Caracas, febrero 2013 CEDICE LIBERTAD Pág. 1

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Caracas, febrero 2013
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CEDICE LIBERTAD
Sentencia del Tribunal Supremo de Justicia y Estado de Derecho.
En Venezuela, tras la muerte
de
Hugo
Chávez
como
presidente en ejercicio de
funciones para el período 2006
-2012, electo para el nuevo
período presidencial 20132019, se produjo un estado de
zozobra generado por la falta
de información acerca de la
salud del difunto Presidente y
por el limbo constitucional
dejado por
la Sentencia
dictada
por
el
Tribunal
Supremo de Justicia que
rebajó el requisito de toma de
posesión del Presidente para
el nuevo período y la
designación del nuevo tren
ministerial a un formalismo.
Esta sentencia representó una
clara muestra del secuestro de
las instituciones, del deterioro
del Estado de Derecho y de la
imposición de la tiranía de la
mayoría,
violentando
la
Constitución Venezolana y los
principios democráticos que tanto
nos costó construir a lo largo del
siglo pasado y la dignidad
ciudadana de los venezolanos.
El presente análisis profundiza en
los argumentos que representan
tales violaciones y su impacto en
la sociedad , en la toma de
decisiones económicas y políticas.
Criterios esgrimidos para el debate parlamentario
El día 8 de diciembre de 2013, el Presidente reelecto Hugo Chávez, aún en ejercicio de sus
funciones para el período constitucional 20062012, se dirigió al parlamento para pedir permiso
para ausentarse y someterse a una cirugía y así
recuperarse de la fatal recaída de cáncer en la
que se encontraba. Sin embargo, para el 10 de
Enero de 2013, fecha que le correspondía
juramentarse ante la Asamblea Nacional y la toma
de posesión del cargo, pues marcaba el inicio del
nuevo período constitucional, el presidente electo
no pudo estar presente por razones de salud.
Dos días antes, el 08 de enero, mandó una
comunicación escrita al parlamento a través del
Vicepresidente Ejecutivo, Nicolás Maduro, para
pedir pidiendo la extensión del permiso.
El otorgamiento del permiso se debatió en el
parlamento, organismo facultado en primera
instancia para tal función según el marco
constitucional venezolano. En el debate, surgieron
dos propuestas:
 Propuesta oficialista: solicitó ratificar el
permiso otorgado al Presidente de la
República el 09 de diciembre de 2012, para
ausentarse del territorio nacional por razones
de salud y la voluntad del pueblo en las
elecciones del 07 de octubre de 2012 que votó
por el Presidente en Ejercicio para que fuese
electo para el período 2012-2019
 Propuesta opositora: De la gama de
escenarios constitucionales por los que se
podía inclinar el ala opositora de la
Asamblea –desde la más extrema que era
declarar la falta absoluta del presidente de
la república por el abandono del cargo a
causa de su prolongada ausencia y por no
estar presente para la toma de posesión,
hasta ratificar el permiso unánimemente-,
presentaron uno razonable desde el punto
de vista constitucional. La oposición
propuso aplicar el régimen de faltas
temporales aplicables al Presidente de la
República en ejercicio establecido en el
artículo 234 de la Constitución, pero con la
premisa de que la ausencia temporal debía
ser suplida por el Presidente de la
Asamblea Nacional, opción en la que no se
pretendía desconocer la condición de
presidente electo de Hugo Chávez porque
hubiese seguido teniendo el rango de
Presidente Electo y se le hubiese dado al
oficialismo la oportunidad de obrar
conforme a la constitución y garantizar la
legitimidad democrática al ser el presidente
de la Asamblea un alto funcionario del
Estado, electo popularmente y electo como
presidente del parlamento por los
diputados.
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Elaborado por:
Alicia Sepúlveda
Economista.
Coordinadora del
Observatorio Económico
Legislativo de CEDICE.
Gabriela Bahachille.
Asistente del Observatorio.
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Sin embargo, luego de la discusión, en el acuerdo
publicado en gaceta oficial, en el que se deshecha la
propuesta opositora y pasa la propuesta oficialista, se
establece algo distinto a lo que había introducido en un
principio el ala oficialista en el debate.
El acuerdo no reafirma el permiso otorgado al
Presidente de la República, sino que respalda y ratifica
la expresión soberana del pueblo venezolano que eligió
el 07 de octubre de 2012, libre y democráticamente, al
Comandante Hugo Chávez como Presidente de la
República y que la instituciones debían actuar como si
se tratara de un hecho sobrevenido referido en el
artículo 231 de la constitución, llamando a que se
aplique tal artículo: de no poderse juramentar ante la
Asamblea Nacional el 10 de enero, debía juramentarse
ante el Tribunal Supremo de Justicia en otra fecha.
Aspectos principales de la Sentencia del
Tribunal Supremo de Justicia (Sala
Constitucional 09 de Enero de 2013).
El Presidente de la República se había
ausentado del territorio nacional por razones de salud
con una autorización dada, con base al artículo 235, por
la Asamblea Nacional, autorización que se encontraba
“plenamente vigente y ratificada por la Asamblea
Nacional en sesión del 8 de enero de 2013”, según la
sentencia. Esta primera proposición resulta falsa
porque lo que se ratificó en la Asamblea no fue el
permiso, sino “la expresión soberana del pueblo
venezolano que eligió el 07 de octubre de 2012, libre y
democráticamente, al Comandante Hugo Chávez como
presidente de la República”. En todo caso, la
autorización concluía el 10 de enero porque el permiso
fue otorgado durante el período constitucional 20062012, permiso que no tenía efecto indefinido que
permitiese estar al Presidente fuera del territorio como
Presidente en Ejercicio ni al tren ministerial ni al
Vicepresidente permanecer en funciones para el nuevo
período constitucional sin ser ratificados por el
Presidente una vez juramentado o por el Presidente de
la Asamblea Nacional en su cargo de Presidente
Encargado, luego de haber sido declarada la falta
temporal de Hugo Chávez.
Según la sentencia, la ausencia del territorio
nacional no debe constituir automáticamente una falta
temporal en los términos establecidos en el artículo 234
de la constitución y, en todo caso, eso sería así si de
esta forma lo dispusiese el Presidente de la República
mediante decreto, otorgándole la potestad al mismo
para calificar si se encuentra o no en una falta temporal,
facultad
que
le
corresponde
histórica
y
constitucionalmente al parlamento.
Por otra parte, en la Sentencia se establece que la
finalización de un mandato no puede ser considerada
como una falta absoluta de los funcionarios en el cargo.
Sin embargo, fue la misma Sala Constitucional en una
Sentencia del 6 de diciembre de 2012 la que se refirió a
magistrados del TSJ que eran inconvenientes para el
gobierno, con la finalidad de jubilarlos forzosamente,
diciendo que la culminación de un mandato es
automáticamente una falta absoluta que debe ser cubierta
por la juramentación y designación del nuevo funcionario
para el nuevo período. Sin embargo, luego especificó en
esa misma sentencia que ese criterio no sería aplicable al
Presidente porque podría ser re-electo, anteponiendo la
voluntad popular al requisito constitucional de la toma de
posesión.
No obstante, en la Sentencia la Sala Constitucional
reconoce el inicio del nuevo período constitucional, pero
indica que la toma de posesión no es necesaria por
tratarse del Presidente re-electo y por no existir
interrupción en el ejercicio del cargo, violando el artículo
231 de la constitución que dice que el 10 de enero del
primer año del período constitucional el Presidente Electo
debe prestar juramento ante la Asamblea Nacional o ante
el Tribunal Supremo de Justicia para justificar que el tren
ministerial y el gabinete ejecutivo sigan ejerciendo
funciones.
Así, se explica en la Sentencia que la juramentación
puede ser efectuada posterior al 10 de enero ante el
Tribunal Supremo de Justicia de no serlo ante la
Asamblea Nacional en la fecha que correspondía por
existir constancia de motivos sobrevenidos de tal
ausencia, después de cuyo cese se procedería a la
juramentación. Ahora bien, tal motivo sobrevenido debe
ser estudiado en contexto: cuando ese artículo fue
añadido a la constitución, se refería a motivos imputables
a la Asamblea Nacional y no al Presidente Electo.
Por último, bajo el principio de continuidad
administrativa de los poderes públicos y de la voluntad
popular –principio que se aplica en el derecho
administrativo y para algunos ámbitos específicos, no en
el derecho constitucional y mucho menos para altos
cargos del poder Ejecutivo Nacional- , todos los cargos
del poder Ejecutivo Nacional – es decir, el gabinete y tren
ministerial- conservarían esa cualidad para el nuevo
período constitucional, habiendo vencido su legitimidad al
finalizar el período constitucional 2006-2012.
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Efectos sobre los derechos civiles y
democráticos
Costos:
A partir del 10 de enero, se generó una usurpación
de autoridad porque, constitucionalmente, el gabinete del
poder ejecutivo no contaba con la debida investidura
para ejercer sus funciones. De acuerdo a las leyes
venezolanas, debían ser ratificados o por el Presidente
después de que tomara posesión o por el Presidente de
la Asamblea Nacional que, después de haber aplicado el
régimen de faltas temporales, asumiría la presidencia
como Presidente Encargado de la República. Como
resultado, la constitución establece que toda autoridad
usurpada a es ineficaz y sus actos serán nulos.
Al generarse una usurpación de poderes, el país se
encuentra sin base constitucional y legitimidad
democrática, por lo cual lo que se evidenció con la
Sentencia de la Sala Constitucional fue un fraude a la
Constitución y la toma de riendas de un gobierno de
facto.
Asimismo, al estar todas las instituciones
secuestradas, manipuladas y debilitadas, las decisiones
importantes se han de tomar por la regla de la mayoría,
lo que equivale a poder ilimitado por lo cual el gobierno
tiene licencia para tomar cualquier decisión, incluso en
detrimento del marco constitucional, entrando en un
peligroso terreno que nos aleja del sendero democrático.
Esta Sentencia generó un limbo constitucional que
sumió al país durante meses en una crisis de
gobernabilidad lo cual, sumado a la poca claridad en la
información sobre la salud del fallecido Hugo Chávez,
impulsó la ralentización de todas las actividades en el
país y se indujo a una zozobra que pudo haber sido
perfectamente evitada obrando de manera constitucional
y ratificando la voluntad de los venezolanos -que actuó
como cuerpo electoral tanto como para elegir a un nuevo
presidente para el período 2013-2009, como para elegir a
los diputados que conforman la actual Asamblea
Nacional.
El sistema democrático venezolano fue el resultado
de una larga lucha de toda la sociedad civil, resultado que
necesitó de la madurez política de los distintos partidos
para mantenerla. Tal resultado otorgó como ciudadanos
dignidad y parte de esa dignidad implica el derecho a vivir
en seguridad, certeza, protección de aquello que
considera derechos inherentes al ser humano y mantener
la forma de gobierno que mejor preserve esos derechos,
es decir, la democracia sujeta a límites establecidos en la
constitución a fin evitar que se convierta en la tiranía de la
mayoría y así garantizar orden, la paz y la libertad. Lo que
sucedió el 9 de enero de 2013 luego del pronunciamiento
de La Sala Constitucional fue un claro y oscuro augurio
del camino que tocará transitar: el camino de la defensa
del sistema democrático.
El invocar principios para saltarse reglas erosiona la democracia venezolana y la institucionalidad nacional: la regla de lo que
se debe hacer en el caso de la falta temporal del Presidente de la República estaba claramente especificado en la
Constitución; sustentar la decisión en un principio que es difuso por definición, manipulable por no tener una estructura y
redacción abierta, se presta a arbitrariedades. Si se quiere mantener el orden democrático, se debe estar fielmente apegado
a dicha Constitución y no ultrajarla.
Ninguna disposición de la Constitución puede considerarse mero formalismo y menos cuando la misma fue obra de la
voluntad popular. Obrar de esa manera no solo desgasta la institucionalidad, sino que significa pasarle por encima a los
verdaderos soberanos: todos y cada uno de los ciudadanos que ejercieron el derecho al voto para elegir a sus gobernantes y
su marco constitucional.
Si desea citar este documento:
Sentencia del Tribunal Supremo de Justicia y Estado de Derecho.
CIPE-CEDICE, febrero de 2013
Pueden ser consultados en www.cedice.org.ve
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