llama también “Criollo”) ya que desciende del ovino peludo procedente de la costa de Africa occidental y centrooccidental. Aunque no hay documentos escritos, probablemente fueron importados durante la época del comercio de esclavos, en los siglos XVII y XVIII. Al parecer, Barbados y Brasil fueron los primeros lugares donde se establecieron, y a partir de estas cabezas de puente se extendieron gradualmente a otros países. Aunque todos los ovinos son del mismo tipo general, las poblaciones de cada región desarrollaron sus propias características, bien como resultado del tipo de las primeras importaciones, bien como consecuencia de la selección natural o artificial a que fueron sometidas. Algunas poblaciones fueron objeto también de desviaciones genéticas. En el cuadro 2 se indican las principales poblaciones sobre las cuales dispongo de datos. Estas poblaciones presentan un aspecto general semejante por su falta de lana. Tienen una capa de pelo corto y liso, pero en algunos animales, especialmente en invierno, se ve un fondo lanoso. El macho tiene un collar y una melena de pelos largos, que en algunas variedades se hallan menos desarrollados (v.gr., la Pelibüey). Son de tamaño medio (en el cuadro 3 se registran algunos pesos y medidas). La conformación tiende a ser mas bien patilarga, especialmente en la variedad Barriga Negra de Barbados. El perfil facial es recto en la hembra y ligeramente convexo en el macho. Normalmente, ambos sexos carecen de cuernos, pero un pequeño porcentaje de machos puede presentar pequeños cuernos o formaciones corneas, razón por la cual son eliminados. Pero hay una excepción a esta regla: la raza Barriga Negra de Barbados importada en Texas se utiliza como animal de caza y se ha favorecido el desarrollo de los cuernos mediante cruzamiento con el Musmón o el Rambouillet. Las orejas son de tamaño pequeño a medio y se mantienen en posición horizontal, excepto en la raza Santa Inés en Brasil que tiene genes de Bergamasca, cuyas orejas penden (esto se aplica también a las ovejas de Curasao). La cola es delgada y llega hasta los corvejones, terminando normalmente en un pequeño mechón de pelos un poco más largos. Reproducción Se dice que, en condiciones satisfactorias, estas ovejas paren por primera vez a los 12–13 meses de edad y posteriormente cada 6 meses. No obstante, lo normal es que el primer parto tenga lugar a los 14–15 meses y que el intervalo entre los sucesivos sea de 7–8 meses. Aparte de la conformación, las diferencias mas notables entre las diversas variedades se refieren al color y a la fertilidad, que en cada raza son como sigue. Raza nativa Bahamesa Los ovinos Bahameses son blancos. Su fertilidad es intermedia entre las razas Barriga Negra de Barbados y la Pelibüey, con un promedio de tres partos en dos años. Es frecuente que nazcan gemelos y ocasionalmente trillizos. En condiciones medias de explotación nacen respectivamente 2.25 corderos al año por madre (Demirtüren, 1980). Algunas ovejas tienen cuernos y cierta cantidad de lana, debido probablemente al cruzamiento con una raza de ovejas lanudas que tiene cuernos. Cuadro 2. Ovinos peludos de América tropical País Bahamas Barbados Brasil Nombre Nativa Bahamesa Barriga Negra Morada Nova Santa Inés Africana Pelibüey o Criollo Pelibüey Pelibüey o Tabasco Isla Virgen Blanca Barbados Colombia Cuba República Dominicana México Islas Vírgenes EE.UU - Texas Número 31.000 (?) 20.000 392.000 255.000 45.000 100.000 10.000 150.000 Cuadro 3. Algunos pesos y medidas de ovinos peludos de América tropical (hembras adultas) Raza Nativa Bahamesa Barriga Negra de Barbados Africana Colombiana Pelibüey (México) Isla Virgen Blanca Número 9 300 174 6 Altura a la cruz Peso del cuerpo Fuente cm kg 68 37 Demirüren (1980) 60–70 59 59–67 63 32–43 35–40 Rastogi et al., (1980) Colombia y Salazar (1978) Barruecos et al. (1975) Mason (1980) Raza Barriga Negra de Barbados La típica oveja Barbados tiene una configuración muy precisa y llamativa que los genetistas llaman “cara de tejón” y que parece estar dominada por un único gen recesivo marcando blanco o lebruno y siendo dominante para negro. La barriga, el escudo, la parte interna de la cola, las zonas frontales y posteriores de la parte inferior de las patas, el mocho, las franjas que tiene sobre los ojos, los párpados, la punta del morro, la parte situada bajo el mentón y la parte interna de las orejas son de color negro. El resto del cuerpo tiene una coloración lebruna, si se exceptúa una mancha blanca debajo de cada ojo y, a veces, una mancha más pequeña encima. Estas manchas no son perceptibles en los adultos debido a la coloración más pálida de la cara. En general, la cara es más pálida que el cuerpo y a veces presenta una franja pálida entre la barriga negra y la espalda de color pardo, en el flanco situado detrás de las patas delanteras. En la raza Barbados el color de la espalda varía de pardo rojizo oscuro a pardo rojizo claro, pero se prefiere un pardo mediano, ni demasiado oscuro ni demasiado claro. Ocasionalmente, se observa en las razas puras una mancha blanca en la cabeza y en el extremo de la cola, característica que más o menos se tolera. No gustan las manchas blancas que se encuentran en otras partes. En general, estos animales tienen un aspecto muy parecido al del ovino de barriga negra que se ve en el sur del Camerún, salvo que los ovinos de Barbados son mayores y los machos del Camerún y de otras partes de África Centro-occidental tienen a menudo cuernos. Una diferencia más importante es la de la fertilidad. El índice de nacimientos gemelares en Camerún es de sólo un 20%. La raza Barriga Negra de Barbados goza de una reputación mundial por la elevada magnitud de su carnada y se asegura que en la isla alcanza un promedio de dos corderos por nacimiento. Las magnitudes de las carnadas registradas por Rastogi et al., (1980) son 1.66 y 1.75 (Venezuela), 1.68(Guyana), 1.56 y 1.68 (EE.UU.) y 2.0 (Granada). Raza Pelibüey En Cuba, las ovejas de las explotaciones agrícolas privadas suelen ser de color rojo, blanco o blanco y rojo, pero ocasionalmente las hay negras o de barriga negra. El Gobierno ha elegido solo las rojas y blancas para criarlas en explotaciones agrícolas estatales, y estos colores son también los más comunes en México y la República Dominicana, que recibieron su cabaña de ovejas Pelibüley de Cuba en los años 1930 (o quizás antes). No obstante, en México aparecen a veces ejemplares de color rojo y blanco y de barriga negra, pero raramente de color negro (Berruecos et al., 1975).El índice de partos gemelares es de 20–30%. Puede ser mayor con una explotación mas intensiva. Raza Africana Colombiana En esta raza se observan dos variedades de color: una es “amarillo con tonalidades hasta el bayo” y la otra “rojo cereza y oscuro hasta el negro”. Aparte del color, no parece haber diferencias entre ambas (Batista y Salazar, 1980). La edad media al primer parto es de 15–19 meses y el intervalo entre los partos sucesivos alcanza un promedio de 8 meses. En una explotación agrícola determinada, el índice de partos gemelares fue del 32%. Isla Virgen Blanca El color típico es el blanco puro, pero algunos animales tienen una coloración pálida uniforme o salpicada de manchas; algunas ovejas son de color rojo, o rojo con barriga negra o tricolores: parda y blanca con barriga negra. Se dice que lo normal es que nazcan gemelos pero que son comunes los partos trillizos. En los rebaños visitados en 1978 en St. Croix el promedio de la carnada variaba de 1 a 2. Estas cifras bajas se atribuyeron a las sequías recientes (Mason, 1980). CAPRINOS La inmensa mayoría de las cabras de América se encuentran en América Latina y el 75 por ciento de éstas en Brasil, México y Argentina. Existen también poblaciones considerables en Bolivia, Perú, Venezuela y Haití. Se describen aquí sobre una base regional y lingüística - Creole, Criollas, Brasileñas, EE.UU. - teniendo en cuenta que los colonizadores llevaron consigo sus propios idiomas y sus propias cabras. 1. Caprino Creole de las Indias Occidentales En el Caribe, las tres islas de La Española, Jamaica y Cuba poseen el 95% de la población caprina. El caprino India Occidental o Creole tiene orejas cortas erectas y cuernos cortos en forma de cimitarra. Generalmente los machos tienen barbas; raramente las hembras. Su pelaje es corto, pero los machos tienen una melena de pelo grueso en la espalda. Los colores más comunes son el negro y el pardo, sobre todo el negro que, a menudo, se halla salpicado de manchas blancas, especialmente en la barriga. La conformación es compacta. Los machos y las hembras alcanzan un promedio de 25 y 20 kg de peso, respectivamente, y de 60 y 50 cm de altura (Devendra y Chenost, 1973).No obstante, la magnitud de la carnada es elevada (un promedio de 2.33) y el promedio del intervalo entre partos es de sólo ocho meses (Guadalupe) (Cognie et al., 1973). Seguramente estos caprinos procedieron originalmente de Europa o de Africa occidental, pero no parecen presentar el enanismo acondroplástico de los caprinos procedentes de la zona guineana de Africa occidental. 2. Caprinos Criollos Estos caprinos se llevaron por primera vez a América desde España a comienzos del siglo XVI. A Perú, por ejemplo (Nolte, 1973), las primeras cabras llegaron en 1536. Actualmente hay 4 millones de cabras, el 60% de las cuales se hallan en la árida provincia norteña de Piura. La raza Criolla es muy variable. Deriva de las razas Granada, Murcia y Málaga de España y últimamente ha sido influenciada por la raza Anglo-nubia. Su producción de leche en el norte del Perú es de 1–1.5 litros al día durante un período de lactación de 2–3 meses. La producción de carne deriva de los cabritos de leche de 6–8 semanas de edad o de los animales viejos que se descartan. En Venezuela, la cabaña alcanza 1.25 millones de cabras, el 85% de las cuales se hallan en las tres secas provincias noroccidentales, Falcón, Lara y Zulia. La mayor parte pertenece al tipo Criollo. Esta variedad tiene pelo corto y colores distintos, pero normalmente son el negro, el blanco, el rojo y sus combinaciones. Son de tamaño pequeño, pesan solamente 30–45 kg y la altura a la cruz es de 75 cm en los machos y 65 cm en las hembras. El rendimiento de leche es bajo: 40–60 kg en 200 días, con un 5.5% de grasa, 4.2% de proteínas y un 17% de sólidos totales. La producción de carne es también importante. El caprino Criollo es muy resistente y un buen animal de pastoreo (Castillo, 1973). En México, el origen de las razas Criollas es muy similar al de aquellas de Sudamerica. Se pueden distinguir dos tipos diferentes: En la parte central de México existe un tipo de talla pequeña con características lecheras y muy influenciado por las razas españolas (Granadina y Murciana). En el norte, la raza Criolla presenta una apariencia variada debido sobre todo a los cruzamientos repetidos con las razas Alpina, Toggenburg y Anglo-nubia; tiene una talla más grande con un rendimiento lechero más bajo; sin embargo, el rendimiento en canal es superior al de las cabras de la parte central (México, 1971). En el cuadro 4 se dan algunas cifras de producción en México y en Venezuela. Cuadro 4. Productividad comparada de los caprinos de América Latina (datos tomados de Winrock, 1977) Región Raza Peso de los machos kg adultos hembras kg Peso del animal sacrificado kg Norte de México Nordeste de Brasil Centro-norte de Venezuela Criollo a Exotic b Local a Bhuj c 45 70 35–45 70–80 35 50 30 40–50 6–9 10 25–35 30–40 Criollo d 40–45 30–35 20–25 Duración de la lactación meses Producción por día kg Magnitud de la camada 5–6 6–10 - 0.5–0.8 1–2 - 1.6 1.8 - 6–7 0.2–0.3 - meses de edad 1–1, 2 1 12–14 8–12 a Fuentes: Observaciones y respuestas a cuestionarios facilitadas por productores nacionales b Estadísticas de producción resumidas en el Centro de Cría Tiahualilo c De Andrade, T.W.y Eduardo, T.M., 1976.Posibilidades de Caprinocultura e Ovinocultura do Nordeste. Banco do Nordeste do Brasil, S.A.Fortaleza, Brasil, d García et al., y Castillo et al., Estación Experimental El Cuji, Barquisimeto (no han dado datos precisos). 3. Caprino Brasileño La cabra local Crioulo o nacional constituye el equivalente al Criollo hispanoamericano, pero proviene principalmente de razas portuguesas mas que de españolas. Varía considerablemente en el tamaño, el pelaje y la conformación. El 92% de la población caprina brasileña (6.6 millones) se halla en los nueve estados del nordeste, donde predominan las cabras Crioulas. Varios siglos de desatención han dado lugar a que la selección natural haya producido cabras pequeñas resistentes, prolíficas, que no necesitan cuidados y adaptadas a un medio ambiente difícil. Las orejas y los cuernos son pequeños y el perfil facial recto. El color del pelaje es claro, oscuro o moteado, a veces con un diseño característico. El peso corporal es de 30–35 kg y la altura a la cruz de 60–65 cm. La carne y la piel son los productos más importantes; el rendimiento en leche es sólo de 0.5–1.0 litro por día. Dentro de esta población caprina de orejas y pelo corto se han identificado y descrito cuatro tipos de colores: Morota, blanco. Canindé, negro o pardo con la cara pálida y el vientre y las extremidades oscuras. Moxotó- El nombre deriva del Valle de Moxotó en Pernambuco pero se encuentra también en Paraíba, Ceará, Piaví y Bahía. Su color es blanco o bayo, con una franja negra en el lomo, en la cara y en las orejas, la parte inferior de las patas, y las pezuñas y mucosas son también negras. Repartida- Presenta las patas delanteras negras mientras que las traseras son cafés con una franja negra en el lomo. Se han importado recientemente algunas razas orientales con orejas gachas, entre las que figuran sobre todo la Gujarati de la India (Mamada Bhuj) y la Anglo-nubia. El cruzamiento de éstas con el tipo Crioulo ha introducido el carácter de las orejas gachas y aumentado la talla corporal. También ha originado la población actual que se conoce como SRD (Sem Raça Definida = sin raza definida) (Jardini, 1977; Mason, 1980). 4. Caprinos EE.UU. En el suroeste de Estados Unidos, el término Español se utiliza para distinguir los caprinos para carne criados en explotaciones agrícolas de las razas Angora y las razas lecheras. La mayoría tiene el mismo origen que el Criollo mexicano, pero puede presentar señales de sangre Anglo-nubia y Toggenburg. Varían considerablemente en aspecto y rendimiento. Algunas de estas cabras carecen de orejas o tienen aurículas muy pequeñas. En la costa occidental, en las décadas del 20 y del 30, este tipo fue seleccionado y criado para mejorar sementales de razas lecheras con el objeto de producir una nueva raza lechera: la Mancha Americana. Mantiene el carácter del oído rudimentario que probablemente está dominado por un solo gen (Shelton, 1978). Conclusiones En este estudio apenas se ha hecho mención de las capacidades de producción de carne de los ovinos y caprinos. Se reconoce que ni unos ni otros proporcionan lo que convencional-mente se considera como carne de carnero de buena conformación. No obstante, tanto la conformación como el índice de crecimiento resultan fuertemente afectados por el ambiente, y especialmente por las condiciones de salud y el grado de alimentación. En varias razas (sobre todo en los caprinos de India Occidental y Barriga Negra de Barbados, y los ovinos de Bahamas e Isla Virgen) la elevada fertilidad contrarresta con creces el tamaño pequeño. Como muy bien señala Bond (1975) acerca del ovino de Isla Virgen, “hace algunos años, una de nuestras ovejas nativas parió dos carnadas de cuatro corderos en un período de 12 meses. Evidentemente, ocho corderos delgados producirán más carne que uno gordo y pesado y, probablemente, incluso dos corderos gemelos nativos llegarán a pesar más que el más carnoso que pueda producirse aquí”. Aun en las razas peludas menos prolíficas, el índice de partos gemelares (20– 30%) es suficientemente elevado como para compensar la mortalidad de los corderos, que suele llegar al 20–30% si no se presta ningún tipo de atención a las ovejas, pero puede reducirse hasta un 5–15% si se tiene el cuidado de eliminar regularmente las lombrices en los corderos y de alimentarlos bien. Con todo, la gran cualidad de los ovinos y caprinos nacionales es que se adaptan bien a un ambiente cálido húmedo o montañoso inhospitalario. Son robustos y resistentes a las enfermedades. Si se comparan con las razas mejoradas en condiciones mejores, no se destacan mucho (véase cuadro 4) pero en condiciones naturales, sin cuidados sanitarios ni alimentación suplementaria, las razas mejoradas no pueden ni siquiera sobrevivir. Los ovinos peludos son especialmente interesantes al respecto. Viven en zonas tropicales húmedas pero padecen poco de pedero. Los principales parásitos que causan enfermedades y la muerte son los gastrointestinales, sobre todo el nematodo Haemonchus. No obstante, son mucho más resistentes que las razas europeas, como se ha mostrado por comparación (utilizando la raza Barriga Negra de Barbados) en Carolina del Norte (Yazwinsky et al., 1976). En conclusión, se ha de recalcar de nuevo que estos ovinos y caprinos nacionales constituyen una fuente importante de carne para los pequeños agricultores. Toda labor de mejoramiento genético ha de emprenderse en las condiciones ambientales que el agricultor puede proporcionar. En particular, el cruzamiento con razas mejoradas debe tender solo a producir crías de primer cruzamiento para sacrificio, manteniendo así una cabaña fundamental de hembras de raza pura adaptadas. XIII POSIBILIDADES DE PROGRAMAS DE ACCION INTERNACIONALES Y NACIONALES PARA LA CONSERVACION Y EVALUACION DE RECURSOSGENETICOS ANIMALESEN AMERICA LATINA CON REFERENCIA ESPECIALAL GANADOCRIOLLO B. Müller-Haye 1. Recursos genéticos animales: evaluación y conservación La política de la FAO con respecto a la conservación ha sido siempre que no se justifica preservar las razas por el solo hecho de preservarlas. Las razas ganaderas han sido desarrolladas por el hombre para su propio uso, y su preservación debe estar justificada por el empleo que se le dé en el futuro. El desarrollo de la producción y crianza de ganado mediante la estricta organización de programas de mejoramiento racial, especialmente en los Estados Unidos, Canadá y Europa; una política agresiva de ventas de ganado bueno y malo a los países en desarrollo; y el sorprendente logro en la mejora de caracteres en algunas razas y especies, han conducido a una rápida reducción de la diversidad genética. Muchas poblaciones viejas que se han desarrollado por selección natural y artificial, adaptándose y produciendo con frecuencia en medios adversos, están desapareciendo o se mantienen en escaso número como monumentos nacionales, con el resultado de que después de algunas generaciones se vuelven altamente consanguíneas. No pocas razas indígenas están en vías de extinción. Es un hecho bien conocido que en América Latina las razas Cebú, por ejemplo, están absorbiendo o han absorbido ya a las poblaciones Criollas comerciales. El propio Cebú es un animal bien adaptado a las zonas tropicales y tierras marginales, pero sin duda alguna el Criollo posee características que el Cebú no tiene y vice-versa. Por otra parte, los sorprendentes efectos de la heterosis para la producción de carne que muestran los cruzamientos Cebú-Criollo han sido demostrados con frecuencia y se ilustran en los documentos fundamentales de esta Consulta. Ninguna otra raza ha evidenciado, como el Criollo, una análoga capacidad de combinación con el Cebú en un ambiente tropical y habitualmente en condiciones de manejo muy precarias. Considerando todas las razas lecheras del mundo, se observa una tendencia principal: consiste, ante todo, en la especialización de las razas de alta producción y el abandono de los animales de doble o triple propósito. Esto ha dado por resultado una sustitución creciente de las razas lecheras locales, incluida la Criolla lechera, por animales Holstein o Pardo Suizo. Las cabras y ovejas indígenas no han recibido mucha atención en América Latina. Con excepción de Argentina y Uruguay, no se ha organizado su producción, que frecuentemente sólo esta destinada al abastecimiento interno. Es muy reciente el interés por las ovejas tropicales prolíficas, manifestado en las solicitaciones a la FAO para que estudie el número y el rendimiento de las diversas poblaciones. A comienzos del año en curso se ha realizado un estudio en esta región. Los programas de investigación y mejoramiento de las especies de gran altitud nunca mostraron algún hecho de trascendencia hasta que, gracias al interés por los planes de desarrollo rural para las comunidades indias de gran altitud, se establecieron nuevas prioridades con resultados sorprendentes en ciertos países. Debido a la creciente demanda de alimentos, especialmente de carne y leche, habrán de entrar en producción tierras que hasta la fecha han sido insuficientemente utilizadas o son marginales y no pueden utilizarse para la agricultura. Aún no es posible predecir si se lograran sistemas de manejo que permitan el uso de razas de alto rendimiento en estas tierras. La perdida prematura de recursos genéticos adaptados puede dar como resultado - y seguramente así será - una producción ganadera inferior en estas zonas debido a la no disponibilidad de los genes necesarios. Sin embargo, el PNUMA advierte que existe una fuerte tendencia mundial a abandonar el uso de tierras marginales debido a los desastrosos efectos que en ellas suelen producir los animales cuando no son manejados como corresponde. Sería mucho más efectivo movilizar las reservas de tierras buenas que ya están en producción. Por otra parte, en América Latina especialmente se advierte una presión de los campesinos por obtener mas tierras, hecho que debe ser tenido en cuenta. Equilibrar esta situación - satisfaciendo las exigencias campesinas y, al mismo tiempo, evitando el uso de tierras marginales es un logro bastante difícil de alcanzar. En los países en desarrollo, la mayor variabilidad genética se produce en razas cuyo número disminuye con rapidez o que se utilizan insuficientemente. Si este potencial no se preserva ahora, no se podrá contaren el futuro con recursos para finalidades que posiblemente no podemos prever en la fase actual. No es fácil mantener estos bancos de genes y debería examinarse con detenimiento cual será su valor para las futuras actividades relativas al mejoramiento animal. Los gobiernos deben desempeñar un papel predominante, manteniendo y manejando los rebaños indígenas que sirven como núcleo y cuya producción ha mejorado. Podría ponerse a disposición de las partes interesadas semen de padres de probada aptitud para el cruzamiento, mediante los servicios adecuados. Todo uso de recursos genéticos animales con fines de producción es inútil si no hay demanda por parte de los ganaderos. Es interesante el hecho de que en Colombia, que siempre ha propugnado la conservación de ganado Criollo, existe una demanda tan fuerte de Criollos que es difícil obtener los animales necesarios. Si mi información es correcta, los toros Romosinuanos se venden a precios mas altos que los Brahman. El ICA debería adoptar medidas destinadas a ensayar todos los toros necesarios para satisfacer la demanda de los ganaderos en materia de semen y de animales. Asimismo, el apoyo oficial a la raza Hartón del Valle expresa claramente que hay necesidad de esta raza. El reciente establecimiento de un rebaño Criollo en Pichilingue, Ecuador, el empleo del Criollo lechero centroamericano de Turrialba en un proyecto de mejoramiento lechero para la comunidad de campesinos de Santa Cruz, Bolivia, y la conformación de un nuevo rebaño en el Centro de Investigaciones y Mejoramiento de la Producción Animal (CIMPA) de la Asociación para el Desarrollo de la República Dominicana, son solo algunos ejemplos de los esfuerzos realizados recientemente para utilizar más el Criollo que antes, cuando se pensaba que la raza Cebú era la única solución para la producción bovina en los trópicos. La situación en cuanto a ovejas y cabras es menos prometedora, aunque existe la tendencia a reforzar su producción. Cabe preguntarse por qué los ganaderos, investigadores, gobiernos y otros organismos despliegan esfuerzos para alentar el empleo de la raza Criolla, y por qué se solicita a organizaciones internacionales como la FAO, el PNUMA y el PNUD que inicien actividades en el terreno de la conservación y la evaluación de los recursos genéticos animales en América Latina. Aparte de las razones dadas anteriormente, existe un motivo muy concreto. Después de muchos años de cruzamiento absorbente entre Criollo y Cebú, sin una mejora notable del manejo, de la alimentación y la selección, se reconoce hoy que se posee un animal inferior a las poblaciones parentales, una vez desaparecida la heterosis de los primeros cruces. La introducción de razas de Bos taurus- Charolais, Simmental, Chianina, etc. - no ha tenido éxito debido a las difíciles condiciones y a los problemas que acarrea la manutención deanimales puros de estas razas. La inseminación artificial no puede emplearse en condiciones prevalentemente extensivas. En consecuencia, los ganaderos advirtieron que el único Bos taurus adaptado en América Latina era el Criollo y comenzaron nuevamente a utilizarlo. Las razones culturales e históricas que condujeron a la conservación de una raza de Criollo del Uruguay en un parque cercano a Punta del Este y de un núcleo de Criollo argentino por parte de algunos ganaderos de la zona pampiana, no ofrecen interés para esta Consulta. Debe tomarse nota de la existencia de estos bancos de genes, pero el propósito principal de esta reunión debería ser analizar la función que desempeñan las razas indígenas, recomendar programas específicos y asesorar sobre la forma en que pueden ponerse en práctica las recomendaciones. Los párrafos que siguen estarán relacionados con las propuestas de posibles medidas en el plano nacional e internacional. Se insistirá mucho en la cooperación, que desempeña un papel clave en el desarrollo de cualquier programa sensato. Se entiende que la cooperación es el instrumento para alcanzar objetivos comunes, convenidos en proyectos aplicados al fomento ganadero y a la investigación relativa a la evaluación de las razas. Sera, además, la herramienta para intercambiar material genético, en la medida en que las disposiciones veterinarias lo permitan. 2. Actividades en, el plano nacional Es preciso entender que todo trabajo sobre recursos genéticos animales debe formar parte de un plan nacional de fomento ganadero, si existe, o de proyectos análogos, a fin de articular un correcto enfoque del fomento global, incluidos los aspectos socioeconómicos. La infraestructura para la evaluación efectiva de los recursos genéticos animales existe en casi todos los países latinoamericanos, o puede crearse en breve tiempo. Lo que se requiere es coordinación y financiación. Se podría incluso partir de la hipótesis de que hay suficiente personal capacitado para realizar un programa de evaluación que vaya más allá de lo conseguido en diversos países. Este aspecto de la conservación debe basarse en un enfoque distinto, ya que fundamentalmente es necesario disponer de fondos para llevar a cabo tales proyectos. El creciente interés por los animales Texas Longhorn, por ejemplo, es una notable ilustración de lo que puede suceder cuando un plan de conservación consigue el apoyo público y privado. Recién en 1964 un grupo de ganaderos fundó la Asociación de Criadores de Texas Longhorn de América, si bien las medidas de conservación se habían introducido con anterioridad. El número creciente de ejemplares puros, los experimentos de cruzamiento y el interés despertado por estos animales cuando la industria estadounidense de la carne tropezó con dificultades económicas, destacan la importancia de esta raza capaz de mantenerse con pastos de baja calidad sin un manejo refinado. Además, su fertilidad y facilidad de parto son caracteres ampliamente reconocidos. El primer paso para encarar la preservación de los recursos genéticos animales a nivel nacional es crear una entidad organizadora destinada a ese fin, preferiblemente bajo la dirección del Ministerio de Agricultura. Puede ser un Consejo de Recursos Genéticos Animales, un comité permanente o un grupo de trabajo especial. Cada país dispuesto a iniciar actividades en el terreno de la preservación de recursos genéticos animales - y que, por consiguiente, está convencido de que debe cesar la pérdida constante de material genético valioso - tendría que crear un órgano coordinador de esa naturaleza. Incumbirá a los técnicos e investigadores locales encontrar la estructura que mejor se preste para concretar este esfuerzo, asegurando la participación de los diversos sectores interesados, incluidos los ganaderos, los campesinos para los cuales el Criollo de doble propósito será en muchos casos el animal más apto, los profesores y los investigadores de la producción animal. Un órgano coordinador podría vincularse a instituciones de investigación ya bien establecidas que, con frecuencia, también poseen rebaños que actúan como núcleos de ganado Criollo, cabras y ovejas. Los objetivos de ese órgano coordinador serían, entonces, crear una conciencia sobre los programas existentes, establecer prioridades y conseguir fondos para los proyectos. 3. Actividades en el plano internacional Es evidente que hay diversas soluciones para coordinar y mejorar los trabajos sobre recursos genéticos animales en el plano internacional. Los siguientes puntos se consideran básicos para la elaboración de alternativas y recomendaciones más precisas por parte de esta Consulta. a) Status quo Los resultados de los trabajos de evaluación efectuados con ganado Criollo se publican algunas veces en las revistas científicas locales o de otro tipo, pero con más frecuencia se dan a conocer en los encuentros de la Asociación Latinoamericana de Producción Animal (ALPA), que se reúne cada dos años y que desde su fundación en 1966 se ha convertido en un foro de alto nivel para el intercambio de los logros obtenidos por las investigaciones y experiencias prácticas. Uno de los méritos de ALPA es que también dedica una parte de su trabajo a resolver los problemas prácticos de la producción animal en la región. Gracias a ALPA y a la publicación de sus memorias, se cuenta con una buena posibilidad de que tales resultados alcancen a un amplio círculo de personas interesadas, aunque no basta con esto. Por consiguiente, la FAO preparo una bibliografía sobre ganado Criollo (como lo hizo el IICA) y además publicará el año próximo los documentos de esta consulta. La FAO ha realizado estudios especiales sobre las cabras y ovejas de la zona y confía en que podrá continuar estos esfuerzos. Ha sugerido, además, el establecimiento de un “Grupo de Trabajo Especial de ALPA sobre Recursos Genéticos” que se reuniría en ocasión de cada encuentro de ALPA. Se nombrarían para este Grupo de Trabajo oficiales de producción animal y ganaderos elegidos, en primer lugar, entre los integrantes de los organismos coordinadores nacionales para los recursos genéticos animales. El interés por la creación de dicho Grupo de Trabajo queda ilustrado por el hecho de que ALPA, en su ultima reunión, decidió declarar el fomento de las ovejas y las cabras como una de sus prioridades. b) Sistema de información Como primera medida tendiente a coordinar y evaluar la información que ya existe sobre las actividades en curso, se propone establecer un sistema de información que permita reunir los datos y materiales dispersos por toda América. En una tarea conjunta con la FAO/PNUD, el Centro Ganadero Internacional para Africa (ILCA) acaba de finalizar satisfactoriamente la recolección de informaciones sobre el ganado tolerante a la tripanosomiasis. Un intento de esta clase no sería costoso, ya que la FAO ha recogido y continúa recogiendo información sobre el ganado Criollo; en cuanto a las especies de gran altitud, alguna información se ha resumido ya; con respecto a ovejas y cabras, la FAO, algunas instituciones nacionales europeas y ciertamente el Centro Internacional de Capacitación e Investigación Ganaderas de Winrok se ocupan de obtener documentación en América Latina. Reunir la información sobre recursos genéticos animales en un punto central, donde los usuarios puedan requerirla, ofrecería la gran ventaja de identificar rápidamente los obstáculos, permitiendo que las actividades necesarias se inicien en un tiempo relativamente breve. Una base mejorada de datos también facilitaría a los países en desarrollo de la región la tarea de planificar programas futuros. Con respecto a la estructura organizativa, un Centro Internacional podría hacerse cargo total o parcialmente del trabajo, estableciendo una red de información mediante “puntos focales” en los organismos coordinadores nacionales. La mayor parte de esta labor se haría por correspondencia, según las normas del Consejo Británico de Investigación Agronómica que durante muchos años ha venido recogiendo información satisfactoriamente y publicando anualmente un “Index of Current Research on Pigs”, Por otra parte, y de acuerdo a la tendencia hacia el uso más intensivo de las instituciones nacionales, sería acertado que un instituto asumiera la responsabilidad de llevar a cabo el programa, especialmente porque muchas instituciones nacionales de América Latina están debidamente equipadas y poseen la experiencia necesaria. Sena preciso celebrar consultas para prolijar la información disponible en algunos países principales. c) La FAO como organismo coordinador Otra alternativa sería proponer a la FAO un programa aumentado y ampliado sobre recursos genéticos animales que preste consideración especial a la situación de América Latina. Esto tendría la ventaja de que una actividad ya en marcha podría ser reforzada fácilmente, dando una rápida respuesta a los problemas identificados. El empleo de CARIS o de AGRIS para difundir la información sobre las investigaciones y los datos de producción del ganado, permitirían que el Programa se sumara a un sistema de información ya en funcionamento. Finalmente, y esto no es de menor importancia, es probable que la Organización encuentre menos dificultades que otros organismos para atraer fondos a fin de evaluar las poblaciones en peligro de extinción o insuficientemente explotadas, dado que ya se ha despertado una conciencia mundial sobre este tema. La conservación y multiplicación de recursos genéticos se considera una preocupación nacional de primer orden. La FAO ha venido efectuando, durante largo tiempo, estudios sobre recursos genéticos animales y programas de cría aplicada en Asia, Africa y Europa, tanto para la producción de carne como en materia de producción lechera; la dedicación a los rumiantes menores fue más reducida. Pero en América Latina no se emprendieron actividades de este tipo. Sería del todo justo, en consecuencia, que esta región recibiera una mayor atención. d) Red de instituciones nacionales e internacionales para la evaluación y conservación de recursos genéticos animales Se propone establecer una red o redes de las que participen las instituciones nacionales e internacionales. Su finalidad es promover el intercambio de información, los resultados de las investigaciones y el material genético. Además, debería poner en práctica proyectos científicos y no científicos para vencer obstáculos conjuntamente identificados en el sector de los recursos genéticos animales, con el objetivo de perfeccionar la producción y preservar las variedades genéticas en peligro de extinción. Se pide a esta Consulta que determine los temas que deberían recibir la máxima prioridad en la fase inicial. Respecto a la estructura de la red, se elegiría un centro de enlace responsable de la coordinación de los trabajos por un período convenido; otra institución asumiría después esa responsabilidad, y así sucesivamente. Una vez establecidos los puntos focales y las instituciones de los países colaboradores que hayan manifestado su deseo de participar, el centro podría promover proyectos específicos. Dado que la región no presenta graves barreras linguísticas, la comunicación entre instituciones participantes sería fácil. La red debería ser todo lo simple y flexible que sea posible, pero seguramente exigiría una vigorosa labor de acercamiento activo por parte del centro de enlace. Se sugiere que un “Grupo especial de trabajo de ALPA sobre recursos genéticos animales” coordine las actividades de la red por intermedio del centro de enlace. Orientaría la planificación y ejecución de las actividades de la red. Las funciones y atribuciones de un grupo de trabajo, un centro de enlace o cualquier otra organización para la cooperación que se proponga, serían precisadas por esta Consulta, procurando que las sugerencias se armonicen con la realidad de lo que puede hacerse en la práctica. 4. Financiación Muchas consultas y reuniones técnicamente valiosas han analizado problemas importantes que preocupan al sector agropecuario, demostrando que era esencial una acción inmediata para prevenir daños aún mayores. Si bien normalmente se han formulado un cierto número de recomendaciones significativas, su ejecución práctica y las acciones complementarias se han visto dificultadas por la falta de fondos. Se trata de un problema grave, ya que el número de proyectos bien trazados y realistas, que compiten entre sí, va en rápido aumento. Este capítulo abarcará dos aspectos: en primer lugar, examinara los requisitos básicos para la financiación de cada propuesta presentada, sin dar cifras exactas que pueden añadirse fácilmente una vez que la Consulta haya dado las orientaciones que aseguren la factibilidad de los proyectos; en segundo lugar, considerará las posibilidades de atraer fondos para actividades generales y específicas, procedentes de diversas fuentes. Los costos de un programa dependerán mucho de lo ambicioso que sea su diseño. Examinando las diversas propuestas de acción presentadas en la primera parte de este documento, existe un amplio margen de insumos necesarios; pero hay que tender a elaborar un programa modesto y efectivo que debería quedar abierto. A medida que se gane en experiencia, y que las actividades se demuestren útiles, siempre habrá lugar para perfeccionamientos y ampliaciones. En el plano nacional, el establecimiento de un organismo coordinador costaría muy poco, ya que gran parte de las operaciones podría realizarse por correspondencia. Las reuniones regulares del organismo podrían celebrarse aprovechando otros acontecimientos, compartiendo así los viáticos de viaje. En el plano internacional, el propuesto Grupo Especial de ALPA sobre recursos genéticos animales se reuniría en las mismas condiciones. La recopilación de información sobre recursos genéticos animales es una actividad del Programa Ordinario de la FAO que no necesita financiación adicional, y el caso se repetirá probablemente con otros organismos internacionales. En esta fase serían necesarias algunas consultorías para iniciar el trabajo, hasta que un centro pueda dar comienzo al establecimiento de una red de información voluntaria con fondos relativamente modestos. El hecho de que la realización de cualquier actividad relativa a recursos genéticos animales sería primordialmente responsabilidad de los propios países no cancela la necesidad de aportar fondos adicionales si se quiere prestar apoyo a la idea de la red Debe darse atención particular al intercambio de información y documentación, a la difusión de los resultados de las investigaciones y a la obtención de fondos para reforzar las actividades del centro de coordinación y concertar reuniones con el objetivo de discutir problemas concretos. No se prevé el componente de la capacitación, ya que se supone que las instituciones participantes de la red han formado personal idóneo para hacerse cargo de los trabajos sobre recursos genéticos animales. La provisión de fondos destinados únicamente a los proyectos será una de sus funciones principales, pero esto no afecta directamente a la red, ya que pueden contratarse instituciones que asuman la responsabilidad de los proyectos. a) Financiación mediante el presupuesto inicial Examinando los modos y maneras en que, por ejemplo, se financia la evaluación en curso del ganado Criollo en América Latina, se llega a la conclusión de que la mayor parte de las actividades reciben - directamente o indirectamente - fondos de instituciones pertenecientes al sector público. La financiación oficial puede ser directa y en tal caso los proyectos específicos recibirán apoyo; o indirecta, y en tal caso se manifestará, por ejemplo, en que el presupuesto de una estación experimental incluirá la financiación para un proyecto de investigaciones sobre el ganado Criollo. Es interesante observar que, normalmente, los ingresos procedentes de un rebaño Criollo son mayores que los gastos y pueden utilizarse para otros proyectos de la estación. Otra fuente adicional e importante de fondos son los consejos nacionales de investigación para ciencia y tecnología a los que sus gobiernos han encomendado la tarea de mejorar la producción a nivel de explotación. Por otra parte, la financiación es a veces facilitada por fundaciones privadas, asociaciones de criadores, firmas comerciales, etc., que prestan apoyo a proyectos específicos; o simplemente por ganaderos particulares que, por alguna razón, mantienen un rebaño de ganado indígena, raro y escaso, en sus explotaciones. De ordinario, este tipo de asistencia financiera guardará más relación con la conservación de los recursos genéticos que con la evaluación de las características de producción. Será un deber del organismo nacional de coordinación establecer contacto con todas las fuentes posibles de apoyo financiero a cualquier trabajo con el ganado indígena que sea de interés esencial para cada país. El grueso de este tipo de financiación procedería de asignaciones provenientes del presupuesto nacional. Por esta razón, será esencial crear una conciencia del problema mediante recordatorios nacionales e internacionales en los países que todavía tienen recursos genéticos animales indígenas. Se da por supuesto que la evaluación y conservación de estos recursos es ante todo un asunto de importancia nacional; las actividades regionales o internacionales se utilizarían para coordinar la evaluación con el fin de evitar la duplicación y la dispersión innecesaria de fondos, y también para llenar las lagunas existentes. b) Financiación mediante la asistencia internacional Si los fondos necesarios para la ejecución práctica de algunas de las propuestas efectuadas en esta Consulta no emergen de los presupuestos nacionales, habrá que recurrir a los organismos internacionales. Un estudio minucioso exploraría las posibles fuentes de financiación. A este respecto, la FAO podría suministrar mejores contactos y líneas ya establecidas de cooperación que cualquier organismo coordinador o institución nacional. Actualmente, la Organización no tiene fondos fuera del presupuesto para el Programa Ordinario con los cuales sustentar un programa sobre recursos genéticos animales. Por otra parte, se ha recomendado en la última Conferencia Regional de Montevideo, en agosto de este año, que la Organización incluya en su próximo Programa de Trabajo y Presupuesto mayores recursos para su Programa de Cooperación Técnica (PCT) con el objeto de avudar a las instituciones nacionales a prestar cooperación técnica a instituciones de otros países. Este es, precisamente, uno de los objetivos que perseauiría un programa para la evaluación y conservación de los recursos genéticos animal es América Latina, y un proyecto al respecto podría someterse al PCT. Existe también la posibilidad de concertar con el PNUMA acuerdos análogos al que hizo posible esta Consulta, y que abarcarían un cierto número de otras actividades en el campo de los recursos animales en todo el mundo. Podría buscarse financiación para proyectos específicos. Por ejemplo, aquí en Colombia existen dos grandes proyectos en el sector de la producción animal que se llevan a cabo en cooperación entre el gobierno de Colombia, la Corporación Técnica Alemana y el CIAT. Un proyecto bilateral para la preservación de las vicuñas está siendo financiado con ayuda alemana en Bolivia, evidentemente con gran éxito. Un proyecto para mejorar la producción lechera a nivel de campesinos en Santa Cruz, Bolivia, recibe la asistencia del Reino Unido. También podrían establecerse acuerdos financieros con los bancos de desarrollo u otras instituciones financieras intergubernamentales; por ejemplo, con el Banco ínter-americano de Desarrollo, que ha recomendado la realización de investigaciones para la preservación y mejoramiento de razas adaptadas a los trópicos. Asímismo, las fundaciones privadas podrían aportar fondos para actividades concretas. La Fundación Rockefeller ha participado en el establecimiento de rebaños de ganado Criollo colombiano en las estaciones experimentales del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA). En conclusión, hay medios para reforzar las tareas en marcha relativas a la evaluación y conservación de recursos genéticos animales. Pero hay que tomar nota de que todo programa debe ser practico y enfocar el objetivo de perfeccionar la producción pecuaria. Centros de Investigación en el ganado Criollo País Institución ARGENTINA Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, Estación Experimental Regional Agropecuaria Famailla BOLIVIA Estancias Eslner Hermanos C.A. Ministerio de Asuntos Campesinos y Agricultura Sitio Tipo y número de animales Línea de investigación Leales, Tucumán Chaqueño Producción, cruzamiento Espiritú, Beni Santa Cruz de la Sierra Yacumena 610 vacas (1977) Rebaño Elite para leche Criollo, inseminación con semen Selección para leche en del Criollo Lechero de América un rebaño de un Central (Turrialba) asentamiento campesino BRASIL Universidade Federal de Minas Gerais, Belo Horizonte, estudio a Poços Escola de Veterinarias de Caldas, Minas Gerais COLOMBIA Turipaná, Córdoba Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias Codazzi, Montelonia Florencia, Macagual El Carmen de Bolivar Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) San José del Nus Caracu, datos de 4 200 vacas (1977) Producción Romosinuano Producción 280 hembras, 84 machos (1977) Cruzamiento Costeños con Cuernos " 360 hembras, 80 machos (1977) " Romosinuano " 200 hembras (1977) " Costeño con Cuernos " 100 hembras (1977) " Romosinuano " 80 hembras (1977) " Costeño con Cuernos " 40 hembras (1977) " Blanco Orejinegro Producción, cruzamiento Granja Experimental “El Nus” Antioquia Granja Experimental “Jamboró” Pitalito Instituto Colombiano Agropecuario Villavicencio (ICA) Granjas Experimentales “La Libertad”, Carimagua Carimagua y Iraca Iracá Fondo Ganadero de Santander San Gil Gobierno Departamental, Secretaria de Valle del Cauca Desarrollo y Fomento del Valle COSTA RICA Centro Tropical de Enseñanza e Turrialba Investigación (CATIE) CUBA Centro de Investigaciones de la La Habana Oriente Reproducción Animal ECUADOR Instituto Nacional de Investigaciones Quevedo Agropecuarias (INIAP) Estación Experimental Tropical Pichilingue MEXICO Asociación Mexicana de Ciencia Animal Tampico Centro de Capacitación REPUBLICA DOMINICANA Asociación para el Desarrollo Centro de Santiago de los Caballeros Investigación y Mejoramiento de la Producción Animal (CIMPA) U.S.A. Wichita Mountains Wildlife Refuge Cache, Oklahoma Texas Longhorn Breeders Association San Antonio, Texas “University of California AES, and Santa Rosa 300 hembras, 56 machos 75 hembras (1977) San Martinero " " " " " " 60 animales (1977) 280 hembras (1977) Chino Santandereano Hartón del Valle Producción Producción de leche Ganado Criollo Lechero Doran Producción de leche 200 vacas (1977) 6 000 vacas (1977) Producción de leche y carne Esmeraldeño 200 vacas 15 toros Producción Criollo Lechero Producción de leche 100 animales (1978) Producción Texas Longhorn Texas Longhorn Longhorn Conservación Producción Producción California Polytechnic State Universty” SLO VENEZUELA Fondo Nacional de Investigaciones Maracaibo Agropecuarias (FONAIAP) Centro de Investigaciones Agropecuarias de la Región Zuliana Estación Experimental de los Llanos Calabozo Río Limón Producción de leche Río Limón Criollo Llanero Producción de carne Centros de Investigación en Llama spp País Institución ARGENTINA Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Estación Experimental Abra Pampa BOLIVIA Ministerio de Agricultura Estación Experimental de Pacamaya Instituto Nacional de Fomento Lanero (INFOL) CHILE CONAF PERU Instituto Veterinario de Investigaciones Tropicales y de Alturas (IVITA) Ministerio de Agricultura Sitio Tipo de animal Abra Pampa, Llamas Jujuy Alpacas Pacamaya Llamas, alpacas Llamas, alpacas Río Grande, Tierra del Fuego, Estancia Cameron Guanaco La Raya, Puno Altiplano Alpaca Vacuña (25 000) Centros de Investigación in Cuyes (Cavia porcellus) País Institución COLOMBIA Universidad de Nariño Instituto Colombiano Agropecuario* PERU Ministerio de Alimentación Centro Regional de Investigación Agropecuaria Empresa Ganadería Epsa. Universidad Nacional Técnica Sitio Universidad Nacional del Centro Huancayo 500 Universidad Nacional Agraria Universidad San Antonio de Abat La Molina Cuzco 300 * En proyecto Raza y numero de animales Línea de Investigación Pasto Tibaitatá 1 100 Manejo La Molina 2 000 Genética Reproducción Nutrición Manejo Nutrición Manejo Genética Manejo Nutrición Nutrición Manejo Cieneguilla Huancayo Cazamarez 14 000 2 000 1 000 Centros de investigación en Chinchillas País Institución ARGENTINA Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Estación Experimental, Abra Pampa CHILE CONAF, Cooperativa Agrícola Hacienda Illapel Sitio tipo y numero de animales Abra Pampa, Jujuy Chinchilla brevicaudata, Chinchilla lanígera Aucó, Illapel Chinchilla silvestre Línea de investigación Ecología Centros de investigación en ovejas Criollas País Institución Sitio ARGENTINA Instituto Nacional de tecnología Agropecuaria Abra Pampa, Jujuy (INTA), Estación Experimental Abra Pampa BARBADOS Ministry of Agriculture Greenlard CUBA Instituto de Ciencia Animal Habana JAMAICA Agricultural Development Corporation 5 hatos en diferentes sitios MEXICO Centro de Adiestramiento y Mejoramiento de la Producción Animal Universidad de Mexico Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarios (INIP) Tipo y numero de animales Línea de investigación Churra Producción Barbados Black Belly Cruzamiento Reproducción St. Elizabeth (local) Barbados Black Belly + imported Cruzamiento Producción Tampico Pelibüey Producción Cuatro Milpas Tizimin, Mocochá, pasodeltoro, Lasmargaritas Tabasco (Pelibüey) Tabasco (Pelibüey) Producción Reproducción, mejoramiento genético, nutrición Junin Producción Criollas Reproducción PERU Universidad Nacional Agraria Lima VENEZUELA Centro Experimental de Producción Animal, Maracaibo Facultad de Ciencias Veterinarias Universidad del Zulia Centros de Investigación en cabras Criollas País Institución BRAZIL EMBRAPA Centro Nacional de Pesquisa de Caprinos JAMAICA Agricultural Development Corporation MEXICO Centro de cría Caprino Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias (INIP) VENEZUELA Ministerio de Agricultura y Cría, Estación Experimental de Zonas Aridas Sitio Tipo y número de animales Línea de investigación Sobral, Ceara Crioulo Producción Hounslow Valley Criollo Producción, cruzamiento Tlahvalilo, Durango Criollo Producción de leche Barquisimeto Criollo Producción E. 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