La especialización comercial de la economía española

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El Sector Exterior de la Economía española
Ignacio Ruiz-Gamborena
Violeta Doval Hernández
Kristina Böhmke
Daniel Gil Rubiano
Miriam Fermín Maguire
3º C. Sistema Económico de España.
Facultad de CC Políticas y Sociología. UCM.
Profesor: Omar de León
Índice
La política comercial. pag. 3
Evolución geográfica del comercio. pag. 14
Especialización comercial de la economía española. pag. 31
Los componentes compensadores de la balanza por cuenta corriente. pag. 35
Los movimientos de capital. El endeudamiento externo. pag. 46
Bibliografía. pag. 56
2
Política de comercio exterior de España
Es una política fundamental para el desarrollo económico de un país a
medio y largo plazo. Los intercambios permiten que un país se especialice en
las actividades en las que pueda ser más competitivo. Puede así haber
ganancias de eficiencia que produzca un mayor desarrollo económico y de
bienestar para el estado.
La política de comercio exterior de España está caracterizada por un
aceleramiento del proceso de globalización económica, aumentando así los
intercambios comerciales a nivel mundial como los lujos de inversión directa y
de los movimientos de capital financiero. Ello se ha visto favorecido por la
liberalización comercial promovida por instituciones como el GATT y su
sucesora, la Organización Mundial del Comercio (1995). España cuyo proceso
de internacionalización económica se inició ya en los años sesenta, se sumó
plenamente a este fenómeno de la globalización en los ochenta, siendo
esencial en ese sentido su adhesión a la Comunidad Europea (1986).
Evolución de la política comercial española
En las últimas dos décadas se ha intensificado enormemente, y ha
venido a culminar, el proceso de liberalización y de apertura comercial iniciado
por la economía española a partir de 1959. En contraste con el régimen
autárquico de los años cuarenta y cincuenta. España presenta hoy un sistema
de regulación comercial semejante al del resto de los países de la UE. Ello ha
permitido, la especialización en aquellas producciones en las que ha dispuesto
o ha sabido ganar una ventaja competitiva. Ha facilitado la entrada de capital
extranjero que ha fomentado también las potencialidades productivas del país.
3
Etapa previa a la adhesión a la UE
Tras el compromiso de liberalización de los intercambios comerciales
con el exterior que significaron el Plan de Estabilización de 1959 y la
aprobación de un nuevo arancel, la entrada en el Acuerdo del GATT en 1963
encuadraría a lo largo de los años sesenta y primeros de los setenta el proceso
de
liberalización
comercial español. Ampliándose
progresivamente los
productos sujetos a libre comercio, y reduciéndose gradualmente los niveles de
protección arancelaria, hasta un 6,8 en 1974. Paralelamente, se puso en
marcha una política de promoción de las exportaciones, sobre la base de la
desgravación fiscal, un generoso régimen de crédito y seguro, favorable a las
actividades de reexportación y la ordenación y fomento del sector exportador.
Un elemento fundamental fue la firma del Acuerdo Preferencial con la CE en
1970.
La crisis de mediados de los setenta frenó temporalmente el proceso de
liberalizción de la economía española, pero el Gobierno surgido de la primeras
elecciones democráticas adoptó nuevas medidas liberalizadoras, y en particular
los llamados Pactos de la Moncloa, importante acuerdo para encarar el
necesario saneamiento y reforma de la economía española. Se fueron
ampliando los productos sujetos al libre comercio y reduciéndose los niveles de
protección arancelaria, situandose el tipo arancelario medio en 5% en 1981,
existiendo aun importantes picos, superiores al 15%.
Ahora bien, las importantes dificultades económicas y políticas derivadas
de la segunda crisis energética llevaron a que el proceso de liberalización se
detuviese nuevamente. El porcentaje de productos importados sujetos a libre
comercio se vieron reducidos, y el tipo arancelario medio se incrementó. En
1982 se creo el Instituto Nacional de Fomento de la Exportación. La segunda
crisis del petróleo produjo nuevos desequilibrios macroeconómicos entre 19801982.
4
La política económica del gobierno del PSOE tuvo entre sus principales
objetivos la reducción del déficit de la balanza de pagos por cuenta corriente,
adoptó una estrategia en la que el sector económico exterior sería el motor de
la recuperación económica, y los principales instrumentos serían, la
devaluación de la peseta en un 8%, la adopción de una política activa de
fomento de las exportaciones y el incremento de la competitividad, con la
introducción de reformas del aparato productivo e institucional, con la
introducción de reformas del aparato productivo institucional.
En definitiva el gobierno del PSOE optó por el saneamiento
macroeconómico inicial, con reformas económicas del aparato productivo, que
resultó positivo en materia de precios y balanza de pagos, pero muy negativos
en materia de empleo.
En los años ochenta las exportaciones españolas crecieron más rapido
que las importaciones y que el comercio mundial. Se pasó del 61% de 1980 al
80% en 1985, y el crónico déficit comercial se redujo de un 6,3% del PIB a un
3,6%. La tasa de apertura comercial de la economía española, aumentó
notablemente, pasando de un 25% en 1980, a un 33% en 1985.
Tras la entrada en la UE
España hubo de afrontar entonces un doble desafío, cumplir, por un
lado, con los requisito estipulados en el Acta de Adhesión, y por otro, avanzar
en la consecución de un Mercado Único para el conjunto de la CE. El tratado
de adhesión significó a un gran mercado desarrollado y con fuerte capacidad
adquisitiva, pero a la vez supuso el desmantelamiento progresivo de los niveles
de protección. Entre otros, se encuentra la supresión de los regímenes
administrativos de comercio en beneficio del régimen liberalizado, el desarme
arancelario, la introducción del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) en
sustitución de un sistema de imposición indirecta que había protegido los
productos españoles y la aplicación progresiva de la Política Agraria Común.
5
En lo que respecta a la constitución de un Mercado Único, se trataba de
eliminar barreras físicas, como las normativas y los controles aduaneros, las
barreras técnicas como las condiciones de seguridad de los productos, las
restricciones de acceso y las barreras fiscales como el IVA y los impuestos
especiales, y las trabas en la imposición de los servicios.
La construcción del Mercado Único europeo ha exigido el fortalecimiento
de una política de competencia y regional, para evitar los posibles
desequilibrios que generaba.
La política de fomento de la exportación, llevó a una restricción del
crédito de carácter concesional a la exportación y se eliminó plenamente su
desgravación fiscal con la introducción del IVA. En contrapartida ha ganado
peso una política más activa, con mayor asesoramiento y un creciente respaldo
a la acción internaacional de las empresas.
La política comercial de la UE
Dado que ya es inseparable la economía española de la de nuestros
vecinos comunitarios, a continuación veremos la política comercial de la UE.
La política comercial exterior de la UE, se engloba en dos grandes
bloques, la llamada política comercial autónoma y la política comercial
convencional. La primera se refiere a las medidas establecidas por la propia UE
con carácter unilateral, aunque respetando siempre sus compromisos
multilaterales ante la OMC. La denominada política comercial convencional es
la que deriva de los diversos acuerdos suscritos por la UE con los distintos
países o grupos de países. Las decisiones se adoptan por mayoría cualificada
en el Consejo Europeo.
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La política comercial autónoma
Los principales elementos de la política comercial autónoma son, el
Arancel Aduanero Común, un régimen general de importación de carácter
liberalizado para los apíses de la OMC, un régimen general de exportación de
carácter igualmente liberalizado excepto en el caso de productos sujetos a
medidas de seguridad, y unas medias de defensa comercial ante la
competencia desleal de terceros países, así como un sistema de preferencias
generalizadas. Es la UE quien negocia en representación de los países
miembros en las rondas multilaterales del GATT/OMC.
En le marco de la política comercial autónoma de la UE, cabe destacar
el Sistema de preferencias Generalizadas (SPG), en virtud del cual la UE
otorga unilateralmente determinados beneficios arancelarios para ciertos
productos procedentes de países en vías de desarrollo. El actual esquema
SPG de la UE, vigente hasta el 2004, otorga mayores ventajas a los países
menos avanzados.
La política comercial convencional
La política comercial convencional es fruto de los acuerdos firmados por
la UE con terceros países, la mayoría de ellos en vías de desarrollo. Entre
estos acuerdos hay unos de carácter preferencial y otros de carácter no
preferencial. Los primeros son los siguientes:
-
Los acuerdos con los países de la EFTA, primero con R.U. y Dinamarca, y
posteriormente con Suecia, Austria y Finlandia.
-
Los acuerdos con los países de Europa Central y oriental, después de la
caida del muro de Berlín.
-
Los acuerdos con los países terceros mediterráneo.
7
-
El convenio de Lome, es decir los países del Africa subsahariana, del
Caribe y del Pacífico.
-
La relación con los países de América Latina y Asia.
Efectos comerciales del proceso de apertura
El proceso de apertura externa de la economía española, se ha
materializado en una total liberalización comercial con los países de la UE, y
una patente reducción de la protección nominal y efectiva frente al resto del
mundo. En consecuencia, se han alterado las condiciones de competencia de
nuestro sistema productivo.
Por un lado, han mejorado las posibilidades de acceso de las
importaciones al mercado español. Por otro lado, las empresas españolas han
podido proveerse de imputs a menores costes y se han incrementado sus
capacidades competitivas, en nuestro propio mercado y en el exterior.
Desde mediados de los ochenta se registra un elevado crecimiento de
las importaciones y de las exportaciones, de manera que la tasa de apertura de
la economía española pasa de un 33% de 1985, a un 45% de 1998. La
integración en la UE ha intensificado las relaciones comerciales con los demás
miembros, pasando de un 52%, a un 70%, entre 1985 y 1998.
Esta intensificación del comercio de España con la UE ha sido a costa
de otras áreas geográficas, ha disminuido el peso relativo del resto de los
países de la OCDE. En cuanto a las economías en desarrollo y en transición,
en los años noventa mejora, sin embargo la posición relativa de América
Latina, Europa del Este y de algunos países mediterráneos. Y en el caso de las
importaciones, ha disminuido el peso relativo de la mayor parte de los
proveedores no comunitarios. Cabe reseñar, por otro lado que el aumento de
las importaciones, en general ha sido superior al de las exportaciones.
8
En el período 1986-1990, el peso de las importaciones creció
sensiblemente, mientras que el peso de las exportaciones no lo hacía en igual
medida, lo que produjo un desequilibrio exterior, el inicio de la tasa alcista del
ciclo de crecimiento económico como por el efecto de la integración en la CE.
A partir de 1993-1994, tras las devaluaciones de la peseta y la
recuperación de la economía europea permitieron que el sector exterior
volviera a ser el motor de la salida de la crisis de 1993, logrando reducir el
déficit comercial. La progresiva reducción de la inflación ha permitido no perder
competitividad exterior, incluso cuando se entró en una nueva fase alcista del
ciclo de la segunda mitad de los noventa, dándose una última devaluación de la
peseta en 1995.
La política de fomento a la exportación
Descartada la posibilidad de frenar las importaciones, la política
comercial española se ha orientado hacia el objetivo del fomento de nuestras
exportaciones. El fomento de la competitividad es una condición importante
para el crecimiento económico, de lo que se deriva la importancia de la
información sobre los mercados internacionales y su difusión para reducirla
incertidumbre, encontrando aquí su papel el sector público con el uso de
instrumentos de apoyo institucional.
Las medidas que, en el caso español se han considerado necesarias
son las siguientes:
-
Impulsar la reordenación de la estructura productiva hacia sectores de
demanda más dinámica.
-
Incentivar la incorporación de tecnología empresarial.
-
Fomentar la diferenciación de productos, las ventas con diseño propio, la
mejora de las prestaciones posventa, los acuerdos con empresas
extranjeras y el acceso a redes de distribución propias.
-
Facilitar mecanismos más ágiles de financiación de la exportación.
9
Etapa de Gobierno del PSOE
El sistema institucional de promoción de las exportaciones quedó
configurado del siguiente modo:
-
El Instituto de Comercio Exterior, sustituyó desde 1987 al INFE como
principal ente público orientado a programar, coordinar y ejecutar acciones
de apoyo a las exportaciones española, encomendándose las tareas
siguientes:
-
Información a la empresa exportadora, sobre países y sectores.
-
Asesoría en materia de transportes, contratos internacionales y
arbitraje comercial, reglamentación...
-
Formación, a empresarios y técnicos especializados, becas,
estudios...
-
-
Apoyo logístico a empresas.
-
Promoción a través de planes sectoriales.
-
Apoyo a las inversiones españolas en el exterior.
La Compañía Española de Financiación al Desarrollo, se creo, con la
finalidad de
prestar apoyo financiero a las inversiones de
empresas españolas en países en vías de desarrollo.
-
La Sociedad de Intercambio y Relaciones Comerciales Exteriores, dedicada
a gestionar las compensaciones de contrapartida a las compras del Estado,
fomentando las exportaciones a países exportadores de petróleo.
-
El FOCOEX, se dedica al asesoramiento administrativo y comercial al
exportador, a buscar financiación y coparticipar empresas españolas y
extranjeras.
Otras medidas son las ferias como Expotecnia, con el fin de promocionar
la tecnología industrial española, o el pasó a ser miembro del Comité de Ayuda
al Desarrollo, de la OCDE.
10
Etapa del gobierno del PP
Las primeras actuaciones de dicho gobierno se centraron en la
reorganización administrativa de la Secretaria de Estado de Comercio, Turismo
y PYME, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, y en la
aprobación en 1996 de una ley de medidas fiscales que contenía incentivos a
la internacionalización de las empresas.
El Plan Estratégico de la Exportación 2000, con la colaboración de las
comunidades autonomas y los empresarios fue el paquete de medidas mas
destacables, son noventa y entre ellas destacan las siguientes:
-
Reforzar planes sectoriales de exportación iniciados en la etapa anterior.
-
Crear dos fondos de capital-riesgo para apoyar inversiones en proyectos de
empresas españolas en el exterior.
-
Ratificar la línea ICO-ICEX de apoyo financiero a la exportación de las
pymes.
-
Complementar las Expotecnias con Expoconsumo.
-
Integración del SIRECOX y del FOCOEX para formar una nueva empresa
pública, Expansión Exterior Española, dedicada a apoyar a las pymes
exportadoras en su penetración en mercados no tradicionales.
-
Reformas en el sistema FAD (flexibilizando su aplicación en apoyo a la
empresa española) y el sistema CARI (de crédito a la exportación).
-
Creación de observatorios en mercados emergentes.
-
Fomentar la iniciación de empresas en el sector exportador, en colaboración
on las cámaras de comercio y las comunidades autónomas.
-
Apoyo económico a las líneas de acción comercial del ICEX.
El plan 2000 busca aumentar la competitividad a través de mejoras en
aspectos como la calidad del producto, redes comerciales exteriores y
condiciones financieras. Parte de considerar los puntos fuertes y débiles del
sector exportador español. Entre los primeros estarían el mercado único, la
integración en el euro y la presencia consolidada de nuestras exportaciones
tanto en Europa como en el resto de la OCDE, y entre los segundos
11
destacaron, la necesidad de mejora del perfil de especialización sectorial, la
exigencia de un entorno mejor para la empresa exportadora y el arrastre de
debilidades estructurales. A su vez el plan trata de captar nuevos mercados.
Conclusiones
En las últimas dos décadas ha culminado el proceso de liberalización y a
pertura exterior de la economía española, de manera que España cuenta con
un sistema de regulación comercial similar al de cualquiera de los países de la
UE.
El sector exterior español ha sufrido transformaciones sustanciales como
consecuencia de la integración en la UE. En su inicio hubo un fuerte ajuste,
debido al déficit comercial estructural y una tendencia al déficit por cuenta
corriente, que se prolongó casi una década. Hoy sin embargo se dispone de un
sector exterior más solido, con menos desequilibrios, ello no quiere decir que
no persistan notables diferencias con los mismo y muchas de nuestras
debilidades tradicionales.
Diversos
autores
han
subrayado
la
escasa
internacionalización
productiva de la empresa española y la poca utilización que se hace de los
programas y medidas que tratan de fomentar la misma, aunque dichos
programas merecen, por lo general una valoración positiva. Otros analistas
consideran que el sistema de fomento de la exportación no es suficientemente
adecuado.
Los propios sectores exportadores destacan la necesidad de aliviar
cargas fiscales y sociales de las empresas, de forma genérica, en detrimento
de la política de subvenciones individualizadas.
Por último cabe destacar, que hay una coincidencia más general en la urgencia
de una mayor coordinación entre las diversas instituciones públicas que
gestionan los instrumentos de apoyo a la exportación y en la consignación de
12
mayores recursos financieros y humanos a disposición de los órganos gestores
de los programas.
13
Evolución y Distribución Geográfica del Comercio
Evolución del comercio
La expansión del comercio exterior ha sido un factor fundamental dentro
del proceso de industrialización y progreso de la economía española. La
evolución de este sector respondió a las expectativas más optimistas, ya que si
en 1964 las exportaciones sumaban 60.000 millones, en 1986 ascendieron a
casi cuatro billones. Este crecimiento, traducido en términos reales, se produjo
a una tasa media anual - 10% - que casi duplicaba a la correspondiente al
comercio mundial – 5.5- y a la de los países de la OCDE – 7.8 %-.Ese
dinamismo exportador sólo tuvo una excepción, y fue el año 1986, cuando las
exportaciones registraron un crecimiento negativo. Esto puede explicarse por el
debilitamiento del mercado mundial, un aumento de la demanda interna
española, y cierta erosión por la integración de España en la Comunidad
Europea.
En cuanto a las importaciones, éstas crecieron también por encima de
las tasas mundiales en la etapa de mayor dinamismo de la economía
española, entre 1964 y 1973: las necesidades de equipamiento industrial y
productos intermedios justifican estas importaciones. Tras la crisis del 1973 y
hasta 1985, se redujeron considerablemente.
La mayor progresión de las exportaciones se ha traducido en un
incremento en la cuota de mercado internacional, pasando de acaparar el
0.65 % del mercado mundial total en 1964 a un 1.32% en 1985. Sin embargo,
España como mercado para otros agentes, se estabiliza desde 1974, e
incluso desciende hasta situarse en 1985 en el 1.56% del mercado mundial.
En conjunto, la economía española experimentó un proceso irreversible
de apertura comercial al exterior, de forma que el total de flujos comerciales (
importaciones y exportaciones) pasó de ser el 16% del PIB en 1964, al 33%
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en 1985.Esto se da especialmente por el aumento de exportaciones, que
pasaron de suponer tan sólo el 5% del PIB en los años 60s al 14.7% en 1985.A
pesar del avance en apertura exterior, hay que decir que España queda lejos
de los países de la Comunidad Europea, en donde los flujos comerciales
suponen casi más de la mitad del PIB.
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DEL COMERCIO
Los mercados de destino de las exportaciones desvelan en qué
condiciones se realizan las ventajas comparativas, por mayor tecnología o por
mejor dotación de factores ( salarios, por ejemplo).
El análisis de la distribución del comercio español revela el peso
dominante que tiene el grupo de países de la OCDE ( aproximadamente 77%
de nuestras exportaciones y 70% de nuestras importaciones), sea como
proveedor de importaciones o como destino de nuestros bienes, y se puede
decir que esto ocurría antes de la integración institucional.
La crisis energética ejerció un efecto expansivo sobre las economías de
la OPEP, que entre 1973 y 1980 aumentaron las compras a España
duplicándose ( del 6 al 12% de las exportaciones españolas) así como también
nuestras importaciones de sus productos
(pasando del 11 al 30% para estos países).Sin embargo ya en 1985 los países
de la OPEP volvieron a los niveles anteriores a la crisis.
En cuanto a las ventas a los países iberoamericanos están en retroceso
desde los años 80, sin duda como consecuencia de la crisis financiera que
sacude a la región. Las compras a estos países han pasado de suponer un 9 a
un 6% de nuestras importaciones. Y las exportaciones han decaído aún más.
En tercer lugar, Estados Unidos experimenta a partir de 1980 una
notable recuperación como mercado para nuestras exportaciones ( hacia un
15
10%), favorecido por la fortaleza del dólar. No sucede lo mismo como
proveedor para nuestro país, ya que las cuotas de importaciones no cesan de
descender desde 1973.
España en su comercio con los países industriales mantiene una
especialización asentada en la exportación de productos alimenticios y bienes
de consumo industriales. Por el contrario, las ventas a los países en desarrollo
parecen gravitar sobre los productos intermedios y los bienes de equipo.
Igualmente en cuanto a las importaciones, de los países en vías de desarrollo
se compra energía y en menor medida ciertos alimentos. Mientras que de los
países industriales importamos bienes de equipo y productos intermedios.
Cifras actuales del comercio exterior por zonas:
IMPORTACIONES ESPAÑOLAS ( datos febrero 2004)
Elaboración propia,
a partir de
la Síntesis General de Análisis
Macroeconómico del Ministerio de Economía.
UE
65%
EUROPA DEL ESTE Y EX URSS 4.5 %
EEUU
4%
JAPÓN 3 %
MAGREB 3%
RESTO AFRICA 2.5 %
AMERICA LATINA 3%
PROXIMO ORIENTE 3.4%
CHINA 4 %
RESTO ASIA 8 %
16
EXPORTACIONES ESPAÑOLAS
UE
73 %
EUROPA DEL ESTE Y EX URSS
EEUU
5%
JAPÓN
4%
MAGREB
2%
RESTO ÁFRICA
1%
AMÉRICA LATINA
4%
4%
PRÓXIMO ORIENTE 3.5 %
CHINA
RESTO ASIA
COMERCIO
1%
2.5 %
EXTERIOR
ESPAÑOL
CON
REGIONES
NO
INDUSTRIALIZADAS Y EN EXPANSIÓN ( ASIA) : A continuación
trataremos más en profundidad el comercio exterior español con África (
especialmente Magreb), Latinoamérica y Asia para analizar las pautas pos
coloniales que desafortunadamaente se dan en el comercio con estas
regiones.
ÁFRICA: Importancia de la región magrebí para el comercio español :
En el comercio con África destaca la región del Magreb, ya que en esta
zona se encuentran los dos socios comerciales más importantes para España
en África: Argelia y Marruecos.
Los intereses económicos de España en la zona magrebí se han ido
incrementando. A finales de los años ochenta las exportaciones a estos países
17
aumentan a un ritmo superior al de la media de exportaciones totales
españolas, llegando a constituir tras el progresivo aumento en los noventa, un
2.5 % del total del mercado español (Argelia y Marruecos, ocupando un 65 %
de esta cifra) y el 3% de las importaciones ( equivalente a la cifra
de
importaciones procedentes de la totalidad de América Latina).
El Magreb, excesiva especiliazación en la exportación de combustibles:
Las importaciones españolas de productos magrebíes están plenamente
concentradas en los combustibles y este alto grado de especiliazación es
fuente de una gran vulnerabilidad para estos países ( a la hora de afrontar una
caída en los precios, por ejemplo) . Efectivamente, hemos
importado del
Magreb, en 1992, el 14.5% del petróleo bruto que consumimos. Por lo que
respecta al gas, el Magreb es la principal fuente de aprovisionamiento. El 54.37
% de todas nuestras importaciones gasísticas procedían en 1995 de Argelia y
el 17.3 % de Libia.
Este hecho ha contribuido a que las balanzas comerciales con Argelia y
Libia hayan sido tradicionalmente deficitarias para España. El 98 y el 99 %
respectivamente, de las importaciones españolas procedentes de estos dos
países estaban constituídas en 1991 por hidrocarburos. También el comercio
con el país magrebí de Túnez, consiste básicamente en la importación de
combustibles, en un 44 %, y la exportación de maquinaria y algunas materias
primas españolas. Las importaciones de Mauritania están de nuevo muy
concentradas, está vez en la pesca, un 76 % de nuestras importaciones
procedentes de dicho país. Con estos dos últimos países magrebíes, España
presenta un pequeño superávit, a través de sus exportaciones de maquinaria,
junto con algunas materias primas. Según vemos, las exportaciones españolas
con mayor valor añadido muestran una asimetría comercial importante entre
estos países, siguiendo el patrón colonial.
18
España para Marruecos: principal inversor y segundo proveedor mundial.
Destacaremos Marruecos, como principal socio comercial de España
con el Magreb.
El 76 % de las exportaciones marroquíes se colocan en el mercado
europeo. España sigue a Francia en importancia, con un 15.7 % del total de
compras a las exportaciones marroquíes. A su vez, ocupa también el segundo
lugar después de Francia, en importaciones marroquíes, con un 11.6%.
España además ha incrementado de forma notable sus inversiones en
la región, habiendo llegado a desplazar en 1991 a Francia como principal país
inversor en Marruecos. Las inversiones en este país, que concentran la
práctica totalidad de las efectuadas
por España en la región del Magreb
durante la década actual, representan en 1991 el 1.48 %
del total de las
españolas realizadas en el exterior. Las inversiones en Argelia son mucho más
modestas. Después de varios años sin ninguna inversión éstas alcanzaron en
1995 la cantidad de 1.103 millones de dinares lo que suponía un 3.6 % del total
de las inversiones realizadas en Argelia, por detrás de Canadá, Italia y Estados
Unidos, pero por delante de Francia.
Marruecos es el principal país destino de nuestras exportaciones del
Magreb. ( Y es el número 10 en el total mundial). Básicamente se trata de
productos bienes de equipo y material de transporte, con cierta importancia de
las semimanufacturas ( textil, plástico, metal, etc. destinadas a la industria
local).
En cuanto a las importaciones españolas de productos marroquíes (
somos su segundo mercado) destaca: 25 % de fosfatos, minerales y
combustible.27 % pescados y 11% confección. Es decir, vemos que existe una
mayor diversificación que en la media magrebí en los productos que exporta a
España, aunque siguen siendo en su mayoría materias primas.
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La balanza de los intercambios con Marruecos muestra, en 1994, un
saldo favorable para España, con una tasa de cobertura del 134 %.
Argelia: Máxima especialización en hidrocarburos.
Argelia compone con Marruecos el núcleo de comercio más importante para
España en la zona. El gas argelino es el 96 % de todo lo que importamos de
Argelia dando lugar a un comercio limitado y de alta vulnerabilidad para Argelia.
La tendencia general de la balanza comercial entre España y Argelia ha sido el
desequilibrio a favor de Argelia desde 1996, producido por el aumento en
volumen de las importaciones de gas respecto al inicio de la década y por el
aumento en valor de estas importaciones energéticas.
El sector de los hidrocarburos es la columna vertebral de la economía de
Argelia, constituyendo el 57 % de los ingresos del gobierno, el 25 % del PIB y
el objeto principal de las exportaciones. Las reservas de Argelia de gas natural
son las quintas del mundo y ocupa el puesto 14 entre los productores de crudo.
Su especialización en la exportación de gas y petróleo ha ido aumentando en
las últimas décadas. En 1970 estos dos elementos eran el 70 % de sus
exportaciones, pero con el declive de sus ventas de productos agrícolas y
mineros, éste porcentaje ha ascendido al 98 % desde 1980 y persiste de esta
forma en la actualidad marcando un extremo caso de especialización.
España se sitúa como quinto proveedor extranjero de Argelia, tras
Francia, EstadosUnidos, Italia y Alemania, y con una cuota de mercado del
6,7%.
Nuestras exportaciones son de alto valor añadido, siguiendo la asimetría
comercial con España que aparece en toda la región.La estructura sectorial de
nuestras exportaciones está bastante diversificada aunque los dos grandes
sectores exportadores son:
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· semimanufacturas que suponen alrededor del 40% de nuestras ventas en
Argelia y que se componen, básicamente, de productos químicos (
especialmente plásticos y sus manufacturas) y materiales de construcción.
· bienes de equipo que representan alrededor del 25% del total y se centran,
especialmente, en maquinaria mecánica, equipos de telecomunicación y
maquinaria y aparatos eléctricos.
Así mismo destacan las exportaciones de productos agroalimentarios,
textiles y piezas y componentes de automóviles.
Importaciones españolas (miles de euros):
3.363.055
Importaciones (%)
98,1
A Combustibles minerales
1,9
B Otros
A
B
Exportaciones españolas (miles de euros):
579.770
Exportaciones (%)
62,6
11,5
A Maquinaria mecánica y calderas
B Máquinas y material eléctrico
7,8 7,3 5,6 5,2
C Materias plásticas y manufacturas
D Automóviles, tractores
A
B
C
D
E
F
E Papel, cartón y sus manufacturas
F Otros
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Los países de la OCDE, y dentro de ellos de forma especial los países
de la UE, continúan siendo los socios tradicionales de Argelia. Los países de la
OCDE en conjunto absorben el 90,52 % de las exportaciones argelinas y
envían el 81,84 % de las compras de Argelia. Los países europeos compraban
el 80 % de sus exportaciones energéticas ya en 1970, donde el mercado
estadounidense era casi inexistente. Éste ha ido ganando posiciones desde
los setenta hasta llegar a importar el 15 % de esos productos.
América Latina y España: un comercio determinado e influído por Europa.
Evolución:
En la década de los sesenta, en la que se inicia el despegue económico
y la primera gran apertura de España, el volumen de transacciones con
América Latina era muy reducido. No obstante, entre 1960 y 1970 aumentó
ligeramente ya que la creación de la Europa de los seis perjudicó las ventas
españolas en la región.
Entre 1970 y 1974, con al firma del Acuerdo Preferencial entre España y las
Comunidades Europeas, la tendencia cambió y, aprovechando las ventajas que
se ofrecían, se incrementaron los flujos europeos.
Con la
crisis del petróleo, a partir de 1974, Iberoamérica recobra
posiciones en las ventas españolas. Más tarde, a mediados de los ochenta, la
adhesión de España a las Comunidades Europeas da lugar a la necesidad de
adaptarse a la política comercial europea y con ello, las relaciones con
Latinoamérica cambian. Muchos de los productos que recibíamos como el
cacao, el café, ciertas semillas, etc, se convierten entonces en competidores
para Europa, y por tanto empiezan a recibir fuertes obstáculos arancelarios.
La Comunidad Europea había realizado acuerdos con estos países
desde los setenta, pero se trataba de asuntos de cooperación o para
importaciones excepcionales de algunos textiles ( Acuerdos Multifibras, 1978),
pero en ningún caso se trataba de acuerdos preferenciales. El Sistema de
22
Preferencias Generalizadas ( SPG ) del que se benefició la zona, afectaba a un
menos del 12 % de las exportaciones latinoamericanas.
La aceptación de España de todos estos acuerdos tras la adhesión, iba
a afectar a las exportaciones de Iberoamérica, muy concentradas en un
reducido número de productos, tales como el cacao, el café, el tabaco, los
cereales, el azúcar, combustibles,y minerales.
La crisis de la deuda externa provocó una inestabilidad generalizada que
alcanzó su momento más delicado en 1982, con el reconocimiento por parte de
México de que no podía hacer frente a sus compromisos financieros.
Posteriormente, los procesos de liberalización del comercio mundial,
unidos a la salida de la crisis financiera de los países americanos,y
la
revitalización de la integración económica han aumentado los flujos
comerciales en los años noventa, pero los destinos y orígenes siguen siendo
los mismos.
Destinos y características del comercio con América Latina:
Mercosur ( especialmente Brasil y Argentina) han sido nuestros
principales clientes y proveedores hasta la crisis argentina. Por supuesto, se
vinculaban a España a través de los acuerdos suscritos con la Unión Europea.
Argentina, tras la crisis, ha pasado de ocupar una cuarta parte de nuestras
exportaciones en toda la región, a estar por detrás de Chile o Venezuela en el
2002, con un 4 %.
México ha pasado a ser el principal socio comercial de España, con un
35 % de nuestras exportaciones en la región. Se trata del cliente que más ha
aumentado sus compras a España recientemente y con el que se está
entrando en un periodo intenso por los acuerdos respecto al petróleo suscritos
en Europa. Le sigue Brasil, que se ha mantenido más o menos estable en torno
al 20 %.
23
Actualmente España sigue siendo el país comunitario con mayor
importancia comercial en la zona ( más del doble que la mayoría de los países
comunitarios excepto Italia.)
Las principales partidas para la exportación española han venido
siendo, por este orden, bienes de equipo, semimanufacturas y manufacturas de
consumo.
Por el lado de las importaciones, hay que resaltar que más del 80 % de las
mismas se concentran en tres sectores: alimentos, energía y materias primas
por ese orden. El petróleo supone una cuarta parte del conjunto importado de
la región ( 8 % procedente de México, y 3.5 % de Venezuela.) El país, por lo
tanto, que es principal fuente de importaciones para España es México.
El saldo comercial, ha sido en la segunda mitad de los noventa, positivo.
El año 1996 fue el primero en el que las relaciones comerciales con América
Latina resultaron superavitarias, gracias a MERCOSUR en un principio, ya que
entre 1990 y 1998 las exportaciones a la zona se incrementaron en un 340 %,
mientras que las importaciones en un 40%.
En cuanto a la cuota de mercado, a finales de los noventa y principios
del nuevo siglo, Estados Unidos y Asia sustituyen a Europa y España en
algunos puntos porcentuales.
El petróleo mexicano:
México es el principal socio comercial de España en América Latina,
recibiendo un 35 % de nuestras exportaciones en la región .El Acuerdo de
Asociación entre la UE y México en el 2000 ha potenciado mucho las
exportaciones españolas al país. A su vez,
España es un mercado muy
destacado para México. Durante mucho tiempo, se situó como segundo cliente
detrás de Estados Unidos ( el cual acapara
un 88 % de todas las
exportaciones mexicanas) con un 0.7%.
24
El petróleo es el principal producto que importamos de México,
suponiendo un 77 % de todas las exportaciones mexicanas hacia España.
Este suministro ha ido aumentando a lo largo de los noventa, ya que en 1997
el petróleo sólo constituía el 56 % de nuestras importaciones mexicanas, por lo
que se agrava esta dependencia sobre los combustibles. México suministra el
14 % del petróleo importado por España, situándose en segundo país que
provee a España de petróleo después de
Nigeria
( datos del Boletín
Estadístico de Hidrocarburos Cores, 2001). Por el contrario, las exportaciones
españolas son muy diversificadas: coches, libros, baldosas, maquinaria etc.
En las relaciones comerciales entre ambos países destacan dos
periodos: el primero, hasta 1977, en la que el garbanzo mexicano fue el
producto más exportado; y el segundo, cuando se reanudan las relaciones
diplomáticas y en el que el petróleo se convierte en el gran protagonista. La
excesiva concentración en un producto único fue causa de frecuentes
fluctuaciones en el volumen del comercio.
Entre 1975 y 1989, las exportaciones españolas aumentaron más del 30
%. Hasta 1981, con un elevado crecimiento; entre 1981 y 1986, se reducen a la
mitad por la crisis mexicana; y a partir de 1986, vuelven a remontar. Las
importaciones evolucionaron de forma parecida, aunque con menos altibajos.
Con los progresos económicos de México, se plantean relaciones no centradas
en tan pocos productos y se comienza a apoyar a algunas manufacturas.
España, que tradicionalmente ha registrado un déficit con México como
consecuencia del peso del petróleo en los intercambios, entre 1991 y 1994
duplicó sus exportaciones a México, consiguiendo alcanzar un superávit
comercial por entonces, que se volvió a repetir en 1998 y 1999, fruto de la
coyuntura favorable de la economía mexicana que tiró de la demanda de
bienes de consumo y de la de bienes de equipo. La crisis de 1994 redujo la
capacidad de consumo de los mexicanos, y como consecuencia, el saldo
comercial volvió a ser deficitario para España en 1995.
25
La escasa industria auxiliar existente en el país mexicano, la
concentración de la exportación en pocas firmas y el peso de la industria
maquiladora dibujan los perfiles de una economía con tanta propensión a
importar que, en 1997, pese a que la demanda interna no ha recuperado el
nivel de 1994, las compras al exterior ascendieron a unos 109.000 millones de
dólares, lo que permite anticipar déficit comercial y corriente para 1998.
La apreciación del peso y la recuperación del mercado doméstico están
incidiendo en el aumento de las importaciones.
El 77,3% de las importaciones mexicanos provienen del
NAFTA,
seguidos por la Unión Europea con el 8,6%. España representa el 0,7% del
total importado por México. Los países del NAFTA son los principales
destinatarios de la exportación mexicana ( manufacturas en un 85 % )
y
reciben el 86% de la exportación del país. La Unión Europea, con un 4,7% del
total, es el segundo importador de México, mientras que España recibe el 1%
del total exportado por el país.
En estos últimos años la estructura de la exportación española se ha
modificado en parte, reduciéndose el peso de los bienes de consumo en favor
de los bienes de equipo, de las materias primas y bienes intermedios para la
industria.
Tras profundizar en el comercio con México, destacaremos a Brasil ,
segundo socio comercial de España con la región latinoamericana (20 % del
comercio español en la región). Afortunadamente las importaciones españolas
de este país están más diversificadas, aunque en todos los casos se trata de
materias primas, como
semillas, carnes y
minerales. De nuevo, las
exportaciones españolas tienen un mayor valor añadido: naves espaciales (
un 20% del total de exportaciones a Brasil), maquinaria y automóviles. La
balanza es equilibrada.
26
Asia, exportaciones industriales en expansión
Por último vamos a tratar la región asiática, dando un giro a los modelos
vistos en las dos regiones anteriores ( africana y latinoamericana). En este
caso vamos a ver a España importando grandes cantidades de productos
industriales, con altísimos déficits para España.
El conjunto asiático, es muy importante como proveedor para España,
ya que un 13 % de todas nuestras importaciones mundiales proceden de allí;
más del doble de lo importado de Latinoamérica, América del Norte o toda
África. Sin embargo, en cuanto a exportaciones españolas,
Asia es
equiparable a las zonas mencionadas, ya que representan el 5,4 por 100 de las
ventas españolas al exterior. China y Japón son los principales socios
comerciales de España:
Exportaciones españolas a la región asiática por destinos:
China 1.098
Japón 998
Irán 403
Hong Kong 393
Corea del Sur 333
Singapur 275
India 243
Taiwán 236
Fuente: Secretaría de Estado de Comercio y Turismo. Unidad: Millones de
Euros
27
China: fuertísimo déficit para España.
España mantiene un fuerte déficit comercial con China; importa más de
siete veces el valor de lo que exporta a dicho país. La mayor parte de las
importaciones de productos chinos tienen un alto un valor añadido; se trata de
productos industriales ,en su mayor parte maquinaria.
Las importaciones realizadas por España de China alcanzaron los 5.070
millones de Euros en el año 2001.Esta cifra representó el 2,95 % del total de
las importaciones mundiales realizadas por España en el 2001. De 1996 a
2001, las importaciones españolas de China crecieron un 175,4 %. En el
mismo periodo, el total de las importaciones españolas creció un 82,3 %. En el
año 2001, China ocupó el octavo puesto en la lista de países proveedores de
España.
Informe del Icex de la Comunidad Valenciana: República Popular China
28
IMPORTACIONES ESPAÑOLAS de productos de China. (miles de euros,
Fuente: Icex )
Por último, el caso de Japón, con el que España mantiene un importante
déficit comercial: el valor de lo que importamos es cinco veces superior a lo
exportado a ese país. De nuevo la mayoría de los productos importados son
industriales, en su mayor parte vehículos, maquinaria, y reactores. No así,
nuestras exportaciones, muy escasas (aunque en aumento), diversificadas y
de menor peso industrial que las japonesas .Como se ve en el gráfico
siguiente, la pesca y los minerales son las principales exportaciones españolas.
Datos: miles de euros. Cuadro obtenido del Icex
( Instituto de Comercio Exterior )
29
30
La especialización comercial de la economía española
La composición del comercio
En
la
composición
del
comercio
español
destacan
cambios
considerables en el volumen, la dirección y en la composición de las corrientes
comerciales.
Por el lado de las importaciones hay una cierta estabilidad en la
composición de las compras de los países exteriores.
En la economía española existen tres grandes núcleos de dependencia
comercial: La dependencia energética, de productos intermedios y la
dependencia de bienes de equipo.
La alta importación de productos energéticos (42% en 1981) se
constituye en la alta intensidad de consumo energético por unidad de producto
que presenta la industria y en la dependencia respecto al petróleo como fuente
de energía primaria.
Respecto a la dependencia de productos intermedios, la naturaleza
agraria forma un grupo importante que es un reflejo de los desajustes entre la
oferta y la demanda agraria y los problemas de sustitución de las
importaciones.
El tercer núcleo de dependencia forma el sector de bienes de equipo que
constituyen un componente básico de las compras españolas del exterior. En
este sector incrementaron los desajustes nacionales entre la demanda y la
oferta por los profundos cambios tecnológicos.
Además los productos alimentarios y bienes tradicionales de consumo
(confección, textil, calzado) forman otros dos grupos de las importaciones.
Por el lado de las exportaciones se nota la caída de las exportaciones de
productos alimenticios compensada por la exportación de los bienes
31
industriales (bienes de capital, de consumo y bienes intermedios). La parte de
los productos energéticos se ha mantenido estable.
Los productos alimenticios como cítricos, hortofrutícolas, vinos de
calidad y aceite de oliva hn sufrido la competencia de, por ejemplo, los EEUU o
países mediterráneos mientras que el peso relativo de los bienes industriales
subió en todos sus componentes.
Este sector ha tendido su mayor crecimiento en los bienes de consumo y
de equipo antes de la crisis de 1973. Después crecen más los productos
intermedios (ventas de productos siderúrgios) y todavía los bienes de consumo.
Por la adhesión de España a la C.E. en 1986 se destacan cambios
respecto a las exportaciones e importaciones españolas.
Se incrementaron las exportaciones de los bienes de consumo (vehículos
automóviles) y los de capital. Se redujeron las exportaciones de los bienes
intermedios (agrícolas) y de los productos energéticos.
Se destaca la
disminución de las exportaciones de productos tradicionales y de bajo nivel
tecnológico y demanda débil – donde el comercio español se especializa más
(textil, cuero, calzado, siderurgia y productos metálicos).
El mejor comercio exterior se realiza con los productos de demanda
media que se encuentran en sectores específicos y de tecnología media
(vehículos automóviles, maquinaría).
En los productos de la demanda fuerte como de equipo productivo y
tecnológico más avanzado (informática, farmacia, instrumentos de precisión) el
comercio español muestra su mayor debilidad. Esta falta de especialización es
la principal responsable de la caída de la competitividad exterior de España.
Respecto a las importaciones, desde la entrada de España en la C.E. se
redujeron las compras de productos energéticos del 35,9% en 1985 al 9,1% en
1996 por la caída de los precios internacionales. Por el contrario las compras
de bienes de consumo incrementaron del 9,3 al 24,3%.
32
Una medida de la competitividad de un país es el índice que mide las
ventajas comparativas reveladas (VCR). Se encuentra el comercio de cada
producto o grupo de productos en relación con el correspondiente al total
nacional, considerado las exportaciones como ventajas comparativas y las
importaciones como debilidades del aparato productivo.
El índice (positivo o negativo) define una ventaja o desventaja relativa al
balance comercial del propio país.
Las ventajas de España son productos de ciertos bienes agrarios,
semimanufacturas, manufacturas de consumo y vehículos de carretera.
Las desventajas se encuentran en la producción ganadera, materias primas,
productos químicas y en bienes de equipo.
Por la comparación del año 1984 con 1970 se pueden derivar dos
conclusiones: La reducción general de los índices de ventaja comparativa y el
comercio menos especializado y además que los sectores son más intensivos
en capital y menos en trabajo cualificado (proceso de industrialización).
Esto significa una mayor diversificación de las corrientes de comercio y el
acercamiento del patrón comercial español al propio de los países
desarrollados.
Teorías del patrón comercial
Smith y Ricardo explican el comercio como la consecuencia de las
diferencias absolutas de costes entre los países. Estas diferencias se derivan
de las diferencias en las productividades del trabajo aplicado a cada producto
en uno y otro país. Las ventajas se destacarán por la especialización
productiva y por la división del trabajo.
La hipótesis sobre las ventajas comparativas entre países de los
economistas Heckscher y Ohlin fundamenta la existencia del comercio en la
33
diferente votación relativa de los factores capital y trabajo entre países. Cada
país se especializará en el bien relativamente mejor dotado.
Estas teorías del comercio contradicen el hecho que la mayoría del
comercio internacional se produzca entre países con nivel similar de desarrollo,
que tienen dotaciones de factores y estructuras de costes similares.
En las exportaciones españolas por ejemplo se concentran más del 70
por 100 en el comercio dentro de la U.E. Los bienes en este sector tienen
niveles tecnológicos similares y calidades distintas.
Las ventajas comparativas de la economía española (que se han
disminuido) se encuentran en los sectores intensivos en recursos naturales y
las desventajas en sectores intensivos en recursos humanos y en tecnología, si
nos concentramos solo a los intercambios con la U.E.. Respecto a los
intercambios con países menos desarrollados encontramos el contrario. Con
estos países las ventajas del comercio español son más en sectores de
recursos humanos y tecnología.
Desde la adhesión de España en la C.E. en 1986 incrementaron los
intercambios comerciales sobre todo con países desarrollados de la U.E., es
decir una concentración del comercio con Francia, Alemania, Italia, Portugal y
Reino Unido.
34
Los Componentes Compensadores de la Balanza por Cuenta Corriente
El conjunto de la balanza de mercancías y servicios forma la balanza
por cuenta corriente. Como hemos podido ver España tradicionalmente ha sido
un país de déficit en la balanza de mercancías y aún en nuestros días. Pero
ese déficit en las últimas cuatro décadas ha quedado parcialmente
compensado por el superávit de la balanza servicios, en concreto en la
especialización internacional de España en el turismo (considerado en
economía como exportación en lo que se refiere a los extranjeros que vienen a
España a gastar su dinero obtenido en sus países de origen) y por las remesas
de emigrantes hasta las crisis del petróleo del 73 y 79, invirtiéndose ésta
situación a finales de los 90, cuando las remesas de inmigrantes superan a las
de emigrantes. Aún así la balanza por cuenta corriente española continúa
siendo deficitaria con un crecimiento inverso de la balanza de mercancías (más
deficitaria) a la de servicios (más superavitaria).
La Balanza de Servicios
La balanza de servicios genera un saldo positivo equivalente a dos
tercios del déficit del saldo comercial.
La balanza de servicios está compuesta por diferentes sub-balazas: Por
un lado la de turismo que genera saldos positivos. Por otro las sub-balanzas de
rentas de inversión y de asistencia técnica muestran saldos negativos. Y por
último las de fletes, transportes y seguros que muestran saldos positivos y
negativos que fluctúan de año en año.
Por ello España se constata como demandante de capital y tecnología
en los mercados internacionales
35
Las Remesas de Emigrantes
España ha sido a lo largo de su historia creciente un país exportador de
mano de obra. En las dos décadas de crecimiento y cambio económico previas
a las crisis del petróleo, el proceso emigratorio adquirió una intensidad
desconocida y un nuevo rumbo (el mercado europeo). Entre 1960 y 1985, más
de un millón y medio de trabajadores emigraron a trabajar fuera de España (un
80% a Europa). De esta forma el saldo positivo de las transferencias se
constituyó en un elemento compensador adicional de la balanza por cuenta
corriente.
Pero desde finales de los 90 este proceso se ha invertido por completo,
España ha pasado de ser un tradicional país exportador de mano de obra a
convertirse en un país importador de mano de obra. Este fenómeno es
demasiado reciente para poder estudiarlo con claridad, sobre todo por el hecho
de que la mayor parte de la mano de obra inmigrante es ilegal y trabaja en la
economía sumergida.
El Turismo
Una visión de conjunto
Vamos a dedicar especial importancia a esta sub-balaza de la economía
española por el hecho de que supone el 63% de los ingresos del total de la
balanza de exportación de servicios.
El turismo es un fenómeno de consumismo colectivo reciente y
complejo, derivado de diversas variables como los avances tecnológicos
(comunicación y transportes), los nuevos hábitos de consumo, la ampliación de
tiempo de ocio, el incremento de la renta en los países industrializados… El
turismo consume tanto bienes públicos (carreteras o playas) como privados
(hoteles, restaurantes…). Si tradicionalmente era un consumo de lujo para las
36
clases altas, hoy es un bien de consumo de todas las clases sociales (salvo las
muy bajas).
El Turismo puede ser desglosado por el nº de personas que visitan
España por un lado y por el gasto medio por turista por otro. Esto nos
representa que en España el nº de turistas no ha dejado de crecer en las
últimas 4 décadas, pero el gasto medio por turista no ha dejado de decrecer.
Aún así los ingresos totales no han dejado de aumentar. España se ha
convertido en la 2ª potencia turística mundial sólo detrás de Francia.
Desde la perspectiva del sector exterior, los ingresos por turismo
constituyen uno de los soportes básicos del equilibrio de la balanza por cuenta
corriente, incluso en determinados momentos ha conseguido compensar en su
totalidad el déficit comercial y superar los ingresos obtenidos por la exportación
de mercancías.
A continuación vamos a profundizar en el Turismo y las políticas
económicas que lo acompañan:
Una pequeña introducción
Puede afirmarse que la actividad turística en las dos últimas décadas del
siglo XX en España se ha consolidado como la actividad determinante de la
estructura económica: Es difícil suponer los equilibrios actuales sine el papel
que juega ahora el turismo por medio de sus múltiples efectos en el sistema
económico como la aportación de la riqueza, ampliando la contribución al PIB,
con el mantenimiento, e incluso aceleración de la demanda de empleo, el
apoyo al reequilibrio de los déficits en la balanza de pagos, impulsando los
procesos indirectos de la producción de bienes y servicios etc., etc.
Los escenarios más influyentes de la evolución turística son de
naturaleza muy diversa, pero en general de profunda significación política y
37
económica. Entre otros serían la consolidación del sistema democrática en
España, la alternancia en el poder de diversas tendencias políticas, la
incorporación de España a la Comunidad Económica Europea, la aprobación
del Tratado de Maastrich, la implantación de la moneda única y el
reconocimiento generalizado de los principios de la globalidad y del desarrollo
sostenible.
Desde 1982 a 1998 de manera global, en términos de viajes
internacionales, el turismo español creció el 88,9%. Prácticamente se duplicó la
demanda.
Crecimiento del turismo en las dos últimas décadas del siglo XX
En el estudio de la evolución del turismo, si contrastamos las variables
turistas, visitantes y pernoctaciones hoteleras, observamos las siguientes
conclusiones: la cifra de turistas creció más aceleradamente que las cifras de
visitantes y pernoctaciones hoteleras, a una tasa interanual del 4,05%. El
crecimiento de visitantes solo creció cada año una media del 3,3%, lo que
significa un aumento del excursionismo sólo del 2,07%. La demanda hotelera
de los residentes aumentó interanualmente el 2,35%, lo que equivale a un
mayor aumento de la demanda extrahotelera o alternativamente al descenso
de la estanca media por viajero.
Teniendo en cuenta la información para el año 1999, la cifra de turistas
para el cuatrienio del Partido Popular creció el 7.6%, el número de visitantes el
7.2% y, por último, el volumen de pernoctaciones hoteleras el 7,4%,
incrementos muy superiores a la media del período del gobierno del Partido
Socialista Obrero Español.
Para contrastar el crecimiento de la información de llegadas es también
interesante observar la evolución de los ingresos por turismo extranjero que se
ha originado en las dos últimas décadas del siglo XX. Se comprueba que en el
38
período considerado el crecimiento monetario de ingresos por turismo fue muy
acelerado por efecto de la fuerte inflación sufrida por el sistema económico
español. Por otra parte, el proceso depreciativo de la peseta se tradujo en una
reducción floral de los ingresos en divisas de 26%. Ahora bien, como dato muy
favorable hay que añadir que el aumento del gasto real por viajero se elevó al
15.3%.
Por otra parte es necesario realizar la valoración del turismo de los
residentes como componente fundamental de la demanda global turística
española. Respecto a la demanda interna, se observa el paralelismo entre el
crecimiento de las estancias hoteleras y la variación del consumo de en
términos reales, además se aprecia el mayor aumento del turismo extranjero en
relación al turismo de los residentes en un valor del 20%.
La política de promoción Turística
Los mercados turísticos en los últimos años presentan tres factores
fundamentales de influencia y captación: Esfuerzo por la mejora de la
competitividad incorporando elementos de aumento de la motivación y de la
atracción. Diversificando en los productos y características. Ampliación de los
destinos turísticos geográficos.
Esta situación ha endurecido la lucha por la consecución de los flujos de
llegadas aun incluso creciendo de manera permanente la demanda turística
mundial. Se observa un crecimiento en la demanda de los viajeros
interanualmente del 5% y en los ingresos del 9,7%, incremento mayor por
efecto de tres razones específicas: mayor inflación turística en los países
receptores que la depreciación de su moneda en relación al dólar, mejora
progresiva del gasto medio real por viajero y la aparición de productos turísticos
junto con ofertas complementarias de mayor nivel de gasto.
Conjunto con el fuerte crecimiento de la demanda se ha producido un
aumento de la oferta también muy elevado, ya que la capacidad hotelera para
39
el mismo período ha pasado de 17 a 30 millones de camas, lo que equivale a
satisfacer la necesidad de ampliar la capacidad, manteniendo una ocupación
todavía insuficiente para mejorar la eficiencia de las inversiones.
Todo ello nos obliga a mantener una gran reserva en cuanto a las
posibilidades que en el fututo tendrán los mercados tradicionales (como es el
caso español), por influencia en paralelo de circunstancias que actúan
negativamente tales como la masificación, el agotamiento del producto, la
pérdida de imagen, etc., lo cual obliga necesariamente a realizar un gran
esfuerzo de promoción.
Debemos indicar como aspecto importante del análisis que la promoción
en el exterior le corresponde prioritariamente a la administración general del
Estado. Por tanto, el gran esfuerzo económico debe encontrarse en sus
dotaciones
presupuestarias,
aunque
es
evidente
que
las
diversas
Comunidades Autónomas y entidades locales y empresas privadas realizan
actuaciones que complementan dicha acción.
Es importante señalar que en 1994 se constituyó el Consejo Promotor de
Turismo con objeto de conseguir la colaboración de las entidades privadas en
la dirección y diseñó de las actuaciones promocionales del turismo español.
Puede señalarse que por término medio se estima que de los
presupuestos totales de las comunidades entre el 40 y el 45% se asigna los
procesos publicitarios y promociónales del turismo en todo tipo de medios y
soportes, así como en el interior y exterior y en actuaciones propias de cada
comunidad o en acciones concertadas entre ellas y el Estado como es el caso
de España Verde, la Ruta de la Plata o Ciudades Patrimoniales. En conjunto se
cifra en 17.000 millones de pesetas el esfuerzo inversor realizado en 1998 por
las Comunidades Autónomas, que junto al presupuesto del Estado y de las
entidades locales se aproxima a los 25.000 millones de pesetas.
40
El Plan Marco de Competitividad
Sin duda uno de los hechos principales de la política turística española
es la aprobación y aplicación en sus dos fases del Plan Marco de
Competitividad del turismo español en el año de 1992.
Las razones fundamentales de que se considerase oportuno introducir
un Plan Marco que resolviese problemas generales y de coordinación de las
políticas turísticas eran especialmente dos: un cambio estructural de los
mercados turísticos que provocaba un desajuste entre la oferta y la demanda
del sector turístico español, con consecuencias negativas para las empresas,
los profesionales e incluso las economías regionales. Y la conveniencia de
definir un programa floral de objetivos y actuaciones para el sector, tras el
cambio político-administrativo experimentado en España.
El Plan Marco de Competitividad del Turismo Español fue elaborado por
la Secretaría General de Turismo con la participación y aportaciones de las
Consejerías de Turismo de las Comunidades Autónomas, procurando alcanzar
un máximo consumo en la formulación de las políticas turísticas. También se
contó con la colaboración de los interlocutores sociales (organizaciones
empresariales y sindicales).
El Plan Marco establecía tres tipos de objetivos finalistas, que a su vez
se estructuraban en objetivos operativos:
1.- Sociales (aumentar la calidad de vida de todos los agentes
involucrados). Mejora de la calidad turística
. Potenciación de la formación y
cualificación. Protección del consumidor-turista. Mejora del entorno informativo
2.- Económicos (obtener una industria turística más competitiva y más
rentable) Mejora en I+D en las empresas turísticas. Mejora del capital humano
en las empresas. Modernización e innovación. Diversificación y diferenciación
de la oferta. Mejora de la promoción y comercialización. Fortalecimiento del
41
tejido empresarial. Mejora de las infraestructuras. Adaptación del marco jurídico
e institucional.
3.- Medioambientales (lograr un desarrollo turístico más respetuoso con
los entornos) Conservación del entorno natural y urbano. Recuperación del
desarrollo de tradiciones y raíces culturales. Revalorización del patrimonio
susceptible de uso turístico.
Ciertos proyectos y actividades turísticas desarrollados en algunas
zonas del territorio nacional se beneficiaban de importantes apoyos
económicos procedentes de los fondos estructurales de la Unión Europea, los
cuales deberían integrarse en los recursos públicos que se destinaron a la
ejecución del Plan Marco de Competitividad del Turismo Español
Además se acompañaba de estímulos económicos tales como incentivos
fiscales,
incentivos
económicos
(subvenciones
variables)
e
incentivos
financieros (financiación preferencial para proyectos de modernización de
empresas turísticas, conversión de deuda con el Estado, etc.).
En los últimos años del gobierno del PSOE (1994 y 1995), se consideró
necesario redactar un II Plan Marco de Competitividad que para los cuatro años
siguientes prosiguiese la labor del primer Plan. Para ello se realizó una
auditoría que manifestó los aspectos positivos y negativos del Plan,
considerándose que ahora no debería dividirse tanto el esfuerzo de proyectos
subvencionados y potenciar más las indicativas de gran volumen. En el primero
los proyectos subvencionados fueron 1.760, con un valor de 8479 millones de
pesetas.
El II Plan concedió más protagonismo a la intervención y decisión de las
administraciones autonómicas, considerando como elementos determinantes:
la
corresponsabilidad,
promoviendo
el
compromiso
entre
todas
las
administraciones. Concentración de actuaciones, apoyando proyectos que
agrupen diversos intereses. E integración de iniciativas empresariales en
proyectos comunes.
42
La política de financiación de las empresas turísticas
A partir de 1990, con el cambio institucional de la banca oficial y la
privatización de una banca pública como Argentaria, se produce un cierto
desplazamiento del crédito turístico oficial hacia las entidades financieras
privadas (banca y cajas de ahorro). Desde 1942 hasta 1990 la financiación
oficial al turismo por medio de subvención y otras ayudas del sector público fue
el instrumento para la concesión de créditos al sector turístico. El Banco
Hipotecario fue en general el mecanismo de gestión de la financiación pública
al turismo.
En 1982 el crédito oficial sólo significaba ya el 25, 32% del total de la
financiación turística, descendiendo en 1990 al 3,8 %. Hasta 1990 el crédito
oficial sólo había crecido el 5,8%, mientras que la financiación turística total, el
606%. Por otra, la participación del turismo en el conjunto del mercado
crediticio español se ha duplicado en las dos últimas décadas del siglo XX.
Puede comprobarse la existencia de dos tendencias contrarias en cuanto a la
financiación del sector turístico español hasta el año 1990: mientras
descendías la cuota de financiación pública, crecía el endeudamiento global del
turismo.
En las nuevas tendencias financieras del turismo, destaca que en el
período de 1986-1998 la financiación del turismo por las Cajas de Ahorro tiende
a crecer, alcanzando dicha financiación un valor cercano al 30% del total
acreditado al turismo, por lo que sigue predominando el papel del a Banca
Privada con valores del entorno del 60%.
En la política de financiación del sector turístico han continuado
predominando los créditos a largo plazo, llegando a superar el 70% del total.
La banca privada se ha especializado en el sector hotelero, en el marco
de diferentes subsectores de la actividad turística. Por el contrario, las Cajas de
Ahorro no manifiestan una línea muy marcada de preferencias.
43
La cuota de endeudamiento en términos de pesetas de 1998 no puede
resultar muy elevada, ya que alcanza sólo el valor de 9,1%. Luego puede
considerarse que el sector turístico aún a pesar de un mayor reconocimiento
como actividad económica de amplia proyección productiva, parece que opta
por la figura o mecanismo en su financiación de la ampliación de capital con
recursos propios.
Financiación pública de inversiones turísticas
Es complejo llegar a precisar el valor de las inversiones reales que las
diferentes administraciones públicas, fuera de los departamentos que tienen las
competencias administrativas del turismo, dedican a la actividad. Es evidente
que en los últimos años se ha hecho un esfuerzo muy importante en la mejora
de las infraestructuras, cabe destacar la realización de obras de infraestructura
interurbanas que sirven para el desplazamiento y transporte de turistas. La
ampliación y remodelación de aeropuertos. La mejora de infraestructuras de
saneamiento en las zonas turísticas y otras inversiones e instalaciones básicas
para el desarrollo del turismo.
Se valora la proporción del conjunto de las infraestructuras directamente
afectadas al desarrollo turístico en 8 billones de pesetas, a precios de
reposición, lo que significa como promedio interanual de inversión realizada en
pesetas de 1998 de 275.000 millones de pesetas. Para el período 1982-1998,
4,4 billones de pesetas. Ello equivale al 3,1% del valor de producción turística y
al 30% de las rentas fiscales de la actividad turística.
Otro capítulo que interesa mencionar por su carácter instrumental son
las inversiones reales para alojamientos turísticos propiedad del Patrimonio
Nacional: Paradores nacionales de turismo, cuya evolución ha pasado de una
inversión de 1.287 millones de pesetas en 1982 a 3.000 millones de pesetas
para el año 1998. Destacan en los últimos años las inauguraciones de los
paradores de la isla de La Palma y Cangas de Onís, y las remodelaciones de
44
Baiona, Chinchón, Almagro, Carmona y Ribadeo. Se tiene previsto la
construcción y apertura de los paradores de Lerma, Limpias (Cantabria) y
Monforte de Lemos.
45
Los Movimientos de Capital
Para una aproximación al funcionamiento de los movimientos de capital
en la economía española realizaremos una breve descripción de su evolución y
situación actual. En el movimiento de capital español diferenciaremos una 1ª
fase de expansión (1955-1974), con una tasa media de crecimiento del 5,5% y
una 2ª fase de crisis económica (1975-1995), con una tasa media de
crecimiento del 2,2%. Tratándose la economía española de una economía de
tamaño medio, con intensas vinculaciones con el resto del mundo (RM), la
competencia de las empresas en el mercado mundial es la clave para
comprender la importancia de su situación relativa respecto a la ganancia y
pérdida de cuotas en el mercado. La competitividad de un país está ligada a la
capacidad de competir en su sector exportador. El mercado nacional español
supone para el RM parte de su demanda externa; la importación de bienes y
servicios supone la cuota del mercado nacional que poseen dichas empresas.
El movimiento de capital abarca el capital público, capital privado, así
como el capital activo, las llamadas inversiones patrimoniales y los créditos.
Dichas transacciones son autónomas en cuanto a su evolución, ya que los
factores que las promueven son diferentes.
Históricamente, la balanza de capitales a largo plazo supone para la
economía española uno de los factores básicos de su equilibrio exterior. El
proceso de capitalización y el crecimiento en los años 60 tuvieron como
resultado un desajuste entre las necesidades de la economía y las
disponibilidades frente al exterior. Desde el año 65 hasta el momento actual, se
dispone de capitales suficientes para evitar el estrangulamiento externo. La
balanza de capitales demuestra superávit frente al déficit de la cuenta corriente.
Durante la fase de expansión, la balanza se mostrará positiva. Los años 19851986 sin embargo, nos dejan una balanza con saldo negativo. La explicación
no está en la reducción de los ingresos, sino en la amortización en moneda
extranjera. La legislación española durante el proceso de liberalización
económica en los 60, favoreció como es sabido la entrada de capitales,
limitando o impidiendo las salidas, convirtiendo a España en país receptor y
46
mutilando sus posibilidades como país inversor, marcando una clara tendencia
de entradas notablemente superior al de salidas. El saldo de la balanza de
capital no fue suficiente para compensar las etapas de desequilibrio comercial;
las crisis petroleras de ´73-´74 y ´80-´83 cerraron la balanza con un saldo
negativo.
La evolución del capital público se considera en conjunto súperavitaria,
distinguiéndose hasta el año ´75 saldos medios. A partir del año ´76, la
Administración emprende una política de endeudamiento externo más activa.
RENFE, INI, entidades oficiales de crédito y CC.AA. apelan a los mercados
internacionales. Se intenta evitar la apreciación de la moneda, pero los
mercados internacionales no se encuentran en condiciones favorables. La
Administración se suma en un fuerte endeudamiento externo, especialmente en
los años 82-83.
En el ámbito de las operaciones privadas, tenemos que destacar el
esfuerzo español en impulsar sus exportaciones en momentos de coyuntura
económica de demanda internacional débil y de una elevada competencia. Los
créditos comerciales experimentan un fuerte incremento a partir del ´74 y
figuran con saldo negativo a partir del ´77 debido a un mayor número de
créditos concedidos que recibidos, además de un elevado número de
liquidaciones.
El saldo de los préstamos concedidos a las empresas es positivo.
España se perfila como demandante neto en los mercados internacionales. Su
actividad como prestamista internacional es de escasa relevancia. El saldo de
este concepto está estrechamente vinculado a las condiciones del mercado de
capital nacional e internacional. Guarda relación con los factores de
disponibilidad de las empresas y el coste de los recursos. La apelación al
crédito externo se mantiene en alza (´74-´82) acorde con la consolidación de
los euromercados y la expansión de la liquidez monetaria que impulsaron las
crisis petrolíferas. Las políticas antiinflacionistas estimulan desde el interior
acudir a los mercados internacionales. El año 82 supone un punto de inflexión,
debido al endurecimiento de las condiciones internacionales de crédito y a la
47
mayor flexibilidad del mercado español de capitales a largo plazo. A mediados
de la década de los 80, las favorables condiciones de los mercados
internacionales permiten que parte del superavit corriente reajuste los sectores
público y privado.
El saldo de las inversiones patrimoniales es siempre de signo positivo.
España se comporta como demandante y nunca como oferente. La aportación
de este saldo positivo a la balanza de pagos es importante debido a que
supone la compensación del 20% del déficit comercial. Su evolución sin
embargo es altamente sensible al contexto general susceptibles a las crisis
petrolíferas tal y como venimos repitiendo.
Inversión extranjera
La aprobación del decreto ley en el mes de Julio de 1959 supone el
primero de los numerosos pasos que dará el proceso de liberalización en el
tratamiento del capital extranjero. Las sucesivas reformas puntuales (´62-´74´81) darán paso a un nuevo real decreto en el año 86.
Las
inversiones
directas
quedan
plenamente
liberalizadas,
las
inversiones en cartera y el sector inmobiliario. Sometidos a regulación
específica quedan determinados sectores, entre los que podemos destacar el
juego, la televisión, la radio, defensa o el transporte aéreo. Tradicionalmente ha
existido una fuerte asimetría entre los flujos de inversión directa recibida (IDE) y
los realizados (IDEE).Son característicos de un país de renta media y una
industrialización madura, que no se distingue por la inversión de sus empresas
en el exterior. La asimetría se amplía a partir del año 86, con la acelerada
apertura a los mercados internacionales. Esta situación deriva en una abultada
penetración de capital extranjero en España y posteriormente en la presencia
de inversiones directas españolas en el exterior. El capital extranjero se
contempla como un importante agente promotor de crecimiento. Además
supone un complemento del ahorro nacional, un equilibrio en la balanza de
48
pagos. Su papel como estímulo de la renovación técnica del sistema productivo
es incuestionable.
España por tanto, podemos decir que se ajusta a la denominada teoría
ecléctica, según la cual a medida que un país se desarrolla se van
transformando las ventajas de propiedad, localización e internacionalización
(PLI), a largo plazo existe un cambio de país meramente receptor a una
posición de remitente neto. El proceso se traduce así en una posición de
receptor (1986-1992) a una situación de equilibrio que se mantiene hasta la
actualidad. Algunos autores aducen la existencia de un cambio en la estructura
de
nuestro
sector
externo,
una
consolidación
del
proceso
de
internacionalización de la economía española y consecuentemente de sus
empresas.
De enorme magnitud y dinamismo son los ingresos por inversiones.
Analizando la procedencia de las inversiones, nos encontramos con el
problema de la inexistencia de datos, sin embargo podemos utilizar como
referencia y muestra del origen las autorizaciones concedidas para inversiones
mayoritarias. De este modo se concluye que ¾ partes de las inversiones
realizadas entre 1977-1986 se reparten entre EEUU(19%), RFA (16%),
Suiza(10%), Reino Unido (8%), Francia (8%) y Japón (3%). En función de las
áreas económicas, la CEE aparece como la principal, aportando en conjunto el
45% del capital invertido. En inversión indirecta, esto es, empresas con más del
50% de capital extranjero, supone un 11% del total de la inversión. Podemos
destacar así mismo, la importancia de la inversión de tipo inmobiliario. Ésta
supone el 30% de la inversión total. Este hecho está fuertemente relacionado
con la compra de edificios y terrenos, por parte de sociedades extranjeras, con
vistas a la futura promoción del turismo. La escasa inversión en cartera centra
su explicación en el poco atractivo que ha supuesto hasta fechas relativamente
recientes la inversión en bolsa para los ahorradores extranjeros. Tal situación
ha sufrido durante los últimos años importantes cambios, detectándose fuertes
incrementos a partir del año 86. La inversión directa ha sido la dominante, 44%
de los ingresos brutos. La participación en las empresas españolas se ha
realizado al margen del mercado bursátil.
49
Como factor útil en la medición de la inversión extranjera, podemos
tomar como referencia la formación bruta de capital. El valor resultante de
dicha proporción se sitúa en el 4,5% .Dicho valor coincide con el de otros
países europeos. La importancia de la inversión extranjera en la economía
española hemos de sopesarla en términos cualitativos, dentro del gradual
proceso de capitalización de la economía, destacar los sectores en los que se
implanta y qué técnicas productivas aporta.
Con respecto al equilibrio externo, la inversión exterior ha sido capaz de
compensar el 25% del déficit comercial, alcanzando elevadas cifras en años
posteriores en el saldo de mercancías. Pese alas caídas en los momentos
puntuales de crisis, se convierte en mecanismo clave en la compensación del
saldo negativo de la balanza por cuenta corriente. La repercusión de la
inversión extranjera sobre la balanza de pagos nos lleva a analizar tres ámbitos
sobre la que ésta repercute. En primer lugar nos detenemos en las rentas de
inversión. Puesto que las repatriaciones de los beneficios de las empresas
inversoras no quedan registradas en la balanza de pagos y por la imposibilidad
de conocer el stock total del capital financiero extranjero (citamos las
reinversiones de dividendos como ejemplo) evaluaremos el efecto que tiene
para la balanza de pagos la salida de divisas, que supone el pago de la renta
de inversión. Hasta el año 95, supone un 25% coeficiente medio. Es decir, de
cada 4$ invertidos en España, 1$ retorna a su lugar de origen. En segundo
lugar, destacamos el pago de las rentas tecnológicas. Supone una apreciable
salida de divisas. De nuevo barajamos cifras de 1$ de cada 4$ regresando al
país de origen. Detengámonos ahora en los flujos comerciales. El estudio
comparado de las empresas con y sin capital extranjero es amplio. En su
estudio encontramos implícito, el factor de la segmentación del mercado como
conducta diferencial. Encontramos en la tradición teórica de HymerKindleberger el soporte de esta conducta.
Existen dos posibles tipos de inversión, las denominadas trade oriented
y antitrade oriented. Las inversiones trade oriented refuerzan las ventajas
comparativas del país de destino. Nacen orientándose en las ventajas de los
50
mercados exteriores y aprovechan los menores costes del país en que se
instalan. Por el contrario, las inversiones anti-trade, responden a los factores
del lugar de procedencia del capital. Su objetivo es rentabilizar las ventajas
monopolistas. Estas inversiones tienen un carácter defensivo, están orientadas
a salvaguardar una determinada cuota de mercado. Otro de los objetivos de
estas segundas inversiones es la superación de las barreras comerciales del
país en al que se instalan; se denominan también tariff jumping investments.
Las características del mercado español durante la década de los 60 y
principios de los 70, con una elevada protección arancelaria y un dinámico
mercado interno, justificaría la presencia de inversiones defensivas (anti-trade).
Por otra parte, los menores costes de producción en mano de obra, por
ejemplo, explican que empresas extranjeras aprovechen las ventajas
comparativas. Desarrollan así el potencial exportador. Sin embargo, podemos
destacar que la empresa con capital extranjero tiende a tener una mayor
propensión importadora y menor propensión exportadora. El saldo de su
balanza comercial se perfila más deficitario que la media de empresas con
capital nacional. En los últimos años, las empresas participadas están
aumentando sustancialmente su propensión exportadora.
El proceso de liberalización de la economía ha supuesto la eliminación
de las barreras protectoras españolas con la consecuente reducción de las
inversiones anti-trade orinted. Del mismo modo la integración de España en la
CEE ha resultado interesante para la instalación de empresas con capital
extranjero como plataforma de penetración comercial en los mercados
comunitarios, esto es, empresas trade oriented.
Sumando las rentas tecnológicas y las rentas de capital, la mitad de los
ingresos se destinan al pago de los servicios que dichas inversiones
promueven. No se cuestionan los efectos sobre la estructura productiva, pero
se aportan datos sobre su contribución a la balanza de pagos.
51
Inversión española en el exterior.
La inversión española en el exterior es otra de las visibles
manifestaciones del proceso de apertura del conjunto de la economía en los
mercados internacionales de capital. Este tipo de transacciones tiene lugar
tardíamente y lo acompaña un consecuente proceso de normalización legal. Es
a partir del año ´73 cuando encontramos el marco normativo que permite
dichas transacciones, despenalizándolas de la ley Penal y Procesal de delitos
monetarios vigente. La liberalización plena de la inversión directa no se
produce hasta el año ´79, quedando sujetas a verificación las inversiones en
inmuebles y cartera. No obstante se flexibilizan las llamadas inversiones
institucionales, cajas de ahorro, bancos, compañías de seguros entre otros. Las
exigencias comunitarias amplían el grado de libertad de las transacciones de
capital con el exterior. Es importante destacar cómo la evolución de las salidas
de capital se han visto condicionadas por el restrictivo marco legal, resultando
la labor de la apertura económica un complicado proceso de modificación de la
legalidad vigente.
En el estudio de los mercados de destino de las inversiones españolas
en el exterior podemos determinar la existencia de dos períodos. El primero se
prolonga hasta el año 82. Ibero América constituye el 51% de la inversión
acumulada, resultando EE.UU. (17%) y los países comunitarios (19%) los
destinos inmediatamente mayoritarios. En el período posterior, el mercado
Ibero Americano (21%) pierde peso ganando peso los EE.UU. (23%) y muy
significativamente los países comunitarios (28%). Destacable importancia
tienen los aumentos, especialmente durante el período de los años 80 las
inversiones realizadas en países con regímenes fiscales permisivos como
Bahamas. Durante el primer período, las inversiones orientadas a las
actividades manufactureras tienen mayor peso que la inversión comercial y
financiera características del segundo período, que se prolonga hasta la
actualidad. Se rentabilizan en el mercado iberoamericano las ventajas
tecnológicas
en
determinados sectores productivos;
mientras,
en
las
52
inversiones con EE.UU. y CEE predominan la dotación de servicios de apoyo
financiero y comercial.
La repercusión del Euro, así como su actual revalorización, son motivo
de atención sobre las exportaciones e importaciones españolas. La encuesta
de Coyuntura de la Exportación nos muestra como el 44% de las empresas
españolas exportadoras españolas se ha visto afectada por la actual
revalorización, tanto en EE.UU. Japón y Latino América. A nivel sectorial el
deterioro se concentra en actividades de materias primas, industrias estractivas
y en las manufacturas de consumo y bienes de consumo duradero. En relación
a los mercados de destino, EEUU puede perfilarse como una decepción. Se
esperaba dadas las aparentes buenas relaciones políticas entre España y
EEUU un importante y apreciable crecimiento de las ventas españolas. De
hecho durante el año 2003 las exportaciones a EEUU han caído 1,4%
salvándose del retroceso general únicamente el cava y el sector textil. En
América Latina las exportaciones españolas cayeron un importante 9,1%. En el
caso de Asia, destaca el fuerte crecimiento de las exportaciones a China,
ajenos al valor del Euro, situándose en un 39,4%. La explicación la
encontramos en el modelo industrial chino, que favorece la importación de
bienes de equipo, semifacturas y productos de tecnología media en los España
es ahora muy competitiva. Dichos datos contrastan con la caída general de los
mercados de Japón y los tigres del sureste asiático. Importante para las
exportaciones españolas será comprobar el impacto de la fortaleza del euro
sobre el comercio exterior de Francia y Alemania, los dos primeros destinos de
las exportaciones españolas, que absorben el 30% del total de nuestras ventas.
Si ambos países compensan la caída de su demanda interna con las
exportaciones, la balanza comercial española se varé afectada y deteriorada.
Desde el punto de vista de la importación, los efectos del euro han sido
positivos. El aumento en las compras energéticas 2,1% se pueden achacar al
aumento de las importaciones de los paises no integrados en la moneda única.
El aumento en la competencia de los mercados a los que llegan los productos
españoles esfruto de la apreciación del euro.
53
La deuda externa
La consulta de la balanza de pagos no es suficiente para la
determinación de la deuda externa de un país, ya que se trata de una variable
fondo, resultante de la acumulación de los préstamos recibidos del exterior. En
España no se dispone de información de un balance de activos exteriores, así
la información de la que disponemos es limitada. Podemos sin embargo
distinguir dos períodos en su evolución. La primera de fuerte crecimiento y una
segunda de estabilidad y recesión. La explicación del crecimiento del primer
período la encontramos en las dificultades de liquidez del mercado español en
un contexto de expansión de los mercados internacionales de fondos en manos
privadas. La política liberal adoptada con respecto al acceso a préstamos
internacionales con el fin antiinflacionista sería otra de las explicaciones.
Finalmente, la segunda crisis petrolera explica el recurso al crédito exterior al
comienzo de la década de los 80.
El endurecimiento de las condiciones del crédito internacional y la
depreciación de la peseta frente al dólar hasta el año 85, motivan un cambio de
signo en la tendencia. La composición por prestatarios se mantiene al 50%
sector privado y 50% sector público. Los prestamistas en el exterior los
constituye capital privado.
Evolución de los principales flujos con el RM
La evolución de la tasa de apertura, esto es, la proporción de las
exportaciones e importaciones en relación al PIB, alcanzaba en el año ´64 el
16,9%. Los datos para el año ´99 triplican tal cantidad, alcanzando en este año
el 49,6%. La explicación de dicha trayectoria la encontramos en las
consecuencias del plan de Estabilización ´59, el acuerdo Comercial
Preferencial CEE en el año ´70 y sobre todo consecuencias del tratado de
adhesión de la UE en el año ´85.
54
La evolución de la tasa de cobertura, el cociente importacionesexportaciones, se caracteriza por la incapacidad del sector exterior de financiar
los requerimientos externos de bienes y servicios en un primer período.
Durante los años 80 se detecta un aumento tendencial en la cobertura de las
importaciones. A mediados de esta década se percibe, un cambio importante
en la tasa de cobertura, hay un cambio radical en la trayectoria. Las
importaciones no han sido enteramente financiadas con las exportaciones. Se
dan fuertes oscilaciones de la tasa de cobertura. En el proceso de adaptación a
la UE, destacables son los ritmos de desarme arancelario bilateral, que para
España suponen serias dificultades de adaptación. La tasa de cobertura inferior
a 1 a lo largo del período 64-97 y hasta la actualidad, son indicio de la menor
competitividad de la economía española frente a otros países de la UE. Dicha
situación tiene consecuencias sobre el nivel de vida medio español, existiendo
claras y perceptibles diferencias del PIB por habitante en España y el PIB por
habitante de los bloques mundiales como EE.UU., Japón y resto países de la
UE. Para España la rápida convergencia a la UE supone un mayor ritmo del
crecimiento relativo de la productividad nacional. La apertura al exterior supone
para España una mejora asociada también a una reducción de los
desequilibrios externos. La interrupción de la tendencia ascendente de la tasa
de cobertura en el año 95, se debe al retroceso de las importaciones y sobre
todo a las exportaciones. La posición internacional de la economía española
empeora si la comparamos con EE.UU., Japón o países miembros UE más
fuertes.
55
Bibliografía:
- España, Economía. José Luis García Delgado. Espasa Calpé. Madrid 1989.
- Política Económica de España. Luis Gámir (coordinador). Alianza Editorial.
Madrid 2000.
- Economía, Teoría y Polítca. Francisco Mochón. Mc Graw Hill. Madrid 2000.
- Materiales de Economía Política. Tomás Moltó García. Ariel. Barcelona 1996.
- www.icex.es: ( sitio del Instituto de Comercio Exterior): “Informes País”, “
Ficha País “, Documentos específicos etc.
- Del Boletín ICE Económico, los siguientes artículos:
“ Evolución y determinantes de las exportaciones españolas a Japón”,
Fernándo Benito Valero.
“ Comercio e inversión de España en Iberoamérica “ por Eduardo Cuenca
García.
“ La inversión extranjera directa y el comercio internacional. El caso de México
y España “ VVAA.
- sitio web del Ministerio de Economía: datos de la Síntesis General de Análisis
Macroeconómico.
56
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