Caracas, Noviembre 2013 Pág. 1 CEDICE LIBERTAD LEYES DEL PODER POPULAR. ¿PARA QUE HAN SERVIDO? RESUMEN EJECUTIVO En diciembre de 2010, luego de celebradas las elecciones a diputados a la Asamblea Nacional de ese año (es decir con un Parlamento sin legitimidad popular para ello) se sancionaron y pusieron en vigencia las denominadas Leyes del Poder Popular, las cuales incluyen los siguientes textos legislativos con carácter orgánico: Ley del Poder Popular, Ley de los Consejos Comunales (puesta en vigencia años antes que las demás), Ley de las Comunas, Ley de la Contraloría Social y Ley del Sistema Económico Comunal, entre otras. Av. Andrés Eloy Blanco (Este 2) Edif. Cámara de Comercio de Caracas. Nivel Auditorio, Los Caobos. C a r a c as , Venezuela. 1050-A. Telf: +58(212) 5713357 Fax: +58(212) 5760512 Encuéntranos en el Grupo de Facebook: Para entender por qué estas Leyes del Poder Popular, a pesar de ir contra los Estados, los Municipios, la Constitución y la libre participación ciudadana en los asuntos públicos, han tenido apoyo en una parte importante de la ciudadanía, se debe tener en cuenta que el Gobierno Nacional ha indicado que sólo gracias a ellas será posible lograr importantes beneficios para la población en general. Entonces, cabe preguntarse: ¿Cuáles son esos beneficios que el Gobierno Nacional podrán generar si y sólo sí se mantienen vigentes las Leyes del Poder Popular? Pues bien, las respuestas supuestamente serían: 1) disminuir costos de funcionamiento de la Administración Pública, pues se ahorraría en gastos burocráticos, de personal, etc., e invertiría esos recursos directamente en la ciudadanía; 2) disminuir y casi erradicar los casos de corrupción, pues al manejar los fondos públicos “el pueblo” y no la burocracia aquél “no se robaría a sí mismo”; 3) profundizar la “democracia participativa” y superar la “democracia representativa” al transferir más decisiones a la población quitándoselas a los burócratas; 4) mejorar la calidad de los servicios públicos y construcción de obras, pues los responsables y los supervisores de todo ello sería ahora “el pueblo” directamente y no la Administración; y 5) aumentar la seguridad jurídica y respeto a la legalidad, ya que serían los mismos beneficiarios y no funcionarios públicos quienes se encargarían de contratar, interpretar y aplicar las normas jurídicas que rigen el funcionamiento de las instancias del Poder Popular. El Análisis Costo Beneficio que a continuación se presenta permitió comprobar que la aplicación de las Leyes del Poder Popular: 1) no han disminuido los costos de funcionamiento, pues las instancias del Poder Popular consumen más recursos que los Municipios y Estados; 2) no han disminuido los casos de corrupción, pues ésta se ha desbordado debido a la falta de control fiscal; 3) demostró que la “democracia participativa” es inviable y que al debilitar o aniquilar la “democracia representativa” se complica y patrimonializa el proceso de toma de decisiones; 4) no mejoró la calidad de servicios públicos y construcción de obras, ya que las instancias del Poder Popular no han adquirido el grado de institucionalidad y capacidad técnica de los funcionarios estatales y municipales; y 5) aumentó la inseguridad jurídica y redujo o acabó con el respeto a la legalidad, pues a las ambigüedades y problemas de las Leyes del Poder Popular se suman complicadas reglamentaciones dictadas por el Gobierno Nacional para cumplir con su inscripción y regir su funcionamiento. cedice Síguenos en Twitter: @cedice Contáctanos por el correo electrónico: [email protected] Visita nuestra web: www.cedice.org.ve Elaborado por: Luis Alfonso Herrera O. Licenciado en Filosofía. Abogado. Especialista en Derecho Administrativo (UCV)..Profesor de las Universidades Central de Venezuela y Católica Andrés Bello . Investigador del Observatorio Económico Legislativo de CEDICE Pág. 2 CONTEXTO Y CRITERIOS DE PUESTA EN VIGENCIA DE LAS LEYES DEL PODER POPULAR: En diciembre de 2010, luego de celebradas las elecciones a diputados a la Asamblea Nacional de ese año (es decir, un Parlamento que ya no contaba con legitimidad popular para ello) se sancionaron y pusieron en vigencia las denominadas Leyes del Poder Popular, las cuales incluyen los siguientes textos legislativos con carácter orgánico: Ley Orgánica del Poder Popular, Ley Orgánica de los Consejos Comunales (puesta en vigencia años antes que las demás), Ley Orgánica de las Comunas, Ley Orgánica de la Contraloría Social y Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal, entre otras. El origen de estas Leyes del Poder Popular se encuentra en el proyecto de reforma constitucional propuesto en el año 2007 por el Presidente de la República, y rechazado por el voto popular en diciembre de ese año. En dicho proyecto se propuso la creación de una “nueva Geometría del Poder” desde el punto de vista de la división del Poder Público territorial, siendo el objetivo de ese proyecto en esta materia sustituir a los Estados y Municipios por las llamadas instancias del Poder Popular. A pesar de ese rechazo electoral, las instancias del Poder Popular, en especial la figura de los Consejos Comunales, se fue incorporando progresivamente a la legislación vigente en diversas áreas, como la municipal, la tributaria, de consumidores y usuarios, de tierras agrarias y urbanas, etc., ello a pesar de no estar previstas en la Constitución vigente y de que su funcionamiento suele generar colisión y usurpación de competencias de los Estados y de los Municipios (ver las críticas jurídicas en: http://goo.gl/Gy3WZd). Dichas instancias, en concreto: Consejo Comunal, Comuna, Ciudad Comunal, Parlamento Comunal, Sistema Económico Comunal y Sistemas de Agregación Comunal, tienen su origen en los Consejos Comunales, cuya personalidad jurídica y demás atribuciones legales dependen de su inscripción y reconocimiento en el Registro que a tal efecto lleva el Ministerio del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales (ver: http://goo.gl/DPav9B). Es importante indicar, que estas instancias del Poder Popular no son organizaciones civiles, que actúan como asociaciones no gubernamentales. Por el contrario, debido a que su creación, sus fines, forma de organización y origen de los fondos que manejan, dependen por entero y las subordinan jerárquicamente al Gobierno nacional (a la Administración central nacional), dichas instancias son organizaciones administrativas nacionales, sólo que integradas por ciudadanas y no por funcionarios públicos. No son formas de ejercer la participación en los asuntos públicos, sino de ejercer potestades administrativas. Recientemente se realizó un censo nacional, a instancias del Gobierno Nacional, en el que se habrían registrado 69.303 organizaciones comunales (ver: http://goo.gl/zDY0Lb). Sobre esto último, expertos en materia electoral sostienen que el Gobierno Nacional impulsará las Comunas en caso de producirse una derrota de aquél en las elecciones municipales del 8 de diciembre (ver: http://goo.gl/y61tRM). Con esa finalidad electoral es que se ha logrado reimpulsar estas instancias del Poder Popular, ya que como se reseñó en medios impresos de la primera comuna que se fundó sólo quedaron trece personas, debido a la falta de apoyo y “supervisión” del Gobierno (ver: http://goo.gl/sjgIlg). No obstante, según datos de FUNDACOMUNAL (ente adscrito al Ministerio en la Materia), en realidad están inscritas (y por tanto sólo existen jurídicamente) 249 Comunas y 45.103 Consejos Comunales (ver: http:// goo.gl/y3Hpr8). Ahora bien, para entender por qué estas Leyes del Poder Popular, a pesar de ir contra los Estados, los Municipios, la Constitución y la libre participación ciudadana en los asuntos públicos (si bien no faltan quienes afirman lo contrario, como por ejemplo Rondón de Sansó, ver: http://goo.gl/lBFdUf), han tenido apoyo en una parte importante de la ciudadanía, debe tenerse en cuenta que el Gobierno nacional ha dicho que sólo gracias a ellas será posible lograr importantes beneficios para la población en general. ¿Cuáles serían, entonces, esos son beneficios que el Gobierno nacional afirma que se podrán generar si y sólo sí se mantienen vigentes las Leyes del Poder Popular? Pues bien, éstos serían, supuestamente, los que a continuación se mencionan: 1) disminuir costos de funcionamiento de la Administración Pública, pues se ahorraría en gastos burocráticos, de personal, etc., e invertiría esos recursos directamente en la ciudadanía; 2) disminuir y casi erradicar los casos de corrupción, pues al manejar los fondos públicos “el pueblo” y no la burocracia aquél “no se robaría a sí mismo”; 3) profundizar la “democracia participativa” y superar la “democracia representativa” al transferir más decisiones a la población quitándoselas a los burócratas; 4) mejorar la calidad de los servicios públicos y construcción de obras, pues los responsables y los supervisores de todo ello sería ahora “el pueblo” directamente y no la Administración; y 5) aumentar la seguridad jurídica y respeto a la legalidad, ya serían los mismos beneficiarios y no funcionarios públicos quienes se encargarían de contratar, interpretar y aplicar las normas jurídicas que rigen el funcionamiento de las instancias del Poder Popular. El propósito de este Análisis Costo-Beneficio preparado por CEDICE-Libertad es, luego de tres (3) años de vigencia de las Leyes del Poder Popular, mostrar con datos numéricos y testimonios, el impacto que ha tenido la aplicación de esa legislación, más específicamente, determinar cuáles de los beneficios que supuestamente traerían, se han hecho realidad y por supuesto mostrar los costos y perjuicios que también está generando la vigencia de estas Leyes contrarias a la Constitución vigente. Pág. 3 PRINCIPALES ASPECTOS DE LAS LEYES DEL PODER POPULAR: Son múltiples, ambiguos en casos, en otros contradictorios y poco claros, los contenidos de las Leyes del Poder Popular. En tal sentido, y sólo a efectos informativos, se recuerda a continuación el objeto de las leyes antes mencionadas: Ley Orgánica del Poder Popular: tiene por objeto desarrollar y consolidar el Poder Popular, generando condiciones objetivas a través de los diversos medios de participación y organización establecidos en la Constitución de la República, en la ley y los que surjan de la iniciativa popular, para que los ciudadanos y ciudadanas ejerzan el pleno derecho a la soberanía, la democracia participativa, protagónica y corresponsable, así como a la constitución de formas de autogobierno comunitarias y comunales, para el ejercicio directo del poder. Ley Orgánica de los Consejos Comunales: tiene por objeto regular la constitución, conformación, organización y funcionamiento de los consejos comunales como una instancia de participación para el ejercicio directo de la soberanía popular y su relación con los órganos y entes del Poder Público para la formulación, ejecución, control y evaluación de las políticas públicas, así como planes y proyectos vinculados al desarrollo comunitario. Ley Orgánica de las Comunas: tiene por objeto desarrollar y fortalecer el Poder Popular, estableciendo las normas que regulan la constitución, conformación, organización y funcionamiento de la Comuna, como entidad local donde los ciudadanos y ciudadanas en el ejercicio del Poder Popular, ejercen el pleno derecho de la soberanía y desarrollan la participación protagónica mediante formas de autogobierno para la edificación del estado comunal, en el marco del Estado democrático y social de derecho y de justicia. Ley Orgánica de la Contraloría Social: Cuyo objetivo es desarrollar y fortalecer el Poder Popular, mediante el establecimiento de las normas, mecanismos y condiciones para la promoción, desarrollo y consolidación de la contraloría social como medio de participación y de corresponsabilidad de los ciudadanos, las ciudadanas y sus organizaciones sociales, mediante el ejercicio compartido, entre el Poder Público y el Poder Popular, de la función de prevención, vigilancia, supervisión y control de la gestión pública y comunitaria, como de las actividades del sector privado que incidan en los intereses colectivos o sociales. Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal: tiene por objeto desarrollar y fortalecer el Poder Popular, estableciendo las normas, principios, y procedimientos para la creación, funcionamiento y desarrollo del Sistema Económico Comunal, integrado por organizaciones socioproductivas bajo régimen de propiedad social comunal, impulsadas por las instancias del Poder Popular, el Poder Público, o por acuerdo entre ambos, para la producción, distribución, intercambio y consumo de bienes y servicios, así como de saberes y conocimientos, para satisfacer necesidades colectivas y reinvertir socialmente el excedente, mediante una planificación estratégica, democrática y participativa. EFECTOS SOBRE LA PROPIEDAD: Indirectamente, el impacto de estas Leyes del Poder Popular sobre la propiedad privada es elevado, ya que la aplicación de la llamada “contraloría social” al comercio, el pago de tributos y la protección de los consumidores y usuarios, así como la expansión de algunas de las figuras del sistema económico comunal, como la propiedad social, el trueque, las empresas socialistas y las de producción social, la reinversión social del excedente, etc., han implicado afectación, debilitamiento, desconocimiento y eliminación en muchos casos de la propiedad privada sobre bienes de producción. A continuación, destacamos dos supuestos específicos que evidencian el impacto directo de estas Leyes sobre la propiedad privada, estos son, casos en que la propiedad privada ha sido tomada coactivamente para beneficiar a las instancias del Poder Popular, sin que esté claro cómo esas instancias retornan a la población en general (más allá de los beneficios que sí reciben sus pocos integrantes) los beneficios y/o privilegios que supuestamente le dan estas Leyes. El primer supuesto del impacto de la existencia de las instancias del Poder Popular sobre la propiedad privada lo constituye el “aporte” obligatorio (contribución parafiscal) que deben hacer todos los bancos privados del país, que recae sobre las entidades bancarias, pero también sobre ahorristas e inversionistas, y que está establecido en el artículo 48 la Ley de Instituciones del Sector Bancario (señala que los bancos deben entregar a la autoridad competente 5% del resultado bruto antes del impuesto). Sólo en 2011, la banca aportó Bs 294 millones al Ministerio para las Comunas (ver: http://goo.gl/gjEylf). Ese monto debió aumentar en 2012 y 2013 (no se dan cifras oficiales en la web del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales) debido a la inflación y al incremento de la Unidad Tributaria. El segundo supuesto del impacto de la existencia de las instancias del Poder Popular sobre la propiedad privada, en especial de los Consejos Comunales y de las Comunas, lo constituye el ejercicio de la llamada “contraloría social”, que se materializa cuando son usadas por el Gobierno nacional como cuerpo paraestatal de ocupación, administración y disposición de bienes de propiedad privada, como recientemente se ha visto con el caso de tiendas de venta de Pág. 4 bienes electrodomésticos de propiedad privada, en varias regiones del país (Ver entre otras noticias http://goo.gl/ uWXH67 y http://goo.gl/oNh7cQ). A la fecha, además de varias detenciones a dueños y gerentes que se negaron a entregar a precios por debajo de costos sus mercancías (ver noticia en: http://goo.gl/JkC7XO), también se esperan cuantiosas pérdidas como consecuencia de dichas acciones, pues una parte no determinada de los bienes que fueron dispuestos por el Gobierno nacional, en violación de la Constitución, no fueron comprados, como se afirma en medios estatales, con divisas vendidas a precio oficial por la CADIVI, sino por divisas propiedad de los propios importadores y comerciantes (ver noticia en: http://goo.gl/ FHSCZA). En otros ámbitos, como el de tierras agrarias, tierras urbanas y propiedades de personas sujetas a investigaciones penales o administrativas (y en algunos casos ni siquiera están siendo investigadas), el Gobierno nacional utiliza a las Comunas y los Consejos Comunales como grupos de toma, ocupación y toma violenta de dichos bienes privados, como en fecha reciente ha ocurrido con una vivienda propiedad del señor Oscar García Mendoza, la cual fue invadida y “tomada” por integrantes de Consejos Comunales de la Parroquia Caruao del Estado Vargas, al norte de Venezuela, por considerar que allí “se conspiraba en contra del Presidente y estaba vinculada con el narcotráfico” (ver: http://goo.gl/FaiY3c). COSTOS—BENEFICIOS Transferencia directa de recursos públicos por el Poder Nacional a las instancias del Poder Popular, en lugar de a los Estados y a los Municipios: La puesta en vigencia de estas Leyes del Poder Popular ha implicado un aumento progresivo de los fondos que directamente se envían a estas organizaciones que forman parte de la Administración central nacional, integradas por ciudadanos y no por funcionarios de carrera, de elección popular o de libre nombramiento, y una disminución de los que se envían a los Estados y a los Municipios, al punto que entre 2010 y 2013, se equiparó lo que Comunas y Estados recibirían de parte del Poder Nacional y el Fondo de Compensación Interterritorial (instancia de Gobernaciones y Alcaldías) fue recibiendo menos ingresos (http://goo.gl/eFlwds), y luego las Comunas comenzaron a recibir más dinero que las Gobernaciones (http://goo.gl/N3ZBz7), aunque para 2012 éstas sólo ejecutaron 59% del presupuesto que se les asignó (Estados y Municipios están obligados a ejecutarlo todo (http://goo.gl/ CSPTcn), y ya en 2013, se destinó a estas instancias del Poder Popular 26,3% del total de Presupuesto nacional (ver: http://goo.gl/Q28kXq). Durante 2013, unos 1.206 consejos comunales participaron en planificación del presupuesto 2014 (ver: http://goo.gl/afI0dE), lo que explica el que, según la organización Transparencia Venezuela, mientras los Municipios recibirán unos 6.016 millardos, y los Estados 7.990 millardos, las instancias del Poder Popular recibirán 8.688 millardos, mucho más que lo que recibirán entes político-administrativos previstos en la Constitución vigente (ver: http://goo.gl/LLvjrt). Por tanto, se puede afirmar que las instancias del Poder Popular resultaron tan o más costosas que las Administraciones municipales y estadales tradicionales, y que no se logró el fin de ahorro en burocracia y organización que, supuestamente, con ellas se buscaba. Disminución del control fiscal sobre los recursos públicos asignados a las instancias del Poder Popular por estar en manos “del pueblo” y no de funcionarios públicos: Con la atribución a las instancias del Poder Popular de los fondos públicos que debían ir a los Estados y a los Municipios, se esperaba además de ahorrar fondos, disminuir los costos (ya vimos que no fue así), disminuir la corrupción, es decir, quitar a los funcionarios y darle a las personas, a los ciudadanos, directamente la responsabilidad de administrar esos fondos. Partiendo de una falsa premisa, según la cual hay gente buena y gente mala (en lugar de la premisa cierta de que allí donde no hay controles y transparencia, así sean santos los involucrados, habrá corrupción), se han desviado a las instancias del Poder Popular recursos que debieron recibir Gobernaciones, Alcaldías, etc., y no se ha logrado con ello disminuir la corrupción (apropiación indebida de fondos públicos), sino por el contrario, aumentarla. Así por ejemplo, en 2012 se informó que 90% de las Comunas registradas en el país había fracasado por corrupción (para 2012 unas 500 Comunas, ver: http:// goo.gl/2RsEKu) Según la Directora de Transparencia Venezuela, Mercedes De Freitas, los Consejos Comunales y Comunas no tuvieron un eficaz control fiscal por parte de la Contraloría, y sólo con Gobernaciones y Alcaldías fuertes funcionarían (ver: http://goo.gl/PuiPNw), tal circunstancia ha llevado a la pérdida de credibilidad por la ciudadanía en los consejos comunales (ver: http:// goo.gl/oy7DaA), siendo esta realidad ignorada por el Ejecutivo Nacional y el Parlamento de cara al Presupuesto de 2014, lo que permite afirmar que en ese año se incrementará la corrupción en estas instancias Transparencia Venezuela: Proyecto de Ley de Presupuesto para 2014 propicia la corrupción (http:// goo.gl/XBLLlh). Pág. 5 Predominio de la toma directa de decisiones y ejecución de éstas por parte “del pueblo” (democracia participativa) y debilitamiento de la toma de decisión y poder de ejecución de éstas por parte de Estados y Municipios: Se apostaba a que las instancias del Poder Popular (que como se explicó, no son parte de la sociedad civil sino del Estado), las personas, “el pueblo”, podrían directamente tomar las decisiones en múltiples materias, sin la intervención de un Alcalde, Ministro, Gobernador o Presidente, realizando así el modelo de democracia participativa. Empero, en la práctica las decisiones de esas instancias se ejecutan siempre y cuando tengan el visto bueno del Gobierno Nacional, sean para ejecutar el socialismo y se ajusten al Plan Socialista de Gobierno vigente. Cuando persiguen otros fines, o no muestran compromiso con la ideología política del Gobierno, no reciben los fondos, y menos aún el apoyo de las autoridades cuando desarrollan actividades. El proceso, aunque no ha hecho más sólida la participación, sí ha debilitado la representación de Alcaldes, Gobernadores, concejales, etc., ya que al desviar fondos y dar competencias a estas instancias, que no funcionan bien, y quitárselas a aquéllos, se evidencia el debilitamiento, vaciándolas de competencias, de poder de decisión, de capacidad de respuesta e impidiéndoles servir al interés de sus comunidades y regiones, colocándolo frente a electores desinformados como incompetentes, inútiles e innecesarios, esto último con independencia de la tendencia política de los funcionarios en cada caso. Ejecución directa de obras públicas y control y administración de servicios públicos por parte “el pueblo” y sustitución progresiva de los Estados y Municipios en dichas labores: Se asumió que transferir la responsabilidad (competencia) a las instancias del Poder Popular de prestar servicios públicos y ejecutar obras públicas en sus zonas de acción, permitiría invertir mejor los fondos, cumplir con los plazos, lograr servicios y obras de calidad, etc., ello así por cuanto serían los mismos prestadores de esos servicios y obras los que estarían beneficiándose de ello. Dejando a salvo algunos casos en los que algunos servicios básicos o de obras de pequeña envergadura tales fines se hayan cumplido, en primer lugar, no existe informe oficial que contenga un estudio comparativo entre la calidad y costos de los servicios y obras que ejecutan las instancias del Poder Popular y la calidad y costos de los que ejecutan Estados y Municipios; y en segundo lugar, sí existen reportajes en los cuales se ha podido constatar, debido a la falta de experticia y controles, la ineficiencia de los Consejos Comunales (http://goo.gl/Fc0E7C). No obstante ello, recientemente se transformó el Ministerio de Comunas para abarcar a otras organizaciones, los “movimientos sociales”, y someterlos a un proceso de burocratización similar al que afecta a las instancias del Poder Popular (ver: http://goo.gl/dqJf19). Informalidad, “simplificación” y cambio en la idea de legalidad en la observancia de las normas jurídicas que regulan el funcionamiento de las instancias del Poder Popular: Finalmente, la simplificación, la legalidad sencilla y comprensible para toda persona que debía regir a las instancias del Poder Popular, para facilitar su uso por parte de la población en general, no se cumplió, y debido a la alta carga burocrática, ideológica, de procedimientos y formas de control administrativo, lo que ha hecho necesario que tanto el Gobierno Nacional como organizaciones privadas dicten cursos, talleres y elaboren manuales de cómo crear y hacer funcionar una instancia del Poder Popular. Así, en lugar de permitir a las personas usar figuras sencillas, como las asociaciones civiles, o aún más informales (cooperación voluntaria), las obligan a constituir esas instancias, aunque no sean necesarias para dar respuesta a sus más urgentes necesidades. Luego, esas mismas instancias funcionan igual o peor en términos de requisitos, cobro de dinero indebido, influencias y trabas, con las personas que acudan a ellas para solicitar algún tipo de recaudo. Así describen este costo de la aplicación de las Leyes del Poder Popular en un portal oficialista en Venezuela (Aporrea.org): “Burocracia y burocratismo se apoderan de los consejos comunales: No es posible camaradas que algunos Consejos Comunales y Comunas en construcción que funcionan en el estado Trujillo manifiesten el burocratismo en todas sus anchas a la hora de emitir una carta de residencia, una carta de no poseer vivienda o cualquier otra solicitud que demande el pueblo. Es inconcebible la idea de que voceros comunitarios se crean funcionarios públicos en las organizaciones populares de base y pongan trabas y obstáculos, cuya finalidad de estas organizaciones es facilitar los engorrosos procesos que ponen las prefecturas de los municipios (ver: http://goo.gl/ DoQlx4). Pág. 6 Como conclusión general se puede señalar, con fundamento en los beneficios y costos antes identificados, que la aplicación entre los años 2010-2013 de las Leyes del Poder Popular no ha sido positiva para la población en general, pues no sólo los objetivos para los cuales se dictaron distan de cumplirse, sino que, peor aún, su aplicación ha permitido que problemas previos a su puesta en vigencia, como la corrupción, el burocratismo, la ineficiencia en los servicios públicos, el centralismo, el desabastecimiento, los mercados negros y la falta de seguridad jurídica, entre otros, aumenten, debido, entre otras causas, a la falta de transparencia, capacitación técnica y orientación ideológica (construcción del socialismo) que ha caracterizado hasta la fecha la ejecución de dichas leyes. En tal sentido, con la investigación realizada se comprobó que las leyes del Poder Popular 1) no han disminuido los costos de funcionamiento, pues las instancias del Poder Popular consumen más recursos que los Municipios y Estados; 2) no han disminuido los casos de corrupción, y ésta se ha desbordado debido a la falta de control fiscal; 3) demostraron que la “democracia participativa” es inviable y que al debilitar o aniquilar la “democracia representativa” se complica y patrimonializa el proceso de toma de decisiones; 4) no mejoró la calidad de servicios públicos y construcción de obras, ya que las instancias del Poder Popular no han adquirido el grado de institucionalidad y capacidad técnica de los funcionarios estatales y municipales; y 5) han aumentado la inseguridad jurídica y han reducido el respeto a la legalidad, pues a las ambigüedades y problemas de las Leyes del Poder Popular se suman las complicadas reglamentaciones dictadas por el Gobierno nacional para cumplir con su inscripción y regir su funcionamiento, lo que deja a quienes integran esas instancias a merced de la voluntad de los funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional en la materia. En vista de lo anterior, desde CEDICE estimamos pertinente recomendar una revisión de fondo de las Leyes del Poder Popular, tanto de los supuestos de inconstitucionalidad que tienen como de los supuestos de incompatibilidad con la descentralización y la economía de mercado, con el propósito de que las instancias por ellas creadas, de ser ello viable, sean reformadas y ajustadas al contenido de los derechos a la libre participación en los asuntos públicos, de acceder a jueces imparciales, de propiedad privada y libre empresa, y resulten además compatibles con la distribución políticoterritorial del Poder Público que establece la Constitución vigente; asimismo que el sistema de transferencia de fondos a esas instancias se canalice a través de los Municipios, no del Poder Ejecutivo Nacional, que se definan mejor sus competencias (nunca usurpando la de los Estados y Municipios) y que se deje de condicionar su existencia a su inscripción en un registro político y a la realización de un fin ideológico, como es la construcción del socialismo del siglo XXI. Si desea citar este documento: LEYES DEL PODER POPULAR. ¿PARA QUE HAN SERVIDO? Documento “Promoción del Dialogo Democrático a través del Análisis Legislativo Económico. CEDICE-CIPE Noviembre 2013 Pueden ser consultados en www.cedice.org.ve