Caracas, Noviembre 2013 LEYES DEL PODER POPULAR. ¿PARA QUE HAN SERVIDO?

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Caracas, Noviembre 2013
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CEDICE LIBERTAD
LEYES DEL PODER POPULAR. ¿PARA QUE HAN SERVIDO?
RESUMEN EJECUTIVO
En diciembre de 2010, luego de celebradas las elecciones a diputados a la Asamblea Nacional de ese
año (es decir con un Parlamento sin legitimidad popular para ello) se sancionaron y pusieron en
vigencia las denominadas Leyes del Poder Popular, las cuales incluyen los siguientes textos
legislativos con carácter orgánico: Ley del Poder Popular, Ley de los Consejos Comunales (puesta en
vigencia años antes que las demás), Ley de las Comunas, Ley de la Contraloría Social y Ley del
Sistema Económico Comunal, entre otras.
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Para entender por qué estas Leyes del Poder Popular, a pesar de ir contra los Estados, los
Municipios, la Constitución y la libre participación ciudadana en los asuntos públicos, han tenido apoyo
en una parte importante de la ciudadanía, se debe tener en cuenta que el Gobierno Nacional ha
indicado que sólo gracias a ellas será posible lograr importantes beneficios para la población en
general. Entonces, cabe preguntarse: ¿Cuáles son esos beneficios que el Gobierno Nacional podrán
generar si y sólo sí se mantienen vigentes las Leyes del Poder Popular?
Pues bien, las respuestas supuestamente serían: 1) disminuir costos de funcionamiento de la
Administración Pública, pues se ahorraría en gastos burocráticos, de personal, etc., e invertiría esos
recursos directamente en la ciudadanía; 2) disminuir y casi erradicar los casos de corrupción, pues al
manejar los fondos públicos “el pueblo” y no la burocracia aquél “no se robaría a sí mismo”; 3)
profundizar la “democracia participativa” y superar la “democracia representativa” al transferir más
decisiones a la población quitándoselas a los burócratas; 4) mejorar la calidad de los servicios
públicos y construcción de obras, pues los responsables y los supervisores de todo ello sería ahora “el
pueblo” directamente y no la Administración; y 5) aumentar la seguridad jurídica y respeto a la
legalidad, ya que serían los mismos beneficiarios y no funcionarios públicos quienes se encargarían
de contratar, interpretar y aplicar las normas jurídicas que rigen el funcionamiento de las instancias del
Poder Popular.
El Análisis Costo Beneficio que a continuación se presenta permitió comprobar que la aplicación de
las Leyes del Poder Popular: 1) no han disminuido los costos de funcionamiento, pues las instancias
del Poder Popular consumen más recursos que los Municipios y Estados; 2) no han disminuido los
casos de corrupción, pues ésta se ha desbordado debido a la falta de control fiscal; 3) demostró que la
“democracia participativa” es inviable y que al debilitar o aniquilar la “democracia representativa” se
complica y patrimonializa el proceso de toma de decisiones; 4) no mejoró la calidad de servicios
públicos y construcción de obras, ya que las instancias del Poder Popular no han adquirido el grado
de institucionalidad y capacidad técnica de los funcionarios estatales y municipales; y 5) aumentó la
inseguridad jurídica y redujo o acabó con el respeto a la legalidad, pues a las ambigüedades y
problemas de las Leyes del Poder Popular se suman complicadas reglamentaciones dictadas por el
Gobierno Nacional para cumplir con su inscripción y regir su funcionamiento.
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Elaborado por:
Luis Alfonso Herrera O.
Licenciado en Filosofía.
Abogado. Especialista en
Derecho Administrativo
(UCV)..Profesor de las
Universidades Central de
Venezuela y Católica
Andrés Bello . Investigador
del Observatorio Económico
Legislativo de CEDICE
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CONTEXTO Y CRITERIOS DE PUESTA EN VIGENCIA DE LAS LEYES DEL PODER POPULAR:
En diciembre de 2010, luego de celebradas las elecciones a
diputados a la Asamblea Nacional de ese año (es decir, un
Parlamento que ya no contaba con legitimidad popular para ello)
se sancionaron y pusieron en vigencia las denominadas Leyes
del Poder Popular, las cuales incluyen los siguientes textos
legislativos con carácter orgánico: Ley Orgánica del Poder
Popular, Ley Orgánica de los Consejos Comunales (puesta en
vigencia años antes que las demás), Ley Orgánica de las
Comunas, Ley Orgánica de la Contraloría Social y Ley Orgánica
del Sistema Económico Comunal, entre otras.
El origen de estas Leyes del Poder Popular se encuentra en
el proyecto de reforma constitucional propuesto en el año 2007
por el Presidente de la República, y rechazado por el voto
popular en diciembre de ese año. En dicho proyecto se propuso
la creación de una “nueva Geometría del Poder” desde el punto
de vista de la división del Poder Público territorial, siendo el
objetivo de ese proyecto en esta materia sustituir a los Estados y
Municipios por las llamadas instancias del Poder Popular.
A pesar de ese rechazo electoral, las instancias del Poder
Popular, en especial la figura de los Consejos Comunales, se fue
incorporando progresivamente a la legislación vigente en
diversas áreas, como la municipal, la tributaria, de consumidores
y usuarios, de tierras agrarias y urbanas, etc., ello a pesar de no
estar previstas en la Constitución vigente y de que su
funcionamiento suele generar colisión y usurpación de
competencias de los Estados y de los Municipios (ver las críticas
jurídicas en: http://goo.gl/Gy3WZd).
Dichas instancias, en concreto: Consejo Comunal, Comuna,
Ciudad Comunal, Parlamento Comunal, Sistema Económico
Comunal y Sistemas de Agregación Comunal, tienen su origen
en los Consejos Comunales, cuya personalidad jurídica y demás
atribuciones legales dependen de su inscripción y
reconocimiento en el Registro que a tal efecto lleva el Ministerio
del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales
(ver: http://goo.gl/DPav9B).
Es importante indicar, que estas instancias del Poder
Popular no son organizaciones civiles, que actúan como
asociaciones no gubernamentales. Por el contrario, debido a que
su creación, sus fines, forma de organización y origen de los
fondos que manejan, dependen por entero y las subordinan
jerárquicamente al Gobierno nacional (a la Administración
central nacional), dichas instancias son organizaciones
administrativas nacionales, sólo que integradas por ciudadanas y
no por funcionarios públicos. No son formas de ejercer la
participación en los asuntos públicos, sino de ejercer potestades
administrativas.
Recientemente se realizó un censo nacional, a instancias del
Gobierno Nacional, en el que se habrían registrado 69.303
organizaciones comunales (ver: http://goo.gl/zDY0Lb). Sobre
esto último, expertos en materia electoral sostienen que el
Gobierno Nacional impulsará las Comunas en caso de
producirse una derrota de aquél en las elecciones municipales
del 8 de diciembre (ver: http://goo.gl/y61tRM). Con esa finalidad
electoral es que se ha logrado reimpulsar estas instancias del
Poder Popular, ya que como se reseñó en medios
impresos de la primera comuna que se fundó sólo
quedaron trece personas, debido a la falta de apoyo y
“supervisión” del Gobierno (ver: http://goo.gl/sjgIlg).
No obstante, según datos de FUNDACOMUNAL
(ente adscrito al Ministerio en la Materia), en realidad
están inscritas (y por tanto sólo existen jurídicamente)
249 Comunas y 45.103 Consejos Comunales (ver: http://
goo.gl/y3Hpr8).
Ahora bien, para entender por qué estas Leyes del
Poder Popular, a pesar de ir contra los Estados, los
Municipios, la Constitución y la libre participación
ciudadana en los asuntos públicos (si bien no faltan
quienes afirman lo contrario, como por ejemplo Rondón
de Sansó, ver: http://goo.gl/lBFdUf), han tenido apoyo en
una parte importante de la ciudadanía, debe tenerse en
cuenta que el Gobierno nacional ha dicho que sólo
gracias a ellas será posible lograr importantes beneficios
para la población en general.
¿Cuáles serían, entonces, esos son beneficios que
el Gobierno nacional afirma que se podrán generar si y
sólo sí se mantienen vigentes las Leyes del Poder
Popular? Pues bien, éstos serían, supuestamente, los
que a continuación se mencionan:
1) disminuir costos de funcionamiento de la
Administración Pública, pues se ahorraría en gastos
burocráticos, de personal, etc., e invertiría esos recursos
directamente en la ciudadanía; 2) disminuir y casi
erradicar los casos de corrupción, pues al manejar los
fondos públicos “el pueblo” y no la burocracia aquél “no
se robaría a sí mismo”; 3) profundizar la “democracia
participativa” y superar la “democracia representativa” al
transferir más decisiones a la población quitándoselas a
los burócratas; 4) mejorar la calidad de los servicios
públicos y construcción de obras, pues los responsables
y los supervisores de todo ello sería ahora “el pueblo”
directamente y no la Administración; y 5) aumentar la
seguridad jurídica y respeto a la legalidad, ya serían los
mismos beneficiarios y no funcionarios públicos quienes
se encargarían de contratar, interpretar y aplicar las
normas jurídicas que rigen el funcionamiento de las
instancias del Poder Popular.
El propósito de este Análisis Costo-Beneficio
preparado por CEDICE-Libertad es, luego de tres (3)
años de vigencia de las Leyes del Poder Popular,
mostrar con datos numéricos y testimonios, el impacto
que ha tenido la aplicación de esa legislación, más
específicamente, determinar cuáles de los beneficios que
supuestamente traerían, se han hecho realidad y por
supuesto mostrar los costos y perjuicios que también
está generando la vigencia de estas Leyes contrarias a
la Constitución vigente.
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PRINCIPALES ASPECTOS DE LAS LEYES DEL
PODER POPULAR:
Son múltiples, ambiguos en casos, en otros
contradictorios y poco claros, los contenidos de las Leyes del
Poder Popular. En tal sentido, y sólo a efectos informativos,
se recuerda a continuación el objeto de las leyes antes
mencionadas:
Ley Orgánica del Poder Popular: tiene por objeto
desarrollar y consolidar el Poder Popular, generando
condiciones objetivas a través de los diversos medios de
participación y organización establecidos en la Constitución
de la República, en la ley y los que surjan de la iniciativa
popular, para que los ciudadanos y ciudadanas ejerzan el
pleno derecho a la soberanía, la democracia participativa,
protagónica y corresponsable, así como a la constitución de
formas de autogobierno comunitarias y comunales, para el
ejercicio directo del poder.
Ley Orgánica de los Consejos Comunales: tiene por
objeto regular la constitución, conformación, organización y
funcionamiento de los consejos comunales como una
instancia de participación para el ejercicio directo de la
soberanía popular y su relación con los órganos y entes del
Poder Público para la formulación, ejecución, control y
evaluación de las políticas públicas, así como planes y
proyectos vinculados al desarrollo comunitario.
Ley Orgánica de las Comunas: tiene por objeto
desarrollar y fortalecer el Poder Popular, estableciendo las
normas que regulan la constitución, conformación,
organización y funcionamiento de la Comuna, como entidad
local donde los ciudadanos y ciudadanas en el ejercicio del
Poder Popular, ejercen el pleno derecho de la soberanía y
desarrollan la participación protagónica mediante formas de
autogobierno para la edificación del estado comunal, en el
marco del Estado democrático y social de derecho y de
justicia.
Ley Orgánica de la Contraloría Social: Cuyo objetivo es
desarrollar y fortalecer el Poder Popular, mediante el
establecimiento de las normas, mecanismos y condiciones
para la promoción, desarrollo y consolidación de la
contraloría social como medio de participación y de
corresponsabilidad de los ciudadanos, las ciudadanas y sus
organizaciones sociales, mediante el ejercicio compartido,
entre el Poder Público y el Poder Popular, de la función de
prevención, vigilancia, supervisión y control de la gestión
pública y comunitaria, como de las actividades del sector
privado que incidan en los intereses colectivos o sociales.
Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal: tiene por
objeto desarrollar y fortalecer el Poder Popular,
estableciendo las normas, principios, y procedimientos para
la creación, funcionamiento y desarrollo del Sistema
Económico Comunal, integrado por organizaciones socioproductivas bajo régimen de propiedad social comunal,
impulsadas por las instancias del Poder Popular, el Poder
Público, o por acuerdo entre ambos, para la producción,
distribución, intercambio y consumo de bienes y servicios,
así como de saberes y conocimientos, para satisfacer
necesidades colectivas y reinvertir socialmente el excedente,
mediante una planificación estratégica, democrática y
participativa.
EFECTOS SOBRE LA PROPIEDAD:
Indirectamente, el impacto de estas Leyes del Poder
Popular sobre la propiedad privada es elevado, ya que la
aplicación de la llamada “contraloría social” al comercio, el
pago de tributos y la protección de los consumidores y
usuarios, así como la expansión de algunas de las figuras
del sistema económico comunal, como la propiedad social, el
trueque, las empresas socialistas y las de producción social,
la reinversión social del excedente, etc., han implicado
afectación, debilitamiento, desconocimiento y eliminación en
muchos casos de la propiedad privada sobre bienes de
producción.
A continuación, destacamos dos supuestos específicos
que evidencian el impacto directo de estas Leyes sobre la
propiedad privada, estos son, casos en que la propiedad
privada ha sido tomada coactivamente para beneficiar a las
instancias del Poder Popular, sin que esté claro cómo esas
instancias retornan a la población en general (más allá de los
beneficios que sí reciben sus pocos integrantes) los
beneficios y/o privilegios que supuestamente le dan estas
Leyes.
El primer supuesto del impacto de la existencia de las
instancias del Poder Popular sobre la propiedad privada lo
constituye el “aporte” obligatorio (contribución parafiscal) que
deben hacer todos los bancos privados del país, que recae
sobre las entidades bancarias, pero también sobre ahorristas
e inversionistas, y que está establecido en el artículo 48 la
Ley de Instituciones del Sector Bancario (señala que los
bancos deben entregar a la autoridad competente 5% del
resultado bruto antes del impuesto). Sólo en 2011, la banca
aportó Bs 294 millones al Ministerio para las Comunas (ver:
http://goo.gl/gjEylf). Ese monto debió aumentar en 2012 y
2013 (no se dan cifras oficiales en la web del Ministerio del
Poder Popular para las Comunas y los Movimientos
Sociales) debido a la inflación y al incremento de la Unidad
Tributaria.
El segundo supuesto del impacto de la existencia de las
instancias del Poder Popular sobre la propiedad privada, en
especial de los Consejos Comunales y de las Comunas, lo
constituye el ejercicio de la llamada “contraloría social”, que
se materializa cuando son usadas por el Gobierno nacional
como cuerpo paraestatal de ocupación, administración y
disposición de bienes de propiedad privada, como
recientemente se ha visto con el caso de tiendas de venta de
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bienes electrodomésticos de propiedad privada, en varias
regiones del país (Ver entre otras noticias http://goo.gl/
uWXH67 y http://goo.gl/oNh7cQ). A la fecha, además de
varias detenciones a dueños y gerentes que se negaron a
entregar a precios por debajo de costos sus mercancías
(ver noticia en: http://goo.gl/JkC7XO), también se esperan
cuantiosas pérdidas como consecuencia de dichas
acciones, pues una parte no determinada de los bienes que
fueron dispuestos por el Gobierno nacional, en violación de
la Constitución, no fueron comprados, como se afirma en
medios estatales, con divisas vendidas a precio oficial por
la CADIVI, sino por divisas propiedad de los propios
importadores y comerciantes (ver noticia en: http://goo.gl/
FHSCZA).
En otros ámbitos, como el de tierras agrarias, tierras
urbanas y propiedades de personas sujetas a
investigaciones penales o administrativas (y en algunos
casos ni siquiera están siendo investigadas), el Gobierno
nacional utiliza a las Comunas y los Consejos Comunales
como grupos de toma, ocupación y toma violenta de dichos
bienes privados, como en fecha reciente ha ocurrido con
una vivienda propiedad del señor Oscar García Mendoza,
la cual fue invadida y “tomada” por integrantes de Consejos
Comunales de la Parroquia Caruao del Estado Vargas, al
norte de Venezuela, por considerar que allí “se conspiraba
en contra del Presidente y estaba vinculada con el
narcotráfico” (ver: http://goo.gl/FaiY3c).
COSTOS—BENEFICIOS
Transferencia directa de recursos públicos por el Poder
Nacional a las instancias del Poder Popular, en lugar de
a los Estados y a los Municipios:
La puesta en vigencia de estas Leyes del Poder
Popular ha implicado un aumento progresivo de los fondos
que directamente se envían a estas organizaciones que
forman parte de la Administración central nacional,
integradas por ciudadanos y no por funcionarios de carrera,
de elección popular o de libre nombramiento, y una
disminución de los que se envían a los Estados y a los
Municipios, al punto que entre 2010 y 2013, se equiparó lo
que Comunas y Estados recibirían de parte del Poder
Nacional y el Fondo de Compensación Interterritorial
(instancia de Gobernaciones y Alcaldías) fue recibiendo
menos ingresos (http://goo.gl/eFlwds), y luego las Comunas
comenzaron a recibir más dinero que las Gobernaciones
(http://goo.gl/N3ZBz7), aunque para 2012 éstas sólo
ejecutaron 59% del presupuesto que se les asignó (Estados
y Municipios están obligados a ejecutarlo todo (http://goo.gl/
CSPTcn), y ya en 2013, se destinó a estas instancias del
Poder Popular 26,3% del total de Presupuesto nacional
(ver: http://goo.gl/Q28kXq).
Durante 2013, unos 1.206 consejos comunales
participaron en planificación del presupuesto 2014 (ver:
http://goo.gl/afI0dE), lo que explica el que, según la
organización Transparencia Venezuela, mientras los
Municipios recibirán unos 6.016 millardos, y los Estados
7.990 millardos, las instancias del Poder Popular recibirán
8.688 millardos, mucho más que lo que recibirán entes
político-administrativos previstos en la Constitución
vigente (ver: http://goo.gl/LLvjrt). Por tanto, se puede
afirmar que las instancias del Poder Popular resultaron
tan o más costosas que las Administraciones municipales
y estadales tradicionales, y que no se logró el fin de
ahorro en burocracia y organización que, supuestamente,
con ellas se buscaba.
Disminución del control fiscal sobre los recursos
públicos asignados a las instancias del Poder
Popular por estar en manos “del pueblo” y no de
funcionarios públicos:
Con la atribución a las instancias del Poder Popular
de los fondos públicos que debían ir a los Estados y a los
Municipios, se esperaba además de ahorrar fondos,
disminuir los costos (ya vimos que no fue así), disminuir
la corrupción, es decir, quitar a los funcionarios y darle a
las personas, a los ciudadanos, directamente la
responsabilidad de administrar esos fondos. Partiendo de
una falsa premisa, según la cual hay gente buena y gente
mala (en lugar de la premisa cierta de que allí donde no
hay controles y transparencia, así sean santos los
involucrados, habrá corrupción), se han desviado a las
instancias del Poder Popular recursos que debieron
recibir Gobernaciones, Alcaldías, etc., y no se ha logrado
con ello disminuir la corrupción (apropiación indebida de
fondos públicos), sino por el contrario, aumentarla.
Así por ejemplo, en 2012 se informó que 90% de las
Comunas registradas en el país había fracasado por
corrupción (para 2012 unas 500 Comunas, ver: http://
goo.gl/2RsEKu) Según la Directora de Transparencia
Venezuela, Mercedes De Freitas, los Consejos
Comunales y Comunas no tuvieron un eficaz control fiscal
por parte de la Contraloría, y sólo con Gobernaciones y
Alcaldías fuertes funcionarían (ver: http://goo.gl/PuiPNw),
tal circunstancia ha llevado a la pérdida de credibilidad
por la ciudadanía en los consejos comunales (ver: http://
goo.gl/oy7DaA), siendo esta realidad ignorada por el
Ejecutivo Nacional y el Parlamento de cara al
Presupuesto de 2014, lo que permite afirmar que en ese
año se incrementará la corrupción en estas instancias
Transparencia Venezuela: Proyecto de Ley de
Presupuesto para 2014 propicia la corrupción (http://
goo.gl/XBLLlh).
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Predominio de la toma directa de decisiones y ejecución
de éstas por parte “del pueblo” (democracia
participativa) y debilitamiento de la toma de decisión y
poder de ejecución de éstas por parte de Estados y
Municipios:
Se apostaba a que las instancias del Poder Popular (que
como se explicó, no son parte de la sociedad civil sino del
Estado), las personas, “el pueblo”, podrían directamente
tomar las decisiones en múltiples materias, sin la
intervención de un Alcalde, Ministro, Gobernador o
Presidente, realizando así el modelo de democracia
participativa. Empero, en la práctica las decisiones de esas
instancias se ejecutan siempre y cuando tengan el visto
bueno del Gobierno Nacional, sean para ejecutar el
socialismo y se ajusten al Plan Socialista de Gobierno
vigente. Cuando persiguen otros fines, o no muestran
compromiso con la ideología política del Gobierno, no
reciben los fondos, y menos aún el apoyo de las autoridades
cuando desarrollan actividades.
El proceso, aunque no ha hecho más sólida la
participación, sí ha debilitado la representación de Alcaldes,
Gobernadores, concejales, etc., ya que al desviar fondos y
dar competencias a estas instancias, que no funcionan bien,
y quitárselas a aquéllos, se evidencia el debilitamiento,
vaciándolas de competencias, de poder de decisión, de
capacidad de respuesta e impidiéndoles servir al interés de
sus comunidades y regiones, colocándolo frente a electores
desinformados como incompetentes, inútiles e innecesarios,
esto último con independencia de la tendencia política de los
funcionarios en cada caso.
Ejecución directa de obras públicas y control y
administración de servicios públicos por parte “el
pueblo” y sustitución progresiva de los Estados y
Municipios en dichas labores:
Se
asumió
que
transferir
la
responsabilidad
(competencia) a las instancias del Poder Popular de prestar
servicios públicos y ejecutar obras públicas en sus zonas de
acción, permitiría invertir mejor los fondos, cumplir con los
plazos, lograr servicios y obras de calidad, etc., ello así por
cuanto serían los mismos prestadores de esos servicios y
obras los que estarían beneficiándose de ello. Dejando a
salvo algunos casos en los que algunos servicios básicos o
de obras de pequeña envergadura tales fines se hayan
cumplido, en primer lugar, no existe informe oficial que
contenga un estudio comparativo entre la calidad y costos de
los servicios y obras que ejecutan las instancias del Poder
Popular y la calidad y costos de los que ejecutan Estados y
Municipios; y en segundo lugar, sí existen reportajes en los
cuales se ha podido constatar, debido a la falta de experticia
y controles, la ineficiencia de los Consejos Comunales
(http://goo.gl/Fc0E7C).
No obstante ello, recientemente se transformó el
Ministerio de Comunas para abarcar a otras organizaciones,
los “movimientos sociales”, y someterlos a un proceso de
burocratización similar al que afecta a las instancias del
Poder Popular (ver: http://goo.gl/dqJf19).
Informalidad, “simplificación” y cambio en la idea de
legalidad en la observancia de las normas jurídicas que
regulan el funcionamiento de las instancias del Poder
Popular:
Finalmente, la simplificación, la legalidad sencilla y
comprensible para toda persona que debía regir a las
instancias del Poder Popular, para facilitar su uso por parte
de la población en general, no se cumplió, y debido a la alta
carga burocrática, ideológica, de procedimientos y formas
de control administrativo, lo que ha hecho necesario que
tanto el Gobierno Nacional como organizaciones privadas
dicten cursos, talleres y elaboren manuales de cómo crear y
hacer funcionar una instancia del Poder Popular. Así, en
lugar de permitir a las personas usar figuras sencillas, como
las asociaciones civiles, o aún más informales (cooperación
voluntaria), las obligan a constituir esas instancias, aunque
no sean necesarias para dar respuesta a sus más urgentes
necesidades. Luego, esas mismas instancias funcionan
igual o peor en términos de requisitos, cobro de dinero
indebido, influencias y trabas, con las personas que acudan
a ellas para solicitar algún tipo de recaudo.
Así describen este costo de la aplicación de las Leyes
del Poder Popular en un portal oficialista en Venezuela
(Aporrea.org): “Burocracia y burocratismo se apoderan de
los consejos comunales: No es posible camaradas que
algunos Consejos Comunales y Comunas en construcción
que funcionan en el estado Trujillo manifiesten el
burocratismo en todas sus anchas a la hora de emitir una
carta de residencia, una carta de no poseer vivienda o
cualquier otra solicitud que demande el pueblo. Es
inconcebible la idea de que voceros comunitarios se crean
funcionarios públicos en las organizaciones populares de
base y pongan trabas y obstáculos, cuya finalidad de estas
organizaciones es facilitar los engorrosos procesos que
ponen las prefecturas de los municipios (ver: http://goo.gl/
DoQlx4).
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Como conclusión general se puede señalar, con fundamento en los beneficios y costos antes identificados, que la
aplicación entre los años 2010-2013 de las Leyes del Poder Popular no ha sido positiva para la población en general, pues
no sólo los objetivos para los cuales se dictaron distan de cumplirse, sino que, peor aún, su aplicación ha permitido que
problemas previos a su puesta en vigencia, como la corrupción, el burocratismo, la ineficiencia en los servicios públicos, el
centralismo, el desabastecimiento, los mercados negros y la falta de seguridad jurídica, entre otros, aumenten, debido, entre
otras causas, a la falta de transparencia, capacitación técnica y orientación ideológica (construcción del socialismo) que ha
caracterizado hasta la fecha la ejecución de dichas leyes.
En tal sentido, con la investigación realizada se comprobó que las leyes del Poder Popular 1) no han disminuido los
costos de funcionamiento, pues las instancias del Poder Popular consumen más recursos que los Municipios y Estados; 2)
no han disminuido los casos de corrupción, y ésta se ha desbordado debido a la falta de control fiscal; 3) demostraron que la
“democracia participativa” es inviable y que al debilitar o aniquilar la “democracia representativa” se complica y
patrimonializa el proceso de toma de decisiones; 4) no mejoró la calidad de servicios públicos y construcción de obras, ya
que las instancias del Poder Popular no han adquirido el grado de institucionalidad y capacidad técnica de los funcionarios
estatales y municipales; y 5) han aumentado la inseguridad jurídica y han reducido el respeto a la legalidad, pues a las
ambigüedades y problemas de las Leyes del Poder Popular se suman las complicadas reglamentaciones dictadas por el
Gobierno nacional para cumplir con su inscripción y regir su funcionamiento, lo que deja a quienes integran esas instancias
a merced de la voluntad de los funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional en la materia.
En vista de lo anterior, desde CEDICE estimamos pertinente recomendar una revisión de fondo de las Leyes del Poder
Popular, tanto de los supuestos de inconstitucionalidad que tienen como de los supuestos de incompatibilidad con la
descentralización y la economía de mercado, con el propósito de que las instancias por ellas creadas, de ser ello viable,
sean reformadas y ajustadas al contenido de los derechos a la libre participación en los asuntos públicos, de acceder a
jueces imparciales, de propiedad privada y libre empresa, y resulten además compatibles con la distribución políticoterritorial del Poder Público que establece la Constitución vigente; asimismo que el sistema de transferencia de fondos a
esas instancias se canalice a través de los Municipios, no del Poder Ejecutivo Nacional, que se definan mejor sus
competencias (nunca usurpando la de los Estados y Municipios) y que se deje de condicionar su existencia a su inscripción
en un registro político y a la realización de un fin ideológico, como es la construcción del socialismo del siglo XXI.
Si desea citar este documento:
LEYES DEL PODER POPULAR. ¿PARA QUE HAN SERVIDO?
Documento “Promoción del Dialogo Democrático a través del Análisis Legislativo Económico.
CEDICE-CIPE Noviembre 2013
Pueden ser consultados en www.cedice.org.ve
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