El lado culto de Harry Potter Karina Bonifatti –Pero, ¿por qué habrá tenido que irse a la biblioteca? –Porque eso es lo que Hermione hace siempre – contestó Ron, encogiéndose de hombros–. Cuando tiene alguna duda, a la biblioteca. J. K. Rowling, Harry Potter y la cámara secreta (2) Este trabajo surge de dos experiencias cruzadas: la lectura y la conversación. Leyendo a Joanne Kathleen Rowling mis hijos crecieron; yo los eduqué leyendo a los clásicos. Fue una coincidencia; y, naturalmente, conversamos. Una hipótesis contundente lo alienta, y es que los lectores de Harry Potter tienen inmensas posibilidades de leer y a los clásicos, y de ubicarse en la historia de la literatura occidental, destreza que la educación formal pocas veces logra y que la lectura estratégica de su saga favorita puede proporcionarles. A mediados del siglo XIX, en Inglaterra, era típica esta escena: las madres contando historias a los niños a la hora del té. La literatura como materia se incorpora primero en los colegios técnicos y con esta modalidad se va trasladando a toda Europa; antes se incluía solo en programas universitarios de teología o filosofía. La enseñanza específica de "literatura" es bien moderna; y en la Argentina se demora hasta fines del siglo XIX. El siglo XX, hasta los años 80, conserva la literatura en la enseñanza primaria y secundaria como un valor de aprendizaje de cultura general y nacional. Luego, con la hegemonía de los modelos audiovisuales, se produce una brusca declinación de la lectura y una decadencia generalizada de las prácticas pedagógicas. En tales circunstancias, y a la luz de su éxito comercial, es lógico que se haya pensado el fenómeno Harry Potter como una chance de esa hegemonía. Sin embargo, yo hice al revés: tomé la saga de J. K. Rowling como un modo de recuperar la estimulación literaria, una chance personal: la de sentarme con mis hijos a leer y hablar de literatura. Tal oportunidad, que fue el laboratorio del libro que escribí sobre el tema,1 pasó por establecer en la lectura con mis hijos (en sus últimos años de escuela primaria) una serie de paradigmas lógicos, causales, de secuencia, trama, intriga, de todos aquellos aspectos que forman la construcción de un relato. Y centralmente, por la idea de mostrarles cómo la lectura, antes de ser un medio para acumular saberes, es y sigue siendo una forma de establecer relaciones con la vida. Presento este trabajo de lectura estratégica del último gran éxito de la literatura de masas2 , ante todo, como un modo de preguntarnos por la educación literaria de nuestros hijos y la pedagogía general que esta época nos impone. Los clásicos están callados Harry Potter refleja y propaga la identidad “heroica” de esta época. Grecia tuvo en Aquiles al héroe de la ciudad ideal. Roma tuvo a Eneas, héroe patriótico, portador de grandeza imperial, de historia, amante de Dido. Pero los clásicos están callados, dicen, dejaron de hablarnos. Sin embargo, sus voces resurgen en Harry Potter, aunque hayan permanecido ocultas para el que no leyó a los clásicos, y hasta para el que los leyó pero la casualidad no lo arrojó −como a mí− a la experiencia de leerlos al mismo tiempo que la saga de Rowling. Con este agregado: la posibilidad de consultar con mis hijos cada olvido o duda que, en sus inconmensurables detalles, las miles de páginas de Harry Potter3 pueden presentar al lector. Éramos tres, leyendo, pensando, conversando. 1 De la Ilíada a Harry Potter, Buenos Aires, Libros en red, 2006 (edición electrónica que saqué de circulación para reescribirlo bajo el título Harry Potter, el último clásico, aún inédito). 2 En 2007 la serie, traducida a 65 idiomas, llevaba vendidas más de 400 millones de copias. 3 Harry Potter y la piedra filosofal (1), abril de 2001; Harry Potter y la cámara secreta (2), diciembre de 2001; Harry Potter y el prisionero de Azkaban (3), julio de 2001; Harry Potter y el cáliz de fuego (4), abril de 2001; Harry Potter y la Orden del Fénix (5), febrero de 2004; Harry Potter y el misterio del príncipe (6), febrero de 2006; y Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (7), febrero de 2008; todos editados en español en Barcelona, ediciones Salamandra. La mención Harry Potter, a secas, hace referencia a todos ellos. 2 En el prólogo a su Ifigenia en Aulide, y en un gesto de admiración por las obras de la antigüedad, Racine dice: “Reconozco con placer, por todo lo que he imitado de Homero o de Eurípides, que el buen sentido y la razón son los mismos en todos los siglos”. Guiado, sin embargo, por su interés en la verosimilitud de la tragedia, Racine se niega a hacer intervenir lo maravilloso, “que podría encontrar cierta creencia en tiempos de Eurípides, pero que sería absurdo e increíble entre nosotros”.4 Entre los clásicos, la reescritura es un procedimiento habitual; la idea de escribir algo nuevo en todas sus partes es netamente moderna. Por eso, sacar a Pirro de la Troya del siglo XII a.C. y colocarlo en una escuela de magia inglesa de fines del siglo XX, es decir, hacer intervenir así lo maravilloso, tal vez no sea tan ridículo en nuestros días. De hecho, que Pirro, Hermione, Orestes, Aquiles, Eneas, Agamenón, Ulises, Néstor y demás héroes épicos deambulen por las páginas de Harry Potter despojados de su densidad y de su historia, de su nombre, acaso sea lo que vuelve encantadoras sus historias para tanta gente. Que Virgilio haya reescrito a Homero, que Dante haya tomado a Virgilio, que los clásicos hayan tejido una tradición de voces análogas y variables, ha sido durante siglos un procedimiento común; pero el silencio, la ignorancia del mundo clásico, permite que hoy se nos escamoteen sus voces. Harry Potter es el presente; y quejarse de él, de su éxito o de cualquier contenido cultural que se pudiera poner por delante, es una empresa tediosa, repetitiva, y no tan inteligente como se supone. El sentido de un texto −dijo Paul Valery− pertenece al lector, no al autor. De ahí que me exima de entrar en el susurro emblemático de la queja crítica, para proponer al lector un juego estratégico de lectura: recoger las voces de los clásicos que las páginas de Harry Potter −o las pistas de su autora en la prensa− han dejado caer, para recorrer con ellas a Homero, a los trágicos griegos, a Virgilio, a Dante; y más acá, el teatro de Shakespeare y Racine, entre otros. Concretamente, este análisis compara la predilecta casa Gryffindor (a la que pertenecen los protagonistas de HP) con Grecia, y la repudiada casa Slytherin (a la que pertenecen sus enemigos) con la tradición Troya-Roma. En cuanto a las figuras, del lado triunfante (Grecia), pone en paralelo a Harry con Pirro, el hijo de Aquiles; a Hermione con la homónima hija de Menelao en sus controvertidas apariciones desde Homero hasta la actualidad; y a Ron con Orestes, el hijo de Agamenón. Lógicamente, del lado enemigo (Troya), muestra la correspondencia entre Draco, el hijo de Lucius en JKR, y el mítico Iulus: hijo de Eneas. Aclaro: cada una de estas comparaciones no tiene valor por separado; solo la secuencia completa pone en evidencia el paralelo estructural. Se trata de una simetría no fácil de seguir en la literatura, porque el mito de la Guerra de Troya ha sido reescrito en muchas versiones y de manera fragmentaria a lo largo de casi tres mil años. En este sentido, el mío es un trabajo de reconstrucción, que si algo pretende −como ya anticipé− es acercar a los lectores de Rowling a un panorama de la historia de la literatura y despertar su interés por los clásicos. Presento a continuación un cuadro de correspondencias mito-saga. Debido a la extensión requerida para este trabajo, sólo anunciaré apariciones de la heroína, Hermione, desarrollaré parcialmente el análisis del protagonista, la adaptación de una escena y el parecido estructural entre el cuarto libro de Harry Potter y la Ilíada.5 GRECIA / GRYFFINDOR Diosa protectora: Minerva Maga directora: Minerva McGonagall Padres: Clitenmestra 4 Menelao y Helena Aquiles y Deidamia Agamenón y Recordemos que Racine escribe en Francia en el siglo XVII y Eurípides en Atenas en el siglo V antes de Cristo. 5 Dejo de lado muchos temas tratados en De la Ilíada a Harry Potter (cit.): la adaptación a la novela –un género históricamente reciente y en continua gestación– de tópicos y fórmulas fijas de la epopeya –un género más antiguo que el libro y que la escritura–; el pasaje del pasado absoluto de la épica a la temporalidad del mundo mágico; las operaciones de prensa en declaraciones de la autora que fueron planteando diferentes versiones o elaboraciones literarias del mito como intrigas sobre el desarrollo de la trama que iba escribiendo, etc. En cuanto a la analogía entre otros personajes, es particularmente productiva la comparación de Ron con Orestes, de su padre (Arthur) con el padre de Orestes (Agamenón) a través del estudio de sus características como funcionarios, de la madre de Ron (Molly) con la madre de Orestes (Clitenmestra) en tópicos como el miedo que despierta en sus hijos, su virilidad, etc. En el mismo sentido, es productivo el cotejo entre Cho Chang y Andrómaca: asiáticas, viudas, cuyos llantos son emblemáticos. 3 Padres: Weasley Sus hijos: Sus hijos: Dentistas James Potter y Lily Evans ↓ HERMIONE ↓ PIRRO (hija única) (hijo único) HERMIONE GRANGER (hija única) HARRY POTTER (hijo único) Arthur y Molly ↓ ORESTES (con hermanos) RONALD WEASLEY (con hermanos) Anciano sabio: Néstor Anciano sabio: Dumbledore Muerto Aquiles, Ulises busca al joven Pirro para llevarlo a Troya Muerto James, Hagrid busca al joven Harry para llevarlo a Hogwarts TROYA / SLYTHERIN (tradición romana: de la Ilíada a la Eneida) + RAVENCLAW y HUFFLEPUFF (Ilíada sola) Dios protector: Apolo Mago protector: Voldemort (Tom Marvolo Riddle) Padre (enemigo de los griegos): Eneas Padre (enemigo de Gryffindor): Lucius Malfoy Su hijo, de puro linaje divino: IULUS Su hijo, de puro linaje mágico: DRACO MALFOY El príncipe de Troya que completa para los griegos la profecía: Heleno El príncipe de Slytherin (que completa para Gryffindor la profecía): Snape Héctor (cuyo cadáver se rescata) y Andrómaca (su viuda, de quien Pirro se enamora) Cedric (cuyo cadáver se rescata) y Cho Chang (su viuda, de quien Harry se enamora) DESENLACES Dos versiones del mito: PIRRO muere joven o sigue vivo. Dos desenlaces debatidos: HARRY muere en el libro 7 o sigue vivo. El joven guerrero PIRRO termina con el poderío que dio muerte a su padre, Aquiles. El joven mago HARRY termina con el poderío que dio muerte a su padre, James. Hermione es amada por Orestes, pero ella ama a Pirro, quien desea a Andrómaca (la que solo piensa en su esposo muerto).6 Hermione es amada por Ron, pero ella “ama” a Harry, quien desea a Cho Chang (la que solo piensa en su novio muerto).7 Dos versiones del desenlace del triángulo Pirro-Orestes-Hermione: 1) Pirro se queda con Hermione (Homero); 2) Hermione se queda con Orestes (Eurípides) Dos desenlaces debatidos para el triángulo Harry-Ron-Hermione: 1) Harry se queda con Hermione; 2) Hermione se queda con Ron.8 En estas correspondencias me basé para leer J. K. Rowling como la primera continuadora de una historia de probado éxito a lo largo de la literatura occidental: la leyenda de qué pasó con los hijos de los tres héroes griegos cuando sus padres marcharon a la Guerra 6 Versión de Racine (Andrómaca). Situación en libros 4 y 5 de Harry Potter. 8 Así ocurre en el libro 7. Y Harry termina teniendo tres hijos, la cantidad que tuvo Pirro (Molosos, Pielos y Pérgamos) en una de las dos versiones de su descendencia. 7 4 de Troya. Pirro9, Orestes y Hermione son los hijos de los héroes más importantes de Grecia porque Aquiles es el héroe indiscutible de esa nación, inmortalizado en la Ilíada; Agamenón, el jefe del ejército que hace la impresionante expedición; y Menelao, el rey que inicia la Guerra de Troya por el rapto de Helena, su esposa. Por eso Pirro, Hermione y Orestes están caracterizados desde hace siglos. Los clásicos griegos retoman la vida de estos tres jóvenes tramada en un dramático triángulo amoroso, pero poco y nada nos dicen de su niñez; por una razón muy sencilla: la infancia no tiene lugar en la literatura hasta por lo menos el siglo XIX (la importancia de los niños, no solo en el mundo literario sino en el mundo en general, es un invento reciente). Y acá es donde cobra forma mi hipótesis: los libros de Harry Potter detectan esta ausencia en los textos clásicos y la reponen. Así, llamándolos Harry, Ron y Hermione (¡el mismo nombre!), y adaptando escenas, situaciones y personajes de la literatura clásica, JKR “actualiza” la infancia de esos tres niños griegos que dejaron de tener contacto con sus padres durante los diez años que duró la Guerra de Troya. Muy buena idea, realmente extraordinaria. HERMIONE / HERMIONE. Es curioso que apareciendo Hermione en Homero (Odisea), Safo (Poemas), Eurípides (Andrómaca), Livio Andrónico (Hermione), Virgilio (la Eneida10), Shakespeare (Cuento de invierno), Racine (Andrómaca), Strindberg (Hermione)11, etc.12, Rowling diga: “elegí ese nombre inusual”13, más cuando cada reaparición está basada en una o más fuentes anteriores. Por ej., la estéril Hermione euripídea pasa a padecer trágicamente su destino (no ser correspondida por Pirro y suicidarse) en la Andrómaca de Racine. Y poco antes de esta pieza, en Cuento de invierno, ya tiene un hijo grande y está embarazada… En Hermione y su pequeño grupo de serias pensadoras,14 de 1916, Hermione ya aparece orgullosa y sabionda como en la saga de JKR (donde como se sabe, es “una lectora voraz”, “una molestosa sabelotodo”, “tiene un mente brillante”)15. PIRRO / HARRY. La saga de JKR se inicia en una circunstancia clave: el descubrimiento del secreto familiar sobre la “auténtica identidad” del protagonista, verdad que sus tíos ocultaron a Harry con abrumador miedo durante diez años. ¿Es este argumento una representación del propio proceso constructivo de la saga? “Lo estaba inventando, pero parecía que estuviera haciendo una investigación”, responde Rowling cuando Lindsey Fraser, en J. K. Rowling vista por J. K. Rowling16 le pregunta si puede contar el proceso que sigue para escribir. Una página antes, relatando lo que hizo la noche en que se le ocurrieron los siete libros, la autora dice: “Escribí listas de todos los temas que debía estudiar...”. Una vez muerto Aquiles, Ulises va a buscar a Pirro y lo lleva a Troya; por eso el joven guerreo está entre los primeros griegos que entran en la ciudad escondidos en el vientre del caballo de madera, esa máquina traidora, como la llama Virgilio. Pero ganada la guerra, Pirro no regresará a Esciros, donde se criaba junto a sus tías maternas…. El paralelo es así: una vez muerto James Potter, Hagrid va a buscar a Harry y lo lleva a Hogwarts, por eso el joven está entre los primeros magos que enfrentarán a Voldemort (y lo asesinará, como Pirro al rey de Troya). Pero ganada la guerra, Harry no regresará a Privet Drive, donde se criaba junto a su tía materna… Todo hace pensar que JKR adapta y extiende esta instancia del mito en siete libros, reuniendo en un todo coherente y farragoso los dispersos relatos míticos (o sus divulgaciones) en los que Pirro acude a Troya y da fin a la guerra, construyendo una historia cuyo lenguaje se orienta más a un lector interesado en la acción que en pensar cómo están hechos los libros. Como Rowling no hace evidente la reescritura del mito (a diferencia de los autores clásicos) y lleva al extremo los recursos del Fantasy, el comic y el folletín, tan lejos del objeto clásico queda Harry Potter que la comparación parece una extravagancia. Sin embargo, leer estratégicamente es un ejercicio fenomenal de pensamiento abstracto, y los lectores jóvenes son capaces de hacerlo si se les 9 Al nacer recibió el nombre Pirro (“rubio”) por el color de pelo de su padre, y más tarde se lo llamó Neptólemo (en griego “joven guerrero”) en alusión a la corta edad con que partió a Troya para poner fin a la guerra. 10 El verso en que Virgilio menciona a Hermione es éste: Ledaem hermionem, laceda emoniosque hymenaos. 11 Esta obra de August Strindberg (1849-1912) pertenece a un periodo suyo estrictamente naturalista, producto de una reacción contra el romanticismo de entonces en la literatura sueca. 12 Como Hedbrooke, Andrew, Hermione (parte I: “The Lost Magic”), poema publicado en The Atlantic Monthly, vol. 56, págs. 215-217, Boston and New York Houghton, The Riberside Press, Cambridge, 1885. 13 En su página web y en declaraciones a la prensa. 14 Hermione and Her Little Group of Serious Thinkers, del norteamericano Don Marquis. 15 Datos del personaje en: Eldiccionario.org, cit. 16 Barcelona, RBA Libros, 2001, pág. 41 (traducción de Carmen Aguilar). 5 dan los elementos comparativos necesarios. En fin, a diferencia de Shakespeare, que ya leía a los antiguos mezclando personajes bajos y altos; y de obras más cercanas en el tiempo, donde las figuras míticas tienen una forma totalmente libre −hipótesis de lectura que p. ej. admite el Ulises de Joyce−17, JKR asume el papel de escritora del mundo iletrado y alienta en el lector la creencia de estar ante un invento puro de la imaginación. Es una operación que intelectualmente merece revisarse; porque Harry Potter está escrito en plena era de la globalización, cuando el mercado es el imperio, cuando conviene que el nombre se convierta en marca y la memoria de lectura ha sido reemplazada por la apología de la imaginación y la creatividad: el nuevo mito de la figura de escritor. Ejemplo de adaptación de una escena El capítulo “La cueva” de Harry Potter 6, donde Harry va en busca de un Horrocrux, no solo coincide por la búsqueda de un objeto para terminar la guerra con la escena de Sófocles18 en la que Pirro va a la cueva de Filoctetes a buscar las armas de Heracles, coinciden: el traslado por mar, la compañía de un adulto, la herida que se descompone (mano/pie), las descripciones de la isla y hasta los diálogos. Son dramáticos en el clásico el dolor de Filoctetes herido y el desasosiego que siente Pirro al tener que obedecer a Ulises. Es un escenario casi idéntico. En ambas obras, los dos personajes, el pequeño y el adulto, se acercan a tientas a la rocosa cueva y dialogan preguntándose por el objeto que buscan. Harry, como Pirro, recibe del adulto instrucciones que debe cumplir contra su voluntad. Luego, los gritos de dolor repercuten largamente en la playa del JKR igual que en la playa de Lemnos: Si Filoctetes grita: “¡Ay, ay qué dolor...! ¡Cómo penetra y quema!” (pág. 47); Dumbledore termina de beber y grita: “como si le ardieran las entrañas” (pág. 528)... Por último, Filoctetes despierta, el dolor cesa, está débil, Pirro lo ayuda a ir a la nave (págs. 48-49). ¿Qué pasa en la saga? El director despierta, el dolor cesa, está débil, Harry lo ayuda a ir al bote. Pirro en Quinto de Esmirna Quinto es un poeta menor del siglo IV d.C. En sus Posthoméricas, que son catorce libros (antes se decía “libro” a lo que hoy decimos “capítulo”19) describe todo lo que hizo Pirro según la tradición griega: sus poemas empiezan retomando el final de la Ilíada y narran el último año de la Guerra hasta el regreso de los héroes, coincidiendo con el tiempo de la Odisea. Quinto es el único autor que hace un relato completo sobre cómo Pirro es llevado a Troya, cómo combate y termina matando al rey enemigo (su decapitación está en el libro XIII). Hay un trabajo de Mario Toledano Vargas (Universidad Complutense de Madrid)20 sobre el personaje en Quinto: “Al comienzo del libro IX (…) aprovecha el descanso para visitar la tumba de su padre”. Es interesante comparar cómo narra esta visita de Pirro (versos 46 a 65) con la que hace Harry al cementerio en el tomo 7 (cap. 16). También las apariciones de James con las descripciones de Aquiles en el último libro de las Posthoméricas (versos 185 a 209). La Ilíada y el Cáliz de fuego 17 18 19 20 En esta obra de 1922, que también trabaja con el mito griego y ha sido señalada como un hito en la historia de la literatura universal, la esposa del protagonista, Leopold Bloom, se llama “Molly”, como la mamá de Ron. Filoctetes, en: Las siete tragedias, México, Editorial Porrúa, 1991. Trad. e Introd. de Ángel Ma. Garibay K. “El rollo de papiro fue el vehículo de la cultura griega (…) A juzgar por los volúmenes descubiertos y por los datos que hallamos en Plinio, el tamaño usual era de unos 10 metros de largo por unos 25 cm de ancho. El rollo cerrado hacía un espesor de unos 5 ó 6 cm, y cabía en el hueco de la mano (…)En un volumen cabían dos cantos de la Ilíada. Las obras extensas se dividían en varios ‘libros’, a uno por rollo.” (Alfonso Reyes, Libros y libreros en la antigüedad). El texto se puede bajar gratis de Internet: http://e-spacio.uned.es/fez/eserv.php?pid=bibliuned:Epos9BD3F56F-79E2-6A8C-94AD-07C8AA431721&dsID=PDF Al final de este trabajo, dice una nota: “A las mismas conclusiones, las de ser Neoptólemo presentado por Quinto como un digno hijo de Aquiles y estar idealizado y dotado de unas excelentes cualidades que lo convierten en el ideal del héroe griego, llega la ponencia de I. CALERO SECALL, «La figura de Neoptólemo en la epopeya de Quinto de Esmima» (en RODRÍGUEZ ADRADOS, Francisco; MARTÍNEZ DÍEZ, Alfonso (eds.) (1998): Actas del IX Congreso Español de Estudios Clásicos (Madrid. 27-30 de Septiembre de 1995). Volumen IV: Literatura Griega. Madrid, Ediciones Clásicas, p. 101-106)”. 6 Empecé a escribir sobre los libros de Rowling cuando mi hija leía Harry Potter y el cáliz de fuego (4). Deduje entonces muchos parecidos entre ese libro y la Ilíada. Transcribo un resumen de mis observaciones: Quien se recuerde a sí mismo leyendo la Ilíada y pensando si Aquiles participará finalmente en el combate (después de hacerse rogar durante casi todo el poema) y qué ocurrirá cuando lo haga − leyendo modernamente la epopeya− no podrá dejar de leer como repetición la expectativa estructurada en Harry Potter y el cáliz de fuego sobre la posible participación de Harry en el “Torneo de los Tres Magos”, con más razón cuando esa participación en el libro de JKR deriva finalmente en una muerte, el rescate del cadáver, lágrimas de la amada del muerto, lamento indecible de sus padres, recompensa en oro, tregua en el combate y espléndido banquete final, exactamente como termina la Ilíada. El cese provisorio de las hostilidades que en Harry Potter 4 impone Dumbledore a Snape y a Sirius casi al final, cuando ambos contendores, “sin dejar de mirarse como si se desearan lo peor”, se dan la mano, coincide con el cese provisorio de las hostilidades que Aquiles y Príamo pactan casi al final de la Ilíada, cuando Aquiles le pregunta cuántos días quiere que contenga al ejército, y después de que el rey le responde que necesita once, y que al duodécimo día, si fuese necesario, volverán a pelear, Aquiles le confirma que suspenderá el combate por el tiempo que le pide (versos 650-671). En Harry Potter y el cáliz de fuego, la reunión con el ministro Fudge, quien se acaba de retirar del despacho de Dumbledore, tiene visos de secreta; casi nadie sabe lo que está pasando allí y las hipótesis que se manejan sobre el regreso de Voldemort. En la Ilíada, también Príamo y Aquiles negocian a espaldas de Agamenón y los aqueos todos las cuestiones de la guerra, por eso Aquiles le sugiere a Príamo que duerma abajo del pórtico, fuera de la tienda, por si vienen a consultarlo y lo ven. Y por eso Mercurio, el dios mensajero, se encarga de uncir y guiar el carro y los mulos que llevan el lecho con el cuerpo del hijo y los dones a través del ejército griego sin que nadie se percate. Son atmósferas de negociación similares. Faltan dos páginas para que la Ilíada termine, y unas quince para que termine Harry Potter y el cáliz de fuego. Harry, vencido de cansancio, bebe en la enfermería una poción para dormir sin tener sueños, y se duerme. Príamo, vencido por el cansancio, se rocía con el negro vino la garganta antes de quedarse dormido en medio de los enemigos, donde lo ha invitado Aquiles a descansar. El final incluye bienes en ambas obras: en la Ilíada, los dones que Príamo lleva a Aquiles a cambio de la entrega del cadáver; en Harry Potter y el cáliz de fuego, la bolsa de oro que Fudge le da a Harry por el triunfo en el torneo. En fin, el riesgo que corre Harry al llevar el cuerpo de Cedric a Hogwarts poco antes de finalizar Harry Potter y el cáliz de fuego es semejante al riesgo que corre Príamo en las últimas páginas de la Ilíada al ir a buscar el cadáver de Héctor; las lágrimas de Cho sentada a la mesa del comedor del castillo, semejantes a las de la legendaria Andrómaca... ¿Qué más? El multitudinario banquete con colgaduras negras celebrado en el Gran Salón de Hogwarts en las últimas páginas de Harry Potter y el cáliz de fuego, semejante al multitudinario y espléndido banquete fúnebre celebrado en Troya al final de la Ilíada. Termino. Yo estoy agradecida a los libros de Rowling. Primero, porque leyéndolos mis hijos vivieron la primera experiencia de lectura apasionada. Y segundo, aunque suene como un intríngulis, porque todo el paralelismo que fuimos descubriendo despertó en ellos un inusitado interés por la lectura estratégica de cualquier libro, y a la hora de leer los clásicos en el Colegio, pudieron y pueden distinguir perfectamente a Agamenón de Menelao, a Héctor de Príamo, a Aquiles de Patroclo, a Penélope de Clitenmestra o a Andrómaca de Hécuba. Recuerdan quién es quién y qué pasó en el mito o sus variaciones en los clásicos porque recuerdan quién es quién y qué pasó en Harry Potter. Nada se les mezcla. ¡Y a mí tampoco! Y se me mezclaba antes, aunque leyera más de una vez a Homero y a otros tantos... ¿Hay una prueba mayor de la veracidad de mi hipótesis?