COMENTARIO DE TEXTO. Miguel Martínez Rodríguez. Grupo 21. Filosofía. Curso 2007-2008 «Nuestra era es, de modo propio, la era de la crítica (Kritik). Todo debe (muß) someterse a ella. Pero la religión, por su santidad, y el dictado de las leyes, por su carácter mayestático, (Majestät) quieren de ordinario ((wollen gemeiniglich) escapar a la misma. Sin embargo, al hacerlo, despiertan contra sí mismas una justificada sospecha, sin poder (können) exigir un respeto no simulado, que la razón sólo concede a aquello que pueda resistir un examen libre y público» DESCRIPCIÓN GENERAL DEL TEXTO. I-II-III) Analisis sintánctico y semántico. Descripción general. Distinguimos tres partes en el texto atendiendo a las conjunciones «pero» y «sin embargo»: 1. «Nuestra era es, de modo propio, la era de la crítica (Kritik). Todo debe (muß) someterse a ella.» 2. «Pero la religión, por su santidad, y el dictado de las leyes, por su carácter mayestático, (Majestät) quieren de ordinario ((wollen gemeiniglich) escapar a la misma.» 3. «Sin embargo, al hacerlo, despiertan contra sí mismas una justificada sospecha, sin poder (können) exigir un respeto no simulado, que la razón sólo concede a aquello que pueda resistir un examen libre y público.» «Pero»1 es una conjunción adversativa que expresa que lo que dice la oración a la que afecta impide, justifica, compensa, contrarrestra o atenúa lo dicho en la oración 1 Diccionario del uso del español María Moliner. Editorial Gredos. Madrid 1987. principal (la parte primera que hemos señalado). También puede tener valor concesivo o restrictivo. «Sin embargo»2 es una expresión adverbial concesivo adversativa con la que se alude a algo que, pudiendo causar o impedir cierta cosa que se expresa no lo hace. Bajo «adeversativo»3 encontramos: que implica oposición o contradicción en el sentido de las oraciones. La estructura según estas dos conjunciones es la siguiente: Primero una parte principal o tesis. A continuación una oración que se opone a ella según el sentido dado por «pero»; se presenta así la antítesis que contrarresta a la tesis primera. Por último otra oración que enlaza con la segunda a través de «sin embargo»; es la oposición a la antítesis (oposición de la oposición). El resultado es el siguiente: se expone una tesis, y a continuación su objeción: la antítesis. Finalmente se presenta la oposición de la propia antítesis. La negación de la antítesis hace que volvamos a la tesis inicial. Es algo similar a la doble negación que en lógica de enunciados equivale a: [ (~(~a)) a ]. Pero con una diferencia que será clara en otros niveles del texto: la negación de la antítesis no supone un retorno a la tesis inicial, sino a una síntesis, en la que se da una superación de la oposición tesis-antítesis desde la perspectiva de la tesis. A nivel sintáctico, la síntesis no se aprecia más que como un retorno a la tesis. Esto es, la doble negación de las conjunciones no permite distinguir con claridad entre el tercer momento o síntesis y la tesis inicial. Analizamos a continuación las partes que hemos distinguido: Primera parte: «Nuestra era es, de modo propio, la era de la crítica (Kritik)» era = era + [de la crítica] Son dos oraciones separadas por un punto y seguido. En la primera encontramos una estructura redundante: «era» se repite como sujeto y como atributo. A nivel sintáctico podemos entender esto como un recurso literario que consiste en la repetición. Anunciamos lo que ocurrirá al salir del nivel sintáctico: el sentido de la oración se resuelve en redundancias que sólo comprendemos al contextualizarr dichos conceptos: «nuestra era», «de modo propio» y «era de la crítica» son expresiones de un mismo concepto «crítica». Podríamos decir siguiendo a Kant, que son predicados incluidos en el sujeto «crítica». La estructura recuerda a la de los juicios analíticos, donde el sujeto se repite como predicado. Aunque esta idea se desarrolla más extensamente en otros niveles del texto, ya se da en éste análisis: hay una repetición o analiticidad. Podemos concluir que la analiticidad, a nivel sintáctico toma la forma de redundancia o repetición. «(Todo) debe someterse a la (crítica)» «someterse» «era», «religión», «dictado de leyes», «razón» 2 3 Ibid. Ibid. En esta oración se expresa el verbo clave: «someterse». Será el único verbo que afecte a todos los sujetos del texto: «era», «religión», «dictado de leyes», «razón». Podemos suponer por tanto cual es la cuestión principal del texto: el sometimiento a la crítica. Segunda parte: «(religión) + (dictado de las leyes) quieren escapar (a la crítica)» «someterse» «era», «religión», «dictado de leyes», «razón» vs «escapar» «religión», «dictado de leyes» «debe someterse» vs «quieren escapar» En la antítesis, se presentan los sujetos que se oponen a someterse. Lo hacen mediante el verrbo escapar. El sentido en que se da la oposición a la tesis viene dado por pero y se confirma ahora a nivel verbal: al verbo someterse se opone el verbo escapar. Además distinguimos entre el verbo debe de la tesis principal, y el presentado en la antítesis: quieren. El deber de la crítica se opone al caprichoso querer de quienes quieren escapar a ella. «Religión» «santidad» «Dictado de leyes» «carácter mayestático» A los sujetos de esta segunda parte les acompañan sus predicados correspondientes. De ambo se se dará una superación en la síntesis que es la tercera parte. Ello ocurrirá cuando se diga de ellos que suponene un «respeto simulado». «de modo propio» vs «de ordinario». Hay otro elemento que expone la oposición tesis-antítesis. En la primera parte encontrábamos «de modo propio», y ahora «de ordinario». Tercera parte: En la forma de una oración compuesta se da la síntesis como superación de la oposición a tesis que es la antítesis. Se trata de disolver las oposiciones planteadas en la segunda parte del texto (antítesis) dando lugar a la nueva forma que es la síntesis. Entontramos las siguientes oposiciones: Tesis Antítesis Síntesis «de modo propio» «de ordinario» «contra sí mismas» A «de modo propio» se oponía «de ordinario», que ahora se convierte en «contra sí mismas» produciendo la superación de la antítesis. «santidad» + «carácter mayestático» «sospecha» «respeto no simulado» La dignidad de la «religión» y el «dictado de leyes» se disuelve ahora al ser convertida en «sospecha« y «respeto simulado» «escapar [a la crítica]» «respeto simulado» vs «examen libre y público [someterse a la crítica]» «respeto no simulado» La oposición al sometimiento se producía en la segunda parte como escapar. Pero hemos visto cómo los sujetos de escapar («religión» y «dictado de leyes») caen bajo el predicado «respeto simulado». El verbo planteado en la tesis: someterse, es ahora, el único que permite ganarse el predicado «respeto no simulado». La superación de la antítesis consiste en sostener el verbo de la tesis (someterse) como único camino al respeto (hacia la «santidad» y el «carácter mayestático») que buscan no sólo quienes se someten, sino quienes se escapan al sometimiento. Por lo tanto, si los sujetos «religión» y «dictado de leyes» quieren ganarse el respeto, lo deberán hacer siguiendo el verbo de la tesis, esto es, sometiendose. Así, la oposición a la tesis (antítesis) queda vinculada a la tesis en lo que será el tercer movimiento: la síntesis. «concede» «razón» En el texto no queda claro si la razón se somete o no a la crítica. Sin embargo es en la razón donde se produce la síntesis. La razón no pretende escapar a la crítica como hacen «religión» y «dictado de leyes» y es ella la que concede el respeto al que sin embargo aspiran todos (los que huyen y los que no). Podemos concluir que la superación de la antítesis se produce en tanto que se reconoce un tercer término, un sujeto («razón»), que confiere reconocimiento, y que lo hace en virtud de lo planteado en la tesis, esto es, en virtud del sometimiento a la crítica. La «razón» supone una síntesis en tanto que concede lo que buscan quienes se oponen a la crítica, pero lo hace según el sometimiento de la propia crítica, es decir, según la tesis. Conclusión En un primer nivel sintáctico tenemos una estructura dialéctica: a la tesis inicial se le opone una antítesis que es disuelta en un tercer momento o antítesis. Veremos como esta estructura se repite en otros niveles del texto: la idea fundamental es la disolución de aquello que se opone a la tesis. El argumento se resume en tres puntos: Tesis: Se establece con el verbo someterse que afecta a todos los sujetos.. Antítesis: Aparece la oposición a someterse en el verbo quieren escapar. Síntesis: A través del verbo concede, se establece la síntesis entre los dos momentos anteriores. IV) Estilo: A pesar de la advertencia del autor en mantener la Crítica lo menos adornada en su estilo, el prólogo, y particularmente este texto mezcla un estilo impersonal – científico– con un uso reiterado de repeticiones –sin llegar al abuso– más propio de un texto retórico. Del primero encontramos principalmente los verbos en tercera persona («es», «debe», «concede», «despiertan»), la oraciones simples (y por lo tanto claras) de la primera y segunda partes del texto. Del estilo retórico podemos señalar la estructura dialéctica así como el empleo reduntate de términos. V) Ideas fundamentales del texto y su relación entre sí. El resultado de una primer análisis muestra una estructura dialéctica. Esta sóla forma se da como veremos en diferentes niveles, desarrollando particularidades en cada uno de ellos. En la primera oración encontrabamos esta estructura construida como redundancia (hemos llamado analiticidad a la estructura dialectica en el nivel semántico, pues no se diferencian la síntesis de la tesis, con lo que parece la estructura de los juicios analíticos donde el predicado está contenido en el sujeto, esto es, donde se repite el predicado en el sujeto). A nivel general, las conjunciones determinaban esta misma estructura, aunque no permiten tampoco exponer claramente la diferencia entre la tesis y la antítesis, por lo que se resume en la fórmula [ (~(~a)) a ]. Veremos como la estructura dialéctica se revela más cláramente al analizar el alcance de los términos. Entonces, la estructura redundante que veíamos a nivel sintáctico y semántico adoptará su verdadera forma dialéctica. La estructura que en el texto sólo se aprecia como repetitiva y redundante se corresponde a nivel conceptual con una clara estructura dialéctica. Y no sólo a nivel conceptual. El desarrollo del proyecto crítico en el mundo es igualmetne dialéctico. De esta forma, la estructura dialéctica del texto (que a veces sólo se aprecia como repetición) tiene su contrapartida en la estructura dialéctia que desarrolla la crítica en el mundo. Kant expone en otros textos que recogeremos un proceso según el cual la sólo la aplicación de la crítica contra su oposición genera las condiciones necesarias para que el proyecto crítico finalmente se realice, es decir, sólo la superación de ciertas oposiciones particulares permite la comprensión del proyecto crítico. La crítica no sólo se expone dialécticamente en los textos, sino que se realiza dialécticamente en el mundo. La forma de este texto no es otra cosa que el correlato de la forma del mundo. COMENTARIO DE TEXTO. I) Contextualización. El fragmento pertenece al prólogo de la Crítica de la razón pura. Se trata de la primera edición, publicada en 1781. Existe una segunda edición de 1787. En el segundo prólogo, el fragmento al que nos referimos –que aparece en una nota al texto del prólogo A– es eliminado. En relación a este texto trataremos también la publicación de 1784, Respuesta a la pregunta ¿Qué es la Ilustración?. El prólogo A, y con ello la Crítica, aparece tras diez años de silencio, tras los cuales se producen en Kant, no sólo un cambio de estilo, sino sobre todo una nueva persepectiva de análisis reconocida como la revolución copernicana. El resultado de este nuevo punto de vista es una crítica que se despliega en un sentido especulativo sobre al conocimiento, pero que además permite un desarrollo práctico en su aplicación sobre el mundo. A continuación mostraremos paso por paso en qué sentido está relacionado el texto con el ámbito más amplio de la Humanidad –y no sólo del conocimiento–. II) – III) Enjuiciamiento y Comparación. Analizamos el texto según la estructura dialéctica que hemos señalado en el análisis sintáctico. En ella se revela el hilo conductor del texto que es a la vez correlato de la realización del programa crítico en el mundo. Por ello podemos fundir el examen interno del texto, con el análisis del desarrollo que se propone en él. La estructura interna del texto es el correlato de su realización en el mundo. Primera Parte: «Nuestra era es, de modo propio, la era de la crítica» Vamos a analizar por separado los términos «era» «crítica» «nuestra» y «de modo propio» para ver cómo ocurre la redundancia que Kant emplea en esta primera parte. En primer lugar analizamos el término «crítica». Atendiendo a su etimología, «crítica»4, «procede del griego kritiké techne: «arte de enjuiciar» (a su vez, de krino: en general «separar« y «distinguir»)». 5 El espectro de significados es amplio y está en 4 F. DUQUE. Historia de la filosofía moderna. La era de la crítica. Ediciones Akal. Madrid. Julio 1998. pp.,16 5 Ibid., pp.,16 A su vez, «krino comprende una variedad de significados. Todos ellos, esclarecedores de nuestra Kritik: 1º separar, elegir; 2º distinguir, discernir […], 3ª juzger por comparación; 4º juzgar en un proceso […], 5º tomar una decisión sobre algo dudoso, 6º probar, ensayar; 7º determinar, resolver, 8ºº relación con otro término: filosofía. En efecto, puede rastrearse esta realación desde el mismo Parménides: «Juzga, discrimina con logos» ordena la Diosa al inicio del Poema. Sin embargo es importante en relación al presente texto caracterizar la crítica que reclama Kant como propia de su era. En el mismo texto del Prólogo de la Crítica a la razón pura, unas lineas antes, en la misma nota a pie de página leemos: «De cuando en cuando se oyen quejas sobre la frivolidad de pensamiento en nuestra época y sobre la decadencia de la ciencia rigurosa. Sin embargo, yo no veo que las ciencias bien fundamentadas, como la matemática, la física, merezcan en absoluto tal reproche. Al contrario, mantienen el viejo prestigio del rigor y, en el caso de la física, inlcuso lo sobrepasan. El mismo espíritu se mostraría eficaz en otras especies de conocimiento si se pusiese una atención primordial en la rectificación de sus principios. A falta de tal rectificación, la indiferencia, la duda y, finalmente, la crítica severa, son más bien muestra de un pensamiento riguroso.»6 Encontramos aquí al menos cuatro sentidos de «crítica». En primer lugar como alternativa a «rectificar». Bajo este término dice el diccionario: «1. Poner recta una cosa. 2. Corregir una cosa recta o equivocada. Contradecir a alguien en algo que se considera inexacto. 3. Corregir a alguien su conducta. 4. (Química) Purificar los líquidos destilados, por ejemplo los licores sometiendolos a nueva destilación. 5. Ajustar un aparato para que sus observaciones o medidas sean exactas»7. La idea general consiste en dos aspectos: una desviación y una corrección. La crítica sería la acción de corregir y necesita por tanto algo sobre lo que realizarse. Este objeto de la crítica lo constituyen las propias disciplinas, o más específicamente las desviaciones de las propias disciplinas. Este visión de la crítica servirá para plantera más adelante si además de separar y corregir, la crítica es capaz de reunir, de generar cohesión. En segundo lugar tenemos alternativas al método crítico: la indiferencia y la duda; en el segundo sentido, la crítica puede entenderse en relación al esfuerzo cartesiano que hace de la duda un instrumento de corrección (del conocimiento). En tercer lugar señalamos el objeto sobre el que la crítica realiza su corrección: son los principios del conocimiento («[…] atención primordial en la rectificación de sus principios). La atención se centra no en los objetos del conocimiento sino en los principios.. Por último, tenemos el resultado que se busca con esta acción crítica: el «pensamiento riguroso». El modelo de este rigor lo proporcionan las disciplinas de la matemática y de la física. Tenemos por tanto como sentido de crítica el de un movimiento de rectificación, que se justifica en el éxito de las matemáticas y la física, que se dirige sobre los principios de las disciplinas desviadas y que pretende así producir una depuración del conocimiento. Una vez aclarado el sentido de «crítica» pasamos a construir el de «era» para presentar el contexto al que se refiere el fragmento. Para ello, recurrimos a los significados de Aufklärung8: atendemos en particular a «3º Corriente espiritual europea de los siglos XVII y especialmente XVIII, determinada por el racionalismo y la creencia en el progreso y dirigida contra la superstición, los prejuicios y el pensamiento basado pronunciarse o juzgar sobre algo; 9º en términos médicos «resolución de una crísis», y 10º secretar, evacuar, expulsar.» 6 KrV A XI nota k. 7 Diccionario del uso del español María Moliner. Editorial Gredos. Madrid 1987. 8 F. DUQUE. Historia de la filosofía moderna. La era de la crítica. Ediciones Akal. Madrid. Julio 1998. pp.,15. Se refiere al diccionario Duden. en la autoridad». Cronológicamente puede corregirse esta definición: «entre la segunda década del siglo XVIII y el primer tercio del siglo XIX»9, y geográficamente la «era tendría su centro en todas las regiones de habla alemana, con incursiones porcedentes de una periferia tan señalada como la inglesa (…) o como la francesa (…)»10. El carácter de esta corriente, lo buscamos de nuevo en el significado de Aufklärung11: «1º esclarecimiento pleno, sacando a la luz pública su carácter de problema o misterio sin anularlo, sino al contrario: realzándolo». Surge aquí la similitud entre «era» –Aufklärung– y «crítica», ambas coinciden en el sentido de rectificación. La Ilustración recibirá de la crítica una original perspectiva: «En conjunto, la ilustración no resulta demasiado original en lo que se refiere a sus contenidos; a menudo, estos provienen del siglo anterior. La originalidad filosófica del pensamiento ilustrado reside en el examen crítico de estos contenidos»12. Por ello mismo, «la Ilustración no consiste, como muchos se figuran, en acumular conocimientos, sino que supone más bien un principio negativo en el uso de la propia cognoscitiva»13. Entre ilustración y crítica resulta haber una afinidad14 tal que parece redundante afirmar el ánimo de la Ilustración a la crítica. Esta redundancia ocurre asimismo en el texto: «Nuestra era es, de modo propio, la era de la crítica», es decir: La era de la ilustración (que es de por sí crítica) es la era de la crítica (que a su vez alimenta la ilustración). Por último debemos analizar el término «nuestra». Se refiere a todos nosotros, a diferencia de otras propuestas filosóficas que alcanzaban el ámbito político –vease Platón–, la aspiración kantiana no se dirige a una aristocracia ni a individuos elegidos – por ejemplo Cesar Borgia, los Medici–, sino que aspira a alcanzar a toda la Humanidad15 (el género humano16). Pero no en tanto que idea a la que todos se someten, sino más bien como suma total de todos los sujetos. Cada uno es entonces capaz de «darse la razón» y no sólo de aceptar lo dado, esto es, la Naturlaeza. El sujeto es entonces capaz de revolverse contra lo impuesto en virtud de algo común a toda la Humanidad: «la piedra de toque, accesible a todos los hombres por igual, es la razón humana comunitaria»17. Es en virtud de esta capacidad crítica universal que se conforma la Humanidad y que Kant utiliza el termino «nuestra». Por ahora observamos la redundancia en «era» y «crítica» y entre «nuestra era» y «era de la crítica». Si la crítica es posible para todos en cuanto que a todos les es posible razonar, es evidente que la era que sea «era de la crítica», lo será de todos 9 Ibid., pp., 15 Ibid., pp., 15 11 Ibid., pp., 15 Se refiere al diccionario Duden 12 SERGIO SEVILLA SEGURA, Inmanuel Kant. Crítica de la razon pura, Prólogo de la Segunda Edición . Introducción. ¿Qué es la Ilustración?. Educació. Materials de Filosofía. En la introducción del autor. 13 INMANUEL KANT. ¿Qué es la Ilustración?. Alianza Editorial. Madrid. 2007. En el estudio preliminar de Roberto R. Aramayo. Pp., 10. 14 F. DUQUE. Historia de la filosofía moderna. La era de la crítica. Ediciones Akal. Madrid. Julio 1998: «Una audaz tesis: la era de la crítica, reconocida y alabada por Kant como propia, coincide en tiempo y lugar con la «verdadera Ilustración» (por decirlo en términos de Hegel). Crítica e Ilustración acuñarían así un período mucho más amplio del que, según los manuales al uso, correspondería a la Ilustración alemana» (pp. 15) 15 Ver: Herder, Ideas para una filosofía de la historia de la humanidad. 16 Ver: Lessing, La educación del género humano. 17 Ueber eine Entdeckung; VIII, 219 10 nostros, esto es, de todos los que tenemos uso de razón. Sin embargo vermos como este significado no es redundante, sino más bien entraña un esquema dialéctico. Que la era sea nuestra supone la superación de la oposición planteada en la antítesis. Entonces, «nuestra» dejará de ser una mera redundancia para manifestarse como resultado de una síntesis que en en un esquema dialéctico se produce como superación de una antítesis. La era sólo se hace finalmente nuestra después de la superación de las oposiciones. Por último cabe señalar la relación entre «crítica» y «de modo propio». El ¿Qué es la Ilustración? Kant enuncia el reto que supone la salida de la minoría de edad, «Uno mismo es el culpable de dicha minoría de edad cuando su causa no reside en la falta de entendimiento, sino en la falta de resolucón y valor para servirse del suyo propio sin la guía del de algún otro»18. Se trata de usar el entendimiento de modo propio, esto es, «Sapere aude!¡Ten valor para servirte de tu propio entendimiento»19. Aunque se trata del lema de la Ilustración ya hemos reconocido la estrecha relación entre Ilustración y crítica. Podemos entender entonces a qué se refiere Kant al decir «de modo propio». Se trata del uso de la razón que de suyo hace cada sujeto. Es en virtud de este acto individual y de todos, es como se ejerce la crítica. Vuelve a ser redundante la expresión: la crítica entraña un uso propio de la razón. Parece claro que el movimiento de hacer la era nuestra en virtud de la crítica supone hacerlo de modo propio. Resumimos el análisis de esta primera sección. El término central de esta oración, «crítica», se relaciona de manera redundante con los restantes términos: «nuestra», «era», «de modo propio». El significado general de la oración se construye según las relaciones redundantes. Por ejemplo, la «crítica» supone que sea hecha «de modo propio», o, «era de la crítica» supone que la era sea «nuestra». El carácter redundante no hace sino insistir en una idea que podría resumir la oración: ´esta es la era de la crítica´. «Todo debe someterse a ella» Esta es la segunda oración de la primera parte. La afirmación puede entenderse mejor a la luz de la síntesis de la tercera parte. Efectívamente, como tesis es un mandato que no podemos comprender. Sólamente al ver el resultado de la acción de la crítica, esto es, sólo al entender la síntesis, la superación de las oposiciones, podemos postular el sometimiento a la crítica como un deber. Volveremos sobre esta oración en el último apartado del texto. Segunda Parte: «Pero la religión, por su santidad, y el dictado de las leyes, por su carácter mayestático, (Majestät) quieren de ordinario ((wollen gemeiniglich) escapar a la misma.» 18 19 ak viii 35 ak viii 35 La relevancia de la crítica se declara redundantemente en las dos primeras oraciones del texto, su prevalencia20 sobre la era parece ser absoluta. Sin embargo hay una oposición a este movimiento crítico. Se trata de aquello ámbitos que «interesa al ser humano como tal»21: «la religión» y «el dictado de leyes». Así mismo, el texto recoge las razones en virtud de las cuales quiere escapar de la crítica: la religión por su santidad; el dictado de las leyes por su carácter mayestático(Majestät) y el modo en que lo hacen: si el sometimiento a la crítica era un deber, escapar es un querer, esto es algo casi caprichoso. Si entendemos la crítica como el esfuerzo hacia la mayoría de edad, podemos relacionar a quienes huyen de la crítica con los tutores que perpetúan la minoría de edad. «Ilustración significa el abandono por parte del hombre de una minoría de edad cuyo responsible es él mismo»22. La minoría de edad es la situación última que la ilustración aspira a resolver. Para Kant hay dos resistencias que vencer para salir de ella: la planteada por el sujeto y la planteada por los tutores. La responsabilidad de la minoría de edad es en última instancia del sujeto. Kant lo explica en el siguiente fragmento: «Uno mismo es el culpable de dicha minoría de edad cuando su causa no reside en la falta de entendimiento, sino en la falta de resolución y valor para servirse del suyo propio sin la guía del de algún otro […] Pereza y cobardía son las causas merced a las cuales tantos hombres continúan siendo con gusto menores de edad durante toda su vida, pese a que la Naturaleza los haya liberado hace ya tiempo de una conducción ajena (haciéndoles físicamente adultos) […]. Es tan cómodo ser menor de edad»23. A la irresponsabilidad del sujeto, se añade además, la acción de los tutores que retrasan y dificultan la salida de este estado infantil que es la minoría de edad: «Tras entontecer primero a su rebaño e impedir cuidadosamente que esas mansas criaturas se atrevan a dar un solo paso fuera de las andaderas donde han sido confinados, les muestran luego el peligro que les acecha cuando intentan caminar solos por su cuenta y riesgo»24. Son estas las figuras que se oponen a la ilustración. La entrada en la mayoría de edad necesita de la disolución de este obstáculo. Esta superación se puede plantear a partir de la tercera parte del texto. Tercera parte: «Sin embargo, al hacerlo, despiertan contra sí mismas una justificada sospecha, sin poder (können) exigir un respeto no simulado, que la razón sólo concede a aquello que pueda resistir un examen libre y público.» 20 Diccionario del uso del español María Moliner. Editorial Gredos. Madrid 1987. Prevalecer:: «En la lucha entre varias cosas, materiales o inmateriales, dominar, imponerse o triunfar una determinada de ellas» 21 F. DUQUE. Historia de la filosofía moderna. La era de la crítica. Ediciones Akal. Madrid. Julio 1998. pp.,17 22 Ak. VIII 35. 23 Ak. VIII 35. 24 Ak. VIII 35. Según hemos visto, esta tercera parte funciona como síntesis de las oposiciones a la tesis inicial. Veremos de qué forma puede darse una superación de los tutores («religión» y «dictado de leyes») y en qué consiste el retorno a la tesis original. Ya hemos visto como podemos entender la crítica en relación con la salida de la mayoría de edad. La crítica es la invitación (Sapere aude!) a hacerse con un saber que permitirá al individuo salir de la minoría de edad. Esta invitación al saber se hace como un examen libre y público. Dicho examen entraña al mismo tiempo que el acceso a la mayoría de edad, la conquista de un «respeto no simulado». Cabe preguntarse por qué el método propuesto es un examen libre y público, esto es, por qué la crítica se da en la forma de exmanen libre y público, y también, en qué sentido el exámen libre y público conduce a «era de la crítica», la cual es «nuestra». Para comenzar el desarrollo debemos entender en qué consisten los dos términos del examen: «libre» y «público». ¿En qué consiste lo publico del examen?. Encontramos la explicación en un texto de Kant: «Para esta ilustración tan sólo se requiere libertad y, a decir verdad, la más inofensiva de cuantas pueden llamarse así: el hacer uso público de la propia razón en todos los terrenos». Vuelve a haber aquí una relación redundante entre los término: lo público es una forma de libertad Vista la relación entre «público» y «libre» la cuestión es ahora entender ¿por qué es necesario un examen libre?, esto es, ¿por qué la forma de la crítica es el examen libre?. Pues bien, dicho examen es el caldo de cultivo en el que nace y crece la propia libertad. Permitiendo un examen de estas característica se hace posible la extensión de la libertad a otros ámbitos que el de la crítica. El «examen libre y público» es un comienzo para la libertad, como la chispa que inicia el fuego. En tanto que sea posible este examen libre, «hay más posibilidades de que un público se ilustre a sí mismo; algo que casi es inevitable, con tal de que se le conceda libertad»25. Mediante tal examen libre, el público es capaz de ilustrarse a sí mismo. Y esto no sólo ocurre a los menores de edad, tambien a los tutores que vimos como también contribuyen a frenar la ilustración. En dicho examen libre «siempre nos encontraremos con algunos que piensen por cuenta propia incluso entre quienes han sido erigidos como tutores de la gente, los cuales, tras haberse desprendido ellos mismos del yugo de la minoría de edad, difundirán en torno suyo el espíritu de una estimación racional del propio valor y de la vocación a pensar por sí mismos»26. Bajo la garantía de la libertad, «los hombres van abandonando poco a poco el estado de barbarie gracias a su propio esfuerzo, con tal de que nadie ponga un particular empeño por mantenerlos en la barbarie»27. Parece que claro el proceso: Primero la crítica. A ella se oponen los tutores. Pero la aplicación del examen libre y público de la crítica provoca una expansión hacia la ilustración que diluye la oposición de los tutores. La libertad que se da en la crítica es capaz de extenderse a otros ámbitos: «un mayor grado de libertad civil parece provechosa para la libertad espiritual del pueblo»28. Llegado a tal punto, podríamos afirmar que dicho pueblo habría ganado su era, y entonces, «nuestra era», sería efectivamente la era de la crítica. 25 Ak. VIII 36. Ak. VIII 36. 27 Ak. VIII 41. 28 Ak. VIII 41. 26 Veamos cómo ocurre este movimiento. El proceso supone una verdadera revolución. Kant llama la atención sobre su naturaleza en relación a otras revoluciones. Efectivamente se trata de realizar un cambio, pero para tal cambio no sirve una revolución convencional. El proceso debe alcanzar a todo el género humano –recordar la tesis «Nuestra era»–, «se trata de la Humanidad: no de «hombres escogidos» como Alejandro, Cesar, los Médici o Luis XVI […]De ahí la exigencia de una revolución interior, de una «revolución del modo de pensar»»29. Para que la era sea nuestra, debe ser de cada uno y de todos a la vez, esto es, de todos los hombres. La mayoría de edad no puede alcanzarse como una revolución pues no sólo existe el problema en los tutores, sino también en los propios sujetos que se mantienen en su minoría de edad. Kant propone para acabar con la este estadio infantil una revolución que es alimentada y que tiene su origen el examen libre y público de la crítica. En ¿Qué es la Ilustración?, se aclara el alcance de esta revolución que se origina en el examen libre y público de la crítica: «Pues, cuando la naturaleza ha desarrollado bajo tan duro tegumento ese germen que cuida con extrema ternura, a saber, la propensión y la vocación hacia el pensar libre, ello repercute sobre la mentalidad del pueblo (merced a lo cual éste va haciéndose cada vez más apto para la libertad de actuar) y finalmente acaba por tener un efecto retroactivo hasta sobre los principios del gobierno, el cual incluso termina por encontrar conveniente tratar al hombre, quien ahora es algo más que una máquina, conforme a su dignidad»30 Es la libertad que se da en la crítica lo que alienta la expansión de la propia libertad hasta alcanzar el ámbito del poder. Llegado a tal punto podrá afirmarse que esta es «nuestra era». Puede verse claramente en esta tercera parte del texto como ocurre una síntesis como retorno a la tesis tras haber superado la oposición de la antítesis. El tercer momento del texto augura la superación de la oposición de la religión y dictado de leyes. El examen libre y público presentado al final disuelve la oposición de la antítesis para sólo entonces mostrar cómo es posible la realización de la tesis. Vemos aquí como para la realización de dicha tesis, para que la era sea «la era de la crítica» es necesario haber vencido las oposiciones planteadas en la segunda parte. Sólo entonces puede afirmarse la tesis inicial. Tiene sentido ahora volver sobre la segunda parte de la tesis que habíamos dejado pendiente de explicación. A la luz del resultado alcanzado parece incontestable: «Todo debe someterse a ella» Efectívamente: en tanto que hemos retornado a la tesis y en tanto que hemos llegado a un momento en que la era es nuestra (de todos) en virtud de un movimiento en espiral que ha terminado por alcanzar al poder, parece que sólo de aquí puede nacer el imperativo universal que afecte a todos pues todos se han convertido en dueños de la era. Sólo en virtud del acceso de todos a la era, puede declararse el deber universal (de todos nosotros) de sometimiento a la crítica. 29 F. DUQUE. Historia de la filosofía moderna. La era de la crítica. Ediciones Akal. Madrid. Julio 1998. pp., 18. 30 Ak. VIII 41 IV) Crítica: El texto tiene una estructura dialéctica, en la que sólo puede comprenderse la tesis como retorno a ella tras la superación de las oposiciones planteadas en la antítesis. De la misma forma, la invitación a la crítica en el mundo (tesis), sólo puede comprenderse en virtud de la superación de las oposiciones que se plantean y de su alcance final que es el mismo gobierno de la comunidad. La disolución de las oposiciones que se plantea en el texto se corresponde con una superación de los tutores que frenan la ilustración. Pero no se trata de acabar con religión y gobierno, «sino hacer que desaparezca su carácter de imposición autoritaria»31, esto es eliminar su empleo de un poder fundado en las costumbres, con el temor o la admiración irracional. Kant aspira a que toda manifestación de la acción humana quede supervisada por el juez de la razón. No tanto para desnaturalizar las dimensiones humanas, sino para señalar su lugar y orden otorgando así a estos ámbitos coherencia y función. Se trata de evitar que unos espacios sirvan de coartada para la castración de los demás32. El plan kantiano contempla un efecto que debe alcanzar a todos y cada uno en virtud del acceso que todos tienen a la razón. Así es posible una alternativa a la revolución, esto es, un cambio en la manera de pensar de cada uno que sumado signifique una fuerza capaz de enfrentar la autoridad del poder establecido sin sometimiento a la crítica, esto es, «un efecto del sapere aude moral capaz de producir un poder civil, a su vez en condiciones de enfrentarse al poder real de los códigos»33. Y dicho poder ha de sustentarse en el uso público de la crítica, ha de apoyarse en instrumentos mediáticos como la prensa y la escritura: «la libertad de pluma es el único paladín de los derechos del pueblo»34. La propuesta hace hincapié en el «carácter social y universal de la razón y de la verdad»35 que se sostiene en la Ilustración. La base de una verdad objetiva está en la posibilidad de ser comunicada a los demás y de encontrar que «todos ellos, únicamente en cuanto hombres dotados de razón coinciden en ella»36 y que lo hacen en virtud de un pensar público no aislado. De esta forma el carácter público de la razón es definitivo para consolidar un poder social que se basa en una verdad que nace de una discusión común. Tiene sentido así que se promueva un sometimiento de todos a la crítica, pues es en virtud ello, es posible la discusión pública que incluye a todos y que conduce a una libertad universal. E incluso la razón debe someterse ella misma a esta crítica, pues de otra forma impediría los impulsos de la ilustración de la que todos los hombres son destinatarios en cuanto dotados de razón. La supervisión que la razón pretende realizar sobre todos los ámbitos humanos, está motivada por una aspiración comunitaria y consiste en un examen público que permita configurar la propia comunidad: el análisis de las formas de cohesión social es 31 F. DUQUE. Dar razón de la libertad en Kant y en Hegel. Tópicos (Sta. Fe) no.12 Santa Fe 2004 J. VILLACAÑAS. Racionalidad crítica. Editorial Técnos. Madrid 1987. pp., 13, 14. 33 . I. KANT.En defensa de la Ilustración. Editorial Alba. 1999. En el estudio preliminar de J. VILLACAÑAS. pp., 26 34 Cfr. Op. Cit., Ak. VIII 304. 35 E. M. UREÑA La crítica Kantiana de la sociedad y de la religión Kant, predecesor de Marx y Freud. .Editorial Tecnos. 1979. pp., 60 36 KrV, B, 848 32 llevado a cabo por una razón igualmente comunitaria37. Cabe preguntarse entonces, si esta razón es realmente comunitaria, es decir, si es «accesible a todos los hombres por igual»38. Y en segundo lugar, si el movimiento crítico que nace según su etimología como un movimiento que separa y distingue, es capaz de en un segundo momento de «aglutinar de nuevo lo que ella misma ha separado»39, es decir, si la razón crítica es también capaz del movimiento constructivo que antes era realizado en los ámbitos no sometidos a crítica. 37 F. DUQUE. Dar razón de la libertad en Kant y en Hegel. Tópicos (Sta. Fe) no.12 Santa Fe 2004 Ibid. 39 Ibid. 38
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