Personajes El Cid Campeador Los personajes pueden ser de dos tipos: INDIVIDUALES:

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Personajes
Los personajes pueden ser de dos tipos:
A.− INDIVIDUALES:
El Cid Campeador: Rodrigo Díaz de Vivar, personaje virtuoso, con piedad religiosa y amor por la familia,
valeroso e inteligente guerrero. Se nos presenta como un gran héroe que supera su destierro haciendo lo
posible y lo imposible por volver a gozar de la confianza de rey, además de reparar la deshonra que sufren sus
hijas a manos de los infantes de Carrión y ganar grandes fortunas y tierras. Su principal valor es la búsqueda
del honor.
(Es el personaje principal de esta obra, ante el recorre la acción que transcurre, es un protagonista)
El rey Alfonso: en un principio, destierra al Cid de Castilla, pero a lo largo del relato, se va dando cuenta de
que, en realidad, es un buen vasallo, y le perdona. Él es el rey y, por tanto, la máxima autoridad. Todos los
habitantes de su reino deben obedecerlo si no quieren ser expulsados del país. Pero, en definitiva, intenta que
siempre se haga justicia.
(Es otro de los personajes por los cuales sucede la trama de la historia del Cid, es un personaje principal y es
un personaje antagonista es antagonista a el Cid)
Jimena: es la mujer del Cid Campeador. Apoya en todo a su marido porque le admira.
(Es un personaje secundario y no es ni protagonista ni antagonista)
Doña Elvira y Doña Sol: hijas del Cid y de Doña Jimena.
(Personajes secundarios en la primera parte del cantas y ambas son protagonistas en las partes: Cantar II
Cantar de las Bodas y Cantar III La afrenta de Corpespero sus acciones son paralelas a las del Cid)
Los infantes de Carrión: pretenden el casamiento con las hijas del Mío Cid y al final lo consiguen. Una vez
casados, se llevan las riquezas que les correspondían de las batallas ganadas, y se van, deshonrando más tarde
a Doña Elvira y Doña Sol.
(Ambos personajes secundarios y no son protagonistas hasta: Cantar II Cantar de las Bodas y Cantar III La
afrenta de Corpes y sus acciones son paralelas a las del Cid).
La niña de nueve años: dice lo que había dicho el rey por ello el Cid que decide montarse en su caballo y
retirarse.
(Personaje principal, puesto que representa lo que piensan el resto de personajes que viven en su pueblo, es
en parte un representante de estos, así pues es protagonista de un hecho simbólico en el libro).
Martín Antolinez: burgalés, ofrece alimento y bebida al Cid y sus acompañantes. Martín desobedece las
órdenes del rey porque no compra nada, todo lo que les da es suyo finalmente, Martín por miedo a represalias
decide unirse al Cid y huir de Burgos.
(Personaje principal y protagonista)
Pedro Bermúdez: sobrino del Cid.
(Personaje secundario)
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Martín Antolinez: sobrino ficticio del Cid.
(Personaje secundario)
Minaya (Álvar Fáñez): es un personaje con mucho valor y es la mano derecha del Cid en las batallas es un
gran bellator y estratega en el campo de batalla lo más importante del era que el Cid le confió a su Familia.
(Personaje secundario y protagonista)
Galín García (el bueno de Aragón): Señor de unos lugares situados en el oeste de Aragón.
(Personaje principal en unas partes del Cantar y protagonista)
Muño Gustioz: Criado del Cid.
(Personaje principal y protagonista)
B.− SECUNDARIOS:
Los infantes de Navarra y Aragón: son dos personajes que en las Cortes piden al Cid las manos de sus hijas,
con las cuales ambos se casaran posteriormente.
(Son personajes principales en el Cantar III, y también son protagonistas de este)
Los moros (amigos y enemigos): los reyes de los distintos territorios: aquellos que a lo largo del libro le
prestan su ayuda económica y en otras ocasiones le dan alojamiento, otros por el contrario son los que tienen
batallas con y contra él.
(Personajes principales y en partes del cantar protagonistas y en otras antagonistas)
Un ejemplo de amigo el moro albengalbón se le presenta como amigo del Cid tras estar arrepentido.
Un ejemplo de enemigo es El rey Búcar de Marruecos
Martín Antolinez, Muño Gustioz y Bermúdez: son los tres caballeros del Cid que luchan el duelo triple al
final de la obra los tres salen victoriosos y llegan con la buena noticia asía Valencia par el Cid.
(Personajes principales y protagonistas)
Forma De Presentación Del Cid
Es interesante destacar que el poeta nos presenta al héroe castellano no sólo con sus nombres, Rodrigo o Ruy
Díaz de Vivar , sino también con el título del Cid (honorífico, derivado del árabe çid, señor) y el de
Campeador (Campidoctor, campiductor). Además, don Rodrigo aparece, en ocasiones, realzado por alguna
aposición explicativa que eleva su figura a la categoría heroica, y la sitúa encima de la de los restantes
personajes.
Sociedad
Las relaciones que se establecen entre vasallos y señores, campesinos de los pueblos, los caballeros, los
miembros de la nobleza nos reflejan con exactitud la sociedad del momento, en la que se vivía un profundo
teocentrismo y en la que el honor, el respeto y la obediencia eran principios fundamentales.
La historia de la obra tiene lugar a principios de la Edad Media, lo que implica unas situaciones sociales,
económicas, políticas, religiosas muy complicadas y establecidas básicamente por los estamentos en los que
se encontraban divididas las clases sociales de ese momento.
Los árabes preislámicos eran muy poco religiosos y, por ello, bastante mágicos, practicando
fundamentalmente la adivinación. Pero con la llegada del Islam, los pueblos que hasta entonces tenían una
religión suave y de escasa práctica, pasaron a tener una religión en la que el hombre adoptaba una postura
decididamente sumisa
Ambiente Cortesano
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En la Edad Media, las cortes estaban formadas por la familia real y comitiva integrada por el clero y la
nobleza. El lugar de residencia por excelencia eran los castillos, que con el tiempo fueron perdiendo su
significado puramente militar para convertirse en una residencia palaciega.
Los cortesanos no sólo se diferenciaban de los plebeyos por telas lujosas y joyas que lucían sino también por
su lenguaje, sus gustos culinarios y sus costumbres. Se les suponía adornados de virtudes tales como espíritu
de servicio, lealtad, valor y coraje. Mientras que sus defectos eran el orgullo y la soberbia.
Espíritu Medieval
La Edad Media se caracterizó por se un período donde se produjo una brusca ruptura en el desarrollo cultural
de Europa: no hubo realmente una verdadera maquinaria de gobierno, lo cual propició la formación del
régimen feudal. La única institución europea de carácter universal fue la iglesia que convirtió a la sociedad en
una comunidad espiritual de creyentes cristianos
Espacio
El Cid en Asturias
Meses después de su boda, parece ser que Rodrigo fue a Asturias por mandato real para solucionar algunos
problemas de gobierno.
Destaca de esta época el litigio entre el obispo de Oviedo y el conde Vela Ovéquiez y su hermano Veremundo
Ovéquiez sobre la propiedad del monasterio de San Salvador de Tol, donde Rodrigo junto con otros jueces
falla a favor del obispo
El Cid en Castilla
En esta etapa Rodrigo se dedica a su esposa. Son tiempos tranquilos la fecha 28 de julio de 1075 es de
especial relevancia para Rodrigo. Recibe de Alfonso VI el señorío jurisdiccional con carácter hereditario de
Vivar y todas sus propiedades, dotando así a Rodrigo de autoridad pública; A la fecha del 12 de mayo de
1076, Rodrigo y su esposa hacen una rica donación al monasterio de Silos. Donación suscrita por el propio rey
Alfonso VI.
Parece ser que en estos años además nacieron sus dos hijas y su hijo que posteriormente murió.
El Cid en Zaragoza
El destierro del Cid nada tenía que ver con su familia. Ellos podían quedarse en cualquiera de sus posesiones.
El Cid salió por tanto de Castilla únicamente con su ejército. Ofreció sus servicios a los Condes de Barcelona
Ramón II y Berenguer II, y al no llegar a un acuerdo con ellos, partió para Zaragoza.
Moctádir, rey de Zaragoza, acogió al Cid con los brazos abiertos, pensando en las parias que había estado
pagando durante más de 20 años a Castilla, Aragón o Barcelona, y que ahora se ahorraría acogiendo a
Rodrigo.
Al poco de llegar Rodrigo a Zaragoza, muere Moctádir y el reino se divide en dos. Mutamin hereda el reino de
Zaragoza y Alfagit el reino de Denia (que incluía Tortosa y Denia); Al igual que ocurrió años atrás con
Sancho y Alfonso, los dos hermanos comienzan una lucha por la soberanía absoluta. El Cid aún en Zaragoza
goza del favor del rey Mutamin y lucha junto a él contra su hermano el rey de Denia. Alfagit, al ver peligrar
su reino, pide ayuda al rey de Aragón Sancho Ramirez, mientras que el Cid toma Monzón, a la vista del
ejército de Sancho Ramirez y de Alfagit.
El Cid en Levante
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A mediados de 1088, el rey moro de Lérida, Denia y Tortosa cerca Valencia con ayuda de los condes de
Barcelona. Alcadir, rey de Valencia solicita el auxilio de Alfonso VI, y del rey moro de Zaragoza. Alfonso VI
envía al Cid y sus huestes hacia Levante.
El Cid unió a sus fuerzas, al rey Mostain de Zaragoza y su ejército y partió para Valencia donde los catalanes
y el rey moro de Denia huyeron.
Debilitada Valencia por el sitio, y con gran cantidad de tropas en las puertas de la ciudad, Mostain, rey de
Zaragoza, quiso tomar para sí la ciudad. Pero el Cid se lo impidió alegando que Valencia era de Alcadir
gracias a Alfonso VI, y Valencia era por tanto de este.
Según parece, el Cid seguía, de alguna manera, al servicio del rey moro de Zaragoza, puesto que, aunque no le
hizo gracia lo que hizo Rodrigo en Valencia, le envió a cercar el castillo de Jérica, perteneciente al rey de
Denia.
Pero todos quieren Valencia y este parece un buen momento para conseguirla. El rey Mostain de Zaragoza,
rompe con el Cid y junto al conde de Barcelona Ramón Berenguer, parte hacia Valencia.
El Cid vuelve a Castilla, donde discutirá los detalles de su nueva actuación y la actitud de los distintos reyes
frente a Valencia con el rey Alfonso VI. Allí reúne más de 7.000 hombres y parte hacia Valencia.
Llegado el Cid a la ciudad de Valencia, los moros y catalanes se retiran sin lucha
El Cid vuelve a Castilla
No parece que Mostain II, encargara al Cid campañas dignas de mención, por lo que posiblemente, el Cid
gozaría de una etapa de descanso. En estos años (1081 − 1087), la difícil política de Alfonso VI, que había
costado el destierro al Cid, consiguió que Toledo se rindiese al rey de Castilla.
El día 25 de mayo de 1085, Alfonso VI tomó la posesión del reino de Toledo.
La pérdida del reino de Toledo, provoca la alarma entre los reinos musulmanes, y los reyes moros de Badajoz,
Sevilla y Granada piden ayuda al emir africano Ben Yusuf.
El día 30 de junio de 1086 las tropas almorávides cruzan el estrecho y Alfonso VI se enfrenta a ellas en
Sagradas, donde sale derrotado y gravemente herido.
Salta la alarma entre los cristianos, pues la derrota de Alfonso hace temblar el reino de Toledo y empuja a las
taifas a no pagar las parias viendo el poder cristiano debilitado. En momentos tan críticos el Cid, ante todo
cristiano, acude en ayuda de su señor el rey Alfonso VI, aunque no fue necesario entablar combate, pues los
de Ben Yusuf regresaron a África.
Alfonso, esta vez da muestras de autentica satisfacción y le otorga la tenencia de los castillos de Dueñas,
Gormaz, Ibia, Iguña, Campoó, Briviesca y Langa. Además le entrega un diploma, donde le concede el
dominio a él y a sus descendientes de los castillos y tierras musulmanas que conquiste.
El acuerdo satisfizo a Rodrigo y volvió a Castilla junto a su rey, recobrando plenamente su estatus social,
como lo verifican varios diplomas que suscribe en esa época.
El Cid en Sagunto
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El 15 de agosto de 1097, Alfonso VI sufre una terrible derrota en Consuegra, donde muere el hijo del Cid,
Diego. Y en ese mismo año, el rey de Murcia, Ben Ayixa, derrotó a Alvar Fañez, capitán castellano en
Cuenca.
Estando el Cid en Almenar, donde expulsó a los moros de la ciudad, ordena a las tropas partir para Valencia,
pero a su paso por Sagunto, decide sitiarla, dando un mes de plazo a los moros de Sagunto, para pedir ayuda,
y solicitan la ayuda de Alfonso VI, de Mostain, rey de Zaragoza, del rey de Albarracín, y del conde de
Barcelona. De todos ellos, solo Ramón III, conde de Barcelona acampa cerca de Oropesa, con la intención de
distraer al Cid. Esta batalla la gana Rodrigo con tan solo hacer correr la voz de que sus tropas van hacia allí.
Rodrigo amplía el plazo de socorro y finalmente, como nadie socorre la plaza, se rinde el día de San Juan, 24
de junio, expulsando Rodrigo a los moros de la ciudad.
Temas
En el poema hay cuatro temas que se cruzan:
− Restablecimiento del honor
− Ascensión del Cid
− Integridad
−Bodas de las hijas
En primer lugar se señala el tema del restablecimiento del honor del héroe, perdido a causa del destierro, el
tema del deshonor; eje central de la obra, motivado por el injusto destierro del Cid ; continúa con el
progresivo engrandecimiento del Cid mediante sus victorias y las riquezas que éstas le procuran y finalmente
se describe la entrada triunfal del Cid en Valencia.
La ascensión del Cid al poder es otro de los temas. El destierro que sufre el héroe supone el desamor del rey
y la muerte jurídica del Cid. Para conseguir el poder lucha y gana batallas y riquezas a las que se les concede
gran importancia en la obra. En la lucha por el poder son importantes las hijas, por las que siente gran ternura,
pero las mueve en el tablero según sus conveniencias como cualquier señor medieval.
También hay que destacar el tema de la integridad. El Cid se demuestra íntegro en un sentido cristiano,
feudal y social. Esta integridad le gana la adhesión de sus vasallos y su generosidad y fidelidad le hacen
recuperar el favor del rey. Es tierno y humano en el amor a su familia y a sus amigos, religioso, cortés, astuto,
discreto y valiente en la lucha.
Las bodas de las hijas del Cid y el injusto trato que estas reciben por parte de los infantes de Carrión: esto
motiva que el Cid obtenga la culminación de su honor. Finalmente las hijas del Cid se casan con los infantes
de Navarra y Aragón.
Técnica
La característica principal es la : versificación irregular : medida de los versos oscila entre las 10 y las 20
sílabas, aunque se aprecia un predominio de los de 14, 15 y 13 con hemistiquios de 6, 7 y 8 sílabas
combinados preferentemente en 7 + 7, 7 + 8 y 6 + 7. Los versos están agrupados en series o tiradas que
encierran una misma idea, cuya asonancia es más o menos continua. Suele cambiarse la asonancia cuando la
narración da paso al discurso directo o viceversa y cuando una nueva escena o tema.
Estilo
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Con el propósito de ennoblecerlos el poeta dota a los personajes de cualidades excelentes mediante el epíteto
épico − "el que en buen hora nació", "el bueno de Vivar", o de adjetivos caracterizadores, ponderativos o
afectivos que se extienden no sólo al héroe, sino también a su mujer, a su caballo, Visualiza las escenas de
emocionantes mediante expresiones deícticas, señaladoras − afectos (heos aquí), − porque presupone un
auditorio; en estos casos el autor se introduce en la obra haciendo sus propios comentarios.El vocabulario que
alude a prácticas legales, usos feudales, arte de la guerra y ropajes es amplio y sirve para dar a conocer
costumbres y modos de vida. Se usa con cierta frecuencia el ablativo absoluto. Hay pleonasmos − llorando de
los ojos − que intensifican la expresión emotiva. Se suelen anteponer el artículo al adjetivo, con lo que se le
individualiza y se le atribuye la cualidad en exclusiva − Castilla la gentil, Valencia la clara. Abundan las
descripciones de personas, batallas y lugares.Para terminar hay que destacar la claridad, simplicidad y a la vez
severa grandeza que el poeta confiere a la narración que discurre con rapidez y viveza (dinamismo). La
ornamentación es sobria y la adjetivación escasa. La expresión adquiere una infinita gama de matices que van
desde lo finamente irónico a lo dramático
Bibliografía:
*"El Cid Histórico" Autor: Gonzalo Martínez Diez
*"Cantar de Mío Cid" Colección Austral
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