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El estatus de los profesionales de la comunicación: cláusula de
conciencia y secreto profesional.
La CE. Reconoce DOS GARANTÍAS de la libertad de información: ‘’La
ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional
en el ejercicio de estas libertades’’.
Lo que se pretende garantizar es la LIBERTAD DE LOS
PERIODISTAS y así garantizar la LIBERTAD DE INFORMACIÓN.
Los TITULARES de estos derechos son exclusivamente aquellos
ciudadanos que ejerzan profesionalmente el periodismo.
•
Cláusula de conciencia: es un derecho del periodista en defensa de su
INTEGRIDAD Y DIGNIDAD PROFESIONALES.
Su pretensión es la de garantizar que el periodista no trabaje de
forma contraria a sus CONVICCIONES.
Busca doblemente: garantizar la LIBERTAD DE INFORMACIÓN y la
LIBERTAD IDEOLÓGICA.
Protege SÓLO a aquellos que participan en la ELABORACIÓN de
NOTICIAS y OPINIONES.
No habilita al periodista a expresarse a su antojo, lo que sí que
faculta es a NEGARSE MOTIVADAMENTE a participar en la elaboración
de informaciones CONTRARIAS a los PRINCIPIOS ÉTNICOS de la
comunicación, sin que esa negativa le pueda suponer SANCIÓN o
PERJUICIO.
Otorga al periodista a que si se produce un CAMBIO SUSTANCIAL
de ORIENTACIÓN IDEOLÓGICA del medio de comunicación, de
rescindir unilateralmente su contrato de trabajo y recibir una
indemnización como si se tratara de un despido improcedente.
Igual sucede si el periodista es TRASLADADO a otro medio del
mismo grupo de comunicación y ello conlleva una ruptura de su
orientación profesional.
•
Secreto profesional: consiste en el derecho/obligación de reserva
sobre la identidad de la fuente de las informaciones que el periodista
recibe de manera confidencial.
De ahí que se haya establecido un TRIPLE FUNDAMENTO:
I. LIBERTAD DE INFORMACIÓN.
II. INTERÉS INSTITUCIONAL EN UNA LIBRE COMUNICACIÓN
SOCIAL.
III. PRIVACIDAD.
Permite a los periodistas eximirse de la obligación de declarar
ante la Administración, el Parlamento o ante los órganos judiciales,
acerca de la IDENTIDAD de su FUENTE, y también la exención de
DENUNCIAR a su FUENTE en el caso de que existan indicios
delictivos en su actuación.
Pero frente a instancias judiciales NO EXIME al periodista ACUDIR
a un llamamiento judicial, y una vez allí sí que podrá negarse a relevar los
datos que sirvan para identificar a su fuente.
Tampoco le exime de la obligación de DENUNCIAR un HECHO
DELICTIVO, dado que el bien jurídico protegido es la fuente de
información y no el contenido de ésta.
Pero esta garantía no es absoluta, ya que hay criterios para ponderar la
necesidad de revelar la identidad de la fuente de información en relación
a la trascendencia del delito.
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