El Sector Exterior de la Economía española Ignacio Ruiz-Gamborena Violeta Doval Hernández Kristina Böhmke Daniel Gil Rubiano Miriam Fermín Maguire 3º C. Sistema Económico de España. Facultad de CC Políticas y Sociología. UCM. Profesor: Omar de León Índice La política comercial. pag. 3 Evolución geográfica del comercio. pag. 14 Especialización comercial de la economía española. pag. 31 Los componentes compensadores de la balanza por cuenta corriente. pag. 35 Los movimientos de capital. El endeudamiento externo. pag. 46 Bibliografía. pag. 56 2 Política de comercio exterior de España Es una política fundamental para el desarrollo económico de un país a medio y largo plazo. Los intercambios permiten que un país se especialice en las actividades en las que pueda ser más competitivo. Puede así haber ganancias de eficiencia que produzca un mayor desarrollo económico y de bienestar para el estado. La política de comercio exterior de España está caracterizada por un aceleramiento del proceso de globalización económica, aumentando así los intercambios comerciales a nivel mundial como los lujos de inversión directa y de los movimientos de capital financiero. Ello se ha visto favorecido por la liberalización comercial promovida por instituciones como el GATT y su sucesora, la Organización Mundial del Comercio (1995). España cuyo proceso de internacionalización económica se inició ya en los años sesenta, se sumó plenamente a este fenómeno de la globalización en los ochenta, siendo esencial en ese sentido su adhesión a la Comunidad Europea (1986). Evolución de la política comercial española En las últimas dos décadas se ha intensificado enormemente, y ha venido a culminar, el proceso de liberalización y de apertura comercial iniciado por la economía española a partir de 1959. En contraste con el régimen autárquico de los años cuarenta y cincuenta. España presenta hoy un sistema de regulación comercial semejante al del resto de los países de la UE. Ello ha permitido, la especialización en aquellas producciones en las que ha dispuesto o ha sabido ganar una ventaja competitiva. Ha facilitado la entrada de capital extranjero que ha fomentado también las potencialidades productivas del país. 3 Etapa previa a la adhesión a la UE Tras el compromiso de liberalización de los intercambios comerciales con el exterior que significaron el Plan de Estabilización de 1959 y la aprobación de un nuevo arancel, la entrada en el Acuerdo del GATT en 1963 encuadraría a lo largo de los años sesenta y primeros de los setenta el proceso de liberalización comercial español. Ampliándose progresivamente los productos sujetos a libre comercio, y reduciéndose gradualmente los niveles de protección arancelaria, hasta un 6,8 en 1974. Paralelamente, se puso en marcha una política de promoción de las exportaciones, sobre la base de la desgravación fiscal, un generoso régimen de crédito y seguro, favorable a las actividades de reexportación y la ordenación y fomento del sector exportador. Un elemento fundamental fue la firma del Acuerdo Preferencial con la CE en 1970. La crisis de mediados de los setenta frenó temporalmente el proceso de liberalizción de la economía española, pero el Gobierno surgido de la primeras elecciones democráticas adoptó nuevas medidas liberalizadoras, y en particular los llamados Pactos de la Moncloa, importante acuerdo para encarar el necesario saneamiento y reforma de la economía española. Se fueron ampliando los productos sujetos al libre comercio y reduciéndose los niveles de protección arancelaria, situandose el tipo arancelario medio en 5% en 1981, existiendo aun importantes picos, superiores al 15%. Ahora bien, las importantes dificultades económicas y políticas derivadas de la segunda crisis energética llevaron a que el proceso de liberalización se detuviese nuevamente. El porcentaje de productos importados sujetos a libre comercio se vieron reducidos, y el tipo arancelario medio se incrementó. En 1982 se creo el Instituto Nacional de Fomento de la Exportación. La segunda crisis del petróleo produjo nuevos desequilibrios macroeconómicos entre 19801982. 4 La política económica del gobierno del PSOE tuvo entre sus principales objetivos la reducción del déficit de la balanza de pagos por cuenta corriente, adoptó una estrategia en la que el sector económico exterior sería el motor de la recuperación económica, y los principales instrumentos serían, la devaluación de la peseta en un 8%, la adopción de una política activa de fomento de las exportaciones y el incremento de la competitividad, con la introducción de reformas del aparato productivo e institucional, con la introducción de reformas del aparato productivo institucional. En definitiva el gobierno del PSOE optó por el saneamiento macroeconómico inicial, con reformas económicas del aparato productivo, que resultó positivo en materia de precios y balanza de pagos, pero muy negativos en materia de empleo. En los años ochenta las exportaciones españolas crecieron más rapido que las importaciones y que el comercio mundial. Se pasó del 61% de 1980 al 80% en 1985, y el crónico déficit comercial se redujo de un 6,3% del PIB a un 3,6%. La tasa de apertura comercial de la economía española, aumentó notablemente, pasando de un 25% en 1980, a un 33% en 1985. Tras la entrada en la UE España hubo de afrontar entonces un doble desafío, cumplir, por un lado, con los requisito estipulados en el Acta de Adhesión, y por otro, avanzar en la consecución de un Mercado Único para el conjunto de la CE. El tratado de adhesión significó a un gran mercado desarrollado y con fuerte capacidad adquisitiva, pero a la vez supuso el desmantelamiento progresivo de los niveles de protección. Entre otros, se encuentra la supresión de los regímenes administrativos de comercio en beneficio del régimen liberalizado, el desarme arancelario, la introducción del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) en sustitución de un sistema de imposición indirecta que había protegido los productos españoles y la aplicación progresiva de la Política Agraria Común. 5 En lo que respecta a la constitución de un Mercado Único, se trataba de eliminar barreras físicas, como las normativas y los controles aduaneros, las barreras técnicas como las condiciones de seguridad de los productos, las restricciones de acceso y las barreras fiscales como el IVA y los impuestos especiales, y las trabas en la imposición de los servicios. La construcción del Mercado Único europeo ha exigido el fortalecimiento de una política de competencia y regional, para evitar los posibles desequilibrios que generaba. La política de fomento de la exportación, llevó a una restricción del crédito de carácter concesional a la exportación y se eliminó plenamente su desgravación fiscal con la introducción del IVA. En contrapartida ha ganado peso una política más activa, con mayor asesoramiento y un creciente respaldo a la acción internaacional de las empresas. La política comercial de la UE Dado que ya es inseparable la economía española de la de nuestros vecinos comunitarios, a continuación veremos la política comercial de la UE. La política comercial exterior de la UE, se engloba en dos grandes bloques, la llamada política comercial autónoma y la política comercial convencional. La primera se refiere a las medidas establecidas por la propia UE con carácter unilateral, aunque respetando siempre sus compromisos multilaterales ante la OMC. La denominada política comercial convencional es la que deriva de los diversos acuerdos suscritos por la UE con los distintos países o grupos de países. Las decisiones se adoptan por mayoría cualificada en el Consejo Europeo. 6 La política comercial autónoma Los principales elementos de la política comercial autónoma son, el Arancel Aduanero Común, un régimen general de importación de carácter liberalizado para los apíses de la OMC, un régimen general de exportación de carácter igualmente liberalizado excepto en el caso de productos sujetos a medidas de seguridad, y unas medias de defensa comercial ante la competencia desleal de terceros países, así como un sistema de preferencias generalizadas. Es la UE quien negocia en representación de los países miembros en las rondas multilaterales del GATT/OMC. En le marco de la política comercial autónoma de la UE, cabe destacar el Sistema de preferencias Generalizadas (SPG), en virtud del cual la UE otorga unilateralmente determinados beneficios arancelarios para ciertos productos procedentes de países en vías de desarrollo. El actual esquema SPG de la UE, vigente hasta el 2004, otorga mayores ventajas a los países menos avanzados. La política comercial convencional La política comercial convencional es fruto de los acuerdos firmados por la UE con terceros países, la mayoría de ellos en vías de desarrollo. Entre estos acuerdos hay unos de carácter preferencial y otros de carácter no preferencial. Los primeros son los siguientes: - Los acuerdos con los países de la EFTA, primero con R.U. y Dinamarca, y posteriormente con Suecia, Austria y Finlandia. - Los acuerdos con los países de Europa Central y oriental, después de la caida del muro de Berlín. - Los acuerdos con los países terceros mediterráneo. 7 - El convenio de Lome, es decir los países del Africa subsahariana, del Caribe y del Pacífico. - La relación con los países de América Latina y Asia. Efectos comerciales del proceso de apertura El proceso de apertura externa de la economía española, se ha materializado en una total liberalización comercial con los países de la UE, y una patente reducción de la protección nominal y efectiva frente al resto del mundo. En consecuencia, se han alterado las condiciones de competencia de nuestro sistema productivo. Por un lado, han mejorado las posibilidades de acceso de las importaciones al mercado español. Por otro lado, las empresas españolas han podido proveerse de imputs a menores costes y se han incrementado sus capacidades competitivas, en nuestro propio mercado y en el exterior. Desde mediados de los ochenta se registra un elevado crecimiento de las importaciones y de las exportaciones, de manera que la tasa de apertura de la economía española pasa de un 33% de 1985, a un 45% de 1998. La integración en la UE ha intensificado las relaciones comerciales con los demás miembros, pasando de un 52%, a un 70%, entre 1985 y 1998. Esta intensificación del comercio de España con la UE ha sido a costa de otras áreas geográficas, ha disminuido el peso relativo del resto de los países de la OCDE. En cuanto a las economías en desarrollo y en transición, en los años noventa mejora, sin embargo la posición relativa de América Latina, Europa del Este y de algunos países mediterráneos. Y en el caso de las importaciones, ha disminuido el peso relativo de la mayor parte de los proveedores no comunitarios. Cabe reseñar, por otro lado que el aumento de las importaciones, en general ha sido superior al de las exportaciones. 8 En el período 1986-1990, el peso de las importaciones creció sensiblemente, mientras que el peso de las exportaciones no lo hacía en igual medida, lo que produjo un desequilibrio exterior, el inicio de la tasa alcista del ciclo de crecimiento económico como por el efecto de la integración en la CE. A partir de 1993-1994, tras las devaluaciones de la peseta y la recuperación de la economía europea permitieron que el sector exterior volviera a ser el motor de la salida de la crisis de 1993, logrando reducir el déficit comercial. La progresiva reducción de la inflación ha permitido no perder competitividad exterior, incluso cuando se entró en una nueva fase alcista del ciclo de la segunda mitad de los noventa, dándose una última devaluación de la peseta en 1995. La política de fomento a la exportación Descartada la posibilidad de frenar las importaciones, la política comercial española se ha orientado hacia el objetivo del fomento de nuestras exportaciones. El fomento de la competitividad es una condición importante para el crecimiento económico, de lo que se deriva la importancia de la información sobre los mercados internacionales y su difusión para reducirla incertidumbre, encontrando aquí su papel el sector público con el uso de instrumentos de apoyo institucional. Las medidas que, en el caso español se han considerado necesarias son las siguientes: - Impulsar la reordenación de la estructura productiva hacia sectores de demanda más dinámica. - Incentivar la incorporación de tecnología empresarial. - Fomentar la diferenciación de productos, las ventas con diseño propio, la mejora de las prestaciones posventa, los acuerdos con empresas extranjeras y el acceso a redes de distribución propias. - Facilitar mecanismos más ágiles de financiación de la exportación. 9 Etapa de Gobierno del PSOE El sistema institucional de promoción de las exportaciones quedó configurado del siguiente modo: - El Instituto de Comercio Exterior, sustituyó desde 1987 al INFE como principal ente público orientado a programar, coordinar y ejecutar acciones de apoyo a las exportaciones española, encomendándose las tareas siguientes: - Información a la empresa exportadora, sobre países y sectores. - Asesoría en materia de transportes, contratos internacionales y arbitraje comercial, reglamentación... - Formación, a empresarios y técnicos especializados, becas, estudios... - - Apoyo logístico a empresas. - Promoción a través de planes sectoriales. - Apoyo a las inversiones españolas en el exterior. La Compañía Española de Financiación al Desarrollo, se creo, con la finalidad de prestar apoyo financiero a las inversiones de empresas españolas en países en vías de desarrollo. - La Sociedad de Intercambio y Relaciones Comerciales Exteriores, dedicada a gestionar las compensaciones de contrapartida a las compras del Estado, fomentando las exportaciones a países exportadores de petróleo. - El FOCOEX, se dedica al asesoramiento administrativo y comercial al exportador, a buscar financiación y coparticipar empresas españolas y extranjeras. Otras medidas son las ferias como Expotecnia, con el fin de promocionar la tecnología industrial española, o el pasó a ser miembro del Comité de Ayuda al Desarrollo, de la OCDE. 10 Etapa del gobierno del PP Las primeras actuaciones de dicho gobierno se centraron en la reorganización administrativa de la Secretaria de Estado de Comercio, Turismo y PYME, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, y en la aprobación en 1996 de una ley de medidas fiscales que contenía incentivos a la internacionalización de las empresas. El Plan Estratégico de la Exportación 2000, con la colaboración de las comunidades autonomas y los empresarios fue el paquete de medidas mas destacables, son noventa y entre ellas destacan las siguientes: - Reforzar planes sectoriales de exportación iniciados en la etapa anterior. - Crear dos fondos de capital-riesgo para apoyar inversiones en proyectos de empresas españolas en el exterior. - Ratificar la línea ICO-ICEX de apoyo financiero a la exportación de las pymes. - Complementar las Expotecnias con Expoconsumo. - Integración del SIRECOX y del FOCOEX para formar una nueva empresa pública, Expansión Exterior Española, dedicada a apoyar a las pymes exportadoras en su penetración en mercados no tradicionales. - Reformas en el sistema FAD (flexibilizando su aplicación en apoyo a la empresa española) y el sistema CARI (de crédito a la exportación). - Creación de observatorios en mercados emergentes. - Fomentar la iniciación de empresas en el sector exportador, en colaboración on las cámaras de comercio y las comunidades autónomas. - Apoyo económico a las líneas de acción comercial del ICEX. El plan 2000 busca aumentar la competitividad a través de mejoras en aspectos como la calidad del producto, redes comerciales exteriores y condiciones financieras. Parte de considerar los puntos fuertes y débiles del sector exportador español. Entre los primeros estarían el mercado único, la integración en el euro y la presencia consolidada de nuestras exportaciones tanto en Europa como en el resto de la OCDE, y entre los segundos 11 destacaron, la necesidad de mejora del perfil de especialización sectorial, la exigencia de un entorno mejor para la empresa exportadora y el arrastre de debilidades estructurales. A su vez el plan trata de captar nuevos mercados. Conclusiones En las últimas dos décadas ha culminado el proceso de liberalización y a pertura exterior de la economía española, de manera que España cuenta con un sistema de regulación comercial similar al de cualquiera de los países de la UE. El sector exterior español ha sufrido transformaciones sustanciales como consecuencia de la integración en la UE. En su inicio hubo un fuerte ajuste, debido al déficit comercial estructural y una tendencia al déficit por cuenta corriente, que se prolongó casi una década. Hoy sin embargo se dispone de un sector exterior más solido, con menos desequilibrios, ello no quiere decir que no persistan notables diferencias con los mismo y muchas de nuestras debilidades tradicionales. Diversos autores han subrayado la escasa internacionalización productiva de la empresa española y la poca utilización que se hace de los programas y medidas que tratan de fomentar la misma, aunque dichos programas merecen, por lo general una valoración positiva. Otros analistas consideran que el sistema de fomento de la exportación no es suficientemente adecuado. Los propios sectores exportadores destacan la necesidad de aliviar cargas fiscales y sociales de las empresas, de forma genérica, en detrimento de la política de subvenciones individualizadas. Por último cabe destacar, que hay una coincidencia más general en la urgencia de una mayor coordinación entre las diversas instituciones públicas que gestionan los instrumentos de apoyo a la exportación y en la consignación de 12 mayores recursos financieros y humanos a disposición de los órganos gestores de los programas. 13 Evolución y Distribución Geográfica del Comercio Evolución del comercio La expansión del comercio exterior ha sido un factor fundamental dentro del proceso de industrialización y progreso de la economía española. La evolución de este sector respondió a las expectativas más optimistas, ya que si en 1964 las exportaciones sumaban 60.000 millones, en 1986 ascendieron a casi cuatro billones. Este crecimiento, traducido en términos reales, se produjo a una tasa media anual - 10% - que casi duplicaba a la correspondiente al comercio mundial – 5.5- y a la de los países de la OCDE – 7.8 %-.Ese dinamismo exportador sólo tuvo una excepción, y fue el año 1986, cuando las exportaciones registraron un crecimiento negativo. Esto puede explicarse por el debilitamiento del mercado mundial, un aumento de la demanda interna española, y cierta erosión por la integración de España en la Comunidad Europea. En cuanto a las importaciones, éstas crecieron también por encima de las tasas mundiales en la etapa de mayor dinamismo de la economía española, entre 1964 y 1973: las necesidades de equipamiento industrial y productos intermedios justifican estas importaciones. Tras la crisis del 1973 y hasta 1985, se redujeron considerablemente. La mayor progresión de las exportaciones se ha traducido en un incremento en la cuota de mercado internacional, pasando de acaparar el 0.65 % del mercado mundial total en 1964 a un 1.32% en 1985. Sin embargo, España como mercado para otros agentes, se estabiliza desde 1974, e incluso desciende hasta situarse en 1985 en el 1.56% del mercado mundial. En conjunto, la economía española experimentó un proceso irreversible de apertura comercial al exterior, de forma que el total de flujos comerciales ( importaciones y exportaciones) pasó de ser el 16% del PIB en 1964, al 33% 14 en 1985.Esto se da especialmente por el aumento de exportaciones, que pasaron de suponer tan sólo el 5% del PIB en los años 60s al 14.7% en 1985.A pesar del avance en apertura exterior, hay que decir que España queda lejos de los países de la Comunidad Europea, en donde los flujos comerciales suponen casi más de la mitad del PIB. DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DEL COMERCIO Los mercados de destino de las exportaciones desvelan en qué condiciones se realizan las ventajas comparativas, por mayor tecnología o por mejor dotación de factores ( salarios, por ejemplo). El análisis de la distribución del comercio español revela el peso dominante que tiene el grupo de países de la OCDE ( aproximadamente 77% de nuestras exportaciones y 70% de nuestras importaciones), sea como proveedor de importaciones o como destino de nuestros bienes, y se puede decir que esto ocurría antes de la integración institucional. La crisis energética ejerció un efecto expansivo sobre las economías de la OPEP, que entre 1973 y 1980 aumentaron las compras a España duplicándose ( del 6 al 12% de las exportaciones españolas) así como también nuestras importaciones de sus productos (pasando del 11 al 30% para estos países).Sin embargo ya en 1985 los países de la OPEP volvieron a los niveles anteriores a la crisis. En cuanto a las ventas a los países iberoamericanos están en retroceso desde los años 80, sin duda como consecuencia de la crisis financiera que sacude a la región. Las compras a estos países han pasado de suponer un 9 a un 6% de nuestras importaciones. Y las exportaciones han decaído aún más. En tercer lugar, Estados Unidos experimenta a partir de 1980 una notable recuperación como mercado para nuestras exportaciones ( hacia un 15 10%), favorecido por la fortaleza del dólar. No sucede lo mismo como proveedor para nuestro país, ya que las cuotas de importaciones no cesan de descender desde 1973. España en su comercio con los países industriales mantiene una especialización asentada en la exportación de productos alimenticios y bienes de consumo industriales. Por el contrario, las ventas a los países en desarrollo parecen gravitar sobre los productos intermedios y los bienes de equipo. Igualmente en cuanto a las importaciones, de los países en vías de desarrollo se compra energía y en menor medida ciertos alimentos. Mientras que de los países industriales importamos bienes de equipo y productos intermedios. Cifras actuales del comercio exterior por zonas: IMPORTACIONES ESPAÑOLAS ( datos febrero 2004) Elaboración propia, a partir de la Síntesis General de Análisis Macroeconómico del Ministerio de Economía. UE 65% EUROPA DEL ESTE Y EX URSS 4.5 % EEUU 4% JAPÓN 3 % MAGREB 3% RESTO AFRICA 2.5 % AMERICA LATINA 3% PROXIMO ORIENTE 3.4% CHINA 4 % RESTO ASIA 8 % 16 EXPORTACIONES ESPAÑOLAS UE 73 % EUROPA DEL ESTE Y EX URSS EEUU 5% JAPÓN 4% MAGREB 2% RESTO ÁFRICA 1% AMÉRICA LATINA 4% 4% PRÓXIMO ORIENTE 3.5 % CHINA RESTO ASIA COMERCIO 1% 2.5 % EXTERIOR ESPAÑOL CON REGIONES NO INDUSTRIALIZADAS Y EN EXPANSIÓN ( ASIA) : A continuación trataremos más en profundidad el comercio exterior español con África ( especialmente Magreb), Latinoamérica y Asia para analizar las pautas pos coloniales que desafortunadamaente se dan en el comercio con estas regiones. ÁFRICA: Importancia de la región magrebí para el comercio español : En el comercio con África destaca la región del Magreb, ya que en esta zona se encuentran los dos socios comerciales más importantes para España en África: Argelia y Marruecos. Los intereses económicos de España en la zona magrebí se han ido incrementando. A finales de los años ochenta las exportaciones a estos países 17 aumentan a un ritmo superior al de la media de exportaciones totales españolas, llegando a constituir tras el progresivo aumento en los noventa, un 2.5 % del total del mercado español (Argelia y Marruecos, ocupando un 65 % de esta cifra) y el 3% de las importaciones ( equivalente a la cifra de importaciones procedentes de la totalidad de América Latina). El Magreb, excesiva especiliazación en la exportación de combustibles: Las importaciones españolas de productos magrebíes están plenamente concentradas en los combustibles y este alto grado de especiliazación es fuente de una gran vulnerabilidad para estos países ( a la hora de afrontar una caída en los precios, por ejemplo) . Efectivamente, hemos importado del Magreb, en 1992, el 14.5% del petróleo bruto que consumimos. Por lo que respecta al gas, el Magreb es la principal fuente de aprovisionamiento. El 54.37 % de todas nuestras importaciones gasísticas procedían en 1995 de Argelia y el 17.3 % de Libia. Este hecho ha contribuido a que las balanzas comerciales con Argelia y Libia hayan sido tradicionalmente deficitarias para España. El 98 y el 99 % respectivamente, de las importaciones españolas procedentes de estos dos países estaban constituídas en 1991 por hidrocarburos. También el comercio con el país magrebí de Túnez, consiste básicamente en la importación de combustibles, en un 44 %, y la exportación de maquinaria y algunas materias primas españolas. Las importaciones de Mauritania están de nuevo muy concentradas, está vez en la pesca, un 76 % de nuestras importaciones procedentes de dicho país. Con estos dos últimos países magrebíes, España presenta un pequeño superávit, a través de sus exportaciones de maquinaria, junto con algunas materias primas. Según vemos, las exportaciones españolas con mayor valor añadido muestran una asimetría comercial importante entre estos países, siguiendo el patrón colonial. 18 España para Marruecos: principal inversor y segundo proveedor mundial. Destacaremos Marruecos, como principal socio comercial de España con el Magreb. El 76 % de las exportaciones marroquíes se colocan en el mercado europeo. España sigue a Francia en importancia, con un 15.7 % del total de compras a las exportaciones marroquíes. A su vez, ocupa también el segundo lugar después de Francia, en importaciones marroquíes, con un 11.6%. España además ha incrementado de forma notable sus inversiones en la región, habiendo llegado a desplazar en 1991 a Francia como principal país inversor en Marruecos. Las inversiones en este país, que concentran la práctica totalidad de las efectuadas por España en la región del Magreb durante la década actual, representan en 1991 el 1.48 % del total de las españolas realizadas en el exterior. Las inversiones en Argelia son mucho más modestas. Después de varios años sin ninguna inversión éstas alcanzaron en 1995 la cantidad de 1.103 millones de dinares lo que suponía un 3.6 % del total de las inversiones realizadas en Argelia, por detrás de Canadá, Italia y Estados Unidos, pero por delante de Francia. Marruecos es el principal país destino de nuestras exportaciones del Magreb. ( Y es el número 10 en el total mundial). Básicamente se trata de productos bienes de equipo y material de transporte, con cierta importancia de las semimanufacturas ( textil, plástico, metal, etc. destinadas a la industria local). En cuanto a las importaciones españolas de productos marroquíes ( somos su segundo mercado) destaca: 25 % de fosfatos, minerales y combustible.27 % pescados y 11% confección. Es decir, vemos que existe una mayor diversificación que en la media magrebí en los productos que exporta a España, aunque siguen siendo en su mayoría materias primas. 19 La balanza de los intercambios con Marruecos muestra, en 1994, un saldo favorable para España, con una tasa de cobertura del 134 %. Argelia: Máxima especialización en hidrocarburos. Argelia compone con Marruecos el núcleo de comercio más importante para España en la zona. El gas argelino es el 96 % de todo lo que importamos de Argelia dando lugar a un comercio limitado y de alta vulnerabilidad para Argelia. La tendencia general de la balanza comercial entre España y Argelia ha sido el desequilibrio a favor de Argelia desde 1996, producido por el aumento en volumen de las importaciones de gas respecto al inicio de la década y por el aumento en valor de estas importaciones energéticas. El sector de los hidrocarburos es la columna vertebral de la economía de Argelia, constituyendo el 57 % de los ingresos del gobierno, el 25 % del PIB y el objeto principal de las exportaciones. Las reservas de Argelia de gas natural son las quintas del mundo y ocupa el puesto 14 entre los productores de crudo. Su especialización en la exportación de gas y petróleo ha ido aumentando en las últimas décadas. En 1970 estos dos elementos eran el 70 % de sus exportaciones, pero con el declive de sus ventas de productos agrícolas y mineros, éste porcentaje ha ascendido al 98 % desde 1980 y persiste de esta forma en la actualidad marcando un extremo caso de especialización. España se sitúa como quinto proveedor extranjero de Argelia, tras Francia, EstadosUnidos, Italia y Alemania, y con una cuota de mercado del 6,7%. Nuestras exportaciones son de alto valor añadido, siguiendo la asimetría comercial con España que aparece en toda la región.La estructura sectorial de nuestras exportaciones está bastante diversificada aunque los dos grandes sectores exportadores son: 20 · semimanufacturas que suponen alrededor del 40% de nuestras ventas en Argelia y que se componen, básicamente, de productos químicos ( especialmente plásticos y sus manufacturas) y materiales de construcción. · bienes de equipo que representan alrededor del 25% del total y se centran, especialmente, en maquinaria mecánica, equipos de telecomunicación y maquinaria y aparatos eléctricos. Así mismo destacan las exportaciones de productos agroalimentarios, textiles y piezas y componentes de automóviles. Importaciones españolas (miles de euros): 3.363.055 Importaciones (%) 98,1 A Combustibles minerales 1,9 B Otros A B Exportaciones españolas (miles de euros): 579.770 Exportaciones (%) 62,6 11,5 A Maquinaria mecánica y calderas B Máquinas y material eléctrico 7,8 7,3 5,6 5,2 C Materias plásticas y manufacturas D Automóviles, tractores A B C D E F E Papel, cartón y sus manufacturas F Otros 21 Los países de la OCDE, y dentro de ellos de forma especial los países de la UE, continúan siendo los socios tradicionales de Argelia. Los países de la OCDE en conjunto absorben el 90,52 % de las exportaciones argelinas y envían el 81,84 % de las compras de Argelia. Los países europeos compraban el 80 % de sus exportaciones energéticas ya en 1970, donde el mercado estadounidense era casi inexistente. Éste ha ido ganando posiciones desde los setenta hasta llegar a importar el 15 % de esos productos. América Latina y España: un comercio determinado e influído por Europa. Evolución: En la década de los sesenta, en la que se inicia el despegue económico y la primera gran apertura de España, el volumen de transacciones con América Latina era muy reducido. No obstante, entre 1960 y 1970 aumentó ligeramente ya que la creación de la Europa de los seis perjudicó las ventas españolas en la región. Entre 1970 y 1974, con al firma del Acuerdo Preferencial entre España y las Comunidades Europeas, la tendencia cambió y, aprovechando las ventajas que se ofrecían, se incrementaron los flujos europeos. Con la crisis del petróleo, a partir de 1974, Iberoamérica recobra posiciones en las ventas españolas. Más tarde, a mediados de los ochenta, la adhesión de España a las Comunidades Europeas da lugar a la necesidad de adaptarse a la política comercial europea y con ello, las relaciones con Latinoamérica cambian. Muchos de los productos que recibíamos como el cacao, el café, ciertas semillas, etc, se convierten entonces en competidores para Europa, y por tanto empiezan a recibir fuertes obstáculos arancelarios. La Comunidad Europea había realizado acuerdos con estos países desde los setenta, pero se trataba de asuntos de cooperación o para importaciones excepcionales de algunos textiles ( Acuerdos Multifibras, 1978), pero en ningún caso se trataba de acuerdos preferenciales. El Sistema de 22 Preferencias Generalizadas ( SPG ) del que se benefició la zona, afectaba a un menos del 12 % de las exportaciones latinoamericanas. La aceptación de España de todos estos acuerdos tras la adhesión, iba a afectar a las exportaciones de Iberoamérica, muy concentradas en un reducido número de productos, tales como el cacao, el café, el tabaco, los cereales, el azúcar, combustibles,y minerales. La crisis de la deuda externa provocó una inestabilidad generalizada que alcanzó su momento más delicado en 1982, con el reconocimiento por parte de México de que no podía hacer frente a sus compromisos financieros. Posteriormente, los procesos de liberalización del comercio mundial, unidos a la salida de la crisis financiera de los países americanos,y la revitalización de la integración económica han aumentado los flujos comerciales en los años noventa, pero los destinos y orígenes siguen siendo los mismos. Destinos y características del comercio con América Latina: Mercosur ( especialmente Brasil y Argentina) han sido nuestros principales clientes y proveedores hasta la crisis argentina. Por supuesto, se vinculaban a España a través de los acuerdos suscritos con la Unión Europea. Argentina, tras la crisis, ha pasado de ocupar una cuarta parte de nuestras exportaciones en toda la región, a estar por detrás de Chile o Venezuela en el 2002, con un 4 %. México ha pasado a ser el principal socio comercial de España, con un 35 % de nuestras exportaciones en la región. Se trata del cliente que más ha aumentado sus compras a España recientemente y con el que se está entrando en un periodo intenso por los acuerdos respecto al petróleo suscritos en Europa. Le sigue Brasil, que se ha mantenido más o menos estable en torno al 20 %. 23 Actualmente España sigue siendo el país comunitario con mayor importancia comercial en la zona ( más del doble que la mayoría de los países comunitarios excepto Italia.) Las principales partidas para la exportación española han venido siendo, por este orden, bienes de equipo, semimanufacturas y manufacturas de consumo. Por el lado de las importaciones, hay que resaltar que más del 80 % de las mismas se concentran en tres sectores: alimentos, energía y materias primas por ese orden. El petróleo supone una cuarta parte del conjunto importado de la región ( 8 % procedente de México, y 3.5 % de Venezuela.) El país, por lo tanto, que es principal fuente de importaciones para España es México. El saldo comercial, ha sido en la segunda mitad de los noventa, positivo. El año 1996 fue el primero en el que las relaciones comerciales con América Latina resultaron superavitarias, gracias a MERCOSUR en un principio, ya que entre 1990 y 1998 las exportaciones a la zona se incrementaron en un 340 %, mientras que las importaciones en un 40%. En cuanto a la cuota de mercado, a finales de los noventa y principios del nuevo siglo, Estados Unidos y Asia sustituyen a Europa y España en algunos puntos porcentuales. El petróleo mexicano: México es el principal socio comercial de España en América Latina, recibiendo un 35 % de nuestras exportaciones en la región .El Acuerdo de Asociación entre la UE y México en el 2000 ha potenciado mucho las exportaciones españolas al país. A su vez, España es un mercado muy destacado para México. Durante mucho tiempo, se situó como segundo cliente detrás de Estados Unidos ( el cual acapara un 88 % de todas las exportaciones mexicanas) con un 0.7%. 24 El petróleo es el principal producto que importamos de México, suponiendo un 77 % de todas las exportaciones mexicanas hacia España. Este suministro ha ido aumentando a lo largo de los noventa, ya que en 1997 el petróleo sólo constituía el 56 % de nuestras importaciones mexicanas, por lo que se agrava esta dependencia sobre los combustibles. México suministra el 14 % del petróleo importado por España, situándose en segundo país que provee a España de petróleo después de Nigeria ( datos del Boletín Estadístico de Hidrocarburos Cores, 2001). Por el contrario, las exportaciones españolas son muy diversificadas: coches, libros, baldosas, maquinaria etc. En las relaciones comerciales entre ambos países destacan dos periodos: el primero, hasta 1977, en la que el garbanzo mexicano fue el producto más exportado; y el segundo, cuando se reanudan las relaciones diplomáticas y en el que el petróleo se convierte en el gran protagonista. La excesiva concentración en un producto único fue causa de frecuentes fluctuaciones en el volumen del comercio. Entre 1975 y 1989, las exportaciones españolas aumentaron más del 30 %. Hasta 1981, con un elevado crecimiento; entre 1981 y 1986, se reducen a la mitad por la crisis mexicana; y a partir de 1986, vuelven a remontar. Las importaciones evolucionaron de forma parecida, aunque con menos altibajos. Con los progresos económicos de México, se plantean relaciones no centradas en tan pocos productos y se comienza a apoyar a algunas manufacturas. España, que tradicionalmente ha registrado un déficit con México como consecuencia del peso del petróleo en los intercambios, entre 1991 y 1994 duplicó sus exportaciones a México, consiguiendo alcanzar un superávit comercial por entonces, que se volvió a repetir en 1998 y 1999, fruto de la coyuntura favorable de la economía mexicana que tiró de la demanda de bienes de consumo y de la de bienes de equipo. La crisis de 1994 redujo la capacidad de consumo de los mexicanos, y como consecuencia, el saldo comercial volvió a ser deficitario para España en 1995. 25 La escasa industria auxiliar existente en el país mexicano, la concentración de la exportación en pocas firmas y el peso de la industria maquiladora dibujan los perfiles de una economía con tanta propensión a importar que, en 1997, pese a que la demanda interna no ha recuperado el nivel de 1994, las compras al exterior ascendieron a unos 109.000 millones de dólares, lo que permite anticipar déficit comercial y corriente para 1998. La apreciación del peso y la recuperación del mercado doméstico están incidiendo en el aumento de las importaciones. El 77,3% de las importaciones mexicanos provienen del NAFTA, seguidos por la Unión Europea con el 8,6%. España representa el 0,7% del total importado por México. Los países del NAFTA son los principales destinatarios de la exportación mexicana ( manufacturas en un 85 % ) y reciben el 86% de la exportación del país. La Unión Europea, con un 4,7% del total, es el segundo importador de México, mientras que España recibe el 1% del total exportado por el país. En estos últimos años la estructura de la exportación española se ha modificado en parte, reduciéndose el peso de los bienes de consumo en favor de los bienes de equipo, de las materias primas y bienes intermedios para la industria. Tras profundizar en el comercio con México, destacaremos a Brasil , segundo socio comercial de España con la región latinoamericana (20 % del comercio español en la región). Afortunadamente las importaciones españolas de este país están más diversificadas, aunque en todos los casos se trata de materias primas, como semillas, carnes y minerales. De nuevo, las exportaciones españolas tienen un mayor valor añadido: naves espaciales ( un 20% del total de exportaciones a Brasil), maquinaria y automóviles. La balanza es equilibrada. 26 Asia, exportaciones industriales en expansión Por último vamos a tratar la región asiática, dando un giro a los modelos vistos en las dos regiones anteriores ( africana y latinoamericana). En este caso vamos a ver a España importando grandes cantidades de productos industriales, con altísimos déficits para España. El conjunto asiático, es muy importante como proveedor para España, ya que un 13 % de todas nuestras importaciones mundiales proceden de allí; más del doble de lo importado de Latinoamérica, América del Norte o toda África. Sin embargo, en cuanto a exportaciones españolas, Asia es equiparable a las zonas mencionadas, ya que representan el 5,4 por 100 de las ventas españolas al exterior. China y Japón son los principales socios comerciales de España: Exportaciones españolas a la región asiática por destinos: China 1.098 Japón 998 Irán 403 Hong Kong 393 Corea del Sur 333 Singapur 275 India 243 Taiwán 236 Fuente: Secretaría de Estado de Comercio y Turismo. Unidad: Millones de Euros 27 China: fuertísimo déficit para España. España mantiene un fuerte déficit comercial con China; importa más de siete veces el valor de lo que exporta a dicho país. La mayor parte de las importaciones de productos chinos tienen un alto un valor añadido; se trata de productos industriales ,en su mayor parte maquinaria. Las importaciones realizadas por España de China alcanzaron los 5.070 millones de Euros en el año 2001.Esta cifra representó el 2,95 % del total de las importaciones mundiales realizadas por España en el 2001. De 1996 a 2001, las importaciones españolas de China crecieron un 175,4 %. En el mismo periodo, el total de las importaciones españolas creció un 82,3 %. En el año 2001, China ocupó el octavo puesto en la lista de países proveedores de España. Informe del Icex de la Comunidad Valenciana: República Popular China 28 IMPORTACIONES ESPAÑOLAS de productos de China. (miles de euros, Fuente: Icex ) Por último, el caso de Japón, con el que España mantiene un importante déficit comercial: el valor de lo que importamos es cinco veces superior a lo exportado a ese país. De nuevo la mayoría de los productos importados son industriales, en su mayor parte vehículos, maquinaria, y reactores. No así, nuestras exportaciones, muy escasas (aunque en aumento), diversificadas y de menor peso industrial que las japonesas .Como se ve en el gráfico siguiente, la pesca y los minerales son las principales exportaciones españolas. Datos: miles de euros. Cuadro obtenido del Icex ( Instituto de Comercio Exterior ) 29 30 La especialización comercial de la economía española La composición del comercio En la composición del comercio español destacan cambios considerables en el volumen, la dirección y en la composición de las corrientes comerciales. Por el lado de las importaciones hay una cierta estabilidad en la composición de las compras de los países exteriores. En la economía española existen tres grandes núcleos de dependencia comercial: La dependencia energética, de productos intermedios y la dependencia de bienes de equipo. La alta importación de productos energéticos (42% en 1981) se constituye en la alta intensidad de consumo energético por unidad de producto que presenta la industria y en la dependencia respecto al petróleo como fuente de energía primaria. Respecto a la dependencia de productos intermedios, la naturaleza agraria forma un grupo importante que es un reflejo de los desajustes entre la oferta y la demanda agraria y los problemas de sustitución de las importaciones. El tercer núcleo de dependencia forma el sector de bienes de equipo que constituyen un componente básico de las compras españolas del exterior. En este sector incrementaron los desajustes nacionales entre la demanda y la oferta por los profundos cambios tecnológicos. Además los productos alimentarios y bienes tradicionales de consumo (confección, textil, calzado) forman otros dos grupos de las importaciones. Por el lado de las exportaciones se nota la caída de las exportaciones de productos alimenticios compensada por la exportación de los bienes 31 industriales (bienes de capital, de consumo y bienes intermedios). La parte de los productos energéticos se ha mantenido estable. Los productos alimenticios como cítricos, hortofrutícolas, vinos de calidad y aceite de oliva hn sufrido la competencia de, por ejemplo, los EEUU o países mediterráneos mientras que el peso relativo de los bienes industriales subió en todos sus componentes. Este sector ha tendido su mayor crecimiento en los bienes de consumo y de equipo antes de la crisis de 1973. Después crecen más los productos intermedios (ventas de productos siderúrgios) y todavía los bienes de consumo. Por la adhesión de España a la C.E. en 1986 se destacan cambios respecto a las exportaciones e importaciones españolas. Se incrementaron las exportaciones de los bienes de consumo (vehículos automóviles) y los de capital. Se redujeron las exportaciones de los bienes intermedios (agrícolas) y de los productos energéticos. Se destaca la disminución de las exportaciones de productos tradicionales y de bajo nivel tecnológico y demanda débil – donde el comercio español se especializa más (textil, cuero, calzado, siderurgia y productos metálicos). El mejor comercio exterior se realiza con los productos de demanda media que se encuentran en sectores específicos y de tecnología media (vehículos automóviles, maquinaría). En los productos de la demanda fuerte como de equipo productivo y tecnológico más avanzado (informática, farmacia, instrumentos de precisión) el comercio español muestra su mayor debilidad. Esta falta de especialización es la principal responsable de la caída de la competitividad exterior de España. Respecto a las importaciones, desde la entrada de España en la C.E. se redujeron las compras de productos energéticos del 35,9% en 1985 al 9,1% en 1996 por la caída de los precios internacionales. Por el contrario las compras de bienes de consumo incrementaron del 9,3 al 24,3%. 32 Una medida de la competitividad de un país es el índice que mide las ventajas comparativas reveladas (VCR). Se encuentra el comercio de cada producto o grupo de productos en relación con el correspondiente al total nacional, considerado las exportaciones como ventajas comparativas y las importaciones como debilidades del aparato productivo. El índice (positivo o negativo) define una ventaja o desventaja relativa al balance comercial del propio país. Las ventajas de España son productos de ciertos bienes agrarios, semimanufacturas, manufacturas de consumo y vehículos de carretera. Las desventajas se encuentran en la producción ganadera, materias primas, productos químicas y en bienes de equipo. Por la comparación del año 1984 con 1970 se pueden derivar dos conclusiones: La reducción general de los índices de ventaja comparativa y el comercio menos especializado y además que los sectores son más intensivos en capital y menos en trabajo cualificado (proceso de industrialización). Esto significa una mayor diversificación de las corrientes de comercio y el acercamiento del patrón comercial español al propio de los países desarrollados. Teorías del patrón comercial Smith y Ricardo explican el comercio como la consecuencia de las diferencias absolutas de costes entre los países. Estas diferencias se derivan de las diferencias en las productividades del trabajo aplicado a cada producto en uno y otro país. Las ventajas se destacarán por la especialización productiva y por la división del trabajo. La hipótesis sobre las ventajas comparativas entre países de los economistas Heckscher y Ohlin fundamenta la existencia del comercio en la 33 diferente votación relativa de los factores capital y trabajo entre países. Cada país se especializará en el bien relativamente mejor dotado. Estas teorías del comercio contradicen el hecho que la mayoría del comercio internacional se produzca entre países con nivel similar de desarrollo, que tienen dotaciones de factores y estructuras de costes similares. En las exportaciones españolas por ejemplo se concentran más del 70 por 100 en el comercio dentro de la U.E. Los bienes en este sector tienen niveles tecnológicos similares y calidades distintas. Las ventajas comparativas de la economía española (que se han disminuido) se encuentran en los sectores intensivos en recursos naturales y las desventajas en sectores intensivos en recursos humanos y en tecnología, si nos concentramos solo a los intercambios con la U.E.. Respecto a los intercambios con países menos desarrollados encontramos el contrario. Con estos países las ventajas del comercio español son más en sectores de recursos humanos y tecnología. Desde la adhesión de España en la C.E. en 1986 incrementaron los intercambios comerciales sobre todo con países desarrollados de la U.E., es decir una concentración del comercio con Francia, Alemania, Italia, Portugal y Reino Unido. 34 Los Componentes Compensadores de la Balanza por Cuenta Corriente El conjunto de la balanza de mercancías y servicios forma la balanza por cuenta corriente. Como hemos podido ver España tradicionalmente ha sido un país de déficit en la balanza de mercancías y aún en nuestros días. Pero ese déficit en las últimas cuatro décadas ha quedado parcialmente compensado por el superávit de la balanza servicios, en concreto en la especialización internacional de España en el turismo (considerado en economía como exportación en lo que se refiere a los extranjeros que vienen a España a gastar su dinero obtenido en sus países de origen) y por las remesas de emigrantes hasta las crisis del petróleo del 73 y 79, invirtiéndose ésta situación a finales de los 90, cuando las remesas de inmigrantes superan a las de emigrantes. Aún así la balanza por cuenta corriente española continúa siendo deficitaria con un crecimiento inverso de la balanza de mercancías (más deficitaria) a la de servicios (más superavitaria). La Balanza de Servicios La balanza de servicios genera un saldo positivo equivalente a dos tercios del déficit del saldo comercial. La balanza de servicios está compuesta por diferentes sub-balazas: Por un lado la de turismo que genera saldos positivos. Por otro las sub-balanzas de rentas de inversión y de asistencia técnica muestran saldos negativos. Y por último las de fletes, transportes y seguros que muestran saldos positivos y negativos que fluctúan de año en año. Por ello España se constata como demandante de capital y tecnología en los mercados internacionales 35 Las Remesas de Emigrantes España ha sido a lo largo de su historia creciente un país exportador de mano de obra. En las dos décadas de crecimiento y cambio económico previas a las crisis del petróleo, el proceso emigratorio adquirió una intensidad desconocida y un nuevo rumbo (el mercado europeo). Entre 1960 y 1985, más de un millón y medio de trabajadores emigraron a trabajar fuera de España (un 80% a Europa). De esta forma el saldo positivo de las transferencias se constituyó en un elemento compensador adicional de la balanza por cuenta corriente. Pero desde finales de los 90 este proceso se ha invertido por completo, España ha pasado de ser un tradicional país exportador de mano de obra a convertirse en un país importador de mano de obra. Este fenómeno es demasiado reciente para poder estudiarlo con claridad, sobre todo por el hecho de que la mayor parte de la mano de obra inmigrante es ilegal y trabaja en la economía sumergida. El Turismo Una visión de conjunto Vamos a dedicar especial importancia a esta sub-balaza de la economía española por el hecho de que supone el 63% de los ingresos del total de la balanza de exportación de servicios. El turismo es un fenómeno de consumismo colectivo reciente y complejo, derivado de diversas variables como los avances tecnológicos (comunicación y transportes), los nuevos hábitos de consumo, la ampliación de tiempo de ocio, el incremento de la renta en los países industrializados… El turismo consume tanto bienes públicos (carreteras o playas) como privados (hoteles, restaurantes…). Si tradicionalmente era un consumo de lujo para las 36 clases altas, hoy es un bien de consumo de todas las clases sociales (salvo las muy bajas). El Turismo puede ser desglosado por el nº de personas que visitan España por un lado y por el gasto medio por turista por otro. Esto nos representa que en España el nº de turistas no ha dejado de crecer en las últimas 4 décadas, pero el gasto medio por turista no ha dejado de decrecer. Aún así los ingresos totales no han dejado de aumentar. España se ha convertido en la 2ª potencia turística mundial sólo detrás de Francia. Desde la perspectiva del sector exterior, los ingresos por turismo constituyen uno de los soportes básicos del equilibrio de la balanza por cuenta corriente, incluso en determinados momentos ha conseguido compensar en su totalidad el déficit comercial y superar los ingresos obtenidos por la exportación de mercancías. A continuación vamos a profundizar en el Turismo y las políticas económicas que lo acompañan: Una pequeña introducción Puede afirmarse que la actividad turística en las dos últimas décadas del siglo XX en España se ha consolidado como la actividad determinante de la estructura económica: Es difícil suponer los equilibrios actuales sine el papel que juega ahora el turismo por medio de sus múltiples efectos en el sistema económico como la aportación de la riqueza, ampliando la contribución al PIB, con el mantenimiento, e incluso aceleración de la demanda de empleo, el apoyo al reequilibrio de los déficits en la balanza de pagos, impulsando los procesos indirectos de la producción de bienes y servicios etc., etc. Los escenarios más influyentes de la evolución turística son de naturaleza muy diversa, pero en general de profunda significación política y 37 económica. Entre otros serían la consolidación del sistema democrática en España, la alternancia en el poder de diversas tendencias políticas, la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea, la aprobación del Tratado de Maastrich, la implantación de la moneda única y el reconocimiento generalizado de los principios de la globalidad y del desarrollo sostenible. Desde 1982 a 1998 de manera global, en términos de viajes internacionales, el turismo español creció el 88,9%. Prácticamente se duplicó la demanda. Crecimiento del turismo en las dos últimas décadas del siglo XX En el estudio de la evolución del turismo, si contrastamos las variables turistas, visitantes y pernoctaciones hoteleras, observamos las siguientes conclusiones: la cifra de turistas creció más aceleradamente que las cifras de visitantes y pernoctaciones hoteleras, a una tasa interanual del 4,05%. El crecimiento de visitantes solo creció cada año una media del 3,3%, lo que significa un aumento del excursionismo sólo del 2,07%. La demanda hotelera de los residentes aumentó interanualmente el 2,35%, lo que equivale a un mayor aumento de la demanda extrahotelera o alternativamente al descenso de la estanca media por viajero. Teniendo en cuenta la información para el año 1999, la cifra de turistas para el cuatrienio del Partido Popular creció el 7.6%, el número de visitantes el 7.2% y, por último, el volumen de pernoctaciones hoteleras el 7,4%, incrementos muy superiores a la media del período del gobierno del Partido Socialista Obrero Español. Para contrastar el crecimiento de la información de llegadas es también interesante observar la evolución de los ingresos por turismo extranjero que se ha originado en las dos últimas décadas del siglo XX. Se comprueba que en el 38 período considerado el crecimiento monetario de ingresos por turismo fue muy acelerado por efecto de la fuerte inflación sufrida por el sistema económico español. Por otra parte, el proceso depreciativo de la peseta se tradujo en una reducción floral de los ingresos en divisas de 26%. Ahora bien, como dato muy favorable hay que añadir que el aumento del gasto real por viajero se elevó al 15.3%. Por otra parte es necesario realizar la valoración del turismo de los residentes como componente fundamental de la demanda global turística española. Respecto a la demanda interna, se observa el paralelismo entre el crecimiento de las estancias hoteleras y la variación del consumo de en términos reales, además se aprecia el mayor aumento del turismo extranjero en relación al turismo de los residentes en un valor del 20%. La política de promoción Turística Los mercados turísticos en los últimos años presentan tres factores fundamentales de influencia y captación: Esfuerzo por la mejora de la competitividad incorporando elementos de aumento de la motivación y de la atracción. Diversificando en los productos y características. Ampliación de los destinos turísticos geográficos. Esta situación ha endurecido la lucha por la consecución de los flujos de llegadas aun incluso creciendo de manera permanente la demanda turística mundial. Se observa un crecimiento en la demanda de los viajeros interanualmente del 5% y en los ingresos del 9,7%, incremento mayor por efecto de tres razones específicas: mayor inflación turística en los países receptores que la depreciación de su moneda en relación al dólar, mejora progresiva del gasto medio real por viajero y la aparición de productos turísticos junto con ofertas complementarias de mayor nivel de gasto. Conjunto con el fuerte crecimiento de la demanda se ha producido un aumento de la oferta también muy elevado, ya que la capacidad hotelera para 39 el mismo período ha pasado de 17 a 30 millones de camas, lo que equivale a satisfacer la necesidad de ampliar la capacidad, manteniendo una ocupación todavía insuficiente para mejorar la eficiencia de las inversiones. Todo ello nos obliga a mantener una gran reserva en cuanto a las posibilidades que en el fututo tendrán los mercados tradicionales (como es el caso español), por influencia en paralelo de circunstancias que actúan negativamente tales como la masificación, el agotamiento del producto, la pérdida de imagen, etc., lo cual obliga necesariamente a realizar un gran esfuerzo de promoción. Debemos indicar como aspecto importante del análisis que la promoción en el exterior le corresponde prioritariamente a la administración general del Estado. Por tanto, el gran esfuerzo económico debe encontrarse en sus dotaciones presupuestarias, aunque es evidente que las diversas Comunidades Autónomas y entidades locales y empresas privadas realizan actuaciones que complementan dicha acción. Es importante señalar que en 1994 se constituyó el Consejo Promotor de Turismo con objeto de conseguir la colaboración de las entidades privadas en la dirección y diseñó de las actuaciones promocionales del turismo español. Puede señalarse que por término medio se estima que de los presupuestos totales de las comunidades entre el 40 y el 45% se asigna los procesos publicitarios y promociónales del turismo en todo tipo de medios y soportes, así como en el interior y exterior y en actuaciones propias de cada comunidad o en acciones concertadas entre ellas y el Estado como es el caso de España Verde, la Ruta de la Plata o Ciudades Patrimoniales. En conjunto se cifra en 17.000 millones de pesetas el esfuerzo inversor realizado en 1998 por las Comunidades Autónomas, que junto al presupuesto del Estado y de las entidades locales se aproxima a los 25.000 millones de pesetas. 40 El Plan Marco de Competitividad Sin duda uno de los hechos principales de la política turística española es la aprobación y aplicación en sus dos fases del Plan Marco de Competitividad del turismo español en el año de 1992. Las razones fundamentales de que se considerase oportuno introducir un Plan Marco que resolviese problemas generales y de coordinación de las políticas turísticas eran especialmente dos: un cambio estructural de los mercados turísticos que provocaba un desajuste entre la oferta y la demanda del sector turístico español, con consecuencias negativas para las empresas, los profesionales e incluso las economías regionales. Y la conveniencia de definir un programa floral de objetivos y actuaciones para el sector, tras el cambio político-administrativo experimentado en España. El Plan Marco de Competitividad del Turismo Español fue elaborado por la Secretaría General de Turismo con la participación y aportaciones de las Consejerías de Turismo de las Comunidades Autónomas, procurando alcanzar un máximo consumo en la formulación de las políticas turísticas. También se contó con la colaboración de los interlocutores sociales (organizaciones empresariales y sindicales). El Plan Marco establecía tres tipos de objetivos finalistas, que a su vez se estructuraban en objetivos operativos: 1.- Sociales (aumentar la calidad de vida de todos los agentes involucrados). Mejora de la calidad turística . Potenciación de la formación y cualificación. Protección del consumidor-turista. Mejora del entorno informativo 2.- Económicos (obtener una industria turística más competitiva y más rentable) Mejora en I+D en las empresas turísticas. Mejora del capital humano en las empresas. Modernización e innovación. Diversificación y diferenciación de la oferta. Mejora de la promoción y comercialización. Fortalecimiento del 41 tejido empresarial. Mejora de las infraestructuras. Adaptación del marco jurídico e institucional. 3.- Medioambientales (lograr un desarrollo turístico más respetuoso con los entornos) Conservación del entorno natural y urbano. Recuperación del desarrollo de tradiciones y raíces culturales. Revalorización del patrimonio susceptible de uso turístico. Ciertos proyectos y actividades turísticas desarrollados en algunas zonas del territorio nacional se beneficiaban de importantes apoyos económicos procedentes de los fondos estructurales de la Unión Europea, los cuales deberían integrarse en los recursos públicos que se destinaron a la ejecución del Plan Marco de Competitividad del Turismo Español Además se acompañaba de estímulos económicos tales como incentivos fiscales, incentivos económicos (subvenciones variables) e incentivos financieros (financiación preferencial para proyectos de modernización de empresas turísticas, conversión de deuda con el Estado, etc.). En los últimos años del gobierno del PSOE (1994 y 1995), se consideró necesario redactar un II Plan Marco de Competitividad que para los cuatro años siguientes prosiguiese la labor del primer Plan. Para ello se realizó una auditoría que manifestó los aspectos positivos y negativos del Plan, considerándose que ahora no debería dividirse tanto el esfuerzo de proyectos subvencionados y potenciar más las indicativas de gran volumen. En el primero los proyectos subvencionados fueron 1.760, con un valor de 8479 millones de pesetas. El II Plan concedió más protagonismo a la intervención y decisión de las administraciones autonómicas, considerando como elementos determinantes: la corresponsabilidad, promoviendo el compromiso entre todas las administraciones. Concentración de actuaciones, apoyando proyectos que agrupen diversos intereses. E integración de iniciativas empresariales en proyectos comunes. 42 La política de financiación de las empresas turísticas A partir de 1990, con el cambio institucional de la banca oficial y la privatización de una banca pública como Argentaria, se produce un cierto desplazamiento del crédito turístico oficial hacia las entidades financieras privadas (banca y cajas de ahorro). Desde 1942 hasta 1990 la financiación oficial al turismo por medio de subvención y otras ayudas del sector público fue el instrumento para la concesión de créditos al sector turístico. El Banco Hipotecario fue en general el mecanismo de gestión de la financiación pública al turismo. En 1982 el crédito oficial sólo significaba ya el 25, 32% del total de la financiación turística, descendiendo en 1990 al 3,8 %. Hasta 1990 el crédito oficial sólo había crecido el 5,8%, mientras que la financiación turística total, el 606%. Por otra, la participación del turismo en el conjunto del mercado crediticio español se ha duplicado en las dos últimas décadas del siglo XX. Puede comprobarse la existencia de dos tendencias contrarias en cuanto a la financiación del sector turístico español hasta el año 1990: mientras descendías la cuota de financiación pública, crecía el endeudamiento global del turismo. En las nuevas tendencias financieras del turismo, destaca que en el período de 1986-1998 la financiación del turismo por las Cajas de Ahorro tiende a crecer, alcanzando dicha financiación un valor cercano al 30% del total acreditado al turismo, por lo que sigue predominando el papel del a Banca Privada con valores del entorno del 60%. En la política de financiación del sector turístico han continuado predominando los créditos a largo plazo, llegando a superar el 70% del total. La banca privada se ha especializado en el sector hotelero, en el marco de diferentes subsectores de la actividad turística. Por el contrario, las Cajas de Ahorro no manifiestan una línea muy marcada de preferencias. 43 La cuota de endeudamiento en términos de pesetas de 1998 no puede resultar muy elevada, ya que alcanza sólo el valor de 9,1%. Luego puede considerarse que el sector turístico aún a pesar de un mayor reconocimiento como actividad económica de amplia proyección productiva, parece que opta por la figura o mecanismo en su financiación de la ampliación de capital con recursos propios. Financiación pública de inversiones turísticas Es complejo llegar a precisar el valor de las inversiones reales que las diferentes administraciones públicas, fuera de los departamentos que tienen las competencias administrativas del turismo, dedican a la actividad. Es evidente que en los últimos años se ha hecho un esfuerzo muy importante en la mejora de las infraestructuras, cabe destacar la realización de obras de infraestructura interurbanas que sirven para el desplazamiento y transporte de turistas. La ampliación y remodelación de aeropuertos. La mejora de infraestructuras de saneamiento en las zonas turísticas y otras inversiones e instalaciones básicas para el desarrollo del turismo. Se valora la proporción del conjunto de las infraestructuras directamente afectadas al desarrollo turístico en 8 billones de pesetas, a precios de reposición, lo que significa como promedio interanual de inversión realizada en pesetas de 1998 de 275.000 millones de pesetas. Para el período 1982-1998, 4,4 billones de pesetas. Ello equivale al 3,1% del valor de producción turística y al 30% de las rentas fiscales de la actividad turística. Otro capítulo que interesa mencionar por su carácter instrumental son las inversiones reales para alojamientos turísticos propiedad del Patrimonio Nacional: Paradores nacionales de turismo, cuya evolución ha pasado de una inversión de 1.287 millones de pesetas en 1982 a 3.000 millones de pesetas para el año 1998. Destacan en los últimos años las inauguraciones de los paradores de la isla de La Palma y Cangas de Onís, y las remodelaciones de 44 Baiona, Chinchón, Almagro, Carmona y Ribadeo. Se tiene previsto la construcción y apertura de los paradores de Lerma, Limpias (Cantabria) y Monforte de Lemos. 45 Los Movimientos de Capital Para una aproximación al funcionamiento de los movimientos de capital en la economía española realizaremos una breve descripción de su evolución y situación actual. En el movimiento de capital español diferenciaremos una 1ª fase de expansión (1955-1974), con una tasa media de crecimiento del 5,5% y una 2ª fase de crisis económica (1975-1995), con una tasa media de crecimiento del 2,2%. Tratándose la economía española de una economía de tamaño medio, con intensas vinculaciones con el resto del mundo (RM), la competencia de las empresas en el mercado mundial es la clave para comprender la importancia de su situación relativa respecto a la ganancia y pérdida de cuotas en el mercado. La competitividad de un país está ligada a la capacidad de competir en su sector exportador. El mercado nacional español supone para el RM parte de su demanda externa; la importación de bienes y servicios supone la cuota del mercado nacional que poseen dichas empresas. El movimiento de capital abarca el capital público, capital privado, así como el capital activo, las llamadas inversiones patrimoniales y los créditos. Dichas transacciones son autónomas en cuanto a su evolución, ya que los factores que las promueven son diferentes. Históricamente, la balanza de capitales a largo plazo supone para la economía española uno de los factores básicos de su equilibrio exterior. El proceso de capitalización y el crecimiento en los años 60 tuvieron como resultado un desajuste entre las necesidades de la economía y las disponibilidades frente al exterior. Desde el año 65 hasta el momento actual, se dispone de capitales suficientes para evitar el estrangulamiento externo. La balanza de capitales demuestra superávit frente al déficit de la cuenta corriente. Durante la fase de expansión, la balanza se mostrará positiva. Los años 19851986 sin embargo, nos dejan una balanza con saldo negativo. La explicación no está en la reducción de los ingresos, sino en la amortización en moneda extranjera. La legislación española durante el proceso de liberalización económica en los 60, favoreció como es sabido la entrada de capitales, limitando o impidiendo las salidas, convirtiendo a España en país receptor y 46 mutilando sus posibilidades como país inversor, marcando una clara tendencia de entradas notablemente superior al de salidas. El saldo de la balanza de capital no fue suficiente para compensar las etapas de desequilibrio comercial; las crisis petroleras de ´73-´74 y ´80-´83 cerraron la balanza con un saldo negativo. La evolución del capital público se considera en conjunto súperavitaria, distinguiéndose hasta el año ´75 saldos medios. A partir del año ´76, la Administración emprende una política de endeudamiento externo más activa. RENFE, INI, entidades oficiales de crédito y CC.AA. apelan a los mercados internacionales. Se intenta evitar la apreciación de la moneda, pero los mercados internacionales no se encuentran en condiciones favorables. La Administración se suma en un fuerte endeudamiento externo, especialmente en los años 82-83. En el ámbito de las operaciones privadas, tenemos que destacar el esfuerzo español en impulsar sus exportaciones en momentos de coyuntura económica de demanda internacional débil y de una elevada competencia. Los créditos comerciales experimentan un fuerte incremento a partir del ´74 y figuran con saldo negativo a partir del ´77 debido a un mayor número de créditos concedidos que recibidos, además de un elevado número de liquidaciones. El saldo de los préstamos concedidos a las empresas es positivo. España se perfila como demandante neto en los mercados internacionales. Su actividad como prestamista internacional es de escasa relevancia. El saldo de este concepto está estrechamente vinculado a las condiciones del mercado de capital nacional e internacional. Guarda relación con los factores de disponibilidad de las empresas y el coste de los recursos. La apelación al crédito externo se mantiene en alza (´74-´82) acorde con la consolidación de los euromercados y la expansión de la liquidez monetaria que impulsaron las crisis petrolíferas. Las políticas antiinflacionistas estimulan desde el interior acudir a los mercados internacionales. El año 82 supone un punto de inflexión, debido al endurecimiento de las condiciones internacionales de crédito y a la 47 mayor flexibilidad del mercado español de capitales a largo plazo. A mediados de la década de los 80, las favorables condiciones de los mercados internacionales permiten que parte del superavit corriente reajuste los sectores público y privado. El saldo de las inversiones patrimoniales es siempre de signo positivo. España se comporta como demandante y nunca como oferente. La aportación de este saldo positivo a la balanza de pagos es importante debido a que supone la compensación del 20% del déficit comercial. Su evolución sin embargo es altamente sensible al contexto general susceptibles a las crisis petrolíferas tal y como venimos repitiendo. Inversión extranjera La aprobación del decreto ley en el mes de Julio de 1959 supone el primero de los numerosos pasos que dará el proceso de liberalización en el tratamiento del capital extranjero. Las sucesivas reformas puntuales (´62-´74´81) darán paso a un nuevo real decreto en el año 86. Las inversiones directas quedan plenamente liberalizadas, las inversiones en cartera y el sector inmobiliario. Sometidos a regulación específica quedan determinados sectores, entre los que podemos destacar el juego, la televisión, la radio, defensa o el transporte aéreo. Tradicionalmente ha existido una fuerte asimetría entre los flujos de inversión directa recibida (IDE) y los realizados (IDEE).Son característicos de un país de renta media y una industrialización madura, que no se distingue por la inversión de sus empresas en el exterior. La asimetría se amplía a partir del año 86, con la acelerada apertura a los mercados internacionales. Esta situación deriva en una abultada penetración de capital extranjero en España y posteriormente en la presencia de inversiones directas españolas en el exterior. El capital extranjero se contempla como un importante agente promotor de crecimiento. Además supone un complemento del ahorro nacional, un equilibrio en la balanza de 48 pagos. Su papel como estímulo de la renovación técnica del sistema productivo es incuestionable. España por tanto, podemos decir que se ajusta a la denominada teoría ecléctica, según la cual a medida que un país se desarrolla se van transformando las ventajas de propiedad, localización e internacionalización (PLI), a largo plazo existe un cambio de país meramente receptor a una posición de remitente neto. El proceso se traduce así en una posición de receptor (1986-1992) a una situación de equilibrio que se mantiene hasta la actualidad. Algunos autores aducen la existencia de un cambio en la estructura de nuestro sector externo, una consolidación del proceso de internacionalización de la economía española y consecuentemente de sus empresas. De enorme magnitud y dinamismo son los ingresos por inversiones. Analizando la procedencia de las inversiones, nos encontramos con el problema de la inexistencia de datos, sin embargo podemos utilizar como referencia y muestra del origen las autorizaciones concedidas para inversiones mayoritarias. De este modo se concluye que ¾ partes de las inversiones realizadas entre 1977-1986 se reparten entre EEUU(19%), RFA (16%), Suiza(10%), Reino Unido (8%), Francia (8%) y Japón (3%). En función de las áreas económicas, la CEE aparece como la principal, aportando en conjunto el 45% del capital invertido. En inversión indirecta, esto es, empresas con más del 50% de capital extranjero, supone un 11% del total de la inversión. Podemos destacar así mismo, la importancia de la inversión de tipo inmobiliario. Ésta supone el 30% de la inversión total. Este hecho está fuertemente relacionado con la compra de edificios y terrenos, por parte de sociedades extranjeras, con vistas a la futura promoción del turismo. La escasa inversión en cartera centra su explicación en el poco atractivo que ha supuesto hasta fechas relativamente recientes la inversión en bolsa para los ahorradores extranjeros. Tal situación ha sufrido durante los últimos años importantes cambios, detectándose fuertes incrementos a partir del año 86. La inversión directa ha sido la dominante, 44% de los ingresos brutos. La participación en las empresas españolas se ha realizado al margen del mercado bursátil. 49 Como factor útil en la medición de la inversión extranjera, podemos tomar como referencia la formación bruta de capital. El valor resultante de dicha proporción se sitúa en el 4,5% .Dicho valor coincide con el de otros países europeos. La importancia de la inversión extranjera en la economía española hemos de sopesarla en términos cualitativos, dentro del gradual proceso de capitalización de la economía, destacar los sectores en los que se implanta y qué técnicas productivas aporta. Con respecto al equilibrio externo, la inversión exterior ha sido capaz de compensar el 25% del déficit comercial, alcanzando elevadas cifras en años posteriores en el saldo de mercancías. Pese alas caídas en los momentos puntuales de crisis, se convierte en mecanismo clave en la compensación del saldo negativo de la balanza por cuenta corriente. La repercusión de la inversión extranjera sobre la balanza de pagos nos lleva a analizar tres ámbitos sobre la que ésta repercute. En primer lugar nos detenemos en las rentas de inversión. Puesto que las repatriaciones de los beneficios de las empresas inversoras no quedan registradas en la balanza de pagos y por la imposibilidad de conocer el stock total del capital financiero extranjero (citamos las reinversiones de dividendos como ejemplo) evaluaremos el efecto que tiene para la balanza de pagos la salida de divisas, que supone el pago de la renta de inversión. Hasta el año 95, supone un 25% coeficiente medio. Es decir, de cada 4$ invertidos en España, 1$ retorna a su lugar de origen. En segundo lugar, destacamos el pago de las rentas tecnológicas. Supone una apreciable salida de divisas. De nuevo barajamos cifras de 1$ de cada 4$ regresando al país de origen. Detengámonos ahora en los flujos comerciales. El estudio comparado de las empresas con y sin capital extranjero es amplio. En su estudio encontramos implícito, el factor de la segmentación del mercado como conducta diferencial. Encontramos en la tradición teórica de HymerKindleberger el soporte de esta conducta. Existen dos posibles tipos de inversión, las denominadas trade oriented y antitrade oriented. Las inversiones trade oriented refuerzan las ventajas comparativas del país de destino. Nacen orientándose en las ventajas de los 50 mercados exteriores y aprovechan los menores costes del país en que se instalan. Por el contrario, las inversiones anti-trade, responden a los factores del lugar de procedencia del capital. Su objetivo es rentabilizar las ventajas monopolistas. Estas inversiones tienen un carácter defensivo, están orientadas a salvaguardar una determinada cuota de mercado. Otro de los objetivos de estas segundas inversiones es la superación de las barreras comerciales del país en al que se instalan; se denominan también tariff jumping investments. Las características del mercado español durante la década de los 60 y principios de los 70, con una elevada protección arancelaria y un dinámico mercado interno, justificaría la presencia de inversiones defensivas (anti-trade). Por otra parte, los menores costes de producción en mano de obra, por ejemplo, explican que empresas extranjeras aprovechen las ventajas comparativas. Desarrollan así el potencial exportador. Sin embargo, podemos destacar que la empresa con capital extranjero tiende a tener una mayor propensión importadora y menor propensión exportadora. El saldo de su balanza comercial se perfila más deficitario que la media de empresas con capital nacional. En los últimos años, las empresas participadas están aumentando sustancialmente su propensión exportadora. El proceso de liberalización de la economía ha supuesto la eliminación de las barreras protectoras españolas con la consecuente reducción de las inversiones anti-trade orinted. Del mismo modo la integración de España en la CEE ha resultado interesante para la instalación de empresas con capital extranjero como plataforma de penetración comercial en los mercados comunitarios, esto es, empresas trade oriented. Sumando las rentas tecnológicas y las rentas de capital, la mitad de los ingresos se destinan al pago de los servicios que dichas inversiones promueven. No se cuestionan los efectos sobre la estructura productiva, pero se aportan datos sobre su contribución a la balanza de pagos. 51 Inversión española en el exterior. La inversión española en el exterior es otra de las visibles manifestaciones del proceso de apertura del conjunto de la economía en los mercados internacionales de capital. Este tipo de transacciones tiene lugar tardíamente y lo acompaña un consecuente proceso de normalización legal. Es a partir del año ´73 cuando encontramos el marco normativo que permite dichas transacciones, despenalizándolas de la ley Penal y Procesal de delitos monetarios vigente. La liberalización plena de la inversión directa no se produce hasta el año ´79, quedando sujetas a verificación las inversiones en inmuebles y cartera. No obstante se flexibilizan las llamadas inversiones institucionales, cajas de ahorro, bancos, compañías de seguros entre otros. Las exigencias comunitarias amplían el grado de libertad de las transacciones de capital con el exterior. Es importante destacar cómo la evolución de las salidas de capital se han visto condicionadas por el restrictivo marco legal, resultando la labor de la apertura económica un complicado proceso de modificación de la legalidad vigente. En el estudio de los mercados de destino de las inversiones españolas en el exterior podemos determinar la existencia de dos períodos. El primero se prolonga hasta el año 82. Ibero América constituye el 51% de la inversión acumulada, resultando EE.UU. (17%) y los países comunitarios (19%) los destinos inmediatamente mayoritarios. En el período posterior, el mercado Ibero Americano (21%) pierde peso ganando peso los EE.UU. (23%) y muy significativamente los países comunitarios (28%). Destacable importancia tienen los aumentos, especialmente durante el período de los años 80 las inversiones realizadas en países con regímenes fiscales permisivos como Bahamas. Durante el primer período, las inversiones orientadas a las actividades manufactureras tienen mayor peso que la inversión comercial y financiera características del segundo período, que se prolonga hasta la actualidad. Se rentabilizan en el mercado iberoamericano las ventajas tecnológicas en determinados sectores productivos; mientras, en las 52 inversiones con EE.UU. y CEE predominan la dotación de servicios de apoyo financiero y comercial. La repercusión del Euro, así como su actual revalorización, son motivo de atención sobre las exportaciones e importaciones españolas. La encuesta de Coyuntura de la Exportación nos muestra como el 44% de las empresas españolas exportadoras españolas se ha visto afectada por la actual revalorización, tanto en EE.UU. Japón y Latino América. A nivel sectorial el deterioro se concentra en actividades de materias primas, industrias estractivas y en las manufacturas de consumo y bienes de consumo duradero. En relación a los mercados de destino, EEUU puede perfilarse como una decepción. Se esperaba dadas las aparentes buenas relaciones políticas entre España y EEUU un importante y apreciable crecimiento de las ventas españolas. De hecho durante el año 2003 las exportaciones a EEUU han caído 1,4% salvándose del retroceso general únicamente el cava y el sector textil. En América Latina las exportaciones españolas cayeron un importante 9,1%. En el caso de Asia, destaca el fuerte crecimiento de las exportaciones a China, ajenos al valor del Euro, situándose en un 39,4%. La explicación la encontramos en el modelo industrial chino, que favorece la importación de bienes de equipo, semifacturas y productos de tecnología media en los España es ahora muy competitiva. Dichos datos contrastan con la caída general de los mercados de Japón y los tigres del sureste asiático. Importante para las exportaciones españolas será comprobar el impacto de la fortaleza del euro sobre el comercio exterior de Francia y Alemania, los dos primeros destinos de las exportaciones españolas, que absorben el 30% del total de nuestras ventas. Si ambos países compensan la caída de su demanda interna con las exportaciones, la balanza comercial española se varé afectada y deteriorada. Desde el punto de vista de la importación, los efectos del euro han sido positivos. El aumento en las compras energéticas 2,1% se pueden achacar al aumento de las importaciones de los paises no integrados en la moneda única. El aumento en la competencia de los mercados a los que llegan los productos españoles esfruto de la apreciación del euro. 53 La deuda externa La consulta de la balanza de pagos no es suficiente para la determinación de la deuda externa de un país, ya que se trata de una variable fondo, resultante de la acumulación de los préstamos recibidos del exterior. En España no se dispone de información de un balance de activos exteriores, así la información de la que disponemos es limitada. Podemos sin embargo distinguir dos períodos en su evolución. La primera de fuerte crecimiento y una segunda de estabilidad y recesión. La explicación del crecimiento del primer período la encontramos en las dificultades de liquidez del mercado español en un contexto de expansión de los mercados internacionales de fondos en manos privadas. La política liberal adoptada con respecto al acceso a préstamos internacionales con el fin antiinflacionista sería otra de las explicaciones. Finalmente, la segunda crisis petrolera explica el recurso al crédito exterior al comienzo de la década de los 80. El endurecimiento de las condiciones del crédito internacional y la depreciación de la peseta frente al dólar hasta el año 85, motivan un cambio de signo en la tendencia. La composición por prestatarios se mantiene al 50% sector privado y 50% sector público. Los prestamistas en el exterior los constituye capital privado. Evolución de los principales flujos con el RM La evolución de la tasa de apertura, esto es, la proporción de las exportaciones e importaciones en relación al PIB, alcanzaba en el año ´64 el 16,9%. Los datos para el año ´99 triplican tal cantidad, alcanzando en este año el 49,6%. La explicación de dicha trayectoria la encontramos en las consecuencias del plan de Estabilización ´59, el acuerdo Comercial Preferencial CEE en el año ´70 y sobre todo consecuencias del tratado de adhesión de la UE en el año ´85. 54 La evolución de la tasa de cobertura, el cociente importacionesexportaciones, se caracteriza por la incapacidad del sector exterior de financiar los requerimientos externos de bienes y servicios en un primer período. Durante los años 80 se detecta un aumento tendencial en la cobertura de las importaciones. A mediados de esta década se percibe, un cambio importante en la tasa de cobertura, hay un cambio radical en la trayectoria. Las importaciones no han sido enteramente financiadas con las exportaciones. Se dan fuertes oscilaciones de la tasa de cobertura. En el proceso de adaptación a la UE, destacables son los ritmos de desarme arancelario bilateral, que para España suponen serias dificultades de adaptación. La tasa de cobertura inferior a 1 a lo largo del período 64-97 y hasta la actualidad, son indicio de la menor competitividad de la economía española frente a otros países de la UE. Dicha situación tiene consecuencias sobre el nivel de vida medio español, existiendo claras y perceptibles diferencias del PIB por habitante en España y el PIB por habitante de los bloques mundiales como EE.UU., Japón y resto países de la UE. Para España la rápida convergencia a la UE supone un mayor ritmo del crecimiento relativo de la productividad nacional. La apertura al exterior supone para España una mejora asociada también a una reducción de los desequilibrios externos. La interrupción de la tendencia ascendente de la tasa de cobertura en el año 95, se debe al retroceso de las importaciones y sobre todo a las exportaciones. La posición internacional de la economía española empeora si la comparamos con EE.UU., Japón o países miembros UE más fuertes. 55 Bibliografía: - España, Economía. José Luis García Delgado. Espasa Calpé. Madrid 1989. - Política Económica de España. Luis Gámir (coordinador). Alianza Editorial. Madrid 2000. - Economía, Teoría y Polítca. Francisco Mochón. Mc Graw Hill. Madrid 2000. - Materiales de Economía Política. Tomás Moltó García. Ariel. Barcelona 1996. - www.icex.es: ( sitio del Instituto de Comercio Exterior): “Informes País”, “ Ficha País “, Documentos específicos etc. - Del Boletín ICE Económico, los siguientes artículos: “ Evolución y determinantes de las exportaciones españolas a Japón”, Fernándo Benito Valero. “ Comercio e inversión de España en Iberoamérica “ por Eduardo Cuenca García. “ La inversión extranjera directa y el comercio internacional. El caso de México y España “ VVAA. - sitio web del Ministerio de Economía: datos de la Síntesis General de Análisis Macroeconómico. 56